una pedagogia del amor

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UNA PEDAGOGIA DEL AMOR
POR: PATROCINIO NAVARRO VALERO
ORIENTACIÓN AL LECTOR
Si alguien me preguntara sobre este libro tendría que decir que es el resultado de una
larga experiencia, y ante todo un trabajo que se opone a la fragmentación de la vida y
del conocimiento en compartimentos estancos, que pretende encontrar nexos que unan
aspectos tan diversos desde el punto de vista académico como Sicología, Filosofía,
Religión y Espíritu, Ciencia, Sociología, y Cultura, relacionados con Educación. Pero no
es un libro académico, aunque intente expresarse con rigor. Es, ante todo, un libro
experimentado desde el amor y para colaborar al advenimiento de una Sociedad del
Amor, producto de años de trabajo e investigación en diversos campos que
intentan confluir en estas páginas.
Los responsables de educar, pueden encontrar en estas páginas ciertas ideas y
experiencias útiles para su quehacer diario, pero sobre todo pueden hallar encontrar
diversas reflexiones que tal vez le ayuden a encontrar el sentido último del educar, que
no es adiestrar, ni domar mentes, ni preparar a futuros obreros sumisos. También los
padres encontrarán aquí elementos útiles para su punta de vista como educadores. Y en
general, los espíritus dados a pensar por su cuenta pueden hallar aquí a un aliado.
Este es, pues, un libro poliédrico con diversos rostros donde se manifiesta una y otra
vez, una realidad multiforme y ramificada. Cada uno de estos rostros de lo que
llamamos "Realidad", y que contribuye a configurarla, no tiene sentido por sí mismo si
no tiene en cuenta diferentes facetas de otros. Esto se hace especialmente evidente en
el terreno de la educación. No se puede educar desde parcelas que se ignoran entre sí.
No se puede educar desde parcelas cuyos contenidos hayan sido manipulados. No se
puede educar desde distintos planteamientos por parte de los responsables. Y, desde
luego, no se puede educar sin la participación directa y consensuada entre todas las
partes implicadas en el proceso: Autoridad académica, padres, profesores y alumnos.
La ausencia de estas consideraciones fundamentales
nos ha conducido al
desastre
que observamos en materia de educación en nuestro mundo, de lo que resulta que sea
como es.
REALIDAD POLIÉDRICA Y CIENTÍFICOS MIOPES
La realidad es poliédrica, y cuantos más aspectos se perciban, se relacionen entre sí y
"encajen"formando el conjunto, más cabal será nuestra comprensión del Todo Universal
subyacente. En la disección cultural de que somos víctimas (aunque el horizonte se
despejará poco a poco), cada cirujano de la realidad vive inmerso en alguna de sus
parcelas, afanosamente ocupado en descifrar la parte sin mirar al conjunto,
considerando que las demás o bien carecen de importancia, o la tienen solo en la
necesaria medida que convenga a sus propios fines investigadores, y que la meta final,
en todo caso, no es una aproximación a ningún "todo", ( y menos a un Todo con
mayúsculas), ni una integración multidisciplinar, sino una hipotética mejor comprensión
de su propia parcela, de la que se espera no tanto su grado de certeza como su
efectividad práctica en la economía de mercado. Esta es la base funcional cotidiana de
un tipo de cultura donde el conocimiento está repartido en compartimentos casi
siempre estancos
y donde en cada uno de ellos pontifica un tipo de gentes
aparentemente más allá del bien y del mal, que aparecen como pequeños dioses de esas
parcelas.
Inevitablemente, con el paso del tiempo, acabamos por conocer la limitación de visión
interesada en sus propias parcelas, con sus correspondientes consecuencias negativas
para la comunidad. Por ejemplo, aquellos científicos que investigan para industrias
bélicas, o en energías "sucias", o experimentan con animales en laboratorios, y hasta el
lado personal "demasiado humano" e impresentable de tantos supuestos sabios como
aparecen ante nosotros como paradigmas de civilizados. Pero no son los únicos.
Mientras llega el momento de la verdad, notables y famosos de toda condición llenan
selectos auditorios, se prodigan en ciertos medios de comunicación, se exhiben en
congresos, son arropados, premiados y enaltecidos por la industria a la que sirven,- y
por sus señores,- y terminan por configurar la red de eso que llamamos en términos
clásicos la "Intelligentzia", la "Comunidad Científica" o lo que corresponda. Pero al
conocer de cerca sus puntos de vista, vemos cuán alejados se hallan los unos de los otros
(lo que hace dudar de la verdad que encierra cualquiera de ellos), cuánto personalismo,
cuántos intereses que poco tienen que ver con la verdad, el auténtico progreso y la
investigación integradora de los conocimientos para el bien colectivo se halla en sus
discursos, en su trabajo y en sus vidas. Algunos claman a veces contra una realidad
social que no les gusta, pero no van al fondo de las cuestiones; se manifiestan algunos,
contra dictadores, guerras, y otros asuntos de interés cívico, pero no van al fondo de las
cuestiones. En escasas ocasiones se atreven a criticar abiertamente a las jerarquías de
poder en cualquiera de sus manifestaciones (política, religión, economía, cultura, etc),
pero si por alguna razón se ven obligados a emitir una opinión sobre algunos de esos
aspectos no van jamás al fondo de las cuestiones. Y cuando se ponen a filosofar es
mucho peor, pues el engreimiento intelectual y el no practicar lo predicado les impide
ver el fondo de nuevo, y además les hace vulnerables a las críticas ajenas, pues se hace
evidente su fariseísmo. Queda pendiente saber hasta qué punto se haya mediatizada y
deformada su mente por los prejuicios culturales al uso que les impide realmente
saber cual es el fondo de las cuestiones. Y entonces no serían unos oportunistas o
unos fariseos únicamente, sino unos ignorantes.
LOS OTROS CIENTÍFICOS Y LA OTRAS REALIDADES
Lo más asombroso de la mayor parte de la Ciencia, y de una parte importante de los
científicos, es su habilidad para eludir
ciertas preguntas
relacionadas con la
constitución profunda del Universo, el sentido espiritual de la existencia y las
inquietudes
milenarias de los hombres como seres cuya conciencia sobrevive a la
muerte, en un Cosmos organizado de manera tan perfecta que es imposible la exclusión
de nada ni de nadie, donde ni siquiera un pensamiento se pierde, por ser energía.
Para una parte de la ciencia más avanzada, sin embargo, adentrarse en estas
investigaciones es un reto para avanzar hacia el conocimiento profundo del Cosmos,
que le lleva
a contemplar otra dimensión de la realidad o diferentes aspectos de la
misma no contemplados hasta el siglo XX. Esta avanzadilla la forman científicos bien
conocidos, -aunque menos como filósofos,- tales como
Albert Einstein,
Ervin
Schrödinger, Bohr, Oppenheimer, D.Bohm, Capra y muchos más. Todos ellos se
plantean el universo desde un punto de vista integrador y establecen nuevos puntos de
vista que facilitan aproximarse al fondo de las cuestiones, aunque no todos lleguen a las
mismas conclusiones ni tengan una visión unitaria o espiritual semejante.
Huir del planteamiento acerca de la realidad última de cuanto existe y de la
organización profunda de lo que existe más allá de lo evidente supone no abordar su
esencia, sus raíces, ni sus consecuencias éticas, culturales, sociales, o de otra índole,
pues vivimos en el Universo, formamos parte, estamos sujetos a sus leyes , leyes que la
astrología, la astronomía, la física y otras ciencias se han ocupado de desentrañar y de
cuyo conocimiento estamos mucho más cerca que en toda la historia humana anterior.
Pero ello exige un extraordinario esfuerzo por eliminar prejuicios particularistas y
parcelas inconexas del conocimiento, por no mencionar limitaciones ideológicas o puntos
de vista filosóficos o religiosos que en nada corresponderían hoy día a los avances de la
ciencia del siglo XXI.
Imaginemos la Realidad como un árbol. Las mariposas absorben el néctar, las hormigas
construyen su hormiguero, el pájaro carpintero hace su trabajo, los gorriones hacen su
nido. Si pudiéramos hablar por separado con cada uno ninguno de ellos sabría qué es el
árbol, por qué la vida habita en él, qué relación tiene con el Cosmos, etc. Por
supuesto, cada uno de esos animalitos nos daría su visión particular del árbol, incluso
con gran lujo de detalles, pero sus datos serían siempre limitados y superficiales, faltos
de una visión de conjunto. Sabe cada uno lo que ve exteriormente en su propia área de
experiencia, tiene una imagen que considera la realidad, pero eso es sólo un reflejo de
la totalidad árbol, de la Realidad Árbol, que no puede percibir ni transmitir. Esto,
extrapolado al mundo del conocimiento, impide la interconexión real de las caras del
poliedro-Realidad para ser bien comprendido. Por tanto, sólo se araña su epidermis y se
observan algunas tan solo de sus facetas. Esto es una expresión de la sociedad
fragmentada que hemos construido. Y de la fragmentación a la confrontación existe
menos distancia que entre un árbol y su sombra.
EL BAILE DE LOS PARCELEROS LOCOS
El gran paradigma de las sociedades modernas se basa en el desprecio de la totalidad y
en el cultivo de grandes parcelas convertidas en parcelas de negocio y poder:
multinacionales, poder político, poder religioso, poder mediático, financiero, etc. De
ellas dependen otras parcelas (ciencia, recursos, cultura, educación etc.) y en cada una
de estas parcelas subsidiarias –que tienden a reproducir el patrón paradigmáticofiguran nombres y apellidos de personas o sociedades de personas. Y el conjunto se
mueve. Cada una de las grandes parcelas-madre intenta tomar el control sobre las otras
y sus filiales dependientes a fin de aumentar su tamaño y su poder. ¿Quienes dirigen las
grandes parcelas y planean los grandes movimientos? No se muestran jamás
públicamente. Dan la cara por ellos ciertos individuos a los que llamaremos "prohombres
de portada". La mayoría de estos "prohombres de portada" se nos muestran
como espiritualmente muertos, escépticos, agnósticos, o materialistas; creen que la
vida consiste en pertrecharse del suficiente poder que les permita triunfar sobre otros
aspirantes, de conocimientos suficientes que les otorguen cierta dignidad intelectual, y
de lo suficiente para llenar sus despensas y su tiempo de existencia que suponen
limitado a este mundo. Este es el paraíso terrenal de los políticos, "especialistas",
"expertos", ideólogos, "gurús" en los diversos ámbitos; todo ese variopinto mundillo de
los auténticos disgregadores y de los Oportunistas del Conocimiento.
La fragmentación cultural y la ignorancia de unas partes sobre las otras, es, por su
intervención, la clase de cultura que llega a las escuelas de nuestros hijos mucho más
tarde de darse a conocer "en sociedad", cuando ya ha "calado" suficientemente como
ideología o como paradigma socialmente rentable.
Al negar la meta-Física(el "más allá "de la Física) con su sentido de la lógica
racionalista, cartesiana, materialista y newtoniana heredadas del pasado, los que
dirigen el mundo cultural, científico y académico creen haber llegado al summun de la
sabiduría, y unos a otros se dan la razón en este aspecto, y por ello se reconocen entre
sí, mientras a través de su trabajo influyen sobre multitudes ignorantes, que los toman
por auténticos sabios sin darse cuenta éstos de la enorme responsabilidad de conciencia
que contraen disgregando, manipulando, empobreciendo la Realidad, y apartando de
ella a las gentes de menores conocimientos, como sucede en el mundo intelectual, en
el mundo científico y en el mundo de las religiones oficiales. Si las personas responsables
de formar opinión conocieran las consecuencias negativas - o Karma -, que les supone el
errar y arrastrar a error a otros,-por no hablar de su papel como elementos
involucionistas en el colectivo humano- casi es seguro que la mayoría de los libros no
existirían, los científicos jamás investigarían otras cosas
y los responsables de
la sociedad en cualquiera de sus aspectos tendrían mucho más cuidado en hablar y en
actuar del que tienen habitualmente. Por supuesto, dejarían de mentir y manipular
mentes.
La impresión que mientras tanto recibimos de la realidad si miramos el conjunto de las
culturas del mundo, es que nos hallamos ante un enorme campo donde reina el
particularismo, el elitismo, el seguidismo, la falta de conocimiento profundo y un largo
etc., con la sensación de que la realidad es una complejidad inarmónica, un
rompecabezas donde las piezas nunca encajan. Un enorme galimatías.
SOLTAR LASTRE PARA ASCENDER EN GLOBO
La Realidad, sin embargo, es armónica, unitaria y curativa y esto se descubre si uno se
implica sin prejuicios en la tarea de conocerla científicamente, existencialmente y, en
la medida de sus convicciones, realizando las leyes espirituales.
El sentido de la propia vida y la construcción del propio destino, partiendo de distintas
ramas del conocimiento y de una correcta educación; el sentido del individuo en la
sociedad, la desmitificación de cuestiones como las falsas ideas sobre Dios castigador o
la muerte son conceptos a tener muy claros. Igual podemos decir del valor fundamental
de la reencarnación, y de la auténtica Ciencia, el sentido de la vida y de la educación y
la comprensión de lo espiritual más allá de las instituciones religiosas que transmiten
el catolicismo y derivados. Todos esos lastres o desconocimientos que se arrastran por
los siglos y entorpecen la evolución personal y de la colectividad interfieren
profundamente en la educación .Esto motiva numerosas reflexiones en las páginas de
este libro multifacético que pretende ser útil en el momento actual de la humanidad
presente, víctima de la globalización al servicio de los que manejan este mundo, y
corrompida por toda clase de vicios, abusos, injusticias, y mentiras, empobrecida a
marchas aceleradas y privada de esperanza.
Este es un libro que plantea la necesidad de cambios en la educación, pero no
únicamente, donde otras ciencias relacionadas tienen su propia y particular conexión
con el tema, pues educar exige un acercamiento a diversos aspectos de lo que llamamos
"realidad" para comprender a fondo el sentido de lo que llamamos "educar", y que lo
forman diversas ciencias, hechos y fenómenos de diversa índole multirrelacionados, en
donde es frecuente encontrar en cada uno de ellos referentes precisos de los otros, pues
todo está en todo. Esta ley que se cumple en la Naturaleza y en el Cosmos, como un
inmenso holograma, no puede faltar a su cita en el campo de la educación. Por tanto, no
encontrará el interesado por este trabajo un libro "lineal" al uso, donde capítulo a
capítulo se desenvuelva el guión previo. Todo está en todo, y el autor afronta el riesgo
de lo inusual presentando unos textos donde podría parecer innecesario el repetir
ciertas ideas, pero lo inusual de algunas en nuestro entorno cultural hace preciso esta
repetición desde distintos contextos para mejor comprensión. Determinados conceptos
con los que muchos lectores aún se hallan poco familiarizados, aparecen a lo largo y
ancho de estos escritos buscándose, entrelazándose, explicándose en relación al
conjunto y, en fin, proporcionando la perspectiva que se estimó necesaria para que se
considere el hecho de educar, pensar y vivir en sociedad como algo profundamente
relacionado con nuestra capacidad de interiorizar la realidad y así poder dotarnos de
instrumentos para trabajar en ella desde los conocimientos adquiridos, y no como una
serie de recetas parciales ideadas por expertos para que cada cual las aplique en su
caso, ignorando que no existe en nuestro mundo nada separado de nada, excepto en las
mentes de las gentes ignorantes, manipuladas, o interesadas.
DESCORRIENDO CORTINAS
Vivimos en una sociedad compleja
y ramificada
a la que es imposible eludir.
Configuramos un paisaje cultural, sociológico, económico, filosófico, científico,
religioso, espiritual, en suma, presente en nuestras vidas al que es necesario
comprender, y más ahora precisamente, cuando todo este paisaje nos presenta su rostro
más crepuscular después de tantos siglos de aparente civilización, donde es posible que
mil millones de seres humanos decidan el destino de casi seis mil millones, de los cuales
una inmensa mayoría son pobres, doscientos cincuenta millones son niños explotados,
doce millones son esclavos, mueren cincuenta mil diarios por hambre o enfermedades y
donde las guerras son habituales en todos los continentes de un modo o de otro,
propiciadas por mafias económicas, políticas y armamentistas...Por no hablar de la
condición opresiva o desigual en que vive la mujer en prácticamente
todo el
Planeta; de la dificultad de acceso a la cultura en todos los tramos de la mayor parte de
los niños y jóvenes del llamado "Tercer Mundo", de la falta de derechos laborales o de la
explotación del trabajo independientemente del sexo y de la edad, de los millones de
analfabetos, de los millones de desplazados por las guerras, de los cientos de miles que
mueren en los mares y en otros lugares intentando huir del infierno de sus países...Una
civilización aparente, en suma, que no ha conseguido erradicar la pobreza, ni la
desigualdad ni la enfermedad, pero que se permite el lujo de las investigaciones
espaciales millonarias, de invertir ingentes cantidades en armas sofisticadas, de
contaminar la Tierra de infinitas maneras, y de amenazar la existencia general de las
especies acabando con los recursos naturales y con las condiciones de salubridad del
Planeta entero. Analizar críticamente qué causa esta civilización aparente, y con ella la
educación que nos proporciona, y orientarnos hacia otras dimensiones desfiguradas,
eludidas, o poco contempladas, es una tarea ya urgente para aquellos que deseamos un
mundo mejor que el mundo fragmentado, peligroso y de mal pronóstico en que vivimos.
Y para todo ello es necesario un punto de vista adecuado, una ventana abierta al
Cosmos que nos permita acercarnos a comprender la totalidad y comprendernos cada
uno en ese Todo al que aspiramos, precisamente porque provenimos de él., nos
nutrimos de él y somos en él, independientemente de poseer o no nuestro traje orgánico
corporal.
Saber, pues, quiénes somos y tener así un punto de vista para entender lo que vemos, y
a la inversa: entender lo que vemos para alcanzar a saber algo sobre quiénes somos en
los contextos del más acá y del más allá es un objetivo esencial de este trabajo.
Espero, amigo lector, que con la arena de las torres que se derriban aquí y el cemento
de la unidad en el amor, podamos ir aportando materiales para la sociedad que ha de
suceder inevitablemente a esta sociedad de la fragmentación y el conflicto: la sociedad
de la paz, de la armonía, del verdadero conocimiento y del progreso verdaderos, que
nacen en la evolución de la conciencia personal que ha de formar a su vez la conciencia
colectiva. Pues si algo nos queda claro después de tantos siglos es que no es posible
ningún avance social ni cultural verdadero si no existe un avance de la conciencia
espiritual, personal, de cada individuo. Y no es posible ese avance sin un tipo
de educación que favorezca el conocimiento de sí y la práctica positiva de ese
conocimiento en la convivencia del día a día, en el esfuerzo diario por superarse a sí
mismo en libertad y sin jerarquías sacerdotales, políticas o de otro tipo a las que les
hayamos concedido el privilegio de someterles nuestra conciencia para que ellos
interpreten el mundo por nosotros. La "ilustración" libresca o cultural no resuelve
tampoco los problemas de una persona, de un país o del mundo. Muy al contrario, el
uso que de ella se hace por la presente civilización, los agrava paso a paso. El caos en
que se está convirtiendo este mundo a marchas aceleradas da testimonio del fracaso
generalizado de la educación y de las verdades que niegan los que defienden a ultranza
(con guerras preventivas, penas de muerte y otras conductas antisociales y contra las
leyes de la vida) sus propias riquezas materiales y sus hondas miserias espirituales; su
mucho poder y su poca conciencia.
Padres, profesores, educadores y todas las personas que tienen relación con el mundo
de la infancia y la juventud tienen aquí una labor maravillosa por hacer. Seguramente
las generaciones próximas les agradecerían mucho en su momento tener respuestas
claras sobre asuntos como los que tratamos aquí.
También los buscadores, los inconformistas, los desorientados, los que desean tener un
modo de pensar coherente con la Naturaleza, los que buscan otras formas de
espiritualidad ajenas a las iglesias, los defensores del pensamiento libre, en suma,
pueden encontrar en este libro poliédrico algunas buenas noticias. Ese es, al menos, el
deseo del autor.
HOY, EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI...
HOY, EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI... CIENTOS DE MILES DE NIÑOS Y NIÑAS DE ESTE
PLANETA SON:
Asesinados y asesinadas al nacer.
Abandonados o vendidos en cualquier momento, en especial si son niñas.
Maltratados física y emocionalmente en orfanatos anónimos.
Secuestrados y mutilados para bancos de transplantes de órganos.
Prostituídos y prostituídas.
Maltratados física y emocionalmente en sus hogares.
Mutiladas genitalmente las niñas por criterios fanáticos.
Llevados-as a las guerras como soldados forzosos y esclavas sexuales..
Utilizados como esclavos y esclavas de servicio doméstico.
Obligados a matrimonios de conveniencia de las familias.
Violados-as por redes de pederastas y hasta por el clero.
Violados-as por sus propios padres, familiares o personas próximas.
Perseguidos y muertos en barrios sin ley de ciudades sin ley.
Utilizados y utilizadas como señuelo comercial.
Privados por sus gobiernos de medicinas y centros que podrían salvar su vida.
Obligados a trabajar en minas y todo tipo de industrias desde muy pequeños.
Despreciados-as a menudo a causa de su religión, situación social, origen.
Víctimas del SIDA.
Víctimas de minas anti-persona, bombas de racimo o bombardeos criminales.
Víctimas pasivas e indefensas en todas las guerras.
Testigos mudos del horror en todos los conflictos, familiares o bélicos.
Utilizados-as como rehenes y asesinados-as por los fanáticos del terror.
Condenados-as a vivir junto a basureros infectos para ganarse la vida.
Incomprendidos, marginados y violentados educacionalmente.
Condenados al analfabetismo en muchos países, en especial las niñas.
Educados para ser siervos en lugar de señores de sí mismos.
..... Y muchas otras incontables crueldades que nos alejan de la idea de civilización.
Denuncio ante la conciencia del mundo esta ignominia sin igual en toda la Historia
conocida que ha ido creciendo en lugar de retroceder, descubriendo así el nivel de
empobrecimiento físico, mental y espiritual de la especie humana (desde el aire que
respira, el alimento que come, las ideas que asume y las emociones que siente) y la
necesidad urgente de profundos cambios en la educación de la humanidad para evitar
que las semillas del dolor de tantos millones de niños de hoy sea mañana la cosecha de
dolor de todos.
A esos millones de niños y niñas victimas silenciadas de la barbarie de la presente
Sociedad de la Confrontación va dedicado este libro desde lo más profundo de mi alma,
deseándoles que alcancen a vivir más pronto que tarde en la Sociedad de la Paz y el
Amor que habrá de suceder a la presente.
Esta es sólo una gota para formar lluvia con otras, y hacer brotar las semillas de
renovación que viven en el corazón de cada ser humano.
Ojalá llueva en tierras fértiles. Ojalá abundantemente. Ojalá enseguida
PARTE I
CAPITULO 1
LA SOCIEDAD DE LA CONFRONTACIÓN ES EXAMINADA... Y... SUSPENDE
Si partimos de la base de que la educación en cada país constituye el cimiento de su
capacidad de sobrevivir en el tiempo y de contribuir al progreso general de la
humanidad, no podemos dejar de inquietarnos ante los resultados académicos negativos
en gran parte de países supuestamente avanzados, entre ellos España, y ante los
numerosos conflictos entre los miembros de la comunidad escolar (alumnos, profesores,
padres) y asesinatos en colegios e institutos en EEUU y Europa.
FRACASO ESCOLAR, FRACASO SOCIAL
Se viene hablando desde hace muchos años del "fracaso escolar", definido como la
incapacidad de un número muy alto de alumnos (del 40 al 50%) para adquirir los
conocimientos mínimos programados para su nivel o Curso. No se evalúa la calidad de
la educación, sino el porcentaje de éxito en las asignaturas del currículo.
Ciñéndonos a los resultados académicos, numerosos estudios han aportado datos y
conclusiones sobre las causas de los altos índices de fracaso escolar en Occidente.
Algunos estudios destacan el bajo nivel de renta familiar, lo que obligaría a las familias a
tener que acudir a la mano de obra infantil de la casa en algunos grupos de población,
especialmente rural, siendo así el absentismo, junto al escaso interés por la cultura de
su medio familiar de rentas bajas, el responsable de su bajo rendimiento. Eso exigiría a
los gobiernos un replanteamiento muy importante de sus políticas sociales. Nunca se
hizo. Y lo peor es que todos los indicadores apuntan a que los gastos sociales van a ir a
menos a medida que la crisis económica del sistema vaya a más. En Estados Unidos ya
sucede esto.
Se inventaron programas-ayuda de "Educación Compensatoria",cuyo objetivo final
era
precisamente el remontar en lo posible las desigualdades culturales de los más
desfavorecidos .Pero como estos programas no pueden equilibrar lo que una sociedad
injusta y un medio familiar problemático desequilibra de continuo, fracasan también
de continuo. Y el fracaso escolar por pertenecer a una familia pobre, y/ o inculta,
sigue.
Pero esa no es, ni mucho menos, la única causa.
Otros estudiosos culparon de los malos resultados a la cantidad de conocimientos
excesivos que se exige a los estudiantes, y hasta parece que convencieron a los
gobiernos, que finalmente también los hallaron excesivos. Entonces redujeron los
contenidos, y también acortaron las carreras en ciertos estudios superiores Al mismo
tiempo, aumentó la tolerancia para dar notas finales satisfactorias para alumnos y
padres en los niveles básicos.
A pesar de eso, los estudiantes no aprendían más, pues la causa no parecía estar ahí, en
la cantidad de conocimientos, sino en el NO DESEO de aprenderlos. Esto, no obstante,
mejoró las estadísticas. Sólo eso. Ahora bien: el grado de exigencia en la Universidad en
los estudios técnicos especialmente no solo se mantuvo, sino que aumentó, por la
necesidad de hacerse competitiva y útil para una sociedad cada vez más compleja y de
mayores exigencias tecnológicas y conceptuales. Y esta cuestión motivó que el fracaso
de todos los sistemas educativos se desplazaran hacia los niveles universitarios,
especialmente hacia los primeros cursos de las Carreras. Ahí volvieron a coincidir las
estadísticas y la realidad. De modo que la rebaja de los contenidos por curso en los
estudios básicos y medios tampoco era la solución.
Viendo que la situación no mejoraba, los gobiernos y organizaciones independientes de
profesores progresistas – cada uno por su lado- decidieron que había que hacer mayor
hincapié en la formación del profesorado. Se organizaron escuelas de verano, cursos de
reciclaje y formación permanente de los profesores, se tomaron como paradigmas los
métodos de trabajo inspirados en Freinet, la Pedagogía Operatoria de Piaget, diversas
variantes del Constructivismo y los métodos poco memorísticos en general... Muchos
profesores hicieron- y hacen - cursos preparándose mejor para llevar a cabo su tarea, y
muchos gobiernos siguen ayudando a los profesores con ciertos medios técnicos
y personales. Pero… los alumnos y alumnas seguían y siguen fracasando, pues el
problema tampoco parece estar en la buena preparación del profesor, sino en algo
mucho más profundo y decisivo: el desinterés y apatía de los alumnos. Estos son cada
vez más difíciles de de motivar y a edades cada vez más tempranas. Así que cabe
preguntarnos:
¿Podemos cambiar los modelos?
Esta es la pregunta que cada día se plantean millones de personas en todo el mundo,
especialmente en el mundo rico occidental, debido a la cantidad y a la cualidad
de problemas que presenta la diaria convivencia con niños y adolescentes en las familias
y en las aulas. Parece, pues, urgente averiguar las fuentes de esos conflictos, establecer
sus causas. Aquí se expondrán muy diversas reflexiones sobre esas causas y diferentes
ideas para facilitar un cambio de modelos en la educación de base, y contribuir en la
medida que sea posible al nacimiento de la Sociedad de la Cooperación, o Sociedad del
Amor, como paso evolutivo siguiente al actual: la Sociedad de la Confrontación,
donde la fragmentación de los conocimientos, su abuso utilitarista y su falta de
conexión con valores morales a escala planetaria ha llevado al mundo a extremos de
desunión, infelicidad y destrucción sin igual en toda la historia. De ahí el nombre de
Sociedad de la Confrontación para definir el mundo en que vivimos, sin importar en qué
parte nos encontremos, su desarrollo tecnológico, su renta per capita y todo eso, pues
si existe algo realmente globalizado antes que la economía global es el desamor global y
su negro cortejo de envidia, deseo de poder y poseer, deseo de reconocimientos y otras
calamidades. Con estas energías negativas tan presentes en el alma humana no pueden
construirse sociedades donde el amor, la generosidad, el desinterés y todos esos
sentimientos que llevan a la cooperación puedan aflorar fácilmente. Por eso, en lugar
de sociedades de cooperación tenemos sociedades de confrontación separadas por
fronteras y todo tipo de intereses, al igual que sus propios habitantes lo están por las
fronteras de los egos inferiores y sus propios intereses egoístas.
Si queremos cambiar lo que nos daña personal y socialmente es preciso sentar bases de
cambio social desde la reflexión y el amor altruista y aportar la conciencia activa
amorosa y cooperativa de cada uno de nosotros a este mundo que nos toca vivir. Es
preciso aportar la experiencia necesaria para saber analizar el tipo y calidad de
nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y nuestros actos referidos a nuestra vida
cotidiana y en relación con aquellos que nos rodean en diversos ámbitos: familia,
centro de enseñanza, etc.
El tener en cuenta estos elementos primeramente en nosotros si somos padres o
educadores
nos ayudará
a promover la autorreflexión y
a facilitar cambios
positivos en aquellos que debemos educar, pues no se puede dar lo que no se
tiene. Experiencias en este sentido favorecen un buen ambiente familiar y dan buenos
frutos cuando se ensamblan con la educación de las aulas produciendo una mejor
relación familia-escuela, hoy muy limitada y obstaculizada de muchas maneras debido al
aislamiento real de las familias respecto a los centros educativos de sus hijos, la falta
de propósitos educativos
comunes familia-medio escolar, y las interferencias
de
presiones políticas o religiosas circunstanciales que pretenden adoctrinar a los
jóvenes, y en lugar de formarles les deforman mentes, emociones y actitudes. Hasta
que no esta costra secular no será posible el nacimiento de la Sociedad de la
Cooperación, ese otro mundo posible al que aspiramos tantos.
Como consecuencia de no haber dado con la clave hasta hoy, el malestar en las aulas no
sólo no se resuelve, sino que alcanza cada vez mayores cuotas de violencia y/ o
pasotismo. Esta es una manifestación evidente de un fracaso escolar no provisional, sino
estructural. Es como una vieja enfermedad que se ha cronificado y se manifiesta de
diversas maneras produciendo diversos síntomas, como el de las bajas calificaciones o
las conductas reactivas.
En el día a día se vive en las aulas una situación de conflicto con estallidos de diversa
envergadura, donde la autoridad de los profesores es contestada, y sus enseñanzas
vividas poco menos que como esa medicina desagradable que nos recetan: algo que no
se desea, pero que se impone como necesario. He aquí una causa inmediata de conflicto
y una causa mediata de fracaso. Y la situación tiende a agravarse. En los últimos años,
numerosos casos de violencia e incluso de asesinatos en diferentes colegios de Estados
Unidos y en diversos países europeos, entre ellos España, así como episodios de
intimidación y maltrato verbal y físico a profesores en las aulas, enfrentamientos de
alumnos contra profesores y alumnos entre sí, maltratos verbales y palizas a profesores
por parte de padres descontentos , han hecho levantar la voz de alarma a la comunidad
escolar, siendo cada vez más difícil en Europa, por ejemplo, motivar a los estudiantes
para que elijan una profesión con tantos riesgos, mal retribuida donde los profesores
cuentan con pocas posibilidades de promoción, son pocos valorados socialmente – si no
son universitarios- y no cuentan con el apoyo estatal para promocionar la imagen del
profesorado y que esta difícil profesión sea socialmente valorada, visible y respetada.
Esto, sin duda, contribuiría a que el profesor-a recuperara parte de la autoridad moral
perdida, fuese tomado más en serio por los alumnos y bien considerados socialmente,
lo que ayudaría mucho a la convivencia dentro de las aulas y mejoraría algo la calidad
de la enseñanza. Naturalmente, esto no resolvería el resto de
problemas, pero sería
parte de la solución.
Cuando observamos cómo los niños estadounidenses de preescolar son expuestos al
detector de metales de la policía antes de entrar a sus clases, no podemos dejar de
hacernos esta pregunta: ¿Cuál es el límite? ¿Se abrirán también en los colegios nuevos
espacios de militarización de la vida cotidiana?...De hecho así está empezando a
suceder, y veremos en el futuro cada vez más colegios con seguridad pública o privada.
Hasta el aprender o enseñar se está convirtiendo ya en algo peligroso para muchos. ¿Es
este el clima necesario para el aprendizaje de algo, no importa qué?...Es tan absurdo e
inútil forzar a comer al inapetente como intentar enseñar a quien se niega a aprende.
Si alguien pretende una u otra cosa sólo puede conseguir frustrarse.
Hemos tocado un poco el problema; ahora podríamos seguir buscando respuestas a
todas estas preguntas que vamos formulando, y que, como vemos, rebasan el ámbito
escolar .Porque estas preguntas nos inquietan a todos en gran medida, y de sus
respuestas acertadas dependerá nada más ni nada menos que el modo de vivir
y pensar de las futuras generaciones en una gran parte. Y todos sufriremos las
consecuencias, por lo que buscamos respuestas válidas.. Pero no es sólo esto lo que
deseamos saber. También queremos saber cómo abordar la educación desde una
perspectiva que nos conduzca a la paz y al crecimiento personal y colectivo. Y es que si
algo
hemos visto hasta aquí con absoluta claridad es que la capa de barniz
educativo que se recibe en las aulas no basta para evitar las guerras ni los diferentes
tipos y grados de violencia que se ejercen en la vida personal y en la vida de las
comunidades, sean estas del tipo que sean: desde familia a comunidades de vecinos o
naciones. Y eso, a pesar de las buenas notas en el currículo de algunos estudiantes y de
celebraciones anuales como el Día de la Paz en todas las escuelas.
¿Tienen paz en sus conciencias los gobernantes que
mandan esas celebraciones
mientras son capaces de firmar penas de muerte o dar órdenes de invasión? ...Por cada
uno que no la tenga, no es posible la paz. Así que se utiliza el juego de la coacción y la
hipocresía. Y este juego es soportado porque se apoya en la coacción y la hipocresía
individual de cada uno de nosotros, si no las hemos superado... Y todo eso forma parte
de una cadena donde se engarzan por derecho propio fanatismo, cobardía, miedo,
codicia, envidia y ignorancia, deseos de poder y sobresalir, insolidaridad, todos
ellos importantes gérmenes malignos de todas las calamidades privadas y públicas, y
verdaderas madres de todas las batallas, pues es EGO en acción.
Nunca esta poderosa combinación de elementos perturbadores está lejos de las aulas, y
desde luego, está bien presente en toda la sociedad y en sus representantes políticos,
religiosos y mediáticos. Este es el verdadero ejemplo que llega hasta las conciencias de
los niños, esto es lo que cala en sus almas, y no los discursos con bellas palabras de
efectos poco duraderos y carentes de poder porque carecen de contenido real.
Elaborar estrategias de actuación para que escolares y estudiantes de todo tipo
rechacen en lo más hondo de su alma toda la basura espiritual que lleva a la
confrontación y a las guerras es una tarea ingente para la que hace falta educadores de
un nuevo tipo que no crean en ellas y que no vivan en conflicto porque han elegido
personalmente el camino de la paz. Y cuando hablamos de educadores queremos decir
toda persona que tenga una influencia social y sus opiniones sean valoradas, sea cual
sea su círculo de influencia. En primer lugar, se hallan familias, profesorado, medios de
información. Los que han de ser educados han de tener a la vista modelos creíbles de
carácter positivo hacia los que tender o con los que interactuar en el proceso
educativo.
LA TAREA MÁS IMPORTANTE DEL SIGLO XXI
Hay una ingente labor por hacer, y esta va a ser la tarea de este siglo que comienza :
fomentar un cambio de conciencia personal y colectiva si queremos vivir y no sobrevivir
en un Planeta diezmado por la miseria, las guerras, las epidemias, las catástrofes
naturales y el abuso de poder creciente de los más ricos y poderosos.
Empezamos por recordar que el conocimiento de las causas del desinterés y apatía de
los alumnos , ampliable a muchos de nuestros hijos en el hogar, parece ser algo
fundamental y sin embargo no se trabaja apenas en este sentido - y menos se
profundiza en las causas- por parte de los responsables de la educación, empezando por
los propios padres. Desde luego no se trabaja
en la proporción que demanda el
aumento de problemas de aprendizaje y conflictividad en los centros educativos, donde
demasiado a menudo se recurre al uso del autoritarismo como remedio cuando falta la
autoridad moral. Aquello de "letra con sangre entra" del modelo medieval no ha sido
abolido, aunque no sea aceptado en teoría. Y hay que recordar que la violencia del
educador puede ser sutil y mucho más dañina que la física.
Para asegurar la paz en caso de algún serio conflicto escolar, (como sucede con los
envíos de tropas "pacificadoras") se recurre a soluciones de fuerza y disuasión: expulsión
de alumnos, broncas, negociaciones con pocos resultados con los alumnos y /o sus
familias, vigilancia policial en los centros conflictivos. Pero esto no evita el mal que
pretende atajar; de nuevo se queda en la epidermis de las cosas: el mal siempre queda
más abajo. Y de nuevo comprobamos el paralelismo existente con otras fuerzas de
"disuasión" y "pacificación" internacional siguiendo siempre el mismo esquema de
actuación: nunca a la raíz del problema, siempre al síntoma visible; siempre violencia
como recurso para oponerse a la violencia. Y siempre el mal más abajo. Obsérvese cómo
se usa en medicina la misma táctica desde la localización del síntoma.¿Y las causas?
¿Y la prevención? ¿Dónde está todo eso?
Esta falta de previsión y mala actuación recuerda a ese campesino que en lugar de
preparar la
tierra
adecuadamente
antes
de
sembrar,
siembra sabiendo
que
inevitablemente habrá plagas por no haber preparado su campo. Y cuando
éstas aparecen, las combate con insecticidas. ¿No hubiera sido mejor preparar el
terreno cuidando su equilibrio biológico
para evitar la eclosión de las plagas?
Igualmente sucede en el campo de la medicina oficial, donde tan poca gente sana
completamente
por
esta
forma
absurda
de
proceder.
Y
esta
forma
de
proceder descubre nada menos que el paradigma de conducta de la totalidad del
Sistema.
Si observamos la génesis del terrorismo que tanto nos preocupa en estos momentos,
caemos en la cuenta de que tiene mucho que ver con el paradigma mencionado, que no
considera en este caso la cuestión de fondo. En este caso es la miseria, el fanatismo, la
codicia sin límite y el odio de unos u otros.
Se podían haber evitado muchos miles de muertos y enormes desgracias de todo
tipo si
en Oriente tanto como en Occidente los ricos y poderosos y los líderes
espirituales hubieran practicado la justicia y la verdad en vez del expolio colonial,
neocolonial y neoliberal el desamparo a las poblaciones y la manipulación religiosa y no
formaran parte del problema que dicen querer solucionar.
Muchas poblaciones se levantan airadas y devuelven el mal que antes recibieron. Y
cuando lo hacen, se les reprime una vez más con violencia, directamente o
indirectamente a través de gobiernos-títeres y tiránicos (dependientes y en connivencia
con los ricos países imperialistas occidentales), que no dudan en aplastar a sus propios
pueblos como fieles capataces del orden negativo al que sirven: el dinero, el prestigio,
el poder, el control de mercados. Ahí tenemos los ejemplos de Irak y Afganistán.
Una situación semejante no puede tener buen final desde el uso de la fuerza. No habrá
buenas soluciones, sino malos remiendos, y como de costumbre muchos ejércitos
pacificadores (!!¿?) armados hasta las cejas. Y los problemas, al no haberse eliminado
sus causas, quedan siempre latentes, como una bomba de relojería que no se sabe
cuándo va a estallar. Es por eso que nunca hay paz y las guerras se repiten. Sin embargo,
es preciso repetir que esta ceguera ante las causas y esta falta de prevención es la
filosofía oficial, el paradigma de los Estados con respecto a la manera de solucionar los
problemas, incluido el educativo. "Lavarse la cara" farisaicamente, fingir, poner
remiendos, parches epidérmicos, imponer soluciones violentas. Este es el Sistema,
sí, pero ni el tejido del mundo ni el de la educación, por cierto, admiten muchos más
remiendos ni pueden esperar mucho más. En educación, los remiendos producen
finalmente muchos rotos de difícil arreglo en el maltratado tejido psíquico de la
infancia. Como consecuencia abundan en el mundo infantil los cuadros de depresión,
fobia escolar, ansiedad y trastornos bipolares, como denuncian los psiquiatras infantiles,
junto a otros males que veremos aquí. Y en estos problemas tan serios que afectan
grandemente al rendimiento escolar no cuentan
los estudiantes con las ayudas
necesarias. Según su paradigma, esas serían causas y lo que interesan son resultados de
aprendizaje sin respetar la situación psicológica de los estudiantes afectados, a los que
en lugar de tratarles como personas se les exige como estudiantes que fracasan.
Así pues, cuando un alumno no rinde en su aprendizaje la institución educativa lo
valora según sus conocimientos, y sólo cuando hay
indisciplina en el aula, se
plantean las características psicológicas y a las actitudes sociales de los alumnos, pero
referidas exclusivamente al tema puntual aplicando el más riguroso conductismo, y, por
supuesto se olvida de su génesis, de sus problemas personales como seres humanos. Es
decir, se obvia lo más importante del alumno: quién es, cómo es y cómo vive en su
medio social y familiar. Saber quién es cada alumno proporciona una perspectiva
espiritual; saber cómo es nos aproxima a su psicología y saber cómo es su ambiente, nos
ayuda a concretar su realidad existencial, sus carencias y sus necesidades cotidianas.
Pero todo esto tiene poca importancia para la escuela medievalista que sufrimos,
obsesionada con los programas y las estadísticas de aprendizaje.
Los profesores, ni tampoco los padres, han sido preparados por el Sistema para esa
triple perspectiva que se precisa para comprender al alumno o al hijo.
CADUCOS MODELOS DE ENSEÑANZA SUPERIOR
Se considera básico también y objetivo único en la mayoría de los casos, por parte de
muchos educadores la adquisición de una buena cultura general en sus alumnos que les
permita más adelante el acceso a la Universidad. También los padres han sido
convencidos de que esa es la meta. Y estas expectativas de uno y otros imprimen
carácter a las clases desde el momento que se orientan los programas desde la
base hacia esos horizontes. Ahora bien, ¿es real esa expectativa? Decididamente
no.
Tal y como están de difíciles las salidas profesionales para los titulados
universitarios, y viendo el aumento de fracasos en los estudios de básica, bachillerato y
universitarios, tan polarizados hacia los resultados intelectuales, habría que empezar a
plantearse de una vez si no es hora de ir poniendo a la Universidad, tal y como se
concibe en la actualidad, en un segundo o tercer plano como meta final ideal del
aprendizaje, considerando el elevado número de excedentes en titulados superiores que
se ven obligados a trabajar en sectores muy alejados de sus capacitación profesional,
para los que se hallan sobrecapacitados. En muchos casos, titulados superiores, como
abogados, profesores, licenciados en humanidades, biólogos, y otros se ven obligados
trabajar en actividades mucho más modestas y precarias para los que no hubiese
hecho falta ni la mitad de los esfuerzos ni de los recursos empleados en la formación de
estos profesionales desarraigados. Esto es un verdadero derroche de energía social. Y el
derroche se agrava todavía más cuando los licenciados universitarios se marchan a un
país que valora más sus conocimientos, produciéndose el fenómeno de "fuga de
cerebros", tan conocido en los países del tercer mundo, pero también en los menos
desarrollados del primer mundo, como España, Portugal, Grecia, Irlanda y Turquía.
Pero hablando en general, y salvo excepciones concretas, la demanda social de
titulados, excepto en carreras técnicas determinadas, está muy por debajo de la oferta,
y el exceso de titulados en lugar de ayudar colabora al aumento del paro.
Se debería proporcionar a los estudiantes en todos los tramos del aprendizaje (incluido
el universitario) un tipo de enseñanza más flexible, más abierto a la interactividad, con
más presencia de actividades prácticas polivalentes, más áreas de investigación
interconectadas y más relación con el mundo real y sus necesidades objetivas... Por
tanto, deberían incluirse en los estudios oficiales diversas ciencias alternativas de
utilidad social, y siempre favoreciendo al máximo talleres de habilidades emocionales,
artísticas, sociales y manuales que posibiliten la madurez armónica de la personalidad
de los estudiantes. Todo esto exige, por supuesto, inversiones que ningún gobierno está
dispuesto a realizar hoy. Al contrario, la tendencia, como ya sucede en los EEUU es a
disminuir el gasto educativo público. Otras inversiones, como las militares o los fondos
regalados a las iglesias institucionales, tienen preferencia sobre el gasto social.
Las profesiones universitarias deberían verse en todo como profesiones al servicio de
la sociedad desde sus diversas parcelas de trabajo, y no como hasta ahora, que se nos
aparecen como parcelas con tendencias endogámicas, encaradas hacia el prestigio social
del personal docente y muy del lado de los poderes políticos triunfantes hacia los que
los estamentos universitarios muestran poca o nula capacidad de respuesta crítica
debido a tanto compadreo político, tanta dependencia económica y tantas influencias
ideológicas de matiz mayormente conservador que se dan en el medio, lo que
interfiere en la libertad de los profesores, en las dotaciones económicas (variables
según el partido triunfante) y en la orientación del conjunto de la Universidad como
institución. Por todo ello es visible su alejamiento con respecto a las necesidades reales
del conjunto social, excepto parcialmente
en los sectores de tecnología punta, y la
falta de implicación y compromiso con los movimientos y ciencias alternativas de
renovación cultural, en especial con la cultura de la globalización que se nos impone y
nos asfixia. Todo esto afecta fatalmente a la propia Universidad, y habrá de reconocerlo
un día si que es que todavía le queda algo de dignidad y capacidad autocrítica.
Habría que intentar erradicar de la mente de los estudiantes esa idea de elegir la
carrera más rentable para su bolsillo, su posición social o su prestigio personal, que son
cosas del ego inferior, mundano, para que prevalezca la idea de servicio desinteresado y
debidamente remunerado. Hoy en la propia Universidad encontramos muchos profesores
auxiliares, investigadores y becarios maltratados económica, social y culturalmente, y
muchos alumnos
desviados de su vocación por los propios estamentos de poder
universitarios al verse obligados en muchos casos a elegir Carreras para las que no
tienen vocación. Flaco servicio harán después a la sociedad.
Imprescindible
resulta
la
elaboración
de
un
nuevo
perfil
psicológico
del
estudiante universitario que arroje al pasado lo que pertenece al pasado: la universidad
clasista
heredada
del
capitalismo
decimonónico.
Su
filosofía
basada
tradicionalmente en la aristocracia del conocimiento, de la sangre y de la propiedad
burguesa, que anima su endogamia y la hace conservadora y
poco efectiva
y
permeable social y culturalmente, tanto de arriba hacia abajo, como a la inversa en
especial, debería ser desterrada de los claustros universitarios. No se trata tanto del
principio "la Universidad al servicio del pueblo" para enmascarar la verdad (al servicio
del Partido del Estado) como se entiende desde algunos planteamientos de una izquierda
mal entendida, como del principio de "la Universidad al servicio de las necesidades de
la vida colectiva", sin interferencias externas de partidos ni preferencias de clase
social.
A pesar de los estudios modernos sobre el cerebro y sobre el papel diferenciado de los
dos hemisferios cerebrales, el uso del hemisferio cerebral derecho es cada vez menos
tenido en cuenta a medida que se avanza en los estudios, y en la Universidad es
prácticamente invisible, cuando no despreciado, excepto en las carreras técnicas, donde
la "víctima" es el hemisferio izquierdo... En consecuencia, tenemos miles de estudiantes
universitarios mentalmente "desequilibrados", abotargados y exhaustos por los enormes
esfuerzos mentales de dudosa rentabilidad para retener en la memoria los
conocimientos que se les exigen, y emocionalmente desequilibrados, presas de la
ansiedad, la apatía emocional, la falta de espíritu crítico y dialéctico aplicado a la
propia realidad y a la realidad objeto de sus trabajos. El resultado es el desconocimiento
general de los valores culturales y estilos de vida alternativos, el adormecimiento de la
sensibilidad creativa, la facilidad para acoger acríticamente los criterios de autoridad y
otras secuelas derivadas de las dependencias políticas y sumisiones al poder y del
exceso de teorías no contrastadas por experiencias, todo ello fruto de su formación
escolástica de base y del adormecimiento espiritual de sus acomodados dirigentes.
Para evitar este desequilibrio deberían ser numerosos ya en cada colegio de
básica programas más abiertos y autónomos, y abundantes talleres que permitan la
alternancia de los dos hemisferios cerebrales en sus actividades. Parece igual de
urgente ahora mismo cambiar el diseño de los edificios de enseñanza desde el modelo
actual de escuela-cuartel, ese edificio sin alma de la sociedad industrial y sus bloques
de hormigón cuadriculado, como las cabezas de sus arquitectos, a modelos más
imaginativos y diversificados, a construcciones adecuadas a los trabajos que allí se
pueden realizar, incluyendo siempre amplios espacios verdes que hagan posible el
contacto
máximo
transversales
con
la
relacionados
Naturaleza
con
la
y
den
ecología,
cabida
el
a
medio
diversos
aprendizajes
socio-cultural
y
el
conocimiento
de las leyes naturales. Pero en este punto hacen falta muchas más
inversiones en educación. Y no es casualidad el que esto no se haga. Prefieren los
gobernantes esos pequeños parches que remiendan al Sistema de vez en cuando, y
subvencionar abundantemente
a los colegios privados, esperando que de ellos salgan
las siguientes generaciones de repuesto dispuestas a asumir el mando de la sociedad.
Prefieren los gobernantes ciudadanos mediocres y manejables formados en escuelas
públicas mediocres, con bajos presupuestos, donde profesores-funcionarios manejables y
socialmente invisibles y desacreditados ejerzan un trabajo mal remunerado para
formar estudiantes cultos sólo en la medida que el sistema de producción los necesite
para su fagocitosis; ciudadanos-consumidores sumisos para
poder optar a votar
periódicamente alguna opción política "salvadora"que les ofrezca
el Sistema con
individuos para ser votados cada cierto número de años como teóricos adalides de los
intereses de todos los ciudadanos, que ni pueden cambiar las fechas de las elecciones ni
revocar a los representantes -corruptos o no- una vez elegidos, ni evitar que se tomen
decisiones en contra de sus intereses objetivos (ni siquiera la decisión de tomar parte en
una guerra mediante referéndum...) .
En las escuelas, las prácticas asamblearias y la democracia organizativa en las aulas
brillan por su ausencia. El maestro es quien hace y deshace siguiendo pautas
organizativas que le vienen dadas, en la creencia de que es el que sabe, y por eso tiene
derecho a imponer sus criterios, reproduciendo así el
modelo del gobernante
autoritario.
Es, pues, un hecho, a la vista de lo que se ha
expuesto hasta ahora,
que en las sociedades capitalistas de oriente y occidente a los gobiernos no les
interesa promocionar demasiado ni la cultura, ni el arte, ni la solidaridad entre los
pueblos ni los sentimientos de paz entre las gentes. Tampoco facilitar la evolución de
esa democracia de la que tan adeptos dicen ser, que se concretaría en facilitar una
cultura viva, activa, participativa, plural, multi-étnica y multirracial alejada del
divismo, del favoritismo y del escaparatismo acostumbrados. Estro llevaría a modelos de
democracia
mucho
más
directa,
mucho
más
transparente
y
participativa
y mucho menos burocratizada. Por decirlo brevemente: a modelos de democracia real.
Esto precisa de nuevos enfoques y otros y más amplios contenidos culturales.
Una cultura general basada en el conocimiento contrastado, en la sabiduría, y no en el
fetichismo de los nombres, en los intereses comerciales, o en la conveniencia ideológica
de los poderosos y sus lacayos nos aproximaría mucho más hacia modelos
evolucionados de organización colectiva. Y esto tendría un reflejo inmediato en la
educación, formando así una espiral evolutiva.
¿Es esto, acaso, lo que observamos?
Observemos juntos la
poca frecuencia con que aparecen en el mundo de la
comunicación masiva, que es la televisión, todos estos supuestos de una cultura
avanzada y profunda. Observemos la práctica ausencia
de filósofos, pedagogos,
místicos, sociólogos, escritores en general, poetas y artistas plásticos, representantes de
los movimientos alternativos, ONG y, en fin, de pluralidad de elementos lúcidos de
contraste con los presupuestos del poder conservador religioso, cultural, científico,
político y económico que organiza la vida de las gentes. Observemos la cotidiana
ausencia de elementos que cuestionen los poderes de los gobiernos o la hipocresía de
las religiones institucionales…
Todos los factores impulsores de cultura avanzada – especialmente si son disidentes
del orden establecido- nunca aparecen o aparecen bien poco, y si por rara casualidad lo
hacen por asuntos puntuales (como la concesión de un premio Nóbel)
nunca tienen
tiempo para profundizar en lo que expresan, los programas en que se les puede
escuchar no son programas a horas de máxima audiencia ni abiertos a la participación de
quienes los ven, y muy rara vez los entrevistados repiten ante las cámaras. Menos,
cuanto más disidentes. En cambio es notorio el interés cultural que deben tener para la
comunidad los partidos del fútbol, los programas de cotilleo social, los cantantes del
tres al cuarto o las carreras de vehículos. Sin olvidar, por supuesto, las películas made
in USA, que ocupan casi el ciento por ciento de las programaciones de cines y
televisiones con su pobreza ideológica, su carga reaccionaria y de violencia y sus zafios
contenidos en el 90 % de los casos.
Consecuencias a corto y largo plazo en los colegios: todos los niños quieren ser
futbolistas, y sus modelos de policías y gansters alimentan sus mejores fantasías. Y de
más mayores trabajar poco y ganar mucho dinero para comprarse la moto, el deportivo y
las fiestas. ¿Y las niñas? Desean ser heroínas de telenovelas o cantantes famosas. Y de
mayores la mayoría prefieren no trabajar y que sus maridos sean ricos y famosos a ser
posible. Ese es el horizonte al que aspira la juventud abducida por el Sistema.
PARTE I
CAPITULO 2
LA CONJURA DE LOS NECIOS
¿A qué se reduce la cultura y la libertad de expresión? Es mentira lo que dicen
los grupos políticos sobre la cultura y sobre la libertad de expresión. No existe
verdadera cultura ni libertad real de expresión, que sería esa capaz de llegar a todos a
través de todos los medios sociales de comunicación pagados con los impuestos de
todos, donde se pudieran decir todas esas cosas que no se dicen en las televisiones,
pagadas con fondos públicos para servir a los que gobiernan, o en los medios privados
con intereses propios, pero sumisos al Sistema.
Si tiene usted, amigo lector, algo claro y fuerte que decir contra alguno de los pilares
que conforman lo que venimos llamando "El Sistema", incluso sin la intención explícita
de quererlo derribar (valga la ironía), sino tan sólo de querer informar desde otro punto
de vista quedará perplejo cuando vea cómo se le cierran las puertas de los medios de
comunicación.
La verdad viene a ser un asunto de dividendos, y propiedad privada de algunos clubs.
El dinero es el rey y sus lacayos secuestran la verdad y administran la mentira. Los
lacayos nunca comprometen a sus señores. Y si lo hacen, son despedidos, arrinconados,
puestos en la lista negra, etc... Esta es la práctica real de la libertad de expresión en las
democracias. La diferencia con las dictaduras es que allí encarcelan o matan a quienes
defienden la verdad: aquí simplemente se les ignora en cuanto abandonan eso que se
llama "lo políticamente correcto", o sea, el rebaño y su canto de sumisión.
Tampoco a los alumnos en sus aulas se les permite expresar públicamente sus opiniones
sobre la mala calidad de sus aprendizajes, la incompetencia de sus profesores o las
deficiencias más que notables de los sistemas educativos que tienen que sufrir, donde
una reforma sustituye a otra y la siguiente siempre es peor que la anterior y con
menores recursos. .
En nuestras sociedades inmovilistas y antinaturales de la Confrontación, la mayor parte
del dinero que se necesitaría para la educación y el bienestar colectivo se invierte en
necesidades del propio Sistema para perpetuarse. Especialmente escandalosa es siempre
la inversión en armamento. Más escandalosa cuanto más pobre es un Estado. Más
peligrosa para los demás cuanto más rico. Pregunto: ¿Es ético fabricar y vender armas
para matar a los semejantes?... ¿Alguna vez oyó usted esta pregunta en los medios de
comunicación? Imagínese, amigo lector, que un vecino suyo fabrica en su propio
edificio instrumentos para matar. ¿Estaría usted tranquilo en casa?..¿Aumentaría su
intranquilidad si se enterase de que ha habido una matanza en su barrio usando las
armas de ese vecino?...Más aún: ¿Tendría usted la valentía de elegirle como jefe de
escalera sabiendo que el armamento de que dispone puede hacer volar el edificio entero
si los vecinos tienen algún enfrentamiento con él? ¿Estaría dispuesto a secundarle si le
propusiera apoderarse de otro edificio para su particular provecho? ¿Estaría dispuesto
a contribuir con el dinero de su trabajo para que su vecino adquiriese armas más
eficaces?... Reflexione sobre esto y transfiéralo a su propia realidad como ciudadano de
un Estado.
Los que dirigen o apoyan las llamadas guerras preventivas, los máximos representantes
del mal llamado
sistema democrático, que hablan tanto de derechos humanos,
terrorismo y fanatismo religioso, asolan los países, exterminan a sus gentes y roban sus
riquezas, no cesan de producir y elaborar estrategias políticas para vender armamento
más anticuado que el propio, evitando competencias indebidas, armas para que
otros
se maten en terceros países, etc. Simultáneamente se afanan en provocar, a
través de sus servicios de inteligencia, sus espías, diplomáticos y gentes por el estilo,
conflictos internos y enfrentamientos bélicos entre clanes de otros países, en el propio
interés de su industria criminal del armamento y afines; países a los que finalmente
tutelan, controlan, endeudan y los convierten en satélites después de masacrar a cientos
de miles de personas civiles y destruir familias hogares y modos de vida. ¿Estamos
hablando de Estados civilizados?.. Estos que así se autodenominan son los mayores
fabricantes de armas de destrucción masiva y lo que es mucho peor: las utilizan. Para
mayor sarcasmo, cuanto más "civilizados" se consideran los países a sí mismos más y más
mortíferas resultan sus armas y más a menudo comprueban que funcionan sobre las
cabezas de sus víctimas.
Pero los gobiernos de estos países insisten en celebrar cada 30 de enero el Día de la paz
en todo Occidente, y los niños, incluidos los hijos de los pilotos que lanzan las bombas
sobre ciudades dormidas y los hijos de los trabajadores de la industria de armamento
que fabrica las bombas, se concentran junto a sus profesores en los patios de todos los
colegios del mundo para escuchar bellos poemas, entonar canciones de paz y soltar
globos con bellos deseos de amor universal. La idea sería maravillosa si hubiera partido
de ellos mismos. Pero no: se trata de actos promovidos por los estados para ofrecer al
mundo la imagen de que se educa en la paz a sus escolares, y, de paso, convencer a las
familias de los mismos de que su gobierno defiende la paz. Por tanto, si la nación alguna
vez hace la guerra debe estar fuera de duda que lo hace contra la voluntad de su jefe
de estado y de todos sus ministros y delegados, que son personas de paz y civilizadas.
Sin embargo, algunas de las condiciones precisas para ser civilizados serían el poseer
una buena estructura educativa, unos buenos planes de estudio con unos buenos
contenidos académicos y éticos, una libertad cultural y de expresión que garantice el
derecho a ser y pensar diferente en cualquier aspecto, una buena convivencia entre los
miembros de la comunidad (incluida la educativa) basada en el respeto entre las
personas independientemente de sus títulos profesionales, status social o académico,
edad, género, raza, religión, etc. y basada igualmente en la cooperación, justicia
social, acceso igualitario a la gestión pública, derecho a revocar a los mandatarios
corruptos, al trabajo, a la vivienda y a la vejez atendida. Y aunque algunos de estos
derechos sean reconocidos por los Estados, y aún alardeen de que se cumplan, sólo hay
rastros de todos ellos, esperando que la democracia civilizada sea más profunda y los
garantice en su totalidad.
Mientras tanto, y en espera del milagro, ¿cómo son educados los ciudadanos de la
civilización presente en los países del área capitalista en todo el mundo?..
Necesitan siempre estos estados "civilizados" un tipo de alumno capaz de adaptarse a
las normalmente feas y precarias edificaciones escolares que albergan sus horas de
aprendizaje, a programas sin emoción, a las construcciones igualmente feas, precarias
y sin imaginación de sus barriadas y ciudades-dormitorio, a calles sin espacio para sus
juegos. Y no hablemos de los lugares de trabajo de los mayores de la casa en las
industrias y negocios de todo tipo; de las condiciones tan deplorables para la salud que
millones de esos lugares ofrecen: ruidos, polución, peligros físicos, faltas de medidas de
protección, horarios abusivos propios del siglo XIX, inseguridad laboral, tiranía de los
patronos, desamparo sindical real, etc. Y eso en los países del llamado "primer
mundo".De los otros, habría que alargar tanto la lista de calamidades y abusos de los
poderosos a que se ven sometidas sus poblaciones, que ocuparían páginas y páginas, y
no es misión de este trabajo.
Todas estas condiciones previas sociales informan la estructura educativa de muchos
países y forman parte indirecta de la vida cotidiana del pequeño estudiante de escuela
pública, mucho más que de la privada, vivero para renovar las cúpulas dominantes. Allí
son seleccionados los estudiantes por su procedencia social y se espera de ellos la
excelencia suficiente que les permita ser de mayores tan conservadores como sus
padres.
Muchas de estas circunstancias forman la base ideológica, sociológica y cultural de la
infancia de la mayoría de la población del mundo llamado civilizado, el más afortunado y
en donde habita el 20 % de los que consumen el 80 % de los recursos del Planeta
arrancados menudo al resto por la violencia más cruel...
La escuela no puede ser ya lo que fue siempre.La sociedad, tampoco.
Ya desde la escuela pública se pretende obtener un alumno cien por cien controlado,
sumiso, gris, resignado, pasivo y adaptado al Sistema, con predominio tiránico de
lo intelectual, del que
importan poco sus conflictos emocionales a no ser que
produzcan problemas en el aula, sus relaciones sociales inter-grupo o la educación
armónica
de su sensibilidad. Se pretende conseguir seres humanos
capaces
de
reprimir con su voluntad, aliada al miedo, y rendida al autoritarismo, toda posible
emoción que exprese públicamente su genuina individualidad, sus verdaderas
dificultades o su frustración, y pueda interferir en el diseño de la programación pensada
para ellos, sin que contraríe a sus programadores, que se hallan tan lejos de sus
verdaderas necesidades como la misma Luna.
El no reconocimiento de su verdadero ser y de sus necesidades es una excelente
preparación de base para ser luego un adulto sumiso y conformado, aceptable para un
sistema de producción sin alma; preparación que comienza en el seno de muchas
familias previamente conformadas por el Sistema y sigue luego en las aulas con sus
hijos. Y así una y otra generación.
Naturalmente, el tipo de alumno de mente y emociones controladas "a la carta" no
existe ni en las mejores películas, y manifiesta cada vez más con sus conductas de
enfrentamiento, pasividad o huída, los conflictos que lleva en su interior, que no puede
menos que evidenciar el conflictivo mundo en que viven, produciéndose así una
respuesta de descontento de sus educadores
o de las autoridades académicas
correspondientes, que, sumado al del propio alumno al verse ahora juzgado y presionado
para hacer casi siempre lo que no desea, (lo que no desea muchas veces, con toda
razón, por antinatural), puede desembocar en toda una gama de respuestas en
contra que volveremos a encontrar
más tarde para mejor comprensión. Esta, como
dijimos, es una excelente preparación-base emocional negativa para incorporarse a la
sociedad de la confrontación al cumplir los años.
En el panorama descrito anteriormente tenemos cada vez más conductas antisociales de
los jóvenes (cada vez más dependientes de sus familias) y adultos emancipados;
conductas que pueden alterar profundamente la convivencia en el seno familiar y luego
revierten en la vida social y laboral cotidianas. Conductas que en circunstancias
concretas llevan al mundo de las drogas, a la apatía social, a la predelincuencia o,
abiertamente, a la delincuencia. Se podrían considerar síntomas-testigo de rechazo
hacia un mundo configurado erróneamente, donde no tienen cabida las propuestas
minoritarias de cambio que evidencian los jóvenes más conscientes, que se manifiestan,
por ejemplo, a favor del protocolo de Kyoto y exigen alternativas globales en otras
"cumbres" planetarias paralelas o militan en ONG que incomodan, como Green Peace ,
Amnistía Internacional, y todas las que defienden los derechos de los animales, la
espiritualidad libre y opciones políticas alternativas.
Es importante añadir al respecto que es a partir de la edad en que los alumnos
empiezan el tramo de secundaria obligatoria, (pero cada vez antes, pues la infancia se
acorta estremecedoramente, debido a este tipo de sociedad) cuando todos los
problemas acumulados se agudizan, y hace eclosión lo que andaba soterrado en
tantos casos, manifestándose en graves problemas de convivencia dentro de los centros
escolares. Y si no es ahí, será más tarde, fuera de los muros de la escuela.
Una familia de tantas con dificultades
Las familias de los alumnos
luchan por salir adelante
y alcanzar unas cuotas de
bienestar que cada una se propone en función de sus posibilidades (habiendo asociado
falsamente "bienestar" con comodidad, consumo y posesiones), aunque el precio que
se paga es siempre desproporcionado en horas de trabajo, en salud, en sacrificios
personales y en falta de atención a los hijos.
A falta de estudios para averiguar qué sucede realmente en el interior de los hogares
para que haya un grado de infelicidad y frustración como atestiguan el número de
separaciones matrimoniales y divorcios y los casos inacabables de violencia doméstica y
asesinatos a mujeres, se puede decir casi en términos matemáticos lo siguiente:
1) Elevado número de horas de trabajo = elevado número de horas ausentes los
padres del hogar =elevado número de familias en cuyo seno reina la desarmonía y el
conflicto a diferentes niveles = elevado número de alumnos conflictivos.
2) Elevado número de familias con problemas económicos, sociales o en situación de
paro = elevado número de familias que se desinteresan del trabajo escolar de sus hijos
y suelen prestar poca atención a sus necesidades educativas. Piensan que hay que
priorizar la subsistencia. En consecuencia, los hijos se desinteresan también de sus
tareas escolares al ver que no tienen mayor importancia para sus padres y buscan
también sus propias prioridades.
Existe un altísimo número de familias inmigrantes, que en España puede aproximarse
a 1.500.000, (año 2004) y con muchísimos problemas de todo tipo, (idioma, integración
social, seguridad de empleo, inseguridad legal), que tienen escolarizados a sus hijos
legalmente, sin embargo, para mayor contradicción. En medio de toda clase de
incertidumbres psicológicas, pocos ingresos, desarraigo social, problemas de vivienda,
desconocimiento del idioma en tantos casos, y desintegración cultural, se espera que los
hijos de estas familias altamente cargadas de conflictos y problemas por resolver
urgentemente en los niveles más primarios sean tan perfectos que puedan sortear con
éxito las dificultades que supone aprender en otro país con tantas diferencias de
valores culturales de todo tipo, modelos sociales de conducta, valores espirituales,
educativos, de estilos de aprendizaje, de expectativas ante los estudios... Unas
pruebas bien duras que deben superar, sin embargo, si desean integrarse en la
sociedad de acogida. Una sociedad de acogida que no es precisamente un modelo de
perfección en nada y tampoco en su sistema educativo, y de ahí la necesidad de
cambiarlo con urgencia, pues los males de la situación presente se agravarán cada vez
más a medida que aumente la inmigración y se acelere la crisis económica y de valores
de comportamiento colectivo.
Por otra parte los sectores más pobres y marginales en general, ( que en España suponen
entre los 8 y los 10 millones) son un preocupante número rojo que afecta a 1 de cada
cuatro habitantes, sin contar los inmigrantes "inexistentes", los jóvenes que no logran un
empleo, los parados de larga duración que han agotado sus posibilidades de ayuda
social, los titulados universitarios en paro forzoso, y los mayores de cuarenta años, en
especial las mujeres que buscan trabajo, o las separadas y/ o maltratadas que se quedan
de pronto en la calle, constituyen hoy por hoy las franjas de población "de riesgo" donde
mayor esfuerzo imaginativo es necesario para solucionar sus problemas básicos y
para motivar, en su caso, el aprendizaje de sus hijos y acordar pautas educativas y de
apoyo económico y social adecuadas para todos.
