TOPICOS CENTRALES EN UNA ESTRATEGIA COMERCIAL CHILENA PARA LA DECADA DE LOS 90 ANDREA BUTELMANN PATRICIO MELLER En los últimos años han ocurrido cambios profundos en la escena internacional que no hubieran sido predecibles una década atrás. Algunos de estos cambios son netamente económicos y otros se originan en alteraciones de los equilibrios políticos, pero todos ellos contribuyen a conformar una nueva escenaeconómica internacional. Chile, país integrado a los mercados mundiales y expuesto a sus vaivenes, debe analizar estos cambios, identificar las nuevas oportunidades, evaluarlas y tomar decisiones de política que hagan posible capturar el beneficio que ellas ofrecen. Aún más, se requiere una mejor comprensión del mundo futuro; el mayor intercambio comercial va generando nuevos temas y nuevos problemas. Las nuevas negociaciones comerciales son cada vez más complejas; se requiere saber y entender lo que se negocia, las modalidades específicas de negociación, y las implicancias para el país de todo esto. En la década del 90 las condiciones difieren sustancialmentea las de quince años atrás, cuando se inició la apertura comercial unilateral chilena. La mayoría de los países latinoamericanos han aceptado implementar una estrategia menos proteccionista y la discusión está centrada en torno a cuál es la mejor manera de abrirse a los mercados internacionales. Entre las estrategias alternativas de apertura se encuentran la apertura unilateral, la apertura dentro de una unión aduanera en que la política comercial al resto del mundo se coordina con los otros paísessocios y, por último, los acuerdo de libre comercio (ALC) que dejan libertad a cada pafs socio para determinar la política comercial que adoptará hacia el resto del mundo. En la mayoría de los casos latinoamericanos, sin embargo, la reducción del proteccionismo se ha dado en forma unilateral usando la estrategia bilateral como un complemento de la apertura comercial. Esta nueva actitud de los países latinoamericanos frente a las opciones de política comercial se ha dado en el momento en que Chile vive una transición política que lo lleva a un régimen democrático. El cambio en la situación política posibilita que Chile se integre a los nuevos esquemasde integracibn y que trate de vincularse mas a los mercados más cercanos. La importancia de los paises latinoamericanos en el comercio total chileno se habia visto disminuida en la 10 A. BUTELMANN -. y P. MELLER década del 80 por las recesiones y procesos de ajuste que ha sufrido América Latina despuésde la crisis de la deuda externa. Al mismo tiempo en que los paísesde Latinoamtka comienzan a adoptar las polfticas aperturistas que los países desarrollados han promovido por anos, comienza a ponerse cn duda el futuro funcionamiento del sistema mundial de comercio. Estados Unidos, que fue el campcbn de la apertura comercial auspiciando las rondas multilaterales de negociaciones, se siente ahora amenazado por la competencia internacional. En efecto, por una parte hay un claro estancamiento en las discusiones de la Ronda Uruguay; esto ha Uevado a cuestionar al GATT como el mecanismo institucional más adecuado para resolver vía el multilateralismo los problemas actuales del comercio internacional. Por otra parte, la negociación bilateral o intrarregional se presentaría como una alternativa más eficiente para la solución de las controversias comerciales; esto pareciera estar conduciendo a la creación de bloques económicos regionales. Ya es un lugar común la sugerenciade existencia de un mundo de tres bloques económicos: la CEE (Comunidad Económica Europea), ALCAN (Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte) y Japón y el SudesteAsiático. El bloque más claro en este mundo de tres bloques es el de Europa. La CEE ya es una Unión Aduanera y sigue avanzando en el proceso de conformar una unidad económica que unificaría en tal medida sus políticas que Europa se asemejaría mucho a un solo país con un sistemafederal. Pronto se unirán a esta Unión Aduanera algunos de los países europeos que hoy forman la Zona de Libre Comercio Europeo, los cualesya firmaron un ALC para bienes industriales con los 12 países de la CEE. En el futuro probablemente se irán integrando a esta asociación los países de Europa del Este. La integración de los países dc Europa del Este a los flujos de comercio internacional, por otra parte, abre nuevasoportunidades, pero al mismo tiempo cierra otras. Esto es especialmente cierto en el caso de Chile, cuya base de recursos naturales es similar a la de algunos de estos países que, además,tienen ventajas de cercanía a mercados desarrollados. En este contexto de intenso cambio surge una variable más a considerar en el diseño de la política comercial chilena de la década de los noventa. Estados Unidos, con el ánimo de fortalecer el impulso aperturista que reina en Latinoamérica, sugiere a través de su “Iniciativa para las Américas” la posibilidad de conformar un área de libre comercio en todo el continente. A medida que pasa cl tiempo se ve cada vez más claro que esta es una meta para el largo plazo y que su concreción depende mucho de los vaivcncs