1 El cerebro: maravillosa máquina pensante El cerebro es un órgano sorprendente, dinámico y maleable, se reinventa a sí mismo a cada instante, cambia de conexiones e imágenes a gran velocidad, nunca se cansa ni descansa, es capaz de crear por sí mismo imágenes, sonidos, realidades vir� tuales y nuevos modelos del mundo. Hoy en día, existe una evidencia dramática e imágenes impresio� nantes de la capacidad del cerebro de reorganizarse a sí mismo, se conoce como plasticidad. Nuestras neuronas son plásticas y aprenden interactuando con los resultados que ellas mismas producen, dando lugar a patrones de respuesta. La forma más fácil, rápida y eficaz de aprender y reaprender es la práctica, ge� nera automatización sin necesidad de atención y esas rutas au� tomatizadas nos impulsan a tener comportamientos concretos. Asimismo, nuestro sistema nervioso tiene una enorme capaci� dad de cambio, siempre podemos reorganizar nuestro cerebro, creativo e impredecible, en constante movimiento y evolución. Si el cerebro es una máquina pensante capaz de crear realidades a cada momento, ¿cómo selecciona y organiza la información que se convierte en nuestra interpretación del mundo? Nuestras experiencias a lo largo de la vida forman un gran cen� tro de información en nuestro cerebro y una vez creado, nues� tros pensamientos conscientes pueden influir en nuestras deci� 25 siones, pero nuestra conducta final será la más lógica entre las posibles combinaciones procedentes de esa enorme base de da� tos. Cuando nuestro cerebro recibe las señales del ambiente, las procesa automáticamente basándose en nuestras experiencias pasadas y determina nuestra respuesta. Por lo tanto, la mejor forma de cambiar nuestras conductas, si así lo queremos, es modificando los contenidos de nuestra base de datos. La inteligencia intuitiva ¿Les ha sucedido alguna vez que en un destello de claridad encontraron la respuesta que buscaban sin saber de dónde provino, o han tenido un presentimiento acerca de un hecho importante de su vida que fue absolutamente preciso, �������������� o su� pieron sin saber cómo que un familiar suyo estaba enfermo y necesitaba de su ayuda, o pensaron en un amigo y les llamó a los pocos minutos? Casi todos hemos tenido esas experien� cias ������������������������������������������������������ «����������������������������������������������������� paranormales����������������������������������������� »���������������������������������������� y nos hemos preguntado si son algo mís� tico o mágico. Durante mucho tiempo, las «premoniciones» o «reacciones instintivas�������������������������������������������������� »������������������������������������������������� han sido un enigma para los seres humanos, ¿aca� so tienen una explicación científica? Hay quienes lo llaman instinto o intuición pero sin duda alguna no dejan de tener un halo de misterio y atracción. Aunque no nos hayamos podido explicar su origen, quizá a más de uno de nosotros nos han salvado la vida. Pero, ¿de dónde provienen estos fenómenos que salen de toda lógica y que, sin embargo, están presentes en nuestras vidas? Podemos ponerles nombres más formales como: «inteligencia intuitiva��� »��, ������������������������ «����������������������� cogniciones rápidas���� »��� o ������������������������ «����������������������� razonamientos instinti� vos������������������������������������������������������������� »,����������������������������������������������������������� lo cierto es que se trata de una capacidad propia de nues� tra especie que le ha permitido sobrevivir. Los seres humanos somos veteranos en el arte de intuir con rapidez, somos hábiles para captar datos importantes con muy poca información y en 26 el menor tiempo posible. Este tipo de inteligencia que proviene de nuestro inconsciente, es capaz de resolver problemas com� plejos, incluso mejor que las reflexiones más lógicas. A lo largo de la evolución, el cerebro ha desarrollado la ten� dencia de hacer juicios rápidos y para ello accede al centro de información personal (los recuerdos de nuestra vida). Su fina� lidad es predecir y planear acciones rápidas y eficaces que pro� tejan nuestra vida. Conozcamos más acerca de la capacidad intuitiva que proviene de nuestro inconsciente: • Es un mecanismo creado con fines de supervivencia, para proteger nuestra vida frente a una amenaza o peligro, por� que ofrece mayor rapidez de procesamiento cerebral. • El cerebro estudia el medio ambiente, elimina lo irrelevan� te, se enfoca en lo importante, hace cálculos instantáneos, descubre los peligros antes de que tengamos conciencia de ellos. A simple vista formula un juicio con muy poca información y ejecuta acciones rápidas y efectivas. • Nos envía mensajes del peligro detectado a través de sen� saciones corporales: el ritmo de nuestro corazón se