no pueden ser perfectas, ya que como seres humanos no somos seres perfectos, muchos considerarán que la Justicia debe sujetarse al concepto de “ojo por ojo y diente por diente”, el hacer Justicia por propia mano, y por otro lado habrá otros tantos que como Cicerón consideren que: “el que detenta el imperio, impera la ley”, en otras palabras, quien hace las leyes es el que elige que diga la ley y por lo tanto lo que debe ser. Se concluye que la Justicia es una idea fija que el ser humano debe anhelar en su vida diaria, y por lo tanto las leyes deben de ajustarse a la misma, ya que de no hacerlo se actualizarían las palabras de San Agustín de Hipona: “Una ley injusta no es ley”. Bibliografía López, J. G. (2003). LA JUSTICIA. En Virtud y personalidad. Según Tomás de Aquino (págs. pp. 137-155). Pamplona: EUNSA. Obtenido de http:// www.mercaba.org/FICHAS/VyV/ljjg.pdf Planchue, V. C. (19 de junio de 2005). aposta, revista de ciencia sociales. Obtenido de http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/planchuelo.pdf 27