360 Reseña especial relevancia como elemento funcional dado que actúa como un principio estructural de cohesión temática en ambos lenguajes y porque ayuda, a través de una compleja trama de interferencias textuales, a reforzar el carácter unitario tanto del relato como de la película. Santamaría Aceituno focaliza su interés en aspectos técnicos como el montaje, el sonido y la estructura narrativa de la película, sobre la base de que Pasolini no sólo se acerca al Decameron para hacer una simple adaptación cinematográfica sino, más bien, para ofrecer, según su particular modo de entender el cine, una visión popular de la obra de Boccaccio. Carlo Romiti e Ilaria Landy cierran el volumen con su contribución, única del tercer y último apartado “Dramatización del Decameron hoy en Certaldo”. La lectura multidisciplinar de la obra de Boccaccio es ahora abordada –y completada– desde el punto de vista de la escenografía teatral. Certaldo y sus espacios naturales han sido los escenarios en los que se ha podido escuchar y ver fragmentos, historia de amor y de muerte, de la obra boccacciana. La presentación de las diferentes dramatizaciones da la mano a la filología para ofrecernos este entretenido e interesante estudio sobre cómo el teatro Oramona ha relatado a Boccaccio. Un broche de oro para este magnífico número extraordinario de la revista Cuadernos de Filología Italiana, cuya lectura proporciona un complemento de gran calidad, que nos permite seguir ahondando en la pervivencia y actualidad de los estudios y la obra del insigne Giovanni Boccaccio. Carmen F. Blanco Valdés Universidad de Córdoba Jesús D. Rodríguez Velasco, Ciudadanía, soberanía monárquica y caballería: poética del orden de caballería, Madrid, AKAL, 2009, 304 pp. Como nuevo jalón de una fecunda línea de investigación desarrollada a lo largo de las dos últimas décadas, Jesús D. Rodríguez Velasco aborda en Ciudadanía, soberanía monárquica y caballería: poética del orden de caballería el estudio particular de algunas instituciones caballerescas surgidas en Castilla y León durante la primera mitad del siglo xiv, en un período que se circunscribe, aproximadamente, al reinado de Alfonso XI. En dicho recorrido el autor explora el modo en que se crea un ordo o clase social, la caballería, cuya importancia resultó crucial en la construcción política y cultural de Occidente a partir del siglo xi, cuando la tradición clerical derivada de San Agustín asignó a la nobleza las tareas defensivas del territorio RLM, xxiii (2011), pp. 335-369, ISSN: 1130-3611 Reseña 361 dentro de un orden teológico destinado a terminar con la violencia descontrolada de tiempos pretéritos. En un nuevo estadio del proceso de civilización, por tanto, fue la caballería –a la que se aparejaba por definición la fuerza de los hombres de armas– el dispositivo empleado como soporte de los valores cívicos y morales sobre los que habría de sustentarse en adelante la paz y estabilidad de los reinos cristianos. Situados, pues, en un momento clave para la consolidación de dicho proceso en el ámbito hispánico –que se corresponde con el período inmediatamente posterior a la primera definición jurídica de la caballería castellana, recogida en las Siete Partidas de Alfonso X– la obra estudia aquellas agrupaciones que, como la Hermandad de 1315, las cofradías de caballeros de Burgos (Santiago y Santa María de Gamonal) o la Orden de la Banda, representaron a mediados del Trescientos las manifestaciones más originales y significativas de un orden de caballería permanentemente reinventado y reformulado en aquellas formas de asociación surgidas al calor del fortalecimiento del poder monárquico y la expansión de la jurisdicción central sobre el territorio castellano. La armonización de aspectos tan diversos como los apuntados es precisamente lo que permite al autor articular observaciones y argumentos extraídos de la Historia política, social y del Derecho, de la Semiología, de la Historia de la Filosofía y de la Teología, de la Geografía humana y el Urbanismo, de los estudios literarios, de la Bibliografía material o de la Ecdótica para configurar un discurso rico y complejo, inclinado a la teorización, que facilita la contemplación del objeto de estudio desde muy distintas perspectivas, en un sugerente intento de explorar los aspectos más variados de su significación. Y es que en torno a la caballería, como se explica en la