UNA PEDAGOGIA DEL AMOR POR: PATROCINIO NAVARRO VALERO ORIENTACIÓN AL LECTOR Si alguien me preguntara sobre este libro tendría que decir que es el resultado de una larga experiencia, y ante todo un trabajo que se opone a la fragmentación de la vida y del conocimiento en compartimentos estancos, que pretende encontrar nexos que unan aspectos tan diversos desde el punto de vista académico como Sicología, Filosofía, Religión y Espíritu, Ciencia, Sociología, y Cultura, relacionados con Educación. Pero no es un libro académico, aunque intente expresarse con rigor. Es, ante todo, un libro experimentado desde el amor y para colaborar al advenimiento de una Sociedad del Amor, producto de años de trabajo e investigación en diversos campos que intentan confluir en estas páginas. Los responsables de educar, pueden encontrar en estas páginas ciertas ideas y experiencias útiles para su quehacer diario, pero sobre todo pueden hallar encontrar diversas reflexiones que tal vez le ayuden a encontrar el sentido último del educar, que no es adiestrar, ni domar mentes, ni preparar a futuros obreros sumisos. También los padres encontrarán aquí elementos útiles para su punta de vista como educadores. Y en general, los espíritus dados a pensar por su cuenta pueden hallar aquí a un aliado. Este es, pues, un libro poliédrico con diversos rostros donde se manifiesta una y otra vez, una realidad multiforme y ramificada. Cada uno de estos rostros de lo que llamamos "Realidad", y que contribuye a configurarla, no tiene sentido por sí mismo si no tiene en cuenta diferentes facetas de otros. Esto se hace especialmente evidente en el terreno de la educación. No se puede educar desde parcelas que se ignoran entre sí. No se puede educar desde parcelas cuyos contenidos hayan sido manipulados. No se puede educar desde distintos planteamientos por parte de los responsables. Y, desde luego, no se puede educar sin la participación directa y consensuada entre todas las partes implicadas en el proceso: Autoridad académica, padres, profesores y alumnos. La ausencia de estas consideraciones fundamentales nos ha conducido al desastre que observamos en materia de educación en nuestro mundo, de lo que resulta que sea como es. REALIDAD POLIÉDRICA Y CIENTÍFICOS MIOPES La realidad es poliédrica, y cuantos más aspectos se perciban, se relacionen entre sí y "encajen"formando el conjunto, más cabal será nuestra comprensión del Todo Universal subyacente. En la disección cultural de que somos víctimas (aunque el horizonte se despejará poco a poco), cada cirujano de la realidad vive inmerso en alguna de sus parcelas, afanosamente ocupado en descifrar la parte sin mirar al conjunto, considerando que las demás o bien carecen de importancia, o la tienen solo en la necesaria medida que convenga a sus propios fines investigadores, y que la meta final, en todo caso, no es una aproximación a ningún "todo", ( y menos a un Todo con mayúsculas), ni una integración multidisciplinar, sino una hipotética mejor comprensión de su propia parcela, de la que se espera no tanto su grado de certeza como su efectividad práctica en la economía de mercado. Esta es la base funcional cotidiana de un tipo de cultura donde el conocimiento está repartido en compartimentos casi siempre estancos y donde en cada uno de ellos pontifica un tipo de gentes aparentemente más allá del bien y del mal, que aparecen como pequeños dioses de esas parcelas. Inevitablemente, con el paso del tiempo, acabamos por conocer la limitación de visión interesada en sus propias parcelas, con sus correspondientes consecuencias negativas para la comunidad. Por ejemplo, aquellos científicos que investigan para industrias bélicas, o en energías "sucias", o experimentan con animales en laboratorios, y hasta el lado personal "demasiado humano" e impresentable de tantos supuestos sabios como aparecen ante nosotros como paradigmas de civilizados. Pero no son los únicos. Mientras llega el momento de la verdad, notables y famosos de toda condición llenan selectos auditorios, se prodigan en ciertos medios de comunicación, se exhiben en congresos, son arropados, premiados y enaltecidos por la industria a la que sirven,- y por sus señores,- y terminan por configurar la red de eso que llamamos en términos clásicos la "Intelligentzia", la "Comunidad Científica" o lo que corresponda. Pero al conocer de cerca sus puntos de vista, vemos cuán alejados se hallan los unos de los otros (lo que hace dudar de la verdad que encierra cualquiera de ellos), cuánto personalismo, cuántos intereses que poco tienen que ver con la verdad, el auténtico progreso y la investigación integradora de los conocimientos para el bien colectivo se halla en sus discursos, en su trabajo y en sus vidas. Algunos claman a veces contra una realidad social que no les gusta, pero no van al fondo de las cuestiones; se manifiestan algunos, contra dictadores, guerras, y otros asuntos de interés cívico, pero no van al fondo de las cuestiones. En escasas ocasiones se atreven a criticar abiertamente a las jerarquías de poder en cualquiera de sus manifestaciones (política, religión, economía, cultura, etc), pero si por alguna razón se ven obligados a emitir una opinión sobre algunos de esos aspectos no van jamás al fondo de las cuestiones. Y cuando se ponen a filosofar es mucho peor, pues el engreimiento intelectual y el no practicar lo predicado les impide ver el fondo de nuevo, y además les hace vulnerables a las críticas ajenas, pues se hace evidente su fariseísmo. Queda pendiente saber hasta qué punto se haya mediatizada y deformada su mente por los prejuicios culturales al uso que les impide realmente saber cual es el fondo de las cuestiones. Y entonces no serían unos oportunistas o unos fariseos únicamente, sino unos ignorantes. LOS OTROS CIENTÍFICOS Y LA OTRAS REALIDADES Lo más asombroso de la mayor parte de la Ciencia, y de una parte importante de los científicos, es su habilidad para eludir ciertas preguntas relacionadas con la constitución profunda del Universo, el sentido espiritual de la existencia y las inquietudes milenarias de los hombres como seres cuya conciencia sobrevive a la muerte, en un Cosmos organizado de manera tan perfecta que es imposible la exclusión de nada ni de nadie, donde ni siquiera un pensamiento se pierde, por ser energía. Para una parte de la ciencia más avanzada, sin embargo, adentrarse en estas investigaciones es un reto para avanzar hacia el conocimiento profundo del Cosmos, que le lleva a contemplar otra dimensión de la realidad o diferentes aspectos de la misma no contemplados hasta el siglo XX. Esta avanzadilla la forman científicos bien conocidos, -aunque menos como filósofos,- tales como Albert Einstein, Ervin Schrödinger, Bohr, Oppenheimer, D.Bohm, Capra y muchos más. Todos ellos se plantean el universo desde un punto de vista integrador y establecen nuevos puntos de vista que facilitan aproximarse al fondo de las cuestiones, aunque no todos lleguen a las mismas conclusiones ni tengan una visión unitaria o espiritual semejante. Huir del planteamiento acerca de la realidad última de cuanto existe y de la organización profunda de lo que existe más allá de lo evidente supone no abordar su esencia, sus raíces, ni sus consecuencias éticas, culturales, sociales, o de otra índole, pues vivimos en el Universo, formamos parte, estamos sujetos a sus leyes , leyes que la astrología, la astronomía, la física y otras ciencias se han ocupado de desentrañar y de cuyo conocimiento estamos mucho más cerca que en toda la historia humana anterior. Pero ello exige un extraordinario esfuerzo por eliminar prejuicios particularistas y parcelas inconexas del conocimiento, por no mencionar limitaciones ideológicas o puntos de vista filosóficos o religiosos que en nada corresponderían hoy día a los avances de la ciencia del siglo XXI. Imaginemos la Realidad como un árbol. Las mariposas absorben el néctar, las hormigas construyen su hormiguero, el pájaro carpintero hace su trabajo, los gorriones hacen su nido. Si pudiéramos hablar por separado con cada uno ninguno de ellos sabría qué es el árbol, por qué la vida habita en él, qué relación tiene con el Cosmos, etc. Por supuesto, cada uno de esos animalitos nos daría su visión particular del árbol, incluso con gran lujo de detalles, pero sus datos serían siempre limitados y superficiales, faltos de una visión de conjunto. Sabe cada uno lo que ve exteriormente en su propia área de experiencia, tiene una imagen que considera la realidad, pero eso es sólo un reflejo de la totalidad árbol, de la Realidad Árbol, que no puede percibir ni transmitir. Esto, extrapolado al mundo del conocimiento, impide la interconexión real de las caras del poliedro-Realidad para ser bien comprendido. Por tanto, sólo se araña su epidermis y se observan algunas tan solo de sus facetas. Esto es una expresión de la sociedad fragmentada que hemos construido. Y de la fragmentación a la confrontación existe menos distancia que entre un árbol y su sombra. EL BAILE DE LOS PARCELEROS LOCOS El gran paradigma de las sociedades modernas se basa en el desprecio de la totalidad y en el cultivo de grandes parcelas convertidas en parcelas de negocio y poder: multinacionales, poder político, poder religioso, poder mediático, financiero, etc. De ellas dependen otras parcelas (ciencia, recursos, cultura, educación etc.) y en cada una de estas parcelas subsidiarias –que tienden a reproducir el patrón paradigmáticofiguran nombres y apellidos de personas o sociedades de personas. Y el conjunto se mueve. Cada una de las grandes parcelas-madre intenta tomar el control sobre las otras y sus filiales dependientes a fin de aumentar su tamaño y su poder. ¿Quienes dirigen las grandes parcelas y planean los grandes movimientos? No se muestran jamás públicamente. Dan la cara por ellos ciertos individuos a los que llamaremos "prohombres de portada". La mayoría de estos "prohombres de portada" se nos muestran como espiritualmente muertos, escépticos, agnósticos, o materialistas; creen que la vida consiste en pertrecharse del suficiente poder que les permita triunfar sobre otros aspirantes, de conocimientos suficientes que les otorguen cierta dignidad intelectual, y de lo suficiente para llenar sus despensas y su tiempo de existencia que suponen limitado a este mundo. Este es el paraíso terrenal de los políticos, "especialistas", "expertos", ideólogos, "gurús" en los diversos ámbitos; todo ese variopinto mundillo de los auténticos disgregadores y de los Oportunistas del Conocimiento. La fragmentación cultural y la ignorancia de unas partes sobre las otras, es, por su intervención, la clase de cultura que llega a las escuelas de nuestros hijos mucho más tarde de darse a conocer "en sociedad", cuando ya ha "calado" suficientemente como ideología o como paradigma socialmente rentable. Al negar la meta-Física(el "más allá "de la Física) con su sentido de la lógica racionalista, cartesiana, materialista y newtoniana heredadas del pasado, los que dirigen el mundo cultural, científico y académico creen haber llegado al summun de la sabiduría, y unos a otros se dan la razón en este aspecto, y por ello se reconocen entre sí, mientras a través de su trabajo influyen sobre multitudes ignorantes, que los toman por auténticos sabios sin darse cuenta éstos de la enorme responsabilidad de conciencia que contraen disgregando, manipulando, empobreciendo la Realidad, y apartando de ella a las gentes de menores conocimientos, como sucede en el mundo intelectual, en el mundo científico y en el mundo de las religiones oficiales. Si las personas responsables de formar opinión conocieran las consecuencias negativas - o Karma -, que les supone el errar y arrastrar a error a otros,-por no hablar de su papel como elementos involucionistas en el colectivo humano- casi es seguro que la mayoría de los libros no existirían, los científicos jamás investigarían otras cosas y los responsables de la sociedad en cualquiera de sus aspectos tendrían mucho más cuidado en hablar y en actuar del que tienen habitualmente. Por supuesto, dejarían de mentir y manipular mentes. La impresión que mientras tanto recibimos de la realidad si miramos el conjunto de las culturas del mundo, es que nos hallamos ante un enorme campo donde reina el particularismo, el elitismo, el seguidismo, la falta de conocimiento profundo y un largo etc., con la sensación de que la realidad es una complejidad inarmónica, un rompecabezas donde las piezas nunca encajan. Un enorme galimatías. SOLTAR LASTRE PARA ASCENDER EN GLOBO La Realidad, sin embargo, es armónica, unitaria y curativa y esto se descubre si uno se implica sin prejuicios en la tarea de conocerla científicamente, existencialmente y, en la medida de sus convicciones, realizando las leyes espirituales. El sentido de la propia vida y la construcción del propio destino, partiendo de distintas ramas del conocimiento y de una correcta educación; el sentido del individuo en la sociedad, la desmitificación de cuestiones como las falsas ideas sobre Dios castigador o la muerte son conceptos a tener muy claros. Igual podemos decir del valor fundamental de la reencarnación, y de la auténtica Ciencia, el sentido de la vida y de la educación y la comprensión de lo espiritual más allá de las instituciones religiosas que transmiten el catolicismo y derivados. Todos esos lastres o desconocimientos que se arrastran por los siglos y entorpecen la evolución personal y de la colectividad interfieren profundamente en la educación .Esto motiva numerosas reflexiones en las páginas de este libro multifacético que pretende ser útil en el momento actual de la humanidad presente, víctima de la globalización al servicio de los que manejan este mundo, y corrompida por toda clase de vicios, abusos, injusticias, y mentiras, empobrecida a marchas aceleradas y privada de esperanza. Este es un libro que plantea la necesidad de cambios en la educación, pero no únicamente, donde otras ciencias relacionadas tienen su propia y particular conexión con el tema, pues educar exige un acercamiento a diversos aspectos de lo que llamamos "realidad" para comprender a fondo el sentido de lo que llamamos "educar", y que lo forman diversas ciencias, hechos y fenómenos de diversa índole multirrelacionados, en donde es frecuente encontrar en cada uno de ellos referentes precisos de los otros, pues todo está en todo. Esta ley que se cumple en la Naturaleza y en el Cosmos, como un inmenso holograma, no puede faltar a su cita en el campo de la educación. Por tanto, no encontrará el interesado por este trabajo un libro "lineal" al uso, donde capítulo a capítulo se desenvuelva el guión previo. Todo está en todo, y el autor afronta el riesgo de lo inusual presentando unos textos donde podría parecer innecesario el repetir ciertas ideas, pero lo inusual de algunas en nuestro entorno cultural hace preciso esta repetición desde distintos contextos para mejor comprensión. Determinados conceptos con los que muchos lectores aún se hallan poco familiarizados, aparecen a lo largo y ancho de estos escritos buscándose, entrelazándose, explicándose en relación al conjunto y, en fin, proporcionando la perspectiva que se estimó necesaria para que se considere el hecho de educar, pensar y vivir en sociedad como algo profundamente relacionado con nuestra capacidad de interiorizar la realidad y así poder dotarnos de instrumentos para trabajar en ella desde los conocimientos adquiridos, y no como una serie de recetas parciales ideadas por expertos para que cada cual las aplique en su caso, ignorando que no existe en nuestro mundo nada separado de nada, excepto en las mentes de las gentes ignorantes, manipuladas, o interesadas. DESCORRIENDO CORTINAS Vivimos en una sociedad compleja y ramificada a la que es imposible eludir. Configuramos un paisaje cultural, sociológico, económico, filosófico, científico, religioso, espiritual, en suma, presente en nuestras vidas al que es necesario comprender, y más ahora precisamente, cuando todo este paisaje nos presenta su rostro más crepuscular después de tantos siglos de aparente civilización, donde es posible que mil millones de seres humanos decidan el destino de casi seis mil millones, de los cuales una inmensa mayoría son pobres, doscientos cincuenta millones son niños explotados, doce millones son esclavos, mueren cincuenta mil diarios por hambre o enfermedades y donde las guerras son habituales en todos los continentes de un modo o de otro, propiciadas por mafias económicas, políticas y armamentistas...Por no hablar de la condición opresiva o desigual en que vive la mujer en prácticamente todo el Planeta; de la dificultad de acceso a la cultura en todos los tramos de la mayor parte de los niños y jóvenes del llamado "Tercer Mundo", de la falta de derechos laborales o de la explotación del trabajo independientemente del sexo y de la edad, de los millones de analfabetos, de los millones de desplazados por las guerras, de los cientos de miles que mueren en los mares y en otros lugares intentando huir del infierno de sus países...Una civilización aparente, en suma, que no ha conseguido erradicar la pobreza, ni la desigualdad ni la enfermedad, pero que se permite el lujo de las investigaciones espaciales millonarias, de invertir ingentes cantidades en armas sofisticadas, de contaminar la Tierra de infinitas maneras, y de amenazar la existencia general de las especies acabando con los recursos naturales y con las condiciones de salubridad del Planeta entero. Analizar críticamente qué causa esta civilización aparente, y con ella la educación que nos proporciona, y orientarnos hacia otras dimensiones desfiguradas, eludidas, o poco contempladas, es una tarea ya urgente para aquellos que deseamos un mundo mejor que el mundo fragmentado, peligroso y de mal pronóstico en que vivimos. Y para todo ello es necesario un punto de vista adecuado, una ventana abierta al Cosmos que nos permita acercarnos a comprender la totalidad y comprendernos cada uno en ese Todo al que aspiramos, precisamente porque provenimos de él., nos nutrimos de él y somos en él, independientemente de poseer o no nuestro traje orgánico corporal. Saber, pues, quiénes somos y tener así un punto de vista para entender lo que vemos, y a la inversa: entender lo que vemos para alcanzar a saber algo sobre quiénes somos en los contextos del más acá y del más allá es un objetivo esencial de este trabajo. Espero, amigo lector, que con la arena de las torres que se derriban aquí y el cemento de la unidad en el amor, podamos ir aportando materiales para la sociedad que ha de suceder inevitablemente a esta sociedad de la fragmentación y el conflicto: la sociedad de la paz, de la armonía, del verdadero conocimiento y del progreso verdaderos, que nacen en la evolución de la conciencia personal que ha de formar a su vez la conciencia colectiva. Pues si algo nos queda claro después de tantos siglos es que no es posible ningún avance social ni cultural verdadero si no existe un avance de la conciencia espiritual, personal, de cada individuo. Y no es posible ese avance sin un tipo de educación que favorezca el conocimiento de sí y la práctica positiva de ese conocimiento en la convivencia del día a día, en el esfuerzo diario por superarse a sí mismo en libertad y sin jerarquías sacerdotales, políticas o de otro tipo a las que les hayamos concedido el privilegio de someterles nuestra conciencia para que ellos interpreten el mundo por nosotros. La "ilustración" libresca o cultural no resuelve tampoco los problemas de una persona, de un país o del mundo. Muy al contrario, el uso que de ella se hace por la presente civilización, los agrava paso a paso. El caos en que se está convirtiendo este mundo a marchas aceleradas da testimonio del fracaso generalizado de la educación y de las verdades que niegan los que defienden a ultranza (con guerras preventivas, penas de muerte y otras conductas antisociales y contra las leyes de la vida) sus propias riquezas materiales y sus hondas miserias espirituales; su mucho poder y su poca conciencia. Padres, profesores, educadores y todas las personas que tienen relación con el mundo de la infancia y la juventud tienen aquí una labor maravillosa por hacer. Seguramente las generaciones próximas les agradecerían mucho en su momento tener respuestas claras sobre asuntos como los que tratamos aquí. También los buscadores, los inconformistas, los desorientados, los que desean tener un modo de pensar coherente con la Naturaleza, los que buscan otras formas de espiritualidad ajenas a las iglesias, los defensores del pensamiento libre, en suma, pueden encontrar en este libro poliédrico algunas buenas noticias. Ese es, al menos, el deseo del autor. HOY, EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI... HOY, EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI... CIENTOS DE MILES DE NIÑOS Y NIÑAS DE ESTE PLANETA SON: Asesinados y asesinadas al nacer. Abandonados o vendidos en cualquier momento, en especial si son niñas. Maltratados física y emocionalmente en orfanatos anónimos. Secuestrados y mutilados para bancos de transplantes de órganos. Prostituídos y prostituídas. Maltratados física y emocionalmente en sus hogares. Mutiladas genitalmente las niñas por criterios fanáticos. Llevados-as a las guerras como soldados forzosos y esclavas sexuales.. Utilizados como esclavos y esclavas de servicio doméstico. Obligados a matrimonios de conveniencia de las familias. Violados-as por redes de pederastas y hasta por el clero. Violados-as por sus propios padres, familiares o personas próximas. Perseguidos y muertos en barrios sin ley de ciudades sin ley. Utilizados y utilizadas como señuelo comercial. Privados por sus gobiernos de medicinas y centros que podrían salvar su vida. Obligados a trabajar en minas y todo tipo de industrias desde muy pequeños. Despreciados-as a menudo a causa de su religión, situación social, origen. Víctimas del SIDA. Víctimas de minas anti-persona, bombas de racimo o bombardeos criminales. Víctimas pasivas e indefensas en todas las guerras. Testigos mudos del horror en todos los conflictos, familiares o bélicos. Utilizados-as como rehenes y asesinados-as por los fanáticos del terror. Condenados-as a vivir junto a basureros infectos para ganarse la vida. Incomprendidos, marginados y violentados educacionalmente. Condenados al analfabetismo en muchos países, en especial las niñas. Educados para ser siervos en lugar de señores de sí mismos. ..... Y muchas otras incontables crueldades que nos alejan de la idea de civilización. Denuncio ante la conciencia del mundo esta ignominia sin igual en toda la Historia conocida que ha ido creciendo en lugar de retroceder, descubriendo así el nivel de empobrecimiento físico, mental y espiritual de la especie humana (desde el aire que respira, el alimento que come, las ideas que asume y las emociones que siente) y la necesidad urgente de profundos cambios en la educación de la humanidad para evitar que las semillas del dolor de tantos millones de niños de hoy sea mañana la cosecha de dolor de todos. A esos millones de niños y niñas victimas silenciadas de la barbarie de la presente Sociedad de la Confrontación va dedicado este libro desde lo más profundo de mi alma, deseándoles que alcancen a vivir más pronto que tarde en la Sociedad de la Paz y el Amor que habrá de suceder a la presente. Esta es sólo una gota para formar lluvia con otras, y hacer brotar las semillas de renovación que viven en el corazón de cada ser humano. Ojalá llueva en tierras fértiles. Ojalá abundantemente. Ojalá enseguida PARTE I CAPITULO 1 LA SOCIEDAD DE LA CONFRONTACIÓN ES EXAMINADA... Y... SUSPENDE Si partimos de la base de que la educación en cada país constituye el cimiento de su capacidad de sobrevivir en el tiempo y de contribuir al progreso general de la humanidad, no podemos dejar de inquietarnos ante los resultados académicos negativos en gran parte de países supuestamente avanzados, entre ellos España, y ante los numerosos conflictos entre los miembros de la comunidad escolar (alumnos, profesores, padres) y asesinatos en colegios e institutos en EEUU y Europa. FRACASO ESCOLAR, FRACASO SOCIAL Se viene hablando desde hace muchos años del "fracaso escolar", definido como la incapacidad de un número muy alto de alumnos (del 40 al 50%) para adquirir los conocimientos mínimos programados para su nivel o Curso. No se evalúa la calidad de la educación, sino el porcentaje de éxito en las asignaturas del currículo. Ciñéndonos a los resultados académicos, numerosos estudios han aportado datos y conclusiones sobre las causas de los altos índices de fracaso escolar en Occidente. Algunos estudios destacan el bajo nivel de renta familiar, lo que obligaría a las familias a tener que acudir a la mano de obra infantil de la casa en algunos grupos de población, especialmente rural, siendo así el absentismo, junto al escaso interés por la cultura de su medio familiar de rentas bajas, el responsable de su bajo rendimiento. Eso exigiría a los gobiernos un replanteamiento muy importante de sus políticas sociales. Nunca se hizo. Y lo peor es que todos los indicadores apuntan a que los gastos sociales van a ir a menos a medida que la crisis económica del sistema vaya a más. En Estados Unidos ya sucede esto. Se inventaron programas-ayuda de "Educación Compensatoria",cuyo objetivo final era precisamente el remontar en lo posible las desigualdades culturales de los más desfavorecidos .Pero como estos programas no pueden equilibrar lo que una sociedad injusta y un medio familiar problemático desequilibra de continuo, fracasan también de continuo. Y el fracaso escolar por pertenecer a una familia pobre, y/ o inculta, sigue. Pero esa no es, ni mucho menos, la única causa. Otros estudiosos culparon de los malos resultados a la cantidad de conocimientos excesivos que se exige a los estudiantes, y hasta parece que convencieron a los gobiernos, que finalmente también los hallaron excesivos. Entonces redujeron los contenidos, y también acortaron las carreras en ciertos estudios superiores Al mismo tiempo, aumentó la tolerancia para dar notas finales satisfactorias para alumnos y padres en los niveles básicos. A pesar de eso, los estudiantes no aprendían más, pues la causa no parecía estar ahí, en la cantidad de conocimientos, sino en el NO DESEO de aprenderlos. Esto, no obstante, mejoró las estadísticas. Sólo eso. Ahora bien: el grado de exigencia en la Universidad en los estudios técnicos especialmente no solo se mantuvo, sino que aumentó, por la necesidad de hacerse competitiva y útil para una sociedad cada vez más compleja y de mayores exigencias tecnológicas y conceptuales. Y esta cuestión motivó que el fracaso de todos los sistemas educativos se desplazaran hacia los niveles universitarios, especialmente hacia los primeros cursos de las Carreras. Ahí volvieron a coincidir las estadísticas y la realidad. De modo que la rebaja de los contenidos por curso en los estudios básicos y medios tampoco era la solución. Viendo que la situación no mejoraba, los gobiernos y organizaciones independientes de profesores progresistas – cada uno por su lado- decidieron que había que hacer mayor hincapié en la formación del profesorado. Se organizaron escuelas de verano, cursos de reciclaje y formación permanente de los profesores, se tomaron como paradigmas los métodos de trabajo inspirados en Freinet, la Pedagogía Operatoria de Piaget, diversas variantes del Constructivismo y los métodos poco memorísticos en general... Muchos profesores hicieron- y hacen - cursos preparándose mejor para llevar a cabo su tarea, y muchos gobiernos siguen ayudando a los profesores con ciertos medios técnicos y personales. Pero… los alumnos y alumnas seguían y siguen fracasando, pues el problema tampoco parece estar en la buena preparación del profesor, sino en algo mucho más profundo y decisivo: el desinterés y apatía de los alumnos. Estos son cada vez más difíciles de de motivar y a edades cada vez más tempranas. Así que cabe preguntarnos: ¿Podemos cambiar los modelos? Esta es la pregunta que cada día se plantean millones de personas en todo el mundo, especialmente en el mundo rico occidental, debido a la cantidad y a la cualidad de problemas que presenta la diaria convivencia con niños y adolescentes en las familias y en las aulas. Parece, pues, urgente averiguar las fuentes de esos conflictos, establecer sus causas. Aquí se expondrán muy diversas reflexiones sobre esas causas y diferentes ideas para facilitar un cambio de modelos en la educación de base, y contribuir en la medida que sea posible al nacimiento de la Sociedad de la Cooperación, o Sociedad del Amor, como paso evolutivo siguiente al actual: la Sociedad de la Confrontación, donde la fragmentación de los conocimientos, su abuso utilitarista y su falta de conexión con valores morales a escala planetaria ha llevado al mundo a extremos de desunión, infelicidad y destrucción sin igual en toda la historia. De ahí el nombre de Sociedad de la Confrontación para definir el mundo en que vivimos, sin importar en qué parte nos encontremos, su desarrollo tecnológico, su renta per capita y todo eso, pues si existe algo realmente globalizado antes que la economía global es el desamor global y su negro cortejo de envidia, deseo de poder y poseer, deseo de reconocimientos y otras calamidades. Con estas energías negativas tan presentes en el alma humana no pueden construirse sociedades donde el amor, la generosidad, el desinterés y todos esos sentimientos que llevan a la cooperación puedan aflorar fácilmente. Por eso, en lugar de sociedades de cooperación tenemos sociedades de confrontación separadas por fronteras y todo tipo de intereses, al igual que sus propios habitantes lo están por las fronteras de los egos inferiores y sus propios intereses egoístas. Si queremos cambiar lo que nos daña personal y socialmente es preciso sentar bases de cambio social desde la reflexión y el amor altruista y aportar la conciencia activa amorosa y cooperativa de cada uno de nosotros a este mundo que nos toca vivir. Es preciso aportar la experiencia necesaria para saber analizar el tipo y calidad de nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y nuestros actos referidos a nuestra vida cotidiana y en relación con aquellos que nos rodean en diversos ámbitos: familia, centro de enseñanza, etc. El tener en cuenta estos elementos primeramente en nosotros si somos padres o educadores nos ayudará a promover la autorreflexión y a facilitar cambios positivos en aquellos que debemos educar, pues no se puede dar lo que no se tiene. Experiencias en este sentido favorecen un buen ambiente familiar y dan buenos frutos cuando se ensamblan con la educación de las aulas produciendo una mejor relación familia-escuela, hoy muy limitada y obstaculizada de muchas maneras debido al aislamiento real de las familias respecto a los centros educativos de sus hijos, la falta de propósitos educativos comunes familia-medio escolar, y las interferencias de presiones políticas o religiosas circunstanciales que pretenden adoctrinar a los jóvenes, y en lugar de formarles les deforman mentes, emociones y actitudes. Hasta que no esta costra secular no será posible el nacimiento de la Sociedad de la Cooperación, ese otro mundo posible al que aspiramos tantos. Como consecuencia de no haber dado con la clave hasta hoy, el malestar en las aulas no sólo no se resuelve, sino que alcanza cada vez mayores cuotas de violencia y/ o pasotismo. Esta es una manifestación evidente de un fracaso escolar no provisional, sino estructural. Es como una vieja enfermedad que se ha cronificado y se manifiesta de diversas maneras produciendo diversos síntomas, como el de las bajas calificaciones o las conductas reactivas. En el día a día se vive en las aulas una situación de conflicto con estallidos de diversa envergadura, donde la autoridad de los profesores es contestada, y sus enseñanzas vividas poco menos que como esa medicina desagradable que nos recetan: algo que no se desea, pero que se impone como necesario. He aquí una causa inmediata de conflicto y una causa mediata de fracaso. Y la situación tiende a agravarse. En los últimos años, numerosos casos de violencia e incluso de asesinatos en diferentes colegios de Estados Unidos y en diversos países europeos, entre ellos España, así como episodios de intimidación y maltrato verbal y físico a profesores en las aulas, enfrentamientos de alumnos contra profesores y alumnos entre sí, maltratos verbales y palizas a profesores por parte de padres descontentos , han hecho levantar la voz de alarma a la comunidad escolar, siendo cada vez más difícil en Europa, por ejemplo, motivar a los estudiantes para que elijan una profesión con tantos riesgos, mal retribuida donde los profesores cuentan con pocas posibilidades de promoción, son pocos valorados socialmente – si no son universitarios- y no cuentan con el apoyo estatal para promocionar la imagen del profesorado y que esta difícil profesión sea socialmente valorada, visible y respetada. Esto, sin duda, contribuiría a que el profesor-a recuperara parte de la autoridad moral perdida, fuese tomado más en serio por los alumnos y bien considerados socialmente, lo que ayudaría mucho a la convivencia dentro de las aulas y mejoraría algo la calidad de la enseñanza. Naturalmente, esto no resolvería el resto de problemas, pero sería parte de la solución. Cuando observamos cómo los niños estadounidenses de preescolar son expuestos al detector de metales de la policía antes de entrar a sus clases, no podemos dejar de hacernos esta pregunta: ¿Cuál es el límite? ¿Se abrirán también en los colegios nuevos espacios de militarización de la vida cotidiana?...De hecho así está empezando a suceder, y veremos en el futuro cada vez más colegios con seguridad pública o privada. Hasta el aprender o enseñar se está convirtiendo ya en algo peligroso para muchos. ¿Es este el clima necesario para el aprendizaje de algo, no importa qué?...Es tan absurdo e inútil forzar a comer al inapetente como intentar enseñar a quien se niega a aprende. Si alguien pretende una u otra cosa sólo puede conseguir frustrarse. Hemos tocado un poco el problema; ahora podríamos seguir buscando respuestas a todas estas preguntas que vamos formulando, y que, como vemos, rebasan el ámbito escolar .Porque estas preguntas nos inquietan a todos en gran medida, y de sus respuestas acertadas dependerá nada más ni nada menos que el modo de vivir y pensar de las futuras generaciones en una gran parte. Y todos sufriremos las consecuencias, por lo que buscamos respuestas válidas.. Pero no es sólo esto lo que deseamos saber. También queremos saber cómo abordar la educación desde una perspectiva que nos conduzca a la paz y al crecimiento personal y colectivo. Y es que si algo hemos visto hasta aquí con absoluta claridad es que la capa de barniz educativo que se recibe en las aulas no basta para evitar las guerras ni los diferentes tipos y grados de violencia que se ejercen en la vida personal y en la vida de las comunidades, sean estas del tipo que sean: desde familia a comunidades de vecinos o naciones. Y eso, a pesar de las buenas notas en el currículo de algunos estudiantes y de celebraciones anuales como el Día de la Paz en todas las escuelas. ¿Tienen paz en sus conciencias los gobernantes que mandan esas celebraciones mientras son capaces de firmar penas de muerte o dar órdenes de invasión? ...Por cada uno que no la tenga, no es posible la paz. Así que se utiliza el juego de la coacción y la hipocresía. Y este juego es soportado porque se apoya en la coacción y la hipocresía individual de cada uno de nosotros, si no las hemos superado... Y todo eso forma parte de una cadena donde se engarzan por derecho propio fanatismo, cobardía, miedo, codicia, envidia y ignorancia, deseos de poder y sobresalir, insolidaridad, todos ellos importantes gérmenes malignos de todas las calamidades privadas y públicas, y verdaderas madres de todas las batallas, pues es EGO en acción. Nunca esta poderosa combinación de elementos perturbadores está lejos de las aulas, y desde luego, está bien presente en toda la sociedad y en sus representantes políticos, religiosos y mediáticos. Este es el verdadero ejemplo que llega hasta las conciencias de los niños, esto es lo que cala en sus almas, y no los discursos con bellas palabras de efectos poco duraderos y carentes de poder porque carecen de contenido real. Elaborar estrategias de actuación para que escolares y estudiantes de todo tipo rechacen en lo más hondo de su alma toda la basura espiritual que lleva a la confrontación y a las guerras es una tarea ingente para la que hace falta educadores de un nuevo tipo que no crean en ellas y que no vivan en conflicto porque han elegido personalmente el camino de la paz. Y cuando hablamos de educadores queremos decir toda persona que tenga una influencia social y sus opiniones sean valoradas, sea cual sea su círculo de influencia. En primer lugar, se hallan familias, profesorado, medios de información. Los que han de ser educados han de tener a la vista modelos creíbles de carácter positivo hacia los que tender o con los que interactuar en el proceso educativo. LA TAREA MÁS IMPORTANTE DEL SIGLO XXI Hay una ingente labor por hacer, y esta va a ser la tarea de este siglo que comienza : fomentar un cambio de conciencia personal y colectiva si queremos vivir y no sobrevivir en un Planeta diezmado por la miseria, las guerras, las epidemias, las catástrofes naturales y el abuso de poder creciente de los más ricos y poderosos. Empezamos por recordar que el conocimiento de las causas del desinterés y apatía de los alumnos , ampliable a muchos de nuestros hijos en el hogar, parece ser algo fundamental y sin embargo no se trabaja apenas en este sentido - y menos se profundiza en las causas- por parte de los responsables de la educación, empezando por los propios padres. Desde luego no se trabaja en la proporción que demanda el aumento de problemas de aprendizaje y conflictividad en los centros educativos, donde demasiado a menudo se recurre al uso del autoritarismo como remedio cuando falta la autoridad moral. Aquello de "letra con sangre entra" del modelo medieval no ha sido abolido, aunque no sea aceptado en teoría. Y hay que recordar que la violencia del educador puede ser sutil y mucho más dañina que la física. Para asegurar la paz en caso de algún serio conflicto escolar, (como sucede con los envíos de tropas "pacificadoras") se recurre a soluciones de fuerza y disuasión: expulsión de alumnos, broncas, negociaciones con pocos resultados con los alumnos y /o sus familias, vigilancia policial en los centros conflictivos. Pero esto no evita el mal que pretende atajar; de nuevo se queda en la epidermis de las cosas: el mal siempre queda más abajo. Y de nuevo comprobamos el paralelismo existente con otras fuerzas de "disuasión" y "pacificación" internacional siguiendo siempre el mismo esquema de actuación: nunca a la raíz del problema, siempre al síntoma visible; siempre violencia como recurso para oponerse a la violencia. Y siempre el mal más abajo. Obsérvese cómo se usa en medicina la misma táctica desde la localización del síntoma.¿Y las causas? ¿Y la prevención? ¿Dónde está todo eso? Esta falta de previsión y mala actuación recuerda a ese campesino que en lugar de preparar la tierra adecuadamente antes de sembrar, siembra sabiendo que inevitablemente habrá plagas por no haber preparado su campo. Y cuando éstas aparecen, las combate con insecticidas. ¿No hubiera sido mejor preparar el terreno cuidando su equilibrio biológico para evitar la eclosión de las plagas? Igualmente sucede en el campo de la medicina oficial, donde tan poca gente sana completamente por esta forma absurda de proceder. Y esta forma de proceder descubre nada menos que el paradigma de conducta de la totalidad del Sistema. Si observamos la génesis del terrorismo que tanto nos preocupa en estos momentos, caemos en la cuenta de que tiene mucho que ver con el paradigma mencionado, que no considera en este caso la cuestión de fondo. En este caso es la miseria, el fanatismo, la codicia sin límite y el odio de unos u otros. Se podían haber evitado muchos miles de muertos y enormes desgracias de todo tipo si en Oriente tanto como en Occidente los ricos y poderosos y los líderes espirituales hubieran practicado la justicia y la verdad en vez del expolio colonial, neocolonial y neoliberal el desamparo a las poblaciones y la manipulación religiosa y no formaran parte del problema que dicen querer solucionar. Muchas poblaciones se levantan airadas y devuelven el mal que antes recibieron. Y cuando lo hacen, se les reprime una vez más con violencia, directamente o indirectamente a través de gobiernos-títeres y tiránicos (dependientes y en connivencia con los ricos países imperialistas occidentales), que no dudan en aplastar a sus propios pueblos como fieles capataces del orden negativo al que sirven: el dinero, el prestigio, el poder, el control de mercados. Ahí tenemos los ejemplos de Irak y Afganistán. Una situación semejante no puede tener buen final desde el uso de la fuerza. No habrá buenas soluciones, sino malos remiendos, y como de costumbre muchos ejércitos pacificadores (!!¿?) armados hasta las cejas. Y los problemas, al no haberse eliminado sus causas, quedan siempre latentes, como una bomba de relojería que no se sabe cuándo va a estallar. Es por eso que nunca hay paz y las guerras se repiten. Sin embargo, es preciso repetir que esta ceguera ante las causas y esta falta de prevención es la filosofía oficial, el paradigma de los Estados con respecto a la manera de solucionar los problemas, incluido el educativo. "Lavarse la cara" farisaicamente, fingir, poner remiendos, parches epidérmicos, imponer soluciones violentas. Este es el Sistema, sí, pero ni el tejido del mundo ni el de la educación, por cierto, admiten muchos más remiendos ni pueden esperar mucho más. En educación, los remiendos producen finalmente muchos rotos de difícil arreglo en el maltratado tejido psíquico de la infancia. Como consecuencia abundan en el mundo infantil los cuadros de depresión, fobia escolar, ansiedad y trastornos bipolares, como denuncian los psiquiatras infantiles, junto a otros males que veremos aquí. Y en estos problemas tan serios que afectan grandemente al rendimiento escolar no cuentan los estudiantes con las ayudas necesarias. Según su paradigma, esas serían causas y lo que interesan son resultados de aprendizaje sin respetar la situación psicológica de los estudiantes afectados, a los que en lugar de tratarles como personas se les exige como estudiantes que fracasan. Así pues, cuando un alumno no rinde en su aprendizaje la institución educativa lo valora según sus conocimientos, y sólo cuando hay indisciplina en el aula, se plantean las características psicológicas y a las actitudes sociales de los alumnos, pero referidas exclusivamente al tema puntual aplicando el más riguroso conductismo, y, por supuesto se olvida de su génesis, de sus problemas personales como seres humanos. Es decir, se obvia lo más importante del alumno: quién es, cómo es y cómo vive en su medio social y familiar. Saber quién es cada alumno proporciona una perspectiva espiritual; saber cómo es nos aproxima a su psicología y saber cómo es su ambiente, nos ayuda a concretar su realidad existencial, sus carencias y sus necesidades cotidianas. Pero todo esto tiene poca importancia para la escuela medievalista que sufrimos, obsesionada con los programas y las estadísticas de aprendizaje. Los profesores, ni tampoco los padres, han sido preparados por el Sistema para esa triple perspectiva que se precisa para comprender al alumno o al hijo. CADUCOS MODELOS DE ENSEÑANZA SUPERIOR Se considera básico también y objetivo único en la mayoría de los casos, por parte de muchos educadores la adquisición de una buena cultura general en sus alumnos que les permita más adelante el acceso a la Universidad. También los padres han sido convencidos de que esa es la meta. Y estas expectativas de uno y otros imprimen carácter a las clases desde el momento que se orientan los programas desde la base hacia esos horizontes. Ahora bien, ¿es real esa expectativa? Decididamente no. Tal y como están de difíciles las salidas profesionales para los titulados universitarios, y viendo el aumento de fracasos en los estudios de básica, bachillerato y universitarios, tan polarizados hacia los resultados intelectuales, habría que empezar a plantearse de una vez si no es hora de ir poniendo a la Universidad, tal y como se concibe en la actualidad, en un segundo o tercer plano como meta final ideal del aprendizaje, considerando el elevado número de excedentes en titulados superiores que se ven obligados a trabajar en sectores muy alejados de sus capacitación profesional, para los que se hallan sobrecapacitados. En muchos casos, titulados superiores, como abogados, profesores, licenciados en humanidades, biólogos, y otros se ven obligados trabajar en actividades mucho más modestas y precarias para los que no hubiese hecho falta ni la mitad de los esfuerzos ni de los recursos empleados en la formación de estos profesionales desarraigados. Esto es un verdadero derroche de energía social. Y el derroche se agrava todavía más cuando los licenciados universitarios se marchan a un país que valora más sus conocimientos, produciéndose el fenómeno de "fuga de cerebros", tan conocido en los países del tercer mundo, pero también en los menos desarrollados del primer mundo, como España, Portugal, Grecia, Irlanda y Turquía. Pero hablando en general, y salvo excepciones concretas, la demanda social de titulados, excepto en carreras técnicas determinadas, está muy por debajo de la oferta, y el exceso de titulados en lugar de ayudar colabora al aumento del paro. Se debería proporcionar a los estudiantes en todos los tramos del aprendizaje (incluido el universitario) un tipo de enseñanza más flexible, más abierto a la interactividad, con más presencia de actividades prácticas polivalentes, más áreas de investigación interconectadas y más relación con el mundo real y sus necesidades objetivas... Por tanto, deberían incluirse en los estudios oficiales diversas ciencias alternativas de utilidad social, y siempre favoreciendo al máximo talleres de habilidades emocionales, artísticas, sociales y manuales que posibiliten la madurez armónica de la personalidad de los estudiantes. Todo esto exige, por supuesto, inversiones que ningún gobierno está dispuesto a realizar hoy. Al contrario, la tendencia, como ya sucede en los EEUU es a disminuir el gasto educativo público. Otras inversiones, como las militares o los fondos regalados a las iglesias institucionales, tienen preferencia sobre el gasto social. Las profesiones universitarias deberían verse en todo como profesiones al servicio de la sociedad desde sus diversas parcelas de trabajo, y no como hasta ahora, que se nos aparecen como parcelas con tendencias endogámicas, encaradas hacia el prestigio social del personal docente y muy del lado de los poderes políticos triunfantes hacia los que los estamentos universitarios muestran poca o nula capacidad de respuesta crítica debido a tanto compadreo político, tanta dependencia económica y tantas influencias ideológicas de matiz mayormente conservador que se dan en el medio, lo que interfiere en la libertad de los profesores, en las dotaciones económicas (variables según el partido triunfante) y en la orientación del conjunto de la Universidad como institución. Por todo ello es visible su alejamiento con respecto a las necesidades reales del conjunto social, excepto parcialmente en los sectores de tecnología punta, y la falta de implicación y compromiso con los movimientos y ciencias alternativas de renovación cultural, en especial con la cultura de la globalización que se nos impone y nos asfixia. Todo esto afecta fatalmente a la propia Universidad, y habrá de reconocerlo un día si que es que todavía le queda algo de dignidad y capacidad autocrítica. Habría que intentar erradicar de la mente de los estudiantes esa idea de elegir la carrera más rentable para su bolsillo, su posición social o su prestigio personal, que son cosas del ego inferior, mundano, para que prevalezca la idea de servicio desinteresado y debidamente remunerado. Hoy en la propia Universidad encontramos muchos profesores auxiliares, investigadores y becarios maltratados económica, social y culturalmente, y muchos alumnos desviados de su vocación por los propios estamentos de poder universitarios al verse obligados en muchos casos a elegir Carreras para las que no tienen vocación. Flaco servicio harán después a la sociedad. Imprescindible resulta la elaboración de un nuevo perfil psicológico del estudiante universitario que arroje al pasado lo que pertenece al pasado: la universidad clasista heredada del capitalismo decimonónico. Su filosofía basada tradicionalmente en la aristocracia del conocimiento, de la sangre y de la propiedad burguesa, que anima su endogamia y la hace conservadora y poco efectiva y permeable social y culturalmente, tanto de arriba hacia abajo, como a la inversa en especial, debería ser desterrada de los claustros universitarios. No se trata tanto del principio "la Universidad al servicio del pueblo" para enmascarar la verdad (al servicio del Partido del Estado) como se entiende desde algunos planteamientos de una izquierda mal entendida, como del principio de "la Universidad al servicio de las necesidades de la vida colectiva", sin interferencias externas de partidos ni preferencias de clase social. A pesar de los estudios modernos sobre el cerebro y sobre el papel diferenciado de los dos hemisferios cerebrales, el uso del hemisferio cerebral derecho es cada vez menos tenido en cuenta a medida que se avanza en los estudios, y en la Universidad es prácticamente invisible, cuando no despreciado, excepto en las carreras técnicas, donde la "víctima" es el hemisferio izquierdo... En consecuencia, tenemos miles de estudiantes universitarios mentalmente "desequilibrados", abotargados y exhaustos por los enormes esfuerzos mentales de dudosa rentabilidad para retener en la memoria los conocimientos que se les exigen, y emocionalmente desequilibrados, presas de la ansiedad, la apatía emocional, la falta de espíritu crítico y dialéctico aplicado a la propia realidad y a la realidad objeto de sus trabajos. El resultado es el desconocimiento general de los valores culturales y estilos de vida alternativos, el adormecimiento de la sensibilidad creativa, la facilidad para acoger acríticamente los criterios de autoridad y otras secuelas derivadas de las dependencias políticas y sumisiones al poder y del exceso de teorías no contrastadas por experiencias, todo ello fruto de su formación escolástica de base y del adormecimiento espiritual de sus acomodados dirigentes. Para evitar este desequilibrio deberían ser numerosos ya en cada colegio de básica programas más abiertos y autónomos, y abundantes talleres que permitan la alternancia de los dos hemisferios cerebrales en sus actividades. Parece igual de urgente ahora mismo cambiar el diseño de los edificios de enseñanza desde el modelo actual de escuela-cuartel, ese edificio sin alma de la sociedad industrial y sus bloques de hormigón cuadriculado, como las cabezas de sus arquitectos, a modelos más imaginativos y diversificados, a construcciones adecuadas a los trabajos que allí se pueden realizar, incluyendo siempre amplios espacios verdes que hagan posible el contacto máximo transversales con la relacionados Naturaleza con la y den ecología, cabida el a medio diversos aprendizajes socio-cultural y el conocimiento de las leyes naturales. Pero en este punto hacen falta muchas más inversiones en educación. Y no es casualidad el que esto no se haga. Prefieren los gobernantes esos pequeños parches que remiendan al Sistema de vez en cuando, y subvencionar abundantemente a los colegios privados, esperando que de ellos salgan las siguientes generaciones de repuesto dispuestas a asumir el mando de la sociedad. Prefieren los gobernantes ciudadanos mediocres y manejables formados en escuelas públicas mediocres, con bajos presupuestos, donde profesores-funcionarios manejables y socialmente invisibles y desacreditados ejerzan un trabajo mal remunerado para formar estudiantes cultos sólo en la medida que el sistema de producción los necesite para su fagocitosis; ciudadanos-consumidores sumisos para poder optar a votar periódicamente alguna opción política "salvadora"que les ofrezca el Sistema con individuos para ser votados cada cierto número de años como teóricos adalides de los intereses de todos los ciudadanos, que ni pueden cambiar las fechas de las elecciones ni revocar a los representantes -corruptos o no- una vez elegidos, ni evitar que se tomen decisiones en contra de sus intereses objetivos (ni siquiera la decisión de tomar parte en una guerra mediante referéndum...) . En las escuelas, las prácticas asamblearias y la democracia organizativa en las aulas brillan por su ausencia. El maestro es quien hace y deshace siguiendo pautas organizativas que le vienen dadas, en la creencia de que es el que sabe, y por eso tiene derecho a imponer sus criterios, reproduciendo así el modelo del gobernante autoritario. Es, pues, un hecho, a la vista de lo que se ha expuesto hasta ahora, que en las sociedades capitalistas de oriente y occidente a los gobiernos no les interesa promocionar demasiado ni la cultura, ni el arte, ni la solidaridad entre los pueblos ni los sentimientos de paz entre las gentes. Tampoco facilitar la evolución de esa democracia de la que tan adeptos dicen ser, que se concretaría en facilitar una cultura viva, activa, participativa, plural, multi-étnica y multirracial alejada del divismo, del favoritismo y del escaparatismo acostumbrados. Estro llevaría a modelos de democracia mucho más directa, mucho más transparente y participativa y mucho menos burocratizada. Por decirlo brevemente: a modelos de democracia real. Esto precisa de nuevos enfoques y otros y más amplios contenidos culturales. Una cultura general basada en el conocimiento contrastado, en la sabiduría, y no en el fetichismo de los nombres, en los intereses comerciales, o en la conveniencia ideológica de los poderosos y sus lacayos nos aproximaría mucho más hacia modelos evolucionados de organización colectiva. Y esto tendría un reflejo inmediato en la educación, formando así una espiral evolutiva. ¿Es esto, acaso, lo que observamos? Observemos juntos la poca frecuencia con que aparecen en el mundo de la comunicación masiva, que es la televisión, todos estos supuestos de una cultura avanzada y profunda. Observemos la práctica ausencia de filósofos, pedagogos, místicos, sociólogos, escritores en general, poetas y artistas plásticos, representantes de los movimientos alternativos, ONG y, en fin, de pluralidad de elementos lúcidos de contraste con los presupuestos del poder conservador religioso, cultural, científico, político y económico que organiza la vida de las gentes. Observemos la cotidiana ausencia de elementos que cuestionen los poderes de los gobiernos o la hipocresía de las religiones institucionales… Todos los factores impulsores de cultura avanzada – especialmente si son disidentes del orden establecido- nunca aparecen o aparecen bien poco, y si por rara casualidad lo hacen por asuntos puntuales (como la concesión de un premio Nóbel) nunca tienen tiempo para profundizar en lo que expresan, los programas en que se les puede escuchar no son programas a horas de máxima audiencia ni abiertos a la participación de quienes los ven, y muy rara vez los entrevistados repiten ante las cámaras. Menos, cuanto más disidentes. En cambio es notorio el interés cultural que deben tener para la comunidad los partidos del fútbol, los programas de cotilleo social, los cantantes del tres al cuarto o las carreras de vehículos. Sin olvidar, por supuesto, las películas made in USA, que ocupan casi el ciento por ciento de las programaciones de cines y televisiones con su pobreza ideológica, su carga reaccionaria y de violencia y sus zafios contenidos en el 90 % de los casos. Consecuencias a corto y largo plazo en los colegios: todos los niños quieren ser futbolistas, y sus modelos de policías y gansters alimentan sus mejores fantasías. Y de más mayores trabajar poco y ganar mucho dinero para comprarse la moto, el deportivo y las fiestas. ¿Y las niñas? Desean ser heroínas de telenovelas o cantantes famosas. Y de mayores la mayoría prefieren no trabajar y que sus maridos sean ricos y famosos a ser posible. Ese es el horizonte al que aspira la juventud abducida por el Sistema. PARTE I CAPITULO 2 LA CONJURA DE LOS NECIOS ¿A qué se reduce la cultura y la libertad de expresión? Es mentira lo que dicen los grupos políticos sobre la cultura y sobre la libertad de expresión. No existe verdadera cultura ni libertad real de expresión, que sería esa capaz de llegar a todos a través de todos los medios sociales de comunicación pagados con los impuestos de todos, donde se pudieran decir todas esas cosas que no se dicen en las televisiones, pagadas con fondos públicos para servir a los que gobiernan, o en los medios privados con intereses propios, pero sumisos al Sistema. Si tiene usted, amigo lector, algo claro y fuerte que decir contra alguno de los pilares que conforman lo que venimos llamando "El Sistema", incluso sin la intención explícita de quererlo derribar (valga la ironía), sino tan sólo de querer informar desde otro punto de vista quedará perplejo cuando vea cómo se le cierran las puertas de los medios de comunicación. La verdad viene a ser un asunto de dividendos, y propiedad privada de algunos clubs. El dinero es el rey y sus lacayos secuestran la verdad y administran la mentira. Los lacayos nunca comprometen a sus señores. Y si lo hacen, son despedidos, arrinconados, puestos en la lista negra, etc... Esta es la práctica real de la libertad de expresión en las democracias. La diferencia con las dictaduras es que allí encarcelan o matan a quienes defienden la verdad: aquí simplemente se les ignora en cuanto abandonan eso que se llama "lo políticamente correcto", o sea, el rebaño y su canto de sumisión. Tampoco a los alumnos en sus aulas se les permite expresar públicamente sus opiniones sobre la mala calidad de sus aprendizajes, la incompetencia de sus profesores o las deficiencias más que notables de los sistemas educativos que tienen que sufrir, donde una reforma sustituye a otra y la siguiente siempre es peor que la anterior y con menores recursos. . En nuestras sociedades inmovilistas y antinaturales de la Confrontación, la mayor parte del dinero que se necesitaría para la educación y el bienestar colectivo se invierte en necesidades del propio Sistema para perpetuarse. Especialmente escandalosa es siempre la inversión en armamento. Más escandalosa cuanto más pobre es un Estado. Más peligrosa para los demás cuanto más rico. Pregunto: ¿Es ético fabricar y vender armas para matar a los semejantes?... ¿Alguna vez oyó usted esta pregunta en los medios de comunicación? Imagínese, amigo lector, que un vecino suyo fabrica en su propio edificio instrumentos para matar. ¿Estaría usted tranquilo en casa?..¿Aumentaría su intranquilidad si se enterase de que ha habido una matanza en su barrio usando las armas de ese vecino?...Más aún: ¿Tendría usted la valentía de elegirle como jefe de escalera sabiendo que el armamento de que dispone puede hacer volar el edificio entero si los vecinos tienen algún enfrentamiento con él? ¿Estaría dispuesto a secundarle si le propusiera apoderarse de otro edificio para su particular provecho? ¿Estaría dispuesto a contribuir con el dinero de su trabajo para que su vecino adquiriese armas más eficaces?... Reflexione sobre esto y transfiéralo a su propia realidad como ciudadano de un Estado. Los que dirigen o apoyan las llamadas guerras preventivas, los máximos representantes del mal llamado sistema democrático, que hablan tanto de derechos humanos, terrorismo y fanatismo religioso, asolan los países, exterminan a sus gentes y roban sus riquezas, no cesan de producir y elaborar estrategias políticas para vender armamento más anticuado que el propio, evitando competencias indebidas, armas para que otros se maten en terceros países, etc. Simultáneamente se afanan en provocar, a través de sus servicios de inteligencia, sus espías, diplomáticos y gentes por el estilo, conflictos internos y enfrentamientos bélicos entre clanes de otros países, en el propio interés de su industria criminal del armamento y afines; países a los que finalmente tutelan, controlan, endeudan y los convierten en satélites después de masacrar a cientos de miles de personas civiles y destruir familias hogares y modos de vida. ¿Estamos hablando de Estados civilizados?.. Estos que así se autodenominan son los mayores fabricantes de armas de destrucción masiva y lo que es mucho peor: las utilizan. Para mayor sarcasmo, cuanto más "civilizados" se consideran los países a sí mismos más y más mortíferas resultan sus armas y más a menudo comprueban que funcionan sobre las cabezas de sus víctimas. Pero los gobiernos de estos países insisten en celebrar cada 30 de enero el Día de la paz en todo Occidente, y los niños, incluidos los hijos de los pilotos que lanzan las bombas sobre ciudades dormidas y los hijos de los trabajadores de la industria de armamento que fabrica las bombas, se concentran junto a sus profesores en los patios de todos los colegios del mundo para escuchar bellos poemas, entonar canciones de paz y soltar globos con bellos deseos de amor universal. La idea sería maravillosa si hubiera partido de ellos mismos. Pero no: se trata de actos promovidos por los estados para ofrecer al mundo la imagen de que se educa en la paz a sus escolares, y, de paso, convencer a las familias de los mismos de que su gobierno defiende la paz. Por tanto, si la nación alguna vez hace la guerra debe estar fuera de duda que lo hace contra la voluntad de su jefe de estado y de todos sus ministros y delegados, que son personas de paz y civilizadas. Sin embargo, algunas de las condiciones precisas para ser civilizados serían el poseer una buena estructura educativa, unos buenos planes de estudio con unos buenos contenidos académicos y éticos, una libertad cultural y de expresión que garantice el derecho a ser y pensar diferente en cualquier aspecto, una buena convivencia entre los miembros de la comunidad (incluida la educativa) basada en el respeto entre las personas independientemente de sus títulos profesionales, status social o académico, edad, género, raza, religión, etc. y basada igualmente en la cooperación, justicia social, acceso igualitario a la gestión pública, derecho a revocar a los mandatarios corruptos, al trabajo, a la vivienda y a la vejez atendida. Y aunque algunos de estos derechos sean reconocidos por los Estados, y aún alardeen de que se cumplan, sólo hay rastros de todos ellos, esperando que la democracia civilizada sea más profunda y los garantice en su totalidad. Mientras tanto, y en espera del milagro, ¿cómo son educados los ciudadanos de la civilización presente en los países del área capitalista en todo el mundo?.. Necesitan siempre estos estados "civilizados" un tipo de alumno capaz de adaptarse a las normalmente feas y precarias edificaciones escolares que albergan sus horas de aprendizaje, a programas sin emoción, a las construcciones igualmente feas, precarias y sin imaginación de sus barriadas y ciudades-dormitorio, a calles sin espacio para sus juegos. Y no hablemos de los lugares de trabajo de los mayores de la casa en las industrias y negocios de todo tipo; de las condiciones tan deplorables para la salud que millones de esos lugares ofrecen: ruidos, polución, peligros físicos, faltas de medidas de protección, horarios abusivos propios del siglo XIX, inseguridad laboral, tiranía de los patronos, desamparo sindical real, etc. Y eso en los países del llamado "primer mundo".De los otros, habría que alargar tanto la lista de calamidades y abusos de los poderosos a que se ven sometidas sus poblaciones, que ocuparían páginas y páginas, y no es misión de este trabajo. Todas estas condiciones previas sociales informan la estructura educativa de muchos países y forman parte indirecta de la vida cotidiana del pequeño estudiante de escuela pública, mucho más que de la privada, vivero para renovar las cúpulas dominantes. Allí son seleccionados los estudiantes por su procedencia social y se espera de ellos la excelencia suficiente que les permita ser de mayores tan conservadores como sus padres. Muchas de estas circunstancias forman la base ideológica, sociológica y cultural de la infancia de la mayoría de la población del mundo llamado civilizado, el más afortunado y en donde habita el 20 % de los que consumen el 80 % de los recursos del Planeta arrancados menudo al resto por la violencia más cruel... La escuela no puede ser ya lo que fue siempre.La sociedad, tampoco. Ya desde la escuela pública se pretende obtener un alumno cien por cien controlado, sumiso, gris, resignado, pasivo y adaptado al Sistema, con predominio tiránico de lo intelectual, del que importan poco sus conflictos emocionales a no ser que produzcan problemas en el aula, sus relaciones sociales inter-grupo o la educación armónica de su sensibilidad. Se pretende conseguir seres humanos capaces de reprimir con su voluntad, aliada al miedo, y rendida al autoritarismo, toda posible emoción que exprese públicamente su genuina individualidad, sus verdaderas dificultades o su frustración, y pueda interferir en el diseño de la programación pensada para ellos, sin que contraríe a sus programadores, que se hallan tan lejos de sus verdaderas necesidades como la misma Luna. El no reconocimiento de su verdadero ser y de sus necesidades es una excelente preparación de base para ser luego un adulto sumiso y conformado, aceptable para un sistema de producción sin alma; preparación que comienza en el seno de muchas familias previamente conformadas por el Sistema y sigue luego en las aulas con sus hijos. Y así una y otra generación. Naturalmente, el tipo de alumno de mente y emociones controladas "a la carta" no existe ni en las mejores películas, y manifiesta cada vez más con sus conductas de enfrentamiento, pasividad o huída, los conflictos que lleva en su interior, que no puede menos que evidenciar el conflictivo mundo en que viven, produciéndose así una respuesta de descontento de sus educadores o de las autoridades académicas correspondientes, que, sumado al del propio alumno al verse ahora juzgado y presionado para hacer casi siempre lo que no desea, (lo que no desea muchas veces, con toda razón, por antinatural), puede desembocar en toda una gama de respuestas en contra que volveremos a encontrar más tarde para mejor comprensión. Esta, como dijimos, es una excelente preparación-base emocional negativa para incorporarse a la sociedad de la confrontación al cumplir los años. En el panorama descrito anteriormente tenemos cada vez más conductas antisociales de los jóvenes (cada vez más dependientes de sus familias) y adultos emancipados; conductas que pueden alterar profundamente la convivencia en el seno familiar y luego revierten en la vida social y laboral cotidianas. Conductas que en circunstancias concretas llevan al mundo de las drogas, a la apatía social, a la predelincuencia o, abiertamente, a la delincuencia. Se podrían considerar síntomas-testigo de rechazo hacia un mundo configurado erróneamente, donde no tienen cabida las propuestas minoritarias de cambio que evidencian los jóvenes más conscientes, que se manifiestan, por ejemplo, a favor del protocolo de Kyoto y exigen alternativas globales en otras "cumbres" planetarias paralelas o militan en ONG que incomodan, como Green Peace , Amnistía Internacional, y todas las que defienden los derechos de los animales, la espiritualidad libre y opciones políticas alternativas. Es importante añadir al respecto que es a partir de la edad en que los alumnos empiezan el tramo de secundaria obligatoria, (pero cada vez antes, pues la infancia se acorta estremecedoramente, debido a este tipo de sociedad) cuando todos los problemas acumulados se agudizan, y hace eclosión lo que andaba soterrado en tantos casos, manifestándose en graves problemas de convivencia dentro de los centros escolares. Y si no es ahí, será más tarde, fuera de los muros de la escuela. Una familia de tantas con dificultades Las familias de los alumnos luchan por salir adelante y alcanzar unas cuotas de bienestar que cada una se propone en función de sus posibilidades (habiendo asociado falsamente "bienestar" con comodidad, consumo y posesiones), aunque el precio que se paga es siempre desproporcionado en horas de trabajo, en salud, en sacrificios personales y en falta de atención a los hijos. A falta de estudios para averiguar qué sucede realmente en el interior de los hogares para que haya un grado de infelicidad y frustración como atestiguan el número de separaciones matrimoniales y divorcios y los casos inacabables de violencia doméstica y asesinatos a mujeres, se puede decir casi en términos matemáticos lo siguiente: 1) Elevado número de horas de trabajo = elevado número de horas ausentes los padres del hogar =elevado número de familias en cuyo seno reina la desarmonía y el conflicto a diferentes niveles = elevado número de alumnos conflictivos. 