La mala educación y sus consecuencias
La gran mayoría, inmigrantes o no, ricos y pobres, desean sin embargo, tener más,
siempre más; andan insatisfechos y, muchos llenos de envidia y deseos de posesión de
todo tipo de bienes materiales. La mayoría de las gentes en todas partes ha sido
condicionada por la cultura dominante del querer tener y casi todo el mundo desea vivir
como los ricos. Esto produce estrés, frustración, resentimiento, desinterés por las
cuestiones no materiales, muchas veces desesperación, y siempre poco aprecio por la
cultura y el conocimiento que no lleve a producir directamente beneficios materiales.
Esto se transmite a los hijos consciente o inconscientemente a través de la palabra y
del modelo de conducta que observan en sus mayores y en el conjunto de la sociedad.
Esta atmósfera es especialmente dañina para los escolares, pero está presente
inevitablemente en muchos hogares. Después de todo, la cultura del tener es el modelo
social visible y aceptado por antonomasia. Podría sorprenderse el lector del
bajísimo número de libros que se encuentra en las estanterías de las familias. La última
encuesta que conoce este autor daba el tremendo resultado de un 2 % de hogares en
España con 200 libros o más. Descontados los sectores profesionales relacionados con la
cultura, el dato resulta escalofriante y revela el verdadero alcance de la educación que
se ha impartido a generaciones enteras. Esto, en una sociedad que pretende profundizar
en su democracia, no es un dato halagüeño.
Por lo que atañe a la educación de los hijos en las familias, en general adoptan
estas ante la institución educativa las mismas pautas que los ciudadanos ante los
políticos: dejan en sus manos pasiva o resignadamente según el caso, la dirección de sus
vidas, y hacen a la escuela, simultáneamente, responsable única de la educación de su
prole. Pero la escuela ni tiene la exclusiva ni la obligación primera, ni puede educar si
no existe un consenso con las familias. La educación empieza en los hogares y debe ser
compartida con la institución escolar en aspectos muy concretos de validez universal.
Las familias tienen que ser parte activa y organizada en torno a ciertas pautas de
actuación de acuerdo con los profesores de sus hijos. Tan perjudicial sería que la
escuela viviera sometida a la presión de cada familia, como que impusiera
arbitrariamente a sus alumnos, y en desacuerdo con sus padres, modelos educacionales
del tipo que fuese. Igualmente resulta perjudicial en extremo que el Estado o alguna
iglesia oficial interponga sus propias necesidades en este punto como se viene haciendo,
pues los resultados históricos son ya bien conocidos. No hay más que echar la vista
sobre el mal aprovechado siglo XX para comprobar el enorme desastre mundial en
materia de educación con intromisión estatal o eclesiástica.
¿QUÉ PUEDE HACER LA ESCUELA POR LAS FAMILIAS?
Un día leemos aterrados que en colegio de uno de nuestros hijos un profesor o profesora
han sido agredidos, que se producen maltratos entre compañeros o que un padre ha
dado una paliza a un director. Inmediatamente nos preguntamos cómo es posible haber
llegado a este punto de salvajismo en centros educativos. Y si preguntamos a alguien
con experiencia nos dirá que lo que está fallando tiene tres dimensiones: el núcleo
familiar, la institución escolar y la relación entre ambos.
De lo que se trata ahora, nos dirá el experto, es de que existan, en cada comunidad
escolar acuerdos sobre educación, acuerdos concretos que se estimen convenientes para
mejorar la actuación de todos: padres profesores y alumnos; acuerdos que contemplen
objetivos globales de los distintos grupos de alumnos partiendo de sus necesidades
concretas.
Es muy importante la participación real de los alumnos dentro de las aulas y de acuerdo
con un plan de trabajo educativo acordado con los padres, y que se tomen en
consideración las propuestas de los estudiantes, y no sobre el papel como hasta ahora
en el mejor de los casos. Hay que empezar desde la familia y desde el aula a potenciar
valores de conducta que faciliten el desarrollo de la personalidad integral de
los alumnos y a valorar el hecho de que participen en asuntos que les afectan. Y es
preciso, por parte de los maestros y educadores,
motivar, ilusionar, escuchar,
comprometerse con los más jóvenes y ofrecerles los medios donde puedan manifestar su
potencial creativo. Hay que tomárselos en serio y dedicarles tiempo y atención activa
para saber cómo son y cómo se puede orientar su educación.
Mientras eso no se lleve a cabo, se irán dando situaciones de tensión innecesarias y
respuestas conflictivas
de los estudiantes y escolares en detrimento de la convivencia
y de los resultados escolares.
No se puede ir ya más tiempo quejándose y negando las causas. Es preciso investigar
sus necesidades básicas como personas y estudiantes y ver conjuntamente cómo puede
actuarse, pues el aumento de conflictos violentos no es otra cosa de que en las familias
y en el medio escolar llegando al límite por no educarlos correctamente y por
no contar con ellos a la hora de hacer planes de estudio o replantearse cual es su papel
dentro de las aulas.
Cualquier educador sabe que los alumnos de hoy no se parecen en nada a los de hace tan
solo unos
años, y que su nivel de exigencia es mayor porque poseen mayores
conocimientos sobre la sociedad adulta, sus problemas y sus contradicciones, que tan a
menudo tienen que sufrir. Y están decepcionados con mucha frecuencia del mundo
adulto, incapaz de poner orden en sus propias vidas y de entender la de sus hijos. Están
decepcionados por no haber encontrado en sus programas de aprendizaje el agua que
calma su sed, por no haber hallado en sus profesores a verdaderos maestros que sepan
guiarles en las dificultades ; andan cansados de su indefensión ante tanto profesor
caprichoso, egocéntrico e incompetente en cuestiones de pedagogía o psicología , y de
no hallar en sus padres la claridad, la estabilidad y el apoyo precisos en los momentos
difíciles por su falta de tiempo o de preparación ante los nuevos tiempos. Eso origina a
menudo una baja autoestima, frustración, desorientación, apatía, rebeldía, fobia
escolar,
y otras manifestaciones de rechazo (violencia incluida) que tienen
consecuencias en la convivencia diaria, y conducen hacia posturas fanáticas.
Los padres suelen culpar al profesorado de las deficiencias de sus hijos; los profesores,
a los padres y a los estudiantes, mientras estos no entienden por qué no se ponen de
acuerdo y qué tienen que hacer ellos mismo con todos esos problemas que les superan.
Esto les lleva a la pérdida de confianza en sus educadores y, por extensión, en la
sociedad. Y sin esa confianza no existe educación posible, ni respeto, ni disciplina real.
Y cuando reaccionan activamente se encuentran ante la cara represiva del Sistema.
El Sistema impone medidas correctoras, con resultados aparentemente positivos en el
momento, pero son resultados superficiales y no solucionan nunca las causas. Por tanto,
los problemas se acumulan y agravan en cada ocasión. Y un buen día nos enteramos que
un alumno ha disparado sobre sus profesores y sus compañeros, por ejemplo. Todo eso
se hubiera evitado si hubiese una buena coordinación educativa familia-escuela
cooperativa y no represiva.
Hoy, en pleno siglo XXI, la escuela no puede ser más lo que siempre fue: vivero de los
Estados para formar ciudadanos a su medida. Este siglo que acaba de empezar va
poniendo ya a la vista de todos nosotros el fracaso histórico de la humanidad a causa de
tanta desigualdad social, tanta injusticia, tanta violencia, tanta ignorancia REAL, tanta
corrupción, tanto odio, tanto deseo de poder, tanta insolidaridad, y tan poco amor. La
Tierra da testimonio, con todas sus convulsiones de enferma, de la educación real de
los hombres, de sus infinitas maneras de contaminar y matar cualquier forma de vida
que se le antoje, si eso produce beneficios egoístas. Toda esta barbarie revela con
fuerza dramática el fracaso escolar mundial, el fracaso global de la auténtica cultura,la cultura de la cooperación- y el triunfo provisional de la cultura de la fragmentación,
la desigualdad y la confrontación general. Tamaña situación debería ser abordada para
el cambio con enormes dosis de entusiasmo, de imaginación, de colaboración y sobre
todo, de amor. Esto tiene que dar un vuelco. Pero hoy. No mañana...Mañana puede ser
demasiado tarde.
Después de casi cuarenta años de profesión dedicada al mundo de la enseñanza, el autor
de estas páginas alberga la convicción de que la insistencia sobre los temas que se
mencionan aquí nunca es suficiente debido al mundo que hemos creado por no tenerlos
en cuenta durante siglos, y pensando siempre en los más pequeños y en los jóvenes
como los verdaderos beneficiarios que han de ser luego elementos de transformación
futura.El futuro,no nos engañemos, es el presente: nuestros hijos, nuestros alumnos y
nosotros, sus educadores.
Muchos padres suelen querer para los hijos lo que ellos no tuvieron y se esfuerzan por
conseguir.Pues bien: nunca tuvieron una escuela digna, nunca recibieron una educación
emocional decente, nunca fueron felices aprendiendo, nunca supieron casi nada sobre sí
mismos, siempre fueron manipulados por unos u otros poderes.En definitiva, nunca
llegaron a comprender el valor de la vida y el sentido de insertarla como un acto de
cooperación de su individualidad libre hacia un nuevo tipo de sociedad por construir.Y
uno de los elementos decisivos es aunar esfuerzos para colaborar padres y profesores en
la tarea de educar.
Tal vez ha llegado la hora de empezar a vivenciar el aprendizaje, la educación y la
conducta no como mundos separados y en frecuente conflicto, como hasta hoy, sino
como mundos perfectamente ensamblados y armónicos donde se manifieste la plenitud
del Ser en cada uno.Por eso se hace precisa la unidad de acción de padres y profesores
con programas donde sus hijos o alumnos se sientan comprendidos, amados y
correctamente orientados para hacer aflorar y favorecer el desarrollo de todas sus
cualidades positivas tanto intelectuales como espirituales y convivenciales.
En el fondo del corazón humano pervive la semilla y el impulso del progreso, el cambio,
la justicia y la evolución, que han sido intencionadamente desviados por los poderes
negativos que manejan las sociedades de este Planeta en todo los ámbitos,y han
conducido a la humanidad actual hacia un callejón sin salida.
Estamos asistiendo al crepúsculo de una civilización sin porvenir que hace como todos
los monstruos suelen hacer en su agonía: dar coletazos de muerte, y cosechar el caos y
la destrucción que sembraron.Mírese, si no, lo que pasa cada día en todas partes.Pero
nosotros podemos ser quienes enterremos este cadáver. Tan solo es cuestión de dejar
de alimentar al moribundo.
PARTE I
CAPITULO 3
BARCO EN MAR TEMPESTUOSO
(Reflexiones para un responsable de educar)
Está generalmente aceptada la idea de que educar es preparar para la vida. Pero el
concepto "vida" tiene muy diversas lecturas, y casi siempre se acaba en la lectura
sociológica que dice: educar es convertir al niño en un miembro útil a la vida social, a
la sociedad. ¿A qué sociedad? A la presente, contestaría el profesor sin titubear desde la
cátedra, y sus amigos los financieros, los industriales y los políticos, le darían la razón.
Mil veces no.
El gran problema de un educador es que tiene un niño, que es todo presente, a quien
tiene
que
preparar
para
integrarse
en
una
sociedad
que
va
a
ser
exteriormente distinta cuando esté en edad de asumir responsabilidades. La sociedad
presente está agonizando, pero no solo para el niño o niña a quienes se educa, sino que
vivimos en una sociedad que carece de porvenir; sólo hay que seguirle la pista para
saberlo. Los jóvenes tienen que descubrir unos valores existenciales que le permitan
adquirir firmeza, aceptar los cambios, ser fuertes para no dejarse arrastrar por lo
negativo que habrán de soportar, y aprender a discriminar con claridad lo que les
conviene como almas y como personas sociales con derechos y deberes hacia los demás.
El gran desafío de un educador es que tiene que eludir los extremismos. No puede ser
fanático de una idea política ni religiosa que trata de imponer, ni siquiera debe imponer
un estilo determinado de educación. Imponer es negar, reprimir y frustrar posibilidades,
y en educación hay que positivar, motivar, favorecer sacar fuera posibilidades latentes.
Mucho mejor que imponer es proponer.
El educador se encuentra a menudo abrumado por las presiones de la vida cotidiana
sobre su propio ánimo, por las contradicciones entre lo que se ve obligado a mostrar
como bueno y que él mismo tal vez no practica, por la desorientación sobre qué es y
qué no es correcto a la hora de bajar al terreno de juego de la vida de los hijos o de los
alumnos. Innumerables dudas le atormentan. ¿Es bueno dejarles hacer esto o aquello?
¿Qué debo hacer en esta o aquella situación? ¿Tendrá razón el profesor que educa de un
modo opuesto al mío? Y el profesor, entre tanto, se pregunta qué sentido tiene educar
en la dirección que le marcan las directrices oficiales, y por qué los padres de sus
alumnos no educan bien a sus hijos.
La cuestión central es que las personas que educan deberían tener claras sus
propias posiciones básicas sobre cómo entenderse con la vida, y eso supone haber
adquirido conocimientos y experiencias espirituales que le proporcionen seguridad a la
hora de poner en marcha las medidas educativas que se propone. Y la segunda cuestión
es que quienes educan tienen que estar de acuerdo sobre cuales son las metas y cómo
ayudar a conseguirlas.
No podemos olvidar que el alumno o el hijo son ante todo seres espirituales en proceso
de evolución, aunque en temprana edad no sean conscientes, y que la responsabilidad
de un educador es grande en este terreno si no tiene en cuenta este hecho. Estamos en
un momento de la historia de la humanidad en que el pensamiento materialista
prevalece, pero es algo que va a ser superado en cuanto los últimos avances de las
ciencias y el pensamiento alternativo se extiendan por el mundo, lo que ha de
producir
un vuelco en muchas conciencias que aún se aferran al pensamiento
materialista, a los dogmas religiosos y a los paradigmas políticos caducos.
Aunque más adelante se amplía todo esto, lo que importa es quedarse con la idea de
que un educador debe mirar hacia dentro y delante y esforzarse en superar los
prejuicios culturales y pedagógicos que le enseñaron partiendo de que el alumno no es
más que un ser social al que hay que atiborrar de conocimientos que debe escuchar y
asimilar sin moverse de su pupitre, o que el hijo debe ser un clon de algún progenitor.
Preguntas para navegantes en plena tempestad
¿Cuál es el sentido de la vida?... ¿Se concibe como algo que debe tenerlo, o se trata de
dejarse llevar de un lado para otro por los acontecimientos que se van presentando a lo
largo de la existencia, igual que el barco en mar tempestuoso?...
Si el capitán del barco conoce los secretos de la navegación, la ruta y el puerto de
destino, el timonel recibirá las órdenes precisas para maniobrar, incluso en las
tormentas, y acabar el viaje felizmente. El capitán del barco es nuestro verdadero
Espíritu interno, y el timonel nuestra alma. El barco somos nosotros, cuerpo, alma y
Espíritu, y el mar la Vida...
¿Vamos encaminados a buen puerto?... ¿O hubo rebelión a bordo y los marineros al
servicio del Ego," y sus aliados, envidia, avaricia, s celos, odio ignorancia, y otros
amotinados han desorientado
al timonel con sus cantos de sirena y se apoderaron de
la dirección del barco?
(Cuando esto sucede, la nave del Yo divino, capturada por los esbirros del ego inferior
que hemos alimentado con nuestra negatividad camina a la deriva por el mar de la vida,
sin que las voces del capitán-conciencia dando órdenes de navegación sean escuchadas.
Con harta frecuencia esas voces del puente de mando inspiradas por lo divino en
nosotros, el Espíritu, llegan tan débilmente a la cabina del piloto, que este no las
percibe, pues sólo tiene oídos para sus encantadores captores. Distraído, identificado
con alguno, olvida atender indicaciones de ruta, o vegeta y se divierte indiferente; y
con frecuencia, el barco se pierde en el mar de la vida, no una vez, sino tal vez muchas.
Y la rueda de la reencarnación no cesa de dar vueltas igual que la del timonel sordo en
su encantamiento no deja de navegar en círculo).
¿Conocemos las metas de nuestro viaje? ¿Conocemos los elementos que intervienen en
él, incluido el barco-cuerpo que habitamos?
¿Tenemos un aceptable grado de felicidad, pese al mundo en que vivimos? ¿Somos más
cooperativos que individualistas?
¿Conocemos bien y cumplimos con agrado nuestras obligaciones en los diversos sitios y
con las diferentes personas
con que convivimos diariamente?... Estas preguntas
deberían ser contestadas positivamente por todo el mundo.
Educar es preparar para dar respuestas positivas a preguntas así...
Todos los trabajos sobre educación se proponen una meta. Esta es la que proponemos
aquí: reflexionar nuestro verdadero ser como totalidad cósmica y comprender mejor el
sentido de educar y ser educados para que el viaje de la vida sea correcto según las
leyes de la vida.
¿Cómo descubrir nuestro verdadero ser?...Educar es preparar para ese descubrimiento.
Los cambios experimentados a lo largo de los últimos cincuenta años han sido tan
radicales y han afectado a tantas dimensiones de la vida personal y, por tanto,
colectiva, que nos hallamos muy lejos de haber integrado todos esos cambios en una
personalidad,
la
nuestra,
tan
mal
educada
para
comprenderlos,
integrarlos
ordenadamente o defenderse de ellos si fuese menester, a consecuencia de nuestra
falta de conocimientos y de nuestros hábitos mentales. Al contrario, lo que aparece
ante nuestros ojos como observadores, creadores y receptores del comportamiento
colectivo, es que nos hallamos en el ojo de un huracán con diversos rostros hostiles
desde el social y económico al militar, en medio de una Naturaleza cada vez más
imprevisible y amenazante a causa de las alteraciones sufridas por la intervención de
los hombres, que inevitablemente reciben los efectos en sí mismos, y unas relaciones
humanas degeneradas ante la práctica ausencia de valores espirituales y de conciencia
de la realidad.
La
falta
de
elementos
la ignorancia sobre
de
unidad,
tales
como
el
amor
desinteresado,
y
la repercusión colectiva de los pensamientos y actos personales
por un lado, así como la presencia de elementos culturales y religiosos falsos
o contradictorios tanto en contenidos como en la relación entre ellos, favorece el
desconcierto generalizado acerca de cómo hay que actuar personalmente en asuntos de
conciencia y relación con el mundo, y, por supuesto, cómo educar hoy a las nuevas
generaciones en la sociedad bipolar del despilfarro extremo y la pobreza extremas en
medio de una mediocridad generalizada que tiende a hacerse global, a uniformar
nuestras mentes y deformar nuestras conciencias en todo el Planeta...
Algunas claves para el puente de mando
Los avances en el terreno de la Ciencia, en especial los referidos a la concepción del
Universo que introduce la física de partículas nos hace comprender algo importante:
que somos contemporáneos de una nueva forma de ver la Naturaleza, el Cosmos y las
relaciones entre todos los seres vivos, pero seguimos a nivel de esquemas
de pensamientos y de programas mentales y emocionales
anclados en los siglos
anteriores, víctimas de una herencia cultural multidireccional que no hemos podido
superar a nivel colectivo. Política, medicina, religiones, astronomía, sociología, filosofía,
educación y otras formas de ciencia y pensamiento humano viven inmersas en esquemas
del pasado. Incluso cuando nos declaramos ateos solemos apoyarnos en argumentos
científicos ya superados por el ala más evolucionada de la propia Ciencia y en las
creencias irracionales de las iglesias oficiales, ya superadas por corrientes espirituales
libres.
Nuestras mentes aun no han podido asimilar los cambios de paradigmas que van a
configurar los modos de pensar y vivir del siglo XXI y sucesivos. Y aunque los
conocimientos intelectuales se prodigan como jamás en toda la historia, el campo
emocional y de las conductas va por otro lado y ambos llevan muy a menudo un
considerable retraso. Pensamos todavía con la lógica del Universo según
Newton,
pero ya sabemos que hemos de pensar con la perspectiva del universo desde Einstein.
Pensamos todavía con la lógica cartesiana, pero deberíamos empezar a familiarizarnos
con la lógica de la conciencia libre de prejuicios racionalistas de los físicos cuánticos y
los místicos. Pero saber es una cosa y actuar de acuerdo con el saber es otra. Entre uno
y otro estadio de la mente existe un gran salto; no sólo un salto cuantitativo
comprensible para el intelecto, sino lo que es mucho más importante: un salto de la
conciencia, válido para nuestro cuerpo de energía o alma; significa un salto en el
conocimiento físico del Cosmos, pero sobre todo un salto en la concepción del papel del
hombre como unidad en la totalidad cósmica, tal y como los místicos de todas las épocas
y religiones intuyeron y vivieron.
La concepción del universo en cada época marca la cultura y la visión general del
mundo, pero con retraso sobre los viejos programas de conocimientos y pautas de
actuación de la mente, sometida a la ley de la inercia egocéntrica si no es capaz de
concebir algo superior a sí misma; "Algo" que siempre se encuentra más allá del ego, más
allá del intelecto, más allá del pensamiento racional, como sucede a las emociones del
alma. Inmediatamente podemos comprender que sin alma no existe facultad alguna de
sentir ni pensar, y sin La Energía-Vida, no es posible el alma, ni la vida en el universo.
La humanidad materialista se siente infeliz y vacía interiormente por haber olvidado su
condición espiritual y haberse alejado de las prácticas para el desarrollo de su capacidad
espiritual por desobedecer las leyes de la Energía Universal (también llamada "Dios" y
de otros modos), empezando por vivir, como se suele, en contra de las leyes de la
Naturaleza... Por ello se enferma, se mata y se muere tanto en nuestra época. Como se
dice coloquialmente, muchos "han perdido sus papeles" (y no nos referimos precisamente
a los emigrantes mal llamados clandestinos).
Para muchos surge, precisamente en estos tiempos, la
necesidad de cambiar, pues
el modelo de Universo que antes nos servía de material intelectual ya quedó rebasado
por los nuevos conocimientos. ¿Cómo podemos apoyarnos científicamente en la
concepción materialista de la realidad, en vista de las nuevas teorías y experiencias
científicas o místicas, para intentar comprender un mundo sin Dios y, más aún, para
comprendernos en ese mundo?... Ya no nos sirve el modelo científico-racionalista del
llamado "siglo de las Luces" y del que nos hemos nutrido desde entonces en Occidente...
Tampoco parece sernos muy útil el modelo religioso-mágico-dogmático- autoritario y
fascistoide preconizado por las religiones oficiales en el campo educacional y social.
Esos modelos están ya en decadencia, y sobreviven artificialmente, amparados por el
inmovilismo de las tradiciones, el oportunismo político, sus riquezas y su poder social. Y
el miedo y la ignorancia los sustentan. Esta consideración es especialmente importante
a la hora de educar a las nuevas generaciones. El cerebro, no es la clave. Sólo parte del
proceso. El cerebro es el receptor de la conciencia en el plano físico a través de la
mente, que es parte del alma; el administrador de los contenidos emocionales del alma
y del subconsciente
y de los contenidos sensoriales de los sentidos físicos que
le informan y son informados por él. Es una herramienta de la mente. No puede crear
contenidos emocionales, sino dar expresión formal
a los existentes en el alma.
Naturalmente, cuanto más refinada sea el alma, más lo serán nuestros contenidos
emocionales, nuestros pensamientos y nuestra capacidad imaginativa. Pero los defectos
no se eliminan con dogmas ni con sumisiones a las autoridades eclesiásticas, ni con
ceremonias repetitivas. Los cambios se hacen desde el trabajo interno de conocer y
reconocernos, sentir y actuar; tareas que hay que realizar si deseamos evolucionar.
Empezamos a darnos cuenta en medio de las incertidumbres y contradicciones del
mundo
en
que
vivimos,
de
que
hemos
de
re-educarnos,
de
actualizarnos
permanentemente, especialmente si hemos de educar a otros en los tiempos que
corren, tiempos de grandes rupturas de paradigmas y de cuestionamientos profundos
sobre la realidad personal y social en la Sociedad de la Confrontación heredada del
pasado.
¿Cómo educar hoy correctamente a los más jóvenes en el medio familiar o en los
centros de enseñanza?...
¿Sobre qué bases?...
¿Cómo educar hoy de un modo que supere las limitaciones de la educación tradicional y
contribuya a la formación de nuevas mentalidades en armonía con la Naturaleza y sus
leyes en todas sus manifestaciones?
¿Quién es en realidad el niño al que educamos? ¿Es el niño "naturalmente bueno" de
Rousseau que espera ser corrompido por la sociedad malvada? ¿Es el niño "virgen",
tábula rasa, de Aristóteles? ¿O es un ser de energía intemporal, un alma con su propia
historia, preexistente,- por tratarse de energía,- a su nacimiento físico?
Estas preguntas tienen que ver con la física cuántica y con el misticismo.
Todas ellas surgen con insistencia a lo largo de estos escritos buscando soluciones
que resulten posibles, prácticas, claras y acordes con la condición espiritual de los
seres humanos en la época actual; época que ha puesto en evidencia la gran limitación
intelectual y la hipocresía de la educación "de toda la vida". Ahora parece necesaria,
ante el avance de los nuevos conocimientos y la difusión de muchas experiencias de
percepción desde más allá de la mente, una educación integral e integradora, una
educación holística que parta de las nuevas formas de comprender la realidad global,
total, y que tenga en cuenta al espíritu humano como elemento de progreso y no como
objeto de manipulación para los que tienen el poder y manejan las religiones. Sin
pragmatismos, sin dogmas, sin autoritarismos absurdos, sin manipulación de las
conciencias a favor de iglesias, estados, u otros grupos religiosos o sociales que
buscan instrumentalizar a los más jóvenes a favor de sus propios intereses egoístas y
caducos para perpetuarse a sí mismos, y que contribuyen poderosamente al fracaso de
todos los modelos educativos ensayados, por activa y por pasiva, pues de lo caduco sólo
puede nacer algo estéril.
De lo que se trata es de orientar a las nuevas generaciones hacia otras formas de pensar,
sentir y actuar de acuerdo con la natural condición espiritual de los seres humanos, con
las experiencias acumuladas en el terreno de la Pedagogía, la Física, la Psicología, las
medicinas alternativas
y en general con los nuevos descubrimientos de las ciencias
modernas.
Orientar sin fanatismo es posible. Otro mundo es posible. Y esa posibilidad es nuestra
legítima esperanza.
Aprender a pensar y sentir libremente conduce a la toma de conciencia de sí mismos y a
facilitarnos el poder asumir las necesarias responsabilidades de acción, pues nada ni
nadie está aislado más que en apariencia, y todos somos necesarios, no sólo
socialmente, sino dentro de una totalidad indivisible, esencial, cósmica, a la que
pertenecemos como energía activa
que somos. Siguiendo las leyes divinas, la
Madre Naturaleza no crea nada inútil. Obviamente, tampoco Dios, su Creador.
Desde la perspectiva de la libertad rechazamos aquí toda instrumentalización de la
mente y la conciencia de las nuevas generaciones, y nos atrevemos a afirmar que el
fracaso de las formas tradicionales de educar se debe en un alto grado a esa
instrumentalización de la mente y las conciencias, a esa manipulación dirigida por el
mundo adulto en diversas escalas de la jerarquía social (hasta alcanzar finalmente a los
responsables inmediatos de educar), casi siempre ignorante, dogmática, apegada a
tradiciones y costumbres, normalmente inmovilista, a menudo perversa y siempre
interesada, que ha conseguido deformar las mentes individuales de los más jóvenes
desde hace siglos
y desviarlas de sus verdaderas necesidades objetivas hasta grados
inverosímiles, lo que ha
dado como resultado educativo este mundo heredado que
padecemos hoy tan adicto al materialismo, la codicia, la comodidad, la dispersión
mental, la ignorancia , el egocentrismo y la falta de amor en que todos contribuimos en
alguna medida mientras no elijamos cambiarnos. Es nuestro mundo. Nos pertenece
porque lo hemos creado a nuestra imagen y semejanza. Nos pertenece, pero ya no nos
sirve.
Una de las más recientes alarmas en el nivel del aprendizaje la tenemos en las
estadísticas sobre los aprendizajes básicos. En el Informe PISA 2004, los españoles
estamos a la cola del mundo en Matemáticas, ciencias y Lengua. Los responsables de
educación de Finlandia, país modelo en estas materias, afirman que su éxito se debe al
impulso desde los hogares, a la alta cualificación y entusiasmo de los profesores y a la
adecuación de recursos.
Algo debemos aprender de esto, que corrobora por completo las tesis de este trabajo, y
que debe faltarnos aquí, porque en España los índices de baja calidad en las áreas
básicas (Matemáticas e Idioma) se mueven, según tramos de edad, en porcentajes que
oscilan entre el 30 y el 50 por ciento desde hace más de veinte años, a pesar de los
planes de estudio y de que cada vez se ha ido rebajando el contenido de los programas
para hacerlos más digeribles a los alumnos-as. Aun así es notoria la reducción de
estudiantes universitarios: entre un 6 y un 7 % en el último septenio 1997-2004.También
la de los que superan el bachillerato. Estos datos hablan por sí solos. Aumenta así el
número de jóvenes candidatos al ocio ilimitado, (porque dejar la Universidad o no llegar
a ella no es sinónimo de otros estudios ni de trabajo, tal y como está la cuestión laboral)
y el paro, la vida dependiente de la familia y el contrato-basura andan siempre cerca
de estas situaciones. Pero, a la vez, estos datos también hablan del fracaso de un
modelo de educación insostenible desde la misma base...
Así que la baja calidad de los aprendizajes no es culpa de los alumnos tan solo. No
existe nada peor que estar obligado a esforzarse por aprender algo que no interesa ni
desde lejos. Es el resultado de una mezcla de cuanto se ha dicho hasta ahora como
negativo con la falta de motivación juvenil por el mundo adulto; de la escasa presencia
de valores espirituales y de conducta ética y social en muchas familias, y su falta de
implicación, donde predomina el "dejar hacer" y donde los más jóvenes pierden
prontamente el sentido de la autoridad de los padres y se convierten en los reyes
holgazanes de la casa.
Absurdos sistemas de control, como los típicos exámenes, acaban por poner las guindas a
pasteles poco apetecibles.
PARTE I
CAPITULO 4
INSTRUCCIÓN Y EDUCACIÓN
Instruir, no es educar. Esta distinción es fundamental. En la escuela esto no se suele
considerar demasiado; se suele tratar este
asunto dando prioridad absoluta al
aprendizaje, instrumentalizando la mente del estudiante en función del programa a
cumplir, promoviendo o imponiendo con este propósito, un riguroso autocontrol sobre
las emociones, la palabra, la movilidad, durante horas que se llaman "lectivas" y
deberían llamarse "lesivas", porque mutilan procesos naturales de evolución de la
personalidad de los jóvenes con la justificación de la famosa "disciplina".
Padres y profesores se culpan recíprocamente de no proporcionar a los niños la disciplina
correcta, asimilando disciplina a comportamiento obediente y pasivo.
La disciplina se piensa como algo externo, algo que se impone, pero eso nada tiene
que ver con la verdadera disciplina, que es interior, que es autodisciplina, que es
actividad deseada y que nunca precisa más allá de unas elementales pautas de
comportamiento una vez que los niños han adquirido el interés por hacer algo. Pero ni
padres ni profesores por separado educan para esta disciplina del interior, sino para la
disciplina nacida de la sumisión. Y cuando esta no funciona, se abandona el trabajo con
los pequeños, se les deja hacer o se les coloca ante alguna pantalla para que dejen en
paz a sus mayores.
Educamos para hacer oficinistas sumisos, obreros sumisos, creyentes sumisos, individuos
en fin, ignorantes de su poder y sus valores y prestos a obedecer. Educamos de tal
manera que sin violencia implícita o explícita no se obtienen resultados que siempre son
externos, como un barniz que en cuanto se pone a prueba desaparece. Recuerden las
guerras europeas entre naciones escolarizadas. Vean a los dirigentes de las modernas
guerras neoimperialistas. Todos ellos se formaron en escuelas para calses privilegiadas,
asistieron a universidades de alto nivel, obtuvieron prestigiosos títulos, y en cuanto se
sientan en un sillón de poder firman invasiones y bombardeos en que mueren cientos de
miles en sus propios hogares.
Instruir no es educar. Esto es bien evidente.
Educar es poner a alguien en disposición de actuar en la vida según sus propias
capacidades
y
siguiendo
ciertas
pautas
basadas
en
reglas
y
valores
éticos asumidos conscientes, libre y voluntariamente y experimentados como buenos
y deseables para sí y para los demás. Entonces seríamos capaces un día de aplicarnos y
aplicar aquellas reglas de oro que definen el correcto comportamiento social y moral,
que constituye la base del verdadero cristianismo que es pacifista, tan diferente
al anticristiano proceder que el Sistema defiende y espera de cada uno de nosotros.
Cristo dice: "Lo que no quieras para ti no lo quieras para nadie", y "haz primero a los
otros lo quisieras que ellos te hicieran".Y "ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a ti mismo", que es el Mandamiento Supremo.
Pero el Sistema capitalista dice: ámate sobre todas las cosas y no te importe el dolor
que produces a otros con tal de conseguir ser rico, poderoso y obtener reconocimiento.
El sistema capitalista dice: No hagas nunca a los demás nada que merme alguna de tus
excelentes razones para vivir, y actúa aunque las consecuencias sean que otros mueran
por ti. El sistema capitalista dice: si se presenta la ocasión apropiada mata a tu vecino y
quédate con sus propiedades. Fíjate en tus gobernantes, estudia la historia de reyes,
nobles cortesanos, obispos, papas…Esos son tus modelos, pero cuidado: pueden ser
también tus jueces o tus verdugos.
La educación exige ser activa de continuo. Y exige complicidad. Complicidad entre los
profesores que educan y de todos ellos con los padres a la hora de fijar las metas. Si
dejamos que sea el Estado, como es lo habitual, este nos aleja de los principios de la
solidaridad y del ponerse en el lugar del otro, que es compasión bien entendida y que
conduce a la cooperación en vez de conducir a la competitividad entre personas o a
la enemistad entre naciones. Y si se presenta la ocasión apropiada, a la guerra ("mata a
tu enemigo y quédate con sus propiedades").
Cuando el Estado educa hace a sus ciudadanos individualistas, egocéntricos, sumisos y
violentos. Así les enajena del "otro", no importa cuanta cultura académica haya
adquirido y por eso un día pocos son los que protestan cuando se les llama a tomar las
armas contra otros a los que ni conoce ni jamás le hicieron daño.
No existe en los colegios ni en las casas, desde luego, "la hora de la educación", sino una
continua interacción de la personalidad de cada uno, tanto con aquello que le llega a lo
largo del día, y a lo que debe dar respuesta, como con las personas que le rodean, pues
si estamos atentos, cada día nos abre su propia página para que nos encontremos con lo
que hemos de escribir en ella ante lo que nos sucede. Y eso es estar despiertos.
La educación debe ser un proceso para llegar a despertar nuestra conciencia en el mayor
número de aspectos, de acuerdo con las posibilidades de quien educa, de quien va a ser
educado, y del medio en que se esté.
No se puede exigir a todos por igual, no se puede exigir sin haber convencido, y no se
puede convencer sin diálogo y sin haber experimentado como bueno lo que se
desea
conseguir. A veces son necesarias experiencias personales y otras veces
necesitamos modelos de personas que han realizado aquellas cualidades que
pretendemos
educar.
Pero
nunca
imponer
autoritariamente
ni
manipular
psicológicamente para conseguir doblegar la voluntad cuando lo que debemos pretender
es todo lo contrario: fortalecerla.
Los Sistemas educativos pretenden doblegar, y para ello utilizan el autoritarismo y la
psicología conductista.
TODO PARA EL NIÑO PERO SIN EL NIÑO
El principal síntoma de que algo no va bien en los planes de estudio, la escasa
motivación de los estudiantes, es algo con lo que los profesores nos encontramos cada
día en la realidad de las aulas, y a lo que individualmente se hace frente como se puede,
sin que exista una aparente solución a este problema, - cada vez más presente en los
cursos infantiles y generalizado en la educación secundaria- que va adquiriendo poco a
poco carta de naturaleza hasta en los cursos más altos de Primaria.
Los programas escolares no son suficientes por sí mismos para motivar el aprendizaje, y
se viven por el estudiantado en general como algo inevitable en sus vidas, pero bien
alejado de sus intereses... Ni siquiera encuentran motivos para discutir sobre su validez
o no, ni se preocupan mayormente
por otras alternativas. Para el estudiante, todo
forma parte del mismo color gris. Mayormente se trata de aprobar, en una especie de
"sálvese quien pueda" para conseguir ciertas calificaciones y ciertos títulos que se
supone podrán garantizar un supuesto feliz porvenir.
Se echa en falta en el medio estudiantil y en los hijos, con mucha frecuencia, eso que
pudiera llamarse una "motivación intrínseca", un deseo profundo que hace que cada uno
quiera hacer determinada cosa sin serle impuesta: una especie de impulso vital para
mejorarse a sí mismo, la fe en que el esfuerzo que se exige tiene sentido. En lugar de
ello un creciente desinterés a medidla que pasan los cursos, una apatía amenazada por
exámenes , y una creciente rebeldía e indisciplina se instala poco a poco en las aulas
como una progresiva marea negra, donde cada día pueden vivirse toda clase de
episodios de desacato de normas, de falta de atención o de interés, de nerviosismo
exagerado, de insumisión de los alumnos ante desconcertados profesores que no saben
cómo afrontar esas situaciones de oposición frontal muchas veces inesperadas en razón
de la edad, o esas actitudes violentas desproporcionadas de los alumnos ante la llamada
al orden de sus maestros. Todo eso, acompañado de un notable deterioro en habilidades
sociales y escaso interés individual por los problemas de los otros, que en realidad
ponen en evidencia el triunfo del propio Sistema.¿Acaso no era esa la natural
consecuencia de no tener en cuenta a los alumnos?
Esas respuestas indican fracaso de las familias, de un sistema educativo concreto y
de un proyecto social global.
¿Cómo dar conocimientos a quien no cree necesitarlos y no los desea?...
¿Dónde buscar las raíces de los comportamientos inadecuados o incorrectos?...Arduas
preguntas.
¿Qué actuaciones concretas deberían realizar las familias?
¿Cómo pueden implicarse estas en la escuela de un modo eficaz?
¿Existe una deficiente atención de las familias a sus hijos, y por tanto, una falta de
directrices educativas?
¿Se puede hablar de una mala calidad educacional de los padres?
¿Dónde están las respuestas?
La falta de hábitos sociales de cooperación voluntaria y altruista, y de autodisciplina
personal elemental y la poca predisposición de los alumnos a aceptar la autoridad del
maestro-a como adulto, como no aceptan a menudo la de los propios padres, se han
convertido, junto a la dificultad de motivar el aprendizaje, en una pesadilla para más
de la mitad del profesorado...
Sorprende tal cosa a primera vista cuando vivimos en una sociedad que parece ser la
más disciplinada para cumplir con la ley en toda la historia humana que conocemos,
conviviendo simultáneamente con multitud de agentes uniformados y máquinas de
control de todo tipo en todas partes (lo cual nos avisa también de la fragilidad de todo
eso), para evitar precisamente que alguien se salte los códigos establecidos... Pero el
orden real, el orden profundo y sólido que nace del amor y del respeto no ha sido
interiorizado. Sólo el orden exterior, el orden impuesto. Por eso la seguridad en las
sociedades modernas se basa siempre en aumentar los medios de control policial y
endurecer los códigos de leyes, pero no se invierte en la misma proporción en garantizar
a los ciudadanos, desde la infancia, una educación de calidad con el debido consenso y
participación familiar, que permitan avanzar hacia estadios de conciencia superiores, e
ir eliminando factores que inducen a cometer actos antisociales.
Algunos datos son bien conocidos de sobra por la policía, y saltan a menudo a las
páginas de los diarios o a las pantallas, como el aumento de bandas violentas juveniles
contra la población marginal e inmigrante, formadas por chicos entre 14 y 16 años,
estudiantes de secundaria. Este tipo de cosas hace muy evidente la hipocresía de los
gobernantes, que conocen esta situación pero prefieren tener una buena gendarmería a
unos ciudadanos buenos por haber sido correctamente educados; que prefieren armas
sofisticadas de última generación a inversiones en escuelas y centros de orientación
juvenil. ¿Acaso los gobernantes ignoran esto tan sencillo? En absoluto.
Los gobiernos temen profundamente las consecuencias que tendría para el Sistema
capitalista la existencia de alumnos verdaderamente cultos, educados en principios de
cooperación, alta autoestima y espíritu libre.
Resulta bien conocido que existen muchos millones de personas que viven en pésimas
condiciones materiales o de marginación y enfermedad y no cometen delitos, lo cual es
difícil de comprender con la lógica social, si no es que el miedo a la represión les
mantiene alejados de cometerlos. Ese miedo lo aprendieron en las familias y en las aulas
(si es que las pisaron alguna vez, lo cual es una realidad de millones.)
Más
difícil resulta elaborar hipótesis con respecto a muchos enfermos del alma, (ricos
egocéntricos, delincuentes pobres, o marginales) que cometen delitos de todo tipo en
nuestras sociedades, según sus posibilidades. Especialmente los primeros, los ricos, que
suelen tener tanto poder como pocos escrúpulos de conciencia. Ello indica que los
componentes espirituales son siempre los decisivos. Para unos y otros, es válido el
ejemplo del conductor que sólo se esmera en cumplir perfectamente las leyes de
tráfico si se encuentra con la policía de carreteras. En el caso de los ricos y poderosos,
con otros más ricos y más fuertes, pero ninguno acepta realmente el orden que conviene
al conjunto, pues ni la propiedad privada - su ley sagrada- aceptan, y por eso las guerras
y las pugnas comerciales y sociales por prevalecer sobre otros. Los principales enemigos
de la propiedad privada., paradójicamente, no son los desposeídos, sino los propios
capitalistas. La mayoría, los desposeídos, han sido educados para amarla tomando como
modelos a los ricos, a los que creen triunfadores encumbrados, y las mayorías e agarran
como lapas a la más pequeña pertenencia, pues asimilan el tener al ser: han sido
engañados para formar parte de la sociedad de la confrontación.
Resumiendo:
Con la filosofía de la confrontación hemos sido educados durante generaciones en las
escuelas tradicionales. En las escuelas tradicionales, el llamado "orden" no es mas que
autoritarismo impuesto e interiorizado sobre el miedo al castigo, con los negativos
efectos secundarios de favorecer la pasividad y la rebeldía interna, la frustración y la
falta de creatividad... Y, por desgracia, las escuelas tradicionales son las que prevalecen
actualmente en el mundo, da igual quien las subvencione.
Existe un orden exterior impuesto sobre un desorden interior previo e interiorizado, que
no se aborda. Este tipo de orden impuesto es caldo de cultivo para la contestación y la
represión, y para el despertar de la violencia.
Recuérdense los episodios que suceden en las aulas. Recuérdese el caso del instituto
Colombine en Estados Unidos. (Figurémonos qué han podido recibir del mundo inmediato
para devolver esto). La pobreza, la marginación social, el miedo, la mala relación
interpersonal, la violencia en la familia, la posesión de armas al alcance de la mano, la
dejación de la educación, la falta de contacto suficiente padres- hijos, la falta de
unidad de criterios educativos familia-escuela y dentro de la propia familia, son
datos
fundamentales
que merecen ser tenidos en cuenta por los responsables
directos de la educación cuando se encuentran ante niños con problemas.
Los niños suelen devolver lo que reciben.
La disminución de la capacidad de frustración , producto de una educación familiar
demasiado permisiva y una ausencia de límites puestos por los padres, la falta de
espíritu de sacrificio que se observa en las nuevas generaciones de estudiantes, se unen
a la falta de respeto al adulto no impositivo, al que no terminan de comprender en este
contexto y que consideran débil en contraste con los otros,- los modelos impositivos del
mundo exterior a las familias a los que se ven obligados a someterse coactivamente sin
convencimiento interno - son elementos contradictorios gravemente perturbadores para
el proceso de aprendizaje y para las relaciones en el trabajo escolar y en la vida social.
No se ha interiorizado el sentido del respeto, sin embargo este es fundamental para uno
mismo, para la propia estima, y para las relaciones sociales. Y, por supuesto, no se ha
interiorizado la necesidad de aprender ni de evolucionar, de modo que no tiene sentido
alguno tenerse que esforzar, piensan muchos estudiantes desmotivados.
La disminución de la capacidad de atención y concentración son otros de los graves
problemas que se detectan a diario en las aulas. ¿Por qué? ¿Se conocen todas las
respuestas? Este tipo de preguntas deben ser contestadas.¿Son culpables las máquinas
electrónicas de pantalla, tan presentes en las vidas de los jóvenes, con sus radiaciones
iónicas positivas a las que tanto se exponen, sus contenidos violentos, sus realidades
falsas y su invitación permanente al escapismo o a la proyección de sus propias
frustraciones y deseos subconscientes? ¿Es la alimentación-basura tan frecuente en su
dieta? ¿Es la percepción de un mundo que perciben absurdo y sin futuro?... ¿O será la
falta de modelos y pautas de conducta convincentes?
¿Existe poca motivación colectiva de la juventud debido al carácter superficial de
nuestra peculiar civilización para todo lo relacionado con el pensamiento y el espíritu,
donde no hay respuestas a sus problemas íntimos, a sus preocupaciones mas profundas?
¿Dónde queda una educación emocional y de valores, y quién las asume?
Muchas preguntas que exigen sus propias respuestas pues nos hallamos ante una gran
parte de juventud tan inactiva como desinteresada del mundo espiritual, de valores
internos, profundos y trascendentes, pero sí interesada por iniciarse prontamente en los
vicios de los adultos y en un mundo de sofá, copas y juegos electrónicos, poco dada a
asumir serias responsabilidades, que consideran al sexo como un puro divertimento, y
que, por añadidura carecen de perspectivas para encontrar más adelante su lugar
dentro del mundo adulto.
El creciente desinterés y enajenamiento hacia el estudio de numerosos colectivos del
alumnado llega a tal punto que en algunos lugares son agredidos o boicoteados por otros
compañeros aquellos que se esfuerzan en cumplir con su obligación de estudiar (los
clásicos "empollones", como se les denomina despectivamente a los que estudian en
serio.)
¿MATAR EL TIEMPO O VIVIR EN SU TIEMPO?
Al terminar la escolaridad obligatoria un altísimo porcentaje de estudiantes (que podría
rondar la escalofriante cifra de más del ochenta por ciento del total) no tienen
adquirido el hábito de la lectura como fuente de placer y conocimiento, no acuden a
manifestaciones culturales, (teatro, ballet, exposiciones, conferencias, conciertos de
música culta) ni -mucho menos- son protagonistas en nada que vaya más allá de los
deportes o las diversiones fáciles festivas y de fín de semana
con las que matar el
tiempo. Paralelamente, el inicio en el consumo de alcohol, tabaco y otras diversas
drogas baja peligrosamente la escala de la edad, situándose en torno a los 12 años,
según los estudios sociales más recientes. Y mientras, solo en el 2% de sus hogares se
puede decir que existe una mínima biblioteca, la videoteca familiar está bien nutrida
de películas de evasión. Así que nos encontramos ante un gran problema social que debe
ser resuelto desde la propia base social donde se genera y en los ámbitos directamente
relacionados con los jóvenes: las escuelas y los hogares. Pero algo debe ser cambiado si
no queremos que las cosas sigan empeorando. Y esto exige primeramente mucho
trabajo de concienciación en familias y profesores.
Aires de cambio en la juventud
En el extremo opuesto al nihilismo conformista y consumista se encuentran movimientos
anti-globalización, defensores del medio ambiente, del ideal de la cooperación y la
justicia social con más o menos acierto. Son jóvenes
activos: estudian, trabajan, se
preparan para un oficio que les permita la independencia. A pesar de los contratosbasura con que son "premiados" casi todos por sus esfuerzos de años de estudio, y del
poco relieve social que se les concede, un número cada vez mayor de entre ellos busca
culturas alternativas, se manifiesta contra la guerra, o contra la violencia que se ejerce
contra los animales, defiende el ecologismo, practica el contacto con una Naturaleza a
la que respeta, se interesa por la forma de ver el mundo de otros pueblos, y por formas
liberadoras
alternativas
de desarrollo espiritual. Sin duda manifiestan rasgos de
conciencia superior.
Todos ellos son aún minorías. Minorías que señalan ya otra conciencia, desde luego, que
iluminan parte del camino del porvenir. Naturalmente, no aparecen como ejemplos a
seguir en los noticiarios, mucho más interesados en resaltar lo negativo de todo en todo
momento; en arrojar, por ejemplo, sobre los movimientos antiglobalización toda clase
de dudas y sospechas sobre sus intenciones, que se presentan por los medios del
Poder más unidas a la violencia vandálica contra el orden en las manifestaciones
públicas que a prestar atención a sus críticas sobre el desorden real al que el Sistema
llama "el Orden".El problema de los "okupas", por citar otro desencuentro de los jóvenes
con el Sistema , no es un problema de orden público, que es lo que se nos quiere hacer
ver, sino un síntoma más de desorden social; en este caso, la defensa de la propiedad
privada por encima de la vida y necesidades más elementales de la gente, como el
derecho a la vivienda que reconoce, además, la Constitución.
Es una vergüenza para una civilización que habla tanto de del derecho a la vida que los
mendigos se mueran de frío en nuestras calles por no tener un lugar donde refugiarse en
las noches heladas. Por no hablar una vez más de guerras, cárceles, torturas y otras
formas del primitivismo oficial, tanto da de qué país se trate, que aparece ante las
gentes como el rostro civilizado del mundo.
Las manifestaciones en defensa de la vida animal o contra las corridas de toros, la
deserción progresiva de la Iglesia católica, el aumento de partidarios de formas
alternativas de vivir, o la falta de soldados voluntarios para el ejército, entre otros
grupos activos, evidencian que cada vez más jóvenes van asumiendo aspectos
de la
importancia y defensa de la vida. Confío en que llegará un momento en que serán
suficientes para que todo cambie a mejor y se produzca ese milagro que se espera para
convertir las democracias formales en democracias reales.
Todos podemos recordar que los primeros objetores de conciencia insumisos eran
encarcelados, maltratados o fusilados por negarse al servicio militar obligatorio. Los
primeros cristianos eran insumisos y sufrieron las iras de los emperadores. Y lo mismo ha
pasado en otros conflictos armados en muchas partes. Ahora, al cabo del tiempo y del
sufrimiento de tantos en todos los países del mundo, fue eliminado en España y en otros
países el servicio militar obligatorio. La verdad y la justicia siempre acaban por triunfar
si se actúa con verdad y justicia. Sin embargo, oh desajuste increíble, existen obispos
militares con uniforme y todos los atributos castrenses. La Iglesia tarda más en cambiar.
La industria cultural, mientras llegan los cambios,
haciéndose eco del nivel de
conciencia de la mayoría , no renunciando a sus negocios con esa mayoría más bien
pasiva y amante del hedonismo y de los fines de semana locos, lanza hacia los jóvenes
todo tipo de subproductos en forma de infralibros de lectura fácil para tiempos
intermedios de transporte y playa ;revistas estúpidas, films para descerebrados,
maquinitas informáticas para introducirlos en todo tipo de fantasías virtuales de baja
estopa y alta definición, y programas de "telebasura." Todo esto al servicio de un nuevo
tipo de analfabetos funcionales cuyo único objetivo suele ser divertirse a toda costa y
sin más límites que su capacidad adquisitiva y su manipulada y maltrecha imaginación
para administrar su vida y su tiempo de ocio, mientras permanecen años y años sin
abandonar el hogar familiar y sin perspectivas claras de un futuro que vaya a mejorar.
Incluso con títulos universitarios colgados en la pared de su habitación.
Todos ellos son víctimas de sí mismos, pero son –sobre todo en la juventud-consecuencia de una educación castrante en el marco de una sociedad profundamente
injusta e inmoral como es la sociedad capitalista multinacional, el capitalismo global en
que vivimos, donde todos los valores giran en torno a las leyes del mercado, tan
alejadas de las leyes divinas y de las leyes de la Naturaleza como los peces del desierto.
No puede extrañarnos el ver que la mayoría de la juventud tenga mucho de altamente
egocéntrico, individualista, escéptico, conformista y con escasa fe en la sociedad que le
rodea, a la que la mayoría ha
renunciado a cambiar... No digamos ya de su
desmotivación hacia valores espirituales y trascendentes que pudieran dar sentido a sus
vidas,
motivación
a
sus
conductas...Nuevos
chispa".¿Dónde encontrar eso?...
Pero no sólo les va mal a ellos.
horizontes
existenciales,"
esa
Los profesores también sufren bajo el Sistema
Según datos de una encuesta publicada en el diario El Mundo en mayo de 2004 y
realizada por el sindicato CCOO en España, uno de cada cuatro profesores se queja de
acoso psicológico en su trabajo; uno de cada tres, de inestabilidad laboral; un 26,9%, de
las relaciones con los padres y madres de alumnos; el exceso de responsabilidad viene a
ser del 35,5 %; la inseguridad en su propia preparación profesional arroja el también
preocupante dato del 25,4 %; las malas relaciones entre compañeros suponen otro
preocupante dato del 22,8 %, mientras las relaciones con los alumnos, que termina
de revelar la dificultad de convivencia en los centros escolares, se sitúa en el 25,8 %.Y
estos porcentajes tienden a crecer.
Si nos detenemos a analizar todos estos datos no podemos sacar más que una
conclusión: existe un problema de fondo mucho más complejo que el cambiar el plan de
estudios con o sin reválida, con o sin itinerarios, con o sin directores elegidos por la
Administración o los demás compañeros, con o sin exámenes de Septiembre... ¿Cómo
abordar esta complejidad?
Una cierta dificultad para convivir armónicamente está instalada incluso entre los
propios educadores, y entre estos y sus alumnos y viceversa, pero los profesores no son
los únicos en tener problemas. Salgamos ahora de las aulas. ¿Qué sucede en el interior
de las familias que deberían educar?
Los índices de violencia machista en los hogares son tan alarmantes que apenas pasa
semana que no haya una mujer asesinada por su pareja. Y esto es la otra punta del
iceberg del enorme malestar existente en la vida cotidiana de muchas familias, pues
para culminar en asesinato existen muchos grados intermedios de violencia, y muchos
grados internos de infelicidad. Los niños son testigos y víctimas directas, y
muchos mueren o sufren su dosis de maltrato psicológico o incluso físico
antes de
partir para el colegio, donde deben comportarse, cómo no, como seres pacíficos,
tolerantes, equilibrados, atentos, respetuosos
y otras cualidades fantásticas para
pequeños supermanes. Y no hay especialistas dentro de los colegios para los problemas
emocionales de niños con inteligencia normal o con un alto coeficiente intelectual. El
"modus operandi" es: mientras el niño rinde los mínimos de conocimientos exigidos en
los programas, no hay que preocuparse por él, a no ser que sea demasiado conflictivo (
lo cual es poco probable que suceda en este caso)...Entonces se dice a los padres que
eso no está contemplado en las obligaciones de los psicopedagogos y psicólogos
escolares, que su cometido son los problemas de aprendizaje, las dificultades
intelectuales, de hábitos
o fisiológicas (caso de los logopedas).Se dice que los
problemas emocionales corresponden al especialista en Psiquiatría de la Seguridad
Social. Y ya se sabe lo que esto significa en déficit de atención. Si su hijo o su
alumno tienen un problema psiquiátrico, finalmente tienen que acudir a un especialista
privado, pues en los centros públicos, ni siquiera existe personal de enfermería para
atender a los escolares en primeros auxilios o si necesitan información sanitaria
o tienen que seguir un tratamiento. Esta parece ser inexplicablemente tarea de los
conserjes, y muchas veces, de los profesores, lo cual es poco menos que increíble.
¿Qué esta sucediendo verdaderamente en las políticas educativas, en las relaciones
humanas, en la escala de valores, y también en el mundo emocional de quienes nos
dedicamos a educar-padres y profesores -para haber llegado al punto en que se
encuentra todo esto? ¿Qué sucede para que aumente de un modo tan alarmante el
número de niños que maltratan a sus propios padres?
¿A qué se debe este fracaso convivencial mayúsculo que afecta de tal manera a
la sociedad y del que no escapan ni los propios educadores en porcentajes tan
altamente preocupantes? ¿Quiénes deben asumir las responsabilidades y cómo hacerlo?
Estas preguntas exigen respuestas claras. Y todo, dentro de un contexto sociológico y
cultural,-el occidental- que nos sirve como referente para este trabajo.
PARTE I
CAPITULO 5
VERDAD DE LA HISTORIA Y VERDADES DEL ESPÍRITU
Si el lector fuese responsable político de cultura o educación buscaría en la ideología
de su partido para hallar respuestas a los graves problemas que sacuden hoy nuestro
mundo en educación y cultura. Si el lector fuese un responsable de sindicato de
enseñanza analizaría las circunstancias sociolaborales y económicas de las familias de
los alumnos y del profesorado para colaborar en programas de mejoras en ese sentido:
horarios laborales más cortos para los padres o madres que trabajan fuera de casa,
mejores sueldos, guarderías gratuitas para los pequeños junto al propio centro de
trabajo, y otras parecidas.
Pero el problema es tan grave que sobrepasa todos esos ámbitos. Se trata nada menos
que de intentar favorecer de la autogestión de la propia vida, o de evitar el
sometimiento y acondicionamiento mental a esquemas impuestos desde diversos ámbitos
hacia los pacientes sujetos llamados niños y jóvenes, cuyo comportamiento actual
mueve a los sistemas educativos al cambio.
Pero hay que decir enseguida que no basta únicamente un cambio externo por bueno y
progresista que pueda parecernos. Por sí solo no haría más que blanquear el exterior
de un edificio podrido por dentro. Porque ni la cultura, ni la economía, ni la política, ni
el bienestar social son, por sí mismas, elementos de transformación positiva de la
conciencia. Es imprescindible tener esto muy claro, porque hay en el mundo muchas
personas que creen que con sólo cambiar a un régimen político o un programa de
estudios se va a dar un salto de conciencia y la gente se va a transformar en solidaria,
cooperativa, o se va a liberar de sus prejuicios sociales o religiosos inculcados por
gobiernos autoritarios con sus complementarias iglesias tradicionales. Así muchas
personas creen de buena fe que las buenas políticas liberan las conciencias para el
servicio del bien. Nada de eso. Lo que libera la conciencia es cumplir con las leyes de la
conciencia: "Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti" o "Lo que no quieras
que te hagan, no lo hagas tú", y con el Mandamiento supremo: "Ama a Dios sobre todas
las cosas y al prójimo como a ti mismo".
Son las personas las que permiten que exista una determinada
organización social, y
no al revés, por eso el poder de transformación tiene que venir de abajo, de cada
persona, y las iglesias y los gobiernos lo saben. Por eso pretenden con todas sus fuerzas
represivas, sus discursos mediáticos y sus recursos pedagógicos coartar nuestra libertad,
que es el más sagrado de nuestros bienes, y apoderarse de nuestras mentes, que son
nuestras herramientas de trabajo para favorecer la eclosión de la conciencia libre,
amorosa y cooperativa ,personal y colectiva.
LA CONEXIÓN CÓSMICA
Si nos puede servir el símil de un planeta, la vida es la energía que lo mantiene girando
en el Cosmos con todo su variado contenido exterior: rocas, vegetales, animales,
personas. La energía vital del alma de cada uno de esos elementos mantiene organizado
su aspecto exterior. En nuestro caso, es nuestra alma quien configura este nuestro
mundo exterior cultural, social, económico, etc.; le da forma física a nuestros
contenidos emocionales y mentales, manifestándose en nuestro cuerpo físico, que es
entonces un cuerpo de pensamientos y emociones, materializadas. a lo largo de los
años, configurado a imagen y semejanza de lo que pensamos y sentimos. Y eso
justamente determina nuestros estados de salud o enfermedad. Mente y conciencia
están a su vez conectados con la Conciencia del Cosmos al que pertenecemos, con el
que existe un permanente fluir de energía de abajo arriba y de arriba abajo, hacia
nuestro cuerpo y nuestra alma. Estos movimientos de energía configuran el mundo de
las propias sensaciones, pensamientos, palabras y obras. Y el resultado colectivo de
esos movimientos de energías configura una sociedad concreta y la hace visible en todos
sus aspectos.
Nosotros somos quienes hemos creado los modos de relacionarnos con el mundo que nos
es dado por Dios como hogar, y lo hemos estructurado y amueblado a nuestra imagen y
semejanza. Este mundo nos representa, es nuestra obra, pero, insisto en la idea de que
ya no nos sirve, porque hemos puesto a la naturaleza en nuestra contra y las sociedades
que hemos creado nos asfixian y conducen al caos económico y a las guerras. Esto
refleja a gran escala el estado de conciencia general de los individuos que las
formamos, y es por ello por lo que debe ser cambiado; es por ello por lo que no es
posible una revolución social sin una revolución de la conciencia. Y es completamente
urgente que ese cambio se produzca en sentido contrario al que configuró nuestro
mundo. Del egoísmo, al altruismo; de la guerra, a la paz; de la ignorancia al
conocimiento; de la pasividad a la actividad; de la sumisión a la rebeldía; de la
dependencia a la autonomía personal; de los conocimientos a la sabiduría.
Este es el trabajo imprescindible para cambiar este mundo. Esto o dejarnos arrastrar
hacia donde nos lleve la corriente de quienes lo dirigen en nuestro nombre pero sin
contar con nuestras necesidades.
Resumiendo:
Cada ser humano cabe ser definido como una energía autoconsciente de origen cósmico
(divino), albergada temporalmente en el mundo material y en un cuerpo material con
objeto de perfeccionarse elevando su vibración a través de pensamientos, sentimientos,
sensaciones, palabras y obras, que son los cinco componentes esenciales que determinan
el ser y el estar en el mundo y que nos permiten acceder a estadios superiores de
conciencia si actúan de acuerdo a las leyes cósmicas.
Según estas leyes espirituales se comprende por qué las revoluciones sociales hasta
ahora no han podido proporcionar lo que prometían sus dirigentes. No es posible un
cambio social sin un cambio en la conciencia personal de las gentes, sin un salto
simbólico desde Newton hasta Einstein y desde Einstein hasta la conciencia del Cosmos o
Dios. Un salto espiritual. Y sin ese salto seguiremos viviendo eternamente en este tipo
de sociedades tan injustas, intolerantes, violentas, e infelices que, desgraciadamente,
representan a los individuos que las formamos. El triunfo mundial del capitalismo, con
todas sus lacras inherentes, o de distintas formas de falso socialismo es representativo
de un estadio de la evolución de la conciencia humana basado en el egocentrismo y
en las mismas lacras a nivel individual de un altísimo porcentaje de la población del
mundo que lo sufre tanto como no puede evitarlo. En cierto modo, no es más que la
única opción posible mientras no "movamos ficha" en el interior de nosotros mismos.
Cuando eso suceda, surgirá otra cosa, otro modo de ver y de establecer relaciones entre
nosotros. Esta ha sido una gran lección de la historia del siglo XX. Por ejemplo, de la
historia de las revoluciones.
¿REVOLUCIÓN SOCIAL O REVOLUCIÓN ESPIRITUAL?
Se puede preguntar a los españoles, los rusos, los chinos, los cubanos y los suecos,
entre otros. Todos intentaron la revolución socialista cada uno a su manera, todos
dijeron querer cambiar el mundo presente para ir hacia otro mundo añoradamente más
justo, libre, culto y ético. Se llamaron revolucionarios, anticapitalistas, anarquistas,
marxistas, leninistas, maoístas y otros "istas", especialmente los dirigentes políticos y
militares y los intelectuales y otras minorías convencidas de la necesidad del cambio.
Aquel ideal del "hombre nuevo", culto, bondadoso, cooperativo, creativo, justo y libre,
que fuera el ideal de tantos y tantos revolucionarios sociales no se ha visto plasmado
jamás a nivel colectivo. Lo hubieran conseguido si se hubiese empezado la revolución en
cada momento histórico desde la conciencia espiritual desarrollada de las gentes, desde
más allá del ego y sus miserias personales; no desde las construcciones mentales,
intelectuales
y los diversos deseos desde el ego de los dirigentes sociales y sus
seguidores: el ego del poder, de la codicia, de la autoimportancia, del reconocimiento,
para unos, o el idealismo bienintencionado de otros que soñaban con cambiar el mundo
antes que cambiarse a sí mismos. Así que no cambiaron ni ellos ni sus sociedades. Y las
naciones volvieron a padecer injusticias, desigualdades sociales, falta de libertad, y
todas esas lacras que padecen aún países como China, Cuba, o Corea del Norte. Por no
hablar de Rusia, paradigma junto a China de la deserción más descarada de las ideas
socialistas.
El
vacío
espiritual
interno,
individual,
como
demuestran
estas
experiencias
históricas, no lo llena ninguna ideología política, ningún planteamiento social, ninguna
doctrina eclesiástica, ningún bienestar social. Pensemos por un momento en la elevada
tasa de suicidios y violencias de todo tipo en las sociedades más ricas y cultas y en los
problemas psicológicos de tantas de sus gentes: depresiones, ansiedad, trastornos
alimentarios y de conducta, frecuente indiferencia o rechazo interpersonal, soledad,
miedos de múltiples tipos y tantas otras cosas. Todas ellas igualmente presentes en las
personas se llamen como se llamen sus gobiernos.
Abrumadores, por el contrario, son los testimonios de que vivir y practicar la verdad, la
bondad, el amor desinteresado, la armonía, la conciencia de unidad, la compasión, la
capacidad de compartir y otras nobles actitudes conducen a la paz interior, al equilibrio
emocional, a la alegría de vivir y a un estado receptivo del alma y de la mente superior
al ordinario. Estos son los preludios del nuevo hombre que ha de emerger como próximo
paso evolutivo. Estos estados de conciencia son los que aproximan al ser humano a su
condición divina. Con la práctica de virtudes semejantes es fácil organizarse en
sociedades cooperativas, solidarias, justas y libres; crear otro tipo de sociedad
distinta...Pero hacen falta seres humanos distintos. Claro está que no lo hemos
conseguido, y ahí está la Historia y sus miserias como resultado. Ahí está la prensa
diaria. Y ahí está la miseria de la educación que recibimos como parte del mismo
fracaso.
Si la educación recibida durante tantos años de revolución en la antigua URRSS y en
China, por ejemplo, hubiesen sido correctas, la conciencia moral adquirida hubiera
hecho imposible la vuelta al capitalismo, y esas sociedades hoy serían mucho más ricas,
igualitarias, pacíficas y prósperas y sus gentes mucho más felices, contribuyendo con su
ejemplo a la transformación de este mundo en un lugar más justo y habitable. Hubiesen
actuado como focos de irradiación y transformación de la humanidad.
Intentos de cambiar el mundo desde fuera de la conciencia, a través de ideas sociales o
de filosofías racionalistas o fundamentalistas, son propios del fanatismo, y conducen
fácilmente al fundamentalismo del que tanto se abomina. Así, tenemos fundamentalismo
económico, religioso o político, según qué tipo de fanatismo actúe en cada caso, y
siempre con el carácter excluyente que lo caracteriza. Las empresas multinacionales
practican el fundamentalismo económico y aspiran- con mucho éxito- al control de la
política; el fundamentalismo católico a lo largo de la historia ha producido la Inquisición
y las Cruzadas, formas de terror, igual que el fundamentalismo musulmán o el
fundamentalismo judío manifiestan un alejamiento tan grande de las religiones que
dicen representar como sucede al catolicismo respecto al cristianismo, o como
sucede al capitalismo respecto al uso de los recursos.
No es el socialismo quien conducirá al hombre nuevo, sino el hombre renovado quien
conducirá al socialismo.
Los países más ricos del mundo pretendidamente democrático,(con los EEUU a la
cabeza) que "venden" para consumo
la imagen del que llaman "el hombre
civilizado", pretendidamente humanista, tolerante, respetuoso con los demás, culto,
amante de su familia, responsable de su voto y ciudadano que paga convencido sus
impuestos, siempre en busca
de una
próspera economía, y preferiblemente
conservador a todos los niveles, pero nunca conservacionista (he ahí una diferencia
esencial) ven aumentar dentro de sus propios territorios la pobreza, la marginación
social, el abuso indiscriminado de drogas para hacer más soportable la vida, la
abstención electoral, la delincuencia, la prostitución y las enfermedades físicas y
psicológicas de sus ciudadanos, sin que parezca que nada puede impedirlo en ninguna
parte: ni sistemas sanitarios, ni fronteras, ni gobiernos ni iglesias. Parte considerable,
como vemos, de aquellos mismos desastres que exportan, les vuelve, a pesar de su
palabrería y sus supuestas buenas ideas para mejorar el mundo.
