Reacciones adversas a medicamentos Isabel Cristina Cuéllar* Edna Constanza Rodríguez* * Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta ESE. RESUMEN En el ejercicio clínico de la medicina, las reacciones adversas a medicamentos permanentemente se deben tener en cuenta entre la gama de diagnósticos diferenciales. Su amplia expresión clínica las hacen un grupo de patologías de difícil diagnóstico que requiere el conocimiento de la farmacocinética y la farmacodinamia de los medicamentos, sus interacciones metabólicas y los probables mecanismos fisiopatogénicos que llevan a las variadas manifestaciones clínicas. En general, el cuadro clínico secundario a las reacciones adversas a medicamentos se limita al compromiso cutáneo; sin embargo, el compromiso sistémico de muchas de ellas puede poner en riesgo la vida del paciente; por tanto, su diagnóstico, enfoque y manejo requieren de un equipo interdisciplinario capacitado en el reconocimiento de esta entidad. Palabras clave: reacciones adversas, medicamentos INTRODUCCIÓN La piel es un órgano directamente implicado en los procesos de farmacocinética y farmacodinamia, razón por la cual es capaz de expresar múltiples reacciones clínicas en respuesta a los diferentes estímulos medicamentosos. Se considera que del total de reacciones adversas por medicamentos, la piel se afecta aproximadamente en 25 a 30% y que ocurren en 3% de los pacientes hospitalizados. La práctica médica lleva implícito el acto de la prescripción de medicamentos y, por consiguiente, el clínico debe ser consciente de la existencia de las reacciones adversas a ellos para poder enfrentarse de manera adecuada no sólo a la sospecha clínica sino al manejo del problema. Los cuadros de reacciones adversas a medicamentos (RAM) tienen diversas expresiones clínicas por lo que pueden imitar otras entidades y confundir al médico en su reconocimiento. Por tanto, el médico debe tener en cuenta no sólo el examen clínico, sino la construcción de una adecuada historia en la cual debe identificar el tiempo de evolución, el fármaco o fármacos sospechosos, la relación temporal con la ingestión del medicamento, la respuesta a la suspensión del mismo, las posibles interacciones con otros medicamentos y la historia personal o familiar de RAM. CLASIFICACIÓN Y MECANISMOS DE LAS REACCIONES ADVERSAS A MEDICAMENTOS Las reacciones adversas a fármacos son una consecuencia infortunada de la farmacoterapia; es la causa más frecuente de trastornos iatrogénicos en el hombre. Clásicamente, las RAM se han clasificado según DeSwarte en predecibles o no inmunológicas e impredecibles o inmunológicas[1-4]. 1. Reacciones predecibles o no inmunológicas: son el 80% de todas las RAM. Suelen depender de la dosis, se relacionan con la acción farmacológica conocida del producto y pueden ocurrir en cualquier individuo sano. Éstas comprenden: Efectos colaterales: son las reacciones más comunes. Es una respuesta farmacológica normal pero no deseada, por ejemplo, la resequedad de piel y mucosas con el uso de isotretinoína oral. Sobredosis: son reacciones tóxicas debidas al exceso de la dosis o alteración en la excreción de la droga. Interacciones con drogas: al administrar dos o más fármacos se aumenta o se disminuye la respuesta de cada una, o bien, pueden originar una reacción indeseable. Efectos secundarios: son los efectos indeseados, diferentes al que se busca como objetivo primario del tratamiento. Toxicidad acumulativa: se presentan por depósito del medicamento en las células fagocíticas o en las membranas mucosas o por la unión del mismo a componentes de la piel. Toxicidad retardada: se observa mucho tiempo después de estar expuesto a determinado medicamento. Exacerbación de la enfermedad: son conocidos estos efectos para algunos medicamentos, por ejemplo, el litio que agrava el acné, los betabloqueadores que agravan la psoriasis y la inducción de lupus por múltiples medicamentos como la procainamida, la fenitoína, la isoniazida, la hidralazina y la metildopa, entre otras[5]. Teratogenicidad. Efectos en la espermogénesis. Daño cromosómico inducido por drogas. 2. Reacciones impredecibles o inmunológicas: no suelen depender de la dosis, ni guardan relación con la acción farmacológica principal del producto (figuras 1 y 2). Estas reacciones tienden a presentarse en una subpoblación, al parecer, susceptible y se dividen en cuatro categorías: Idiosincracia: es una respuesta anormal con respuestas no características, impredecibles, que se presentan en una población genéticamente susceptible por variaciones en las vías del metabolismo, principalmente enzimáticas, que bajo situaciones normales no se expresan. Intolerancia: es causada por un bajo umbral a la acción farmacológica de un medicamento en particular. Pseudoalergias: se conocen como reacciones anafilactoides por su similaridad con las reacciones mediadas por IgE o anafilácticas. El ejemplo clásico de este tipo de RAM son las producidas por la aspirina, los medios de contraste y los opiáceos[6,7]. Alérgicas o de hipersensibilidad: involucran mecanismos inmunológicos en su fisiopatogenia; se