I Tratamiento tributario del goodwill Área Tributaria - Ficha Técnica Autor: Elard Valer Becerra(*) Título:Tratamiento tributario del goodwill Fuente: Actualidad Empresarial Nº 267 - Segunda Quincena de Noviembre 2012 1.Introducción La valorización de una empresa es una forma de medir la eficiencia de la gestión realizada en la misma, siendo un típico problema de análisis de inversiones. La necesidad de valorar una empresa puede resumirse en tres casos fundamentales: - Enajenación de la propiedad de la empresa en su conjunto: venta, fusión, escisión, reorganización, modificación de la forma jurídica, lanzamiento a Bolsa, entre otros. - Evaluación por algunos fines concretos ajenos a toda venta: determinar la situación tributaria, financiera, información a los interesados, entre otros. - Enajenación o liquidación de un derecho de participación de la empresa: indemnización a un socio que la abandona, cesión de un paquete de acciones, divisiones sucesorias, entre otras. No se puede pretender calcular el valor verdadero y definitivo ya que toda valorización es una estimación. La valorización persigue determinar el valor objetivo, que servirá de base para la negociación entre las partes, de la que surgirá el precio definitivo a pagar por la empresa. La valorización de una empresa es un proceso que no solo involucra la simple aplicación de una fórmula matemática y, en cualquier caso, los factores a manejar deben estar claramente definidos. Dicho proceso consta de las siguientes etapas: - Conocer la empresa y su cultura organizativa implica conocer a su personal, su forma de actuar y de resolver problemas. Para ello se deberá visitar la empresa y entrevistar a sus miembros, así como recabar información de personas e instituciones ajenas a la empresa, pero que se relacionen con ella por motivos de trabajo. (Clientes y proveedores, por ejemplo). (*) Miembro del Grupo de Estudios Fiscales de la Universidad Mayor de San Marcos. N° 267 Segunda Quincena - Noviembre 2012 Conocimiento de los responsables y puestos directivos - Conocer el negocio y su entorno: Evolución histórica y situación actual de la empresa con el fin de valorar su salud financiera. Conocer a su clientela y a sus proveedores; así como a sus competidores. Analizar el sector en que opera y la economía del país en que desarrolla su actividad - Prever el futuro: Consiste en calcular el valor real de la empresa con base en los beneficios (o flujo de caja) que se estima producirá en el futuro. A dicha valorización se llega a través de la ponderación de los resultados obtenidos por una serie de métodos de valorización, en función de la importancia que tiene cada método para la empresa objeto de estudio. - Conclusión: Consiste en matizar los resultados obtenidos por el experto en valorización con arreglo a la finalidad perseguida1. En conclusión, la valorización de la empresa no se conseguirá de la simple suma de todos sus activos: puesto que la empresa es un sistema, en ella se cumple el efecto sinérgico de que “el todo es más que la suma de las partes”, y en este caso “el todo” viene incorporado por el valor de rendimiento, mientras que “la suma de sus partes” sería el valor sustancial y el excedente resultante, recibe el nombre de goodwill. En la doctrina española, se denomina como Fondo de Comercio al conjunto de bienes corporales e incorporales de que se sirve el comerciante o empresario para el buen y mejor desempeño de su profesión2. Silvia Cachay define al goodwill o fondo de comercio como el conjunto de atributos de una empresa, que pueden ser desligados de los elementos que tienen materialidad y que aportan valor a la entidad; en resumen, como aquellas aptitudes superiores con las que cuenta la empresa, no imputables a los elementos materiales de esta, que se plasman en rendimientos superiores a los de sus competidores3. 1 MASCAREÑAS PÉREZ – IÑIGO, Juan. Fusiones y adquisiciones de empresas. Madrid: McGraw-Hill, 2005. 2 GALÁN DE RODRÍGUEZ PARDINA, Susana. El Fondo de Comercio y la empresa comercial. Córdoba: Marcos Lerner Editora, 1986. Página. 41. 