El coaching somático - Editions Valeurs d`Avenir

Anuncio
El coaching somático
la inteligencia del cuerpo en movimiento
Josette LÉPINE
© Éditions Valeurs d’Avenir, 2012
Le Code de la propriété intellectuelle n’autorisant, au terme de l’article L 122-5, 2e et 3e art, d’une part, que les « copies et reproductions
strictement réservées à l’usage privé du copiste et non destinées à une utilisation collective » et, d’autre part, que les analyses et courtes
citations dans un but d’exemple et d’illustration, « toute représentation ou reproduction intégrale ou partielle faites sans le consentement
de l’auteur ou de ses ayant droits ou ayant cause est illicite » (art L122-4).
Cette représentation ou reproduction, par quelque procédé que ce soit, constituerait donc une contrefaçon, sanctionnée par les articles
L 335-2 et suivants du Code de la propriété intellectuelle.
Composition et mise en pages : Isabelle Boutet (www.ninalea.fr)
Mise à disposition gracieuse :
Illustration de couverture : René David Hadjhadj,
Photographies : Joël Houssain
Statues : Tom Meryfeld et anonymes (collection personnelle)
ISBN : 978-2-9539684-2-2 Dépôt légal : janvier 2012
Si vous souhaitez recevoir notre catalogue
et être tenu au courant de nos publications,
consultez notre site internet,
www.editionsvaleursdavenir.fr
ou envoyez vos coordonnées à :
Éditions Valeurs d’Avenir
6 , avenue Halphen
92410 Ville-d’Avray
ou par mail :
contact@editionsvaleursdavenir.fr
Publications des Éditions Valeurs d’Avenir
Collection Littérature
de Camille Valleix
Comme le temps passe... (Trilogie)
I - La Dame de Marvejols, juin 2011
Réédition en avril 2012
II - Carole la Mongole blanche, novembre 2012
III - Olivier et les Maîtres du monde, avril 2014
La Traversée de la Penfeld (Trilogie)
I - Le Temps de l’Innocence , octobre 2011
II - Le Temps de l’Épreuve , octobre 2011
III - À Recouvrance , juin 2012
de Jean-Marc Bourdet
Les larmes du Liban, avril 2013
L’ombre du Brézé, mai 2009
Réédition en juin 2013
Collection Autobiographie
de Chen Zongbao
Le Ciel a des yeux !, mars 2014
Collection Roman Policier
de Gilles Lavoie
Baba Merzoug, à paraître en 2014
Collection Développement Personnel
de Josette Lépine
Le Coaching Somatique , janvier 2012
Este obra esta dedicada a Terpsicora que sabe tan bien inspirarme y a todos mis clientes que saben guiarme tan bien.
A modo de Prefacio
La mirada de Yvan Joly.
«Somática (Educación): Campo disciplinario que surge de un conjunto de métodos que tienen por objetivo el aprendizaje de la
consciencia del cuerpo en movimiento en el espacio». (Diccionario de la danza, Paris, Larousse 2008. Definición elaborada por Yvan
Joly y Odile Rouquet).
El libro de Josette Lépine es una obra de escritura que yo calificaría de escritura somática. El soma, en la perspectiva de la somática,
no es el cuerpo en oposición a la psique. El soma, es el cuerpo vivido, el cuerpo resentido, el cuerpo como experiencia de la vida al «yo».
El soma, es el lugar y la fuente misma de nuestras sensaciones, de nuestras emociones, de nuestros movimientos, de nuestro lenguaje y
de nuestros pensamientos – nuestros pensamientos más abstractos y nuestras palabras mas evocadoras incluidas - el todo no en un vaso
cerrado pero se relaciona con nuestro contexto social, político y ecológico. Aquí Josette Lépine habla claramente de su experiencia de
cuerpo-sujeto y de la práctica de acompañamiento cuerpo-sujeto en el aprendizaje de la consciencia y de la plasticidad en la acción. El
método de «coaching somático» que desarrolló es personal, y es particularmente original. Es notable que su método sea a la vez una
síntesis de diversos aprendizajes a lo largo de su vida – como el método de Moshe Feldenkrais donde nos encontramos – y a la vez una
creación eminentemente suya.