acelera, las manos nos sudan, la temperatura de nuestra piel se ele� va, surge una sensación de malestar, mareo, desequilibrio o depresión momentánea, los oídos nos zumban, o bien, aparece una exaltación mental, una oleada de imágenes en nuestra mente, palabras o ideas espontáneas, etcétera. • En pocos segundos reúne información y forma un juicio completo, complejo y acertado, es una versión automati� zada y sintetizada de la cognición consciente. • Este mecanismo se forma a lo largo de la vida: reunimos 27 experiencia, elaboramos teorías y conceptos, reflexiona� mos sobre ellos y sacamos conclusiones. • Esta mente inconsciente o «piloto automático» se activa cuando conocemos a alguien y en una situación nueva, di� fícil o estresante, la atención se agudiza por instantes para captar datos confiables que nos ayudan a decidir con rapi� dez; estas «corazonadas» son naturales e instintivas, no se pueden explicar con palabras y mejoran con la práctica. Siempre que estamos frente a una persona o en cualquier si� tuación, nuestro cerebro hace una serie de asociaciones rá� pidas con la información que guarda de nuestro pasado, eso explica por qué de pronto surgen en nosotros sensaciones, sentimientos, imágenes, palabras, ideas, presentimientos, et� cétera. Este conjunto de información da lugar a una cognición rápida que puede ser tan buena como la investigación más exhaustiva y prolongada. Estas impresiones intuitivas o cogniciones rápidas tienen un valor incalculable. Cada minuto que estamos en presencia de alguien, fluyen en nosotros deducciones de lo que la otra per� sona siente y piensa, si es digna de confianza, si nos está min� tiendo, si se asemeja a alguien de nuestro pasado, si representa un peligro en nuestra vida, etcétera. Si nos dice «te quiero», lo miramos a los ojos para saber si es sincero, ¿vemos ternura o engaño? Al conocer a alguien hacemos juicios: «Me parece que no le caí bien», «no se ve muy feliz». Nuestro inconsciente está trabajando para revelarnos la verdad al instante y aunque es muy bueno en su trabajo, su capacidad se puede bloquear, neutralizar o destruir porque debe competir con nuestras emo� ciones, deseos, intereses y expectativas del momento. Nuestro inconsciente también puede tener fallas para descubrir la verdad de una situación al instante a causa de nuestros prejui� cios. La apariencia, sexo, raza, cultura o religión desencadenan 28 en nosotros fuertes asociaciones mentales. Dejamos de intuir si algo nos gusta o no, si nos parece bien o no, nuestro cerebro hace una conexión automática con las vivencias de nuestro pa� sado que genera juicios erróneos. Cuando algo va en contra de nuestras creencias inconscientes sentimos incertidumbre, des� concierto y confusión. Los juicios instantáneos que hace nuestro inconsciente no se pueden explicar con la lógica, si nos pidieran explicar por qué nos enamoramos de esa persona, por qué nos gusta jugar al tenis, leer poesía, ver las estrellas por la noche o la comi� da japonesa, no podríamos hacerlo con precisión porque esas preferencias provienen de la parte oculta de nuestra mente y debemos respetarlas. Cuando se obliga a alguien a justificar sus emociones, sus decisiones fugaces, sus gustos extravagantes o sus premoniciones, la explicación se vuelve muy confusa. Un entrenador con años de experiencia puede descubrir con ra� pidez y precisión cuando un jugador está a punto de cometer un error, algo en su postura, en la forma de lanzar el balón o en sus movimientos activa el inconsciente del entrenador que contiene la información que dispara conclusiones instantáneas, pero él no podría explicar cómo lo hace. Toda actividad humana sigue un patrón característico, identificable e invariable que se puede reconocer y decodificar porque es el mismo bajo cualquier si� tuación, conocerlo permite suprimir datos innecesarios y selec� cionar datos esenciales. Descubrir los rasgos significativos de una situación nos brinda la solución que buscamos a través de las cogniciones rápidas. Los expertos, a través de formación, experiencia y práctica pue� den identificar los patrones únicos, parecen usar telepatía o un poder extrasensorial. Cuando deben tomar decisiones rápidas bajo una presión extrema, no comparan todas las opciones, se� ría muy lento, resuelven de inmediato fiándose de su intuición y de una especie de modelo mental. 