3 CACHAY BERNAOLA, Silvia. “Régimen de intangibles según la Ley Este conjunto de bienes inmateriales o intangibles puede estar conformado por: equipos administrativos, organización de ventas, buenas relaciones laborales, clasificación excelente en materia de crédito, clientela, know how y fórmulas secretas, programas de capacitación, etc. De este modo, el concepto de goodwill se encuadra dentro del concepto de “empresa en marcha”, como una plusvalía mercantil. Por otro lado, en el caso de que, como resultado de la valorización, el valor sustancial (la suma de las partes) resulte superior al valor de rendimiento (valor pagado) se obtendría un resultado negativo y recibe el nombre de badwill. Encontramos la definición del badwill en la NIIF 3, cuando establece que es el “exceso de la participación de la entidad adquirente en el valor razonable neto de los activos, pasivos y pasivos contingentes identificables de la adquirida sobre el costo”. El badwill se origina en operaciones de negocios que la NIIF 3 denomina como “de combinación de negocios”. Se entiende como tal la unificación de negocios en una única entidad que emite información financiera (párrafo 4). Esta noción comprende, en general, las combinaciones entre entidades o negocios en virtud de las cuales una entidad (la adquirente) adquiere el control de uno o más negocios distintos (las entidades adquiridas). Es indudable que un tipo de estas operaciones es aquella por la que se adquiere el control de la casi totalidad de las acciones de otra. La Ley del Impuesto a la Renta no ofrece una definición o concepto general de ganancia. Por lo tanto, en principio y salvo norma expresa en contrario, para fines del impuesto a la renta, habrá que considerar como ganancia, tratándose de empresas, a aquella que las normas o principios contables consideren como tal, cual es el caso del badwill. Ahora bien, no hay norma expresa en la Ley del Impuesto a la Renta que establezca que el badwill no constituye ganancia para fines del Impuesto a la Renta; por ende, mantiene ese carácter a tales fines. del Impuesto a la Renta y la Norma Internacional de Contabilidad NIC – 38”. Ponencia presentada en las VII Jornadas Nacionales de Tributación, Lima, Julio 2002. Actualidad Empresarial I-7 I Informes Tributarios Por su parte, la NIC 22 “permitía dos tratamientos alternativos para el badwill. El tratamiento preferente señalaba que debía considerarse como un descuento de los valores razonables de los activos no monetarios adquiridos y la porción que no podía eliminarse (por ejemplo, en el caso de adquisiciones de negocios conformados principalmente por partidas de naturaleza monetaria como los bancos) debía tratarse como ingreso diferido. El tratamiento alternativo, en cambio, no exigía ningún descuento en el valor de los activos no monetarios adquiridos y prescribía el registro del íntegro del badwill como ingreso diferido que debía ser aplicado a resultados como ingreso sobre alguna base sistemática”4. El badwill tributario se puede presentar por ejemplo en el caso de una fusión por absorción, cuando el valor pagado por la sociedad absorbente es ahora menor que el capital propio tributario de la sociedad absorbida, vale decir, cuando la absorbente paga menos de lo que se encontraba valorado el patrimonio tributario de la sociedad absorbida, estaremos en presencia de un badwill tributario. En términos simples, se generará un badwill tributario, cuando existe un menor valor en lo que se refiere al pago hecho por la sociedad absorbente, en favor de los accionistas. Sobre este tema en particular podemos señalar la RTF Nº 01003-4-2008 publicada el 21 de enero del 2008, donde señala que “la deducción de la Plusvalía Mercantil Negativa - Badwill, dado que los ingresos derivados del badwill no constituyen ganancias de capital realizadas la que solo se produciría de venderse las acciones a un mayor valor al de su adquisición que a su vez resulte mayor o igual al valor patrimonial de las acciones, y que el ingreso por la plusvalía mercantil negativa fue generado por efecto de la adquisición de acciones a un menor valor al del patrimonio de la empresa emisora y no por efecto de la fusión misma, por lo que no resulta renta gravada para efectos del Impuesto a la Renta”. Esta situación podría ocurrir en el caso de