EL SENTIMIENTO DE CULPABILIDAD “Me siento culpable si me quedo sentado cuando sé que podría estar haciendo algo.” (Anónimo) Si lo tienes, has de aprender a liberarte del sentimiento de culpabilidad. Has de saber decir no, en algunos casos, con la misma sencillez y sonrisa con que dices sí, o viceversa. No hacerlo así, es un acto de cobardía o hipocresía. Por respeto a la propia dignidad personal, uno debe aprender a manifestar lo que siente con solidez, en paz, sabiéndose con derecho a ello y merecedor, y no permitiendo que se instale un sentimiento de culpabilidad si uno ha obrado con honradez y haciendo lo que ha considerado justo. Se dice que hay algo que ni siquiera Dios ha conseguido, y es agradar a todo el mundo. Si no consigues agradar a todo el mundo eso no te ha de dejar un sentimiento de culpabilidad. Si has hecho lo que has tenido que hacer, o lo que has creído que tenías que hacer, y no le ha parecido bien a alguien, eso no debe alterar tu conciencia si se encontraba en paz. Si acaso, que te sirva de motivo de reflexión y revisión, por si la próxima vez quieres obrar de otro modo, pero no convertirlo en un auto-castigo. Uno tiene la tarea obligatoria de eliminar el sentimiento de auto-culpabilidad que le acompaña en muchas Francisco de Sales EL SENTIMIENTO DE CULPABILIDAD ocasiones, y en el que cree firmemente, ya que por eso le ha dado el poder destructivo que tiene. Cuando uno es pequeño (ver capítulo de XXXXXXXXXX), el Niño Libre, en aras de una buena convivencia con sus padres, tiene que hacer cosas que no le gustan; tiene que “comprar” el cariño de los seres que le rodean, por eso hace cuanto le ordenan. No obedecer a los demás, plegándose a sus caprichos o deseos, es ir contra uno de los mandatos de los padres, ese de que hay que acatar y obedecer sin preguntar, y esa es una de las cosas que provocan un gran sentimiento de culpabilidad. Todo este conflicto, por supuesto, se desarrolla al margen de uno, porque es inconsciente, y, además, es algo que ya lleva muchos años funcionando de ese modo sin que un Yo Consciente ponga un poco de orden en el modo de actuar. VISTO DE OTRO MODO Hay muchos motivos que nos producen el sentimiento de culpabilidad. Uno de ellos, se debe a no haber prestado la atención suficiente a personas que no están ya con nosotros porque se acabó la relación o porque fallecieron. Esta razón, que es importante, no debería hacernos entrar en una espiral de auto-reproches, sino que debería servirnos para extraer de ella la lección positiva, que nos permitirá prestar más atención a las relaciones actuales y futuras. Seremos muy conscientes de cada momento que pasemos con ellos, y estaremos atentos a propiciar todos los posibles, y a estar absolutamente con ellos, para tener la conciencia tranquila, el día que ya no estén, de que les disfrutamos con total intensidad, y les dimos, amamos, y dijimos cuanto teníamos que darles, amarles y decir. Cuidado con las desatenciones, los abandonos, el olvido… todos ellos intentarán pasarnos factura más adelante. Francisco de Sales EL SENTIMIENTO DE CULPABILIDAD ATENCIÓN Cuando uno se siente culpable se deprecia su autoestima, le embarga una sensación de ser mala persona, se empequeñece, reniega de sí mismo… El concepto que uno tiene de sí se ve afectado. La culpabilidad es una sensación que sólo debiera producirse como un toque de atención por parte de la conciencia cuando uno hace algo en contra de sus principios, o cuando lo hace mal intencionadamente, y en ese sentido está bien el “castigo” por la mala obra, pero en los casos en los que no hay maldad intrínseca, y por respeto a uno mismo y a la propia dignidad, uno no debería permitir que el sentimiento de culpabilidad le ataque y le afecte del modo en que habitualmente lo hace. Culpabilidad igual a sufrimiento, y… ¿para qué?, ¿para qué el sufrimiento, de qué sirve?, ¿para qué fomentar la enemistad con uno mismo, si no aporta nada positivo? Uno sólo se ha de responsabilizar de la culpabilidad cuando se sabe merecedor de ella; si no es así, olvido del asunto y no permitir que afecte. DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL Los cristianos, inconscientemente, arrastramos un sentimiento de culpabilidad en el que habitualmente no reparamos. Una voz dentro de nosotros nos dice que Jesucristo murió por nuestra salvación, y nos sentimos culpables por ello. Como si nosotros mismos hubiéramos sido los que propiciamos aquello, los que le acusamos, los que le sentenciamos, y los que hincamos los clavos. No es así. Francisco de Sales EL SENTIMIENTO DE CULPABILIDAD Jesucristo ya tenía un plan que quería cumplir y ello implicaba todo lo anterior. Lo hizo por y para nosotros, pero no por nuestra culpa. Recuerdo que cuando estuve en Jerusalén, en la Iglesia de las Flagelación o las Flagelaciones, que me senté en un banco, cerré los ojos y me relajé. Instantes después escuché el sonido de unos latigazos, y que alguien los iba enumerando, en un idioma que no era el castellano. Inmediatamente me sentí culpable de la flagelación, y grité sin voz: ¡yo no he sido!, ¡yo no he sido! RESUMIENDO No debemos sentirnos culpables de las cosas que hacemos sin mala intención, incluso aunque con ello perjudiquemos a otras personas. El aprendizaje de la vida es así, y parece ser que no hay otro modo. En cambio, sí es de justicia sentirse culpable del daño que se causa intencionadamente. Francisco de Sales