introducción de la obra, se desarrollaron muchas de las categorías políticas, estéticas y morales que vertebraron el universo medieval – el modo de relación entre las personas, las instituciones o los sexos–, de manera que, a través de su estudio, es posible dar cuenta del inmenso caudal de ideas y conceptos –como los de lealtad, galantería, aventura, honor o civismo– incorporados a la tradición occidental a través de aquellas poéticas del ordo –la puesta en práctica textual para la configuración de una determinada clase o categoría social, en palabras de Rodríguez Velasco– creadas por los distintos grupos humanos que proyectaron sobre la caballería sus respectivas esperanzas públicas. Unas expectativas de progreso que, en el caso de las agrupaciones burguesas analizadas en la presente investigación, se materializaron tanto en el deseo de distinción social –frente a otros colectivos urbanos– como en la voluntad de integración –junto a la nobleza tradicional y el clero– en la sociedad política del momento. A pesar de la importancia que, andado el tiempo, adquirieron para la construcción de las grandes monarquías del Antiguo Régimen, estos grupos de poder –las hermandades, cofradías y órdenes antes RLM, xxiii (2011), pp. 335-369, ISSN: 1130-3611 362 Reseña reseñadas– habían sido escasamente estudiados hasta la fecha. Rodríguez Velasco, pues, se interna en un terreno mal explorado para mostrar el uso y reinvención que en cada caso se hizo del discurso sobre la caballería con intención de conquistar determinados objetivos políticos. En ese sentido –y como eje de su exposición– el autor explica pormenorizadamente el modo en que las poéticas del ordo fueron utilizadas por las diferentes oligarquías urbanas castellanas para adoptar en carne propia algunos rasgos y señas de identidad propios de la aristocracia tradicional –el mantenimiento de armas y caballos, la exhibición de escudos heráldicos, el lucimiento de coberturas y gualdrapas en sus monturas o la participación colectiva en alardes y actos públicos– que, junto a las reivindicaciones legales promovidas para ver reconocidos sus derechos y privilegios, les permitió postularse jurídica y simbólicamente como una nueva nobleza civil surgida –al contrario que la aristocracia feudal de rancio abolengo– al amparo de la Corona. Por este camino, una vez reconocida y alzada por el rey, la caballería villana –tal y como se argumenta en el texto– sirvió eficazmente al príncipe como contrapeso frente a la alta nobleza jurisdiccional –cuya naturaleza teológica fue siempre defendida, a través de un discurso de oposición, por ilustres magnates como don Juan Manuel– en el proceso político más trascendente de la Baja Edad Media, el que llevaría a la configuración de las grandes monarquías dinásticas y al consiguiente establecimiento, en los distintos reinos europeos, de sistemas de Corte donde, en contraposición al feudalismo medieval, la Corona llegaría a concentrar los recursos militares y financieros del reino gracias a su incontestable predominio –situada en una nueva y preeminente posición de equilibrio– sobre la alta nobleza, el clero y las élites ciudadanas. En el seno de dicha dinámica general, el autor analiza exhaustivamente la significación de los procedimientos que se pusieron en juego para la expresión del poder, en particular, la estética documental y las producciones de presencia creadas por las cofradías y hermandades caballerescas a través de las que las élites urbanas castellanas defendieron colectivamente, en tiempos de Alfonso XI, sus intereses políticos, económicos y sociales. La obra, de este modo, se organiza para ofrecer en cada uno de sus capítulos el análisis pormenorizado de una determinada forma de la poética del ordo: el capítulo primero se dedica al diseño de los rituales de incorporación a la caballería – para un período situado entre 1200 y 1350– y al dispositivo político, jurídico y cultural que se articula con ellos. Su intención es mostrar las estrategias que se ponen de relieve a través de las distintas tesis sobre la entrada en la caballería. Alcanzado ya el reinado de Alfonso XI, el segundo capítulo estudia el Cuaderno de la Hermandad de Caballeros de 1315, donde quedan recogidos los acuerdos y exigencias concertados por los caballeros de varias ciudades castellanas que, RLM, xxiii (2011), pp. 335-369, ISSN: 1130-3611 Reseña 363 durante la minoría del monarca, defendieron