Desde luego, los países que se llaman civilizados no exportan educación. Ellos exportan
armas, guerras preventivas, destrucción (para luego reconstruir y volverse a enriquecer
tras la sangre y el dolor creados), y sobre todo mucha propaganda. Ahí tenemos como
respuesta el fenómeno del terrorismo, por un lado y la caravana interminable, por
otro, de los hambrientos emigrantes de los países más pobres, huyendo de la miseria y
de las guerras por todos los medios a su alcance: pateras, barcos, aviones, campos de
refugiados, aunque ninguno de estos movimientos les garantiza la vida. Este es el
escaparate actual del capitalismo global, y de sus consecuencias, pero también, desde
luego, de nuestro propio estadio evolutivo. Los ojos enrojecidos, la desesperación y la
mirada triste hasta el infinito de los que llegan, es la mirada de nuestra propia alma. Es
nuestra conciencia que nos mira a los ojos. Es la conciencia de la humanidad.
Los humanos tenemos las mismas lacras en todas las épocas, más acá y más allá de
todos los mares; los mismos sueños, las mismas chispas de grandeza espiritual y espíritu
de superación. Ahora con la globalización, todas las mentes quieren ser uniformadas
para desear las mismas cosas y poderlas adquirir en el mercado global.
La pobreza, de la mano de la injusticia, con su cortejo de calamidades sociales,
como la doble moral aprendida, la manipulación de colectividades, el culto al poder,
la violencia como determinante en las relaciones internacionales, (y fuertemente
arraigada en el conjunto de la sociedad y en cada uno) la infelicidad y el vacío
interior son males pandémicos de las sociedades controladas por el capitalismo, que se
extienden por la sociedad mundial globalizada como una sucia marea negra. Ese es el
verdadero rostro del sistema capitalista, y no el que pretende que creamos: liberador,
democrático, defensor de los derechos humanos, etc. etc. etc.
Son notorias la falta de consideración generalizada de los ricos y poderosos hacia las
poblaciones que les nutren, aplauden y soportan; las agresiones de todo tipo y la
marginación selectiva que practican las sociedades controladas por los ricos (que son
todas,
independientemente
de
la
miseria
de
sus
habitantes),con
especial
énfasis contra las minorías críticas anti- Sistema y los inmigrantes, los niños, las
mujeres, los ancianos, los parados forzosos, las gentes que practican una espiritualidad
ajena a las iglesias "reconocidas", los pobres de todo tipo y origen y un largo etc. que
pone en evidencia la enorme hipocresía oficial sobre derechos humanos, igualdades
ante la ley, espíritu tolerante, y todos esos cuentos para niños desprevenidos que nos
cuentan los hombrecillos grises del Sistema a través de todos los medios a su alcance,
que son cada vez más y más perfectos en grado de manipulación.
Ni capitalismo, ni socialismo revolucionario, ni religiones institucionales nos han
redimido de las miserias materiales ni morales con sus discursos contrarios a la verdad
y a los hechos, donde el predicar y el dar trigo –esencia del fanatismo- nunca coinciden.
¿QUÉ NUTRE AL MALESTAR DE LOS CIVILIZADOS?
Ni siquiera viviendo en la abundancia, la felicidad es lo que define nuestro mundo, de
ahí los infinitos modos de manifestar malestar: enfermedades, violencia, desamor… ¿Qué
es lo que falla?... ¿Los principios políticos?... ¿Los programas económicos? No. Insisto
una vez más: lo que falla es la conciencia espiritual, que es previa a toda conciencia
social. Los defectos, todos esos rostros impresentables que gustamos tanto de ocultar a
los demás, y que difícilmente queremos poner ante nuestro espejo interior, -a menudo
por pereza o por miedo a enfrentarnos a nosotros mismos,- nos abocan a problemas
diarios que nunca terminamos de resolver, porque las situaciones de la vida diaria sufren
mutaciones, pero las causas, los defectos que las nutren, permanecen. Superarlos,
supone un extraordinario ejercicio de poder personal, de esfuerzo y autocontrol, de fe
y perseverancia, de cambios de códigos de conducta, de relaciones, de forma de ver las
cosas, etc...
Todos esos deberes pendientes con las leyes naturales y espirituales, a las que
rechazamos de ordinario, nos llevan a vivir de un modo contrario a las leyes de la
naturaleza (pero queremos tener salud física) a practicar una doble moral que se nos
transmite desde niños, pero que no cesa de hacer daño a uno mismo y al resto. Y a pesar
de esto queremos tener salud emocional. Deseamos ser queridos, valorados, pero no
queremos ni valoramos a los demás. Nuestro ego es nuestro rey y nosotros sus
servidores.
¿Quién iba a decirles a los renovadores sociales después de tantas teorías inútiles
y revoluciones fracasadas que el problema está en la base, en algo simple, en lo más a
pie de tierra, y no en las alturas de refinado intelectualismo del pensamiento filosófico
o crítico social? ¿Quién nos iba a decir desde hace algunos siglos que no es posible una
sociedad ilustrada y verdaderamente
calado
libre sin que el mensaje liberador haya
hasta las últimas partículas de un alma para que esta recupere su
condición original de libre? ¿Quién podría imaginar hace nada que si no existe un
autocontrol de la mente, a pesar de querer vivir desde el intelecto en un mundo
construido por ella y para ella, para le mente egoica, no es posible un control de
nuestro egocentrismo, de nuestras emociones y de nuestra propia vida?
...Esto el pensamiento místico lo practica positivamente desde hace siglos. Esto el
Sistema lo sabe y lo practica negativamente muy bien a través de todos los medios de
comunicación, que actúan como formadores de opinión, como verdaderos maestros
"populares" al servicio del Poder y sus ramificaciones de todo tipo.
A través del control negativo de la mente de las masas humanas y de la consecución de
una forma de pensar
homologada con los principios, deseos y
necesidades
del mercado. A través de cada mente atiborrada de los mismos principios, de los
mismos deseos, de las mismas necesidades, que es el objetivo final, de sus
preocupaciones, se espera llegar a la definitiva colonización de la mente y a regímenes
sociales de explotación global asumida por la gente y controlada por los más poderosos
de los poderosos. Se tiende hacia regímenes autoritarios implacables, pero asumibles
como inevitables, necesarios y vividos como única opción posible por poblaciones a las
que se quiere convencer de lo útiles que son para su seguridad, una vez creada
previamente una sociedad del miedo y la confrontación... Primero favorecen la
extensión del terror y luego aparecen como salvadores. Primero destruyen países y
luego los endeudan con préstamos de por vida para reconstruir lo destruido, y tenerlos
siempre en estado de dependencia política, económica y militar. Y si no, que le
pregunten al todo-poderoso Fondo Monetario Internacional o al Banco Mundial. Y los
especialistas de estos países banqueros-guerreros
son los que hacen los planes de
estudios, seleccionan el mundo de la investigación becando a ciertos tipos inteligentes
y- sobre todo, agradecidos y útiles al Sistema- y dirigen la educación popular en sus
respectivos territorios a través de sus respectivos sistemas educativos... No nos
engañemos sobre quiénes son los programadores de la educación.
En las antiguas revoluciones, se conseguía la sumisión al poder de tres modos básicos :
por la violencia, por la ideología y por la esperanza de una vida mejor en un mundo
mejor. En todas las revoluciones sin excepción, el mayor de los fracasos y la causa de
todos, sin embargo, ha residido justamente en la educación del corazón humano. Una
vez en el poder, los nuevos amos imitaron a los antiguos. Y las gentes, después de
mucho dolor y sangre, - y muchos discursos revolucionarios y patrióticos-, volvieron a
sufrir las mismas carencias y la misma falta de felicidad. ¿No le resulta curioso, amigo
lector, que estos mismos principios sean practicados por el capitalismo con sus
específicos contenidos? Aquí la sumisión se produce a través de sutiles mecanismos de
adaptación mental a un tipo de cultura espiritualmente vacía, y de creación de modelos
de conducta que tienen como base el individualismo gregario para el consumismo, a fín
de conseguir no una sociedad más justa,- lo cual al capitalismo le supone renuncias y
excita su risa,- sino una sociedad silenciosa, estudiadamente diferenciada por las
necesidades del mercado, que sólo se rebelaría sectorialmente si no se cumplen sus
expectativas mínimas de consumo, bienestar y/ o dinero, meta de todas las metas del
Sistema.
No es posible la existencia de una sociedad capaz de dar respuesta a sus conflictos sin
que cada uno de sus miembros haya dado respuesta a los suyos.
A la vista de estos datos, se vislumbra que la tarea fundamental de la educación
es
preparar a los individuos
edificar
para madurar espiritualmente y ser capaces de
una sociedad sin conflictos, (lo que no quiere decir sin discrepancias
dialogadas), para una sociedad de la cooperación. Para un mundo de paz donde la gente
haya aprendido a ser sobre tener, asumiendo su libertad tanto como su responsabilidad.
Ante la imperfección del ego y sus catastróficos resultados colectivos sólo caben,
mientras tanto, dos formas de actuar: "mantenella y no enmendalla" como diría un
castellano viejo, o reconocer nuestros defectos y cambiar de actitud para que el
mundo cambie, empezando por el nuestro, el personal, donde ha de ser superado el
egocentrismo y su cortejo de miserias cuanto antes mejor. He aquí el trabajo de cada
miembro de una sociedad y también el trabajo del verdadero educador.
¿Estamos interesados en superar el egocentrismo?
Esta es una cuestión clave. Si aceptamos el reto es porque necesitamos algo mejor que
vegetar en el "erre que erre", vivir en la autocomplacencia y prestar al ego una vida
regalada... "Algo mejor" consiste sin duda en subir un escalón en la evolución de la
conciencia: mirar al Otro como parte de la Totalidad a la que uno mismo pertenece.
Hablamos de una regeneración ética, pero ¿por dónde empezar?
Hemos de buscar necesariamente un punto de partida más profundo que el sociológico,
el eclesiástico y el cultural, y para ello tendremos que analizarlos críticamente para
fundamentar cambios... Un punto de partida distinto que apunte hacia la calidad de
vida integral de las personas como elemento fundamental, y, para ello,
iniciativas culturales, experiencias y también hacia
hacia
reformas en la educación que
posibiliten lo que se busca: una nueva conciencia; una conciencia nueva de la Totalidad,
una conciencia cósmica universalizadora que se levantará inexorablemente sobre la
vieja conciencia mental individualista de la Fragmentación que nos ha conducido hasta
las sociedades de la confrontación, la guerra y la destrucción de nuestros recursos y de
nuestro hábitat. Y es en este punto donde convergen las ciencias físicas avanzadas con
la mística milenaria. Es en este punto donde el Universo concebido por Einstein y otros
sirve como marco científico a la conciencia de muchos ultra-racionalistas para dar el
salto siguiente: el salto a lo infinito.
Si el comportamiento de cualquier infra-partícula por debajo del átomo obedece a un
programa cósmico que determina su naturaleza y sus funciones, que origina su
movimiento ordenado según leyes precisas, aunque no todas bien conocidas, es lógico
que
la
cósmica
ciencia
moderna
se
plantee
la
existencia
de
una
supra-conciencia
diseñadora de todos los programas de funcionamiento del universo;
supraconciencia que estaría presente a partir del nivel energético más sutil y elevado
en grado vibratorio ( que es lo que se expresa en el término "elevación espiritual") hasta
alcanzar todos los niveles de manifestación de lo que llamamos "realidad"(y que no
conviene reducir a "realidad material".)
Los científicos se encuentran ahora ante un universo energético complejo estructurado
y configurado por la luz... Y se elaboran teorías, hipótesis. Una de ellas es su carácter
holográfico: cada punto del Universo es una imagen tridimensional del todo."Todo está
en todo", todo contiene al Todo, y nada está aislado Esta es la sabiduría milenaria del
Kybalión egipcio y del cristianismo originario. Es en este punto donde el materialismo es
cuestionado en su base por los avances en el conocimiento de la propia materia
debidos a la Física Cuántica por un lado y a las experiencias espirituales de liberación
progresiva (meditación, oración, acción desinteresada de todos los misticismos) que
permiten el contacto íntimo, profundo, con una conciencia superior "reveladora" para
descubrir nuestra identidad verdadera y poder comprender para liberarnos ¿Liberarnos
de qué? De la estrechez de nuestra visión egocéntrica, cuyos pensamientos y
sentimientos negativos nos encierran en una
auténtica prisión energética. Son
energías contrarias al orden cósmico, y, por tanto, contrarias al funcionamiento general
de la energía en el universo. Se oponen a la armonía universal anteponiendo el valor del
ego, lo personal, al valor del Cosmos y, en consecuencia - ya que somos parte
inseparable del Cosmos - producen un estado de desasosiego íntimo, de tensión y
conflicto que tal vez no sabemos de dónde procede y solemos tener dificultad para
alcanzar desde el consciente, pero que perturba nuestra propia armonía interna y
nuestras relaciones con el mundo exterior a nosotros.
Conseguir un estado de armonía y equilibrio psico-físico de educadores, alumnos o
hijos, individualmente y en el ejercicio de su relación interpersonal, es una importante
meta educativa para alcanzar una sociedad verdaderamente civilizada. Conseguir que
cada uno de ellos tome conciencia de sí mismo como energía capaz de crear energía
positiva
y recibir de la misma calidad a través de sus propios sentimientos y
pensamientos, es un paso necesario para transformar nuestra conciencia newtoniana y
cartesiana y aproximarla tanto a la ciencia avanzada como a la sabiduría milenaria. Se
confirman las enseñanzas de las antiguas escuelas espirituales en donde se consideraba
al ser humano como un microcosmos en el macrocosmos: todo está en todo, y todo es
armonía.
No haya duda que nos encontramos ante unas verdades que pueden ayudarnos como
educadores para que los más jóvenes tengan un fundamento válido para comprender el
mundo y comprenderse en él, y que podrían actuar como un poderoso antídoto contra el
veneno del individualismo gregario, superficial y vacío de contenido de muchos.
PARTE I
CAPITULO 6
EL APRENDIZAJE INÚTIL
Una investigación científica cuestiona al Sistema
En la Naturaleza, cuando un organismo no realiza bien su función, produce síntomas
y decimos que está enfermo. Del mismo modo, cuando un sistema de enseñanza no
realiza bien su cometido manifiesta síntomas que delatan una alteración en su buen
funcionamiento. ¿Podemos decir que nos hallamos ahora mismo ante un sistema
educativo con síntomas negativos?
Estamos
descontentos
muchos
profesores
y
muchos
alumnos.
Por
supuesto,
también muchos padres."Algo" no funciona. Importa mucho definir ese"algo", situar sus
límites. Hay dos modos de hacerlo: uno, pretendiendo olvidar los lados más incómodos;
otro, afrontando la realidad con todas las consecuencias.
Si ponemos, por el método de cerrar los ojos, unos simples parches a problemas que
sabemos profundos, somos conscientes de no estar haciendo realmente nada para hallar
la verdadera solución. Tal cosa sucedería, por ejemplo, si estudiamos la conducta
apática, agresiva, etc. de los escolares únicamente desde la óptica disciplinaria. O, por
poner otro ejemplo, si ponemos notas a los conocimientos que suponemos han adquirido
los estudiantes. Pero así es como actúan los sistemas educativos. Pero ¿qué realidad
expresan las notas de un examen? …¿Cuál es la causa de una conducta en alumnos o
incluso en profesores? Todo esto interesa poco a los gobiernos y a sus ciegos ministerios
de educación, pero puede interesarnos mucho a los padres o a los sufridos estudiantes.
LA DENUNCIA DE LOS PSIQUIATRAS
"Algo" no funciona en el sistema educativo.
En el X congreso de Psiquiatría celebrado en Madrid durante la última semana de Agosto
del año 1.997, -y desde entonces las cosas han empeorado- se llegó a conclusiones muy
llamativas por lo que respecta a los profesionales de la enseñanza. Son estas:
-Ocupa la enseñanza (especialmente la primaria y secundaria) el número 1 entre las
profesiones más estresantes, seguida de transportistas y personal sanitario. El estrés de
los maestros afecta al 64,2 por ciento
de los profesionales. Como mecanismo,-
consciente o no- de defensa, el Congreso señala el absentismo laboral, pero del total del
profesorado, hay un sector cuyo índice de absentismo es del 69, 7 %, y es el que
corresponde a los profesores de educación primaria y secundaria, precisamente.
-Uno de cada tres maestros sufre cansancio mental, fatiga emocional y se
muestra descontento con su labor. Y añade el informe que los profesionales de la
enseñanza más proclives al estrés son: las mujeres, los solteros, las parejas sin hijos y
los maestros sustitutos.
El profesor Freire Garabal lamentó -como portavoz del Congreso- que el estrés no esté
registrado en la lista de enfermedades de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT)," Y afirmó que el estrés está sobradamente demostrado que es una enfermedad
directamente relacionada con el trabajo. "De hecho podría estar presente en un
importante número de ese espectacular 25% de trabajadores afiliados a la S. Social que
solicitan baja laboral al año".
Interesa mucho que sepamos, qué nuestro trabajo es estresante (porque nos va en ello
nuestra salud mental y física, en primer lugar), y en el caso de que seamos
profesores por qué ante el mismo trabajo hay profesores estresados y otros no, aparte
los"factores de riesgo" señalados: sexo, soltería, etc.
Interesa mucho que sepamos vernos con objetividad en lo que supone nuestra relación
con nosotros mismos en primerísimo lugar, porque más allá de lo laboral puede ser la
causa profunda del estrés y tener una idea cabal de la relación con nuestro entorno
social y laboral.
¿Les irá mejor a los estudiantes? ¿Qué sucede con los estudiantes en los centros? Existen
ahí importantes factores de estrés : disciplina coactiva, desinterés por un trabajo
obligado a realizar, exceso de trabajo intelectual, teórico, horarios de clases
irracionales, no coordinación de los profesores a la hora de poner deberes cada día,
indisciplina y conflictos diversos que nunca terminan de resolverse en las aulas...
EL BAILE DE LOS CONOCIMIENTOS
¿Será útil el estrés del trabajo en el caso de los profesores y profesoras?... ¿Habrá
merecido la pena el sacrificio?... En una investigación realizada en tres institutos
catalogados como buenos centros públicos de Barcelona, en alumnos de BUP y bajo la
dirección de M. Moreno, se fijaron los tres objetivos siguientes:
1. Averiguar el tiempo de pervivencia de las enseñanzas recibidas.
2. Ver el nivel de transferencia de las enseñanzas.
3. Analizar el valor que los adolescentes conceden a la educación que
reciben.
Analizado el resultado de las pruebas, seis en total, se llegó a las siguientes conclusiones
por el equipo de psicólogos, maestros y pedagogos: Sólo un l0 % de los estudiantes
resolvió correctamente cuatro pruebas. El porcentaje de niños y niñas que resolvió
acertadamente dos pruebas oscila entre el 25 % y el 37 % (según las pruebas) y los éxitos
en una sola prueba van del 40% al 57%.
Estos resultados muestran que existe una fuerte divergencia entre lo que ocurre en clase
y lo que prevé el plan de estudios. Los niños no saben aplicar el razonamiento que le
enseñaron para resolver problemas escolares a pruebas en las que bajo distinta
presentación, subyace la misma estructura lógico-aritmética. Y tampoco es capaz de
actualizar durante mucho tiempo la enseñanza recibida tal y como se la transmitieron.
En cuanto a la valoración que los propios estudiantes hacen de la educación que reciben,
estos manifiestan que es memorística, carente de utilidad práctica, y con un
valor"científico" al que deben supeditar sus capacidades de raciocinio. El proceso
creador, el cómo llegar al conocimiento es algo que está vedado al alumno. Las
opiniones que los alumnos expresaron en las entrevistas fueron muy tajantes y
desoladoras: –"En matemáticas o en física no hay prácticamente nada de raciocinio,
porque sólo es aplicar una fórmula y si lo haces correctamente, bien; si no, te tumban.
En física hay problemas que yo los saco por razonamiento, porque la fórmula no la
entiendo, pero eso no es más que un razonamiento tuyo particular", dicen los alumnos.
El sentimiento de estar sumergidos en un sistema de enseñanza que no comprenden, de
ser juzgados de acuerdo a unas normas inflexibles, la gratuidad que perciben en esta
enseñanza, a la vez que les rebela les lleva a sobre-valorar una caricatura formal y
academicista de la ciencia. E1 peso desmesurado del criterio de autoridad les impide
valorar su propio pensamiento:"En clase no pienso, utilizo el método científico", dijo uno
de los chicos entrevistados.
Y se preguntan los autores de la investigación: ¿Pueden los profesionales de la educación
paliar las deficiencias? ¿Se debe pedir a los profesores que aprueben o suspendan a sus
alumnos según que el día del examen recuerden o hayan olvidado lo que se les pregunta,
si se sabe que dos meses después la mayoría lo habrá olvidado casi todo?... ¿No es más
racional intentar averiguar las causas de la masiva desorientación que expresan incluso
los alumnos que ya han superado una primera selección social y han sido aceptados para
cursar el bachillerato?
Y en lo que respecta a nosotros, los profesionales de la enseñanza, ¿no es este un
momento importante para intentar averiguar qué es lo que sucede realmente y
averiguado este extremo pasar a actuar en consecuencia? Evidentemente, este no es
trabajo de un pequeño grupo, al menos en lo que se refiere a las actuaciones, pero un
cambio urgente parece necesario.
Nosotros, los educadores, los maestros, ¿deseamos cambiar?
UN INFORME DE LA UNESCO CON REFLEXIONES INCONFORMISTAS CONSTRUCTIVAS
La profunda crisis que atraviesa esta civilización se manifiesta en todos los niveles:
economía, cultura, educación, comportamiento social, etc. Existe una pérdida objetiva
de valores no ya morales -lo que nos haría pensar que hay una determinada moral en
crisis, sino de valores éticos, de conducta. Existe una pérdida objetiva de la autoridad
como valor frente a la autoridad como función. Por Ej., es difícil sentir que los políticos
tienen autoridad moral alguna cuando vemos sus corrupciones manifiestas, pero estamos
obligados a aceptar su autoridad funcional, defendida por la Constitución y por los
jueces y policías. ¿No sucede lo mismo en el ámbito de la familia, en los diversos
territorios sociales y en la propia escuela?... Tal vez habría que analizar la influencia de
la televisión como elemento reforzador y a veces directamente agente instigador de la
pérdida de los valores éticos y la exaltación de la violencia como elemento "corrector",
pero el fenómeno es aún más complejo y nos convendría analizarlo en profundidad.
¿Estamos dispuestos?
"Estar dispuesto" implica no detenerse ante ningún aspecto de lo que pretendemos
analizar; ser capaces de ir contra la corriente general si es verdadero nuestro análisis;
ser honrados con nosotros mismos y saber aceptar nuestros propios errores en el trabajo;
estar dispuestos a incorporar a nuestra actividad las conclusiones positivas.
En busca de un punto de partida
Siempre que hablamos de educación hemos de procurarnos
necesariamente un punto
de partida que suponga una visión lo más completa y coherente acerca del mundo y del
ser humano que lo puebla... En la visión que aquí se propone consideramos tanto al
mundo interior de la persona sujeto de la educación, como el mundo llamado "exterior"
(natural y social); tanto las almas como los cuerpos. En la pedagogía tradicional, ambos
mundos o eran sistemáticamente contrapuestos como antagónicos, o mutilados
intelectual, física y emocionalmente en algún aspecto, bien por desprecio al cuerpo,
bien por desprecio al alma, siendo las consecuencias todo ese conjunto de males, tantas
veces denunciados, que se observan tan a menudo entre las "víctimas" de la enseñanza
tradicional: individualismo, intelectualismo, diversos tipos de alteraciones emocionales y
físicas más o menos profundas relacionadas fundamentalmente con la autoestima , la
represión y el sentido de culpa, y una especie de seudo-espiritualismo dogmático sin
base científica. Finalmente resulta
esa conocida carencia de
espíritu crítico y
práctico, de libertad real de pensamiento y conciencia, y de capacidad de ponerse en
el lugar del otro para conocerse verdaderamente a sí mismo, y actuar sobre sí y su
entorno de un modo inteligente, práctico y ético a la vez.
Por el contrario, nos hemos encontrado con una visión utilitarista de la educación,
puesta al servicio del sistema social dominante en cualquiera de sus manifestaciones:
religión, arte, cultura, relaciones personales y socio-laborales. Nos hemos encontrado a
un individuo ignorante de su propio valor, oprimido entre esos viejos engranajes, y
convertido en vasallo de otros en lugar de señor de su vida.
Salta, pues, a la vista que el resultado de estos modos de entender la educación
falseando la realidad o ignorando sus dimensiones sólo puede ser un fracaso. El sujeto
así educado ni se conocerá, ni se comprenderá, ni será capaz de interpretar el mundo
exterior tal cual es sin estar mediatizado por la ideología del sistema en que ha sido
educado. Si un alumno no se comprende a sí mismo en el contexto de su proceso de
evolución educativa-instructiva, ni tiene una autoestima aceptable, el
proceso
aprendizaje-educación se resentirá sobremanera; su relación con el mundo exterior,
será necesariamente una relación artificial y superficial basada en la ignorancia.
Esto le conducirá a realidades falsas y a falsas identificaciones de todo tipo. Pero esto,
no puede vivirse sin conflicto interno, pues cada uno es más de lo que se le dice que
es en este Sistema, y más de lo que uno mismo supone ser en nuestro estado ordinario
de conciencia. Esto salta a la vista cuando se estudia y se vive conscientemente algo
del complejo mundo interior que brota del consciente y del subconsciente través de los
sueños o mediante las experiencias "cima" conseguidas en la meditación, una vez
alcanzados niveles de conciencia superiores a los niveles ordinarios.
Este conflicto entre una realidad interior no descubierta o no asumida y la vida
cotidiana, produce infelicidad. Infelicidad que escapa a la larga a un por qué inmediato
y conocido si uno no aprende a leer en el libro de su propia vida autoanalizando su
conducta.
Los problemas mentales y emocionales de cada individuo, cuando este no alcanza el
equilibrio interior, generan finalmente problemas en los núcleos familiares y problemas
sociales. El estudiante que fue manipulado, por ejemplo, devuelve al mundo el resultado
de su manipulación: fácilmente se convierte en manipulador, como el que fue
maltratado se convierte en maltratador. Inoperancia y frustración, pero sobre todo,
ignorancia e inmovilismo a todos los niveles resultan de un modo de entender la
educación divorciada de la realidad.
De esta manera, dice un Informe de la UNESCO, "El niño no sólo pierde el sentido de la
unidad del saber, sino que además corre el riesgo de no comprender nunca más el
sentido de la enseñanza y las razones por las cuales se le pide que viva en la escuela
una buena parte de su tiempo. Abstracta y teórica, concebida en función del
conocimiento, la enseñanza está aislada de la vida; y la escuela, del medio ambiente. Se
pierde de vista la finalidad de la vida escolar y se olvida que la escuela tiene como
misión esencial el preparar para una vida de hombre, cuyo perfil hay que esbozar. Al
perder de vista el tipo de hombre que quiere formar, la enseñanza no está por tanto
centrada en el niño al cual va destinada... El aislamiento en compartimentos estancos
de las disciplinas, se corresponde con el aislamiento de la escuela y de la vida. La
desintegración del saber se corresponde así a una escuela no integrada de forma alguna
al medio".
(Extracto del Informe final del Seminario sobre la formación de maestros para y por la
interdisciplinariedad, Bouaké, Costa de Marfil, 24 de marzo de 1970.)
Es cierto que desde la fecha del citado informe hasta hoy, los sistemas educativos se han
visto obligados, a fuerza de acumular fracasos, a una revisión de la filosofía educativa
denunciada, introduciendo en la teoría de la vida escolar nuevos elementos basados en
el estudio psicológico del niño a partir de las experiencias de Freinet, Piaget y otros,
valorando el constructivismo como lo más progresista e introduciéndolo en los planes
de estudio con pocos resultados, al igual que el concepto de interdisciplinariedad para
eliminar la fragmentación de los conocimientos.
"La negligencia o el desdén que todavía siguen padeciendo ciertos elementos de los
contenidos educativos, las carencias y las desproporciones de los programas de
enseñanza, todo esto nos parece uno de los signos más graves de los males que padece
la educación antes de que se conviertan, a ciertos fines, en instrumentos suyos.
"El divorcio entre sus componentes intelectuales, físicos, estéticos, morales y sociales
es revelador de la depreciación, de la alienación de la persona humana y de las
mutilaciones que se le infligen"... (Informe de la UNESCO sobre educación, Alianza
Universidad, 1981. –El subrayado es nuestro.)
Y continúa este jugoso informe sobre el desastre:
"Durante mucho tiempo, la enseñanza ha tenido por misión el preparar para funciones
tipo, para situaciones estables; para un momento de la existencia; para una profesión
determinada o un empleo dado; para absorber un saber tradicional, ancestralmente
delimitado. Esta concepción prevalece todavía demasiado a menudo... ¿No ha llegado el
momento de exigir algo muy distinto a los sistemas educativos? Aprender a vivir;
aprender a aprender, de forma que se puedan ir adquiriendo nuevos conocimientos a lo
largo de toda una vida; aprender a pensar de forma libre y crítica; aprender a
amar;...(sic)... aprender a realizarse en y mediante el trabajo creador"... (Del citado
Informe.).
Los buenos planteamientos críticos arriba expuestos y las buenas intenciones de corregir
los males denunciados topan con un buen número de obstáculos, entre ellos la falta de
consenso
social,
religioso
y
político
para
concretar
contenidos
del
término
"educativo"que propone la UNESCO dentro del Sistema educativo que defiende cada
Estado…No educará nunca igual un colegio público que uno religioso concertado al que
también mantenemos los mismos contribuyentes. No existen exigencias mínimas que
tengan un valor social general en materia educativa. No existe una ética de la conducta
consensuada, una concepción generalizada sobre la dimensión real de quienes son
educados. Eso queda en manos de los centros y de la libertad de cátedra de los
profesores. Se agranda así la distancia ya existente entre familia y escuela a la hora de
establecer un código mínimo de valores compartidos y trabajados
por padres y
profesores con el niño-a también compartido del que se tienen diferentes perspectivas
como sujeto de educación y del sentido último con que se educa.
No sólo quedan muy lejos de los padres los legisladores y los centros educativos a este
nivel, sino que ni el mismo profesorado no es consultado por los legisladores mas que en
alguna pequeña muestra claramente insuficiente de "amigos del legislador", pero lo
bastante para garantizar que salga cada ley tal y como desean los que legislan.... Y si
estas distancias no bastaran, queda pendiente todavía el
hecho mucho más
importante de que no se contempla esa filosofía básica unificadora que intente abarcar
la complejidad del ser humano, compuesto de cuerpo, alma y espíritu más allá del
adoctrinamiento para convertirlo en siervo social.
La importancia del elemento espiritual en una filosofía consensuada de la educación es
tan grande como la necesidad de desmarcar este factor espiritual de las iglesias
institucionales, del papel nefasto de las religiones oficiales, las cuales han demostrado
ya suficientemente su fracaso histórico y su doble moral.
Su hipocresía y su fanatismo, por el contrario, resultan ahora una eficaz vacuna contra
todo lo espiritual, no ya contra una religión concreta, sino contra toda creencia- y esto
es un grave efecto secundario- en valores elevados del espíritu. Y no es de extrañar,
ante tanto paganismo disfrazado de espiritual. Por eso la huida de muchos jóvenes ante
todo lo que huela a religiosidad o espiritualismo, visto lo que ven sobre la moral privada
de los hombres públicos, y especialmente si se llaman reverendos, señorías, y otros
títulos que les sitúan como representantes cínicos de supuestos valores. Hablamos de
valores, pero ¿cuáles? ¿Cómo se hace? ¿Dónde se aprenden? En la familia, a través de la
influencia eclesiástica y de la fuente casi permanente en la vida familiar de "formación
en valores", como es la televisión y los juegos electrónicos. Por último en los centros de
enseñanza. Cada familia transmite de todas formas a sus hijos los valores propios de los
padres. ¿Son objetivamente valiosos para la vida? Cada fuente de información transmite
diferentes valores directa o subliminalmente: eso se coteja continuamente con la
realidad social de fuera: amigos, colegio, etc... La sociedad presente es testigo del
desastre de tanta información contradictoria que muchos creen finalmente que todo es
mentira, incluso lo que está por aprender
Cuando los valores educativos que inciden directamente en el comportamiento social y
en actitudes ante el aprendizaje en las aulas no son consensuados con las familias,
se sume al estudiante en una situación esquizofrénica que no puede resolver, le
provoca un gran desconcierto y le mina energías. He aquí una fuente de conflicto muy
importante que afectará a toda la comunidad antes o después.
Ante una no confluencia educativa, el mundo adulto pierde para los alumnos el valor
de la referencia, de la seguridad del modelo que tanto necesitan los más jóvenes, y por
tanto, pierde el educador credibilidad y autoridad moral. Tanto si es padre o madre
como si es profesor o profesora. Esto también puede ayudarnos a comprender el
pasotismo y descreimiento juvenil.
Existe hoy día un enorme desconcierto en las familias sobre qué es lo importante a
tener en cuenta para educar a los hijos sin recurrir a fórmulas anticuadas (autoritarismo,
incomunicación, falta de criterios fundamentados, reducción a la insignificancia personal
hasta que no alcance la edad o los méritos sociales que se espera de él o de ella,
expectativas de explotación en su momento, machismo, tradicionalismo inmovilista,
utilitarismo
pragmático
del
saber)
superar
en
fin
todos
esos
lastres.¿Cómo?... Necesariamente marcando límites a las conductas de los vástagos de
un modo razonable y justo, pero mostrándoles con el ejemplo por delante otros modos
de ver y otras realidades. Orientándoles hacia la cooperación y la responsabilidad desde
el amor y el conocimiento, exigiendo la práctica en el día a día de esos valores, no por
autoritarismo, sino por haber adquirido antes conciencia de su necesidad para el
bien de todos y la armonía del grupo, los jóvenes maduran.
¿Quién dijo que los padres poseen el don de educar por el hecho de tener
descendencia?... ¿Quién dijo que los maestros lo poseen por haber sacado un título
técnico? Si hiciésemos una encuesta, descubriríamos que la mayoría de padres
dedica más tiempo a conocer mejor sus nuevos electrodomésticos, sus vehículos, los
acontecimientos deportivos de su equipo favorito o cómo adiestrar convenientemente
a un nuevo cachorro que a prepararse concienzudamente para ser un buen modelo de
educador. Esto, lógicamente, produce disfunciones y desconcierto en la misma familia.
Por tanto, no es de extrañar en tantos casos
una actitud de rebeldía y pasotismo
juvenil cuando los modelos se enfrentan, pues esto conduce en muchos casos hacia la
inseguridad personal de los jóvenes que fácilmente desemboca en un
"pandillismo"
extremista.
La inseguridad y el miedo van de la mano creando estados de ansiedad, necesidad de
huir hacia algún lado, y todas esas patologías emocionales derivadas del miedo que
tanto afectan a nuestros adolescentes y jóvenes, pero cada vez también a los más
pequeños de la casa. Un miedo que se ve reforzado por la contemplación, y no sólo en
las pantallas por desgracia, de las enormes lacras de la actual humanidad. Y, lo que son
las cosas, un miedo que es buscado conscientemente por los gobiernos, para mantener
su dominio sobre sus gobernados. Un país de miedosos se controla bien, y vota
conservador, como vemos por los resultados electorales convocados bajo el signo de la
amenaza y del temor.
La solución fácil y más a mano para muchos de nuestros jóvenes -favorecida por el
márketing que vende comodidad y enajenación a plazos para todos-, consiste en eludir
la propia responsabilidad, ya que, por último, los mercaderes multinacionales saben
muy bien lo que sucede y les dan oportunidades de evadirse: contínuas oportunidades.
Muchos jóvenes inteligentes también se hacen preguntas sin respuesta. ¿Cuáles son las
perspectivas laborales y el horizonte personal de las vidas de aquellos que se dedican a
la acumulación progresiva de títulos?... ¿Serán más felices? ¿Tendrán una vida más
creativa, armónica, plena? ¿Encontrarán un trabajo adecuado a su capacidad? Nada de
esto parece fácil en los nuevos tiempos.
¿Cuál es el elemento motivador que se les vende a unos y otros, cuál el rey de los
sueños, sino el Rey Dinero, que aparece ante sus ojos como castillo de seguridad y
fuente de autoestima personal y reconocimiento social?..
Y ahora la pregunta: ¿Puede sostenerse una sociedad donde sus gentes aspiran a la
posesión de dinero y bienes materiales como fuente de seguridad y meta de sus
vidas?..¿Hemos llegado a tal extremo de estupidez colectiva?...¿Acaso los ricos, por el
hecho de serlo, tienen una buena autoestima, se sienten seguros, son felices, viven en
paz, están sanos, etc? Nada más lejos de la realidad...Mas,¿quién puede superar el deseo
de ser rico una vez envenenada la mente con esta idea, desde la infancia, a través de
mil modos de expresión, mil conductas familiares favorables al deseo de ser ricos
y
tanta gloria y honra social a quien lo es? Este es el modelo que ofrece el sistema social
dominante como el paradigma humano perfecto: intentar poseer lo máximo de todo
dentro de un hipotético "Estado del Bienestar", la versión laica y capitalista del Paraíso.
Por desgracia, el ansiado Bienestar colectivo es un concepto teórico, siempre es
algo que alcanzan unos pocos a cambio de la pobreza real, la sangre y el dolor de
millones. Pero no se trata siquiera de unos pocos millones, sino de miles de millones de
seres humanos despojados de lo más elemental, mientras unas cuatrocientas familias (no
unas cuatrocientas mil, sino cuatro con dos ceros) de este Planeta controlan,
administran y explotan las tierras, las fuentes de materias primas, los principales
recursos energéticos, las industrias "civiles" y "militares",los grandes negocios financieros
y la formación intelectual de todos a través de la compleja red de intermediarios que
trabajan para ellos, configuran el mundo en que vivimos del mismo modo que se
configura un ordenador y le dan el aspecto que vemos y muchos más aspectos que nos
es imposible imaginar. Todos ellos, por muy alejados que aparezcan en sus
intereses inmediatos, tienen en común muchas cosas. Por eso es fácil identificarlos
globalmente como "el Sistema".
Una muy importante idea que le es inherente al Sistema es la de que el mundo debe
tener unas determinadas características y obedecer a ciertas pautas ideológicas y de
conducta a beneficio de sus artífices y conductores en los diferentes campos de
intereses, y, por tanto, el contexto social ha de ser conservador y estar sometido. Esto
es lo que exige "el guión" del Sistema. Aquí juegan un papel determinante los
llamados "medios de comunicación", pero, sobre todo, el tipo de educación de la
infancia y juventud. La escuela desempeña muy bien ese papel imprescindible para
iniciar a los humanos más pequeños a asumir ese doble objetivo antes subrayado. Por
tanto, la educación que se imparta en las escuelas ha de ser como ellos desean: una
educación conservadora, intelectualista, escolástica, inmovilista, donde no importa
tanto el cultivo de las emociones positivas y el tratamiento correcto de las negativas
como las buenas calificaciones, mientras un autoritarismo más o menos camuflado
según el talante personal de los profesores, es el sostén del sistema escolar y donde
el miedo, en última instancia, garantiza la sumisión para los más reacios, así como la
pervivencia del Sistema en sí a largo plazo.
En este contexto, el presente trabajo desea ser un instrumento más de análisis crítico
de la enseñanza tradicional desde una perspectiva algo distinta a las habituales pautas
de análisis en estos temas, y abrir nuevas vías de reflexión desde la integración de los
conocimientos y la personalidad con la realidad vista con los ojos de las nuevas ciencias
y con las experiencias alternativas que plantean una visión diferente de lo que se
considera real y del sentido de los conocimientos evitando que exista un conflicto o una
parcelación estanca entre lo emocional, lo intelectual y lo físico, como viene siendo
habitual.
Para quienes educan a los más jóvenes, esta perspectiva puede aportar una visión
diferente acerca del sentido último de la educación que les ayude a liberarse de viejos
prejuicios intelectualistas y a orientarse hacia horizontes amplios y experimentables a
todos los niveles, partiendo de la propia liberación personal de los viejos esquemas. Esto
les ayudará a interesarse por la vida y el autoaprendizaje más allá de la cultura oficial
de los centros de enseñanza y les proporcionará ciertas claves para que cada uno se
sienta interesado en aproximarse al conjunto desde su ángulo preferido, para ser
integrado, no sólo en su universo personal y social al que pertenece, sino, a la vez, al
gran Universo, al Cosmos.
Es preciso retomar hoy esta idea del ser humano como un microcosmos inmerso en el
macrocosmos, como todos sabemos desde el Kybalion egipcio, el cristianismo originario
y toda la sabiduría milenaria de Oriente y Occidente, ahora reforzada con la teoría
científica de la concepción del Universo como un inmenso holograma de energía-luz, y
donde cada
ser humano es una
célula de este gran cuerpo llamado "Cosmos":
Microcosmos en el Macrocosmos totalmente integrado como las células en un cuerpo.
"Microcosmos"puede reconocerse en "Macrocosmos" si comprende y actúa según sus
leyes. "Microcosmos" puede vivir en armonía con "Macrocosmos" si se conoce a sí
mismo y es libre, activo y cooperativo con esas leyes. Y "Microcosmos", puede ser
así feliz, porque el flujo del Universo es activo, libre y cooperativo, sujeto a leyes
inmutables.
Sin embargo sólo una minoría de gentes se interesa verdaderamente por estos asuntos,
y, por tanto, la mayoría poco podrá cambiar sus valores negativos y sus actitudes
contrarias a esas leyes inmutables que terminan por afectar a la convivencia armónica
deseable. Son precisamente estos los que más necesitan de la ayuda educadora, la
ayuda que no alcanzan a proporcionar los sistemas educativos, mentales ante todo,
fríos ante todo, donde el cultivo, orientación positiva y reeducación de las emociones e
ideas integradoras hacia la Unidad Cósmica resulta algo casi impensable.
Lamentablemente tampoco muchos profesores o padres nos conocemos a nosotros
mismos lo suficiente ni sabemos lo suficiente sobre nuestras emociones y su manejo. Por
tanto, vivimos según las leyes del ego y los códigos aprendidos, y el capitán del barco al
que llamamos conciencia, no puede hacer llegar su voz al timonel que somos.. Esto, sin
embargo, no es obstáculo para dirigir la educación de otras personas si se es padre o
se tiene un título universitario que nos permita transmitir a otros nuestros conocimientos
o dirigir su educación.
Así las cosas, este es un factor muy distorsionante; un elemento de una gran
trascendencia moral y espiritual, y creo que muchos de los padres o educadores se
tomarían más en serio su trabajo y serían más felices realizándolo si se preocuparan por
conocerse a sí mismos y cambiar lo que molesta a su propia evolución .De ahí podrían
extraer con facilidad los necesarios recursos e intuiciones para orientar sabiamente
labor.
Mientras tanto, prevalece la ley del Ego por todas partes. La ley del Ego Universalizado
es la ley de la jungla universal en que hemos convertido este Planeta. La ley de la jungla
social inventada por el ego para protegerse de los otros, conocida como Derecho, no es
ley del Cosmos, no es la Justicia, sino manifestación de la variedad de conflictos de
intereses egocéntricos del pequeño "Microcosmos", obligado a fijar reglas de juego
donde los más poderosos tienen siempre las de ganar. Así el barco de la conciencia
navega por el mar de la vida con su timonel sordo y desorientado...
El egocentrismo ciego y auto-permisivo se ha convertido así en la gran enfermedad de
esta humanidad. Y mientras esta base no cambie, no habrá cambios, sólo parches y más
parches, remiendos y más remiendos para este edificio que se derrumba por días ante
una mirada atenta, falto de cimientos profundos de convivencia.
Y no valen elecciones, cambios de gobiernos, cambios de sistema educativo ni otras
componendas si no se cambia el paradigma social del culto al ego, empezando por los
cambios de los paradigmas donde se nutren y sustentan los errores de uno mismo, de
cada uno de nosotros.
Para alcanzar a comprender el creciente abandono de las conductas éticas y de los
principios espirituales presentes hoy en la sociedad, responsables en gran medida, como
se dijo, de las actitudes de indiferencia hacia valores espirituales que rechazan
hoy los jóvenes, tenemos que recordar que estas son actitudes en parte reactivas
contra los estados y las iglesias oficiales, en parte producto de la evolución personal a
contracorriente de otra parte de jóvenes, en parte nihilismo ante el desengaño sufrido
por tanta manipulación y tanto cinismo de los que iglesias y estados merecerían todas
las medallas de oro si existiesen olimpiadas de la desvergüenza. En su función
"educadora" y transmisora de ideología han realizado su trabajo en la sociedad en tan
perfecto maridaje que supieron elaborar a lo largo de los siglos una visión deformada
y a la vez contradictoria y estúpida del mundo y de los conocimientos espirituales.
Simultáneamente, bajo la apariencia de honorabilidad social y legalidad divina, de
generación en generación, realidades básicas y profundas descubiertas hace miles de
años han ido siendo perseguidas, por muchos tipos de poderosos desde sus diversos
centros de poder, hasta sernos hoy casi irreconocibles. Su delito: ser verdaderas, y,
por tanto, potencialmente peligrosas para el Sistema, porque lo cuestionan.
Recuérdense brevemente la suerte corrida por algunos de los más conocidos: Sócrates,
Jesús de Nazaret, Ghandi, Luther King, y un largo etc. que llenaría paginas de
propagadores de la Luz; páginas y páginas de la Historia de los pueblos de Oriente y
Occidente. Muchas de esas verdades luminosas han sido utilizadas por la posteridad muy
oportunamente maquilladas, para engordar la fama, el ego y los bolsillos de muchos
políticos, clérigos, banqueros, y sus cortes de supuestos filósofos, intelectuales, gurús y
gentes de la claque y de la holganza permanente, que viven de la ignorancia ajena y
parecen diosecillos de un Olimpo menor.
Y en esa demencia estamos aún instalados, porque los protagonistas de los sistemas
gobiernos-iglesias-financieros de poder hoy triunfantes son los mismos de siempre,
nutridos por los mismos de siempre, no importa con qué disfraz se nos presenten siglo
tras siglo. Su objetivo es permanente: adormecer las conciencias, estupidizar las mentes
y enseñorearse de las vidas y propiedades de los más débiles. (En caso de duda,
repásese la Historia, hojéense los diarios y escudríñense los registros de propiedad
mundial.)
Este idilio fatal entre poderes que nos conduce al caos educativo, ha originado que cada
vez más padres en todo el mundo occidental estén educando y enseñando a sus hijos en
sus hogares rechazando los sistemas escolares, y este nuevo fenómeno podrá extenderse
en lo sucesivo en la medida que haya padres conscientes y con el suficiente tiempo para
emplearlo en este trabajo. Sin embargo, en la mayoría de casos será necesario tener a
los hijos en las "guarderías escolares de instrucción pública", donde se hace necesario,
por la salud mental y emocional de los pequeños, al menos una relación lo más profunda
posible entre escuela y familia.
Nos encontramos en un punto que necesitamos aplicar de un modo práctico y concreto
como mínimo todos los hermosos principios que los expertos avanzados de la UNESCO
defienden, a los que añadiría el elemento unificador, clarificador, espiritual, sobre
quién es el verdadero sujeto de la educación, quién es verdaderamente el niño o la
niña que nos demanda atención, cuáles sus verdaderas insuficiencias y cómo hemos de
ayudarle. Aquí surge la necesidad de un amplio consenso educativo de base con la
participación directa de los padres
centrada en
una definición de objetivos
compartidos con los maestros de sus hijos , en la elaboración de ciertos códigos de
valores de conducta adecuados para el desarrollo personal, social, y del aprendizaje,
para ser practicados tanto por los centros de enseñanza como por las familias ( tan
desorientadas actualmente muchas de ellas) que nos vendrán a dar una perspectiva
diferente, social y ética, de la educación, y unas nuevas fuerzas que nos impulsen a
evolucionar conjuntamente
como seres sociales, y en lo profundo como
seres
espirituales, pues en definitiva tal es el objeto de nuestra vida en este mundo. Y desde
luego, este es el objeto de educar, pues el ser humano que pretendemos formar es,
como energía que piensa y siente, un ser trascendental con una aportación trascendente
al cosmos material como emisor de la propia energía.
En la última parte de este libro se expone una experiencia de colaboración educativa
familias-escuela con resultados suficientemente alentadores para continuar por este
camino. Es sólo un principio, pero es un paso adelante desde
lo que tenemos
actualmente, como veremos. Familias y profesores trabajando unidos por la educación
constituyen los principales medios de transformación de la colectividad.
PARTE I
CAPITULO 7
CULTURA DEL ESPÍRITU Y ESPÍRITU DE LA CULTURA
No se trata de un juego de palabras. La cultura occidental está impregnada de
elementos escolásticos y religiosos, dogmáticos y trasnochados; de lugares comunes y
de intelectualismo inoperante. Este es precisamente, "el espíritu" de la cultura" Se ha
olvidado la cultura basada en la realidad profunda, que es espiritual, dinámica,
motivadora, trascendente, y, a la vez, NATURAL, Y CIENTÍFICA (otra cosa es que la
ciencia no haya alcanzado a descubrir lo natural en toda su extensión).
La cultura del espíritu se opone radicalmente al espíritu de la cultura basado en lo
artificial y artificioso, en la negación real de lo espiritual, o en su mistificación y en su
alejamiento de la realidad interna del ser humano, criatura espiritual que necesita
alimentar su espíritu. Negar esta dimensión espiritual es negar la posibilidad de
evolucionar cada persona y por supuesto la sociedad toda; es anclarse en la nostalgia,
refugiarse en el temor, vivir en la angustia de la falta de horizontes, es insistir e insistir,
como única salida
posible, en que la mente intelectual y una cierta honradez
voluntarista, acompañada de supuestas buenas intenciones basadas casi siempre en los
códigos socio-culturales mundanos, nos pueden conducir a una sociedad mejor. Poca
gente puede creer ya a estas alturas que la mente intelectual y el voluntarismo
moral nos pueda conducir a tal mundo, pues el que tenemos se basa justamente en esos
códigos, y así nos va a todos: al Planeta y a cada uno de sus amenazados habitantes.
Se estima por estudiosos del tema que el ochenta por ciento de los pensamientos de la
humanidad tienen una carga
de energía negativa que contamina la estructura
bioenergética de la Tierra.
Inmediatamente surgen las preguntas:
¿Qué es esto de la estructura bioenergética de la Tierra?
¿Qué quiere decir?
¿Cómo es posible que se contamine y de qué modo?
Debemos empezar por situarnos dentro de un Planeta que interactúa con los demás
del sistema solar emitiendo y recibiendo de cada uno y del propio Sol la energía
correspondiente para que todo el sistema funcione según las leyes cósmicas, de tal modo
que cada uno emite y recibe (pues el emitir y recibir es la ley en todos los planos) a
través de sus propios circuitos electromagnéticos.
Como energías imperecederas y activas que son, los pensamientos humanos conforman
desde la aparición del hombre sobre la Tierra una inmensa red energética que rodea al
Planeta cargando su propia estructura electromagnética y energética con la vibración
energética de los pensamientos, palabras y actos. Si estos contienen una carga
negativa contraria a las leyes cósmicas supone, a niveles físicos, que los delicados
campos electromagnéticos que rodean a la Tierra por donde debe circular la energía que
se recibe del resto de planetas de nuestro sistema solar, incluso del mismo Sol, sufren
alteraciones y pueden ser desviados de nuevo hacia el Cosmos a causa del deterioro de
los circuitos electromagnéticos. Esto influye negativamente sobre otros planetas del
sistema solar
que ahora
reciben energía que ya no les pertenece, y estas
les perjudican en su propio desenvolvimiento.
Por otro lado, la Tierra no puede emitir correctamente su correspondiente cuota de
energía a causa de este deterioro parcial de sus circuitos electromagnéticos. En
consecuencia, es posible explicar desde aquí la influencia de nuestro pensar colectivo
sobre fenómenos físicos como el cambio climático, pues la Naturaleza funciona como
Unidad, y si sus leyes se violan se altera el conjunto, la biodiversidad, y acaba por
"tocarnos"
a
nosotros
sufrir
las
consecuencias.
También
esto
nos
invita
a
reflexionar seriamente sobre la influencia energética interdependiente de los planetas
de nuestro Sistema, y de la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene en ese
aspecto según el tipo de energía que emite al Cosmos material a través de sus
pensamientos. Estos , que son energía pura e indestructible ,con una determinada
vibración, son atraídos por el Cosmos como fuerzas que se unen a otras que actúan en
él por la ley de semejanza, pues lo semejante atrae a lo semejante, y toda causa crea
su propio efecto en el nivel correspondiente.
Así es posible explicarse por qué cuando una persona muere, se siente llamada en el Mas
allá por un determinado planeta de energía. Es allí donde a lo largo de su vida como
ser humano ha estado emitiendo inconscientemente su propia energía a través de su
pensar, sentir y actuar: Es allí donde estuvo almacenando su tesoro, que ahora por la ley
de semejanza le reclama.
Es preciso desechar cuanto antes la idea de que la mente intelectual dirigida desde el
egocentrismo y las buenas intenciones de las prédicas, pero no desde el altruismo con
que actúan las criaturas que siguen las leyes de la Naturaleza, por ejemplo, pueda
organizar racionalmente el mundo, muy a pesar de la propia razón. Y hay que hacerlo
justo ahora, cuando se sabe tanto acerca de los infinitos desmanes, dolores, carencias,
necesidades, injusticias, desastres ecológicos, abusos de poder, guerras, desequilibrios
personales, regionales, fanatismos extremistas, y un largo etc. que cabe atribuir,
precisamente a una concepción rígida, cartesiana, de la mente humana, a un
alejamiento profundo del cumplimiento de leyes básicas esenciales, como la ley del
amor y la armonía, y a ese miedo profundo de los hombres a encontrarse consigo
mismos sin saber cómo han de situarse ante su propia realidad. Mucho menos a
integrarse conscientemente en la realidad del Cosmos. Esto sí es verdaderamente
preocupante para las generaciones futuras. A esto nos ha conducido la educación
racionalista clásica desde "la letra con sangre entra", hasta el pragmatismo memorístico
o pseudo -científico moderno y posmoderno, todo ello envuelto en el incienso
vaticanista o en el triunfalismo de la llamada "ciencia ", esa proyección de tantas
mentes endiosadas y sin escrúpulos, paniaguadas mayormente
del Poder de las
multinacionales, que se han propuesto enmendar al mismo Dios con sus experimentos
estúpidos propios de gentes tristemente ignorantes que parten de la base de que la
Naturaleza es imperfecta y ellos son los que pueden remediar eso...
Después de hablar durante mucho tiempo de la muerte de Dios, algunos de los llamados
científicos se apresuran a sustituirlo torturando animales en sórdidos laboratorios
aparentemente asépticos, violentando especies animales y vegetales, rompiendo la
barrera de protección entre unas y otras , experimentando la fecundación, tanto
humana como animal, hasta con genes congelados, clonando seres vivos y tratando, en
fin, todo lo que es Vida con la crueldad que da el engreimiento del que se cree eso,
sustituto de Dios, y más allá del bien y del mal, pero carece de lo más elemental
del
verdadero Conocimiento. Si cada uno de estos ciudadanos de bata blanca
ensangrentada pudiese reflexionar objetivamente sobre las consecuencias que tiene lo
que provoca en los reinos de la naturaleza yendo contra la ley de evolución, contra la
ley del amor y la misericordia, la ley de jerarquía, la ley de armonía, la ley de
adaptación, la ley de selección y las leyes de la herencia biológica naturales, seguro que
más de un bisturí se quedaría en el aire, más de un cuchillo de carnicero, sería arrojado
al fuego, más de un matadero sería suprimido, y, desde luego, todas esas investigaciones
en tan mala hora decididas, que sólo producen dolor y aberraciones.
Olvidaron también el cuento del rey Midas. Pero debería saber más de uno que la ley de
causa y efecto no "olvida", y que en lo que se refiere a la Naturaleza y a sus leyes, "quien
la hace, la paga".
¿Conviene hablar a los niños en la escuela y en los hogares de lo expuesto en este
apartado? Pensamos que sí, adaptándolo como es lógico a su capacidad de comprender,
sentir y experimentar. Los niños deben saber que la ciencia y el pensamiento
científico deben construirse respetando las leyes y la conciencia de la Naturaleza y la
ética de la Vida, y que el valor de los experimentos no es un valor "per se" , sino que
debe circunscribirse a unas normas éticas, no comerciales, no al servicio de
intereses personales o de clanes de poder de cualquier tipo.
DEL VIEJO AL NUEVO MUNDO
Sin duda una fuerte creencia basada en el conocimiento y práctica de la realidad
espiritual da impulsos suficientes para vivir y evolucionar, que es de lo que se trata
siempre. Pero han sido muchos siglos de oscurantismo.
Por eso, las nuevas generaciones tienen que partir casi de cero a la hora de construir su
propio universo espiritual de un modo coherente al haber sido la verdadera
espiritualidad
escamoteada
durante
siglos
y
generaciones
y
sembrado
tanta
desconfianza entre las gentes. Mas, ¿dónde encontrar fuentes fiables para el cambio,
cuando lo mundano, la componenda, sustituyó a lo místico y lo sagrado?...¿Cómo actuar
cuando la sabiduría ha sido suplantada por el conocimiento, y se toma a los eruditos por
sabios mientras se considera a estos últimos como elementos indeseables a los que
conviene silenciar lo más posible?
Amor, fraternidad, derechos, igualdad, justicia, Dios, son palabras tan manoseadas por
gentes sin conciencia desde las tribunas, los confesionarios, los libros y las prédicas de
las iglesias, los artículos de fondo de los diarios, y las televisiones de todas partes,
que
las gentes inteligentes y de buen corazón
desconfían de que puedan
contener alguna verdad cuando ven que nada de esa palabrería se practica por sus
predicadores. Entonces huyen. Y hacen bien.
Los tiempos cambian vertiginosamente, sin embargo, y ahora estamos en el principio
de lo que tiene que ser necesariamente una auténtica conmoción de los cimientos de la
personalidad individual y social del ser humano. Los nuevos descubrimientos científicos,
las numerosísimas experiencias en el terreno de la Psicología profunda llevadas a cabo
por psicólogos transpersonalistas, físicos, filósofos, místicos, la recuperación integradora
y multidisciplinar de conocimientos milenarios sobre el alma humana, alcanzan su mayor
exponente en el núcleo cristiano originario de Würtzburg, en Alemania. A través de una
mística de elevada espiritualidad, Gabriele de W.,
se añaden y superan en amplitud
a otras escuelas de pensamiento espiritual orientales u occidentales conocimientos de
un cristianismo tan diferente al de las iglesias como lo es el sol de la luna. Estos
conocimientos del cristianismo revolucionario, ahogados secularmente por las iglesias y
ahora liberados, se extienden poco a poco por todos los continentes igual que si un
nuevo sol fuera volcando su luz sobre cada uno. De nuevo la voz de un Cristo largamente
secuestrada por el Vaticano se deja oír ante el asombro de quien puede escuchar.
La incorporación de técnicas de desarrollo de la conciencia, como la meditación, a
sectores sociales y colectivos cada vez más amplios, los avances de las medicinas
alternativas, cada vez más aceptadas, y la recuperación, sobre todo, de tradiciones
místicas que permanecían ocultas, anuncian la eclosión de una nueva conciencia
revolucionaria que parte del empuje espiritual y que no desea el poder, ni el relieve
social, ni el premio de nadie, pero que está llamada a sustituir a los falsos paradigmas
que nutren nuestras agonizantes sociedades del capitalismo crepuscular.
Entre las enseñanzas básicas que liberan hemos de señalar el Sermón de la Montaña de
Cristo como el paradigma de una espiritualidad liberadora, el centro de gravedad para
el desarrollo de una nueva conciencia universal, así como el descubrimiento del
subconsciente por Freud supuso un nuevo paradigma en el terreno de la Psicología para
conocer la profundidad del alma humana, o la teoría de la Relatividad de Einstein sentó
un nuevo paradigma en el campo de la Física y abrió perspectivas insólitas sobre
el Conocimiento profundo del Cosmos. A poco que se piense se ve la relación existente
entre todos ellos: conociendo nuestro subconsciente, sabemos quiénes somos (y no
quienes creemos ser); el contenido del Sermón de la Montaña nos revela cómo actuar
según las leyes divinas, las cuales están impresas en el corazón mismo de la materia que
poco a poco va dejando al descubierto la física cuántica... Estos tres paradigmas
combinados nos proporcionan una plataforma lo suficientemente sólida como para
intentar un viaje lúcido y liberador hacia el interior, que es, en realidad, un viaje al
cosmos al que pertenecemos desde el microcosmos que somos.
Tales verdades, conocimientos y experiencias desmienten todas las manipulaciones
culturales, aunque aparezcan revestidas de cientifismo, y las mentiras de las iglesias y
religiones institucionales, lo que sitúa al individuo ante una nueva forma de mirar la
realidad del mundo, la realidad propia y al "otro" como semejante y hermano, y le
proporcionan eso que siempre se nos ha negado históricamente, y que está por llegar a
esta humanidad: una visión coherente y trascendente del
Cosmos, su relación
con la humilde realidad inmediata, y la posibilidad de encontrar un lugar personal en
todo ello, sin dogmatismos, sin jerarquías ni sumisión, desde el auto-conocimiento, el
reconocimiento y superación de lo personal negativo, y el amor al Otro como base de la
vida espiritual, tal como enseña el cristianismo libre desde el Sermón de la Montaña.
Enseñanzas estas que no están reñidas con la tradición mística de la humanidad en
Oriente y en Occidente, y que de practicarse, al margen de sus montajes religiosos
institucionales y sus folclores paganos o paganizantes, constituyen un nexo de unión
verdaderamente civilizadora entre los diferentes pueblos y culturas. Sin duda en este
aspecto tenemos que superar el falso concepto de cristianismo que nos ha legado el
catolicismo del Vaticano, y que nada tiene que ver con el contenido del Sermón de la
Montaña, desdeñado por utópico por el catolicismo tradicional. Repetiremos esta
diferencia entre cristianismo y catolicismo, pues el primero y el segundo no son
sinónimos, sino antónimos, desde el punto de vista espiritual y social. Así que hemos de
ser objetivos si alguien nos dice que la civilización occidental es una civilización
cristiana. NUNCA EL CRISTIANISMO HA SIDO PRACTICADO EN OCCIDENTE, salvo por
pequeños núcleos considerados por el catolicismo como herejes, y exterminados por la
Iglesia, aliada al poder civil. Y está aún por llegar el día en que esta Iglesia reconozca a
aquellos que fueron sus victimas y verdaderos mártires (Vg. los cátaros y otros) como
auténticos cristianos, los únicos en verdad que han dado testimonio de su Maestro hasta
con su propia sangre.
LA HORA DE LA VERDAD
Viendo, pues, el mundo que nos toca vivir día a día hemos tomado poco a poco
conciencia de hallarnos ante una sociedad materialista, violenta, injusta, amoral,
hipócrita, egocéntrica, enferma, que ha llegado prácticamente
al final de sus
posibilidades de desarrollo, y que no tardará mucho en ir planteándose la supervivencia,
visto el estado de deterioro del Planeta por el cambio climático, la escasez cada vez
mayor de recursos,(entre ellos el agua y la energía derivada del petróleo), las guerras,
los problemas sanitarios y sociales a escala mundial, y tantas y tantas calamidades que
observamos a diario.
Vivimos inmersos en una sociedad crepuscular en cualquier nivel que deseemos
considerar: económico, político, artístico, cultural...Parecemos haber llegado al límite
en lo que a formas de entender la vida y actuar según sus leyes se refiere. A
los directores de orquesta del Sistema parece habérseles terminado la partitura y ahora
nos empujan hacia mundos virtuales de basura dentro del más estricto y feroz
consumismo, mercantilismo, y diversas formas deformantes y "orientadas" de la realidad
cotidiana para que el mundo pueda ser percibido con la sensación de que todo está en
orden, todo previsto, todo asegurado...
Y es el caso que resulta bien difícil de encontrar en el mundo que se nos ha diseñado
(con nuestro consentimiento, claro es) nada parecido a alguna de esas tres cosas. Ni
siquiera la televisión y los otros medios pueden ocultar la fragilidad y las miserias en
que se desenvuelve la humanidad cada día, y hasta pareciera en ocasiones que se nutre
de ellas precisamente; que constituye hasta parte de su razón de ser,( lo malo "vende",
lo bueno se obvia), que la otra cara de la inmensa desvergüenza de los mayores
responsables de las miserias consiste en hacer nuevos negocios con todas las que nos
provoca, mostrándolas impúdicamente en las pantallas del Planeta y haciendo alarde
simultáneamente sobre los beneficios en Bolsa que produce la explotación salvaje de
recursos de las multinacionales energéticas, industriales y financieras a lo largo y
ancho del mundo, a las cuales se deben precisamente la mayor parte de esas
calamidades.
Barcos llenos de pobres que nadie desea acoger, naufragan en todos los costados del
mundo con su carga mortal, rechazados por todas partes, llenos de víctimas definitivas
del viejo imperialismo que les esquilmó y del nuevo que los termina de matar con su
indiferencia, sus guerras y sus muros de hormigón y soldados para evitarlos.
Por unas y otras razones, y a causa de la ignorancia, la pasividad, la envidia, la codicia,
el orgullo
y el desamor, de especie amenazante para el Planeta
nos estamos
convirtiendo rápidamente en especie amenazada, incluso en los países ricos. Como
dato geográfico próximo: más de 100.000 niños mueren al año en Europa, en la
"civilizada" y rica Europa, a causa de la contaminación del agua y del plomo del aire. Y
esto, por no hablar de los 50.000 que mueren diariamente en los países del tercer
mundo por hambre y enfermedades (seis mil diariamente por el sida y el hambre en
África) sin contar las víctimas de las guerras que no cesan.
¿Era esto el Paraíso Capitalista? ¿Es este el resultado del progreso de la sociedad
tecnológica? ¿Es este el fruto de tantos siglos de educación "cristiana"? ¿Es este el
resultado de la gestión de organismos internacionales, como la ONU? ¿Representan las
ONG, siempre escasas de recursos, los últimos restos de conciencia solidaria, cuando no
son también, un negocio más en algún caso..? Muchas preguntas por contestar, pero que
exigen una respuesta personal por cada uno de nosotros. Los educadores deberíamos
tener muy claras esas respuestas.
Los avances tecnológicos y científicos sin conciencia, la progresiva despersonalización
de las formas de producción, distribución y consumo; la tremenda competencia por el
control del poder, de las fuentes de materias primas y la explotación de las mismas,
etc. y el afán tan extendido (también, desgraciadamente, entre los pobres), de amor
al poder y a las riquezas; los destrozos medioambientales, la profunda insolidaridad y
las guerras,
han abierto profundas heridas entre los seres humanos; enormes
desigualdades sociales, hambre crónica y enfermedades en todas partes; ricos que se
enriquecen y pobres que se empobrecen a un ritmo desconocido en la historia humana, y
aquí, y allá, migraciones masivas por el hambre, los conflictos, los cataclismos etc. La
actual
humanidad,
está
viviendo
en
precario
y
enferma
física,
mental
y
espiritualmente en un porcentaje abrumador, tanto en los países llamados desarrollados
como en los países víctimas de ese desarrollo que les sirven de soporte a aquellos con
sus riquezas naturales.
Nuestra Madre Tierra, entre tanto, apenas si puede soportar la enorme carga que le
supone la explotación desmedida de recursos a que se ve sometida, y las innumerables
agresiones cotidianas que se le inflingen en los campos agrícolas, en las industrias, en
los experimentos de armamento, en la tortura salvaje a personas y animales, mientras
sigue desgarrándose con toda clase de experimentos hostiles a la Naturaleza, (crueles
experimentos con animales, con alimentos manipulados genéticamente que rompen la
barrera de protección genético-sanitaria inter-especies; los experimentos científicos
antinaturales como la clonación; la contaminación plural y otros desastres) y hostiles
siempre
a
las leyes del Cosmos, mientras el cambio climático artificial y
provocado afecta hasta el último rincón del Globo con todas las consecuencias
negativas que supone, como el calentamiento global y el deshielo progresivo de los
polos; las lluvias y sequías extremas, el agrandamiento del agujero ozónico, (con la
reciente incorporación de un tercero a los dos agujeros anteriores), la creciente
virulencia y aumento de incendios, terremotos, maremotos, tornados y ciclones; la
desaparición acelerada de especies animales y vegetales necesarias para el equilibrio
global del Planeta, etc. etc. etc. y, paralelamente, la intoxicación informativadeformativa por los expertos en basura cultural, que ha conducido a la contaminación
mental de la sociedad global, desfigurando la realidad, minimizando los efectos, no
profundizando en las causas, vulgarizando lo sagrado y sacralizando lo vulgar. Han
descubierto que la idiotez es globalizable y exportable. Y se exporta siguiendo ciertas
reglas para extender y mantener por todas partes el modelo de desarrollo capitalista y
a sus desalmados organizadores.
