Catecumenado PROYECTO PERSONAL DE VIDA (PPV) 1. El Proyecto personal de vida 1. es un instrumento para 2. vivir en clave vocacional... GUIÓN DEL DOCUMENTO: 1. 2. 3. 4. ¿Qué significa vivir en clave vocacional? Para vivir la vida como vocación es... Un PPV es... a. ¿Por qué y para qué el PPV? b. Dimensiones que aborda un PPV. c. Elaboración del PPV: i. Análisis de la situación. ii. Objetivos específicos. iii. Actividades. Documento del PPV para ser elaborado personalmente. DESARROLLO DEL DOCUMENTO: 1. ¿Qué significa vivir en clave vocacional? Vivir la vida como vocación es entrar en el juego de la llamada, respuesta y encuentro de Dios con los hombres. Vivir la vida como vocación es dejar actuar a Dios. Vivir la vida como vocación es seguir un itinerario, seguir «el camino» (Donde te lleve el corazón de Champagnat), seguir al Caminante. -PASTORAL VOCACIONAL- Catecumenado Vivir la vida como vocación es vivir la fe cristiana. Una fe que requiere encuentro, una fe que es adhesión personal a Jesús y su vida. Vivir la fe es vivir confiando plenamente en Él. Vivir la vida como vocación es mantenerse en un camino de constante discernimiento para identificarme con el proyecto de Jesús, con disponibilidad para participar en el plan de Dios, con libertad para acoger el puesto concreto que Dios me tiene reservado, como regalo y compromiso al mismo tiempo. Vivir la vida como vocación es dejarse interpelar por los problemas humanos, por las situaciones de marginación, por la falta de valores, por el hambre de Dios, por la pobreza, por la injusticia y, ¡cómo no!, por los acontecimientos de mi propia vida como signos de la acción de Dios. Requiere analizar los impulsos que percibo en el interior del corazón. Vivir la vida como vocación es OPTAR POR LA FELICIDAD, MÍA Y DE TODOS. 2. Para vivir la vida como vocación es... ES IMPRESCINDIBLE acoger y desarrollar un proceso de maduración en la fe que requiere contemplar la actitud de total disponibilidad de Jesús al Padre. ES NECESARIO vivir la experiencia de oración, unificando oración y compromiso cristiano. ES BUENO contemplar modelos de referencia, hombres y mujeres identificados con su vocación sacerdotal, laical o consagrada. ES INDISPENSABLE desarrollar con responsabilidad un proceso de personalización para descubrir que la fe en Jesús abarca toda la persona. ES IMPORTANTE descubrir que en la Iglesia todos los miembros participan desde lo que sienten y viven como respuesta a lo que Dios les pide. ¡¡ES IMPORTANTE TENER UN PROYECTO PERSONAL DE VIDA!! -PASTORAL VOCACIONAL- Catecumenado 3. Un PPV es... ¡¡UN INSTRUMENTO PARA VIVIR LA VIDA EN CLAVE DE VOCACIÓN, PARA OPTAR POR LA FELICIDAD, MÍA Y DE TODOS!! a. El Proyecto Personal de Vida nos ayuda: A ir clarificando la propia vida. A alcanzar un mejor auto-conocimiento y trabajar dimensiones abandonadas de la propia personalidad. A afrontar crisis de auto-imagen en la juventud. A descender a los fondos del corazón. A ser dueños de nuestra vida. A poner en orden nuestras actividades. Nos ayuda a averiguar el Motor en nuestro día a día. A resolver una crisis de identidad. A vivir un proceso permanente de renovación. b. Dimensiones que aborda un PPV. La persona es una unidad en su totalidad y protagonista de su propia historia. Sin embargo es a la vez un ser en relación, llamado a perfeccionar su comunión: con el mundo, con los otros, consigo mismo y con Dios. Relación conmigo mismo. Esta dimensión abarca el desarrollo personal de la voluntad, la afectividad y sensibilidad, la inteligencia, el carácter y temperamento... También se refiere a la propia corporeidad tanto en lo que implica la maduración física como la aceptación e integración en la persona. Al desarrollar esta dimensión, cada uno de nosotros crece en la capacidad de reflexionar, de querer, de decidir en libertad, de reaccionar positivamente frente a las dificultades, sin olvidar el sentido de equilibrio en la visión de uno mismo con la finalidad de llegar a una superación constante. Relación con los demás. Esta dimensión abarca la relación de la persona con la familia, con los amigos, con el grupo, con la autoridad, con las personas que asumen papeles en el acompañamiento personal (educadores, catequistas...), con los necesitados y marginados, con los otros en cuanto distintos... -PASTORAL VOCACIONAL- Catecumenado Al desarrollar esta dimensión se acepta al otro como diferente, se cultiva el amor, la acogida, el servicio, el perdón, el diálogo, la confianza, la amistad, y se hace uno más sensible a las realidades de la sociedad en la que vivimos y nos capacita para la compasión y para el compromiso. Todo esto se cultiva en los ambientes cercanos en los que estamos junto a los otros: la familia, la escuela, los amigos, el grupo, la ciudad... Relación con el entorno. Esta dimensión abarca la relación de la persona con la naturaleza, con la cultura, con la historia, con el entorno, con los medios de comunicación social, con las estructuras sociales, económicas y políticas... Al desarrollar esta dimensión, la persona se sitúa frente a las ambivalencias, a los conflictos, a las marginaciones e injusticias, al mismo tiempo que se abre a las posibilidades humanizadoras que toda la realidad mundial tiene. Relación con Dios. Esta dimensión abarca el sentido trascendente que entra en la propia vida, la experiencia de la fe -formación, celebración, oración, compromiso...