TEMA 4.-EL MODERNISMO Y LA GENERACIà N DEL 98: Là RICA • Marco histórico y cultural • Aspectos polÃ−ticos El periodo de paz y estabilidad que siguió a la Restauración borbónica se rompió con el inicio de las guerras coloniales con la insurrección cubana de 1985. La guerra con EEUU en 1898 se enmarca en el reparto del mundo entre las grandes potencias del s. XIX. España pierde sus últimas colonias. Aunque el desastre del 98 no determinó cambios polÃ−ticos importantes, originó propuestas de regeneración del paÃ−s. Las reformas económicas laborales y sociales fueron emprendidas durante el reinado de Alfonso XIII, pero los constantes cambios de gobierno, unido al descrédito de los partidos polÃ−ticos tradicionales y del sistema polÃ−tico, contribuyeron al fracaso de las reformas. La crisis del régimen se agudizó, finalizando con la dictadura de Primo de Rivera en 1923, aceptada por el rey. La dimisión del dictador en 1930 dejo malparada a la monarquÃ−a. En 1931 el rey partió al exilio y se proclamó la II República. En esta etapa se planteó una reorganización del Estado, con el reconocimiento de las nacionalidades vasca y catalana, y se emprendieron reformas agrarias, militares y educativas. El agravamiento de la situación internacional por el triunfo del fascismo y la crisis económica, con el aumento del paro, multiplicaron los problemas. Las fuerzas tradicionales se movilizaron contra el régimen democrático y apoyaron la sublevación militar de 1936, que originó la Guerra Civil. En 1939 Gran Bretaña, Francia y EEUU reconocieron el gobierno del general Francisco Franco. • Aspectos económicos y sociales A finales del s. XIX, España era un paÃ−s fundamentalmente agrario. La mayorÃ−a de la población habitaba en zonas rurales dominadas por el caciquismo. La aristocracia, la alta burguesÃ−a y la Iglesia constituÃ−an los más importantes centros de poder. Las capas sociales más desfavorecidas poseÃ−an un nivel de vida muy bajo. Se trataba de una población pasiva y despolitizada. En las primeras décadas del s. XX, paralelamente a los decisivos acontecimientos polÃ−ticos, se produjo una profunda transformación de la sociedad. A principios del s. XX, España seguÃ−a atrasada con respecto a Europa, pero experimentó un considerable crecimiento demográfico y un incremento de la población urbana. La aristocracia perdió protagonismo y surgieron nuevas formas sociales y económicas: la alta burguesÃ−a financiera e industrial y una nueva clase media, con mayor número de profesionales, que frecuentaba los cafés, ateneos y sociedades literarias. Se inició asÃ− un proceso de desarrollo industrial y económico. Este crecimiento, que se prolongó hasta 1920, se vio favorecido por la neutralidad española en la Primera Guerra mundial y afectó sobre todo a Cataluña y el PaÃ−s Vasco. El desarrollo industrial favoreció el surgimiento y la organización progresiva del movimiento obrero, vinculado al anarquismo y al socialismo, que fue adquiriendo mayor importancia. Se reorganizó la UGT y se crearon nuevos sindicatos. En determinados periodos se produjeron huelgas de gran participación. En 1890 en Bilbao se organizó la primera huelga general, en la que triunfaron los trabajadores. El movimiento obrero, si bien careció de solidez teórica, se expandió progresivamente y se multiplicaron las publicaciones socialistas y anarquistas. 1 • Aspectos ideológicos En el último tercio del s. XIX se comienzan a observar sÃ−ntomas de hastÃ−o y desintegración del sistema de valores de la sociedad burguesa, pragmática y utilitaria, que condujeron a la “crisis universal de las letras y del espÃ−ritu” que se desarrolló entre 1885 y 1914 A finales del s. XIX, los presupuestos racionalistas del positivismo se tambalearon: el avance técnico implicaba graves problemas, y la ciencia no ofrecÃ−a verdades absolutas. La atención se desvió hacia teóricos a los que el fracaso del racionalismo habÃ−a conducido a un modo de acceso al conocimiento basado en el irracionalismo y la intuición. Su pensamiento