políticos en Estados Unidos como tambien de los avances que hagan los países latinoamericanos en su proceso de reformas. A pesar dc ello, la posibilidad de que Chile Iirme un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos es menos remota. Existe un compromiso del gobierno norteamericano del Presidente Bush cn el sentido que Chile será el primer país con que negociará un ALC en el marco de la Iniciativa para las Américas, una vez que cl acuerdo con México haya sido aprobado. Sin embargo, cl plazo cn cuestión estará medido en años y no en meses. ESTRAIEGIA COMERCIAL CHILENA PARA LA DECADA DE LOS 90 11 De todo este conjunto de cambios en la escena internacional se destacan dos alternativas no necesariamente excluyentes, las cuales Chile debe evaluar cuidadosamente para captar los beneficios que ellas ofrecen. Una de ellas es la posibilidad de firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, que ha sido históricamente nuestro principal socio comercial, y la otra es la posibilidad de buscar una mayor integración con nuestros socios naturales por ubicación geográfica, es decir acercarnos a, o integrar, MERCOSUR. Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay se han unido para formar el MERCOSUR que aspira a transformarse en un mercado común. Estos paísesya están implementando las rebajas arancelarias para el comercio entre ellos, aunque todavía no han determinado la estructura del arancel externo común que regirá el comercio con paísesque no pertenecen al área. Es importante señalar que Argentina y Brasil representan alrededor del 60% del comercio que Chile mantiene con los países de la ALADl. Chile posee actualmente una estructura comercial bastante diversificada; las exportaciones chilenas de 1991se distribuyen porccntualmente en 32% a la CEE, alrededor de 18% hacia EE.UU. y Japón, respectivamente,y 14% hacia América Latina. Aparentemente, no hay un socio comercial natural; luego, ies preferible seguir así pensando que Chile es un país pequeño, que su mercado es el mundo y que no se necesita un socio comercial específico? Dadas las invitaciones específicasque ha recibido Chile, Iniciativa para las Américas y MERCOSUR, se examinan y discuten los beneficios y costos de éstas, estimando las posibles gananciasde bienestar que ellas generan. La posibilidad de firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos es percibida como un evento claramente positivo para la economía chilena. Sin embargo, es necesario tener presente que este acuerdo no va a generar beneficios espectaculares en términos de mejor acceso de nuestras exportaciones a ese mercado ya que las actualesbarreras proteccionistas son relativamente bajas. En efecto, en 1991 la tarifa promedio que afectaba las exportaciones chilenas a Estados Unidos era sólo de lS%, prácticamente no estaban afectadas por barreras cuantitativas y los mayores problemas de acceso se encontraban en barreras tecnicas. Cabe destacar que algunas de estasbarreras técnicas han sido solucionadas con el trabajo dc la comisión bilateral formada a la firma del acuerdo-marco entre Chile y Estados Unidos. Otras, como es el caso dc los marketing orders para las exportaciones Cruticolas,es improbable que se logren eliminar en la negociacibn de un ALC. Es necesario entonces explicar el entusiasmo que ha surgido en Chile ante la posibilidad de la negociación de un ALC con los Estados Unidos. Existen varias razones para ello. Algunas de tipo comercial y otras más intangibles pero cuyosbeneficios podrían ser mayores que los de los efectos tradicionales. Si bien es cierto que la tarifa promedio que enfrentan las exportaciones chilenas es mínima, ella refleja el hecho de que Chile es un exportador de recursos naturales sin un grado importante de procesamiento; en general, estos bienes están poco protegidos por el arancel norteamericano. Pero al estudiar en detalle la estructura de ese arancel se ve que en algunos sectores existe un fuerte 12 A. BIJTJZLMANN y P. MELLER escalonamiento arancelario para proteger a la industria interna norteamericana. Es así como algunos productos chilenos deben pagar tarifas de 35% y el arancel muestra tarifas aún mas altas en otros rubros (Butehnann y Campero, en este libro). En la medida que Chile continúe en el camino de la diversificacibn de sus exportaciones, la que ha sido extremadamente exitosa en los últimos años, (Campero y Escobar, en este libro) ese escalonamientopasará a ser un obstáculo de cierta importancia. Es importante negociar esa reducción y eventual eliminación de esosmayores aranceles,no simplemente por lograr mejor accesoa ese mercado sino que fundamentalmente como una medida defensiva. En muchos rubros México y Canadá son nuestros principales competidores en el mercado estadounidense. Es preferible competir en la mayor igualdad de condiciones posible; dado que México y Canadá van a lograr exportar a ese mercado sin verse afectos a aranceles, Chile debería aspirar a un tratamiento SilUil¿U. Para evaluar los beneficios de un ALC con Estados Unidos o con ALCAN no es suficiente considerar ~610las barreras que Chile enfrenta hoy en día, sino que se debe valorar también la