Diciembre: mantén tu piel sana e hidratada. Mantener una piel hidratada es importante porque ayuda a evitar alteraciones cutáneas tan comunes como la sequedad, las irritaciones o los eczemas. Al igual que la piel, las mucosas, que son la envoltura de nuestros órganos, también necesitan estar en un estado óptimo de hidratación para mantenerse sanas y poder conservar sus funciones intactas. La piel está cubierta por las grasas que segregan las glándulas sebáceas y por la secreción sudoral, que evitan la evaporación y la excesiva pérdida de agua. Para asegurar una piel radiante y sana, hay que cuidarse por dentro y por fuera, no solo basta con llevar una vida sana. Es conocido que el deporte aporta gran energía a la piel debido a que al igual que el resto de células del organismo, las células de la piel dependen del aporte de oxígeno. Al realizar una actividad física, es necesario respirar con mayor frecuencia y más profundamente, lo que permite que llegue más oxígeno a la sangre. Este aporte de oxígeno estimula el metabolismo celular y acelera la regeneración de la piel. El deporte tonifica la piel, refuerza los músculos y permite expulsar las toxinas más rápidamente, lo cual contribuye a disfrutar de una piel con aspecto más limpio. Asimismo, la sudoración también actúa como una cura de rejuvenecimiento. La humedad adicional sobre la piel abre un poco la capa córnea, la piel adquiere un aspecto más terso, y el tejido conjuntivo y los músculos se fortalecen. Ahora bien, los deportistas también someten a su piel a agresiones como roces, sudor, sol, duchas continuas, agua con cloro, etc. Por ejemplo, en el caso de los maratonianos, que practican su deporte al aire libre, el sol, el viento o el frío se convierten en sus acompañantes habituales y por tanto, los beneficios que aporta el deporte pueden verse enmascarados por algunas situaciones fisiológicas negativas, como pueden ser: - La sudoración. Aumenta con la actividad física provocando irritación en la piel y, en muchos casos, sequedad. La constante exposición a la luz solar. El riesgo a la deshidratación de la piel aumenta. Una especial protección es necesaria para los ojos ya que la mucosa ocular es especialmente sensible a la exposición solar prolongada. Recomendaciones para una buena hidratación de piel y mucosas Hidratación: mantener siempre un buen estado hídrico i para ello debemos tomar un aporte de líquidos suficiente para mantenerla correctamente hidratada. Hay que tener en cuenta que el estrés, la exposición al sol, las altas temperaturas, el ejercicio o la sudoración excesiva pueden aumentar los requerimientos de líquido. Eliminación correcta de toxinas: en esta acción juega un papel imprescindible el correcto funcionamiento de nuestro intestino, tanto para eliminar sustancias de desecho como para absorber correctamente los nutrientes elementales. Debemos evitar el estreñimiento con alimentos como los kiwis, las ciruelas pasas y los cereales integrales. Todos ellos tienen propiedades depurativas que eliminan las impurezas de nuestro cuerpo y de nuestra piel. Fotoprotección: utilizar protectores solares acordes con nuestro fototipo (capacidad de la piel para asimilar la radiación solar). Nutrición: Está comprobado que para tener una piel cuidada y sana no sólo es necesario cuidarla “desde fuera” con cremas, lociones hidratantes, etc. También tenemos que nutrirla y cuidarla “desde dentro”, o lo que es lo mismo, debemos incluir en nuestra dieta una serie de nutrientes y alimentos que son fundamentales para su correcta regeneración, hidratación, etc. ¿Cuáles son estos alimentos? Frutas y verduras: aportan vitaminas, fibra, minerales y distintos antioxidantes que ayudan a conservar la elasticidad y la hidratación vital para la piel saludable. La ingesta adecuada de fruta y verdura es fundamental para mantener el buen aspecto de la piel ya que aporta: vitamina C: básica para la síntesis de colágeno y para el buen mantenimiento del manto hidrolipídico de la piel. vitamina E: ayuda al cuerpo a combatir los radicales libres que nos hacen envejecer. Ayuda a proteger el cuerpo contra los peligros del medio ambiente como contaminación y sobre exposición a los rayos solares y a regenerar la piel. vitamina A: ayuda a conservar la piel en buen estado e hidratada. Es probablemente la vitamina que más contribuye a mantener la piel sana y ayudar al bronceado ya que favorece el desarrollo de pigmentos en la piel. Pescado: pescado azul contiene grasas poliinsaturadas, ácidos omega 3, vitamina A y minerales. Los omega 3 desempeñan un papel fundamental en el buen estado de la piel. Arroces y legumbres: los arroces contienen vitaminas del complejo B y, las legumbres, una cantidad elevada de fibra, antioxidantes y minerales como el calcio, el magnesio y el hierro. Son alimentos muy interesantes para la piel, ayudan a depurar. Frutos secos: aportan vitamina E, grasas poliinsaturadas y calcio. Por tanto asegurar un buen aporte nutricional de vitaminas y de ácidos grasos omega 7, omega 9, omega 3 y omega 6 es fundamental para mantener el equilibrio lipídico de la epidermis y las mucosas y, así, garantizar una retención de agua suficiente para mantenerlas hidratadas , sanas , y nutridas. Para más información sobre nutrición deportiva consultar en la web de Vitae: http://www.vitae.es Núria Serra Dpto. Técnico Laboratorio Vitae