basan en los cuatro tipos de respuestas de hipersensibilidad de Gell y Coombs: las reacciones a drogas dependientes de IgE, las reacciones a drogas mediadas por anticuerpos, las reacciones a drogas dependientes de complejos inmunes y las reacciones mediadas por células. Figura 1. Reacción adversa palmar aguda. Figura 2. Reacción adversa generalizada. MECANISMOS INMUNOLÓGICOS DE LAS REACCIONES ADVERSAS A MEDICAMENTOS Y SU CORRELACIÓN CLÍNICA Los seres humanos viven en constante exposición a sustancias capaces de producir respuestas inmunológicas. Dentro de éstas se encuentran los medicamentos, moléculas con potencial antigénico determinado por sus propiedades fisicoquímicas. Las moléculas pueden interactuar directamente en las células o adquirir en un momento determinado su antigenicidad al ser blanco de procesos metabólicos[8,9]. Aunque la mayoría de los medicamentos producen una respuesta inmune, la evidencia clínica de las reacciones de hipersensibilidad se presenta en sólo una minoría de individuos[9]. Reacción a medicamentos mediada por reacciones de hipersensibilidad tipo I: se define como una reacción inmunológica de desarrollo rápido que ocurre minutos después de la interacción de un antígeno con un anticuerpo asociado con un mastocito o un basófilo en individuos previamente sensibilizados a ese antígeno. Está mediada por anticuerpos del tipo IgE, producidos de forma específica por linfocitos B, que previamente fueron inducidos por citocinas del perfil Th2[16-18]. Los tipos celulares iniciadores y directamente implicados con este tipo de respuesta son el mastocito y el basófilo. El primer paso en la síntesis de IgE es la presentación del antígeno (medicamento) a las células presentadoras de antígeno; luego, estas células, una vez procesado, lo exponen en su superficie asociado con CMH II y lo presentan a los linfocitos T CD4+ con la producción subsecuente de citocinas como IL 3, 4 y 5 y GM-CSF, a partir de un perfil de citocinas Th2. De las anteriores, la IL 4 es absolutamente imprescindible para que se activen las células B encargadas de producir IgE específica contra este antígeno. La expresión clínica de las reacciones a medicamentos mediadas por reacciones de hipersensibilidad tipo I se caracteriza por lesiones en piel urticarianas y pruriginosas, broncoespasmo, edema laríngeo y, ocasionalmente, casos graves de choque anafilácticto con hipotensión y muerte[19]. Las penicilinas son los fármacos que más comúnmente producen reacciones adversas mediadas por este tipo de hipersensibilidad; también, los AINE, la aspirina, las sulfas y otros antibióticos betalactámicos[3,9, 20-22]. Reacción a medicamentos mediada por reacciones de hipersensibilidad tipo II: este tipo de hipersensibilidad está mediado por anticuerpos dirigidos contra antígenos presentes en la superficie de células o cualquier otro componente de un tejido. Los determinantes antigénicos pueden ser intrínsecos a la membrana celular o ser antígenos exógenos, en este caso, un metabolito de un medicamento. De esta manera, el anticuerpo se une a antígenos normales o alterados en la superficie. Reacciones dependientes de complemento: se presentan ya sea cuando el anticuerpo (IgM o IgG) reacciona con el antígeno presente en la superficie celular con activación del sistema del complemento, o cuando la célula es susceptible a la fagocitosis por fijación sobre su membrana de un anticuerpo o del fragmento C3b del complemento (opsonización)[23]. Este mecanismo de hipersensibilidad tipo II involucra comúnmente como órgano blanco las células sanguíneas: glóbulos rojos, blancos y plaquetas; pero los anticuerpos pueden estar también dirigidos contra tejido extracelular como la membrana basal glomerular[10,24]. Muchos pacientes con trombocitopenia inducida por medicamentos tienen anticuerpos dirigidos contra dos de los receptores plaquetarios principales, la glicoproteína gpIb y la gp IIb/IIIa. De esta manera, al unirse el anticuerpo al antígeno expuesto en la superficie plaquetaria, la célula se destruye por el complemento o por fagocitosis de macrófagos en el hígado o el bazo[24,25]. La heparina es otro fármaco implicado en la inducción de anticuerpos contra la superficie de las plaquetas; produce cuadros de trombocitopenia y trombosis en la microvasculatura que se presenta clínicamente con necrosis cutánea localizada o generalizada y, además, eventos trombóticos que comprometen el corazón y el sistema nervioso central[26]. La agranulocitosis es otra RAM explicada mediante este mecanismo. Muchas drogas que causan agranulocitosis idiosincrática pueden causar también anemia hemolítica; la clozapina (un antipsicótico) está asociada con agranulocitosis[25]. Reacción a medicamentos mediada por reacciones de hipersensibilidad tipo III (mediada por complejos inmunes): este tipo de reacción es inducida por complejos antígeno-anticuerpo que producen daño tisular como resultado de su capacidad para activar el sistema del complemento[16]. Las reacciones de complejos inmunes pueden ser generalizadas, si los complejos se depositan en muchos órganos, o localizadas si