El coaching somático realmente se ubica en la continuidad de todo este campo disciplinario que llamamos la “somática”, término
que prefiero en vez de la expresión “enfoques psicocorporales” que todavía vehicula hedores de este dualismo del cual tenemos tantas
dificultades para abandonar. Si privilegiamos una posición de unidad de la persona en continuidad con su medioambiente en lugar de
conservar dualidades como la del cuerpo-espíritu, el soma no es el cuerpo-objeto complemento de la psique, es el soporte biológico de
la vida. El soma es capaz de ser consciente y de tomar consciencia; el soma se expresa por el movimiento, la voz y la palabra, está en
continuidad y en interacción con los otros somas. El soma también es versátil, adaptable y “plástico” según la expresión a la moda. La
reflexión, la verbalización y el intercambio verbal de nuestras experiencias también son eventos somáticos tanto como la comunicación
y la expresión. El soma concebido así, se reflexiona no sólo a través de un trabajo “puramente” intelectual, sino también por un trabajo
personificado, incorporado, auténticamente encarnado. Y es lo que Josette Lépine hace tan bien en el libro que usted tiene en las manos.
Paradojalmente podríamos decir que este libro nos interpela por la palabra a nuestro soma y nuestra experiencia del cuerpo vívido.
Las palabras se tornan asi agentes de consciencia. Por otro lado descubriremos que el coaching somático es como la vida, antes de todo,
una experiencia de vida.
Yvan Joly,
Maestría de las Artes en Psicología (Universidad de Montréal)
Psicólogo y practicante formado en el Método Feldenkraniano de educación somática.
www.yvanjoly.com
La mirada de Eric Gubelmann
Formador, coach certificado, Eric Gubelmann resume en su testimonio personal largos capítulos consagrados a las emociones.
“Un cuerpo tiene sus razones que la razón no conoce... todo el tiempo!” Acabo de terminar un curso realizado por Josette Lépine,
coach y ex bailarina clásica. Fue un descubrimiento, un favor, una fuente de ideas nuevas para acompañar a las personas hacia el cambio
mediante el simbolismo del lenguaje corporal. Esta formación me marcó. Es difícil hablar de un enfoque que se trata, antes de todo, de
experimentarlo para percibir la pertinencia. Sin embargo, no resisto la tentación de compartir mis reflexiones.
En mi trabajo de asistente, tenía el hábito de dirigirme en primer lugar a la razón, después al corazón, para eventualmente constatar
con el cuerpo los efectos de esta gimnasia intrapsíquica.
Pero, ¿hemos pensado que nuestro cuerpo también puede hablar sin ser sometido a la razón?Si hacemos el esfuerzo de dejarle la
prioridad, exprimiría automáticamente la misma cosa que nuestra cabeza? Una cosa es segura, su expresión es el testimonio de nuestras
aspiraciones, de nuestro ser profundo. Nos conecta con lo que nos caracteriza, con nuestras necesidades íntimas. Él tiene su propia lectura
de nuestras situaciones en la vida. Mi cuerpo quiere ser mi amigo: en él, no hay interpretaciones irónicas, maliciosas o desdeñosas. Sin
disminuir, sin amplificar, él es el testimonio benévolo del estado actual. Exprime el ser y no juzga. Estoy dispuesto a escucharlo? Qué
puede indicarme sobre una dificultad o una elección?
El coach juega en cierto modo el papel de mediador. Ayuda la persona a ponerse en contacto con su cuerpo, su corazón y su mente.
Facilita la escucha de lo que el cuerpo tiene que decir, en particular sobre una situación problemática. El cuerpo usa un lenguaje
metafórico y deja su parte al discernimiento: la verbalización, la toma de consciencia y el reconocimiento de las emociones asociadas.