2) Elevado número de familias con problemas económicos, sociales o en situación de paro = elevado número de familias que se desinteresan del trabajo escolar de sus hijos y suelen prestar poca atención a sus necesidades educativas. Piensan que hay que priorizar la subsistencia. En consecuencia, los hijos se desinteresan también de sus tareas escolares al ver que no tienen mayor importancia para sus padres y buscan también sus propias prioridades. Existe un altísimo número de familias inmigrantes, que en España puede aproximarse a 1.500.000, (año 2004) y con muchísimos problemas de todo tipo, (idioma, integración social, seguridad de empleo, inseguridad legal), que tienen escolarizados a sus hijos legalmente, sin embargo, para mayor contradicción. En medio de toda clase de incertidumbres psicológicas, pocos ingresos, desarraigo social, problemas de vivienda, desconocimiento del idioma en tantos casos, y desintegración cultural, se espera que los hijos de estas familias altamente cargadas de conflictos y problemas por resolver urgentemente en los niveles más primarios sean tan perfectos que puedan sortear con éxito las dificultades que supone aprender en otro país con tantas diferencias de valores culturales de todo tipo, modelos sociales de conducta, valores espirituales, educativos, de estilos de aprendizaje, de expectativas ante los estudios... Unas pruebas bien duras que deben superar, sin embargo, si desean integrarse en la sociedad de acogida. Una sociedad de acogida que no es precisamente un modelo de perfección en nada y tampoco en su sistema educativo, y de ahí la necesidad de cambiarlo con urgencia, pues los males de la situación presente se agravarán cada vez más a medida que aumente la inmigración y se acelere la crisis económica y de valores de comportamiento colectivo. Por otra parte los sectores más pobres y marginales en general, ( que en España suponen entre los 8 y los 10 millones) son un preocupante número rojo que afecta a 1 de cada cuatro habitantes, sin contar los inmigrantes "inexistentes", los jóvenes que no logran un empleo, los parados de larga duración que han agotado sus posibilidades de ayuda social, los titulados universitarios en paro forzoso, y los mayores de cuarenta años, en especial las mujeres que buscan trabajo, o las separadas y/ o maltratadas que se quedan de pronto en la calle, constituyen hoy por hoy las franjas de población "de riesgo" donde mayor esfuerzo imaginativo es necesario para solucionar sus problemas básicos y para motivar, en su caso, el aprendizaje de sus hijos y acordar pautas educativas y de apoyo económico y social adecuadas para todos. La mala educación y sus consecuencias La gran mayoría, inmigrantes o no, ricos y pobres, desean sin embargo, tener más, siempre más; andan insatisfechos y, muchos llenos de envidia y deseos de posesión de todo tipo de bienes materiales. La mayoría de las gentes en todas partes ha sido condicionada por la cultura dominante del querer tener y casi todo el mundo desea vivir como los ricos. Esto produce estrés, frustración, resentimiento, desinterés por las cuestiones no materiales, muchas veces desesperación, y siempre poco aprecio por la cultura y el conocimiento que no lleve a producir directamente beneficios materiales. Esto se transmite a los hijos consciente o inconscientemente a través de la palabra y del modelo de conducta que observan en sus mayores y en el conjunto de la sociedad. Esta atmósfera es especialmente dañina para los escolares, pero está presente inevitablemente en muchos hogares. Después de todo, la cultura del tener es el modelo social visible y aceptado por antonomasia. Podría sorprenderse el lector del bajísimo número de libros que se encuentra en las estanterías de las familias. La última encuesta que conoce este autor daba el tremendo resultado de un 2 % de hogares en España con 200 libros o más. Descontados los sectores profesionales relacionados con la cultura, el dato resulta escalofriante y revela el verdadero alcance de la educación que se ha impartido a generaciones enteras. Esto, en una sociedad que pretende profundizar en su democracia, no es un dato halagüeño. Por lo que atañe a la educación de los hijos en las familias, en general adoptan estas ante la institución educativa las mismas pautas que los ciudadanos ante los políticos: dejan en sus manos pasiva o resignadamente según el caso, la dirección de sus vidas, y hacen a la escuela, simultáneamente, responsable única de la educación de su prole. Pero la escuela ni tiene la exclusiva ni la obligación primera, ni puede educar si no existe un consenso con las familias. La educación empieza en los hogares y debe ser compartida con la institución escolar en aspectos muy concretos de validez universal. Las familias tienen que ser parte activa y organizada en torno a ciertas pautas de actuación de acuerdo con los profesores de sus hijos. Tan perjudicial sería que la escuela viviera sometida a la presión de cada familia, como que impusiera arbitrariamente a sus alumnos, y en desacuerdo con sus padres, modelos educacionales del tipo que fuese. Igualmente resulta perjudicial en extremo que el Estado o alguna iglesia oficial interponga sus propias necesidades en este punto como se viene haciendo, pues los resultados históricos son ya bien conocidos. No hay más que echar la vista sobre el mal aprovechado siglo XX para comprobar el enorme desastre mundial en materia de educación con intromisión estatal o eclesiástica. ¿QUÉ PUEDE HACER LA ESCUELA POR LAS FAMILIAS? Un día leemos aterrados que en colegio de uno de nuestros hijos un profesor o profesora han sido agredidos, que se producen maltratos entre compañeros o que un padre ha dado una paliza a un director. Inmediatamente nos preguntamos cómo es posible haber llegado a este punto de salvajismo en centros educativos. Y si preguntamos a alguien con experiencia nos dirá que lo que está fallando tiene tres dimensiones: el núcleo familiar, la institución escolar y la relación entre ambos. De lo que se trata ahora, nos dirá el experto, es de que existan, en cada comunidad escolar acuerdos sobre educación, acuerdos concretos que se estimen convenientes para mejorar la actuación de todos: padres profesores y alumnos; acuerdos que contemplen objetivos globales de los distintos grupos de alumnos partiendo de sus necesidades concretas. Es muy importante la participación real de los alumnos dentro de las aulas y de acuerdo con un plan de trabajo educativo acordado con los padres, y que se tomen en consideración las propuestas de los estudiantes, y no sobre el papel como hasta ahora en el mejor de los casos. Hay que empezar desde la familia y desde el aula a potenciar valores de conducta que faciliten el desarrollo de la personalidad integral de los alumnos y a valorar el hecho de que participen en asuntos que les afectan. Y es preciso, por parte de los maestros y educadores, motivar, ilusionar, escuchar, comprometerse con los más jóvenes y ofrecerles los medios donde puedan manifestar su potencial creativo. Hay que tomárselos en serio y dedicarles tiempo y atención activa para saber cómo son y cómo se puede orientar su educación. Mientras eso no se lleve a cabo, se irán dando situaciones de tensión innecesarias y respuestas conflictivas de los estudiantes y escolares en detrimento de la convivencia y de los resultados escolares. No se puede ir ya más tiempo quejándose y negando las causas. Es preciso investigar sus necesidades básicas como personas y estudiantes y ver conjuntamente cómo puede actuarse, pues el aumento de conflictos violentos no es otra cosa de que en las familias y en el medio escolar llegando al límite por no educarlos correctamente y por no contar con ellos a la hora de hacer planes de estudio o replantearse cual es su papel dentro de las aulas. Cualquier educador sabe que los alumnos de hoy no se parecen en nada a los de hace tan solo unos años, y que su nivel de exigencia es mayor porque poseen mayores conocimientos sobre la sociedad adulta, sus problemas y sus contradicciones, que tan a menudo tienen que sufrir. Y están decepcionados con mucha frecuencia del mundo adulto, incapaz de poner orden en sus propias vidas y de entender la de sus hijos. Están decepcionados por no haber encontrado en sus programas de aprendizaje el agua que calma su sed, por no haber hallado en sus profesores a verdaderos maestros que sepan guiarles en las dificultades ; andan cansados de su indefensión ante tanto profesor caprichoso, egocéntrico e incompetente en cuestiones de pedagogía o psicología , y de no hallar en sus padres la claridad, la estabilidad y el apoyo precisos en los momentos difíciles por su falta de tiempo o de preparación ante los nuevos tiempos. Eso origina a menudo una baja autoestima, frustración, desorientación, apatía, rebeldía, fobia escolar, y otras manifestaciones de rechazo (violencia incluida) que tienen consecuencias en la convivencia diaria, y conducen hacia posturas fanáticas. Los padres suelen culpar al profesorado de las deficiencias de sus hijos; los profesores, a los padres y a los estudiantes, mientras estos no entienden por qué no se ponen de acuerdo y qué tienen que hacer ellos mismo con todos esos problemas que les superan. Esto les lleva a la pérdida de confianza en sus educadores y, por extensión, en la sociedad. Y sin esa confianza no existe educación posible, ni respeto, ni disciplina real. Y cuando reaccionan activamente se encuentran ante la cara represiva del Sistema. El Sistema impone medidas correctoras, con resultados aparentemente positivos en el momento, pero son resultados superficiales y no solucionan nunca las causas. Por tanto, los problemas se acumulan y agravan en cada ocasión. Y un buen día nos enteramos que un alumno ha disparado sobre sus profesores y sus compañeros, por ejemplo. Todo eso se hubiera evitado si hubiese una buena coordinación educativa familia-escuela cooperativa y no represiva. Hoy, en pleno siglo XXI, la escuela no puede ser más lo que siempre fue: vivero de los Estados para formar ciudadanos a su medida. Este siglo que acaba de empezar va poniendo ya a la vista de todos nosotros el fracaso histórico de la humanidad a causa de tanta desigualdad social, tanta injusticia, tanta violencia, tanta ignorancia REAL, tanta corrupción, tanto odio, tanto deseo de poder, tanta insolidaridad, y tan poco amor. La Tierra da testimonio, con todas sus convulsiones de enferma, de la educación real de los hombres, de sus infinitas maneras de contaminar y matar cualquier forma de vida que se le antoje, si eso produce beneficios egoístas. Toda esta barbarie revela con fuerza dramática el fracaso escolar mundial, el fracaso global de la auténtica cultura,la cultura de la cooperación- y el triunfo provisional de la cultura de la fragmentación, la desigualdad y la confrontación general. Tamaña situación debería ser abordada para el cambio con enormes dosis de entusiasmo, de imaginación, de colaboración y sobre todo, de amor. Esto tiene que dar un vuelco. Pero hoy. No mañana...Mañana puede ser demasiado tarde. Después de casi cuarenta años de profesión dedicada al mundo de la enseñanza, el autor de estas páginas alberga la convicción de que la insistencia sobre los temas que se mencionan aquí nunca es suficiente debido al mundo que hemos creado por no tenerlos en cuenta durante siglos, y pensando siempre en los más pequeños y en los jóvenes como los verdaderos beneficiarios que han de ser luego elementos de transformación futura.El futuro,no nos engañemos, es el presente: nuestros hijos, nuestros alumnos y nosotros, sus educadores. Muchos padres suelen querer para los hijos lo que ellos no tuvieron y se esfuerzan por conseguir.Pues bien: nunca tuvieron una escuela digna, nunca recibieron una educación emocional decente, nunca fueron felices aprendiendo, nunca supieron casi nada sobre sí mismos, siempre fueron manipulados por unos u otros poderes.En definitiva, nunca llegaron a comprender el valor de la vida y el sentido de insertarla como un acto de cooperación de su individualidad libre hacia un nuevo tipo de sociedad por construir.Y uno de los elementos decisivos es aunar esfuerzos para colaborar padres y profesores en la tarea de educar. Tal vez ha llegado la hora de empezar a vivenciar el aprendizaje, la educación y la conducta no como mundos separados y en frecuente conflicto, como hasta hoy, sino como mundos perfectamente ensamblados y armónicos donde se manifieste la plenitud del Ser en cada uno.Por eso se hace precisa la unidad de acción de padres y profesores con programas donde sus hijos o alumnos se sientan comprendidos, amados y correctamente orientados para hacer aflorar y favorecer el desarrollo de todas sus cualidades positivas tanto intelectuales como espirituales y convivenciales. En el fondo del corazón humano pervive la semilla y el impulso del progreso, el cambio, la justicia y la evolución, que han sido intencionadamente desviados por los poderes negativos que manejan las sociedades de este Planeta en todo los ámbitos,y han conducido a la humanidad actual hacia un callejón sin salida. Estamos asistiendo al crepúsculo de una civilización sin porvenir que hace como todos los monstruos suelen hacer en su agonía: dar coletazos de muerte, y cosechar el caos y la destrucción que sembraron.Mírese, si no, lo que pasa cada día en todas partes.Pero nosotros podemos ser quienes enterremos este cadáver. Tan solo es cuestión de dejar de alimentar al moribundo. PARTE I CAPITULO 3 BARCO EN MAR TEMPESTUOSO (Reflexiones para un responsable de educar) Está generalmente aceptada la idea de que educar es preparar para la vida. Pero el concepto "vida" tiene muy diversas lecturas, y casi siempre se acaba en la lectura sociológica que dice: educar es convertir al niño en un miembro útil a la vida social, a la sociedad. ¿A qué sociedad? A la presente, contestaría el profesor sin titubear desde la cátedra, y sus amigos los financieros, los industriales y los políticos, le darían la razón. Mil veces no. El gran problema de un educador es que tiene un niño, que es todo presente, a quien tiene que preparar para integrarse en una sociedad que va a ser exteriormente distinta cuando esté en edad de asumir responsabilidades. La sociedad presente está agonizando, pero no solo para el niño o niña a quienes se educa, sino que vivimos en una sociedad que carece de porvenir; sólo hay que seguirle la pista para saberlo. Los jóvenes tienen que descubrir unos valores existenciales que le permitan adquirir firmeza, aceptar los cambios, ser fuertes para no dejarse arrastrar por lo negativo que habrán de soportar, y aprender a discriminar con claridad lo que les conviene como almas y como personas sociales con derechos y deberes hacia los demás. El gran desafío de un educador es que tiene que eludir los extremismos. No puede ser fanático de una idea política ni religiosa que trata de imponer, ni siquiera debe imponer un estilo determinado de educación. Imponer es negar, reprimir y frustrar posibilidades, y en educación hay que positivar, motivar, favorecer sacar fuera posibilidades latentes. Mucho mejor que imponer es proponer. El educador se encuentra a menudo abrumado por las presiones de la vida cotidiana sobre su propio ánimo, por las contradicciones entre lo que se ve obligado a mostrar como bueno y que él mismo tal vez no practica, por la desorientación sobre qué es y qué no es correcto a la hora de bajar al terreno de juego de la vida de los hijos o de los alumnos. Innumerables dudas le atormentan. ¿Es bueno dejarles hacer esto o aquello? ¿Qué debo hacer en esta o aquella situación? ¿Tendrá razón el profesor que educa de un modo opuesto al mío? Y el profesor, entre tanto, se pregunta qué sentido tiene educar en la dirección que le marcan las directrices oficiales, y por qué los padres de sus alumnos no educan bien a sus hijos. La cuestión central es que las personas que educan deberían tener claras sus propias posiciones básicas sobre cómo entenderse con la vida, y eso supone haber adquirido conocimientos y experiencias espirituales que le proporcionen seguridad a la hora de poner en marcha las medidas educativas que se propone. Y la segunda cuestión es que quienes educan tienen que estar de acuerdo sobre cuales son las metas y cómo ayudar a conseguirlas. No podemos olvidar que el alumno o el hijo son ante todo seres espirituales en proceso de evolución, aunque en temprana edad no sean conscientes, y que la responsabilidad de un educador es grande en este terreno si no tiene en cuenta este hecho. Estamos en un momento de la historia de la humanidad en que el pensamiento materialista prevalece, pero es algo que va a ser superado en cuanto los últimos avances de las ciencias y el pensamiento alternativo se extiendan por el mundo, lo que ha de producir un vuelco en muchas conciencias que aún se aferran al pensamiento materialista, a los dogmas religiosos y a los paradigmas políticos caducos. Aunque más adelante se amplía todo esto, lo que importa es quedarse con la idea de que un educador debe mirar hacia dentro y delante y esforzarse en superar los prejuicios culturales y pedagógicos que le enseñaron partiendo de que el alumno no es más que un ser social al que hay que atiborrar de conocimientos que debe escuchar y asimilar sin moverse de su pupitre, o que el hijo debe ser un clon de algún progenitor. Preguntas para navegantes en plena tempestad ¿Cuál es el sentido de la vida?... ¿Se concibe como algo que debe tenerlo, o se trata de dejarse llevar de un lado para otro por los acontecimientos que se van presentando a lo largo de la existencia, igual que el barco en mar tempestuoso?... Si el capitán del barco conoce los secretos de la navegación, la ruta y el puerto de destino, el timonel recibirá las órdenes precisas para maniobrar, incluso en las tormentas, y acabar el viaje felizmente. El capitán del barco es nuestro verdadero Espíritu interno, y el timonel nuestra alma. El barco somos nosotros, cuerpo, alma y Espíritu, y el mar la Vida... ¿Vamos encaminados a buen puerto?... ¿O hubo rebelión a bordo y los marineros al servicio del Ego," y sus aliados, envidia, avaricia, s celos, odio ignorancia, y otros amotinados han desorientado al timonel con sus cantos de sirena y se apoderaron de la dirección del barco? (Cuando esto sucede, la nave del Yo divino, capturada por los esbirros del ego inferior que hemos alimentado con nuestra negatividad camina a la deriva por el mar de la vida, sin que las voces del capitán-conciencia dando órdenes de navegación sean escuchadas. Con harta frecuencia esas voces del puente de mando inspiradas por lo divino en nosotros, el Espíritu, llegan tan débilmente a la cabina del piloto, que este no las percibe, pues sólo tiene oídos para sus encantadores captores. Distraído, identificado con alguno, olvida atender indicaciones de ruta, o vegeta y se divierte indiferente; y con frecuencia, el barco se pierde en el mar de la vida, no una vez, sino tal vez muchas. Y la rueda de la reencarnación no cesa de dar vueltas igual que la del timonel sordo en su encantamiento no deja de navegar en círculo). ¿Conocemos las metas de nuestro viaje? ¿Conocemos los elementos que intervienen en él, incluido el barco-cuerpo que habitamos? ¿Tenemos un aceptable grado de felicidad, pese al mundo en que vivimos? ¿Somos más cooperativos que individualistas? ¿Conocemos bien y cumplimos con agrado nuestras obligaciones en los diversos sitios y con las diferentes personas con que convivimos diariamente?... Estas preguntas deberían ser contestadas positivamente por todo el mundo. Educar es preparar para dar respuestas positivas a preguntas así... Todos los trabajos sobre educación se proponen una meta. Esta es la que proponemos aquí: reflexionar nuestro verdadero ser como totalidad cósmica y comprender mejor el sentido de educar y ser educados para que el viaje de la vida sea correcto según las leyes de la vida. ¿Cómo descubrir nuestro verdadero ser?...Educar es preparar para ese descubrimiento. Los cambios experimentados a lo largo de los últimos cincuenta años han sido tan radicales y han afectado a tantas dimensiones de la vida personal y, por tanto, colectiva, que nos hallamos muy lejos de haber integrado todos esos cambios en una personalidad, la nuestra, tan mal educada para comprenderlos, integrarlos ordenadamente o defenderse de ellos si fuese menester, a consecuencia de nuestra falta de conocimientos y de nuestros hábitos mentales. Al contrario, lo que aparece ante nuestros ojos como observadores, creadores y receptores del comportamiento colectivo, es que nos hallamos en el ojo de un huracán con diversos rostros hostiles desde el social y económico al militar, en medio de una Naturaleza cada vez más imprevisible y amenazante a causa de las alteraciones sufridas por la intervención de los hombres, que inevitablemente reciben los efectos en sí mismos, y unas relaciones humanas degeneradas ante la práctica ausencia de valores espirituales y de conciencia de la realidad. La falta de elementos la ignorancia sobre de unidad, tales como el amor desinteresado, y la repercusión colectiva de los pensamientos y actos personales por un lado, así como la presencia de elementos culturales y religiosos falsos o contradictorios tanto en contenidos como en la relación entre ellos, favorece el desconcierto generalizado acerca de cómo hay que actuar personalmente en asuntos de conciencia y relación con el mundo, y, por supuesto, cómo educar hoy a las nuevas generaciones en la sociedad bipolar del despilfarro extremo y la pobreza extremas en medio de una mediocridad generalizada que tiende a hacerse global, a uniformar nuestras mentes y deformar nuestras conciencias en todo el Planeta... Algunas claves para el puente de mando Los avances en el terreno de la Ciencia, en especial los referidos a la concepción del Universo que introduce la física de partículas nos hace comprender algo importante: que somos contemporáneos de una nueva forma de ver la Naturaleza, el Cosmos y las relaciones entre todos los seres vivos, pero seguimos a nivel de esquemas de pensamientos y de programas mentales y emocionales anclados en los siglos anteriores, víctimas de una herencia cultural multidireccional que no hemos podido superar a nivel colectivo. Política, medicina, religiones, astronomía, sociología, filosofía, educación y otras formas de ciencia y pensamiento humano viven inmersas en esquemas del pasado. Incluso cuando nos declaramos ateos solemos apoyarnos en argumentos científicos ya superados por el ala más evolucionada de la propia Ciencia y en las creencias irracionales de las iglesias oficiales, ya superadas por corrientes espirituales libres. Nuestras mentes aun no han podido asimilar los cambios de paradigmas que van a configurar los modos de pensar y vivir del siglo XXI y sucesivos. Y aunque los conocimientos intelectuales se prodigan como jamás en toda la historia, el campo emocional y de las conductas va por otro lado y ambos llevan muy a menudo un considerable retraso. Pensamos todavía con la lógica del Universo según Newton, pero ya sabemos que hemos de pensar con la perspectiva del universo desde Einstein. Pensamos todavía con la lógica cartesiana, pero deberíamos empezar a familiarizarnos con la lógica de la conciencia libre de prejuicios racionalistas de los físicos cuánticos y los místicos. Pero saber es una cosa y actuar de acuerdo con el saber es otra. Entre uno y otro estadio de la mente existe un gran salto; no sólo un salto cuantitativo comprensible para el intelecto, sino lo que es mucho más importante: un salto de la conciencia, válido para nuestro cuerpo de energía o alma; significa un salto en el conocimiento físico del Cosmos, pero sobre todo un salto en la concepción del papel del hombre como unidad en la totalidad cósmica, tal y como los místicos de todas las épocas y religiones intuyeron y vivieron. La concepción del universo en cada época marca la cultura y la visión general del mundo, pero con retraso sobre los viejos programas de conocimientos y pautas de actuación de la mente, sometida a la ley de la inercia egocéntrica si no es capaz de concebir algo superior a sí misma; "Algo" que siempre se encuentra más allá del ego, más allá del intelecto, más allá del pensamiento racional, como sucede a las emociones del alma. Inmediatamente podemos comprender que sin alma no existe facultad alguna de sentir ni pensar, y sin La Energía-Vida, no es posible el alma, ni la vida en el universo. La humanidad materialista se siente infeliz y vacía interiormente por haber olvidado su condición espiritual y haberse alejado de las prácticas para el desarrollo de su capacidad espiritual por desobedecer las leyes de la Energía Universal (también llamada "Dios" y de otros modos), empezando por vivir, como se suele, en contra de las leyes de la Naturaleza... Por ello se enferma, se mata y se muere tanto en nuestra época. Como se dice coloquialmente, muchos "han perdido sus papeles" (y no nos referimos precisamente a los emigrantes mal llamados clandestinos). Para muchos surge, precisamente en estos tiempos, la necesidad de cambiar, pues el modelo de Universo que antes nos servía de material intelectual ya quedó rebasado por los nuevos conocimientos. ¿Cómo podemos apoyarnos científicamente en la concepción materialista de la realidad, en vista de las nuevas teorías y experiencias científicas o místicas, para intentar comprender un mundo sin Dios y, más aún, para comprendernos en ese mundo?... Ya no nos sirve el modelo científico-racionalista del llamado "siglo de las Luces" y del que nos hemos nutrido desde entonces en Occidente... Tampoco parece sernos muy útil el modelo religioso-mágico-dogmático- autoritario y fascistoide preconizado por las religiones oficiales en el campo educacional y social. Esos modelos están ya en decadencia, y sobreviven artificialmente, amparados por el inmovilismo de las tradiciones, el oportunismo político, sus riquezas y su poder social. Y el miedo y la ignorancia los sustentan. Esta consideración es especialmente importante a la hora de educar a las nuevas generaciones. El cerebro, no es la clave. Sólo parte del proceso. El cerebro es el receptor de la conciencia en el plano físico a través de la mente, que es parte del alma; el administrador de los contenidos emocionales del alma y del subconsciente y de los contenidos sensoriales de los sentidos físicos que le informan y son informados por él. Es una herramienta de la mente. No puede crear contenidos emocionales, sino dar expresión formal a los existentes en el alma. Naturalmente, cuanto más refinada sea el alma, más lo serán nuestros contenidos emocionales, nuestros pensamientos y nuestra capacidad imaginativa. Pero los defectos no se eliminan con dogmas ni con sumisiones a las autoridades eclesiásticas, ni con ceremonias repetitivas. Los cambios se hacen desde el trabajo interno de conocer y reconocernos, sentir y actuar; tareas que hay que realizar si deseamos evolucionar. Empezamos a darnos cuenta en medio de las incertidumbres y contradicciones del mundo en que vivimos, de que hemos de re-educarnos, de actualizarnos permanentemente, especialmente si hemos de educar a otros en los tiempos que corren, tiempos de grandes rupturas de paradigmas y de cuestionamientos profundos sobre la realidad personal y social en la Sociedad de la Confrontación heredada del pasado. ¿Cómo educar hoy correctamente a los más jóvenes en el medio familiar o en los centros de enseñanza?... ¿Sobre qué bases?... ¿Cómo educar hoy de un modo que supere las limitaciones de la educación tradicional y contribuya a la formación de nuevas mentalidades en armonía con la Naturaleza y sus leyes en todas sus manifestaciones? ¿Quién es en realidad el niño al que educamos? ¿Es el niño "naturalmente bueno" de Rousseau que espera ser corrompido por la sociedad malvada? ¿Es el niño "virgen", tábula rasa, de Aristóteles? ¿O es un ser de energía intemporal, un alma con su propia historia, preexistente,- por tratarse de energía,- a su nacimiento físico? Estas preguntas tienen que ver con la física cuántica y con el misticismo. Todas ellas surgen con insistencia a lo largo de estos escritos buscando soluciones que resulten posibles, prácticas, claras y acordes con la condición espiritual de los seres humanos en la época actual; época que ha puesto en evidencia la gran limitación intelectual y la hipocresía de la educación "de toda la vida". Ahora parece necesaria, ante el avance de los nuevos conocimientos y la difusión de muchas experiencias de percepción desde más allá de la mente, una educación integral e integradora, una educación holística que parta de las nuevas formas de comprender la realidad global, total, y que tenga en cuenta al espíritu humano como elemento de progreso y no como objeto de manipulación para los que tienen el poder y manejan las religiones. Sin pragmatismos, sin dogmas, sin autoritarismos absurdos, sin manipulación de las conciencias a favor de iglesias, estados, u otros grupos religiosos o sociales que buscan instrumentalizar a los más jóvenes a favor de sus propios intereses egoístas y caducos para perpetuarse a sí mismos, y que contribuyen poderosamente al fracaso de todos los modelos educativos ensayados, por activa y por pasiva, pues de lo caduco sólo puede nacer algo estéril. De lo que se trata es de orientar a las nuevas generaciones hacia otras formas de pensar, sentir y actuar de acuerdo con la natural condición espiritual de los seres humanos, con las experiencias acumuladas en el terreno de la Pedagogía, la Física, la Psicología, las medicinas alternativas y en general con los nuevos descubrimientos de las ciencias modernas. Orientar sin fanatismo es posible. Otro mundo es posible. Y esa posibilidad es nuestra legítima esperanza. Aprender a pensar y sentir libremente conduce a la toma de conciencia de sí mismos y a facilitarnos el poder asumir las necesarias responsabilidades de acción, pues nada ni nadie está aislado más que en apariencia, y todos somos necesarios, no sólo socialmente, sino dentro de una totalidad indivisible, esencial, cósmica, a la que pertenecemos como energía activa que somos. Siguiendo las leyes divinas, la Madre Naturaleza no crea nada inútil. Obviamente, tampoco Dios, su Creador. Desde la perspectiva de la libertad rechazamos aquí toda instrumentalización de la mente y la conciencia de las nuevas generaciones, y nos atrevemos a afirmar que el fracaso de las formas tradicionales de educar se debe en un alto grado a esa instrumentalización de la mente y las conciencias, a esa manipulación dirigida por el mundo adulto en diversas escalas de la jerarquía social (hasta alcanzar finalmente a los responsables inmediatos de educar), casi siempre ignorante, dogmática, apegada a tradiciones y costumbres, normalmente inmovilista, a menudo perversa y siempre interesada, que ha conseguido deformar las mentes individuales de los más jóvenes desde hace siglos y desviarlas de sus verdaderas necesidades objetivas hasta grados inverosímiles, lo que ha dado como resultado educativo este mundo heredado que padecemos hoy tan adicto al materialismo, la codicia, la comodidad, la dispersión mental, la ignorancia , el egocentrismo y la falta de amor en que todos contribuimos en alguna medida mientras no elijamos cambiarnos. Es nuestro mundo. Nos pertenece porque lo hemos creado a nuestra imagen y semejanza. Nos pertenece, pero ya no nos sirve. Una de las más recientes alarmas en el nivel del aprendizaje la tenemos en las estadísticas sobre los aprendizajes básicos. En el Informe PISA 2004, los españoles estamos a la cola del mundo en Matemáticas, ciencias y Lengua. Los responsables de educación de Finlandia, país modelo en estas materias, afirman que su éxito se debe al impulso desde los hogares, a la alta cualificación y entusiasmo de los profesores y a la adecuación de recursos. Algo debemos aprender de esto, que corrobora por completo las tesis de este trabajo, y que debe faltarnos aquí, porque en España los índices de baja calidad en las áreas básicas (Matemáticas e Idioma) se mueven, según tramos de edad, en porcentajes que oscilan entre el 30 y el 50 por ciento desde hace más de veinte años, a pesar de los planes de estudio y de que cada vez se ha ido rebajando el contenido de los programas para hacerlos más digeribles a los alumnos-as. Aun así es notoria la reducción de estudiantes universitarios: entre un 6 y un 7 % en el último septenio 1997-2004.También la de los que superan el bachillerato. Estos datos hablan por sí solos. Aumenta así el número de jóvenes candidatos al ocio ilimitado, (porque dejar la Universidad o no llegar a ella no es sinónimo de otros estudios ni de trabajo, tal y como está la cuestión laboral) y el paro, la vida dependiente de la familia y el contrato-basura andan siempre cerca de estas situaciones. Pero, a la vez, estos datos también hablan del fracaso de un modelo de educación insostenible desde la misma base... Así que la baja calidad de los aprendizajes no es culpa de los alumnos tan solo. No existe nada peor que estar obligado a esforzarse por aprender algo que no interesa ni desde lejos. Es el resultado de una mezcla de cuanto se ha dicho hasta ahora como negativo con la falta de motivación juvenil por el mundo adulto; de la escasa presencia de valores espirituales y de conducta ética y social en muchas familias, y su falta de implicación, donde predomina el "dejar hacer" y donde los más jóvenes pierden prontamente el sentido de la autoridad de los padres y se convierten en los reyes holgazanes de la casa. Absurdos sistemas de control, como los típicos exámenes, acaban por poner las guindas a pasteles poco apetecibles. PARTE I CAPITULO 4 INSTRUCCIÓN Y EDUCACIÓN Instruir, no es educar. Esta distinción es fundamental. En la escuela esto no se suele considerar demasiado; se suele tratar este asunto dando prioridad absoluta al aprendizaje, instrumentalizando la mente del estudiante en función del programa a cumplir, promoviendo o imponiendo con este propósito, un riguroso autocontrol sobre las emociones, la palabra, la movilidad, durante horas que se llaman "lectivas" y deberían llamarse "lesivas", porque mutilan procesos naturales de evolución de la personalidad de los jóvenes con la justificación de la famosa "disciplina". Padres y profesores se culpan recíprocamente de no proporcionar a los niños la disciplina correcta, asimilando disciplina a comportamiento obediente y pasivo. La disciplina se piensa como algo externo, algo que se impone, pero eso nada tiene que ver con la verdadera disciplina, que es interior, que es autodisciplina, que es actividad deseada y que nunca precisa más allá de unas elementales pautas de comportamiento una vez que los niños han adquirido el interés por hacer algo. Pero ni padres ni profesores por separado educan para esta disciplina del interior, sino para la disciplina nacida de la sumisión. Y cuando esta no funciona, se abandona el trabajo con los pequeños, se les deja hacer o se les coloca ante alguna pantalla para que dejen en paz a sus mayores. Educamos para hacer oficinistas sumisos, obreros sumisos, creyentes sumisos, individuos en fin, ignorantes de su poder y sus valores y prestos a obedecer. Educamos de tal manera que sin violencia implícita o explícita no se obtienen resultados que siempre son externos, como un barniz que en cuanto se pone a prueba desaparece. Recuerden las guerras europeas entre naciones escolarizadas. Vean a los dirigentes de las modernas guerras neoimperialistas. Todos ellos se formaron en escuelas para calses privilegiadas, asistieron a universidades de alto nivel, obtuvieron prestigiosos títulos, y en cuanto se sientan en un sillón de poder firman invasiones y bombardeos en que mueren cientos de miles en sus propios hogares. Instruir no es educar. Esto es bien evidente. Educar es poner a alguien en disposición de actuar en la vida según sus propias capacidades y siguiendo ciertas pautas basadas en reglas y valores éticos asumidos conscientes, libre y voluntariamente y experimentados como buenos y deseables para sí y para los demás. Entonces seríamos capaces un día de aplicarnos y aplicar aquellas reglas de oro que definen el correcto comportamiento social y moral, que constituye la base del verdadero cristianismo que es pacifista, tan diferente al anticristiano proceder que el Sistema defiende y espera de cada uno de nosotros. Cristo dice: "Lo que no quieras para ti no lo quieras para nadie", y "haz primero a los otros lo quisieras que ellos te hicieran".Y "ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo", que es el Mandamiento Supremo. Pero el Sistema capitalista dice: ámate sobre todas las cosas y no te importe el dolor que produces a otros con tal de conseguir ser rico, poderoso y obtener reconocimiento. El sistema capitalista dice: No hagas nunca a los demás nada que merme alguna de tus excelentes razones para vivir, y actúa aunque las consecuencias sean que otros mueran por ti. El sistema capitalista dice: si se presenta la ocasión apropiada mata a tu vecino y quédate con sus propiedades. Fíjate en tus gobernantes, estudia la historia de reyes, nobles cortesanos, obispos, papas…Esos son tus modelos, pero cuidado: pueden ser también tus jueces o tus verdugos. La educación exige ser activa de continuo. Y exige complicidad. Complicidad entre los profesores que educan y de todos ellos con los padres a la hora de fijar las metas. Si dejamos que sea el Estado, como es lo habitual, este nos aleja de los principios de la solidaridad y del ponerse en el lugar del otro, que es compasión bien entendida y que conduce a la cooperación en vez de conducir a la competitividad entre personas o a la enemistad entre naciones. Y si se presenta la ocasión apropiada, a la guerra ("mata a tu enemigo y quédate con sus propiedades"). Cuando el Estado educa hace a sus ciudadanos individualistas, egocéntricos, sumisos y violentos. Así les enajena del "otro", no importa cuanta cultura académica haya adquirido y por eso un día pocos son los que protestan cuando se les llama a tomar las armas contra otros a los que ni conoce ni jamás le hicieron daño. No existe en los colegios ni en las casas, desde luego, "la hora de la educación", sino una continua interacción de la personalidad de cada uno, tanto con aquello que le llega a lo largo del día, y a lo que debe dar respuesta, como con las personas que le rodean, pues si estamos atentos, cada día nos abre su propia página para que nos encontremos con lo que hemos de escribir en ella ante lo que nos sucede. Y eso es estar despiertos. La educación debe ser un proceso para llegar a despertar nuestra conciencia en el mayor número de aspectos, de acuerdo con las posibilidades de quien educa, de quien va a ser educado, y del medio en que se esté. No se puede exigir a todos por igual, no se puede exigir sin haber convencido, y no se puede convencer sin diálogo y sin haber experimentado como bueno lo que se desea conseguir. A veces son necesarias experiencias personales y otras veces necesitamos modelos de personas que han realizado aquellas cualidades que pretendemos educar. Pero nunca imponer autoritariamente ni manipular psicológicamente para conseguir doblegar la voluntad cuando lo que debemos pretender es todo lo contrario: fortalecerla. Los Sistemas educativos pretenden doblegar, y para ello utilizan el autoritarismo y la psicología conductista. TODO PARA EL NIÑO PERO SIN EL NIÑO El principal síntoma de que algo no va bien en los planes de estudio, la escasa motivación de los estudiantes, es algo con lo que los profesores nos encontramos cada día en la realidad de las aulas, y a lo que individualmente se hace frente como se puede, sin que exista una aparente solución a este problema, - cada vez más presente en los cursos infantiles y generalizado en la educación secundaria- que va adquiriendo poco a poco carta de naturaleza hasta en los cursos más altos de Primaria. Los programas escolares no son suficientes por sí mismos para motivar el aprendizaje, y se viven por el estudiantado en general como algo inevitable en sus vidas, pero bien alejado de sus intereses... Ni siquiera encuentran motivos para discutir sobre su validez o no, ni se preocupan mayormente por otras alternativas. Para el estudiante, todo forma parte del mismo color gris. Mayormente se trata de aprobar, en una especie de "sálvese quien pueda" para conseguir ciertas calificaciones y ciertos títulos que se supone podrán garantizar un supuesto feliz porvenir. Se echa en falta en el medio estudiantil y en los hijos, con mucha frecuencia, eso que pudiera llamarse una "motivación intrínseca", un deseo profundo que hace que cada uno quiera hacer determinada cosa sin serle impuesta: una especie de impulso vital para mejorarse a sí mismo, la fe en que el esfuerzo que se exige tiene sentido. En lugar de ello un creciente desinterés a medidla que pasan los cursos, una apatía amenazada por exámenes , y una creciente rebeldía e indisciplina se instala poco a poco en las aulas como una progresiva marea negra, donde cada día pueden vivirse toda clase de episodios de desacato de normas, de falta de atención o de interés, de nerviosismo exagerado, de insumisión de los alumnos ante desconcertados profesores que no saben cómo afrontar esas situaciones de oposición frontal muchas veces inesperadas en razón de la edad, o esas actitudes violentas desproporcionadas de los alumnos ante la llamada al orden de sus maestros. Todo eso, acompañado de un notable deterioro en habilidades sociales y escaso interés individual por los problemas de los otros, que en realidad ponen en evidencia el triunfo del propio Sistema.¿Acaso no era esa la natural consecuencia de no tener en cuenta a los alumnos? Esas respuestas indican fracaso de las familias, de un sistema educativo concreto y de un proyecto social global. ¿Cómo dar conocimientos a quien no cree necesitarlos y no los desea?... ¿Dónde buscar las raíces de los comportamientos inadecuados o incorrectos?...Arduas preguntas. ¿Qué actuaciones concretas deberían realizar las familias? ¿Cómo pueden implicarse estas en la escuela de un modo eficaz? ¿Existe una deficiente atención de las familias a sus hijos, y por tanto, una falta de directrices educativas? ¿Se puede hablar de una mala calidad educacional de los padres? ¿Dónde están las respuestas? La falta de hábitos sociales de cooperación voluntaria y altruista, y de autodisciplina personal elemental y la poca predisposición de los alumnos a aceptar la autoridad del maestro-a como adulto, como no aceptan a menudo la de los propios padres, se han convertido, junto a la dificultad de motivar el aprendizaje, en una pesadilla para más de la mitad del profesorado... Sorprende tal cosa a primera vista cuando vivimos en una sociedad que parece ser la más disciplinada para cumplir con la ley en toda la historia humana que conocemos, conviviendo simultáneamente con multitud de agentes uniformados y máquinas de control de todo tipo en todas partes (lo cual nos avisa también de la fragilidad de todo eso), para evitar precisamente que alguien se salte los códigos establecidos... Pero el orden real, el orden profundo y sólido que nace del amor y del respeto no ha sido interiorizado. Sólo el orden exterior, el orden impuesto. Por eso la seguridad en las sociedades modernas se basa siempre en aumentar los medios de control policial y endurecer los códigos de leyes, pero no se invierte en la misma proporción en garantizar a los ciudadanos, desde la infancia, una educación de calidad con el debido consenso y participación familiar, que permitan avanzar hacia estadios de conciencia superiores, e ir eliminando factores que inducen a cometer actos antisociales. Algunos datos son bien conocidos de sobra por la policía, y saltan a menudo a las páginas de los diarios o a las pantallas, como el aumento de bandas violentas juveniles contra la población marginal e inmigrante, formadas por chicos entre 14 y 16 años, estudiantes de secundaria. Este tipo de cosas hace muy evidente la hipocresía de los gobernantes, que conocen esta situación pero prefieren tener una buena gendarmería a unos ciudadanos buenos por haber sido correctamente educados; que prefieren armas sofisticadas de última generación a inversiones en escuelas y centros de orientación juvenil. ¿Acaso los gobernantes ignoran esto tan sencillo? En absoluto. Los gobiernos temen profundamente las consecuencias que tendría para el Sistema capitalista la existencia de alumnos verdaderamente cultos, educados en principios de cooperación, alta autoestima y espíritu libre. Resulta bien conocido que existen muchos millones de personas que viven en pésimas condiciones materiales o de marginación y enfermedad y no cometen delitos, lo cual es difícil de comprender con la lógica social, si no es que el miedo a la represión les mantiene alejados de cometerlos. Ese miedo lo aprendieron en las familias y en las aulas (si es que las pisaron alguna vez, lo cual es una realidad de millones.) Más difícil resulta elaborar hipótesis con respecto a muchos enfermos del alma, (ricos egocéntricos, delincuentes pobres, o marginales) que cometen delitos de todo tipo en nuestras sociedades, según sus posibilidades. Especialmente los primeros, los ricos, que suelen tener tanto poder como pocos escrúpulos de conciencia. Ello indica que los componentes espirituales son siempre los decisivos. Para unos y otros, es válido el ejemplo del conductor que sólo se esmera en cumplir perfectamente las leyes de tráfico si se encuentra con la policía de carreteras. En el caso de los ricos y poderosos, con otros más ricos y más fuertes, pero ninguno acepta realmente el orden que conviene al conjunto, pues ni la propiedad privada - su ley sagrada- aceptan, y por eso las guerras y las pugnas comerciales y sociales por prevalecer sobre otros. Los principales enemigos de la propiedad privada., paradójicamente, no son los desposeídos, sino los propios capitalistas. La mayoría, los desposeídos, han sido educados para amarla tomando como modelos a los ricos, a los que creen triunfadores encumbrados, y las mayorías e agarran como lapas a la más pequeña pertenencia, pues asimilan el tener al ser: han sido engañados para formar parte de la sociedad de la confrontación. Resumiendo: Con la filosofía de la confrontación hemos sido educados durante generaciones en las escuelas tradicionales. En las escuelas tradicionales, el llamado "orden" no es mas que autoritarismo impuesto e interiorizado sobre el miedo al castigo, con los negativos efectos secundarios de favorecer la pasividad y la rebeldía interna, la frustración y la falta de creatividad... Y, por desgracia, las escuelas tradicionales son las que prevalecen actualmente en el mundo, da igual quien las subvencione. Existe un orden exterior impuesto sobre un desorden interior previo e interiorizado, que no se aborda. Este tipo de orden impuesto es caldo de cultivo para la contestación y la represión, y para el despertar de la violencia. Recuérdense los episodios que suceden en las aulas. Recuérdese el caso del instituto Colombine en Estados Unidos. (Figurémonos qué han podido recibir del mundo inmediato para devolver esto). La pobreza, la marginación social, el miedo, la mala relación interpersonal, la violencia en la familia, la posesión de armas al alcance de la mano, la dejación de la educación, la falta de contacto suficiente padres- hijos, la falta de unidad de criterios educativos familia-escuela y dentro de la propia familia, son datos fundamentales que merecen ser tenidos en cuenta por los responsables directos de la educación cuando se encuentran ante niños con problemas. Los niños suelen devolver lo que reciben. La disminución de la capacidad de frustración , producto de una educación familiar demasiado permisiva y una ausencia de límites puestos por los padres, la falta de espíritu de sacrificio que se observa en las nuevas generaciones de estudiantes, se unen a la falta de respeto al adulto no impositivo, al que no terminan de comprender en este contexto y que consideran débil en contraste con los otros,- los modelos impositivos del mundo exterior a las familias a los que se ven obligados a someterse coactivamente sin convencimiento interno - son elementos contradictorios gravemente perturbadores para el proceso de aprendizaje y para las relaciones en el trabajo escolar y en la vida social. No se ha interiorizado el sentido del respeto, sin embargo este es fundamental para uno mismo, para la propia estima, y para las relaciones sociales. Y, por supuesto, no se ha interiorizado la necesidad de aprender ni de evolucionar, de modo que no tiene sentido alguno tenerse que esforzar, piensan muchos estudiantes desmotivados. La disminución de la capacidad de atención y concentración son otros de los graves problemas que se detectan a diario en las aulas. ¿Por qué? ¿Se conocen todas las respuestas? Este tipo de preguntas deben ser contestadas.¿Son culpables las máquinas electrónicas de pantalla, tan presentes en las vidas de los jóvenes, con sus radiaciones iónicas positivas a las que tanto se exponen, sus contenidos violentos, sus realidades falsas y su invitación permanente al escapismo o a la proyección de sus propias frustraciones y deseos subconscientes? ¿Es la alimentación-basura tan frecuente en su dieta? ¿Es la percepción de un mundo que perciben absurdo y sin futuro?... ¿O será la falta de modelos y pautas de conducta convincentes? ¿Existe poca motivación colectiva de la juventud debido al carácter superficial de nuestra peculiar civilización para todo lo relacionado con el pensamiento y el espíritu, donde no hay respuestas a sus problemas íntimos, a sus preocupaciones mas profundas? ¿Dónde queda una educación emocional y de valores, y quién las asume? Muchas preguntas que exigen sus propias respuestas pues nos hallamos ante una gran parte de juventud tan inactiva como desinteresada del mundo espiritual, de valores internos, profundos y trascendentes, pero sí interesada por iniciarse prontamente en los vicios de los adultos y en un mundo de sofá, copas y juegos electrónicos, poco dada a asumir serias responsabilidades, que consideran al sexo como un puro divertimento, y que, por añadidura carecen de perspectivas para encontrar más adelante su lugar dentro del mundo adulto. El creciente desinterés y enajenamiento hacia el estudio de numerosos colectivos del alumnado llega a tal punto que en algunos lugares son agredidos o boicoteados por otros compañeros aquellos que se esfuerzan en cumplir con su obligación de estudiar (los clásicos "empollones", como se les denomina despectivamente a los que estudian en serio.) ¿MATAR EL TIEMPO O VIVIR EN SU TIEMPO? Al terminar la escolaridad obligatoria un altísimo porcentaje de estudiantes (que podría rondar la escalofriante cifra de más del ochenta por ciento del total) no tienen adquirido el hábito de la lectura como fuente de placer y conocimiento, no acuden a manifestaciones culturales, (teatro, ballet, exposiciones, conferencias, conciertos de música culta) ni -mucho menos- son protagonistas en nada que vaya más allá de los deportes o las diversiones fáciles festivas y de fín de semana con las que matar el tiempo. Paralelamente, el inicio en el consumo de alcohol, tabaco y otras diversas drogas baja peligrosamente la escala de la edad, situándose en torno a los 12 años, según los estudios sociales más recientes. Y mientras, solo en el 2% de sus hogares se puede decir que existe una mínima biblioteca, la videoteca familiar está bien nutrida de películas de evasión. Así que nos encontramos ante un gran problema social que debe ser resuelto desde la propia base social donde se genera y en los ámbitos directamente relacionados con los jóvenes: las escuelas y los hogares. Pero algo debe ser cambiado si no queremos que las cosas sigan empeorando. Y esto exige primeramente mucho trabajo de concienciación en familias y profesores. Aires de cambio en la juventud En el extremo opuesto al nihilismo conformista y consumista se encuentran movimientos anti-globalización, defensores del medio ambiente, del ideal de la cooperación y la justicia social con más o menos acierto. Son jóvenes activos: estudian, trabajan, se preparan para un oficio que les permita la independencia. A pesar de los contratosbasura con que son "premiados" casi todos por sus esfuerzos de años de estudio, y del poco relieve social que se les concede, un número cada vez mayor de entre ellos busca culturas alternativas, se manifiesta contra la guerra, o contra la violencia que se ejerce contra los animales, defiende el ecologismo, practica el contacto con una Naturaleza a la que respeta, se interesa por la forma de ver el mundo de otros pueblos, y por formas liberadoras alternativas de desarrollo espiritual. Sin duda manifiestan rasgos de conciencia superior. Todos ellos son aún minorías. Minorías que señalan ya otra conciencia, desde luego, que iluminan parte del camino del porvenir. Naturalmente, no aparecen como ejemplos a seguir en los noticiarios, mucho más interesados en resaltar lo negativo de todo en todo momento; en arrojar, por ejemplo, sobre los movimientos antiglobalización toda clase de dudas y sospechas sobre sus intenciones, que se presentan por los medios del Poder más unidas a la violencia vandálica contra el orden en las manifestaciones públicas que a prestar atención a sus críticas sobre el desorden real al que el Sistema llama "el Orden".El problema de los "okupas", por citar otro desencuentro de los jóvenes con el Sistema , no es un problema de orden público, que es lo que se nos quiere hacer ver, sino un síntoma más de desorden social; en este caso, la defensa de la propiedad privada por encima de la vida y necesidades más elementales de la gente, como el derecho a la vivienda que reconoce, además, la Constitución. Es una vergüenza para una civilización que habla tanto de del derecho a la vida que los mendigos se mueran de frío en nuestras calles por no tener un lugar donde refugiarse en las noches heladas. Por no hablar una vez más de guerras, cárceles, torturas y otras formas del primitivismo oficial, tanto da de qué país se trate, que aparece ante las gentes como el rostro civilizado del mundo. Las manifestaciones en defensa de la vida animal o contra las corridas de toros, la deserción progresiva de la Iglesia católica, el aumento de partidarios de formas alternativas de vivir, o la falta de soldados voluntarios para el ejército, entre otros grupos activos, evidencian que cada vez más jóvenes van asumiendo aspectos de la importancia y defensa de la vida. Confío en que llegará un momento en que serán suficientes para que todo cambie a mejor y se produzca ese milagro que se espera para convertir las democracias formales en democracias reales. Todos podemos recordar que los primeros objetores de conciencia insumisos eran encarcelados, maltratados o fusilados por negarse al servicio militar obligatorio. Los primeros cristianos eran insumisos y sufrieron las iras de los emperadores. Y lo mismo ha pasado en otros conflictos armados en muchas partes. Ahora, al cabo del tiempo y del sufrimiento de tantos en todos los países del mundo, fue eliminado en España y en otros países el servicio militar obligatorio. La verdad y la justicia siempre acaban por triunfar si se actúa con verdad y justicia. Sin embargo, oh desajuste increíble, existen obispos militares con uniforme y todos los atributos castrenses. La Iglesia tarda más en cambiar. La industria cultural, mientras llegan los cambios, haciéndose eco del nivel de conciencia de la mayoría , no renunciando a sus negocios con esa mayoría más bien pasiva y amante del hedonismo y de los fines de semana locos, lanza hacia los jóvenes todo tipo de subproductos en forma de infralibros de lectura fácil para tiempos intermedios de transporte y playa ;revistas estúpidas, films para descerebrados, maquinitas informáticas para introducirlos en todo tipo de fantasías virtuales de baja estopa y alta definición, y programas de "telebasura." Todo esto al servicio de un nuevo tipo de analfabetos funcionales cuyo único objetivo suele ser divertirse a toda costa y sin más límites que su capacidad adquisitiva y su manipulada y maltrecha imaginación para administrar su vida y su tiempo de ocio, mientras permanecen años y años sin abandonar el hogar familiar y sin perspectivas claras de un futuro que vaya a mejorar. Incluso con títulos universitarios colgados en la pared de su habitación. Todos ellos son víctimas de sí mismos, pero son –sobre todo en la juventud-consecuencia de una educación castrante en el marco de una sociedad profundamente injusta e inmoral como es la sociedad capitalista multinacional, el capitalismo global en que vivimos, donde todos los valores giran en torno a las leyes del mercado, tan alejadas de las leyes divinas y de las leyes de la Naturaleza como los peces del desierto. No puede extrañarnos el ver que la mayoría de la juventud tenga mucho de altamente egocéntrico, individualista, escéptico, conformista y con escasa fe en la sociedad que le rodea, a la que la mayoría ha renunciado a cambiar... No digamos ya de su desmotivación hacia valores espirituales y trascendentes que pudieran dar sentido a sus vidas, motivación a sus conductas...Nuevos chispa".¿Dónde encontrar eso?... Pero no sólo les va mal a ellos. horizontes existenciales," esa Los profesores también sufren bajo el Sistema Según datos de una encuesta publicada en el diario El Mundo en mayo de 2004 y realizada por el sindicato CCOO en España, uno de cada cuatro profesores se queja de acoso psicológico en su trabajo; uno de cada tres, de inestabilidad laboral; un 26,9%, de las relaciones con los padres y madres de alumnos; el exceso de responsabilidad viene a ser del 35,5 %; la inseguridad en su propia preparación profesional arroja el también preocupante dato del 25,4 %; las malas relaciones entre compañeros suponen otro preocupante dato del 22,8 %, mientras las relaciones con los alumnos, que termina de revelar la dificultad de convivencia en los centros escolares, se sitúa en el 25,8 %.Y estos porcentajes tienden a crecer. Si nos detenemos a analizar todos estos datos no podemos sacar más que una conclusión: existe un problema de fondo mucho más complejo que el cambiar el plan de estudios con o sin reválida, con o sin itinerarios, con o sin directores elegidos por la Administración o los demás compañeros, con o sin exámenes de Septiembre... ¿Cómo abordar esta complejidad? Una cierta dificultad para convivir armónicamente está instalada incluso entre los propios educadores, y entre estos y sus alumnos y viceversa, pero los profesores no son los únicos en tener problemas. Salgamos ahora de las aulas. ¿Qué sucede en el interior de las familias que deberían educar? Los índices de violencia machista en los hogares son tan alarmantes que apenas pasa semana que no haya una mujer asesinada por su pareja. Y esto es la otra punta del iceberg del enorme malestar existente en la vida cotidiana de muchas familias, pues para culminar en asesinato existen muchos grados intermedios de violencia, y muchos grados internos de infelicidad. Los niños son testigos y víctimas directas, y muchos mueren o sufren su dosis de maltrato psicológico o incluso físico antes de partir para el colegio, donde deben comportarse, cómo no, como seres pacíficos, tolerantes, equilibrados, atentos, respetuosos y otras cualidades fantásticas para pequeños supermanes. Y no hay especialistas dentro de los colegios para los problemas emocionales de niños con inteligencia normal o con un alto coeficiente intelectual. El "modus operandi" es: mientras el niño rinde los mínimos de conocimientos exigidos en los programas, no hay que preocuparse por él, a no ser que sea demasiado conflictivo ( lo cual es poco probable que suceda en este caso)...Entonces se dice a los padres que eso no está contemplado en las obligaciones de los psicopedagogos y psicólogos escolares, que su cometido son los problemas de aprendizaje, las dificultades intelectuales, de hábitos o fisiológicas (caso de los logopedas).Se dice que los problemas emocionales corresponden al especialista en Psiquiatría de la Seguridad Social. Y ya se sabe lo que esto significa en déficit de atención. Si su hijo o su alumno tienen un problema psiquiátrico, finalmente tienen que acudir a un especialista privado, pues en los centros públicos, ni siquiera existe personal de enfermería para atender a los escolares en primeros auxilios o si necesitan información sanitaria o tienen que seguir un tratamiento. Esta parece ser inexplicablemente tarea de los conserjes, y muchas veces, de los profesores, lo cual es poco menos que increíble. ¿Qué esta sucediendo verdaderamente en las políticas educativas, en las relaciones humanas, en la escala de valores, y también en el mundo emocional de quienes nos dedicamos a educar-padres y profesores -para haber llegado al punto en que se encuentra todo esto? ¿Qué sucede para que aumente de un modo tan alarmante el número de niños que maltratan a sus propios padres? ¿A qué se debe este fracaso convivencial mayúsculo que afecta de tal manera a la sociedad y del que no escapan ni los propios educadores en porcentajes tan altamente preocupantes? ¿Quiénes deben asumir las responsabilidades y cómo hacerlo? Estas preguntas exigen respuestas claras. Y todo, dentro de un contexto sociológico y cultural,-el occidental- que nos sirve como referente para este trabajo. PARTE I CAPITULO 5 VERDAD DE LA HISTORIA Y VERDADES DEL ESPÍRITU Si el lector fuese responsable político de cultura o educación buscaría en la ideología de su partido para hallar respuestas a los graves problemas que sacuden hoy nuestro mundo en educación y cultura. Si el lector fuese un responsable de sindicato de enseñanza analizaría las circunstancias sociolaborales y económicas de las familias de los alumnos y del profesorado para colaborar en programas de mejoras en ese sentido: horarios laborales más cortos para los padres o madres que trabajan fuera de casa, mejores sueldos, guarderías gratuitas para los pequeños junto al propio centro de trabajo, y otras parecidas. Pero el problema es tan grave que sobrepasa todos esos ámbitos. Se trata nada menos que de intentar favorecer de la autogestión de la propia vida, o de evitar el sometimiento y acondicionamiento mental a esquemas impuestos desde diversos ámbitos hacia los pacientes sujetos llamados niños y jóvenes, cuyo comportamiento actual mueve a los sistemas educativos al cambio. Pero hay que decir enseguida que no basta únicamente un cambio externo por bueno y progresista que pueda parecernos. Por sí solo no haría más que blanquear el exterior de un edificio podrido por dentro. Porque ni la cultura, ni la economía, ni la política, ni el bienestar social son, por sí mismas, elementos de transformación positiva de la conciencia. Es imprescindible tener esto muy claro, porque hay en el mundo muchas personas que creen que con sólo cambiar a un régimen político o un programa de estudios se va a dar un salto de conciencia y la gente se va a transformar en solidaria, cooperativa, o se va a liberar de sus prejuicios sociales o religiosos inculcados por gobiernos autoritarios con sus complementarias iglesias tradicionales. Así muchas personas creen de buena fe que las buenas políticas liberan las conciencias para el servicio del bien. Nada de eso. Lo que libera la conciencia es cumplir con las leyes de la conciencia: "Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti" o "Lo que no quieras que te hagan, no lo hagas tú", y con el Mandamiento supremo: "Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". Son las personas las que permiten que exista una determinada organización social, y no al revés, por eso el poder de transformación tiene que venir de abajo, de cada persona, y las iglesias y los gobiernos lo saben. Por eso pretenden con todas sus fuerzas represivas, sus discursos mediáticos y sus recursos pedagógicos coartar nuestra libertad, que es el más sagrado de nuestros bienes, y apoderarse de nuestras mentes, que son nuestras herramientas de trabajo para favorecer la eclosión de la conciencia libre, amorosa y cooperativa ,personal y colectiva. LA CONEXIÓN CÓSMICA Si nos puede servir el símil de un planeta, la vida es la energía que lo mantiene girando en el Cosmos con todo su variado contenido exterior: rocas, vegetales, animales, personas. La energía vital del alma de cada uno de esos elementos mantiene organizado su aspecto exterior. En nuestro caso, es nuestra alma quien configura este nuestro mundo exterior cultural, social, económico, etc.; le da forma física a nuestros contenidos emocionales y mentales, manifestándose en nuestro cuerpo físico, que es entonces un cuerpo de pensamientos y emociones, materializadas. a lo largo de los años, configurado a imagen y semejanza de lo que pensamos y sentimos. Y eso justamente determina nuestros estados de salud o enfermedad. Mente y conciencia están a su vez conectados con la Conciencia del Cosmos al que pertenecemos, con el que existe un permanente fluir de energía de abajo arriba y de arriba abajo, hacia nuestro cuerpo y nuestra alma. Estos movimientos de energía configuran el mundo de las propias sensaciones, pensamientos, palabras y obras. Y el resultado colectivo de esos movimientos de energías configura una sociedad concreta y la hace visible en todos sus aspectos. Nosotros somos quienes hemos creado los modos de relacionarnos con el mundo que nos es dado por Dios como hogar, y lo hemos estructurado y amueblado a nuestra imagen y semejanza. Este mundo nos representa, es nuestra obra, pero, insisto en la idea de que ya no nos sirve, porque hemos puesto a la naturaleza en nuestra contra y las sociedades que hemos creado nos asfixian y conducen al caos económico y a las guerras. Esto refleja a gran escala el estado de conciencia general de los individuos que las formamos, y es por ello por lo que debe ser cambiado; es por ello por lo que no es posible una revolución social sin una revolución de la conciencia. Y es completamente urgente que ese cambio se produzca en sentido contrario al que configuró nuestro mundo. Del egoísmo, al altruismo; de la guerra, a la paz; de la ignorancia al conocimiento; de la pasividad a la actividad; de la sumisión a la rebeldía; de la dependencia a la autonomía personal; de los conocimientos a la sabiduría. Este es el trabajo imprescindible para cambiar este mundo. Esto o dejarnos arrastrar hacia donde nos lleve la corriente de quienes lo dirigen en nuestro nombre pero sin contar con nuestras necesidades. Resumiendo: Cada ser humano cabe ser definido como una energía autoconsciente de origen cósmico (divino), albergada temporalmente en el mundo material y en un cuerpo material con objeto de perfeccionarse elevando su vibración a través de pensamientos, sentimientos, sensaciones, palabras y obras, que son los cinco componentes esenciales que determinan el ser y el estar en el mundo y que nos permiten acceder a estadios superiores de conciencia si actúan de acuerdo a las leyes cósmicas. Según estas leyes espirituales se comprende por qué las revoluciones sociales hasta ahora no han podido proporcionar lo que prometían sus dirigentes. No es posible un cambio social sin un cambio en la conciencia personal de las gentes, sin un salto simbólico desde Newton hasta Einstein y desde Einstein hasta la conciencia del Cosmos o Dios. Un salto espiritual. Y sin ese salto seguiremos viviendo eternamente en este tipo de sociedades tan injustas, intolerantes, violentas, e infelices que, desgraciadamente, representan a los individuos que las formamos. El triunfo mundial del capitalismo, con todas sus lacras inherentes, o de distintas formas de falso socialismo es representativo de un estadio de la evolución de la conciencia humana basado en el egocentrismo y en las mismas lacras a nivel individual de un altísimo porcentaje de la población del mundo que lo sufre tanto como no puede evitarlo. En cierto modo, no es más que la única opción posible mientras no "movamos ficha" en el interior de nosotros mismos. Cuando eso suceda, surgirá otra cosa, otro modo de ver y de establecer relaciones entre nosotros. Esta ha sido una gran lección de la historia del siglo XX. Por ejemplo, de la historia de las revoluciones. ¿REVOLUCIÓN SOCIAL O REVOLUCIÓN ESPIRITUAL? Se puede preguntar a los españoles, los rusos, los chinos, los cubanos y los suecos, entre otros. Todos intentaron la revolución socialista cada uno a su manera, todos dijeron querer cambiar el mundo presente para ir hacia otro mundo añoradamente más justo, libre, culto y ético. Se llamaron revolucionarios, anticapitalistas, anarquistas, marxistas, leninistas, maoístas y otros "istas", especialmente los dirigentes políticos y militares y los intelectuales y otras minorías convencidas de la necesidad del cambio. Aquel ideal del "hombre nuevo", culto, bondadoso, cooperativo, creativo, justo y libre, que fuera el ideal de tantos y tantos revolucionarios sociales no se ha visto plasmado jamás a nivel colectivo. Lo hubieran conseguido si se hubiese empezado la revolución en cada momento histórico desde la conciencia espiritual desarrollada de las gentes, desde más allá del ego y sus miserias personales; no desde las construcciones mentales, intelectuales y los diversos deseos desde el ego de los dirigentes sociales y sus seguidores: el ego del poder, de la codicia, de la autoimportancia, del reconocimiento, para unos, o el idealismo bienintencionado de otros que soñaban con cambiar el mundo antes que cambiarse a sí mismos. Así que no cambiaron ni ellos ni sus sociedades. Y las naciones volvieron a padecer injusticias, desigualdades sociales, falta de libertad, y todas esas lacras que padecen aún países como China, Cuba, o Corea del Norte. Por no hablar de Rusia, paradigma junto a China de la deserción más descarada de las ideas socialistas. El vacío espiritual interno, individual, como demuestran estas experiencias históricas, no lo llena ninguna ideología política, ningún planteamiento social, ninguna doctrina eclesiástica, ningún bienestar social. Pensemos por un momento en la elevada tasa de suicidios y violencias de todo tipo en las sociedades más ricas y cultas y en los problemas psicológicos de tantas de sus gentes: depresiones, ansiedad, trastornos alimentarios y de conducta, frecuente indiferencia o rechazo interpersonal, soledad, miedos de múltiples tipos y tantas otras cosas. Todas ellas igualmente presentes en las personas se llamen como se llamen sus gobiernos. Abrumadores, por el contrario, son los testimonios de que vivir y practicar la verdad, la bondad, el amor desinteresado, la armonía, la conciencia de unidad, la compasión, la capacidad de compartir y otras nobles actitudes conducen a la paz interior, al equilibrio emocional, a la alegría de vivir y a un estado receptivo del alma y de la mente superior al ordinario. Estos son los preludios del nuevo hombre que ha de emerger como próximo paso evolutivo. Estos estados de conciencia son los que aproximan al ser humano a su condición divina. Con la práctica de virtudes semejantes es fácil organizarse en sociedades cooperativas, solidarias, justas y libres; crear otro tipo de sociedad distinta...Pero hacen falta seres humanos distintos. Claro está que no lo hemos conseguido, y ahí está la Historia y sus miserias como resultado. Ahí está la prensa diaria. Y ahí está la miseria de la educación que recibimos como parte del mismo fracaso. Si la educación recibida durante tantos años de revolución en la antigua URRSS y en China, por ejemplo, hubiesen sido correctas, la conciencia moral adquirida hubiera hecho imposible la vuelta al capitalismo, y esas sociedades hoy serían mucho más ricas, igualitarias, pacíficas y prósperas y sus gentes mucho más felices, contribuyendo con su ejemplo a la transformación de este mundo en un lugar más justo y habitable. Hubiesen actuado como focos de irradiación y transformación de la humanidad. Intentos de cambiar el mundo desde fuera de la conciencia, a través de ideas sociales o de filosofías racionalistas o fundamentalistas, son propios del fanatismo, y conducen fácilmente al fundamentalismo del que tanto se abomina. Así, tenemos fundamentalismo económico, religioso o político, según qué tipo de fanatismo actúe en cada caso, y siempre con el carácter excluyente que lo caracteriza. Las empresas multinacionales practican el fundamentalismo económico y aspiran- con mucho éxito- al control de la política; el fundamentalismo católico a lo largo de la historia ha producido la Inquisición y las Cruzadas, formas de terror, igual que el fundamentalismo musulmán o el fundamentalismo judío manifiestan un alejamiento tan grande de las religiones que dicen representar