23 que puedan ofrecer muchas semejanzas al comparar entre sí la vegetación criptogámica de países 110 lejanos. Aunque los MONTES DE LA PENÍNSULA no se hallen tan poblados de arbolado, como debieran y pudieran estarlo, careciendo muchos de él casi por completo, no faltan extensos é importantes BOSQUES DE CONIFERAS UNOS, Y DE AMENTÁCEAS OTROS, según la altura y condiciones de las diversas localidades. Los abetales de los Pirineos de Navarra, Aragón y Cataluña se hallan constituidos por el Pinabete {Adíes pectinata DC.), mientras que en la Serranía de Ronda de la región meridional hay pinsapares ó rodales de Pinsapo (Abies Pinsapo Boiss.), ocupando por lo común paisajes poco accesibles á la destrucción. Los pinares más extensos están formados por el Pino común ó silvestre (Pinus sylvestris L.) designado con diferentes nombres en diversas provincias, hallándose más ó menos abundante en la mayor parte de ellas, sin faltar en lo más alto de Andalucía, aunque en rodales de limitada importancia, y en este caso se encuentra una variedad de Sierra Nevada (Pinus nevadensis Christ.). Un Pino negro, que fué considerado como variedad montana del silvestre (Pinus uncinata Ram.) distinto de otros vulgarmente conocidos como negros ó negrales, constituye bosquecillos en los Pirineos y otros montes de Aragón y Cataluña, pudiendo en concepto de algunos estar representado en la Serranía de Cuenca. Iíánse admitido dos Pinos salgareños, aunque el uno (Pinus Laricio Poir.) es seguramente el verdadero, supuesto que el otro (Pinus pyrenaica Lap) ofrece dudas y hasta puede considerarse como no diferente, formando el primero bosques en los Pirineos y otros montes de las provincias orientales y de algunas de las meridionales sin que falte en las interiores. E l Pino de Alepo (Pinus halepensis Mili.) designado con nombres vulgares no siem-