limitado adquieran el carácter de tallos de crecimiento ilimitado y se constituyan en eje de la planta. En cambio en otros casos, sin que pueda averiguarse la causa, se multiplican las ramas adventicias no sólo en la parte media de las frondes por su cara inferior y en la de los tallos, sino también en el borde de las frondes y hasta en los carpocéfalos, hojas, etc., si bien esto último es muy raro. Reproducción asexual. En las Hepáticas ramosas cuyas partes viejas se mueren y se destruyen, tenemos el ejemplo más sencillo de reproducción asexual, poco marcada en unas especies y claramente manifiesta en otras por el número de ramas y rápida destrucción de las partes antiguas que las mantienen unidas. La poca adherencia al sustrato y la escasa firmeza de éste favorecen la separación de las partes que antes constituían una sola planta: basta un aguacero para transportar, distanciadas unas de otras, a las frondes de una Ricciacea que pocos días antes crecían unidas sobre el limo o formaban una sola planta flotante en las aguas de un pantano. En este caso no hay alteración de la planta viva. La hay ya en aquellos casos en que la destrucción de las partes antiguas comprende a casi toda la planta y sólo quedan indemnes los puntos vegetativos que por su mayor protección resisten más a los agentes exteriores; este caso se da con frecuencia durante los calores del estío, cuando toda la Hepática se deseca, menos el ápice de las frondes y tallos con sus puntos vegetativos, alrededor de los que se acumulan las reserCj, ; vas alimenticias y se aprietan para resguar, ^'¡JfS*, darlos escamas y hojas ya sin vida; basta xP'-'fi^ f entonces un sacudimiento provocado por la 7 w i ! 1 { \ ¡ i K g . « - E x t r e m i d a d de las frondes de PelhaFaooro- lluvia, el viento o cualquiera otra causa, para que se pulverice la planta seca; y cuando los restos aún vivos de ella encuentran } a s condiciones, reanudan el creci- a p r o p i a c r r miento, dando lugar cada punto vegetativo a una nueva planta. La Pellia Fabbroniana en su forma furcigera tiene en el extremo de la fronde unas ramificaciones irregulares o furcadas, debidas a la repetida división del punto vegetativo (fig. 44). El extremo de las últimas ramas se abulta por acuniana, r a . X2. forma furcige-