en común sus intereses frente al Consejo de regencia y la alta nobleza. Tras el análisis de esta red, el autor repasa otras iniciativas de la caballería urbana destinadas a la localización de su poder en el interior de la ciudad. De esto se ocupa en el capítulo tercero, donde se analizan estas congregaciones en la ciudad de Burgos, en concreto, las cofradías de Santa María de Gamonal y de Santiago, cuya originalidad reside en el hecho de que se nutrieron de una caballería villana procedente de la burguesía productiva. En los capítulos cuarto y quinto, la obra estudia una institución caballeresca creada, en sentido contrario, desde la cúspide del poder central. Se trata de la Orden de la Banda, la primera orden caballeresca de origen monárquico en Europa, fundada y organizada por Alfonso XI de Castilla, a cuyo conocimiento se accede a través de códices tan problemáticos como los que recogen tanto el Libro de la Banda (1348), primera redacción de la regla, como su Segundo ordenamiento. Finalmente, el análisis de las marcas externas que hacen presente la caballería tanto en el espacio como en el tiempo, esto es, la emblemática heráldica, ocupan las páginas del sexto y último capítulo. A través de un riguroso examen de fuentes diversas, Rodríguez Velasco da cuenta, pues, a lo largo de su estudio, del modo en que se configura el poder de una clase mercantil emergente en el interior de las ciudades medievales; de las formas de autorrepresentación de las élites urbanas; de las alianzas que dichas oligarquías trazan con el poder monárquico para ver reconocida su nobleza e integrarse en la sociedad política a cambio de someter a la jurisdicción central los espacios ciudadanos situados bajo su control; de cómo el imperium monárquico reordena por esta vía los sistemas nobiliarios para, en última instancia, desprenderse de ellos; de por qué las relaciones de fuerza establecidas entre imperium monárquico, valores nobiliarios y poder burgués se articulan mediante el uso de ese laboratorio social que es la caballería; y, finalmente, de cuáles son los materiales a través de los que se expresan estos poderes y cómo podemos interpretarlos. La caballería, por tanto, situada en un espacio liminar clave para la comprensión de los procesos históricos más decisivos acaecidos en la Baja Edad Media, permite contemplar desde una novedosa perspectiva tanto la constitución de los poderes ciudadano y monárquico, como el consecuente cambio de equilibrio producido en el seno de la sociedad política castellana –en esencia, el progresivo desplazamiento de la alta nobleza ante la pujanza de la Corona y las nuevas oligarquías urbanas– que condujo, andados los años, a la consolidación de la jurisdicción central y a la configuración institucional de la moderna Monarquía hispana. Junto a estas cuestiones –tal y como demuestra el autor– y vueltos los ojos hacia el estudio del sujeto, la caballería representa también una excelente atalaya desde la que contemplar los cambios acontecidos RLM, xxiii (2011), pp. 335-369, ISSN: 1130-3611 364 Reseña en el modelo antropológico vigente entre las clases dominantes, que, ante la evolución de las técnicas militares, van abandonando paulatinamente el ejercicio de las armas –propio de los defensores en la sociedad feudal–, para buscar en la formación intelectual una nueva vía de promoción personal e integración en la incipiente sociedad cortesana, que en el ocaso de la Edad Media demanda letrados y oficiales cualificados para desempeñar nuevas funciones judiciales y administrativas en los distintos consejos, casas reales y chancillerías que constituían el núcleo de la Monarquía. En ese sentido, la obra esboza las líneas maestras que dibujan la evolución experimentada, en el plano del individuo, por cada uno de los modelos antropológicos que, en realidad, quedan dibujados con cada formulación de la poética del ordo. De esta manera, poniendo el acento en los valores morales, obligaciones y cualidades personales atribuidos al caballero en las distintas fuentes manejadas, se hace posible reconstruir la trayectoria que lleva desde el caballero medieval dedicado al oficio de las armas –el bellator de la teoría de los tres órdenes– al moderno cortesano –destinado a servir honestamente al rey haciendo gala de un amplio repertorio de habilidades y conocimientos extraídos, mayoritariamente, del legado clásico–, pasando por el caballero