- el encuentro personal con Jesús y la conversión a su atractivo, la experiencia fundamental de la filiación en Jesús, el sentido comunitario y de la Iglesia, la cercanía a los modelos cristianos: María, Marcelino... Al desarrollar esta dimensión crece en nosotros la actitud filial para con el Padre de Jesús y Padre nuestro y se presta atención a los signos de la presencia y del amor de Dios en el rostro fraterno de Jesús revelado en la Palabra de Dios, celebrado en la Iglesia, reconocido en los pobres. También esta dimensión nos educa en el silencio interior, en la oración del corazón, en la oración de alabanza, de acción de gracias e intercesión y en la oración litúrgica y comunitaria. Desde esta dimensión hay una perspectiva nueva de la atención a los hombres y, en especial, a los más necesitados, como lugar de encuentro con Dios. c. Elaboración del PPV: Un PPV, desde la óptica cristiana, busca finalmente comprometer la propia libertad ante la pregunta: "Señor, ¿qué quieres que haga?" Por eso, el proyecto de vida creyente no es viable si, de vez en cuando, no nos paramos a preguntarnos: "Yo, ¿de qué voy?" El proyecto personal es una invitación a encontrarse con la propia verdad de uno que aflora cuando hay voluntad de ser auténticos en el seguimiento de Jesús. -PASTORAL VOCACIONAL- Catecumenado Análisis de la situación: Aquí te proponemos seis áreas fundamentales en las que poder profundizar: dimensión personal, relación con los demás, contacto con el entorno, relación con Dios, formación y estudio, misión y apostolado. El análisis de la situación nos llevará a clarificar, en cada una de estas dimensiones, el punto más neurálgico y condicionante del propio crecimiento. Una vez conocido ese núcleo hay que definirlo con claridad y precisión para tomar conciencia de todo su alcance. Objetivos específicos: Han de ser la respuesta concreta a la situación definida. No conviene poner muchos objetivos específicos; pueden ser suficientes 1 o 2, de manera que resulte más sencillo abordar el tema. Actividades: Sirven como de puente, de paso, entre la situación detectada y el objetivo que queremos alcanzar. Deben ser: o Concretas. No deben quedarse en deseos vagos, sino que deben ser compromisos puntuales y concretos. o Realistas. Proponernos metas demasiado elevadas o difíciles de alcanzar nos lleva a su incumplimiento, y eso nos crea frustración y desánimo. o Evaluables. Uno mismo tiene que poder comprobar con facilidad si está cumpliendo o no con lo que se había propuesto. Si la acción no es evaluable, no es buena. Tiempos y recursos: Estos elementos están siempre en función de las actividades. Han de ser los más propios y adecuados para las mismas, para que resulten eficaces y fecundas. Revisión – Evaluación: Hacer un proyecto y no revisarlo, no sirve de mucho. Estar continuamente revisándolo puede llegar a ser algo obsesivo. Cada uno debe marcarse un tiempo: una vez al trimestre, cada dos meses... o por lo menos una vez al año. El PPV no tiene que ser algo que nos ate, sino que nos ayude a ser más libres. Cada uno verá cuál es su ritmo. La evaluación comprende una mirada retrospectiva acogiendo el pasado y tiene una proyección al porvenir. Pide una buena disposición psicológica y se hace -PASTORAL VOCACIONAL- Catecumenado desde un sentido de coherencia personal, en clima de oración y confianza, con espíritu de auténtico discernimiento. Se evalúan directamente las actividades; en su cantidad: qué se ha hecho o se ha dejado de hacer; en su calidad: cómo se ha hecho: bien, regular, mal... Se evalúan también los objetivos: cuáles hemos logrado y cómo, cuáles no y por qué. Pueden evaluarse también los cambios globales: qué se tenía y cómo se estaba, qué se tiene y cómo se está ahora. Se evalúa relacionando lo que se ha hecho realmente con lo que se debería haber hecho y deduciendo el balance. Hay que ir más allá de los datos cuantitativos; buscar las motivaciones o causas que están en la base de los comportamientos o en la raíz de los dinamismos que nos empujan a actuar. Una buena evaluación: Ilumina y da fuerza en orden a las correcciones necesarias. Es un indicador de los cambios que se van produciendo. Conciencia mejor de las dificultades personales, problemas, bloqueos... Ayuda a realizar un permanente reajuste con la realidad cambiante de la vida. Estimula para ir buscando nuevos recursos y soluciones en permanente creatividad. Genera una actitud de crítica constructiva sobre sí mismo. Hace caminar con ánimo positivo en la esperanza. Ayuda para la auténtica fidelidad y la propia vocación-misión. -PASTORAL VOCACIONAL-