29 Si no somos expertos no significa que nuestros juicios intuiti� vos serán erróneos, sino superficiales y fáciles de alterar porque no están asentados en un conocimiento auténtico. Las cogniciones intuitivas inconscientes de las que hemos ha� blado poseen varios rasgos: • Surgen de forma instantánea y automática, no las elegimos ni somos conscientes de ellas. • Se forman a partir de las asociaciones que realiza nuestro cerebro con la información de nuestro pasado. • Pueden ser totalmente incompatibles con nuestras ideas conscientes. • Son un claro patrón de cómo actuamos frente a situaciones nuevas y espontáneas. • Casi nadie se da cuenta de que influencian nuestras conductas. • Los criterios que utilizamos para evaluar a las personas y si� tuaciones son mucho menos racionales de lo que pensamos, nuestro inconsciente reúne información de la persona o si� tuación que tenemos enfrente, la compara con experiencias anteriores, hace un juicio rápido y ajusta nuestra conducta en consecuencia y lo hace en muy pocos segundos, decidimos sin dudarlo aunque se trate de algo nuevo y muy diferente. En este punto podemos afirmar que lo que creemos libre albe� drío es en gran medida una ilusión. Casi siempre funcionamos en piloto automático, nuestro inconsciente es como un mayor� domo, se fija en todo lo que pasa alrededor nuestro y se asegura de que actuemos conforme a la información que tiene guarda� da, eso explica las formas tan enigmáticas en que reaccionamos frente al mundo. 30 Un factor que provoca una ceguera mental temporal y cogni� ciones intuitivas equivocadas es el estrés. Cuando nuestra vida está en peligro, los sentidos, los pensamientos y la memoria reducen su actividad para darnos una conciencia total de lo que amenaza la vida. Bajo condiciones de estrés nos volvemos como autómatas, dejamos de ver frente a nosotros personas con sentimientos y pensamientos; solo vemos objetos inanimados. Nuestro cerebro deja de percibir las señales reales que le envían nuestros cinco sentidos y recurre a un sistema inconsciente rígi� do, empezamos a interpretar con una lógica pobre (prejuiciosa y estereotipada), surge nuestro instinto más primitivo que da lugar a suposiciones erróneas, nuestra capacidad para inferir las intenciones y las motivaciones de los demás se reduce, to� mamos decisiones fugaces y de baja calidad. Cuando la vida está amenazada, el contexto, nuestras asociaciones mentales inconscientes y nuestra fisiología alterada nos llevan a formu� lar conclusiones instantáneas que la mayoría de las veces son incorrectas, en milésimas de segundo hacemos cosas que nos pueden afectar toda la vida. Hoy en día, mucha gente piensa que entre más información reúna mejores resultados tendrá, que para tomar buenas deci� siones requiere invertir mucho tiempo y esfuerzo y que sola� mente la lógica puede llevar a la verdad. Lo cierto es que la inteligencia intuitiva o las cogniciones rápidas pueden ser mu� cho mejores herramientas para comprender al mundo y ser tan acertadas, o incluso más, que el raciocinio puro. Hacer juicios verdaderos en pocos segundos no es un don con� cedido a unos cuantos afortunados, es una capacidad humana que podemos desarrollar a nuestro favor. Encontrar en un instante la verdad de una situación, es una clara evidencia de que nuestro inconsciente es sorprendente, ¿cómo reúne en tan poco tiempo la información que necesita 31 para formular un juicio completo y certero? La extraordinaria eficacia del inconsciente se pone de manifiesto cuando evalua� mos con precisión la personalidad de la gente a partir de una primera impresión. ¿Cómo podríamos crear cogniciones rápidas correctas? Para que la inteligencia intuitiva fluya de manera fácil y espontánea debemos crear las condiciones propicias. Podríamos hacer juicios extraordinarios en un instante basándonos en nuestra intuición, pero esta capacidad es muy frágil y con frecuencia nuestros razonamientos lógicos la destruyen. Si hemos expresado que nos fascina el color negro y enseguida nos piden explicar por qué, pensamos en ello, buscamos justificaciones, decidimos que para la mayoría de la gente es extraño y ya no nos gusta tanto, es decir, adecuamos nuestros gustos a nuestras razones. La inteligencia intuitiva requiere que desechemos nuestros pre� juicios arraigados que compiten con las primeras impresiones que surgen de nuestro inconsciente, necesitamos educar a nues� tra mente para que evite hacer juicios estereotipados que pue� den alterar o destruir los resultados del inconsciente y de ese modo pueda descubrir la verdad. Quizá hasta este momento no le hemos dado suficiente impor� tancia al poder de nuestras cogniciones rápidas, desconocemos su gran fragilidad y nos resignamos a que no podemos controlar nuestro inconsciente. Sin embargo, nuestra capacidad intuitiva puede ser nuestra mejor aliada, no se trata de una fuerza sobre� natural o mágica sino de algo que podemos proteger y educar. Con conocimiento, experiencia y práctica podemos lograr que nuestras percepciones inconscientes sean las más puras posi� bles y por primera vez en nuestra vida, quizá veamos las cosas como son en realidad. 