estabilidad en esasreglas de acceso. En efecto, se ha comprobado una y otra vez que en cuanto las importaciones toman un ritmo de crecimiento alto, surgen presiones en el país importador para incrementar las barreras de acceso. La propensión de las autoridades estadounidenses para ceder ante tales presiones ha aumentado en los últimos años. La razón principal surge del déficit comercial que ha vivido EE.UU. en el período reciente y la percepción de pérdida de hegemonía en el liderazgo económico mundial. Así han aumentado fuertemente los casos de tarifas para compensar subsidios y polfticas desleales de precios por parte de los exportadores, y otras medidas aún menos transparentes en la forma de imponer “restricciones voluntarias de exportaciones” a los países que han seguido una senda exitosa de promoción de exportaciones. En un mundo que pareciera dirigirse a una conformación de bloques y ante la posibilidad de que el GATT se vea debilitado si la Ronda Uruguay no satisface las expectativasiniciales, es importante asegurar que Chile no verá las reglas del juego alteradas, al menos en el país que es uno de nuestros principales socios comerciales y el único pafs desarrollado que nos esta ofreciendo la alternativa de fumar un ALC. Más allá de los beneficios directos o potenciales que un ALC pueda tener en los flujos de comercio, creemos que es importante el solo hecho de firmarlo. En efecto, a pesar de que Chile ya ha negociado otros convenios y ya firmó un ALC con México, el acuerdo con Estados Unidos aporta algo que ningún pacto con paíseslatinoamericanos le podrá dar. Es sabido que en un ALC con Estados Unidos se incluirá una gama de temas mucho más amplia que el tratado con cualquier otro país y en cada uno de ellos las demandas por transparencia y predictibiidad en las reglas del juego serán mucho más exigentes. Aun más, la condicionalidad que Estados Unidos exige para sentarse en la mesa de negociaciones es a priori más estricta que la de países menos desarrollados. Todas estas exigencias,que en algunos casossera algo costoso cumplir -como por ESIRATEGIA COMERCIAL CHILENA PARA LA DECADA DE LOS 90 13 ejemplo en el caso de medidas ambientales- le darán a Chile un sello de calidad, que acrecentará sus probabilidades de captar inversiones externas. Ello es relativamente importante ahora en que hay una gran competencia entre los países latinoamericanos y países en desarrollo en general por atraer a la inversión extranjera. Por otra parte, cabe señalar que actualmente Chile goza de un excelente “rating” entre los inversionistas en el contexto internacional. Esto se ha conseguido sin existir un ALC entre Chile y EE.UU., lo cual sugiere que habría que evaluar cuidadosamente el beneficio adicional que se lograrfa al establecer dicho ALC, y comparar esto con el costo asociado a tratar de implementar, por ejemplo, estándares y requerimientos ambientales vigentes en un pafs desarrollado. En otros esquemasde integración se han considerado los distintos niveles de desarrollo de los socios para diseñar políticas de ajuste. Por ejemplo la CEE ha otorgado a países de menor desarrollo relativo, como España, Portugal y Grecia, recursos para hacer frente a los costos del ajuste. Estos mecanismosno existen en las propuestas de integración hechaspor EE.UU.. Aún más, dado el mayor poder relativo de negociación de EE.UU., las normas y estándares vigentes de dicho país constituirán el patrón de referencia. Tratar de cumplir con todo tipo de exigenciasque plantee EE.UU. pensando que siempre los beneficios del eventual ALC serán positivos, podría ser una postura débil en un proceso de negociación. Estados Unidos ha puesto énfasis en el hecho de que Chile sería el único pafs latinoamericano preparado para negociar un ALC. Ello contribuye positivamente a la imagen de Chile, pero al mismo tiempo denota una postergación de los beneficios globales más importantes de la Iniciativa para las Américas. Es decir, posterga el ideal de tener un solo mercado desde Alaska a Tierra del Fuego, que le aseguraría a Chile libre entrada a los mercados de nuestros países vecinos que tienen un gran potencial de crecimiento y que ofrecen a Chile una mejor oportunidad para exportar sus bienes industriales y diversificar más el tipo de productos a exportar (Sáez,R. en estelibro). Si esa posibilidad se percibe muy remota es necesario ver cómo se puede expandir las exportaciones a esos mercados por otro camino. Una posibilidad que pareciera estar a la vista es la incorporación de Chile al MERCOSUR. Sin embargo, las autoridades chilenas han estado reticentes ante esaposibilidad. Las razones son varias. Entre ellas se encuentra fundamentalmente la estabilidad macroeconómica que estos países no han podido alcanzar. El arancel chileno actual de 11% y las barreras al comercio de Argentina y Brasil no son suficientes para aislarnos de las grandes variaciones que experimenta el tipo de cambio real en esospaíses;en consecuencia,una mayor integración comercial que aumentaría su importancia en nuestro comercio nos dejaría más vulnerables a esa inestabilidad. La inestabilidad macroeconómica de Argentina y Brasil causa fluctuaciones fuertes en el tipo de cambio real entre Chile yesos paises,alterando el equilibrio comercial y agregando incertidumbre a los incentivos de los productores nacionales. 