como sucede al catolicismo respecto al cristianismo, o como sucede al capitalismo respecto al uso de los recursos. No es el socialismo quien conducirá al hombre nuevo, sino el hombre renovado quien conducirá al socialismo. Los países más ricos del mundo pretendidamente democrático,(con los EEUU a la cabeza) que "venden" para consumo la imagen del que llaman "el hombre civilizado", pretendidamente humanista, tolerante, respetuoso con los demás, culto, amante de su familia, responsable de su voto y ciudadano que paga convencido sus impuestos, siempre en busca de una próspera economía, y preferiblemente conservador a todos los niveles, pero nunca conservacionista (he ahí una diferencia esencial) ven aumentar dentro de sus propios territorios la pobreza, la marginación social, el abuso indiscriminado de drogas para hacer más soportable la vida, la abstención electoral, la delincuencia, la prostitución y las enfermedades físicas y psicológicas de sus ciudadanos, sin que parezca que nada puede impedirlo en ninguna parte: ni sistemas sanitarios, ni fronteras, ni gobiernos ni iglesias. Parte considerable, como vemos, de aquellos mismos desastres que exportan, les vuelve, a pesar de su palabrería y sus supuestas buenas ideas para mejorar el mundo. Desde luego, los países que se llaman civilizados no exportan educación. Ellos exportan armas, guerras preventivas, destrucción (para luego reconstruir y volverse a enriquecer tras la sangre y el dolor creados), y sobre todo mucha propaganda. Ahí tenemos como respuesta el fenómeno del terrorismo, por un lado y la caravana interminable, por otro, de los hambrientos emigrantes de los países más pobres, huyendo de la miseria y de las guerras por todos los medios a su alcance: pateras, barcos, aviones, campos de refugiados, aunque ninguno de estos movimientos les garantiza la vida. Este es el escaparate actual del capitalismo global, y de sus consecuencias, pero también, desde luego, de nuestro propio estadio evolutivo. Los ojos enrojecidos, la desesperación y la mirada triste hasta el infinito de los que llegan, es la mirada de nuestra propia alma. Es nuestra conciencia que nos mira a los ojos. Es la conciencia de la humanidad. Los humanos tenemos las mismas lacras en todas las épocas, más acá y más allá de todos los mares; los mismos sueños, las mismas chispas de grandeza espiritual y espíritu de superación. Ahora con la globalización, todas las mentes quieren ser uniformadas para desear las mismas cosas y poderlas adquirir en el mercado global. La pobreza, de la mano de la injusticia, con su cortejo de calamidades sociales, como la doble moral aprendida, la manipulación de colectividades, el culto al poder, la violencia como determinante en las relaciones internacionales, (y fuertemente arraigada en el conjunto de la sociedad y en cada uno) la infelicidad y el vacío interior son males pandémicos de las sociedades controladas por el capitalismo, que se extienden por la sociedad mundial globalizada como una sucia marea negra. Ese es el verdadero rostro del sistema capitalista, y no el que pretende que creamos: liberador, democrático, defensor de los derechos humanos, etc. etc. etc. Son notorias la falta de consideración generalizada de los ricos y poderosos hacia las poblaciones que les nutren, aplauden y soportan; las agresiones de todo tipo y la marginación selectiva que practican las sociedades controladas por los ricos (que son todas, independientemente de la miseria de sus habitantes),con especial énfasis contra las minorías críticas anti- Sistema y los inmigrantes, los niños, las mujeres, los ancianos, los parados forzosos, las gentes que practican una espiritualidad ajena a las iglesias "reconocidas", los pobres de todo tipo y origen y un largo etc. que pone en evidencia la enorme hipocresía oficial sobre derechos humanos, igualdades ante la ley, espíritu tolerante, y todos esos cuentos para niños desprevenidos que nos cuentan los hombrecillos grises del Sistema a través de todos los medios a su alcance, que son cada vez más y más perfectos en grado de manipulación. Ni capitalismo, ni socialismo revolucionario, ni religiones institucionales nos han redimido de las miserias materiales ni morales con sus discursos contrarios a la verdad y a los hechos, donde el predicar y el dar trigo –esencia del fanatismo- nunca coinciden. ¿QUÉ NUTRE AL MALESTAR DE LOS CIVILIZADOS? Ni siquiera viviendo en la abundancia, la felicidad es lo que define nuestro mundo, de ahí los infinitos modos de manifestar malestar: enfermedades, violencia, desamor… ¿Qué es lo que falla?... ¿Los principios políticos?... ¿Los programas económicos? No. Insisto una vez más: lo que falla es la conciencia espiritual, que es previa a toda conciencia social. Los defectos, todos esos rostros impresentables que gustamos tanto de ocultar a los demás, y que difícilmente queremos poner ante nuestro espejo interior, -a menudo por pereza o por miedo a enfrentarnos a nosotros mismos,- nos abocan a problemas diarios que nunca terminamos de resolver, porque las situaciones de la vida diaria sufren mutaciones, pero las causas, los defectos que las nutren, permanecen. Superarlos, supone un extraordinario ejercicio de poder personal, de esfuerzo y autocontrol, de fe y perseverancia, de cambios de códigos de conducta, de relaciones, de forma de ver las cosas, etc... Todos esos deberes pendientes con las leyes naturales y espirituales, a las que rechazamos de ordinario, nos llevan a vivir de un modo contrario a las leyes de la naturaleza (pero queremos tener salud física) a practicar una doble moral que se nos transmite desde niños, pero que no cesa de hacer daño a uno mismo y al resto. Y a pesar de esto queremos tener salud emocional. Deseamos ser queridos, valorados, pero no queremos ni valoramos a los demás. Nuestro ego es nuestro rey y nosotros sus servidores. ¿Quién iba a decirles a los renovadores sociales después de tantas teorías inútiles y revoluciones fracasadas que el problema está en la base, en algo simple, en lo más a pie de tierra, y no en las alturas de refinado intelectualismo del pensamiento filosófico o crítico social? ¿Quién nos iba a decir desde hace algunos siglos que no es posible una sociedad ilustrada y verdaderamente calado libre sin que el mensaje liberador haya hasta las últimas partículas de un alma para que esta recupere su condición original de libre? ¿Quién podría imaginar hace nada que si no existe un autocontrol de la mente, a pesar de querer vivir desde el intelecto en un mundo construido por ella y para ella, para le mente egoica, no es posible un control de nuestro egocentrismo, de nuestras emociones y de nuestra propia vida? ...Esto el pensamiento místico lo practica positivamente desde hace siglos. Esto el Sistema lo sabe y lo practica negativamente muy bien a través de todos los medios de comunicación, que actúan como formadores de opinión, como verdaderos maestros "populares" al servicio del Poder y sus ramificaciones de todo tipo. A través del control negativo de la mente de las masas humanas y de la consecución de una forma de pensar homologada con los principios, deseos y necesidades del mercado. A través de cada mente atiborrada de los mismos principios, de los mismos deseos, de las mismas necesidades, que es el objetivo final, de sus preocupaciones, se espera llegar a la definitiva colonización de la mente y a regímenes sociales de explotación global asumida por la gente y controlada por los más poderosos de los poderosos. Se tiende hacia regímenes autoritarios implacables, pero asumibles como inevitables, necesarios y vividos como única opción posible por poblaciones a las que se quiere convencer de lo útiles que son para su seguridad, una vez creada previamente una sociedad del miedo y la confrontación... Primero favorecen la extensión del terror y luego aparecen como salvadores. Primero destruyen países y luego los endeudan con préstamos de por vida para reconstruir lo destruido, y tenerlos siempre en estado de dependencia política, económica y militar. Y si no, que le pregunten al todo-poderoso Fondo Monetario Internacional o al Banco Mundial. Y los especialistas de estos países banqueros-guerreros son los que hacen los planes de estudios, seleccionan el mundo de la investigación becando a ciertos tipos inteligentes y- sobre todo, agradecidos y útiles al Sistema- y dirigen la educación popular en sus respectivos territorios a través de sus respectivos sistemas educativos... No nos engañemos sobre quiénes son los programadores de la educación. En las antiguas revoluciones, se conseguía la sumisión al poder de tres modos básicos : por la violencia, por la ideología y por la esperanza de una vida mejor en un mundo mejor. En todas las revoluciones sin excepción, el mayor de los fracasos y la causa de todos, sin embargo, ha residido justamente en la educación del corazón humano. Una vez en el poder, los nuevos amos imitaron a los antiguos. Y las gentes, después de mucho dolor y sangre, - y muchos discursos revolucionarios y patrióticos-, volvieron a sufrir las mismas carencias y la misma falta de felicidad. ¿No le resulta curioso, amigo lector, que estos mismos principios sean practicados por el capitalismo con sus específicos contenidos? Aquí la sumisión se produce a través de sutiles mecanismos de adaptación mental a un tipo de cultura espiritualmente vacía, y de creación de modelos de conducta que tienen como base el individualismo gregario para el consumismo, a fín de conseguir no una sociedad más justa,- lo cual al capitalismo le supone renuncias y excita su risa,- sino una sociedad silenciosa, estudiadamente diferenciada por las necesidades del mercado, que sólo se rebelaría sectorialmente si no se cumplen sus expectativas mínimas de consumo, bienestar y/ o dinero, meta de todas las metas del Sistema. No es posible la existencia de una sociedad capaz de dar respuesta a sus conflictos sin que cada uno de sus miembros haya dado respuesta a los suyos. A la vista de estos datos, se vislumbra que la tarea fundamental de la educación es preparar a los individuos edificar para madurar espiritualmente y ser capaces de una sociedad sin conflictos, (lo que no quiere decir sin discrepancias dialogadas), para una sociedad de la cooperación. Para un mundo de paz donde la gente haya aprendido a ser sobre tener, asumiendo su libertad tanto como su responsabilidad. Ante la imperfección del ego y sus catastróficos resultados colectivos sólo caben, mientras tanto, dos formas de actuar: "mantenella y no enmendalla" como diría un castellano viejo, o reconocer nuestros defectos y cambiar de actitud para que el mundo cambie, empezando por el nuestro, el personal, donde ha de ser superado el egocentrismo y su cortejo de miserias cuanto antes mejor. He aquí el trabajo de cada miembro de una sociedad y también el trabajo del verdadero educador. ¿Estamos interesados en superar el egocentrismo? Esta es una cuestión clave. Si aceptamos el reto es porque necesitamos algo mejor que vegetar en el "erre que erre", vivir en la autocomplacencia y prestar al ego una vida regalada... "Algo mejor" consiste sin duda en subir un escalón en la evolución de la conciencia: mirar al Otro como parte de la Totalidad a la que uno mismo pertenece. Hablamos de una regeneración ética, pero ¿por dónde empezar? Hemos de buscar necesariamente un punto de partida más profundo que el sociológico, el eclesiástico y el cultural, y para ello tendremos que analizarlos críticamente para fundamentar cambios... Un punto de partida distinto que apunte hacia la calidad de vida integral de las personas como elemento fundamental, y, para ello, iniciativas culturales, experiencias y también hacia hacia reformas en la educación que posibiliten lo que se busca: una nueva conciencia; una conciencia nueva de la Totalidad, una conciencia cósmica universalizadora que se levantará inexorablemente sobre la vieja conciencia mental individualista de la Fragmentación que nos ha conducido hasta las sociedades de la confrontación, la guerra y la destrucción de nuestros recursos y de nuestro hábitat. Y es en este punto donde convergen las ciencias físicas avanzadas con la mística milenaria. Es en este punto donde el Universo concebido por Einstein y otros sirve como marco científico a la conciencia de muchos ultra-racionalistas para dar el salto siguiente: el salto a lo infinito. Si el comportamiento de cualquier infra-partícula por debajo del átomo obedece a un programa cósmico que determina su naturaleza y sus funciones, que origina su movimiento ordenado según leyes precisas, aunque no todas bien conocidas, es lógico que la cósmica ciencia moderna se plantee la existencia de una supra-conciencia diseñadora de todos los programas de funcionamiento del universo; supraconciencia que estaría presente a partir del nivel energético más sutil y elevado en grado vibratorio ( que es lo que se expresa en el término "elevación espiritual") hasta alcanzar todos los niveles de manifestación de lo que llamamos "realidad"(y que no conviene reducir a "realidad material".) Los científicos se encuentran ahora ante un universo energético complejo estructurado y configurado por la luz... Y se elaboran teorías, hipótesis. Una de ellas es su carácter holográfico: cada punto del Universo es una imagen tridimensional del todo."Todo está en todo", todo contiene al Todo, y nada está aislado Esta es la sabiduría milenaria del Kybalión egipcio y del cristianismo originario. Es en este punto donde el materialismo es cuestionado en su base por los avances en el conocimiento de la propia materia debidos a la Física Cuántica por un lado y a las experiencias espirituales de liberación progresiva (meditación, oración, acción desinteresada de todos los misticismos) que permiten el contacto íntimo, profundo, con una conciencia superior "reveladora" para descubrir nuestra identidad verdadera y poder comprender para liberarnos ¿Liberarnos de qué? De la estrechez de nuestra visión egocéntrica, cuyos pensamientos y sentimientos negativos nos encierran en una auténtica prisión energética. Son energías contrarias al orden cósmico, y, por tanto, contrarias al funcionamiento general de la energía en el universo. Se oponen a la armonía universal anteponiendo el valor del ego, lo personal, al valor del Cosmos y, en consecuencia - ya que somos parte inseparable del Cosmos - producen un estado de desasosiego íntimo, de tensión y conflicto que tal vez no sabemos de dónde procede y solemos tener dificultad para alcanzar desde el consciente, pero que perturba nuestra propia armonía interna y nuestras relaciones con el mundo exterior a nosotros. Conseguir un estado de armonía y equilibrio psico-físico de educadores, alumnos o hijos, individualmente y en el ejercicio de su relación interpersonal, es una importante meta educativa para alcanzar una sociedad verdaderamente civilizada. Conseguir que cada uno de ellos tome conciencia de sí mismo como energía capaz de crear energía positiva y recibir de la misma calidad a través de sus propios sentimientos y pensamientos, es un paso necesario para transformar nuestra conciencia newtoniana y cartesiana y aproximarla tanto a la ciencia avanzada como a la sabiduría milenaria. Se confirman las enseñanzas de las antiguas escuelas espirituales en donde se consideraba al ser humano como un microcosmos en el macrocosmos: todo está en todo, y todo es armonía. No haya duda que nos encontramos ante unas verdades que pueden ayudarnos como educadores para que los más jóvenes tengan un fundamento válido para comprender el mundo y comprenderse en él, y que podrían actuar como un poderoso antídoto contra el veneno del individualismo gregario, superficial y vacío de contenido de muchos. PARTE I CAPITULO 6 EL APRENDIZAJE INÚTIL Una investigación científica cuestiona al Sistema En la Naturaleza, cuando un organismo no realiza bien su función, produce síntomas y decimos que está enfermo. Del mismo modo, cuando un sistema de enseñanza no realiza bien su cometido manifiesta síntomas que delatan una alteración en su buen funcionamiento. ¿Podemos decir que nos hallamos ahora mismo ante un sistema educativo con síntomas negativos? Estamos descontentos muchos profesores y muchos alumnos. Por supuesto, también muchos padres."Algo" no funciona. Importa mucho definir ese"algo", situar sus límites. Hay dos modos de hacerlo: uno, pretendiendo olvidar los lados más incómodos; otro, afrontando la realidad con todas las consecuencias. Si ponemos, por el método de cerrar los ojos, unos simples parches a problemas que sabemos profundos, somos conscientes de no estar haciendo realmente nada para hallar la verdadera solución. Tal cosa sucedería, por ejemplo, si estudiamos la conducta apática, agresiva, etc. de los escolares únicamente desde la óptica disciplinaria. O, por poner otro ejemplo, si ponemos notas a los conocimientos que suponemos han adquirido los estudiantes. Pero así es como actúan los sistemas educativos. Pero ¿qué realidad expresan las notas de un examen? …¿Cuál es la causa de una conducta en alumnos o incluso en profesores? Todo esto interesa poco a los gobiernos y a sus ciegos ministerios de educación, pero puede interesarnos mucho a los padres o a los sufridos estudiantes. LA DENUNCIA DE LOS PSIQUIATRAS "Algo" no funciona en el sistema educativo. En el X congreso de Psiquiatría celebrado en Madrid durante la última semana de Agosto del año 1.997, -y desde entonces las cosas han empeorado- se llegó a conclusiones muy llamativas por lo que respecta a los profesionales de la enseñanza. Son estas: -Ocupa la enseñanza (especialmente la primaria y secundaria) el número 1 entre las profesiones más estresantes, seguida de transportistas y personal sanitario. El estrés de los maestros afecta al 64,2 por ciento de los profesionales. Como mecanismo,- consciente o no- de defensa, el Congreso señala el absentismo laboral, pero del total del profesorado, hay un sector cuyo índice de absentismo es del 69, 7 %, y es el que corresponde a los profesores de educación primaria y secundaria, precisamente. -Uno de cada tres maestros sufre cansancio mental, fatiga emocional y se muestra descontento con su labor. Y añade el informe que los profesionales de la enseñanza más proclives al estrés son: las mujeres, los solteros, las parejas sin hijos y los maestros sustitutos. El profesor Freire Garabal lamentó -como portavoz del Congreso- que el estrés no esté registrado en la lista de enfermedades de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)," Y afirmó que el estrés está sobradamente demostrado que es una enfermedad directamente relacionada con el trabajo. "De hecho podría estar presente en un importante número de ese espectacular 25% de trabajadores afiliados a la S. Social que solicitan baja laboral al año". Interesa mucho que sepamos, qué nuestro trabajo es estresante (porque nos va en ello nuestra salud mental y física, en primer lugar), y en el caso de que seamos profesores por qué ante el mismo trabajo hay profesores estresados y otros no, aparte los"factores de riesgo" señalados: sexo, soltería, etc. Interesa mucho que sepamos vernos con objetividad en lo que supone nuestra relación con nosotros mismos en primerísimo lugar, porque más allá de lo laboral puede ser la causa profunda del estrés y tener una idea cabal de la relación con nuestro entorno social y laboral. ¿Les irá mejor a los estudiantes? ¿Qué sucede con los estudiantes en los centros? Existen ahí importantes factores de estrés : disciplina coactiva, desinterés por un trabajo obligado a realizar, exceso de trabajo intelectual, teórico, horarios de clases irracionales, no coordinación de los profesores a la hora de poner deberes cada día, indisciplina y conflictos diversos que nunca terminan de resolverse en las aulas... EL BAILE DE LOS CONOCIMIENTOS ¿Será útil el estrés del trabajo en el caso de los profesores y profesoras?... ¿Habrá merecido la pena el sacrificio?... En una investigación realizada en tres institutos catalogados como buenos centros públicos de Barcelona, en alumnos de BUP y bajo la dirección de M. Moreno, se fijaron los tres objetivos siguientes: 1. Averiguar el tiempo de pervivencia de las enseñanzas recibidas. 2. Ver el nivel de transferencia de las enseñanzas. 3. Analizar el valor que los adolescentes conceden a la educación que reciben. Analizado el resultado de las pruebas, seis en total, se llegó a las siguientes conclusiones por el equipo de psicólogos, maestros y pedagogos: Sólo un l0 % de los estudiantes resolvió correctamente cuatro pruebas. El porcentaje de niños y niñas que resolvió acertadamente dos pruebas oscila entre el 25 % y el 37 % (según las pruebas) y los éxitos en una sola prueba van del 40% al 57%. Estos resultados muestran que existe una fuerte divergencia entre lo que ocurre en clase y lo que prevé el plan de estudios. Los niños no saben aplicar el razonamiento que le enseñaron para resolver problemas escolares a pruebas en las que bajo distinta presentación, subyace la misma estructura lógico-aritmética. Y tampoco es capaz de actualizar durante mucho tiempo la enseñanza recibida tal y como se la transmitieron. En cuanto a la valoración que los propios estudiantes hacen de la educación que reciben, estos manifiestan que es memorística, carente de utilidad práctica, y con un valor"científico" al que deben supeditar sus capacidades de raciocinio. El proceso creador, el cómo llegar al conocimiento es algo que está vedado al alumno. Las opiniones que los alumnos expresaron en las entrevistas fueron muy tajantes y desoladoras: –"En matemáticas o en física no hay prácticamente nada de raciocinio, porque sólo es aplicar una fórmula y si lo haces correctamente, bien; si no, te tumban. En física hay problemas que yo los saco por razonamiento, porque la fórmula no la entiendo, pero eso no es más que un razonamiento tuyo particular", dicen los alumnos. El sentimiento de estar sumergidos en un sistema de enseñanza que no comprenden, de ser juzgados de acuerdo a unas normas inflexibles, la gratuidad que perciben en esta enseñanza, a la vez que les rebela les lleva a sobre-valorar una caricatura formal y academicista de la ciencia. E1 peso desmesurado del criterio de autoridad les impide valorar su propio pensamiento:"En clase no pienso, utilizo el método científico", dijo uno de los chicos entrevistados. Y se preguntan los autores de la investigación: ¿Pueden los profesionales de la educación paliar las deficiencias? ¿Se debe pedir a los profesores que aprueben o suspendan a sus alumnos según que el día del examen recuerden o hayan olvidado lo que se les pregunta, si se sabe que dos meses después la mayoría lo habrá olvidado casi todo?... ¿No es más racional intentar averiguar las causas de la masiva desorientación que expresan incluso los alumnos que ya han superado una primera selección social y han sido aceptados para cursar el bachillerato? Y en lo que respecta a nosotros, los profesionales de la enseñanza, ¿no es este un momento importante para intentar averiguar qué es lo que sucede realmente y averiguado este extremo pasar a actuar en consecuencia? Evidentemente, este no es trabajo de un pequeño grupo, al menos en lo que se refiere a las actuaciones, pero un cambio urgente parece necesario. Nosotros, los educadores, los maestros, ¿deseamos cambiar? UN INFORME DE LA UNESCO CON REFLEXIONES INCONFORMISTAS CONSTRUCTIVAS La profunda crisis que atraviesa esta civilización se manifiesta en todos los niveles: economía, cultura, educación, comportamiento social, etc. Existe una pérdida objetiva de valores no ya morales -lo que nos haría pensar que hay una determinada moral en crisis, sino de valores éticos, de conducta. Existe una pérdida objetiva de la autoridad como valor frente a la autoridad como función. Por Ej., es difícil sentir que los políticos tienen autoridad moral alguna cuando vemos sus corrupciones manifiestas, pero estamos obligados a aceptar su autoridad funcional, defendida por la Constitución y por los jueces y policías. ¿No sucede lo mismo en el ámbito de la familia, en los diversos territorios sociales y en la propia escuela?... Tal vez habría que analizar la influencia de la televisión como elemento reforzador y a veces directamente agente instigador de la pérdida de los valores éticos y la exaltación de la violencia como elemento "corrector", pero el fenómeno es aún más complejo y nos convendría analizarlo en profundidad. ¿Estamos dispuestos? "Estar dispuesto" implica no detenerse ante ningún aspecto de lo que pretendemos analizar; ser capaces de ir contra la corriente general si es verdadero nuestro análisis; ser honrados con nosotros mismos y saber aceptar nuestros propios errores en el trabajo; estar dispuestos a incorporar a nuestra actividad las conclusiones positivas. En busca de un punto de partida Siempre que hablamos de educación hemos de procurarnos necesariamente un punto de partida que suponga una visión lo más completa y coherente acerca del mundo y del ser humano que lo puebla... En la visión que aquí se propone consideramos tanto al mundo interior de la persona sujeto de la educación, como el mundo llamado "exterior" (natural y social); tanto las almas como los cuerpos. En la pedagogía tradicional, ambos mundos o eran sistemáticamente contrapuestos como antagónicos, o mutilados intelectual, física y emocionalmente en algún aspecto, bien por desprecio al cuerpo, bien por desprecio al alma, siendo las consecuencias todo ese conjunto de males, tantas veces denunciados, que se observan tan a menudo entre las "víctimas" de la enseñanza tradicional: individualismo, intelectualismo, diversos tipos de alteraciones emocionales y físicas más o menos profundas relacionadas fundamentalmente con la autoestima , la represión y el sentido de culpa, y una especie de seudo-espiritualismo dogmático sin base científica. Finalmente resulta esa conocida carencia de espíritu crítico y práctico, de libertad real de pensamiento y conciencia, y de capacidad de ponerse en el lugar del otro para conocerse verdaderamente a sí mismo, y actuar sobre sí y su entorno de un modo inteligente, práctico y ético a la vez. Por el contrario, nos hemos encontrado con una visión utilitarista de la educación, puesta al servicio del sistema social dominante en cualquiera de sus manifestaciones: religión, arte, cultura, relaciones personales y socio-laborales. Nos hemos encontrado a un individuo ignorante de su propio valor, oprimido entre esos viejos engranajes, y convertido en vasallo de otros en lugar de señor de su vida. Salta, pues, a la vista que el resultado de estos modos de entender la educación falseando la realidad o ignorando sus dimensiones sólo puede ser un fracaso. El sujeto así educado ni se conocerá, ni se comprenderá, ni será capaz de interpretar el mundo exterior tal cual es sin estar mediatizado por la ideología del sistema en que ha sido educado. Si un alumno no se comprende a sí mismo en el contexto de su proceso de evolución educativa-instructiva, ni tiene una autoestima aceptable, el proceso aprendizaje-educación se resentirá sobremanera; su relación con el mundo exterior, será necesariamente una relación artificial y superficial basada en la ignorancia. Esto le conducirá a realidades falsas y a falsas identificaciones de todo tipo. Pero esto, no puede vivirse sin conflicto interno, pues cada uno es más de lo que se le dice que es en este Sistema, y más de lo que uno mismo supone ser en nuestro estado ordinario de conciencia. Esto salta a la vista cuando se estudia y se vive conscientemente algo del complejo mundo interior que brota del consciente y del subconsciente través de los sueños o mediante las experiencias "cima" conseguidas en la meditación, una vez alcanzados niveles de conciencia superiores a los niveles ordinarios. Este conflicto entre una realidad interior no descubierta o no asumida y la vida cotidiana, produce infelicidad. Infelicidad que escapa a la larga a un por qué inmediato y conocido si uno no aprende a leer en el libro de su propia vida autoanalizando su conducta. Los problemas mentales y emocionales de cada individuo, cuando este no alcanza el equilibrio interior, generan finalmente problemas en los núcleos familiares y problemas sociales. El estudiante que fue manipulado, por ejemplo, devuelve al mundo el resultado de su manipulación: fácilmente se convierte en manipulador, como el que fue maltratado se convierte en maltratador. Inoperancia y frustración, pero sobre todo, ignorancia e inmovilismo a todos los niveles resultan de un modo de entender la educación divorciada de la realidad. De esta manera, dice un Informe de la UNESCO, "El niño no sólo pierde el sentido de la unidad del saber, sino que además corre el riesgo de no comprender nunca más el sentido de la enseñanza y las razones por las cuales se le pide que viva en la escuela una buena parte de su tiempo. Abstracta y teórica, concebida en función del conocimiento, la enseñanza está aislada de la vida; y la escuela, del medio ambiente. Se pierde de vista la finalidad de la vida escolar y se olvida que la escuela tiene como misión esencial el preparar para una vida de hombre, cuyo perfil hay que esbozar. Al perder de vista el tipo de hombre que quiere formar, la enseñanza no está por tanto centrada en el niño al cual va destinada... El aislamiento en compartimentos estancos de las disciplinas, se corresponde con el aislamiento de la escuela y de la vida. La desintegración del saber se corresponde así a una escuela no integrada de forma alguna al medio". (Extracto del Informe final del Seminario sobre la formación de maestros para y por la interdisciplinariedad, Bouaké, Costa de Marfil, 24 de marzo de 1970.) Es cierto que desde la fecha del citado informe hasta hoy, los sistemas educativos se han visto obligados, a fuerza de acumular fracasos, a una revisión de la filosofía educativa denunciada, introduciendo en la teoría de la vida escolar nuevos elementos basados en el estudio psicológico del niño a partir de las experiencias de Freinet, Piaget y otros, valorando el constructivismo como lo más progresista e introduciéndolo en los planes de estudio con pocos resultados, al igual que el concepto de interdisciplinariedad para eliminar la fragmentación de los conocimientos. "La negligencia o el desdén que todavía siguen padeciendo ciertos elementos de los contenidos educativos, las carencias y las desproporciones de los programas de enseñanza, todo esto nos parece uno de los signos más graves de los males que padece la educación antes de que se conviertan, a ciertos fines, en instrumentos suyos. "El divorcio entre sus componentes intelectuales, físicos, estéticos, morales y sociales es revelador de la depreciación, de la alienación de la persona humana y de las mutilaciones que se le infligen"... (Informe de la UNESCO sobre educación, Alianza Universidad, 1981. –El subrayado es nuestro.) Y continúa este jugoso informe sobre el desastre: "Durante mucho tiempo, la enseñanza ha tenido por misión el preparar para funciones tipo, para situaciones estables; para un momento de la existencia; para una profesión determinada o un empleo dado; para absorber un saber tradicional, ancestralmente delimitado. Esta concepción prevalece todavía demasiado a menudo... ¿No ha llegado el momento de exigir algo muy distinto a los sistemas educativos? Aprender a vivir; aprender a aprender, de forma que se puedan ir adquiriendo nuevos conocimientos a lo largo de toda una vida; aprender a pensar de forma libre y crítica; aprender a amar;...(sic)... aprender a realizarse en y mediante el trabajo creador"... (Del citado Informe.). Los buenos planteamientos críticos arriba expuestos y las buenas intenciones de corregir los males denunciados topan con un buen número de obstáculos, entre ellos la falta de consenso social, religioso y político para concretar contenidos del término "educativo"que propone la UNESCO dentro del Sistema educativo que defiende cada Estado…No educará nunca igual un colegio público que uno religioso concertado al que también mantenemos los mismos contribuyentes. No existen exigencias mínimas que tengan un valor social general en materia educativa. No existe una ética de la conducta consensuada, una concepción generalizada sobre la dimensión real de quienes son educados. Eso queda en manos de los centros y de la libertad de cátedra de los profesores. Se agranda así la distancia ya existente entre familia y escuela a la hora de establecer un código mínimo de valores compartidos y trabajados por padres y profesores con el niño-a también compartido del que se tienen diferentes perspectivas como sujeto de educación y del sentido último con que se educa. No sólo quedan muy lejos de los padres los legisladores y los centros educativos a este nivel, sino que ni el mismo profesorado no es consultado por los legisladores mas que en alguna pequeña muestra claramente insuficiente de "amigos del legislador", pero lo bastante para garantizar que salga cada ley tal y como desean los que legislan.... Y si estas distancias no bastaran, queda pendiente todavía el hecho mucho más importante de que no se contempla esa filosofía básica unificadora que intente abarcar la complejidad del ser humano, compuesto de cuerpo, alma y espíritu más allá del adoctrinamiento para convertirlo en siervo social. La importancia del elemento espiritual en una filosofía consensuada de la educación es tan grande como la necesidad de desmarcar este factor espiritual de las iglesias institucionales, del papel nefasto de las religiones oficiales, las cuales han demostrado ya suficientemente su fracaso histórico y su doble moral. Su hipocresía y su fanatismo, por el contrario, resultan ahora una eficaz vacuna contra todo lo espiritual, no ya contra una religión concreta, sino contra toda creencia- y esto es un grave efecto secundario- en valores elevados del espíritu. Y no es de extrañar, ante tanto paganismo disfrazado de espiritual. Por eso la huida de muchos jóvenes ante todo lo que huela a religiosidad o espiritualismo, visto lo que ven sobre la moral privada de los hombres públicos, y especialmente si se llaman reverendos, señorías, y otros títulos que les sitúan como representantes cínicos de supuestos valores. Hablamos de valores, pero ¿cuáles? ¿Cómo se hace? ¿Dónde se aprenden? En la familia, a través de la influencia eclesiástica y de la fuente casi permanente en la vida familiar de "formación en valores", como es la televisión y los juegos electrónicos. Por último en los centros de enseñanza. Cada familia transmite de todas formas a sus hijos los valores propios de los padres. ¿Son objetivamente valiosos para la vida? Cada fuente de información transmite diferentes valores directa o subliminalmente: eso se coteja continuamente con la realidad social de fuera: amigos, colegio, etc... La sociedad presente es testigo del desastre de tanta información contradictoria que muchos creen finalmente que todo es mentira, incluso lo que está por aprender Cuando los valores educativos que inciden directamente en el comportamiento social y en actitudes ante el aprendizaje en las aulas no son consensuados con las familias, se sume al estudiante en una situación esquizofrénica que no puede resolver, le provoca un gran desconcierto y le mina energías. He aquí una fuente de conflicto muy importante que afectará a toda la comunidad antes o después. Ante una no confluencia educativa, el mundo adulto pierde para los alumnos el valor de la referencia, de la seguridad del modelo que tanto necesitan los más jóvenes, y por tanto, pierde el educador credibilidad y autoridad moral. Tanto si es padre o madre como si es profesor o profesora. Esto también puede ayudarnos a comprender el pasotismo y descreimiento juvenil. Existe hoy día un enorme desconcierto en las familias sobre qué es lo importante a tener en cuenta para educar a los hijos sin recurrir a fórmulas anticuadas (autoritarismo, incomunicación, falta de criterios fundamentados, reducción a la insignificancia personal hasta que no alcance la edad o los méritos sociales que se espera de él o de ella, expectativas de explotación en su momento, machismo, tradicionalismo inmovilista, utilitarismo pragmático del saber) superar en fin todos esos lastres.¿Cómo?... Necesariamente marcando límites a las conductas de los vástagos de un modo razonable y justo, pero mostrándoles con el ejemplo por delante otros modos de ver y otras realidades. Orientándoles hacia la cooperación y la responsabilidad desde el amor y el conocimiento, exigiendo la práctica en el día a día de esos valores, no por autoritarismo, sino por haber adquirido antes conciencia de su necesidad para el bien de todos y la armonía del grupo, los jóvenes maduran. ¿Quién dijo que los padres poseen el don de educar por el hecho de tener descendencia?... ¿Quién dijo que los maestros lo poseen por haber sacado un título técnico? Si hiciésemos una encuesta, descubriríamos que la mayoría de padres dedica más tiempo a conocer mejor sus nuevos electrodomésticos, sus vehículos, los acontecimientos deportivos de su equipo favorito o cómo adiestrar convenientemente a un nuevo cachorro que a prepararse concienzudamente para ser un buen modelo de educador. Esto, lógicamente, produce disfunciones y desconcierto en la misma familia. Por tanto, no es de extrañar en tantos casos una actitud de rebeldía y pasotismo juvenil cuando los modelos se enfrentan, pues esto conduce en muchos casos hacia la inseguridad personal de los jóvenes que fácilmente desemboca en un "pandillismo" extremista. La inseguridad y el miedo van de la mano creando estados de ansiedad, necesidad de huir hacia algún lado, y todas esas patologías emocionales derivadas del miedo que tanto afectan a nuestros adolescentes y jóvenes, pero cada vez también a los más pequeños de la casa. Un miedo que se ve reforzado por la contemplación, y no sólo en las pantallas por desgracia, de las enormes lacras de la actual humanidad. Y, lo que son las cosas, un miedo que es buscado conscientemente por los gobiernos, para mantener su dominio sobre sus gobernados. Un país de miedosos se controla bien, y vota conservador, como vemos por los resultados electorales convocados bajo el signo de la amenaza y del temor. La solución fácil y más a mano para muchos de nuestros jóvenes -favorecida por el márketing que vende comodidad y enajenación a plazos para todos-, consiste en eludir la propia responsabilidad, ya que, por último, los mercaderes multinacionales saben muy bien lo que sucede y les dan oportunidades de evadirse: contínuas oportunidades. Muchos jóvenes inteligentes también se hacen preguntas sin respuesta. ¿Cuáles son las perspectivas laborales y el horizonte personal de las vidas de aquellos que se dedican a la acumulación progresiva de títulos?... ¿Serán más felices? ¿Tendrán una vida más creativa, armónica, plena? ¿Encontrarán un trabajo adecuado a su capacidad? Nada de esto parece fácil en los nuevos tiempos. ¿Cuál es el elemento motivador que se les vende a unos y otros, cuál el rey de los sueños, sino el Rey Dinero, que aparece ante sus ojos como castillo de seguridad y fuente de autoestima personal y reconocimiento social?.. Y ahora la pregunta: ¿Puede sostenerse una sociedad donde sus gentes aspiran a la posesión de dinero y bienes materiales como fuente de seguridad y meta de sus vidas?..¿Hemos llegado a tal extremo de estupidez colectiva?...¿Acaso los ricos, por el hecho de serlo, tienen una buena autoestima, se sienten seguros, son felices, viven en paz, están sanos, etc? Nada más lejos de la realidad...Mas,¿quién puede superar el deseo de ser rico una vez envenenada la mente con esta idea, desde la infancia, a través de mil modos de expresión, mil conductas familiares favorables al deseo de ser ricos y tanta gloria y honra social a quien lo es? Este es el modelo que ofrece el sistema social dominante como el paradigma humano perfecto: intentar poseer lo máximo de todo dentro de un hipotético "Estado del Bienestar", la versión laica y capitalista del Paraíso. Por desgracia, el ansiado Bienestar colectivo es un concepto teórico, siempre es algo que alcanzan unos pocos a cambio de la pobreza real, la sangre y el dolor de millones. Pero no se trata siquiera de unos pocos millones, sino de miles de millones de seres humanos despojados de lo más elemental, mientras unas cuatrocientas familias (no unas cuatrocientas mil, sino cuatro con dos ceros) de este Planeta controlan, administran y explotan las tierras, las fuentes de materias primas, los principales recursos energéticos, las industrias "civiles" y "militares",los grandes negocios financieros y la formación intelectual de todos a través de la compleja red de intermediarios que trabajan para ellos, configuran el mundo en que vivimos del mismo modo que se configura un ordenador y le dan el aspecto que vemos y muchos más aspectos que nos es imposible imaginar. Todos ellos, por muy alejados que aparezcan en sus intereses inmediatos, tienen en común muchas cosas. Por eso es fácil identificarlos globalmente como "el Sistema". Una muy importante idea que le es inherente al Sistema es la de que el mundo debe tener unas determinadas características y obedecer a ciertas pautas ideológicas y de conducta a beneficio de sus artífices y conductores en los diferentes campos de intereses, y, por tanto, el contexto social ha de ser conservador y estar sometido. Esto es lo que exige "el guión" del Sistema. Aquí juegan un papel determinante los llamados "medios de comunicación", pero, sobre todo, el tipo de educación de la infancia y juventud. La escuela desempeña muy bien ese papel imprescindible para iniciar a los humanos más pequeños a asumir ese doble objetivo antes subrayado. Por tanto, la educación que se imparta en las escuelas ha de ser como ellos desean: una educación conservadora, intelectualista, escolástica, inmovilista, donde no importa tanto el cultivo de las emociones positivas y el tratamiento correcto de las negativas como las buenas calificaciones, mientras un autoritarismo más o menos camuflado según el talante personal de los profesores, es el sostén del sistema escolar y donde el miedo, en última instancia, garantiza la sumisión para los más reacios, así como la pervivencia del Sistema en sí a largo plazo. En este contexto, el presente trabajo desea ser un instrumento más de análisis crítico de la enseñanza tradicional desde una perspectiva algo distinta a las habituales pautas de análisis en estos temas, y abrir nuevas vías de reflexión desde la integración de los conocimientos y la personalidad con la realidad vista con los ojos de las nuevas ciencias y con las experiencias alternativas que plantean una visión diferente de lo que se considera real y del sentido de los conocimientos evitando que exista un conflicto o una parcelación estanca entre lo emocional, lo intelectual y lo físico, como viene siendo habitual. Para quienes educan a los más jóvenes, esta perspectiva puede aportar una visión diferente acerca del sentido último de la educación que les ayude a liberarse de viejos prejuicios intelectualistas y a orientarse hacia horizontes amplios y experimentables a todos los niveles, partiendo de la propia liberación personal de los viejos esquemas. Esto les ayudará a interesarse por la vida y el autoaprendizaje más allá de la cultura oficial de los centros de enseñanza y les proporcionará ciertas claves para que cada uno se sienta interesado en aproximarse al conjunto desde su ángulo preferido, para ser integrado, no sólo en su universo personal y social al que pertenece, sino, a la vez, al gran Universo, al Cosmos. Es preciso retomar hoy esta idea del ser humano como un microcosmos inmerso en el macrocosmos, como todos sabemos desde el Kybalion egipcio, el cristianismo originario y toda la sabiduría milenaria de Oriente y Occidente, ahora reforzada con la teoría científica de la concepción del Universo como un inmenso holograma de energía-luz, y donde cada ser humano es una célula de este gran cuerpo llamado "Cosmos": Microcosmos en el Macrocosmos totalmente integrado como las células en un cuerpo. "Microcosmos"puede reconocerse en "Macrocosmos" si comprende y actúa según sus leyes. "Microcosmos" puede vivir en armonía con "Macrocosmos" si se conoce a sí mismo y es libre, activo y cooperativo con esas leyes. Y "Microcosmos", puede ser así feliz, porque el flujo del Universo es activo, libre y cooperativo, sujeto a leyes inmutables. Sin embargo sólo una minoría de gentes se interesa verdaderamente por estos asuntos, y, por tanto, la mayoría poco podrá cambiar sus valores negativos y sus actitudes contrarias a esas leyes inmutables que terminan por afectar a la convivencia armónica deseable. Son precisamente estos los que más necesitan de la ayuda educadora, la ayuda que no alcanzan a proporcionar los sistemas educativos, mentales ante todo, fríos ante todo, donde el cultivo, orientación positiva y reeducación de las emociones e ideas integradoras hacia la Unidad Cósmica resulta algo casi impensable. Lamentablemente tampoco muchos profesores o padres nos conocemos a nosotros mismos lo suficiente ni sabemos lo suficiente sobre nuestras emociones y su manejo. Por tanto, vivimos según las leyes del ego y los códigos aprendidos, y el capitán del barco al que llamamos conciencia, no puede hacer llegar su voz al timonel que somos.. Esto, sin embargo, no es obstáculo para dirigir la educación de otras personas si se es padre o se tiene un título universitario que nos permita transmitir a otros nuestros conocimientos o dirigir su educación. Así las cosas, este es un factor muy distorsionante; un elemento de una gran trascendencia moral y espiritual, y creo que muchos de los padres o educadores se tomarían más en serio su trabajo y serían más felices realizándolo si se preocuparan por conocerse a sí mismos y cambiar lo que molesta a su propia evolución .De ahí podrían extraer con facilidad los necesarios recursos e intuiciones para orientar sabiamente labor. Mientras tanto, prevalece la ley del Ego por todas partes. La ley del Ego Universalizado es la ley de la jungla universal en que hemos convertido este Planeta. La ley de la jungla social inventada por el ego para protegerse de los otros, conocida como Derecho, no es ley del Cosmos, no es la Justicia, sino manifestación de la variedad de conflictos de intereses egocéntricos del pequeño "Microcosmos", obligado a fijar reglas de juego donde los más poderosos tienen siempre las de ganar. Así el barco de la conciencia navega por el mar de la vida con su timonel sordo y desorientado... El egocentrismo ciego y auto-permisivo se ha convertido así en la gran enfermedad de esta humanidad. Y mientras esta base no cambie, no habrá cambios, sólo parches y más parches, remiendos y más remiendos para este edificio que se derrumba por días ante una mirada atenta, falto de cimientos profundos de convivencia. Y no valen elecciones, cambios de gobiernos, cambios de sistema educativo ni otras componendas si no se cambia el paradigma social del culto al ego, empezando por los cambios de los paradigmas donde se nutren y sustentan los errores de uno mismo, de cada uno de nosotros. Para alcanzar a comprender el creciente abandono de las conductas éticas y de los principios espirituales presentes hoy en la sociedad, responsables en gran medida, como se dijo, de las actitudes de indiferencia hacia valores espirituales que rechazan hoy los jóvenes, tenemos que recordar que estas son actitudes en parte reactivas contra los estados y las iglesias oficiales, en parte producto de la evolución personal a contracorriente de otra parte de jóvenes, en parte nihilismo ante el desengaño sufrido por tanta manipulación y tanto cinismo de los que iglesias y estados merecerían todas las medallas de oro si existiesen olimpiadas de la desvergüenza. En su función "educadora" y transmisora de ideología han realizado su trabajo en la sociedad en tan perfecto maridaje que supieron elaborar a lo largo de los siglos una visión deformada y a la vez contradictoria y estúpida del mundo y de los conocimientos espirituales. Simultáneamente, bajo la apariencia de honorabilidad social y legalidad divina, de generación en generación, realidades básicas y profundas descubiertas hace miles de años han ido siendo perseguidas, por muchos tipos de poderosos desde sus diversos centros de poder, hasta sernos hoy casi irreconocibles. Su delito: ser verdaderas, y, por tanto, potencialmente peligrosas para el Sistema, porque lo cuestionan. Recuérdense brevemente la suerte corrida por algunos de los más conocidos: Sócrates, Jesús de Nazaret, Ghandi, Luther King, y un largo etc. que llenaría paginas de propagadores de la Luz; páginas y páginas de la Historia de los pueblos de Oriente y Occidente. Muchas de esas verdades luminosas han sido utilizadas por la posteridad muy oportunamente maquilladas, para engordar la fama, el ego y los bolsillos de muchos políticos, clérigos, banqueros, y sus cortes de supuestos filósofos, intelectuales, gurús y gentes de la claque y de la holganza permanente, que viven de la ignorancia ajena y parecen diosecillos de un Olimpo menor. Y en esa demencia estamos aún instalados, porque los protagonistas de los sistemas gobiernos-iglesias-financieros de poder hoy triunfantes son los mismos de siempre, nutridos por los mismos de siempre, no importa con qué disfraz se nos presenten siglo tras siglo. Su objetivo es permanente: adormecer las conciencias, estupidizar las mentes y enseñorearse de las vidas y propiedades de los más débiles. (En caso de duda, repásese la Historia, hojéense los diarios y escudríñense los registros de propiedad mundial.) Este idilio fatal entre poderes que nos conduce al caos educativo, ha originado que cada vez más padres en todo el mundo occidental estén educando y enseñando a sus hijos en sus hogares rechazando los sistemas escolares, y este nuevo fenómeno podrá extenderse en lo sucesivo en la medida que haya padres conscientes y con el suficiente tiempo para emplearlo en este trabajo. Sin embargo, en la mayoría de casos será necesario tener a los hijos en las "guarderías escolares de instrucción pública", donde se hace necesario, por la salud mental y emocional de los pequeños, al menos una relación lo más profunda posible entre escuela y familia. Nos encontramos en un punto que necesitamos aplicar de un modo práctico y concreto como mínimo todos los hermosos principios que los expertos avanzados de la UNESCO defienden, a los que añadiría el elemento unificador, clarificador, espiritual, sobre quién es el verdadero sujeto de la educación, quién es verdaderamente el niño o la niña que nos demanda atención, cuáles sus verdaderas insuficiencias y cómo hemos de ayudarle. Aquí surge la necesidad de un amplio consenso educativo de base con la participación directa de los padres centrada en una definición de objetivos compartidos con los maestros de sus hijos , en la elaboración de ciertos códigos de valores de conducta adecuados para el desarrollo personal, social, y del aprendizaje, para ser practicados tanto por los centros de enseñanza como por las familias ( tan desorientadas actualmente muchas de ellas) que nos vendrán a dar una perspectiva diferente, social y ética, de la educación, y unas nuevas fuerzas que nos impulsen a evolucionar conjuntamente como seres sociales, y en lo profundo como seres espirituales, pues en definitiva tal es el objeto de nuestra vida en este mundo. Y desde luego, este es el objeto de educar, pues el ser humano que pretendemos formar es, como energía que piensa y siente, un ser trascendental con una aportación trascendente al cosmos material como emisor de la propia energía. En la última parte de este libro se expone una experiencia de colaboración educativa familias-escuela con resultados suficientemente alentadores para continuar por este camino. Es sólo un principio, pero es un paso adelante desde lo que tenemos actualmente, como veremos. Familias y profesores trabajando unidos por la educación constituyen los principales medios de transformación de la colectividad. PARTE I CAPITULO 7 CULTURA DEL ESPÍRITU Y ESPÍRITU DE LA CULTURA No se trata de un juego de palabras. La cultura occidental está impregnada de elementos escolásticos y religiosos, dogmáticos y trasnochados; de lugares comunes y de intelectualismo inoperante. Este es precisamente, "el espíritu" de la cultura" Se ha olvidado la cultura basada en la realidad profunda, que es espiritual, dinámica, motivadora, trascendente, y, a la vez, NATURAL, Y CIENTÍFICA (otra cosa es que la ciencia no haya alcanzado a descubrir lo natural en toda su extensión). La cultura del espíritu se opone radicalmente al espíritu de la cultura basado en lo artificial y artificioso, en la negación real de lo espiritual, o en su mistificación y en su alejamiento de la realidad interna del ser humano, criatura espiritual que necesita alimentar su espíritu. Negar esta dimensión espiritual es negar la posibilidad de evolucionar cada persona y por supuesto la sociedad toda; es anclarse en la nostalgia, refugiarse en el temor, vivir en la angustia de la falta de horizontes, es insistir e insistir, como única salida posible, en que la mente intelectual y una cierta honradez voluntarista, acompañada de supuestas buenas intenciones basadas casi siempre en los códigos socio-culturales mundanos, nos pueden conducir a una sociedad mejor. Poca gente puede creer ya a estas alturas que la mente intelectual y el voluntarismo moral nos pueda conducir a tal mundo, pues el que tenemos se basa justamente en esos códigos, y así nos va a todos: al Planeta y a cada uno de sus amenazados habitantes. Se estima por estudiosos del tema que el ochenta por ciento de los pensamientos de la humanidad tienen una carga de energía negativa que contamina la estructura bioenergética de la Tierra. Inmediatamente surgen las preguntas: ¿Qué es esto de la estructura bioenergética de la Tierra? ¿Qué quiere decir? ¿Cómo es posible que se contamine y de qué modo? Debemos empezar por situarnos dentro de un Planeta que interactúa con los demás del sistema solar emitiendo y recibiendo de cada uno y del propio Sol la energía correspondiente para que todo el sistema funcione según las leyes cósmicas, de tal modo que cada uno emite y recibe (pues el emitir y recibir es la ley en todos los planos) a través de sus propios circuitos electromagnéticos. Como energías imperecederas y activas que son, los pensamientos humanos conforman desde la aparición del hombre sobre la Tierra una inmensa red energética que rodea al Planeta cargando su propia estructura electromagnética y energética con la vibración energética de los pensamientos, palabras y actos. Si estos contienen una carga negativa contraria a las leyes cósmicas supone, a niveles físicos, que los delicados campos electromagnéticos que rodean a la Tierra por donde debe circular la energía que se recibe del resto de planetas de nuestro sistema solar, incluso del mismo Sol, sufren alteraciones y pueden ser desviados de nuevo hacia el Cosmos a causa del deterioro de los circuitos electromagnéticos. Esto influye negativamente sobre otros planetas del sistema solar que ahora reciben energía que ya no les pertenece, y estas les perjudican en su propio desenvolvimiento. Por otro lado, la Tierra no puede emitir correctamente su correspondiente cuota de energía a causa de este deterioro parcial de sus circuitos electromagnéticos. En consecuencia, es posible explicar desde aquí la influencia de nuestro pensar colectivo sobre fenómenos físicos como el cambio climático, pues la Naturaleza funciona como Unidad, y si sus leyes se violan se altera el conjunto, la biodiversidad, y acaba por "tocarnos" a nosotros sufrir las consecuencias. También esto nos invita a reflexionar seriamente sobre la influencia energética interdependiente de los planetas de nuestro Sistema, y de la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene en ese aspecto según el tipo de energía que emite al Cosmos material a través de sus pensamientos. Estos , que son energía pura e indestructible ,con una determinada vibración, son atraídos por el Cosmos como fuerzas que se unen a otras que actúan en él por la ley de semejanza, pues lo semejante atrae a lo semejante, y toda causa crea su propio efecto en el nivel correspondiente. Así es posible explicarse por qué cuando una persona muere, se siente llamada en el Mas allá por un determinado planeta de energía. Es allí donde a lo largo de su vida como ser humano ha estado emitiendo inconscientemente su propia energía a través de su pensar, sentir y actuar: Es allí donde estuvo almacenando su tesoro, que ahora por la ley de semejanza le reclama. Es preciso desechar cuanto antes la idea de que la mente intelectual dirigida desde el egocentrismo y las buenas intenciones de las prédicas, pero no desde el altruismo con que actúan las criaturas que siguen las leyes de la Naturaleza, por ejemplo, pueda organizar racionalmente el mundo, muy a pesar de la propia razón. Y hay que hacerlo justo ahora, cuando se sabe tanto acerca de los infinitos desmanes, dolores, carencias, necesidades, injusticias, desastres ecológicos, abusos de poder, guerras, desequilibrios personales, regionales, fanatismos extremistas, y un largo etc. que cabe atribuir, precisamente a una concepción rígida, cartesiana, de la mente humana, a un alejamiento profundo del cumplimiento de leyes básicas esenciales, como la ley del amor y la armonía, y a ese miedo profundo de los hombres a encontrarse consigo mismos sin saber cómo han de situarse ante su propia realidad. Mucho menos a integrarse conscientemente en la realidad del Cosmos. Esto sí es verdaderamente preocupante para las generaciones futuras. A esto nos ha conducido la educación racionalista clásica desde "la letra con sangre entra", hasta el pragmatismo memorístico o pseudo -científico moderno y posmoderno, todo ello envuelto en el incienso vaticanista o en el triunfalismo de la llamada "ciencia ", esa proyección de tantas mentes endiosadas y sin escrúpulos, paniaguadas mayormente del Poder de las multinacionales, que se han propuesto enmendar al mismo Dios con sus experimentos estúpidos propios de gentes tristemente ignorantes que parten de la base de que la Naturaleza es imperfecta y ellos son los que pueden remediar eso... Después de hablar durante mucho tiempo de la muerte de Dios, algunos de los llamados científicos se apresuran a sustituirlo torturando animales en sórdidos laboratorios aparentemente asépticos, violentando especies animales y vegetales, rompiendo la barrera de protección entre unas y otras , experimentando la fecundación, tanto humana como animal, hasta con genes congelados, clonando seres vivos y tratando, en fin, todo lo que es Vida con la crueldad que da el engreimiento del que se cree eso, sustituto de Dios, y más allá del bien y del mal, pero carece de lo más elemental del verdadero Conocimiento. Si cada uno de estos ciudadanos de bata blanca ensangrentada pudiese reflexionar objetivamente sobre las consecuencias que tiene lo que provoca en los reinos de la naturaleza yendo contra la ley de evolución, contra la ley del amor y la misericordia, la ley de jerarquía, la ley de armonía, la ley de adaptación, la ley de selección y las leyes de la herencia biológica naturales, seguro que más de un bisturí se quedaría en el aire, más de un cuchillo de carnicero, sería arrojado al fuego, más de un matadero sería suprimido, y, desde luego, todas esas investigaciones en tan mala hora decididas, que sólo producen dolor y aberraciones. Olvidaron también el cuento del rey Midas. Pero debería saber más de uno que la ley de causa y efecto no "olvida", y que en lo que se refiere a la Naturaleza y a sus leyes, "quien la hace, la paga". ¿Conviene hablar a los niños en la escuela y en los hogares de lo expuesto en este apartado? Pensamos que sí, adaptándolo como es lógico a su capacidad de comprender, sentir y experimentar. Los niños deben saber que la ciencia y el pensamiento científico deben construirse respetando las leyes y la conciencia de la Naturaleza y la ética de la Vida, y que el valor de los experimentos no es un valor "per se" , sino que debe circunscribirse a unas normas éticas, no comerciales, no al servicio de intereses personales o de clanes de poder de cualquier tipo. DEL VIEJO AL NUEVO MUNDO Sin duda una fuerte creencia basada en el conocimiento y práctica de la realidad espiritual da impulsos suficientes para vivir y evolucionar, que es de lo que se trata siempre. Pero han sido muchos siglos de oscurantismo. Por eso, las nuevas generaciones tienen que partir casi de cero a la hora de construir su propio universo espiritual de un modo coherente al haber sido la verdadera espiritualidad escamoteada durante siglos y generaciones y sembrado tanta desconfianza entre las gentes. Mas, ¿dónde encontrar fuentes fiables para el cambio, cuando lo mundano, la componenda, sustituyó a lo místico y lo sagrado?...