disfunción eréctil | superyo Estar en buenas condiciones físicas, hacer ejercicios con regularidad, una alimentación balanceada y el manejo adecuado del estrés favorecen la erección Disfunción eréctil Intento fallido Si bien puede ser de origen orgánico, los especialistas consultados destacan su componente psicológico porque involucra emociones y sentimientos del hombre y su pareja. Vencer el miedo y buscar ayuda profesional son fundamentales para su tratamiento José Ramón Villalobos | ilustración isabel adler Por pudor, desinformación o vergüenza, poco se habla de la disfunción eréctil (DE), un trastorno sexual considerado patológico por la sexología médica. Las cifras revelan una realidad contundente: la padecen más de 150 millones de hombres en el mundo y se estima que, en veinte años, serán más de 300 millones. Permanente o transitoria, la DE es definida como la incapacidad para lograr o mantener una erección que permita un acto sexual satisfactorio o un buen desempeño sexual. Vale la pena precisar que la erección es el resultado de una compleja interacción entre factores psicológicos, sistemas circulatorio y nervioso y equilibrio hormonal. Cuando falla uno o varios de estos elementos puede ocurrir DE. De diversas causas El origen de la DE es tanto orgánico como psicológico. Por lo general, “en la mayoría de los pacientes están presentes ambos componentes, uno con mayor peso que otro”, precisa Rubén Hernández, psiquiatra y sexólogo del Centro Profesional Santa Paula. 72+SALUD 73+SALUD superyo | disfunción eréctil disfunción eréctil | superyo Por la cantidad de casos, en Estados Unidos la disfunción eréctil está considerada una enfermedad de salud pública: se estima que la padece 25% de los hombres sexualmente activos Emociones alteradas reacción en cadena Frente a estados de angustia, ansiedad o miedo, el cuerpo produce una descarga de adrenalina (neurotransmisor que reacciona ante situaciones de estrés) que genera un inadecuado flujo sanguíneo en los cuerpos cavernosos del pene (se vasocontraen) e imposibilita la erección o hace que se pierda una vez producida. Para que la función eréctil sea satisfactoria, los vasos sanguíneos de los cuerpos cavernosos tienen que estar dilatados. Enfermedades que lesionan nervios, arterias, músculos lisos y tejidos fibrosos o deterioran el flujo de sangre al pene pueden causar DE. Entre las más comunes figuran: diabetes, problemas cardiovasculares, hipertensión, desequilibrios hormonales y ciertos trastornos neurológicos (que ocasionan defectos en la síntesis y liberación de los neurotransmisores que participan en la erección). También pueden ser responsables de la DE algunas cirugías que afectan arterias y nervios cercanos al pene, el alcoholismo, el tabaquismo y medicamentos como los antihistamínicos y los antidepresivos. Si bien los factores orgánicos son determinantes, los especialistas consultados destacan el origen psicológico de la DE porque involucra emociones y sentimientos del hombre y su pareja. Subrayan que la función sexual está estrechamente relacionada con la psique, de modo que cualquier alteración de esta naturaleza puede afectar la erección: “el cerebro es el órgano sexual más importante”, afirman los expertos. 74+SALUD Al describir la DE de origen psicológico, Gerardo Giménez, médico sexólogo, precisa que “generalmente está determinada por pensamientos distorsionados que el hombre tiene de sí mismo, de su función sexual o por un estado emocional perturbador”. Entre las causas psicológicas se cuentan: • Ansiedad de ejecución. Alude a los pensamientos relacionados con el temor de “no quedar bien” o no responder adecuadamente a la pareja. El hombre queda atrapado en interrogantes que revelan su inseguridad: “¿estaré a la altura del momento?”, “¿estaré haciendo lo que a ella le gusta?”, “¿lograré una erección firme?”. La angustia por complacer a su pareja consigue el efecto contrario y no puede tener una respuesta sexual satisfactoria. Un estudio de la International Society for Sexual Medicine (ISSM) refleja que “la ansiedad de ejecución aparece por el miedo, en ocasiones pavor, de ser juzgado negativamente”. Este factor suele tener mayor prevalencia cuando la pareja sexual comparte el círculo de amigos, porque teme que se “corra la voz” sobre su desempeño. • Miedo a fallar o expectativa de fracaso. Es el temor a que la frustración experimentada en un acto sexual anterior pueda volver ocurrir. “Si por el consumo excesivo de alcohol, rompimiento de un condón o mal olor corporal de la pareja, el hombre no llegó a tener o mantener una erección, en un nuevo encuentro sexual falla porque piensa que esa situación previa va a repetirse. La experiencia traumática queda fijada en su memoria”, ejemplifica Hernández. Cuando el hombre tiene ideas anticipatorias de fracaso llega a la cama diciendo “no voy a poder” y, como lo decreta, efectivamente no responde. Incluso, algunos experimentan el “miedo a tener miedo a fallar”, empeorando más el problema que detona la disfunción. Problemas de pareja. Estudios de la ISSM aseguran que las tensiones de pareja (discusiones constantes, agresiones físicas y verbales) generan 25% de los casos de disfunción de orden psicológica. Aun teniendo deseo sexual, la rabia, el resentimiento, la ansiedad o el malestar debido a los desencuentros le impiden al hombre un desempeño eréctil satisfactorio. Estrés y depresión. La presión laboral o familiar, el agotamiento físico y mental, el duelo, la tristeza e incluso traumas por eventos recientes (atraco, accidentes, despido) son factores que pueden afectar la respuesta sexual. “Si el hombre está muy agobiado o triste, no puede