El modelo de desarrollo capitalista se basa en el crecimiento constante. Sin
crecimiento, el sistema se estanca y se desploma. Pero el crecimiento continuo que se
pretende se realiza siempre a expensas de la Naturaleza, fuente de recursos limitados.
Nada bueno cabe esperar de semejante situación, que hace converger hacia sus propios
límites al Sistema de producción de un modo
inexorable. Por su propia e
imparable dinámica tiende a desaparecer. Es como un agujero negro que traga cuanto
toca. Y aunque se habla mucho últimamente del desarrollo sostenible, tal desarrollo es
inviable mientras no cambie radicalmente no ya el sistema de producción de bienes
materiales, sino el sistema de producción de pensamientos espirituales, la concepción
espiritual de las gentes: la conciencia. La conciencia es la clave.
Lamentablemente, los diseñadores del programa económico-social de la existencia
humana lo saben hace muchísimo tiempo. Y lo tienen muy en cuenta para atrapar mejor
a los débiles y a los crédulos. Una vez colonizada la mente, piensan los programadores
sociales, sólo queda pendiente el asalto a la conciencia libre. Después de homologar los
modos de pensar, se trata de hacer lo propio a niveles más profundos, en el campo de
las emociones.
Los responsables de educar debemos ser muy conscientes de esta manipulación
programada a gran escala, especialmente visible en las pantallas de nuestros televisores,
cada vez más vacíos de contenidos de conciencia y de inteligencia, más zafios y más
atrevidos contra lo más sagrado.
Mientras tanto sufrimos el resultado del llamado "Progreso", el final de tantas falsas
utopías civiles y religiosas...Llegó la hora de la verdad. El límite del capitalismo será
exactamente el límite de la Naturaleza para ofrecer más de lo que puede y para
soportar la degradación con que la agredimos a diario. No harán falta revoluciones
económicas ni premios Nóbel para conjurar el desastre: el propio Sistema tiende
a autodestruirse... Y, lo que es peor, pretende llevarnos a todos por delante. Así
camina hacia su propia desaparición este modelo económico equivocado basado en el
egocentrismo ilimitado de los poderosos, en el miedo y la represión, con sus
consecuencias de sufrimiento, muerte y deterioro global progresivo e imparable a
cambio de unas migajas de bienestar material para una minoría de la humanidad, que
puede ver cómo sus hijos mueren contaminados o enferman por el veneno ambiental
que se produce como efecto secundario...Así, también los países ricos sufren también
los infortunios que estos han extendido en todo el mundo.
POR UNA REVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA
Los intentos por acabar con el estado de cosas denunciado, han fracasado o están a
punto de hacerlo... (Todos los grandes y ampulosos "ismos" en que tan pródigo ha
resultado el desgraciado siglo XX, todas las revoluciones culturales y de las otras, y
también toda esa espiritualidad superficial moderna que se vende a menudo como
alternativa...) No hay cambio social verdadero si no hay cambios cualitativos en la
conciencia individual de las gentes. Esta es la más importante lección de la Historia de
la Humanidad. Necesitamos una urgente revolución de las conciencias individuales que
nos haga reaccionar ante un futuro catastrófico inexorable, que nos reconcilie a cada
uno de nosotros con la Divinidad perdida o manipulada por intereses contrarios al
Espíritu; necesitamos reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestro yo interior, con
Dios (cualquiera que sea el nombre que le demos) con el prójimo y con la Madre
Naturaleza, y hallar la conciencia de unidad de todos los seres que en ella somos.
Necesitamos urgentemente rescatar los conocimientos que a lo largo de los siglos han
ido siendo silenciados, manipulados o menospreciados por toda clase de inquisiciones,
declaradas o no; por toda clase de censuras y oscurantismos, y sacar a la luz definitiva
las verdades espirituales eternas que nos han sido transmitidas y que cada uno puede
investigar en sí mismo. Y llevar esos conocimientos a la práctica. Necesitamos una
redefinición de conceptos y metas. Tal vez aquí convendría mirar a los orígenes y al
misticismo como clave de desarrollo personal. Pero antes conviene "desmitificar al
místico", situarlo en la realidad de nuestro tiempo.
Un místico no es –como se nos transmitió interesada y deformadamente- un señor que
vive en las nubes, y pone los ojos en blanco antes de levitar en una celda oscura y lejana
en el tiempo, sino alguien con los pies en la tierra y el corazón en el espacio sagrado del
interior de la propia conciencia...Un microcosmos consciente que se une en su interior
al macrocosmos universal; un transformador de sí mismo que lucha contra sus
enemigos internos,-sus defectos humanos- y, en venciéndolos con la ayuda del Espíritu
y de sus leyes se libera de las ataduras materialistas e intelectuales del mundo, lo cual
no le impide vivir en él y hacer su trabajo con extraordinaria lucidez, pues el místico
reza, pero trabaja produciendo armonía ,convergencia, desde la vivencia de la unidad
con el Cosmos y con su Creador. No es el místico un tipo demacrado que ayuna y se
mortifica, recluido en alguna parte, sino un individuo normal que se desprende poco a
poco, por amor, de sus tendencias inferiores, materialistas y ego-céntricas y consigue la
libertad, la sabiduría, y otras cualidades espirituales que alcanza quien vive según las
leyes divinas
trabajando en el sector de mundo que le toca vivir, pero sin caer en lo
mundano, esperando encontrar en lo exterior (en el mundo de las sensaciones, de las
relaciones sociales o de la mente externalizada), aquello que sólo la meditación, la
oración, el trabajo consciente, y la relación cooperativa con la Naturaleza y los seres
humanos puede darle. De este modo se convierte en un núcleo de transformación
espiritual y social, y por este motivo se le persiguió siempre, y, a la vez, se desfiguró su
imagen para hacernos creer en su extraordinaria singularidad y disuadir así a las
gentes de acceder al conocimiento interno y a la unión con nuestro Creador. Como el
poder, tanto político como religioso, se basa en la necesidad de ser aceptado
como intermediario entre el ser humano y sus asuntos materiales o espirituales, y el
místico proclama la autogestión de la propia vida sin necesidad de intermediario alguno,
se convirtió en un problema, y la lista de los perseguidos o asesinados en todas las
religiones por los correspondientes cleros o sus brazos seculares, es alarmante. .
Hay que reivindicar en esta era crepuscular y decadente, cuyo valor central es el dinero
y cuyos modelos giran en torno a lo que se llama "la sociedad del espectáculo" (musical,
deportivo, político, lo mediático en general),otros modelos de desarrollo humano más
evolucionados, otros métodos de desarrollo de la conciencia hacia la consecución de un
ser humano y de una sociedad superior en valores y actitudes, desterrando de nuestras
vidas todo tipo de dogmas, prejuicios culturales y religiosos y deformaciones históricas
interesadas sobre temas como este, que hacen sonreir tan fácilmente a los escépticos
que pretenden ampararse bajo el paraguas de la diosa Razón para justificar su
inmovilismo.
Si algo necesita esta sociedad no son escépticos, ni mucho menos, inquisidores políticos
o religiosos, sino la presencia de modelos honestos, hartos como estamos de hipócritas
de todos los tamaños que parecen recién bañados en agua bendita, o recién salidos de
un baño de multitudes engañadas y que tienen como su contrapunto al místico que
vive el amor desinteresado y en armonía lejos de lo mundano, pero viviendo
activamente en el mundo. Este puede ser, tal vez, un modelo humano a considerar,
junto a otros de parecida índole (toda la amplia gama de buscadores de lo trascendente
a la materia) porque no se trata de una profesión, o de una especialización religiosa en
ningún caso, sino de un modo de ver y estar en la realidad cotidiana todo aquel que
tiene como objetivo la verdad y practica el amor desinteresado. Con harta
frecuencia no podemos decir lo mismo de un político, de un banquero o de muchos
que se nos presentan por los medios de comunicación como triunfadores en todos los
campos, incluido el "espiritual-falsificado" de las instituciones religiosas, pues nadie ha
triunfado si no ha conseguido triunfar sobre sí mismo. Necesitamos transformarnos a
nosotros mismos cuanto más mejor para que el mundo, la sociedad, pueda
transformarse. Insisto en la idea de que es imposible un cambio social sin un cambio de
conciencia en los individuos. Y necesitamos en esta etapa, entre otras gentes, a un
nuevo tipo de padres y maestros, atrevidos y abiertos, que incorporen, que investiguen,
que integren, que intenten transformar en primer lugar su propia existencia, que sean
capaces de protestar contra aquello que les impide educar a sus hijos honestamente (
horarios laborales, calidad de vida, calidad de educación); padres y madres que
contemplen la vida cara a cara sin temor a encontrar en ella imágenes negativas de sí
mismos que necesitan ser transformadas: educar es autoeducarnos...
Necesitamos maestros y maestras descontentos - y cuanto más profundamente mejordel orden de cosas imperantes; profesionales dispuestos a poner el acento sobre la labor
de educar desde la conciencia y lejos de la conveniencia y el adoctrinamiento, junto
al trabajo de instruir. Maestros y maestras que conduzcan con amor a sus alumnos por
la senda del verdadero conocimiento, porque es la hora de la síntesis de todas las
culturas, de la reconciliación de la Humanidad consigo misma y con la Divinidad.
Necesitamos profesores con vocación, y no funcionarios grises que esperan cobrar a fin
de mes; no seres desorientados y desorientadores - ciegos conduciendo a ciegos- que
intentan suplir con el autoritarismo o la dejación de sus funciones educadoras
sus
miedos profundos, su desinterés y su ignorancia. La hora de un nuevo tipo de
educadores ha sonado.
Las escuelas del profesorado deberían cambiar de rumbo a la vista del fracaso
generacional existente en educación y empezar a proporcionar otros conocimientos, a
admitir otras verdades y otras técnicas, y a pensar en otro tipo de profesoresformadores, porque el sistema tradicional en que los maestros están siendo formados,
ese modelo basado en bostezantes apuntes y discursos teóricos de origen poco menos
que medieval, debe ocupar su lugar en el museo de la historia de la educación humana.
Hemos de poner fin de una vez al intelectualismo que paraliza mente y corazón, al
academicismo estéril y esterilizante, y cerrar de una vez por todas el
viejo e
inútil libro del escolasticismo.
Necesitamos igualmente padres que estén dispuestos a ayudar a sus hijos a comprender
el mundo en que viven, a orientarles, estimularles, promover su sentido de
la responsabilidad, a valorarse y a ser activos, agradecidos y respetuosos. Necesitamos
padres que se interesen cada día por el trabajo de sus hijos y que sigan de cerca su
proceso de educación y aprendizaje, que se coordinen con los profesores de sus hijos
para llevar a cabo un trabajo ordenado, complementario y eficaz tanto en el orden
de los conocimientos como en el de los valores y conductas sociales y emocionales...
Por dónde empezar? Podemos comenzar por tomar conciencia de esta situación,
verdadera conciencia, no una simple conciencia intelectual. Una conciencia intelectual
es una conciencia que intenta comprender la vida, pero no se implica. Eso es letra
muerta, eso es escolasticismo. El intelecto no da vida. El intelecto fue endiosado y nos
trajo este mundo que padecemos, del cual es artífice.
A los escolares les atraen los cambios. Ahora se trata de que también les atraigan a los
responsables de los escolares, tanto en casa como en los centros educativos. Y, por
supuesto, en los múltiples y fracasados ministerios de educación de este Planeta. Del
trabajo de unas nuevas generaciones de padres y madres, de maestros y maestras,
saldrán sin duda padres y madres distintos capaces de educar sabiamente a sus hijos
para la sociedad que está ya en puertas, para la sociedad que habrá de suceder
inevitablemente a esta Sociedad de la Segregación y el Conflicto: la Sociedad de la
Igualdad, Fraternidad, Libertad y Justicia; la sociedad de la unidad; la sociedad de la
armonía, la sociedad de la cooperación. En definitiva: LA SOCIEDAD DE LA PAZ. A esta
Nueva Sociedad emergente que se ve como alternativa al caos actual a que nos ha
llevado nuestra civilización equivocada, se acercan cada vez más personas con formas
de
pensar, de ser, de vivir y de convivir que la harán posible un día. Efectivamente,
"otro mundo es posible", pero no puede construirse con los principios egoístas del viejo
mundo que decae.
PARTE I
CAPITULO 8
ENERGÍA CÓSMICA Y EDUCACIÓN
HACIA UN CAMBIO DE VISIÓN
No es posible educar sin poseer una visión del mundo, un criterio fundamentado sobre
la realidad. Quien no posee este criterio se convierte en víctima de toda clase de
dogmas, o en un ignorante seguidor incondicional de alguien a quien le concede el
derecho de poseer la verdad o por quien se deja guiar a ciegas.
Es fácil comprender que una persona de estas características no está preparada para
educar aunque posea un título que la acredite.
Qué es real y qué no, es algo que un niño debe saber diferenciar para no vivir en la
ignorancia o en la esquizofrenia, y eso exige un aprendizaje previo del educador en lo
que se refiere al mundo físico, y a las enseñanzas espirituales; a la naturaleza de los
objetos y a la relación que se establece entre la conciencia y los objetos, entre el
mundo llamado "exterior"y el "interior": el de la conciencia del observador.
Es preciso saber con rigor científico:
Cómo la misma energía divina alimenta al Cosmos y a todas sus criaturas.
Comprender, al hilo de los conocimientos de la física cuántica y las experiencias
místicas, que entre el observador y lo observado, entre el yo y el mundo, no hay
distancias, es fundamental. Todos formamos parte de una realidad única como las ramas
forman parte de un árbol.
Comprender la relación entre el mundo físico y el mundo de la conciencia es
fundamental para una educación integral, que ya no puede más tener por objeto al el
intelecto (sólo una parte de la mente) y el cuerpo físico, sin que ambos lleguen a
trabajar juntos de un modo planificado en dirección a la perfección de cada uno y para
el florecer del espíritu, que es el objetivo final.
Quien haya visto alguna vez una demostración del control mental de los monjes del
templo de Shaolin, o haya presenciado algún ejercicio de Taichi sabrá qué quiere decir
que cuerpo y mente deben trabajar de un modo planificado. Quien conozca el
pensamiento místico cristiano originario, budista, sufí, o el mundo chamánico, sabrá lo
que esto quiere decir. Y comprender el origen de estas manifestaciones del poder de la
energía divina exige un conocimiento verdadero acerca de las leyes de la naturaleza, de
las leyes del Universo, de las leyes de la mente y de los principios sagrados con el
objetivo final de ampliar la conciencia propiciando el desarrollo espiritual, meta de toda
educación progresiva y sabia. Pero el pensamiento materialista-intelectualista observa
estos fenómenos con asombro sin preocuparse de nada más. Y se educa a los pequeños
con la misma indiferencia hacia la búsqueda de las verdades profundas, contentándose
con un conocimiento superficial del mundo visible y con la aceptación de dogmas,
iglesias y ritos confundiendo lo primero con saber y lo segundo con espiritualidad.
La física de partículas nos ayuda a comprender cómo el Espíritu divino alimenta al alma
de todos los seres (humanos o no).
La física cuántica señala por el momento el punto más cercano de la Ciencia a la
Metafísica. Gracias a ella, no es posible comprender mejor intelectualmente la
unidad del microcosmos con el macrocosmos, de las partículas sub-atómicas con los
átomos y de estos con el alma, que a través de esas partículas sub-atómicas recibe la
energía divina, según enseña el cristianismo originario. A la vez, las partículas subatómicas- que junto a la parte energética espiritual (que hace posible recibir la energía
de Dios en el alma) consta de otra más material, forman parte de cada átomo y de la
constitución de agrupaciones atómicas que finalmente configuran células, moléculas y
cuerpos físicos de tantos tamaños y formas como la madre Naturaleza y el Universo
entero nos ofrecen.
Todo está en todo.
Hace mucho que los físicos descubrieron con asombro cómo las partículas subatómicas
actuaban en el Cosmos como obedeciendo a un programa, como si estuviesen dotadas de
una "protoconciencia" que dirigiera sus movimientos integradores.
Aunque el intelecto no lo capte lo mismo que no capta las ondas de radio u otras, el ser
humano, compuesto celular y atómico movido por energía autoconsciente célula a
célula, no puede ser ajeno a las leyes que rigen el Universo, sino que continuamente
interactúa con el Cosmos, y de él recibe y a él envía la energía que libera a través de su
pensar, sentir y actuar.
Se puede afirmar que cada célula es la unidad física más pequeña conocida de
consciencia admitida por la ciencia médica sobre la que influye nuestra mente y que a
la vez influye energética y físicamente, sobre el resto del organismo. Pero la célula está
formada por átomos en definitiva, que interactúan con todo el Cosmos y la energía que
él de procede.
Podemos aproximarnos así a una concepción del ser humano como una energía cósmica
individualizada, de naturaleza no material, autoconsciente, preexistente (como energía
indestructible) al nacimiento físico, permanentemente activa, con capacidad y con
derecho natural a pensar, sentir y decidir su propio destino. Este es también el sujeto
de la educación, el niño o el joven...
Tener esto en cuenta es fundamental a la hora de educar, porque el niño es un alma con
una historia tras ella, un libro con algunos capítulos escritos y no la tábula rasa que
defendía Aristóteles ni el ser naturalmente bueno de Rousseau, sino un ser con
cualidades conseguidas anteriormente y con defectos que está llamado a superar en esta
existencia. Como sujeto de la educación cada niño no es una mente a la que hay que
atiborrar de datos, ni un pequeño ciudadano al que haya que orientar para convertirse
en un consumidor que vota o en un feligrés de iglesia institucional, sino un cuerpomente de naturaleza espiritual; un alma en proceso de reflexión y aprendizaje. Esto es
determinante para establecer el objetivo de una verdadera educación.
Una educación que busque la integración total del niño necesita acercar a este al
conocimiento de la Naturaleza, pero no como un objeto externo donde la Naturaleza
esté ahí,"afuera", y haya que comprenderla para luego dominarla y explotarla al límite
que vemos, sino que ha de comprender que somos ella, que vibramos con la misma
energía célula a célula. Educador y educando interactuamos así como energías en
diferentes planos vibratorios de la mente y la conciencia. El educador pone parte de su
energía a disposición del que es educado para ayudar a este - al menos en teoría-a
elevar su nivel vibratorio a través del conocimiento y de la acción, uniendo cuerpo,
mente y conciencia… Este es también el sentido profundo de la Ecología.
Quien así ve no podrá ser un depredador egoísta del medio ambiente, sino que intentará
armonizar su energía vital con la energía del Universo manifestada en la Naturaleza y en
su propio interior.
Es de enorme importancia que el educador actualice de continuo sus conocimientos
sobre la física, las leyes de la Naturaleza, y trabaje su mente y su conciencia
espiritual de un modo unitario para que sea posible educar verdaderamente, pues
quien no posee la experiencia no la puede transmitir. Tampoco tendrá fuerza aquello
que un padre o un profesor enseñe como teoría si no lo ha incorporado a su campo de
experiencia, da igual se trate de un padre culto, un maestro elemental o un catedrático
de Universidad.
Pero la
sociedad
actual no considera
socialmente útiles masivamente
a los
individuos dotados a la vez de poder mental y conciencia evolucionada, y por tanto no
existen planes de estudio encaminados a formar alumnos o educadores con tales
pretensiones. Esto nos da idea de lo lejos que se hallan las sociedades llamadas "ricas,
cultas y civilizadas" de fomentar la verdadera educación para que sus ciudadanos
accedan al verdadero conocimiento: el conocimiento de la energía, de la vida como
energía, de las leyes universales de la energía- vida y de cómo acceder a integrarnos
conscientemente en esa energía universal divina desde nuestro cuerpo, nuestra mente y
nuestra conciencia.
En el capítulo siguiente trataremos este asunto.
PARTE I
CAPITULO 9
LOS CENTROS DE CONCIENCIA DE LA ENERGÍA VIDA
(También llamados Chakras)
Hace milenios, los sabios chinos descubrieron los canales por donde circula la energía
vital, la energía cósmica, en el cuerpo humano; establecieron los puntos de acceso a
esos canales por medio de agujas y aprendieron a curar usando esta energía, llamando a
esa ciencia "Acupuntura", cada vez más presente en nuestro mundo occidental como
método de equilibrar la circulación energética en nuestro cuerpo, sanar y atajar el
dolor. Durante muchos años los médicos occidentales se rieron de esos métodos y de
otros alternativos a los que no dudan en acudir cuando ellos o sus familias no sanan con
la medicina oficial. Esto mismo podría decirse de la medicina ayurvédica india, de la
medicina natural, etc. Actualmente la Acupuntura se practica de un modo regular en
muchos hospitales occidentales y en clínicas privadas, con gran alivio para sus
pacientes.
Con ayuda de la tecnología moderna, aparatos de precisión electrónicos han dado
la
razón a los antiguos chinos detectando con toda claridad lo que ya se sabía: el ser
humano es un vehículo de energía que circula de determinada manera en el organismo
físico, manteniendo una serie de puntos desde donde es posible intervenir para
modificar su acción y ayudar a sanar equilibrando su fluir, en este caso mediante agujas
colocadas por un tiempo en un punto o en otro del cuerpo.
Por su lado, y también desde hace milenios, los sabios hindúes descubrieron ya
energía cósmica sutil y experimentaron que
esa
penetra a través de siete centros de
recepción que giran continuamente en el cuerpo sutil que nos envuelve como una
segunda piel de naturaleza etérica (el cuerpo astral).A estos centros los hindúes dieron
el nombre "chakras", que
significa "rueda" a causa de que giran. Estos se hallan a lo
largo de la columna vertebral desde la región del coxis hasta el último, situado en la
coronilla craneal. Son las envolturas del alma y corresponden a los siete planos de
elevación de la conciencia, tal como enseña modernamente el cristianismo originario.
En estos conocimientos, basados en la profunda unidad que subyace a todo, se apoya la
Medicina Natural, la utilización de remedios curativos como las flores de Bach, o la
Homeopatía... Medios de diagnóstico, como la Kinesiología, el diagnóstico por el iris, y
otras técnicas que practican las diferentes medicinas llamadas "alternativas", son poco
a poco reconocidos en Occidente, junto a otras medicinas espiritualistas como la
sanación
cristiana originaria, el Ayur-Veda, y otras corrientes. Si estos métodos de
curación
no se hayan más extendidos entre nosotros se debe a tres razones
fundamentales: la presión de los colegios de médicos formados en las universidades
occidentales la presión de las poderosísimas multinacionales farmacéuticas
y a
la
ignorancia de las gentes.
Antes de ser perseguido, silenciado y adulterado por el Catolicismo lo suficiente para
dejar de parecerse a sí mismo, se siguieron y siguen en el cristianismo originario las
enseñanzas que predicó Cristo. En ellas se hablaba, y se habla, de "centros de
conciencia"... Coinciden con los chakras hindúes en su localización a lo largo de la
columna vertebral. El primero, situado en la región del coxis, es el centro del Orden; el
segundo, a la altura del sexo, es el centro de la Voluntad; el tercero, correspondiente a
la zona del ombligo, el centro de la Sabiduría. Se localiza a la altura del ombligo, pero
siempre en la columna vertebral. El cuarto, a la altura del corazón, es el centro de la
Seriedad. Sobre la nuca se halla el quinto, el centro de la Paciencia; el sexto, también
llamado "tercer ojo", se halla en la frente, en el entrecejo; el séptimo, el de la
Misericordia, se encuentra en la coronilla del cráneo. (Ignoran los sacerdotes católicos
que esa es la razón por la que han sido tonsurados.)
Profundicemos un poco más en esto para que nos proporcione orientaciones para nuestra
salud y para tener en cuenta la importancia que en los centros de conciencia tienen las
emociones para sanar o enfermar.
Centros de conciencia: su distribución y su influencia en nuestras células, órganos y
aparatos orgánicos.
Cada uno de esos centros receptores de energía la recibe y distribuye a su vez a los
órganos y aparatos que dependen vitalmente de ese centro receptor.
Del primer centro de conciencia, el centro del ORDEN en la región del coxis, dependen
la pelvis y las articulaciones de la cadera, la vejiga y los órganos sexuales.
Del segundo centro, el centro de la VOLUNTAD, en la región del sacro, dependen los
riñones con los uréteres, intestino grueso, y recto.
Del tercer centro, el de la SABIDURÍA, en la región lumbar, dependen: la
columna
vertebral con la médula, estómago, hígado, bazo, intestino delgado y páncreas.
Del cuarto centro, el de la SERIEDAD, LLAMADO TAMBIÉN CENTRO DE CRISTO, dependen
corazón, pulmón, médula espinal y costillas.
Del quinto centro, el de la PACIENCIA, en la región de la nuca, dependen amígdalas,
tiroides, laringe, garganta, dientes y pulmón.
Del sexto centro, el del AMOR palpitante de Dios, llamado "tercer ojo" dependen:
glándula pituitaria, glándula pineal, (ocultas en el cerebro), y también nariz, ojos y
oidos.
El séptimo centro, el de la MISERICORDIA, es el portal a lo absoluto.
Cualquier bloqueo de cualquier centro a causa de un modo de pensar, sentir, vivir,
hablar o actuar en contra de los Mandamientos divinos perjudicará el flujo de energía a
una u otra parte de nuestro organismo físico. A través de la calidad energética positiva
o negativa de los cinco componentes: pensamientos, sensaciones, sentimientos, palabras
y actuaciones, los diversos centros de conciencia se abren o se retraen, favoreciendo o
perjudicando la entrada y salida de energía cósmica a nuestro organismo, produciendo
salud o enfermedad, armonía o desarmonía. Esto debería ser algo
a tener muy en
cuenta por los padres, educadores y también por profesionales médicos a la hora de
evaluar los pensamientos y emociones de quienes son responsables y para estar
orientados sobre el modo de colaborar con el propio organismo como un todo energético
psicofísico para procurar
la salud de quienes están a su cargo y
que esos cinco
componentes determinantes de nuestro bienestar psíquico y físico se manifiesten en
positivo.
Cómo influir en nuestros centros de conciencia.
Por medio de la meditación, del auto-reconocimiento, del perdonar y pedir perdón a
Cristo y a nuestros semejantes dañados por nosotros,
y de las
acciones positivas
consecuentes a ese auto- reconocimiento, así como a través de la oración libre de
fórmulas, podemos influir en el funcionamiento de estos centros receptores y donantes
de energía y favorecer, de paso, nuestra salud y nuestro equilibrio emocional. Con ello
contribuimos también a la armonía energética planetaria (recordemos que todo está en
todo, y nada hay separado de nada). Merece la pena, seamos educadores o no, ampliar
nuestros conocimientos sobre estos temas, y llevarlos a la práctica, pues hoy día existe
amplia bibliografía al respecto puesta a disposición por diversas corrientes y no sólo por
el cristianismo originario, sino por budismo, hinduismo, chamanismo, sufís, etc. En los
mares de la vida espiritual, cada barco lleva su propia característica energética y su
ruta de navegación, aunque el puerto final del viaje sea el mismo para todos, y el
educador ha de ser muy consciente de esto y respetar las religiones, inclinaciones y
preferencias de los que están a su cuidado para no crear confusión. Es fundamental el
acuerdo con los padres en este terreno. No es legítimo imponer a los alumnos ninguna
disciplina espiritual concreta.
Es muy importante para los padres y maestros conocer estas cosas ahora que la ciencia
actual se inclina poderosamente hacia el estudio de la energía. La energía es la más
importante asignatura de la humanidad en este siglo, pues las poblaciones crecen a un
ritmo acelerado y cada vez van a ser necesarios más recursos energéticos, más diversos
y más sanos. Esto en el aspecto material, externo. Y en el interno, vemos cuán necesario
es su conocimiento y utilización correcta para mantener un equilibrio psico-físico y una
buena salud mental emocional, especialmente en este momento histórico de grandes
conflictos a todos los niveles, donde nuestro equilibrio energético es puesto a prueba a
diario a través de cuanto nos toca vivir y observar (que nunca es casual.) Estas
reflexiones nos conducen, a su vez, a observarnos a nosotros mismos como energía.
Entidades de energía
¿Qué somos los seres humanos? Unas entidades de energía que tienen el atributo llamado
"vida". Ahora bien: la energía "vida" también existe en el mundo animal, en el mundo
vegetal, y en el reino mineral...Considerando esto ¿qué tiene de especial nuestra
manifestación como energía-vida? Algo singular en la Naturaleza: somos energía
autoconsciente capaz de
actuar desde lo que piensa y siente, incluso más allá del
tiempo y del espacio. Conocemos, y sabemos que conocemos; sentimos, y sabemos que
sentimos y hasta podemos averiguar el
por qué de cada pensamiento y de cada
sentimiento, elaborar teorías, unificarlas
y hacer previsiones en consecuencia. La
especie humana, la única que es consciente de que ha de morir físicamente, es capaz
también de algo único entre las especies vivas de este Planeta, porque
tiene algo
esencial: conciencia moral. Puede juzgarse a sí mismo y establecer estrategias para el
desarrollo de su conciencia al margen de lo cultural y del adoctrinamiento que se ejerce
en este campo. Puede, por tanto, modificar su conciencia y elevar su grado de sutilidad
y de comprensión de la realidad y de sí mismo. No sólo puede sentir a Dios, su Creador,
mediante el proceso de purificación de su alma cargada (otra distinción con el alma pura
del animal) sino seguir indicaciones espirituales que le lleven hasta Dios pues puede
llegar a recordar su procedencia espiritual y seguir un camino para "volver a casa".
"Volver a casa", es el objetivo final de la experiencia humana en la Tierra.
Pero esta vuelta a los orígenes de donde procedemos precisa orden y disciplina, entre
ellas la oración, la meditación y la acción, empezando por el control sin represión de los
pensamientos, sentimientos, emociones.
Existen diversos métodos de meditación y de acción para el desarrollo de la conciencia,
y en especial en el caso de padres y profesores es de suma importancia el seguir alguno
de ellos para conseguir ese estado de plenitud y equilibrio necesarios para educar, pues
la educación es un proceso abierto donde educador y educando se perfeccionan en el
acto de educar. A través de diferentes reflexiones y ejercicios, los métodos de
ampliación de la conciencia
pueden ayudarnos a entender el sentido profundo de
nuestra vida o energía-vida, ligada al Cosmos material y espiritual, y ayudarnos a
racionalizar por qué es posible reencarnarse físicamente, pues si somos energía eterna
autoconsciente, ¿dónde estábamos antes de nacer?...¿Dónde estaremos al dejar este
cuerpo?...Estas preguntas necesitan respuestas que
Cristo ya nos dió y las iglesias
llamadas "cristianas" ignoran interesadamente mientras dan en su lugar respuestas sin
fundamento, como aquella barbaridad de la "resurrección de la carne" en su estado
original...
¿Y qué dice la Ciencia a todo esto?
La Ciencia habla de la permanencia de cualquier energía. Así que da la razón al
misticismo, y niega implícitamente la idea de la muerte del ser-energía-consciente y
sintiente que somos, pues aquello que se disuelve en la materia no es la conciencia que
la "puebla y dirige"mientras está en este mundo, sino que lo que se disgrega en el mundo
material es lo que está formado por partes, como sucede a la materia orgánica de
nuestro cuerpo físico. Y un día, hasta la materia desaparecerá, pues c0omo energía
condensada que es evolucionará hacia estados cada vez más sutiles.
Convenimos
con la Ciencia en
Sabemos desde Einstein,
que la energía se manifiesta
de múltiples formas.
que la energía es indestructible, eterna... Y por tanto,
nosotros, los humanos, somos energía con capacidad de sentir y transformarse libre y
voluntariamente, eternamente. Por tanto: Antes y después de nacer y de morir...(Nada
de lo que dicen las iglesias cuando afirman que el alma se crea para el cuerpo y no
preexiste antes del nacimiento es lo que dice Cristo, al que niegan también en este
punto).
Lo que no explica la Ciencia es la fuente de la Energía Universal manifiesta en nosotros
individualizada ( o Espíritu),de dónde proviene, qué tiene que ver con el alma o energía
individual "modificada" por cada uno voluntariamente, y por qué
sus leyes son tan
precisas que no dejan lugar a dudas acerca de su capacidad de actuar sabia y
armónicamente por todo el Cosmos, creando innumerables soles, galaxias, formas de
existencia, etc. en un Universo en continua expansión, según se ha demostrado por el
movimiento de alejamiento continuo de las galaxias entre sí, y especialmente porque no
cesan de aparecer otras nuevas galaxias, según se ha podido observar recientemente
¿De dónde puede prevenir esta dinámica constructiva y perfecta, de qué fuente
primordial?... Mientras el cristianismo originario nos habla de un Sol Central Primario –
Dios Impersonal- como fuente primordial de energía, cierto número de científicos,
incapaces de transferir los conocimientos descubiertos por la propia Ciencia al mundo
espiritual y basándose en leyes físicas materialistas ya anticuadas, niegan el orden
profundo y las leyes inalterables del Cosmos, eluden estos temas, así como el de la
inmortalidad de la energía
alma
humana, y
prefieren hablar del azar en el
funcionamiento global del Universo desdeñando las infinitas pruebas que lo desmienten
en forma de leyes de rigurosa precisión universal, y despreciando cuanto se refiere al
aspecto espiritual de la vida, como si tal cosa fuese tan solo un invento del cerebro, una
cuestión bioquímica, ignorando que la bioquímica orgánica es consecuencia y no causa
en la dinámica vital humana.
Un simple pensamiento provoca una reacción física inmediata, se manifieste o no al
exterior, y de continuo pensamos y lo que pensamos está impregnado de emoción que
actúa a nivel celular. Por esto puede hablarse del papel de las emociones en la salud y
en la enfermedad, de la curación por la energía, etc.
Algunos de los
llamados
"científicos", ante la ausencia
de instrumentos físicos
adecuados, y cargados por su parte de prejuicios y conocimientos dogmáticos religiosos
o culturales sobre la energía universal y su procedencia, dan al azar la validez de un
hecho incuestionable, concluyen que no es posible pensar en que exista una fuente de
energía de la que derivan las demás, así como
una inteligencia
ordenadora de la
energía universal, y atribuyen a la casualidad la existencia del Universo, de la llamada
"Gran Explosión", y de todo lo que existe en el cosmos con sus infinitas
formas de
expresión y sus propios códigos de existencia . Ignoran las profundas implicaciones de la
ley física de causa y efecto en el ser humano con sus infinitas variaciones individuales
a niveles que nuestra mente intelectual no está preparada para comprender si no es
capaz de elevarse a un adecuado grado de vibración y comprensión de la realidad
correspondiente Y, por supuesto, a regirse con las leyes de la Naturaleza.
Nada más anticientífico ni más absurdo para un científico, que creer en la casualidad
mientras dice
operar con el principio riguroso de la causalidad para demostrar
precisamente su espíritu científico y la veracidad de sus investigaciones. Si hubiese
pensado en profundidad y sin prejuicios socio-culturales o espirituales habría llegado a
plantearse la necesaria existencia de una fuente central de energía que rige todo el
Cosmos, lo mantiene, expande y ordena según leyes de las que apenas conocemos unas
pocas. Y eso, sólo referido a la materia visible del universo, que significa ¡tan solo un 5%
del total!...
Así que la Ciencia desconoce absolutamente qué es exactamente la materia "oscura"
que ocupa sin embargo el otro 95 por ciento del Universo conocido. No hablemos ya de
la llamada antimateria, o "doble" negativo de las partículas materiales, de los universos
paralelos posibles, o de otros mundos de energía pertenecientes a planos más sutiles.
Conociendo tan poco, muchos de los llamados científicos aún se atreven a negar la
mayor, la existencia necesaria de una inteligencia ordenadora y hablan
de la
casualidad, pero no de cualquier casualidad: hablan de una casualidad del tamaño
exacto del Universo, de una casualidad
increíblemente estructurada en todo caso,
infinitamente ramificada y compleja más allá de lo concebible y coordinada con otras
infinitas casualidades que permiten instante a instante la existencia de esta ingente
realidad en evolución que llamamos "Cosmos".Si tuvieran un espíritu verdaderamente
científico deberían, al menos, humildad y reconocimiento de su ignorancia. Y
considerarían otras posibilidades.
¿Cómo es posible que el orgullo, los prejuicios y la ignorancia puedan servir de base
para
argumentos científicos de ningún tipo? Desde luego, ni bastan para conocer el
Universo, ni -mucho menos- para negar la existencia de esa fuente de energía
primordial, que se manifiesta de múltiples maneras, que configura la realidad conocida,
a la que informa y que nos mantiene vivos eternamente a todos sus componentes, lo
cual, hasta como probabilidad científica, es mucho más creíble que la casualidad o el
azar como explicación de la existencia de la totalidad creada. Es más convincente
pensar en la continuidad de la energía esencial que mantiene cuanto existe, y que debe
sujetarse a leyes muy precisas, que el que esa energía sea producto de los caprichos del
azar. Y esto nos lleva de nuevo a hablar de Dios, pues la confusión sobre Él es causa de
ateísmo y desconcierto entre las personas. Dios no es el dios del Vaticano.
EL DIOS QUE NIEGAN LAS IGLESIAS Y LAS LECCIONES DE RELIGIÓN:
Estas reflexiones, nos llevan directamente
a replantearnos la idea de Dios, para nada
parecida al dios bíblico. Parece sencillo entonces asimilarlo a esa energía universal,
necesariamente autoconsciente, generosa en sus manifestaciones y su bondad y
altamente organizada, capaz de crear mundos y aplicar leyes que sobrepasan nuestra
capacidad humana de imaginar. Díos, en cualquiera de sus nombres culturales o
históricos, nos aparece así
como esa
supra-conciencia ordenadora y omnipresente,
conciencia a conciencia, ser a ser, uno a uno, científicamente necesaria, activamente
creadora, capaz de crear mundos con infinitas formas de vida organizada e
intercomunicados. "E hizo al hombre a su imagen y semejanza"...O sea: energía autoconsciente; libre ante todo, creativa, con capacidad de sentir e imaginar, con capacidad
de amar, pues el amor es un impulso creador y cooperativo a todos los niveles. Es el
impulso clave del Cosmos. La energía universal es, pues, para los que estamos abiertos a
entenderla, el Dios amoroso
de los mil nombres en las mil culturas, que nutre y
sostiene al Universo y a nosotros los humanos uno a uno, conciencia a conciencia, como
parte molecular energética del mismo. Dios es el Ser y nosotros formamos parte de esa
totalidad del Ser eterno autoconsciente, como las gotas de agua del océano forman al
mismo, y en cada una de ellas se halla la totalidad de los elementos que lo configuran.
En ese sentido, pertenecemos a Dios como la gota de agua a su océano: formamos parte
de Él tanto como Él forma parte de nosotros, aunque no seamos conscientes. Es la parte
pura de nuestra alma, la chispa de la vida en cada uno, por tanto no está "fuera", sino
que es omnipresente....La gota de mar no es consciente de su pertenencia, lo que no le
impide formar parte del conjunto. En esto, todos los místicos y verdaderos sabios de
todos los tiempos y en todos los continentes están de acuerdo: Somos partículas
energéticas del único Dios -Océano-Energía. Esta es una premisa fundamental, pues la
energía se expande por el todo el universo sin que haya un solo lugar vacío. El aparente
vacío que los científicos no observan está ocupado por el éter o energía invisible. Es
omnipresente. Por tanto, no existe la Nada. Todo es Ser, todo es energía activa.
¿Y cuales son las leyes por las que se rige el funcionamiento de la energía en el hombre?
Si pensamos un poco no pueden ser básicamente distintas a aquellas por las que se rige
el Cosmos, ya que es la misma energía. Las leyes de la Naturaleza son parte de esas
leyes. Los Diez Mandamientos son extracto de esas leyes; el Sermón de la Montaña
expresa esas leyes. La pregunta sería: ¿Cómo entrar en contacto consciente con ellas?
¿Cómo sentir su impulso en el interior? Simplemente practicándolas. No se puede
conocer a priori el valor de aquello que no se experimenta. Lo maravilloso de la libertad
humana nos permite elegir nuestras propias vivencias, elegir nuestro propio camino.
Incluso no elegir ninguno o ir directamente contra las leyes. (Y cada elección tiene sus
propias consecuencias, positivas o negativas, por la ley de causa y efecto.). Existen, en
todo caso, muchas vías. Entre ellas, el misticismo cristiano,- que poco tiene que ver con
el catolicismo y afines,- propone que el progreso espiritual se realice a través de la
oración, el trabajo y la práctica en la vida diaria del amor desinteresado para llegar a
Dios a través del Camino Interno. Es fundamental recordar aquellos preceptos de "Ama
a Dios sobre todas las cosas de este mundo", "Haz a los demás lo que quieres que te
hagan a ti", y "No veas la paja en el ojo ajeno y preocúpate de la viga que tienes en el
tuyo", tal y como expresan los Mandamientos y el Sermón de la Montaña....Otras
corrientes místicas indican otros caminos, pero ninguna niega la importancia del
anterior. En el fondo, cualquier forma de misticismo es válida para quien la practica
correctamente. Y cualquiera de ellas conduce hacia la paz y la unidad interna; hacia la
armonía de las gentes y de las naciones entre sí.
Formaría parte del trabajo del educador
moderno el conocer la Física cuántica lo
suficiente como para poder comprender algunas de las leyes del funcionamiento de la
materia-energía. Unido a lo anterior, el conocimiento del pensamiento místico en
algunas de sus manifestaciones más extendidas (cristianismo originario, hinduismo,
budismo o sufismo) podrá ayudar al responsable de educar a
comprender mejor el
mundo espiritual y a orientar convenientemente y sin fanatismo-cuando sea necesarioa las personas que educa. Sería muy adecuado, por lo mismo, la práctica de alguna de
esas corrientes, pues no puede educar el erudito, sino el sabio.
PARTE I
CAPITULO 10
¿CHOQUE DE CIVILIZACIONES O CONCIENCIA?
Cuando tanto se habla de "choque de civilizaciones", convendría aclarar a qué nos
referimos, porque este asunto es de vital importancia en estos tiempos de migraciones
multiculturales y estrechas relaciones vecinales entre personas de muy diferentes países
en casi todo el mundo, especialmente en el occidental. Esta situación
exige
ser directos y precisos en lo posible.
Seamos sinceros: más allá de "choques de civilizaciones", lo que chocan.-no nos dejemos
engañar-, son los egos (y negocios) de unos contra los egos y negocios de los otros, y la
falta de amor entre todos los que se rechazan unido a la falta de amor a Dios. Esos y no
otros son los ingredientes de ese llamado choque que nos coacciona en el paso hacia
una verdadera civilización mundial más allá de fronteras y creencias espirituales hoy
controladas y manipuladas por políticos y por jerarquías religiosas excluyentes.
Por decirlo de un modo gráfico, la falta de amor y de respeto mutuo como hijos del
mismo Dios es el origen de ese desencuentro de los cruzados con los ayatolás, por
decirlo de un modo gráfico. Interesa a los poderes de este mundo hablar en términos de
"choque de culturas", porque siempre acostumbran a esconder sus bajos propósitos bajo
la invocación de nobles palabras: Dios, Alá, Civilización, u otras como "derechos
humanos," "democracia"…en fin, palabras vacías, tapas del libro de sus malos propósitos.
Pero…un místico sufí jamás entraría en conflicto con un místico cristiano, y ninguno de
ambos con un verdadero devoto budista o hinduista por ejemplo. Y precisamente lo que
evitaría el conflicto es el sentimiento del amor : aman la libertad, la paz, el
altruismo y la misericordia como atributos de ese Dios común, aun con nombre
diferente. Ninguno de ellos mataría o mandaría matar a un semejante en nombre de
Dios ni robaría sus bienes, violaría, torturaría, y todas esas prácticas ordinarias de los
uniformados
de
traje
o
mente.
Semejantes
prácticas
son
siempre
dirigidas
por fanáticos de algo nivel y sus crédulos seguidores, que a la vez necesitan justificar
sus
aberraciones
y
lavar
su
conciencia
por
la
vía
que
sea:
tribunales
religiosos, terrorismo, cruzadas, ejércitos de pacificación, de liberación etc....Da igual
el nombre. El supuesto choque de civilizaciones es, pues, un falso concepto
propagandístico para ocultar de nuevo, (como viene siendo desde antiguo) bajo un
manto religioso o político la raíz venenosa de los fanatismos: la sempiterna opresión y
explotación de los débiles por los poderosos, en todos los lugares del mundo, en todas
las culturas y bajo la cobertura hipócrita de todas las religiones adictas al Poder que
jamás se declaran pacifistas para seguir formando parte del mismo bando y no
verse obligados a condenar a sus amigos, los responsables de genocidios, invasiones,
extorsiones, condenas a muerte, terrorismo y otras formas de barbarie.
¿Y cómo es en las escuelas y centros educativos?
¿Qué hacer ahí? ¿Es posible iniciar a los niños y niñas en la conciencia de la propia
energía como parte de la energía universal? ¿Es conveniente realizar prácticas que les
ayuden a entender los conceptos básicos de la energía en que se sustenta
la
espiritualidad, sin dogmatismos y sin manipulación de la verdad y la mente, (como
hacen las iglesias y credos fanáticos), a fín de conseguir equilibrio interior, salud y
armonía? ¿Es posible que un niño tome conciencia de su verdadero ser-energía?... Desde
luego. Posible y cada vez más urgente.
Esto ya se hace desde hace milenios en Oriente, en las escuelas de yoga y en el
budismo, así como en las culturas indias y en el de cristianismo libre y anticlerical en
Occidente, desde los cátaros y aún antes; desde que algunos cristianos tomaron
conciencia
de
que
el
cristianismo
había
sido
falsificado
por
los
seguidores
eclesiásticos de Cristo aliados a los emperadores y a los reyes del mundo... Pocos son
hoy los afortunados niños que reciben este tipo de enseñanzas en los hogares o en los
colegios de los estados laicos o aconfesionales. A lo sumo, reciben adoctrinamiento por
personal de las iglesias, pero eso no tiene nada que ver con la religión y mucho con la
institución que envía a sus misioneros.
Las diversas corrientes espirituales milenarias así como el Cristianismo Originario, sin
embargo,
reservan un espacio para educar a los niños en estos principios: descubrir,
experimentar y asumir el propio cuerpo; conocer y desarrollar el control de la mente,
identificar y educar las emociones y el comportamiento y vivenciar sentimientos de
cooperación, pacíficos y altruistas hacia todos los seres en los tres Reinos de la
Naturaleza. Se les enseña a comprender que el respeto a la vida es fundamental, hasta
el punto de no mirar a los animales como alimento, sino como seres naturales en
proceso individual de evolución según las leyes que rigen para todo el Universo, donde
todas las formas de existencia convergen hacia la conciencia plena del Ser. Ahora bien,
este es un asunto extraordinariamente delicado, donde las familias deben consensuar
con los maestros las directrices y contenidos que reciben sus hijos, hasta que estos
pueden hacerlo por sí mismos. No estaría mal que en las escuelas occidentales laicas y
aconfesionales (en teoría, pues siempre andan cerca los clérigos) se enseñara a pensar
con método y rigor, (¡qué menos!),a tomar conciencia del propio cuerpo y respetarlo, a
interiorizarse y tomar conciencia de sí, de las propias sensaciones y de las propias
emociones, y a expresar todo ello a través del aprendizaje de técnicas de relajación ,
de la experimentación de vivencias artísticas y para el desarrollo de una espiritualidad
libre de dogmas, ritos, ceremonias y sumisiones a jerarquías.
La expresión verbal, física, escrita y plástica, de lo que se piensa, se siente, se es, en
definitiva, conduce a conocerse y desarrollar sentimientos pacíficos y cooperativos
también en el seno de las propias familias. El objetivo final de estos aprendizajes es
conocerse a sí mismo y vivir, -se esté donde se esté - el sentido de la responsabilidad,
el agradecimiento y el respeto a lo diferente y a los demás como hermanos que somos en
un universos compartido del que formamos parte átomo a átomo, independientemente
de nuestras ideas religiosas.
Una ignorancia programada
Deben los más jóvenes aprender a
resolver con éxito sus conflictos personales y
sociales y hemos de proporcionarles las vivencias, los conceptos y las herramientas
adecuadas por medio de una educación emocional y social apropiada. Estos son
excelentes remedios de grandes beneficios personales y sociales para la colectividad: un
paso imprescindible, y más allá de ideologías concretas. Parece fácil de comprender,
pero ¿por qué resulta tan difícil?... ¿Falta de interés de las familias y responsables
ministeriales? ¿Falta de interés de los profesores por aprender técnicas tendentes a estos
fines y llevarlas a cabo? ¿Presiones religiosas externas?... ¿Ignorancia generalizada? Un
poco de todo, y una gran dosis de inercia histórica.
Dejando claro que la enseñanza de una religión concreta pertenece al ámbito privado
familiar, y ahí debería quedarse, resulta extraño a la razón ver a los gobiernos
subvencionar a credos religiosos que envían sus misioneros a las aulas. El hecho es que
en ellas no se suelen realizar prácticas que conduzcan más allá del adoctrinamiento que
interesa a la respectiva religión. Y los adoctrinamientos son fuentes de fanatismo.
La verdad es que prácticamente nadie enseña a los pequeños a madurar en esos
aspectos que acabamos de señalar anteriormente, ni siquiera a conocer y a controlar
progresivamente,
científicamente,
su
mente,
a
pesar
de
que
viven
una
educación intelectual. (¿Deberían aprender a liberarse de su ignorancia y de sus
limitaciones por ciencia infusa?).
En las escuelas se estudian diversas formas de energía: eléctrica, solar, térmica,
hidráulica... Pero, ¿por qué se descuida profundizar en la propia? Ni siquiera se respeta
un tiempo suficiente entre clase y clase para que los cerebros de los más
jóvenes desconecten de una materia antes de pasar a la siguiente. Un profesor sucede a
otro y a otro, sin apenas respiro y sin haber hecho la "digestión" mínima de lo que se
acaba de aprender. Ni se enseñan técnicas para el desarrollo intelectual, ni apenas
técnicas de estudio, ni ejercicios para ir adquiriendo progresivamente control sobre los
pensamientos y emociones, de los que hay mucha bibliografía ya en el mercado. No se
implica al alumno en estos procesos que podrían motivarle mucho... ¿Por qué los
maestros no aprenden estas cosas en la Universidad, ni siquiera como técnicas de
estimulación de aprendizajes?... ¿Por qué no existen escuelas para padres donde se
informen de estas cuestiones? Porque no interesa a los Gobiernos formar ciudadanos de
espíritu libre.
Y volviendo al punto anterior:
¿Cómo alcanzar la comprensión de la propia energía? ¿Se puede experimentar de algún
modo la energía vital, personal? Podemos o no interesarnos por estas preguntas, pero
solemos estar de acuerdo cuando escuchamos que quien controla su mente y su
energía, controla su vida. Este asunto es sustancialmente importante por lo que
respecta a la salud mental y física, y los educadores deberíamos empezar por conocer
y dominar técnicas sobre el uso de la propia energía para bien propio y para enseñar a
otros. Esto evitaría mucho estrés entre el profesorado y muchos conflictos innecesarios
en las aulas. Pero para empezar, hemos de creer en que esa energía es visible,
experimentable, tiene carácter científico, y puede ser útil para conocernos mejor y
ayudarnos unos a otros, cualidades estas que la mayoría inmensa de maestros se
asombra al escuchar...No digamos muchos padres, sin mencionar a la propia
administración educativa. En otras partes de este trabajo se menciona la cámara Kirlian,
donde se hace visible el aura o cuerpo energético-cromático que nos envuelve. Eso,
entre otras aplicaciones, hace posible la existencia de la cromoterapia o curación a
través del color visible en cada aura humana particular.
Sé lo difícil que resulta incorporar conceptos nuevos a la educación hasta que sean
compartidos por algún ministerio progresista, muchos profesores y las familias, (y
bendecidos por la televisión, dicho con la máxima ironía), pero es necesario dar este
salto en busca de formulaciones educativas
e
que recojan el progreso humano
incorporen a la mente de las nuevas generaciones conocimientos adquiridos por
diversas vanguardias culturales, espirituales y científicas, y que conviene difundir y
explorar experimentalmente para evitar que la evolución de la conciencia de la
humanidad quede anquilosada en fórmulas decadentes fracasadas (como las de la
educación llamada tradicional ) , en conceptos rígidos heredados del pasado, y en la
penumbra de la ignorancia. Se trata de proporcionar nuevos horizontes a las mentes de
los más jóvenes que les motiven para su aprendizaje y para alcanzar una visión positiva y
altruista de la vida, alejada de los viejos tópicos de los adoctrinamientos sociales o
religiosos. Hemos de llegar a superar el falso dilema "Fe o Ciencia," porque la fe tiene
sobrados fundamentos científicos y la ciencia se dirige hacia la destrucción si no está
fundada en la realidad espiritual de un Cosmos originado, orientado y sostenido en el
poder, la inteligencia y el amor de Dios.
Cuando no se acepta la realidad espiritual del universo, los científicos se dedican a
imitar a ese Dios en quienes no creen, produciendo, claro es, engendros como la
clonación, los experimentos con células-madre, los alimentos transgénicos y otras
formas degradante de hacernos creer que la Creación es imperfecta y mejorable por
ellos (los nuevos dioses en los que creer), mientras el "grueso"de las investigaciones de
estos "diosecillos" va dirigido a la creación de productos cada vez más sofisticados que
permitan a las naciones más ricas y poderosas controlar de muy diversos modos y con
menos riesgos a las más débiles. Controlar no solo sus cuerpos sino sus mentes.
En un capítulo de este libro se expondrán ciertas prácticas muy sencillas llevadas a
cabo en un colegio público en España para ilustrar algo de lo mucho que se puede hacer
en este terreno.
De la ciencia y la conciencia
Para un educador es muy importante tener un sentido crítico desarrollado en este
terreno y desenmascarar ante los pequeños y jóvenes el consumismo y
todo lo que los
medios de comunicación, en manos de gentes que no tienen en cuenta a
Dios, consideran científico o útil... Por tanto, un educador necesita poseer una buena
información sobre la ciencia y poseer criterio propio ante lo que en nombre de esta se
hace. Así mismo, si es un pedagogo, necesita disponer de los medios técnicos necesarios
y del espacio adecuado ( que tan a menudo falta en tantos centros de enseñanza), para
poder realizar con los alumnos sencillos experimentos que les ayuden a comprender la
realidad y a desarrollar el gusto por la investigación y la búsqueda del conocimiento en
todos los aspectos de la vida, tanto como a rechazar los dogmas de todo tipo (religiosos,
culturales, políticos, científicos) que a diario se nos intenta hacer pasar por los
diferentes brazo del poder laico o religioso como válidos e incuestionables. El desarrollo
del espíritu científico crítico lleva al desarrollo del espíritu crítico en general y
posibilita el progreso del conocimiento y facilita el camino hacia la sabiduría, pues el
verdadero conocimiento no es patrimonio de los señores que investigan aquello que les
dictan sus amos, como es el caso de los científicos modernos como asalariados de
empresas multinacionales o Estados militaristas… La sabiduría, pues, está muy lejos
de ser patrimonio de los científicos, que, en el mejor de los casos, sólo pueden llegar al
escalón del conocimiento y aún así los parcelan y mutilan. Sesgar los conocimientos,
parcelarlos, explotarlos en perjuicio de la humanidad, como sucede con la ciencia
aplicada al llamado "progreso", nos ha traído el cambio climático, refinadas tecnologías
bélicas y de control mental y otras negras consecuencias con no menos negras
perspectivas irrevocables. El fruto de la Ciencia cuando ignora a la Conciencia no es más
que la muerte de la que hipócritamente dicen querer salvarnos los mismos que nos
conducen al caos mundial.
En resumen, lo que significa el tan traído y llevado concepto de "choque de
civilizaciones" no es más que choque de intereses de poder que niegan a las gentes su
derecho a conocerse, a evolucionar en el sentido del bien, a saber la verdad que
subyace y trasciende a la Ciencia y a utilizar la Conciencia espiritual basada en las leyes
divinas del Amor como elemento de relación entre personas y naciones. Y cuando no
existe esto no sólo chocan las civilizaciones, sino que cada uno se enfrenta con
cualquiera que tenga a su alrededor.
PARTE I
CAPITULO 11
LA MOTIVACIÓN
Cualquier cosa que sintamos, cualquier cosa que pensemos, cualquier acción que
realicemos, lleva impresa una energía desencadenante, un impulso consciente o
inconsciente. A esa energía la llamamos "motivación".Es, por tanto, una energía causal.
La fuerza de ese impulso energético va a determinar, en principio, el grado de
materialización
de esos nuestros pensamientos, sentimientos, o actos. Y el contenido
emocional de ese impulso va a determinar a su vez la cualidad de los resultados.
Existen dos tipos de motivación: la espontánea o inmediata y la mediata o de fondo.
Ambas suelen estar unidas, aunque sea esto vivido inconscientemente por la persona.
Por ejemplo si me gustan los animales (motivación de fondo, o lejana), no comeré su
carne, aunque figure como menú principal del mejor hotel. En este caso careceré
también de motivación inmediata cuando el camarero me ofrezca la carta.
Supongamos ahora que me acompaña un cliente con el que estoy dispuesto a cerrar un
importante negocio, y que me ha invitado a un restaurante, famoso por sus carnes
cocinadas, como una manera de celebrar el éxito de nuestro negocio y de agradarme,
pues parece que desea mi amistad. ¿Cambiará mi conducta? De pronto, a la motivación
mediata para abstenerme de carne le ha salido un elemento contradictorio que la pone a
prueba. ¿Seguiré fiel a mi impulso original, por el que de buen grado hubiera elegido un
restaurante
vegetariano
con
diferencia?
¿O
debo
considerar
ahora
que
la
probable amistad, que deseo, y el buen momento de mi relación comercial me
aconsejan dejarme llevar y pedir un plato de carne? ...(¿qué haría usted?)... Lo que
usted hiciera dependería de la intensidad y grado de aceptación profunda de la
motivación mediata. Si fuera lo bastante fuerte, tal vez podría proponerle amablemente
a su amigo ese restaurante vegetariano de cocina biológica que usted conoce, donde va
a probar algo muy especial y diferente a los menús tradicionales. Tal vez eso motive a su
cliente, a través de la curiosidad (motivación inmediata), a acompañarle con gusto al
restaurante alternativo, a pesar de carecer de motivación mediata al no sentir por los
animales el amor suficiente para no comerlos.
La intensidad de la motivación por algo va a determinar nuestras actuaciones mientras
no aparezca un nuevo estímulo que nos despierte una motivación nueva, (la curiosidad
en el que come carne).
Supongamos ahora que tenemos un niño sentado ante el programa de dibujos animados.
La expresión de su rostro, sus movimientos y gestos relacionados con lo que ve, nos
indica que está muy interesado, la motivación es intensa, y participa física, mental y
emocionalmente sin esfuerzo alguno que haga necesaria la intervención de la voluntad.
Sin embargo, si alguien viene y cambia de canal observamos cómo la actitud del niño
cambia: se enfada, protesta, e intenta volver a la situación anterior que le producía
placer. La frustración que refleja evidencia el conflicto motivación-represión. De modo
que encontramos un nuevo elemento asociado a la motivación: no me motiva algo
que no vaya a resultar un placer para mí. Por ejemplo, hace mucho calor, tengo sed y
alguien me ofrece un refresco. Me motiva la necesidad de refrescarme a causa del
intenso calor. Esa necesidad desaparece en cuanto me he bebido el refresco, lo que me
descubre una motivación pasajera para actuar. Aquí tenemos una motivación inmediata,
pero fugaz, que condujo a una acción de corta duración, pero (y esto es importante)
dejó huellas psíquicas en mi cerebro, por lo que me predispone a repetir la acción
anterior en parecidas circunstancias. Igual sucede, pero a la inversa, con las huellas
psíquicas negativas que dejan en nuestra psique las experiencias desagradables, que
provocan como mínimo el desinterés y no nos motivan más que a huir de ellas.
Vemos, pues, cómo existen motivaciones negativas y positivas que despiertan nuestro
interés por acercarnos o huir de los objetos según sea la impresión que recibimos y las
experiencias que tengamos con ellos.
Detengámonos un instante sobre todo lo dicho pensando en un niño sentado en su
pupitre.
Los anteriores ejemplos, aunque sencillos, nos colocan ante las preguntas siguientes:
¿Es posible realizar algo sin motivación, sea esta inmediata o mediata?... ¿Qué precio
pagamos cuando se nos impone algo para lo que no estamos motivados?
¿Es rentable el movimiento de la mente de cualquiera por aprender algo sin que ese
"algo" suponga para el sujeto, antes o después, algún tipo de recompensa, de placer?
A la primera pregunta podemos contestar con un sí rotundo. Pero tal cosa no es posible
sin una fuerza exterior que obligue, sin una coacción contra los intereses de quien no
está motivado. Entonces, si no existe motivación, y alguien hace algo en contra de su
voluntad inicial, es que existe una imposición. Y en esto consiste el método autoritario:
en imponer desde fuera algo que un sujeto debe hacer por apremio de alguien externo
a él y a su propia motivación, la cual se desprecia. Y de paso, se desprecia al alumno
como persona que tiene derecho a elegir, que base de la evolución humana y base de la
democracia).
¿Se da a los ciudadanos la posibilidad de discutir sobre modelos de enseñanza
posibles?... ¿Se les informa siquiera sobre los problemas existentes?... ¿Se motiva a los
profesores para la investigación en modelos que pudieran dar un vuelco a los sistemas
trasnochados del escolasticismo e "industrias afines"?... No a todo. Es mejor para los
gobiernos discutir en pequeños círculos de iniciados nada menos que el futuro de un
país, cuya base es la educación. Tras las discusiones en "petit comité", se decide siempre
un nuevo sistema de enseñanza que se impondrá por ley a padres, profesores y alumnos.
Y ese sistema de educación producirá profesionales de la educación histórica y
culturalmente desmemoriada y desprovista, por tanto, de capacidad crítica y afán
renovador. Serán simples funcionarios del Sistema.
A continuación y con respecto a los planes de enseñanza aplicados en la escuela,
podemos preguntarnos:
¿Produce placer algo que se hace por imposición? No creemos. ¿Se recuerda
luego?...Tenemos razones para dudarlo.
Sabemos que el inconsciente siempre quiere olvidar lo desagradable y eso forma parte
de los contenidos ocultos de nuestras almas.
En el ejemplo del niño que ve absorto y feliz la televisión tenemos la certeza de que
sentirá interés por el programa del día siguiente, y querrá verlo de nuevo, pero también
la tenemos de que si alguien le obliga a ver ese mismo programa, aunque le guste,
u otro programa diferente de un modo autoritario, sin contar con su opinión, sin
interesar su motivación, rechazará en esta ocasión el programa que se le impone, y
además le quedará la huella negativa en la memoria, y lo volverá a rechazar cada vez
que se le proponga, a no ser que cambie el sistema de actuación de quien lo propone y
le descubra que ese nuevo programa es más interesante, divertido, etc. que el que veía
anteriormente. En este caso, una motivación más fuerte sustituye a la primitiva. Ha
habido un cambio de motivación por persuasión, y no por disuasión e imposición, como
hace el método autoritario.
El estilo autoritario anula toda posible motivación positiva, y hace aparecer en cambio la
motivación negativa basada en el miedo como elemento CLAVE. ¿Y quién puede darnos
miedo? El que es más fuerte, el que puede hacernos daño, el que puede quitarnos algo
que estimamos, el que puede hacernos sentir infelices o víctimas si desobedecemos esa
presión que nos obliga a actuar contra nuestra voluntad, rendida ya por este factor
negativo... Entonces, bajo esta presión negativa, actuamos sin ser nosotros mismos, sino
que la motivación impuesta del otro nos mueve. Y hasta podemos llegar a sentirnos
culpables si no queremos seguir el camino trazado y nos declaramos en rebeldía... Así
somos condicionados, tanto en el medio familiar, como en el mundo social. Profesores,
alumnos, ciudadanos todos. ¿No es este factor, también, un elemento determinante en
las relaciones de maltrato familiar, en los episodios de mantenimiento de la violencia en
los hogares? ¿No es este un elemento que impide cualquier tipo de libertad?...
Los gobiernos saben todo esto y lo utilizan como medio de mantenerse en el poder. Es
notorio cómo se siembra entre la población americana en los USA el miedo al terrorismo
después del atentado a las torres gemelas. En esta situación es fácil no sólo que el poder
se corrompa más, fuera del control de los ciudadanos que ven cómo su vida cotidiana se
militariza, sino que es la democracia misma la que acabará por corromperse del todo en
manos de multinacionales y clanes de poder económico-financiero-militar. Un pueblo
amedrentado no es sólo un pueblo silenciado, sino también un pueblo dividido, donde
cualquier vecino puede ser sospechoso. La consecuencia más nefasta de este proceso
degenerativo social es que el pueblo acaba por carecer de cualquier interés en aras de
un bien común superior. La apatía, la censura, la autocensura, la manipulación
informativa,
los
conflictos
permanentes
de
índole
diversa,
el
escapismo,
el
individualismo egocéntrico, son algunos de los síntomas de desmotivación social y falta
de metas positivas comunes entre los gobernantes y los ciudadanos. Esto no es
obstáculo, en absoluto, para que la gente, llevada por el miedo, vote a los más
violentos por creerlos más fuertes. Pero esto mismo refuerza lo dicho: no existe un
proyecto social positivo compartido.
¿Y cómo es todo esto en el campo del aprendizaje?
De entrada, muchos maestros son autoritarios, bien por carecer de recursos ante las
posibles conductas de los estudiantes, bien por complejos personales y debilidades de
carácter
que se intentan
disfrazar con el autoritarismo, bien por falta de
conocimientos, entre otras razones.
El autoritarismo de los profesores practica el miedo como motivación negativa de la
conducta colectiva, produce apatía, división y suspicacias entre unos y otros, favorece la
pasividad y el individualismo, así como la aparición de los "chivatos", los "favoritos", los
"descolgados", y la conciencia de todos de vivir en una selva de acero en la que si falta
el jefe con su vara de mando ya no existen reglas.
Igual sucede curiosamente en los primeros tiempos de la caída de los tiranos. Una vez
desaparecidos estos, las gentes se aplican renovadamente a sus tareas cotidianas con
la motivación interior del que desea coger las riendas de su vida, respirar un aire nuevo
y libre donde el miedo ha dejado de existir, como sucede a los alumnos del profesor
autoritario cuando alguien les anuncia que ya no volverá más a clase. He aquí una
reacción natural que abre nuevas puertas, reconstituye la unidad emocional perdida
como ciudadanos y conduce a una motivación inmediata para el cambio a mejor. Sin
embargo, aparece un elemento contradictorio: acostumbrados a abdicar de su libertad y
de sus iniciativas ante los tiranos, la gente se queda durante un tiempo tan motivada
para los cambios como desconcertada por falta de experiencia de vivir en libertad, y el
miedo se prolonga mucho más tiempo del necesario, así que siempre los cambios se van
haciendo con más miedo que prudencia. Esto sucede siempre en la Historia y en la vida
social y familiar. Y desde luego, en las escuelas.
Cuando hablamos de la motivación para el aprendizaje por parte de los estudiantes
tendremos que tener en cuenta que cuanto más jóvenes sean éstos, más tendremos
que recurrir a motivaciones inmediatas apelando al conocimiento de sus intereses y de
su personalidad toda, donde lo emocional y lo experiencial tanto cuenta, para permitir
que afloren sus motivaciones mediatas, sus necesidades ocultas. Aquí es importante
señalar la importancia de que el profesor ponga al alumno emocionalmente de su
parte por un lado, (la empatía con el profesor constituye de entrada un factor casi
esencial de motivación para el aprendizaje) y por otro, resaltar el papel de la familia
como fuente de información privilegiada sobre la personalidad de los alumnos, y sus
motivaciones mediatas. Y cuanto más intensa sea la motivación de todos a cualquier
edad, más interés existirá para:
1. Aprender.
2. Conservar en la memoria lo aprendido.
3. Experimentar placer en el aprendizaje.
4. Eliminar problemas de disciplina en las aulas.
5. Interesarse por practicar lo aprendido.
6. Aceptar gustoso los nuevos aprendizajes.
7. Mantener actitudes colaboradoras y participativas evitando la sumisión,
en todo momento del proceso de aprendizaje.