giraba en torno a la existencia humana, el dolor, la angustia, el individualismo y los valores vitales: la fuerza de voluntad. Se reivindicó la intuición y lo inefable para penetrar en lo real. Se sentaron las bases del psicoanálisis con el uso del lenguaje para hacer emerger el inconsciente, donde están reprimidos los verdaderos impulsos. En España la conciencia de decadencia y pesimismo habÃ−an suscitado reflexiones en los polÃ−ticos de la Restauración. El positivismo decimonónico habÃ−a influido en la aplicación del método de las ciencias naturales, a los análisis de la sociedad: las naciones luchan por la vida y sólo sobreviven las mejores, habiendo razas o paÃ−ses superiores a otros. La catástrofe del 98 no hizo sino ratificar la idea de la degeneración de la raza, España estaba enferma. Para salvarla habÃ−a que regenerar el paÃ−s. Para superar la desolación reinante, surgieron propuestas de moralización de la vida polÃ−tica, de transformación económica y social y de desarrollo cultural. Algunos polÃ−ticos, intelectuales y literatos, en ocasiones desde posiciones socialistas o anarquistas, plantearon la crÃ−tica y la necesidad de renovación. En la segunda década del s. XX se alzaron otras voces desde un sector minoritario y burgués, que incluÃ−a a los novecentistas. Para ellos la solución al problema de España radicaba en la integración en Europa, en la formación cientÃ−fica y profesional y en un nuevo liberalismo. HacÃ−a falta reformar el Estado mediante un régimen democrático. Progreso, modernidad, desarrollo cultural y social fueron las notas predominantes de estas tendencias. • El modernismo • Inicios de la modernidad poética La modernidad poética se inició en Francia a mediados del s. XIX con la aparición del parnasianismo y del simbolismo. Hacia 1860 la escuela parnasiana reaccionó en contra de los excesos de subjetividad y sentimentalismo de los románticos. Los nuevos poetas propugnaron “el arte por el “arte”: una poesÃ−a objetiva cerrada a sentimientos e ideologÃ−as. Tal concepción propiciaba el empleo de imágenes precisas y claras y de un verso de escrupulosa construcción. Temáticamente evocó culturas y antiguas y ambientes exóticos. Hacia 1870 empezó a cambiar la sensibilidad y se inicio de forma paulatina la búsqueda de un nuevo lenguaje basado en la sugerencia. El término simbolismo fue definido como el intento de sustituir en la poesÃ−a la realidad por la idea. Los poetas simbolistas aspiraban a reemplazar los procedimientos de la razón por las vÃ−a imprecisas de la intuición. Trataron de plasmar en sus obras una visión subjetiva de la realidad, ofrecerla a través de la sensibilidad del poeta. Frente a la mención directa de las cosas, prefirieron la utilización del sÃ−mbolo, entendiendo como tal aquello que se ofrece a los sentidos y lleva a comprender una idea. • El modernismo 2 Movimiento amplio que supone una actitud ante la vida, con carácter de reacción contra los patrones del sistema burgués. Surgió en Hispanoamérica como fuerza subversiva y expresión de la resistencia al mercantilismo de la revolución cultural burguesa. Además de un cambio en el gusto literario, el modernismo hispanoamericano supuso la reivindicación de una nueva sociedad con intenciones descolonizadoras. Los modernistas se alzaron contra el materialismo, el imperialismo, la burguesÃ−a y lo utilitario. El clima que vivieron, con la mezcla de arte, vida bohemia e ideas libertarias, fue similar al de ParÃ−s de fin de siglo. Los artistas percibieron que en el mundo habÃ−a surgido un movimiento de renovación formal y de la sensibilidad, y quisieron formar parte de él. Como fuente inmediata acudieron a la poesÃ−a francesa y vieron en el parnasianismo y en el simbolismo la expresión más exigente y audaz de las tendencias de la época. Como rasgo general del modernismo destaca su insistencia en la experimentación con el lenguaje y las formas literarias. El modernismo ha sido definido como la estética del cambio en relación con su constante