¿Cómo actuar cuando la sabiduría ha sido suplantada por el conocimiento, y se toma a los eruditos por sabios mientras se considera a estos últimos como elementos indeseables a los que conviene silenciar lo más posible? Amor, fraternidad, derechos, igualdad, justicia, Dios, son palabras tan manoseadas por gentes sin conciencia desde las tribunas, los confesionarios, los libros y las prédicas de las iglesias, los artículos de fondo de los diarios, y las televisiones de todas partes, que las gentes inteligentes y de buen corazón desconfían de que puedan contener alguna verdad cuando ven que nada de esa palabrería se practica por sus predicadores. Entonces huyen. Y hacen bien. Los tiempos cambian vertiginosamente, sin embargo, y ahora estamos en el principio de lo que tiene que ser necesariamente una auténtica conmoción de los cimientos de la personalidad individual y social del ser humano. Los nuevos descubrimientos científicos, las numerosísimas experiencias en el terreno de la Psicología profunda llevadas a cabo por psicólogos transpersonalistas, físicos, filósofos, místicos, la recuperación integradora y multidisciplinar de conocimientos milenarios sobre el alma humana, alcanzan su mayor exponente en el núcleo cristiano originario de Würtzburg, en Alemania. A través de una mística de elevada espiritualidad, Gabriele de W., se añaden y superan en amplitud a otras escuelas de pensamiento espiritual orientales u occidentales conocimientos de un cristianismo tan diferente al de las iglesias como lo es el sol de la luna. Estos conocimientos del cristianismo revolucionario, ahogados secularmente por las iglesias y ahora liberados, se extienden poco a poco por todos los continentes igual que si un nuevo sol fuera volcando su luz sobre cada uno. De nuevo la voz de un Cristo largamente secuestrada por el Vaticano se deja oír ante el asombro de quien puede escuchar. La incorporación de técnicas de desarrollo de la conciencia, como la meditación, a sectores sociales y colectivos cada vez más amplios, los avances de las medicinas alternativas, cada vez más aceptadas, y la recuperación, sobre todo, de tradiciones místicas que permanecían ocultas, anuncian la eclosión de una nueva conciencia revolucionaria que parte del empuje espiritual y que no desea el poder, ni el relieve social, ni el premio de nadie, pero que está llamada a sustituir a los falsos paradigmas que nutren nuestras agonizantes sociedades del capitalismo crepuscular. Entre las enseñanzas básicas que liberan hemos de señalar el Sermón de la Montaña de Cristo como el paradigma de una espiritualidad liberadora, el centro de gravedad para el desarrollo de una nueva conciencia universal, así como el descubrimiento del subconsciente por Freud supuso un nuevo paradigma en el terreno de la Psicología para conocer la profundidad del alma humana, o la teoría de la Relatividad de Einstein sentó un nuevo paradigma en el campo de la Física y abrió perspectivas insólitas sobre el Conocimiento profundo del Cosmos. A poco que se piense se ve la relación existente entre todos ellos: conociendo nuestro subconsciente, sabemos quiénes somos (y no quienes creemos ser); el contenido del Sermón de la Montaña nos revela cómo actuar según las leyes divinas, las cuales están impresas en el corazón mismo de la materia que poco a poco va dejando al descubierto la física cuántica... Estos tres paradigmas combinados nos proporcionan una plataforma lo suficientemente sólida como para intentar un viaje lúcido y liberador hacia el interior, que es, en realidad, un viaje al cosmos al que pertenecemos desde el microcosmos que somos. Tales verdades, conocimientos y experiencias desmienten todas las manipulaciones culturales, aunque aparezcan revestidas de cientifismo, y las mentiras de las iglesias y religiones institucionales, lo que sitúa al individuo ante una nueva forma de mirar la realidad del mundo, la realidad propia y al "otro" como semejante y hermano, y le proporcionan eso que siempre se nos ha negado históricamente, y que está por llegar a esta humanidad: una visión coherente y trascendente del Cosmos, su relación con la humilde realidad inmediata, y la posibilidad de encontrar un lugar personal en todo ello, sin dogmatismos, sin jerarquías ni sumisión, desde el auto-conocimiento, el reconocimiento y superación de lo personal negativo, y el amor al Otro como base de la vida espiritual, tal como enseña el cristianismo libre desde el Sermón de la Montaña. Enseñanzas estas que no están reñidas con la tradición mística de la humanidad en Oriente y en Occidente, y que de practicarse, al margen de sus montajes religiosos institucionales y sus folclores paganos o paganizantes, constituyen un nexo de unión verdaderamente civilizadora entre los diferentes pueblos y culturas. Sin duda en este aspecto tenemos que superar el falso concepto de cristianismo que nos ha legado el catolicismo del Vaticano, y que nada tiene que ver con el contenido del Sermón de la Montaña, desdeñado por utópico por el catolicismo tradicional. Repetiremos esta diferencia entre cristianismo y catolicismo, pues el primero y el segundo no son sinónimos, sino antónimos, desde el punto de vista espiritual y social. Así que hemos de ser objetivos si alguien nos dice que la civilización occidental es una civilización cristiana. NUNCA EL CRISTIANISMO HA SIDO PRACTICADO EN OCCIDENTE, salvo por pequeños núcleos considerados por el catolicismo como herejes, y exterminados por la Iglesia, aliada al poder civil. Y está aún por llegar el día en que esta Iglesia reconozca a aquellos que fueron sus victimas y verdaderos mártires (Vg. los cátaros y otros) como auténticos cristianos, los únicos en verdad que han dado testimonio de su Maestro hasta con su propia sangre. LA HORA DE LA VERDAD Viendo, pues, el mundo que nos toca vivir día a día hemos tomado poco a poco conciencia de hallarnos ante una sociedad materialista, violenta, injusta, amoral, hipócrita, egocéntrica, enferma, que ha llegado prácticamente al final de sus posibilidades de desarrollo, y que no tardará mucho en ir planteándose la supervivencia, visto el estado de deterioro del Planeta por el cambio climático, la escasez cada vez mayor de recursos,(entre ellos el agua y la energía derivada del petróleo), las guerras, los problemas sanitarios y sociales a escala mundial, y tantas y tantas calamidades que observamos a diario. Vivimos inmersos en una sociedad crepuscular en cualquier nivel que deseemos considerar: económico, político, artístico, cultural...Parecemos haber llegado al límite en lo que a formas de entender la vida y actuar según sus leyes se refiere. A los directores de orquesta del Sistema parece habérseles terminado la partitura y ahora nos empujan hacia mundos virtuales de basura dentro del más estricto y feroz consumismo, mercantilismo, y diversas formas deformantes y "orientadas" de la realidad cotidiana para que el mundo pueda ser percibido con la sensación de que todo está en orden, todo previsto, todo asegurado... Y es el caso que resulta bien difícil de encontrar en el mundo que se nos ha diseñado (con nuestro consentimiento, claro es) nada parecido a alguna de esas tres cosas. Ni siquiera la televisión y los otros medios pueden ocultar la fragilidad y las miserias en que se desenvuelve la humanidad cada día, y hasta pareciera en ocasiones que se nutre de ellas precisamente; que constituye hasta parte de su razón de ser,( lo malo "vende", lo bueno se obvia), que la otra cara de la inmensa desvergüenza de los mayores responsables de las miserias consiste en hacer nuevos negocios con todas las que nos provoca, mostrándolas impúdicamente en las pantallas del Planeta y haciendo alarde simultáneamente sobre los beneficios en Bolsa que produce la explotación salvaje de recursos de las multinacionales energéticas, industriales y financieras a lo largo y ancho del mundo, a las cuales se deben precisamente la mayor parte de esas calamidades. Barcos llenos de pobres que nadie desea acoger, naufragan en todos los costados del mundo con su carga mortal, rechazados por todas partes, llenos de víctimas definitivas del viejo imperialismo que les esquilmó y del nuevo que los termina de matar con su indiferencia, sus guerras y sus muros de hormigón y soldados para evitarlos. Por unas y otras razones, y a causa de la ignorancia, la pasividad, la envidia, la codicia, el orgullo y el desamor, de especie amenazante para el Planeta nos estamos convirtiendo rápidamente en especie amenazada, incluso en los países ricos. Como dato geográfico próximo: más de 100.000 niños mueren al año en Europa, en la "civilizada" y rica Europa, a causa de la contaminación del agua y del plomo del aire. Y esto, por no hablar de los 50.000 que mueren diariamente en los países del tercer mundo por hambre y enfermedades (seis mil diariamente por el sida y el hambre en África) sin contar las víctimas de las guerras que no cesan. ¿Era esto el Paraíso Capitalista? ¿Es este el resultado del progreso de la sociedad tecnológica? ¿Es este el fruto de tantos siglos de educación "cristiana"? ¿Es este el resultado de la gestión de organismos internacionales, como la ONU? ¿Representan las ONG, siempre escasas de recursos, los últimos restos de conciencia solidaria, cuando no son también, un negocio más en algún caso..? Muchas preguntas por contestar, pero que exigen una respuesta personal por cada uno de nosotros. Los educadores deberíamos tener muy claras esas respuestas. Los avances tecnológicos y científicos sin conciencia, la progresiva despersonalización de las formas de producción, distribución y consumo; la tremenda competencia por el control del poder, de las fuentes de materias primas y la explotación de las mismas, etc. y el afán tan extendido (también, desgraciadamente, entre los pobres), de amor al poder y a las riquezas; los destrozos medioambientales, la profunda insolidaridad y las guerras, han abierto profundas heridas entre los seres humanos; enormes desigualdades sociales, hambre crónica y enfermedades en todas partes; ricos que se enriquecen y pobres que se empobrecen a un ritmo desconocido en la historia humana, y aquí, y allá, migraciones masivas por el hambre, los conflictos, los cataclismos etc. La actual humanidad, está viviendo en precario y enferma física, mental y espiritualmente en un porcentaje abrumador, tanto en los países llamados desarrollados como en los países víctimas de ese desarrollo que les sirven de soporte a aquellos con sus riquezas naturales. Nuestra Madre Tierra, entre tanto, apenas si puede soportar la enorme carga que le supone la explotación desmedida de recursos a que se ve sometida, y las innumerables agresiones cotidianas que se le inflingen en los campos agrícolas, en las industrias, en los experimentos de armamento, en la tortura salvaje a personas y animales, mientras sigue desgarrándose con toda clase de experimentos hostiles a la Naturaleza, (crueles experimentos con animales, con alimentos manipulados genéticamente que rompen la barrera de protección genético-sanitaria inter-especies; los experimentos científicos antinaturales como la clonación; la contaminación plural y otros desastres) y hostiles siempre a las leyes del Cosmos, mientras el cambio climático artificial y provocado afecta hasta el último rincón del Globo con todas las consecuencias negativas que supone, como el calentamiento global y el deshielo progresivo de los polos; las lluvias y sequías extremas, el agrandamiento del agujero ozónico, (con la reciente incorporación de un tercero a los dos agujeros anteriores), la creciente virulencia y aumento de incendios, terremotos, maremotos, tornados y ciclones; la desaparición acelerada de especies animales y vegetales necesarias para el equilibrio global del Planeta, etc. etc. etc. y, paralelamente, la intoxicación informativadeformativa por los expertos en basura cultural, que ha conducido a la contaminación mental de la sociedad global, desfigurando la realidad, minimizando los efectos, no profundizando en las causas, vulgarizando lo sagrado y sacralizando lo vulgar. Han descubierto que la idiotez es globalizable y exportable. Y se exporta siguiendo ciertas reglas para extender y mantener por todas partes el modelo de desarrollo capitalista y a sus desalmados organizadores. El modelo de desarrollo capitalista se basa en el crecimiento constante. Sin crecimiento, el sistema se estanca y se desploma. Pero el crecimiento continuo que se pretende se realiza siempre a expensas de la Naturaleza, fuente de recursos limitados. Nada bueno cabe esperar de semejante situación, que hace converger hacia sus propios límites al Sistema de producción de un modo inexorable. Por su propia e imparable dinámica tiende a desaparecer. Es como un agujero negro que traga cuanto toca. Y aunque se habla mucho últimamente del desarrollo sostenible, tal desarrollo es inviable mientras no cambie radicalmente no ya el sistema de producción de bienes materiales, sino el sistema de producción de pensamientos espirituales, la concepción espiritual de las gentes: la conciencia. La conciencia es la clave. Lamentablemente, los diseñadores del programa económico-social de la existencia humana lo saben hace muchísimo tiempo. Y lo tienen muy en cuenta para atrapar mejor a los débiles y a los crédulos. Una vez colonizada la mente, piensan los programadores sociales, sólo queda pendiente el asalto a la conciencia libre. Después de homologar los modos de pensar, se trata de hacer lo propio a niveles más profundos, en el campo de las emociones. Los responsables de educar debemos ser muy conscientes de esta manipulación programada a gran escala, especialmente visible en las pantallas de nuestros televisores, cada vez más vacíos de contenidos de conciencia y de inteligencia, más zafios y más atrevidos contra lo más sagrado. Mientras tanto sufrimos el resultado del llamado "Progreso", el final de tantas falsas utopías civiles y religiosas...Llegó la hora de la verdad. El límite del capitalismo será exactamente el límite de la Naturaleza para ofrecer más de lo que puede y para soportar la degradación con que la agredimos a diario. No harán falta revoluciones económicas ni premios Nóbel para conjurar el desastre: el propio Sistema tiende a autodestruirse... Y, lo que es peor, pretende llevarnos a todos por delante. Así camina hacia su propia desaparición este modelo económico equivocado basado en el egocentrismo ilimitado de los poderosos, en el miedo y la represión, con sus consecuencias de sufrimiento, muerte y deterioro global progresivo e imparable a cambio de unas migajas de bienestar material para una minoría de la humanidad, que puede ver cómo sus hijos mueren contaminados o enferman por el veneno ambiental que se produce como efecto secundario...Así, también los países ricos sufren también los infortunios que estos han extendido en todo el mundo. POR UNA REVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA Los intentos por acabar con el estado de cosas denunciado, han fracasado o están a punto de hacerlo... (Todos los grandes y ampulosos "ismos" en que tan pródigo ha resultado el desgraciado siglo XX, todas las revoluciones culturales y de las otras, y también toda esa espiritualidad superficial moderna que se vende a menudo como alternativa...) No hay cambio social verdadero si no hay cambios cualitativos en la conciencia individual de las gentes. Esta es la más importante lección de la Historia de la Humanidad. Necesitamos una urgente revolución de las conciencias individuales que nos haga reaccionar ante un futuro catastrófico inexorable, que nos reconcilie a cada uno de nosotros con la Divinidad perdida o manipulada por intereses contrarios al Espíritu; necesitamos reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestro yo interior, con Dios (cualquiera que sea el nombre que le demos) con el prójimo y con la Madre Naturaleza, y hallar la conciencia de unidad de todos los seres que en ella somos. Necesitamos urgentemente rescatar los conocimientos que a lo largo de los siglos han ido siendo silenciados, manipulados o menospreciados por toda clase de inquisiciones, declaradas o no; por toda clase de censuras y oscurantismos, y sacar a la luz definitiva las verdades espirituales eternas que nos han sido transmitidas y que cada uno puede investigar en sí mismo. Y llevar esos conocimientos a la práctica. Necesitamos una redefinición de conceptos y metas. Tal vez aquí convendría mirar a los orígenes y al misticismo como clave de desarrollo personal. Pero antes conviene "desmitificar al místico", situarlo en la realidad de nuestro tiempo. Un místico no es –como se nos transmitió interesada y deformadamente- un señor que vive en las nubes, y pone los ojos en blanco antes de levitar en una celda oscura y lejana en el tiempo, sino alguien con los pies en la tierra y el corazón en el espacio sagrado del interior de la propia conciencia...Un microcosmos consciente que se une en su interior al macrocosmos universal; un transformador de sí mismo que lucha contra sus enemigos internos,-sus defectos humanos- y, en venciéndolos con la ayuda del Espíritu y de sus leyes se libera de las ataduras materialistas e intelectuales del mundo, lo cual no le impide vivir en él y hacer su trabajo con extraordinaria lucidez, pues el místico reza, pero trabaja produciendo armonía ,convergencia, desde la vivencia de la unidad con el Cosmos y con su Creador. No es el místico un tipo demacrado que ayuna y se mortifica, recluido en alguna parte, sino un individuo normal que se desprende poco a poco, por amor, de sus tendencias inferiores, materialistas y ego-céntricas y consigue la libertad, la sabiduría, y otras cualidades espirituales que alcanza quien vive según las leyes divinas trabajando en el sector de mundo que le toca vivir, pero sin caer en lo mundano, esperando encontrar en lo exterior (en el mundo de las sensaciones, de las relaciones sociales o de la mente externalizada), aquello que sólo la meditación, la oración, el trabajo consciente, y la relación cooperativa con la Naturaleza y los seres humanos puede darle. De este modo se convierte en un núcleo de transformación espiritual y social, y por este motivo se le persiguió siempre, y, a la vez, se desfiguró su imagen para hacernos creer en su extraordinaria singularidad y disuadir así a las gentes de acceder al conocimiento interno y a la unión con nuestro Creador. Como el poder, tanto político como religioso, se basa en la necesidad de ser aceptado como intermediario entre el ser humano y sus asuntos materiales o espirituales, y el místico proclama la autogestión de la propia vida sin necesidad de intermediario alguno, se convirtió en un problema, y la lista de los perseguidos o asesinados en todas las religiones por los correspondientes cleros o sus brazos seculares, es alarmante. . Hay que reivindicar en esta era crepuscular y decadente, cuyo valor central es el dinero y cuyos modelos giran en torno a lo que se llama "la sociedad del espectáculo" (musical, deportivo, político, lo mediático en general),otros modelos de desarrollo humano más evolucionados, otros métodos de desarrollo de la conciencia hacia la consecución de un ser humano y de una sociedad superior en valores y actitudes, desterrando de nuestras vidas todo tipo de dogmas, prejuicios culturales y religiosos y deformaciones históricas interesadas sobre temas como este, que hacen sonreir tan fácilmente a los escépticos que pretenden ampararse bajo el paraguas de la diosa Razón para justificar su inmovilismo. Si algo necesita esta sociedad no son escépticos, ni mucho menos, inquisidores políticos o religiosos, sino la presencia de modelos honestos, hartos como estamos de hipócritas de todos los tamaños que parecen recién bañados en agua bendita, o recién salidos de un baño de multitudes engañadas y que tienen como su contrapunto al místico que vive el amor desinteresado y en armonía lejos de lo mundano, pero viviendo activamente en el mundo. Este puede ser, tal vez, un modelo humano a considerar, junto a otros de parecida índole (toda la amplia gama de buscadores de lo trascendente a la materia) porque no se trata de una profesión, o de una especialización religiosa en ningún caso, sino de un modo de ver y estar en la realidad cotidiana todo aquel que tiene como objetivo la verdad y practica el amor desinteresado. Con harta frecuencia no podemos decir lo mismo de un político, de un banquero o de muchos que se nos presentan por los medios de comunicación como triunfadores en todos los campos, incluido el "espiritual-falsificado" de las instituciones religiosas, pues nadie ha triunfado si no ha conseguido triunfar sobre sí mismo. Necesitamos transformarnos a nosotros mismos cuanto más mejor para que el mundo, la sociedad, pueda transformarse. Insisto en la idea de que es imposible un cambio social sin un cambio de conciencia en los individuos. Y necesitamos en esta etapa, entre otras gentes, a un nuevo tipo de padres y maestros, atrevidos y abiertos, que incorporen, que investiguen, que integren, que intenten transformar en primer lugar su propia existencia, que sean capaces de protestar contra aquello que les impide educar a sus hijos honestamente ( horarios laborales, calidad de vida, calidad de educación); padres y madres que contemplen la vida cara a cara sin temor a encontrar en ella imágenes negativas de sí mismos que necesitan ser transformadas: educar es autoeducarnos... Necesitamos maestros y maestras descontentos - y cuanto más profundamente mejordel orden de cosas imperantes; profesionales dispuestos a poner el acento sobre la labor de educar desde la conciencia y lejos de la conveniencia y el adoctrinamiento, junto al trabajo de instruir. Maestros y maestras que conduzcan con amor a sus alumnos por la senda del verdadero conocimiento, porque es la hora de la síntesis de todas las culturas, de la reconciliación de la Humanidad consigo misma y con la Divinidad. Necesitamos profesores con vocación, y no funcionarios grises que esperan cobrar a fin de mes; no seres desorientados y desorientadores - ciegos conduciendo a ciegos- que intentan suplir con el autoritarismo o la dejación de sus funciones educadoras sus miedos profundos, su desinterés y su ignorancia. La hora de un nuevo tipo de educadores ha sonado. Las escuelas del profesorado deberían cambiar de rumbo a la vista del fracaso generacional existente en educación y empezar a proporcionar otros conocimientos, a admitir otras verdades y otras técnicas, y a pensar en otro tipo de profesoresformadores, porque el sistema tradicional en que los maestros están siendo formados, ese modelo basado en bostezantes apuntes y discursos teóricos de origen poco menos que medieval, debe ocupar su lugar en el museo de la historia de la educación humana. Hemos de poner fin de una vez al intelectualismo que paraliza mente y corazón, al academicismo estéril y esterilizante, y cerrar de una vez por todas el viejo e inútil libro del escolasticismo. Necesitamos igualmente padres que estén dispuestos a ayudar a sus hijos a comprender el mundo en que viven, a orientarles, estimularles, promover su sentido de la responsabilidad, a valorarse y a ser activos, agradecidos y respetuosos. Necesitamos padres que se interesen cada día por el trabajo de sus hijos y que sigan de cerca su proceso de educación y aprendizaje, que se coordinen con los profesores de sus hijos para llevar a cabo un trabajo ordenado, complementario y eficaz tanto en el orden de los conocimientos como en el de los valores y conductas sociales y emocionales... Por dónde empezar? Podemos comenzar por tomar conciencia de esta situación, verdadera conciencia, no una simple conciencia intelectual. Una conciencia intelectual es una conciencia que intenta comprender la vida, pero no se implica. Eso es letra muerta, eso es escolasticismo. El intelecto no da vida. El intelecto fue endiosado y nos trajo este mundo que padecemos, del cual es artífice. A los escolares les atraen los cambios. Ahora se trata de que también les atraigan a los responsables de los escolares, tanto en casa como en los centros educativos. Y, por supuesto, en los múltiples y fracasados ministerios de educación de este Planeta. Del trabajo de unas nuevas generaciones de padres y madres, de maestros y maestras, saldrán sin duda padres y madres distintos capaces de educar sabiamente a sus hijos para la sociedad que está ya en puertas, para la sociedad que habrá de suceder inevitablemente a esta Sociedad de la Segregación y el Conflicto: la Sociedad de la Igualdad, Fraternidad, Libertad y Justicia; la sociedad de la unidad; la sociedad de la armonía, la sociedad de la cooperación. En definitiva: LA SOCIEDAD DE LA PAZ. A esta Nueva Sociedad emergente que se ve como alternativa al caos actual a que nos ha llevado nuestra civilización equivocada, se acercan cada vez más personas con formas de pensar, de ser, de vivir y de convivir que la harán posible un día. Efectivamente, "otro mundo es posible", pero no puede construirse con los principios egoístas del viejo mundo que decae. PARTE I CAPITULO 8 ENERGÍA CÓSMICA Y EDUCACIÓN HACIA UN CAMBIO DE VISIÓN No es posible educar sin poseer una visión del mundo, un criterio fundamentado sobre la realidad. Quien no posee este criterio se convierte en víctima de toda clase de dogmas, o en un ignorante seguidor incondicional de alguien a quien le concede el derecho de poseer la verdad o por quien se deja guiar a ciegas. Es fácil comprender que una persona de estas características no está preparada para educar aunque posea un título que la acredite. Qué es real y qué no, es algo que un niño debe saber diferenciar para no vivir en la ignorancia o en la esquizofrenia, y eso exige un aprendizaje previo del educador en lo que se refiere al mundo físico, y a las enseñanzas espirituales; a la naturaleza de los objetos y a la relación que se establece entre la conciencia y los objetos, entre el mundo llamado "exterior"y el "interior": el de la conciencia del observador. Es preciso saber con rigor científico: Cómo la misma energía divina alimenta al Cosmos y a todas sus criaturas. Comprender, al hilo de los conocimientos de la física cuántica y las experiencias místicas, que entre el observador y lo observado, entre el yo y el mundo, no hay distancias, es fundamental. Todos formamos parte de una realidad única como las ramas forman parte de un árbol. Comprender la relación entre el mundo físico y el mundo de la conciencia es fundamental para una educación integral, que ya no puede más tener por objeto al el intelecto (sólo una parte de la mente) y el cuerpo físico, sin que ambos lleguen a trabajar juntos de un modo planificado en dirección a la perfección de cada uno y para el florecer del espíritu, que es el objetivo final. Quien haya visto alguna vez una demostración del control mental de los monjes del templo de Shaolin, o haya presenciado algún ejercicio de Taichi sabrá qué quiere decir que cuerpo y mente deben trabajar de un modo planificado. Quien conozca el pensamiento místico cristiano originario, budista, sufí, o el mundo chamánico, sabrá lo que esto quiere decir. Y comprender el origen de estas manifestaciones del poder de la energía divina exige un conocimiento verdadero acerca de las leyes de la naturaleza, de las leyes del Universo, de las leyes de la mente y de los principios sagrados con el objetivo final de ampliar la conciencia propiciando el desarrollo espiritual, meta de toda educación progresiva y sabia. Pero el pensamiento materialista-intelectualista observa estos fenómenos con asombro sin preocuparse de nada más. Y se educa a los pequeños con la misma indiferencia hacia la búsqueda de las verdades profundas, contentándose con un conocimiento superficial del mundo visible y con la aceptación de dogmas, iglesias y ritos confundiendo lo primero con saber y lo segundo con espiritualidad. La física de partículas nos ayuda a comprender cómo el Espíritu divino alimenta al alma de todos los seres (humanos o no). La física cuántica señala por el momento el punto más cercano de la Ciencia a la Metafísica. Gracias a ella, no es posible comprender mejor intelectualmente la unidad del microcosmos con el macrocosmos, de las partículas sub-atómicas con los átomos y de estos con el alma, que a través de esas partículas sub-atómicas recibe la energía divina, según enseña el cristianismo originario. A la vez, las partículas subatómicas- que junto a la parte energética espiritual (que hace posible recibir la energía de Dios en el alma) consta de otra más material, forman parte de cada átomo y de la constitución de agrupaciones atómicas que finalmente configuran células, moléculas y cuerpos físicos de tantos tamaños y formas como la madre Naturaleza y el Universo entero nos ofrecen. Todo está en todo. Hace mucho que los físicos descubrieron con asombro cómo las partículas subatómicas actuaban en el Cosmos como obedeciendo a un programa, como si estuviesen dotadas de una "protoconciencia" que dirigiera sus movimientos integradores. Aunque el intelecto no lo capte lo mismo que no capta las ondas de radio u otras, el ser humano, compuesto celular y atómico movido por energía autoconsciente célula a célula, no puede ser ajeno a las leyes que rigen el Universo, sino que continuamente interactúa con el Cosmos, y de él recibe y a él envía la energía que libera a través de su pensar, sentir y actuar. Se puede afirmar que cada célula es la unidad física más pequeña conocida de consciencia admitida por la ciencia médica sobre la que influye nuestra mente y que a la vez influye energética y físicamente, sobre el resto del organismo. Pero la célula está formada por átomos en definitiva, que interactúan con todo el Cosmos y la energía que él de procede. Podemos aproximarnos así a una concepción del ser humano como una energía cósmica individualizada, de naturaleza no material, autoconsciente, preexistente (como energía indestructible) al nacimiento físico, permanentemente activa, con capacidad y con derecho natural a pensar, sentir y decidir su propio destino. Este es también el sujeto de la educación, el niño o el joven... Tener esto en cuenta es fundamental a la hora de educar, porque el niño es un alma con una historia tras ella, un libro con algunos capítulos escritos y no la tábula rasa que defendía Aristóteles ni el ser naturalmente bueno de Rousseau, sino un ser con cualidades conseguidas anteriormente y con defectos que está llamado a superar en esta existencia. Como sujeto de la educación cada niño no es una mente a la que hay que atiborrar de datos, ni un pequeño ciudadano al que haya que orientar para convertirse en un consumidor que vota o en un feligrés de iglesia institucional, sino un cuerpomente de naturaleza espiritual; un alma en proceso de reflexión y aprendizaje. Esto es determinante para establecer el objetivo de una verdadera educación. Una educación que busque la integración total del niño necesita acercar a este al conocimiento de la Naturaleza, pero no como un objeto externo donde la Naturaleza esté ahí,"afuera", y haya que comprenderla para luego dominarla y explotarla al límite que vemos, sino que ha de comprender que somos ella, que vibramos con la misma energía célula a célula. Educador y educando interactuamos así como energías en diferentes planos vibratorios de la mente y la conciencia. El educador pone parte de su energía a disposición del que es educado para ayudar a este - al menos en teoría-a elevar su nivel vibratorio a través del conocimiento y de la acción, uniendo cuerpo, mente y conciencia… Este es también el sentido profundo de la Ecología. Quien así ve no podrá ser un depredador egoísta del medio ambiente, sino que intentará armonizar su energía vital con la energía del Universo manifestada en la Naturaleza y en su propio interior. Es de enorme importancia que el educador actualice de continuo sus conocimientos sobre la física, las leyes de la Naturaleza, y trabaje su mente y su conciencia espiritual de un modo unitario para que sea posible educar verdaderamente, pues quien no posee la experiencia no la puede transmitir. Tampoco tendrá fuerza aquello que un padre o un profesor enseñe como teoría si no lo ha incorporado a su campo de experiencia, da igual se trate de un padre culto, un maestro elemental o un catedrático de Universidad. Pero la sociedad actual no considera socialmente útiles masivamente a los individuos dotados a la vez de poder mental y conciencia evolucionada, y por tanto no existen planes de estudio encaminados a formar alumnos o educadores con tales pretensiones. Esto nos da idea de lo lejos que se hallan las sociedades llamadas "ricas, cultas y civilizadas" de fomentar la verdadera educación para que sus ciudadanos accedan al verdadero conocimiento: el conocimiento de la energía, de la vida como energía, de las leyes universales de la energía- vida y de cómo acceder a integrarnos conscientemente en esa energía universal divina desde nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra conciencia. En el capítulo siguiente trataremos este asunto. PARTE I CAPITULO 9 LOS CENTROS DE CONCIENCIA DE LA ENERGÍA VIDA (También llamados Chakras) Hace milenios, los sabios chinos descubrieron los canales por donde circula la energía vital, la energía cósmica, en el cuerpo humano; establecieron los puntos de acceso a esos canales por medio de agujas y aprendieron a curar usando esta energía, llamando a esa ciencia "Acupuntura", cada vez más presente en nuestro mundo occidental como método de equilibrar la circulación energética en nuestro cuerpo, sanar y atajar el dolor. Durante muchos años los médicos occidentales se rieron de esos métodos y de otros alternativos a los que no dudan en acudir cuando ellos o sus familias no sanan con la medicina oficial. Esto mismo podría decirse de la medicina ayurvédica india, de la medicina natural, etc. Actualmente la Acupuntura se practica de un modo regular en muchos hospitales occidentales y en clínicas privadas, con gran alivio para sus pacientes. Con ayuda de la tecnología moderna, aparatos de precisión electrónicos han dado la razón a los antiguos chinos detectando con toda claridad lo que ya se sabía: el ser humano es un vehículo de energía que circula de determinada manera en el organismo físico, manteniendo una serie de puntos desde donde es posible intervenir para modificar su acción y ayudar a sanar equilibrando su fluir, en este caso mediante agujas colocadas por un tiempo en un punto o en otro del cuerpo. Por su lado, y también desde hace milenios, los sabios hindúes descubrieron ya energía cósmica sutil y experimentaron que esa penetra a través de siete centros de recepción que giran continuamente en el cuerpo sutil que nos envuelve como una segunda piel de naturaleza etérica (el cuerpo astral).A estos centros los hindúes dieron el nombre "chakras", que significa "rueda" a causa de que giran. Estos se hallan a lo largo de la columna vertebral desde la región del coxis hasta el último, situado en la coronilla craneal. Son las envolturas del alma y corresponden a los siete planos de elevación de la conciencia, tal como enseña modernamente el cristianismo originario. En estos conocimientos, basados en la profunda unidad que subyace a todo, se apoya la Medicina Natural, la utilización de remedios curativos como las flores de Bach, o la Homeopatía... Medios de diagnóstico, como la Kinesiología, el diagnóstico por el iris, y otras técnicas que practican las diferentes medicinas llamadas "alternativas", son poco a poco reconocidos en Occidente, junto a otras medicinas espiritualistas como la sanación cristiana originaria, el Ayur-Veda, y otras corrientes. Si estos métodos de curación no se hayan más extendidos entre nosotros se debe a tres razones fundamentales: la presión de los colegios de médicos formados en las universidades occidentales la presión de las poderosísimas multinacionales farmacéuticas y a la ignorancia de las gentes. Antes de ser perseguido, silenciado y adulterado por el Catolicismo lo suficiente para dejar de parecerse a sí mismo, se siguieron y siguen en el cristianismo originario las enseñanzas que predicó Cristo. En ellas se hablaba, y se habla, de "centros de conciencia"... Coinciden con los chakras hindúes en su localización a lo largo de la columna vertebral. El primero, situado en la región del coxis, es el centro del Orden; el segundo, a la altura del sexo, es el centro de la Voluntad; el tercero, correspondiente a la zona del ombligo, el centro de la Sabiduría. Se localiza a la altura del ombligo, pero siempre en la columna vertebral. El cuarto, a la altura del corazón, es el centro de la Seriedad. Sobre la nuca se halla el quinto, el centro de la Paciencia; el sexto, también llamado "tercer ojo", se halla en la frente, en el entrecejo; el séptimo, el de la Misericordia, se encuentra en la coronilla del cráneo. (Ignoran los sacerdotes católicos que esa es la razón por la que han sido tonsurados.) Profundicemos un poco más en esto para que nos proporcione orientaciones para nuestra salud y para tener en cuenta la importancia que en los centros de conciencia tienen las emociones para sanar o enfermar. Centros de conciencia: su distribución y su influencia en nuestras células, órganos y aparatos orgánicos. Cada uno de esos centros receptores de energía la recibe y distribuye a su vez a los órganos y aparatos que dependen vitalmente de ese centro receptor. Del primer centro de conciencia, el centro del ORDEN en la región del coxis, dependen la pelvis y las articulaciones de la cadera, la vejiga y los órganos sexuales. Del segundo centro, el centro de la VOLUNTAD, en la región del sacro, dependen los riñones con los uréteres, intestino grueso, y recto. Del tercer centro, el de la SABIDURÍA, en la región lumbar, dependen: la columna vertebral con la médula, estómago, hígado, bazo, intestino delgado y páncreas. Del cuarto centro, el de la SERIEDAD, LLAMADO TAMBIÉN CENTRO DE CRISTO, dependen corazón, pulmón, médula espinal y costillas. Del quinto centro, el de la PACIENCIA, en la región de la nuca, dependen amígdalas, tiroides, laringe, garganta, dientes y pulmón. Del sexto centro, el del AMOR palpitante de Dios, llamado "tercer ojo" dependen: glándula pituitaria, glándula pineal, (ocultas en el cerebro), y también nariz, ojos y oidos. El séptimo centro, el de la MISERICORDIA, es el portal a lo absoluto. Cualquier bloqueo de cualquier centro a causa de un modo de pensar, sentir, vivir, hablar o actuar en contra de los Mandamientos divinos perjudicará el flujo de energía a una u otra parte de nuestro organismo físico. A través de la calidad energética positiva o negativa de los cinco componentes: pensamientos, sensaciones, sentimientos, palabras y actuaciones, los diversos centros de conciencia se abren o se retraen, favoreciendo o perjudicando la entrada y salida de energía cósmica a nuestro organismo, produciendo salud o enfermedad, armonía o desarmonía. Esto debería ser algo a tener muy en cuenta por los padres, educadores y también por profesionales médicos a la hora de evaluar los pensamientos y emociones de quienes son responsables y para estar orientados sobre el modo de colaborar con el propio organismo como un todo energético psicofísico para procurar la salud de quienes están a su cargo y que esos cinco componentes determinantes de nuestro bienestar psíquico y físico se manifiesten en positivo. Cómo influir en nuestros centros de conciencia. Por medio de la meditación, del auto-reconocimiento, del perdonar y pedir perdón a Cristo y a nuestros semejantes dañados por nosotros, y de las acciones positivas consecuentes a ese auto- reconocimiento, así como a través de la oración libre de fórmulas, podemos influir en el funcionamiento de estos centros receptores y donantes de energía y favorecer, de paso, nuestra salud y nuestro equilibrio emocional. Con ello contribuimos también a la armonía energética planetaria (recordemos que todo está en todo, y nada hay separado de nada). Merece la pena, seamos educadores o no, ampliar nuestros conocimientos sobre estos temas, y llevarlos a la práctica, pues hoy día existe amplia bibliografía al respecto puesta a disposición por diversas corrientes y no sólo por el cristianismo originario, sino por budismo, hinduismo, chamanismo, sufís, etc. En los mares de la vida espiritual, cada barco lleva su propia característica energética y su ruta de navegación, aunque el puerto final del viaje sea el mismo para todos, y el educador ha de ser muy consciente de esto y respetar las religiones, inclinaciones y preferencias de los que están a su cuidado para no crear confusión. Es fundamental el acuerdo con los padres en este terreno. No es legítimo imponer a los alumnos ninguna disciplina espiritual concreta. Es muy importante para los padres y maestros conocer estas cosas ahora que la ciencia actual se inclina poderosamente hacia el estudio de la energía. La energía es la más importante asignatura de la humanidad en este siglo, pues las poblaciones crecen a un ritmo acelerado y cada vez van a ser necesarios más recursos energéticos, más diversos y más sanos. Esto en el aspecto material, externo. Y en el interno, vemos cuán necesario es su conocimiento y utilización correcta para mantener un equilibrio psico-físico y una buena salud mental emocional, especialmente en este momento histórico de grandes conflictos a todos los niveles, donde nuestro equilibrio energético es puesto a prueba a diario a través de cuanto nos toca vivir y observar (que nunca es casual.) Estas reflexiones nos conducen, a su vez, a observarnos a nosotros mismos como energía. Entidades de energía ¿Qué somos los seres humanos? Unas entidades de energía que tienen el atributo llamado "vida". Ahora bien: la energía "vida" también existe en el mundo animal, en el mundo vegetal, y en el reino mineral...Considerando esto ¿qué tiene de especial nuestra manifestación como energía-vida? Algo singular en la Naturaleza: somos energía autoconsciente capaz de actuar desde lo que piensa y siente, incluso más allá del tiempo y del espacio. Conocemos, y sabemos que conocemos; sentimos, y sabemos que sentimos y hasta podemos averiguar el por qué de cada pensamiento y de cada sentimiento, elaborar teorías, unificarlas y hacer previsiones en consecuencia. La especie humana, la única que es consciente de que ha de morir físicamente, es capaz también de algo único entre las especies vivas de este Planeta, porque tiene algo esencial: conciencia moral. Puede juzgarse a sí mismo y establecer estrategias para el desarrollo de su conciencia al margen de lo cultural y del adoctrinamiento que se ejerce en este campo. Puede, por tanto, modificar su conciencia y elevar su grado de sutilidad y de comprensión de la realidad y de sí mismo. No sólo puede sentir a Dios, su Creador, mediante el proceso de purificación de su alma cargada (otra distinción con el alma pura del animal) sino seguir indicaciones espirituales que le lleven hasta Dios pues puede llegar a recordar su procedencia espiritual y seguir un camino para "volver a casa". "Volver a casa", es el objetivo final de la experiencia humana en la Tierra. Pero esta vuelta a los orígenes de donde procedemos precisa orden y disciplina, entre ellas la oración, la meditación y la acción, empezando por el control sin represión de los pensamientos, sentimientos, emociones. Existen diversos métodos de meditación y de acción para el desarrollo de la conciencia, y en especial en el caso de padres y profesores es de suma importancia el seguir alguno de ellos para conseguir ese estado de plenitud y equilibrio necesarios para educar, pues la educación es un proceso abierto donde educador y educando se perfeccionan en el acto de educar. A través de diferentes reflexiones y ejercicios, los métodos de ampliación de la conciencia pueden ayudarnos a entender el sentido profundo de nuestra vida o energía-vida, ligada al Cosmos material y espiritual, y ayudarnos a racionalizar por qué es posible reencarnarse físicamente, pues si somos energía eterna autoconsciente, ¿dónde estábamos antes de nacer?...¿Dónde estaremos al dejar este cuerpo?...Estas preguntas necesitan respuestas que Cristo ya nos dió y las iglesias llamadas "cristianas" ignoran interesadamente mientras dan en su lugar respuestas sin fundamento, como aquella barbaridad de la "resurrección de la carne" en su estado original... ¿Y qué dice la Ciencia a todo esto? La Ciencia habla de la permanencia de cualquier energía. Así que da la razón al misticismo, y niega implícitamente la idea de la muerte del ser-energía-consciente y sintiente que somos, pues aquello que se disuelve en la materia no es la conciencia que la "puebla y dirige"mientras está en este mundo, sino que lo que se disgrega en el mundo material es lo que está formado por partes, como sucede a la materia orgánica de nuestro cuerpo físico. Y un día, hasta la materia desaparecerá, pues c0omo energía condensada que es evolucionará hacia estados cada vez más sutiles. Convenimos con la Ciencia en Sabemos desde Einstein, que la energía se manifiesta de múltiples formas. que la energía es indestructible, eterna... Y por tanto, nosotros, los humanos, somos energía con capacidad de sentir y transformarse libre y voluntariamente, eternamente. Por tanto: Antes y después de nacer y de morir...(Nada de lo que dicen las iglesias cuando afirman que el alma se crea para el cuerpo y no preexiste antes del nacimiento es lo que dice Cristo, al que niegan también en este punto). Lo que no explica la Ciencia es la fuente de la Energía Universal manifiesta en nosotros individualizada ( o Espíritu),de dónde proviene, qué tiene que ver con el alma o energía individual "modificada" por cada uno voluntariamente, y por qué sus leyes son tan precisas que no dejan lugar a dudas acerca de su capacidad de actuar sabia y armónicamente por todo el Cosmos, creando innumerables soles, galaxias, formas de existencia, etc. en un Universo en continua expansión, según se ha demostrado por el movimiento de alejamiento continuo de las galaxias entre sí, y especialmente porque no cesan de aparecer otras nuevas galaxias, según se ha podido observar recientemente ¿De dónde puede prevenir esta dinámica constructiva y perfecta, de qué fuente primordial?... Mientras el cristianismo originario nos habla de un Sol Central Primario – Dios Impersonal- como fuente primordial de energía, cierto número de científicos, incapaces de transferir los conocimientos descubiertos por la propia Ciencia al mundo espiritual y basándose en leyes físicas materialistas ya anticuadas, niegan el orden profundo y las leyes inalterables del Cosmos, eluden estos temas, así como el de la inmortalidad de la energía alma humana, y prefieren hablar del azar en el funcionamiento global del Universo desdeñando las infinitas pruebas que lo desmienten en forma de leyes de rigurosa precisión universal, y despreciando cuanto se refiere al aspecto espiritual de la vida, como si tal cosa fuese tan solo un invento del cerebro, una cuestión bioquímica, ignorando que la bioquímica orgánica es consecuencia y no causa en la dinámica vital humana. Un simple pensamiento provoca una reacción física inmediata, se manifieste o no al exterior, y de continuo pensamos y lo que pensamos está impregnado de emoción que actúa a nivel celular. Por esto puede hablarse del papel de las emociones en la salud y en la enfermedad, de la curación por la energía, etc. Algunos de los llamados "científicos", ante la ausencia de instrumentos físicos adecuados, y cargados por su parte de prejuicios y conocimientos dogmáticos religiosos o culturales sobre la energía universal y su procedencia, dan al azar la validez de un hecho incuestionable, concluyen que no es posible pensar en que exista una fuente de energía de la que derivan las demás, así como una inteligencia ordenadora de la energía universal, y atribuyen a la casualidad la existencia del Universo, de la llamada "Gran Explosión", y de todo lo que existe en el cosmos con sus infinitas formas de expresión y sus propios códigos de existencia . Ignoran las profundas implicaciones de la ley física de causa y efecto en el ser humano con sus infinitas variaciones individuales a niveles que nuestra mente intelectual no está preparada para comprender si no es capaz de elevarse a un adecuado grado de vibración y comprensión de la realidad correspondiente Y, por supuesto, a regirse con las leyes de la Naturaleza. Nada más anticientífico ni más absurdo para un científico, que creer en la casualidad mientras dice operar con el principio riguroso de la causalidad para demostrar precisamente su espíritu científico y la veracidad de sus investigaciones. Si hubiese pensado en profundidad y sin prejuicios socio-culturales o espirituales habría llegado a plantearse la necesaria existencia de una fuente central de energía que rige todo el Cosmos, lo mantiene, expande y ordena según leyes de las que apenas conocemos unas pocas. Y eso, sólo referido a la materia visible del universo, que significa ¡tan solo un 5% del total!... Así que la Ciencia desconoce absolutamente qué es exactamente la materia "oscura" que ocupa sin embargo el otro 95 por ciento del Universo conocido. No hablemos ya de la llamada antimateria, o "doble" negativo de las partículas materiales, de los universos paralelos posibles, o de otros mundos de energía pertenecientes a planos más sutiles. Conociendo tan poco, muchos de los llamados científicos aún se atreven a negar la mayor, la existencia necesaria de una inteligencia ordenadora y hablan de la casualidad, pero no de cualquier casualidad: hablan de una casualidad del tamaño exacto del Universo, de una casualidad increíblemente estructurada en todo caso, infinitamente ramificada y compleja más allá de lo concebible y coordinada con otras infinitas casualidades que permiten instante a instante la existencia de esta ingente realidad en evolución que llamamos "Cosmos".Si tuvieran un espíritu verdaderamente científico deberían, al menos, humildad y reconocimiento de su ignorancia. Y considerarían otras posibilidades. ¿Cómo es posible que el orgullo, los prejuicios y la ignorancia puedan servir de base para argumentos científicos de ningún tipo? Desde luego, ni bastan para conocer el Universo, ni -mucho menos- para negar la existencia de esa fuente de energía primordial, que se manifiesta de múltiples maneras, que configura la realidad conocida, a la que informa y que nos mantiene vivos eternamente a todos sus componentes, lo cual, hasta como probabilidad científica, es mucho más creíble que la casualidad o el azar como explicación de la existencia de la totalidad creada. Es más convincente pensar en la continuidad de la energía esencial que mantiene cuanto existe, y que debe sujetarse a leyes muy precisas, que el que esa energía sea producto de los caprichos del azar. Y esto nos lleva de nuevo a hablar de Dios, pues la confusión sobre Él es causa de ateísmo y desconcierto entre las personas. Dios no es el dios del Vaticano. EL DIOS QUE NIEGAN LAS IGLESIAS Y LAS LECCIONES DE RELIGIÓN: Estas reflexiones, nos llevan directamente a replantearnos la idea de Dios, para nada parecida al dios bíblico. Parece sencillo entonces asimilarlo a esa energía universal, necesariamente autoconsciente, generosa en sus manifestaciones y su bondad y altamente organizada, capaz de crear mundos y aplicar leyes que sobrepasan nuestra capacidad humana de imaginar. Díos, en cualquiera de sus nombres culturales o históricos, nos aparece así como esa supra-conciencia ordenadora y omnipresente, conciencia a conciencia, ser a ser, uno a uno, científicamente necesaria, activamente creadora, capaz de crear mundos con infinitas formas de vida organizada e intercomunicados. "E hizo al hombre a su imagen y semejanza"...O sea: energía autoconsciente; libre ante todo, creativa, con capacidad de sentir e imaginar, con capacidad de amar, pues el amor es un impulso creador y cooperativo a todos los niveles. Es el impulso clave del Cosmos. La energía universal es, pues, para los que estamos abiertos a entenderla, el Dios amoroso de los mil nombres en las mil culturas, que nutre y sostiene al Universo y a nosotros los humanos uno a uno, conciencia a conciencia, como parte molecular energética del mismo. Dios es el Ser y nosotros formamos parte de esa totalidad del Ser eterno autoconsciente, como las gotas de agua del océano forman al mismo, y en cada una de ellas se halla la totalidad de los elementos que lo configuran. En ese sentido, pertenecemos a Dios como la gota de agua a su océano: formamos parte de Él tanto como Él forma parte de nosotros, aunque no seamos conscientes. Es la parte pura de nuestra alma, la chispa de la vida en cada uno, por tanto no está "fuera", sino que es omnipresente....La gota de mar no es consciente de su pertenencia, lo que no le impide formar parte del conjunto. En esto, todos los místicos y verdaderos sabios de todos los tiempos y en todos los continentes están de acuerdo: Somos partículas energéticas del único Dios -Océano-Energía. Esta es una premisa fundamental, pues la energía se expande por el todo el universo sin que haya un solo lugar vacío. El aparente vacío que los científicos no observan está ocupado por el éter o energía invisible. Es omnipresente. Por tanto, no existe la Nada. Todo es Ser, todo es energía activa. ¿Y cuales son las leyes por las que se rige el funcionamiento de la energía en el hombre? Si pensamos un poco no pueden ser básicamente distintas a aquellas por las que se rige el Cosmos, ya que es la misma energía. Las leyes de la Naturaleza son parte de esas leyes. Los Diez Mandamientos son extracto de esas leyes; el Sermón de la Montaña expresa esas leyes. La pregunta sería: ¿Cómo entrar en contacto consciente con ellas? ¿Cómo sentir su impulso en el interior? Simplemente practicándolas. No se puede conocer a priori el valor de aquello que no se experimenta. Lo maravilloso de la libertad humana nos permite elegir nuestras propias vivencias, elegir nuestro propio camino. Incluso no elegir ninguno o ir directamente contra las leyes. (Y cada elección tiene sus propias consecuencias, positivas o negativas, por la ley de causa y efecto.). Existen, en todo caso, muchas vías. Entre ellas, el misticismo cristiano,- que poco tiene que ver con el catolicismo y afines,- propone que el progreso espiritual se realice a través de la oración, el trabajo y la práctica en la vida diaria del amor desinteresado para llegar a Dios a través del Camino Interno. Es fundamental recordar aquellos preceptos de "Ama a Dios sobre todas las cosas de este mundo", "Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti", y "No veas la paja en el ojo ajeno y preocúpate de la viga que tienes en el tuyo", tal y como expresan los Mandamientos y el Sermón de la Montaña....Otras corrientes místicas indican otros caminos, pero ninguna niega la importancia del anterior. En el fondo, cualquier forma de misticismo es válida para quien la practica correctamente. Y cualquiera de ellas conduce hacia la paz y la unidad interna; hacia la armonía de las gentes y de las naciones entre sí. Formaría parte del trabajo del educador moderno el conocer la Física cuántica lo suficiente como para poder comprender algunas de las leyes del funcionamiento de la materia-energía. Unido a lo anterior, el conocimiento del pensamiento místico en algunas de sus manifestaciones más extendidas (cristianismo originario, hinduismo, budismo o sufismo) podrá ayudar al responsable de educar a comprender mejor el mundo espiritual y a orientar convenientemente y sin fanatismo-cuando sea necesarioa las personas que educa. Sería muy adecuado, por lo mismo, la práctica de alguna de esas corrientes, pues no puede educar el erudito, sino el sabio. PARTE I CAPITULO 10 ¿CHOQUE DE CIVILIZACIONES O CONCIENCIA? Cuando tanto se habla de "choque de civilizaciones", convendría aclarar a qué nos referimos, porque este asunto es de vital importancia en estos tiempos de migraciones multiculturales y estrechas relaciones vecinales entre personas de muy diferentes países en casi todo el mundo, especialmente en el occidental. Esta situación exige ser directos y precisos en lo posible. Seamos sinceros: más allá de "choques de civilizaciones", lo que chocan.-no nos dejemos engañar-, son los egos (y negocios) de unos contra los egos y negocios de los otros, y la falta de amor entre todos los que se rechazan unido a la falta de amor a Dios. Esos y no otros son los ingredientes de ese llamado choque que nos coacciona en el paso hacia una verdadera civilización mundial más allá de fronteras y creencias espirituales hoy controladas y manipuladas por políticos y por jerarquías religiosas excluyentes. Por decirlo de un modo gráfico, la falta de amor y de respeto mutuo como hijos del mismo Dios es el origen de ese desencuentro de los cruzados con los ayatolás, por decirlo de un modo gráfico. Interesa a los poderes de este mundo hablar en términos de "choque de culturas", porque siempre acostumbran a esconder sus bajos propósitos bajo la invocación de nobles palabras: Dios, Alá, Civilización, u otras como "derechos humanos," "democracia"…en fin, palabras vacías, tapas del libro de sus malos propósitos. Pero…un místico sufí jamás entraría en conflicto con un místico cristiano, y ninguno de ambos con un verdadero devoto budista o hinduista por ejemplo. Y precisamente lo que evitaría el conflicto es el sentimiento del amor : aman la libertad, la paz, el altruismo y la misericordia como atributos de ese Dios común, aun con nombre diferente. Ninguno de ellos mataría o mandaría matar a un semejante en nombre de Dios ni robaría sus bienes, violaría, torturaría, y todas esas prácticas ordinarias de los uniformados de traje o mente. Semejantes prácticas son siempre dirigidas por fanáticos de algo nivel y sus crédulos seguidores, que a la vez necesitan justificar sus aberraciones y lavar su conciencia por la vía que sea: tribunales religiosos, terrorismo, cruzadas, ejércitos de pacificación, de liberación etc....Da igual el nombre. El supuesto choque de civilizaciones es, pues, un falso concepto propagandístico para ocultar de nuevo, (como viene siendo desde antiguo) bajo un manto religioso o político la raíz venenosa de los fanatismos: la sempiterna opresión y explotación de los débiles por los poderosos, en todos los lugares del mundo, en todas las culturas y bajo la cobertura hipócrita de todas las religiones adictas al Poder que jamás se declaran pacifistas para seguir formando parte del mismo bando y no verse obligados a condenar a sus amigos, los responsables de genocidios, invasiones, extorsiones, condenas a muerte, terrorismo y otras formas de barbarie. ¿Y cómo es en las escuelas y centros educativos? ¿Qué hacer ahí? ¿Es posible iniciar a los niños y niñas en la conciencia de la propia energía como parte de la energía universal? ¿Es conveniente realizar prácticas que les ayuden a entender los conceptos básicos de la energía en que se sustenta la espiritualidad, sin dogmatismos y sin manipulación de la verdad y la mente, (como hacen las iglesias y credos fanáticos), a fín de conseguir equilibrio interior, salud y armonía? ¿Es posible que un niño tome conciencia de su verdadero ser-energía?... Desde luego. Posible y cada vez más urgente. Esto ya se hace desde hace milenios en Oriente, en las escuelas de yoga y en el budismo, así como en las culturas indias y en el de cristianismo libre y anticlerical en Occidente, desde los cátaros y aún antes; desde que algunos cristianos tomaron conciencia de que el cristianismo había sido falsificado por los seguidores eclesiásticos de Cristo aliados a los emperadores y a los reyes del mundo... Pocos son hoy los afortunados niños que reciben este tipo de enseñanzas en los hogares o en los colegios de los estados laicos o aconfesionales. A lo sumo, reciben adoctrinamiento por personal de las iglesias, pero eso no tiene nada que ver con la religión y mucho con la institución que envía a sus misioneros. Las diversas corrientes espirituales milenarias así como el Cristianismo Originario, sin embargo, reservan un espacio para educar a los niños en estos principios: descubrir, experimentar y asumir el propio cuerpo; conocer y desarrollar el control de la mente, identificar y educar las emociones y el comportamiento y vivenciar sentimientos de cooperación, pacíficos y altruistas hacia todos los seres en los tres Reinos de la Naturaleza. Se les enseña a comprender que el respeto a la vida es fundamental, hasta el punto de no mirar a los animales como alimento, sino como seres naturales en proceso individual de evolución según las leyes que rigen para todo el Universo, donde todas las formas de existencia convergen hacia la conciencia plena del Ser. Ahora bien, este es un asunto extraordinariamente delicado, donde las familias deben consensuar con los maestros las directrices y contenidos que reciben sus hijos, hasta que estos pueden hacerlo por sí mismos. No estaría mal que en las escuelas occidentales laicas y aconfesionales (en teoría, pues siempre andan cerca los clérigos) se enseñara a pensar con método y rigor, (¡qué menos!),a tomar conciencia del propio cuerpo y respetarlo, a interiorizarse y tomar conciencia de sí, de las propias sensaciones y de las propias emociones, y a expresar todo ello a través del aprendizaje de técnicas de relajación , de la experimentación de vivencias artísticas y para el desarrollo de una espiritualidad libre de dogmas, ritos, ceremonias y sumisiones a jerarquías. La expresión verbal, física, escrita y plástica, de lo que se piensa, se siente, se es, en definitiva, conduce a conocerse y desarrollar sentimientos pacíficos y cooperativos también en el seno de las propias familias. El objetivo final de estos aprendizajes es conocerse a sí mismo y vivir, -se esté donde se esté - el sentido de la responsabilidad, el agradecimiento y el respeto a lo diferente y a los demás como hermanos que somos en un universos compartido del que formamos parte átomo a átomo, independientemente de nuestras ideas religiosas. Una ignorancia programada Deben los más jóvenes aprender a resolver con éxito sus conflictos personales y sociales y hemos de proporcionarles las vivencias, los conceptos y las herramientas adecuadas por medio de una educación emocional y social apropiada. Estos son excelentes remedios de grandes beneficios personales y sociales para la colectividad: un paso imprescindible, y más allá de ideologías concretas. Parece fácil de comprender, pero ¿por qué resulta tan difícil?... ¿Falta de interés de las familias y responsables ministeriales? ¿Falta de interés de los profesores por aprender técnicas tendentes a estos fines y llevarlas a cabo? ¿Presiones religiosas externas?... ¿Ignorancia generalizada? Un poco de todo, y una gran dosis de inercia histórica. Dejando claro que la enseñanza de una religión concreta pertenece al ámbito privado familiar, y ahí debería quedarse, resulta extraño a la razón ver a los gobiernos subvencionar a credos religiosos que envían sus misioneros a las aulas. El hecho es que en ellas no se suelen realizar prácticas que conduzcan más allá del adoctrinamiento que interesa a la respectiva religión. Y los adoctrinamientos son fuentes de fanatismo. La verdad es que prácticamente nadie enseña a los pequeños a madurar en esos aspectos que acabamos de señalar anteriormente, ni siquiera a conocer y a controlar progresivamente, científicamente, su mente, a pesar de que viven una educación intelectual. (¿Deberían aprender a liberarse de su ignorancia y de sus limitaciones por ciencia infusa?). En las escuelas se estudian diversas formas de energía: eléctrica, solar, térmica, hidráulica... Pero, ¿por qué se descuida profundizar en la propia? Ni siquiera se respeta un tiempo suficiente entre clase y clase para que los cerebros de los más jóvenes desconecten de una materia antes de pasar a la siguiente. Un profesor sucede a otro y a otro, sin apenas respiro y sin haber hecho la "digestión" mínima de lo que se acaba de aprender. Ni se enseñan técnicas para el desarrollo intelectual, ni apenas técnicas de estudio, ni ejercicios para ir adquiriendo progresivamente control sobre los pensamientos y emociones, de los que hay mucha bibliografía ya en el mercado. No se implica al alumno en estos procesos que podrían motivarle mucho... ¿Por qué los maestros no aprenden estas cosas en la Universidad, ni siquiera como técnicas de estimulación de aprendizajes?... ¿Por qué no existen escuelas para padres donde se informen de estas cuestiones? Porque no interesa a los Gobiernos formar ciudadanos de espíritu libre. Y volviendo al punto anterior: ¿Cómo alcanzar la comprensión de la propia energía? ¿Se puede experimentar de algún modo la energía vital, personal? Podemos o no interesarnos por estas preguntas, pero solemos estar de acuerdo cuando escuchamos que quien controla su mente y su energía, controla su vida. Este asunto es sustancialmente importante por lo que respecta a la salud mental y física, y los educadores deberíamos empezar por conocer y dominar técnicas sobre el uso de la propia energía para bien propio y para enseñar a otros. Esto evitaría mucho estrés entre el profesorado y muchos conflictos innecesarios en las aulas. Pero para empezar, hemos de creer en que esa energía es visible, experimentable, tiene carácter científico, y puede ser útil para conocernos mejor y ayudarnos unos a otros, cualidades estas que la mayoría inmensa de maestros se asombra al escuchar...No digamos muchos padres, sin mencionar a la propia administración educativa. En otras partes de este trabajo se menciona la cámara Kirlian, donde se hace visible el aura o cuerpo energético-cromático que nos envuelve. Eso, entre otras aplicaciones, hace posible la existencia de la cromoterapia o curación a través del color visible en cada aura humana particular. Sé lo difícil que resulta incorporar conceptos nuevos a la educación hasta que sean compartidos por algún ministerio progresista, muchos profesores y las familias, (y bendecidos por la televisión, dicho con la máxima ironía), pero es necesario dar este salto en busca de formulaciones educativas e que recojan el progreso humano incorporen a la mente de las nuevas generaciones conocimientos adquiridos por diversas vanguardias culturales, espirituales y científicas, y que conviene difundir y explorar experimentalmente para evitar que la evolución de la conciencia de la humanidad quede anquilosada en fórmulas decadentes fracasadas (como las de la educación llamada tradicional ) , en conceptos rígidos heredados del pasado, y en la penumbra de la ignorancia. Se trata de proporcionar nuevos horizontes a las mentes de los más jóvenes que les motiven para su aprendizaje y para alcanzar una visión positiva y altruista de la vida, alejada de los viejos tópicos de los adoctrinamientos sociales o religiosos. Hemos de llegar a superar el falso dilema "Fe o Ciencia," porque la fe tiene sobrados fundamentos científicos y la ciencia se dirige hacia la destrucción si no está fundada en la realidad espiritual de un Cosmos originado, orientado y sostenido en el poder, la inteligencia y el amor de Dios. Cuando no se acepta la realidad espiritual del universo, los científicos se dedican a imitar a ese Dios en quienes no creen, produciendo, claro es, engendros como la clonación, los experimentos con células-madre, los alimentos transgénicos y otras formas degradante de hacernos creer que la Creación es imperfecta y mejorable por ellos (los nuevos dioses en los que creer), mientras el "grueso"de las investigaciones de estos "diosecillos" va dirigido a la creación de productos cada vez más sofisticados que permitan a las naciones más ricas y poderosas controlar de muy diversos modos y con menos riesgos a las más débiles. Controlar no solo sus cuerpos sino sus mentes. En un capítulo de este libro se expondrán ciertas prácticas muy sencillas llevadas a cabo en un colegio público en España para ilustrar algo de lo mucho que se puede hacer en este terreno. De la ciencia y la conciencia Para un educador es muy importante tener un sentido crítico desarrollado en este terreno y desenmascarar ante los pequeños y jóvenes el consumismo y todo lo que los medios de comunicación, en manos de gentes que no tienen en cuenta a Dios, consideran científico o útil... Por tanto, un educador necesita poseer una buena información sobre la ciencia y poseer criterio propio ante lo que en nombre de esta se hace. Así mismo, si es un pedagogo, necesita disponer de los medios técnicos necesarios y del espacio adecuado ( que tan a menudo falta en tantos centros de enseñanza), para poder realizar con los alumnos sencillos experimentos que les ayuden a comprender la realidad y a desarrollar el gusto por la investigación y la búsqueda del conocimiento en todos los aspectos de la vida, tanto como a rechazar los dogmas de todo tipo (religiosos, culturales, políticos, científicos) que a diario se nos intenta hacer pasar por los diferentes brazo del poder laico o religioso como válidos e incuestionables. El desarrollo del espíritu científico crítico lleva al desarrollo del espíritu crítico en general y posibilita el progreso del conocimiento y facilita el camino hacia la sabiduría, pues el verdadero conocimiento no es patrimonio de los señores que investigan aquello que les dictan sus amos, como es el caso de los científicos modernos como asalariados de empresas multinacionales o Estados militaristas… La sabiduría, pues, está muy lejos de ser patrimonio de los científicos, que, en el mejor de los casos, sólo pueden llegar al escalón del conocimiento y aún así los parcelan y mutilan. Sesgar los conocimientos, parcelarlos, explotarlos en perjuicio de la humanidad, como sucede con la ciencia aplicada al llamado "progreso", nos ha traído el cambio climático, refinadas tecnologías bélicas y de control mental y otras negras consecuencias con no menos negras perspectivas irrevocables. El fruto de la Ciencia cuando ignora a la Conciencia no es más que la muerte de la que hipócritamente dicen querer salvarnos los mismos que nos conducen al caos mundial. En resumen, lo que significa el tan traído y llevado concepto de "choque de civilizaciones" no es más que choque de intereses de poder que niegan a las gentes su derecho a conocerse, a evolucionar en el sentido del bien, a saber la verdad que subyace y trasciende a la Ciencia y a utilizar la Conciencia espiritual basada en las leyes divinas del Amor como elemento de relación entre personas y naciones. Y cuando no existe esto no sólo chocan las civilizaciones, sino que cada uno se enfrenta con cualquiera que tenga a su alrededor. PARTE I CAPITULO 11 LA MOTIVACIÓN Cualquier cosa que sintamos, cualquier cosa que pensemos, cualquier acción que realicemos, lleva impresa una energía desencadenante, un impulso consciente o inconsciente. A esa energía la llamamos "motivación".Es, por tanto, una energía causal. La fuerza de ese impulso energético va a determinar, en principio, el grado de materialización de esos nuestros pensamientos, sentimientos, o actos. Y el contenido emocional de ese impulso va a determinar a su vez la cualidad de los resultados. Existen dos tipos de motivación: la espontánea o inmediata y la mediata o de fondo. Ambas suelen estar unidas, aunque sea esto vivido inconscientemente por la persona. Por ejemplo si me gustan los animales (motivación de fondo, o lejana), no comeré su carne, aunque figure como menú principal del mejor hotel. En este caso careceré también de motivación inmediata cuando el camarero me ofrezca la carta. Supongamos ahora que me acompaña un cliente con el que estoy dispuesto a cerrar un importante negocio, y que me ha invitado a un restaurante, famoso por sus carnes cocinadas, como una manera de celebrar el éxito de nuestro negocio y de agradarme, pues parece que desea mi amistad. ¿Cambiará mi conducta? De pronto, a la motivación mediata para abstenerme de carne le ha salido un elemento contradictorio que la pone a prueba. ¿Seguiré fiel a mi impulso original, por el que de buen grado hubiera elegido un restaurante vegetariano con diferencia? ¿O debo considerar ahora que la probable amistad, que deseo, y el buen momento de mi relación comercial me aconsejan dejarme llevar y pedir un plato de carne? ...(¿qué haría usted?)... Lo que usted hiciera dependería de la intensidad y grado de aceptación profunda de la motivación mediata. Si fuera lo bastante fuerte, tal vez podría proponerle amablemente a su amigo ese restaurante vegetariano de cocina biológica que usted conoce, donde va a probar algo muy especial y diferente a los menús tradicionales. Tal vez eso motive a su cliente, a través de la curiosidad (motivación inmediata), a acompañarle con gusto al restaurante alternativo, a pesar de carecer de motivación mediata al no sentir por los animales el amor suficiente para no comerlos. La intensidad de la motivación por algo va a determinar nuestras actuaciones mientras no aparezca un nuevo estímulo que nos despierte una motivación nueva, (la curiosidad en el que come carne). Supongamos ahora que tenemos un niño sentado ante el programa de dibujos animados. La expresión de su rostro, sus movimientos y gestos relacionados con lo que ve, nos indica que está muy interesado, la motivación es intensa, y participa física, mental y emocionalmente sin esfuerzo alguno que haga necesaria la intervención de la voluntad. Sin embargo, si alguien viene y cambia de canal observamos cómo la actitud del niño cambia: se enfada, protesta, e intenta volver a la situación anterior que le producía placer. La frustración que refleja evidencia el conflicto motivación-represión. De modo que encontramos un nuevo elemento asociado a la motivación: no me motiva algo que no vaya a resultar un placer para mí. Por ejemplo, hace mucho calor, tengo sed y alguien me ofrece un refresco. Me motiva la necesidad de refrescarme a causa del intenso calor. Esa necesidad desaparece en cuanto me he bebido el refresco, lo que me descubre una motivación pasajera para actuar. Aquí tenemos una motivación inmediata, pero fugaz, que condujo a una acción de corta duración, pero (y esto es importante) dejó huellas psíquicas en mi cerebro, por lo que me predispone a repetir la acción anterior en parecidas circunstancias. Igual sucede, pero a la inversa, con las huellas psíquicas negativas que dejan en nuestra psique las experiencias desagradables, que provocan como mínimo el desinterés y no nos motivan más que a huir de ellas. Vemos, pues, cómo existen motivaciones negativas y positivas que despiertan nuestro interés por acercarnos o huir de los objetos según sea la impresión que recibimos y las experiencias que tengamos con ellos. Detengámonos un instante sobre todo lo dicho pensando en un niño sentado en su pupitre. Los anteriores ejemplos, aunque sencillos, nos colocan ante las preguntas siguientes: ¿Es posible realizar algo sin motivación, sea esta inmediata o mediata?... ¿Qué precio pagamos cuando se nos impone algo para lo que no estamos motivados? ¿Es rentable el movimiento de la mente de cualquiera por aprender algo sin que ese "algo" suponga para el sujeto, antes o después, algún tipo de recompensa, de placer? A la primera pregunta podemos contestar con un sí rotundo. Pero tal cosa no es posible sin una fuerza exterior que obligue, sin una coacción contra los intereses de quien no está motivado. Entonces, si no existe motivación, y alguien hace algo en contra de su voluntad inicial, es que existe una imposición. Y en esto consiste el método autoritario: en imponer desde fuera algo que un sujeto debe hacer por apremio de alguien externo a él y a su propia motivación, la cual se desprecia. Y de paso, se desprecia al alumno como persona que tiene derecho a elegir, que base de la evolución humana y base de la democracia). ¿Se da a los ciudadanos la posibilidad de discutir sobre modelos de enseñanza posibles?... ¿Se les informa siquiera sobre los problemas existentes?... ¿Se motiva a los profesores para la investigación en modelos que pudieran dar un vuelco a los sistemas trasnochados del escolasticismo e "industrias afines"?... No a todo. Es mejor para los gobiernos discutir en pequeños círculos de iniciados nada menos que el futuro de un país, cuya base es la educación. Tras las discusiones en "petit comité", se decide siempre un nuevo sistema de enseñanza que se impondrá por ley a padres, profesores y alumnos. Y ese sistema de educación producirá profesionales de la educación histórica y culturalmente desmemoriada y desprovista, por tanto, de capacidad crítica y afán renovador. Serán simples funcionarios del Sistema. A continuación y con respecto a los planes de enseñanza aplicados en la escuela, podemos preguntarnos: ¿Produce placer algo que se hace por imposición? No creemos. ¿Se recuerda luego?...Tenemos razones para dudarlo. Sabemos que el inconsciente siempre quiere olvidar lo desagradable y eso forma parte de los contenidos ocultos de nuestras almas. En el ejemplo del niño que ve absorto y feliz la televisión tenemos la certeza de que sentirá interés por el programa del día siguiente, y querrá verlo de nuevo, pero también la tenemos de que si alguien le obliga a ver ese mismo programa, aunque le guste, u otro programa diferente de un modo autoritario, sin contar con su opinión, sin interesar su motivación, rechazará en esta ocasión el programa que se le impone, y además le quedará la huella negativa en la memoria, y lo volverá a rechazar cada vez que se le proponga, a no ser que cambie el sistema de actuación de quien lo propone y le descubra que ese nuevo programa es más interesante, divertido, etc. que el que veía anteriormente. En este caso, una motivación más fuerte sustituye a la primitiva. Ha habido un cambio de motivación por persuasión, y no por disuasión e imposición, como hace el método autoritario. El estilo autoritario anula toda posible motivación positiva, y hace aparecer en cambio la motivación negativa basada en el miedo como elemento CLAVE. ¿Y quién puede darnos miedo? El que es más fuerte, el que puede hacernos daño, el que puede quitarnos algo que estimamos, el que puede hacernos sentir infelices o víctimas si desobedecemos esa presión que nos obliga a actuar contra nuestra voluntad, rendida ya por este factor negativo... Entonces, bajo esta presión negativa, actuamos sin ser nosotros mismos, sino que la motivación impuesta del otro nos mueve. Y hasta podemos llegar a sentirnos culpables si no queremos seguir el camino trazado y nos declaramos en rebeldía... Así somos condicionados, tanto en el medio familiar, como en el mundo social. Profesores, alumnos, ciudadanos todos. ¿No es este factor, también, un elemento determinante en las relaciones de maltrato familiar, en los episodios de mantenimiento de la violencia en los hogares? ¿No es este un elemento que impide cualquier tipo de libertad?... Los gobiernos saben todo esto y lo utilizan como medio de mantenerse en el poder. Es notorio cómo se siembra entre la población americana en los USA el miedo al terrorismo después del atentado a las torres gemelas. En esta situación es fácil no sólo que el poder se corrompa más, fuera del control de los ciudadanos que ven cómo su vida cotidiana se militariza, sino que es la democracia misma la que acabará por corromperse del todo en manos de multinacionales y clanes de poder económico-financiero-militar. Un pueblo amedrentado no es sólo un pueblo silenciado, sino también un pueblo dividido, donde cualquier vecino puede ser sospechoso. La consecuencia más nefasta de este proceso degenerativo social es que el pueblo acaba por carecer de cualquier interés en aras de un bien común superior. La apatía, la censura, la autocensura, la manipulación informativa, los conflictos permanentes de índole diversa, el escapismo, el individualismo egocéntrico, son algunos de los síntomas de desmotivación social y falta de metas positivas comunes entre los gobernantes y los ciudadanos. Esto no es obstáculo, en absoluto, para que la gente, llevada por el miedo, vote a los más violentos por creerlos más fuertes. Pero esto mismo refuerza lo dicho: no existe un proyecto social positivo compartido. ¿Y cómo es todo esto en el campo del aprendizaje? De entrada, muchos maestros son autoritarios, bien por carecer de recursos ante las posibles conductas de los estudiantes, bien por complejos personales y debilidades de carácter que se intentan disfrazar con el autoritarismo, bien por falta de conocimientos, entre otras razones. El autoritarismo de los profesores practica el miedo como motivación negativa de la conducta colectiva, produce apatía, división y suspicacias entre unos y otros, favorece la pasividad y el individualismo, así como la aparición de los "chivatos", los "favoritos", los "descolgados", y la conciencia de todos de vivir en una selva de acero en la que si falta el jefe con su vara de mando ya no existen reglas. Igual sucede curiosamente en los primeros tiempos de la caída de los tiranos. Una vez desaparecidos estos, las gentes se aplican renovadamente a sus tareas cotidianas con la motivación interior del que desea coger las riendas de su vida, respirar un aire nuevo y libre donde el miedo ha dejado de existir, como sucede a los alumnos del profesor autoritario cuando alguien les anuncia que ya no volverá más a clase. He aquí una reacción natural que abre nuevas puertas, reconstituye la unidad emocional perdida como ciudadanos y conduce a una motivación inmediata para el cambio a mejor. Sin embargo, aparece un elemento contradictorio: acostumbrados a abdicar de su libertad y de sus iniciativas ante los tiranos, la gente se queda durante un tiempo tan motivada para los cambios como desconcertada por falta de experiencia de vivir en libertad, y el miedo se prolonga mucho más tiempo del necesario, así que siempre los cambios se van haciendo con más miedo que prudencia. Esto sucede siempre en la Historia y en la vida social y familiar. Y desde luego, en las escuelas. Cuando hablamos de la motivación para el aprendizaje por parte de los estudiantes tendremos que tener en cuenta que cuanto más jóvenes sean éstos, más tendremos que recurrir a motivaciones inmediatas apelando al conocimiento de sus intereses y de su personalidad toda, donde lo emocional y lo experiencial tanto cuenta, para permitir que afloren sus motivaciones mediatas, sus necesidades ocultas. Aquí es importante señalar la importancia de que el profesor ponga al alumno emocionalmente de su parte por un lado, (la empatía con el profesor constituye de entrada un factor casi esencial de motivación para el aprendizaje) y por otro, resaltar el papel de la familia como fuente de información privilegiada sobre la personalidad de los alumnos, y sus motivaciones mediatas. Y cuanto más intensa sea la motivación de todos a cualquier edad, más interés existirá para: 1. Aprender. 