empresas de reciente creación, ya que en los primeros años podrían generarse pérdidas a la espera de obtener beneficios futuros; o, cuando nos encontramos en un periodo desfavorable en la vida de la empresa. Sin embargo, el señalamiento de que el badwill no es renta producto ni ganancia de capital, siendo correcto, 4 VALLE LARREA, Carlos, “Sobre el origen y el registro de la plusvalía (Goodwill y Badwill)”. En Análisis Tributario. Agosto 2008. Página 20, publicación de AELE. I-8 Instituto Pacífico es irrelevante, pues, tratándose de empresas, una ganancia proveniente de una transacción con terceros puede estar gravada aun cuando no consista en los indicados tipos de ingresos, aspecto este que no se examinó. La afirmación de que el badwill no es ganancia realizada no tiene en cuenta que es la expresión de un incremento patrimonial materializado al adquirir activos en una combinación de negocios a un valor inferior a su valor razonable, lo que lo hace inasimilable a la mera asignación de un mayor valor a activos ya poseídos5. En el caso de empresas de reciente creación, es importante el papel que juega en el valor de la empresa el patrimonio empresarial, dado que constituye la reserva que se podrá tomar para cubrir la pérdida de los años deficitarios y la garantía de los créditos solicitados por la empresa. En el caso de la empresa deficitaria, la futura suerte de la empresa dependerá de sus perspectivas de rendimiento y de su estructura financiera, pues normalmente los resultados deficitarios van generalmente unidos a un desequilibrio grave de la estructura financiera. Esto hace que se imponga una reorganización financiera, reduciendo capital y devolviendo deudas cuando la liquidez aumente6. 2. Tratamiento tributario En el ámbito tributario, el inciso g) del artículo 44 de la Ley del Impuesto a la Renta considera como un gasto no deducible la amortización de llaves, marcas, patentes, procedimiento de fabricación, juanillos y otros activos intangibles similares, agregando que el precio pagado por activos intangibles de duración limitada, a opción del contribuyente, podrá ser considerado como gasto y aplicado a los resultados del negocio en un solo ejercicio o amortizarse proporcionalmente en el plazo de 10 años. Por su parte, el inciso a), numeral 2, del artículo 25° del Reglamento de Impuesto a la Renta indica que se consideran activos intangibles de duración limitada a aquellos cuya vida útil está limitada por ley o por su propia naturaleza, tales como las patentes, los modelos de utilidad, los derechos de autor, los derechos de llave, los diseños o modelos pla- 5 TALLEDO MAZÚ, César, Comentario de las Resoluciones del Tribunal Fiscal Nos. 6906-1-2008 y 1003-4-2008, IPDT Revista 47. Octubre 2008. 6 MASCAREÑAS PÉREZ – IÑIGO, Juan. Óp. cit. nos, procesos o fórmulas secretas y los programas de instrucciones para computadoras (software). Mientras que no se consideran como tales, a las marcas de fábrica y al fondo de comercio (goodwill). De este modo, se desprende que el tratamiento tributario de los activos intangibles dependerá de si estos son calificados legislativamente como activos de duración limitada o ilimitada, lo que posibilitará su deducción como gasto en un solo ejercicio o activarlos, permitiendo amortizarse como reconocimiento del desgaste o reducción del costo de un activo por el transcurso del tiempo y por el periodo limitado a su vida útil. Consideramos necesario hacer mención del tratamiento tributario otorgado al derecho de llave y compararlo con el goodwill. El inciso a), numeral 2, del artículo 25° del Reglamento de Impuesto a la Renta reconoce como activos intangibles de duración limitada a los derechos de llave. Esta disposición legal no es clara, ya que dicho Reglamento no define su concepto. En doctrina, se entiende por derecho de llave al privilegio sobre la clientela de una empresa7. Puede definirse también como el pago efectuado para acceder al negocio y no necesariamente para explotarlo. Se trataría de una suerte de contraprestación por permitir al adquirente entrar en un negocio en marcha, independientemente de asegurarle intrínsecamente que lograría beneficios futuros o que la empresa pueda tener