de Chile, ni aun de cada Especie , si encuentra alguna anomalía. En ia nota de la Frondescencia se equivocó Jus^ieu en decir que la del Pino de Chile es diversa de la de los demás Pinos,' pues éstos además de llevar los ramos en verticilos , ó rodajuelas como el de Chile , el qual los echa desde ocho radios hasta tres, principiando por abaxo en los Arboles crecidos el número mayor, y rematando por arriba el menor , y los ramillos colocados en aspa, y terminando en horquillas, tienen las hojas dispuestas en varias series como el Pinus picea y balsamea. L a nota de muchas Borlillas en las escamas masculinas es de ningún v a l o r , porque el número de éstas suele variar notablemente en las Especies de los Géneros de las Columníferas, ( y de las Icosandrias y Polyandrias) según el tamaño de sus flores ó de las tramas , y siendo los Amentos ó Tramas del Pino de C h i l e , y de consiguiente sus escamas antheríferas centenares de veces mayores que las del Pinus pifie a , ¿ qué extraño será que aquellas escamas abran por diez ó mas agugeritos, y éstas por dos ó tres no m a s , quando en ambas las B o r lillas ó cuerpos polliníferos están colocadas, y abren y derraman el polvillo del mismo modo? T o d o lo qual tengo observado en España en el Pinus pinea, y en Chile en esta y la otra Especie. Si nos gobernásemos por solo el número de los Estambres para la constitución de los Géneros , de cada Especie de Malva, de Begonia , de Citrosma, de Talitro , y de otros mu•B 4 chos