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LA DECLARACION UNIVERSAL DE DERECHOS
HUMANOS
Sin Marcos
3. EL PRIMER CONSIDERANDO: LOS DERECHOS HUMANOS POR
SOBRE TODO.
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de
todos los miembros de la familia humana,
El primer considerando es una hermosa afirmación: "El reconocimiento de la dignidad
intrínseca y los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia
humana " es el fundamento, la base sobre la que se construye "la libertad, la justicia, y
la paz en el mundo".
Intrínseca es como decir inherente al ser humano, no dependiente de ningún factor
externo de status, dinero, clase social o religión.
Iguales quiere decir para todos pero también se interpreta que todos los derechos son
iguales: la alimentación, la libertad, la educación, el bienestar social: todos son
igualmente importantes. Inalienables son derechos que ni siquiera la propia persona, y
menos el estado, pueden enajenar o quitar. Para todos los miembros de la familia
humana: no hay exclusiones por edad, sexo, nacionalidad o etnia.
Derechos inalienables: El estado y los derechos humanos
Podemos profundizar aquí en la característica de derechos INALIENABLES porque
apunta al mensaje central de este Considerando y además recoge una de las primeras
batallas históricas de los derechos humanos en su relación con el Estado y la política.
En ese sentido utiliza términos y conceptos usados por primera vez en la Declaración de
los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.
La inalienabilidad de los derechos es una característica que fue elaborada cuando se
debatían las primeras teorías del estado moderno.
Los pensadores de los siglos XVI, XVII y XVIII sostenían una concepción del hombre
natural, sin estado ni sociedad, a solas con sus libertades. Según esta teoría, para vivir
en sociedad, es decir, hacerse ciudadano y aceptar al estado, el hombre sacrificaba,
"alienaba" sus derechos. El estado asumía la responsabilidad de administrarlos bien y en
el cumplimiento de este contrato radicaba su propia legitimidad como estado. Tanto que
si éste se convertía en déspota o tirano, el ciudadano podía rebelarse con toda
legitimidad. Mientras tanto, el estado disponía de los derechos de los ciudadanos
mandándolos a la guerra, etc. Pero aún en esta perspectiva hubo debates sobre que
derechos se podía alienar y que derechos eran inalienables.
Desde una concepción de derechos humanos, lejos de significar un sacrificio de
derechos, afirmamos como principio que todos los derechos son inalienables y no
pueden ser negociados o prostituidos. El estado no puede pedirnos que sacrifiquemos
nuestros derechos básicos en pos en un futuro mejor o cualquier otro propósito. Este
Considerando rechaza no sólo el nazismo, que prometía un paraíso terrenal cuando
llegara a dominar el mundo, sino a cualquier "-ismo" (comunismo, doctrina de
seguridad nacional, neoliberalismo, etc. ) que exige a las personas a sacrificar sus
derechos fundamentales por algún fin político, social o económico.
La declaración afirma que la vivencia de la libertad, la paz y la justicia en la sociedad
sólo se asientan sobre la plena vigencia de los derechos humanos.
Apunta claramente hacia el triunfo de la utopía de la vida de la que habló García
Márquez cuando recibió el Premio Nobel de Literatura:
En América Latina, patria inmensa de hombres alucinantes y mujeres
históricas, donde la terquedad sin fin se continúe con la leyenda,
proclamamos que frente a la opresión, al saqueo y al abandono,
nuestra respuesta es la VIDA.
Nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado
tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y
arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros
hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea
posible la felicidad y donde las gentes condenados a cien años de
soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre
la tierra.
Gabriel García Márquez
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