Principios para pensar y aplicar en el oficio del redactor publicitario Para escribir bien, hay que escribir. Escribir sobre cualquier cosa, sirve para mejorar nuestro estilo en publicidad. Para escribir bien, leer textos publicitarios y de los otros… Estrecha relación entre cómo escribo y lo que leo. Para escribir, basarse en principios. Hay reglas y fórmulas; pero como las mejores recetas, dependen del cheff /redactor. A veces, resultan y a veces, no. El redactor publicitario es un redactor creativo: conoce las reglas y las fórmulas; pero tiene la libertad de inventar sobre la marcha. Romper las reglas con algún sentido. Pensar estratégicamente: qué decirle (concepto) a un target específico de una marca (adecuación), cómo decírselo en un momento determinado (idea), a través de qué medio/formato para lograr qué cambio de conducta. (Partir de un problema: desconocimiento, conocimiento, comprensión, recordación, convicción, acción) Capacidad de síntesis : “en pocas palabras” La mayoría de las veces hay un espacio acotado. Muchas veces, una frase tiene que sintetizar toda la información. Escribir con titulares / eslóganes. Buscar la frase de impacto donde no sobra ni falta nada y además es brillante. Familiarizarse con la retórica como método para escribir. La Publicidad es la retórica de este tiempo. Como arte de persuadir o convencer: la construcción de la pieza, la argumentación. Como camino creativo o idea para expresar un concepto. Tanto en los textos como en las imágenes. Conocer con la máxima precisión el idioma: sus elementos, sus reglas y su uso: - Ortografía: acentuación, signos de puntuación, letras problemáticas. - Morfología : clases de palabras y su valor. Reglas de formación de palabras. - Sintaxis: regímenes de preposiciones y verbos, construcciones. - Lengua oral y lengua escrita. Modos de hablar según el tema, la edad, la educación de la persona… Escribir es re – escribir: Corregir los textos escritos hasta que cada palabra esté donde tiene que estar y se justifique su presencia. Leer los textos que se escriben: en silencio y en voz alta, se ven mejor las fallas. Es la parte que menos se hace y más pereza da. Escribir para un receptor. Obliga a adaptarse a sus intereses, nivel cultural, opiniones, actitudes… Muchas veces, es diferente de la persona que escribe.