En los colegios se comete a menudo el error de pensar que los niños deben poseer una
motivación mediata lo suficientemente fuerte como para inclinarles al esfuerzo que se
les exige momento a momento. Se cree que deben venir motivados de fuera para cada
aprendizaje. Y además se considera habitualmente que las buenas notas de un
ejercicio, un examen, o el premio familiar de fin de curso son lo bastante buenos
reforzadores del interés por aprender. No se puede negar que pueden hacer un efecto
tan inmediato como limitado, pero la motivación aplazada, esa queda muy lejos en la
mente del niño-a. Y como esta no es suficiente, se acude con más facilidad a las
regañinas, castigos u otros
reforzadores negativos. Todo esto son, sin embargo,
problemas de difícil salida y fuente de
fáciles errores a medida que se prolonga la
situación... Errores que tienen un precio: los niños se desmotivan, los profesores se
estresan, los rendimientos académicos bajan, las familias andan descontentas. Y cuando
se acumula mucho fracaso educativo, se cambian los planes de estudio. El Sistema se
lava un poco la cara, pero apenas si cambia realmente algo más que los libros de texto.
A todo esto, el trabajo realizado y estresante para todos se olvida fácilmente por falta
de motivación. Nadie tuvo que motivar al niño que veía los dibujos en su televisor. Nadie
tiene que motivar a un niño que juega un juego adecuado a su edad. Esto demuestra una
vez más la importancia que tiene en las escuelas, y también en el medio familiar, como
medio de motivación mediato, proporcionar estímulos adecuados
para la acción
inmediata buscando en la personalidad, en las emociones y en las experiencias del
estudiante elementos "de arranque" a partir de los cuales se pueda hacer una tarea de
construcción de nuevos conocimientos y experiencias, pero teniendo en cuenta la
necesidad de que todos esos conocimientos y experiencias queden integrados de nuevo
en la personalidad y en el campo emocional del estudiante, sin caer en el conductismo,
esa execrable manipulación de la conducta humana, o en el autoritarismo, esa
execrable filosofía de la relación manipuladora que constituye la base conceptual de las
sociedades autoritarias, fuertemente clasistas y antidemocráticas.
Motivar el aprendizaje respetando la personalidad, los intereses y necesidades de quien
necesita ser educado, pero atentos a su calidad, y ayudar a descubrir la verdad como
algo que se vive con alegría es una tarea fundamental para cambiar el signo del fracaso
escolar, para educar hacia la verdadera democracia, para formar personas libres, y no
súbditos silenciosos y desposeídos de su personalidad, que han renunciado a hacer
proyectos sobre sí mismos en aras de los proyectos de otros más fuertes que van a
dirigir su vida desde la escuela hasta el día que dejen este mundo.
La escuela no presta habitualmente demasiada atención a estas cuestiones. Tampoco las
instituciones educativas se preocupan de estos asuntos más allá de una superficialidad
que se queda en declaración de intenciones, papeles que inundan los despachos, y
alguna que otra experiencia testimonial, inconexa, sin trascendencia, puntual. Y así
vamos.
PARTE I
CAPITULO 12
DESCUBRIENDO LA ENERGÍA PERSONAL
(RELATO DE UNA EXPERIENCIA DE AULA)
Una sola energía sostiene la naturaleza y el conjunto del Universo; una energía en
diferentes grados de vibración y manifestación. Entre la energía condensada que resulta
ser esto que llamamos "materia",y la energía más sutil que podemos concebir, sentir,
cada uno de nosotros, como cuerpos de energía, únicamente existen diferentes niveles
de vibración de esa única energía a la que llamamos Dios. Cada nivel tiene una
determinada
frecuencia
vibratoria
y
una
determinada
longitud
de
onda,
lo
cual determina que existan diferentes formas de manifestación de la materia. Así
podemos comprender que un mineral, por ejemplo, resulte de una vibración de energía
de baja frecuencia, mientras que la luz, los colores, correspondan a una vibración de
alta frecuencia, con todas sus gamas intermedias.
Somos
un
cuerpo
de
pensamientos-energía.
Continuamente
pensamos
y
experimentamos sensaciones, sentimientos, etc. que, a continuación emitimos con una
determinada frecuencia, la nuestra, como una emisora de radio.
Cada pensamiento se manifiesta, como energía, con un color determinado, según la
frecuencia con que es emitido por el emisor. Así, un pensamiento de baja frecuencia
sería oscuro, mientras uno de alta frecuencia, sería claro y luminoso, dependiendo de
cómo el que piensa sienta y actúe; por tanto, dependiendo de su estado de conciencia,
y, en última instancia de su nivel de conciencia personal.
Una persona alegre, una persona espiritual y positiva elaborará pensamientos luminosos
de alta frecuencia, mientras una persona triste, negativa o preocupada, elaborará
pensamientos de baja frecuencia, y, por tanto, colores apagados, oscuros, sucios, etc.
Todo eso se manifiesta en formas de conducta y estados de salud o enfermedad.
Esos colores que elaboramos a través de nuestros pensamientos y emociones, de
continuo nos envuelven, nos rodean a modo de huevo cromático, y a esto se le llama
aura. El aura de una persona nos da información sobre su estado de salud o enfermedad,
su estado anímico... No es una invención de tipos esotéricos o videntes que suelen ser
sinónimo de fabuladores, sino que ha sido comprobada también desde hace mucho más
de medio siglo con la cámara fotográfica Kirlian, y se encuentra fuera ya de toda duda
científica, aunque es conocida desde la más remota antigüedad en India y China. Pero
además, los niños pueden verla en vivo y en directo cuando observan las formas de vida
a su alrededor: personas, animales, o plantas. O a sí mismos en un espejo.
Los colores proceden de la descomposición de un sólo color que los contiene a todos: el
blanco. Los distintos colores obtenidos desde la descomposición de la luz blanca existen
por tener diferentes longitudes de onda. Todo esto es sabido.
Nuestros colores identificativos, los colores de nuestra aura, pueden ser vistos, aparte
de la cámara fotográfica mencionada, por adultos entrenados convenientemente y por
un número aún más importante de niños, ya que los niños desde pequeños, cuando miran
a una persona, la ven envuelta en su "huevo cromático", y esta es la razón por la que
niños muy pequeños no miran directamente al cuerpo físico de un recién llegado, sino
alrededor, mostrando agrado o desagrado inmediatamente, lo que hace sospechar que
perciben su vibración electromagnética a través de los colores que observan en su aura.
Como los adultos estamos imbuidos aún de prejuicios y no damos importancia a este
hecho, la mayoría de estos pequeños dejan de ver los colores del aura poco a poco, y,
finalmente olvidan que los vieron alguna vez. Conocemos experiencias de niños que
fueron llevados al médico por sus padres debido a su exquisita capacidad de percibir el
campo electromagnético más allá de la materia burda, creyendo todos ellos que algún
mal aquejaba a su vista. Sin embargo, su capacidad de ver era perfecta, como
demostraban finalmente los resultados exploratorios." ¡Y tan perfecta!", podríamos
añadir...
En
el
libro
"Las
enseñanzas
de
D.
Juan",
el
biólogo
norteamericano
Juan
Castaneda narra cómo aprendió de don Juan, un viejo indio mejicano de la tribu yaqui,
que se convirtió en su maestro iniciático, esta experiencia de estar envuelto en un halo
de colores precisamente
de forma ovoide, y se le cita también aquí porque en sus
enseñanzas se pone en cuestión el pensamiento occidental materialista, y por ello han
servido de ayuda a muchos buscadores espirituales.
CUANDO LOS NIÑOS TOMAN CONCIENCIA DE SU ENERGÍA
La introducción anterior, aunque larga, era necesaria para poder comprender dentro de
un
contexto
científico,
y
ajeno
a
interpretaciones
de
índole
esotérica
la
experiencia que se expone a continuación, y que fue realizada con diferentes grupos de
niños de entre ocho y diez años en dos escuelas públicas en España entre los años 2000
y 2003 (.La elección de edades no quiere decir que sean una condición esencial).
La ocasión para iniciar estos experimentos se justificó por las clases de educación
artística y por el estudio científico del ojo humano, con lo cual se consideró por todos
como un ejercicio de aplicación de los conocimientos adquiridos. En este terreno
conviene ser cuidadosos y considerados con todos.
La primera sorpresa surgió cuando los niños tomaron contacto con los colores que tras un
rato de observación percibían alrededor de una de sus manos colocadas sobre un folio
blanco. A los pocos minutos de observación atenta, y tras unas pocas respiraciones
abdominales para relajarse, veían con claridad que lo que parecían inicialmente
sombras junto a sus
dedos iban adquiriendo tonalidades, y finalmente, colores
concretos. El entusiasmo era general en todos los casos. Siempre acababan interesados
unos y otros por los colores de sus compañeros y amigos, que se dibujaban sobre el folio
blanco, extendiendo las manos con los dedos abiertos, a cuyo alrededor iban dibujando
lo percibido en capas concéntricas, desde los más intensos a los más suaves. Algunos,
percibían mejor sus dedos individualmente, y así pintaban su alrededor.
De aquí fue fácil pasar a la observación directa de un compañero-a situado delante de
un gran papel blanco que servía de pantalla de fondo. De este modo fueron pasando
por la pantalla los niños y niñas del grupo-clase, alcanzando algunos tal capacidad de
visión tras unas pocas experiencias que ellos mismos se asombraban, y todos querían
observar y ser observados por sus compañeros para averiguar sus colores.
Para realizar el experimento de un modo que fuera lo más objetivo y científico posible,
se colocaban los niños en sillas separadas lo suficiente como para evitar el
informarse los unos a los otros durante el experimento, y entonces comenzaba la
observación. Al finalizar, se comprobaban los resultados, y esto es lo que pudimos
constatar a lo largo de estos experimentos: Los colores que ellos veían no tenían las
mismas tonalidades que las de sus cajas de colores, por muy completas que fueran, sino
que eran más sutiles, más brillantes y más bonitos.
Algunos niños tenían los colores muy pegados a su cuerpo, configurando una cinta
estrecha, apenas expandidos, mientras que otros mostraban una ancha estela luminosa
que se expandía alegremente alrededor de su cuerpo físico. Esto nos llamó bastante la
atención, de modo que se nos ocurrió comprobar si la relación entre emociones y colores
justificaba este comportamiento.
Efectivamente, pudimos ver que los niños más alegres y positivos mostraban: a) colores
más luminosos; b) mayor riqueza cromática; y c) mayor expansión de su aura. Algunos
mostraban tonalidades doradas o plateadas que llamaban la atención a los propios niños
observadores. Sin embargo, los colores de los niños con menor vitalidad y peor salud y
humor resultaban menos luminosos, más "sucios", menos expandidos y de menos
tonalidades en comparación con los del otro grupo. Además aparecía el gris, color que se
relaciona siempre con estados de baja vibración, de decaimiento emocional.
Los profesores que quisieron participar y se sometieron a la experiencia de la pantalla,
vieron con asombro cómo sus estados de ánimo eran captados enseguida por los niños
observadores, independientemente de su expresión corporal o verbal externa..
El porcentaje de coincidencias observado tanto en los colores como en el grado de
intensidad de los mismos por los diferentes alumnos y alumnas se aproximaba al 80 %,
lo cual nos indicaba su fiabilidad.
El siguiente paso fue realizar esta experiencia en casa, con los animales domésticos, y
en las plantas y árboles a las que podíamos acceder. Y esta experiencia demostró a los
niños que los animales y plantas también tienen colores a su alrededor, al igual que
ellos mismos.
Los colores visualizados como más frecuentes fueron los siguientes: rojo, rosa, naranja,
verde, amarillo, azul, lila y violeta. Aunque la inmensa mayoría de los niños que hicieron
la prueba (alrededor de 100, pertenecientes a diferentes clases), tenían en su aura la
mayoría de los colores, en los más vitales y nerviosos destacaba más el rojo; en los más
intelectuales el amarillo; en los más relajados, el verde; en los más cariñosos, el rosa;
en los más bondadosos, el azul; y en los más tristes aparecían tonos de gris, o incluso
negro. Sólo en dos niños pudimos apreciar tonos dorados que cabe atribuir a unas almas
de especial desarrollo.
Introducidos ya en el tema realizamos el siguiente juego: nos colocábamos por parejas.
Uno observaba atentamente al otro, que, con los dedos enfrentados tocándose por los
extremos sobre un fondo blanco o azul (el azul del cielo era perfecto) los iba separando
muy lentamente, hasta ver cómo entre ellos se iban dibujando unos haces de luz
continua con la que se proyectaba de cada dedo. Una vez visualizados los haces de
luz por los dos componentes de la pareja, uno de ellos introducía su dedo índice como
si fuese un gancho y se "llevaba" visiblemente la luz de entre los dedos del otro, que se
curvaba con el mismo efecto que si hubiesen sido finas gomas en vez de corrientes de
fotones lo que se manejaba.¡ Descubrieron que jugaban con su propia energía!
Ahora faltaba por determinar, para concluir la experiencia, qué significado tenían los
colores,
y
qué
partido
podíamos
sacar
en
nuestra
vida
cotidiana
a
este
interesante descubrimiento.
Tuvimos que recurrir a la bibliografía existente sobre el tema y que se acercara
a lo experimentado por nosotros. Vimos que existían algunos libros interesantes en el
mercado. Excluimos para nuestro propósito los que tenían que ver con la sanación por
los colores (Cromoterapia) por no ser ese el objeto para la experimentación,- aunque sí
pudiera servir de auxiliar del conocimiento de los pequeños y ayuda para padres y
profesores. Así, elegimos algunos de ellos, que relacionan los colores del aura con la
personalidad, y figuran en nuestra guía bibliográfica final.
Con los datos aportados, los niños aprendieron a conocerse desde otro punto de vista, y
los padres y algunos profesores más receptivos se mostraron muy interesados por esta
experiencia, que luego se comentaba en las asambleas con padres y madres como algo
nuevo y curioso.
Conservo numerosos folios con dibujos de manos de niños envueltas en sus colores, que
para un cromoterapeuta podrían ser de utilidad para un diagnóstico a distancia, y para
un psicólogo, un profesor o un padre interesado una fuente de información adicional
sobre carácter y tendencias emocionales de la personalidad.
Saque cada uno su propia conclusión sobre este trabajo del color aplicado a la vida, vea
las posibilidades que tiene en su caso, y reflexione, si le parece, sobre la evidencia de
la energía que nos envuelve, de la energía que emitimos y la profunda interconexión
existente entre todos y entre el todo continuo del Cosmos.
Muchos entenderán ahora, por qué se producen atracciones y repulsiones entre
personas sin que haya entre ellas un contacto verbal o físico en apariencia. Algunos
entenderán por qué se sienten cómodos o incómodos
en un ascensor con un
desconocido, (donde las auras entran en contacto)lo que descubre así la importancia de
los colores como expresión inevitable de nuestros pensamientos y emociones, y como
seña de identidad personal para aquel que es capaz de ver el juego cromático de la Vida
manifestándose.
En la escuela se puede sacar mucho partido a este conocimiento como un buen aliado
auxiliar para el análisis de la personalidad de los niños, como un hermoso, sencillo y
barato sistema de comprender la personalidad y las emociones de los escolares, incluso
para orientarles sobre los colores más adecuados en sus ropas y en sus dormitorios, a fín
de facilitar su armonización.
Resulta interesante observar cómo los colores favoritos de cada uno son los que se
encuentran más abundantemente en su aura, tanto si se trata de vestir como de pintar.
No es casual que un niño manifieste tendencias hacia un color u otro, ni que elija
sentarse con uno u otro compañero, pues todo es vibración, tal como los colores lo
evidencian externamente. Los niños se agrupan por vibración emocional, y eligen sus
amigos en función de esa vibración. Si se hace un test del color del aura en cada uno se
descubrirá físicamente ese parentesco vibratorio.
Con estas experiencias se amplia la capacidad de observación y percepción de los
pequeños, se afina su sentido de la vista y se prepara a la mente para comprender que
la realidad no se limita a la apariencia, y que es estimulante el descubrir por sí mismo
cosas que parecían inexistentes, lo que lleva a la motivación por la investigación. Y uno
de los primeros prejuicios que se derrumba en el pensamiento de los niños es ver que
ellos no son un cuerpo, sino una energía que trasciende al cuerpo. Por tanto, es más
fácil a partir de ahí que se vean como almas de las que procede esa energía y sea más
sencillo luego introducirles sin problemas en un asunto que les preocupa cuando les toca
de cerca: la muerte de una persona o de un animal próximo a sus vidas.
¿Cuánto habremos de esperar para que estos conocimientos y otros de esta índole se
estudien en las universidades como formación inicial de los maestros, los médicos, los
psicólogos?
¿Hasta cuándo Newton y Descartes triunfarán sobre Einstein?
PARTE I
CAPITULO 13
EJERCICIOS DE PENSAR Y SENTIR
Aprenda y enseñe a respirar con el vientre. Esto parece fácil, pero no estamos
habituados a hacerlo de esta manera, sino que utilizamos la parte alta de los pulmones,
lo cual produce una mayor tensión nerviosa y estrés. Proponga a su hijo, alumno, etc.
que se siente o tumbe cómodamente, (la espalda debe estar recta) que afloje sus
músculos, y se concentre en llenar y vaciar tranquilamente y si hacer fuerza un supuesto
globo que tiene en su vientre, tomando el aire por la nariz y expulsándolo por el mismo
lugar. Debe hacerlo lenta y conscientemente. Debe sentir cómo su vientre sube y baja,
se hincha y deshincha alternativamente. No resulta al principio nada fácil, por más que
lo sea, debido a la pésima costumbre de respirar que tenemos, pero cuando se
consigue, se experimenta una calma, una tranquilidad que predispone a experiencias
posteriores. Se trata de conseguir un estado receptivo de la mente como punto de
partida.
Este ejercicio preparatorio es válido para todas las edades.
LOS VIAJES IMAGINARIOS.
Estas experiencias agradan mucho a los niños .Personalmente las he llevado a cabo en
edades comprendidas entre los seis y los diez años, lo que no impide realizarlos a otras
edades siempre que se trate de jóvenes receptivos. Los muy nerviosos siempre tendrán
más dificultad para concentrarse en el viaje, por lo que habrá que dedicarle más tiempo
a los preliminares de relajación física, incluso con algunos ejercicios complementarios
de tensión-relajación de pies, piernas, manos, brazos y músculos faciales, al menos.
Una vez relajado-a el niño-a, ordene que cierre los ojos (algunos no lo consiguen, pero
pueden concentrarse así). Entonces deje sonar una música sugerente (sonidos de la
Naturaleza,
música
tipo
Nueva
Era,
u
otro
tipo
de
música
relajante)
y
propóngale realizar un viaje. La música está permanentemente presente, incluso puede
ser un poco más alta en las pausas. Cuéntele una historia donde él sea el protagonista.
Estas experiencias son aplicables desde 1 a varios niños, dependiendo de las
características del grupo. Todo es cuestión de experimentar.
Dependiendo de la propia imaginación del director del viaje, muchas son las
posibilidades que se ofrecen para estos pasajes imaginarios. Veamos algún ejemplo.
Viaje 1 (Edad: 5-6 años)
"Nos sentamos en círculo, y llenamos de aire la barriguita respirando por la nariz y
cerrando la boca, una, dos, tres, cuatro, cinco veces) . Ahora nos damos la mano,
siempre sentados. Vamos a hacer un viaje en una nave espacial
para repartir mucha
alegría y amor por el mundo. (La nave puede estar dibujada, ser un póster,
etc.) Mientras escuchamos la música cerramos los ojos y nos imaginamos subiendo a la
nave espacial sin soltarnos de la mano. (Suena la música por vez primera)....Ahora ya
estamos subidos y sentados. Nos preparamos para salir volando por encima de los
tejados sin soltarnos las manos. (Siempre con los ojos cerrados los que puedan
conseguirlo). La nave funciona con nuestra alegría, así que estamos muy contentos por
dentro, y eso hace que salgamos volando. (Cada uno debe pensar en alguna persona que
quiera mucho: papá, mamá, abuelos, amiguitos, o en algún animal que quiera mucho
para "coger fuerza alegre")….Estamos volando por encima de la ciudad, vamos al lado de
los pájaros. Nos imaginamos sus colores…Vamos por encima de un bosque lleno de
árboles y ríos con muchos peces. Pero ahora volamos sobre una aldea de de casas rotas
y vemos niños que están muy serios y no juegan y les mandamos con el pensamiento
besos de alegría redondos, como burbujas doradas; ahora pasamos por un hospital y
mandamos nuestros besos de alegría redondos como burbujas doradas a todos los
enfermos. Y nuestros besos forman nubes que viajan por el cielo llevando amor y alegría
a todos. Ahora toda la gente que conocemos está contenta...También nosotros estamos
felices, y decidimos volver del viaje para contar lo que hemos visto. Así que decimos:
Una dos, y tres...Abrimos los ojos tranquilos, relajados, y ahora podemos contar lo que
queramos, dibujarlo"….
Viaje 2 (Edad: 6 a 10 años, con modificaciones apropiadas al grupo)
"Imagina la casa más bonita que puedas. Imagina que es tu casa y que te encuentras en
tu habitación favorita. El sol entra por grandes ventanales y juegas con tus amigos...
(Pausa pequeña para imaginar a los amigos mientras sigue escuchándose la música).
Como la habitación es muy grande, puedes jugar a todo lo quieras sin preocuparte por
nada. Si quieres, puedes imaginar cómo jugais a tu juego favorito. Imagina eso
mientras suena la música. (Pausa).
De pronto, entra una mariposa y te quedas mirándola porque tiene dibujada en sus alas
círculos con tus colores favoritos. Como te has quedado mirando mucho tiempo, tus
amigos se han ido en silencio para esconderse y que los busques después. La mariposa
parece adivinar que tiene tus colores favoritos en sus alas, pues se acerca mucho, casi te
roza la frente, como si te besara, y sientes un ligero soplo de aire fresco cuando pasa.
Recorre la habitación dando vueltas: una, dos, tres, vuelve a pasar cerca de tu frente,
vuelves a sentir el fresco del aire de sus alas, y se marcha como invitándote a seguirla.
Entonces te das cuenta de que sale por la ventana de tu y que quiere que la sigas para
encontrar a tus amigos. Das un salto y te das cuenta de que puedes volar, saliendo por la
gran ventana de luz detrás de la mariposa. (Pausa).
Ella vuela delante de ti, sientes el aire fresco en tu rostro y en todo tu cuerpo, ¡qué
sensación tan estupenda!.. La mariposa da dos vueltas por encima de los sitios donde
tus amigos están escondidos en el campo que rodea tu casa: entre unas ramas, detrás
de unas rocas, en el tronco hueco de un árbol grande...Estás muy feliz…s junto a tus
amigos de vuelta a casa, entras por la ventana y te dejas caer suavemente, muy
despacio en un sillón. ¡Has volado mucho! Todos estáis felices y relajados y decidís
volver al mundo real para contarlo. Contáis hasta tres: uno, dos, tres. Abrís los ojos en
silencio. (Dejad que la música suene un poco más). Poco a poco, suavemente, (SIEMPRE
EN SILENCIO) vais moviendo los pies, piernas, brazos, os pasáis las manos por el rostro...
y ya podéis empezar a contar , si queréis, qué habéis visto en vuestro viaje, cómo era la
mariposa, qué habéis visto, qué habéis sentido, con quiénes habéis jugado y todo lo que
queráis contar"...
(Esta parte después de los viajes es muy interesante para el educador como método de
observación de la personalidad, y de los elementos del subconsciente que afloran
siempre, que pueden orientar en la tarea del conocimiento de las emociones del niño y
cómo orientarlas para superar, en su caso, lo que no es adecuado para su desarrollo
armónico. Este ejercicio, que admite muchas variantes, se presta al diálogo sincero, a la
expresión corporal y plástica, etc.
Para padres y educadores es sencillo inventar ejercicios parecidos a estos o situaciones
para visualizar interiormente desde un estado de relajación, donde lo imaginativo y lo
emocional juegan un papel importante para el desarrollo del niño o niña, que, debido a
la especial receptividad que experimentan en este estado, permite introducir elementos
de aprendizaje positivo de las emociones, las conductas, los valores y otros aspectos
que nos interesen para ser experimentados como ayudas educativas de primer orden.
Incluso
pueden
ser
usados
para
corrección
de
conductas
negativas...
Son
también ejercicios estupendos para favorecer la interiorización y el desarrollo de la
concentración, bases fundamentales para posteriores etapas de crecimiento interior.
JUEGOS CON LOS CENTROS DE ENERGÍA DE LAS MANOS.(Indicado para todas las edades).
En el funcionamiento de nuestro cuerpo energético, la mano izquierda es la que recibe
la energía del Cosmos y la derecha la que da. En la tradición milenaria, por esta razón,
los sanadores espirituales utilizan siempre la mano derecha, aproximando la palma de
esa mano sobre el último centro de conciencia del que desea sanar, o apoyándola
directamente sobre la zona afectada que desea ser sanada.
En este ejercicio pretendemos que los escolares abran mejor los centros energéticos de
la palma de sus manos. Les explicamos que son como ventanas que pretendemos abrir
para que ellos experimenten lo que sucede.
En primer lugar les proponemos que coloquen frente a frente las dos palmas de sus
manos y las vayan aproximando despacio con los ojos cerrados, hasta que se toquen.
Les invitamos a que digan si han sentido algo entre las dos palmas.
Les indicamos a continuación que coloquen la mano izquierda con la palma de la mano
hacia arriba, y la mano derecha con la palma hacia abajo, los brazos completamente
extendidos para facilitar el flujo energético y desde esta posición les proponemos que
abran y cierren veinte veces (por ejemplo, menos si son más pequeños) ambas manos sin
mover los brazos de la posición inicial (extendidos completamente, sin doblar por los
codos.).Estos movimientos de abrir y cerrar las manos deben ser hechos sin pausa.
Ahora se les propone que desde la misma posición (brazos extendidos) giren las muñecas
para que las palmas de la mano se sitúen a la inversa: la izquierda mirará hacia abajo y
la derecha hacia arriba. Entonces se vuelven a abrir y cerrar las manos igual número de
veces que antes, por ejemplo, 20.
Al terminar la tanda de movimientos se les indica que -siempre con los brazos sin
doblar por los codos – encaren una palma con la otra y vaya aproximando ambas
lentamente con los ojos cerrados, como hicieron la primera vez, hasta que casi se
toquen mientras se concentran en las sensaciones que perciben ahora. Se trata de que
tomen conciencia de cómo fluye la energía dinámica corporal y cuenten lo que sienten
comparando estas sensaciones con las que tuvieron antes de abrir y cerrar las
manos. Normalmente sienten sensaciones de calor, cosquilleo, atracción magnética,
que les descubre cómo hacer fluir en esa zona su energía
biomagnética. El descubrir
esta energía es una buena base para la comprensión de la energía universal que
traspasa todo cuanto existe y está presente en todos nosotros...
Existen
en el mercado algunos libros relacionados con estos temas, que animo
a consultar a los responsables de educar, tanto a padres como a estudiantes o
profesionales de la educación.
PARTE I
CAPITULO 14
INTELECTO Y EVOLUCIÓN
Sencillos experimentos como los del capítulo anterior nos proporcionan una imagen
visible de la energía personal. Sin duda este es un paso importante para que los niños
comprendan que tras el mundo material, de la apariencia, se ocultan realidades
sutiles que están ahí, que les conciernen y que son atractivas. Ahora pueden estar
preparados para ser iniciados en la idea de la espiritualidad como parte de una energía
universal en la que ellos están inmersos. Así se les puede aproximar a la idea de Dios.
Desde el momento en que Dios, Energía, Amor, Conciencia Cósmica, Padre-Madre, o
cualquier nombre que podamos darle los humanos, es una idea que puede aceptarse o
rechazarse intelectualmente, hasta el momento en que Dios (o cualquiera de sus
nombres) es un sentimiento profundo, algo que se vive encarnado en uno mismo, una
presencia íntima, hay un camino por recorrer. A este camino le llamamos EVOLUCIÓN.
El proceso evolutivo no es un proceso intelectual, pero ni es contrario a la razón ni el
intelecto puede argumentar a favor o en contra, pues es un instrumento de alcance
limitado a muchos niveles: educación, karma, sensibilidad, aptitudes, cultura,
experiencias, saludo o enfermedad, etc.
El error de la humanidad a lo largo de los últimos siglos, de valorar la mente intelectual
por encima de lo espiritual (y que tuvo ya su nacimiento en Grecia y su apogeo en los
últimos tres siglos), convirtió a la razón intelectual y discursiva en juez del universo
entero, y la arrogancia de los ignorantes ilustrados, la llevó aún más lejos, hasta
convertir a Dios en una caricatura, tanto por parte de los clérigos interesados en
mantener su poder en este mundo, como de los laicos que creían haber libertado a su
conciencia por haberse liberado precisamente de la caricatura de Dios que los textos del
Antiguo Testamento y las iglesias oficiales nos trasmiten con valor de cambio. Divinizada
la mente intelectual hasta el extremo de negar la existencia del espíritu, ésta acabó
finalmente por convertirse en el tirano particular y caprichoso de cada uno a través de
los demonios del Ego, del cual es portavoz incondicional en estos casos, hasta
desembocar en la vida social como rectora en todos los aspectos de la misma: cultura,
economía, política, etc.
La pretensión del Ego es silenciar a Dios.
Desde hace tiempo es una moda querer silenciar a Dios en los ámbitos culturales,
profesionales y sociales en general. Hasta el Vaticano actualmente habla del "silencio
de Dios", lo que en su caso no es de extrañar.
El ateísmo parece ser un lugar común de convergencia en este mundo mental que
hemos creado y que ahora nos ha tocado soportar. ¿Somos así más felices?¿Ha mejorado
en algo la humanidad? ¿Hemos liberado nuestra mente de prejuicios? ¿Somos más libre y
mejores? No espero respuestas optimistas...
¿Nos sirve la mente como alternativa a la espiritualidad o a la religiosidad?
Bastantes filósofos y otros agentes del mundo social, científico y cultural pretendieron
convencernos de que había que usar la mente para librarnos de lo que llamaban
prejuicios religiosos. Se supone que la herramienta mental está libre de prejuicios,
disponible para su uso y que es posible su control hasta el punto de que puede ser un
instrumento de liberación.
Pongamos la mente a prueba con un sencillo experimento.
Póngase cómodo con la espalda recta ,para favorecer el flujo de energía, en un lugar
tranquilo lo más aislado posible del mundo exterior con sus ruidos, etc. Ahora dígase lo
que quiere hacer con su mente: pensar en un color, una escena, una frase, detenerse en
una sensación...lo que sea que usted considere. Intente dejar su mente quieta en eso..
¿Cuánto tiempo le va a obedecer?
¿Quién controla a quién?
Percibimos, desde los primeros instantes en que tratamos de controlar la mente, que es
ella la que nos controla.. Constatamos que en lugar de ser dueños de nuestras mentes,
nos hemos hecho lacayos de su aspecto inferior, y no somos capaces casi nunca de
tomar la dirección que supuestamente deseamos sin que nuestro intelecto nos
distorsione la realidad. Espoleada por los deseos de nuestro ego inferior instintivo, la
mente nos arrastra de una ilusión a otra, de unas imágenes a otras, hacia el pasado o
hacia el porvenir imaginario, casi nunca presentes en nuestro propio presente y sin que
lleguemos jamás a estar satisfechos. Esta insatisfacción atrae nuevos deseos, y sobre
estos cimientos que se escalonan y suceden se construye la organización individual y la
organización del mundo. En vertiginoso desarrollo, la dinámica INSATISFACCIÓN-DESEOACCIÓN-INSATISFACCIÓN, ha llevado a la mente intelectual a investigar todos los
campos posibles de la realidad tal y como es percibida por los sentidos externos,
habiéndose convertido en la autora última del mundo material construido por humanos,
hallándose
actualmente en un
callejón sin salida, como un gigante exhausto y
moribundo para el que ya no existe remedio, pues en este mundo aparentemente real no
existe progreso sin esfuerzo, y muchas veces sin dolor. Y esto último es ya por sí mismo
un síntoma kármico.
Desgraciadamente los seres humanos nos hemos limitado tanto, que hasta hemos
olvidado el trabajo de aprender a controlar nuestra mente... ¿Quién piensa en definitiva
en nosotros cuando creemos pensar? (¿Cuál de esos siete egos que el poeta indio K.
Gibran describe en discusión permanente entre sí?)...Cuando se estudian mismamente
los textos budistas tibetanos sobre la mente y el control de la misma, percibimos la
enorme distancia que aún nos separa del conocimiento de ese vehículo que hemos
elegido precisamente en Occidente como herramienta máxima del conocimiento.
Sólo un largo entrenamiento nos proporciona el control sobre la mente.
Las nuevas investigaciones en el territorio de la Ciencia y la Psicología vienen a darnos,
por el contrario, una imagen muy diferente de la Realidad que se ha ido escamoteando y
que siempre estuvo ahí: la realidad de la Conciencia, del mundo espiritual. La misma
Ciencia está viendo desmoronarse progresivamente la concepción materialista del
Universo, basada en la búsqueda de la realidad material como algo mensurable, con
valores permanentes, hacia la concepción de la realidad como Totalidad sin límite y
sujeta a valores relativos de referencia. Este es el momento en que a través de la Física
Cuántica, de las experiencias meditativas y del trabajo de investigación en estados
alterados de conciencia, nos encontramos en la encrucijada de un cambio cualitativo
sin precedentes en la historia humana: el que ha de llevarnos de la sociedad del
conflicto a la sociedad de la armonía. De la Sociedad de la Confrontación egoísta a la
Sociedad de la Cooperación solidaria. De la Sociedad del Odio a la Sociedad del Amor.
Entonces lo intelectual ocupará el papel que le corresponde verdaderamente en la
escala evolutiva de la humanidad: será un simple instrumento, una simple herramienta
que cumple su propia función subordinada, no un dios insaciable al servicio del querer
aparentar, poseer, ser reconocido, tener...Todos estos lastres que nos son tan
familiares..
Liberar la mente y liberarnos de la mente egoica exige unas reglas y unos principios
altruistas que hemos de observar, y la primera es que nosotros no somos nuestro cuerpo
ni nuestros pensamientos; que nuestros pensamientos no definen nuestro verdadero ser,
sino únicamente nuestro estado actual de conciencia. Y nuestros cuerpos reflejan tan
solo el estado de nuestra alma.
¿Son capaces los niños de entender la dinámica
insatisfacción-deseo- acción -
insatisfacción-nuevo deseo?¿Son capaces de distinguir entre los pensamientos negativos y
los sentimientos bondadosos que brotan del alma?¿Se interesan por experiencias de
cooperación? A todas estas preguntas se responde con un SI rotundo. Los adultos
responsables de educarles, ¿somos capaces de lo mismo que ellos? ¿Ponemos los medios?
¿Les damos, les proporcionamos la oportunidad de aprender a controlar su mente y
embellecer sus emociones? ¿ Enseñamos a los niños a distinguir que no son su propio
cuerpo, y que este es tan solo un vehículo de su alma?
PARTE I
CAPITULO 15
EL PAPEL DEL MAESTRO
Hay que decir
con toda claridad que el maestro es un guía , un guía intelectual y un
responsable de la orientación en valores básicos y espirituales
de acuerdo con los
padres. Existen muchos niveles intelectuales y muchos niveles de manifestación del
Espíritu, y, en consecuencia, muchos tipos de maestros. Jesucristo, para muchos, -entre
los que me incluyo -, el primero de los maestros, es un guía espiritual de la Humanidad.
A nosotros, los sencillos maestros y maestras de las escuelas, no se nos pide tanto, pero
hemos de tener continuamente presente en nuestro trabajo diario que los niños y niñas,
los adolescentes y las adolescentes son seres espirituales. Es responsabilidad nuestra el
educar en armonía su cuerpo, su mente y sus emociones para que finalmente pueda
manifestarse en nuestros estudiantes la capacidad creadora de su Espíritu. En esto
consiste nuestra delicada participación en el destino de la vida de nuestros
estudiantes... Como un director de orquesta, el maestro intenta sacar de cada niño lo
mejor de sí, para que el conjunto resulte bello y armonioso. Cada clase debe ser una
pequeña obra de arte, como postula Steiner , el creador de la pedagogía Waldorf, tan
admirable para los defensores de una enseñanza con valores espirituales donde la
libertad, la creatividad, la unidad, la armonía cuerpo-mente y el amor se den la mano
en los aprendizajes.
Los maestros que aún no son conscientes de su propio ser espiritual, los que reniegan de
educar a los niños y niñas en su triple dimensión, porque no consideran que este sea su
cometido, educarán parcialmente, harán sufrir a los pequeños estudiantes -y sufrirán
ellos también- inútilmente. Además, los resultados del aprendizaje no serán buenos, ni
duraderos, ni habrán aportado al niño o al joven ningún elemento vital que le induzca al
progreso interior, al esfuerzo por superarse a sí mismo como alma, ni siquiera como
mente libre. Una parte importante de la energía necesaria para el aprendizaje se
perderá en los esfuerzos mal dirigidos bien hacia el polo de la mente intelectual, bien al
cuerpo, bien hacia el control disciplinario.
Como guías intelectuales debemos los maestros proporcionar a los niños conocimientos
útiles para la vida práctica, métodos de trabajo intelectual y experiencias atractivas y
fundamentales. Tenemos el deber de promover
toda iniciativa que signifique
investigación, porque esto favorece la observación, la auto-observación, el aprendizaje
y la creatividad, y lleva al verdadero conocimiento.
A través de la experiencia maestros y educadores comprendemos y sabemos acerca del
mundo exterior; a través de la observación y de la auto-observación conocemos nuestro
mundo interior y el de nuestros alumnos y alumnas o el de nuestros hijos. De ese modo
podemos intervenir en corregir nuestros propios errores, en primer lugar, para así
convertirnos en poderosos colaboradores de quienes debemos educar,
aportando
nuestra experiencia enriquecida en un clima de diálogo permanente. Aquí el maestro
debe ser un modelo, pero esto siempre será transitorio, y nunca puede ser un objetivo.
Esto es muy importante. Actuando con la certeza de que cada uno debe buscar la
perfección en sus acciones, pensamientos y sentimientos, el maestro se convierte en un
verdadero guía activo, no en un modelo pasivo a imitar, ni en un objeto de culto a la
personalidad. Esto debe ser evitado cuidadosamente por los maestros y padres. La
autoridad debe ser moral y no estar basada en ninguna forma de sumisión. El culto a la
personalidad hacia aquellos tenidos como lideres, la aceptación ciega o sumisa hacia sus
ideas
sociales,
amodorradas
religiosas,
etc.
sólo
produce
fanáticos
descerebrados,
gentes
y supersticiosos políticos, religiosos, intelectuales, y todas esas
desviaciones que observamos en las sociedades de todos los tiempos. Se pueden evitar
estos errores, impropios de una sociedad civilizada, con una correcta educación sobre
el valor de cada alumno-a, con la ayuda oportuna para potenciar sus cualidades y
favorecer el reconocimiento de sus defectos con el fin de ayudar a superarlos. Se trata
de actuar como un servicio desinteresado. De esta manera, los maestros apostamos por
colaborar con la Madre Naturaleza y sus leyes divinas para el advenimiento de seres
libres y evolucionados. Esto debe estar por encima de las exigencias de los programas
culturales del currículo sin por eso renunciar a enseñar lo que es preciso que sepan.
Queremos que el niño y la niña, el adolescente y la adolescente se conozcan a sí mismos
al máximo, que eliminen las imperfecciones que les impiden desarrollarse como alma,
mente y cuerpo. Queremos que nuestros alumnos tengan una relación armoniosa consigo
mismos, de lo que resultará NECESARIAMENTE una relación armoniosa con los demás y
con la Naturaleza. Esto es educar desde el corazón, no desde el intelecto. E1 corazón
arrastrará a la mente, será su motor. A1 revés no parece ocurrir lo mismo. La mente
intelectual es egoísta, orgullosa, insolidaria, etc.
Por haber educado a tantas generaciones de seres humanos desde la mente, esta es la
protagonista -a expensas del corazón- del mundo en que vivimos: orgulloso, insolidario,
egoísta: un mundo que abomina de lo espiritual.
Grave es nuestra responsabilidad como maestros y maestras, o como padres, si es el
caso, porque cuando contemplamos el injusto, violento y primitivo mundo en que
vivimos, no podemos dejar de pensar que los principales protagonistas causantes de la
mayor parte de las desgracias que sacuden al Planeta y a sus habitantes han pasado por
escuelas como las nuestras. Algunos, una minoría siempre ,han salido de ellas- de las
más ricas y aristocráticas, claro está- con títulos y diplomas que les autorizan a
organizar y a ser mentores de la sociedad a diferentes niveles, a tomar el relevo de los
viejos dirigentes en las diferentes esferas de influencia social...el relevo del Poder.
Cada día podemos ver las consecuencias de un tipo de Poder ejercido sin la intervención
de la conciencia espiritual; de un tipo de poder mundial que tiende hacia la destrucción
del Planeta y el dominio de personas y recursos para favorecer a las mismas minorías
que educaron y encumbraron a los dirigentes mundiales, que nunca tuvieron maestros:
sólo profesores.
Hermoso es nuestro trabajo como maestros porque tenemos en nuestras manos la
posibilidad- compartida con los padres- de reducir el caos en nuestro mundo a través
de conseguir reducirlo en el interior de nosotros mismos y transmitir esa energía
transformadora a nuestros alumnos.
PARTE I
CAPITULO 16
SOBRE LA ARMONÍA EN EDUCACIÓN
En la educación, como en la vida, la armonía debe ocupar un lugar preferente. Existe en
esto un gran consenso público... Si realizáramos una encuesta por las calles, sería
prácticamente imposible encontrar a alguien que no aceptara la idea de que las
relaciones humanas deben ser armoniosas, a cualquiera que no admire la belleza
plástica de una danza, una buena música, los campos, flores y bosques, etc. La
expresión del rostro, el modo de movernos, la manera de comer, la forma en que
hablamos y el vocabulario que utilizamos, el modo de vestir... Todo esto debe expresar
armonía, y la gente conviene fácilmente en que así debe ser... Mas a pesar de esta gran
convergencia de opiniones, es muy difícil encontrar a un ser humano que viva en
armonía.¿Por qué? Están los que visten muy bien, en aparente armonía, y hablan o
actúan muy mal; los que poseen belleza exterior, pero por dentro son auténticos
malvados...
¿Qué es la armonía? Con una buena cultura académica se pueden escribir y pronunciar
discursos estupendos sobre el contenido y la importancia de este concepto, se pueden
poner múltiples ejemplos de obras de arte que la expresen, se pueden hacer miles de
reflexiones sobre la amplitud del término que tantos campos abarca, y aún así podría
suceder que ninguno de los ponentes viviera interiormente en ese estado, no conociera
realmente la armonía. Porque la armonía no es un concepto intelectual que nace del
discurso lógico; LA ARMONÍA ES UN ESTADO DE CONCIENCIA, que se manifiesta de
múltiples modos: como equilibrio, belleza, proporción, sensibilidad, paz, concordancia,
correspondencia, hermanamiento, amistad, amor...
La armonía en el ser humano es el canto de un alma libre. ¿Libre de qué? De las
ataduras de los egos, y sus conflictos de intereses, libre de interferencias intelectuales,
libre del pasado y de sus cargas o karma..
La desarmonía, por su parte, es conflicto, caos, desorden. Cuando la observamos en el
mundo exterior, revela el conflicto interior de sus autores; cuando la observamos en el
mundo interior, deberíamos intervenir porque podemos vernos metidos en problemas de
todo tipo. Intervenir es trabajar sobre nosotros mismos para eliminar los defectos que
creamos en el pasado por ir contra las leyes divinas, que ese es el origen de la
desarmonía .Las cargas del ama son la fuente de los conflictos. De no superarlos, se
manifiestan al exterior tarde o temprano como enfermedades y como acciones erróneas.
E1 mundo actual es una enorme maraña de conflictos sostenidos y renovados por
nuestros conflictos personales. Nos quejamos de la insolidaridad, pero los que nos
quejamos fácilmente somos egoístas; de las guerras, pero los que se relacionan con
nosotros tienen que sufrir de vez en cuando nuestra ira y ser bombardeados alguna que
otra vez por nuestros pensamientos de enfado, rencor o desprecio.
A menudos somos víctimas
del abuso de poder de los gobernantes, pero
a
quienes dependen de nosotros los humillamos con facilidad según sea nuestro talante.
Nos quejamos de la avaricia de los ricos, pero nos aferramos como lapas a lo poco que
poseemos.
Y
así.
Nuestros
pensamientos
negativos,
nuestros
defectos,
nuestros conflictos internos acaban por ser un nefasto patrimonio de la humanidad...
Si la armonía pudiera comprarse en los estancos, o en forma de bonos del tesoro
estatal... Pero esta dama es muy exigente. Exige esfuerzo continuado. Por eso tenemos
una difícil solución en el terreno del orden mundial: queremos vivir en armonía, sí, pero
necesitamos que nos la regalen. Nos sentamos a esperar tal vez durante toda la vida a
que un acontecimiento inesperado, un golpe de la suerte, una persona de gran poder, un
príncipe azul o una princesa encantadora nos regale los pases a ese maravilloso mundo
de la armonía perfecta y el orden inalterable y justo, donde se prodiguen la bondad y la
justicia. Y así pasamos la vida esperando- votando y haciendo votos para que
alguien nos dé ese algo con lo que soñamos, y que, sin embargo, nosotros tenemos que
conquistarlo en nuestro interior con nuestro esfuerzo perseverante. No podemos
esperara la suerte.
La suerte no existe, la casualidad aparente es causalidad real. El Universo entero está
regido por leyes que se cumplen rigurosamente. El resultado de esas leyes es armonía,
orden (la palabra misma "Cosmos" quiere decir Orden, por oposición a "Caos" o
desorden). El resultado de esas leyes es proporción, justa jerarquía de lo inferior a lo
superior en la escala de la evolución; perfecto orden, perfecta armonía.
La misión de los educadores, padres, maestros es sagrada precisamente porque han
asumido voluntariamente la importantísima misión de educar, de ayudar a los niños y
niñas, a los estudiantes, a conseguir ese estado de armonía necesario para su
aprendizaje y su evolución espiritual. Es así como el destino de unos y otros se
entrecruza.
Es necesario que los educadores, padres y maestros enseñen a los más jóvenes a
despertar su conciencia alimentando su alma de todo aquello que le es propio: amor,
belleza, creatividad, equilibrio, sensibilidad, sentimientos de paz y amistad, orden,
limpieza. En esto la música, la danza y los juegos de ritmo, así como la poesía, las
excursiones a la Naturaleza, las artes plásticas...Todos esos elementos colaboran
grandemente al desarrollo de la armonía y de la creatividad.
Los maestros deben tener presente así mismo lo importante que es para los pequeños
estudiantes el desarrollo de su capacidad de imaginar, y deben favorecer al máximo tal
capacidad, y cultivar en ellos mismos todos esos mismos valores para poder llevar
adelante su tarea. No puede ser buen educador quien no está educado. La armonía no se
puede predicar a los niños. Los educadores deben irradiar esa armonía. Deben dar al
César lo que es del César y al alma de los niños lo que es de Dios. La educación es más
importante que la instrucción, la cual debe ir unida a aquella, aunque en tantos sistemas
educativos no se acepte esta jerarquía. E1 protagonista de la educación no es el
intelecto, como sucede habitualmente. Hay que invertir los valores
del ego;
preocuparnos menos por los resultados académicos a preocuparnos más por el desarrollo
de la razón, la cooperación y la conciencia, que son quienes verdaderamente pueden
transformar nuestra vida y el mundo.
Si cada uno de nosotros considera excelente el sistema educativo tradicional y repudia
cualquier análisis o cualquier conducta que contradiga los valores de ese sistema
intelectualista, egoísta, conservador, dogmático y competitivo, es muy difícil cualquier
progreso en nuestro trabajo como educadores. Y no digamos nada en nuestros alumnos.
Si cada uno de nosotros, los educadores, a pesar de no querernos implicar en el
desarrollo de cualidades espirituales de los alumnos considera excelente su papel como
profesor, siente que es perfecto en su trabajo, que actúa adecuadamente porque
cumple estrictamente el programa ministerial es muy difícil cualquier progreso en
nuestro trabajo como buenos educadores. Si cada uno de nosotros, sin haber realizado
un trabajo de transformación interior se considera perfecto como persona, y piensa que
sus conocimientos, sus actitudes emocionales y su comportamiento son ejemplares, nada
tiene ya que aprender y no necesita mayormente a los demás, él solo se cierra las
puertas para su propio progreso. Como persona y educador, será un fracaso y un
obstáculo en la evolución de sus alumnos. Y aunque parezca difícil de creer, hay muchos
profesores de estas características que conducen a sus alumnos hacia el fracaso escolar
sin darse cuenta apenas. Ahora bien, esto tiene como precio un alto componente de
ansiedad y estrés de esos profesores, a quienes sus alumnos rechazan en el fondo de su
corazón por verlos torpes, rígidos, anticuados, distantes, lejanos a sus vidas y a sus
intereses, e incapaces de despertar en ellos el amor al conocimiento que tanto
alardean de poseer ese tipo de profesores.
El llamado fracaso escolar es, así, el fracaso del Sistema, de la familia, así como de los
métodos de trabajo intelectualistas. Es preciso, y nunca será suficientes veces repetidoarmonizar pensamiento, sentimiento y acción encaminados hacia la comprensión, la
amistad, la unidad y la cooperación.
PENSAMIENTO, SENTIMIENTO Y ACCIÓN
Continuamente pensamos, continuamente sentimos, continuamente actuamos. Nuestras
acciones son el resultado de nuestros pensamientos y sentimientos. Pensar sin
sentimiento; desvincular la mente de la sensibilidad produce como resultado este mundo
en que vivimos; un mundo edificado por la mente y para LA MENTE del EGO, un mundo
caótico donde se halla progresivamente ausente la sensibilidad, la creatividad, la
belleza, la armonía y el prójimo.
Si nos decantamos por una sensibilidad extrema que prescinda de la mente libre, nos
hallamos
con
espiritualistas,
falsos
místicos
o
artistas
descerebrados;
con
desequilibrados cuyos actos solo pueden ser portadores de desequilibrio, semillas de
inarmonía. Es necesaria equilibrar pensamientos y sentimientos. Del equilibrio surgirán
acciones correctas, en lugar de las acciones mutiladas que conlleva el desequilibrio.
Y es verdaderamente importante destacar esto porque los seres humanos estamos
continuamente cosechando el resultado de nuestros actos anteriores y sembrando de
continuo actos cuyos frutos hemos de recoger con absoluta certeza. Nuestra vida,
nuestra salud, todo lo que exteriormente nos sucede y que con frecuencia atribuimos a
la casualidad, a la buena o mala suerte, no es ni más ni menos que la proyección al
exterior de nuestro equilibrio o desequilibrio interno y/o la recogida de la cosecha de
anteriores acciones, ya sean de esta o de anteriores existencias, porque el vivir es un
estado continuo: el estado natural del ser.
El maestro ha de ser muy consciente de todo esto. Con actitud paciente y amorosa debe
crear ese clima en que puedan florecer los pensamientos y sentimientos de los
escolares. Para ello ha de ser un buen observador y sobre todo un buen autoobservador.
Ha de saber medir la distancia mental, como buen observador, para no involucrarse en
falsas identificaciones que solo traen problemas a sus alumnos y a él mismo, como muy
bien saben los psicólogos infantiles y los especialistas en enfermedades profesionales de
los maestros. Estos han de saber crear un clima de libertad atenta y amorosa en que
pensamientos y sentimientos manifiesten su capacidad creadora para el enriquecimiento
espiritual de cada uno y del conjunto. Ese será el fruto de una educación auténtica, que
es una educación armónica.
PARTE I
CAPITULO 17
LA IGNORANCIA COMO PUNTO DE PARTIDA
La mente ignora cosas que el corazón, sin embargo, sabe. La distancia entre mente y
corazón es el origen de todos nuestros conflictos, la causa real de todas nuestras
enfermedades. Existe un forcejeo permanente entre las diferentes opciones -muchas
veces contradictorias entre sí – que la mente elabora, y las repuestas del corazón a cada
una de esas opciones. Existe inversamente la voz del corazón y el silencio de mente. Si
no conseguimos armonizar los dos lenguajes, si seguimos divididos en nuestras
respuestas de tal modo que suceda que una parte de nosotros piense, otra parte de
nosotros tenga sentimientos contrarios a ese pensamiento, y, por último, otra parte de
nosotros actúe ignorando a las otras dos, vivimos en conflicto. Y lo que es peor:
transmitimos conflicto a nuestro alrededor. Si no conseguimos unificar nuestra
existencia, enfermamos. Y por desgracia, la mayoría de la humanidad está gravemente
enferma, y sumida en graves conflictos empezando por cada uno de nosotros, y
terminando por los que provocan en ámbitos mayores aquellos que dirigen las sociedades
humanas.
Cada día leemos en los periódicos o vemos en las pantallas de la televisión a los
dirigentes de la política, la economía; etc. con declaraciones que sabemos insinceras,
para al poco tiempo ver que lo hecho no se corresponde con lo dicho. Y si analizamos
nuestros propios sueños, en los cuales somos tal como realmente somos sin las censuras
de la mente y de la moral y comportamientos sociales aprendidos; si comparamos en las
diarias observaciones sobre nosotros mismos podremos fácilmente concluir que no nos
conocemos apenas, que nos resulta muy difícil saber quién es verdaderamente el que
tiene el mando en nuestra vida.
Nos llevamos enorme sorpresas cuando nos observamos como testigos imparciales de
nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestra conducta. Es entonces cuando
adquirimos verdadera conciencia de nuestra ignorancia más real, que es la ignorancia
sobre nosotros mismos. ¿Cómo solucionar conflictos cuya raíz desconocemos? Nos
limitamos a sufrir las consecuencias. La humanidad es una enorme caja de resonancia de
las catástrofes individuales...
Y en estas condiciones nos sumergimos en la aventura del saber intelectual.
Intentamos aprender y creemos saber determinadas cosas. Creemos saber, sí, pero
¿qué sabemos realmente? Si no sabemos sobre nosotros mismos, ¿sobre quién o sobre qué
podremos saber verdaderamente?... ¿Acaso, si somos honrados, no reconoceremos
nuestra ignorancia sobre nuestros alumnos, si somos profesores, o sobre nuestros hijos,
si somos padres? ¿Qué sabemos de ellos verdaderamente?. . . Si no somos superficiales
conocemos la respuesta.
Pero la escuela como institución, es superficial, y pretende que se educa a los
estudiantes en un sentido muy amplio. En todos los sistemas educativos del mundo hay
bellas declaraciones de principios, muy hermosas consideraciones acerca de las
numerosas facetas en que debe educarse a las jóvenes generaciones.
Los hermosos principios de la ONU y las declaraciones sobre DERECHOS HUMANOS y
DERECHOS DEL NIÑO, no han impedido en ningún momento las guerras, la esclavitud ,la
prostitución, el machismo ,el hambre y las enfermedades mortales de la infancia de los
países pobres, los bombardeos sobre hospitales, las palizas de los padres o madres, y
toda clase de malos tratos de palabra o de obra realizados por los fuertes sobre los más
débiles. La mente humana, individual o colectiva, elabora bellos discursos que ni
corresponden a verdaderos sentimientos ni mucho menos a las actuaciones de los
declarantes. Los principios no garantizan su cumplimiento si no interviene la conciencia,
por más policías que hubiera para defenderlos.
En las escue1as se evidencia esa falta de unidad. E1 trabajo principal se centra en la
mente de los alumnos, pero especialmente en aquella parte de la mente que tiene que
ver con el aprendizaje teórico, con la memoria libresca, con el razonamiento abstracto a
partir de hechos no experimentados en la mayoría de ocasiones. Si distinguimos entre
opinión y conocimiento, observamos que el segundo es consecuencia de haber
incorporado la experimentación a la primera. Mas en las escuelas son poco visitados los
laboratorios, existe poco espacio para la experimentación en la Naturaleza, artística,
etc., de donde debemos concluir que un alto porcentaje de los niños sólo tienen una
opinión (que no ha sido elaborada por ellos, por carecer de experiencia), acerca de las
cosas que estudian. Y como la opinión no es verdadero conocimiento (como hace mucho
descubrió Platón), sino ignorancia, debemos concluir que los escolares, al cabo de un
buen número de años en los colegios y causando enormes cantidades de problemas a sus
profesores y muchos gastos sociales y familiares salen convertidos en unos ignorantes
titulados.
La mente de los niños sin objetos reales en que apoyarse en tantas ocasiones es tan
maltratada a lo largo del período escolar, que cuando acaban el examen de la última
asignatura del último curso, es muy difícil que vuelvan a sentir interés por volver a leer
un libro en su vida.
Los conocimientos acerca de las leyes de la mente se remontan a miles de años, pero
esos conocimientos se van incorporando tan lentamente a Occidente que vivimos
tranquilamente sin sospechar qué cosa es esa a la que llamamos MENTE y cómo funciona,
lo cual no nos impide creer que la conocemos bien, y que este conocimiento nos autoriza
a intervenir sobre la mente de los demás con total convencimiento de sernos útil. E1
caso es que cada uno de nosotros pretendemos, consciente o inconscientemente,
manipular las mentes de los demás desde el aparente privilegio que nos confiere el ser
padres o madres, el tener un ascendiente social o personal, un título o cualquier otra
cosa que nos permita dirigirnos a otros desde una supuesta ventaja de posición.
Si estamos dispuestos a reconocer nuestra ignorancia acerca de quiénes somos
verdaderamente, y de lo que se refiere a la estructura, razón de ser y funcionamiento
de nuestra mente, así como de la esencial RELACION ARMONICA ENTRE PENSAMIENTO,
SENTIMIENTO, y ACCIÓN es posible que podamos empezar a recorrer el verdadero camino
de nuestro progreso con buenas perspectivas de llegar a la meta. Cuando creemos
saber, siempre dejamos de preguntar. Y caemos en la trampa de la mente del
autosuficiente "sabelotodo", en la trampa del orgullo intelectual.
Nosotros, los maestros, como la mayor parte de seres humanos, hace mucho que
dejamos de preguntar ,tal vez desde la Universidad; creemos saber mucho al estar
rodeados por pequeños que saben menos, pero nos asombra que nuestros alumnos hayan
perdido el interés por aprender: nosotros les hemos enseñado con el ejemplo. Creemos
saber, pues, y no sabemos. Vivimos en la ignorancia de lo fundamental. Y la ignorancia,
aliada del conformismo, es la madre de todos los males que nos afectan. Aprendemos en
la medida que somos capaces de reconocernos ignorantes de algo.
PARTE I
CAPITULO 18
COMPRENDER, EXPERIMENTAR, DESCUBRIR
¿Están interesados los niños en formas diferentes de comprender?. ¿Están interesados en
experimentar?..¿Desean descubrir nuevas realidades? ...Cualquiera que tenga relación
con el mundo infantil podría dar testimonio de cómo los niños ponen en marcha todas
sus energías cuando se trata de comprender, experimentar y descubrir todo aquello que
tenga una relación natural con su existencia o que sea capaz de despertar su curiosidad
puntualmente. Comprender, descubrir, experimentar, forma parte de la naturaleza del
niño, desde luego, pero no es algo exclusivo de la niñez, sino que es esencial a la
naturaleza humana. Gracias a estos tres elementos es posible el verdadero progreso de
la Humanidad, el progreso espiritual. Ahora bien, poderosos enemigos se oponen a estos
magníficos impulso de progreso. Unos se encuentran en el interior de los individuos, y
otros en el exterior. Los enemigos internos son los defectos psicológicos; pereza,
ignorancia, orgullo, auto-importancia, y todo ese conjunto de lastres que llevamos
incorporados a nuestra personalidad y que se opone a nuestro progreso espiritual. Son
los que se definen como "enemigos secretos". Actúan en nosotros desde el subconsciente
y son todas esas energías negativas que hemos ido creando y alimentando con nuestros
pensamientos, nuestras palabras y nuestras conductas y dejado a un lado sin
enfrentarnos a ellas. Todos esos enemigos secretos tienen el poder que nosotros mismos
les hemos dado, a lo largo de esta o de anteriores existencias. Son, pues, obstáculos
creados por nosotros mismos y que se oponen a nuestra evolución. La suma de todos
ellos se manifiesta en la vida social en forma de mecanismos de control y desviación del
pensamiento, de adulteración cultural, miedo, represión abierta y tantos groseros o
sutiles modos como son capaces las sociedades establecidas de imponer sobre sus
miembros aquellos elementos que los desvían del impulso original de la niñez de
comprender, descubrir y experimentar la verdad.
"La verdad nos hará libres"...¿Cuántas veces habremos oído esta frase maravillosa?...
La Verdad nos hará libres de la ignorancia, de la opinión, de la esclavitud de la mente...
Pero sólo si la practicamos, pues no basta el conocerla teóricamente. Y esta clase de
libertad no la puede conceder ninguno de los poderes de este mundo. Nadie. Es una
conquista personal, imposible sin esfuerzo. Si alguien piensa que un cambio de régimen
político o una revolución económica va a permitirnos la auténtica libertad, es que
todavía ignora que los seres humanos somos esclavos cada uno de nuestra propia mente
y de nuestras
propias pasiones, y por más expertos en magia política que un
misericordioso destino pudiera concedernos, jamás un libertador venido de fuera puede
liberarnos de nosotros mismos.
Cuando seamos puros tras el aprendizaje y práctica del camino al ser interno, seremos
libres. Es este regreso al Paraíso perdido, el sentido del largo peregrinaje humano
existencia tras existencia.
Nos enseña el cristianismo originario, como se muestra en otros lugares de este trabajo,
que el ser humano es un ser espiritual que bajo la forma humana transitoria se
compone de dentro a fuera de: Espíritu, alma y cuerpo, siendo el Espíritu la chispa
divina en nosotros; el alma, la envoltura del Espíritu, el cuerpo espiritual y el cuerpo
físico, el soporte material ... En este contexto, los sentidos son las puertas del alma al
mundo exterior para que pueda conocer
a través de la mente, e interpretar lo que
sucede .De modo que la mente es un instrumento de conocimiento, pero necesita un
soporte físico. Tal soporte se lo proporciona el cerebro. La mente es inmaterial, como el
alma a la que pertenece y como la chispa de Espíritu divino que ella envuelve. Al
Espíritu que puede expresarse en el alma libre Lo experimentamos como Conciencia,
ese observador interior que nos califica pensamientos, sentimientos, actos, favorables
o contrarios a las leyes divinas. Y cada ser humano, según su grado de evolución,
percibe en mayor o menor grado la voz de su conciencia, la voz de su Intimo...
Sensaciones, pensamientos, sentimientos, palabras y actos son los cinco componentes
del quehacer humano. Armonizados entre sí y encauzados hacia metas no egoístas,
permitirán la eclosión del Espíritu en nosotros, y con ello el advenimiento del verdadero
conocimiento, que es superior al conocimiento intelectual: LA SABIDURÍA La sabiduría
brota desde la conciencia tras la experiencia victoriosa del conocimiento aplicado a la
realidad, aunque más allá de la sabiduría existen otras metas como la paciencia el amor
y la misericordia, antesala mística de la unión íntima con el Ser Cósmico, objeto de la
existencia humana en la Tierra.
El simple conocimiento intelectual no lleva a la verdad. Sólo a una ilusión de verdad: la
erudición. Produce profesionales, expertos, intelectuales, ilustrados, eruditos y
laureados, etc., pero no sabios. El intelecto sólo puede permitirnos ver fragmentos de la
superficie de la realidad, pero es incapaz de captarla en totalidad y profundidad. El
pensamiento intelectual conduce a estados de opinión, no a estados de conciencia ni a
la certeza. Siempre nos ofrece aspectos del rostro externo de la realidad, y nunca una
visión unitaria de la misma. La concibe dividida en compartimentos estancos a los que
llama "Física,"Biología", y otros nombres. Apenas hoy se empieza a vislumbrar el
conectar todas las ciencias entre sí. Pero aún así seguiríamos teniendo un mapa externo
de la realidad.
Los edificios escolares debieran tener forma de cráneo, dicho con toda ironía pues la
mayoría de los educadores sólo ven cabezas sobre los pupitres de sus clases. Desea esta
sociedad informar cabezas, porque se da en pensar que el verdadero conocimiento es
intelectual. Olvidando la existencia real de la educación de los cuerpos y de las
emociones, se consiguen a los sumo conocimientos escurridizos, se consiguen
intelectuales o profesionales de esto o lo otro, pero nunca un ser humano equilibrado,
nunca un ser realizado o preparado para seguir su propio camino de realización.
El conocimiento intelectual conoce tan solo fragmentos del rostro externo de la
Realidad. La percibe fragmentada en compartimentos individuales. Se actúa como si la
Naturaleza estuviera dividida y fuéramos capaces de aislarla fragmento por fragmento.
Absortos en los árboles perdemos de vista el bosque. El enorme retraso que todavía
tiene la Ciencia actual es su ceguera para percibir la Totalidad, y esa misma ceguera es
la que impide a la Ciencia el avanzar en sus conocimientos.
La consecuencia de todo esto es que los individuos se ven empujados desde muy
pequeños a iniciar su aprendizaje mental para ser insertados en la sociedad como
productores y consumidores de toda clase de modas Y DE TODA CLASE DE OBJETOS..
Toda la parafernalia social no es más que una pantomima que encubre el verdadero
rostro del mundo que vivimos: el rostro bostezante de la Sociedad de Compraventa
General, que prepara a sus hijos para formar parte de su engranaje de telaraña.
El intelectualismo enferma a la gente, la desequilibra.¿De qué nos sirve ser un brillante
ingeniero, un esforzado peón o un refinado artista si cada uno de nosotros no es capaz
de reunir en sí sus propias experiencias, las del alma de cada uno?... ¿De qué sirve a los
maestros que un niño destaque en Matemáticas si se siente desgraciado a causa de sus
problemas familiares? Y sobre todo: ¿de qué le sirve a un niño atiborrarse de
conocimientos que no le interesan verdaderamente, reprimir sus emociones, o
permanecer inmóvil en su pupitre horas y horas para adquirir su dosis de aprendizaje? Es
posible que a fuerza de miedo, exámenes, regañinas y variados y sofisticados sistemas,
sin olvidar los premios, pueda alcanzar a graduarse, pero ¿qué precio ha pagado? El
precio de la ignorancia sobre sí mismo y el hábito de la sumisión.
Los niños deben estar muy motivados para el aprendizaje, pues la motivación, el interés
despertado, hace que la mente busque activamente el conocimiento, necesite descubrir
lo oculto, explorar la realidad para extraer de ella lo que puede ofrecerle. Y todo esto
de un modo lúdico, creativo, participativo. La atmósfera de una clase no puede ser más
la de una prisión. La atmósfera de las aulas debe ser un lugar de encuentro de cada uno
consigo mismo y con los otros. Un lugar de convergencia y armonía. Pero eso ha de
construirse poco a poco, sistemáticamente. Para ello hemos de empezar a dejar de
considerar a la mente como la reina del ser humano, vivenciando el hecho de que la
conciencia está más allá de la mente, y que esta debe ser su servidora, si queremos
evitar desequilibrios en nuestro cerebro, en nuestra salud y en nuestra vida toda...Hay
que evitar todo desequilibrio entre lo emocional, lo mental y lo físico si queremos vivir
con una personalidad bien estructurada. Esto deberíamos tenerlo siempre bien presente
aquellos que educamos: padres, profesores y educadores de todo tipo...
Son los padres los primeros que deberían entender estas cosas, los primeros que deben
entender y vivir con una sana motivación para aportar alegría y respeto a los demás;
son ellos los responsables de hacer en sus hogares todo lo necesario para que aparezca
eso. En cada familia los hijos deben aprender a comprender, sentir y actuar
correctamente. Pues este comprender, sentir y actuar es lo que la escuela desarrollará
para situaciones concretas de aprendizaje. Si queremos verdaderamente cambiarnos a
nosotros y cambiar el mundo no existe otro camino que este: COMPRENDER BIEN, SENTIR
BIEN, ACTUAR BIEN.