letrado del siglo xv, de cuya existencia da cuenta el autor a través de algunas de sus producciones de presencia más significativas, como son los retratos más tardíos recogidos en el Libro de Santiago, donde numerosos cofrades burgaleses –salidos de la universidad– exhiben con orgullo sus birretes. Ciudadanía, soberanía monárquica y caballería: poética del orden de caballería ofrece, pues, como se observa, no sólo un sugerente estudio sobre las distintas asociaciones caballerescas surgidas en la Castilla de Alfonso XI, sino que aborda desde el espacio liminar que representa la caballería, –considerando que la elección del objeto de estudio constituye uno de los grandes aciertos del trabajo– los problemas históricos y culturales más trascendentes de la Baja Edad Media, aportando una visión original y sugerente que no persigue tanto la exhaustividad o el agotamiento del tema, como la apertura de nuevas vías de investigación –por ejemplo, la evolución de los poderes urbanos y del arquetipo de caballero en el paso de la Edad Media a la Modernidad– o la presentación de nuevos procedimientos metodológicos que permitan la imbricación natural y rigurosa en el discurso de disciplinas tan diversas como las reseñadas con anterioridad. Una obra, en fin, que debido a la centralidad de su objeto de estudio, la caballería, y al amplio repertorio de perspectivas que Rodríguez Velasco proyecta sobre la misma, constituye ya un referente obligado no sólo para quienes consagran sus esfuerzos al análisis del discurso caballeresco, sino también para todos aquellos que, dedicados al estudio de la literatura medieval, la historia política, el urbanismo y los espacios de poder, la heráldica o la bibliografía material, RLM, xxiii (2011), pp. 335-369, ISSN: 1130-3611 Reseña 365 intentan ir más allá de las fronteras –y en eso consiste su aventura– que, todavía hoy, separan artificialmente las humanidades. Eduardo Torres Corominas Universidad Complutense de Madrid An Smets, «Des faucons». Édition et étude des quatre traductions en moyen français du «De falconibus» d’Albert le Grand, Lormaye, Jacques Laget (Bibliotheca Cynegetica, 6), 2010, 601 pp. Reseñar un libro malo es la cosa más sencilla del mundo: basta con poner en evidencia unos cuantos errores, se demuestra porqué son errores y la tarea está concluida. Sin embargo, cuando el libro es bueno –¡Bueno!, mejor dicho, ¡Excelente!– la labor del reseñista se complica. ¿Qué se puede decir sobre un trabajo bien hecho? Quizá lo mejor sea describir qué es lo que An Smets nos presenta en este magnífico volumen, como todos los demás de la Bibliotheca Cynegetica, colección que ella misma inauguró en 1999 con Le «Liber accipitrum» de Grimaldus: un traité d’autourserie du haut Moyen Age, aunque es el segundo tomo. En esta ocasión la autora nos ofrece la edición de las cuatro traducciones francesas medievales del De falconibus de Alberto Magno (c. 1200-1280), que fue el tema de su tesis doctoral en la Katholieke Universiteit Leuven, la cual defendió en 2003. Lo que nos presenta es una versión reducida (su tesis tenía más de 2000 páginas) y actualizada, pues incorpora datos e informaciones aparecidos con posterioridad como son los Kerdeston Books, que fueron puestos en venta en el año 2006 y adquiridos por la British Library el año siguiente o la localización de una traducción parcial catalana. Pero no adelantemos datos ni hechos. El De falconibus es un texto de historia compleja, pues entre los muchos misterios que encierra hay que considerar si se trata de una obra incrustada en el más amplio De animalibus de Alberto Magno o si por el contrario es un desgajamiento del De animalibus que gozó de vida independiente durante toda la Edad Media (p. 18). Por eso comienza presentándonos el De falconibus dentro del contexto de la cetrería medieval (pp. 7-57). En el primer apartado bosqueja la historia de la cetrería y su literatura, tanto latina como vernácula (pp. 7-13), tras lo cual ofrece una breve biografía de Alberto Magno (pp. 13-16) y una aproximación al De animalibus en la que presenta, entre otros problemas, el relativo a la datación de la obra, pues una obra de tal envergadura se debió de componer a lo largo de muchos años, incluso lustros. Según las más recientes investigaciones debió de comenzarse antes de 1256 y concluirse después de 1268 (pp. 17-18). A continuación RLM, xxiii (2011), pp. 335-369, ISSN: 1130-3611