2. Conservar en la memoria lo aprendido. 3. Experimentar placer en el aprendizaje. 4. Eliminar problemas de disciplina en las aulas. 5. Interesarse por practicar lo aprendido. 6. Aceptar gustoso los nuevos aprendizajes. 7. Mantener actitudes colaboradoras y participativas evitando la sumisión, en todo momento del proceso de aprendizaje. En los colegios se comete a menudo el error de pensar que los niños deben poseer una motivación mediata lo suficientemente fuerte como para inclinarles al esfuerzo que se les exige momento a momento. Se cree que deben venir motivados de fuera para cada aprendizaje. Y además se considera habitualmente que las buenas notas de un ejercicio, un examen, o el premio familiar de fin de curso son lo bastante buenos reforzadores del interés por aprender. No se puede negar que pueden hacer un efecto tan inmediato como limitado, pero la motivación aplazada, esa queda muy lejos en la mente del niño-a. Y como esta no es suficiente, se acude con más facilidad a las regañinas, castigos u otros reforzadores negativos. Todo esto son, sin embargo, problemas de difícil salida y fuente de fáciles errores a medida que se prolonga la situación... Errores que tienen un precio: los niños se desmotivan, los profesores se estresan, los rendimientos académicos bajan, las familias andan descontentas. Y cuando se acumula mucho fracaso educativo, se cambian los planes de estudio. El Sistema se lava un poco la cara, pero apenas si cambia realmente algo más que los libros de texto. A todo esto, el trabajo realizado y estresante para todos se olvida fácilmente por falta de motivación. Nadie tuvo que motivar al niño que veía los dibujos en su televisor. Nadie tiene que motivar a un niño que juega un juego adecuado a su edad. Esto demuestra una vez más la importancia que tiene en las escuelas, y también en el medio familiar, como medio de motivación mediato, proporcionar estímulos adecuados para la acción inmediata buscando en la personalidad, en las emociones y en las experiencias del estudiante elementos "de arranque" a partir de los cuales se pueda hacer una tarea de construcción de nuevos conocimientos y experiencias, pero teniendo en cuenta la necesidad de que todos esos conocimientos y experiencias queden integrados de nuevo en la personalidad y en el campo emocional del estudiante, sin caer en el conductismo, esa execrable manipulación de la conducta humana, o en el autoritarismo, esa execrable filosofía de la relación manipuladora que constituye la base conceptual de las sociedades autoritarias, fuertemente clasistas y antidemocráticas. Motivar el aprendizaje respetando la personalidad, los intereses y necesidades de quien necesita ser educado, pero atentos a su calidad, y ayudar a descubrir la verdad como algo que se vive con alegría es una tarea fundamental para cambiar el signo del fracaso escolar, para educar hacia la verdadera democracia, para formar personas libres, y no súbditos silenciosos y desposeídos de su personalidad, que han renunciado a hacer proyectos sobre sí mismos en aras de los proyectos de otros más fuertes que van a dirigir su vida desde la escuela hasta el día que dejen este mundo. La escuela no presta habitualmente demasiada atención a estas cuestiones. Tampoco las instituciones educativas se preocupan de estos asuntos más allá de una superficialidad que se queda en declaración de intenciones, papeles que inundan los despachos, y alguna que otra experiencia testimonial, inconexa, sin trascendencia, puntual. Y así vamos. PARTE I CAPITULO 12 DESCUBRIENDO LA ENERGÍA PERSONAL (RELATO DE UNA EXPERIENCIA DE AULA) Una sola energía sostiene la naturaleza y el conjunto del Universo; una energía en diferentes grados de vibración y manifestación. Entre la energía condensada que resulta ser esto que llamamos "materia",y la energía más sutil que podemos concebir, sentir, cada uno de nosotros, como cuerpos de energía, únicamente existen diferentes niveles de vibración de esa única energía a la que llamamos Dios. Cada nivel tiene una determinada frecuencia vibratoria y una determinada longitud de onda, lo cual determina que existan diferentes formas de manifestación de la materia. Así podemos comprender que un mineral, por ejemplo, resulte de una vibración de energía de baja frecuencia, mientras que la luz, los colores, correspondan a una vibración de alta frecuencia, con todas sus gamas intermedias. Somos un cuerpo de pensamientos-energía. Continuamente pensamos y experimentamos sensaciones, sentimientos, etc. que, a continuación emitimos con una determinada frecuencia, la nuestra, como una emisora de radio. Cada pensamiento se manifiesta, como energía, con un color determinado, según la frecuencia con que es emitido por el emisor. Así, un pensamiento de baja frecuencia sería oscuro, mientras uno de alta frecuencia, sería claro y luminoso, dependiendo de cómo el que piensa sienta y actúe; por tanto, dependiendo de su estado de conciencia, y, en última instancia de su nivel de conciencia personal. Una persona alegre, una persona espiritual y positiva elaborará pensamientos luminosos de alta frecuencia, mientras una persona triste, negativa o preocupada, elaborará pensamientos de baja frecuencia, y, por tanto, colores apagados, oscuros, sucios, etc. Todo eso se manifiesta en formas de conducta y estados de salud o enfermedad. Esos colores que elaboramos a través de nuestros pensamientos y emociones, de continuo nos envuelven, nos rodean a modo de huevo cromático, y a esto se le llama aura. El aura de una persona nos da información sobre su estado de salud o enfermedad, su estado anímico... No es una invención de tipos esotéricos o videntes que suelen ser sinónimo de fabuladores, sino que ha sido comprobada también desde hace mucho más de medio siglo con la cámara fotográfica Kirlian, y se encuentra fuera ya de toda duda científica, aunque es conocida desde la más remota antigüedad en India y China. Pero además, los niños pueden verla en vivo y en directo cuando observan las formas de vida a su alrededor: personas, animales, o plantas. O a sí mismos en un espejo. Los colores proceden de la descomposición de un sólo color que los contiene a todos: el blanco. Los distintos colores obtenidos desde la descomposición de la luz blanca existen por tener diferentes longitudes de onda. Todo esto es sabido. Nuestros colores identificativos, los colores de nuestra aura, pueden ser vistos, aparte de la cámara fotográfica mencionada, por adultos entrenados convenientemente y por un número aún más importante de niños, ya que los niños desde pequeños, cuando miran a una persona, la ven envuelta en su "huevo cromático", y esta es la razón por la que niños muy pequeños no miran directamente al cuerpo físico de un recién llegado, sino alrededor, mostrando agrado o desagrado inmediatamente, lo que hace sospechar que perciben su vibración electromagnética a través de los colores que observan en su aura. Como los adultos estamos imbuidos aún de prejuicios y no damos importancia a este hecho, la mayoría de estos pequeños dejan de ver los colores del aura poco a poco, y, finalmente olvidan que los vieron alguna vez. Conocemos experiencias de niños que fueron llevados al médico por sus padres debido a su exquisita capacidad de percibir el campo electromagnético más allá de la materia burda, creyendo todos ellos que algún mal aquejaba a su vista. Sin embargo, su capacidad de ver era perfecta, como demostraban finalmente los resultados exploratorios." ¡Y tan perfecta!", podríamos añadir... En el libro "Las enseñanzas de D. Juan", el biólogo norteamericano Juan Castaneda narra cómo aprendió de don Juan, un viejo indio mejicano de la tribu yaqui, que se convirtió en su maestro iniciático, esta experiencia de estar envuelto en un halo de colores precisamente de forma ovoide, y se le cita también aquí porque en sus enseñanzas se pone en cuestión el pensamiento occidental materialista, y por ello han servido de ayuda a muchos buscadores espirituales. CUANDO LOS NIÑOS TOMAN CONCIENCIA DE SU ENERGÍA La introducción anterior, aunque larga, era necesaria para poder comprender dentro de un contexto científico, y ajeno a interpretaciones de índole esotérica la experiencia que se expone a continuación, y que fue realizada con diferentes grupos de niños de entre ocho y diez años en dos escuelas públicas en España entre los años 2000 y 2003 (.La elección de edades no quiere decir que sean una condición esencial). La ocasión para iniciar estos experimentos se justificó por las clases de educación artística y por el estudio científico del ojo humano, con lo cual se consideró por todos como un ejercicio de aplicación de los conocimientos adquiridos. En este terreno conviene ser cuidadosos y considerados con todos. La primera sorpresa surgió cuando los niños tomaron contacto con los colores que tras un rato de observación percibían alrededor de una de sus manos colocadas sobre un folio blanco. A los pocos minutos de observación atenta, y tras unas pocas respiraciones abdominales para relajarse, veían con claridad que lo que parecían inicialmente sombras junto a sus dedos iban adquiriendo tonalidades, y finalmente, colores concretos. El entusiasmo era general en todos los casos. Siempre acababan interesados unos y otros por los colores de sus compañeros y amigos, que se dibujaban sobre el folio blanco, extendiendo las manos con los dedos abiertos, a cuyo alrededor iban dibujando lo percibido en capas concéntricas, desde los más intensos a los más suaves. Algunos, percibían mejor sus dedos individualmente, y así pintaban su alrededor. De aquí fue fácil pasar a la observación directa de un compañero-a situado delante de un gran papel blanco que servía de pantalla de fondo. De este modo fueron pasando por la pantalla los niños y niñas del grupo-clase, alcanzando algunos tal capacidad de visión tras unas pocas experiencias que ellos mismos se asombraban, y todos querían observar y ser observados por sus compañeros para averiguar sus colores. Para realizar el experimento de un modo que fuera lo más objetivo y científico posible, se colocaban los niños en sillas separadas lo suficiente como para evitar el informarse los unos a los otros durante el experimento, y entonces comenzaba la observación. Al finalizar, se comprobaban los resultados, y esto es lo que pudimos constatar a lo largo de estos experimentos: Los colores que ellos veían no tenían las mismas tonalidades que las de sus cajas de colores, por muy completas que fueran, sino que eran más sutiles, más brillantes y más bonitos. Algunos niños tenían los colores muy pegados a su cuerpo, configurando una cinta estrecha, apenas expandidos, mientras que otros mostraban una ancha estela luminosa que se expandía alegremente alrededor de su cuerpo físico. Esto nos llamó bastante la atención, de modo que se nos ocurrió comprobar si la relación entre emociones y colores justificaba este comportamiento. Efectivamente, pudimos ver que los niños más alegres y positivos mostraban: a) colores más luminosos; b) mayor riqueza cromática; y c) mayor expansión de su aura. Algunos mostraban tonalidades doradas o plateadas que llamaban la atención a los propios niños observadores. Sin embargo, los colores de los niños con menor vitalidad y peor salud y humor resultaban menos luminosos, más "sucios", menos expandidos y de menos tonalidades en comparación con los del otro grupo. Además aparecía el gris, color que se relaciona siempre con estados de baja vibración, de decaimiento emocional. Los profesores que quisieron participar y se sometieron a la experiencia de la pantalla, vieron con asombro cómo sus estados de ánimo eran captados enseguida por los niños observadores, independientemente de su expresión corporal o verbal externa.. El porcentaje de coincidencias observado tanto en los colores como en el grado de intensidad de los mismos por los diferentes alumnos y alumnas se aproximaba al 80 %, lo cual nos indicaba su fiabilidad. El siguiente paso fue realizar esta experiencia en casa, con los animales domésticos, y en las plantas y árboles a las que podíamos acceder. Y esta experiencia demostró a los niños que los animales y plantas también tienen colores a su alrededor, al igual que ellos mismos. Los colores visualizados como más frecuentes fueron los siguientes: rojo, rosa, naranja, verde, amarillo, azul, lila y violeta. Aunque la inmensa mayoría de los niños que hicieron la prueba (alrededor de 100, pertenecientes a diferentes clases), tenían en su aura la mayoría de los colores, en los más vitales y nerviosos destacaba más el rojo; en los más intelectuales el amarillo; en los más relajados, el verde; en los más cariñosos, el rosa; en los más bondadosos, el azul; y en los más tristes aparecían tonos de gris, o incluso negro. Sólo en dos niños pudimos apreciar tonos dorados que cabe atribuir a unas almas de especial desarrollo. Introducidos ya en el tema realizamos el siguiente juego: nos colocábamos por parejas. Uno observaba atentamente al otro, que, con los dedos enfrentados tocándose por los extremos sobre un fondo blanco o azul (el azul del cielo era perfecto) los iba separando muy lentamente, hasta ver cómo entre ellos se iban dibujando unos haces de luz continua con la que se proyectaba de cada dedo. Una vez visualizados los haces de luz por los dos componentes de la pareja, uno de ellos introducía su dedo índice como si fuese un gancho y se "llevaba" visiblemente la luz de entre los dedos del otro, que se curvaba con el mismo efecto que si hubiesen sido finas gomas en vez de corrientes de fotones lo que se manejaba.¡ Descubrieron que jugaban con su propia energía! Ahora faltaba por determinar, para concluir la experiencia, qué significado tenían los colores, y qué partido podíamos sacar en nuestra vida cotidiana a este interesante descubrimiento. Tuvimos que recurrir a la bibliografía existente sobre el tema y que se acercara a lo experimentado por nosotros. Vimos que existían algunos libros interesantes en el mercado. Excluimos para nuestro propósito los que tenían que ver con la sanación por los colores (Cromoterapia) por no ser ese el objeto para la experimentación,- aunque sí pudiera servir de auxiliar del conocimiento de los pequeños y ayuda para padres y profesores. Así, elegimos algunos de ellos, que relacionan los colores del aura con la personalidad, y figuran en nuestra guía bibliográfica final. Con los datos aportados, los niños aprendieron a conocerse desde otro punto de vista, y los padres y algunos profesores más receptivos se mostraron muy interesados por esta experiencia, que luego se comentaba en las asambleas con padres y madres como algo nuevo y curioso. Conservo numerosos folios con dibujos de manos de niños envueltas en sus colores, que para un cromoterapeuta podrían ser de utilidad para un diagnóstico a distancia, y para un psicólogo, un profesor o un padre interesado una fuente de información adicional sobre carácter y tendencias emocionales de la personalidad. Saque cada uno su propia conclusión sobre este trabajo del color aplicado a la vida, vea las posibilidades que tiene en su caso, y reflexione, si le parece, sobre la evidencia de la energía que nos envuelve, de la energía que emitimos y la profunda interconexión existente entre todos y entre el todo continuo del Cosmos. Muchos entenderán ahora, por qué se producen atracciones y repulsiones entre personas sin que haya entre ellas un contacto verbal o físico en apariencia. Algunos entenderán por qué se sienten cómodos o incómodos en un ascensor con un desconocido, (donde las auras entran en contacto)lo que descubre así la importancia de los colores como expresión inevitable de nuestros pensamientos y emociones, y como seña de identidad personal para aquel que es capaz de ver el juego cromático de la Vida manifestándose. En la escuela se puede sacar mucho partido a este conocimiento como un buen aliado auxiliar para el análisis de la personalidad de los niños, como un hermoso, sencillo y barato sistema de comprender la personalidad y las emociones de los escolares, incluso para orientarles sobre los colores más adecuados en sus ropas y en sus dormitorios, a fín de facilitar su armonización. Resulta interesante observar cómo los colores favoritos de cada uno son los que se encuentran más abundantemente en su aura, tanto si se trata de vestir como de pintar. No es casual que un niño manifieste tendencias hacia un color u otro, ni que elija sentarse con uno u otro compañero, pues todo es vibración, tal como los colores lo evidencian externamente. Los niños se agrupan por vibración emocional, y eligen sus amigos en función de esa vibración. Si se hace un test del color del aura en cada uno se descubrirá físicamente ese parentesco vibratorio. Con estas experiencias se amplia la capacidad de observación y percepción de los pequeños, se afina su sentido de la vista y se prepara a la mente para comprender que la realidad no se limita a la apariencia, y que es estimulante el descubrir por sí mismo cosas que parecían inexistentes, lo que lleva a la motivación por la investigación. Y uno de los primeros prejuicios que se derrumba en el pensamiento de los niños es ver que ellos no son un cuerpo, sino una energía que trasciende al cuerpo. Por tanto, es más fácil a partir de ahí que se vean como almas de las que procede esa energía y sea más sencillo luego introducirles sin problemas en un asunto que les preocupa cuando les toca de cerca: la muerte de una persona o de un animal próximo a sus vidas. ¿Cuánto habremos de esperar para que estos conocimientos y otros de esta índole se estudien en las universidades como formación inicial de los maestros, los médicos, los psicólogos? ¿Hasta cuándo Newton y Descartes triunfarán sobre Einstein? PARTE I CAPITULO 13 EJERCICIOS DE PENSAR Y SENTIR Aprenda y enseñe a respirar con el vientre. Esto parece fácil, pero no estamos habituados a hacerlo de esta manera, sino que utilizamos la parte alta de los pulmones, lo cual produce una mayor tensión nerviosa y estrés. Proponga a su hijo, alumno, etc. que se siente o tumbe cómodamente, (la espalda debe estar recta) que afloje sus músculos, y se concentre en llenar y vaciar tranquilamente y si hacer fuerza un supuesto globo que tiene en su vientre, tomando el aire por la nariz y expulsándolo por el mismo lugar. Debe hacerlo lenta y conscientemente. Debe sentir cómo su vientre sube y baja, se hincha y deshincha alternativamente. No resulta al principio nada fácil, por más que lo sea, debido a la pésima costumbre de respirar que tenemos, pero cuando se consigue, se experimenta una calma, una tranquilidad que predispone a experiencias posteriores. Se trata de conseguir un estado receptivo de la mente como punto de partida. Este ejercicio preparatorio es válido para todas las edades. LOS VIAJES IMAGINARIOS. Estas experiencias agradan mucho a los niños .Personalmente las he llevado a cabo en edades comprendidas entre los seis y los diez años, lo que no impide realizarlos a otras edades siempre que se trate de jóvenes receptivos. Los muy nerviosos siempre tendrán más dificultad para concentrarse en el viaje, por lo que habrá que dedicarle más tiempo a los preliminares de relajación física, incluso con algunos ejercicios complementarios de tensión-relajación de pies, piernas, manos, brazos y músculos faciales, al menos. Una vez relajado-a el niño-a, ordene que cierre los ojos (algunos no lo consiguen, pero pueden concentrarse así). Entonces deje sonar una música sugerente (sonidos de la Naturaleza, música tipo Nueva Era, u otro tipo de música relajante) y propóngale realizar un viaje. La música está permanentemente presente, incluso puede ser un poco más alta en las pausas. Cuéntele una historia donde él sea el protagonista. Estas experiencias son aplicables desde 1 a varios niños, dependiendo de las características del grupo. Todo es cuestión de experimentar. Dependiendo de la propia imaginación del director del viaje, muchas son las posibilidades que se ofrecen para estos pasajes imaginarios. Veamos algún ejemplo. Viaje 1 (Edad: 5-6 años) "Nos sentamos en círculo, y llenamos de aire la barriguita respirando por la nariz y cerrando la boca, una, dos, tres, cuatro, cinco veces) . Ahora nos damos la mano, siempre sentados. Vamos a hacer un viaje en una nave espacial para repartir mucha alegría y amor por el mundo. (La nave puede estar dibujada, ser un póster, etc.) Mientras escuchamos la música cerramos los ojos y nos imaginamos subiendo a la nave espacial sin soltarnos de la mano. (Suena la música por vez primera)....Ahora ya estamos subidos y sentados. Nos preparamos para salir volando por encima de los tejados sin soltarnos las manos. (Siempre con los ojos cerrados los que puedan conseguirlo). La nave funciona con nuestra alegría, así que estamos muy contentos por dentro, y eso hace que salgamos volando. (Cada uno debe pensar en alguna persona que quiera mucho: papá, mamá, abuelos, amiguitos, o en algún animal que quiera mucho para "coger fuerza alegre")….Estamos volando por encima de la ciudad, vamos al lado de los pájaros. Nos imaginamos sus colores…Vamos por encima de un bosque lleno de árboles y ríos con muchos peces. Pero ahora volamos sobre una aldea de de casas rotas y vemos niños que están muy serios y no juegan y les mandamos con el pensamiento besos de alegría redondos, como burbujas doradas; ahora pasamos por un hospital y mandamos nuestros besos de alegría redondos como burbujas doradas a todos los enfermos. Y nuestros besos forman nubes que viajan por el cielo llevando amor y alegría a todos. Ahora toda la gente que conocemos está contenta...También nosotros estamos felices, y decidimos volver del viaje para contar lo que hemos visto. Así que decimos: Una dos, y tres...Abrimos los ojos tranquilos, relajados, y ahora podemos contar lo que queramos, dibujarlo"…. Viaje 2 (Edad: 6 a 10 años, con modificaciones apropiadas al grupo) "Imagina la casa más bonita que puedas. Imagina que es tu casa y que te encuentras en tu habitación favorita. El sol entra por grandes ventanales y juegas con tus amigos... (Pausa pequeña para imaginar a los amigos mientras sigue escuchándose la música). Como la habitación es muy grande, puedes jugar a todo lo quieras sin preocuparte por nada. Si quieres, puedes imaginar cómo jugais a tu juego favorito. Imagina eso mientras suena la música. (Pausa). De pronto, entra una mariposa y te quedas mirándola porque tiene dibujada en sus alas círculos con tus colores favoritos. Como te has quedado mirando mucho tiempo, tus amigos se han ido en silencio para esconderse y que los busques después. La mariposa parece adivinar que tiene tus colores favoritos en sus alas, pues se acerca mucho, casi te roza la frente, como si te besara, y sientes un ligero soplo de aire fresco cuando pasa. Recorre la habitación dando vueltas: una, dos, tres, vuelve a pasar cerca de tu frente, vuelves a sentir el fresco del aire de sus alas, y se marcha como invitándote a seguirla. Entonces te das cuenta de que sale por la ventana de tu y que quiere que la sigas para encontrar a tus amigos. Das un salto y te das cuenta de que puedes volar, saliendo por la gran ventana de luz detrás de la mariposa. (Pausa). Ella vuela delante de ti, sientes el aire fresco en tu rostro y en todo tu cuerpo, ¡qué sensación tan estupenda!.. La mariposa da dos vueltas por encima de los sitios donde tus amigos están escondidos en el campo que rodea tu casa: entre unas ramas, detrás de unas rocas, en el tronco hueco de un árbol grande...Estás muy feliz…s junto a tus amigos de vuelta a casa, entras por la ventana y te dejas caer suavemente, muy despacio en un sillón. ¡Has volado mucho! Todos estáis felices y relajados y decidís volver al mundo real para contarlo. Contáis hasta tres: uno, dos, tres. Abrís los ojos en silencio. (Dejad que la música suene un poco más). Poco a poco, suavemente, (SIEMPRE EN SILENCIO) vais moviendo los pies, piernas, brazos, os pasáis las manos por el rostro... y ya podéis empezar a contar , si queréis, qué habéis visto en vuestro viaje, cómo era la mariposa, qué habéis visto, qué habéis sentido, con quiénes habéis jugado y todo lo que queráis contar"... (Esta parte después de los viajes es muy interesante para el educador como método de observación de la personalidad, y de los elementos del subconsciente que afloran siempre, que pueden orientar en la tarea del conocimiento de las emociones del niño y cómo orientarlas para superar, en su caso, lo que no es adecuado para su desarrollo armónico. Este ejercicio, que admite muchas variantes, se presta al diálogo sincero, a la expresión corporal y plástica, etc. Para padres y educadores es sencillo inventar ejercicios parecidos a estos o situaciones para visualizar interiormente desde un estado de relajación, donde lo imaginativo y lo emocional juegan un papel importante para el desarrollo del niño o niña, que, debido a la especial receptividad que experimentan en este estado, permite introducir elementos de aprendizaje positivo de las emociones, las conductas, los valores y otros aspectos que nos interesen para ser experimentados como ayudas educativas de primer orden. Incluso pueden ser usados para corrección de conductas negativas... Son también ejercicios estupendos para favorecer la interiorización y el desarrollo de la concentración, bases fundamentales para posteriores etapas de crecimiento interior. JUEGOS CON LOS CENTROS DE ENERGÍA DE LAS MANOS.(Indicado para todas las edades). En el funcionamiento de nuestro cuerpo energético, la mano izquierda es la que recibe la energía del Cosmos y la derecha la que da. En la tradición milenaria, por esta razón, los sanadores espirituales utilizan siempre la mano derecha, aproximando la palma de esa mano sobre el último centro de conciencia del que desea sanar, o apoyándola directamente sobre la zona afectada que desea ser sanada. En este ejercicio pretendemos que los escolares abran mejor los centros energéticos de la palma de sus manos. Les explicamos que son como ventanas que pretendemos abrir para que ellos experimenten lo que sucede. En primer lugar les proponemos que coloquen frente a frente las dos palmas de sus manos y las vayan aproximando despacio con los ojos cerrados, hasta que se toquen. Les invitamos a que digan si han sentido algo entre las dos palmas. Les indicamos a continuación que coloquen la mano izquierda con la palma de la mano hacia arriba, y la mano derecha con la palma hacia abajo, los brazos completamente extendidos para facilitar el flujo energético y desde esta posición les proponemos que abran y cierren veinte veces (por ejemplo, menos si son más pequeños) ambas manos sin mover los brazos de la posición inicial (extendidos completamente, sin doblar por los codos.).Estos movimientos de abrir y cerrar las manos deben ser hechos sin pausa. Ahora se les propone que desde la misma posición (brazos extendidos) giren las muñecas para que las palmas de la mano se sitúen a la inversa: la izquierda mirará hacia abajo y la derecha hacia arriba. Entonces se vuelven a abrir y cerrar las manos igual número de veces que antes, por ejemplo, 20. Al terminar la tanda de movimientos se les indica que -siempre con los brazos sin doblar por los codos – encaren una palma con la otra y vaya aproximando ambas lentamente con los ojos cerrados, como hicieron la primera vez, hasta que casi se toquen mientras se concentran en las sensaciones que perciben ahora. Se trata de que tomen conciencia de cómo fluye la energía dinámica corporal y cuenten lo que sienten comparando estas sensaciones con las que tuvieron antes de abrir y cerrar las manos. Normalmente sienten sensaciones de calor, cosquilleo, atracción magnética, que les descubre cómo hacer fluir en esa zona su energía biomagnética. El descubrir esta energía es una buena base para la comprensión de la energía universal que traspasa todo cuanto existe y está presente en todos nosotros... Existen en el mercado algunos libros relacionados con estos temas, que animo a consultar a los responsables de educar, tanto a padres como a estudiantes o profesionales de la educación. PARTE I CAPITULO 14 INTELECTO Y EVOLUCIÓN Sencillos experimentos como los del capítulo anterior nos proporcionan una imagen visible de la energía personal. Sin duda este es un paso importante para que los niños comprendan que tras el mundo material, de la apariencia, se ocultan realidades sutiles que están ahí, que les conciernen y que son atractivas. Ahora pueden estar preparados para ser iniciados en la idea de la espiritualidad como parte de una energía universal en la que ellos están inmersos. Así se les puede aproximar a la idea de Dios. Desde el momento en que Dios, Energía, Amor, Conciencia Cósmica, Padre-Madre, o cualquier nombre que podamos darle los humanos, es una idea que puede aceptarse o rechazarse intelectualmente, hasta el momento en que Dios (o cualquiera de sus nombres) es un sentimiento profundo, algo que se vive encarnado en uno mismo, una presencia íntima, hay un camino por recorrer. A este camino le llamamos EVOLUCIÓN. El proceso evolutivo no es un proceso intelectual, pero ni es contrario a la razón ni el intelecto puede argumentar a favor o en contra, pues es un instrumento de alcance limitado a muchos niveles: educación, karma, sensibilidad, aptitudes, cultura, experiencias, saludo o enfermedad, etc. El error de la humanidad a lo largo de los últimos siglos, de valorar la mente intelectual por encima de lo espiritual (y que tuvo ya su nacimiento en Grecia y su apogeo en los últimos tres siglos), convirtió a la razón intelectual y discursiva en juez del universo entero, y la arrogancia de los ignorantes ilustrados, la llevó aún más lejos, hasta convertir a Dios en una caricatura, tanto por parte de los clérigos interesados en mantener su poder en este mundo, como de los laicos que creían haber libertado a su conciencia por haberse liberado precisamente de la caricatura de Dios que los textos del Antiguo Testamento y las iglesias oficiales nos trasmiten con valor de cambio. Divinizada la mente intelectual hasta el extremo de negar la existencia del espíritu, ésta acabó finalmente por convertirse en el tirano particular y caprichoso de cada uno a través de los demonios del Ego, del cual es portavoz incondicional en estos casos, hasta desembocar en la vida social como rectora en todos los aspectos de la misma: cultura, economía, política, etc. La pretensión del Ego es silenciar a Dios. Desde hace tiempo es una moda querer silenciar a Dios en los ámbitos culturales, profesionales y sociales en general. Hasta el Vaticano actualmente habla del "silencio de Dios", lo que en su caso no es de extrañar. El ateísmo parece ser un lugar común de convergencia en este mundo mental que hemos creado y que ahora nos ha tocado soportar. ¿Somos así más felices?¿Ha mejorado en algo la humanidad? ¿Hemos liberado nuestra mente de prejuicios? ¿Somos más libre y mejores? No espero respuestas optimistas... ¿Nos sirve la mente como alternativa a la espiritualidad o a la religiosidad? Bastantes filósofos y otros agentes del mundo social, científico y cultural pretendieron convencernos de que había que usar la mente para librarnos de lo que llamaban prejuicios religiosos. Se supone que la herramienta mental está libre de prejuicios, disponible para su uso y que es posible su control hasta el punto de que puede ser un instrumento de liberación. Pongamos la mente a prueba con un sencillo experimento. Póngase cómodo con la espalda recta ,para favorecer el flujo de energía, en un lugar tranquilo lo más aislado posible del mundo exterior con sus ruidos, etc. Ahora dígase lo que quiere hacer con su mente: pensar en un color, una escena, una frase, detenerse en una sensación...lo que sea que usted considere. Intente dejar su mente quieta en eso.. ¿Cuánto tiempo le va a obedecer? ¿Quién controla a quién? Percibimos, desde los primeros instantes en que tratamos de controlar la mente, que es ella la que nos controla.. Constatamos que en lugar de ser dueños de nuestras mentes, nos hemos hecho lacayos de su aspecto inferior, y no somos capaces casi nunca de tomar la dirección que supuestamente deseamos sin que nuestro intelecto nos distorsione la realidad. Espoleada por los deseos de nuestro ego inferior instintivo, la mente nos arrastra de una ilusión a otra, de unas imágenes a otras, hacia el pasado o hacia el porvenir imaginario, casi nunca presentes en nuestro propio presente y sin que lleguemos jamás a estar satisfechos. Esta insatisfacción atrae nuevos deseos, y sobre estos cimientos que se escalonan y suceden se construye la organización individual y la organización del mundo. En vertiginoso desarrollo, la dinámica INSATISFACCIÓN-DESEOACCIÓN-INSATISFACCIÓN, ha llevado a la mente intelectual a investigar todos los campos posibles de la realidad tal y como es percibida por los sentidos externos, habiéndose convertido en la autora última del mundo material construido por humanos, hallándose actualmente en un callejón sin salida, como un gigante exhausto y moribundo para el que ya no existe remedio, pues en este mundo aparentemente real no existe progreso sin esfuerzo, y muchas veces sin dolor. Y esto último es ya por sí mismo un síntoma kármico. Desgraciadamente los seres humanos nos hemos limitado tanto, que hasta hemos olvidado el trabajo de aprender a controlar nuestra mente... ¿Quién piensa en definitiva en nosotros cuando creemos pensar? (¿Cuál de esos siete egos que el poeta indio K. Gibran describe en discusión permanente entre sí?)...Cuando se estudian mismamente los textos budistas tibetanos sobre la mente y el control de la misma, percibimos la enorme distancia que aún nos separa del conocimiento de ese vehículo que hemos elegido precisamente en Occidente como herramienta máxima del conocimiento. Sólo un largo entrenamiento nos proporciona el control sobre la mente. Las nuevas investigaciones en el territorio de la Ciencia y la Psicología vienen a darnos, por el contrario, una imagen muy diferente de la Realidad que se ha ido escamoteando y que siempre estuvo ahí: la realidad de la Conciencia, del mundo espiritual. La misma Ciencia está viendo desmoronarse progresivamente la concepción materialista del Universo, basada en la búsqueda de la realidad material como algo mensurable, con valores permanentes, hacia la concepción de la realidad como Totalidad sin límite y sujeta a valores relativos de referencia. Este es el momento en que a través de la Física Cuántica, de las experiencias meditativas y del trabajo de investigación en estados alterados de conciencia, nos encontramos en la encrucijada de un cambio cualitativo sin precedentes en la historia humana: el que ha de llevarnos de la sociedad del conflicto a la sociedad de la armonía. De la Sociedad de la Confrontación egoísta a la Sociedad de la Cooperación solidaria. De la Sociedad del Odio a la Sociedad del Amor. Entonces lo intelectual ocupará el papel que le corresponde verdaderamente en la escala evolutiva de la humanidad: será un simple instrumento, una simple herramienta que cumple su propia función subordinada, no un dios insaciable al servicio del querer aparentar, poseer, ser reconocido, tener...Todos estos lastres que nos son tan familiares.. Liberar la mente y liberarnos de la mente egoica exige unas reglas y unos principios altruistas que hemos de observar, y la primera es que nosotros no somos nuestro cuerpo ni nuestros pensamientos; que nuestros pensamientos no definen nuestro verdadero ser, sino únicamente nuestro estado actual de conciencia. Y nuestros cuerpos reflejan tan solo el estado de nuestra alma. ¿Son capaces los niños de entender la dinámica insatisfacción-deseo- acción - insatisfacción-nuevo deseo?¿Son capaces de distinguir entre los pensamientos negativos y los sentimientos bondadosos que brotan del alma?¿Se interesan por experiencias de cooperación? A todas estas preguntas se responde con un SI rotundo. Los adultos responsables de educarles, ¿somos capaces de lo mismo que ellos? ¿Ponemos los medios? ¿Les damos, les proporcionamos la oportunidad de aprender a controlar su mente y embellecer sus emociones? ¿ Enseñamos a los niños a distinguir que no son su propio cuerpo, y que este es tan solo un vehículo de su alma? PARTE I CAPITULO 15 EL PAPEL DEL MAESTRO Hay que decir con toda claridad que el maestro es un guía , un guía intelectual y un responsable de la orientación en valores básicos y espirituales de acuerdo con los padres. Existen muchos niveles intelectuales y muchos niveles de manifestación del Espíritu, y, en consecuencia, muchos tipos de maestros. Jesucristo, para muchos, -entre los que me incluyo -, el primero de los maestros, es un guía espiritual de la Humanidad. A nosotros, los sencillos maestros y maestras de las escuelas, no se nos pide tanto, pero hemos de tener continuamente presente en nuestro trabajo diario que los niños y niñas, los adolescentes y las adolescentes son seres espirituales. Es responsabilidad nuestra el educar en armonía su cuerpo, su mente y sus emociones para que finalmente pueda manifestarse en nuestros estudiantes la capacidad creadora de su Espíritu. En esto consiste nuestra delicada participación en el destino de la vida de nuestros estudiantes... Como un director de orquesta, el maestro intenta sacar de cada niño lo mejor de sí, para que el conjunto resulte bello y armonioso. Cada clase debe ser una pequeña obra de arte, como postula Steiner , el creador de la pedagogía Waldorf, tan admirable para los defensores de una enseñanza con valores espirituales donde la libertad, la creatividad, la unidad, la armonía cuerpo-mente y el amor se den la mano en los aprendizajes. Los maestros que aún no son conscientes de su propio ser espiritual, los que reniegan de educar a los niños y niñas en su triple dimensión, porque no consideran que este sea su cometido, educarán parcialmente, harán sufrir a los pequeños estudiantes -y sufrirán ellos también- inútilmente. Además, los resultados del aprendizaje no serán buenos, ni duraderos, ni habrán aportado al niño o al joven ningún elemento vital que le induzca al progreso interior, al esfuerzo por superarse a sí mismo como alma, ni siquiera como mente libre. Una parte importante de la energía necesaria para el aprendizaje se perderá en los esfuerzos mal dirigidos bien hacia el polo de la mente intelectual, bien al cuerpo, bien hacia el control disciplinario. Como guías intelectuales debemos los maestros proporcionar a los niños conocimientos útiles para la vida práctica, métodos de trabajo intelectual y experiencias atractivas y fundamentales. Tenemos el deber de promover toda iniciativa que signifique investigación, porque esto favorece la observación, la auto-observación, el aprendizaje y la creatividad, y lleva al verdadero conocimiento. A través de la experiencia maestros y educadores comprendemos y sabemos acerca del mundo exterior; a través de la observación y de la auto-observación conocemos nuestro mundo interior y el de nuestros alumnos y alumnas o el de nuestros hijos. De ese modo podemos intervenir en corregir nuestros propios errores, en primer lugar, para así convertirnos en poderosos colaboradores de quienes debemos educar, aportando nuestra experiencia enriquecida en un clima de diálogo permanente. Aquí el maestro debe ser un modelo, pero esto siempre será transitorio, y nunca puede ser un objetivo. Esto es muy importante. Actuando con la certeza de que cada uno debe buscar la perfección en sus acciones, pensamientos y sentimientos, el maestro se convierte en un verdadero guía activo, no en un modelo pasivo a imitar, ni en un objeto de culto a la personalidad. Esto debe ser evitado cuidadosamente por los maestros y padres. La autoridad debe ser moral y no estar basada en ninguna forma de sumisión. El culto a la personalidad hacia aquellos tenidos como lideres, la aceptación ciega o sumisa hacia sus ideas sociales, amodorradas religiosas, etc. sólo produce fanáticos descerebrados, gentes y supersticiosos políticos, religiosos, intelectuales, y todas esas desviaciones que observamos en las sociedades de todos los tiempos. Se pueden evitar estos errores, impropios de una sociedad civilizada, con una correcta educación sobre el valor de cada alumno-a, con la ayuda oportuna para potenciar sus cualidades y favorecer el reconocimiento de sus defectos con el fin de ayudar a superarlos. Se trata de actuar como un servicio desinteresado. De esta manera, los maestros apostamos por colaborar con la Madre Naturaleza y sus leyes divinas para el advenimiento de seres libres y evolucionados. Esto debe estar por encima de las exigencias de los programas culturales del currículo sin por eso renunciar a enseñar lo que es preciso que sepan. Queremos que el niño y la niña, el adolescente y la adolescente se conozcan a sí mismos al máximo, que eliminen las imperfecciones que les impiden desarrollarse como alma, mente y cuerpo. Queremos que nuestros alumnos tengan una relación armoniosa consigo mismos, de lo que resultará NECESARIAMENTE una relación armoniosa con los demás y con la Naturaleza. Esto es educar desde el corazón, no desde el intelecto. E1 corazón arrastrará a la mente, será su motor. A1 revés no parece ocurrir lo mismo. La mente intelectual es egoísta, orgullosa, insolidaria, etc. Por haber educado a tantas generaciones de seres humanos desde la mente, esta es la protagonista -a expensas del corazón- del mundo en que vivimos: orgulloso, insolidario, egoísta: un mundo que abomina de lo espiritual. Grave es nuestra responsabilidad como maestros y maestras, o como padres, si es el caso, porque cuando contemplamos el injusto, violento y primitivo mundo en que vivimos, no podemos dejar de pensar que los principales protagonistas causantes de la mayor parte de las desgracias que sacuden al Planeta y a sus habitantes han pasado por escuelas como las nuestras. Algunos, una minoría siempre ,han salido de ellas- de las más ricas y aristocráticas, claro está- con títulos y diplomas que les autorizan a organizar y a ser mentores de la sociedad a diferentes niveles, a tomar el relevo de los viejos dirigentes en las diferentes esferas de influencia social...el relevo del Poder. Cada día podemos ver las consecuencias de un tipo de Poder ejercido sin la intervención de la conciencia espiritual; de un tipo de poder mundial que tiende hacia la destrucción del Planeta y el dominio de personas y recursos para favorecer a las mismas minorías que educaron y encumbraron a los dirigentes mundiales, que nunca tuvieron maestros: sólo profesores. Hermoso es nuestro trabajo como maestros porque tenemos en nuestras manos la posibilidad- compartida con los padres- de reducir el caos en nuestro mundo a través de conseguir reducirlo en el interior de nosotros mismos y transmitir esa energía transformadora a nuestros alumnos. PARTE I CAPITULO 16 SOBRE LA ARMONÍA EN EDUCACIÓN En la educación, como en la vida, la armonía debe ocupar un lugar preferente. Existe en esto un gran consenso público... Si realizáramos una encuesta por las calles, sería prácticamente imposible encontrar a alguien que no aceptara la idea de que las relaciones humanas deben ser armoniosas, a cualquiera que no admire la belleza plástica de una danza, una buena música, los campos, flores y bosques, etc. La expresión del rostro, el modo de movernos, la manera de comer, la forma en que hablamos y el vocabulario que utilizamos, el modo de vestir... Todo esto debe expresar armonía, y la gente conviene fácilmente en que así debe ser... Mas a pesar de esta gran convergencia de opiniones, es muy difícil encontrar a un ser humano que viva en armonía.¿Por qué? Están los que visten muy bien, en aparente armonía, y hablan o actúan muy mal; los que poseen belleza exterior, pero por dentro son auténticos malvados... ¿Qué es la armonía? Con una buena cultura académica se pueden escribir y pronunciar discursos estupendos sobre el contenido y la importancia de este concepto, se pueden poner múltiples ejemplos de obras de arte que la expresen, se pueden hacer miles de reflexiones sobre la amplitud del término que tantos campos abarca, y aún así podría suceder que ninguno de los ponentes viviera interiormente en ese estado, no conociera realmente la armonía. Porque la armonía no es un concepto intelectual que nace del discurso lógico; LA ARMONÍA ES UN ESTADO DE CONCIENCIA, que se manifiesta de múltiples modos: como equilibrio, belleza, proporción, sensibilidad, paz, concordancia, correspondencia, hermanamiento, amistad, amor... La armonía en el ser humano es el canto de un alma libre. ¿Libre de qué? De las ataduras de los egos, y sus conflictos de intereses, libre de interferencias intelectuales, libre del pasado y de sus cargas o karma.. La desarmonía, por su parte, es conflicto, caos, desorden. Cuando la observamos en el mundo exterior, revela el conflicto interior de sus autores; cuando la observamos en el mundo interior, deberíamos intervenir porque podemos vernos metidos en problemas de todo tipo. Intervenir es trabajar sobre nosotros mismos para eliminar los defectos que creamos en el pasado por ir contra las leyes divinas, que ese es el origen de la desarmonía .Las cargas del ama son la fuente de los conflictos. De no superarlos, se manifiestan al exterior tarde o temprano como enfermedades y como acciones erróneas. E1 mundo actual es una enorme maraña de conflictos sostenidos y renovados por nuestros conflictos personales. Nos quejamos de la insolidaridad, pero los que nos quejamos fácilmente somos egoístas; de las guerras, pero los que se relacionan con nosotros tienen que sufrir de vez en cuando nuestra ira y ser bombardeados alguna que otra vez por nuestros pensamientos de enfado, rencor o desprecio. A menudos somos víctimas del abuso de poder de los gobernantes, pero a quienes dependen de nosotros los humillamos con facilidad según sea nuestro talante. Nos quejamos de la avaricia de los ricos, pero nos aferramos como lapas a lo poco que poseemos. Y así. Nuestros pensamientos negativos, nuestros defectos, nuestros conflictos internos acaban por ser un nefasto patrimonio de la humanidad... Si la armonía pudiera comprarse en los estancos, o en forma de bonos del tesoro estatal... Pero esta dama es muy exigente. Exige esfuerzo continuado. Por eso tenemos una difícil solución en el terreno del orden mundial: queremos vivir en armonía, sí, pero necesitamos que nos la regalen. Nos sentamos a esperar tal vez durante toda la vida a que un acontecimiento inesperado, un golpe de la suerte, una persona de gran poder, un príncipe azul o una princesa encantadora nos regale los pases a ese maravilloso mundo de la armonía perfecta y el orden inalterable y justo, donde se prodiguen la bondad y la justicia. Y así pasamos la vida esperando- votando y haciendo votos para que alguien nos dé ese algo con lo que soñamos, y que, sin embargo, nosotros tenemos que conquistarlo en nuestro interior con nuestro esfuerzo perseverante. No podemos esperara la suerte. La suerte no existe, la casualidad aparente es causalidad real. El Universo entero está regido por leyes que se cumplen rigurosamente. El resultado de esas leyes es armonía, orden (la palabra misma "Cosmos" quiere decir Orden, por oposición a "Caos" o desorden). El resultado de esas leyes es proporción, justa jerarquía de lo inferior a lo superior en la escala de la evolución; perfecto orden, perfecta armonía. La misión de los educadores, padres, maestros es sagrada precisamente porque han asumido voluntariamente la importantísima misión de educar, de ayudar a los niños y niñas, a los estudiantes, a conseguir ese estado de armonía necesario para su aprendizaje y su evolución espiritual. Es así como el destino de unos y otros se entrecruza. Es necesario que los educadores, padres y maestros enseñen a los más jóvenes a despertar su conciencia alimentando su alma de todo aquello que le es propio: amor, belleza, creatividad, equilibrio, sensibilidad, sentimientos de paz y amistad, orden, limpieza. En esto la música, la danza y los juegos de ritmo, así como la poesía, las excursiones a la Naturaleza, las artes plásticas...Todos esos elementos colaboran grandemente al desarrollo de la armonía y de la creatividad. Los maestros deben tener presente así mismo lo importante que es para los pequeños estudiantes el desarrollo de su capacidad de imaginar, y deben favorecer al máximo tal capacidad, y cultivar en ellos mismos todos esos mismos valores para poder llevar adelante su tarea. No puede ser buen educador quien no está educado. La armonía no se puede predicar a los niños. Los educadores deben irradiar esa armonía. Deben dar al César lo que es del César y al alma de los niños lo que es de Dios. La educación es más importante que la instrucción, la cual debe ir unida a aquella, aunque en tantos sistemas educativos no se acepte esta jerarquía. E1 protagonista de la educación no es el intelecto, como sucede habitualmente. Hay que invertir los valores del ego; preocuparnos menos por los resultados académicos a preocuparnos más por el desarrollo de la razón, la cooperación y la conciencia, que son quienes verdaderamente pueden transformar nuestra vida y el mundo. Si cada uno de nosotros considera excelente el sistema educativo tradicional y repudia cualquier análisis o cualquier conducta que contradiga los valores de ese sistema intelectualista, egoísta, conservador, dogmático y competitivo, es muy difícil cualquier progreso en nuestro trabajo como educadores. Y no digamos nada en nuestros alumnos. Si cada uno de nosotros, los educadores, a pesar de no querernos implicar en el desarrollo de cualidades espirituales de los alumnos considera excelente su papel como profesor, siente que es perfecto en su trabajo, que actúa adecuadamente porque cumple estrictamente el programa ministerial es muy difícil cualquier progreso en nuestro trabajo como buenos educadores. Si cada uno de nosotros, sin haber realizado un trabajo de transformación interior se considera perfecto como persona, y piensa que sus conocimientos, sus actitudes emocionales y su comportamiento son ejemplares, nada tiene ya que aprender y no necesita mayormente a los demás, él solo se cierra las puertas para su propio progreso. Como persona y educador, será un fracaso y un obstáculo en la evolución de sus alumnos. Y aunque parezca difícil de creer, hay muchos profesores de estas características que conducen a sus alumnos hacia el fracaso escolar sin darse cuenta apenas. Ahora bien, esto tiene como precio un alto componente de ansiedad y estrés de esos profesores, a quienes sus alumnos rechazan en el fondo de su corazón por verlos torpes, rígidos, anticuados, distantes, lejanos a sus vidas y a sus intereses, e incapaces de despertar en ellos el amor al conocimiento que tanto alardean de poseer ese tipo de profesores. El llamado fracaso escolar es, así, el fracaso del Sistema, de la familia, así como de los métodos de trabajo intelectualistas. Es preciso, y nunca será suficientes veces repetidoarmonizar pensamiento, sentimiento y acción encaminados hacia la comprensión, la amistad, la unidad y la cooperación. PENSAMIENTO, SENTIMIENTO Y ACCIÓN Continuamente pensamos, continuamente sentimos, continuamente actuamos. Nuestras acciones son el resultado de nuestros pensamientos y sentimientos. Pensar sin sentimiento; desvincular la mente de la sensibilidad produce como resultado este mundo en que vivimos; un mundo edificado por la mente y para LA MENTE del EGO, un mundo caótico donde se halla progresivamente ausente la sensibilidad, la creatividad, la belleza, la armonía y el prójimo. Si nos decantamos por una sensibilidad extrema que prescinda de la mente libre, nos hallamos con espiritualistas, falsos místicos o artistas descerebrados; con desequilibrados cuyos actos solo pueden ser portadores de desequilibrio, semillas de inarmonía. Es necesaria equilibrar pensamientos y sentimientos. Del equilibrio surgirán acciones correctas, en lugar de las acciones mutiladas que conlleva el desequilibrio. Y es verdaderamente importante destacar esto porque los seres humanos estamos continuamente cosechando el resultado de nuestros actos anteriores y sembrando de continuo actos cuyos frutos hemos de recoger con absoluta certeza. Nuestra vida, nuestra salud, todo lo que exteriormente nos sucede y que con frecuencia atribuimos a la casualidad, a la buena o mala suerte, no es ni más ni menos que la proyección al exterior de nuestro equilibrio o desequilibrio interno y/o la recogida de la cosecha de anteriores acciones, ya sean de esta o de anteriores existencias, porque el vivir es un estado continuo: el estado natural del ser. El maestro ha de ser muy consciente de todo esto. Con actitud paciente y amorosa debe crear ese clima en que puedan florecer los pensamientos y sentimientos de los escolares. Para ello ha de ser un buen observador y sobre todo un buen autoobservador. Ha de saber medir la distancia mental, como buen observador, para no involucrarse en falsas identificaciones que solo traen problemas a sus alumnos y a él mismo, como muy bien saben los psicólogos infantiles y los especialistas en enfermedades profesionales de los maestros. Estos han de saber crear un clima de libertad atenta y amorosa en que pensamientos y sentimientos manifiesten su capacidad creadora para el enriquecimiento espiritual de cada uno y del conjunto. Ese será el fruto de una educación auténtica, que es una educación armónica. PARTE I CAPITULO 17 LA IGNORANCIA COMO PUNTO DE PARTIDA La mente ignora cosas que el corazón, sin embargo, sabe. La distancia entre mente y corazón es el origen de todos nuestros conflictos, la causa real de todas nuestras enfermedades. Existe un forcejeo permanente entre las diferentes opciones -muchas veces contradictorias entre sí – que la mente elabora, y las repuestas del corazón a cada una de esas opciones. Existe inversamente la voz del corazón y el silencio de mente. Si no conseguimos armonizar los dos lenguajes, si seguimos divididos en nuestras respuestas de tal modo que suceda que una parte de nosotros piense, otra parte de nosotros tenga sentimientos contrarios a ese pensamiento, y, por último, otra parte de nosotros actúe ignorando a las otras dos, vivimos en conflicto. Y lo que es peor: transmitimos conflicto a nuestro alrededor. Si no conseguimos unificar nuestra existencia, enfermamos. Y por desgracia, la mayoría de la humanidad está gravemente enferma, y sumida en graves conflictos empezando por cada uno de nosotros, y terminando por los que provocan en ámbitos mayores aquellos que dirigen las sociedades humanas. Cada día leemos en los periódicos o vemos en las pantallas de la televisión a los dirigentes de la política, la economía; etc. con declaraciones que sabemos insinceras, para al poco tiempo ver que lo hecho no se corresponde con lo dicho. Y si analizamos nuestros propios sueños, en los cuales somos tal como realmente somos sin las censuras de la mente y de la moral y comportamientos sociales aprendidos; si comparamos en las diarias observaciones sobre nosotros mismos podremos fácilmente concluir que no nos conocemos apenas, que nos resulta muy difícil saber quién es verdaderamente el que tiene el mando en nuestra vida. Nos llevamos enorme sorpresas cuando nos observamos como testigos imparciales de nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestra conducta. Es entonces cuando adquirimos verdadera conciencia de nuestra ignorancia más real, que es la ignorancia sobre nosotros mismos. ¿Cómo solucionar conflictos cuya raíz desconocemos? Nos limitamos a sufrir las consecuencias. La humanidad es una enorme caja de resonancia de las catástrofes individuales... Y en estas condiciones nos sumergimos en la aventura del saber intelectual. Intentamos aprender y creemos saber determinadas cosas. Creemos saber, sí, pero ¿qué sabemos realmente? Si no sabemos sobre nosotros mismos, ¿sobre quién o sobre qué podremos saber verdaderamente?... ¿Acaso, si somos honrados, no reconoceremos nuestra ignorancia sobre nuestros alumnos, si somos profesores, o sobre nuestros hijos, si somos padres? ¿Qué sabemos de ellos verdaderamente?. . . Si no somos superficiales conocemos la respuesta. Pero la escuela como institución, es superficial, y pretende que se educa a los estudiantes en un sentido muy amplio. En todos los sistemas educativos del mundo hay bellas declaraciones de principios, muy hermosas consideraciones acerca de las numerosas facetas en que debe educarse a las jóvenes generaciones. Los hermosos principios de la ONU y las declaraciones sobre DERECHOS HUMANOS y DERECHOS DEL NIÑO, no han impedido en ningún momento las guerras, la esclavitud ,la prostitución, el machismo ,el hambre y las enfermedades mortales de la infancia de los países pobres, los bombardeos sobre hospitales, las palizas de los padres o madres, y toda clase de malos tratos de palabra o de obra realizados por los fuertes sobre los más débiles. La mente humana, individual o colectiva, elabora bellos discursos que ni corresponden a verdaderos sentimientos ni mucho menos a las actuaciones de los declarantes. Los principios no garantizan su cumplimiento si no interviene la conciencia, por más policías que hubiera para defenderlos. En las escue1as se evidencia esa falta de unidad. E1 trabajo principal se centra en la mente de los alumnos, pero especialmente en aquella parte de la mente que tiene que ver con el aprendizaje teórico, con la memoria libresca, con el razonamiento abstracto a partir de hechos no experimentados en la mayoría de ocasiones. Si distinguimos entre opinión y conocimiento, observamos que el segundo es consecuencia de haber incorporado la experimentación a la primera. Mas en las escuelas son poco visitados los laboratorios, existe poco espacio para la experimentación en la Naturaleza, artística, etc., de donde debemos concluir que un alto porcentaje de los niños sólo tienen una opinión (que no ha sido elaborada por ellos, por carecer de experiencia), acerca de las cosas que estudian. Y como la opinión no es verdadero conocimiento (como hace mucho descubrió Platón), sino ignorancia, debemos concluir que los escolares, al cabo de un buen número de años en los colegios y causando enormes cantidades de problemas a sus profesores y muchos gastos sociales y familiares salen convertidos en unos ignorantes titulados. La mente de los niños sin objetos reales en que apoyarse en tantas ocasiones es tan maltratada a lo largo del período escolar, que cuando acaban el examen de la última asignatura del último curso, es muy difícil que vuelvan a sentir interés por volver a leer un libro en su vida. Los conocimientos acerca de las leyes de la mente se remontan a miles de años, pero esos conocimientos se van incorporando tan lentamente a Occidente que vivimos tranquilamente sin sospechar qué cosa es esa a la que llamamos MENTE y cómo funciona, lo cual no nos impide creer que la conocemos bien, y que este conocimiento nos autoriza a intervenir sobre la mente de los demás con total convencimiento de sernos útil. E1 caso es que cada uno de nosotros pretendemos, consciente o inconscientemente, manipular las mentes de los demás desde el aparente privilegio que nos confiere el ser padres o madres, el tener un ascendiente social o personal, un título o cualquier otra cosa que nos permita dirigirnos a otros desde una supuesta ventaja de posición. Si estamos dispuestos a reconocer nuestra ignorancia acerca de quiénes somos verdaderamente, y de lo que se refiere a la estructura, razón de ser y funcionamiento de nuestra mente, así como de la esencial RELACION ARMONICA ENTRE PENSAMIENTO, SENTIMIENTO, y ACCIÓN es posible que podamos empezar a recorrer el verdadero camino de nuestro progreso con buenas perspectivas de llegar a la meta. Cuando creemos saber, siempre dejamos de preguntar. Y caemos en la trampa de la mente del autosuficiente "sabelotodo", en la trampa del orgullo intelectual. Nosotros, los maestros, como la mayor parte de seres humanos, hace mucho que dejamos de preguntar ,tal vez desde la Universidad; creemos saber mucho al estar rodeados por pequeños que saben menos, pero nos asombra que nuestros alumnos hayan perdido el interés por aprender: nosotros les hemos enseñado con el ejemplo. Creemos saber, pues, y no sabemos. Vivimos en la ignorancia de lo fundamental. Y la ignorancia, aliada del conformismo, es la madre de todos los males que nos afectan. Aprendemos en la medida que somos capaces de reconocernos ignorantes de algo. PARTE I CAPITULO 18 COMPRENDER, EXPERIMENTAR, DESCUBRIR ¿Están interesados los niños en formas diferentes de comprender?. ¿Están interesados en experimentar?..¿Desean descubrir nuevas realidades? ...Cualquiera que tenga relación con el mundo infantil podría dar testimonio de cómo los niños ponen en marcha todas sus energías cuando se trata de comprender, experimentar y descubrir todo aquello que tenga una relación natural con su existencia o que sea capaz de despertar su curiosidad puntualmente. Comprender, descubrir, experimentar, forma parte de la naturaleza del niño, desde luego, pero no es algo exclusivo de la niñez, sino que es esencial a la naturaleza humana. Gracias a estos tres elementos es posible el verdadero progreso de la Humanidad, el progreso espiritual. Ahora bien, poderosos enemigos se oponen a estos magníficos impulso de progreso. Unos se encuentran en el interior de los individuos, y otros en el exterior. Los enemigos internos son los defectos psicológicos; pereza, ignorancia, orgullo, auto-importancia, y todo ese conjunto de lastres que llevamos incorporados a nuestra personalidad y que se opone a nuestro progreso espiritual. Son los que se definen como "enemigos secretos". Actúan en nosotros desde el subconsciente y son todas esas energías negativas que hemos ido creando y alimentando con nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras conductas y dejado a un lado sin enfrentarnos a ellas. Todos esos enemigos secretos tienen el poder que nosotros mismos les hemos dado, a lo largo de esta o de anteriores existencias. Son, pues, obstáculos creados por nosotros mismos y que se oponen a nuestra evolución. La suma de todos ellos se manifiesta en la vida social en forma de mecanismos de control y desviación del pensamiento, de adulteración cultural, miedo, represión abierta y tantos groseros o sutiles modos como son capaces las sociedades establecidas de imponer sobre sus miembros aquellos elementos que los desvían del impulso original de la niñez de comprender, descubrir y experimentar la verdad. "La verdad nos hará libres"...¿Cuántas veces habremos oído esta frase maravillosa?... La Verdad nos hará libres de la ignorancia, de la opinión, de la esclavitud de la mente... Pero sólo si la practicamos, pues no basta el conocerla teóricamente. Y esta clase de libertad no la puede conceder ninguno de los poderes de este mundo. Nadie. Es una conquista personal, imposible sin esfuerzo. Si alguien piensa que un cambio de régimen político o una revolución económica va a permitirnos la auténtica libertad, es que todavía ignora que los seres humanos somos esclavos cada uno de nuestra propia mente y de nuestras propias pasiones, y por más expertos en magia política que un misericordioso destino pudiera concedernos, jamás un libertador venido de fuera puede liberarnos de nosotros mismos. Cuando seamos puros tras el aprendizaje y práctica del camino al ser interno, seremos libres. Es este regreso al Paraíso perdido, el sentido del largo peregrinaje humano existencia tras existencia. Nos enseña el cristianismo originario, como se muestra en otros lugares de este trabajo, que el ser humano es un ser espiritual que bajo la forma humana transitoria se compone de dentro a fuera de: Espíritu, alma y cuerpo, siendo el Espíritu la chispa divina en nosotros; el alma, la envoltura del Espíritu, el cuerpo espiritual y el cuerpo físico, el soporte material ... En este contexto, los sentidos son las puertas del alma al mundo exterior para que pueda conocer a través de la mente, e interpretar lo que sucede .De modo que la mente es un instrumento de conocimiento, pero necesita un soporte físico. Tal soporte se lo proporciona el cerebro. La mente es inmaterial, como el alma a la que pertenece y como la chispa de Espíritu divino que ella envuelve. Al Espíritu que puede expresarse en el alma libre Lo experimentamos como Conciencia, ese observador interior que nos califica pensamientos, sentimientos, actos, favorables o contrarios a las leyes divinas. Y cada ser humano, según su grado de evolución, percibe en mayor o menor grado la voz de su conciencia, la voz de su Intimo... Sensaciones, pensamientos, sentimientos, palabras y actos son los cinco componentes del quehacer humano. Armonizados entre sí y encauzados hacia metas no egoístas, permitirán la eclosión del Espíritu en nosotros, y con ello el advenimiento del verdadero conocimiento, que es superior al conocimiento intelectual: LA SABIDURÍA La sabiduría brota desde la conciencia tras la experiencia victoriosa del conocimiento aplicado a la realidad, aunque más allá de la sabiduría existen otras metas como la paciencia el amor y la misericordia, antesala mística de la unión íntima con el Ser Cósmico, objeto de la existencia humana en la Tierra. El simple conocimiento intelectual no lleva a la verdad. Sólo a una ilusión de verdad: la erudición. Produce profesionales, expertos, intelectuales, ilustrados, eruditos y laureados, etc., pero no sabios. El intelecto sólo puede permitirnos ver fragmentos de la superficie de la realidad, pero es incapaz de captarla en totalidad y profundidad. El pensamiento intelectual conduce a estados de opinión, no a estados de conciencia ni a la certeza. Siempre nos ofrece aspectos del rostro externo de la realidad, y nunca una visión unitaria de la misma. La concibe dividida en compartimentos estancos a los que llama "Física,"Biología", y otros nombres. Apenas hoy se empieza a vislumbrar el conectar todas las ciencias entre sí. Pero aún así seguiríamos teniendo un mapa externo de la realidad. Los edificios escolares debieran tener forma de cráneo, dicho con toda ironía pues la mayoría de los educadores sólo ven cabezas sobre los pupitres de sus clases. Desea esta sociedad informar cabezas, porque se da en pensar que el verdadero conocimiento es intelectual. Olvidando la existencia real de la educación de los cuerpos y de las emociones, se consiguen a los sumo conocimientos escurridizos, se consiguen intelectuales o profesionales de esto o lo otro, pero nunca un ser humano equilibrado, nunca un ser realizado o preparado para seguir su propio camino de realización. El conocimiento intelectual conoce tan solo fragmentos del rostro externo de la Realidad. La percibe fragmentada en compartimentos individuales. Se actúa como si la Naturaleza estuviera dividida y fuéramos capaces de aislarla fragmento por fragmento. Absortos en los árboles perdemos de vista el bosque. El enorme retraso que todavía tiene la Ciencia actual es su ceguera para percibir la Totalidad, y esa misma ceguera es la que impide a la Ciencia el avanzar en sus conocimientos. La consecuencia de todo esto es que los individuos se ven empujados desde muy pequeños a iniciar su aprendizaje mental para ser insertados en la sociedad como productores y consumidores de toda clase de modas Y DE TODA CLASE DE OBJETOS.. Toda la parafernalia social no es más que una pantomima que encubre el verdadero rostro del mundo que vivimos: el rostro bostezante de la Sociedad de Compraventa General, que prepara a sus hijos para formar parte de su engranaje de telaraña. El intelectualismo enferma a la gente, la desequilibra.