E l clima y el suelo, según lo ha demostrado la experiencia, contribuyen en gran parte á la mayor ó menor perfección de los vegetales y sus partes, pues estas dos causas los suelen hacer variar en el color, olor y sabor, y de consiguiente varían en la eficacia de sus virtudes; por lo que es preciso tener presente, para la recolección de los simples medicinales , que el suelo y clima que les destinó la naturaleza, es sin disputa el mas á propósito y aparente para que estén dotados de los principios y substancias propias de su Especie que les concedió desde su creación aquella sabia maestra. L a s Raices de China se han de coger, como mas por e x tenso se dice en el Artículo I I I , después que las plantas hayan depuesto sus hojas y semillas * y en una palabra, quando se h a llen agostadas las plantas. E n este estado se recogerán aquellas raices mas nutridas, lisas, compactas y pesadas, de color roxo por la parte exterior, y como si estuviesen bruñidas y de color rubio blanquecino casi carneo por la interior; que no estén d e masiadamente tiernas' y xugosas, ni excesivamente áridas y l e ñosas ; porque quando se hallan muy tiernas y cargadas de x u gosidad, indican no estar enteramente sazonadas, y que han m e nester mas tiempo para su entera perfección; y quando se hallan duras, leñosas y difíciles de cortarse en trozos ó rodajas, es señal de estar ya envejecidas y alterados algunos de sus principios constitutivos. Para la elección de estas ^Raices nada interesa su corpulencia; y siendo dificilísimo señalar en ellas qué tamaño deben tener, bastará el atender á la consistencia media que queda r e ferida , quando las acompañen las demás notas que acaban d e expresarse. L a s raices de las plantas de China provenidas de semillas no se hallan por lo general en estado perfecto de poderse arrancar hasta el segundo ó tercer año después de haber dado la semilla; pero si provienen de transplantos de retoños ó de raices turmosas, al año pueden recogerse si también hubiesen dado la semilla con la seguridad de estar sazonadas, como acontece con las patatas ó turmas del solano turmoso. E l terruño contribuye principalmente á la mayor corpulencia de estas raices,