¿Qué es el Coaching Resiliente? ¡Hola a todos/as! ¿Qué tal? Espero que estéis súper bien y que el cambio de horario no os haya perturbado en exceso. Quiero explicaros un poco de qué va esto de Coaching Resiliente, dos palabras de difícil pronunciación, pero con las que estoy convencido que os habéis encontrado en más de una ocasión. Voy a intentar hacerlo de la forma más sencilla y entendible posible, sin renunciar al rigor y profesionalidad. Por un lado está el Coaching, un método científico (no consiste en improvisar o sacar conejos de la chistera) que busca dar un nuevo enfoque vital al coachee (persona que busca ayuda profesional en un coach) y acompañarlo/a en un proceso evolutivo que mejore su situación actual, a través del planteamiento y supervisión de una serie de metas alcanzables, pero que a su vez supongan un reto personal. Hay muchos tipos de Coaching (personal, ejecutivo, deportivo, empresarial, el de la VOZ…) El Coaching presente en este proyecto es el Coaching personal, orientado a lograr un mayor bienestar en el/la coachee, atendiendo aspectos como su autoestima, inteligencia emocional, sentido vital o nivel de felicidad, entre otros aspectos. En Coaching Resiliente se elabora, siempre contando con el consenso y acuerdo del coachee: un diagnóstico de su momento vital, un planteamiento de las acciones necesarias para alcanzar un mayor bienestar, un acuerdo que comprometa a coach y coachee, un acompañamiento por este camino, un refuerzo positivo de los avances logrados, un reajuste en los aspectos que frenen el proceso y una permanente evaluación que busca objetivar el proceso. Por otro lado tenemos la palabra Resiliencia, una cualidad que lleva años acompañando a las personas en su procesos de dificultad y que ha demostrado ser una herramienta muy valiosa para salir airosos/as de muy difíciles momentos. Resiliencia es un concepto que nace en el campo de la física, y que significa “la capacidad que tienen ciertos materiales para absorber energía y deformarse, pudiendo recuperar posteriormente su forma inicial”. Un ejemplo de ello es un balón de fútbol. Si los/as futbolistas jugaran con un balón de cristal o cerámica, poco tiempo duraría el partido. En cambio, los balones de fútbol están hechos de cuero o caucho, material que les permite recibir miles de patadas y volver a rodar como la primera vez. Tomando como base este concepto, la psicología adoptó este término para definir a las personas que conseguían “levantarse” después de una fuerte caída, es decir, personas que habían sufrido una grave adversidad (maltratos, abusos, accidentes, atentados, muerte de una persona cercana, violaciones, secuestros, acosos, divorcios, orfandad y un largo etcétera) Por tanto, recapitulando, la Resiliencia es la capacidad humana que ayuda a: encajar una adversidad, sin negarla, resistir, en tiempo y forma, todas las consecuencias propias de la adversidad, y recuperar el bienestar psicológico, social, familiar, laboral… que se tenía antes de sufrir dicho golpe vital, consiguiendo incluso enfocar con mayor consciencia y firmeza la vida. Según algunos estudios, como indica el Instituto Español de Resiliencia, “sufrimos una media de tres adversidades a lo largo de la vida”. Tres duros golpes que nos obligan a detenernos, a reflexionar y a plantearnos nuestra existencia en torno a nuevos valores. La actitud que se toma frente a estos duros momentos es muy diversa: Hay personas, demasiadas personas, que se rompen, tal y como planteaba anteriormente con el ejemplo del balón de cristal. Personas que “optan” por el suicidio (esta es la primera causa de muerte no natural en España, por delante de los accidentes de tráfico, con una media cercana a las 11 personas al día). También hay muchas personas que “optan”, junto a su profesional sanitario, por medicarse, por sustituir una confrontación con sus nuevas realidades por una dependencia farmacológica, que les “adormece” el dolor, pero que no logra cicatrizar la herida. También están las personas que “viven” (si a eso se le puede llamar vida) traumatizadas por el suceso adverso, ancladas en su pérdida y sin recuperarse de la situación vivida. Estas personas te hablan de un acontecimiento que pasó hace años, décadas incluso, como si hubiera pasado hace unos días. Han permitido que su vida gire en torno a ese suceso, y no han hecho un trabajo de encaje, resistencia y recuperación. Finalmente están las personas Resilientes, personas que no han hecho oídos sordos a su adversidad, sino que la han “mirado de frente”, asumiendo con tristeza, pero con templanza, el momento que les había tocado vivir. Sin embargo, y después de un tiempo sumidas en un “recogimiento” personal, social, familiar o de cualquier otra índole, han logrado incorporar ese suceso a sus vidas y han optado por seguir adelante. Han elegido seguir “jugando la partida”, aunque hayan perdido alguna de las cartas esenciales. Estas personas, entre las cuales, humildemente, me incluyo, hemos logrado, como muestra el cortometraje de Paco León, “darle la vuelta a la tortilla” y hacer de una situación adversa un nuevo enfoque vital, una nueva forma de vivir, de convivir y de aprovechar todo lo que vayamos generando, porque nos hemos hecho los/as arquitectos/as de nuestro edificio, al que queremos incorporar nuevas personas, nuevos proyectos y nuevas respuestas a las múltiples preguntas que se nos plantean. Todo esto es Resiliencia, y por eso quiero invitaros a participar en el proyecto Coaching Resiliente. Porque hay muchas oportunidades que residen en nuestro interior y porque esta vida merece ser vivida. Porque cada día tenemos la oportunidad de renacer. Porque después de un momento de oscuridad, la luz puede ser más fuerte, más viva y con muchos más colores de los que hasta hoy hemos conocido. Por último quiero lanzarte una pregunta-reflexión que me parece vital. La ciencia, con todos sus avances y progresos, ha conseguido ponernos muchos más años a la existencia, aumentando considerablemente la esperanza de vida. Ella ya ha cumplido. El reto ahora es nuestro. Y la pregunta es: ¿Te atreves a ponerle más vida a los años? Una larga vida no significa una buena vida. La buena vida es la que está llena de sentido, de proyectos, de metas personales, pero también metas familiares, sociales, comunitarias, laborales. Metas que trascienden de uno/a mismo/a y que generan bienestar a nuestro alrededor. Por tanto, ¡no te resignes a existir, y apuesta por la VIDA! Si aceptas el reto de ponerle VIDA a los años, de pasar de una simple existencia a una auténtica VIDA y crees que Coaching Resiliente puede ayudarte en ello, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Juntos podemos alcanzarlo, claro que podemos. Un fuerte abrazo resiliente. Julián Peña Torrijos Trabajador social y Coach 625051455