El cuerpo habla en un lenguaje holístico simple y valioso. El tratamiento por la consciencia de todo lo que la manifestación corporal
significa toma, al contrario, más tiempo.
Finalmente, sí, entendí el mensaje: “con la cabeza creemos entender mas rápido, mientras que con el cuerpo, el corazón y la mente,
entendemos mas lejos”.
Preámbulo
La mirada de Josette Lépine
Exponiendo en este modesto libro las grandes líneas de mi vida, nunca pensé que fuera excepcional. Las anécdotas que aquí confío no
son nada en comparación con las pruebas soportadas por otros; de hecho fueron benignas. En verdad, cada una de nuestras vidas puede
ser considerada como única, tanto la suya como la mía. Habiendo intentado vivir según mis sueños a pesar de las advertencias varias
veces escuchadas, tuve que desafiar sin descanso las implacables leyes del condicionamiento parental y social. Felizmente, en su misión
divina de embellecer la existencia y de elevarnos por encima de la áspera lucha de la vida cotidiana, el arte nos llena de esperanzas y nos
revela horizontes encantadores.
Ex - bailarina, coreógrafa convertida en profesora, soy terapeuta y coach hace treinta años. Siempre quise ayudar a los demás. Esta
inclinación no ha parado de crecer desde mi reconversión luego de mi salida del Ópera de París. Precisé de tiempo para aceptar creer que
la experiencia que había adquirido en el aprendizaje escénico, y luego en las disciplinas alternativas, la educación somática y la terapia
psico - corporal me autorizarían a proponer una práctica eficaz de la cual se pudieran beneficiar beneficiar las personas de mi entorno y
sus cercanos.
Hace mucho tiempo sentía ganas de compartir a través de la escritura lo que aprendí en mi carrera, de transmitir humildemente mi
sabiduría después de haberla juzgado en su justa medida. Mi deseo se reafirmó por múltiples encuentros con personas con frecuencia
desamparadas, atrapadas en las sinuosidades de una existencia que creen no llevarla como esperaban. Me parecía que, como yo pude
superar por mis propios medios las angustias del desencanto en las que me encontré inmersa a lo largo de mi vida, otros también podían
hacerlo, haciendo lo que yo había descubierto.
Aunque que estas páginas que usted tiene entre sus manos están directamente dirigidas a los coachs, éstas no están limitadas a los
profesionales del acompañamiento. En los difíciles caminos que nos puede presentar la vida, tomar una persona de la mano o pedir
ayuda puede ser un reconforto poderoso, tanto para el acompañado como para el acompañante. Estas páginas están destinadas a los
practicantes, pero también también a un público más amplio. Estoy acostumbrada a intervenir en el mundo de los artistas y en el de la
empresa prodigando mi visión del mundo y mis consejos, pero hoy me dirijo a ustedes, lectores quienes, motivados por la búsqueda de
superación personal, de mayor equilibrio y de más plenitud, descubrir estas líneas.
Esta técnica considera al individuo en su globalidad y acaba con la supremacía del intelecto sobre los sentidos. El mundo científico
occidental tiene una relación conflictiva con las viejas técnicas orientales que toman el cuerpo en consideración. Aquí, tener una “cabeza”
es considerado como el resultado del ser. De esta forma encontramos regimientos enteros de cabezas que desfilan y se pavonean ¡sin
cuerpo! Y sin embargo, a eso le llaman cuerpos constituidos. Puede ser que sólo vale la pena mirar el final de la última palabra: constiTUÍDOS1.
Además, “la aceleración del tiempo” que vivimos bajo las presiones económicas y financieras, también por las herramientas puestas a
nuestra disposición por el efecto galopante de los progresos tecnológicos, hacen llegar a mi consulta personas cada vez más desorientadas.