los atributos de goodwill antes aludidos. Este derecho pagado sería de carácter temporal y susceptible de identificación por lo que se evidenciaría su distinción de los otros elementos conformantes del fondo de comercio8. Así lo señala el Informe N° 146-2010/ SUNAT que establece: “El derecho de llave calificado como activo intangible no forma parte del fondo de comercio o goodwill. Para efecto de la determinación del Impuesto a la Renta, la deducción del precio pagado por un derecho de llave está condicionada a que se pruebe que se trata de un intangible de duración limitada. Tratándose de un derecho de llave que aflora con ocasión de una adquisición estructurada a partir de dos operaciones: a) adquisición del cien por ciento de las acciones de una empresa y, posterior- 7 PÉREZ FERRO, Norberto. En Enciclopedia Jurídica Omeba. Tomo XVIII. Página. 893. 8 SÁENZ RABANAL, María Julia, “Tratamiento Contable y Tributario del Goodwill y el Derecho de Llave”. En Análisis Tributario. Lima. Octubre 1999. N° 267 Segunda Quincena - Noviembre 2012 Área Tributaria mente, b) absorción de dicha empresa por la adquirente de las acciones; para efecto del Impuesto a la Renta, dicho derecho de llave solo puede amortizarse por la empresa adquirente a partir de la entrada en vigencia de la fusión, siempre que sea identificable como un activo de duración limitada”. También encontramos una suerte de definición del goodwill que el Tribunal Fiscal realiza a través de la RTF Nº 7924-3-2004, que señala: “Que el concepto goodwill es identificado con la empresa en su conjunto, entendiendo como tal a una entidad económica que no solo está compuesta por elementos materiales si no por diversos atributos inmateriales, (…). La adquisición de los atributos inmateriales de la empresa estará necesariamente ligada a la de activos materiales que la conforman, por tratarse de elementos complementarios. Que de acuerdo a lo anterior, la empresa además de entenderse como un conjunto organizado de bienes, también está integrado por determinadas cualidades que la identifican en el mercado y que la distingue de sus demás competidores, otorgándole una mayor ventaja competitiva que se traduce en la lealtad de los consumidores o clientes que identificarán todos aquellos atributos inmateriales a una determinada empresa, y es precisamente ese mayor valor que se atribuye a la empresa lo que se considera como goodwill; Es por su identificación con el funcionamiento integral de una empresa en marcha que se considera como un intangible de duración ilimitada, en la que no se reconocería posibilidad de agotamiento o desgaste”. En otro caso, el Tribunal Fiscal en la RTF N° 04404-2-2004 reconoce que ambos conceptos pueden ser considerados como sinónimos: “Considerando que doctrinariamente el derecho de llave se define como la cantidad que, al traspasarse o enajenarse un establecimiento comercial o industrial, se paga por las utilidades que rinde, capitalizadas a un alto tipo de interés por lo general; así al venderse una tienda se valora la mercadería, las instalaciones, situación del local, clientela de que goza y las ganancias líquidas que obtiene; y que el goodwill, es la designación del derecho de llave en la lengua inglesa, que comprende la posibilidad de que los antiguos clientes sigan frecuentando el local, se puede concluir que el goodwill y el derecho de llave son conceptos similares que algunas veces son considerados como sinónimos, por lo que el denominado goodwill califica como un bien mueble”. Recientemente encontramos a la RTF N° 06106-3-2012 que señala: N° 267 Segunda Quincena - Noviembre 2012 “Se menciona que la regulación del Impuesto a la Renta distingue entre los activos intangibles de duración ilimitada, cuya deducción no está permitida y los intangibles de duración limitada por ley o por su naturaleza, cuya amortización sí es deducible para la determinación de dicho impuesto. Se precisa que el concepto ‘goodwill’ es identificado con la empresa en su conjunto, entendiendo como tal a una entidad económica que no solo está compuesta por elementos materiales, sino por diversos atributos inmateriales, tales como una notable organización, mientras que el ‘derecho