14 A. BUTELMANN y P. MELLER Este problema de la inestabilidad macroeconómica constituye un elemento negativo para la integración; sin embargo, también puede ser un elemento a favor. Si pensamosque la inestabilidad macroeconómica puede eventualmente revertir los esfuerzosaperturistas de estos países,es mejor asegurar el ingreso a estosmercados a través de algún tratado comercial. Otro factor que hace rechazar la idea de incorporarse a este futuro mercado común se relaciona con la determinación del arancel externo común. Los países del MERCOSUR no han podido todavía acordar cuál será la estructura de este arancel pero es hoy bastante claro que será diferenciado y su tasa mkxima será superior al 11% que mantiene Chile. Chile sufrió los costos de un profundo cambio estructural cuando se abrió a los mercados internacionales en los setenta y, más allá de la eficiencia de un arancel parejo, no existiría la voluntad de enfrentar otro cambio radical en los precios relativos y en los incentivos de largo plazo. A pesar de las desventajas de unirse al MERCOSUR no se deben desestimar las enormes posibilidades que ofrecen estos mercados. Estos son los principales destinos de exportaciones chilenas a América Latina y, a pesar de su reciente apertura, todavía presentan niveles de protección superiores a los de Estados Unidos. Las ganancias en accesoserían más fuertes y las posibilidades futuras de estospaísesen recuperación son cuantiosas. Más allá de las ganancias en comercio, la alternativa dc MERCOSUR podrfa acelerar el flujo de inversiones extranjeras. No es suficiente que Chile sea un país eficiente y con infraestructura superior a la de sus paísesvecinos, también es primordial que exista un mercado cn el que las empresas que SCinstalen en el país puedan comerciar sus productos. Es claro que si, además de satisfacer el pequeño mercado interno, se aseguraa las empresasel accesoa un mercado tan importante como el de Argentina y Brasil el interés de aprovechar las ventajas que ofrece Chile serán mayores. Este objetivo es más difícil alcanzarlo con el ALC con EE.UU. puesto que México tiene las ventajas relativas geográficas y además tendra la ventaja de ser el primer país latinoamericano que integrará ALCAN. Por último, dada la cercanía a esosmercados, especialmentecon Argentina, la integración permitiría una mayor complementación para aumentar productividad y competitividad en mercados foráneos y para permitir el comercio intraindustrial que hace que los ajustes estructurales causadospor un ALC sean menos traumáticos, comparado con los casos en que el aumento del comercio interindustrial hace desaparecer algunos subscctores de la economía, perdiéndose así capital y habilidades específicasa ellos. NOS parece importante tratar de diseñar esquemas que nos permitan aprovechar las ventajas que ofrecen los mercados de Argentina y Brasil y que al mismo tiempo minimicen los costos antes expuestos. La cuestión central cs poder lograr accesopreferencial a este mercado sin tener que adoptar cl arancel común que los países miembros acuerden. Este no es un problema nuevo y en otras instancias ha sido resuelto a través de la firma de un ALC con la unión aduanera o mercado común. Así sucede entre los países pertenecientes al área ESl-RATEGIA COMERCIAL CHILENA PARA LA DECADA DE LOS 90 15 de libre comercio europea y la CEE, y lo mismo sucederá si MERCOSUR estableceel acuerdo de libre comercio con Estados Unidos dentro de la Iniciativa para las Américas. Surge la duda si los países del MERCOSUR estarían interesados en esta opción. Argentina ha demostrado interés en la incorporación dc Chile como miembro del MERCOSUR, en parte por obtener más fuerza en la negociación del arancel externo común en que su posición difiere de la de Brasil, que insta por un arancel más elevado. Por otra parte, si el arancel externo común que fijara MERCOSUR fuera parejo y cercano al ll%, idebiera entonces Chile integrarse activamente al MERCOSUR? Esta es otra de las interrogantes que debieran comenzar a analizarsemás profundamente. En síntesis, tratando de mantener la presencia exportadora chilena lograda hasta ahora en los distintos mercados, parece conveniente que el esfuerzo diplomático comercia1 adopte específicamente una estrategia dual. Por una parte, lograr la admisión a ALCAN, o en su defecto, establecer separadamente ALC con cada uno de los 3 paísesmiembros. Ya existe el ALC con México, está pendiente el ALC con EE.UU., y habría que promover un ALC con Canadá; dado el elevado monto de inversiones canadiensesrealizadas recientemente en Chile, el mayor intercambio comercial debiera constituir una secuencia natural que convendría estimular activamente. Por otra parte, pensando en el mediano y largo plazo, la evolución natural del intercambio comercial chileno estará orientada hacia los países latinoamericanos vecinos y principalmente hacia Argentina y Brasil; en consecuencia,Chile debiera adoptar una actitud más activa y positiva de