32 Cómo se puede explicar la conducta humana A diario nos hacemos preguntas sobre nuestras conductas y las conductas de los demás, ¿cuándo resolveré esta situación?, ¿qué ruta debo tomar?, ¿por qué los hombres y las mujeres pensamos distinto?, ¿por qué la gente siente celos?, ¿por qué discutimos?, ¿cuál es la mejor solución en este caso? Podemos hacernos preguntas más desafiantes: ¿cómo se ori� ginan las diferentes conductas de las personas?, ¿sabemos que la conducta es resultado de los procesos cerebrales?, ¿cómo se puede explicar la conducta humana a través de la mente?, ¿es posible cambiar la conducta humana a través del entrenamiento? Como una introducción a esta apasionante meta, plantearemos un punto de vista controversial: la información que guarda nuestro cerebro no solo genera pensamientos o imaginaciones abstractas dentro de nuestra cabeza, sino que se convierte en acciones que nos permiten sobrevivir e interactuar en el mundo. No podríamos explicar la conducta humana desde una perspec� tiva meramente biológica, psicológica o social, necesitamos un análisis integral de la estructura y el funcionamiento de nuestro cerebro enmarcado por nuestro desarrollo personal dentro de un ambiente social y cultural. Una combinación de los diferen� tes enfoques puede ser un medio eficaz para intentar explicar la conducta de un organismo complejo. Hoy en día, la ciencia propone que nuestro comportamiento es resultado de la compleja interacción entre nuestra biología y nuestro medio ambiente y se están identificando las estructuras y la química del cerebro que afectan la conducta. El reto es lograr una mayor comprensión de cómo la organiza� ción de nuestro cerebro, moldeada por el ambiente, dirige nues� tras conductas. 33 Durante miles de años, la humanidad ha buscado, organizado y utilizado la información, de ese modo ha desarrollado patrones de conducta para resolver sus problemas y sobrevivir. En la ac� tualidad, a pesar de que vivimos en «la era de la información» todavía tenemos un conocimiento muy limitado del cerebro. A medida que conozcamos más sobre este órgano maravilloso y sus funciones, podremos descifrar con mayor precisión la con� ducta humana. Cualquier posible explicación de la conducta humana debe tomar en cuenta que nuestra vida está gobernada por procesos internos y eventos mentales de los que no siempre somos conscientes y que estos eventos pueden ser sentimientos o pensamientos. Aho� ra, ¿pueden los pensamientos y las emociones existir fuera de la conciencia?, y si es así, ¿cómo pueden los recuerdos olvida� dos influenciar nuestra conducta? Existe un gran procesamiento mental que ocurre sin que tengamos conciencia de ello y sin embargo, son los sentimientos y los pensamientos los factores determinantes de quiénes somos y cómo actuamos. Comprender nuestra particular naturaleza, desde nuestra mente consciente que observa fielmente y nos permite mantener una conexión con el mundo, hasta nuestro inconsciente, que todo lo recuerda, que sabe la respuesta cuando el intelecto la olvida, que nos instala en un diálogo interno que nos ayuda a decidir y relacionarnos más fácilmente con el exterior, requiere de una introspección de los procesos que ocurren en nuestro cerebro. Conforme la sociedad se vuelve más compleja, la comprensión de la conducta humana emerge como el medio natural para te� ner una visión profunda del desarrollo de la sociedad, buscamos una comprensión más orientada al interior de los seres humanos y respuestas que sean el combustible impulsor del crecimiento. Nuestra experiencia en el aquí y el ahora (sensaciones, pala� bras, movimientos, sonidos, imágenes, decisiones, acciones) 34 es la consecuencia de estar vivos y activos. Somos testigos y actores al mismo tiempo. El ambiente cambiante que vivimos a diario produce en nosotros formas de interpretación, la di� versidad provoca interpretación, a cada instante le damos un significado a las experiencias que vivimos, que de otro modo, no tendrían sentido. Nuestras interpretaciones nos ayudan a comprender las relacio� nes de causa-efecto, a anticipar y predecir los hechos futuros, a distinguir lo importante de lo que no lo es y sacar conclusiones sobre nuestras acciones y las acciones de otros, son una especie de ���������������������������������������������������������� «��������������������������������������������������������� mapa����������������������������������������������������� »���������������������������������������������������� que nos marca las rutas a seguir para cumplir nues� tros deseos, finalmente se convierten en juicios que utilizamos para explicar nuestra realidad. Pero, ¿cómo construimos las interpretaciones con las que juz� gamos al mundo? A cada instante estamos rodeados de estímu� los, ¿nos damos cuenta de que los estímulos tienen una gran influencia en nuestro cerebro y conducta?, ¿cómo se transforma la información de los estímulos que percibimos en emociones y cogniciones que guían nuestras acciones? 35