50-IESE.qxd 50 21/6/05 12:19 Página 50 Sociedad de la Información El rol de la iniciativa privada en la Sociedad de la Información Josep Valor, profesor del IESE Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) han creado una plataforma para el libre flujo de información, ideas y conocimientos en el planeta capaz de transformarlo todo: la geografía económica mundial, los ciclos de producción, la organización industrial de las empresas, la educación y, por supuesto, la sociedad. Así, la introducción de la telefonía móvil, el acceso a Internet o la llegada la televisión digital están transformando nuestro entorno en un medio en el que el éxito corresponde a los individuos y empresas que tienen y utilizan la información de forma más eficiente. Por ello, es indispensable que las nuevas tecnologías estén al alcance de todos y conformar así la denominada Sociedad de la Información (SI). De lo contrario, las TIC pueden convertirse en una herramienta de marginación que separa a los que tienen acceso a ellas y a los que no, dando lugar a la temida `fractura digital´. Esta división puede producirse tanto por razones sociales como económicas y los gobiernos tienen claro que evitarla es una forma de generar actividad y riqueza. El papel de las administraciones, por tanto, debe ser el de dinamizar el proceso mediante el fomento de la inversión en infraestructuras que nivelen el uso de la tecnología entre distintos ciudadanos, regiones o países, del mismo modo que invierte en obra pública y carreteras para desarrollar una determinada zona o región. Pero, ¿qué hay del papel de las empresas? ¿Es rentable la SI para las organizaciones privadas? ¿Hasta qué punto Computing España • 29 junio 2005 pueden o deben las compañías implicarse en la construcción de la SI? A estas alturas, nadie discute que la inversión en TIC reporta a las empresas ventajas competitivas. Según un reciente estudio del e-business Center PwC&IESE, un 64 por ciento de las empresas españolas admite que la introducción de las nuevas tecnologías ha supuesto un ahorro en los costes de producción. Otro 55 por ciento señala recortes en los gastos de comunicación interna y un 42 por ciento declara haber ahorrado en recursos humanos. Además, las TIC ponen al alcance de la empresa una serie de habilidades en su relación con el exterior que pueden ser tan rentables como las mejoras de eficiencia internas: la posibilidad de hacer publicidad, compras y pedidos on line, o la de mantener relaciones automatizadas con proveedores (B2B) y clientes (CRM), entre otras. Beneficios empresariales La generalización de la Sociedad de la Información no sólo redunda en bene- ficio de los individuos, sino también del tejido empresarial. Las compañías pueden aprovechar esta circunstancia y contribuir al impulso de la Sociedad de la Información, bien dirigiendo sus políticas sociales en este sentido, bien beneficiándose comercialmente de ello (o ambas cosas a la vez). ¿Cuál sería, por ejemplo, el impacto publicitario de una campaña en la que Telefónica ofreciera ADSL gratuito a todas las escuelas de España? La operadora no sólo obtendría un positivo impacto en su imagen, sino que estaría convirtiendo a los niños españoles en ávidos consumidores de los servicios de banda ancha. Quedan pocas dudas de la presión que ejercerían sobre sus progenitores para instalar una conexión en sus hogares, que, sin duda, repercutiría en la cuenta de resultados de la operadora con mayor participación de mercado. Pero también las compañías sin relación directa con el sector de la tecnología pueden beneficiarse del apoyo a la SI. De hecho, la adopción generalizada de las TIC comporta círculos virtuosos para las empresas, como unos trabajadores duchos en el uso de la tecnología (descenso de los costes de formación) o un mercado de software más desarrollado (aumento de la oferta). Probablemente, la Administración también estaría interesada en apoyar estas iniciativas que, al fin y al cabo, debe poner en marcha para no perder un tren que determinará nuestra ‘competitividad’ como sociedad en los próximos quince o veinte años.