PARTE I
CAPITULO 19
EL APRENDER Y SUS CONDICIONES
Los niños van a la escuela a aprender. Y las escuelas deben estar preparadas para
FACILITAR ese aprendizaje. Facilitar el aprendizaje nada tiene que ver con imponer
aprendizajes de ningún género... Aprender es algo que los niños desean naturalmente;
no necesita serles impuesto. Niños y niñas tienen necesidad íntima de aprender, porque
su naturaleza espiritual les indica el sentido de esta vida, que se basa en evolucionar
aprendiendo cada cual lo necesario. Sus mentes todavía no están alteradas por las
expectativas utilitarias, como sucede con los adultos. Lo cual no debe interpretarse
como que los niños carecen de sentido práctico. Justo la falta de aplicación práctica de
los conocimientos que en las escuelas se dispensan actúa como un verdadero topo
socavando el interés por el aprendizaje. Tal cosa sucede cuando los pequeños
estudiantes no observan el vinculo que relaciona con la vida todo aquello que aprenden
en las escuelas. Para ellos, aprender es una manifestación de la alegría de vivir, un
movimiento de su propia vida, y el niño está constantemente aprendiendo, en
la escuela y fuera de ella.
La tarea inmensa de las escuelas y de los maestros consiste en facilitar a los escolares
las condiciones óptimas para el aprendizaje. E1 niño y la niña deben sentirse cómodos,
seguros", atendidos y entendidos. Y deben sentirse libres para poder actuar. La libertad
es la condición básica del aprender. Las imposiciones sobre lo que hay que aprender no
conducen al aprendizaje sino a la sumisión, la apatía, y finalmente, a la rebeldía.
Ninguno de estos resultados, tan frecuentes en las escuelas de esta sociedad decadente,
puede conducir a la autonomía ni a la felicidad. ¿Y no es la felicidad hija del desarrollo
personal? ¿Y no es la libertad la condición primera y suprema de todo desarrollo?... Pero
los programas escolares no son orientativos , sino impositivos. La escuela se organiza
en función del Programa. Más ¿quién hizo el Programa?¿Para satisfacer a quién se hizo?
¿Cuál es su grado de necesidad objetiva más allá de lo que estiman las minorías que lo
diseñan para servir a otras minorías que lo imponen? Permitámonos una breve
comparación. Recordemos qué sucedió y sucede en las colonizaciones imperialistas. E1
colonizador blanco siempre impuso sus leyes violentamente para conseguir sus objetivos
de rapiña y dominio. Los resultados están a la vista. ¿En qué lugares del mundo existe
más violencia y menor capacidad de autogestión del colectivo de un país? Allá donde se
ha dado una larga colonización económica y una larga imposición cultural con restricción
casi absoluta de libertades. Vemos en esos países
diarias explosiones de descontento,
toda clase de atropellos a la dignidad humana, estancamiento económico, dictadores,
genocidios. Todo eso produce resistencias muy fuertes en las poblaciones, tremendas
divisiones
vividas
desde
la
violencia
y
el
odio;
fragmentación
y
más
fragmentación."Separa, ata y domina" son las leyes de los que involucionaron y quieren
seguir haciendo su voluntad personal contra la voluntad de Dios. "Separa, ata y
domina" es, por cierto, un principio satánico.
En las escuelas existe una insumisión creciente, una apatía creciente, una violencia
creciente. Todo el mundo lo sabe. En primer lugar, los niños, naturalmente. Luego todos
los demás: profesores, padres, autoridades educativas. Los psicólogos escolares pueden
dar fe del elevado número de estudiantes que se resisten al Sistema, por activa o por
pasiva; consciente o inconscientemente. Muros afuera del aula o del hogar familiar, los
llamados" medios de (falsa) comunicación" se encargan de mostrarnos los estallidos de
esa guerra sorda con que muchos estudiantes se identifican. A veces son estudiantes
contra estudiantes, pero también son agredidos los profesores. Y no sólo por los
alumnos, sino también por los padres. La raíz es la misma: la imposición no deseada, el
desprecio hacia lo personal, lo autónomo, lo íntimo. Y la desconexión familia-escuela. A
través de la prensa sabemos que los estallidos violentos son cada vez más frecuentes y
precoces... Niños asesinan a niños y profesores. Policías con detectores de metales
aguardan en las entradas de los colegios, mientras aumenta la demanda de vigilancia
privada por parte del profesorado, cada vez más angustiado e indefenso... ¿Qué hacer
ante este tremendo asunto?
En Estados Unidos, donde la venta de armas es libre, como sabemos, la YWCA
(asociación de jóvenes cristianas) señala en una encuesta realizada en 1996 que cinco
millones de menores entre 12 y 18 años tienen libre acceso al arma de sus padres. Esto
es escalofriante, sin duda como lo es el dato que acompaña: en treinta y nueve millones
de hogares americanos hay armas de fuego...
Existen en los propios EEUU, cuyos gobernantes representan lo más prehistórico de las
fuerzas de involución planetaria, muchas denuncias al respecto hechas por cineastas ,
actores y actrices del mundo del cine, creyentes de diversas religiones, organizaciones
políticas, gentes pacifistas y ecologistas, artistas, psicólogos, médicos y otras gentes
honradas con voz pública. Sus denuncias y críticas no parecen afectar demasiado a la
Asociación Nacional del Rifle y a los que la apoyan comprando y vendiendo armas,
como no podía ser de otro modo en una sociedad tan militarizada, y amedrentada
como la americana, devenida de democracia a estado policiaco.
Hay una parte de nosotros, los seres humanos, muy sensible a la violencia, (JUSTO LA
PARTE DE NOSOTROS AÚN NO ILUMINADA POR LA CONCIENCIA LIBRE) de ahí el éxito de
tantas películas de ese género y el fracaso de tantas relaciones personales y colectivas.
La ira puede generar una enfermedad, provocar una pelea familiar o una guerra. Todo
depende. La violencia es una enfermedad personal del alma, convertida finalmente en
enfermedad social pocas veces latente: tiende a manifestarse con frecuencia y con
diferentes grados de gravedad como se observa en cualquier relación interpersonal falta
de amor, que es la relación interpersonal más frecuente en nuestra especie. Así que las
sociedades son violentas. Unas se arman si pueden y otras no, porque no pueden
hacerlo impunemente sin contar los que se han armado mejor. Pero si la ley no permite
armarse a los ciudadanos uno a uno, les asegura la existencia de grupos uniformados
que en cualquier momento están dispuestos a defender por las armas la causa que,
supuestamente, es la causa de todos: "LA GRAN CAUSA DEL MOMENTO".En los países
ricos imperialistas, la "gran causa del momento" es siempre la misma: invadir, matar,
atropellar, robar, controlar, a los países más débiles, pero siempre ricos, o de alto
valor estratégico-militar, que existen en el Globo terrestre. Naturalmente, esto no se
cuenta así a las gentes de esos países ni al mundo. Para eso existen los políticos, los
medios de propaganda oficial y los medios de comunicación social: para camuflar,
minimizar, silenciar y despistar todo lo que se pueda sobre las verdaderas intenciones y
sobre las verdaderas actuaciones de aquellos a quienes sirven... La inmensa mayoría de
todos ellos hablan en su momento de razones que justifican esos crímenes contra la
humanidad. Inventadas, naturalmente. El soldado que mata lo hace encarnando una idea
de otros, pero utilizando el impulso de su propio miedo y la violencia interna personal
,mientras la violencia social acumulada le respalda y legitima. Así los crímenes de guerra
son siempre, en alguna medida, colectivos. No existen hoy en día sociedades pacíficas.
No existen estados pacíficos. No existen gobernantes que se declaren pacifistas. Ni
siquiera el propio Papa lo es, pues acepta la llamada "guerra justa" y él mismo tiene
guardias armados en su territorio del Vaticano, algo inimaginable en Cristo, pero
perfectamente imaginable para quien conoce la verdadera historia de la Iglesia.
La violencia individual cristaliza en sociedades violentas. Todos los estados poseen y
venden armas que fabrican de continuo. Jamás eso es criticado por la intelectualidad de
estas sociedades o lo es tan débilmente que apenas si es consciente la opinión pública
de que los gobiernos de los
países están al servicio de poderosas empresas
multinacionales, no sólo de armamento, o tienen que pelear contra ellas sin otra
opción. Una plutocracia gigante crece como un cáncer planetario y maniobra día a día,
momento a momento, construyendo esa inmensa red que llamamos globalización. Si los
miembros de estas sociedades hubiéramos asistido desde la niñez a escuelas donde se
nos hubiera respetado el aprender en libertad; si la escuela hubiera sido un lugar de
paz, un ámbito de crecimiento personal, y si además tuviéramos la inmensa dicha de
nacer en el seno de familias amantes y practicantes de la paz, tengamos por seguro que
la distribución de armas en el mundo tendría serias dificultades y no existiría ese poder
destructivo de las libertades y de la habitabilidad del Planeta. En las escuelas se habla
mucho de paz, pero ella misma como institución está lejos de crear en los estudiantes
este sentimiento. En los llamados medios de comunicación se habla mucho de paz, pero
los mismos que hablan de paz se preparan para la guerra.
La paz es el idioma del corazón, y es amiga inseparable de la libertad de aprender en
las escuelas.
PARTE I
CAPITULO 20
EL PROCESO DEL CONOCIMIENTO Y SUS OBSTÁCULOS
Todo aprendizaje debe llevar a un verdadero conocimiento de las cosas. Y estoy de
acuerdo con los que afirman que el verdadero conocimiento debe conducir a la
abstracción, y por tanto ser fácil de extrapolar a diversos aspectos de la realidad a la
que debe pertenecer.
E1 verdadero conocimiento consiste en la aprehensión total del objeto por tres vías:
mental, emocional y experimental.
No existe verdadero conocimiento si no se integran en un proceso único cada uno de
estos tres pilares del conocer, que deben llevar felizmente a la abstracción. Sin estos
pasos, seguiríamos teniendo del objeto una visión intelectual... Respetando esas tres
vías, no sólo habremos llegado a la abstracción, sino que a la interiorización del
conocimiento, que será lo que nos permite darle vida, dinamismo.
Habitamos tres mundos: el físico, el racional y el emocional. Este último, unido
directamente al proceso evolutivo del alma individual. Los modernos estudios sobre el
cerebro han podido determinar hasta cierto punto las funciones de los dos hemisferios
cerebrales. El lóbulo izquierdo se asimila a las funciones "lógicas"(del filósofo, del
matemático etc.) y el derecho a las "intuitivas"(residencia del artista, del místico.)
Si observamos atentamente, también nuestro propio Planeta se ha hallado hasta hoy
mismo dividido en dos hemisferios: Oriente y Occidente culturales. La cultura oriental
indostánica es la cultura del hemisferio cerebral derecho; la cultura occidental
euroamericana es la cultura del hemisferio cerebral izquierdo. Oriente se puede
simbolizar con un meditador
y occidente por un operador sentado frente a su
ordenador. Ambos son necesarios, pero ambos deben unirse, pues todo está en todo.
También en el propio cerebro, no es demasiado rígida, dicen los últimos estudios, la
división de esas funciones que hemos esquematizado más arriba .
Así como el lóbulo cerebral derecho parece que percibe por totalidades, el izquierdo
percibe por partes. Del mismo modo, Oriente nos ha podido transmitir unas visiones del
mundo fundadas en el sentido de profunda unidad de todo lo existente, mientras
occidente ha ido fragmentado y fragmentando conocimientos. Sin embargo, el cerebro
funciona como un todo; los mensajes de una y otra parte no se oponen entre sí de un
modo determinista, sino que son complementarios. Deben serlo, si queremos que exista
un equilibrio personal, social y... mundial. Por desgracia, tal equilibrio no existe... E1
lado occidental del mundo ha sobrevalorado lo analítico, lo intelectual, las divisiones en
categorías, las funciones lógicas, el cálculo. Tal hecho afecta negativamente a esta
civilización, que ha ido adoptando progresivamente formas de pensamiento y actitudes
sociales tan alejadas de lo espiritual, lo intuitivo, la expresión adecuada de las
emociones, lo creativo, que es casi imposible descubrir a un solo individuo que esté sano
en esta parte del mundo, donde reina la infelicidad y la enfermedad, enmascaradas por
los laboratorios farmacéuticos y los programas llamados de "bienestar social".De ese
desequilibrio se nutren los noticiarios del mundo.
La familia y la escuela constituyen dos importantísimos pilares de transformación de la
mente colectiva. Pero hay muchas clases de familia y muchas clases de escuelas, y en
Occidente podemos comprobar que ni los padres y madres ni los maestros y maestras
han sido capaces de encauzar a sus respectivos hijos y pupilos en el camino del
verdadero conocimiento. La confusión existente en las propias familias genera que a los
hijos se les eduque bajo el signo del conflicto. La generalizada ausencia de
espiritualidad (que no hay que confundir con estar adscrito a una religión determinada),
supone también una ausencia de pensamientos, sentimientos y propósitos elevados en la
generalidad de los hogares. La caída en picado en el último cuarto de siglo de valores
positivos en los que creer, ha originado un verdadero caos. Los padres han perdido la
autoridad sobre los hijos, y los hijos el respeto a sus padres. La comunicación en el seno
familiar ha, prácticamente, desaparecido, con la agravante de que debido a la crisis
económica imparable todos se ven obligados a convivir durante muchos más años... Por
unas y otras razones el resultado es que la familia actual ha abdicado prácticamente de
la educación. Los vástagos, abandonados al libre albedrío de los deseos y de los
sentidos, insatisfechos y ávidos de algún tipo de aliciente que no hallan en su entorno
natural se convierten en consumidores de todo tipo de productos que esta sociedad de
mercachifles ha preparado especialmente para cada ocasión de descontento. E1 mundo
occidental se ha convertido en unos grandes almacenes donde las gentes andan como
locas buscando algún sustituto que las aproxime a la felicidad. La nefasta influencia de
la televisión colabora en afianzar este tríptico de confusión intelectual, desequilibrio
emocional e incitación al consumo. Su mayor peligro reside en que intervine con mucha
fuerza sobre el lado derecho del cerebro, creando y dirigiendo emociones; creando y
dirigiendo fantasías; creando y dirigiendo deseos. A través del poder de la imagen y del
sonido, se manifiesta el poder del Poder de este mundo, que tiene muchos rostros pero
que es uno: el del lado oscuro de la existencia, el de las sombras, el poder del Ego... A
través de la pantalla-púlpito de la TV, los predicadores del Poder en todos los ámbitos
suministran al inocente espectador toda clase de materiales que acabarán por definir
una gran parte de su pensamiento y su conducta a través del lóbulo izquierdo cerebral,
creando así comportamientos individuales y colectivos adaptados precisamente a las
necesidades del Poder, que (no lo olvidemos) es el autor así mismo de los programas
escolares de todo el mundo.
La escuela tiene que enfrentarse a esta situación de partida contando con muchas
otras limitaciones. En primer lugar habría que mencionar las propias de los profesores.
Como personas, la crisis de valores que afecta al conjunto social puede afectarles a
ellos, como sucede de hecho bastante a menudo. Esto origina un conflicto entre aquellos
valores que los profesores van adoptando (muchas veces con un claro contenido de
autodefensa), aquellos que los escolares aportan de sus hogares, y las exigencias de la
administración educativa desde intereses políticos, sociales, culturales y económicos
concretos, que son los que van a determinar en última instancia la filosofía educativa de
cada país concreto.
La falta de recursos adecuados educativos es tremendamente llamativo , pues el
centro de referencia de aprendizaje en las clases sigue siendo el profesor delante de su
pizarra, lo cual contrasta, por medieval, con el desarrollo tecnológico moderno y del
que presumen estos gobiernos que tan preocupados parecen por una falta de calidad de
la enseñanza de la que pretenden culpabilizar especialmente a los profesores y
alumnos. No es que la tecnología avanzada sea la panacea para una educación de
calidad, pero es evidente que mejoraría mucho los rendimientos intelectuales en las
áreas instrumentales, por un lado, y, por otro posibilitaría la mejor comunicación
profesores-alumnos en el mismo centro y también Inter-centros a nivel nacional e
internacional, lo que estimularía el aprendizaje, posibilitaría diferentes alternativas de
trabajo conjunto, investigación, etc., y por otro lado dejaría claro el mayor interés de
los gobiernos por un aprendizaje de calidad antes que por la compra del último modelo
de avión o de tanque que después de todo sólo tienen como objetivo acabar con las
vidas de otros, bajo la excusa que sea. Apostar por la educación es bien diferente a
apostar por la guerra, que es la consecuencia fatal de una educación tan deficiente
como incompleta.
Dado que el proceso de aprendizaje ha de hacerse de tal modo que ningún paso de ese
proceso sufra interferencias perturbadoras, es de suma importancia que los profesores
se preocupen
por la vida de sus alumnos en los niveles físicos, emocionales e
intelectuales, sin descuidar ninguno de ellos. En primer lugar, la salud física de los
escolares ha de ser perfecta. Esto exige por parte de los padres el que sus hijos tengan
una alimentación equilibrada y lo más natural posible, lo que supone la exclusión de las
llamadas "comidas-basura" tan extendidas en el mundo infantil por ser fuentes de
toxinas, colesterol, y, además, de alteraciones del sistema nervioso y, por tanto,
emocionales. A esto conviene añadir las necesarias horas de sueño que tan poco se
respetan en los niños, el cumplimiento de las normas de higiene ocular (tan reñida con
el número de horas ante el televisor), de higiene dental (tan insuficiente como todos los
dentistas saben), y de higiene corporal general. Sorprendería saber los niveles de falta
de higiene corporal de muchos de los estudiantes.
Pero la salud no es física únicamente, sino el resultado de un buen equilibrio psicofísico. E1 escolar debe conservar una buena salud emocional, pues sin ella es imposible
una buena salud física y también resulta muy difícil el proceso de aprendizaje y la
relación social correcta. Sin estos presupuestos, lo que sí se dificulta sobremanera es la
evolución espiritual de los escolares. Las manifestaciones de ira, impaciencia, vanidad,
orgullo, timidez, egoísmo, avaricia, celos y envidia que tan a menudo vemos en el
comportamiento escolar, pueden ser producidos por desequilibrios en la salud psico-
física de los propios niños, pero son a menudo-y esto es lo preocupante- componentes
del ambiente familiar (y ser actitudes aprendidas), o bien defectos que muestran
también los propios profesores en su personalidad o en sus método de enseñanza o de
relación con los alumnos. Es muy importante para los educadores el detectar con
prontitud los defectos propios en primer lugar, así como los de sus educandos, y
aprender a determinar la procedencia de tales defectos, porque no exige el mismo
tratamiento corrector una emoción negativa nacida a causa del ambiente familiar que
una emoción negativa propia, reflejo del carácter particular del alma del niño. En
ambos casos es primordial la colaboración del padre y la madre entre sí y la práctica de
una buena relación de estos con los profesores,
que debe ser más estrecha y
comprometida a medida que es mayor la dificultad que presentan los más jóvenes.
Niños inteligentes, pero poseedores de emociones perturbadoras frecuentes o muy
intensas sufren bloqueos energéticos que no solamente le impiden madurar
intelectualmente y aprender, sino su progreso espiritual. Por el contrario, niños menos
dotados intelectualmente al principio de su escolaridad, pero que cuentan con un buen
equilibrio emocional propiciado por el ambiente familiar, y una buena autoestima,
aumentan poco a poco su capacidad intelectual y su rendimiento académico. Esto es tan
importante que no parece suficiente nunca todo el esfuerzo que se ponga en educar a
los niños en valores y emociones espirituales positivas y en comportamientos de respeto,
responsabilidad sobre sus asuntos personales, y pautas concretas de colaboración
familiar no sexista que le permitan ir formando una personalidad equilibrada.
La educación pone a prueba a estudiantes y profesores, así como a los padres que
realmente se integran en el proceso formador de sus hijos. Tenemos que tomar
conciencia de que los educadores también nos hallamos sometidos a la necesidad
de madurar, evolucionar y cambiar las pautas que nos impidan ser mejores de lo que
somos para ser más eficaces en nuestra responsabilidad como educadores. El educador
no puede bajar la guardia ante los que educa, pues es contemplado como un modelo
sobre el que edificar. Ante las actitudes negativas, el educador ha de andar con sumo
cuidado, especialmente si esas actitudes se encuentran también en él; pero de esas
pruebas se debe salir airoso, habiendo progresado todos en perfección. Las diversas
situaciones que acontecen en la vida cotidiana del hogar o de las aulas han de servirnos
de reveladores fotográficos para ver cómo somos realmente unos y otros, no como nos
imaginamos ser. En nuestros comportamientos espontáneos salen a la luz elementos del
inconsciente verdaderamente definitorios de nuestra personalidad. Igual sucede en los
sueños. A veces, son los propios niños los que nos descubren aspectos negativos de
nuestra personalidad (a través de sus comentarios, sus comportamientos, sus gestos,
etc.) que nos sirven de "aviso para navegantes"...
En las escuelas, alumnos y maestros, cualquiera que sea su sexo y su condición social de
procedencia, se encuentran inmersos en la misma aventura: LA AVENTURA DEL
CONOCIMIENTO Y DEL AUTODESCUBRIMIENTO Y CORRECCIÓN DE ERRORES a todos los
niveles: físico, mental y emocional .Tal vez por eso se dice que los alumnos forman
parte del destino de los maestros, del mismo modo que a la inversa sucede. Pero para
que este encuentro dialéctico sea realmente positivo han de darse cinco condiciones
básicas en la relación entre educador y educando, sin las cuales no puede darse
verdadera educación ni auténtico aprendizaje. Estas condiciones son: libertad,
motivación, observación, experimentación e interiorización.
Cualquier merma de las citadas condiciones supone trabas al proceso educador. La
voluntad de conocer, la buena observación y la adecuada concentración necesarias para
el aprendizaje tienen su origen en unas buenas dosis de aquellas condiciones básicas. ¿Se
respeta esto en las escuelas?
PARTE I
CAPITULO 21
EL APRENDER, LA RELACIÓN Y LA DISCIPLINA
Enjambres de ideas revolotean cada día por las aulas. Desde los libros, desde la voz del
maestro o maestra brotan una tras otra cuidadosamente programadas, cuidadosamente
dosificadas. Por persuasión, por imposición, o de un modo mecánico y resignado, los
pequeños escolares intentan abrir sus mentes para que el mayor número posible de ideas
del enjambre queden atrapadas en las redes de su memoria, al menos el tiempo
suficiente para que se compruebe cuántas de ellas están registradas en el banco de
datos de la mente mediante un examen. Si el resultado es satisfactorio para los
programadores de las pruebas, el niño o la niña pasarán el examen o el curso. Y eso es
todo. Toda la estructura escolar, todos los esfuerzos de profesores y estudiantes, todos
los desvelos, los gastos de las familias, las preocupaciones y sufrimientos de los niños
por el resultado de sus esfuerzos y muchos otros factores en torno al aprendizaje tienen,
pues, por objeto el que los niños atrapen en las redes de su memoria (¿por cuánto
tiempo?) un cierto número de ideas programadas tal vez antes de que el niño o la niña
nacieran. ¿Qué sentido real tiene todo esto?... ¿Puede haber así alguna clase de
evolución personal?... ¿Estamos preparando a las nuevas generaciones para que cambien,
y cambien este mundo con su progreso individual? Es difícil aquí el optimismo.
Las ideas no deben ser aprendidas, deben ser vivenciadas, deben ser experimentadas,
vividas. Se aprende lo que se vivencia a través del contacto directo, a través de la
experimentación. Así establecemos la relación con el mundo exterior desde que nos
reconocemos, y en ese mundo exterior está comprendido lo que llamamos Naturaleza y
aquellos a quienes llamamos "los otros", "el prójimo".
Observamos para experimentar, experimentamos para saber Y SENTIR. Observamos, pero
he aquí que todo cuanto nos sucede en este proceso nos sirve de banco de pruebas para
LA AUTOOBSERVACIÓN. Nos descubrimos en la relación: nuestros defectos, nuestras
virtudes. En el gimnasio de la relación iniciamos el camino de la verdadera evolución.
Tal camino nada tiene que ver con las notas de fin de curso. En él aprendemos a
aceptar, a aceptarnos; a amar y a amarnos, a ser conscientes de nuestros actos, a
descubrir lo que debemos cambiar en nosotros. Este es el auténtico sentido
PROFUNDO Y MOTIVADOR del aprender y nos proporciona el verdadero conocimiento
vivido instante a instante. Este es también el auténtico sentido de la vida: aprender a
vivir con la conciencia libre y despierta. Libre y despierta... A este objetivo deben
tender todos nuestros esfuerzos como seres humanos, y desde luego todos los trabajos
en el campo de la educación. Conciencia libre y despierta... No existe posibilidad de
progreso real (no de ese progreso de la tecnología que se nos ha hecho pasar por tal,
sino de progreso del alma , que es el advenir de la conciencia que como seres
espirituales tenemos pero que aún estamos muy lejos de poseer y de usar
adecuadamente en nuestro primitivo mundo); no existe, decimos, posibilidad alguna
de desarrollo humano mientras sea la mente de los estudiantes el objeto de esos
programas impuestos por la autoridad impuesta, o elegida, (tanto da en este caso.)
Estos elementos negadores de vida se establecen como una cuña entre profesores y
estudiantes, entre estos y el trabajo escolar, produciendo apatía, rebeldía, sumisión,
ideas superficiales e inútiles, esfuerzos estériles y conflictos innecesarios, pero en este
caso absolutamente ineludibles. Estos elementos perturbadores (autoridad en posesión
de la verdad absoluta, programa incuestionable), destruyen la relación porque impiden
la manifestación de la corriente vital de la conciencia de alumnos y profesores. Rota la
relación, surge el conflicto, y donde hay conflicto aparece ese elemento corrector
impuesto (de nuevo) desde el exterior y que de tanto predicamento goza en cuarteles y
en escuelas. Nos estamos refiriendo a la famosa DISCIPLINA. La disciplina es hija del
MIEDO y de la IGNORANCIA, los enemigos principales de la evolución. Es comprensible en
los medios militares, pero los niños no son soldados. Pretendemos educar, pero la
disciplina impuesta impide la relación, y por tanto la educación, hija del fluir de la vida
en las aulas. El fluir de la vida es total, permanente, en el aula y más allá, y ese fluir
debe hacerse consciente por todos a través del trabajo diario. Así que la disciplina, que
parece un recurso estupendo para educar se convierte en un obstáculo... En un clima de
libertad, la disciplina se manifiesta como parte de la relación y como autodisciplina; y el
conflicto, cuando surge, surge como elemento corrector y se resuelve en la propia
dinámica de la relación. Obsérvense los juegos de los niños. En sus juegos los niños se
apasionan, se manifiestan, autorregulan su relación, resuelven los conflictos de
intereses, aprenden a conocerse, a vivir, en una palabra.
Una auténtica disciplina debe partir de la base de asumir colectivamente
ciertas
normas de convivencia y trabajo consideradas por todos como imprescindibles
para nuestro trabajo. Es mucho más sencillo, por ejemplo, verificar en una asamblea de
clase los obstáculos que nos impiden un buen funcionamiento, escuchar opiniones,
ahondar en las causas del problema y tomar acuerdos correctores, que emitir una norma
desde "arriba" imitando aquello de "todo para el pueblo, pero sin el pueblo".Una norma
así ya nace muerta. Sostenerla es perder tiempo y energía; lo que sucede cuando se
intenta dar vida a un cadáver.
La escuela debe apasionar, porque de la pasión surge la vida. La disciplina impuesta la
estrangula, y enferma a la gente de violencia, de pasividad o de miedo. Entre la
disciplina interior que surge espontánea en el juego infantil, que favorece la acción
correcta entre los jugadores y facilita el éxito del juego, y la disciplina impuesta desde
el exterior impulsada desde el dirigismo autoritario, media un gran abismo: el que existe
entre la vida y su negación; entre autodisciplina y disciplina a secas.
PARTE I
CAPITULO 22
EL EQUILIBRIO EMOCIONAL DE LOS ESCOLARES
La adquisición de conocimientos está estrechamente ligada a la salud emocional. La
salud emocional de un niño está, a su vez estrechamente ligada a la estabilidad
emocional de la familia con la que vive ,y a la de sus profesores. Un niño, una niña,
equilibrados emocionalmente mostrarán fácilmente interés por aprender, tendrán con
poco esfuerzo un comportamiento adecuado, y se encontrarán en óptimas condiciones
para abordar cualquier tarea. De lo contrario, los resultados son negativos. Un niño
equilibrado es un niño feliz, cargado de energía disponible de inmediato. Un niño con su
equilibrio emocional alterado, no es feliz, su campo energético está alterado, sus
problemas laten a flor de piel, pierde energía y recibe menos energía por sus propios
bloqueos nerviosos, y sus actitudes no resultan adecuadas para el aprendizaje: carece de
interés, capacidad de atención y concentración. Es más: un niño o una niña en estas
condiciones vivirán situaciones PRECISAMENTE DERIVADAS DE SU DESEQUILIBRIO Y FALTA
DE ENERGÍA que interferirán en su capacidad de ver objetivamente... Un niño infeliz es
un niño que no aprende, ni en cantidad ni en calidad, aquello que pudiera esperarse de
él por su coeficiente intelectual (el cual, por cierto, se ha comprobado que no es un
valor estable, sino que AUMENTA CON LOS NIVELES DE AUTOESTIMA Y FELICIDAD DE
LOS NIÑOS.)
Las alteraciones emocionales negativas más importantes que sufren los pequeños tienen
como origen el mundo adulto MÁS PRÓXIMO y las escenas de TV. Los adultos vuelcan en
los niños lo que realmente es su propio veneno interior: su falta de amor real
(confundido a veces con el apego y el amor propio de los padres), su fácil ira, su
impaciencia, su apatía, su inseguridad, su falta de espiritualidad. Su deseo: evadirse de
la realidad(no quieren ser molestados a menudo), su deseo de descansar (están muy
cansados muy a menudo). Los niños y niñas de esta civilización industrial interiorizan
todo eso fácilmente. Como resultado obtienen una imagen de sí mismos como la de un
sujeto de escasa valía. Su autoestima es muy baja, porque la falta de amor que
experimentan de sus mayores ( que no se interesan demasiado por su forma de pensar y
de sentir, ni por sus deberes escolares o su vida social en el colegio ) acaban
proyectándola sobre sí mismos. En consecuencia, se bloquean sus emociones positivas y
desciende su autoestima. En cambio, las impresiones y sentimientos negativos vividos
por los niños se manifiestan en ellos con un rostro inexpresivo, con un rostro
fácilmente airado o con el rostro sumiso y manipulable del niño "demasiado bueno",que
a todo se aviene y pretende creerse y hacernos creer que nada le preocupa, y a todo
accede de buen grado. Esos rostros ocultan siempre un alma triste. E1 escolar
"demasiado bueno",por ejemplo, está mostrando la conducta pasiva, distante y de
aparente sumisión con la que busca protegerse de un mundo exterior vivido como hostil
y dañino para su persona, y al que le falta energía para oponerse. E1 escolar "demasiado
bueno", se muestra, por esta causa, poco receptivo, débil de atención y con escasa
capacidad de concentración y perseverancia en los esfuerzos -siempre penosos para éldel aprendizaje. Estos niños están paralizados por el veneno del MIEDO. El miedo
destruye la libre iniciativa (y por tanto la capacidad creativa), convierte a los
estudiantes en imitadores, en cotorras que memorizan datos, en gentes de mente
mecánica y en esclavos del qué dirán. La gente miedosa es gente desconfiada que sólo
piensa en protegerse. E1 miedo es el principal instigador de toda clase de violencias, de
toda clase de desconfianzas, de todas las guerras. Si efectuamos una lectura social del
miedo, vemos que este tiende a aumentar a medida que descendemos hacia los estratos
sociales más bajos o subimos hacia los estratos más altos. E1 miedo y la búsqueda de
seguridad convierte a los habitantes de los barrios pobres y de los suburbios en seres
atormentados y conflictivos cuyos hijos serán casi siempre de parecida índole, a causa
de la influencia familiar y social. En el otro extremo de la escala social encontramos
también el miedo y la búsqueda de seguridad. Los muy ricos temen perder la vida o las
propiedades, y sus hijos también sufren las consecuencias. Como en las clases sociales
más desafortunadas, también los padres suelen ser los grandes ausentes, y los niños no
suelen aprender a vivir en armonía, ni reciben una educación emocional correcta. La
llamada "prensa del corazón" está repleta de vidas desafortunadas de gentes muy
afortunadas.
En los dos tipos sociales de niños que analizamos, existe, sin embargo ese factor común
que es la ausencia de una familia donde ellos se sientan atendidos y entendidos, donde
se sientan verdaderamente amados. Al no ser así, el miedo que ambos sienten a
enfrentarse a la realidad será la causa de que ellos -inconscientemente- quieran negarla,
y de sus bloqueos y desajustes emocionales y de conducta. Cuando el hijo del rico
herede las riquezas de sus padres tendrá el mismo miedo que el hijo del extremo social
opuesto, la misma falta de sentido de la realidad, y una actitud defensiva general ante
la vida, vivida como algo peligroso, algo de lo que hay que estar preparado para
defenderse. Lo más probable es que se desarrollen en ambos dosis altas de fanatismo,
egocentrismo, orgullo, codicia, y otros factores negativos que sólo producirán infelicidad
a sí mismos y a la gente con la que se encuentren...
Pero lo peor del miedo es que es un elemento disuasorio de primer orden utilizado
tradicionalmente por los profesores , faltos de mejores recursos, en
los centros de
enseñanza oficiales de todo el mundo, llegando a utilizarse en todos los tramos del
sistema educativo como elementos disuasorio del mal comportamiento: el miedo al
castigo, el miedo a la pérdida de afecto de profesores o cuidadores, etc.
El trabajo de los maestros con los niños catalogados como "difíciles y miedosos"síntomas que también se manifiestan más o menos esporádica o intensamente en otros
más "normales"- es muy difícil, por no decir imposible, sin que exista una profunda
colaboración, una serie de estrategias, y un seguimiento perseverante de los problemas
entre familia y maestros. En casos graves habrá que recurrir al psicólogo, pero no
deberíamos olvidar que son los padres los primeros necesitados en plantearse profundos
cambios en su propia vida, y tal vez, los primeros necesitados de esa ayuda psicológica.
De nada sirve verdaderamente el que los profesores adopten medidas disciplinarias y
convoquen a las familias para presentar sus interminables listas de quejas sin que exista
este planteamiento global de revisión de las circunstancias familiares que provocan estas
actitudes en los hijos; este miedo raíz y esta parálisis emocional y mental. La terapia
escolar no puede sustituir a una necesaria terapia familiar en los casos en que
problemas graves de los pequeños tiene como origen precisamente aquel marco de
convivencia.
El trabajo más importante a hacer en la escuela es, precisamente, el que ésta sea un
espacio de expresión de emociones positivas, un lugar donde se respire armonía, belleza
y amor en forma de compañerismo, respeto, colaboración, disfrute por el conocimiento.
La belleza debe tener en la escuela un lugar privilegiado, y los niños deben sentirse en
ella felices y relajados, atendidos , entendidos y, sobre todo, amados. Y los maestros
han de ser personas con un exquisito equilibrio emocional, capaces de crear en sus aulas
el clima adecuado. E1 maestro o la maestra deben ser modelos de perfección para los
niños, y saber empatizar con ellos. No es posible educar a nadie sin que se den estas
condiciones.
PARTE II
INTRODUCCIÓN
HACIA UNA EDUCACIÓN TRANSPERSONAL
No hay más que mirar cualquier día los periódicos o los noticiarios de TV para saber que
por doquier imperan la violencia, la intolerancia, la apatía, las enfermedades, el
hambre, las injusticias. Conflictos por motivos raciales, económicos, sociales,
personales, religiosos, por no importa qué asunto. Los que hablan siempre culpan al
adversario. Naturalmente, todos se creen a sí mismos hombres y mujeres "de bien". . .
Lo que no impide que el mundo esté peor que nunca. Los dirigentes de este mundo en
cualquiera de sus aspectos, ya sea en el político, en el social, en el económico,
religioso, o militar, suelen haber pasado muchas horas en las aulas. De hecho existen
entre ellos muchos brillantes titulados universitarios poseedores de una amplia cultura
académica, vasto conocimiento de los asuntos de este mundo y una buena capacidad de
relación social y liderazgo. Sin embargo, estas estupendas cualidades las suelen poner al
servicio de la involución, convirtiéndose en codiciosos dominadores de los demás, pese a
su formación cultural tradicional.
En las guerras étnicas del continente africano, los soldados se matan con el mismo odio
que en las guerras nacionalistas de los Balcanes, por ejemplo. Los guerreros africanos
pisaron poco las escuelas; los guerreros europeos estuvieron mucho tiempo en ellas. La
cultura de estos no impidió tampoco la barbarie. Independientemente de la cultura
aprendida, los hombres se odian y se matan, son egoístas, etc. Las armas y equipos de
guerra de las naciones cultas se venden a las naciones subdesarrolladas, las endeudan,
se producen masacres para vencer las resistencia de los bandos oponentes, destrucción
de la Naturaleza, de medios de vida, y viviendas, pobreza y enfermedades, y luego les
facilitan cínicamente ONG "de ayuda humanitaria" o ejércitos de pacificación
internacionales, sin otro objeto que mantener el control directo o indirecto sobre las
riquezas del país y de sus gentes a través de gobiernos- marionetas impuestos
violentamente, manteniendo una cínica apariencia de ayuda humanitaria o defensa de la
democracia, los derechos humanos y todo lo que dicen siempre mientras bombardean a
las gentes, imponen gobernantes y niegan los derechos humanos a quien les molesta.
Y. esto tiene suma importancia porque revela de paso que las enseñanzas recibidas en
las diversas escuelas públicas o privadas no contribuyen a mejorar a la Humanidad.
Los que dirigen el mundo han pasado por prestigiosos centros de enseñanzas
universitarias, así como todos los que tienen las máximas responsabilidades públicas,
pero el mundo funciona al revés. La escuela no ha sido capaz hasta ahora de ejercer
una acción civilizadora. La barbarie que presenciamos en el mundo moderno es el más
cruel desenlace del fracaso escolar. Atiborrar de datos a los alumnos y hacer trabajar su
intelecto, mientras se les enseña una doble moral farisaica impregnada de moralina no
les hace mejores seres humanos, sino sirvientes sin conciencia de las fuerzas de la
oscuridad, y con frecuencia hallamos sentados en los sillones del Poder de este mundo a
esos sirvientes con títulos universitarios que no dudan en mandar matar- o en guardar
silencio cómplice cuando lo hacen otros- cuando conviene a los intereses de aquellos a
los que sirven en verdad: los poderes de la sombra.
Algo está fallando, una labor esencial que no realiza la escuela (tampoco los hogares), y
que haría mucho más fácil la evolución para todos nosotros. Lo que está faltando es una
filosofía
integradora
de
la
educación,
IMPERSONAL.: UNA EDUCACIÓN ESPIRITUAL.
una
EDUCACIÓN
TRANSPERSONAL,
O
Una educación transpersonal no consistiría en ningún caso en atiborrar a los niños de
conocimientos sobre nuevas asignaturas con un enfoque diferente del aprendizaje.
Tampoco tiene nada que ver con una educación doctrinaria al servicio de una ideología
política o religiosa concreta. Estos son precisamente los dos enfoques con que los
gobiernos han intentado siempre orientar la escuela cuando esta no funciona o cuando la
sociedad está militarizada.(Y CADA VEZ LO ESTÁ MÁS AHORA ... ) Estos son precisamente
los dos modelos de fracaso en la escuela, a veces combinados entre sí.
Una educación transpersonal debería tener en cuenta las nuevas experiencias que para
el conocimiento de la realidad aportan la física cuántica, las experiencias místicas y los
mandamientos divinos, en especial el mandamiento universal del Amor desinteresado,
tan común a todas las creencias espirituales y tan escasamente practicado por la
mayoría.
El mundo no es como el materialismo nos predicó durante tanto tiempo. Newton ha sido
superado por Einstein, de acuerdo, pero la visión de la nueva realidad sobre el universo,
el mundo material, el comportamiento humano, la psicología profunda, etc. no se ha
plasmado aún en la sociedad. Nuestra manera habitual de pensar se basa en un alto
porcentaje en ilusiones provocadas por carecer de una visión real de las cosas. La falta
de una visión real de las cosas es simplemente falta de conciencia, conciencia dormida o
mutilada. Merced a innumerables experimentos físicos la concepción del Universo que se
nos propone actualmente está muy próxima a la concepción del Universo de los antiguos
sabios hindúes, egipcios, tibetanos, mayas, cristianos primitivos, y -en resumen - con
todo el conocimiento místico, con la milenaria y tantas veces perseguida sabiduría
verdadera, que llegaría a convertirse en secreta a causa de estas persecuciones. En la
nueva concepción del Universo que caracteriza este cambio hacia la Nueva Era, los
conocimientos se integran, se complementan y se llevan a la práctica. Este es el camino
de la sabiduría.
En la realidad transpersonal, nada está aislado de nada. El universo adquiere las
características de un inmenso holograma de infinitas proporciones en las que nosotros
estamos implicados como parte inseparable de todo fenómeno.
Los conceptos de espacio y tiempo ya no tienen la validez conocida, pues no atañen a la
dimensión espiritual, sino al mundo material, que es ilusorio, cambiante y transitorio,
justo lo contrario de lo que sucede en la dimensión espiritual de la conciencia.
En esta nueva visión, cada elemento existente en el Universo contiene en sí la totalidad
del mismo. E1 ser humano es un microcosmos en el que se cumplen invariablemente las
leyes que afectan a todo el Universo, de tal modo que también le ha sido posible a la
ciencia médica reconocer la unidad psicosomática que somos. Esto establece una base
fundamental para el desarrollo de una auténtica medicina donde se tengan en cuenta las
características somáticas y las psíquicas de los enfermos, y es de una extrema
importancia en el mundo de la educación, donde precisamente el educar las emociones
en su contexto psico-físico y espiritual es materia fundamental pendiente de la
pedagogía.
Hemos considerado estos elementos que configuran lo real porque son especialmente
importantes a la hora de elaborar el trabajo educativo, pero por
poco que
reflexionemos vemos cuan lejos nos hallamos de esa realidad, tanto en la práctica
cotidiana de educar como de los conocimientos que nos muestra la ciencia avanzada,
así que se enseña y educa de un modo fragmentario, repartiendo la realidad en
asignaturas con escasa o inadecuada relación entre sí en los mejores casos, lejos del
campo emocional de los estudiantes.
En la práctica de la educación moderna no existe una filosofía integradora, y por tanto
los conocimientos que se aprenden son inconexos, difícilmente transferibles a
diversos contextos y carentes de interés por su escasa aplicabilidad en la vida real.
Los alumnos son considerados realmente como sujetos pacientes del conocimiento y no
como agentes, lo que supone la primacía del elemento mental y su separación de lo
emocional y lo experimental en la vivencia educativa. Fragmentación sobre
fragmentación...Pero...
La fragmentación ES DESORDEN, va contra el orden establecido de la NATURALEZA. Y el
desorden solo puede producirse yendo contra el orden natural, violentando las leyes
naturales. La escuela violenta continuamente estas leyes y por este motivo fracasa la
educación auténtica y la sociedad toda. La escuela violenta la naturaleza de los niños y
niñas olvidando que son CUERPO, ALMA Y ESPIRITU que deben armonizarse entre sí y con
el resto de los seres humanos y la naturaleza exterior (la cual debe ser experimentada
como parte de la aventura de vivir, con todos sus elementos).
También se violenta a los estudiantes obligándoles a aprender cosas que carecen de
interés objetivo para ellos, escolarizándolos antes de la edad, e iniciándoles en
conocimientos
para
los
cuales
aún
no
están
psicológicamente
maduros.
Las
consecuencias de estos errores se pagan. La frustración y el desinterés de los chicos y
chicas se acentúa con el paso del tiempo, y del pequeño que llegó de la calle ávido de
conocer, dispuesto a encontrarse con la magia de la realidad, apenas queda un leve
recuerdo cuando han pasado pocos años. Aquel pequeño interrogador sale del colegio
convertido en un adolescente que no siente interés mas que por los ritos y los mitos de
la selva urbana y los paradigmas del consumismo estudiados para todos sus tramos de
edad. A no ser que la Vida en su infinita bondad los despierte con sacudidas que suelen
ser terribles en ocasiones, pasan por este mundo dormidos, desinteresados de la
realidad, traídos y llevados, jamás dueños de su propio destino.
UNA EDUCACIÓN IMPERSONAL, O TRANSPERSONAL, DEBE PARTIR DE LOS CONOCIMIENTOS
MILENARIOS DE LA HUMANIDAD QUE LA NUEVA FISICA RECONOCE, JUNTO A OTROS QUE
NO TENDRA MAS REMEDIO QUE RECONOCER , SIMPLEMENTE PORQUE ESTAN AHI Y PUEDEN
EXPERIMENTARSE.
Ahora bien, los nuevos conocimientos exigen revisar todo el pesado lastre histórico de la
educación en todos los aspectos que este concepto abarca. En todos sin excepción .Es
bueno como punto de partida para alguien que se propone educar comenzar con la
actitud humilde de superar los numerosos e inútiles conocimientos y tics de su formación
= deformación universitaria.
PARTE II
CAPÍTULO 1
FUNDAMENTOS HOLÍSTICOS PARA UNA PEDAGOGÍA DEL AMOR
FUNDAMENTOS PARA UNA EDUCACIÓN HOLÍSTICA
Toda pedagogía necesita sustentarse en una filosofía de la existencia. No es igual
una pedagogía, como la actual en occidente, donde el materialismo impregna la
vida cultural, económica y familiar, y lo religioso o espiritual resulta una
componenda social-política, que una pedagogía que intenta sustentarse en
valores imperecederos sobradamente contrastados. La que se intenta perfilar a
lo largo de estas páginas ,por tanto, es una filosofía espiritual y científica que
fundamente cuanto se afirma en el presente trabajo. Por razones metodológicas
no se ha comenzado por este capítulo. Y también hay que decirlo: porque con los
conceptos que aquí se manejan conviene ser muy cuidadosos y prudentes para ir
adentrándose poco a poco en ellos. El lector de estos temas puede proceder de
la filosofía materialista , pertenecer a un credo religioso o estar decepcionado
de lo espiritual y no querer saber nada que le recuerde lo "ya visto".Confío en
que el desarrollo del presente trabajo aporte algo positivo a cualquiera de ellos
por diferentes razones para cada uno.
Visto en todo caso el desconcierto espiritual en que nos movemos, (muy
interesadamente difundido o consentido) tal vez conviene recordar, a modo casi
de enunciado, algunas verdades básicas. Unas son de carácter filosófico-místico
aceptadas por la casi totalidad de las corrientes espirituales, otras de naturaleza
científica y consecuencia de la observación de la naturaleza y del resultado de
experimentos científicos. Estas verdades son auténticos cimientos que pueden
dar solidez y sentido al trabajo de educar. Pues si algo es claro en este campo de
la educación es que no se puede educar contra las leyes de la Naturaleza, ni
contra las leyes del Espíritu Universal, que es como se educa en Occidente.
Entonces se lamenta todo el mundo de la "pérdida de valores".Pues bien, se trata
de recuperarlos, porque ya está suficientemente demostrado que oponerse a las
leyes mencionadas conduce a oponerse a sí mismo, a la Naturaleza y al prójimo.
Aunque algunos de los conceptos manejados anteriormente han sido extraídos
de los principios que vienen a continuación, parece adecuado expresar en
términos concretos en primer lugar los fundamentos espirituales de la Pedagogía
del amor, y en segundo lugar, las leyes de la Naturaleza. Con ambas
herramientas a la vista es más sencillo orientarse para construir una pedagogía
progresista, UNA PEDAGOGÍA HOLÍSTICA.
FUNDAMENTOS FÍSICO-ESPIRITUALES
Esto que sigue ha sido elaborado tomando como fuente principal el moderno
cristianismo Originario difundido por Vida Universal, ampliamente contrastado
con otras filosofías espirituales
y con los aportes de la física cuántica.
Recomiendo al lector una detenida lectura y reflexión que podrá completar con
la bibliografía final y las fuentes de información de Internet que cito al final del
libro.
Cualquier duda sobre estas enseñanzas puede consultarse libremente en las
fuentes del cristianismo originario.
EL SER
Todo lo existente es el fruto de la mente amorosa del EXISTENTE-POR-SÍ, del que
ES; de Aquel cuya esencia es ENERGÍA-AMOR-VIDA, el cual recibe diversos
nombres a lo largo de la historia humana (Dios, Krishna, Manitú, Alá...).
El Ser es, por tanto, energía universal y omnipresente.
*Nada hay fuera del Ser. Todo lo existente tiene su origen en el Ser; se sostiene
en el Ser, se nutre del Ser, y tiene como destino el Ser.
*Todo lo existente es energía activa: nada hay en reposo, todo fluye y se
transforma por la fuerza del Ser. Este es el Ser impersonal o Dios impersonal
que reconocen todas las religiones y que Cristo enseñó siendo Jesús de Nazaret.
Cuando el Ser se da forma a sí mismo se manifiesta como Creador. Entonces le
llamamos Dios Padre o Dios Padre-Madre. Es entonces
Energía amorosa,
autoconsciente y creadora de universos ,soles y planetas espirituales. Esta
Energía en expansión creadora constituye la esencia y el alimentos de todos los
seres, de todos los fenómenos y de todos los mundos.
MATERIA
Al tener
diferentes grados de vibración, existen diferentes grados de
manifestación de la materia-energía,( y por tanto, de evolución de la conciencia
que es energía manifestada), y la existencia de los mundos visibles e invisibles,
pues cuanto más alta es la vibración energética, más sutil la manifestación, y
cuanto más baja, más densa, originando la materia, el mundo físico.
La materia no es eterna, sino mutante debido a las leyes físicas y a las leyes
espirituales que rigen tanto el cosmos material como el semimaterial ( o astral)
y el espiritual, con sus diferentes grados de evolución o aproximación a Dios:
tanto más sutil cuanto más próximo.
Todo lo material se halla inmerso en un proceso evolutivo desde lo más grosero
hacia lo más sutil, hasta acabar convertida en energía pura, que es su origen y
destino. Por eso todo lo material acabará por ser energía pura. Las formas
materiales desaparecerán, y con ello todos los soles y planetas materiales y
semimateriales.
* El amor es la energía impulsora y creadora. En el mundo subatómico, el amor
se manifiesta como atracción entre iones basada en leyes electromagnéticas que
acaban por formar átomos; en el mundo químico como atracción entre
elementos simples de distinto signo que formarán elementos compuestos; en el
animal y en los humanos como atracción sexual,
y en el ser humano
evolucionado, como atracción espiritual.
*La invisibilidad aparente de ciertos fenómenos o manifestaciones de la
materia a causa de sus niveles más altos de vibración no debe confundirse con
no-existencia. (En ese caso, no podríamos afirmar la existencia de más allá del 5
% del Universo conocido, pues el resto ( ¡95 % !) constituye la materia "oscura"
del Cosmos). Los mundos aparentemente invisibles se hacen perceptibles a
aquellos cuya vibración energética- a través de un proceso de reconocimiento
y purificación interna y la liberación de los defectos del ego inferior- alcanza
la frecuencia vibratoria de esos mundos invisibles, que en ese instante son
perceptibles.
El materialismo también se equivocó en esto, pues nuestros sentidos poco
"iluminados"
son
harto limitados.
Cualquier
animal
dispone de mejor
información y percepción del mundo sensible, y podría elaborar mejor filosofía
de la realidad, si su evolución lo permitiese.
*Desde el nivel más elemental de la división de la materia-energía (partículas
sub-atómicas) se percibe un universo en continua expansión, que va
configurándose en totalidades de creciente complejidad armonizadas en todo
momento y sujetas a leyes muy precisas que sólo conocemos en parte. Estas
leyes están impresas en el "corazón" mismo de la materia determinando el
comportamiento "colaborador" de las partículas más elementales. En los seres
más evolucionados aparecen como parte de su conciencia, según grado de
evolución.
EVOLUCIÓN, AMOR, REDENCIÓN
*Todo lo existente, según el proceso de evolución de la naturaleza, crece en
dirección a la Conciencia; todo confluye finalmente en la Conciencia, de la que
formamos parte cada ser como manifestación individualizada del Ser, del que
nada es ajeno, del que nada puede ser separado, ya que todo es Ser, Ser
donante y omnipresente, al que todo está vinculado absolutamente.
*El ser humano es energía consciente de sí misma y "sintiente". Por tanto, como
energía, somos eternos y sentimos eternamente sin perder la conciencia de sí.
Esto facilita la comprensión del concepto de la preexistencia del alma-energía
vital antes de nacer y el concepto de la reencarnación, presente en las
tradiciones místicas desde la antigüedad y retomado por Cristo ( aunque
ocultado por las iglesias).Este conocimiento explica en parte el mito griego del
eterno retorno, y nos remite en general a las civilizaciones de la antigüedad.
Reencarnar es volver a nacer en un nuevo cuerpo físico
para seguir
evolucionando hasta alcanzar la unidad perfecta y consciente con Dios, que
nuestros defectos no nos permiten mientras tanto. Tal cosa es posible mediante
la fuerza redentora de Cristo a partir del Gólgota .Con Sus palabras "Todo está
consumado", una chispa energética de Sí mismo penetró en el alma de cada
ser humano en la Tierra y en los mundos de la Caída en el Más Allá.
Esto es lo que hace posible el avanzar espiritualmente si nos abrimos a Dios
siguiendo Sus Leyes
*
La cualidad básica de la Energía es el amor. Somos, porque el Ser (o Dios) ES, y somos
Sus hijos energéticos. Por tanto, amor, vinculados por el Amor del Ser. Somos
entonces energía-amor en diferente nivel de evolución de conciencia, la cual viene
determinada por nuestro nivel de cumplimiento de las leyes, y no por casualidades,
milagros o favoritismos o castigos divinos. Todos somos iguales ante Dios. Nosotros, en
uso de nuestro libre albedrío, decidimos lo cerca o lejos que queremos estar de Él.
*Todo lo existente es hijo del Ser, hijo del Amor. De ahí la fraternidad de todas las
criaturas sin excepción, en todos los reinos de la Naturaleza, en todos los universos
visibles e invisibles, materiales o inmateriales. Esta es la base espiritual de la pedagogía
del amor. Y, si se piensa en profundidad, también la base espiritual de la justicia
social y el fundamento de toda democracia real.
*Cada ser humano es un ser en evolución, cuyo destino es tomar conciencia del Ser que
es esencialmente (de su Chispa Divina) y unirse a El a través del cumplimiento de las
leyes sagradas básicas universales contenidas en Los Diez Mandamientos y en el Sermón
de la Montaña de Jesús de Nazaret. Este es un Camino Interno para la realización
espiritual que podría ser simplificado con la Regla de Oro que Cristo nos enseñó: Haz a
los demás lo que quisieras que te hicieran a ti. Lo que quieras que te hagan, hazlo tú
primero a otros. Y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Esto
expresa la Ley de siembra y cosecha ( se recibe lo que se emite).
Reconocer nuestros errores, dejar de cometer algo igual o semejante a lo
reconocido, perdonar y pedir perdón a nuestros semejantes y a Cristo, rezar y
trabajar constituyen piezas imprescindibles para la realización espiritual.
La realización espiritual en el Ser es la meta final de cada criatura. La mística es
entonces ese camino de la liberación de la rueda de las reencarnaciones(nacimiento-
muerte-renacimiento),doctrina esta que fue prohibida por el catolicismo después de
haber sido practicada por el cristianismo originario siguiendo las pautas de Jesús de
Nazaret y sus discípulos.
*Realizarse o liberarse es alcanzar la plenitud del pensamiento, el sentimiento y la
acción a través del cumplimiento de las leyes divinas, expresadas en los Diez
Mandamientos y en el Sermón de la Montaña de Cristo, cuyos contenidos son indiscutidos
universalmente sea cual sea la religión de las gentes.
El alma libre ya no necesita reencarnar y vive en los mundos puros donde habitaba
antes de la Caída.
Volver a casa es todo el trabajo de una encarnación y es por ello que venimos al Planeta
Tierra, que es un Planeta-Escuela del Cosmos con objeto de aprender las leyes del
regreso. Y es por ello que Cristo encarnó como el Maestro Jesús de Nazaret. Él no vino
aquí a morir como dicen las iglesias: vino e enseñarnos el camino de vuelta. Y todavía lo
sigue haciendo, pues Su energía es omnipresente y se halla en cada uno de nosotros
como fuerza impulsora. Esta es la fuerza Redentora.
LA MUERTE EL Y MÁS ALLÁ
Como seres de energía , somos inmortales. El estar en un cuerpo físico de la misma
materia que la Tierra ( de ahí por lo que es apropiado llamarle Madre Tierra a nuestro
Planeta) no es otra cosa que el necesario equipaje que tuvimos que adoptar para vivir en
un plano físico. Pero la materia es inestable y pasajera. Por tanto, llegado un momento
determinado, el traje no nos sirve y tenemos que dejarlo. A esto le llamamos muerte.
De ella se han hecho y hacen infinitos dramas y formas de negocio de millones de
personas que explotan el miedo a dejar el cuerpo, pues no se ha explicado
claramente por las castas sacerdotales –por eso del negocio precisamente y por tener
atrapados a los ignorantes en su miedo-qué sucede en realidad.
Al morir, el alma -que es la chispa de energía vital - se separa poco a poco del cuerpo
en un proceso que puede durar alrededor de 72 horas, dependiendo del apego del alma
a este mundo. Inmediatamente ingresa en un mundo más sutil envuelta, sin perder la
forma humana, en su traje astral de colores. Estos dependen de su forma de pensar,
sentir, y actuar hasta el momento. Cada alma es visible a otras almas y es identificable
por sus colore, que son como su tarjeta de presentación.. En este plano recibe ayuda de
su espíritu protector o de otros seres espirituales que le instruyen sobre su nueva
condición y le proporcionan indicaciones útiles en su nuevo estado. Algunos no hacen
caso y prefieren quedarse cerca de este mundo en el que se mueven como fantasmas
buscando a gentes semejantes, a sus familiares, amigos, deudos, vicios arraigados,
intentando vivir como siempre lo hicieron. Pero eso ya no les es posible. Deben sentirse
por
ello
muy
desgraciados.
Antes
o
después
acaban
por
sentirse
atraídos hacia aquellos planetas semimateriales que corresponden a su propio nivel de
energía, y a los que inconscientemente emitían y recibían mientras eran seres humanos
a través de su sentir, percibir, pensar, hablar y actuar. Allí encuentran su casa
provisional. Estos lugares se llaman "Planos de purificación". Lo que no está purificado
en vida debe ser expiado en esos planetas de sustancia sutil. El alma experimenta en sí
todo el dolor que produjo a otros y toma conciencia de su verdadero estado evolutivo.
Como expiar no es lo mismo que purificar, sino más doloroso y lento, se puede tener
hasta ahora la opción de volver a encarnar para reconocer, perdonar, pedir perdón y
cumplir con las leyes divinas .Así el alma puede ingresar en mundos más elevados. Es
cierto que existe el peligro de volver a cometer los mismos o peores errores, pero Dios
nos dio la libertad y la voluntad para determinar lo que hacer con nuestras vidas.
Encarnar es siempre un regalo, una oportunidad para crecer corrigiendo aquello que nos
separa Dios y de nuestro verdadero ser, que es divino: una oportunidad para derrotar al
ego inferior que es el que nos mantiene amarrados a este mundo construido
cuidadosamente con sus conocidos materiales :envidia, codicia, violencia, injusticia,
opresión, explotación, odio, rencor oculto, pensamientos y emociones negativas,
desamor, y en general todo eso que se opone a los Mandamientos y al Sermón de la
Montaña de Jesús el Cristo.
PARTE II
CAPÍTULO 2
SER Y ACTUAR
Aquello que llamamos SER, se manifiesta en ACTO
No es posible concebir al Ser si no es a través del actuar,- aunque sea una acción sin
aparente movimiento, como se experimenta en meditación, pues Ser y actuar es uno e
indivisible. El Universo todo es movimiento constante, desde la más elemental de las
partículas por debajo del átomo hasta cualquier cuerpo biológico o estelar.
¿Dónde tiene cabida el no ser, el vacío o la nada de que presume el pensamiento
materialista prevalente en nuestra cultura?... Si el acto define al ser, el no-acto podría
definir al No-ser. Pero no existe el no-acto en ningún punto del Universo, pues todo él
es energía en movimiento: acto permanente. Por otra parte, si el no ser significara
vacío, podríamos admitir la nada, mas... tampoco existe vacío. La física subatómica ha
desterrado la idea del vacío, que sería una forma de la nada, y en su lugar habla del
éter, formado por partículas de energía universal. La llamada materia oscura podría
haberse interpretado como vacío, pero igualmente es éter simplemente no accesible a
los sentidos. Sucede lo mismo con la energía astral, que puede percibirse y hasta puede
influir en almas de vibración afín pero no es visible al ojo humano salvo raras
excepciones (los llamados fantasmas).
Igualmente afirma la ciencia que las partículas subatómicas se comportan de un modo
inteligente, como obedeciendo un programa interno. En este mismo sentido se define el
pensamiento místico cristiano originario cuando afirma que cada átomo posee una parte
de consciencia espiritual.. En sentido semejante se expresa el misticismo oriental. Poco
a poco la ciencia se aproxima a la concepción espiritual del mundo y de la vida, aunque
es un proceso muy lento, pues muchos científicos han caído en la trampa del
materialismo escéptico
y se ven a sí mismos orgullosamente
como los únicos
intérpretes de la verdad, como unos nuevos oráculos del Universo.
No cabe ,en definitiva , una definición de la Nada, puesto que no puede definirse
aquello que no es. Sólo el Ser Es y lo ocupa todo sin vacío alguno, sin cabida posible a
conceptos como el de "Nada", pues el Ser es Totalidad, el Todo. Y El Todo es Absoluto
sin resquicio alguno.
Si afirmamos el Ser y negamos la Nada , estamos afirmando la vida eterna, pues el Ser
siempre Es. Pertenecemos al Ser y no a la inexistente Nada, así que no es posible morir
-como afirman los materialistas- y pasar a la nada. La teoría de la relatividad ha dejado
muy claro la eternidad de la energía, y la energía-vida ¿qué es sino energía cósmica
individualizada en cada ser?
Los niños deben saber tres s cosas al respecto: que son eternos, que no son su cuerpo. Es
muy útil explicarles que son como un astronauta envuelto en un cuerpo de la misma
sustancia que la tierra, y que cuando termina su trabajo tienen que volver a casa. Con
ello será más fácil que comprendan y acepten la idea de la muerte como algo dentro del
proceso de la vida; que el "astronauta" es su alma, su verdadero ser. A partir de ahí
será más sencillo explicar la idea de inmortalidad y la idea de la reencarnación. El alma
es eterna, pero viene a la Tierra con diferentes programas de trabajo, para lo que
precisa un traje que le proporciona el Planeta. Ahora es fácil iniciarle sobre la deuda
de gratitud que tenemos todos con la Madre Tierra, e inculcarles el amor y el respeto
que le debemos.
Este tipo de enseñanza está muy lejos de ser explicada por padres y profesores, porque
ellos mismos no han comprendido aún su contenido, atrapados como están por la
ignorancia sobre ciencia y espiritualidad, el materialismo o por alguna iglesia
convencional. Los hijos son adoctrinados mientras tanto por el clero, la escuela y la
televisión. Cada uno transmite los valores propios para mantener el sistema al que cada
uno pertenece, pero en ningún caso van a mostrar la verdad que les destruiría.
Lo Absoluto, el Ser, al que llamamos de distintas maneras entre ellas con el nombre de
Dios se manifiesta de dos modos siendo UNO. Uno es el Dios Impersonal, la Energía
Universal, a la que venimos llamando hasta ahora el SER. Pero existe el Dios personal,
cuando se da forma a sí mismo como Padre Creador. Y como Padre nos creó a Sus hijos.
Pero la fuente es una , y tiene Sus propias leyes contra las que si actuamos nos
enfrentamos no solo al Ser Absoluto, o Espíritu Santo sino a Dios Padre Creador. Y
simultáneamente nos enfrentamos a nosotros mismos como componentes inseparables
del mismo Ser. De nuestro enfrentamiento surgen nuestros conflictos: esa es su puerta
entrada, y el origen real de nuestra angustias, tanto personales como colectivas.
La caída de los ángeles fue en su momento un pulso contra el poder de Dios, y eso dio
origen al género humano, que fue pasando de un estado de alto nivel de energía, con un
cuerpo espiritual puro, a sucesivos estados de condensación por ralentización del
movimiento de las partículas de energía de su alma al irse alejando cada vez más de la
fuente primaria Dios. Con el tiempo, este proceso de densificación acabó por hacer
necesario un soporte material para el alma: el cuerpo denso. Este es el proceso
evolutivo que condujo a la aparición del hombre en este planeta. Obsérvese que el
famoso Creacionismo que se predica en las escuelas del integrismo cristianoide nada
tiene que ver con este proceso desde la posesión de un cuerpo espiritual puro hasta el
cuerpo físico, hasta el alma que ahora se halla envuelta en diversas capas de acuerdo
con sus cargas: su aura. En el aura se hallan manifiestos los colores de nuestros
enfrentamientos con la ley de Dios, las faltas a las que llamamos pecados. (1)
Mas ¿Quién desea enfrentarse al Absoluto? El enemigo de Dios. Actúa en nosotros a
través de un modo de pensar , sentir y actuar contra Él., y estas actuaciones definen a
nuestro ego inferior. El ego es un falso yo, al que con frecuencia convertimos en nuestro
señor, un señor que aspira al poder total sobre nosotros, y cuenta para ello con invisibles
energías que atraídas por la ley de semejanza, acuden en su ayuda: el enemigo de Dios
y sus seguidores de las sombras.
Sólo si el educador es consciente de las leyes divinas y se esfuerza en cumplirlas él
mismo podrá transmitir a los más jóvenes la energía y los conocimientos necesarios para
hacerle descubrir sus inclinaciones inferiores y cómo enfrentarse a ellas. En primer
lugar, ayudando a reconocer los propios defectos, y hacerle consciente del daño que
producen, y en segundo lugar estableciendo estrategias y acuerdos con quien se ha de
educar para ayudarle a superar esas actitudes, siempre con la idea básica de que somos
seres cósmicos y hermanos en diferentes niveles de aprendizaje, evolución y
responsabilidad hacia el otro, y que trabajamos por el bien común desinteresadamente.
Se trata de hacer realidad actuante en nosotros primero y en nuestro mundo después –
como lógica consecuencia- la Inteligencia Organizadora del Cosmos, contra la
inteligencia desintegradota del enemigo de Dios en este mundo. Esta es la verdadera
lucha: la lucha interior contra el único enemigo posible: el ego inferior y su carga de
negatividad.
La Inteligencia Organizadora es uno de los rostros del Ser que se contemplan en el
proceso por el cual lo que existe evoluciona ordenadamente desde lo inferior a lo más
sutil y elevado. Cada uno de nosotros, como microcosmos, poseemos la Esencia de esa
Inteligencia Organizadora, vivimos en ella y por ella y como parte del Ser Inteligente y
Ordenador podemos evolucionar hacia la perfección
a través de pensamientos,
sentimientos, sensaciones, palabras y actos positivos.
Nuestros actos nos definen, pues así como el actuar define al Ser, también nos define a
cada uno. Nos conocemos por nuestros frutos. "Por sus frutos los conoceréis", dijo Jesús.
Por eso los educadores hemos de ser muy cuidadosos en el uso de la palabra y en la
forma de llevar a cabo aquello que decimos, pues hemos de procurar que nuestro
lenguaje corresponda a nuestros actos y que ambos se acerquen a la idea de
perfección.
La perfección de nuestros actos debe medirse por el grado de implicación armónica con
todo lo existente; debe medirse por el grado de cumplimiento con las leyes del Ser en
el cada uno de nosotros Es, y al que cada uno pertenecemos individualmente. En este
proceso interviene la mente. Si nuestra mente es consciente de la Conciencia Universal,
actúa naturalmente en íntima unión con esa Conciencia, a no ser que se halle bajo la
presión de algún defecto del ego convertido en programa del inconsciente, el cual le
empuja a apartarse de la unidad profunda con el Si Mismo, el Espíritu Eterno en
nosotros, el corazón de nuestra alma. Es a través de la mente , herramienta
intermedia entre alma y cerebro cómo el alma puede ser seducida por el mundo de lo
ilusorio, de lo ficticio, de lo externo y superficial, conducida al mundo de los sentidos
y
las formas, que es el mundo la apariencia y de la ignorancia, pudiendo así
alejarse temporalmente de la realidad de las cosas, sumiendo al individuo en esa
especial oscuridad
donde predominan los valores materiales e intelectuales. El
resultado es bien visible: es nuestro mundo, la obra de la humanidad en su conjunto.