acercamiento a MERCOSUR, en que se evalúen posibilidades que involucren acuerdos comerciales flexibles como, por ejemplo, un ALC con MERCOSUR, o variantes más complejas. iQué cambios genera el mayor intercambio comercial sobre la economía local?, ida lo mismo cualquier estrategia comercial? En realidad, actualmcntc la estrategia comercia1es la estrategia dc desarrollo que 10afecta todo; la estructura productiva, los precios de los factores productivos, trabajo y capital, y, en consecuencia, la situación distributiva. Pero además también incide sobre las costumbres y los valores; un país pequen0 no sólo importa bienes y servicios; también importa modos de vida. Es preciso tener esto presente. En este libro no se contestan todas las preguntas planteadas, pero se proporcionan los elementos para iniciar este debate, que esta conectado al tipo de sociedad futura que va a prevalecer en Chile. A continuación se presentarán esquemáticamentelos tópicos y conclusiones centrales de los diez artículos contenidos en este libro. La discusión conceptual y empírica en torno a un contexto internacional en que prevalezcan bloques económicos (BE) es el tema central del artículo “América Latina cn un eventual mundo de bloques económicos” de Patricio Meller; esto implica el análisis de tópicos tales como el multilateralismo y el rol del GATT, el regionalismo y bilateralismo y la lógica de constitución de un BE, las alternativas y opciones de América Latina y de un país latinoamericano específico en este eventual entorno externo. 16 A. RUTELMANN y P. MELLER Despu6s de 30 años de discusión sobre integración latinoamericana, las exportaciones intrarregionales alcanzan al 12% del total; esta evidencia lleva a Meller a expresar escepticismorespecto a la prioridad y voluntad política que hay en los países latinoamericanos respecto al tema de la integración. El aumento reciente de acuerdos bilaterales y subregionalesparece constituir una alternativa más eficiente, flexible y pragmática para dinamizar cl potencial exportador intrarregional; a este respecto, la geografía pareciera ser una variable crucial que determinaría cuáles debieran ser los acuerdos comerciales que un país específico debiera privilegiar. En el trabajo “Acuerdos de Libre Comercio. iQu6 se negocia?“, de Andrea Butelmann, se hace una revisión de los temas que conforman la agenda en una negociación de un ALC. Un acuerdo de esta naturaleza involucra mucho más que una rebaja de los aranceles y relajación de barreras cuantitativas para el comercio bilateral. En ella ademásse deben tratar temas como reglas de origen, estándares técnicos, trato que se le da en la legislación interna a los bienes importados, eliminación o reducción de discriminación en las compras gubernamentales, leyes y procedimientos en casos de competencia desleal, mecanismosde resolución dc controversias, etc. Recientemente, como resultado de las rebajas arancelarias que se han logrado en las sucesivas rondas de negociación del GATT y del aumento del comercio en servicios y los flujos internacionales de capital, han surgido otros temas que se incluyen tanto en la Ronda Uruguay del GATT como en las negociacionesbilaterales en las que se involucran los paísesdesarrollados. Estos temas,denominados no tradicionales, se refieren a inversión, comercio en servicios y derechos de propiedad intelectual. En el trabajo se analiza lo que se estipula sobre cada uno de estos temas en el GATT, en el último borrador que surgió de la ronda de negociación multilateral del GA’IT a fines de 1991 y, por último, en el ALC entre Canadá y Estados Unidos. Se concluye que Chile ha implementado la mayoría de las potenciales exigencias de un ALC en lo que SC refiere a eliminar la discriminación por nacionalidad del proveedor o inversionista. Sin embargo, aún le queda algún camino por recorrer hacia lo que se demanda dentro de un ALC en términos de transparencia y predictibilidad de su legislación. Es interesante examinar la evolución y composición de las exportaciones chilenas según mercados de destino; el artículo “Evolución y composición de las exportaciones chilenas, 1986-1991”, de María Pilar Campero y Bernardita Escobar, estudia este problema utilizando las exportaciones a EE.UU. como patrón de referencia. En términos generales, hay cierta similitud en la composición de las exportaciones chilenas a los países industriales; los recursos naturales (RN) representan mas del 60% de las exportaciones dirigidas a EE.UU., CEE y Japón, los recursos naturales procesados (RNP) a estos mercados constituyen alrededor del 30%, y el resto corresponde a los otros productos industriales (OPI); cabe señalar que estos OPI alcanzan al 10% del total exportado a EE.UU., porcentaje que se reduce significativamente en los casos de la CEE (4,6%) y Japón (1,3%). Por otra parte, las exportaciones chilenas a ALADI tienen una composición más equilibrada entre los tres tipos de ESRATEGIA COMERCIAL CIIILENA PARA LA DECADA DE LOS 90 17 bienes: 34,7% para los RN, 38% para los RNP y 27,3% para OPI. Todos estos porcentajes corresponden al año 1991. Comparando la composición de las exportaciones chilenas de 1986y 1991se