en cuestión Fotografía de archivo de Airbnb ¿Cree que la economía colaborativa puede hacer evolucionar al sector? Lars von der Wettern Managing Director Solutions HI Arnaldo Muñoz Director General de Airbnb para España y Portugal Laura Martínez Fundadora de Knok.com La entrada de la economía colaborativa en nuestro sector es tan importante como lo eran Internet (y hoy las tecnologías que conlleva) y los low-cost. Nos espera una fase de cambios muy importantes que ya está haciendo evolucionar el sector. Las noticias de los periódicos han mostrado el miedo a este segmento que tiene nuestro sector, en algunos casos muy justificable. Aparte de lo que haremos los empresarios, es necesario que la política entre en acción y establezca un marco legal estable. Los fundadores de Airbnb tuvieron el acierto de reconocer que existe una creciente comunidad de personas que desean viajar de una manera diferente, más única, más auténtica, más personalizada y con un mayor acercamiento a la realidad local del destino. Para muchos, puede que este concepto de viaje no sea nuevo, pero sí lo es la capacidad de escala que proporciona la tecnología y la innovación, ya que facilitan las conexiones y hace posible crear un vínculo directo entre los viajeros y los habitantes de una ciudad o destino, incluso antes de llegar a él. La mayoría de los anuncios que pueden consultarse en Airbnb se encuentran fuera de las áreas más concurridas, lo que contribuye a descentralizar turismo y facilita que muchos visitantes descubran nuevos barrios o zonas de una ciudad. Por todo ello estamos convencidos de que Airbnb introduce oferta complementaria a la tradicional, ya que satisface distintos perfiles de viajeros, haciendo la oferta más rica y plural, permitiendo que haya más gente que se decide a viajar. Claramente, si, y lo está haciendo ya. Los modelos de negocio del sector turístico han evolucionado muy poco en los últimos 30 años, y la irrupción de la economía colaborativa ha despertado a la industria. Hay dos grandes temas. Por un lado, el concepto de calidad en el mundo turístico. La calidad tradicional es un modelo “a priori”, racional, basado en cumplimiento de normas y seguimiento de standards fijados por gobiernos y asociaciones profesionales. Pero la calidad, tal y como se entiende hoy en día por los viajeros, es un modelo “a posteriori”, basado en las percepciones de los viajeros frente a sus expectativas, y reflejado en valoraciones (reviews) de los diferentes elementos de un viaje (alojamiento, guías, etc.). Es un mundo donde la valoración de un hotel en TripAdvisor es más relevante para el viajero que el número de estrellas. La economía colaborativa y los modelos peer-to-peer, al basarse casi exclusivamente en calidad vía valoraciones, han acentuado esta evolución. El segundo gran tema es que la economía colaborativa ha demostrado que hay una gran demanda latente para productos turísticos que no existían. Habitaciones y apartamentos por días, intercambio de casas, como ofrece Knok.com, o largas estancias son algunos ejemplos. En el mundo hotelero, la oferta era (es) demasiado similar, poco diversa, poco adaptada a nuevos comportamientos del viajero. El mundo en general vive un continuo incremento de viajes y la economía colaborativa hace posibles viajes que antes no lo eran por una cuestión económica. Obviamente, esto hace que parte de la oferta turística tradicional pueda dejar de recibir ingresos. En este proceso de cambio lo más importante es hacer un gran esfuerzo por entender qué es lo que busca el viajero en la economía colaborativa. Por ejemplo, el alojamiento turístico colaborativo no siempre es una opción más barata que los hoteles, lo que nos hace pensar qué tipo de servicios se están ofreciendo en hoteles y porqué algunos viajeros no se sienten atraídos por ellos. La clave es cómo la oferta se diferencia de la “commodity: cama & ducha” en producto y servicio. La economía colaborativa está para quedarse. Ahora toca una evolución del producto hotelero: por ejemplo, desde la visión inmobiliaria en que podíamos hablar de edificios “multimarcas”, pronto será un “inmueble turístico” que contiene desde un hotel con apartamentos hasta habitaciones tipo hostal con una sola entrada y zonas comunes. El sector, por lo tanto, está evolucionando hacia ese tipo de experiencia personalizada y única del viajero, donde el precio puede ser un factor importante, pero no la única motivación para decidirse por un viaje o destino. En este nuevo paradigma, acelerado por la tecnología y la conectividad, los individuos tomarán cada vez más frecuentemente sus decisiones de compra en base a las opiniones de sus círculos más cercanos. Y es dentro de estas comunidades donde la reputación juega un papel fundamental, tanto para influir al resto de los miembros como para crearse una reputación que permita el acceso a determinados bienes y servicios. El turismo no es una excepción. Esta evolución del sector es inevitable, y por lo tanto la estrategia correcta sería adelantarse a los tiempos más que combatirlos. Nadie está en mejor posición para lanzar nuevos productos y servicios que quién ya tiene una buena marca y recursos para llevarlos a cabo. 3