Internet, los videojuegos y los dispositivos móviles parecen vaciar al ser humano de su sustancia; ya no se trata solamente de cabezas
sin cuerpos que me piden ayudas, cada vez son más los títeres sufriendo la pérdida de su identidad.
El lector deseoso de descubrir mi trabajo de coach puede ir directamente a la segunda parte: La danza del cambio. Para mí sería un
gran error: ¡como si mi enseñanza pudiera desconectarse de mi experiencia de vida! En efecto, ahí vería cuánto el modo de acción del
coaching, tal como lo practico y lo enseño, se apoya sobre el hecho de relacionar dos seres que interactúan en un intercambio mutuamente
creativo. En las relaciones que se establecen a lo largo de una sesión, el coach lleva a la persona que acompaña a SER en confianza, a
exteriorizar sus dificultades, a liberar los bloqueos que le impiden vivir la vida que quiere. El objetivo es abrirse a sí mismo para realizar
sus metas personales y profesionales.
1En el texto original, la palabra «constitués» está separada en consti-tués. Es un juego de palabras en francés, «tués» quiere decir «matados» o «asesinados»
(nota del traductor).
Primera parte
Los tres tiempos del vals de mi vida
Capitulo 1: La inocencia
De pequeña principiante al cuerpo de ballet – Recuerdos de una ex- bailarina del Ópera de París
El sueño de mi madre
Mi madre sola teje los hilos de mi destino, sin preguntarme nunca a mi. Tal como una moira – una de las tres diosas hermanas de
la mitología griega encargadas del destino de los humanos – ella decide mi vida futura y la toma en sus manos. Viviré, según ella, un
“cuento maravilloso”. Desde pequeña, ella me contó el relato de la visión fantástica de la cual no se cansaba de describirme los detalles.
“Una noche de invierno – me cuenta inspirada por el recuerdo de esta aparición -, vino la Virgen en su bella túnica azul, a los pies de mi
cama. Fue un poco antes de mi casamiento. La Madona iluminaba mi cuarto con un aura luminoso. Ella posa la dulzura de su mirada
sobre mi y me anuncia tu nacimiento. “Tu hija sera tu felicidad y tu orgullo. ¡Una vida maravillosa le espera!” ¿Cuál niño, que disponga
o no de su poder de decisión, habría retrocedido frente a las perspectivas presentadas por su madre?
Hay madres tan desfavorecidas en su existencia que traspasan a sus hijos la carga de las frustraciones que acumularon. Por impulso,
ellas proyectan sobre su progenitura un secreto deseo de venganza. En la caldera íntima de su amargura, el resentimiento de la desilusión
atiza las brasas de una promesa hecha a sí mismas, la de reparar la injusticia a través del hijo.
Deslumbradas con su fiebre, no se dan cuenta que concentrándose en su fantasía, ahogan el potencial creativo que duerme en el niño.
Confiar la misión sagrada de enderezar el destino que la agobia para la madre significa dar al menor una tarea, una lucha desigual por
la cual no es responsable. Varios estudios psicológicos se han hecho sobre este asunto. Más tarde descubrí las consecuencias sobre mi
propia vida de esta “transferencia de responsabilidad”.
Apenas percibiendo el horizonte de su existencia, un niño así ignora el condicionamiento al que lo somete su madre, mientras que él
aspira es descubrir paso a paso lo que lo que será el gran juego de su vida, con una fantasía que le es propia. En tales condiciones, el
conflicto se instala muy temprano. Debatiéndose entre lo que es y lo que queremos que sea, el niño está condicionado a errar durante
años en la búsqueda de su personalidad. Mi madre misma no conoció esta fantasía propia de la infancia. Cuando niña, fue abandonada
y maltratada. Así, cuando yo apenas tenía la edad de balbucear, ella acaparó mi alma para moldearla a su manera, según el dictado de
sus propias quimeras. Tal vez ese era el camino de mi “karma”: las creencias fundamentales del budismo nos enseñan que nuestra vida
actual depende de nuestro pasado. De esta forma, a pesar de las apariencias, el budismo plantea que uno “elige” inconscientemente las
circunstancias de su vida futura, la familia en la que nacerá, su propia madre... En consecuencia directa con los efectos que uno causó.
