bran solo 12 , y quedan bien distribuidas y cubiertas, d a ­ rán lo mismo que las 20 , después de ahorrar ocho de s e ­ milla ; en c a y o ahorro ganarán mucho los particulares y el estado. E n el dia se sabe que es mas ventajoso plantar el trigo que el sembrarlo , quando sean las posesiones cortas y abun­ den los brazos ; pero en tierras dilatadas siempre se ha de preferir la siembra , y mas no habiendo bastantes manos para cultivarlas como corresponde. E s verdad que el a g r i ­ cultor diligente debería destinar siempre una corta e x t e n ­ sión de terreno para plantarlo grano p o r grano. • A l sembrar al vuelo procúrese que quede el grano e s ­ parcido con igualdad ; y era de desear que hiciesen esta operación las mugeres , que tienen naturalmente mas p a ­ ciencia y exactitud. C o n este objeto se inventaron las sem­ braderas instrumentos m u y útiles, según dicen los e s c r i ­ tores , pero que no son para nosotros mientras no se s u b dividan los terrenos y se reduzcan las tierras en que se han de usar. N o s contentaremos con envidiar aquellos países en que se pueden usar con las ventajas que se suponen , y s e ­ guiremos con la antigua costumbre de sembrar al vuelo hasta que una feliz experiencia nos decida á adoptarlas. Si el terreno se ha labrado bien antes de la sementera, se puede esperar que no crecerán en él yerbas que ofendan al t r i g o ; pero siempre será necesario escardarlo, cuidando de no descubrir sus raices al arrancar las malas yerbas: para evitar dicho inconveniente se contentan algunos con cortar éstas quando son gruesas. E l andar por .entre los trigos quando están en flor les perjudica mucho , como que se perturba su fecundación y salen las espigas ruines. Algunos usan de cierto arado , l l a ­ mado cultivador , cuya reja al pasar por los surcos destru­ y e las malas yerbas , y cubre mas con tierra las raices del trigo que tal v e z han dexado descubiertas los yelos : esta es una excelente práctica que se puede suplir c o n una cava 1 2 1 • a Véase el Semanario núm. 1 0 6 , 1 6 1 , 162 , 397 , 3 1 1 y 337. Véase el Semanario núm. 50. •