de llave’ es un elemento integrante del goodwill, cuya composición puede variar de caso en caso, pero que en general y conforme a la doctrina francesa se le puede identificar con la clientela”. Sin perjuicio de las discordancias conceptuales, se establece que existe cierta identidad en el ámbito doctrinal entre los conceptos de goodwill y el derecho de llave, en tanto que este último estaría entendido dentro de los alcances del primero, pero guardando cada concepto su propia autonomía, es decir, cabría la transferencia del goodwill exceptuando el derecho de llave y viceversa. Este aspecto podría crear confusión, ya que al no existir doctrina uniforme ni regulación normativa expresa que delimiten los conceptos, el monto pagado más el valor sustancial de la empresa podría entenderse como derecho de llave o como goodwill. Tal como hemos señalado. Dicha calificación es sustancial ya que, mientras uno permite su deducción, el otro se encuentra prohibido. Con respecto a la oportunidad de la deducción, el numeral 4 del inciso a) del artículo 25° del Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta establece que el tratamiento de los activos intangibles solo procederá cuando los intangibles se encuentren afectos a la generación de rentas gravadas de tercera categoría. De acuerdo a dicha disposición, podría interpretarse que el precio pagado por los intangibles de duración limitada es deducible recién en el ejercicio en que son utilizados y no en el que se incurre en el gasto. Al respecto, la NIC 38 dispone que los desembolsos en una partida intangible deban ser reconocidos como gastos en el periodo en que se incurren a menos que formen parte del costo de un activo intangible. Luego señala que, la amortización de intangibles activados debe empezar desde el momento en que el activo esté disponible para ser utilizado. I En tal sentido, debido a que la norma tributaria no regula expresamente este supuesto, debe entenderse que cuando el intangible no es considerado como activo, el gasto debe considerarse en el primer ejercicio. Por otro lado, si el precio pagado ha sido activado, será materia de amortización desde que se utilice. 3. Recomendaciones De acuerdo con el artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta, son deducibles de la renta bruta, los gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, así como los vinculados con la generación de ganancias de capital. En el presente caso, el precio adicional pagado por los intangibles constituye un gasto que cumple con el principio de causalidad, ya que su adquisición se realizará con la finalidad de generar renta futura. Consideramos razonable equiparar el tratamiento de gasto deducible tributariamente, ya sea en un ejercicio o a través de la amortización, toda la diferencia entre el precio pagado por el negocio y el valor real o de mercado de los activos y pasivos plenamente identificables, siempre y cuando sea posible determinar el valor del intangible así como su vida útil, ya que este gasto ha sido efectivamente desembolsado con la finalidad de adquirir bienes intangibles que generarán renta gravada en el futuro. En tal sentido, si cumplen con los requisitos mencionados, el tratamiento tributario del derecho de llave y del goodwill debe ser similar. Con respecto a la determinación del valor del intangible, tal como hemos indicado, esta valoración se fijará de acuerdo a criterios concertados entre las partes intervinientes y se efectuará con métodos preestablecidos; por tanto, su valor será determinable, comprobable y objetable ante la Administración Tributaria. Con respecto a la estimación de su vida útil, creemos que si bien esta puede ser muy larga, por tratarse de beneficios económicos futuros de la sinergia de activos; sin embargo, siempre tendrá término. En el caso del goodwill, su valoración obedecerá a criterios relacionados con la naturaleza de la empresa adquirida y la vida útil de otros activos transferidos. Por tanto, su vida útil debe encontrare supeditada a todos estos elementos. Sin perjuicio de lo señalado, la norma podría establecer un límite de tiempo a considerar como vida útil en caso se opte por su amortización. Actualidad Empresarial I-9