tentativa de renovación del lenguaje literario. Los modernistas pretendieron renovar el lenguaje poético de modo que este fuera una creación única y sorprendente. Enriquecieron el idioma con vocablos extranjeros y americanismos, abusaron de arcaÃ−smos y neologismos y usaron el estilo conversacional. Persiguieron la búsqueda de efectos impresionistas, por medio de sensaciones, que lograron un cromatismo de infinitos matices y de musicalidad. La formulación de nuevas propuestas métricas se dio en tres direcciones: recuperación de viejas forma, agilización de metros conocidos y creación de nuevos metros, además del intento de libertad métrica con versos largos y amétricos El modernismo conllevó una fuga del espacio y del tiempo en que vivÃ−a el artista, en busca de una actualidad universal que se consideraba la única verdadera. La inclinación de los poetas por el pasado y por tierras lejanas y exóticas fue un deseo de presente. El exotismo representó una manera de concretar los anhelos estéticos e ideales que les estaban vedados en la realidad. Los modernistas crearon un mundo propio ideal que permitiera afrontar la vida rutinaria. Defendieron el cosmopolitismo como una faceta más de la necesidad de evasión. ParÃ−s se convirtió en meta y tema artÃ−stico. • El modernismo en España A finales del s. XIX y principios del XX, el modernismo ejerció su influencia en España. Las circunstancias en que vivÃ−a la sociedad española favorecieron la adopción de la actitud de rebeldÃ−a propia de los modernistas, que enlazaba con la de los intelectuales y artistas europeos del cambio de siglo. El sistema de la Restauración se habÃ−a agotado: sólo perpetuaba un modelo caduco. La conciencia de crisis se agudizó con el desarrollo del movimiento liberador en Cuba y culminó con el desastre del 98. Este constituyó un aldabonazo a las conciencias de artistas e intelectuales, que vieron la necesidad de integrar España al mundo occidental. El panorama poético, por su parte, necesitaba también un cambio. Sólo la concepción poética y el intimismo de Bécquer constituÃ−an una excepción, que se dejó sentir en el mayor subjetivismo del modernismo español. Los mejores poetas españoles pronto mostraron rasgos singulares. El modernismo español, en su faceta 3 más preciosista, colorista y retórica, tuvo escasa duración. Los escritores pronto iniciaron una búsqueda de temas metafÃ−sicos y transcendentales, tanto personales como universales, y se fueron centrando progresivamente en la tradición y en la realidad de su propio paÃ−s. Como resultado del contexto histórico e ideológico, los rasgos del arte nuevo están determinados por los sentimientos de soledad, de marginación histórica y de impotencia. En muchos casos, la respuesta de los artistas fue el retorno al mundo de la naturaleza expresado con la vaguedad del sÃ−mbolo, España se constituyó un simbolismo decadentista. • Autores esenciales del modernismo Rubén DarÃ−o: Azul, Prosas Profanas, Cantos de vida y esperanza Antonio Machado: Soledades…, Campos de Castilla, Nuevas Canciones Juan Ramón Jiménez: Arias Tristes, Jardines lejanos, La soledad sonora, Diario de un poeta recién casado, Piedra y cielo, etc. • La generación del 98 Grupo de escritores y artistas que poseen unos rasgos comunes que les agrupan en torno a unas ideas y a unos sentimientos, y a los que aglutina un hecho generacional ante el cual reaccionan: el desastre del 98. Los rasgos generacionales son: una formación intelectual semejante, relaciones personales entre ellos, presencia de un guÃ−a y unas caracterÃ−sticas comunes de estilo por las que se oponen a la generación anterior. También coinciden plenamente en sus actitudes vitales, en sus preocupaciones y en sus temas. Los temas de los que todos ellos hablan son: la preocupación existencial, el tema de España, la crÃ−tica regeneracionista y el historicismo. Es una generación principalmente de prosistas que cultivaron la novela y el ensayo, pero también encontramos grandes poetas como Antonio Machado. 4