¿Quema el agua hirviendo? El agua hierve a 100ºC, una temperatura abrasadora para los humanos. Pero eso sucede al nivel del mar. El punto de ebullición del agua, o de cualquier líquido, viene determinado no solo por la temperatura, sino también por la presión. A mayor altitud, donde la presión atmosférica es inferior, el punto de ebullición es menor. El agua que hierve a una temperatura más baja requiere más tiempo para cocer la pasta (en Cincinnati, a 165 metros, los macarrones están al dente en 10 minutos; en Denver, a 1609 metros, en el mismo tiempo aún están crudos), pero esa agua también está más fría para beber. En lugares de gran altitud, como el Tíbet, la gente puede beber té hirviendo sin quemarse. En el espacio, el agua se evapora a cualquier temperatura porque no hay suficiente presión para que se mantenga en estado líquido. Heidi Schultz, National Geographic 1a) Tema El texto desarrolla el tema del punto de ebullición del agua. 1c) Estamos ante un texto científico divulgativo aparecido en la revista National Geographic, que va dirigida a gente interesada por la ciencia pero que no son especialistas. De ahí que en el texto prime el discurso expositivo, que es el discurso que se emplea cuando pretendemos informar de manera clara y objetiva sobre algún tema, en este caso el punto de ebullición del agua y qué factores lo determinan (la temperatura y la presión). 1b) El autor del texto es un especialista o mediador, que transmite un mensaje (sobre el agua hirviendo) mediante un código (la lengua) y a través de un canal (el papel de la propia revista). La función predominante es la referencial (se corresponde con el texto en sí, para informar). Podemos observar la función apelativa en el título del texto, con esta pregunta se está llamando la atención al receptor. Heidi Schultz, el autor del artículo se basa en un lenguaje objetivo, universal y preciso (característica general en todos los textos científicos). La objetividad podemos verla en algunos elementos de nivel morfosintáctico: a) oraciones enunciativas con verbos en presente de indicativo (el modo de la objetividad) y sobre todo la tercera persona del singular (“el agua hierve a 100º C…”), que busca reflejar una impersonalidad reforzada por b) oraciones pasivas reflejas (“el agua se evapora”) y oraciones que evitan expresar el agente, fundamentalmente subordinadas con formas no personales (para cocer la pasta; para beber) La precisión se puede apreciar, también en el nivel morfosintáctico, en: c) uso de sustantivos concretos y de significado monosémicos (agua, temperatura, mar, altitud, presión…) d) el uso de adjetivos especificativos, que buscan la descripción exacta (temperatura más baja; gran altitud, estado líquido…) e) adyacentes preposicionales (para los humanos, de ebullición del agua, de cualquier líquido…) En fin, como fenómenos léxico-semánticos encontramos algunos tecnicismos: “punto de ebullición, presión…”. Además se observa una ejemplificación del día a día para hacer más comprensible la explicación: “los macarrones están al dente en 10 minutos”.