el depósito ocurre en órganos particulares como el riñón (glomerulonefritis), las articulaciones (artritis) o los pequeños vasos de la piel (reacción de Arthus)[16]. Enfermedad sistémica por complejos inmunes: la enfermedad del suero es el prototipo de una enfermedad sistémica por complejos inmunes. Puede ocurrir por la administración de medicamentos[8,9,16]. Enfermedad local de complejos inmunes (enfermedad de Arthus): se define como un área localizada de necrosis tisular resultante de una vasculitis aguda mediada por complejos inmunes, usualmente vista en la piel, posterior a la inyección intradérmica o subcutánea de un antígeno[8,16]. Vasculitis cutánea: este tipo de respuesta inmune tipo III define un prototipo de patología cutánea conocida como púrpura palpable, que se evidencia histopatológicamente como vasculitis leucocitoclástica y en cuya fisiopatogenia están implicadas de forma importante los medicamentos [9,10,27,28]. Eritema nodoso: los medicamentos que más se asocian con esto son los anticonceptivos orales, las sulfonamidas y los bromuros[10]. Reacción a medicamentos mediada por reacciones de hipersensibilidad tipo IV (hipersensibilidad retardada mediada por células): la reacción de hipersensibilidad tipo IV es iniciada por los linfocitos T específicamente sensibilizados. Incluye las reacciones de hipersensibilidad retardada iniciada por linfocitos T CD4+ y las de citotoxicidad mediada por LT CD8+. Múltiples medicamentos, tanto de administración tópica como sistémica, pueden desencadenar este tipo de reacción, siempre y cuando su molécula o metabolitos sean capaces antigénicamente de desencadenar las respuestas iniciadoras de la sensibilización. La reacción ha sido bastante estudiada y se fundamenta en el ejemplo clásico de las respuestas observadas en la dermatitis alérgica de contacto[29]. Un grupo importante de reacciones adversas que involucran este tipo de respuesta inmune celular son todas las fotoalergias por medicamentos o químicos que absorben energía radiante de la luz ultravioleta o de la luz visible para producir una respuesta cutánea de fotosensibilidad. Las moléculas implicadas en estas reacciones fotoalérgicas no son sólo de aplicación tópica sino también sistémica[30]. Dentro de los medicamentos implicados, se encuentran las sulfonamidas, los salicilatos, la clorpromazina, la prometazina, las tiazidas, las sulfunilureas, los psoralenos y muchas sustancias utilizadas en fragancias, cosméticos y protectores solares como musk ambrette, ésteres de PABA, benzofenonas, etc. [30]. Las reacciones liquenoides, la necrólisis epidérmica tóxica, el síndrome de Stevens Jonhsons, los exantemas medicamentosos, el eritema polimorfo y las erupciones fijas por drogas están mediadas por este tipo de respuesta inmunológica[10, 31-34]. Las sulfonamidas, los betalactámicos, los antiepilépticos (fenitoína, carbamazepina, lamotrigina) y los AINE son los medicamentos que más se asocian con RAM mediadas por respuestas de hipersensibilidad tipo IV[9,12,33]. CONCLUSIÓN La causalidad directa de un medicamento en una RAM depende de muchos factores que siempre deben tenerse en cuenta. Éstos son la susceptibilidad genética en los procesos de biotransformación, la molécula por sí misma, la tolerancia que tenga el individuo frente a los nuevos compuestos formados, la inmunogenicidad adquirida de los metabolitos, el momento metabólico en el cual la célula blanco se encuentre, la presencia o no de otras patologías (infecciones virales), el tipo de célula blanco atacada, los mecanismos inmunológicos reguladores de la respuesta y toda la compleja red de procesos celulares y humorales desencadenados por el neoantígeno (medicamento o metabolito). Estos múltiples factores se interrelacionan favoreciendo o no la presentación de una RAM, ya que ellas ejemplifican e integran las respuestas de hipersensibilidad, permitiendo una mayor comprensión y aplicación de éstas al entendimiento en su patogénesis. De esta manera, la piel, como órgano inmunológico que es, participa con todas sus unidades anatomofuncionales de forma activa y crucial en la fisiopatogenia de las RAM. Aunque se conoce mucho acerca de la patogénesis de las RAM, aún quedan muchas dudas y campos en la investigación por resolver, principalmente en cuanto a las respuestas inmunológicas con nuevos conceptos que amplían las vías de formación de antígenos, el procesamiento, la presentación antigénica y las respuestas celulares específicas. BIBLIOGRAFÍA 1. Blaiss M, Desahazo R. Alergia a fármacos. Clin Pediat Norteam 1988; 5: 1227-45. 2. Rook. Textbook of dermatology. 5th edition. Blackwell Scientific Publications, 1992. 3. Weiss M. Drug allergy. Medical Clin of North America 1992; 76: 857-79. 4. Clinical immunodermatology. Drugs reactions. Cap 27. 355-67. 5. Krohn K, Bennett. Drug-induced autoimmune disorders. Immunol Allergy Clin North America 1998; 18: 897-907. 6. Borish L, Tilles S. Immune mechanisms of drug allergy. Immunol Allergy Clin North America 1998; 18: 717-29. 7. Rice M, Lieberman P, Siegle R, Mason J. 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