Una obra que se tambalea y amenaza ruina.
Llegados a este punto, la ausencia de Sabiduría y ciega creación de energías contrarias a
las leyes divinas habrán de volverse finalmente contra el propio sujeto y actuarán
contra su propio proceso evolutivo, en lo que se conoce como "leyes kármicas".Por
ellas cada uno recoge siempre lo que siembra: es la ley de Causa y Efecto.
La herramienta mente consciente , bien informada, disciplinada y armonizada fortalece
al alma y le ayuda en su camino evolutivo como una fiel servidora.
Una vez superada la ignorancia de la mente, y corregidas nuestras actuaciones erróneas,
a través de una o diversas existencias, se manifiesta la sabiduría del Ser en cada uno. Y
en ese proceso inevitable de expansión de la Conciencia, se van cubriendo etapas,
independientemente del número de existencias físicas que los seres humanos
necesitemos para cumplir el objetivo de la perfección de la conciencia, que se
manifiesta como equilibrio. Equilibrio entre nuestros componentes físicos, mentales,
emocionales y espirituales; equilibrio que es amor, armonía y unidad de la conciencia
con Dios. Entonces habremos llegado conscientemente al corazón del Ser, y se habrá
cumplido en nosotros el proceso redentor de Cristo. Este es el final del proceso como
seres cósmicos que somos. Esta es la meta de la existencia de cada alma venida de la
Caída. Para ello es preciso un camino interior, un programa de trabajo que proporcione
las informaciones espirituales necesarias en cada etapa del camino , lo mismo que
cuando nos disponemos a hacer un viaje precisamos conocer la ruta e informarnos de
todo cuanto necesitemos para ese fin. El camino espiritual tiene ciertas reglas que no
pueden ser obviadas.¿O es que acaso se puede entrar con garantías sin brújula en una
selva desconocida? (2)
La educación debería orientarse en el sentido de crear las bases físicas, intelectuales y
espirituales mínimas para que alguna vez pudieran conocerse, sentirse y sobre todo,
practicarse estas verdades que conducen a la auténtica felicidad y plenitud de ser
respetando, sí, la libertad de cada uno para marcarse sus necesidades y sus ritmos, pero
asegurándonos de que posea los necesarios cimientos para establecer sobre ellos el
edificio de su verdadero ser, que es trascendente, inmortal, libre y único.
Ejercicios físicos armoniosos, danza, dieta vegetariana y respeto en lo posible a las
leyes de la naturaleza colaboran al
desarrollo evolutivo en el plano físico. Las
actividades artísticas y creativas colaborarán a potenciar el desarrollo de la sensibilidad
y de la capacidad de observación, conciencia de sí y expresión emocional positiva, así
como los trabajos manuales y experimentales o el cuidado de animales y plantas.
Ejercicios mentales bien programados para desembocar finalmente en la práctica de
alguna forma de meditación activa completarían una excelente base de "despegue" del
alma para ir dando pasos a su propio ritmo y de acuerdo con sus propias inclinaciones.
Pero todo esto es preciso hacerlo sin adoctrinamiento, sin imposiciones, sin notas de
fin de curso y sin la típica disciplina del sometimiento. Sin excluir la idea de esfuerzo,
como es natural, todo ha de hacerse con la máxima alegría y disfrute para los más
jóvenes, de lo contrario puede ser hasta contraproducente. No hay más que ver lo que
sucede con los aspirantes a sacerdotes que abandonan los estudios en los seminarios: su
escepticismo y ateísmo son a menudo su carta de presentación.
Notas:
(1) Información muy amplia sobre el origen del Universo y de los seres humanos, la
Caída, y las relaciones entre el mundo espiritual y el mundo espiritual pueden
encontrarse en el título "ORIGEN Y FORMACIÓN DE LAS ENFERMEDADES", que pese a la
apariencia no es exactamente un libro de medicina en el sentido clásico, sino
profundamente revolucionario en todos los aspectos.
(2) Para quienes estén interesados en un camino espiritual y quieran conocer uno en
concreto, pueden buscar el libro "EL CAMINO INTERNO".
Remito al lector interesado en el vegetarianismo, las formas de vida alternativas y la
búsqueda de paz y verdad interior a esa Web donde puede encontrarse con el
pensamiento originario de Cristo, libre de interpretaciones como las mías, por ejemplo.
PARTE II
CAPÍTULO 3
EL AMOR Y SUS LEYES
El amor es la ley del Universo.
Dios es el amor y la misericordia infinitas que crea, cuida y organiza Su Energía Universal
de la que somos partícipes uno por uno todos los seres sin excepción.
El amor es como un sonido: tiene una cierta vibración. Se percibe sutilmente en las
personas que aman, lo mismo que se percibe el desamor en las personas que no aman.
En este punto, todos sabemos que el Cosmos es una vibración continua, y nosotros
vibramos en él con la frecuencia personal que resulta de la armonía interna o
desarmonía internas.. La armonía propia sintoniza fácilmente con la armonía universal y
con la de cada uno de nuestros semejantes en particular. De este modo, es posible
acceder a través del amor como suprema manifestación de armonía, y fruto y fuente de
la misma (simultáneamente) a la comunicación profunda con la Conciencia Universal
desde los planos superiores de la propia conciencia liberada. A través de la práctica
meditativa, del trabajo y de la oración, realizados correcta, altruistamente y sin
fanatismo ni sujeción a la letra ni a las formas, se llega a una comunicación profunda
con los planos superiores de la conciencia, donde existe el conocer más allá del saber.
En caso contrario, privados de la energía necesaria capaz de establecer armonía entre
nuestros diversos componentes, ¿qué sucede? Tan sólo el conflicto entre mente, cuerpo,
espíritu; el forcejeo entre aquello que somos y aquello con lo que nos identificamos, o
entre lo que somos y nos gustaría ser, etc. y que se traduce finalmente en desazón
interna, en falta de paz, en enfermedad de cualquier tipo en cualquiera de los planos
con las inmediatas repercusiones en los planos inferiores. Con frecuencia nos
encontramos pensando de un modo, sintiendo de otro y obrando de manera contraria a
ambos. Esto es conflicto, y donde hay conflicto no es posible la paz. Primero hay
que reconocer el origen del conflicto, y segundo analizar los pasos que pueden llevarnos
a resolverlo.."Pedid y recibiréis".
Si enfermamos físicamente es a causa de que nuestros pensamientos primero y nuestras
actuaciones después han sido contrarios a las leyes del Cosmos, que son las leyes del
amor universal, en algún momento, incluso en otra existencia. El cuerpo humano es un
cuerpo de pensamientos. La enfermedad es siempre hija del conflicto y a la vez un
movimiento del alma
ellas
hacia la salud. Nuestras enfermedades nos definen. En
podemos encontrarnos con rostros de nosotros mismos que ignorábamos, y
aprender a evitar en lo sucesivo lo que nos condujo a ese estado...
Verdaderamente, sólo un ser que supera sus conflictos puede sanar y amar
plenamente.
Sólo aquel que permanece en la total quietud interior, centrado, sin dejarse arrastrar
por las pasiones del ego, sin identificarse con el mundo de los sentidos, puede amar tan
naturalmente como respira. No es algo intelectual; no se trata de una filosofía
especial. Aquel que permanece despierto en su interior no necesita plantearse cuestión
alguna acerca del amor: vivir y amar es la misma y única realidad. La relación cotidiana
con el mundo del que lo vive desde una óptica superior y desinteresada, es una relación
amorosa; y sus actos lo definen como a un árbol lo define su fruto.
¿Practicamos el arte de amar en las familias y en los centros de enseñanza?¿Preparamos
a los niños para liberarse de su egocentrismo inicial?...
¿Superamos nuestro propio egocentrismo como educadores?
A través de las manifestaciones personales del amor; a través de sentimientos como
respeto, amistad, compasión, belleza, pacifismo,( y semejantes) y profundizando en
ellos, podemos ir vivenciando que el agua que procede del mismo manantial puede
llegar a beberse en distintas fuentes. Confundidos tantas veces por nuestro ego humano,
nos olvidamos con mucha frecuencia de la fuente primera de los más altos sentimientos
que experimentamos, y tales olvidos acaban por convertirse en nosotros en una especie
de laberinto de enredos y dependencias humanas, en conflicto. Sin embargo un
sentimiento todopoderoso de amar nos reclama en lo más intimo; queremos amar,
deseamos amar, necesitamos amar. Necesitamos que nos amen. Nuestro Yo
real necesita todo eso, porque ES TODO ESO, y tiende a manifestarse a través de todos
sus vehículos. Nuestro trabajo consiste en poner en orden todos esos vehículos, todas
esas energías. A partir de ese orden, el amor brotará naturalmente, sin esfuerzo, sin
divisiones: más allá de lo social, más allá de la moral que se predica en los
templos; más allá de lo personal; hacia ese salto más allá del ego y sus necesidades de
satisfacerse.
La base para el desarrollo de la conciencia es la práctica del amor desinteresado. No
basta con tener fe en Dios, no basta con recitar Su Nombre, ni usar rosarios o mantras.
El amor activo es la cuestión central, y esto supone considerar lo siguiente: Quien
desprecia, menosprecia u odia a su prójimo; quien guarda rencor y no perdona, no
puede tener comunicación con Dios, aunque se crea un iluminado, un sabio, un gurú, o
un ilustrado espiritual. De nada sirven los conocimientos sin la conciencia activa del
amor, pues Dios mismo habita en cada uno de Sus hijos humanos. Es el amor activo
presente en toda criatura sin excepción. Así que quien
sirve a su prójimo
desinteresadamente sirve a Dios.
No hace falta irse a una ONG o hacer actos heroicos; a veces basta con arrimar el
hombro en los asuntos cotidianos, en estar cuando alguien te necesita y te pide ayuda, o
escuchar con el corazón cuando alguien te cuenta un asunto que le preocupa. Sentir con
el otro, sentirse en el otro es lo esencial. Pero no imponer tu ayuda sobre el libre
albedrío del otro: esto es muy importante. Quien necesita ayuda debe pedirla, y si es
legítimo el darla debe dársele. Debemos ser justos si somos padres o educadores y
educar para que los pequeños sean lo menos dependientes posibles y se acostumbren a
responsabilizarse de aquello que pueden hacer en cuanto tienen la edad necesaria.
Deben acostumbrarse a pedir ayuda cuando la necesitan tanto como a darla cuando se
les pide. Debemos evitar que los pequeños se conviertan en los tiranos de la casa o en
los pasivos alumnos de las aulas.
Nuestro amor debe ser extensible al mundo natural, los animales, las plantas y los
minerales: la Naturaleza. Dios está presente como esencia y fuerza manteniendo
árboles, plantas, minerales, la vida. Todos formamos parte de la misma y única vida
que procede del Único Dador de Vida: Dios
PARTE II
CAPÍTULO 4
LEYES FÍSICO - ESPIRITUALES DE LA NATURALEZA MATERIAL
Ser ecologista es hoy una necesidad de supervivientes en un Planeta enfermo y
amenazado por toda clase de venenos que a diario tiene que digerir. ¿cuál es
nuestra responsabilidad personal? Esa es nuestra siembra. Esa será nuestra cosecha.
A menudo se nos dice que debemos respetar a la naturaleza, pero ¿cómo hacerlo?
¿Conocemos sus leyes?
¿Cuáles son las leyes de la Naturaleza o leyes de la armonía del Ser manifestadas en
este plano material, a las que hemos de obedecer para vivir en salud y en armonía?
Estas leyes, que describiremos a continuación, junto a las leyes espirituales,
constituyen la base de la evolución universal e individual y, por consiguiente, del
edificio social que ha de construir un día la especie hombre en su siguiente paso
evolutivo, ahora en ciernes.
Del conocido médico Eduardo Alfonso, doctor en Medicina por la Universidad de Madrid,
filósofo y científico, autor de libros
tan conocidos como " La religión de la
Naturaleza","La sabiduría pitagórica, "Einstein y su teoría de la relatividad", entre otros,
sintetiza las leyes de la Naturaleza en una de sus obras titulada "Curso de medicina
natural en 40 lecciones".Dado su interés, se transcribe literalmente el apartado que
lleva el siguiente título:
"La Naturaleza está regida por leyes ".
"El estudio de la Naturaleza nos demuestra que existe un orden natural regido por leyes,
que el hombre va descubriendo por el examen y comparación de los hechos. Este orden
natural se realiza por la armonía, que es la adecuada relación entre las partes y el todo.
Por esto, a la Naturaleza en su conjunto se le llama uni-verso, o sea, la realización de lo
uno en lo vario. Echemos un vistazo a las principales leyes de la Naturaleza.
1.Ley del movimiento. El movimiento es el modo de manifestación universal. La vida es
movimiento, la inercia es muerte. Todo en último término son vibraciones, porque este
movimiento alterna con movimientos de reposo. El movimiento continuo no existe. Así,
el día y la noche, el sueño y la vigilia, la vida y la muerte, la inspiración y la espiración,
el sístole y el diástole, etc.,son grandes vibraciones de la Naturaleza análogas en un
todo a las del sonido, la luz, la electricidad, etc., en el mundo de lo pequeño.
2.-Ley del Amor. El amor , -que es atracción de dos o más seres para unificarse- es la
ley de armonía, y, por tanto, de creación y conservación de la Vida. El Amor, pues,
supone la renuncia de sí mismo en bien de todo lo que no es uno mismo, y para
manifestarse requiere la conciencia de que todos los seres son hermanos, salidos del
mismo Origen...
Amor es tanto como decir reconocimiento de la Unidad de todo. En los astros se
manifiesta en forma de fuerza centrípeta: todos los planetas se subordinan a la unidad
de su sistema planetario. En los minerales y cuerpos químicos se manifiesta como
afinidad; en los animales como instinto, atracción sexual; en el hombre como cariño,
simpatía, y en grados más elevados, como verdadero amor espiritual, ya en forma de
idealismo o de sacrificio.
La existencia de la repulsión, la destrucción y el odio no implica la no existencia del
Amor, como veremos al hablar de la ley de los contrarios, sino que la confirma y
justifica. Téngase en cuenta que el Universo se manifiesta por medio de fuerzas
creadoras, conservadoras y destructoras, en lo que se refiere al orden físico. El mismo
sol que crea una planta, la conserva erguida un tiempo sobre la tierra, y acaba por
secarla con los propios rayos que le dieron vida. Es decir, que estas tres categorías de
fuerzas son una en esencia.
3.-Ley de Evolución. Todo lo existente lleva inmanente la tendencia y fuerza para
convertirse en algo superior. Filosóficamente, esta ley es una consecuencia de la ley del
amor que atrae a todos los seres hacia la unidad de su Origen. La evolución emplea
como medio el mecanismo de la Vida y de la Muerte. La inteligencia y la voluntad
evolucionan en formas materiales (cuerpos),que también evolucionan por su parte; mas
cuando la forma ha dado su máximo rendimiento a favor de la evolución espiritual, se
destruye (muerte),pasando el espíritu (mentalidad y finalidad) a formas de más elevada
categoría .
4.-Ley de los Ciclos. Todo lo existente evoluciona por ciclos. Llamándose ciclo a una
trayectoria(movimiento) en el tiempo y en el espacio, al final del cual, los seres, aunque
en forma semejante a la del comienzo, han avanzado un grado en su evolución .Las
enfermedades tienen su ciclo que termina en salud o muerte. Las semillas germinan,
nacen, dan una planta que a su vez da finalmente semillas que contienen en potencia las
nuevas experiencias vitales de la planta; el día y la noche forman un ciclo terrestre que
renace en otro día; el año es otro ciclo que, comenzando en la primavera, y tras las
madureces del verano, las tristezas del otoño y el sueño del invierno, renace en una
nueva primavera; el ciclo de la vida humana, comenzando en esa dulce primavera de la
niñez, y siguiéndola el épico periodo de la madurez y el lírico de la vejez, termina en la
muerte
(comienzo
del
ciclo
puramente
espiritual),
para cerrarse
en
nuevas
manifestaciones.
5.- Ley de finalidad. La evolución tiene un sentido finalista, es decir, la consecución de
un objetivo de índole trascendental y metafísica. Efectivamente, la evolución tiende a
conseguir estados de conciencia más elevados, afinando y perfeccionando la materia y la
inteligencia. La negación de la finalidad en todo lo creado, equivale a tanto como
afirmar que , en la Naturaleza, con todos sus dolores y alegrías, todo se mueve, gira y
vive por capricho, y sin otro motivo que pasar el rato que a cada cual le toca en el
mundo. Afirmación ésta absurda hasta para el menos exigente filósofo.
6.- Ley de Jerarquía. Todo ser o cosa está subordinado a todo aquello que es superior
en grado evolutivo, y tiene poder o mando en todo aquello que le es inferior en la escala
de la evolución. En efecto, el espíritu rige a la materia, la inteligencia al cuerpo, el
cerebro a los miembros; los animales más inteligentes vencen a los menos
inteligentes...(sic)... Existe, pues , una jerarquía evolutiva de orden natural que
garantiza el triunfo de lo mejor y más perfecto, y por tanto del progreso biológico.
En el plano puramente humano de la biología social, se falta frecuentemente a esta ley,
dándose el caso de que en las sociedades humanas, no rige el superior en la escala
evolutiva (el más virtuoso, más sano y más sabio), sino el que tiene más medios
materiales, más astucia, más influencia y más fuerza. Esto desarmoniza la colectividad y
degrada a los hombres verdaderamente dignos.
Los hombres son iguales en esencia, no tanto en potencia y desiguales en presencia.
7. Ley de Armonía. La existencia de todos los seres, exige una adecuada relación entre
las partes y el todo, que se manifiestan por el máximo de libertad y rendimiento en la
función de cada parte, juntamente con el máximo de ayuda mutua a favor del todo.
Vemos, pues, que nada ni nadie aislado tiene valor por sí mismo, sino por sus relaciones
con las demás partes... Aplíquese esta ley al cuerpo humano, y se verá que el secreto de
su salud o armonía estriba en la justa cooperación de cada órgano en el conjunto y en la
justeza de su propia función. Aplíquese a la vida social, y se verá como es imposible la
vida normal y aún la existencia de una nación, cuando los individuos laboran por el
propio bien únicamente, y no por el del conjunto. El egoísmo desmedido, como el
sacrificio extremado, no pueden conducir a buenos resultados: el segundo, porque
destruye al individuo; el primero, porque destruye la colectividad...
Aplíquese esta ley al cuerpo humano y se verá que el secreto de su salud o
armonía estriba en la justa cooperación de cada órgano en el conjunto y en la justeza
de su propia función. Aplíquese a la vida social y se verá cómo es imposible la vida
normal y aún la existencia de una nación cuando los individuos laboran por el bien
propio exclusivamente, y no por el del conjunto.
Las personas que sepan las leyes de armonía en música, comprenderán fácilmente que
no son otras sino las que rigen la armonía universal. La armonía en una partitura estriba
en el orden, proporción combinación y medida, según tiempo y ritmo de las partes
(notas) en el todo. Si una orquesta es capaz de efectuar un concierto, es por el orden,
proporción, combinación y medida, según la ley de tiempo y compás; de la actuación de
cada instrumento en el conjunto, rígidamente subordinados a la batuta del director ¸ y
esta batuta directora nos da el ejemplo de la necesidad de un principio de orden
superior que sea capaz de abarcar las leyes del conjunto.
8. Ley de Adaptación. Todos los seres adaptan su vida al medio que les rodea, para
defenderse contra él y para aprovecharlo en su beneficio...(sic) Las plantas muy
soleadas se ponen más verdes con el mismo objeto..El hierro sometido a la acción de la
intemperie se cubre de una capa de óxido que le protege más de la acción de la
atmósfera. El individuo que vive en sociedad se adapta a los convenios colectivos para
no ser eliminado y para realizar sus fines particulares. El microbio, dentro del
organismo, cambia de forma, se cubre de una cápsula, segrega antifermentos...para
defenderse de la falta de sustancias nutritivas y contra las defensas orgánicas del cuerpo
que le sustenta, etcétera.
La ley de adaptación es recíproca (sub-ley de reciprocidad causal),por cuanto el medio
ambiente es modificado por los seres vivos, que es a quienes corresponde la iniciativa
del cambio. Es, pues, el ser, quien modifica el medio en un principio, por su actividad
voluntaria intrínseca, aunque sin dejar de adaptarse al medio para no perecer. Concepto
este que no deben dejar de meditar los perezosos y escépticos, que siempre están
esperando circunstancias propicias para actuar, sin pensar que las circunstancias deben
crearlas ellos mismos.
La ley de adaptación se halla condicionada por la de los contrarios y la de los ciclos,
porque todos los seres vivos evolucionan por la acción alterna de agentes contrarios (
trabajo-reposo, frío-calor, sueño-vigilia, vida-muerte...) cíclicamente, como hemos
visto.
9. Ley de selección. En la lucha que para adaptarse al medio mantienen los seres,
prevalecen los más sanos, los más fuertes, más inteligentes y más buenos, garantizando
de este modo el progreso evolutivo de la Naturaleza toda. Los estudios de Darwin y
Lamarck son el mejor testimonio de esta ley....
10. Ley de herencia. Todos los seres adquieren o heredan los caracteres físicos y
psíquicos de sus progenitores....(sic)..Gracias a la ley de herencia, lo adquirido por ley
de adaptación y depurado por la selección , se mantiene y eleva a través de la vida....
Lo bueno se hereda para el progreso de las especies, pero no menos cierto es que
también se hereda lo malo, conduciendo a la degeneración de los seres. Piensen bien,
pues, en esta ley los que han de dar descendencia al mundo.
11.Ley de Analogía. Lo que es en el mundo físico y tangible, es como lo que existe en
el mundo metafísico e invisible ,y lo que se realiza en lo grande, se realiza también en
lo pequeño, para efectuarse el hecho de lo uno en lo vario. Es decir, que en todos los
aspectos de la vida rigen las mismas leyes naturales. Así, los sistemas planetarios son de
análoga constitución a los átomos químicos. La misma ley de ramificación rige el curso
de los ríos en la tierra, de la corriente sanguínea y nerviosa en el cuerpo de las ramas de
los árboles, de los sistemas de numeración en matemáticas, etc. Análogamente, existen
siete colores, siete sonidos...y todas las vibraciones de las energías cósmicas se
resuelven en grupos septesimales , etc.
La trascendencia del estudio y aplicación de esta ley, es de un orden muy elevado. Por
ella descubrió la ciencia matemática de Adams y Leverrier la existencia del planeta
Neptuno, antes de haber sido visto por el telescopio. Por ella ha descubierto la ciencia
química multitud de alcoholes, hidrocarburos y otros cuerpos orgánicos seriados, antes
de haber parado mientes en su existencia tangible. Por ella reveló Mendelejeff, con su
famosa tabla de las analogías químicas, fundamentales hechos de la evolución material.
Por ella también han sido solucionados muchos problemas biológicos, a la vista de los
maravillosamente semejantes procesos del desarrollo embriogénico de los individuos
(ontogenia) y de las especies (filogenia), en la escala magna de la evolución.
Aún en las creaciones industriales del hombre, se ve la fatalidad con que actúa esta
ley....Nada ha inventado el hombre cuyo mecanismo no preexista en algún ser de la
Naturaleza.
12.Ley de los contrarios.- Para que todo ser o cosa sea perceptible se necesita un
contraste, una diferencia o una variación...(sic)...El trabajo y el reposo, la noche y el
día, el sueño y la vigilia, la vida y la muerte, son factores contrarios que no pueden
existir separados. Forman pares de opuestos como los sexos, que se neutralizan en el
común origen de ambos...
Podrían ponerse infinitos ejemplos, pero concluyamos que la percepción de cualquier
cosa exige la existencia de su contrario, que la complementa y constituye con ella una
unidad. Es la Ley de los Opuestos Complementarios, que nos da el claroscuro de la
vida...
(Habría que añadir: "Mientras estemos sujetos a la ley de causa y efecto en los mundos
de la Caída.
13. Ley de Causa y Efecto. Todo acto o fenómeno tiene una causa productora ,y, a su
vez produce también un efecto. ¿Cómo podemos imaginarnos que algo exista sin que
haya una causa de su existencia? La enfermedad existe porque hay causas morbosas; los
objetos artificiales, porque hay causas constructoras; el Universo, porque hay una Causa
creadora...La casualidad no existe, ni el destino ciego, tampoco. Es la causalidad. En el
determinismo que encierra esta ley hallamos la base más firme de una fe razonada.
Esta ley es la misma de Acción y Reacción. Todo ser, al actuar como agente causal
produce una modificación en el medio universal que le rodea, que es un efecto
representado por una reacción del medio, proporcionada y condicionada a la acción
primitiva, y cuya finalidades restablecer el equilibrio o armonía alterado por la acción.
La física, en el mundo de la mecánica, estudia esta ley en el llamado postulado de
Newton que dice : la reacción es igual y contraria a la acción. Vemos así mismo en
biología, que, v. g., la aplicación de agua fría en el organismo produce una reacción
contraria ( de calor), destinada a restablecer el equilibrio, que es siempre la finalidad
de esta ley...
En el plano intelectual y en el moral se cumple con la misma maravillosa exactitud .Lo
que se llama suerte o desgracia, no es más que la reacción del mundo a la acción de
uno según la ley, (por lo que a nadie debemos culpar de nuestras desdichas) .
Esta equitativa Ley de Acción y Reacción, o de Causa y Efecto, es la justicia de la
Naturaleza, para que cada cual no reciba sino aquello que sus actos han provocado, en
proporción a su cantidad y adaptado a su calidad. El que mete la mano en ácido
sulfúrico se quema los tejidos orgánicos en proporción al tiempo que la tenga dentro, y
sufre un mal de una calidad que corresponde, ni más ni menos, a su ignorancia. De este
efecto no puede echar la culpa al ácido, sino a sí mismo, y debe sacar una lección y una
experiencia para el porvenir. Todo esto en su diáfana simplicidad, es de una justeza
admirable. El que dobla violentamente una rama de un árbol ,y por la reacción de ésta
(elasticidad) se rompe el brazo, no puede culpar al árbol de su desgracia ,puesto que él
era libre de haber cometido o no el acto ocasional. Los objetos de las acciones vuelven
siempre sobre el sujeto que las realiza, como las ondas provocadas en el estanque por la
caída de un objeto, vuelven, al chocar con las orillas, al centro de donde partieron,
hasta restablecer el equilibrio perturbado de las aguas.
Las causas originan efectos, y estos son causa de otros, forjándose así el hilo del
Destino. La ley de Causa y Efecto es fatal, matemática, pero no quita a los seres el libre
albedrío, por cuanto queda reservado a su voluntad el hacer o no hacer una cosa u otra.
Lo que no se puede esquivar es el efecto una vez cometido el acto.
14.Ley de Necesidad (o de Utilidad).Todo ser o acto responde a una necesidad o
utilidad dentro del plan universal de la Evolución. La Naturaleza no crea nada inútil. Es
económica y justa en sus manifestaciones, aunque pródiga en sus potencialidades, y
hace desaparecer lo ya inservible o inútil .Recuérdese el principio biológico de que todo
órgano que no funciona, se atrofia. Vemos, en efecto, que todo aquello que ya para
nada sirve, es destruido e incorporado a la circulación de la materia elemental ( los
cadáveres se descomponen, el cordón umbilical se atrofia, seca y cae una vez cumplida
su misión,, etc. )y en cambio vemos que la Naturaleza es espléndida en grado sumo en
todo aquello que suponga fuerzas en potencia (como lo demuestra el número inmenso de
semillas que da a cada planta, de espermatozoides en cada gota de semen masculino, de
óvulos en el ovario...
La necesidad es el supremo estímulo de todo acto vital.
15.Ley de Desigualdad. El movimiento tiene como único origen una desigualdad (o
excitación).La igualdad es estable. Si no existiese una desigualdad de tensión eléctrica
entre dos fuentes unidas por un conductor, no se establecería la corriente; si no hubiese
una diferencia química entre los alimentos y el cuerpo, no habría digestión, ni nutrición,
ni fenómenos derivados; es decir, no habría vida por no haber excitación; si no hubiera
diferencia de ideas, no habría movimiento intelectual ni progreso, etc. Es, pues, la
desigualdad el origen del movimiento... (sic)... El movimiento tiende a anular la
desigualdad, conduciendo al sistema de que se trate al punto de reposo o momento
estable, del cual saldrá en cuanto una nueva variación lo solicite... (sic)...
Y como la desigualdad o excitación inicial, está en la actividad de los seres animales y
vegetales, y en los cambios químicos de los minerales, como también en las
combinaciones de fuerzas magnéticas y eléctricas, vitales, radiantes,... de unos y otros,
fácilmente se nos da a la razón que cuanto mayor sea la iniciativa y voluntad original de
cada ser, más está en su mano ser dueño y señor de los cambios que originan las
desigualdades excitatorias de la vida, y que, por consiguiente, como ya dijimos, el
medio ambiente será, en su mayor parte, el creado por la actividad de los seres de más
iniciativa y voluntad intrínseca." (Hasta aquí la cita).
.........................................................................................................
Concluimos así este apartado fundamental para poder comprender que una educación
holística, y apropiada para el siglo que empieza, es la que tiene en cuenta la totalidad
del ser (que es en última instancia, espiritual y cósmico) y la profunda necesidad de
unidad funcional que debe existir entre nuestro cuerpo, nuestra alma y la Naturaleza a
la que pertenecemos, donde el Creador muestra una parte de
Su Programa
Cósmico.¿Cuándo será posible trabajar desde estos supuestos en las escuelas públicas?
Al menos una cosa sí es segura: puede hacerse este trabajo en las familias sin ningún
tipo de traba, y luego hacer propuestas a los profesores sobre cómo unificar criterios
para ir avanzando juntos. Pues si una cosa es cierta es que el mundo de la educación
cambiará cuando exista la presión social de las familias exigiendo cambios. Que nadie
espere nunca de los gobiernos una solución adecuada a las necesidades reales de los
ciudadanos mientras estos no sepan en primer lugar cuáles son y en segundo lugar se
manifiesten y presionen a favor de los cambios necesarios .Los políticos no son
educadores ni son sabios, por tanto no están capacitados para tener iniciativas correctas
en
materia
educacional.
Los
pueblos
no
pueden
dejar
en
sus
manos
alegremente materia tan importante para su propia supervivencia a largo plazo como es
la educación.
PARTE II
CAPÍTULO 5
FILOSOFÍA REDUCCIONISTA Y ORDEN DIVINO
Reduccionismo es lo contrario de "Universalismo". Si la lógica cotidiana con la que nos
relacionamos fuese una lógica natural veríamos cómo cosas aparentemente contrarias
como "reducir y ampliar" no serían más que manifestaciones externas de la cualidad de
Ser, que carece de medida. Sólo en el mundo de las apariencias se hallan los límites. En
el ser humano se manifiestan una por una las mismas leyes que rigen el gran Cosmos,
esperando ser conocidas o reconocidas alguna vez. Siempre se ha considerado al hombre
como un microcosmos desde la antigüedad clásica, pero en el mundo moderno esto ha
sido de un modo superficial, teórico e inoperante en consecuencia. Nosotros, los seres
humanos, como seres divinos, no solamente somos una parte de la Totalidad, sino que
somos en esencia la Totalidad misma. Pero para comprender esto verdaderamente, para
sentirlo verdaderamente, hemos de universalizar la mirada, hemos de divinizar nuestra
mente.
Mientras la miopía intelectual observa el Universo, no halla en él más que un infinito
banco de datos, más al carecer de las claves para la comprensión de la Totalidad, elige
cierto número de esos datos; reduce la realidad a un aspecto o un cierto número de
aspectos que desligados de la mayúscula Realidad, intentan convertir en una totalidad
en sí mismos; en una totalidad desligada de la Totalidad; en un universo con leyes
propias; en una individualidad separada de la Unidad Universal. Esto es Reduccionismo.
Esto es lo que hace la ciencia oficial tan a menudo y practican diariamente tantos y
tantos fanatismos civiles o religiosos EN TODAS LAS PARTES DEL MUNDO.
Podríamos encontrarnos aquí con un problema relacionado con el aprendizaje, y un
problema grave, ya que la práctica del Reduccionismo es un obstáculo para universalizar
nuestro conocimiento y hacerlo progresar verdaderamente. Aquello que hemos sacado
artificialmente de su contexto y hemos considerado una totalidad individualizada, es
manipulado con bases teóricas ajenas a la realidad a la que pertenece, y aún cuando
intentáramos ampliar la imagen de esa pequeña totalidad segregada, nunca coincidiría
con la de la gran Totalidad de la que ha sido segregada, aunque pudiéramos hacer que
esa ampliación tuviera el mismísimo tamaño del Universo. Eso sucede todos los días en
nuestros laboratorios, en nuestras Universidades y escuelas. Por supuesto sucede en
nuestras concepciones filosóficas sobre el microcosmos llamado Hombre. Se ha desligado
al ser humano de la Gran Totalidad, y en consecuencia, sucede como sucede al resto de
nuestros conocimientos: que son conocimientos mutilados procedentes de realidades
mutiladas. Así es como nos encontramos hoy día en una encrucijada mundial de primer
orden: o universalizamos nuestra mirada desde una perspectiva transpersonal, o no
personal, o la Humanidad va directamente a un desastre generalizado, a un fracaso sin
precedentes en todos los ordenes. Y en ese camino llevamos ya mucho trecho avanzado,
pero como lo que sucede en el exterior es siempre un reflejo de lo que sucede en el
interior,- su consecuencia visible,- todo esto nos remite por fuerza a nuestro propio
interno. ¿Y qué hallamos en nuestro interno? REDUCCIONISMO. El Reduccionismo del ego
en este caso...
En la totalidad que somos, ¿qué hemos hecho a nivel mental? Hemos separado el cuerpo
del alma y del Espíritu. Nos identificamos con esta o la otra parte, o un poco de esta y
un poco de la otra, y andamos como ciegos en medio de una vida que nos rodea, a pesar
de nosotros, con su infinita luz amorosa. Nos identificamos, por ejemplo, con el
fragmento "cuerpo", pretendemos que viva al margen de las leyes físicas y esperamos
que tenga salud aunque llevemos una vida antinatural. Nos identificamos con nuestra
mente egoica, intelectualmente inferior en vibración y resultados, pretendemos que viva
al margen de la Mente Universal y sin seguir sus leyes aspiramos a conseguir la Sabiduría.
Ignoramos nuestra alma, pretendemos olvidar nuestra condición espiritual, nuestra
filiación divina. Y queremos ser felices. El resultado de todas esas identificaciones falsas
y esos sueños reduccionistas es una pobre salud, un mediocre intelecto al servicio del
ego, y una falta de paz y sosiego interior, que se traduce en necesidad de placer como
sustituto de la felicidad y en permanente ansiedad y necesidad.
¡Qué lejos estamos de considerar que -como totalidad que somos- vivimos en la
Totalidad permanentemente! Difícil en extremo nos resulta admitir la idea de existir
continuamente en la Eternidad en el mismo estado de conciencia que nos corresponde
por nuestra evolución! ¡Cuál no será nuestra ceguera, que sólo consideramos la
posibilidad de la eternidad (si es que acaso la consideramos) después de la muerte del
cuerpo físico, como si la eternidad reconociera las fronteras de la materia y supeditara a
ella su condición!. Difícil en extremo nos resulta considerar la idea de estar viviendo en
tres estados de conciencia simultáneos y profundamente vinculados entre sí: físico,
mental y espiritual. Olvidamos en nuestro estado ordinario de conciencia volcada al
exterior, hacia el mundo sensorial, que sólo el cuerpo físico pertenece a este mundo
material, que nuestra alma y nuestro Espíritu, lo trascendental en nosotros, nos
acompaña en el tiempo físico, pero está más allá, pues no pertenece a este mundo...
¿Acaso somos conscientes? ¿Somos conscientes y sentimos de alguna manera este vivir
más allá de lo temporal que significa -por ejemplo- PENSAR, que es atemporal, aunque
se manifieste en un tiempo material; o SENTIR, que es también atemporal aunque de
nuevo se manifiesta en el tiempo material?
Y como educadores, viene la pregunta:
¿Podemos educar a los niños en esta conciencia?
La capacidad de pensar y sentir son manifestaciones de la Mente-Espíritu Universal, de
la GRAN CONCIENCIA, de la GRAN TOTALIDAD a la que solemos llamar Dios. Con nuestra
filosofía reduccionista, apartamos nuestra mente de la Mente Divina, y al hacerlo así,
disminuye nuestra capacidad de pensar y sentir porque desciende nuestra vibración
como energía. En consecuencia, manifestamos sólo pensamientos y sentimientos del
ego: En vez de manifestarnos como totalidad, nuestra parte intelectual e instintiva
reclama su particularidad. Esta es la razón por la que la privacidad y el aislamiento que
caracterizan el mundo social están tan desarrollados en él, pues el ego es EGOCÉNTRICO, individualista e insolidario. Es el triunfador actual en nuestro mundo material
y en las sociedades humanas Es el triunfo del Reduccionismo. (¿Preparamos a los niños
para evitarlo?)
Si algo persigue este pensamiento empequeñecedor es precisamente el aislamiento; el
triunfo de lo particular sobre lo general, la contraposición de la parte al todo. Y es este
intento de ruptura con el Todo lo que enmarca a esta filosofía entre las filosofías de
rebelión contra el Orden Divino. Tiene un gran predicamento entre las grandes
mayorías de la población de todo el Planeta; por supuesto entre los Estados y sus
respectivos gobiernos, que lo cultivan con esmero. No podemos olvidarnos de cómo el
conocimiento se halla distribuido en parcelas apenas interconectadas o nada en
absoluto, igual que las enseñanzas en los colegios y universidades se parcelan en
asignaturas de difícil relación entre sí. También las religiones jerarquizadas defienden
sus propias parcelas de separación y egocentrismo, anatematizando a los que se hallan
fuera de sus rediles. Todos ellos son reduccionistas. Si analizamos el día a día de los
acontecimientos de este mundo invertebrado y fragmentado, tomamos conciencia tarde
o temprano de que el conjunto de la Humanidad somos víctimas de esta gangrena del
Reduccionismo, tan perfectamente instalado en la mente colectiva y, por supuesto en
instituciones como las científicas.
El dar de lado a la reflexión y corrección oportuna sobre la relación filial Todo-Parte, ha
originado que este Planeta sea un Planeta enfermo poblado por enfermos miopes a
menudo enquistados en pequeños castillos mentales que defienden celosamente. Esto
suele denominarse fanatismo.
La miopía reduccionista, unida al poder de lo negativo en este mundo; esa miopía
individualista, es más que nada la "enfermedad" de un corazón que no quiere ver ni
sentir lo divino. Y esa cultura compartida impide que podamos presenciar cómo cada día
crece este malentendido en que basamos esta civilización.
Los responsables de educar hemos de plantearnos ante nosotros mismos y ante nuestros
alumnos o hijos si somos conscientes de la gravedad de este problema y si los remedios
que ponemos son adecuados para superar el individualismo egocéntrico y los problemas
de pensamiento derivados del Reduccionismo.
Y si trabajamos en la enseñanza, debemos ser conscientes de que la realidad es una,
aunque se estudien aspectos separados. El analizar por partes debe conducirnos siempre
a su integración en el
conjunto al
que pertenecen. Esta idea es contraria las
especialización radical por asignaturas en que cada profesor va por su lado con su propio
programa, independientemente de otro profesor con otro programa, etc. sin que haya
entre ellos un común punto de partida y llegada de los aspectos a estudiar y de sus
nexos.
PARTE II
CAPÍTULO 6
NI ARISTÓTELES NI ROUSSEAU NI AZAR
"Quien siembra vientos, recoge tempestades" es un viejo refrán que explica con sencillez
una importante ley universal: la ley de causa y efecto, o de acción y reacción. Así, todo
lo que una persona realiza vuelve a ella positiva o negativamente dependiendo de su
contenido real. Esta es la ley universal de siembra y cosecha: sólo se cosecha lo que uno
mismo ha sembrado. Lo contrario sería una injusticia divina, y un absurdo lógico
también, a no ser que uno asuma voluntariamente parte de la "cosecha" de otro para
poderle ayudar. Cristo es el ejemplo visible de este sacrificio. Para liberarnos del
progresivo retroceso energético que hubiera concluido en la disolución de nuestra forma
espiritual, a través de su acto redentor asumió parte de nuestra mala cosecha o
"karma".
Depende de la bondad de nuestras acciones el vivir en estados de plenitud. Y al
contrario: no se puede esperar de la vida lo bueno si actuamos contra las leyes de la
vida. Esto es muy sencillo de comprender por los pequeños.
El trabajo del alma superando al intelecto y buscando el contacto con lo divino en ella,
es de suma importancia.(De ahí el valor de la meditación y de la oración libre de
fórmulas). De modo que la mente intelectual es un instrumento o potencia activa que
puede hacer enfermar nuestro cuerpo y arroja sobre nuestra alma las sombras de todos
los defectos que practicamos y que nos ocultan la visión espiritual del mundo; defectos
que el intelecto sin conciencia pretende ignorar, no reconociéndolos, pasándolos al
subconsciente, o desvirtuando su contenido a base de inventar justificaciones para sus
conductas. Nos convertimos fácilmente así en ciegos que se dejarán conducir por otros
ciegos, y todos somos arrastrados a la rueda de la reencarnación, con su circuito
cerrado de nacimientos y muertes tras una estancia preparatoria en el reino de las
almas conocido como "planos de purificación". Y desde estos planos regresa de nuevo el
alma para otra oportunidad de evolución en el mundo físico.
El alma recoge las experiencias de cada vida que quedaron grabadas en el consciente y
en el inconsciente tras la llamada muerte. Las experiencias positivas y la eliminación de
los defectos determinan la progresiva aproximación del alma hasta el Ser divino, hasta
que Él se manifieste a su través e irradie por completo Su Presencia desde cada uno de
nosotros. Entonces habremos alcanzado la plenitud de la vida: orden, seriedad,
paciencia, amor, misericordia, que constituyen, uno tras otro, los pasos de nuestro
evolucionar hacia Dios. Nuestra alma habrá sido liberada de las imperfecciones que le
trajeron a este mundo, y la mente se hallará iluminada por la verdad. Los místicos
orientales llaman "Samadhi" a este estado envidiable de plenitud íntima por la
comunicación permanente con lo sagrado. Este es el estado de conciencia superior que
preconiza la "Vía Unitiva" en la mística cristiana. A través de sucesivas existencias, y por
la energía redentora de Cristo en cada uno, llegaremos todos a este estado de plenitud,
incluso encarnados, que nos garantizará una vida armoniosa correspondiente a nuestra
vibración energética más allá de las limitaciones inevitables del cuerpo material
mientras lo tengamos.
Aristóteles con su idea de la "tábula rasa" en oposición a la idea platoniana de la
preexistencia del alma, introdujo en el pensamiento occidental ( y la iglesia católica
supo sacar buen partido de ello) la idea de que un sujeto parte de cero cuando inicia su
andar por el mundo. El niño, dicen las iglesias, es un libro blanco donde hay que escribir
todas las páginas desde su nacimiento a su muerte. Nada hay en su conciencia, según él,
que no haya sido captado anteriormente a través de los sentidos, idea que el empirismo
inglés retomaría más adelante. Así se rechaza la idea de la reencarnación y se difunde
el error de que a cada niño que nace, Dios le otorga un alma nueva.
Rousseau por su parte, con la defensa del " buen salvaje," de que el niño es bueno por
naturaleza pero la sociedad lo corrompe, también ha sido muy difundida en occidente
para hacernos creer que es posible lo mismo: que el alma que viene a este mundo es un
alma virgen, donde el libro de la vida no ha escrito una sola palabra.
Los pensamientos de estos y otros filósofos, basados en la mente ilustrada del erudito
que reflexiona sobre los espejismos de la mente, están
lejos del conocimiento
verdadero del sabio ( que piensa, actúa y vive en armonía interna con las leyes del
cosmos), pero aquellos filósofos que ignoran o desprecian estas verdades
siguen
produciendo mucha confusión y arrojan más ignorancia sobre la ignorancia de las gentes.
Los
eruditos
con
buenas
intenciones,
educados
en
el
espíritu
del
liberalismo materialista y humanista se preocupan por el mundo y no pueden explicarse
cómo es posible que existan niños que al nacer muestren alguna deficiencia física o
mental o nazcan en lugares privilegiados unos mientras los hacen otros en países pobres
y en guerra o en familias asediadas por la desgracia, circunstancias unas y otras que no
pueden explicarse, según ellos, sin aludir a la "mala suerte" genética, a la casualidad; lo
mismo que no puede explicarse la muerte prematura de niños por enfermedades,
catástrofes, atentados o guerras. Todo eso parece sujeto al azar, pero hace más de
cinco mil años, Hermes Trismegisto, el sabio de los sabios egipcio, en su obra El Kibalyon
dijo sobre el azar que no es más que el efecto de una causa anterior. Algo que la
mecánica cuántica empieza a aceptar actualmente como verdad experimentable.
En el universo, según la moderna física, y también según la mística cristiana originaria,
todo está imbricado como causa-efecto. No existe el azar. Todo está en todo, con una
conciencia envolvente, y activa según leyes muy precisas cuyo desconocimiento o
negación hace presuponer la posibilidad del azar.
Pero si no existe el azar, la casualidad, ¿cómo explicarse un Síndrome de Down, por
ejemplo, o que la diferencia psicológica entre hermanos gemelos, sea tan grande? ¿Es
casualidad que en una misma familia nazcan niños sanos y otros con defectos congénitos
graves? ¿Es un juego de dados genético la existencia y la enfermedad? Si el universo
diera cabida en él a esta circunstancia, el universo mismo sería algo caótico, a no ser
que se aceptara también que existe una ley sobre el control del azar, la cual también
tendría que ser, a su vez, producto de la casualidad...(¡!)y así ¿hasta qué infinito de
casualidades y leyes (¿con qué origen?) que las mantuviera en acción.?
¿Es posible concebir un universo tan organizado hasta en lo más elemental, como el que
vivimos , que dé cabida en su funcionamiento a algo tan distorsionante y amenazador de
la estabilidad y hasta de la propia existencia del conjunto "Universo"
como el
llamado azar? Parece que no es lógico pensar esto.¿Y cómo es en los seres humanos
cuando existen enfermedades, por ejemplo? La única forma de explicación es aplicar a
la vida personal la ley universal de causa-efecto. La vida personal es un todo continuo,
independientemente del espacio y el tiempo, pero la estancia en un cuerpo físico es
discontinua en el tiempo y en el espacio. A través de cada existencia "ingresamos" en
campos genéticos afines que nos permitan encarnar físicamente. Esta afinidad es doble:
física y de contenido psíquico. Nuestras almas se parecen a las de nuestros padres en
una cierta medida, y por tanto, también nuestros genes. Una vez encarnados, sin
embargo, modificamos nuestro campo genético a lo largo de nuestra vida en función de
nuestras formas personales de pensar, sentir, hablar, actuar. El componente psico-físico
de cada gen al final del proceso de la existencia física (llamado muerte),es el material
energético que nos
corresponderá "heredar" de nosotros mismos en la siguiente
existencia. Entonces volveremos a ingresar en un campo genético energéticamente
(léase"familia") afín al de nuestra anterior existencia, a no ser que hayamos modificado
nuestra vibración como energía con nuestras acciones durante nuestra estancia en los
planos del "más allá" de lo físico. Así, existencia tras existencia somos nuestros
propios herederos genéticos
y nos podríamos sorprender del parecido físico y
emocional con algunos de nuestros parientes desaparecidos antaño. Perfectamente
podríamos ser uno de ellos en una encarnación anterior. Nadie puede esperar después de
una vida en que se ha ocupado activamente de ir contra las leyes cósmicas (
perjudicando a su propio cuerpo, haciendo daño al prójimo, etc.) que las leyes cósmicas
de la armonía, manifestadas como salud mental o física le vayan a favorecer. Al
contrario, lo que graba su alma y queda impreso en su campo genético es desorden,
desarmonía, conflictos emocionales, voluntad personal rebelde, inteligencia que no se
rinde a la verdad. El alma del que nace viene afectada, pues, por sus vidas anteriores, y
por poco que esto se piense se considerará lógico: cuando dejamos el cuerpo nos vamos
como almas con la siembra que hayamos hecho y que deberemos cosechar en algún
momento, más allá de este mundo o a la vuelta, en una u otra encarnación.
Si Aristóteles o Rousseau hubieran conocido al menos el Kibalyon egipcio o las
enseñanzas del Sermón de la Montaña en toda su profundidad no habrían elaborado
esas doctrinas que tanto daño hacen y tanto desconcierto producen, pues el hombre es
el resultado de sí mismo a través del tiempo y del espacio. Miguel de Unamuno (cristiano
heterodoxo, como sabemos) captó el sentido profundo de esto que se afirma aquí
cuando escribió : " Cada uno es hijo de sus obras". Hijo de sus obras y padre de su
destino más allá y más acá de la línea del tiempo. Nacer con una enfermedad congénita,
vivir en un país pobre o en guerra, no siendo consecuencia del azar, nos remite a la ley
del karma, y no a otra cosa. Sería absurdo suponer que pueda deberse a un castigo
divino o a una indiferencia de Dios, pues El no es algo externo y ajeno a nosotros, sino a
que los que sufren esta situación no Le dejaron intervenir en sus asuntos ni se
sometieron a las leyes divinas cósmicas. ¿Qué puede esperarse sino desequilibrios,
desarmonía, dolor? Dios nos hizo perfectos como seres espirituales, y Su perfección vive
en cada ser como vida perfecta y plena de la que podemos no tener conciencia ( de ahí
el sentido de las vías místicas ).Si en un determinado momento decidimos alejarnos de
las leyes de armonía por las que se rige la vida e intentamos establecer variaciones a
nuestro antojo, pues el libre albedrío nos lo permite, es natural que nuestra acción
conlleve una reacción para restablecer el equilibrio perturbado. Es la ley de causaefecto, o ley del Karma. Si cada ser del universo introdujera modificaciones a su antojo,
según su personal conveniencia, saltándose todas las leyes existentes, el caos estaría
servido. Cuando un conductor se salta un semáforo en rojo y tiene un accidente, ¿es
culpable el semáforo?...Sin embargo, cuando nos saltamos las leyes naturales y las leyes
divinas para imponer la voluntad personal de nuestro ego en nuestras vidas o en las de
otros,-ignorando las leyes naturales y espirituales-
y sufrimos las consecuencias,
tenemos la tendencia a culpar a otros, a nuestra mala suerte o a Dios. El caso es no
querer reconocer nuestros errores para cambiar. El semáforo siempre cambiará de color
siguiendo pautas fijas de tiempo. Si no aceptamos esas pautas, es seguro que volveremos
a tener accidentes cada vez que nos pongamos en marcha estando en verde para los que
cruzan en sentido perpendicular a nosotros. ¿Sería culpa de los conductores que cruzan?
Este ejemplo tan sencillo tiene más trascendencia de la que parece extrapolado a otros
aspectos de nuestras vidas, y es de suma importancia que los educadores tengamos
claros estos asuntos que pueden llevar a confusión acerca de nuestra responsabilidad
personal en los reveses de la vida , así como a una mala interpretación acerca del
comportamiento de Dios hacia sus hijos en desgracia. Dios no es culpable de nuestras
acciones, ni responsable de nuestro destino, pues si lo fuese seriamos Sus marionetas; no
seriamos libres y de seguro que despotricaríamos entonces contra esa falta de libertad.
Como almas, como energía cósmica individualizada, vivificadas por Su Espíritu, somos
libre y perfectos por naturaleza. Si nuestro cuerpo está enfermo, si tenemos un defecto
físico al nacer, o una enfermedad genética, no es Dios el responsable, sino nosotros,
que nos hemos enfermado por nuestros malos pensamientos, palabras, emociones,
hábitos alimentarios, etc. O sea: por no respetar las leyes.
Si no sanamos primero el alma cargada de defectos que nos hicieron enfermar, no
podremos sanar nuestro cuerpo y estaremos sujetos a la ley de causa y efecto con todas
sus consecuencias físicas, espirituales, mentales, geográficas, sociales y de toda índole.
Y aunque la medicina nos ayude, volveremos a caer en la enfermedad una y otra vez
mientras no cambiamos pautas en nuestro interior, eliminando las causas que las
producen. Desde el uso del libre albedrío, cada uno elige sus propios actos y decide su
destino. Para una persona que no acepta que las leyes cósmicas están por encima de su
ley personal, y se cree en posesión del poder de modificar - hablando metafóricamentelos ritmos de funcionamiento de los semáforos del Cosmos, es natural que le sea muy
difícil aceptar la ley del karma, pero, como sucede con la ley de la gravedad, si te
arrojas desde un piso alto ya sabes lo que te espera, creas o no creas en ella.
PARTE II
CAPÍTULO 7
LA MENTE Y EL AMOR, MANIFESTACIONES DE DIOS
Entre los descubrimientos de la Física se ha determinado que en un nivel inferior al del
átomo ya se manifiesta en las subpartículas individualizadas algo así como "un propósito"
de actuación, una determinada tendencia, un "programa", "algo" a lo que puede
considerarse parte de un conjunto superior al cual podríamos llamar con el nombre de
"Conciencia Cósmica", la cual ya era conocida por otras vías experimentales internas,
mas no por la experimentación científica. La Conciencia Cósmica viene a ser la
"conciencia en la materia", indiferente del nombre divino que quiera dársele a su origen.
Este descubrimiento tan importante ha interesado
a investigadores en diversas
vertientes: en el terreno de la Física a Davies, F. Capra, D. Bhom, E. Schrödinger, (los
dos últimos premios Nobel) ; a Krishnamurti, Erich Fromm, y otros en el terreno de la
filosofía; a Jung, Antonio Blay, Maslow,Groff , Steindl–Rast, Dyer, Bucay y bastantes
más en el ámbito de la psicología profunda, y transpersonal; y a Gabriele de Würtzburg
, desde la visión profética del Cristianismo Originario ( Ver la ya citada Web : http://
www. Vida - Universal.org).
Todos los autores mencionados llevan a nuestra acomodada, materialista y conflictiva
sociedad a plantearse la necesidad de un serio debate desde distintos campos para que
se analice de un modo claro la relación existente entre ciencias físicas, psicología,
filosofía y Metafísica, a la luz de los nuevos descubrimientos sobre la materia. Este
diálogo ya está abierto hace un tiempo, y puede verse cómo existe un acercamiento
importante entre la llamada "Nueva Ciencia" y la (podríamos llamar) "Nueva
espiritualidad", en la que habría que incluir todas las manifestaciones y contenidos no
pertenecientes a iglesia institucional alguna, y no expresados desde el dogma ni por
jerarquía alguna de poder sobre las conciencias.
Hay en el diálogo Física-Mística la búsqueda de un nuevo modelo de concepción de
la realidad donde materia y espíritu no aparezcan disociados, ni enfrentados, porque
existe "Algo" más allá de la materia, y más allá del pensamiento: La Energía
Unificadora, El Todo de quien todo procede: la Conciencia Subyacente: la
Gran Totalidad.
El Todo incluye materia y energía ; todo el universo visible, y a la vez la realidad no
visible que subyace y determina todas las manifestaciones externas en el mundo
material. Ese Todo es Espíritu, nombre que damos desde tiempos inmemoriales a "Algo"
cuya esencia desconoce nuestra mente ordinaria, (pues está más allá de la comprensión
intelectual humana),pero que es capaz de sentir nuestra alma, pues ese "Algo" es
exactamente nuestra esencia, pues nada existe fuera de Él, el Todo, el Espíritu
Universal de los mil nombres.
Cuando el Espíritu se manifiesta como Creador, lo hace desde la mente creadora a la
que llamamos PADRE, en la cual, como hijos , vivimos con todo el resto de lo creado,
material o no material (pues recordemos que todo es energía en diferente grado de
vibración y condensación.)
El Todo se manifiesta creando con Su mente -Energía los universos visibles e invisibles
con todas sus criaturas... Sólo nuestro intelecto nos hace creer que somos alguien que
puede colocarse al margen o contra la Totalidad, en vez de sentirnos ser en ella, que es
lo real. También aquí la mente del ego nos engaña.
No existe, pues, una Mente dividida en el conjunto del Universo como totalidad. Dios
crea en Sí Mismo. Y nada existe fuera del Ser y de Lo Creado, Su Obra.
Todas las formas mentales, incluidas las formas mentales inferiores; todas las formas de
manifestación de lo espiritual: minerales, plantas , animales, son expresión de la
MENTE-ESPÍRITU UNIVERSAL Y ÚNICO, MANIFESTACIONES ENERGÉTICAS QUE
SE
ALIMENTAN DEL TODO Y A LA VEZ LO MANIFIESTAN.
La energía creadora, la fuerza motriz, es la energía AMOR.
POR AMOR, DIOS COMO TOTALIDAD SE MANIFIESTA COMO PADRE CREADOR.
Pero el Amor es también fuerza redentora, liberadora, que nos conduce a la conciencia
de ser en la Totalidad. POR AMOR, DIOS COMO TOTALIDAD SE MANIFIESTA EN EL HIJO
CRISTO. ¿Con qué objeto? Para elevar la vibración mental y espiritual de lo creado y
acercar nuestra conciencia al SI MISMO, AL CORAZÓN DEL AMOR, A TRAVÉS DEL ACTO
REDENTOR. ESTE SUPONE PARA CADA UNO RECIBIR PRESTADA POR CRISTO UNA ENERGÍA
SUPLEMENTARIA, UNA CHISPA DE SU PROPIA ENERGÍA (que un día deberá ser devuelta a
Cristo) PARA PODER VOLVER A CASA PURIFICADOS.
"Volver a casa "es el retorno a nuestra condición original de seres puros sin cuerpo
físico, pero con forma energética, que aceptan las leyes divinas como propias
y actúan consecuentemente. "Volver a casa" es el regreso a la inocencia perdida, el
reencuentro con nuestra condición divina de un modo impersonal, es decir, con una
voluntad espiritual que sería idéntica a la voluntad divina y activa según Sus principios
voluntaria y libremente aceptados por cada uno.
Cristo, el primer Hijo visualizado, que se manifiesta a los hombres para invitarnos a
volver a nuestro origen de seres puros actualmente alejados de Dios, vino para
mostrarnos,- como en el mito de la Caverna de Platón - el camino de salida a la Luz a
través de los Diez Mandamientos y el Sermón de la Montaña, textos básicos para la
comprensión de nuestro proceder correcto en la Tierra.
La infinitud de Dios nos garantiza la infinitud del amor. El amor de Dios, al no poder ser
aumentado ni disminuido (pues nadie puede aumentar ni disminuir lo infinito), garantiza
que la energía Amor del Universo está permanentemente activa. También en cada uno
como alma, dando lugar al proceso continuo de creación en el Cosmos material y en el
espiritual, aunque de ambos solo el último permanecerá, debido al proceso ascendente
de la materia hacia manifestaciones cada vez más sutiles que desembocarán finalmente
en la energía primordial en estado puro, según manifiestan las enseñanzas proféticas
del cristianismo originario y también puede rastrearse en los textos védicos que hablan
de la respiración de Brama.
Para ponerse en contacto con esa fuente divina de energía vivificante, desde tiempo
inmemorial el ser humano busca el medio de llegar a ella a través del conocimiento y
de prácticas espirituales que nos liberen del mundo de los sentidos y de los deseos
"demasiado humanos".
Conocimiento de las leyes que rigen el universo material – espiritual, y práctica de
virtudes liberadoras, es la plataforma de la evolución.
Muchas claves se han dado a las diferentes humanidades pobladoras del Planeta en
diferentes épocas y lugares. Todas esas claves pretendieron – y pretenden aún –
conseguir armonizar a cada ser humano consigo mismo, con su entorno físico, con El
Todo universal y con las leyes que lo rigen. Ello debería conducir finalmente
a
"sintonizar" cada ser humano con la energía Amor, con la energía divina. Oración,
meditación, altruismo, dominio de los sentidos, control de la mente y del cuerpo físico
han sido constantes referencias (en cualquier época histórica, en cualquier filosofía de
la evolución de la conciencia) para conseguir conectar a cada uno con el Manantial de la
energía divina que en nosotros fluye sin cesar, para hacerlo consciente en cada uno y
para que pueda ser integrado conscientemente en el Gran Río Universal de la Vida.
Para cualquier educador, todo cuanto se afirma aquí permite avanzar hacia una
concepción transpersonal de la existencia que pudiera aplicarse a una educación
transpersonal: a una pedagogía transpersonal.
Es hora de renunciar a ese principio tan extendido aún en ciertas latitudes que dice "la
letra, con sangre entra". Ni el progreso en el conocimiento ni los avances espirituales
pueden hacerse mortificando al cuerpo ni a la mente.
Los ayunos y mortificaciones, los latigazos y los cilicios, lo mismo que los castigos
corporales de los padres o maestros, no son más que formas de fanatismo opuesto a la
ley del amor, como todos los fanatismos, pues en lugar de fortalecer el cuerpo y la
mente la debilitan; en lugar de generar, paz generan dolor; y en lugar de conducir a la
cooperación conducen a la alienación.
Dios no quiere el sufrimiento de Sus hijos.
El fanatismo religioso unido al pedagógico resulta una auténtica bomba de relojería en
las frágiles mentes de los pequeños. Una bomba de relojería que interesados relojeros
ponen a punto para hacer estallar cuando convenga a sus necesidades. Así es posible
que un día estos que hoy son niños estén dispuestos a sacrificarse por una Causa : a
convertirse en suicidas con bomba , en mercenarios sin escrúpulos, o , en los casos más
benignos, en opacos obreros manejables por sus jefes, por la pedagogía de las iglesias o
la pedagogía de los medios de comunicación.
La pedagogía del amor es lo opuesto a todas estas formas de castración de la infancia y
la primera juventud.
PARTE II
CAPÍTULO 8
LA ESPIRITUALIDAD EN LA ESCUELA
En la Naturaleza material de la que participamos a través de nuestro vehículo corporal,
todo procede por ciclos. Todos esos movimientos cíclicos tienen una finalidad última,
cósmica.
Nacimiento-niñez-juventud,
madurez-senectud-muerte-nacimiento...
Primavera-verano-otoño-invierno-primavera... Día-noche,-día.. Expansión- contracción,
expansión... La materia es cambiante y
de naturaleza tan perecedera como su
comportamiento.
Tal inestabilidad, tanto cambio morfológico, provocan en los seres humanos, con enorme
frecuencia, una gran perplejidad. Esta perplejidad surge precisamente cuando se ignora
la razón de ese movimiento impreso en el corazón mismo de la materia : la energía que
subyace y la anima en lo más profundo de su corazón.
La concepción material de la existencia a que aluden los Upanisads indios y la mística
cristiana originaria de todos los tiempos es la fuente principal del desasosiego y
desorden existente actualmente en el mundo mal llamado "civilizado", tan alejado de
estas fuentes espirituales como de otras...Inútilmente el hombre moderno educado en
el agnosticismo o en el ateísmo intenta buscar el sentido de la vida en el resbaladizo y
cambiante mundo material, que es lo que le queda al negar el mundo espiritual. Ni la
familia, ni la posición social, ni los conocimientos, ni el poder, ni aspecto alguno del
mundo exterior, pueden colmar nuestras aspiraciones cuando llega ese momento en que
empezamos a tomar en serio la existencia y hacernos preguntas profundas sobre el
sentido de la vida y de la muerte, la razón de nuestras emociones, o el Más Allá.
Un día cualquiera, tal vez sacudidos por la muerte de alguien, una enfermedad o una
catástrofe que nos toca de cerca, nuestra alma despierta de una especie de letargo y
comienzan las preguntas y la necesidad de respuestas. Tomamos entonces conciencia
de habernos separado de las leyes divinas de la vida, separado de la Naturaleza,
expresión de esas leyes, y no por último de lo profundo nosotros mismos :justo de
aquello que nos produce paz, armonía y plenitud.. Inmersos hasta entonces en un
mundo artificial y artificioso olvidamos nuestra condición natural y espiritual, y
comenzamos a preguntarnos qué relación existe entre ambos mundos.
Es importante recordar que espiritualidad no es sinónimo de pertenecer a una religión
concreta, pues se es de naturaleza espiritual independientemente de cualquier religión.
Como almas somos seres espirituales por
origen y estructura interna, y nuestra
conciencia se mueve en busca de su propio objeto: armonizarse con la conciencia
cósmica, con el Alma Universal o Dios. Este movimiento de la conciencia, este proceso
de acercamiento es llamado Evolución. ¿Hacia dónde nos acercamos? Lo mismo que
existe un proceso natural de evolución de las especies para adaptarse al medio que les
corresponde vivir , de la misma manera existe un proceso espiritual por el que el
alma busca adaptarse al medio al que pertenece por origen: el medio divino.
Si actuamos en sentido contrario, progresivamente alejándonos de lo divino,
progresivamente alejados de la naturaleza, en esa misma medida, nos alejamos de
nuestros semejantes y de nosotros mismos, hasta el punto de que nos sentimos extraños
e incómodos con nosotros mismos, no soportaos la soledad, buscamos evadirnos de mil
modos atrapados por un materialismo que acaba por dejarnos insatisfechos cuando se
agotan sus limitadas posibilidades sin que eso nos haya aportado felicidad, sino
únicamente momentos pasajeros de placer: espejismos de la felicidad. ¿Por qué sucede
esto? Porque hemos olvidado que la Naturaleza material es una manifestación de la
energía creadora de Dios y controlada por Él, que la materia es sólo apariencia y las
apariencias no son la verdad ni calmas la sed del alma.
Al recluirnos en ciudades contaminadas sin seguir las leyes divinas y las leyes de la
Naturaleza física, material, es fácil enfermar . E1 desprecio a las leyes de la Naturaleza
Divina (a la que pertenecemos como hijos),produce desarmonía en nuestros
pensamientos y emociones, y pérdida de energía que acaba por manifestarse en el
plano físico hasta el punto que hoy día es prácticamente imposible encontrar una sola
persona que goce de una perfecta salud integral. Por los centros sanitarios desfila
continuamente una rueda de enfermos que no terminan de curarse. Por los centros
psiquiátricos y las consultas de salud mental desfilan innumerables personas con
problemas de estrés, ansiedad, neurosis, alteraciones del sueño, depresión, ludopatías,
drogodependencias, trastornos de conducta social, y una larga lista de las calamidades a
que nos lleva una mente que ha olvidado Quién es su objeto, y se ha alejado de El. Ciega
a la luz del mundo espiritual, la mente de muchos se sumerge en las tormentas del
mundo intelectual y material intentando encontrar allí la luz que se niega a aceptar de
los mundos superiores. Y esta paradoja, el buscar reposo en lo inestable, certeza en lo
sujeto a mudanza, paz en medio de las tormentas que cada uno se provoca y provoca,
define la actitud equivocada de una mente ignorante o de una mente arrogante. La
persistencia en este error de apreciación es la que acaba por enfermarnos.
Esto es muy importante en la educación, pues muy a menudo los niños tienen
una concepción corporal de sí mismos, y viven según ella mientras no aprendan
nada mejor. Esa es parte de la responsabilidad de quienes educan.
El trabajo espiritual en las escuelas, no puede ir, sin embargo, encaminado a adoctrinar,
sino a que los niños distingan que ellos no son su cuerpo, y a procurarles experiencias
sencillas para que sientan su condición espiritual, haciéndoles distinguir lo que es una
sensación física, orgánica, de lo que es una emoción espiritual a través del arte y de
ejercicios adecuados de toma de conciencia de sí, a diferentes niveles, incluido la
percepción de sí mismos como energía, según vimos en el experimento con los colores en
otro lugar de este trabajo.
En esta Era de Oscuridad, fragmentación y desorden a todos los niveles (incluyendo la
violencia de la Naturaleza que nos devuelve nuestra siembra) la infelicidad instala por
doquier su mercado de lamentaciones. E1 orden natural ha sido perturbado, y con él
nuestro propio orden interior, nuestros códigos de leyes morales y sociales, la razón de
nuestro ser y estar en el mundo. La ignorancia, la arrogancia, la inercia, el miedo, la
violencia, forman junto a otros trastornos, un enmarañado laberinto donde a falta de
indicadores prevalece el principio del "sálvese quien pueda". Todos esos elementos
perniciosos se hallan en una u otra medida en el interior de la mayoría, también en los
pequeños y jóvenes, y los educadores tenemos la enorme responsabilidad de ayudar a
nuestros educandos a descubrir todos esos obstáculos y encontrar juntos el camino de
salida del laberinto.
Los niños deben aprender de los labios de sus padres y maestros, y más aún de sus
conductas, a superar el enorme apego al mundo material que constituye la razón de ser
de esta sociedad mercantilista, y superar la ignorancia, la arrogancia mental, la inercia
espiritual, el miedo y las diversas formas cómo se manifiesta el desorden real. Los niños
y niñas deben aprender de sus mayores a vivir como seres libres y sanos, como seres
bondadosos y felices...