¿De qué nos sirve ser un brillante ingeniero, un esforzado peón o un refinado artista si cada uno de nosotros no es capaz de reunir en sí sus propias experiencias, las del alma de cada uno?... ¿De qué sirve a los maestros que un niño destaque en Matemáticas si se siente desgraciado a causa de sus problemas familiares? Y sobre todo: ¿de qué le sirve a un niño atiborrarse de conocimientos que no le interesan verdaderamente, reprimir sus emociones, o permanecer inmóvil en su pupitre horas y horas para adquirir su dosis de aprendizaje? Es posible que a fuerza de miedo, exámenes, regañinas y variados y sofisticados sistemas, sin olvidar los premios, pueda alcanzar a graduarse, pero ¿qué precio ha pagado? El precio de la ignorancia sobre sí mismo y el hábito de la sumisión. Los niños deben estar muy motivados para el aprendizaje, pues la motivación, el interés despertado, hace que la mente busque activamente el conocimiento, necesite descubrir lo oculto, explorar la realidad para extraer de ella lo que puede ofrecerle. Y todo esto de un modo lúdico, creativo, participativo. La atmósfera de una clase no puede ser más la de una prisión. La atmósfera de las aulas debe ser un lugar de encuentro de cada uno consigo mismo y con los otros. Un lugar de convergencia y armonía. Pero eso ha de construirse poco a poco, sistemáticamente. Para ello hemos de empezar a dejar de considerar a la mente como la reina del ser humano, vivenciando el hecho de que la conciencia está más allá de la mente, y que esta debe ser su servidora, si queremos evitar desequilibrios en nuestro cerebro, en nuestra salud y en nuestra vida toda...Hay que evitar todo desequilibrio entre lo emocional, lo mental y lo físico si queremos vivir con una personalidad bien estructurada. Esto deberíamos tenerlo siempre bien presente aquellos que educamos: padres, profesores y educadores de todo tipo... Son los padres los primeros que deberían entender estas cosas, los primeros que deben entender y vivir con una sana motivación para aportar alegría y respeto a los demás; son ellos los responsables de hacer en sus hogares todo lo necesario para que aparezca eso. En cada familia los hijos deben aprender a comprender, sentir y actuar correctamente. Pues este comprender, sentir y actuar es lo que la escuela desarrollará para situaciones concretas de aprendizaje. Si queremos verdaderamente cambiarnos a nosotros y cambiar el mundo no existe otro camino que este: COMPRENDER BIEN, SENTIR BIEN, ACTUAR BIEN. PARTE I CAPITULO 19 EL APRENDER Y SUS CONDICIONES Los niños van a la escuela a aprender. Y las escuelas deben estar preparadas para FACILITAR ese aprendizaje. Facilitar el aprendizaje nada tiene que ver con imponer aprendizajes de ningún género... Aprender es algo que los niños desean naturalmente; no necesita serles impuesto. Niños y niñas tienen necesidad íntima de aprender, porque su naturaleza espiritual les indica el sentido de esta vida, que se basa en evolucionar aprendiendo cada cual lo necesario. Sus mentes todavía no están alteradas por las expectativas utilitarias, como sucede con los adultos. Lo cual no debe interpretarse como que los niños carecen de sentido práctico. Justo la falta de aplicación práctica de los conocimientos que en las escuelas se dispensan actúa como un verdadero topo socavando el interés por el aprendizaje. Tal cosa sucede cuando los pequeños estudiantes no observan el vinculo que relaciona con la vida todo aquello que aprenden en las escuelas. Para ellos, aprender es una manifestación de la alegría de vivir, un movimiento de su propia vida, y el niño está constantemente aprendiendo, en la escuela y fuera de ella. La tarea inmensa de las escuelas y de los maestros consiste en facilitar a los escolares las condiciones óptimas para el aprendizaje. E1 niño y la niña deben sentirse cómodos, seguros", atendidos y entendidos. Y deben sentirse libres para poder actuar. La libertad es la condición básica del aprender. Las imposiciones sobre lo que hay que aprender no conducen al aprendizaje sino a la sumisión, la apatía, y finalmente, a la rebeldía. Ninguno de estos resultados, tan frecuentes en las escuelas de esta sociedad decadente, puede conducir a la autonomía ni a la felicidad. ¿Y no es la felicidad hija del desarrollo personal? ¿Y no es la libertad la condición primera y suprema de todo desarrollo?... Pero los programas escolares no son orientativos , sino impositivos. La escuela se organiza en función del Programa. Más ¿quién hizo el Programa?¿Para satisfacer a quién se hizo? ¿Cuál es su grado de necesidad objetiva más allá de lo que estiman las minorías que lo diseñan para servir a otras minorías que lo imponen? Permitámonos una breve comparación. Recordemos qué sucedió y sucede en las colonizaciones imperialistas. E1 colonizador blanco siempre impuso sus leyes violentamente para conseguir sus objetivos de rapiña y dominio. Los resultados están a la vista. ¿En qué lugares del mundo existe más violencia y menor capacidad de autogestión del colectivo de un país? Allá donde se ha dado una larga colonización económica y una larga imposición cultural con restricción casi absoluta de libertades. Vemos en esos países diarias explosiones de descontento, toda clase de atropellos a la dignidad humana, estancamiento económico, dictadores, genocidios. Todo eso produce resistencias muy fuertes en las poblaciones, tremendas divisiones vividas desde la violencia y el odio; fragmentación y más fragmentación."Separa, ata y domina" son las leyes de los que involucionaron y quieren seguir haciendo su voluntad personal contra la voluntad de Dios. "Separa, ata y domina" es, por cierto, un principio satánico. En las escuelas existe una insumisión creciente, una apatía creciente, una violencia creciente. Todo el mundo lo sabe. En primer lugar, los niños, naturalmente. Luego todos los demás: profesores, padres, autoridades educativas. Los psicólogos escolares pueden dar fe del elevado número de estudiantes que se resisten al Sistema, por activa o por pasiva; consciente o inconscientemente. Muros afuera del aula o del hogar familiar, los llamados" medios de (falsa) comunicación" se encargan de mostrarnos los estallidos de esa guerra sorda con que muchos estudiantes se identifican. A veces son estudiantes contra estudiantes, pero también son agredidos los profesores. Y no sólo por los alumnos, sino también por los padres. La raíz es la misma: la imposición no deseada, el desprecio hacia lo personal, lo autónomo, lo íntimo. Y la desconexión familia-escuela. A través de la prensa sabemos que los estallidos violentos son cada vez más frecuentes y precoces... Niños asesinan a niños y profesores. Policías con detectores de metales aguardan en las entradas de los colegios, mientras aumenta la demanda de vigilancia privada por parte del profesorado, cada vez más angustiado e indefenso... ¿Qué hacer ante este tremendo asunto? En Estados Unidos, donde la venta de armas es libre, como sabemos, la YWCA (asociación de jóvenes cristianas) señala en una encuesta realizada en 1996 que cinco millones de menores entre 12 y 18 años tienen libre acceso al arma de sus padres. Esto es escalofriante, sin duda como lo es el dato que acompaña: en treinta y nueve millones de hogares americanos hay armas de fuego... Existen en los propios EEUU, cuyos gobernantes representan lo más prehistórico de las fuerzas de involución planetaria, muchas denuncias al respecto hechas por cineastas , actores y actrices del mundo del cine, creyentes de diversas religiones, organizaciones políticas, gentes pacifistas y ecologistas, artistas, psicólogos, médicos y otras gentes honradas con voz pública. Sus denuncias y críticas no parecen afectar demasiado a la Asociación Nacional del Rifle y a los que la apoyan comprando y vendiendo armas, como no podía ser de otro modo en una sociedad tan militarizada, y amedrentada como la americana, devenida de democracia a estado policiaco. Hay una parte de nosotros, los seres humanos, muy sensible a la violencia, (JUSTO LA PARTE DE NOSOTROS AÚN NO ILUMINADA POR LA CONCIENCIA LIBRE) de ahí el éxito de tantas películas de ese género y el fracaso de tantas relaciones personales y colectivas. La ira puede generar una enfermedad, provocar una pelea familiar o una guerra. Todo depende. La violencia es una enfermedad personal del alma, convertida finalmente en enfermedad social pocas veces latente: tiende a manifestarse con frecuencia y con diferentes grados de gravedad como se observa en cualquier relación interpersonal falta de amor, que es la relación interpersonal más frecuente en nuestra especie. Así que las sociedades son violentas. Unas se arman si pueden y otras no, porque no pueden hacerlo impunemente sin contar los que se han armado mejor. Pero si la ley no permite armarse a los ciudadanos uno a uno, les asegura la existencia de grupos uniformados que en cualquier momento están dispuestos a defender por las armas la causa que, supuestamente, es la causa de todos: "LA GRAN CAUSA DEL MOMENTO".En los países ricos imperialistas, la "gran causa del momento" es siempre la misma: invadir, matar, atropellar, robar, controlar, a los países más débiles, pero siempre ricos, o de alto valor estratégico-militar, que existen en el Globo terrestre. Naturalmente, esto no se cuenta así a las gentes de esos países ni al mundo. Para eso existen los políticos, los medios de propaganda oficial y los medios de comunicación social: para camuflar, minimizar, silenciar y despistar todo lo que se pueda sobre las verdaderas intenciones y sobre las verdaderas actuaciones de aquellos a quienes sirven... La inmensa mayoría de todos ellos hablan en su momento de razones que justifican esos crímenes contra la humanidad. Inventadas, naturalmente. El soldado que mata lo hace encarnando una idea de otros, pero utilizando el impulso de su propio miedo y la violencia interna personal ,mientras la violencia social acumulada le respalda y legitima. Así los crímenes de guerra son siempre, en alguna medida, colectivos. No existen hoy en día sociedades pacíficas. No existen estados pacíficos. No existen gobernantes que se declaren pacifistas. Ni siquiera el propio Papa lo es, pues acepta la llamada "guerra justa" y él mismo tiene guardias armados en su territorio del Vaticano, algo inimaginable en Cristo, pero perfectamente imaginable para quien conoce la verdadera historia de la Iglesia. La violencia individual cristaliza en sociedades violentas. Todos los estados poseen y venden armas que fabrican de continuo. Jamás eso es criticado por la intelectualidad de estas sociedades o lo es tan débilmente que apenas si es consciente la opinión pública de que los gobiernos de los países están al servicio de poderosas empresas multinacionales, no sólo de armamento, o tienen que pelear contra ellas sin otra opción. Una plutocracia gigante crece como un cáncer planetario y maniobra día a día, momento a momento, construyendo esa inmensa red que llamamos globalización. Si los miembros de estas sociedades hubiéramos asistido desde la niñez a escuelas donde se nos hubiera respetado el aprender en libertad; si la escuela hubiera sido un lugar de paz, un ámbito de crecimiento personal, y si además tuviéramos la inmensa dicha de nacer en el seno de familias amantes y practicantes de la paz, tengamos por seguro que la distribución de armas en el mundo tendría serias dificultades y no existiría ese poder destructivo de las libertades y de la habitabilidad del Planeta. En las escuelas se habla mucho de paz, pero ella misma como institución está lejos de crear en los estudiantes este sentimiento. En los llamados medios de comunicación se habla mucho de paz, pero los mismos que hablan de paz se preparan para la guerra. La paz es el idioma del corazón, y es amiga inseparable de la libertad de aprender en las escuelas. PARTE I CAPITULO 20 EL PROCESO DEL CONOCIMIENTO Y SUS OBSTÁCULOS Todo aprendizaje debe llevar a un verdadero conocimiento de las cosas. Y estoy de acuerdo con los que afirman que el verdadero conocimiento debe conducir a la abstracción, y por tanto ser fácil de extrapolar a diversos aspectos de la realidad a la que debe pertenecer. E1 verdadero conocimiento consiste en la aprehensión total del objeto por tres vías: mental, emocional y experimental. No existe verdadero conocimiento si no se integran en un proceso único cada uno de estos tres pilares del conocer, que deben llevar felizmente a la abstracción. Sin estos pasos, seguiríamos teniendo del objeto una visión intelectual... Respetando esas tres vías, no sólo habremos llegado a la abstracción, sino que a la interiorización del conocimiento, que será lo que nos permite darle vida, dinamismo. Habitamos tres mundos: el físico, el racional y el emocional. Este último, unido directamente al proceso evolutivo del alma individual. Los modernos estudios sobre el cerebro han podido determinar hasta cierto punto las funciones de los dos hemisferios cerebrales. El lóbulo izquierdo se asimila a las funciones "lógicas"(del filósofo, del matemático etc.) y el derecho a las "intuitivas"(residencia del artista, del místico.) Si observamos atentamente, también nuestro propio Planeta se ha hallado hasta hoy mismo dividido en dos hemisferios: Oriente y Occidente culturales. La cultura oriental indostánica es la cultura del hemisferio cerebral derecho; la cultura occidental euroamericana es la cultura del hemisferio cerebral izquierdo. Oriente se puede simbolizar con un meditador y occidente por un operador sentado frente a su ordenador. Ambos son necesarios, pero ambos deben unirse, pues todo está en todo. También en el propio cerebro, no es demasiado rígida, dicen los últimos estudios, la división de esas funciones que hemos esquematizado más arriba . Así como el lóbulo cerebral derecho parece que percibe por totalidades, el izquierdo percibe por partes. Del mismo modo, Oriente nos ha podido transmitir unas visiones del mundo fundadas en el sentido de profunda unidad de todo lo existente, mientras occidente ha ido fragmentado y fragmentando conocimientos. Sin embargo, el cerebro funciona como un todo; los mensajes de una y otra parte no se oponen entre sí de un modo determinista, sino que son complementarios. Deben serlo, si queremos que exista un equilibrio personal, social y... mundial. Por desgracia, tal equilibrio no existe... E1 lado occidental del mundo ha sobrevalorado lo analítico, lo intelectual, las divisiones en categorías, las funciones lógicas, el cálculo. Tal hecho afecta negativamente a esta civilización, que ha ido adoptando progresivamente formas de pensamiento y actitudes sociales tan alejadas de lo espiritual, lo intuitivo, la expresión adecuada de las emociones, lo creativo, que es casi imposible descubrir a un solo individuo que esté sano en esta parte del mundo, donde reina la infelicidad y la enfermedad, enmascaradas por los laboratorios farmacéuticos y los programas llamados de "bienestar social".De ese desequilibrio se nutren los noticiarios del mundo. La familia y la escuela constituyen dos importantísimos pilares de transformación de la mente colectiva. Pero hay muchas clases de familia y muchas clases de escuelas, y en Occidente podemos comprobar que ni los padres y madres ni los maestros y maestras han sido capaces de encauzar a sus respectivos hijos y pupilos en el camino del verdadero conocimiento. La confusión existente en las propias familias genera que a los hijos se les eduque bajo el signo del conflicto. La generalizada ausencia de espiritualidad (que no hay que confundir con estar adscrito a una religión determinada), supone también una ausencia de pensamientos, sentimientos y propósitos elevados en la generalidad de los hogares. La caída en picado en el último cuarto de siglo de valores positivos en los que creer, ha originado un verdadero caos. Los padres han perdido la autoridad sobre los hijos, y los hijos el respeto a sus padres. La comunicación en el seno familiar ha, prácticamente, desaparecido, con la agravante de que debido a la crisis económica imparable todos se ven obligados a convivir durante muchos más años... Por unas y otras razones el resultado es que la familia actual ha abdicado prácticamente de la educación. Los vástagos, abandonados al libre albedrío de los deseos y de los sentidos, insatisfechos y ávidos de algún tipo de aliciente que no hallan en su entorno natural se convierten en consumidores de todo tipo de productos que esta sociedad de mercachifles ha preparado especialmente para cada ocasión de descontento. E1 mundo occidental se ha convertido en unos grandes almacenes donde las gentes andan como locas buscando algún sustituto que las aproxime a la felicidad. La nefasta influencia de la televisión colabora en afianzar este tríptico de confusión intelectual, desequilibrio emocional e incitación al consumo. Su mayor peligro reside en que intervine con mucha fuerza sobre el lado derecho del cerebro, creando y dirigiendo emociones; creando y dirigiendo fantasías; creando y dirigiendo deseos. A través del poder de la imagen y del sonido, se manifiesta el poder del Poder de este mundo, que tiene muchos rostros pero que es uno: el del lado oscuro de la existencia, el de las sombras, el poder del Ego... A través de la pantalla-púlpito de la TV, los predicadores del Poder en todos los ámbitos suministran al inocente espectador toda clase de materiales que acabarán por definir una gran parte de su pensamiento y su conducta a través del lóbulo izquierdo cerebral, creando así comportamientos individuales y colectivos adaptados precisamente a las necesidades del Poder, que (no lo olvidemos) es el autor así mismo de los programas escolares de todo el mundo. La escuela tiene que enfrentarse a esta situación de partida contando con muchas otras limitaciones. En primer lugar habría que mencionar las propias de los profesores. Como personas, la crisis de valores que afecta al conjunto social puede afectarles a ellos, como sucede de hecho bastante a menudo. Esto origina un conflicto entre aquellos valores que los profesores van adoptando (muchas veces con un claro contenido de autodefensa), aquellos que los escolares aportan de sus hogares, y las exigencias de la administración educativa desde intereses políticos, sociales, culturales y económicos concretos, que son los que van a determinar en última instancia la filosofía educativa de cada país concreto. La falta de recursos adecuados educativos es tremendamente llamativo , pues el centro de referencia de aprendizaje en las clases sigue siendo el profesor delante de su pizarra, lo cual contrasta, por medieval, con el desarrollo tecnológico moderno y del que presumen estos gobiernos que tan preocupados parecen por una falta de calidad de la enseñanza de la que pretenden culpabilizar especialmente a los profesores y alumnos. No es que la tecnología avanzada sea la panacea para una educación de calidad, pero es evidente que mejoraría mucho los rendimientos intelectuales en las áreas instrumentales, por un lado, y, por otro posibilitaría la mejor comunicación profesores-alumnos en el mismo centro y también Inter-centros a nivel nacional e internacional, lo que estimularía el aprendizaje, posibilitaría diferentes alternativas de trabajo conjunto, investigación, etc., y por otro lado dejaría claro el mayor interés de los gobiernos por un aprendizaje de calidad antes que por la compra del último modelo de avión o de tanque que después de todo sólo tienen como objetivo acabar con las vidas de otros, bajo la excusa que sea. Apostar por la educación es bien diferente a apostar por la guerra, que es la consecuencia fatal de una educación tan deficiente como incompleta. Dado que el proceso de aprendizaje ha de hacerse de tal modo que ningún paso de ese proceso sufra interferencias perturbadoras, es de suma importancia que los profesores se preocupen por la vida de sus alumnos en los niveles físicos, emocionales e intelectuales, sin descuidar ninguno de ellos. En primer lugar, la salud física de los escolares ha de ser perfecta. Esto exige por parte de los padres el que sus hijos tengan una alimentación equilibrada y lo más natural posible, lo que supone la exclusión de las llamadas "comidas-basura" tan extendidas en el mundo infantil por ser fuentes de toxinas, colesterol, y, además, de alteraciones del sistema nervioso y, por tanto, emocionales. A esto conviene añadir las necesarias horas de sueño que tan poco se respetan en los niños, el cumplimiento de las normas de higiene ocular (tan reñida con el número de horas ante el televisor), de higiene dental (tan insuficiente como todos los dentistas saben), y de higiene corporal general. Sorprendería saber los niveles de falta de higiene corporal de muchos de los estudiantes. Pero la salud no es física únicamente, sino el resultado de un buen equilibrio psicofísico. E1 escolar debe conservar una buena salud emocional, pues sin ella es imposible una buena salud física y también resulta muy difícil el proceso de aprendizaje y la relación social correcta. Sin estos presupuestos, lo que sí se dificulta sobremanera es la evolución espiritual de los escolares. Las manifestaciones de ira, impaciencia, vanidad, orgullo, timidez, egoísmo, avaricia, celos y envidia que tan a menudo vemos en el comportamiento escolar, pueden ser producidos por desequilibrios en la salud psico- física de los propios niños, pero son a menudo-y esto es lo preocupante- componentes del ambiente familiar (y ser actitudes aprendidas), o bien defectos que muestran también los propios profesores en su personalidad o en sus método de enseñanza o de relación con los alumnos. Es muy importante para los educadores el detectar con prontitud los defectos propios en primer lugar, así como los de sus educandos, y aprender a determinar la procedencia de tales defectos, porque no exige el mismo tratamiento corrector una emoción negativa nacida a causa del ambiente familiar que una emoción negativa propia, reflejo del carácter particular del alma del niño. En ambos casos es primordial la colaboración del padre y la madre entre sí y la práctica de una buena relación de estos con los profesores, que debe ser más estrecha y comprometida a medida que es mayor la dificultad que presentan los más jóvenes. Niños inteligentes, pero poseedores de emociones perturbadoras frecuentes o muy intensas sufren bloqueos energéticos que no solamente le impiden madurar intelectualmente y aprender, sino su progreso espiritual. Por el contrario, niños menos dotados intelectualmente al principio de su escolaridad, pero que cuentan con un buen equilibrio emocional propiciado por el ambiente familiar, y una buena autoestima, aumentan poco a poco su capacidad intelectual y su rendimiento académico. Esto es tan importante que no parece suficiente nunca todo el esfuerzo que se ponga en educar a los niños en valores y emociones espirituales positivas y en comportamientos de respeto, responsabilidad sobre sus asuntos personales, y pautas concretas de colaboración familiar no sexista que le permitan ir formando una personalidad equilibrada. La educación pone a prueba a estudiantes y profesores, así como a los padres que realmente se integran en el proceso formador de sus hijos. Tenemos que tomar conciencia de que los educadores también nos hallamos sometidos a la necesidad de madurar, evolucionar y cambiar las pautas que nos impidan ser mejores de lo que somos para ser más eficaces en nuestra responsabilidad como educadores. El educador no puede bajar la guardia ante los que educa, pues es contemplado como un modelo sobre el que edificar. Ante las actitudes negativas, el educador ha de andar con sumo cuidado, especialmente si esas actitudes se encuentran también en él; pero de esas pruebas se debe salir airoso, habiendo progresado todos en perfección. Las diversas situaciones que acontecen en la vida cotidiana del hogar o de las aulas han de servirnos de reveladores fotográficos para ver cómo somos realmente unos y otros, no como nos imaginamos ser. En nuestros comportamientos espontáneos salen a la luz elementos del inconsciente verdaderamente definitorios de nuestra personalidad. Igual sucede en los sueños. A veces, son los propios niños los que nos descubren aspectos negativos de nuestra personalidad (a través de sus comentarios, sus comportamientos, sus gestos, etc.) que nos sirven de "aviso para navegantes"... En las escuelas, alumnos y maestros, cualquiera que sea su sexo y su condición social de procedencia, se encuentran inmersos en la misma aventura: LA AVENTURA DEL CONOCIMIENTO Y DEL AUTODESCUBRIMIENTO Y CORRECCIÓN DE ERRORES a todos los niveles: físico, mental y emocional .Tal vez por eso se dice que los alumnos forman parte del destino de los maestros, del mismo modo que a la inversa sucede. Pero para que este encuentro dialéctico sea realmente positivo han de darse cinco condiciones básicas en la relación entre educador y educando, sin las cuales no puede darse verdadera educación ni auténtico aprendizaje. Estas condiciones son: libertad, motivación, observación, experimentación e interiorización. Cualquier merma de las citadas condiciones supone trabas al proceso educador. La voluntad de conocer, la buena observación y la adecuada concentración necesarias para el aprendizaje tienen su origen en unas buenas dosis de aquellas condiciones básicas. ¿Se respeta esto en las escuelas? PARTE I CAPITULO 21 EL APRENDER, LA RELACIÓN Y LA DISCIPLINA Enjambres de ideas revolotean cada día por las aulas. Desde los libros, desde la voz del maestro o maestra brotan una tras otra cuidadosamente programadas, cuidadosamente dosificadas. Por persuasión, por imposición, o de un modo mecánico y resignado, los pequeños escolares intentan abrir sus mentes para que el mayor número posible de ideas del enjambre queden atrapadas en las redes de su memoria, al menos el tiempo suficiente para que se compruebe cuántas de ellas están registradas en el banco de datos de la mente mediante un examen. Si el resultado es satisfactorio para los programadores de las pruebas, el niño o la niña pasarán el examen o el curso. Y eso es todo. Toda la estructura escolar, todos los esfuerzos de profesores y estudiantes, todos los desvelos, los gastos de las familias, las preocupaciones y sufrimientos de los niños por el resultado de sus esfuerzos y muchos otros factores en torno al aprendizaje tienen, pues, por objeto el que los niños atrapen en las redes de su memoria (¿por cuánto tiempo?) un cierto número de ideas programadas tal vez antes de que el niño o la niña nacieran. ¿Qué sentido real tiene todo esto?... ¿Puede haber así alguna clase de evolución personal?... ¿Estamos preparando a las nuevas generaciones para que cambien, y cambien este mundo con su progreso individual? Es difícil aquí el optimismo. Las ideas no deben ser aprendidas, deben ser vivenciadas, deben ser experimentadas, vividas. Se aprende lo que se vivencia a través del contacto directo, a través de la experimentación. Así establecemos la relación con el mundo exterior desde que nos reconocemos, y en ese mundo exterior está comprendido lo que llamamos Naturaleza y aquellos a quienes llamamos "los otros", "el prójimo". Observamos para experimentar, experimentamos para saber Y SENTIR. Observamos, pero he aquí que todo cuanto nos sucede en este proceso nos sirve de banco de pruebas para LA AUTOOBSERVACIÓN. Nos descubrimos en la relación: nuestros defectos, nuestras virtudes. En el gimnasio de la relación iniciamos el camino de la verdadera evolución. Tal camino nada tiene que ver con las notas de fin de curso. En él aprendemos a aceptar, a aceptarnos; a amar y a amarnos, a ser conscientes de nuestros actos, a descubrir lo que debemos cambiar en nosotros. Este es el auténtico sentido PROFUNDO Y MOTIVADOR del aprender y nos proporciona el verdadero conocimiento vivido instante a instante. Este es también el auténtico sentido de la vida: aprender a vivir con la conciencia libre y despierta. Libre y despierta... A este objetivo deben tender todos nuestros esfuerzos como seres humanos, y desde luego todos los trabajos en el campo de la educación. Conciencia libre y despierta... No existe posibilidad de progreso real (no de ese progreso de la tecnología que se nos ha hecho pasar por tal, sino de progreso del alma , que es el advenir de la conciencia que como seres espirituales tenemos pero que aún estamos muy lejos de poseer y de usar adecuadamente en nuestro primitivo mundo); no existe, decimos, posibilidad alguna de desarrollo humano mientras sea la mente de los estudiantes el objeto de esos programas impuestos por la autoridad impuesta, o elegida, (tanto da en este caso.) Estos elementos negadores de vida se establecen como una cuña entre profesores y estudiantes, entre estos y el trabajo escolar, produciendo apatía, rebeldía, sumisión, ideas superficiales e inútiles, esfuerzos estériles y conflictos innecesarios, pero en este caso absolutamente ineludibles. Estos elementos perturbadores (autoridad en posesión de la verdad absoluta, programa incuestionable), destruyen la relación porque impiden la manifestación de la corriente vital de la conciencia de alumnos y profesores. Rota la relación, surge el conflicto, y donde hay conflicto aparece ese elemento corrector impuesto (de nuevo) desde el exterior y que de tanto predicamento goza en cuarteles y en escuelas. Nos estamos refiriendo a la famosa DISCIPLINA. La disciplina es hija del MIEDO y de la IGNORANCIA, los enemigos principales de la evolución. Es comprensible en los medios militares, pero los niños no son soldados. Pretendemos educar, pero la disciplina impuesta impide la relación, y por tanto la educación, hija del fluir de la vida en las aulas. El fluir de la vida es total, permanente, en el aula y más allá, y ese fluir debe hacerse consciente por todos a través del trabajo diario. Así que la disciplina, que parece un recurso estupendo para educar se convierte en un obstáculo... En un clima de libertad, la disciplina se manifiesta como parte de la relación y como autodisciplina; y el conflicto, cuando surge, surge como elemento corrector y se resuelve en la propia dinámica de la relación. Obsérvense los juegos de los niños. En sus juegos los niños se apasionan, se manifiestan, autorregulan su relación, resuelven los conflictos de intereses, aprenden a conocerse, a vivir, en una palabra. Una auténtica disciplina debe partir de la base de asumir colectivamente ciertas normas de convivencia y trabajo consideradas por todos como imprescindibles para nuestro trabajo. Es mucho más sencillo, por ejemplo, verificar en una asamblea de clase los obstáculos que nos impiden un buen funcionamiento, escuchar opiniones, ahondar en las causas del problema y tomar acuerdos correctores, que emitir una norma desde "arriba" imitando aquello de "todo para el pueblo, pero sin el pueblo".Una norma así ya nace muerta. Sostenerla es perder tiempo y energía; lo que sucede cuando se intenta dar vida a un cadáver. La escuela debe apasionar, porque de la pasión surge la vida. La disciplina impuesta la estrangula, y enferma a la gente de violencia, de pasividad o de miedo. Entre la disciplina interior que surge espontánea en el juego infantil, que favorece la acción correcta entre los jugadores y facilita el éxito del juego, y la disciplina impuesta desde el exterior impulsada desde el dirigismo autoritario, media un gran abismo: el que existe entre la vida y su negación; entre autodisciplina y disciplina a secas. PARTE I CAPITULO 22 EL EQUILIBRIO EMOCIONAL DE LOS ESCOLARES La adquisición de conocimientos está estrechamente ligada a la salud emocional. La salud emocional de un niño está, a su vez estrechamente ligada a la estabilidad emocional de la familia con la que vive ,y a la de sus profesores. Un niño, una niña, equilibrados emocionalmente mostrarán fácilmente interés por aprender, tendrán con poco esfuerzo un comportamiento adecuado, y se encontrarán en óptimas condiciones para abordar cualquier tarea. De lo contrario, los resultados son negativos. Un niño equilibrado es un niño feliz, cargado de energía disponible de inmediato. Un niño con su equilibrio emocional alterado, no es feliz, su campo energético está alterado, sus problemas laten a flor de piel, pierde energía y recibe menos energía por sus propios bloqueos nerviosos, y sus actitudes no resultan adecuadas para el aprendizaje: carece de interés, capacidad de atención y concentración. Es más: un niño o una niña en estas condiciones vivirán situaciones PRECISAMENTE DERIVADAS DE SU DESEQUILIBRIO Y FALTA DE ENERGÍA que interferirán en su capacidad de ver objetivamente... Un niño infeliz es un niño que no aprende, ni en cantidad ni en calidad, aquello que pudiera esperarse de él por su coeficiente intelectual (el cual, por cierto, se ha comprobado que no es un valor estable, sino que AUMENTA CON LOS NIVELES DE AUTOESTIMA Y FELICIDAD DE LOS NIÑOS.) Las alteraciones emocionales negativas más importantes que sufren los pequeños tienen como origen el mundo adulto MÁS PRÓXIMO y las escenas de TV. Los adultos vuelcan en los niños lo que realmente es su propio veneno interior: su falta de amor real (confundido a veces con el apego y el amor propio de los padres), su fácil ira, su impaciencia, su apatía, su inseguridad, su falta de espiritualidad. Su deseo: evadirse de la realidad(no quieren ser molestados a menudo), su deseo de descansar (están muy cansados muy a menudo). Los niños y niñas de esta civilización industrial interiorizan todo eso fácilmente. Como resultado obtienen una imagen de sí mismos como la de un sujeto de escasa valía. Su autoestima es muy baja, porque la falta de amor que experimentan de sus mayores ( que no se interesan demasiado por su forma de pensar y de sentir, ni por sus deberes escolares o su vida social en el colegio ) acaban proyectándola sobre sí mismos. En consecuencia, se bloquean sus emociones positivas y desciende su autoestima. En cambio, las impresiones y sentimientos negativos vividos por los niños se manifiestan en ellos con un rostro inexpresivo, con un rostro fácilmente airado o con el rostro sumiso y manipulable del niño "demasiado bueno",que a todo se aviene y pretende creerse y hacernos creer que nada le preocupa, y a todo accede de buen grado. Esos rostros ocultan siempre un alma triste. E1 escolar "demasiado bueno",por ejemplo, está mostrando la conducta pasiva, distante y de aparente sumisión con la que busca protegerse de un mundo exterior vivido como hostil y dañino para su persona, y al que le falta energía para oponerse. E1 escolar "demasiado bueno", se muestra, por esta causa, poco receptivo, débil de atención y con escasa capacidad de concentración y perseverancia en los esfuerzos -siempre penosos para éldel aprendizaje. Estos niños están paralizados por el veneno del MIEDO. El miedo destruye la libre iniciativa (y por tanto la capacidad creativa), convierte a los estudiantes en imitadores, en cotorras que memorizan datos, en gentes de mente mecánica y en esclavos del qué dirán. La gente miedosa es gente desconfiada que sólo piensa en protegerse. E1 miedo es el principal instigador de toda clase de violencias, de toda clase de desconfianzas, de todas las guerras. Si efectuamos una lectura social del miedo, vemos que este tiende a aumentar a medida que descendemos hacia los estratos sociales más bajos o subimos hacia los estratos más altos. E1 miedo y la búsqueda de seguridad convierte a los habitantes de los barrios pobres y de los suburbios en seres atormentados y conflictivos cuyos hijos serán casi siempre de parecida índole, a causa de la influencia familiar y social. En el otro extremo de la escala social encontramos también el miedo y la búsqueda de seguridad. Los muy ricos temen perder la vida o las propiedades, y sus hijos también sufren las consecuencias. Como en las clases sociales más desafortunadas, también los padres suelen ser los grandes ausentes, y los niños no suelen aprender a vivir en armonía, ni reciben una educación emocional correcta. La llamada "prensa del corazón" está repleta de vidas desafortunadas de gentes muy afortunadas. En los dos tipos sociales de niños que analizamos, existe, sin embargo ese factor común que es la ausencia de una familia donde ellos se sientan atendidos y entendidos, donde se sientan verdaderamente amados. Al no ser así, el miedo que ambos sienten a enfrentarse a la realidad será la causa de que ellos -inconscientemente- quieran negarla, y de sus bloqueos y desajustes emocionales y de conducta. Cuando el hijo del rico herede las riquezas de sus padres tendrá el mismo miedo que el hijo del extremo social opuesto, la misma falta de sentido de la realidad, y una actitud defensiva general ante la vida, vivida como algo peligroso, algo de lo que hay que estar preparado para defenderse. Lo más probable es que se desarrollen en ambos dosis altas de fanatismo, egocentrismo, orgullo, codicia, y otros factores negativos que sólo producirán infelicidad a sí mismos y a la gente con la que se encuentren... Pero lo peor del miedo es que es un elemento disuasorio de primer orden utilizado tradicionalmente por los profesores , faltos de mejores recursos, en los centros de enseñanza oficiales de todo el mundo, llegando a utilizarse en todos los tramos del sistema educativo como elementos disuasorio del mal comportamiento: el miedo al castigo, el miedo a la pérdida de afecto de profesores o cuidadores, etc. El trabajo de los maestros con los niños catalogados como "difíciles y miedosos"síntomas que también se manifiestan más o menos esporádica o intensamente en otros más "normales"- es muy difícil, por no decir imposible, sin que exista una profunda colaboración, una serie de estrategias, y un seguimiento perseverante de los problemas entre familia y maestros. En casos graves habrá que recurrir al psicólogo, pero no deberíamos olvidar que son los padres los primeros necesitados en plantearse profundos cambios en su propia vida, y tal vez, los primeros necesitados de esa ayuda psicológica. De nada sirve verdaderamente el que los profesores adopten medidas disciplinarias y convoquen a las familias para presentar sus interminables listas de quejas sin que exista este planteamiento global de revisión de las circunstancias familiares que provocan estas actitudes en los hijos; este miedo raíz y esta parálisis emocional y mental. La terapia escolar no puede sustituir a una necesaria terapia familiar en los casos en que problemas graves de los pequeños tiene como origen precisamente aquel marco de convivencia. El trabajo más importante a hacer en la escuela es, precisamente, el que ésta sea un espacio de expresión de emociones positivas, un lugar donde se respire armonía, belleza y amor en forma de compañerismo, respeto, colaboración, disfrute por el conocimiento. La belleza debe tener en la escuela un lugar privilegiado, y los niños deben sentirse en ella felices y relajados, atendidos , entendidos y, sobre todo, amados. Y los maestros han de ser personas con un exquisito equilibrio emocional, capaces de crear en sus aulas el clima adecuado. E1 maestro o la maestra deben ser modelos de perfección para los niños, y saber empatizar con ellos. No es posible educar a nadie sin que se den estas condiciones. PARTE II INTRODUCCIÓN HACIA UNA EDUCACIÓN TRANSPERSONAL No hay más que mirar cualquier día los periódicos o los noticiarios de TV para saber que por doquier imperan la violencia, la intolerancia, la apatía, las enfermedades, el hambre, las injusticias. Conflictos por motivos raciales, económicos, sociales, personales, religiosos, por no importa qué asunto. Los que hablan siempre culpan al adversario. Naturalmente, todos se creen a sí mismos hombres y mujeres "de bien". . . Lo que no impide que el mundo esté peor que nunca. Los dirigentes de este mundo en cualquiera de sus aspectos, ya sea en el político, en el social, en el económico, religioso, o militar, suelen haber pasado muchas horas en las aulas. De hecho existen entre ellos muchos brillantes titulados universitarios poseedores de una amplia cultura académica, vasto conocimiento de los asuntos de este mundo y una buena capacidad de relación social y liderazgo. Sin embargo, estas estupendas cualidades las suelen poner al servicio de la involución, convirtiéndose en codiciosos dominadores de los demás, pese a su formación cultural tradicional. En las guerras étnicas del continente africano, los soldados se matan con el mismo odio que en las guerras nacionalistas de los Balcanes, por ejemplo. Los guerreros africanos pisaron poco las escuelas; los guerreros europeos estuvieron mucho tiempo en ellas. La cultura de estos no impidió tampoco la barbarie. Independientemente de la cultura aprendida, los hombres se odian y se matan, son egoístas, etc. Las armas y equipos de guerra de las naciones cultas se venden a las naciones subdesarrolladas, las endeudan, se producen masacres para vencer las resistencia de los bandos oponentes, destrucción de la Naturaleza, de medios de vida, y viviendas, pobreza y enfermedades, y luego les facilitan cínicamente ONG "de ayuda humanitaria" o ejércitos de pacificación internacionales, sin otro objeto que mantener el control directo o indirecto sobre las riquezas del país y de sus gentes a través de gobiernos- marionetas impuestos violentamente, manteniendo una cínica apariencia de ayuda humanitaria o defensa de la democracia, los derechos humanos y todo lo que dicen siempre mientras bombardean a las gentes, imponen gobernantes y niegan los derechos humanos a quien les molesta. Y. esto tiene suma importancia porque revela de paso que las enseñanzas recibidas en las diversas escuelas públicas o privadas no contribuyen a mejorar a la Humanidad. Los que dirigen el mundo han pasado por prestigiosos centros de enseñanzas universitarias, así como todos los que tienen las máximas responsabilidades públicas, pero el mundo funciona al revés. La escuela no ha sido capaz hasta ahora de ejercer una acción civilizadora. La barbarie que presenciamos en el mundo moderno es el más cruel desenlace del fracaso escolar. Atiborrar de datos a los alumnos y hacer trabajar su intelecto, mientras se les enseña una doble moral farisaica impregnada de moralina no les hace mejores seres humanos, sino sirvientes sin conciencia de las fuerzas de la oscuridad, y con frecuencia hallamos sentados en los sillones del Poder de este mundo a esos sirvientes con títulos universitarios que no dudan en mandar matar- o en guardar silencio cómplice cuando lo hacen otros- cuando conviene a los intereses de aquellos a los que sirven en verdad: los poderes de la sombra. Algo está fallando, una labor esencial que no realiza la escuela (tampoco los hogares), y que haría mucho más fácil la evolución para todos nosotros. Lo que está faltando es una filosofía integradora de la educación, IMPERSONAL.: UNA EDUCACIÓN ESPIRITUAL. una EDUCACIÓN TRANSPERSONAL, O Una educación transpersonal no consistiría en ningún caso en atiborrar a los niños de conocimientos sobre nuevas asignaturas con un enfoque diferente del aprendizaje. Tampoco tiene nada que ver con una educación doctrinaria al servicio de una ideología política o religiosa concreta. Estos son precisamente los dos enfoques con que los gobiernos han intentado siempre orientar la escuela cuando esta no funciona o cuando la sociedad está militarizada.(Y CADA VEZ LO ESTÁ MÁS AHORA ... ) Estos son precisamente los dos modelos de fracaso en la escuela, a veces combinados entre sí. Una educación transpersonal debería tener en cuenta las nuevas experiencias que para el conocimiento de la realidad aportan la física cuántica, las experiencias místicas y los mandamientos divinos, en especial el mandamiento universal del Amor desinteresado, tan común a todas las creencias espirituales y tan escasamente practicado por la mayoría. El mundo no es como el materialismo nos predicó durante tanto tiempo. Newton ha sido superado por Einstein, de acuerdo, pero la visión de la nueva realidad sobre el universo, el mundo material, el comportamiento humano, la psicología profunda, etc. no se ha plasmado aún en la sociedad. Nuestra manera habitual de pensar se basa en un alto porcentaje en ilusiones provocadas por carecer de una visión real de las cosas. La falta de una visión real de las cosas es simplemente falta de conciencia, conciencia dormida o mutilada. Merced a innumerables experimentos físicos la concepción del Universo que se nos propone actualmente está muy próxima a la concepción del Universo de los antiguos sabios hindúes, egipcios, tibetanos, mayas, cristianos primitivos, y -en resumen - con todo el conocimiento místico, con la milenaria y tantas veces perseguida sabiduría verdadera, que llegaría a convertirse en secreta a causa de estas persecuciones. En la nueva concepción del Universo que caracteriza este cambio hacia la Nueva Era, los conocimientos se integran, se complementan y se llevan a la práctica. Este es el camino de la sabiduría. En la realidad transpersonal, nada está aislado de nada. El universo adquiere las características de un inmenso holograma de infinitas proporciones en las que nosotros estamos implicados como parte inseparable de todo fenómeno. Los conceptos de espacio y tiempo ya no tienen la validez conocida, pues no atañen a la dimensión espiritual, sino al mundo material, que es ilusorio, cambiante y transitorio, justo lo contrario de lo que sucede en la dimensión espiritual de la conciencia. En esta nueva visión, cada elemento existente en el Universo contiene en sí la totalidad del mismo. E1 ser humano es un microcosmos en el que se cumplen invariablemente las leyes que afectan a todo el Universo, de tal modo que también le ha sido posible a la ciencia médica reconocer la unidad psicosomática que somos. Esto establece una base fundamental para el desarrollo de una auténtica medicina donde se tengan en cuenta las características somáticas y las psíquicas de los enfermos, y es de una extrema importancia en el mundo de la educación, donde precisamente el educar las emociones en su contexto psico-físico y espiritual es materia fundamental pendiente de la pedagogía. Hemos considerado estos elementos que configuran lo real porque son especialmente importantes a la hora de elaborar el trabajo educativo, pero por poco que reflexionemos vemos cuan lejos nos hallamos de esa realidad, tanto en la práctica cotidiana de educar como de los conocimientos que nos muestra la ciencia avanzada, así que se enseña y educa de un modo fragmentario, repartiendo la realidad en asignaturas con escasa o inadecuada relación entre sí en los mejores casos, lejos del campo emocional de los estudiantes. En la práctica de la educación moderna no existe una filosofía integradora, y por tanto los conocimientos que se aprenden son inconexos, difícilmente transferibles a diversos contextos y carentes de interés por su escasa aplicabilidad en la vida real. Los alumnos son considerados realmente como sujetos pacientes del conocimiento y no como agentes, lo que supone la primacía del elemento mental y su separación de lo emocional y lo experimental en la vivencia educativa. Fragmentación sobre fragmentación...Pero... La fragmentación ES DESORDEN, va contra el orden establecido de la NATURALEZA. Y el desorden solo puede producirse yendo contra el orden natural, violentando las leyes naturales. La escuela violenta continuamente estas leyes y por este motivo fracasa la educación auténtica y la sociedad toda. La escuela violenta la naturaleza de los niños y niñas olvidando que son CUERPO, ALMA Y ESPIRITU que deben armonizarse entre sí y con el resto de los seres humanos y la naturaleza exterior (la cual debe ser experimentada como parte de la aventura de vivir, con todos sus elementos). También se violenta a los estudiantes obligándoles a aprender cosas que carecen de interés objetivo para ellos, escolarizándolos antes de la edad, e iniciándoles en conocimientos para los cuales aún no están psicológicamente maduros. Las consecuencias de estos errores se pagan. La frustración y el desinterés de los chicos y chicas se acentúa con el paso del tiempo, y del pequeño que llegó de la calle ávido de conocer, dispuesto a encontrarse con la magia de la realidad, apenas queda un leve recuerdo cuando han pasado pocos años. Aquel pequeño interrogador sale del colegio convertido en un adolescente que no siente interés mas que por los ritos y los mitos de la selva urbana y los paradigmas del consumismo estudiados para todos sus tramos de edad. A no ser que la Vida en su infinita bondad los despierte con sacudidas que suelen ser terribles en ocasiones, pasan por este mundo dormidos, desinteresados de la realidad, traídos y llevados, jamás dueños de su propio destino. UNA EDUCACIÓN IMPERSONAL, O TRANSPERSONAL, DEBE PARTIR DE LOS CONOCIMIENTOS MILENARIOS DE LA HUMANIDAD QUE LA NUEVA FISICA RECONOCE, JUNTO A OTROS QUE NO TENDRA MAS REMEDIO QUE RECONOCER , SIMPLEMENTE PORQUE ESTAN AHI Y PUEDEN EXPERIMENTARSE. Ahora bien, los nuevos conocimientos exigen revisar todo el pesado lastre histórico de la educación en todos los aspectos que este concepto abarca. En todos sin excepción .Es bueno como punto de partida para alguien que se propone educar comenzar con la actitud humilde de superar los numerosos e inútiles conocimientos y tics de su formación = deformación universitaria. PARTE II CAPÍTULO 1 FUNDAMENTOS HOLÍSTICOS PARA UNA PEDAGOGÍA DEL AMOR FUNDAMENTOS PARA UNA EDUCACIÓN HOLÍSTICA Toda pedagogía necesita sustentarse en una filosofía de la existencia. No es igual una pedagogía, como la actual en occidente, donde el materialismo impregna la vida cultural, económica y familiar, y lo religioso o espiritual resulta una componenda social-política, que una pedagogía que intenta sustentarse en valores imperecederos sobradamente contrastados. La que se intenta perfilar a lo largo de estas páginas ,por tanto, es una filosofía espiritual y científica que fundamente cuanto se afirma en el presente trabajo. Por razones metodológicas no se ha comenzado por este capítulo. Y también hay que decirlo: porque con los conceptos que aquí se manejan conviene ser muy cuidadosos y prudentes para ir adentrándose poco a poco en ellos. El lector de estos temas puede proceder de la filosofía materialista , pertenecer a un credo religioso o estar decepcionado de lo espiritual y no querer saber nada que le recuerde lo "ya visto".Confío en que el desarrollo del presente trabajo aporte algo positivo a cualquiera de ellos por diferentes razones para cada uno. Visto en todo caso el desconcierto espiritual en que nos movemos, (muy interesadamente difundido o consentido) tal vez conviene recordar, a modo casi de enunciado, algunas verdades básicas. Unas son de carácter filosófico-místico aceptadas por la casi totalidad de las corrientes espirituales, otras de naturaleza científica y consecuencia de la observación de la naturaleza y del resultado de experimentos científicos. Estas verdades son auténticos cimientos que pueden dar solidez y sentido al trabajo de educar. Pues si algo es claro en este campo de la educación es que no se puede educar contra las leyes de la Naturaleza, ni contra las leyes del Espíritu Universal, que es como se educa en Occidente. Entonces se lamenta todo el mundo de la "pérdida de valores".Pues bien, se trata de recuperarlos, porque ya está suficientemente demostrado que oponerse a las leyes mencionadas conduce a oponerse a sí mismo, a la Naturaleza y al prójimo. Aunque algunos de los conceptos manejados anteriormente han sido extraídos de los principios que vienen a continuación, parece adecuado expresar en términos concretos en primer lugar los fundamentos espirituales de la Pedagogía del amor, y en segundo lugar, las leyes de la Naturaleza. Con ambas herramientas a la vista es más sencillo orientarse para construir una pedagogía progresista, UNA PEDAGOGÍA HOLÍSTICA. FUNDAMENTOS FÍSICO-ESPIRITUALES Esto que sigue ha sido elaborado tomando como fuente principal el moderno cristianismo Originario difundido por Vida Universal, ampliamente contrastado con otras filosofías espirituales y con los aportes de la física cuántica. Recomiendo al lector una detenida lectura y reflexión que podrá completar con la bibliografía final y las fuentes de información de Internet que cito al final del libro. Cualquier duda sobre estas enseñanzas puede consultarse libremente en las fuentes del cristianismo originario. EL SER Todo lo existente es el fruto de la mente amorosa del EXISTENTE-POR-SÍ, del que ES; de Aquel cuya esencia es ENERGÍA-AMOR-VIDA, el cual recibe diversos nombres a lo largo de la historia humana (Dios, Krishna, Manitú, Alá...). El Ser es, por tanto, energía universal y omnipresente. *Nada hay fuera del Ser. Todo lo existente tiene su origen en el Ser; se sostiene en el Ser, se nutre del Ser, y tiene como destino el Ser. *Todo lo existente es energía activa: nada hay en reposo, todo fluye y se transforma por la fuerza del Ser. Este es el Ser impersonal o Dios impersonal que reconocen todas las religiones y que Cristo enseñó siendo Jesús de Nazaret. Cuando el Ser se da forma a sí mismo se manifiesta como Creador. Entonces le llamamos Dios Padre o Dios Padre-Madre. Es entonces Energía amorosa, autoconsciente y creadora de universos ,soles y planetas espirituales. Esta Energía en expansión creadora constituye la esencia y el alimentos de todos los seres, de todos los fenómenos y de todos los mundos. MATERIA Al tener diferentes grados de vibración, existen diferentes grados de manifestación de la materia-energía,( y por tanto, de evolución de la conciencia que es energía manifestada), y la existencia de los mundos visibles e invisibles, pues cuanto más alta es la vibración energética, más sutil la manifestación, y cuanto más baja, más densa, originando la materia, el mundo físico. La materia no es eterna, sino mutante debido a las leyes físicas y a las leyes espirituales que rigen tanto el cosmos material como el semimaterial ( o astral) y el espiritual, con sus diferentes grados de evolución o aproximación a Dios: tanto más sutil cuanto más próximo. Todo lo material se halla inmerso en un proceso evolutivo desde lo más grosero hacia lo más sutil, hasta acabar convertida en energía pura, que es su origen y destino. Por eso todo lo material acabará por ser energía pura. Las formas materiales desaparecerán, y con ello todos los soles y planetas materiales y semimateriales. * El amor es la energía impulsora y creadora. En el mundo subatómico, el amor se manifiesta como atracción entre iones basada en leyes electromagnéticas que acaban por formar átomos; en el mundo químico como atracción entre elementos simples de distinto signo que formarán elementos compuestos; en el animal y en los humanos como atracción sexual, y en el ser humano evolucionado, como atracción espiritual. *La invisibilidad aparente de ciertos fenómenos o manifestaciones de la materia a causa de sus niveles más altos de vibración no debe confundirse con no-existencia. (En ese caso, no podríamos afirmar la existencia de más allá del 5 % del Universo conocido, pues el resto ( ¡95 % !) constituye la materia "oscura" del Cosmos). Los mundos aparentemente invisibles se hacen perceptibles a aquellos cuya vibración energética- a través de un proceso de reconocimiento y purificación interna y la liberación de los defectos del ego inferior- alcanza la frecuencia vibratoria de esos mundos invisibles, que en ese instante son perceptibles. El materialismo también se equivocó en esto, pues nuestros sentidos poco "iluminados" son harto limitados. Cualquier animal dispone de mejor información y percepción del mundo sensible, y podría elaborar mejor filosofía de la realidad, si su evolución lo permitiese. *Desde el nivel más elemental de la división de la materia-energía (partículas sub-atómicas) se percibe un universo en continua expansión, que va configurándose en totalidades de creciente complejidad armonizadas en todo momento y sujetas a leyes muy precisas que sólo conocemos en parte. Estas leyes están impresas en el "corazón" mismo de la materia determinando el comportamiento "colaborador" de las partículas más elementales. En los seres más evolucionados aparecen como parte de su conciencia, según grado de evolución. EVOLUCIÓN, AMOR, REDENCIÓN *Todo lo existente, según el proceso de evolución de la naturaleza, crece en dirección a la Conciencia; todo confluye finalmente en la Conciencia, de la que formamos parte cada ser como manifestación individualizada del Ser, del que nada es ajeno, del que nada puede ser separado, ya que todo es Ser, Ser donante y omnipresente, al que todo está vinculado absolutamente. *El ser humano es energía consciente de sí misma y "sintiente". Por tanto, como energía, somos eternos y sentimos eternamente sin perder la conciencia de sí. Esto facilita la comprensión del concepto de la preexistencia del alma-energía vital antes de nacer y el concepto de la reencarnación, presente en las tradiciones místicas desde la antigüedad y retomado por Cristo ( aunque ocultado por las iglesias).Este conocimiento explica en parte el mito griego del eterno retorno, y nos remite en general a las civilizaciones de la antigüedad. Reencarnar es volver a nacer en un nuevo cuerpo físico para seguir evolucionando hasta alcanzar la unidad perfecta y consciente con Dios, que nuestros defectos no nos permiten mientras tanto. Tal cosa es posible mediante la fuerza redentora de Cristo a partir del Gólgota .Con Sus palabras "Todo está consumado", una chispa energética de Sí mismo penetró en el alma de cada ser humano en la Tierra y en los mundos de la Caída en el Más Allá. Esto es lo que hace posible el avanzar espiritualmente si nos abrimos a Dios siguiendo Sus Leyes * La cualidad básica de la Energía es el amor. Somos, porque el Ser (o Dios) ES, y somos Sus hijos energéticos. Por tanto, amor, vinculados por el Amor del Ser. Somos entonces energía-amor en diferente nivel de evolución de conciencia, la cual viene determinada por nuestro nivel de cumplimiento de las leyes, y no por casualidades, milagros o favoritismos o castigos divinos. Todos somos iguales ante Dios. Nosotros, en uso de nuestro libre albedrío, decidimos lo cerca o lejos que queremos estar de Él. *Todo lo existente es hijo del Ser, hijo del Amor. De ahí la fraternidad de todas las criaturas sin excepción, en todos los reinos de la Naturaleza, en todos los universos visibles e invisibles, materiales o inmateriales. Esta es la base espiritual de la pedagogía del amor. Y, si se piensa en profundidad, también la base espiritual de la justicia social y el fundamento de toda democracia real. *Cada ser humano es un ser en evolución, cuyo destino es tomar conciencia del Ser que es esencialmente (de su Chispa Divina) y unirse a El a través del cumplimiento de las leyes sagradas básicas universales contenidas en Los Diez Mandamientos y en el Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret. Este es un Camino Interno para la realización espiritual que podría ser simplificado con la Regla de Oro que Cristo nos enseñó: Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti. Lo que quieras que te hagan, hazlo tú primero a otros. Y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Esto expresa la Ley de siembra y cosecha ( se recibe lo que se emite). Reconocer nuestros errores, dejar de cometer algo igual o semejante a lo reconocido, perdonar y pedir perdón a nuestros semejantes y a Cristo, rezar y trabajar constituyen piezas imprescindibles para la realización espiritual. La realización espiritual en el Ser es la meta final de cada criatura. La mística es entonces ese camino de la liberación de la rueda de las reencarnaciones(nacimiento- muerte-renacimiento),doctrina esta que fue prohibida por el catolicismo después de haber sido practicada por el cristianismo originario siguiendo las pautas de Jesús de Nazaret y sus discípulos. *Realizarse o liberarse es alcanzar la plenitud del pensamiento, el sentimiento y la acción a través del cumplimiento de las leyes divinas, expresadas en los Diez Mandamientos y en el Sermón de la Montaña de Cristo, cuyos contenidos son indiscutidos universalmente sea cual sea la religión de las gentes. El alma libre ya no necesita reencarnar y vive en los mundos puros donde habitaba antes de la Caída. Volver a casa es todo el trabajo de una encarnación y es por ello que venimos al Planeta Tierra, que es un Planeta-Escuela del Cosmos con objeto de aprender las leyes del regreso. Y es por ello que Cristo encarnó como el Maestro Jesús de Nazaret. Él no vino aquí a morir como dicen las iglesias: vino e enseñarnos el camino de vuelta. Y todavía lo sigue haciendo, pues Su energía es omnipresente y se halla en cada uno de nosotros como fuerza impulsora. Esta es la fuerza Redentora. LA MUERTE EL Y MÁS ALLÁ Como seres de energía , somos inmortales. El estar en un cuerpo físico de la misma materia que la Tierra ( de ahí por lo que es apropiado llamarle Madre Tierra a nuestro Planeta) no es otra cosa que el necesario equipaje que tuvimos que adoptar para vivir en un plano físico. Pero la materia es inestable y pasajera. Por tanto, llegado un momento determinado, el traje no nos sirve y tenemos que dejarlo. A esto le llamamos muerte. De ella se han hecho y hacen infinitos dramas y formas de negocio de millones de personas que explotan el miedo a dejar el cuerpo, pues no se ha explicado claramente por las castas sacerdotales –por eso del negocio precisamente y por tener atrapados a los ignorantes en su miedo-qué sucede en realidad. Al morir, el alma -que es la chispa de energía vital - se separa poco a poco del cuerpo en un proceso que puede durar alrededor de 72 horas, dependiendo del apego del alma a este mundo. Inmediatamente ingresa en un mundo más sutil envuelta, sin perder la forma humana, en su traje astral de colores. Estos dependen de su forma de pensar, sentir, y actuar hasta el momento. Cada alma es visible a otras almas y es identificable por sus colore, que son como su tarjeta de presentación.. En este plano recibe ayuda de su espíritu protector o de otros seres espirituales que le instruyen sobre su nueva condición y le proporcionan indicaciones útiles en su nuevo estado. Algunos no hacen caso y prefieren quedarse cerca de este mundo en el que se mueven como fantasmas buscando a gentes semejantes, a sus familiares, amigos, deudos, vicios arraigados, intentando vivir como siempre lo hicieron. Pero eso ya no les es posible. Deben sentirse por ello muy desgraciados. Antes o después acaban por sentirse atraídos hacia aquellos planetas semimateriales que corresponden a su propio nivel de energía, y a los que inconscientemente emitían y recibían mientras eran seres humanos a través de su sentir, percibir, pensar, hablar y actuar. Allí encuentran su casa provisional. Estos lugares se llaman "Planos de purificación". Lo que no está purificado en vida debe ser expiado en esos planetas de sustancia sutil. El alma experimenta en sí todo el dolor que produjo a otros y toma conciencia de su verdadero estado evolutivo. Como expiar no es lo mismo que purificar, sino más doloroso y lento, se puede tener hasta ahora la opción de volver a encarnar para reconocer, perdonar, pedir perdón y cumplir con las leyes divinas .Así el alma puede ingresar en mundos más elevados. Es cierto que existe el peligro de volver a cometer los mismos o peores errores, pero Dios nos dio la libertad y la voluntad para determinar lo que hacer con nuestras vidas. Encarnar es siempre un regalo, una oportunidad para crecer corrigiendo aquello que nos separa Dios y de nuestro verdadero ser, que es divino: una oportunidad para derrotar al ego inferior que es el que nos mantiene amarrados a este mundo construido cuidadosamente con sus conocidos materiales :envidia, codicia, violencia, injusticia, opresión, explotación, odio, rencor oculto, pensamientos y emociones negativas, desamor, y en general todo eso que se opone a los Mandamientos y al Sermón de la Montaña de Jesús el Cristo. PARTE II CAPÍTULO 2 SER Y ACTUAR Aquello que llamamos SER, se manifiesta en ACTO No es posible concebir al Ser si no es a través del actuar,- aunque sea una acción sin aparente movimiento, como se experimenta en meditación, pues Ser y actuar es uno e indivisible. El Universo todo es movimiento constante, desde la más elemental de las partículas por debajo del átomo hasta cualquier cuerpo biológico o estelar. ¿Dónde tiene cabida el no ser, el vacío o la nada de que presume el pensamiento materialista prevalente en nuestra cultura?... Si el acto define al ser, el no-acto podría definir al No-ser. Pero no existe el no-acto en ningún punto del Universo, pues todo él es energía en movimiento: acto permanente. Por otra parte, si el no ser significara vacío, podríamos admitir la nada, mas... tampoco existe vacío. La física subatómica ha desterrado la idea del vacío, que sería una forma de la nada, y en su lugar habla del éter, formado por partículas de energía universal. La llamada materia oscura podría haberse interpretado como vacío, pero igualmente es éter simplemente no accesible a los sentidos. Sucede lo mismo con la energía astral, que puede percibirse y hasta puede influir en almas de vibración afín pero no es visible al ojo humano salvo raras excepciones (los llamados fantasmas). Igualmente afirma la ciencia que las partículas subatómicas se comportan de un modo inteligente, como obedeciendo un programa interno. En este mismo sentido se define el pensamiento místico cristiano originario cuando afirma que cada átomo posee una parte de consciencia espiritual.. En sentido semejante se expresa el misticismo oriental. Poco a poco la ciencia se aproxima a la concepción espiritual del mundo y de la vida, aunque es un proceso muy lento, pues muchos científicos han caído en la trampa del materialismo escéptico y se ven a sí mismos orgullosamente como los únicos intérpretes de la verdad, como unos nuevos oráculos del Universo. No cabe ,en definitiva , una definición de la Nada, puesto que no puede definirse aquello que no es. Sólo el Ser Es y lo ocupa todo sin vacío alguno, sin cabida posible a conceptos como el de "Nada", pues el Ser es Totalidad, el Todo. Y El Todo es Absoluto sin resquicio alguno. Si afirmamos el Ser y negamos la Nada , estamos afirmando la vida eterna, pues el Ser siempre Es. Pertenecemos al Ser y no a la inexistente Nada, así que no es posible morir -como afirman los materialistas- y pasar a la nada. La teoría de la relatividad ha dejado muy claro la eternidad de la energía, y la energía-vida ¿qué es sino energía cósmica individualizada en cada ser? Los niños deben saber tres s cosas al respecto: que son eternos, que no son su cuerpo. Es muy útil explicarles que son como un astronauta envuelto en un cuerpo de la misma sustancia que la tierra, y que cuando termina su trabajo tienen que volver a casa. Con ello será más fácil que comprendan y acepten la idea de la muerte como algo dentro del proceso de la vida; que el "astronauta" es su alma, su verdadero ser. A partir de ahí será más sencillo explicar la idea de inmortalidad y la idea de la reencarnación. El alma es eterna, pero viene a la Tierra con diferentes programas de trabajo, para lo que precisa un traje que le proporciona el Planeta. Ahora es fácil iniciarle sobre la deuda de gratitud que tenemos todos con la Madre Tierra, e inculcarles el amor y el respeto que le debemos. Este tipo de enseñanza está muy lejos de ser explicada por padres y profesores, porque ellos mismos no han comprendido aún su contenido, atrapados como están por la ignorancia sobre ciencia y espiritualidad, el materialismo o por alguna iglesia convencional. Los hijos son adoctrinados mientras tanto por el clero, la escuela y la televisión. Cada uno transmite los valores propios para mantener el sistema al que cada uno pertenece, pero en ningún caso van a mostrar la verdad que les destruiría. Lo Absoluto, el Ser, al que llamamos de distintas maneras entre ellas con el nombre de Dios se manifiesta de dos modos siendo UNO. Uno es el Dios Impersonal, la Energía Universal, a la que venimos llamando hasta ahora el SER. Pero existe el Dios personal, cuando se da forma a sí mismo como Padre Creador. Y como Padre nos creó a Sus hijos. Pero la fuente es una , y tiene Sus propias leyes contra las que si actuamos nos enfrentamos no solo al Ser Absoluto, o Espíritu Santo sino a Dios Padre Creador. Y simultáneamente nos enfrentamos a nosotros mismos como componentes inseparables del mismo Ser. De nuestro enfrentamiento surgen nuestros conflictos: esa es su puerta entrada, y el origen real de nuestra angustias, tanto personales como colectivas. La caída de los ángeles fue en su momento un pulso contra el poder de Dios, y eso dio origen al género humano, que fue pasando de un estado de alto nivel de energía, con un cuerpo espiritual puro, a sucesivos estados de condensación por ralentización del movimiento de las partículas de energía de su alma al irse alejando cada vez más de la fuente primaria Dios. Con el tiempo, este proceso de densificación acabó por hacer necesario un soporte material para el alma: el cuerpo denso. Este es el proceso evolutivo que condujo a la aparición del hombre en este planeta. Obsérvese que el famoso Creacionismo que se predica en las escuelas del integrismo cristianoide nada tiene que ver con este proceso desde la posesión de un cuerpo espiritual puro hasta el cuerpo físico, hasta el alma que ahora se halla envuelta en diversas capas de acuerdo con sus cargas: su aura. En el aura se hallan manifiestos los colores de nuestros enfrentamientos con la ley de Dios, las faltas a las que llamamos pecados. (1) Mas ¿Quién desea enfrentarse al Absoluto? El enemigo de Dios. Actúa en nosotros a través de un modo de pensar , sentir y actuar contra Él., y estas actuaciones definen a nuestro ego inferior. El ego es un falso yo, al que con frecuencia convertimos en nuestro señor, un señor que aspira al poder total sobre nosotros, y cuenta para ello con invisibles energías que atraídas por la ley de semejanza, acuden en su ayuda: el enemigo de Dios y sus seguidores de las sombras. Sólo si el educador es consciente de las leyes divinas y se esfuerza en cumplirlas él mismo podrá transmitir a los más jóvenes la energía y los conocimientos necesarios para hacerle descubrir sus inclinaciones inferiores y cómo enfrentarse a ellas. En primer lugar, ayudando a reconocer los propios defectos, y hacerle consciente del daño que producen, y en segundo lugar estableciendo estrategias y acuerdos con quien se ha de educar para ayudarle a superar esas actitudes, siempre con la idea básica de que somos seres cósmicos y hermanos en diferentes niveles de aprendizaje, evolución y responsabilidad hacia el otro, y que trabajamos por el bien común desinteresadamente. Se trata de hacer realidad actuante en nosotros primero y en nuestro mundo después – como lógica consecuencia- la Inteligencia Organizadora del Cosmos, contra la inteligencia desintegradota del enemigo de Dios en este mundo. Esta es la verdadera lucha: la lucha interior contra el único enemigo posible: el ego inferior y su carga de negatividad. La Inteligencia Organizadora es uno de los rostros del Ser que se contemplan en el proceso por el cual lo que existe evoluciona ordenadamente desde lo inferior a lo más sutil y elevado. Cada uno de nosotros, como microcosmos, poseemos la Esencia de esa Inteligencia Organizadora, vivimos en ella y por ella y como parte del Ser Inteligente y Ordenador podemos evolucionar hacia la perfección a través de pensamientos, sentimientos, sensaciones, palabras y actos positivos. Nuestros actos nos definen, pues así como el actuar define al Ser, también nos define a cada uno. Nos conocemos por nuestros frutos. "Por sus frutos los conoceréis", dijo Jesús. Por eso los educadores hemos de ser muy cuidadosos en el uso de la palabra y en la forma de llevar a cabo aquello que decimos, pues hemos de procurar que nuestro lenguaje corresponda a nuestros actos y que ambos se acerquen a la idea de perfección. La perfección de nuestros actos debe medirse por el grado de implicación armónica con todo lo existente; debe medirse por el grado de cumplimiento con las leyes del Ser en el cada uno de nosotros Es, y al que cada uno pertenecemos individualmente. En este proceso interviene la mente. Si nuestra mente es consciente de la Conciencia Universal, actúa naturalmente en íntima unión con esa Conciencia, a no ser que se halle bajo la presión de algún defecto del ego convertido en programa del inconsciente, el cual le empuja a apartarse de la unidad profunda con el Si Mismo, el Espíritu Eterno en nosotros, el corazón de nuestra alma. Es a través de la mente , herramienta intermedia entre alma y cerebro cómo el alma puede ser seducida por el mundo de lo ilusorio, de lo ficticio, de lo externo y superficial, conducida al mundo de los sentidos y las formas, que es el mundo la apariencia y de la ignorancia, pudiendo así alejarse temporalmente de la realidad de las cosas, sumiendo al individuo en esa especial oscuridad donde predominan los valores materiales e intelectuales. El resultado es bien visible: es nuestro mundo, la obra de la humanidad en su conjunto. Una obra que se tambalea y amenaza ruina. Llegados a este punto, la ausencia de Sabiduría y ciega creación de energías contrarias a las leyes divinas habrán de volverse finalmente contra el propio sujeto y actuarán contra su propio proceso evolutivo, en lo que se conoce como "leyes kármicas".Por ellas cada uno recoge siempre lo que siembra: es la ley de Causa y Efecto. La herramienta mente consciente , bien informada, disciplinada y armonizada fortalece al alma y le ayuda en su camino evolutivo como una fiel servidora. Una vez superada la ignorancia de la mente, y corregidas nuestras actuaciones erróneas, a través de una o diversas existencias, se manifiesta la sabiduría del Ser en cada uno. Y en ese proceso inevitable de expansión de la Conciencia, se van cubriendo etapas, independientemente del número de existencias físicas que los seres humanos necesitemos para cumplir el objetivo de la perfección de la conciencia, que se manifiesta como equilibrio. Equilibrio entre nuestros componentes físicos, mentales, emocionales y espirituales; equilibrio que es amor, armonía y unidad de la conciencia con Dios. Entonces habremos llegado conscientemente al corazón del Ser, y se habrá cumplido en nosotros el proceso redentor de Cristo. Este es el final del proceso como seres cósmicos que somos. Esta es la meta de la existencia de cada alma venida de la Caída. Para ello es preciso un camino interior, un programa de trabajo que proporcione las informaciones espirituales necesarias en cada etapa del camino , lo mismo que cuando nos disponemos a hacer un viaje precisamos conocer la ruta e informarnos de todo cuanto necesitemos para ese fin. El camino espiritual tiene ciertas reglas que no pueden ser obviadas.