Por lo tanto, para sus adeptos es una manera de modificar lo que hemos hecho o una recompensa por los actos virtuosos de los cuales
fuimos autores. Este “karma” explicaría por qué algunas veces estamos misteriosamente sometidos a las extrañas leyes del azar y de la
sincronicidad2.
¿Escogí a mi madre de manera inconsciente? Ella me asigna de manera irrevocable mi vocación: seré una bailarina estrella. El mismo
Zeus, dios supremo del Cielo, era impotente frente al decreto de las Moiras. ¿Qué podía hacer frente a la persona que me dio la vida?
Apenas abrí los ojos al mundo ya estaba señalada con una “extraordinaria providencia”, designada a realizar su desmesurada ambición.
Terpsicora, musa de la danza, que la mitología griega corona de guirnaldas y la halaga por su excelente habilidad con el harpa, sería mi
protectora y mi guía.
Una niña estrella
El París de esa época que leía los periódicos y frecuentaba las salas oscuras había guardado el recuerdo deslumbrante de una joven
actriz americana, Shirley Temple. Ella apareció antes de la guerra, a la edad de cuatro años. Los dones de esta joven prodigio habían
traspasado las fronteras de California gracias a la magia del cine. Su sentido de la escena, su mirada ingenua y fotogénica le valió una
carrera fulgurante. Capaz de reproducir el paso de baile a la perfección, ella replicaba a las personalidades más destacadas de la comedia
musical o del cine como John Wayne o Henry Fonda. Antes de la guerra, las películas en las que actuaba atraían las masas en Europa. Mi
madre, quien también había caído bajo su encanto, alimenta la idea de hacerme a su imagen, aún cuando yo estaba todavía en gestación.
Ella quería amoldarme, y lo hizo de maravilla.
Muy temprano e independiente de mi voluntad, fui expuesta a las luces del escenario. No tenía más de dos años cuando obtuve mi
primer premio en un concurso de belleza... El camino que iba a ser el mío se mostraba ante mi sin que yo pudiera hacer nada para
desviarme. Apenas tenía tres años cuando tuve que ejercitarme en el Tap, que era la última moda. Después vinieron el patinaje y el piano,
¡nada más que eso! Pero no era suficiente. Muy pronto abrazando una carrera de estrella, a pesar de mi, me encontraba coqueteando
delante de los fotógrafos para revistas de moda, maquillada, arreglada, peinada y vestida; yo debía mantener la pose durante horas en el
estudio. Después de la escuela, estaba obligada a pasar largas sesiones de vestuario, ajustando mi cabello, escogiendo una cinta según el
color de mi vestido, antes que mi madre me llevara a los estudios de cine para las sesiones de casting. A pesar de todo, lo confieso con
mucho gusto, eran momentos excepcionales. Yo tenía consciencia y, sin embargo, mis sueños de infancia eran mucho más simples: jugar
a las canicas en la vereda con mis vecinos... Uno de ellos, Cyril Atanassoff, porque estaba enamorado de mi, me seguía al Ópera donde
ingresa a la escuela de danza en 1953. Él se convirtió en una gran estrella de la danza francesa.
Yo me encontraba al lado de los artistas de la gran pantalla como Jean Gabin. Yo daba una breve presentación en La señorita se
divierte3, la comedia musical de Jean Boyer realizada en 1947. Ahí uno podía ver a Henri Salvador, Max Elloy, Gisele Pascal en el rol
2En la psicología analítica desarrollada por el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, la sincronicidad es la ocurrencia simultánea de a lo menos dos eventos que no
representan un lazo de causalidad pero cuya asociación tiene un sentido para la persona que los percibe (según Wikipedia). N. del autor.
3Mademoiselle s’amuse en francés (Nota del Traductor)
Descargar