observa una especie de sustitución entre las exportaciones RN y RNP, ix., hay una correlación negativa de exportaciones sectoriales de RN y su equivalente procesado tanto para el mercado norteamericano como para el resto del mundo; esto sugiere que podría estarse generando cl proceso de aumento de valor agregado a las exportaciones chilenas de RN. Al analizar de manera más especifica el posible efecto de un ALC con EE.UU. sobre el patrbn exportador chileno se observan dos fenómenos muy diferentes: (1) Las exportaciones chilenas del tipo OPI han tenido una expansión muy dinámica al mercado de EE.UU. sin que hubiera un ALC y a pesar de las mayores barreras arancelarias que enfrentan; esto es particularmente válido para el sector textil. Luego, un ALC con EE.UU. podría estimular aún más este tipo de exportaciones, pero ello requeriría poder competir eficientemente con exportaciones similares procedentes de países asiáticos y europeos. (2) Al examinar a nivel de producto las canastasexportadoras a EE.UU. y las de la CEE y Japón se han identificado aquellos bienes que estan incluidos o subrepresentadosen el mercado norteamericano; en general éstos corresponden a RN o RNP, en los cuales Canadá y México constituyen los principales abastecedoresde EE.UU. Luego, la constitución de ALCAN dificultará aún más la posibilidad dc que las exportaciones chilenas puedan competir en dichos rubros en el mercado norteamericano. Esto sugiere cl rol que podría jugar un ALC con EE.UU. para lograr neutralizar dicha eventualidad negativa. El tema dc las barreras arancelarias es tratado por Andrea Butelmann y María Pilar Campero en el trabajo “Medición del escalonamiento arancelario de las exportaciones chilenas a los EE.UU.“. El escalonamiento arancelario que otorga mayor protección a las industrias procesadoras de recursos naturales se observa en la mayoría de los mercados. Específicamente, el arancel promedio a las importaciones que aplica EE.UU. es bajo, siendo en el caso de las importaciones provenientes de Chile sólo un 18% en 1991. Sin embargo, el arancel de EE.UU. se caracteriza por tener una gran dispersión que tiende a discriminar en contra de las importaciones de bienes más procesadosy, por tanto, no es suficiente observar el promedio para saber cómo está afectando el arancel a nuestra exportaciones hacia esemercado. El foco principal del trabajo era descubrir cuáles son las barreras que afectan las exportaciones chilenas y cuya eliminación sería un factor facilitador para adentrarse en lo que se ha dado por llamar la segundaetapa del desarrollo de exportaciones. Esta segunda etapa se diferenciaría de la primera al incorporar más procesamiento a las exportaciones de recursos naturales. Es por eso que se escogieron los cuatro sectores principales de recursos naturales exportables (agrícola, pesquero, forestal y minero), y se siguieron sus procesos productivos identificando cl arancel que gravaba los productos en las distintas etapas de procesamiento. De estos cuatro sectores el que sufre de mayor escalonamiento arancelario es la agricultura, variando las tarifas que la afectan 18 A. BIJTELMANN Y P. MELLER desde 0 hasta 35%. Además este sector no sebeneficia del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP). Se concluye entonces que la agroindustria podría verse beneficiada de un ALC con Estados Unidos. En los otros sectores el escalonamientoes menor y, en general, disminuye con el SGP. En el trabajo “Una metodología para evaluar el impacto cuantitativo de una liberalización comercial”, de Rodrigo Valdés, se utiliza una metodología simple de equilibrio parcial para cuantificar los efectos que generaría un ALC entre Chile y EE.UU. Los principales resultados obtenidos indican que las exportaciones chilenas a EE.UU. aumentarían en 4,4%, mientras que las importaciones nacionales procedentes de EE.UU. se incrementarían en 27,5%; este aumento de importaciones norteamericanas estaría constituido por 16,3% debido a la creación de comercio y 11,2% generado por la desviación de comercio. Estos cambios generan un aumento de bienestar equivalente a un 1% del PGB (Producto Geográfico Bruto). Por otra parte, los efectos sobre el empleo nacional son reducidos tanto por el lado dc la expansión de las exportaciones como por el desplazamiento productivo interno generado por el incremento de las importaciones norteamericanas. Dada la metodología utilizada, los resultados son muy sensiblesal año base; Rodrigo Valdés utiliza el año 1990 como base, con lo cual obtiene valores muy superiores a un estudio previo del Banco Mundial que usa como base el año 1986. Debido a los supuestossimplificatorios del modelo de equilibrio parcial en que se proyecta linealmente la estructura presente de exportaciones e importaciones, los resultados obtenidos subestimarían los efectos totales de un ALC; nuevos productos exportados que podrían surgir en el futuro quedan excluidos en este tipo de cálculo. Sin embargo, los valores obtenidos por Rodrigo Valdés proporcionan un orden de magnitud que servirá como pauta de referencia. Para maximizar el efecto neto de un ALC sobre el bienestar, a Chile le convendría