¿O es que acaso se puede entrar con garantías sin brújula en una selva desconocida? (2) La educación debería orientarse en el sentido de crear las bases físicas, intelectuales y espirituales mínimas para que alguna vez pudieran conocerse, sentirse y sobre todo, practicarse estas verdades que conducen a la auténtica felicidad y plenitud de ser respetando, sí, la libertad de cada uno para marcarse sus necesidades y sus ritmos, pero asegurándonos de que posea los necesarios cimientos para establecer sobre ellos el edificio de su verdadero ser, que es trascendente, inmortal, libre y único. Ejercicios físicos armoniosos, danza, dieta vegetariana y respeto en lo posible a las leyes de la naturaleza colaboran al desarrollo evolutivo en el plano físico. Las actividades artísticas y creativas colaborarán a potenciar el desarrollo de la sensibilidad y de la capacidad de observación, conciencia de sí y expresión emocional positiva, así como los trabajos manuales y experimentales o el cuidado de animales y plantas. Ejercicios mentales bien programados para desembocar finalmente en la práctica de alguna forma de meditación activa completarían una excelente base de "despegue" del alma para ir dando pasos a su propio ritmo y de acuerdo con sus propias inclinaciones. Pero todo esto es preciso hacerlo sin adoctrinamiento, sin imposiciones, sin notas de fin de curso y sin la típica disciplina del sometimiento. Sin excluir la idea de esfuerzo, como es natural, todo ha de hacerse con la máxima alegría y disfrute para los más jóvenes, de lo contrario puede ser hasta contraproducente. No hay más que ver lo que sucede con los aspirantes a sacerdotes que abandonan los estudios en los seminarios: su escepticismo y ateísmo son a menudo su carta de presentación. Notas: (1) Información muy amplia sobre el origen del Universo y de los seres humanos, la Caída, y las relaciones entre el mundo espiritual y el mundo espiritual pueden encontrarse en el título "ORIGEN Y FORMACIÓN DE LAS ENFERMEDADES", que pese a la apariencia no es exactamente un libro de medicina en el sentido clásico, sino profundamente revolucionario en todos los aspectos. (2) Para quienes estén interesados en un camino espiritual y quieran conocer uno en concreto, pueden buscar el libro "EL CAMINO INTERNO". Remito al lector interesado en el vegetarianismo, las formas de vida alternativas y la búsqueda de paz y verdad interior a esa Web donde puede encontrarse con el pensamiento originario de Cristo, libre de interpretaciones como las mías, por ejemplo. PARTE II CAPÍTULO 3 EL AMOR Y SUS LEYES El amor es la ley del Universo. Dios es el amor y la misericordia infinitas que crea, cuida y organiza Su Energía Universal de la que somos partícipes uno por uno todos los seres sin excepción. El amor es como un sonido: tiene una cierta vibración. Se percibe sutilmente en las personas que aman, lo mismo que se percibe el desamor en las personas que no aman. En este punto, todos sabemos que el Cosmos es una vibración continua, y nosotros vibramos en él con la frecuencia personal que resulta de la armonía interna o desarmonía internas.. La armonía propia sintoniza fácilmente con la armonía universal y con la de cada uno de nuestros semejantes en particular. De este modo, es posible acceder a través del amor como suprema manifestación de armonía, y fruto y fuente de la misma (simultáneamente) a la comunicación profunda con la Conciencia Universal desde los planos superiores de la propia conciencia liberada. A través de la práctica meditativa, del trabajo y de la oración, realizados correcta, altruistamente y sin fanatismo ni sujeción a la letra ni a las formas, se llega a una comunicación profunda con los planos superiores de la conciencia, donde existe el conocer más allá del saber. En caso contrario, privados de la energía necesaria capaz de establecer armonía entre nuestros diversos componentes, ¿qué sucede? Tan sólo el conflicto entre mente, cuerpo, espíritu; el forcejeo entre aquello que somos y aquello con lo que nos identificamos, o entre lo que somos y nos gustaría ser, etc. y que se traduce finalmente en desazón interna, en falta de paz, en enfermedad de cualquier tipo en cualquiera de los planos con las inmediatas repercusiones en los planos inferiores. Con frecuencia nos encontramos pensando de un modo, sintiendo de otro y obrando de manera contraria a ambos. Esto es conflicto, y donde hay conflicto no es posible la paz. Primero hay que reconocer el origen del conflicto, y segundo analizar los pasos que pueden llevarnos a resolverlo.."Pedid y recibiréis". Si enfermamos físicamente es a causa de que nuestros pensamientos primero y nuestras actuaciones después han sido contrarios a las leyes del Cosmos, que son las leyes del amor universal, en algún momento, incluso en otra existencia. El cuerpo humano es un cuerpo de pensamientos. La enfermedad es siempre hija del conflicto y a la vez un movimiento del alma ellas hacia la salud. Nuestras enfermedades nos definen. En podemos encontrarnos con rostros de nosotros mismos que ignorábamos, y aprender a evitar en lo sucesivo lo que nos condujo a ese estado... Verdaderamente, sólo un ser que supera sus conflictos puede sanar y amar plenamente. Sólo aquel que permanece en la total quietud interior, centrado, sin dejarse arrastrar por las pasiones del ego, sin identificarse con el mundo de los sentidos, puede amar tan naturalmente como respira. No es algo intelectual; no se trata de una filosofía especial. Aquel que permanece despierto en su interior no necesita plantearse cuestión alguna acerca del amor: vivir y amar es la misma y única realidad. La relación cotidiana con el mundo del que lo vive desde una óptica superior y desinteresada, es una relación amorosa; y sus actos lo definen como a un árbol lo define su fruto. ¿Practicamos el arte de amar en las familias y en los centros de enseñanza?¿Preparamos a los niños para liberarse de su egocentrismo inicial?... ¿Superamos nuestro propio egocentrismo como educadores? A través de las manifestaciones personales del amor; a través de sentimientos como respeto, amistad, compasión, belleza, pacifismo,( y semejantes) y profundizando en ellos, podemos ir vivenciando que el agua que procede del mismo manantial puede llegar a beberse en distintas fuentes. Confundidos tantas veces por nuestro ego humano, nos olvidamos con mucha frecuencia de la fuente primera de los más altos sentimientos que experimentamos, y tales olvidos acaban por convertirse en nosotros en una especie de laberinto de enredos y dependencias humanas, en conflicto. Sin embargo un sentimiento todopoderoso de amar nos reclama en lo más intimo; queremos amar, deseamos amar, necesitamos amar. Necesitamos que nos amen. Nuestro Yo real necesita todo eso, porque ES TODO ESO, y tiende a manifestarse a través de todos sus vehículos. Nuestro trabajo consiste en poner en orden todos esos vehículos, todas esas energías. A partir de ese orden, el amor brotará naturalmente, sin esfuerzo, sin divisiones: más allá de lo social, más allá de la moral que se predica en los templos; más allá de lo personal; hacia ese salto más allá del ego y sus necesidades de satisfacerse. La base para el desarrollo de la conciencia es la práctica del amor desinteresado. No basta con tener fe en Dios, no basta con recitar Su Nombre, ni usar rosarios o mantras. El amor activo es la cuestión central, y esto supone considerar lo siguiente: Quien desprecia, menosprecia u odia a su prójimo; quien guarda rencor y no perdona, no puede tener comunicación con Dios, aunque se crea un iluminado, un sabio, un gurú, o un ilustrado espiritual. De nada sirven los conocimientos sin la conciencia activa del amor, pues Dios mismo habita en cada uno de Sus hijos humanos. Es el amor activo presente en toda criatura sin excepción. Así que quien sirve a su prójimo desinteresadamente sirve a Dios. No hace falta irse a una ONG o hacer actos heroicos; a veces basta con arrimar el hombro en los asuntos cotidianos, en estar cuando alguien te necesita y te pide ayuda, o escuchar con el corazón cuando alguien te cuenta un asunto que le preocupa. Sentir con el otro, sentirse en el otro es lo esencial. Pero no imponer tu ayuda sobre el libre albedrío del otro: esto es muy importante. Quien necesita ayuda debe pedirla, y si es legítimo el darla debe dársele. Debemos ser justos si somos padres o educadores y educar para que los pequeños sean lo menos dependientes posibles y se acostumbren a responsabilizarse de aquello que pueden hacer en cuanto tienen la edad necesaria. Deben acostumbrarse a pedir ayuda cuando la necesitan tanto como a darla cuando se les pide. Debemos evitar que los pequeños se conviertan en los tiranos de la casa o en los pasivos alumnos de las aulas. Nuestro amor debe ser extensible al mundo natural, los animales, las plantas y los minerales: la Naturaleza. Dios está presente como esencia y fuerza manteniendo árboles, plantas, minerales, la vida. Todos formamos parte de la misma y única vida que procede del Único Dador de Vida: Dios PARTE II CAPÍTULO 4 LEYES FÍSICO - ESPIRITUALES DE LA NATURALEZA MATERIAL Ser ecologista es hoy una necesidad de supervivientes en un Planeta enfermo y amenazado por toda clase de venenos que a diario tiene que digerir. ¿cuál es nuestra responsabilidad personal? Esa es nuestra siembra. Esa será nuestra cosecha. A menudo se nos dice que debemos respetar a la naturaleza, pero ¿cómo hacerlo? ¿Conocemos sus leyes? ¿Cuáles son las leyes de la Naturaleza o leyes de la armonía del Ser manifestadas en este plano material, a las que hemos de obedecer para vivir en salud y en armonía? Estas leyes, que describiremos a continuación, junto a las leyes espirituales, constituyen la base de la evolución universal e individual y, por consiguiente, del edificio social que ha de construir un día la especie hombre en su siguiente paso evolutivo, ahora en ciernes. Del conocido médico Eduardo Alfonso, doctor en Medicina por la Universidad de Madrid, filósofo y científico, autor de libros tan conocidos como " La religión de la Naturaleza","La sabiduría pitagórica, "Einstein y su teoría de la relatividad", entre otros, sintetiza las leyes de la Naturaleza en una de sus obras titulada "Curso de medicina natural en 40 lecciones".Dado su interés, se transcribe literalmente el apartado que lleva el siguiente título: "La Naturaleza está regida por leyes ". "El estudio de la Naturaleza nos demuestra que existe un orden natural regido por leyes, que el hombre va descubriendo por el examen y comparación de los hechos. Este orden natural se realiza por la armonía, que es la adecuada relación entre las partes y el todo. Por esto, a la Naturaleza en su conjunto se le llama uni-verso, o sea, la realización de lo uno en lo vario. Echemos un vistazo a las principales leyes de la Naturaleza. 1.Ley del movimiento. El movimiento es el modo de manifestación universal. La vida es movimiento, la inercia es muerte. Todo en último término son vibraciones, porque este movimiento alterna con movimientos de reposo. El movimiento continuo no existe. Así, el día y la noche, el sueño y la vigilia, la vida y la muerte, la inspiración y la espiración, el sístole y el diástole, etc.,son grandes vibraciones de la Naturaleza análogas en un todo a las del sonido, la luz, la electricidad, etc., en el mundo de lo pequeño. 2.-Ley del Amor. El amor , -que es atracción de dos o más seres para unificarse- es la ley de armonía, y, por tanto, de creación y conservación de la Vida. El Amor, pues, supone la renuncia de sí mismo en bien de todo lo que no es uno mismo, y para manifestarse requiere la conciencia de que todos los seres son hermanos, salidos del mismo Origen... Amor es tanto como decir reconocimiento de la Unidad de todo. En los astros se manifiesta en forma de fuerza centrípeta: todos los planetas se subordinan a la unidad de su sistema planetario. En los minerales y cuerpos químicos se manifiesta como afinidad; en los animales como instinto, atracción sexual; en el hombre como cariño, simpatía, y en grados más elevados, como verdadero amor espiritual, ya en forma de idealismo o de sacrificio. La existencia de la repulsión, la destrucción y el odio no implica la no existencia del Amor, como veremos al hablar de la ley de los contrarios, sino que la confirma y justifica. Téngase en cuenta que el Universo se manifiesta por medio de fuerzas creadoras, conservadoras y destructoras, en lo que se refiere al orden físico. El mismo sol que crea una planta, la conserva erguida un tiempo sobre la tierra, y acaba por secarla con los propios rayos que le dieron vida. Es decir, que estas tres categorías de fuerzas son una en esencia. 3.-Ley de Evolución. Todo lo existente lleva inmanente la tendencia y fuerza para convertirse en algo superior. Filosóficamente, esta ley es una consecuencia de la ley del amor que atrae a todos los seres hacia la unidad de su Origen. La evolución emplea como medio el mecanismo de la Vida y de la Muerte. La inteligencia y la voluntad evolucionan en formas materiales (cuerpos),que también evolucionan por su parte; mas cuando la forma ha dado su máximo rendimiento a favor de la evolución espiritual, se destruye (muerte),pasando el espíritu (mentalidad y finalidad) a formas de más elevada categoría . 4.-Ley de los Ciclos. Todo lo existente evoluciona por ciclos. Llamándose ciclo a una trayectoria(movimiento) en el tiempo y en el espacio, al final del cual, los seres, aunque en forma semejante a la del comienzo, han avanzado un grado en su evolución .Las enfermedades tienen su ciclo que termina en salud o muerte. Las semillas germinan, nacen, dan una planta que a su vez da finalmente semillas que contienen en potencia las nuevas experiencias vitales de la planta; el día y la noche forman un ciclo terrestre que renace en otro día; el año es otro ciclo que, comenzando en la primavera, y tras las madureces del verano, las tristezas del otoño y el sueño del invierno, renace en una nueva primavera; el ciclo de la vida humana, comenzando en esa dulce primavera de la niñez, y siguiéndola el épico periodo de la madurez y el lírico de la vejez, termina en la muerte (comienzo del ciclo puramente espiritual), para cerrarse en nuevas manifestaciones. 5.- Ley de finalidad. La evolución tiene un sentido finalista, es decir, la consecución de un objetivo de índole trascendental y metafísica. Efectivamente, la evolución tiende a conseguir estados de conciencia más elevados, afinando y perfeccionando la materia y la inteligencia. La negación de la finalidad en todo lo creado, equivale a tanto como afirmar que , en la Naturaleza, con todos sus dolores y alegrías, todo se mueve, gira y vive por capricho, y sin otro motivo que pasar el rato que a cada cual le toca en el mundo. Afirmación ésta absurda hasta para el menos exigente filósofo. 6.- Ley de Jerarquía. Todo ser o cosa está subordinado a todo aquello que es superior en grado evolutivo, y tiene poder o mando en todo aquello que le es inferior en la escala de la evolución. En efecto, el espíritu rige a la materia, la inteligencia al cuerpo, el cerebro a los miembros; los animales más inteligentes vencen a los menos inteligentes...(sic)... Existe, pues , una jerarquía evolutiva de orden natural que garantiza el triunfo de lo mejor y más perfecto, y por tanto del progreso biológico. En el plano puramente humano de la biología social, se falta frecuentemente a esta ley, dándose el caso de que en las sociedades humanas, no rige el superior en la escala evolutiva (el más virtuoso, más sano y más sabio), sino el que tiene más medios materiales, más astucia, más influencia y más fuerza. Esto desarmoniza la colectividad y degrada a los hombres verdaderamente dignos. Los hombres son iguales en esencia, no tanto en potencia y desiguales en presencia. 7. Ley de Armonía. La existencia de todos los seres, exige una adecuada relación entre las partes y el todo, que se manifiestan por el máximo de libertad y rendimiento en la función de cada parte, juntamente con el máximo de ayuda mutua a favor del todo. Vemos, pues, que nada ni nadie aislado tiene valor por sí mismo, sino por sus relaciones con las demás partes... Aplíquese esta ley al cuerpo humano, y se verá que el secreto de su salud o armonía estriba en la justa cooperación de cada órgano en el conjunto y en la justeza de su propia función. Aplíquese a la vida social, y se verá como es imposible la vida normal y aún la existencia de una nación, cuando los individuos laboran por el propio bien únicamente, y no por el del conjunto. El egoísmo desmedido, como el sacrificio extremado, no pueden conducir a buenos resultados: el segundo, porque destruye al individuo; el primero, porque destruye la colectividad... Aplíquese esta ley al cuerpo humano y se verá que el secreto de su salud o armonía estriba en la justa cooperación de cada órgano en el conjunto y en la justeza de su propia función. Aplíquese a la vida social y se verá cómo es imposible la vida normal y aún la existencia de una nación cuando los individuos laboran por el bien propio exclusivamente, y no por el del conjunto. Las personas que sepan las leyes de armonía en música, comprenderán fácilmente que no son otras sino las que rigen la armonía universal. La armonía en una partitura estriba en el orden, proporción combinación y medida, según tiempo y ritmo de las partes (notas) en el todo. Si una orquesta es capaz de efectuar un concierto, es por el orden, proporción, combinación y medida, según la ley de tiempo y compás; de la actuación de cada instrumento en el conjunto, rígidamente subordinados a la batuta del director ¸ y esta batuta directora nos da el ejemplo de la necesidad de un principio de orden superior que sea capaz de abarcar las leyes del conjunto. 8. Ley de Adaptación. Todos los seres adaptan su vida al medio que les rodea, para defenderse contra él y para aprovecharlo en su beneficio...(sic) Las plantas muy soleadas se ponen más verdes con el mismo objeto..El hierro sometido a la acción de la intemperie se cubre de una capa de óxido que le protege más de la acción de la atmósfera. El individuo que vive en sociedad se adapta a los convenios colectivos para no ser eliminado y para realizar sus fines particulares. El microbio, dentro del organismo, cambia de forma, se cubre de una cápsula, segrega antifermentos...para defenderse de la falta de sustancias nutritivas y contra las defensas orgánicas del cuerpo que le sustenta, etcétera. La ley de adaptación es recíproca (sub-ley de reciprocidad causal),por cuanto el medio ambiente es modificado por los seres vivos, que es a quienes corresponde la iniciativa del cambio. Es, pues, el ser, quien modifica el medio en un principio, por su actividad voluntaria intrínseca, aunque sin dejar de adaptarse al medio para no perecer. Concepto este que no deben dejar de meditar los perezosos y escépticos, que siempre están esperando circunstancias propicias para actuar, sin pensar que las circunstancias deben crearlas ellos mismos. La ley de adaptación se halla condicionada por la de los contrarios y la de los ciclos, porque todos los seres vivos evolucionan por la acción alterna de agentes contrarios ( trabajo-reposo, frío-calor, sueño-vigilia, vida-muerte...) cíclicamente, como hemos visto. 9. Ley de selección. En la lucha que para adaptarse al medio mantienen los seres, prevalecen los más sanos, los más fuertes, más inteligentes y más buenos, garantizando de este modo el progreso evolutivo de la Naturaleza toda. Los estudios de Darwin y Lamarck son el mejor testimonio de esta ley.... 10. Ley de herencia. Todos los seres adquieren o heredan los caracteres físicos y psíquicos de sus progenitores....(sic)..Gracias a la ley de herencia, lo adquirido por ley de adaptación y depurado por la selección , se mantiene y eleva a través de la vida.... Lo bueno se hereda para el progreso de las especies, pero no menos cierto es que también se hereda lo malo, conduciendo a la degeneración de los seres. Piensen bien, pues, en esta ley los que han de dar descendencia al mundo. 11.Ley de Analogía. Lo que es en el mundo físico y tangible, es como lo que existe en el mundo metafísico e invisible ,y lo que se realiza en lo grande, se realiza también en lo pequeño, para efectuarse el hecho de lo uno en lo vario. Es decir, que en todos los aspectos de la vida rigen las mismas leyes naturales. Así, los sistemas planetarios son de análoga constitución a los átomos químicos. La misma ley de ramificación rige el curso de los ríos en la tierra, de la corriente sanguínea y nerviosa en el cuerpo de las ramas de los árboles, de los sistemas de numeración en matemáticas, etc. Análogamente, existen siete colores, siete sonidos...y todas las vibraciones de las energías cósmicas se resuelven en grupos septesimales , etc. La trascendencia del estudio y aplicación de esta ley, es de un orden muy elevado. Por ella descubrió la ciencia matemática de Adams y Leverrier la existencia del planeta Neptuno, antes de haber sido visto por el telescopio. Por ella ha descubierto la ciencia química multitud de alcoholes, hidrocarburos y otros cuerpos orgánicos seriados, antes de haber parado mientes en su existencia tangible. Por ella reveló Mendelejeff, con su famosa tabla de las analogías químicas, fundamentales hechos de la evolución material. Por ella también han sido solucionados muchos problemas biológicos, a la vista de los maravillosamente semejantes procesos del desarrollo embriogénico de los individuos (ontogenia) y de las especies (filogenia), en la escala magna de la evolución. Aún en las creaciones industriales del hombre, se ve la fatalidad con que actúa esta ley....Nada ha inventado el hombre cuyo mecanismo no preexista en algún ser de la Naturaleza. 12.Ley de los contrarios.- Para que todo ser o cosa sea perceptible se necesita un contraste, una diferencia o una variación...(sic)...El trabajo y el reposo, la noche y el día, el sueño y la vigilia, la vida y la muerte, son factores contrarios que no pueden existir separados. Forman pares de opuestos como los sexos, que se neutralizan en el común origen de ambos... Podrían ponerse infinitos ejemplos, pero concluyamos que la percepción de cualquier cosa exige la existencia de su contrario, que la complementa y constituye con ella una unidad. Es la Ley de los Opuestos Complementarios, que nos da el claroscuro de la vida... (Habría que añadir: "Mientras estemos sujetos a la ley de causa y efecto en los mundos de la Caída. 13. Ley de Causa y Efecto. Todo acto o fenómeno tiene una causa productora ,y, a su vez produce también un efecto. ¿Cómo podemos imaginarnos que algo exista sin que haya una causa de su existencia? La enfermedad existe porque hay causas morbosas; los objetos artificiales, porque hay causas constructoras; el Universo, porque hay una Causa creadora...La casualidad no existe, ni el destino ciego, tampoco. Es la causalidad. En el determinismo que encierra esta ley hallamos la base más firme de una fe razonada. Esta ley es la misma de Acción y Reacción. Todo ser, al actuar como agente causal produce una modificación en el medio universal que le rodea, que es un efecto representado por una reacción del medio, proporcionada y condicionada a la acción primitiva, y cuya finalidades restablecer el equilibrio o armonía alterado por la acción. La física, en el mundo de la mecánica, estudia esta ley en el llamado postulado de Newton que dice : la reacción es igual y contraria a la acción. Vemos así mismo en biología, que, v. g., la aplicación de agua fría en el organismo produce una reacción contraria ( de calor), destinada a restablecer el equilibrio, que es siempre la finalidad de esta ley... En el plano intelectual y en el moral se cumple con la misma maravillosa exactitud .Lo que se llama suerte o desgracia, no es más que la reacción del mundo a la acción de uno según la ley, (por lo que a nadie debemos culpar de nuestras desdichas) . Esta equitativa Ley de Acción y Reacción, o de Causa y Efecto, es la justicia de la Naturaleza, para que cada cual no reciba sino aquello que sus actos han provocado, en proporción a su cantidad y adaptado a su calidad. El que mete la mano en ácido sulfúrico se quema los tejidos orgánicos en proporción al tiempo que la tenga dentro, y sufre un mal de una calidad que corresponde, ni más ni menos, a su ignorancia. De este efecto no puede echar la culpa al ácido, sino a sí mismo, y debe sacar una lección y una experiencia para el porvenir. Todo esto en su diáfana simplicidad, es de una justeza admirable. El que dobla violentamente una rama de un árbol ,y por la reacción de ésta (elasticidad) se rompe el brazo, no puede culpar al árbol de su desgracia ,puesto que él era libre de haber cometido o no el acto ocasional. Los objetos de las acciones vuelven siempre sobre el sujeto que las realiza, como las ondas provocadas en el estanque por la caída de un objeto, vuelven, al chocar con las orillas, al centro de donde partieron, hasta restablecer el equilibrio perturbado de las aguas. Las causas originan efectos, y estos son causa de otros, forjándose así el hilo del Destino. La ley de Causa y Efecto es fatal, matemática, pero no quita a los seres el libre albedrío, por cuanto queda reservado a su voluntad el hacer o no hacer una cosa u otra. Lo que no se puede esquivar es el efecto una vez cometido el acto. 14.Ley de Necesidad (o de Utilidad).Todo ser o acto responde a una necesidad o utilidad dentro del plan universal de la Evolución. La Naturaleza no crea nada inútil. Es económica y justa en sus manifestaciones, aunque pródiga en sus potencialidades, y hace desaparecer lo ya inservible o inútil .Recuérdese el principio biológico de que todo órgano que no funciona, se atrofia. Vemos, en efecto, que todo aquello que ya para nada sirve, es destruido e incorporado a la circulación de la materia elemental ( los cadáveres se descomponen, el cordón umbilical se atrofia, seca y cae una vez cumplida su misión,, etc. )y en cambio vemos que la Naturaleza es espléndida en grado sumo en todo aquello que suponga fuerzas en potencia (como lo demuestra el número inmenso de semillas que da a cada planta, de espermatozoides en cada gota de semen masculino, de óvulos en el ovario... La necesidad es el supremo estímulo de todo acto vital. 15.Ley de Desigualdad. El movimiento tiene como único origen una desigualdad (o excitación).La igualdad es estable. Si no existiese una desigualdad de tensión eléctrica entre dos fuentes unidas por un conductor, no se establecería la corriente; si no hubiese una diferencia química entre los alimentos y el cuerpo, no habría digestión, ni nutrición, ni fenómenos derivados; es decir, no habría vida por no haber excitación; si no hubiera diferencia de ideas, no habría movimiento intelectual ni progreso, etc. Es, pues, la desigualdad el origen del movimiento... (sic)... El movimiento tiende a anular la desigualdad, conduciendo al sistema de que se trate al punto de reposo o momento estable, del cual saldrá en cuanto una nueva variación lo solicite... (sic)... Y como la desigualdad o excitación inicial, está en la actividad de los seres animales y vegetales, y en los cambios químicos de los minerales, como también en las combinaciones de fuerzas magnéticas y eléctricas, vitales, radiantes,... de unos y otros, fácilmente se nos da a la razón que cuanto mayor sea la iniciativa y voluntad original de cada ser, más está en su mano ser dueño y señor de los cambios que originan las desigualdades excitatorias de la vida, y que, por consiguiente, como ya dijimos, el medio ambiente será, en su mayor parte, el creado por la actividad de los seres de más iniciativa y voluntad intrínseca." (Hasta aquí la cita). ......................................................................................................... Concluimos así este apartado fundamental para poder comprender que una educación holística, y apropiada para el siglo que empieza, es la que tiene en cuenta la totalidad del ser (que es en última instancia, espiritual y cósmico) y la profunda necesidad de unidad funcional que debe existir entre nuestro cuerpo, nuestra alma y la Naturaleza a la que pertenecemos, donde el Creador muestra una parte de Su Programa Cósmico.¿Cuándo será posible trabajar desde estos supuestos en las escuelas públicas? Al menos una cosa sí es segura: puede hacerse este trabajo en las familias sin ningún tipo de traba, y luego hacer propuestas a los profesores sobre cómo unificar criterios para ir avanzando juntos. Pues si una cosa es cierta es que el mundo de la educación cambiará cuando exista la presión social de las familias exigiendo cambios. Que nadie espere nunca de los gobiernos una solución adecuada a las necesidades reales de los ciudadanos mientras estos no sepan en primer lugar cuáles son y en segundo lugar se manifiesten y presionen a favor de los cambios necesarios .Los políticos no son educadores ni son sabios, por tanto no están capacitados para tener iniciativas correctas en materia educacional. Los pueblos no pueden dejar en sus manos alegremente materia tan importante para su propia supervivencia a largo plazo como es la educación. PARTE II CAPÍTULO 5 FILOSOFÍA REDUCCIONISTA Y ORDEN DIVINO Reduccionismo es lo contrario de "Universalismo". Si la lógica cotidiana con la que nos relacionamos fuese una lógica natural veríamos cómo cosas aparentemente contrarias como "reducir y ampliar" no serían más que manifestaciones externas de la cualidad de Ser, que carece de medida. Sólo en el mundo de las apariencias se hallan los límites. En el ser humano se manifiestan una por una las mismas leyes que rigen el gran Cosmos, esperando ser conocidas o reconocidas alguna vez. Siempre se ha considerado al hombre como un microcosmos desde la antigüedad clásica, pero en el mundo moderno esto ha sido de un modo superficial, teórico e inoperante en consecuencia. Nosotros, los seres humanos, como seres divinos, no solamente somos una parte de la Totalidad, sino que somos en esencia la Totalidad misma. Pero para comprender esto verdaderamente, para sentirlo verdaderamente, hemos de universalizar la mirada, hemos de divinizar nuestra mente. Mientras la miopía intelectual observa el Universo, no halla en él más que un infinito banco de datos, más al carecer de las claves para la comprensión de la Totalidad, elige cierto número de esos datos; reduce la realidad a un aspecto o un cierto número de aspectos que desligados de la mayúscula Realidad, intentan convertir en una totalidad en sí mismos; en una totalidad desligada de la Totalidad; en un universo con leyes propias; en una individualidad separada de la Unidad Universal. Esto es Reduccionismo. Esto es lo que hace la ciencia oficial tan a menudo y practican diariamente tantos y tantos fanatismos civiles o religiosos EN TODAS LAS PARTES DEL MUNDO. Podríamos encontrarnos aquí con un problema relacionado con el aprendizaje, y un problema grave, ya que la práctica del Reduccionismo es un obstáculo para universalizar nuestro conocimiento y hacerlo progresar verdaderamente. Aquello que hemos sacado artificialmente de su contexto y hemos considerado una totalidad individualizada, es manipulado con bases teóricas ajenas a la realidad a la que pertenece, y aún cuando intentáramos ampliar la imagen de esa pequeña totalidad segregada, nunca coincidiría con la de la gran Totalidad de la que ha sido segregada, aunque pudiéramos hacer que esa ampliación tuviera el mismísimo tamaño del Universo. Eso sucede todos los días en nuestros laboratorios, en nuestras Universidades y escuelas. Por supuesto sucede en nuestras concepciones filosóficas sobre el microcosmos llamado Hombre. Se ha desligado al ser humano de la Gran Totalidad, y en consecuencia, sucede como sucede al resto de nuestros conocimientos: que son conocimientos mutilados procedentes de realidades mutiladas. Así es como nos encontramos hoy día en una encrucijada mundial de primer orden: o universalizamos nuestra mirada desde una perspectiva transpersonal, o no personal, o la Humanidad va directamente a un desastre generalizado, a un fracaso sin precedentes en todos los ordenes. Y en ese camino llevamos ya mucho trecho avanzado, pero como lo que sucede en el exterior es siempre un reflejo de lo que sucede en el interior,- su consecuencia visible,- todo esto nos remite por fuerza a nuestro propio interno. ¿Y qué hallamos en nuestro interno? REDUCCIONISMO. El Reduccionismo del ego en este caso... En la totalidad que somos, ¿qué hemos hecho a nivel mental? Hemos separado el cuerpo del alma y del Espíritu. Nos identificamos con esta o la otra parte, o un poco de esta y un poco de la otra, y andamos como ciegos en medio de una vida que nos rodea, a pesar de nosotros, con su infinita luz amorosa. Nos identificamos, por ejemplo, con el fragmento "cuerpo", pretendemos que viva al margen de las leyes físicas y esperamos que tenga salud aunque llevemos una vida antinatural. Nos identificamos con nuestra mente egoica, intelectualmente inferior en vibración y resultados, pretendemos que viva al margen de la Mente Universal y sin seguir sus leyes aspiramos a conseguir la Sabiduría. Ignoramos nuestra alma, pretendemos olvidar nuestra condición espiritual, nuestra filiación divina. Y queremos ser felices. El resultado de todas esas identificaciones falsas y esos sueños reduccionistas es una pobre salud, un mediocre intelecto al servicio del ego, y una falta de paz y sosiego interior, que se traduce en necesidad de placer como sustituto de la felicidad y en permanente ansiedad y necesidad. ¡Qué lejos estamos de considerar que -como totalidad que somos- vivimos en la Totalidad permanentemente! Difícil en extremo nos resulta admitir la idea de existir continuamente en la Eternidad en el mismo estado de conciencia que nos corresponde por nuestra evolución! ¡Cuál no será nuestra ceguera, que sólo consideramos la posibilidad de la eternidad (si es que acaso la consideramos) después de la muerte del cuerpo físico, como si la eternidad reconociera las fronteras de la materia y supeditara a ella su condición!. Difícil en extremo nos resulta considerar la idea de estar viviendo en tres estados de conciencia simultáneos y profundamente vinculados entre sí: físico, mental y espiritual. Olvidamos en nuestro estado ordinario de conciencia volcada al exterior, hacia el mundo sensorial, que sólo el cuerpo físico pertenece a este mundo material, que nuestra alma y nuestro Espíritu, lo trascendental en nosotros, nos acompaña en el tiempo físico, pero está más allá, pues no pertenece a este mundo... ¿Acaso somos conscientes? ¿Somos conscientes y sentimos de alguna manera este vivir más allá de lo temporal que significa -por ejemplo- PENSAR, que es atemporal, aunque se manifieste en un tiempo material; o SENTIR, que es también atemporal aunque de nuevo se manifiesta en el tiempo material? Y como educadores, viene la pregunta: ¿Podemos educar a los niños en esta conciencia? La capacidad de pensar y sentir son manifestaciones de la Mente-Espíritu Universal, de la GRAN CONCIENCIA, de la GRAN TOTALIDAD a la que solemos llamar Dios. Con nuestra filosofía reduccionista, apartamos nuestra mente de la Mente Divina, y al hacerlo así, disminuye nuestra capacidad de pensar y sentir porque desciende nuestra vibración como energía. En consecuencia, manifestamos sólo pensamientos y sentimientos del ego: En vez de manifestarnos como totalidad, nuestra parte intelectual e instintiva reclama su particularidad. Esta es la razón por la que la privacidad y el aislamiento que caracterizan el mundo social están tan desarrollados en él, pues el ego es EGOCÉNTRICO, individualista e insolidario. Es el triunfador actual en nuestro mundo material y en las sociedades humanas Es el triunfo del Reduccionismo. (¿Preparamos a los niños para evitarlo?) Si algo persigue este pensamiento empequeñecedor es precisamente el aislamiento; el triunfo de lo particular sobre lo general, la contraposición de la parte al todo. Y es este intento de ruptura con el Todo lo que enmarca a esta filosofía entre las filosofías de rebelión contra el Orden Divino. Tiene un gran predicamento entre las grandes mayorías de la población de todo el Planeta; por supuesto entre los Estados y sus respectivos gobiernos, que lo cultivan con esmero. No podemos olvidarnos de cómo el conocimiento se halla distribuido en parcelas apenas interconectadas o nada en absoluto, igual que las enseñanzas en los colegios y universidades se parcelan en asignaturas de difícil relación entre sí. También las religiones jerarquizadas defienden sus propias parcelas de separación y egocentrismo, anatematizando a los que se hallan fuera de sus rediles. Todos ellos son reduccionistas. Si analizamos el día a día de los acontecimientos de este mundo invertebrado y fragmentado, tomamos conciencia tarde o temprano de que el conjunto de la Humanidad somos víctimas de esta gangrena del Reduccionismo, tan perfectamente instalado en la mente colectiva y, por supuesto en instituciones como las científicas. El dar de lado a la reflexión y corrección oportuna sobre la relación filial Todo-Parte, ha originado que este Planeta sea un Planeta enfermo poblado por enfermos miopes a menudo enquistados en pequeños castillos mentales que defienden celosamente. Esto suele denominarse fanatismo. La miopía reduccionista, unida al poder de lo negativo en este mundo; esa miopía individualista, es más que nada la "enfermedad" de un corazón que no quiere ver ni sentir lo divino. Y esa cultura compartida impide que podamos presenciar cómo cada día crece este malentendido en que basamos esta civilización. Los responsables de educar hemos de plantearnos ante nosotros mismos y ante nuestros alumnos o hijos si somos conscientes de la gravedad de este problema y si los remedios que ponemos son adecuados para superar el individualismo egocéntrico y los problemas de pensamiento derivados del Reduccionismo. Y si trabajamos en la enseñanza, debemos ser conscientes de que la realidad es una, aunque se estudien aspectos separados. El analizar por partes debe conducirnos siempre a su integración en el conjunto al que pertenecen. Esta idea es contraria las especialización radical por asignaturas en que cada profesor va por su lado con su propio programa, independientemente de otro profesor con otro programa, etc. sin que haya entre ellos un común punto de partida y llegada de los aspectos a estudiar y de sus nexos. PARTE II CAPÍTULO 6 NI ARISTÓTELES NI ROUSSEAU NI AZAR "Quien siembra vientos, recoge tempestades" es un viejo refrán que explica con sencillez una importante ley universal: la ley de causa y efecto, o de acción y reacción. Así, todo lo que una persona realiza vuelve a ella positiva o negativamente dependiendo de su contenido real. Esta es la ley universal de siembra y cosecha: sólo se cosecha lo que uno mismo ha sembrado. Lo contrario sería una injusticia divina, y un absurdo lógico también, a no ser que uno asuma voluntariamente parte de la "cosecha" de otro para poderle ayudar. Cristo es el ejemplo visible de este sacrificio. Para liberarnos del progresivo retroceso energético que hubiera concluido en la disolución de nuestra forma espiritual, a través de su acto redentor asumió parte de nuestra mala cosecha o "karma". Depende de la bondad de nuestras acciones el vivir en estados de plenitud. Y al contrario: no se puede esperar de la vida lo bueno si actuamos contra las leyes de la vida. Esto es muy sencillo de comprender por los pequeños. El trabajo del alma superando al intelecto y buscando el contacto con lo divino en ella, es de suma importancia.(De ahí el valor de la meditación y de la oración libre de fórmulas). De modo que la mente intelectual es un instrumento o potencia activa que puede hacer enfermar nuestro cuerpo y arroja sobre nuestra alma las sombras de todos los defectos que practicamos y que nos ocultan la visión espiritual del mundo; defectos que el intelecto sin conciencia pretende ignorar, no reconociéndolos, pasándolos al subconsciente, o desvirtuando su contenido a base de inventar justificaciones para sus conductas. Nos convertimos fácilmente así en ciegos que se dejarán conducir por otros ciegos, y todos somos arrastrados a la rueda de la reencarnación, con su circuito cerrado de nacimientos y muertes tras una estancia preparatoria en el reino de las almas conocido como "planos de purificación". Y desde estos planos regresa de nuevo el alma para otra oportunidad de evolución en el mundo físico. El alma recoge las experiencias de cada vida que quedaron grabadas en el consciente y en el inconsciente tras la llamada muerte. Las experiencias positivas y la eliminación de los defectos determinan la progresiva aproximación del alma hasta el Ser divino, hasta que Él se manifieste a su través e irradie por completo Su Presencia desde cada uno de nosotros. Entonces habremos alcanzado la plenitud de la vida: orden, seriedad, paciencia, amor, misericordia, que constituyen, uno tras otro, los pasos de nuestro evolucionar hacia Dios. Nuestra alma habrá sido liberada de las imperfecciones que le trajeron a este mundo, y la mente se hallará iluminada por la verdad. Los místicos orientales llaman "Samadhi" a este estado envidiable de plenitud íntima por la comunicación permanente con lo sagrado. Este es el estado de conciencia superior que preconiza la "Vía Unitiva" en la mística cristiana. A través de sucesivas existencias, y por la energía redentora de Cristo en cada uno, llegaremos todos a este estado de plenitud, incluso encarnados, que nos garantizará una vida armoniosa correspondiente a nuestra vibración energética más allá de las limitaciones inevitables del cuerpo material mientras lo tengamos. Aristóteles con su idea de la "tábula rasa" en oposición a la idea platoniana de la preexistencia del alma, introdujo en el pensamiento occidental ( y la iglesia católica supo sacar buen partido de ello) la idea de que un sujeto parte de cero cuando inicia su andar por el mundo. El niño, dicen las iglesias, es un libro blanco donde hay que escribir todas las páginas desde su nacimiento a su muerte. Nada hay en su conciencia, según él, que no haya sido captado anteriormente a través de los sentidos, idea que el empirismo inglés retomaría más adelante. Así se rechaza la idea de la reencarnación y se difunde el error de que a cada niño que nace, Dios le otorga un alma nueva. Rousseau por su parte, con la defensa del " buen salvaje," de que el niño es bueno por naturaleza pero la sociedad lo corrompe, también ha sido muy difundida en occidente para hacernos creer que es posible lo mismo: que el alma que viene a este mundo es un alma virgen, donde el libro de la vida no ha escrito una sola palabra. Los pensamientos de estos y otros filósofos, basados en la mente ilustrada del erudito que reflexiona sobre los espejismos de la mente, están lejos del conocimiento verdadero del sabio ( que piensa, actúa y vive en armonía interna con las leyes del cosmos), pero aquellos filósofos que ignoran o desprecian estas verdades siguen produciendo mucha confusión y arrojan más ignorancia sobre la ignorancia de las gentes. Los eruditos con buenas intenciones, educados en el espíritu del liberalismo materialista y humanista se preocupan por el mundo y no pueden explicarse cómo es posible que existan niños que al nacer muestren alguna deficiencia física o mental o nazcan en lugares privilegiados unos mientras los hacen otros en países pobres y en guerra o en familias asediadas por la desgracia, circunstancias unas y otras que no pueden explicarse, según ellos, sin aludir a la "mala suerte" genética, a la casualidad; lo mismo que no puede explicarse la muerte prematura de niños por enfermedades, catástrofes, atentados o guerras. Todo eso parece sujeto al azar, pero hace más de cinco mil años, Hermes Trismegisto, el sabio de los sabios egipcio, en su obra El Kibalyon dijo sobre el azar que no es más que el efecto de una causa anterior. Algo que la mecánica cuántica empieza a aceptar actualmente como verdad experimentable. En el universo, según la moderna física, y también según la mística cristiana originaria, todo está imbricado como causa-efecto. No existe el azar. Todo está en todo, con una conciencia envolvente, y activa según leyes muy precisas cuyo desconocimiento o negación hace presuponer la posibilidad del azar. Pero si no existe el azar, la casualidad, ¿cómo explicarse un Síndrome de Down, por ejemplo, o que la diferencia psicológica entre hermanos gemelos, sea tan grande? ¿Es casualidad que en una misma familia nazcan niños sanos y otros con defectos congénitos graves? ¿Es un juego de dados genético la existencia y la enfermedad? Si el universo diera cabida en él a esta circunstancia, el universo mismo sería algo caótico, a no ser que se aceptara también que existe una ley sobre el control del azar, la cual también tendría que ser, a su vez, producto de la casualidad...(¡!)y así ¿hasta qué infinito de casualidades y leyes (¿con qué origen?) que las mantuviera en acción.? ¿Es posible concebir un universo tan organizado hasta en lo más elemental, como el que vivimos , que dé cabida en su funcionamiento a algo tan distorsionante y amenazador de la estabilidad y hasta de la propia existencia del conjunto "Universo" como el llamado azar? Parece que no es lógico pensar esto.¿Y cómo es en los seres humanos cuando existen enfermedades, por ejemplo? La única forma de explicación es aplicar a la vida personal la ley universal de causa-efecto. La vida personal es un todo continuo, independientemente del espacio y el tiempo, pero la estancia en un cuerpo físico es discontinua en el tiempo y en el espacio. A través de cada existencia "ingresamos" en campos genéticos afines que nos permitan encarnar físicamente. Esta afinidad es doble: física y de contenido psíquico. Nuestras almas se parecen a las de nuestros padres en una cierta medida, y por tanto, también nuestros genes. Una vez encarnados, sin embargo, modificamos nuestro campo genético a lo largo de nuestra vida en función de nuestras formas personales de pensar, sentir, hablar, actuar. El componente psico-físico de cada gen al final del proceso de la existencia física (llamado muerte),es el material energético que nos corresponderá "heredar" de nosotros mismos en la siguiente existencia. Entonces volveremos a ingresar en un campo genético energéticamente (léase"familia") afín al de nuestra anterior existencia, a no ser que hayamos modificado nuestra vibración como energía con nuestras acciones durante nuestra estancia en los planos del "más allá" de lo físico. Así, existencia tras existencia somos nuestros propios herederos genéticos y nos podríamos sorprender del parecido físico y emocional con algunos de nuestros parientes desaparecidos antaño. Perfectamente podríamos ser uno de ellos en una encarnación anterior. Nadie puede esperar después de una vida en que se ha ocupado activamente de ir contra las leyes cósmicas ( perjudicando a su propio cuerpo, haciendo daño al prójimo, etc.) que las leyes cósmicas de la armonía, manifestadas como salud mental o física le vayan a favorecer. Al contrario, lo que graba su alma y queda impreso en su campo genético es desorden, desarmonía, conflictos emocionales, voluntad personal rebelde, inteligencia que no se rinde a la verdad. El alma del que nace viene afectada, pues, por sus vidas anteriores, y por poco que esto se piense se considerará lógico: cuando dejamos el cuerpo nos vamos como almas con la siembra que hayamos hecho y que deberemos cosechar en algún momento, más allá de este mundo o a la vuelta, en una u otra encarnación. Si Aristóteles o Rousseau hubieran conocido al menos el Kibalyon egipcio o las enseñanzas del Sermón de la Montaña en toda su profundidad no habrían elaborado esas doctrinas que tanto daño hacen y tanto desconcierto producen, pues el hombre es el resultado de sí mismo a través del tiempo y del espacio. Miguel de Unamuno (cristiano heterodoxo, como sabemos) captó el sentido profundo de esto que se afirma aquí cuando escribió : " Cada uno es hijo de sus obras". Hijo de sus obras y padre de su destino más allá y más acá de la línea del tiempo. Nacer con una enfermedad congénita, vivir en un país pobre o en guerra, no siendo consecuencia del azar, nos remite a la ley del karma, y no a otra cosa. Sería absurdo suponer que pueda deberse a un castigo divino o a una indiferencia de Dios, pues El no es algo externo y ajeno a nosotros, sino a que los que sufren esta situación no Le dejaron intervenir en sus asuntos ni se sometieron a las leyes divinas cósmicas. ¿Qué puede esperarse sino desequilibrios, desarmonía, dolor? Dios nos hizo perfectos como seres espirituales, y Su perfección vive en cada ser como vida perfecta y plena de la que podemos no tener conciencia ( de ahí el sentido de las vías místicas ).Si en un determinado momento decidimos alejarnos de las leyes de armonía por las que se rige la vida e intentamos establecer variaciones a nuestro antojo, pues el libre albedrío nos lo permite, es natural que nuestra acción conlleve una reacción para restablecer el equilibrio perturbado. Es la ley de causaefecto, o ley del Karma. Si cada ser del universo introdujera modificaciones a su antojo, según su personal conveniencia, saltándose todas las leyes existentes, el caos estaría servido. Cuando un conductor se salta un semáforo en rojo y tiene un accidente, ¿es culpable el semáforo?...Sin embargo, cuando nos saltamos las leyes naturales y las leyes divinas para imponer la voluntad personal de nuestro ego en nuestras vidas o en las de otros,-ignorando las leyes naturales y espirituales- y sufrimos las consecuencias, tenemos la tendencia a culpar a otros, a nuestra mala suerte o a Dios. El caso es no querer reconocer nuestros errores para cambiar. El semáforo siempre cambiará de color siguiendo pautas fijas de tiempo. Si no aceptamos esas pautas, es seguro que volveremos a tener accidentes cada vez que nos pongamos en marcha estando en verde para los que cruzan en sentido perpendicular a nosotros. ¿Sería culpa de los conductores que cruzan? Este ejemplo tan sencillo tiene más trascendencia de la que parece extrapolado a otros aspectos de nuestras vidas, y es de suma importancia que los educadores tengamos claros estos asuntos que pueden llevar a confusión acerca de nuestra responsabilidad personal en los reveses de la vida , así como a una mala interpretación acerca del comportamiento de Dios hacia sus hijos en desgracia. Dios no es culpable de nuestras acciones, ni responsable de nuestro destino, pues si lo fuese seriamos Sus marionetas; no seriamos libres y de seguro que despotricaríamos entonces contra esa falta de libertad. Como almas, como energía cósmica individualizada, vivificadas por Su Espíritu, somos libre y perfectos por naturaleza. Si nuestro cuerpo está enfermo, si tenemos un defecto físico al nacer, o una enfermedad genética, no es Dios el responsable, sino nosotros, que nos hemos enfermado por nuestros malos pensamientos, palabras, emociones, hábitos alimentarios, etc. O sea: por no respetar las leyes. Si no sanamos primero el alma cargada de defectos que nos hicieron enfermar, no podremos sanar nuestro cuerpo y estaremos sujetos a la ley de causa y efecto con todas sus consecuencias físicas, espirituales, mentales, geográficas, sociales y de toda índole. Y aunque la medicina nos ayude, volveremos a caer en la enfermedad una y otra vez mientras no cambiamos pautas en nuestro interior, eliminando las causas que las producen. Desde el uso del libre albedrío, cada uno elige sus propios actos y decide su destino. Para una persona que no acepta que las leyes cósmicas están por encima de su ley personal, y se cree en posesión del poder de modificar - hablando metafóricamentelos ritmos de funcionamiento de los semáforos del Cosmos, es natural que le sea muy difícil aceptar la ley del karma, pero, como sucede con la ley de la gravedad, si te arrojas desde un piso alto ya sabes lo que te espera, creas o no creas en ella. PARTE II CAPÍTULO 7 LA MENTE Y EL AMOR, MANIFESTACIONES DE DIOS Entre los descubrimientos de la Física se ha determinado que en un nivel inferior al del átomo ya se manifiesta en las subpartículas individualizadas algo así como "un propósito" de actuación, una determinada tendencia, un "programa", "algo" a lo que puede considerarse parte de un conjunto superior al cual podríamos llamar con el nombre de "Conciencia Cósmica", la cual ya era conocida por otras vías experimentales internas, mas no por la experimentación científica. La Conciencia Cósmica viene a ser la "conciencia en la materia", indiferente del nombre divino que quiera dársele a su origen. Este descubrimiento tan importante ha interesado a investigadores en diversas vertientes: en el terreno de la Física a Davies, F. Capra, D. Bhom, E. Schrödinger, (los dos últimos premios Nobel) ; a Krishnamurti, Erich Fromm, y otros en el terreno de la filosofía; a Jung, Antonio Blay, Maslow,Groff , Steindl–Rast, Dyer, Bucay y bastantes más en el ámbito de la psicología profunda, y transpersonal; y a Gabriele de Würtzburg , desde la visión profética del Cristianismo Originario ( Ver la ya citada Web : http:// www. Vida - Universal.org). Todos los autores mencionados llevan a nuestra acomodada, materialista y conflictiva sociedad a plantearse la necesidad de un serio debate desde distintos campos para que se analice de un modo claro la relación existente entre ciencias físicas, psicología, filosofía y Metafísica, a la luz de los nuevos descubrimientos sobre la materia. Este diálogo ya está abierto hace un tiempo, y puede verse cómo existe un acercamiento importante entre la llamada "Nueva Ciencia" y la (podríamos llamar) "Nueva espiritualidad", en la que habría que incluir todas las manifestaciones y contenidos no pertenecientes a iglesia institucional alguna, y no expresados desde el dogma ni por jerarquía alguna de poder sobre las conciencias. Hay en el diálogo Física-Mística la búsqueda de un nuevo modelo de concepción de la realidad donde materia y espíritu no aparezcan disociados, ni enfrentados, porque existe "Algo" más allá de la materia, y más allá del pensamiento: La Energía Unificadora, El Todo de quien todo procede: la Conciencia Subyacente: la Gran Totalidad. El Todo incluye materia y energía ; todo el universo visible, y a la vez la realidad no visible que subyace y determina todas las manifestaciones externas en el mundo material. Ese Todo es Espíritu, nombre que damos desde tiempos inmemoriales a "Algo" cuya esencia desconoce nuestra mente ordinaria, (pues está más allá de la comprensión intelectual humana),pero que es capaz de sentir nuestra alma, pues ese "Algo" es exactamente nuestra esencia, pues nada existe fuera de Él, el Todo, el Espíritu Universal de los mil nombres. Cuando el Espíritu se manifiesta como Creador, lo hace desde la mente creadora a la que llamamos PADRE, en la cual, como hijos , vivimos con todo el resto de lo creado, material o no material (pues recordemos que todo es energía en diferente grado de vibración y condensación.) El Todo se manifiesta creando con Su mente -Energía los universos visibles e invisibles con todas sus criaturas... Sólo nuestro intelecto nos hace creer que somos alguien que puede colocarse al margen o contra la Totalidad, en vez de sentirnos ser en ella, que es lo real. También aquí la mente del ego nos engaña. No existe, pues, una Mente dividida en el conjunto del Universo como totalidad. Dios crea en Sí Mismo. Y nada existe fuera del Ser y de Lo Creado, Su Obra. Todas las formas mentales, incluidas las formas mentales inferiores; todas las formas de manifestación de lo espiritual: minerales, plantas , animales, son expresión de la MENTE-ESPÍRITU UNIVERSAL Y ÚNICO, MANIFESTACIONES ENERGÉTICAS QUE SE ALIMENTAN DEL TODO Y A LA VEZ LO MANIFIESTAN. La energía creadora, la fuerza motriz, es la energía AMOR. POR AMOR, DIOS COMO TOTALIDAD SE MANIFIESTA COMO PADRE CREADOR. Pero el Amor es también fuerza redentora, liberadora, que nos conduce a la conciencia de ser en la Totalidad. POR AMOR, DIOS COMO TOTALIDAD SE MANIFIESTA EN EL HIJO CRISTO. ¿Con qué objeto? Para elevar la vibración mental y espiritual de lo creado y acercar nuestra conciencia al SI MISMO, AL CORAZÓN DEL AMOR, A TRAVÉS DEL ACTO REDENTOR. ESTE SUPONE PARA CADA UNO RECIBIR PRESTADA POR CRISTO UNA ENERGÍA SUPLEMENTARIA, UNA CHISPA DE SU PROPIA ENERGÍA (que un día deberá ser devuelta a Cristo) PARA PODER VOLVER A CASA PURIFICADOS. "Volver a casa "es el retorno a nuestra condición original de seres puros sin cuerpo físico, pero con forma energética, que aceptan las leyes divinas como propias y actúan consecuentemente. "Volver a casa" es el regreso a la inocencia perdida, el reencuentro con nuestra condición divina de un modo impersonal, es decir, con una voluntad espiritual que sería idéntica a la voluntad divina y activa según Sus principios voluntaria y libremente aceptados por cada uno. Cristo, el primer Hijo visualizado, que se manifiesta a los hombres para invitarnos a volver a nuestro origen de seres puros actualmente alejados de Dios, vino para mostrarnos,- como en el mito de la Caverna de Platón - el camino de salida a la Luz a través de los Diez Mandamientos y el Sermón de la Montaña, textos básicos para la comprensión de nuestro proceder correcto en la Tierra. La infinitud de Dios nos garantiza la infinitud del amor. El amor de Dios, al no poder ser aumentado ni disminuido (pues nadie puede aumentar ni disminuir lo infinito), garantiza que la energía Amor del Universo está permanentemente activa. También en cada uno como alma, dando lugar al proceso continuo de creación en el Cosmos material y en el espiritual, aunque de ambos solo el último permanecerá, debido al proceso ascendente de la materia hacia manifestaciones cada vez más sutiles que desembocarán finalmente en la energía primordial en estado puro, según manifiestan las enseñanzas proféticas del cristianismo originario y también puede rastrearse en los textos védicos que hablan de la respiración de Brama. Para ponerse en contacto con esa fuente divina de energía vivificante, desde tiempo inmemorial el ser humano busca el medio de llegar a ella a través del conocimiento y de prácticas espirituales que nos liberen del mundo de los sentidos y de los deseos "demasiado humanos". Conocimiento de las leyes que rigen el universo material – espiritual, y práctica de virtudes liberadoras, es la plataforma de la evolución. Muchas claves se han dado a las diferentes humanidades pobladoras del Planeta en diferentes épocas y lugares. Todas esas claves pretendieron – y pretenden aún – conseguir armonizar a cada ser humano consigo mismo, con su entorno físico, con El Todo universal y con las leyes que lo rigen. Ello debería conducir finalmente a "sintonizar" cada ser humano con la energía Amor, con la energía divina. Oración, meditación, altruismo, dominio de los sentidos, control de la mente y del cuerpo físico han sido constantes referencias (en cualquier época histórica, en cualquier filosofía de la evolución de la conciencia) para conseguir conectar a cada uno con el Manantial de la energía divina que en nosotros fluye sin cesar, para hacerlo consciente en cada uno y para que pueda ser integrado conscientemente en el Gran Río Universal de la Vida. Para cualquier educador, todo cuanto se afirma aquí permite avanzar hacia una concepción transpersonal de la existencia que pudiera aplicarse a una educación transpersonal: a una pedagogía transpersonal. Es hora de renunciar a ese principio tan extendido aún en ciertas latitudes que dice "la letra, con sangre entra". Ni el progreso en el conocimiento ni los avances espirituales pueden hacerse mortificando al cuerpo ni a la mente. Los ayunos y mortificaciones, los latigazos y los cilicios, lo mismo que los castigos corporales de los padres o maestros, no son más que formas de fanatismo opuesto a la ley del amor, como todos los fanatismos, pues en lugar de fortalecer el cuerpo y la mente la debilitan; en lugar de generar, paz generan dolor; y en lugar de conducir a la cooperación conducen a la alienación. Dios no quiere el sufrimiento de Sus hijos. El fanatismo religioso unido al pedagógico resulta una auténtica bomba de relojería en las frágiles mentes de los pequeños. Una bomba de relojería que interesados relojeros ponen a punto para hacer estallar cuando convenga a sus necesidades. Así es posible que un día estos que hoy son niños estén dispuestos a sacrificarse por una Causa : a convertirse en suicidas con bomba , en mercenarios sin escrúpulos, o , en los casos más benignos, en opacos obreros manejables por sus jefes, por la pedagogía de las iglesias o la pedagogía de los medios de comunicación. La pedagogía del amor es lo opuesto a todas estas formas de castración de la infancia y la primera juventud. PARTE II CAPÍTULO 8 LA ESPIRITUALIDAD EN LA ESCUELA En la Naturaleza material de la que participamos a través de nuestro vehículo corporal, todo procede por ciclos. Todos esos movimientos cíclicos tienen una finalidad última, cósmica. Nacimiento-niñez-juventud, madurez-senectud-muerte-nacimiento... Primavera-verano-otoño-invierno-primavera... Día-noche,-día.. Expansión- contracción, expansión... La materia es cambiante y de naturaleza tan perecedera como su comportamiento. Tal inestabilidad, tanto cambio morfológico, provocan en los seres humanos, con enorme frecuencia, una gran perplejidad. Esta perplejidad surge precisamente cuando se ignora la razón de ese movimiento impreso en el corazón mismo de la materia : la energía que subyace y la anima en lo más profundo de su corazón. La concepción material de la existencia a que aluden los Upanisads indios y la mística cristiana originaria de todos los tiempos es la fuente principal del desasosiego y desorden existente actualmente en el mundo mal llamado "civilizado", tan alejado de estas fuentes espirituales como de otras...Inútilmente el hombre moderno educado en el agnosticismo o en el ateísmo intenta buscar el sentido de la vida en el resbaladizo y cambiante mundo material, que es lo que le queda al negar el mundo espiritual. Ni la familia, ni la posición social, ni los conocimientos, ni el poder, ni aspecto alguno del mundo exterior, pueden colmar nuestras aspiraciones cuando llega ese momento en que empezamos a tomar en serio la existencia y hacernos preguntas profundas sobre el sentido de la vida y de la muerte, la razón de nuestras emociones, o el Más Allá. Un día cualquiera, tal vez sacudidos por la muerte de alguien, una enfermedad o una catástrofe que nos toca de cerca, nuestra alma despierta de una especie de letargo y comienzan las preguntas y la necesidad de respuestas. Tomamos entonces conciencia de habernos separado de las leyes divinas de la vida, separado de la Naturaleza, expresión de esas leyes, y no por último de lo profundo nosotros mismos :justo de aquello que nos produce paz, armonía y plenitud.. Inmersos hasta entonces en un mundo artificial y artificioso olvidamos nuestra condición natural y espiritual, y comenzamos a preguntarnos qué relación existe entre ambos mundos. Es importante recordar que espiritualidad no es sinónimo de pertenecer a una religión concreta, pues se es de naturaleza espiritual independientemente de cualquier religión. Como almas somos seres espirituales por origen y estructura interna, y nuestra conciencia se mueve en busca de su propio objeto: armonizarse con la conciencia cósmica, con el Alma Universal o Dios. Este movimiento de la conciencia, este proceso de acercamiento es llamado Evolución. ¿Hacia dónde nos acercamos? Lo mismo que existe un proceso natural de evolución de las especies para adaptarse al medio que les corresponde vivir , de la misma manera existe un proceso espiritual por el que el alma busca adaptarse al medio al que pertenece por origen: el medio divino. Si actuamos en sentido contrario, progresivamente alejándonos de lo divino, progresivamente alejados de la naturaleza, en esa misma medida, nos alejamos de nuestros semejantes y de nosotros mismos, hasta el punto de que nos sentimos extraños e incómodos con nosotros mismos, no soportaos la soledad, buscamos evadirnos de mil modos atrapados por un materialismo que acaba por dejarnos insatisfechos cuando se agotan sus limitadas posibilidades sin que eso nos haya aportado felicidad, sino únicamente momentos pasajeros de placer: espejismos de la felicidad. ¿Por qué sucede esto? Porque hemos olvidado que la Naturaleza material es una manifestación de la energía creadora de Dios y controlada por Él, que la materia es sólo apariencia y las apariencias no son la verdad ni calmas la sed del alma. Al recluirnos en ciudades contaminadas sin seguir las leyes divinas y las leyes de la Naturaleza física, material, es fácil enfermar . E1 desprecio a las leyes de la Naturaleza Divina (a la que pertenecemos como hijos),produce desarmonía en nuestros pensamientos y emociones, y pérdida de energía que acaba por manifestarse en el plano físico hasta el punto que hoy día es prácticamente imposible encontrar una sola persona que goce de una perfecta salud integral. Por los centros sanitarios desfila continuamente una rueda de enfermos que no terminan de curarse. Por los centros psiquiátricos y las consultas de salud mental desfilan innumerables personas con problemas de estrés, ansiedad, neurosis, alteraciones del sueño, depresión, ludopatías, drogodependencias, trastornos de conducta social, y una larga lista de las calamidades a que nos lleva una mente que ha olvidado Quién es su objeto, y se ha alejado de El. Ciega a la luz del mundo espiritual, la mente de muchos se sumerge en las tormentas del mundo intelectual y material intentando encontrar allí la luz que se niega a aceptar de los mundos superiores. Y esta paradoja, el buscar reposo en lo inestable, certeza en lo sujeto a mudanza, paz en medio de las tormentas que cada uno se provoca y provoca, define la actitud equivocada de una mente ignorante o de una mente arrogante. La persistencia en este error de apreciación es la que acaba por enfermarnos. Esto es muy importante en la educación, pues muy a menudo los niños tienen una concepción corporal de sí mismos, y viven según ella mientras no aprendan nada mejor. Esa es parte de la responsabilidad de quienes educan. El trabajo espiritual en las escuelas, no puede ir, sin embargo, encaminado a adoctrinar, sino a que los niños distingan que ellos no son su cuerpo, y a procurarles experiencias sencillas para que sientan su condición espiritual, haciéndoles distinguir lo que es una sensación física, orgánica, de lo que es una emoción espiritual a través del arte y de ejercicios adecuados de toma de conciencia de sí, a diferentes niveles, incluido la percepción de sí mismos como energía, según vimos en el experimento con los colores en otro lugar de este trabajo. En esta Era de Oscuridad, fragmentación y desorden a todos los niveles (incluyendo la violencia de la Naturaleza que nos devuelve nuestra siembra) la infelicidad instala por doquier su mercado de lamentaciones. E1 orden natural ha sido perturbado, y con él nuestro propio orden interior, nuestros códigos de leyes morales y sociales, la razón de nuestro ser y estar en el mundo. La ignorancia, la arrogancia, la inercia, el miedo, la violencia, forman junto a otros trastornos, un enmarañado laberinto donde a falta de indicadores prevalece el principio del "sálvese quien pueda". Todos esos elementos perniciosos se hallan en una u otra medida en el interior de la mayoría, también en los pequeños y jóvenes, y los educadores tenemos la enorme responsabilidad de ayudar a nuestros educandos a descubrir todos esos obstáculos y encontrar juntos el camino de salida del laberinto. Los niños deben aprender de los labios de sus padres y maestros, y más aún de sus conductas, a superar el enorme apego al mundo material que constituye la razón de ser de esta sociedad mercantilista, y superar la ignorancia, la arrogancia mental, la inercia espiritual, el miedo y las diversas formas cómo se manifiesta el desorden real. Los niños y niñas deben aprender de sus mayores a vivir como seres libres y sanos, como seres bondadosos y felices... Hemos sufrido muchas confusiones. Hemos creído en una religión, por ejemplo, y caído en la arrogancia de considerar que es la única válida para el mundo, despreciando a las otras. Es una constante histórica desde las cruzadas o la Inquisición a los fundamentalismos de diversa índole. Actualmente tenemos todos esos problemas de fundamentalismo dentro del Islam y dentro del cristianismo "desnaturalizado"por los poderes políticos y religiosos inventores del Sistema Iglesia. Cuando dejemos este mundo nadie nos preguntará cual era nuestra religión, sino qué hemos escrito en el libro de nuestras almas ante un Dios que no nos va a castigar. Cada uno encontrará su lugar en los planetas de energía según corresponda a su alma. Dios nos da el libre albedrío y ayudas para acomodarnos en los lugares adecuados a nuestro progreso espiritual. Los partidarios del materialismo se aferran a un llamado progreso que confunden con evolución de la ciencia, de la técnica y de las cuotas de bienestar. Confunden evolución con avances en tecnología y conocimientos científicos. Pero no hay evolución si no existe la de la conciencia y si esta no empezamos por experimentarla en nosotros