responder sexualmente porque le da muchas vueltas a una situación que le ocurrió o le está pasando”, ilustra Hernández. Ante la incapacidad de tener una erección, es común que la pareja interprete equivocadamente la situación (“ya no me quiere”, “ya no le gusto”), cuando en realidad todo obedece a un estado de ánimo. Causas orgánicas. Es común que la DE de origen orgánico genere trastornos emocionales que refuerzan la patología. Al existir razones biológicas que dificultan la erección, el cuadro se complica por el estado psicológico del hombre: “se esfuerza por complacer a su pareja y, como no puede, se hace preguntas y se desespera”, ilustra Giménez. Vencer el temor Cuando no alcanza la erección, el hombre puede experimentar vergüenza, angustia o desesperación. Hernández recomienda “relajarse, respirar y decirle a la pareja que tiene una falla. En esas circunstancias hay que abandonar la culpa y la idea de fin de mundo. Más bien debe pensar en buscar ayuda profesional si considera que no puede controlar lo que le pasa”. Los sexólogos son categóricos sobre cuándo acudir a un especialista: si en dos ocasiones seguidas no se logra la erección, se debe ir a consulta. Esperar “a que pase el problema” más bien favorece la agudización del cuadro. En el proceso de la decisión, la mujer juega un papel importante. La DE no es un problema exclusivo de él ni de ella, sino de ambos. Los sexólogos invitan a la pareja del hombre con DE a participar de la terapia, del tratamiento y, especialmente, a cumplir con los ejercicios sexuales que se indican. En cifras • 72% de los hombres nunca ha hablado con un médico sobre su vida sexual. • Sólo 35% de los hombres sexualmente activos está satisfecho con la calidad de su erección. • 50% de los hombres han padecido disfunción eréctil en algún período de su vida, aunque ésta haya sido de forma transitoria. • Sólo 65% de los 114 millones de actos sexuales que ocurren diariamente llega a buen término. Una de las causas de ese fracaso es la disfunción eréctil. 75+SALUD superyo | disfunción eréctil Puntos en contra • Los hombres con personalidad narcisista, obsesiva o ansiosa son más propensos a padecer DE de naturaleza psicológica. • Algunos hombres pueden experimentar disfunción eréctil por convicciones religiosas que generan culpa y por tabúes sexuales. • Los jóvenes adultos son más vulnerables a desarrollar aprehensiones frente a la actividad sexual y, en consecuencia, son más susceptibles a sufrir DE de origen psicológico. • La mujer agresiva u ofensiva en la comunicación, infiel, demandante y que constantemente compara al hombre con parejas anteriores puede causar disfunción eréctil. Estudios mundiales reportan que desde el momento en que un hombre comienza a sufrir de DE hasta la primera consulta médica trascurren, en promedio, cuatro años. Según el Panel Latinoamericano de Actualización en Sexualidad Masculina y Disfunción Eréctil, sólo 10% de los varones que sufren de disfunción acuden a un especialista. Aunque no es frecuente, existen registros de hombres que asisten de inmediato al sexólogo, luego de uno o dos eventos de falla, en ocasiones estimulados por su pareja. En consulta Si bien el trastorno tiene muchas variables, existen algunas referencias a la hora de precisar su origen. Se puede sospechar de un componente psicológico si la falla sólo ocurre con determinada pareja o situación y no con erecciones nocturnas o masturbaciones. Se evalúa una causa orgánica cuando no hay erección con pareja alguna ni ante ninguna estimulación erótica (fantasías, sueños, juegos sexuales), y cuando hay ausencia de erecciones nocturnas y en las masturbaciones. Para el enfoque diagnóstico se toman en cuenta, entre otros factores, cuándo y cómo comenzó el problema, calidad de la erección, capacidad 76+SALUD visor | superyo para mantener la rigidez, eventos traumáticos pasados que pudieran estar asociados con la disfunción, severidad del patrón de falla (si es permanente o circunstancial) y enfermedades o cirugías que causan DE. Se evalúan, además, el entorno personal, conyugal y social del paciente y sus hábitos y vida sexual. A paso firme Tan numerosas son las causas que puede producir la DE como los tratamientos con los que cuentan hoy la sexología médica, la psicoterapia y la farmacología. “Existen muchos recursos terapéuticos para que un hombre pueda lograr una erección y aprenda a mantenerla”, asegura Hernández. Además de ayudar a recuperar la autoestima, el tratamiento persigue, en principio, que el paciente ponga en palabras el problema, despojándolo de toda “tragedia”. Si bien el sexólogo está capacitado para tratar las distintas causas que originan la disfunción de orden psicológico, en algunos casos puede intervenir un psiquiatra o psicólogo para abordar el factor emocional que la está generando. Por ejemplo, algunos pacientes con depresión aguda o con trastornos severos de ansiedad reciben primero atención psicológica (o psiquiátrica, si se requiere) y luego inician la terapia sexológica (entrenamiento, técnicas y educación sexual). En algunos casos es necesaria la prescripción de fármacos. La DE de origen psicológico se cura en 90% de los casos, aseguran los especialistas. Sólo en hombres con cuadros muy complejos, como enfermedades psiquiátricas asociadas, los resultados no son muy alentadores. • F u e n t e s c o n s u lta d a s º Gerardo Giménez, médico sexólogo. Centro Perú, Torre A, Chacao. º Rubén Hernández, psiquiatra y sexólogo. Centro Profesional Santa Paula. º International Society for Sexual Medicine (ISSM). º Panel Latinoamericano de Actualización en Sexualidad Masculina y Disfunción Eréctil. 77+SALUD