mantener un diferencial de 5 puntos porcentuales en la estructura tarifaria entre el arancel preferencial que se proporcionaría a EE.UU. en relacibn al del resto del mundo. Por último, Rodrigo Valdés evalúa cuantitativamente los diferenciales sobre el bienestar y el empleo que generaría una desgravación arancelaria gradual y selectiva en relación a una abrupta y homogénea en el marco de un ALC Chile-EE.UU.; dado el tipo de resultados obtenidos, resulta importante identiticar claramente aquellos sectores nacionales que requerirían de mayor tiempo para implementar los ajustes requeridos para enfrentar la competencia de los bienes importados. La negociación de un ALC con Estados Unidos introducirá un tema de creciente importancia en las relaciones económicas internacionales como es el del medio ambiente. En el caso de ALCAN, uno de los focos de oposición más fuertes en EE.UU. fue el de grupos ambientalistas. Andrés Gómez-Lobo analiza en su trabajo “La cuestión ambiental en un acuerdo de libre comercio” cuáles son los tópicos de este debate y cuáles de ellos tienen respaldo teórico y/o empírico. En general, se concluye que no existe evidencia que indique que un ALC cause una expansión importante de las industrias contaminadoras en un país en desarrollo, o que diferencias en regulaciones ambientales perjudiquen a las ESI’RATEGIA COMERCIAL CHILENA PARA LA DECADA DE LOS 90 19 industrias del país desarrollado. DC hecho, un analisis preliminar del posible impacto comercial de un ALC entre Chile y Estados Unidos muestra que las industrias favorecidas en Chile serían aquellas relativamente menos contaminantes dentro del sector industrial. El posible impacto ambiental negativo de un ALC es aún menor si Bste se da entre países distanciados geográficamente y con barreras comercialesbajas antes del ALC. Lo anterior no anula el tema como prioridad dentro de la agenda. Por un lado habrá presión norteamericana en el sentido de aumentar las regulaciones y su fiscalización en Chile. Por otro, independientemente del ALC, la tendencia actual de usar condiciones ambientales como un requisito para el acceso a los mercados de los paises desarrollados obligará a un país exportador como Chile a poner más cuidado en los impactos ambientalesde sus procesosde producción. Como se señalaba más arriba, América Latina ha estado viviendo un proceso de apertura comercial. Este ha sido complementado, la mayoría de las veces, con una reactivación de los esquemasde integracibn subregionales y la suscripción de acuerdos bilaterales. Raúl Sáez en su trabajo “Chile y Amérida Latina: Apertura comercial y acuerdos bilaterales” describe estos procesos aperturistas e integracionistas que han surgido en America del Sur. La descripción del panorama subcontinental sirve como elemento en el análisis de las opciones de política comercial que se le ofrecen a Chile. Una de las conclusiones que surgen del análisis es que Chile -a diferencia de México, por ejemplo- no tiene un socio comercial natural, ya que sus flujos de comercio son bastante diversificados geográficamente. Así la evaluación de un ALC debe ser más cuidadosa ya que la probabilidad de que los costos por desviación de comercio compensen los beneficios de aumento en el comercio no es insignificante. Advierte Raúl Sáez, además, sobre las restricciones institucionales que se deben considerar al evaluar las distintas alternativas de integración. La ALADl contiene una cláusula de nación más favorecida que obliga a extender a todos los paísesmiembros las ventajas que uno de ellos otorgue en pactos comerciales con países que no pertenecen a esa asociación. Al mismo tiempo, la invitación que MERCOSUR ha hecho a Chile se basa cn la cláusula de ese acuerdo que especifica que los países de ALADI podrán solicitar la incorporación a MERCOSUR sólo despuésde cinco años de vigencia del Tratado. Sin embargo, paísesde ALADI que no forman parte dc otros esquemasde integración podrían incorporarse desde ya a MERCOSUR. El artículo “Chile, Argentina y Brasil: Perspectivas dc su integración económica”, de Alejandra Mizala, examina las relaciones comerciales bilaterales y los movimientos de capital entre Chile y Argentina, y Chile y Brasil; además, se estudia el proceso de integración entre Argentina y Brasil, así como las posibilidades futuras y dificultades de MERCOSUR. Finalmente, desde la perspectiva chilena, se plantean las opciones y alternativas frente a MERCOSUR. Brasil y Argentina son los principales socios comerciales de Chile dentro de AmCrica Latina; el comercio bilateral con estos países se ha caracterizado últimamente por ser deficitario para Chile. 