como algo separado de nuestro cuerpo físico. Esta es una importante tarea educativa. En estos momentos la sociedad está enferma y existe un enorme desconcierto acerca del remedio. Los profesionales en organizar la vida colectiva, en cualquiera de sus modalidades, incluidas todas las formas de poder, han perdido credibilidad. Sus objetivos se enmarcan dentro de la forma de pensar siguiente: "Ata, separa, domina",que son principios de los seres negativos opuestos a la evolución. La gente ha descubierto con creces cuánta inmoralidad, cuantos bajos intereses, qué rastreras servidumbres y pueriles pasiones alimentan a menudo eso que luego se conoce como arte, política, religión, cultura, etc. Naturalmente, estas actuaciones incorrectas producen alteraciones negativas en sus contenidos, en sus métodos y en sus resultados, con el denominador común de la ausencia de una conciencia armónica con base altruista. Así que, alejados de las leyes cósmicas, ninguno de los protagonistas representativos en la dirección de los diversos rostros del mundo social parece, pues, contar con excesivas probabilidades de éxito a la hora de intentar solucionar cualquiera de las modalidades de crisis existentes en sus respectivas competencias. Pero en el fondo de esta crisis generalizada late el auténtico corazón de su misma existencia: LA CRISIS DE CONCIENCIA ESPIRITUAL COLECTIVA A NIVEL MUNDIAL, SOSTENIDA POR CADA INDIVÍDUO , causa verdadera de cuantos otros fenómenos puedan acontecer en todos los niveles del comportamiento individual o colectivo. Es la falta de altura en lo espiritual lo que ha originado este terrible apego a la materia y creado todos los conflictos del mundo material: el poder, las desigualdades, las guerras, y todo tipo de violencias morales, físicas, etc. Es la falta de una conciencia espiritual activa la que nos ha llevado en las sociedades dirigidas por la codicia a esta degradación que contemplamos en las relaciones personales lo mismo en la política, la economía, la cultura, o en cualquier manifestación social. La vida es el soplo del Espíritu en la materia. Todas las formas de vida. Existen infinidad de grados de expresión de la espiritualidad, múltiples formas. En lo que respecta a los seres humanos, (los únicos capaces de conciencia moral )manifestamos nuestra condición espiritual como sabemos y podemos, a causa de nuestros comportamientos pasados y nuestra capacidad de amor ; o sea: manifestamos la espiritualidad de acuerdo con nuestro nivel de evolución. No es en todo caso desde una opción intelectual, no es desde una elección a partir de un cuerpo de doctrina que se nos ofrece para convencernos, como hacen algunas sectas y todas las iglesias reconocidas, sino según nuestra evolución personal como almas en un punto determinado de su camino hacia la verdad absoluta. Las diversas religiones existentes a través de la historia humana han sido otros tantos intentos de dar forma a las diversas inclinaciones colectivas espirituales de las diferentes culturas, y puede decirse que a este nivel resultan representativas de esas culturas. Pero hay algo más. Todas ellas predican los mismos principios básicos: amor a Dios, respeto a sus leyes, igualdad esencial de las criaturas como hermanas de un mismo Padre, necesidad de purificar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros actos para ser gratos a Dios y poder gozar del Paraíso en sus diferentes versiones... Ahora bien, sea cual sea el nombre de la religión que se tenga, quien lleva a la práctica desinteresadamente los principios puros que la sostienen, ve cómo su mente se aclara, cómo su energía aumenta. Un sentimiento de sosiego interior, un sentimiento de armonía y reconciliación con todos los seres nace en nosotros cuando entregamos a Dios nuestra voluntad por encima de la de nuestro ego. Es difícil imaginar que Dios, nuestro Padre, nos pueda juzgar, pues siempre lo hacemos nosotros; pero es muy sencillo pensar y sentir que si cumplimos Su voluntad seremos libres y felices. Lo decimos en el Padrenuestro: "Hágase TU VOLUNTAD". Lo dice KHRISNA (Dios mismo) a ARJUNA en el BHAGAVAD-GITA cuando afirma: "Aquellos que me adoran a Mi entregándome todas sus actividades y consagrándose a Mi sin desviarse; dedicados al servicio devocional y meditando siempre en Mí, habiendo fijado la mente en Mí ...Yo Soy el que los salva prontamente del océano del nacimiento y la muerte". Y Lo dice Cristo en los contenidos de su Sermón de la Montaña , que se basan en la práctica del amor y la misericordia con cada persona desde la seguridad de que Dios está presente en cada uno, y quien desprecia a alguien desprecia a Dios. ¿Existe alguien más adecuado que los padres y los maestros para iniciar a los niños desde muy pequeños en la comprensión y experimentación de que son almas envueltas en un cuerpo físico, igual que un astronauta está envuelto por su traje espacial? A través del despertar en los pequeños de emociones positivas como: bondad, altruismo, generosidad, compasión, alegría, solidaridad, respeto, y de aprendizajes activos como el de la responsabilidad, el orden, el espíritu crítico constructivo, el juego limpio, los educadores actuamos como "despertadores" espirituales de los pequeños. Ejercicios físicos y mentales en forma de juegos para desarrollar la sensibilidad y la capacidad de observación y concentración, así como el autocontrol, estas son las mejores semillas que podemos sembrar en el corazón de las futuras generaciones para que este mundo cambie. Esta es la otra cara de nuestras tareas como padres que cuidan y como profesores que enseñan, y sin la cual nuestro trabajo está incompleto, mutilado, volcado a un intelectualismo estéril que trata mal las emociones, las niega, las elude, las enmascara, las sufre, no comprende su raíz y no las considera nunca objeto educativo prioritario. Esta deficiencia ya la estamos pagando cara en forma de todo tipo de desajustes emocionales y sociales de los jóvenes y de desinterés por lo espiritual tanto como por lo intelectual. De igual modo, el aprendizaje de los valores puede ser mal tratado al convertirlo en un aprendizaje intelectual más, o en algo que si no cumplimos nos vuelve en forma de castigo. La pobreza con que los maestros son formados inicialmente en el terreno de la psicología general, los valores y las emociones y otras habilidades relacionadas con lo que aquí se dice lleva necesariamente a una relación pobre y sesgada con sus alumnos, basada en esos dos principios limitantes: el principio de autoridad y el intelectualismo. El primero lleva a conseguir ciudadanos sumisos. El intelectualismo, sólo conduce al cultivo de los aspectos superficiales de la realidad, y, por tanto, a la desunión, al conflicto, a las diversas fragmentaciones, posibles únicamente porque el intelecto, como afirma Cristo, sólo habla al intelecto, y pide respuestas desde el intelecto, pero nunca habla al corazón. Y nosotros queremos educar desde el corazón, porque es ahí donde reside el foco energético de nuestro próximo salto evolutivo. PARTE II CAPÍTULO 9 ENFERMEDADES ESTRUCTURALES COMUNES EN LOS SISTEMAS EDUCATIVOS (Vista panorámica, graves interrogantes y alguna conclusión) Pretende hacernos creer cualquier Estado que con su programa y su dinero todo está solucionado, a pesar de su tradicional tacañería en recursos humanos y monetarios, a lo que se añade el intelectualismo estéril de los libros de texto, y, sobre todo, la falta de interés real por formar ciudadanos de pensamiento crítico libre y verdaderamente preparados física, emocional e intelectualmente. El capitalismo no necesita más mentes prominentes que las económicamente necesarias para su funcionamiento. Los cerebros de los pueblos no son socialmente necesarios más que en la medida que favorezcan su estructura. Por eso se favorecen las escuelas privadas de alto nivel, mientras las escuelas públicas adolecen de todo tipo de deficiencias nunca casuales porque la educación de primera calidad está reservada de antemano. Creen muchas familias que con enviar a sus hijos a la escuela o al instituto, todo está solucionado. Pero no hay nada solucionado si entre todos los componentes mencionados no existe la adecuada colaboración, no se cambian ciertas claves, no se establecen exigencias comunes y calendarios de trabajo desde la misma base para llevar a cabo programas de acción cooperativa familia-escuela ,añadiendo a estas los recursos que deberían aportar los gobiernos . Creen muchos profesores que con la preparación recibida en la Universidad están capacitados para dirigir un grupo de alumnos, cuando sabemos de la pobreza de contenidos culturales, pedagógicos, psicológicos y prácticos de la profesión de maestros. No aprenden en los ciclos de formación de su profesión técnicas de impostación de la voz, a pesar de que los problemas de faringe causan la mayor parte de las bajas laborales del profesorado. Tampoco se les enseñan en la Universidad técnicas de autocontrol mental y de relajación para sí y para ser aplicadas en sus clases, etc. Tampoco se enseñan otro tipo de técnicas, como podría ser la dinámica de grupos que permitiría un mayor rendimiento en las reuniones con padres y en el aula. Estas carencias provocan muchos problemas de salud física, ansiedad y estrés en el profesorado, y vienen a ser la causa segunda –pero más profunda y duradera- de bajas laborales y de alteraciones fisiológicas de los maestros, otra importante causa de bajas laborales. En estas condiciones muchos maestros que ejercen su profesión como un trabajo que les da para vivir, aunque lo intenten hacer dignamente según los criterios de la administración educativa (dirigida siempre por un político del Partido más recientemente votado), ni sacan a brillar su espíritu crítico (que reservan para sus alumnos conflictivos), ni se plantean las cuestiones que aparecen en estos mismos escritos como algo útil ni necesario para su trabajo. Como no desean que los padres observen su método de trabajo y descubran parte de sus debilidades, prefieren tener a las familias a distancia y conformarlas con los mínimos legales en atención pedagógica y orientación educativa, y con su presencia en las fiestas del Curso. Así, para la mayoría de los profesores, por desgracia, los padres son más un estorbo en su trabajo que unos presuntos colaboradores en su tarea profesional, más centrada en que se cumplan las programaciones de las asignaturas que en educación integral, psicología del aprendizaje y la conducta, y en fin, en esas cuestiones siempre ausentes en la formación inicial de los maestros, y que difícilmente estos se preocupan de actualizar a lo largo de su vida profesional. Ministros que diseñan sistemas educativos y funcionarios universitarios que dictan los cursos para maestros parecen muy lejos de plantearse siquiera estas carencias básicas. Como consecuencia de todos estos déficits señalados, el papel del maestro de a pie se resiente socialmente. ¿Nunca se detuvo usted a pensar sobre el silencio social que pesa sobre los maestros, sobre la escasa valoración de la profesión de maestro, cuando ahora más que nunca necesita ser potenciada, valorada, "arropada" y reconocida como elemento de cambio social? A la vez, se le exige cada vez más autoridad y eficiencia por esta misma sociedad que no le aprecia ni respeta. Así es muy corriente en las familias criticar a los profesores por sus vacaciones, sus horarios de trabajo y su aparentemente fácil vida laboral, lo que no resulta sorprendente por lo expuesto y por algo más que es preciso denunciar .Veamos : el desprestigio social de la profesión de maestro está perfectamente calculado por los poderes públicos, porque un maestro concienciado, prestigioso crítico, y con capacidad de liderazgo puede ser un elemento potencialmente peligroso estando en contacto con el pueblo .Por eso parecen convenir maestros "neutralizados", enseñantes grises con formación "ajustada"a las necesidades del sistema, y que tengan mínimos contactos con los padres de sus alumnos. Se promociona la imagen del maestro- funcionario- distante. En consecuencia: La sociedad no tiene fe en sus profesores, ni los aprecia, pero en lugar de exigir a la administración pública cambios en los sistemas educativos ( que para eso sirven supuestamente las democracias), calla, no valora la labor de los que enseñan a sus hijos, critica sus vacaciones y horarios y denigra la profesión misma, también delante de sus hijos; mira con recelo el salario que perciben esos profesores , pero nunca se preocupa de movilizarse para que esos profesionales al servicio de la sociedad tengan un mejor sistema educativo, mejor preparación, mejores condiciones de trabajo, mejores edificios escolares, mayor atención psicológica y sanitaria para sus hijos en los colegios, más tiempo para la relación personal y profesional profesor-alumno y profesor-padres, edificios adecuados y recursos didácticos necesarios y gratuitos, etc. Por poner un ejemplo de lo que supone para los padres un maestro es como si uno necesita urgentemente a un médico pero a la vez no siente por esa profesión ningún respeto, ninguna confianza. No se detiene a considerar que ese desprecio puede producirle al enfermo un agravamiento de su enfermedad al no tener fe en sus remedios. Y son finalmente los alumnos los que captan que los maestros no merecen respeto: son invisibles en los medios de comunicación, fundamentales centros de referencia del sistema para establecer valores o negarlos. Los más pequeños ven allí muchos cantantes, futbolistas, policías y demás, pero no maestros y apenas si fugaces imágenes de algún premio literario muy de tarde en tarde a gente de la que apneas vuelve a hablarse en esos mismos medios. Con tantos datos familiares y mediáticos sobre el profesor deben pensar que está totalmente justificada su falta de consideración, y lo único que detiene su mal comportamiento es el miedo a las represiones dentro de los colegios si falta al respeto de sus maestros: Pero en cuanto se pisa el primer curso del instituto, si no es antes, las cosas cambian .Ahora el miedo ya no es el elemento que detiene al alumno para demostrar el poco aprecio que siente hacia aquellos que desean enseñarle...Y esto es un fenómeno creciente que coge a los profesores sin las herramientas apropiadas para defenderse de las muchas formas de indisciplina en las aulas y de los muchos modos de expresar los alumnos el poco aprecio hacia la figura de sus maestros y hacia aquello que pueden enseñarle. Así que nos encontramos ante el pez que se muerde la cola. La familia tiene todo el derecho, y el deber primero, de educar a sus hijos e hijas con el sistema de valores religiosos, políticos, o los que estime conveniente; los profesores tienen todo el derecho a enseñar lo que les concede la libertad de cátedra dentro de unos planes de estudio y programas de objetivos que el Estado suministra...Esto es lo legal, está bien, pero nada de lo que se hace en las aulas tiene valor alguno si no es capaz de producir en los estudiantes cambios personales positivos desde los puntos de vista físico, mental y emocional, y una proyección social cooperativa alejada también del egocentrismo personal, incluyendo el de los propios educadores. Si no se enseña al alumno a pensar crítica y objetivamente, a sentir positivamente y sin miedo a expresar sus emociones, y a ser responsable y autónomo en la medida de lo posible, todo lo que aprendió con enormes sacrificios apenas tiene valor y pronto es borrado de la memoria. En mis muchos años de experiencia profesional, he descubierto que son urgentes acuerdos mínimos en la comunidad educativa sobre los requisitos fundamentales que se deben cumplir para el desarrollo de un ser que tiene que ser educado coordinadamente por padres y escuelas para poder desarrollar sus potencialidades personales y su actuación social armónica y cooperadora. Esta sociedad en que vivimos no lo permite: cada uno de los dos sectores humanos adultos señalados entre los pilares de la educación vive inmerso en sus propios problemas, y olvida la existencia de los otros en la práctica. Familias, instituciones educativas, alumnos , viven dinámicas separadas en función de necesidades e intereses propios. En esa dinámica social compleja basada en códigos sociales superestructurales de derechos y deberes se suelen olvidar los más elementales de uno de esos grupos: los escolares, los estudiantes. ¿Cuáles son sus derechos como hijos del Cosmos, como almas libres que deben ser ayudadas? ¿Tienen derecho a ser atendidos en ese campo?¿O sus derechos acaban cuando se les viste, se les alimenta, se les envía a la escuela para que aprendan asignaturas inconexas y se satisfacen sus pequeños caprichos? ¿Quién les ayuda a crecer por dentro sin caer en la trampa de adoctrinarles?... ¿Quién les enseña las leyes del pensamiento correcto y el cultivo sistemático del auto-descubrimiento, la importancia de la libertad responsable y la creatividad constructiva?...Nadie. Es verdad que existen las clases de religión de la iglesia católica, pero en los colegios existen niños de otras religiones y niños cuyos padres no practican ninguna. La política tradicional de los gobiernos del área católica ha sido incorporar a las escuelas la enseñanza religiosa del Vaticano como asignatura. Pero ese tipo de educación no ha producido precisamente mejores personas en la dirección del mundo, y, en el caso de la iglesia católica, ni siquiera esas vocaciones sacerdotales que posibilitarían su pervivencia a largo plazo, pues todos sabemos que la Iglesia católica pierde fieles por días. La enseñanza de las religiones es asunto privado y libre de las familias y no de las instituciones escolares, pero los estados son muy sumisos con el Vaticano: entre ellos se entienden muy bien en el reparto de privilegios. Los estudiantes y sus complejas necesidades espirituales y emocionales están ausentes a la hora de elaborarse unos planes ministeriales que vienen a ser más de Lo Mismo, aunque sea en materia religiosa y aunque se legisle para favorecer a otras religiones como la islámica o la protestante. Mas todo eso es sólo una parte de la educación espiritual si no ha sido falsificada la religión original ni el sentido de lo espiritual, como ha sucedido con el catolicismo y como sucede con las demás en cuanto forman parte del engranaje político. ¿Acaso no pertenece al terreno de la privacidad más íntima la manera de ver la religión individualmente cada familia o cada uno de sus miembros? ¿Puede ser un asunto de interés oficial o social la relación del alma de cada uno con Dios? Mas bien parece una intolerable intromisión propia de épocas pasadas. ¿Por qué no hablar de una educación en valores consensuados escuela-familia sin intromisiones oficiales que sienten las bases del desarrollo espiritual de los pequeños y capaces de llevar al terreno de la convivencia cotidiana las pautas religiosas de las familias? Este es un tema extraordinariamente delicado y complejo que debe resolverse en la comunidad escolar de base sin que ningún Estado imponga criterio alguno en ningún caso más allá de garantizar la convivencia y el respeto debidos a todas y cada una de las partes. Y en todo caso dejar el estudio concreto de las materias religiosas a las confesiones correspondientes en sus propios lugares de culto oficial, que para eso están. Mientras tanto, ¿se tiene en cuenta para la formación de los más jóvenes lo que la propia Ciencia oficial y grupos de investigación diversa han aportado en los últimos años sobre el conocimiento del cerebro, de la mente, de las leyes físicas y del espíritu humano y sus posibilidades más allá de cualquier definición religiosa concreta?.... ¿Se tienen en cuenta siquiera por los gobiernos,-más allá de premiarlas sobre el papel- las experiencias punteras que dentro del propio sistema educativo se realizan por profesores o equipos de profesores con alumnos y familias?...La respuesta es NO. ¿ Se tienen en cuenta por los responsables públicos de la educación los conocimientos que aportan filosofías o pedagogías consideradas con un matiz espiritual libre ? Claramente no. Los poderes fácticos, que son los poderes políticos y sus clientes en el campo educativo, tienden a censurar en la práctica, o a minimizar, como buenos aliados del cristianismo "reconvertido"en católico o protestante, todo aquello que merme su hegemonía secular impidiendo de hecho que otros conocimientos y experiencias alternativas y/ o espirituales tengan acceso al sistema normal de enseñanza. Ahí esta el ejemplo de las escuelas Waldorf , ahí está el ejemplo de las escuelas cristianas alemanas de Würtzburg en Baviera; ahí está, en fin, el poco interés de los poderes públicos para que los estudiantes conozcan otras filosofías e intenten comprender otros tipos de pensamiento alternativo en los campos de la medicina, la sociedad o el medio ambiente. Entre ellos cabe destacar los movimientos alternativos ecologistas y los movimientos Antiglobalización como testimonio. ¿Acaso es casualidad? No podemos ser ingenuos. Existe muy poco interés en los poderes públicos y en sus funcionarios por la renovación profunda de la sociedad, la educación y la enseñanza; existe muy poco interés en los derechos de los estudiantes como mentes con derecho a pensar por sí mismas con todas las consecuencias que eso supone en grados de libertad; como seres sociales y espirituales con derecho a ser escuchados a la hora de establecer las grandes líneas de los planes de estudio, formando parte de los otros estamentos que debieran estar en la misma mesa: padres y profesores y no únicamente los gobiernos. Pero para que esto suceda verdaderamente han de darse cambios muy importantes en las conciencias individuales de la actual humanidad, y desde luego ha de producirse una pérdida de poder de los grupos de presión política, económica o religiosa por su carácter negativo y retrógrado. La ausencia de voces críticas dentro de los sistemas educativos nos aboca a todos a un mundo condenado al inmovilismo y finalmente abocado a autodestruirse por el egocentrismo y la falta de metas espirituales y sociales liberadoras y cooperativas. Se precisa un enorme ejercicio de sinceridad por todos y cada uno de los que tenemos relación con la educación de las generaciones presentes para reconocer en nuestro corazón cuán alejados vivimos realmente de aquellos hermosos propósitos de los maestros de todos los tiempos, de cuyas rentas vivimos en la realidad (aunque cada vez menos); cuán profundamente alejados estamos de los ideales de la Humanidad que a lo largo de los siglos han enarbolado los mejores de entre nosotros para recordarnos en todas las épocas el sentido trascendental de la existencia, la grandeza de ser humano, el respeto por la propia vida y la de nuestros semejantes, el amor como categoría suprema. Y la libertad, la igualdad, la tolerancia, la fraternidad, la justicia y el sentimiento de unidad universal como objetivos para un mundo nuevo en paz. Este es el desafío de la nueva educación. La pedagogía del amor es el remedio educativo contra la sociedad de la fragmentación y el desorden real que nos toca vivir hoy. No hay ni habrá ningún Nuevo Orden Mundial que no tenga en el amor solidario su punto de partida y a los padres y centros escolares como lugares de aprendizaje y entrenamiento de virtudes espirituales, mentales y sociales. No nos dejemos engañar. PARTE III CAPÍTULO 9 CUANDO LA ESCUELA EDUCA CON LAS FAMILIAS Hemos ido descubriendo juntos en las dos primeras partes de este libro algunas de las muchas miserias que aquejan a nuestra sociedad y que acaban por plasmarse en las escuelas. Hemos visto igualmente las consecuencias tan negativas que tienen para todos este enorme desencuentro entre la sociedad y los maestros, así como de estos con sus alumnos, y pusimos al descubierto el papel represor de la Iglesia, y la ineptitud de los gobiernos a la hora de educar a las nuevas generaciones. En contrapartida, afirmamos la necesidad de nuevos valores y de una nueva conciencia basada en la libertad y el conocimiento experimental y teórico de la realidad espiritual. Así que ha llegado la hora de intentar contestar preguntas como estas: ¿ Es posible conseguir unos sistemas educativos que desarrollen en los alumnos valores tales como libertad, creatividad, responsabilidad, espíritu crítico y respeto interpersonal? ¿Es posible fundamentar la educación de los niños en algún tipo de colaboración entre padres y profesores? ¿Por dónde empezar? Lo que proponemos ahora es que si están interesados nos sigan en esta experiencia que se desarrolló recientemente en una escuela pública de una ciudad de España. Algunos de los lectores podrán objetar que lo que se expone en las dos primeras partes de este trabajo son asuntos de un nivel superior a los que aparecen ahora en la experiencia con padres y alumnos. Es cierto. Pero como sucede con todo, siempre conviene empezar por lo sencillo, colocar los cimientos para seguir edificando desde ahí, intentado siempre ser fieles a la filosofía que impregna el conjunto del trabajo: en la composición de los cimientos ya están presentes los ingredientes que pueden hacer crecer este edificio llamado Educación del Amor. Como es arriba, es abajo. En lo pequeño está contenido lo grande: sólo hay que descubrirlo, y experimentarlo. Esto es lo que vamos a hacer ahora. UNA EXPERIENCIA PILOTO EN EL COLEGIO PÚBLICO MANJÓN , DE ELDA (ALICANTE , ESPAÑA) Fundamentos y descripción. Durante dos ciclos sucesivos de trabajo con los cursos tercero y cuarto de primaria (89, 9-10 años), tuvo lugar una experiencia de trabajo durante los años 1989 al 2003 con los niños y niñas orientación, reflexión, y sus padres análisis, con objeto de introducir elementos para observación, auto- observación, , actuación programada individual de las familias en relación con las necesidades de sus hijos y puesta en común de resultados de cada uno en el con el tutor de sus hijos en el marco del colegio. El objeto perseguido era que los padres pudiesen conocer a sus hijos con mayor profundidad, y mejor a sí mismo cada uno de ellos, para dialogar sobre todos aquellos temas que aparecen en la vida cotidiana y poder orientarse en aspectos de la educación de los niños y niñas que muchos no saben cómo afrontar. A ellos es debido el éxito de este trabajo: a su constancia y a la dedicación de parte de su escaso tiempo libre durante dos años por cada ciclo y un día al mes de puesta en común para revisión de lo conseguido y fijación de nuevas metas. Muchos padres modernos no saben cómo afrontar el reto de la educación de sus hijos ante tanta negatividad que observan en este mundo moderno tan lleno de contradicciones, tan falto de amor y cooperación y tan excesivo en violencia , que afecta a la psicología de los más pequeños y desconcierta a sus educadores ante los resultados negativos que observan acrecentados en el mundo adolescente y juvenil. No parece haber remedio fácil para atajar tales situaciones negativas que les preocupan mucho más de lo que trasciende en los medios de comunicación. Ni lo parece ni lo hay. En consecuencia, muchos padres se sienten y a menudo desanimados y con sensación de fracaso, pero cuando se hallan frente a situaciones que luego, en grupo, se analizan y se racionalizan, finalmente se descubre que los problemas suelen ser muy parecidos porque también lo son los modos de vida, los comportamientos colectivos y las fuentes de información. Para poder realizar esta experiencia de aproximación familia-escuela se contó siempre con la colaboración y apoyo del equipo directivo del Centro, así como con la ayuda puntual del psicólogo escolar. Sin esas ayudas inestimables no hubiera podido realizarse como es debido. Es preciso decir que los equipos directivos de los centros actúan demasiado a menudo como burócratas ( y hay demasiados de estas características, por desgracia para la educación en todas partes). Frecuentemente no hacen más que paralizar iniciativas que procuran renovar aspectos de la educación que la Administración de los Gobiernos no contempla o no quiere contemplar. Apresados por la letra de la ley, se olvidan de su espíritu,(estar al servicio de la mejora de la sociedad) y sitúan la comodidad y la rutina por encima de los intereses de aquellos a quienes deberían servir. Padres y profesor tutor tratamos de: A) Conocer mejor a los hijos, y valorar críticamente su propio trabajo con ellos a fin de establecer mecanismos correctores adecuados. B) Estrechar la relación de familia- escuela para conseguir juntos una educación de calidad y establecer acuerdos sobre comportamientos y valores que favorezcan a todos y prevengan actitudes negativas de sus hijos en el presente y más adelante. C) Ejercer de catalizadores de experiencias y testigos de la evolución de los procesos. Sería de desear Centro y que esta experiencia contara con el apoyo del equipo directivo del del psicólogo escolar para intervenciones puntuales que normalmente demandan los propios padres y madres. En todos los casos se huye de la clase magistral del profesor-coordinador, que actúa más bien como promotor de reflexiones, conductor y moderador, pero siempre poco formalista en la forma, aunque riguroso. Debe ser percibido por todos como alguien a quien le importan verdaderamente los niños y que debe ser visto como próximo, serio, responsable y dispuesto a escuchar. Se pretende huir de la lección magistral ya desde la propia disposición de la sala de reuniones, donde los asientos se disponen circularmente, para favorecer la intercomunicación. Esta disposición es muy importante. Es importante, por último, que los padres tomen conciencia de que se llevan "deberes" a casa para un mes, observan los comportamientos de sus hijos, y los propios que surgirán; anotan las dificultades, y llevan a las reuniones las observaciones oportunas sobre su experiencia personal .Eso favorece mucho la comunicación y aprendizaje del grupo, aunque no puede esperarse que suceda de la noche a la mañana si sus componentes no se conocen apenas. Pero todo llega. La confianza se toma su tiempo. En la clase, entre tanto, los niños realizaron durante la experiencia diversos cuestionarios de autoobservación sobre su personalidad, comportamiento y aprendizaje que luego eran también leídos, valorados y contrastados por sus padres en las reuniones. Algunos de esos cuestionarios sorprendieron a los padres porque no sospechaban determinadas respuestas de sus hijos y les dieron pistas abundantes para actuar en casa. Es sabido cuán a menudo cambia el comportamiento del niño fuera de casa. Observar eso proporciona mucha información sobre él y su medio ambiente inmediato. Los chicos realizaban asambleas donde se dialogaba sobre aquellos asuntos- tratados siempre de modo anónimo, lógicamente - que los padres exponían como problemas en la convivencia diaria con sus hijos. Estos eran los problemas cotidianos, que siempre se reflejan en la clase. Problemas sobre los cuales habría que trabajar. Estas eran buenas ocasiones, también para hablar sobre situaciones que surgen en la vida cotidiana de las familias respecto y cómo las viven los hijos... Las conclusiones de las asambleas de los escolares sobre estos puntos eran luego expuestas a los padres. De este modo se cerraba el círculo informativo y se tomaba conciencia de la realidad que había que asumir. A medida que se trabajaba en este sentido, podía apreciarse que subía el nivel de comprensión acerca de sí mismos, valoración de la relación de los padres con su maestro y autovaloración de los alumnos .Los porcentajes de éxito en torno al 98 %, de media en los años que se realizó la experiencia muestra su validez considerando que en España los niveles medios están muy por debajo de esa cifra (entre el 60 y el 70 %). Podríamos hablar también del aumento de madurez intelectual y emocional de los niños, de su buen coeficiente de autoestima y de la expresión madura de sus intervenciones en las asambleas semanales organizadas con moderador y secretario, donde todo se anota y se discute con orden y turno riguroso de palabra. Es muy importante destacar, así mismo, la baja frecuencia de la conflictividad interpersonal y el buen espíritu cooperativo, así como una corriente de verdadero respeto y afectividad hacia los profesores en general por parte de los alumnos .Empezaban a comprenderlos en la misma medida que empezaban a comprender muchas actitudes y demandas de sus padres. El mérito de esta exitosa labor corresponde, más que a la voluntad de esta o aquella persona que pueda promoverla , a la corrección del procedimiento: un grupo de padres y madres y el tutor de sus hijos, con apoyo del Centro donde estudian, deciden reunirse periódicamente con el único objeto de dialogar sobre la educación de los pequeños y ponerse de acuerdo en cómo ayudarles a crecer. Es una cuestión de interés por parte de todos y deseos de mejorar la educación de los pequeños y los propios comportamientos de los adultos en su trabajo como educadores. Es de destacar el gran valor de los padres y madres que cada mes acudían a las reuniones con sus apuntes y dispuestos a hablar sobre sus hijos luego de las largas horas de trabajo que todos los obreros tienen que soportar bajo el sistema capitalista. Y ahora pasamos a exponer algunos de los documentos trabajados. Tómense como muestra de lo que se puede hacer, no como algo acabado en sí mismo. La vida es un proceso abierto donde el valor de las experiencias de uno es lo que en verdad cuenta. Y la educación es un preparación para comprender lo valioso sin miedo de asumirlo. CÓMO INFLUYEN LAS FAMILIAS EN EL PROGRESO ESCOLAR (DOCUMENTO BASE DE AUTOOBSERVACIÓN PARA PADRES EN EL TRABAJO EN GRUPO CON PROFESOR-TUTOR) 1. Dialogo con mis hijos sin intentar fórmulas autoritarias. (Si en una familia no existe un buen diálogo, los niños no aprenden a dialogar, y vienen al colegio con deficiencias) 2. Me intereso por sus trabajos en la escuela. (Si los padres no se interesan por los trabajos de los hijos, ellos consideran que no tienen valor, y en clase carecen de motivación) 3. Les ayudo en los trabajos cuando me lo piden. (Si no ayudan cuando se les pide ayuda, sus hijos no ayudarán a otros. Serán insolidarios y egoístas. Y tendrán problemas escolares por eso.). Me intereso por sus trabajos diarios. 4. Procuro que tengan una imagen positiva de los maestros. (Cuando se les habla mal de los profesores se les hace un enorme daño, porque impide la confianza imprescindible. ¿Qué valor puede tener lo que me dice una persona en la que no creen mis padres?.. Yo, entonces, tampoco tengo por que creer nada de esa persona). 5. Les educo para que aprendan a valorar sus cosas y a tenerlas en orden en casa. (Si los padres no consiguen que el niño tenga en orden su habitación y sus cosas personales, los maestros tendremos enormes dificultades para que sean ordenados en sus trabajos, en sus cuadernos y en el uso del material escolar). 6. Les hago responsables de una parte de las tareas domésticas y les enseño a superar el machismo en las relaciones familiares. (Si no son responsables en casa, tampoco lo son en el colegio, si viven en un ambiente discriminatorio hacia la mujer, los niños tendrán, como mínimo , problemas de relación con el otro sexo que se pueden agudizar a la larga). 7. No cedo ante las exigencias consumistas de mis hijos. Les enseño a captar los trucos de la publicidad para orientarles hacia el consumo responsable y de productos sanos a todos los niveles. (Si son consumistas, hay que averiguar la causa y corregir esa tendencia ; de lo contrario se acostumbran a la ley del mínimo esfuerzo ya que todo lo consiguen sin apenas resistencia. También en el colegio y en la vida social tenderán a la ley del mínimo esfuerzo, y a motivarse sólo por cosas que tengan premio fácil. También tendrán muy disminuida su resistencia a la frustración, lo que provocará problemas en su vida de estudiante y de relación social). 8. Les enseño a ser autónomos en todo lo que pueden hacer. (Si no son autónomos se convierten en dependientes en subordinados en manipulables. También en el colegio, respecto de los demás y del profesor. Querrán que todo se les dé hecho y organizado, sin que ellos se esfuercen por falta de confianza en sus propias decisiones y comodidad). 9. Controlo los programas de televisión que pueden ver, negociando y razonando con ellos los pros y los contras, y selecciono la TV infantil en su caso para evitar programas que puedan dañar sus emociones o su educación familiar. (La TV. es enemiga de la creatividad infantil, de la capacidad de atención y concentración. Favorece la pasividad en el aprendizaje. Provoca nerviosismo. Origina conflictos en el alma del niño, envía al subconsciente cantidad de imágenes y mensajes que el consciente no puede captar debido a su velocidad y a la falta de conocimientos del niño para comprender mucho de lo que ven del mundo adulto. La tv. favorece las actitudes que enseña: violencia, desavenencias, pérdida del sentido de autoridad, erosión de valores éticos y de conducta personal y social en general Es uno de los peores enemigos para sus hijos, y ciertos programas conviene verlos con ellos y comentarlos). 10. Les hago retirarse temprano a su habitación .(Un niño o niña necesita dormir alrededor de 10 horas. Cuando no lo hacen, su rendimiento escolar baja en picado. Carecen de energía). Esto, sin embargo, cuesta mucho de conseguir, debido a los prolongados horarios laborales de los padres. 11. Les levanto con tiempo para desayunar relajados y prepararse para el colegio. (Levantarse con tiempo para desayunar elimina el stress y favorece una armoniosa entrada en el día, y una actitud serena y atenta en clase. El desayuno es importante que sea completo, cuanto más variado mejor. Los escolares suelen desayunar mal, y los almuerzos que traen al colegio carecen de valor alimenticio o son perjudiciales en su gran mayoría. Consecuencias a corto plazo: falta de energía intelectual. A largo plazo: problemas digestivos y circulatorios. La dieta de los primeros años es el origen de muchas enfermedades de los adultos , así que procuro que tengan una alimentación equilibrada sin abusos de azúcares y grasas, y en la que incluyo frutas y verduras). 12. Normalmente nunca discuto delante de ellos con mi pareja. (Las discusiones delante de los niños perjudican enormemente su equilibrio emocional. Les origina un sentimiento profundo de tristeza, les hace perder energía. Se vuelven inseguros, tímidos y agresivos con suma facilidad. Esto repercute negativamente en el aula.) 13. Les doy ejemplo en el trato respetuoso y sincero a los demás. 14. Soy un ejemplo para ellos de tolerancia. (El respeto al diferente sea cual sea y la tolerancia hacia opiniones y formas de vida ajenas son valores que se aprenden en casa y se practican en la vida del escolar. Si los padres no enseñan esto o no le dan importancia en la práctica, los hijos tampoco. Esto entonces se convierte en problemas de convivencia en el aula y más adelante, en la vida social). 15. No les planteo que el trabajo es algo como un castigo ni en casa se vive así .( Los niños deben tener una visión positiva del trabajo, de lo contrario tendrán a la pereza y al escapismo). Deben entender que todos los trabajos son buenos, necesarios y socialmente útiles, y que no existe ningún trabajo inferior. Que no valoren los trabajos por el dinero que se gane ni por el prestigio social. El niño debe tener la convicción de que haga lo que haga es bueno si está siendo bueno para él o para otros. Tendrá entonces una actitud generosa, lo cual no le eximirá en ningún caso de ser reivindicativo y de exigir sus derechos) . 16. Les enseño a ser pacíficos a través de mi ejemplo. (Una actitud pacífica de los padres, una actitud abierta y amistosa, es la mejor educación de los hijos en este aspecto. Si sus hijos son educados así, tendrán amigos y serán nobles en sus relaciones). 17. Les muestro lo hermoso de la vida en todos sus aspectos. (El mundo moderno es un mal ejemplo para sus hijos. Deberíamos dialogar sobre las causas de la infelicidad: envidia, celos, orgullo, falta de valores espirituales y éticos. Si sabemos cultivar en nuestros hijos valores positivos en su entorno inmediato, tendrán una vida optimista, vivirían en armonía, sabrán resolver sus conflictos de un modo saludable y no necesitarán buscar sensaciones fuertes para ser felices. En el trabajo escolar se mostrarán más animosos y motivados) . 18. Les enseño a ser cuidadosos con su entorno en la calle, en el campo, y donde estemos. (Es importante que comprendan los hijos el valor de la Naturaleza para nuestra vida. Debemos ser un ejemplo. Cuando no lo somos, los desperdicios de la salida al campo se quedan allí a nuestro regreso, el humo de los cigarrillos impregna el aire que respiran del coche o de la habitación de los niños, la basura doméstica no se separa para reciclar, etc.) 19. Procuro proporcionarles todo tipo de experiencias que les ayuden a ser más sensibles y ricos interiormente (artísticas, espirituales, intelectuales, sociales, etc).(Veo con ellos programas culturales, o sobre la Naturaleza, salimos al campo lo más a menudo posible, visitamos parques, y otros lugares de interés natural, asisto a representaciones de danza o a conciertos, les llevo a visitar museos y exposiciones, compartimos películas de interés plástico, o de contenidos educativos, observo sus inclinaciones por si conviene asistan a clases de idiomas, informática, arte, etc. pero siempre sin recargar su día a día para que vivan una niñez lo más feliz y plena que sea posible.) 20. No pongo el dinero ni lo material como la meta de la vida, sino que hablo de su justo valor como recurso para cubrir nuestras necesidades. (Se ha de ir con cuidado en este asunto, y tratar las cuestiones económicas y sus implicaciones en la vida familiar sin que los pequeños de la casa tengan que : a)preocuparse por lo mal que puede ir la economía; b) sobrevalorar lo material y aspirar al tener sobre el ser. 21. Procuro informarme sobre los rasgos psicológicos de los niños y niñas de su edad y ambiente a fin de poseer una referencia mínima sobre las actitudes y valores de mis hijos. Puedo recurrir al tutor o al psicólogo del colegio si lo considero necesario. 22. Las normas de educación que doy a mis hijos son válidas siempre para las mismas circunstancias, con la idea clara de que cada excepción a esta regla de actuación es fuente de conflicto e inseguridad en el niño y merma de autoridad para los padres.(Sería perfecto que padres y profesores compartiéramos ciertas normas básicas, especialmente en estos momentos de crisis de los valores tradicionales por un lado y de intercambios interculturales debido a la inmigración. 23. No doy premios indiscriminadamente, a mis hijos sino según los méritos de las actuaciones. Y no siempre doy premios por el deber cumplido. (Por premios no se entiende únicamente regalar objetos materiales, sino también los de tipo emocional: caricias, sonrisas y otras muestras de afecto que puedan reforzar conductas positivas.) Todos y cada uno de esos puntos fueron trabajados con dos grupos diferentes de padres y madres a lo largo de cuatro años. Los acuerdos y resultados los exponemos en el siguiente capítulo, que consideramos de singular interés para todos. INNOVACIONES, PRÁCTICAS Y RESULTADOS 1 El pupitre cero. Es una mesa de la clase donde los padres tienen libre acceso a determinadas horas convenidas para presenciar el desarrollo real de la clase, tomar contacto con sus problemas cotidianos y observar la conducta de sus hijos que luego ha de ser contrastada por sus compañeros, pues siempre varía a mejor en presencia de los padres. Las notas que los padres o madres toman en la sesión son luego comentadas en la reunión mensual de todos los padres con el tutor, y suelen ser de gran utilidad orientadora para todos. También para los profesores. Esta experiencia es altamente positiva, pues además elimina toda suspicacia hacia los maestros, estrechando la colaboración real, y favorece en gran medida tanto la toma de conciencia de las necesidades educativas de los niños, como la implicación de los padres. Tiene además el efecto último de favorecer el interés de los niños y niñas por su propio aprendizaje y el de reforzar las conductas positivas, así como el de aumentar la valoración, credibilidad y autoridad de los educadores... Su unión da a los pequeños la sensación de armonía que tanto aprecian entre padres y profesores, sintiéndose importantes por esa relación que acontece gracias a ellos y viendo así crecer su propia autoestima. 2.- La clase del padre o de la madre. Es este un elemento reforzador del "pupitre cero" y más difícil para los padres, por lo que suele tener menos éxito entre ellos. Se trata de aprovechar la profesión de algún padre o madre en el área de Conocimiento del Medio para que, como complemento del programa y ocasionalmente, expliquen a los niños en qué consiste su trabajo, y contesten a las preguntas de la clase. Aquí los padres dan todavía un paso más para comprender el trabajo del profesor en el papel de enseñar, y es un importante elemento reforzador del interés de los niños por su aprendizaje. 3 El día de la fruta. Se planteó por la dificultad que tienen los niños de comer frutas y verduras y en vista de los problemas referidos al aumento de la diabetes y la obesidad; a los problemas dentales y del sistema nervioso que la carencia de vitaminas y sales minerales, así como el exceso de grasas ,azúcares y vida sedentaria, les produce. Se busca paliar el efecto negativo de tanta bollería industrial y otros productos poco saludables en su dieta. Y sobre todo, de crearles el hábito del consumo sano y responsable hacia su cuerpo. El grupo decidió un día a la semana para que todos los niños trajeran fruta como almuerzo. Esto podría ser ampliable más adelante, una vez conseguido el hábito. Pero sobre todo se trataba de que también los padres tomaran conciencia sobre la importancia del equilibrio en la dieta infantil y de la suya propia. 4.- Restricción de televisión y videojuegos. Se reflexionó con los padres de lo perjudicial que resulta la televisión para sus hijos, tanto por los contenidos violentos de tantos programas, como por las pautas de comportamiento que pueden derivarse de su abuso, tales como: pasividad, nerviosismo, pérdida de capacidad de imaginar, sedentarismo, imitación de modelos de conducta negativos de los personajes que admiran, alteraciones de la visión, etc. Se acordó limitar a dos horas máximo al día el tiempo dedicado a las pantallas en general ( Y ya era mucho tiempo, pero con respecto al que actualmente le dedican, un gran adelanto). Se trata de ir eliminando poco a poco el abuso de la imagen y los juegos electrónicos y favorecer la lectura, la creatividad Y la relación social . A tal efecto se puso en funcionamiento una biblioteca de aula, con sus bibliotecarios por turnos, donde los niños aportaban sus propios libros y los intercambiaba. Al mismo tiempo, se les animó a hacerse socios de la biblioteca pública. Complementando este trabajo, en las asambleas semanales de clase los niños exponían libremente sus preocupaciones y puntos de vista sobre todos los temas que se referían a ellos en las reuniones con sus padres y poco a poco aceptaron asumir con gusto ciertas limitaciones porque encontraron otras compensaciones, especialmente cuando se estableció un acuerdo con sus padres sobre los deberes, tema que suele ser poco del agrado de los niños por estar generalmente mal planteados o ser poco interesantes. 5.- Deberes, según. Existía un amplio repertorio de actividades a las que acudían los niños-as al terminar las horas de colegio. Se realizó un estudio de la agenda de cada niño en función de las actividades extraescolares que realizaban a lo largo de la semana, y se pusieron los deberes, previo acuerdo en la asamblea de padres, en función de los días "blancos" para evitar el agobio, favorecer el gusto por hacer el trabajo y disponer de tiempo libre para sí mismo. Así no todos los días tenían deberes todos a la vez, y esto permitía una mayor atención individual por parte del profesor, a la hora de corregirlos. (Conviene recordar que los padres estaban completamente de acuerdo sobre que los niños deben disfrutar de su infancia también durante la semana.) 6.- Lectura diaria. Este acuerdo favoreció que los niños leyeran cada día un cuento a sus padres o a sus hermanos más pequeños. Tanto sus relatos personales como sus poemas o adivinanzas podían leerlos luego a la clase antes de empezar el trabajo como se ha descrito. Estos trabajos eran muy bien aprovechados para el área de plástica y lenguaje. 7.- Edición de un libro de poemas y cuentos, al final de cada ciclo de dos años.Es preciso decir que los cuentos y poemas son escritos voluntariamente en casa, nunca como deberes, y leídos por el autor a la clase, que actúa como jurado y selecciona a mano alzada, (casi siempre con buen criterio), los mejores. Este libro se convierte en el libro del verano para los alumnos. En nuestro caso fueron editados dos - uno por ciclopor el propio colegio, utilizando la fotocopiadora. 8.- Representación de obras de teatro con participación de los padres a todos los niveles : vestuario, maquillaje , decoración, grabación de vídeo, etc. 9.- Profundización de la convivencia en el aula, y práctica ausencia de conflictos. Valoración del diálogo y la democracia como medio de solucionar los problemas de relación, individualmente y en asambleas de clase .La clase está estructurada democráticamente. Existe un delegado de curso y diversos responsables que son elegidos en votación secreta una vez al trimestre. Semanalmente se celebran asambleas dirigidas y coordinadas por los responsables del Curso bajo la supervisión del tutor, allí presente, que puede actuar de árbitro y hacer propuestas en vista de los temas que surjan. En las asambleas se analizan los problemas que surgen en el aprendizaje, la relación y el comportamiento, y se comentan los resultados de los cuestionarios propios o de aspectos de los cuestionarios de los padres que les pudieran concernir. En las asambleas se llegan a acuerdos y compromisos de actuación y se anotan todas las cuestiones en un libro de referencia .Así puede verse cómo evolucionan los aspectos que van surgiendo en la puesta en práctica de los acuerdos. 10 .- Realización de cuestionarios de autobservación. Estos cuestionarios, elaborados por el profesor-coordinador, los rellenan los padres en casa y traen sus conclusiones a las reuniones con el fín de manifestar aquellos elementos tanto positivos como negativos que aparecen en su trabajo como educadores, a fín de potenciar lo positivo y poner remedio a lo negativo a través de las aportaciones de todos. Así sucede que problemas correctamente tratados por una familia han servido como ayuda a otras que no sabían cómo solucionar con sus hijos esos mismos problemas. Esto también favorece la unidad del grupo, y en muchas ocasiones refuerza en los padres la seguridad de su trabajo educador. Por su parte, también los alumnos rellenaron cuestionarios que luego eran revisados por el tutor y llevados a la asamblea de padres con el doble objeto de que los niños reflexionaran sobre cuestiones concretas de interés, y de que los padres conocieran mejor a sus hijos y su manera de pensar sobre sí mismos y sobre su proceso de aprendizaje fuera del ambiente familiar. Los temas que abarcaban los cuestionarios fueron los siguientes: reflexión sobre sí mismos (autoconocimiento) y sobre la relación con los demás ; autovaloración del proceso del propio aprendizaje, reflexión sobre la propia conducta y sobre el uso de los materiales y cuadernos de trabajo, temas puntuales, actitudes en casa. Por su parte, los padres analizaban en cuestionarios propios sus formas de actuación educativa y descubrían sus aciertos y errores, mientras aprendían a valorar las aportaciones de los otros padres. Estos cuestionarios eran tratados siempre en forma de test con valoraciones finales en función de la calidad de las respuestas. De ahí podíamos partir para analizar la realidad de cada uno de los grupos. PARTE III DOS CUESTIONARIOS DE OBSERVACIÓN (Para uso del profesorado) 1 ACTITUDES INCORRECTAS MÁS FRECUENTES EN CLASE ASPECTOS PARA EVALUAR LA DISCIPLINA GENERAL O PARTICULAR 1. Falta de atención o de respeto al profesor cuando explica. 2. Hablar sin respetar el turno de palabra. 3. Levantarse del sitio injustificadamente o en la explicación del profesor. 4. Distraer la atención de los compañeros cuando trabajan. 5. Pelear, insultar, o extorsionar a compañeros o compañeras. 6. No seguir las normas cuando se trabaja en equipo. 7. Molestar a compañeros o profesores hasta el punto de interrumpir la clase. 8. Perder, maltratar o no aportar los libros o el material necesario de trabajo. 9. Pedir ir al aseo con frecuencia sin que exista una causa física. 10. Coger cosas de los demás o material del aula sin permiso. 11. Arrojar objetos 12. Maltratar el material de clase o las instalaciones del Centro. 13. Faltar a clase o llegar con retraso de un modo injustificado. Cuadro de frecuencias Fecha 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 Observación Procedimiento de valoración: 1. Observar el número de alumnos que mantienen cada una de las actitudes señaladas y anotar el número en los cuadros correspondientes .Conviene observar a la clase durante el tiempo necesario como para que los datos sean fiables. 2. Realizar la valoración del colectivo o de alumnos concretos en diversas fechas para medir el grado de consecución de objetivos educativos. Este test nos resultará útil para tener un mapa conductual de un grupo de alumnos o de alumnos en particular y establecer criterios de actuación al respecto. 2 EL NIÑO(A) EN EL MEDIO ESCOLAR (OBSERVACIONES PARA CONTRASTAR CON LAS DE LOS PADRES) Alumno o alumna:................................................................................................... COMPORTAMIENTO Respuestas: (SI - NO - A VECES - NUNCA O CASI NUNCA) 1. Se motiva con facilidad para aprender...................................................... 2. Hace con agrado y termina las tareas que se le indican................................ 3. Admite bien las críticas razonadas.......................................................... 4. Pone interés en cambiar lo que hace mal................................................ 5. Molesta o es molestado por otros con frecuencia......................................... 6. A menudo se pelea, insulta o es insultado................................................. 7. Interfiere en las conversaciones cuando el profesor habla con otra persona………… 8. Muy a menudo busca llamar la atención de sus compañeros............................ 9. Hace normalmente con buen resultado los deberes para casa........................ 10. Cuesta que ordene sus cosas personales.................................................... 11. Cuida mal, o pierde a menudo los materiales relacionados con el colegio...... 12. Se queja con frecuencia de compañeros.................................................. 13. Se queja frecuentemente de algún profesor-a................... ........................ 14. Se relaciona amistosamente con su entorno fuera del aula............................. 15. Falta a clase a menudo por razones poco justificadas................................... VALORACIÓN: • Rodee con un círculo las respuesta SI o próximas al SI . • Marque con una cruz las respuestas NO, o próximas al NO. • Debería tener SI en los números 1, 2, 3, 4, 9,14 y NO en todos los demás. Dependiendo de la intensidad y de la repetición de las respuestas SÍ a los ítems 5,6,7,8,10,11,12,13,15, conviene una entrevista con padres-tutor y valorar los motivos de su conducta. Si los motivos persisten o se agravan las actuaciones problemáticas, interesar al psicopedagogo escolar para que cite a los padres y les oriente en modos de actuación. PARTE III TEST DE AUTOOBSERVACIÓN Y AUTOVALORACIÓN 1 NOMBRE DEL ALUMNO (A) ................................................................................................... 1. Está atento-a a las explicaciones de los profesores, con escucha activa. 2. Calla cuando trabajamos individualmente, o realiza sus consultas sin molestar. 3. Permanece sentado normalmente en su pupitre mientras hace su trabajo. 4. Sabe relacionarse sin discriminaciones por sexo, religión, raza, o condición social... 5. Respeta el turno de palabra para intervenir en los diálogos y sabe respetar opiniones. 6. Realiza los trabajos que se le indican esforzándose en su calidad. 7. Cuando el profesor explica, permanece sentado y en silencio. 8. Es cuidadoso con su material de trabajo: gomas, lápices, etc. y tiene lo necesario. 9. Tiene una actitud positiva para trabajar en grupo y para compartir. 10. Se presta fácilmente para ayudar a los compañeros que lo precisen. 11. Tiene una actitud general de colaboración con los profesores y el colegio. 12. Es cuidadoso con el entorno físico y los materiales de clase y del Centro. Rellenar con verde los cuadros con actitudes correctas Fecha 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Firma padres Cada cuadro sin rellenar de verde es un reto hasta la próxima valoración. Observa en lo que vas mejorando y rellena los cuadros verdes que vas consiguiendo. 2 ¿CÓMO SOY EN MI COMPORTAMIENTO? (Ejercicio de autoreconocimiento del alumno-a) Mi nombre es ............................................................................................ Contesto a estas preguntas para saber más cosas de mí como persona y estudiante. LAS RESPUESTAS (TIENEN VALOR INDICATIVO GENERAL): SI (normalmente sí), o NO (casi nunca o nunca). 1. Escucho atentamente cuando explican los profesores................................... 2. Intento trabajar en silencio.................................................................. 3. Hago mi trabajo sin levantarme más de lo necesario.................................... 4. Dejo en paz a los compañeros mientras trabajan......................................... 5. A menudo me peleo, insulto o me insultan................................................ 6. Respeto el turno de palabra levantando la mano…....................................... 7. Interrumpo a menudo la explicación de los profesores.................................. 8. Tengo todo mi material y lo cuido........................................................... 9. Creo que estoy aprendiendo mucho......................................................... 10. Creo que aprendo poco........................................................................ 11. Aprendería más si quisiera.................................................................... 12. Me molestan los que hablan cuando trabajamos.......................................... 13. Me esfuerzo en seguir las normas que acordamos todos................................. ¿CUÁNTOS PUNTOS HAS CONSEGUIDO? Anota un punto si has contestado SI a las cuestiones 1, 2, 3, 4, 6, 8, 9, 11, 12,13 PUNTUACIÓN: .......... COLOREA TU BARRA DE RESPUESTAS SÍ 1 2 3 4 6 8 9 11 12 13 DOS TESTS DE OBSERVACIÓN POR PADRES Y MADRES 1 EL NIÑO (A) EN SU MEDIO SOCIAL Y FAMILIAR Nombre del niño o niña:............................................................................... Respuestas: (SI - NO - A VECES - NUNCA O CASI NUNCA) 1. Escucha atentamente cuando se le dice algo.............................................. 2. Hace con agrado lo que se le indica......................................................... 3. Admite bien las críticas razonadas.......................................................... 4. Quiere cambiar lo que hace mal............................................................ 5. Molesta o os molestado en el medio familiar.............................................. 6. Se pelea, insulta o es insultado.............................................................. 7. Interviene o interfiere en las conversaciones de los adultos........................... 8. Busca llamar la atención...................................................................... 9. Habla del colegio con agrado................................................................. 10. Cuesta que ordene sus cosas personales (juguetes, etc.)................................ 11. Pierde las cosas relacionadas con el colegio.............................................. 12. Se queja de compañeros con frecuencia................................................ 13. Se queja a menudo de algún profesor-a.................................................. 14. Se le presta atención y ayuda en casa en la hora de los deberes...................... 15. Los padres son demasiado tolerantes y poco normativos.............................. VALORACIÓN DE LAS RESPUESTAS: En los números 1, 2, 3, 4, 9,14, la respuesta más perfecta es SIEn los números 5, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 13,15 la respuesta más perfecta es NO Las respuestas intermedias serán más adecuadas cuanto más cerca estén del SI o del NO que les corresponda. Y tenga en cuenta que los resultados sólo indican tendencias que habría que perfilar y contrastar con otros datos y con los profesores. ANOTE 1 PUNTO POR CADA RESPUESTA ADECUADA PUNTUACIÓN TOTAL .................. VALORACIÓN: POR DEBAJO DE 6-7 PUNTOS: SU HIJO-A NECESITA AYUDA INMEDIATA. Convendría hablar con el tutor en primer lugar. ¿CONOCEMOS YA MEJOR A NUESTROS HIJOS? 2 (Valoración final para padres y madres) En esta ocasión vamos a valorar aspectos de la personalidad de nuestros hijos para VER CÓMO EVOLUCIONAN, tener un mejor conocimiento sobre ellos y poderles ayudar en sus puntos flacos.( Poner una cruz en la respuesta más aproximadas al grado de consecución de objetivos educativos de los tres niveles que se mencionan.) NIVEL DE VALORACIÓN ASPECTOS 1 Capacidad de dialogar 2 Responsabilidad en sus tareas 3 Autonomía personal en general. 4 Orden en su habitación 5 Orden en sus tareas personales 6 Respeto a los demás en general 7 Cooperación voluntaria en casa 8 Deseos consumistas 9 Obediencia a los mayores 10 Interés por el colegio 11 Capacidad para relacionarse 12 Interés por los deberes . Alto Medio Bajo 13 Deseos de mostrar sus trabajos 14 Relación con padre 15 Relación con madre 16 Relación con hermanos 17 Interés por actividades deportivas 18 Interés por la lectura 19 Capacidad de reconocer sus errores 20 Afición a tv. y videojuegos OTROS ASPECTOS (respuestas SI, NO) Reflexione, tome conciencia y proceda a actuar: 1. ¿Cree que su hijo-a madura a un ritmo normal?..... 2. ¿Estima que el ambiente familiar es apropiado para el estudio relajado?..... 3. ¿Siente que son atendidas en el colegio las verdaderas necesidades de su hijoa?.... 4. ¿Cree que podría sacar más tiempo de dedicación a su hijo-a?..... 5. ¿Le parece que las reuniones con los profesores son suficientes? Este material debe ser contrastado con el profesor o profesora tutores de su hijo-a PARTE III REFLEXIÓN FINAL Y EPÍLOGO Existe una verdadera preocupación social por los temas que afectan al conjunto de la humanidad: el hambre, las guerras, las enfermedades las catástrofes naturales, el cambio climático. Por vez primera en toda la historia conocida, la humanidad adquiere conciencia planetaria debido al fenómeno migratorio y a la amplia red de intercomunicación mundial existente. Esto ha originado por un lado una sensación de proximidad sin precedentes tanto en el campo de la convivencia intercultural-social, como en el de la educación, como era de esperar. Por otro lado, un desplome casi generalizado de valores de conciencia personales y consecuentemente, el retroceso en valores de convivencia y relación interpersonal, provoca espantosos conflictos y tensiones permanentes a nivel mundial, pero también en cada familia, y en el interior de cada persona. Y son estos conflictos últimos, los del interior, los que acaban generando los otros, los del exterior. Evitar estos conflictos y generar un nuevo mundo relacional no depende de los políticos, ni de las instituciones religiosas, ni de nadie más que de uno mismo, persona a persona. Hoy, más que nunca, es vital la importancia de la educación en la infancia y urgente la función de educar, tan poco valorada por la sociedad en general. Justo es más necesario que nunca que padres y toda clase de educadores con influencia sobre el niño-a, ( no solamente profesionales sino también todos los medios de comunicación social) formen una barrera de protección y formación para la infancia y juventud actuales aunando esfuerzos en la dirección de promover valores y actuaciones encaminados a la renovación de la mentalidad colectiva de la humanidad futura desde el amor, el respeto, la libertad, el diálogo ,la cooperación, la valoración espiritual de la vida, la solidaridad y la justicia. En la experiencia relatada a lo largo de las páginas precedentes, esos fueron los fundamentos de la educación que tanto alumnos como padres fueron practicando. Los alumnos comprendieron que sus posibilidades eran muchos mayores de las que habitualmente promueve la escuela tradicional autoritaria, individualista, memorística, competitiva, y deformadora de la personalidad. Por su parte, los padres tomaron conciencia de la importancia de este tipo de educación para sus hijos, y comprendieron que si no asumían la tarea de trabajar en sí mismos las cualidades que deseaban para sus hijos no habría cambios en la educación. La otra alternativa era educar con la hipocresía de la doble moral que tanto daño provoca. En esta experiencia los padres descubrieron que tenían que introducir cambios en su propio modo de pensar, de vivir, y de relacionarse con sus hijos y con su trabajo si querían educar correctamente. Esto exigía tiempo libre, orientación y voluntad de hacer. Pero conviene añadir que se deben dar circunstancias sociales favorables, de ahí que a lo largo de este libro se haya cuestionado el sistema capitalista, la represión ideológica y doble moral de iglesias y falsas revoluciones y falsas democracias. Es evidente que la estructura y dinámica de esta sociedad precisaría importantes cambios estructurales, culturales y sociales para que cada familia pudiese educar a sus hijos en buenas condiciones, con el tiempo y la dedicación necesaria. El tiempo de trabajo fuera del ámbito familiar debería ser proporcionado a las necesidades de atención educativa y social del niño-a, según edad, para que existiese un verdadero trabajo educativo conjunto de padres y profesores, cada uno en su respectivo ámbito de acción, y los padres no se sintieran culpables y tuvieran problemas de horarios laborales cada vez que un profesor les cita a una entrevista normal o para ponerles sobre aviso por los problemas que dan sus hijos. En ningún programa político aparece el tema de la educación como elemento determinante, ni siquiera en los partidos más renovadores, lo que indica el poco valor social que se le atribuye y el poco valor real que se da a los individuos, tratados como piezas del engranaje político. Ahora bien: una sociedad como la presente hace aguas por todas partes, y una de las más importantes vías de inundación de conflictos es el sistema educativo, el tipo de educación formal que reciben los escolares, cada vez más aburridos y distantes de lo que se les pretende enseñar. La enorme desmotivación en las aulas, y la creciente violencia escolar llega hasta el asesinato a profesores y estudiantes por parte de alumnos agresivos en todas partes, como ponen en evidencia los estudios al respecto y saltan a menudo a las páginas de sucesos. Esta es una buena muestra de cuanto llevamos dicho. Es importante dejar claro que un sistema social cualquiera carece de legitimidad, aunque sea legal, si no se posibilitan los medios para el desarrollo físico espiritual mental y de nivel de vida de todos sus miembros, con especial cuidado en la distribución de la riqueza de acuerdo con las necesidades. Y a nivel político nunca hay que dejar de cuestionar este sentido peculiar de democracias capitalistas que permiten a verdaderos dictadores sentarse en sillones presidenciales enmascarándose como defensores de las libertades y actuando a la vez contra ellas mediante la manipulación, el engaño y el abuso de poder hasta los más aberrantes límites: guerras, represión, torturas, genocidios, robo de recursos, degradación de las poblaciones y de sus culturas. Todos esos elementos: escuela autoritaria, sociedad insolidaria, política hipócrita, doble moral, falta de tiempo de los padres y de acuerdos con los maestros, intromisión de la iglesia en los colegios, crea una difícil barrera para el progreso integral de los escolares, sometidos a las directrices de los partidos triunfantes y de los dogmas eclesiales. Es cada vez más apremiante que esta barrera desaparezca, no por la violencia, sino por la acción de la conciencia libre. Mientras no exista justicia, amor, fraternidad, unidad, y verdadera libertad (que nace en primer lugar de la liberación personal de los propios defectos) en el corazón de las gentes, no existirá nunca un mundo de felicidad y bienestar colectivo. Esta es una tarea pendiente, la mayor tal vez de la Historia a estas alturas de tanto desarrollo tecnológico y abundancia de recursos en unas pocas sociedades, y tantas desigualdades, pobreza, esclavitud y otras infinitas injusticias y abusos de los fuertes en la mayor parte del Planeta, enmascaradas a menudo en falsas legitimidades ideológicas, religiosas o políticas. Una superestructura siempre se construye con los mismos ingredientes de los elementos que la componen. Del mismo modo, una conciencia colectiva evolucionada es el resultado del desarrollo de la conciencia individual. De inestimable ayuda documental e inspiración para elaborar este libro han sido los mensajes proféticos del cristianismo tal como están siendo divulgados en la actualidad por la profetisa alemana Gabriela. Gracias a la palabra renovada de Cristo se ha podido tomar contacto con Sus verdaderas enseñanzas donde muestra el camino de regreso al Padre, desenmascarando a instituciones y falsos profetas que dicen hablar en Su nombre, pero lo hacen para su triunfo y gloria en este mundo. Estas enseñanzas, liberadas del peso de la historia y de las numerosas mixtificaciones, inquisiciones y persecuciones nos enseñan el modo de reconstruir nuestra vida interna. Creo que vale la pena intentar reconstruirnos a nosotros mismos y ayudar a quien lo necesite. Por ello este trabajo se propuso colaborar en la tarea de liberar las mentes, facilitar la libertad de las conciencias desde la unidad con los semejantes, actuar desinteresadamente, asumir las propias responsabilidades y educar en esa dirección. Ahora mismo, el reto de nuestra civilización es el salto evolutivo de la sociedad de la violencia a la sociedad de la conciencia. Para los cristianos, lo mismo que para cualquier espíritu que base en el amor su vida espiritual, esta es la gran meta de la especie humana para llegar a ser divina como lo fue antes de la Caída. Este es en verdad el gran desafío y el verdadero sentido de la vida en la Tierra. FIN