lm NEGOCIOS especial internacionales Todo el esquema absolutamente Entrevista a Julio Luque* ¿Cuál es su opinión sobre la fusión de instituciones especializadas en los temas de exportaciones y turismo en una sola entidad, es decir, PROMPERÚ? ¿Qué aspectos positivos y negativos tendría esta medida de reforma del Estado? Bueno, yo tengo una opinión contraria; me parece, y así lo expresé cuando se hizo el proyecto, que ha sido un error fusionar ambas entidades. Porque si bien en teoría pareciera que hacen actividades similares, es decir, difundir la imagen del Perú como país exportador o destino turístico, la realidad es que el cliente al cual se dirigen es distinto. En el caso del producto exportador nos referimos a compañías, empresas de trading, cadenas de supermercados nacionales e internacionales, o cualquier consumidor. En el caso del turismo, hablamos de personas interesadas en venir al Perú, situación muy diferente. Pero, además de eso, los canales de comercialización de la exportación y del turismo son también totalmente distintos, no se parecen absolutamente en nada. No es lo mismo un tour operador que un trader de harina de pescado. Finalmente, el producto que vendemos también es distinto. Entonces, tenemos todas estas grandes diferencias. No existe similitud entre el turismo en Machu Picchu y la eficiencia en el cultivo de espárragos. De acuerdo con lo anterior, si tú tienes dos entidades que venden un producto distinto, a un consumidor distinto, a través de un canal de comercialización distinto, para mí no tiene ningún sentido que PROMPEX y PROMPERÚ se hayan fusionado. En ese sentido, creo que hay dos desventajas: Primero, se pierde la focalización al combinar profesionales en el tema de exportaciones y turismo; segundo, ya que no se sabe los resultados en el tiempo, el gran temor que existe en el gremio del turismo es la pérdida de protagonismo. Cada vez que se habla conjuntamente de comercio exterior y turismo, el primero siempre se llevará el protagonismo. Todos los ministros que pasaron por MINCETUR cuentan con un perfil y experiencia básicamente de comercio exterior y no de turismo. Si se observa hoy cuál es la agenda del Perú, destaca el TLC. Además de esto, existe una agravante. Anteriormente, PROMPERÚ contaba con un fondo y tenía un dinero que se dedicaba exclusivamente al turismo, las autoridades han prometido que va a seguir siendo así. Sin embargo, la fusión institucional crea serias dudas. Obviamente, habrá alguna ventaja mínima por los menores costos de operación, menores tareas administrativas, pero nada más. Todo el esquema comercial, todo el esquema promotor es absolutamente distinto en turismo y en exportaciones. ¿En qué medida es posible que el turismo o la imagen generada para nuestro país aporte en el tema exportador? Sin ninguna duda, existe un efecto rebote o una contribución entre ambas, pero desde mi punto de vista es marginal. Cuando el Perú se pone de moda como destino turístico, obviamente los ojos de un turista potencial se dirigen al Perú y los compradores de espárragos o textiles también serán consumidores potenciales. Ocurre que gente que llega por negocios al Perú lo ve también como destino turístico. Así, no hay duda del efecto sinérgico entre las dos actividades. Sin embargo, un país puede ser perfectamente una potencia exportadora y no ser un gran destino turístico, y viceversa. ¿Cómo se ha tratado el tema del fomento del sector turismo y la sostenibilidad para turismo especial comercial, todo el esquema promotor es distinto en turismo y en exportaciones el cuidado de los recursos naturales o el patrimonio histórico? ¿Qué importancia tiene esta visión en el largo plazo? En teoría, ahí existe un conflicto que debe administrarse. Tienes desde un extremo muy negativo el lado de aquellos que quieren que no se haga nada y no se toque nada en beneficio de preservar un patrimonio histórico-cultural. Sin embargo, lo único que logran es condenar a la pobreza a la gente que vive en medio de ese llamado patrimonio. En el otro extremo, se observa la barbaridad pues de atropellar y de destruir el patrimonio a cambio de hoteles o rutas turísticas. Entonces, lo delicado de esto es que debe conocerse el lugar correcto. Por ejemplo, cuando tú desarrollas una ruta turística, el hecho de que vayan cantidades importantes de turistas es de por sí un riesgo; sin embargo, tienes que medir ese trayecto y considerar alternativas y otros aspectos más. Sino se terminaría en las barbaridades que hemos visto; las líneas de Nazca destruidas, los saqueos a las tumbas, etc. ¿Qué puede aprender el Perú de la experiencia de otros países que hayan aplicado políticas de turismo exitosas? El ejemplo en el mundo, dado que es el que mejor se ha desarrollado en este aspecto, es Australia. Este es, sin duda, el mejor ejemplo a seguir. Hoy mucha gente habla de España, porque dicen que tiene 50 millones de turistas. Es cierto, pero cuando tú empiezas a analizar los números y observas cuántos de esos millones hacen tránsito –digamos, porque entran y salen de Europa-, cuántos van por negocios, cuántos son los europeos de la frontera; entonces, no es el ejemplo adecuado. ¿Por qué Australia es un buen ejemplo? Primero, se debe considerar que les cuesta un montón traer turistas. ¿Por qué? Porque están en el fin del mundo. De cualquier parte del mundo a Sydney el pasaje no cuesta menos de US$1500-1000, con lo cual tienen una gran limitación. En ese sentido, se han sobrepuesto al tema de falta de conectividad. Lo primero en que se ocuparon los australianos fue en promoción; entonces se dieron cuenta de la necesidad de contar con una mayor cantidad de aviones de muchas partes del mundo. Así, hicieron toda una promoción y luego una segmentación muy clara. Ellos trabajan básicamente por mercados. Sobre todo en el tema asiático hicieron una oferta especial: comunicación, publicidad, entre otras estrategias. Para el mercado de EE.UU. es distinto a lo de los asiáticos. Este es un mercado muy segmentado. Por otro lado, destinaron un fondo de promoción espectacular, que a este año es de US$120 millones, seis veces el fondo peruano. Un punto importantísimo fue el rol promotor del Estado, este lo debe liderar; sin embargo, sí creo que el sector privado tiene que participar en la generación del fondo. Es decir, hoy en día quien genera el fondo es el Estado, los privados no ponen ni un centavo; lo lógico es que una vez que el Estado otorgue la fuerza inicial, los privados deberían comenzar a participar en su manejo y, posteriormente, en la contribución. *Director-METRICA, Consultor’ia Gerencial.