20 A. BUTELMANN y P. MEI.LER La efectiva constitución de MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay) generaría un bloque económico con un PGB cercano a US$ 400 mil millones, una población cercana a 190 millones de habitantes, una fuerza de trabajo de 75 millones de personas y un nivel de exportaciones de US%44 mil millones (datos de 1990). La posición oficial chilena frente a MERCOSUR ha sido extremadamente cautelosa; existe interés en el éxito de esta iniciativa, pero como observador externo. Alejandra Mizala plantea distintas opciones que debieran analizarse sobre la no incorporación o incorporación de Chile a MERCOSUR. La marginación de Chile de MERCOSUR podría implicar un desplazamiento de las exportaciones competitivas chilenas por aquellas de los socios comerciales que van a gozar de las preferencias arancelarias; suponiendo que se sigue exportando sólo cobre, segúnA. Mizala, las exportaciones chilenas a Argentina y Brasil se reducirían en US$ 81,6 millones y US$ 276 millones respectivamente; esto representa una disminución conjunta del 4,3% del total de las exportaciones chilenas (del año 1990). Por otra parte, la incorporación de Chile a MERCOSUR genera problemas vinculados a la aceptación de un arancel externo común más elevado y diferenciado que el actual nivel parejo del 11%; adicionalmente, hay problemas asociados a neutralizar los efectos macroeconómicos y microeconómicos que podrfa generar la inestabilidad macroeconómica aún existente en la economía brasilera y potencialmente en la argentina. Pero habría también algunos beneficios generados por la asociación a MERCOSUR; posibilidad de expansión de las exportaciones chilenas, mayores incentivos a la inversión extranjera ante el atractivo de poder operar en un mercado ampliado, aumento de la capacidad de negociación del país al negociar a nivel de bloque en vez que como país aislado. Por último, A. Mizala sugiere estudiar la posibilidad de establecer un ALC con MERCOSUR y/o acuerdos sectoriales (bilaterales) con los paísesmiembros de MERCOSUR. A pesar de que este libro se centra en las alternativas de integración comercial que Chile podría tener en el hemisferio occidental, es crucial analizar las relaciones comerciales con otros mercados importantes. Los mercados de la CEE y Japón absorben el 50% dc las exportaciones chilenas. La probabilidad de fumar convenios comerciales que liberen el acceso de todas nuestras exportaciones a estos países es baja; sin embargo, es útil identificar las barreras existentesy políticas que ayuden a reducirlas. Este es el objetivo de los trabajos de SebastiánSáezy Ricardo Vicufia rcspcctivamente. Sebastián Sáez,cn su artículo “Chile y la Comunidad Económica Europea”, describe el proceso de formación de la Comunidad y su política comercial y agrícola. Dado que esta última es el asunto que más controversia ha causadoen la Ronda Uruguay, S. Sáez presenta una síntesis de la discusión en este tema. Sáez concluye que dadas las prioridades de la política comercial comunitaria es difícil pensar en la firma de un ALC con Chile. Por ello, se debe confiar en el GATT para solucionar las diferencias que surjan dc las relaciones comerciales uniéndose a otros pafscs para lograr más fuerza negociadora. Por otra parte, es necesario agotar las facilidades que la CEE otorga; por ejemplo, en la actualidad FSIRATEGIA -.COMERCIAL CHILENA PARA LA DECADA DE LOS 90 21 Chile utiliza sólo el 60% dc las franquicias del sistema generalizado de preferencias comunitario. En cuanto a las relaciones comerciales con Chile se observaque la CEE cs un socio importante (32% de las exportaciones chilenas y 17% de las importaciones) pero su importancia ha decrecido en los últimos anos. En promedio, las exportaciones chilenas no encuentran aranceles altos a su ingreso al mercado comunitario pero, al igual que en otros mercados, existe escalonamiento arancelario que afecta el ingreso de bienes con mayor valor agregado. Las barreras no arancelarias son importantes y afectan especialmente a los productos alimenticios. En el trabajo “Chile y sus relaciones económicas con Japón”, Ricardo Vicuña describe la política comercial de Japón y la preocupación de sus principales socios comerciales al no poder penetrar mas efectivamente el mercado japonés de bienes manufacturados. Chile no es una excepción; a pesar de que en 1991 Japón superó a EE.UU. como destino de las exportaciones chilenas, la importancia de las exportacionesde recursos naturales es más alta en los embarques a Japón que a otros paísesdesarrollados. Es más, la composición de las exportaciones de recursos naturales a Japón está más sesgada hacia recursos minerales. Esto tiene varias explicaciones, entre ellas, está el escalonamiento arancelario, las barreras titosanitarias y, probablemente, el desconocimiento del mercado. Las barreras fitosanitarias son la característica de la política comercial de Japón que más difiere de las de otros países. En efecto, mientras que en general se reconocen zonas libres de mosca de la fruta, Japón exige que todo el país esté libre de esa plaga para permitir las importaciones. Algo se ha avanzado en negociaciones caso a caso, así Chile puede exportar uvas y kiwis, pero la importancia de este rubro es aún muy baja. La inversión japonesa en Chile es relativamente escasa. Ella está concentrada en sectores extractivos de materia prima que es envfada a Japón para su procesamiento. R. Vicuña señala que esta concentración podría disminuir si Chile entrara en procesos de integración cn el hemisferio que hicieran más conveniente el procesamiento en el país de la materia prima para así cumplir las reglas de origen del eventual acuerdo.