Dirección General de los Registros y del Notariado ________________________________________Identidad de los otorgantes El juicio de identidad del otorgante es una función que corresponde al Notario, amparada por una presunción legal, susceptible de impugnación en vía judicial. Resolución de la Dirección General de los Registros y del Notariado de 18 de octubre de 2010 (BOE 22 de noviembre de 2010) Antecedente normativo Cita: - Ley Hipotecaria. - Ley del Notariado. - Reglamento Hipotecario Antecedentes Se presenta para su inscripción en el Registro, una escritura de dación en pago en virtud de la que el deudor transfiere a la acreedora, entidad crediticia, en pago de la deuda con ésta contraída, la finca hipotecada, consistente en una vivienda que forma parte de un edificio en régimen de propiedad horizontal. Uno de los cedentes se identifica con su documento nacional de identidad. Se da la circunstancia de que el aludido era nacional de otro país en el momento de formalizar la escritura de compraventa por ello, en ella, se hizo constar su identificación a través de la tarjeta de Residencia y Trabajo y NIE. En el momento de formalizar la dación en pago había obtenido recientemente la nacionalidad española, identificación que se hace constar en la escritura de dación en pago; de ahí que no coincidiera el documento de identificación en el momento de la compraventa con el de la formalización de la dación en pago. La Registradora suspende la inscripción por falta de correspondencia del mismo con el titular que figura en el Registro y, en consecuencia, no se respeta el principio de tracto sucesivo. Resolución La Dirección de los Registros y del Notariado recuerda que la identificación de los comparecientes en los instrumentos públicos es una función encomendada al Notario y que debe realizarla por los medios establecidos en las leyes y reglamentos. El Registrador debe comprobar que la identidad del otorgante coincida con la del titular registral por lo que resulte de los asientos del Registro. Añade que “por el valor que la ley atribuye al instrumento público, es presupuesto básico para la eficacia de éste la fijación con absoluta certeza de la identidad de los sujetos que intervienen, de modo que la autoría de las declaraciones contenidas en el instrumento quede establecida de forma auténtica, mediante la individualización de los otorgantes”. Por ello, el Notario que autoriza, debe dar fe de que conoce a las partes o debe asegurarse acerca de su identidad por los medios que establecen las leyes y reglamentos. El Notario en el ejercicio de su función, al «dar fe de conocimiento» o «dar fe de la identidad» de los otorgantes “no realiza una afirmación absoluta de un hecho sino que emite un juicio de identidad, consistente en la individualización del otorgante bien por conocerlo el Notario (es decir, por llegar a tener la convicción racional de que es la persona que dice ser y por tal es tenido en la vida ordinaria, de suerte que se trata de un juicio de notoriedad sobre su identidad), o bien por la identificación mediante documentos u otros medios supletorios legalmente establecidos («comparatio personarum»; así resulta especialmente en algunos supuestos en que el Notario se asegure de la identidad de las partes mediante la verificación subjetiva que comporta un juicio de comparación de la persona del compareciente con los datos, fotografía y firma que figuran en el documento que sirve para su identificación –cfr. apartados «c» y «d» del artículo 23 de la Ley del Notariado–).” Aunque se trata de un juicio es tratado por la ley como un hecho. Está amparado por una presunción legal sólo susceptible de impugnación en vía judicial. El Registrador no puede revisar en su calificación este juicio que compete al Notario; otra cosa es que, la eventual discrepancia entre los datos de identificación que constan en el instrumento y los que figuran en el asiento registral, deba ser calificada por el Registrador como defecto que impida la inscripción, ahora bien, añade la Dirección General, “sólo podrán oponerse a la inscripción del título aquellas discrepancias que, respecto de los asientos registrales, tengan suficiente consistencia”. Por ello, concluye la Dirección General, “el juicio que sobre la identidad del otorgante ha emitido el Notario bajo su responsabilidad … debe prevalecer frente a la duda que plantea la Registradora”.