Hemos sufrido muchas confusiones. Hemos creído en una religión, por ejemplo, y caído
en la arrogancia de considerar que es la única válida para el mundo, despreciando a las
otras. Es una constante histórica desde las cruzadas o la Inquisición a los
fundamentalismos de diversa índole. Actualmente tenemos todos esos problemas de
fundamentalismo dentro del Islam y dentro del cristianismo "desnaturalizado"por los
poderes políticos y religiosos inventores del Sistema Iglesia. Cuando dejemos este mundo
nadie nos preguntará cual era nuestra religión, sino qué hemos escrito en el libro de
nuestras almas ante un Dios que no nos va a castigar. Cada uno encontrará su lugar en
los planetas de energía según corresponda a su alma. Dios nos da el libre albedrío y
ayudas para acomodarnos en los lugares adecuados a nuestro progreso espiritual.
Los partidarios del materialismo se aferran a un llamado progreso que confunden
con evolución de la ciencia, de la técnica y de las cuotas de bienestar. Confunden
evolución con avances en tecnología y conocimientos científicos. Pero no hay evolución
si no existe la de la conciencia y si esta no empezamos por experimentarla en
nosotros como algo separado de nuestro cuerpo físico.
Esta es una importante tarea educativa.
En estos momentos la sociedad está enferma y existe un enorme desconcierto acerca
del remedio. Los profesionales en organizar la vida colectiva, en cualquiera de sus
modalidades, incluidas todas las formas de poder, han perdido credibilidad.
Sus objetivos se enmarcan dentro de la forma de pensar siguiente: "Ata, separa,
domina",que son principios de los seres negativos opuestos a la evolución. La gente ha
descubierto con creces cuánta inmoralidad, cuantos bajos intereses, qué rastreras
servidumbres y pueriles pasiones alimentan a menudo eso que luego se conoce como
arte, política, religión, cultura, etc. Naturalmente, estas actuaciones incorrectas
producen alteraciones negativas en sus contenidos, en sus métodos y en sus resultados,
con el denominador común de la ausencia de una conciencia armónica con base
altruista. Así que,
alejados de las leyes cósmicas, ninguno de los protagonistas
representativos en la dirección de los diversos rostros del mundo social parece, pues,
contar con excesivas probabilidades de éxito a la hora de intentar solucionar cualquiera
de las modalidades de crisis existentes en sus respectivas competencias. Pero en el
fondo de esta crisis generalizada late el auténtico corazón de su misma existencia: LA
CRISIS DE CONCIENCIA ESPIRITUAL COLECTIVA A NIVEL MUNDIAL, SOSTENIDA POR CADA
INDIVÍDUO , causa verdadera de cuantos otros fenómenos puedan acontecer en todos los
niveles del comportamiento individual o colectivo. Es la falta de altura en lo espiritual lo
que ha originado este terrible apego a la materia y creado todos los conflictos del
mundo material: el poder, las desigualdades, las guerras, y todo tipo de violencias
morales, físicas, etc. Es la falta de una conciencia espiritual activa la que nos ha llevado
en las sociedades dirigidas por la codicia a esta degradación que contemplamos en las
relaciones personales lo mismo en la política, la economía, la cultura, o en cualquier
manifestación social.
La vida es el soplo del Espíritu en la materia. Todas las formas de vida. Existen infinidad
de grados de expresión de la espiritualidad, múltiples formas. En lo que respecta a los
seres humanos, (los únicos capaces de conciencia moral )manifestamos
nuestra
condición espiritual como sabemos y podemos, a causa de nuestros comportamientos
pasados y nuestra capacidad de amor ; o sea: manifestamos la espiritualidad de acuerdo
con nuestro nivel de evolución. No es en todo caso desde una opción intelectual, no es
desde una elección a partir de un cuerpo de doctrina que se nos ofrece para
convencernos, como hacen algunas sectas y todas las iglesias reconocidas, sino según
nuestra evolución personal como almas en un punto determinado de su camino hacia la
verdad absoluta. Las diversas religiones existentes a través de la historia humana han
sido
otros
tantos
intentos
de
dar
forma
a
las
diversas
inclinaciones
colectivas espirituales de las diferentes culturas, y puede decirse que a este nivel
resultan representativas de esas culturas. Pero hay algo más. Todas ellas predican los
mismos principios básicos: amor a Dios, respeto a sus leyes, igualdad esencial de las
criaturas como hermanas de un mismo Padre, necesidad de purificar nuestros
pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros actos para ser gratos a Dios y poder
gozar del Paraíso en sus diferentes versiones... Ahora bien, sea cual sea el nombre de la
religión que se tenga, quien lleva a la práctica desinteresadamente los principios puros
que la sostienen, ve cómo su mente se aclara, cómo su energía aumenta. Un sentimiento
de sosiego interior, un sentimiento de armonía y reconciliación con todos los seres nace
en nosotros cuando entregamos a Dios nuestra voluntad por encima de la de nuestro ego.
Es difícil imaginar que Dios, nuestro Padre, nos pueda juzgar, pues siempre lo hacemos
nosotros; pero es muy sencillo pensar y sentir que si cumplimos Su voluntad seremos
libres y felices. Lo decimos en el Padrenuestro: "Hágase TU VOLUNTAD". Lo dice
KHRISNA (Dios mismo) a ARJUNA en el BHAGAVAD-GITA cuando afirma: "Aquellos que me
adoran a Mi entregándome todas sus actividades y consagrándose a Mi sin desviarse;
dedicados al servicio devocional y meditando siempre en Mí, habiendo fijado la mente
en Mí ...Yo Soy el que los salva prontamente del océano del nacimiento y la muerte". Y
Lo dice Cristo en los contenidos de su Sermón de la Montaña , que se basan en la
práctica del amor y la misericordia con cada persona desde la seguridad de que Dios está
presente en cada uno, y quien desprecia a alguien desprecia a Dios.
¿Existe alguien más adecuado que los padres y los maestros para iniciar a los niños desde
muy pequeños en la comprensión y experimentación de que son almas envueltas en
un cuerpo físico, igual que un astronauta está envuelto por su traje espacial? A través
del despertar en los pequeños de emociones positivas como: bondad, altruismo,
generosidad, compasión, alegría, solidaridad, respeto, y de aprendizajes activos como
el de la responsabilidad, el orden, el espíritu crítico constructivo, el juego limpio, los
educadores actuamos como "despertadores" espirituales de los pequeños. Ejercicios
físicos y mentales en forma de juegos para desarrollar la sensibilidad y la capacidad de
observación y concentración, así como el autocontrol, estas son las mejores semillas
que podemos sembrar en el corazón de las futuras generaciones para que este mundo
cambie. Esta es la otra cara de nuestras tareas como padres que cuidan y como
profesores que enseñan, y sin la cual nuestro trabajo está incompleto, mutilado, volcado
a un intelectualismo estéril que trata mal las emociones, las niega, las elude, las
enmascara, las sufre, no comprende su raíz y no las considera nunca objeto educativo
prioritario. Esta deficiencia ya la estamos pagando cara en forma de todo tipo de
desajustes emocionales y sociales de los jóvenes y de desinterés por lo espiritual tanto
como por lo intelectual.
De igual modo, el aprendizaje de los valores puede ser mal tratado al convertirlo en un
aprendizaje intelectual más, o en algo que si no cumplimos nos vuelve en forma de
castigo. La pobreza con que los maestros son formados inicialmente en el terreno de la
psicología general, los valores y las emociones y otras habilidades relacionadas con lo
que aquí se dice lleva necesariamente a una relación pobre y sesgada con sus alumnos,
basada en esos dos principios limitantes: el principio de autoridad y el intelectualismo.
El primero lleva a conseguir ciudadanos sumisos. El intelectualismo, sólo conduce al
cultivo de los aspectos superficiales de la realidad, y, por tanto, a la desunión, al
conflicto, a las diversas fragmentaciones, posibles únicamente porque el intelecto, como
afirma Cristo, sólo habla al intelecto, y pide respuestas desde el intelecto, pero nunca
habla al corazón. Y nosotros queremos educar desde el corazón, porque es ahí donde
reside el foco energético de nuestro próximo salto evolutivo.
PARTE II
CAPÍTULO 9
ENFERMEDADES ESTRUCTURALES COMUNES EN LOS SISTEMAS EDUCATIVOS
(Vista panorámica, graves interrogantes y alguna conclusión)
Pretende hacernos creer cualquier Estado que con su programa y su dinero todo está
solucionado, a pesar de su tradicional tacañería en recursos humanos y monetarios, a lo
que se añade el intelectualismo estéril de los libros de texto, y, sobre todo, la falta de
interés real por formar ciudadanos de pensamiento crítico libre y verdaderamente
preparados física, emocional e intelectualmente. El capitalismo no necesita más mentes
prominentes que las económicamente necesarias para su funcionamiento. Los cerebros
de los pueblos no son socialmente necesarios más que en la medida que favorezcan su
estructura. Por eso se favorecen las escuelas privadas de alto nivel, mientras las
escuelas públicas adolecen de todo tipo de deficiencias nunca casuales porque la
educación de primera calidad está reservada de antemano.
Creen muchas familias que con enviar a sus hijos a la escuela o al instituto, todo está
solucionado. Pero no hay nada solucionado si entre todos los componentes
mencionados no existe la adecuada colaboración, no se cambian ciertas claves, no se
establecen exigencias comunes y calendarios de trabajo desde la misma base para llevar
a cabo programas de acción cooperativa familia-escuela ,añadiendo a estas los recursos
que deberían aportar los gobiernos .
Creen muchos profesores que con la preparación recibida en la Universidad están
capacitados para dirigir un grupo de alumnos, cuando sabemos de la pobreza de
contenidos culturales, pedagógicos, psicológicos y prácticos de la profesión de maestros.
No aprenden en los ciclos de formación de su profesión técnicas de impostación de la
voz, a pesar de que los problemas de faringe causan la mayor parte de las bajas
laborales del profesorado. Tampoco se les enseñan en la Universidad técnicas de
autocontrol mental y de relajación para sí y para ser aplicadas en sus clases, etc.
Tampoco se enseñan otro tipo de técnicas, como podría ser la dinámica de grupos que
permitiría un mayor rendimiento en las reuniones con padres y en el aula. Estas
carencias provocan muchos problemas de salud física, ansiedad y estrés en el
profesorado, y vienen a ser la causa segunda –pero más profunda y duradera- de bajas
laborales y de alteraciones fisiológicas de los maestros, otra importante causa de bajas
laborales.
En estas condiciones muchos maestros que ejercen su profesión como un trabajo que les
da para vivir, aunque lo intenten hacer dignamente según los criterios de la
administración
educativa
(dirigida
siempre
por
un
político
del
Partido
más
recientemente votado), ni sacan a brillar su espíritu crítico (que reservan para sus
alumnos conflictivos), ni se plantean las cuestiones que aparecen en estos
mismos escritos como algo útil ni necesario para su trabajo. Como no desean que los
padres observen su método de trabajo y descubran parte de sus debilidades, prefieren
tener a las familias a distancia y conformarlas con los mínimos legales en atención
pedagógica y orientación educativa, y con su presencia en las fiestas del Curso. Así, para
la mayoría de los profesores, por desgracia, los padres son más un estorbo en su trabajo
que unos presuntos colaboradores en su tarea profesional, más centrada en que se
cumplan las programaciones de las asignaturas que en educación integral, psicología
del aprendizaje y la conducta, y en fin, en esas cuestiones siempre ausentes en la
formación inicial de los maestros, y que difícilmente estos se preocupan de actualizar a
lo largo de su vida profesional.
Ministros que diseñan sistemas educativos y funcionarios universitarios que dictan
los cursos para maestros parecen muy lejos de plantearse siquiera estas carencias
básicas.
Como consecuencia de todos estos déficits señalados, el papel del maestro de a pie se
resiente socialmente.
¿Nunca se detuvo usted a pensar sobre el silencio social que pesa sobre los maestros,
sobre la escasa valoración de la profesión de maestro, cuando ahora más que nunca
necesita ser potenciada, valorada, "arropada" y reconocida como elemento de cambio
social? A la vez, se le exige cada vez más autoridad y eficiencia por esta misma
sociedad que no le aprecia ni respeta. Así es muy corriente en las familias criticar a los
profesores por sus vacaciones, sus horarios de trabajo y su aparentemente fácil vida
laboral, lo que no resulta sorprendente por lo expuesto y por algo más que es preciso
denunciar .Veamos : el
desprestigio social de la profesión de maestro está
perfectamente calculado por los poderes públicos, porque un maestro concienciado,
prestigioso crítico, y con capacidad de liderazgo puede ser un elemento potencialmente
peligroso estando en contacto con el pueblo .Por eso parecen convenir maestros
"neutralizados", enseñantes grises con formación "ajustada"a las necesidades del
sistema, y
que tengan
mínimos contactos con los padres de sus alumnos. Se
promociona la imagen del maestro- funcionario- distante.
En consecuencia: La sociedad no tiene fe en sus profesores, ni los aprecia, pero en
lugar de exigir a la administración pública cambios en los sistemas educativos ( que para
eso sirven supuestamente las democracias), calla, no valora la labor de los que enseñan
a sus hijos, critica sus vacaciones y horarios y denigra la profesión misma, también
delante de sus hijos; mira con recelo el salario que perciben esos profesores , pero
nunca se preocupa de movilizarse para que esos profesionales al servicio de la sociedad
tengan un mejor sistema educativo, mejor preparación, mejores condiciones de trabajo,
mejores edificios escolares, mayor atención psicológica y sanitaria para sus hijos en los
colegios, más tiempo para la relación personal y profesional
profesor-alumno y
profesor-padres, edificios adecuados y recursos didácticos necesarios y gratuitos, etc.
Por poner un ejemplo de lo que supone para los padres un maestro es como si uno
necesita urgentemente a un médico pero a la vez no siente por esa profesión ningún
respeto, ninguna confianza. No se detiene a considerar que ese desprecio puede
producirle al enfermo un agravamiento de su enfermedad al no tener fe en sus
remedios. Y son finalmente los alumnos los que captan que los maestros no merecen
respeto: son invisibles en los medios de comunicación, fundamentales centros de
referencia del sistema para establecer valores o negarlos. Los más pequeños ven
allí muchos cantantes, futbolistas, policías y demás, pero no maestros y apenas si
fugaces imágenes de algún premio literario muy de tarde en tarde a gente de la que
apneas vuelve a hablarse en esos mismos medios. Con tantos datos familiares y
mediáticos sobre el profesor deben pensar que está totalmente justificada su falta de
consideración, y lo único que detiene su mal comportamiento es el miedo a las
represiones dentro de los colegios si falta al respeto de sus maestros: Pero en cuanto se
pisa el primer curso del instituto, si no es antes, las cosas cambian .Ahora el miedo ya
no es el elemento que detiene al alumno para demostrar el poco aprecio que siente
hacia aquellos que desean enseñarle...Y esto es un fenómeno creciente que coge a los
profesores sin las herramientas apropiadas para defenderse de las muchas formas de
indisciplina en las aulas y de los muchos modos de expresar los alumnos el poco aprecio
hacia la figura de sus maestros y hacia aquello que pueden enseñarle.
Así que nos encontramos ante el pez que se muerde la cola.
La familia tiene todo el derecho, y el deber primero, de educar a sus hijos e hijas con el
sistema de valores religiosos, políticos, o los que estime conveniente; los profesores
tienen todo el derecho a enseñar lo que les concede la libertad de cátedra dentro de
unos planes de estudio y programas de objetivos que el Estado suministra...Esto es lo
legal, está bien, pero nada de lo que se hace en las aulas
tiene valor alguno si no es
capaz de producir en los estudiantes cambios personales positivos desde los puntos de
vista físico, mental y emocional, y una proyección social cooperativa alejada
también del egocentrismo personal, incluyendo el de los propios educadores. Si no se
enseña al alumno a pensar crítica y objetivamente, a sentir positivamente y sin miedo a
expresar sus emociones, y a ser responsable y autónomo en la medida de lo posible, todo
lo que aprendió con enormes sacrificios apenas tiene valor y pronto es borrado de la
memoria.
En mis muchos años de experiencia profesional, he descubierto que son urgentes
acuerdos mínimos en la comunidad educativa sobre los requisitos fundamentales que se
deben cumplir para el desarrollo de un ser que tiene que ser educado coordinadamente
por padres y escuelas para poder desarrollar sus potencialidades personales y su
actuación social armónica y cooperadora. Esta sociedad en que vivimos no lo permite:
cada uno de los dos sectores humanos adultos señalados entre los pilares de la
educación vive inmerso en sus propios problemas, y olvida la existencia de los otros en
la práctica. Familias, instituciones educativas, alumnos , viven dinámicas separadas en
función de necesidades e intereses propios.
En esa dinámica social compleja basada en códigos sociales superestructurales de
derechos y deberes se suelen olvidar los más elementales de uno de esos grupos: los
escolares, los estudiantes. ¿Cuáles son sus derechos como hijos del Cosmos, como almas
libres que deben ser ayudadas? ¿Tienen derecho a ser atendidos en ese campo?¿O sus
derechos acaban cuando se les viste, se les alimenta, se les envía a la escuela para que
aprendan asignaturas inconexas y se satisfacen sus pequeños caprichos? ¿Quién les ayuda
a crecer por dentro sin caer en la trampa de adoctrinarles?... ¿Quién les enseña las leyes
del pensamiento correcto y el cultivo sistemático
del auto-descubrimiento, la
importancia de la libertad responsable y la creatividad constructiva?...Nadie.
Es verdad que existen las clases de religión de la iglesia católica, pero en los colegios
existen niños de otras religiones y niños cuyos padres no practican ninguna. La política
tradicional de los gobiernos del área católica ha sido incorporar a las escuelas la
enseñanza religiosa del Vaticano como asignatura. Pero ese tipo de educación no ha
producido precisamente mejores personas en la dirección del mundo, y, en el caso de la
iglesia católica, ni siquiera
esas vocaciones sacerdotales que posibilitarían su
pervivencia a largo plazo, pues todos sabemos que la Iglesia católica pierde fieles por
días. La enseñanza de las religiones es asunto privado y libre de las familias y no de las
instituciones escolares, pero los estados son muy sumisos con el Vaticano: entre ellos se
entienden muy bien en el reparto de privilegios.
Los estudiantes y sus complejas necesidades espirituales y emocionales están ausentes a
la hora de elaborarse unos planes ministeriales que vienen a ser más de Lo Mismo,
aunque sea en materia religiosa y aunque se legisle para favorecer a otras religiones
como la islámica o la protestante. Mas todo eso es sólo una parte de la educación
espiritual si no ha sido falsificada la religión original ni el sentido de lo espiritual, como
ha sucedido con el catolicismo y como sucede con las demás en cuanto forman parte del
engranaje político.
¿Acaso no pertenece al terreno de la privacidad más íntima la manera de ver la religión
individualmente cada familia o cada uno de sus miembros? ¿Puede ser un asunto de
interés oficial o social la relación del alma de cada uno con Dios? Mas bien parece una
intolerable intromisión propia de épocas pasadas. ¿Por qué no hablar de una educación
en valores consensuados escuela-familia sin intromisiones oficiales que sienten las
bases del desarrollo espiritual de los pequeños y capaces de llevar al terreno de la
convivencia cotidiana
las pautas religiosas de las familias? Este es un tema
extraordinariamente delicado y complejo que debe resolverse en la comunidad escolar
de base sin que ningún Estado imponga criterio alguno en ningún caso más allá de
garantizar la convivencia y el respeto debidos a todas y cada una de las partes. Y en
todo caso dejar el estudio concreto de las materias religiosas a las confesiones
correspondientes en sus propios lugares de culto oficial, que para eso están.
Mientras tanto, ¿se tiene en cuenta para la formación de los más jóvenes lo que la
propia Ciencia oficial y grupos de investigación diversa
han aportado en los últimos
años sobre el conocimiento del cerebro, de la mente, de las leyes físicas y del espíritu
humano y sus posibilidades más allá de cualquier definición religiosa concreta?.... ¿Se
tienen en cuenta siquiera por los gobiernos,-más allá de premiarlas sobre el papel- las
experiencias punteras
que dentro del propio sistema educativo se realizan
por
profesores o equipos de profesores con alumnos y familias?...La respuesta es NO.
¿ Se tienen en cuenta por los responsables públicos de la educación
los
conocimientos que aportan filosofías o pedagogías consideradas con un matiz espiritual
libre ? Claramente no. Los poderes fácticos, que son los poderes políticos y sus clientes
en el campo educativo, tienden a censurar en la práctica, o a minimizar, como buenos
aliados del cristianismo "reconvertido"en católico o protestante, todo aquello que
merme su hegemonía secular impidiendo de hecho que otros conocimientos y
experiencias alternativas y/ o espirituales
tengan acceso al sistema normal de
enseñanza. Ahí esta el ejemplo de las escuelas Waldorf , ahí está el ejemplo de las
escuelas cristianas alemanas de Würtzburg en Baviera; ahí está, en fin, el poco interés
de los poderes públicos para que los estudiantes conozcan otras filosofías e intenten
comprender otros tipos de pensamiento alternativo en los campos de la medicina, la
sociedad o el medio ambiente. Entre ellos cabe destacar los movimientos alternativos
ecologistas y los movimientos Antiglobalización como testimonio. ¿Acaso es casualidad?
No podemos ser ingenuos. Existe muy poco interés en los poderes públicos y en sus
funcionarios por la renovación profunda de la sociedad, la educación y la enseñanza;
existe muy poco interés en los derechos de los estudiantes como mentes con derecho a
pensar por sí mismas con todas las consecuencias que eso supone en grados de libertad;
como seres sociales y espirituales con derecho a ser escuchados a la hora de establecer
las grandes líneas de los planes de estudio, formando parte de los otros estamentos que
debieran estar en la misma mesa: padres y profesores y no únicamente los gobiernos.
Pero para que esto suceda verdaderamente han de darse cambios muy importantes en
las conciencias individuales de la actual humanidad, y desde luego ha de
producirse una pérdida de poder de los grupos de presión política, económica o
religiosa por su carácter negativo y retrógrado.
La ausencia de voces críticas dentro de los sistemas educativos nos aboca a todos a un
mundo condenado al inmovilismo y finalmente abocado a autodestruirse por el
egocentrismo y la falta de metas espirituales y sociales liberadoras y cooperativas.
Se precisa un enorme ejercicio de sinceridad por todos y cada uno de los que tenemos
relación con la educación de las generaciones presentes para reconocer en nuestro
corazón cuán alejados vivimos realmente de aquellos hermosos propósitos de los
maestros de todos los tiempos, de cuyas rentas vivimos en la realidad (aunque cada vez
menos); cuán profundamente alejados estamos de los ideales de la Humanidad que a lo
largo de los siglos han enarbolado los mejores de entre nosotros para recordarnos en
todas las épocas el sentido trascendental de la existencia, la grandeza de ser humano, el
respeto por la propia vida y la de nuestros semejantes, el amor como categoría suprema.
Y la libertad, la igualdad, la tolerancia, la fraternidad, la justicia y el sentimiento de
unidad universal como objetivos para un mundo nuevo en paz.
Este es el desafío de la nueva educación. La pedagogía del amor es el remedio
educativo contra la sociedad de la fragmentación y el desorden real que nos toca vivir
hoy.
No hay ni habrá ningún Nuevo Orden Mundial que no tenga en el amor solidario su punto
de partida y a los padres y centros escolares como lugares de
aprendizaje y
entrenamiento de virtudes espirituales, mentales y sociales. No nos dejemos engañar.
PARTE III
CAPÍTULO 9
CUANDO LA ESCUELA EDUCA CON LAS FAMILIAS
Hemos ido descubriendo juntos en las dos primeras partes de este libro algunas de
las muchas miserias que aquejan a nuestra sociedad y que acaban por plasmarse en
las escuelas. Hemos visto igualmente las consecuencias tan negativas que tienen para
todos este enorme desencuentro entre la sociedad y los maestros, así como de estos
con sus alumnos, y pusimos al descubierto el papel represor de la Iglesia, y la
ineptitud de los gobiernos a la hora de educar a las nuevas generaciones.
En contrapartida, afirmamos la necesidad de nuevos valores y de una nueva
conciencia basada en la libertad y el conocimiento experimental y teórico de la
realidad espiritual.
Así que ha llegado la hora de intentar contestar preguntas como estas:
¿ Es posible conseguir unos sistemas educativos que desarrollen en los alumnos
valores tales como libertad, creatividad, responsabilidad, espíritu crítico y respeto
interpersonal?
¿Es
posible
fundamentar
la
educación
de
los
niños
en
algún
tipo
de colaboración entre padres y profesores?
¿Por dónde empezar?
Lo que proponemos ahora es que si están interesados nos sigan en esta experiencia
que se desarrolló recientemente en una escuela pública de una ciudad de España.
Algunos de los lectores podrán objetar que lo que se expone en las dos primeras
partes de este trabajo son asuntos de un nivel superior a los que aparecen ahora en
la experiencia con padres y alumnos. Es cierto. Pero como sucede con todo, siempre
conviene empezar por lo sencillo, colocar los cimientos para seguir edificando desde
ahí, intentado siempre ser fieles a la filosofía que impregna el conjunto del trabajo:
en la composición de los cimientos ya están presentes los ingredientes que pueden
hacer crecer este edificio llamado Educación del Amor.
Como es arriba, es abajo. En lo pequeño está contenido lo grande: sólo hay que
descubrirlo, y experimentarlo. Esto es lo que vamos a hacer ahora.
UNA EXPERIENCIA PILOTO EN EL COLEGIO PÚBLICO
MANJÓN , DE ELDA (ALICANTE , ESPAÑA)
Fundamentos y descripción.
Durante dos ciclos sucesivos de trabajo con los cursos tercero y cuarto de primaria (89, 9-10 años), tuvo lugar una experiencia de trabajo durante los años 1989 al 2003
con
los niños y niñas
orientación,
reflexión,
y
sus padres
análisis,
con objeto de introducir elementos para
observación,
auto-
observación,
,
actuación
programada individual de las familias en relación con las necesidades de sus hijos y
puesta en común de resultados de cada uno en el con el tutor de sus hijos en el marco
del colegio. El objeto perseguido era que los padres pudiesen conocer a sus hijos con
mayor profundidad, y mejor a sí mismo cada uno de ellos, para dialogar sobre todos
aquellos temas que aparecen en la vida cotidiana y poder orientarse en aspectos de la
educación de los niños y niñas que muchos no saben cómo afrontar. A ellos es debido el
éxito de este trabajo: a su constancia y a la dedicación de parte de su escaso tiempo
libre durante dos años por cada ciclo y un día al mes de puesta en común para revisión
de lo conseguido y fijación de nuevas metas.
Muchos padres modernos no saben cómo afrontar el reto de la educación de sus hijos
ante tanta negatividad que observan en este mundo moderno tan lleno de
contradicciones, tan falto de amor y cooperación y tan excesivo en violencia , que
afecta a la psicología de los más pequeños y desconcierta a sus educadores ante los
resultados negativos que observan acrecentados en el mundo adolescente y juvenil. No
parece haber remedio fácil para atajar tales situaciones negativas que les preocupan
mucho más de lo que trasciende en los medios de comunicación. Ni lo parece ni lo hay.
En consecuencia, muchos padres se sienten y a menudo desanimados y con sensación de
fracaso, pero cuando se hallan frente a situaciones que luego, en grupo, se analizan
y se racionalizan, finalmente se descubre que los problemas suelen ser muy parecidos
porque también lo son los modos de vida, los comportamientos colectivos y las fuentes
de información.
Para poder realizar esta experiencia de aproximación familia-escuela se contó siempre
con la colaboración y apoyo del equipo directivo del Centro, así como con la ayuda
puntual
del psicólogo escolar. Sin esas ayudas inestimables
no hubiera podido
realizarse como es debido. Es preciso decir que los equipos directivos de los centros
actúan demasiado a menudo como burócratas ( y hay demasiados de estas
características,
por
desgracia
para
la
educación
en
todas
partes).
Frecuentemente no hacen más que paralizar iniciativas que procuran renovar aspectos
de la educación que la Administración de los Gobiernos no contempla o no quiere
contemplar. Apresados por la letra de la ley, se olvidan de su espíritu,(estar al servicio
de la mejora de la sociedad) y sitúan la comodidad y la rutina por encima de los
intereses de aquellos a quienes deberían servir.
Padres y profesor tutor tratamos de:
A) Conocer mejor a los hijos, y valorar críticamente su propio trabajo con ellos a fin de
establecer mecanismos correctores adecuados.
B) Estrechar la relación de familia- escuela para conseguir juntos una educación de
calidad y establecer acuerdos sobre comportamientos y valores que favorezcan a todos
y prevengan actitudes negativas de sus hijos en el presente y más adelante.
C) Ejercer de catalizadores de experiencias y testigos de la evolución de los procesos.
Sería de desear
Centro y
que esta experiencia contara con el apoyo del equipo directivo del
del psicólogo escolar para intervenciones puntuales que normalmente
demandan los propios padres y madres.
En todos los casos se huye de la clase magistral del profesor-coordinador, que actúa más
bien como promotor de reflexiones, conductor y
moderador, pero siempre poco
formalista en la forma, aunque riguroso. Debe ser percibido por todos como alguien a
quien le importan verdaderamente los niños y que debe ser visto como próximo, serio,
responsable y dispuesto a escuchar. Se pretende huir de la lección magistral ya desde
la propia disposición de la sala de reuniones, donde los asientos se disponen
circularmente, para favorecer la intercomunicación. Esta disposición es muy importante.
Es importante, por último, que los padres tomen conciencia de que se llevan "deberes" a
casa para un mes, observan los comportamientos de sus hijos, y los propios que surgirán;
anotan las dificultades, y llevan a las reuniones las observaciones oportunas sobre su
experiencia personal .Eso favorece mucho la comunicación y aprendizaje
del grupo,
aunque no puede esperarse que suceda de la noche a la mañana si sus componentes no
se conocen apenas. Pero todo llega. La confianza se toma su tiempo.
En la clase, entre tanto, los niños realizaron durante la experiencia
diversos
cuestionarios de autoobservación sobre su personalidad, comportamiento y aprendizaje
que luego eran también leídos, valorados y contrastados por sus padres en las
reuniones. Algunos de esos cuestionarios sorprendieron a los padres porque no
sospechaban determinadas respuestas de sus hijos y les dieron pistas abundantes para
actuar en casa. Es sabido cuán a menudo cambia el comportamiento del niño fuera de
casa. Observar eso proporciona mucha información sobre él y su medio ambiente
inmediato.
Los chicos realizaban asambleas donde se dialogaba sobre aquellos asuntos- tratados
siempre de modo anónimo, lógicamente - que los padres exponían como problemas en
la convivencia diaria con sus hijos. Estos eran los problemas cotidianos, que siempre se
reflejan en la clase. Problemas sobre los cuales habría que trabajar. Estas eran buenas
ocasiones, también para hablar sobre situaciones que surgen en la vida cotidiana de las
familias respecto y cómo las viven los hijos...
Las conclusiones de las asambleas de los escolares sobre estos puntos eran luego
expuestas a los padres. De este modo se cerraba el círculo informativo y se tomaba
conciencia de la realidad que había que asumir.
A medida que se trabajaba en este sentido, podía apreciarse que subía el nivel de
comprensión acerca de sí mismos, valoración de la relación de los padres con su maestro
y autovaloración de los alumnos .Los porcentajes de éxito en torno al 98 %, de media en
los años que se realizó la experiencia muestra su validez considerando que en España los
niveles medios están muy por debajo de esa cifra (entre el 60 y el 70 %).
Podríamos hablar también del aumento de madurez intelectual y emocional de los niños,
de su buen coeficiente de autoestima y de la expresión madura de sus intervenciones en
las asambleas semanales organizadas con moderador y secretario, donde todo se anota y
se discute con orden y turno riguroso de palabra. Es muy importante destacar, así
mismo, la baja frecuencia de la conflictividad interpersonal
y el buen espíritu
cooperativo, así como una corriente de verdadero respeto y afectividad hacia los
profesores en general por parte de los alumnos .Empezaban a comprenderlos en la
misma medida que empezaban a comprender muchas actitudes y demandas de sus
padres.
El mérito de esta exitosa labor corresponde, más que a la voluntad de esta o aquella
persona que pueda promoverla , a la corrección del procedimiento: un grupo de padres y
madres y el tutor de sus hijos, con apoyo del Centro donde estudian, deciden reunirse
periódicamente con el único objeto de dialogar sobre la educación de los pequeños y
ponerse de acuerdo en cómo ayudarles a crecer. Es una cuestión de interés por parte de
todos y deseos de mejorar la educación de los pequeños y los propios comportamientos
de los adultos en su trabajo como educadores.
Es de destacar el gran valor de los padres y madres que cada mes acudían a las
reuniones con sus apuntes y dispuestos a hablar sobre sus hijos luego de las largas
horas de trabajo que todos los obreros tienen que soportar bajo el sistema
capitalista.
Y ahora pasamos a exponer algunos de los documentos trabajados. Tómense como
muestra de lo que se puede hacer, no como algo acabado en sí mismo. La vida es un
proceso abierto donde el valor de las experiencias de uno es lo que en verdad cuenta. Y
la educación es un preparación para comprender lo valioso sin miedo de asumirlo.
CÓMO INFLUYEN LAS FAMILIAS EN EL PROGRESO ESCOLAR
(DOCUMENTO BASE DE AUTOOBSERVACIÓN PARA PADRES EN EL TRABAJO EN GRUPO
CON PROFESOR-TUTOR)
1. Dialogo con mis hijos sin intentar fórmulas autoritarias. (Si en una familia no existe
un buen diálogo, los niños no aprenden a dialogar, y vienen al colegio con deficiencias)
2. Me intereso por sus trabajos en la escuela. (Si los padres no se interesan por los
trabajos de los hijos, ellos consideran que no tienen valor, y en clase carecen de
motivación)
3. Les ayudo en los trabajos cuando me lo piden. (Si no ayudan cuando se les pide
ayuda, sus hijos no ayudarán a otros. Serán insolidarios y egoístas. Y tendrán problemas
escolares por eso.). Me intereso por sus trabajos diarios.
4. Procuro que tengan una imagen positiva de los maestros. (Cuando se les habla mal
de los profesores se les hace un enorme daño, porque impide la confianza
imprescindible. ¿Qué valor puede tener lo que me dice una persona en la que no creen
mis padres?.. Yo, entonces, tampoco tengo por que creer nada de esa persona).
5. Les educo para que aprendan a valorar sus cosas y a tenerlas en orden en casa. (Si
los padres no consiguen que el niño tenga en orden su habitación y sus cosas personales,
los maestros tendremos enormes dificultades para que sean ordenados en sus trabajos,
en sus cuadernos y en el uso del material escolar).
6. Les hago responsables de una parte de las tareas domésticas y les enseño a
superar el machismo en las relaciones familiares. (Si no son responsables en casa,
tampoco lo son en el colegio, si viven en un ambiente discriminatorio hacia la mujer, los
niños tendrán, como mínimo , problemas de relación con el otro sexo que se pueden
agudizar a la larga).
7. No cedo ante las exigencias consumistas de mis hijos. Les enseño a captar los
trucos de la publicidad para orientarles hacia el consumo responsable y de productos
sanos a todos los niveles. (Si son consumistas, hay que averiguar la causa y corregir esa
tendencia ; de lo contrario se acostumbran a la ley del mínimo esfuerzo ya que todo lo
consiguen sin apenas resistencia. También en el colegio y en la vida social tenderán a
la ley del mínimo esfuerzo, y a motivarse sólo por cosas que tengan premio fácil.
También tendrán muy disminuida su resistencia a la frustración, lo que provocará
problemas en su vida de estudiante y de relación social).
8. Les enseño a ser autónomos en todo lo que pueden hacer. (Si no son autónomos se
convierten en dependientes en subordinados en manipulables. También en el colegio,
respecto de los demás y del profesor. Querrán que todo se les dé hecho y organizado, sin
que ellos se esfuercen por falta de confianza en sus propias decisiones y comodidad).
9. Controlo los programas de televisión que pueden ver, negociando y razonando con
ellos los pros y los contras, y selecciono la TV infantil en su caso para evitar programas
que puedan dañar sus emociones o su educación familiar. (La TV. es enemiga de la
creatividad infantil, de la capacidad de atención y concentración. Favorece la pasividad
en el aprendizaje. Provoca nerviosismo. Origina conflictos en el alma del niño, envía al
subconsciente cantidad de imágenes y mensajes que el consciente no puede captar
debido a su velocidad y a la falta de conocimientos del niño para comprender mucho de
lo que ven del mundo adulto. La tv. favorece las actitudes que enseña: violencia,
desavenencias, pérdida del sentido de autoridad, erosión de valores éticos y de
conducta personal y social en general Es uno de los peores enemigos para sus hijos, y
ciertos programas conviene verlos con ellos y comentarlos).
10. Les hago retirarse temprano a su habitación .(Un niño o niña necesita dormir
alrededor de 10 horas. Cuando no lo hacen, su rendimiento escolar baja en picado.
Carecen de energía). Esto, sin embargo, cuesta mucho de conseguir, debido a los
prolongados horarios laborales de los padres.
11. Les levanto con tiempo para desayunar relajados y prepararse para el colegio.
(Levantarse con tiempo para desayunar elimina el stress y favorece una armoniosa
entrada en el día, y una actitud serena y atenta en clase. El desayuno es importante que
sea completo, cuanto más variado mejor. Los escolares suelen desayunar mal, y los
almuerzos que traen al colegio carecen de valor alimenticio o son perjudiciales en su
gran mayoría. Consecuencias a corto plazo: falta de energía intelectual. A largo plazo:
problemas digestivos y circulatorios.
La dieta de los primeros años es el origen de muchas enfermedades de los adultos , así
que procuro que tengan una alimentación equilibrada sin abusos de azúcares y grasas, y
en la que incluyo frutas y verduras).
12. Normalmente nunca discuto delante de ellos con mi pareja. (Las discusiones
delante de los niños perjudican enormemente su equilibrio emocional. Les origina un
sentimiento profundo de tristeza, les hace perder energía. Se vuelven inseguros, tímidos
y agresivos con suma facilidad. Esto repercute negativamente en el aula.)
13. Les doy ejemplo en el trato respetuoso y sincero a los demás.
14. Soy un ejemplo para ellos de tolerancia. (El respeto al diferente sea cual sea y la
tolerancia hacia opiniones y formas de vida ajenas son valores que se aprenden en casa
y se practican en la vida del escolar. Si los padres no enseñan esto o no le dan
importancia en la práctica, los hijos tampoco. Esto entonces se convierte en problemas
de convivencia en el aula y más adelante, en la vida social).
15. No les planteo que el trabajo es algo como un castigo ni en casa se vive así .( Los
niños deben tener una visión positiva del trabajo, de lo contrario tendrán a la pereza y
al escapismo). Deben entender que todos los trabajos son buenos, necesarios y
socialmente útiles, y que no existe ningún trabajo inferior. Que no valoren los trabajos
por el dinero que se gane ni por el prestigio social. El niño debe tener la convicción de
que haga lo que haga es bueno si está siendo bueno para él o para otros. Tendrá
entonces una actitud generosa, lo cual no le eximirá en ningún caso
de ser
reivindicativo y de exigir sus derechos) .
16. Les enseño a ser pacíficos a través de mi ejemplo. (Una actitud pacífica de los
padres, una actitud abierta y amistosa, es la mejor educación de los hijos en este
aspecto. Si sus hijos son educados así, tendrán amigos y serán nobles en sus relaciones).
17.
Les muestro lo hermoso de la vida en todos sus aspectos. (El mundo
moderno es un mal ejemplo para sus hijos. Deberíamos dialogar sobre las causas de la
infelicidad: envidia, celos, orgullo, falta de valores espirituales y éticos. Si sabemos
cultivar en nuestros hijos valores positivos en su entorno inmediato, tendrán una vida
optimista, vivirían en armonía, sabrán resolver sus conflictos de un modo saludable y no
necesitarán buscar sensaciones fuertes para ser felices. En el trabajo escolar se
mostrarán más animosos y motivados) .
18. Les enseño a ser cuidadosos con su entorno en la calle, en el campo, y donde
estemos. (Es importante que comprendan los hijos el valor de la Naturaleza para nuestra
vida. Debemos ser un ejemplo. Cuando no lo somos, los desperdicios de la salida al
campo se quedan allí a nuestro regreso, el humo de los cigarrillos impregna el aire que
respiran del coche o de la habitación de los niños, la basura doméstica no se separa
para reciclar, etc.)
19. Procuro proporcionarles todo tipo de experiencias que les ayuden a ser más
sensibles y
ricos interiormente (artísticas, espirituales, intelectuales, sociales,
etc).(Veo con ellos programas culturales, o sobre la Naturaleza, salimos al campo lo
más a menudo posible, visitamos parques, y otros lugares de interés natural, asisto a
representaciones de danza o a conciertos, les llevo a visitar museos y exposiciones,
compartimos películas de interés plástico, o de contenidos educativos, observo sus
inclinaciones por si conviene asistan a clases de idiomas, informática, arte, etc. pero
siempre sin recargar su día a día para que vivan una niñez lo más feliz y plena que sea
posible.)
20. No pongo el dinero ni lo material como la meta de la vida, sino que hablo de su
justo valor como recurso para cubrir nuestras necesidades. (Se ha de ir con cuidado en
este asunto, y tratar las cuestiones económicas y sus implicaciones en la vida
familiar sin que los pequeños de la casa tengan que : a)preocuparse por lo mal que
puede ir la economía; b) sobrevalorar lo material y aspirar al tener sobre el ser.
21. Procuro informarme sobre los rasgos psicológicos de los niños y niñas de su edad
y ambiente a fin de poseer una referencia mínima sobre las actitudes y valores de mis
hijos. Puedo recurrir al tutor o al psicólogo del colegio si lo considero necesario.
22.
Las normas de educación que doy a mis hijos son válidas siempre para las
mismas circunstancias, con la idea clara de que cada excepción a esta regla de
actuación es fuente de conflicto e inseguridad en el niño y merma de autoridad para
los padres.(Sería perfecto que padres y profesores compartiéramos ciertas normas
básicas, especialmente en estos momentos de crisis de los valores tradicionales por un
lado y de intercambios interculturales debido a la inmigración.
23. No doy premios indiscriminadamente, a mis hijos sino según los méritos de las
actuaciones. Y no siempre doy premios por el deber cumplido. (Por premios no se
entiende únicamente regalar objetos materiales, sino también los de tipo emocional:
caricias, sonrisas y otras muestras de afecto que puedan reforzar conductas positivas.)
Todos y cada uno de esos puntos fueron trabajados con dos grupos diferentes de padres
y madres a lo largo de cuatro años. Los acuerdos y resultados los exponemos en el
siguiente capítulo, que consideramos de singular interés para todos.
INNOVACIONES, PRÁCTICAS Y RESULTADOS
1 El pupitre cero. Es una mesa de la clase donde los padres tienen libre acceso a
determinadas horas convenidas para presenciar el desarrollo real de la clase, tomar
contacto con sus problemas cotidianos y observar la conducta de sus hijos que luego ha
de ser contrastada por sus compañeros, pues siempre varía a mejor en presencia de los
padres. Las notas que los padres o madres toman en la sesión son luego comentadas en
la reunión mensual de todos los padres con el tutor, y suelen ser de gran utilidad
orientadora para todos. También para los profesores.
Esta experiencia es altamente positiva, pues además elimina toda suspicacia hacia los
maestros, estrechando la colaboración real, y favorece en gran medida tanto la toma de
conciencia de las necesidades educativas de los niños, como la implicación de los
padres. Tiene además el efecto último de favorecer el interés de los niños y niñas por
su propio aprendizaje y el de reforzar las conductas positivas, así como el de aumentar
la valoración, credibilidad y autoridad de los educadores... Su unión da a los pequeños
la sensación de armonía que tanto aprecian entre padres y profesores, sintiéndose
importantes por esa relación que acontece gracias a ellos y viendo así crecer su propia
autoestima.
2.- La clase del padre o de la madre. Es este un elemento reforzador del "pupitre cero"
y más difícil para los padres, por lo que suele tener menos éxito entre ellos. Se trata de
aprovechar la profesión de algún padre o madre en el área de Conocimiento del Medio
para que, como complemento del programa y ocasionalmente, expliquen a los niños en
qué consiste su trabajo, y contesten a las preguntas de la clase. Aquí los padres dan
todavía un paso más para comprender el trabajo del profesor en el papel de enseñar, y
es un importante elemento reforzador del interés de los niños por su aprendizaje.
3 El día de la fruta. Se planteó por la dificultad que tienen los niños de comer frutas y
verduras y en vista de los problemas referidos al aumento de la diabetes y la obesidad; a
los problemas dentales y del sistema nervioso que la carencia de vitaminas y
sales minerales, así como el exceso de grasas ,azúcares y vida sedentaria, les produce.
Se busca paliar el efecto negativo de tanta bollería industrial y otros productos poco
saludables en su dieta. Y sobre todo, de crearles el hábito del consumo sano y
responsable hacia su cuerpo.
El grupo decidió un día a la semana para que todos los niños trajeran fruta como
almuerzo. Esto podría ser ampliable más adelante, una vez conseguido el hábito. Pero
sobre todo se trataba de que también los padres tomaran conciencia sobre la
importancia del equilibrio en la dieta infantil y de la suya propia.
4.- Restricción de televisión y videojuegos. Se reflexionó con los padres de lo
perjudicial que resulta la televisión para sus hijos, tanto por los contenidos violentos de
tantos programas, como por las pautas de comportamiento que pueden derivarse de su
abuso, tales como: pasividad, nerviosismo, pérdida de capacidad de imaginar,
sedentarismo, imitación de modelos de conducta negativos de los personajes que
admiran, alteraciones de la visión, etc. Se acordó limitar a dos horas máximo al día el
tiempo dedicado a las pantallas en general ( Y ya era mucho tiempo, pero con respecto
al que actualmente le dedican, un gran adelanto). Se trata de ir eliminando poco a poco
el abuso de la imagen y los juegos electrónicos y favorecer la lectura, la creatividad Y
la relación social . A tal efecto se puso en funcionamiento una biblioteca de aula, con
sus bibliotecarios por turnos, donde los niños aportaban sus propios libros y los
intercambiaba. Al mismo tiempo, se les animó a hacerse socios de la biblioteca pública.
Complementando este trabajo, en las asambleas semanales de clase los niños
exponían libremente sus preocupaciones y puntos de vista sobre todos los temas que se
referían a ellos en las reuniones con sus padres y poco a poco aceptaron asumir con
gusto ciertas limitaciones porque encontraron otras compensaciones, especialmente
cuando se estableció un acuerdo con sus padres sobre los deberes, tema que suele ser
poco del agrado de los niños por estar generalmente mal planteados o ser poco
interesantes.
5.- Deberes, según. Existía un amplio repertorio de actividades a las que acudían los
niños-as al terminar las horas de colegio. Se realizó un estudio de la agenda de cada
niño en función de las actividades extraescolares que realizaban a lo largo de la semana,
y se pusieron los deberes, previo acuerdo en la asamblea de padres, en función de los
días "blancos" para evitar el agobio, favorecer el gusto por hacer el trabajo y disponer de
tiempo libre para sí mismo. Así no todos los días tenían deberes todos a la vez, y esto
permitía una mayor atención individual por parte del profesor, a la hora de corregirlos.
(Conviene recordar que los padres estaban completamente de acuerdo sobre que los
niños deben disfrutar de su infancia también durante la semana.)
6.- Lectura diaria. Este acuerdo favoreció que los niños leyeran cada día un cuento a sus
padres o a sus hermanos más pequeños. Tanto sus relatos personales como sus poemas o
adivinanzas podían leerlos luego a la clase antes de empezar el trabajo como se ha
descrito. Estos trabajos eran muy bien aprovechados para el área de plástica y lenguaje.
7.- Edición de un libro de poemas y cuentos, al final de cada ciclo de dos años.Es
preciso decir que los cuentos y poemas son escritos voluntariamente en casa, nunca
como deberes, y leídos por el autor a la clase, que actúa como jurado y selecciona a
mano alzada, (casi siempre con buen criterio), los mejores. Este libro se convierte en el
libro del verano para los alumnos. En nuestro caso fueron editados dos - uno por ciclopor el propio colegio, utilizando la fotocopiadora.
8.- Representación de obras de teatro con participación de los padres a todos los
niveles : vestuario, maquillaje , decoración, grabación de vídeo, etc.
9.- Profundización de la convivencia en el aula, y práctica ausencia de conflictos.
Valoración del diálogo y la democracia como medio de solucionar los problemas de
relación, individualmente y en asambleas de clase .La clase está estructurada
democráticamente. Existe un delegado de curso y diversos responsables que son elegidos
en votación secreta una vez al trimestre. Semanalmente se celebran asambleas
dirigidas y coordinadas por los responsables del Curso bajo la supervisión del tutor, allí
presente, que puede actuar de árbitro y hacer propuestas en vista de los temas que
surjan. En las asambleas se analizan los problemas que surgen en el aprendizaje, la
relación y el comportamiento, y se comentan los resultados de los cuestionarios propios
o de aspectos de los cuestionarios de los padres que les pudieran concernir. En las
asambleas se llegan a acuerdos y compromisos de actuación y se anotan todas las
cuestiones en un libro de referencia .Así puede verse cómo evolucionan los aspectos
que van surgiendo en la puesta en práctica de los acuerdos.
10 .- Realización de cuestionarios de autobservación.
Estos cuestionarios, elaborados por el profesor-coordinador, los rellenan los padres en
casa y traen sus conclusiones a las reuniones con el fín de manifestar aquellos elementos
tanto positivos como negativos que aparecen en su trabajo como educadores, a fín de
potenciar lo positivo y poner remedio a lo negativo a través de las aportaciones de
todos. Así sucede que problemas correctamente tratados por una familia han servido
como ayuda a otras que no sabían cómo solucionar con sus hijos esos mismos problemas.
Esto también favorece la unidad del grupo, y en muchas ocasiones refuerza en los
padres la seguridad de su trabajo educador.
Por su parte, también los alumnos rellenaron cuestionarios que luego eran revisados por
el tutor y llevados a la asamblea de padres con el doble objeto de que los niños
reflexionaran sobre cuestiones concretas de interés, y de que los padres conocieran
mejor a sus hijos y su manera de pensar sobre sí mismos y sobre su proceso de
aprendizaje fuera del ambiente familiar.
Los temas que abarcaban los cuestionarios fueron los siguientes: reflexión sobre sí
mismos (autoconocimiento) y sobre la relación con los demás ; autovaloración del
proceso del propio aprendizaje, reflexión sobre la propia conducta y sobre el uso de los
materiales y cuadernos de trabajo, temas puntuales, actitudes en casa.
Por su parte, los padres analizaban en cuestionarios propios sus formas de actuación
educativa y descubrían sus aciertos y errores, mientras aprendían a valorar las
aportaciones de los otros padres.
Estos cuestionarios eran tratados siempre en forma de test con valoraciones finales en
función de la calidad de las respuestas. De ahí podíamos partir para analizar la realidad
de cada uno de los grupos.
PARTE III
DOS CUESTIONARIOS DE OBSERVACIÓN
(Para uso del profesorado)
1
ACTITUDES INCORRECTAS MÁS FRECUENTES EN CLASE
ASPECTOS PARA EVALUAR LA DISCIPLINA GENERAL O PARTICULAR
1. Falta de atención o de respeto al profesor cuando explica.
2. Hablar sin respetar el turno de palabra.
3. Levantarse del sitio injustificadamente o en la explicación del profesor.
4. Distraer la atención de los compañeros cuando trabajan.
5. Pelear, insultar, o extorsionar a compañeros o compañeras.
6. No seguir las normas cuando se trabaja en equipo.
7. Molestar a compañeros o profesores hasta el punto de interrumpir la
clase.
8. Perder, maltratar o no aportar los libros o el material necesario de
trabajo.
9. Pedir ir al aseo con frecuencia sin que exista una causa física.
10. Coger cosas de los demás o material del aula sin permiso.
11. Arrojar objetos
12. Maltratar el material de clase o las instalaciones del Centro.
13. Faltar a clase o llegar con retraso de un modo injustificado.
Cuadro de frecuencias
Fecha
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
Observación
Procedimiento de valoración:
1. Observar el número de alumnos que mantienen cada una de las actitudes
señaladas y anotar el número en los cuadros correspondientes .Conviene
observar a la clase durante el tiempo necesario como para que los datos
sean fiables.
2. Realizar la valoración del colectivo o de alumnos concretos en diversas
fechas para medir el grado de consecución de objetivos educativos.
Este test nos resultará útil para tener un mapa conductual de un grupo de alumnos o
de alumnos en particular y establecer criterios de actuación al respecto.
2
EL NIÑO(A) EN EL MEDIO ESCOLAR
(OBSERVACIONES PARA CONTRASTAR CON LAS DE LOS PADRES)
Alumno
o
alumna:...................................................................................................
COMPORTAMIENTO
Respuestas: (SI - NO - A VECES - NUNCA O CASI NUNCA)
1. Se motiva con facilidad para aprender......................................................
2. Hace con agrado y termina las tareas que se le indican................................
3. Admite bien las críticas razonadas..........................................................
4. Pone interés en cambiar lo que hace mal................................................
5. Molesta o es molestado por otros con frecuencia.........................................
6. A menudo se pelea, insulta o es insultado.................................................
7. Interfiere en las conversaciones cuando el profesor habla con otra persona…………
8. Muy a menudo busca llamar la atención de sus compañeros............................
9. Hace normalmente con buen resultado los deberes para casa........................
10. Cuesta que ordene sus cosas personales....................................................
11. Cuida mal, o pierde a menudo los materiales relacionados con el colegio......
12. Se queja con frecuencia de compañeros..................................................
13. Se queja frecuentemente de algún profesor-a................... ........................
14. Se relaciona amistosamente con su entorno fuera del aula.............................
15. Falta a clase a menudo por razones poco justificadas...................................
VALORACIÓN:
•
Rodee con un círculo las respuesta SI o próximas al SI .
•
Marque con una cruz las respuestas NO, o próximas al NO.
•
Debería tener SI en los números 1, 2, 3, 4, 9,14 y NO en todos los
demás.
Dependiendo de la intensidad y de la repetición de las respuestas SÍ a los ítems
5,6,7,8,10,11,12,13,15, conviene una entrevista con padres-tutor
y valorar los
motivos de su conducta. Si los motivos persisten o se agravan las actuaciones
problemáticas, interesar al psicopedagogo escolar para que cite a los padres y les
oriente en modos de actuación.
PARTE III
TEST DE AUTOOBSERVACIÓN Y AUTOVALORACIÓN
1
NOMBRE DEL ALUMNO (A)
...................................................................................................
1. Está atento-a a las explicaciones de los profesores, con escucha activa.
2. Calla cuando trabajamos individualmente, o realiza sus consultas sin molestar.
3. Permanece sentado normalmente en su pupitre mientras hace su trabajo.
4. Sabe relacionarse sin
discriminaciones por sexo, religión, raza, o condición
social...
5. Respeta el turno de palabra para intervenir en los diálogos y sabe respetar
opiniones.
6. Realiza los trabajos que se le indican esforzándose en su calidad.
7. Cuando el profesor explica, permanece sentado y en silencio.
8. Es cuidadoso con su material de trabajo: gomas, lápices, etc. y tiene lo
necesario.
9. Tiene una actitud positiva para trabajar en grupo y para compartir.
10. Se presta fácilmente para ayudar a los compañeros que lo precisen.
11. Tiene una actitud general de colaboración con los profesores y el colegio.
12. Es cuidadoso con el entorno físico y los materiales de clase y del Centro.
Rellenar con verde los cuadros con actitudes correctas
Fecha
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
Firma padres
Cada cuadro sin rellenar de verde es un reto hasta la próxima valoración.
Observa en lo que vas mejorando y rellena los cuadros verdes que vas consiguiendo.
2
¿CÓMO SOY EN MI COMPORTAMIENTO?
(Ejercicio de autoreconocimiento del alumno-a)
Mi nombre es ............................................................................................
Contesto a estas preguntas para saber más cosas de mí como persona y estudiante.
LAS RESPUESTAS (TIENEN VALOR INDICATIVO GENERAL): SI (normalmente sí), o NO (casi
nunca o nunca).
1. Escucho atentamente cuando explican los profesores...................................
2. Intento trabajar en silencio..................................................................
3. Hago mi trabajo sin levantarme más de lo necesario....................................
4. Dejo en paz a los compañeros mientras trabajan.........................................
5. A menudo me peleo, insulto o me insultan................................................
6. Respeto el turno de palabra levantando la mano….......................................
7. Interrumpo a menudo la explicación de los profesores..................................
8. Tengo todo mi material y lo cuido...........................................................
9. Creo que estoy aprendiendo mucho.........................................................
10. Creo que aprendo poco........................................................................
11. Aprendería más si quisiera....................................................................
12. Me molestan los que hablan cuando trabajamos..........................................
13. Me esfuerzo en seguir las normas que acordamos todos.................................
¿CUÁNTOS PUNTOS HAS CONSEGUIDO?
Anota un punto si has contestado SI a las cuestiones 1, 2, 3, 4, 6, 8, 9, 11, 12,13
PUNTUACIÓN: ..........
COLOREA TU BARRA DE RESPUESTAS SÍ
1
2
3
4
6
8
9
11
12
13
DOS TESTS DE OBSERVACIÓN POR PADRES Y MADRES
1
EL NIÑO (A) EN SU MEDIO SOCIAL Y FAMILIAR
Nombre del niño o niña:...............................................................................
Respuestas: (SI - NO - A VECES - NUNCA O CASI NUNCA)
1. Escucha atentamente cuando se le dice algo..............................................
2. Hace con agrado lo que se le indica.........................................................
3. Admite bien las críticas razonadas..........................................................
4. Quiere cambiar lo que hace mal............................................................
5. Molesta o os molestado en el medio familiar..............................................
6. Se pelea, insulta o es insultado..............................................................
7. Interviene o interfiere en las conversaciones de los adultos...........................
8. Busca llamar la atención......................................................................
9. Habla del colegio con agrado.................................................................
10. Cuesta que ordene sus cosas personales (juguetes, etc.)................................
11. Pierde las cosas relacionadas con el colegio..............................................
12. Se queja de compañeros con frecuencia................................................
13. Se queja a menudo de algún profesor-a..................................................
14. Se le presta atención y ayuda en casa en la hora de los deberes......................
15. Los padres son demasiado tolerantes y poco normativos..............................
VALORACIÓN DE LAS RESPUESTAS:
En los números 1, 2, 3, 4, 9,14, la respuesta más perfecta es SIEn los números 5, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 13,15 la respuesta más perfecta es NO
Las respuestas intermedias serán más adecuadas cuanto más cerca estén del SI o del
NO que les corresponda. Y tenga en cuenta que los resultados sólo indican tendencias
que habría que perfilar y contrastar con otros datos y con los profesores.
ANOTE 1 PUNTO POR CADA RESPUESTA ADECUADA
PUNTUACIÓN TOTAL ..................
VALORACIÓN: POR DEBAJO DE 6-7 PUNTOS: SU HIJO-A NECESITA AYUDA INMEDIATA.
Convendría hablar con el tutor en primer lugar.
¿CONOCEMOS YA MEJOR A NUESTROS HIJOS?
2
(Valoración final para padres y madres)
En esta ocasión vamos a valorar aspectos de la personalidad de nuestros hijos para VER
CÓMO
EVOLUCIONAN, tener un mejor conocimiento sobre ellos y poderles ayudar en
sus puntos flacos.( Poner una cruz en la respuesta más aproximadas al grado de
consecución de objetivos educativos de los tres niveles que se mencionan.)
NIVEL DE VALORACIÓN
ASPECTOS
1
Capacidad de dialogar
2
Responsabilidad en sus tareas
3
Autonomía personal en general.
4
Orden en su habitación
5
Orden en sus tareas personales
6
Respeto a los demás en general
7
Cooperación voluntaria en casa
8
Deseos consumistas
9
Obediencia a los mayores
10 Interés por el colegio
11 Capacidad para relacionarse
12 Interés por los deberes .
Alto
Medio
Bajo
13 Deseos de mostrar sus trabajos
14 Relación con padre
15 Relación con madre
16 Relación con hermanos
17 Interés por actividades deportivas
18 Interés por la lectura
19 Capacidad de reconocer sus errores
20 Afición a tv. y videojuegos
OTROS ASPECTOS (respuestas SI, NO)
Reflexione, tome conciencia y proceda a actuar:
1. ¿Cree que su hijo-a madura a un ritmo normal?.....
2. ¿Estima que el ambiente familiar es apropiado para el estudio relajado?.....
3. ¿Siente que son atendidas en el colegio las verdaderas necesidades de su hijoa?....
4. ¿Cree que podría sacar más tiempo de dedicación a su hijo-a?.....
5. ¿Le parece que las reuniones con los profesores son suficientes?
Este material debe ser contrastado con el profesor o profesora tutores de su hijo-a
PARTE III
REFLEXIÓN FINAL Y EPÍLOGO
Existe una verdadera preocupación social por los temas que afectan al conjunto de la
humanidad: el hambre, las guerras, las enfermedades las catástrofes naturales, el
cambio climático. Por vez primera en toda la historia conocida, la humanidad adquiere
conciencia planetaria debido al fenómeno migratorio y a la amplia
red de
intercomunicación mundial existente. Esto ha originado por un lado una sensación de
proximidad sin precedentes tanto en el campo de la convivencia intercultural-social,
como en el de la educación, como era de esperar. Por otro lado, un desplome casi
generalizado de valores de conciencia personales y consecuentemente, el retroceso en
valores de convivencia y relación interpersonal, provoca espantosos conflictos y
tensiones permanentes a nivel mundial, pero también en cada familia, y en el interior
de cada persona. Y son estos conflictos últimos, los del interior, los que acaban
generando los otros, los del exterior. Evitar estos conflictos y generar un nuevo mundo
relacional no depende de los políticos, ni de las instituciones religiosas, ni de nadie más
que de uno mismo, persona a persona.
Hoy, más que nunca, es vital la importancia de la educación en la infancia y urgente la
función de educar, tan poco valorada por la sociedad en general. Justo es más necesario
que nunca que padres y toda clase de educadores con influencia sobre el niño-a, ( no
solamente profesionales sino también todos los medios de comunicación social) formen
una barrera de protección y formación para la infancia y juventud actuales aunando
esfuerzos en la dirección de promover valores y actuaciones encaminados a la
renovación de la mentalidad colectiva de la humanidad futura desde el amor, el respeto,
la libertad, el diálogo ,la cooperación, la valoración espiritual de la vida, la solidaridad y
la justicia.
En la experiencia relatada a lo largo de las páginas precedentes, esos fueron los
fundamentos de la educación que tanto alumnos como padres fueron practicando. Los
alumnos comprendieron que sus posibilidades eran muchos mayores de las que
habitualmente promueve la escuela tradicional autoritaria, individualista, memorística,
competitiva, y deformadora de la personalidad.
Por su parte, los padres tomaron conciencia de la importancia de este tipo de educación
para sus hijos, y comprendieron que si no asumían la tarea de trabajar en sí mismos las
cualidades que deseaban para sus hijos no habría cambios en la educación. La otra
alternativa era educar con la hipocresía de la doble moral que tanto daño provoca.
En esta experiencia los padres descubrieron que tenían que introducir cambios en su
propio modo de pensar, de vivir, y de relacionarse con sus hijos y con su trabajo si
querían educar correctamente. Esto exigía tiempo libre, orientación y voluntad de
hacer. Pero conviene añadir que se deben dar circunstancias sociales favorables, de ahí
que a lo largo de este libro se haya cuestionado el sistema capitalista, la represión
ideológica y doble moral de iglesias y falsas revoluciones y falsas democracias.
Es evidente que la estructura y dinámica de esta sociedad precisaría importantes
cambios estructurales, culturales y sociales para que cada familia pudiese educar a sus
hijos en buenas condiciones, con el tiempo y la dedicación necesaria.
El tiempo de trabajo fuera del ámbito familiar debería ser proporcionado a las
necesidades de atención educativa y social del niño-a, según edad, para que existiese
un verdadero trabajo educativo conjunto de padres y profesores, cada uno en su
respectivo ámbito de acción, y los padres no se sintieran culpables y tuvieran problemas
de horarios laborales cada vez que un profesor les cita a una entrevista normal o para
ponerles sobre aviso por los problemas que dan sus hijos.
En ningún programa político
aparece el tema de la educación como elemento
determinante, ni siquiera en los partidos más renovadores, lo que indica el poco valor
social que se le atribuye y el poco valor real que se da a los individuos, tratados como
piezas del engranaje político.
Ahora bien: una sociedad como la presente hace aguas por todas partes, y una de las
más importantes vías de inundación de conflictos es el sistema educativo, el tipo de
educación formal que reciben los escolares, cada vez más aburridos y distantes de lo
que se les pretende enseñar. La enorme desmotivación en las aulas, y la creciente
violencia escolar llega hasta el asesinato a profesores y estudiantes por parte de
alumnos agresivos en todas partes, como ponen en evidencia los estudios al respecto y
saltan a menudo a las páginas de sucesos. Esta es una buena muestra de cuanto llevamos
dicho.
Es importante dejar claro que un sistema social cualquiera carece de legitimidad,
aunque sea legal, si no se posibilitan los medios para el desarrollo físico espiritual
mental y de nivel de vida de todos
sus miembros, con especial cuidado en la
distribución de la riqueza de acuerdo con las necesidades. Y a nivel político nunca hay
que dejar de cuestionar este sentido peculiar de democracias capitalistas que permiten
a verdaderos dictadores sentarse en sillones presidenciales enmascarándose como
defensores de las libertades y actuando a la vez contra ellas mediante la manipulación,
el engaño y el abuso de poder hasta los más aberrantes límites: guerras, represión,
torturas, genocidios, robo de recursos, degradación de las poblaciones y de sus culturas.
Todos esos elementos: escuela autoritaria, sociedad insolidaria, política hipócrita, doble
moral, falta de tiempo de los padres y de acuerdos con los maestros, intromisión de la
iglesia en los colegios, crea una difícil barrera para el progreso integral de los escolares,
sometidos a las directrices de los partidos triunfantes y de los dogmas eclesiales. Es cada
vez más apremiante que esta barrera desaparezca, no por la violencia, sino por la
acción de la conciencia libre.
Mientras no exista justicia, amor, fraternidad, unidad, y verdadera libertad (que nace
en primer lugar de la liberación personal de los propios defectos) en el corazón de las
gentes, no existirá nunca un mundo de felicidad y bienestar colectivo. Esta es una tarea
pendiente, la mayor tal vez de la Historia a estas alturas de tanto desarrollo tecnológico
y abundancia de recursos en unas pocas sociedades, y tantas desigualdades, pobreza,
esclavitud y otras infinitas injusticias y abusos de los fuertes en la mayor parte del
Planeta, enmascaradas a menudo en falsas legitimidades ideológicas, religiosas o
políticas.
Una superestructura siempre se construye con los mismos ingredientes de los elementos
que la componen. Del mismo modo, una conciencia colectiva evolucionada es el
resultado del desarrollo de la conciencia individual.
De inestimable ayuda documental e inspiración para elaborar este libro han sido los
mensajes proféticos del cristianismo tal como están siendo divulgados en la actualidad
por la profetisa alemana Gabriela. Gracias a la palabra renovada de Cristo se ha podido
tomar contacto con Sus verdaderas enseñanzas donde muestra el camino de regreso al
Padre, desenmascarando a instituciones y falsos profetas que dicen hablar en Su
nombre, pero lo hacen para su triunfo y gloria en este mundo. Estas enseñanzas,
liberadas del peso de la historia y de las numerosas mixtificaciones, inquisiciones y
persecuciones nos enseñan el modo de reconstruir nuestra vida interna.
Creo que vale la pena intentar reconstruirnos a nosotros mismos y ayudar a quien lo
necesite. Por ello este trabajo se propuso colaborar en la tarea de liberar las mentes,
facilitar la libertad de las conciencias desde la unidad con los semejantes, actuar
desinteresadamente, asumir las propias responsabilidades y educar en esa dirección.
Ahora mismo, el reto de nuestra civilización es el salto evolutivo de la sociedad de la
violencia a la sociedad de la conciencia.
Para los cristianos, lo mismo que para cualquier espíritu que base en el amor su vida
espiritual, esta es la gran meta de la especie humana para llegar a ser divina como lo
fue antes de la Caída. Este es en verdad el gran desafío y el verdadero sentido de la
vida en la Tierra.
FIN
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