ESTUDIO GENERAL siones de los mares paleozoicos. Fácil es comprender la reacción que ofrecería el escudo del Sahara ante la llegada de las olas orogénicas; su gran rigidez apagó, o al menos amortiguó, a estos potentes empujes que tan intensamente se acusaban en las regiones circundantes. Mientras surgían fuertes arrugas en los materiales plásticos desprovistos de basamento resistente, el escudo del Sahara aguantaba firmemente estas trepidaciones de la orogenia; sus materiales, demasiado rígidos para plegarse, sufrieron, cuando más, dislocaciones y fracturas en grandes bloques, con levantamientos y hundimientos en la vertical, y solamente en alguna ocasión, cuando el empuje era muy potente, llegó a producirse el plegamiento muy suave, mejor la basculación, de los sedimentos marinos depositados en las últimas transgresiones paleozoicas que, por razón de su mayor juventud, conservaban también una mayor plasticidad. Pero en ninguno de los casos se llegaron a formar fuertes y pujantes relieves en el ámbito del escudo sahanano. Era éste como rígido témpano de hielo flotando en una masa fangosa, que se plegaba y retorcía bajo el efecto de las fuertes ondas y violentos empujes que alteraban la calma de la superficie. Todo lo cual, repetimos, sucedió en las fases orogénicas antes citadas: la caledoniana y la herciniana. La primera, o sea la caledoniana, según la opinión de la mayoría de los geólogos que han estudiado el Sahara, no llegó a afectar a estas regiones del desierto, pues parece ser que, en la mayoría de los lugares reconocidos, no se observa discordancia entre los sedimentos depositados con anterioridad y posterioridad a la misma. Sin embargo, algún autor extranjero, y aun alguno de nosotros mismos, admitimos la posibilidad de que en ciertos lugares se encuentren restos, si bien muy atenuados, de esta orogenia. La potencia de la herciniana fué causa de que sus señales quedasen más claramente impresas en la extensión sahariana, si bien siempre dentro de las características más arriba señaladas. Los empujes más violentos de estos plegamientos dejaron sentir sus efectos sobre el ámbito del macizo del Sahara, produciendo, por una parte, desnivelaciones en los grandes compartimientos o bloques de los materiales del solar arcaico y, de otra, el suave plegamiento y basculación de los materiales más plásticos que constituían los sedimentos depositados durante las transgresiones de los mares paleozoicos. La desnivelación primaria daría lugar a la individualización de gran parte de las cubetas tectónicas tan características en el dominio africano; el basculamiento y ligero plegamiento en los materiales plásticos paleozoicos motivaría la disposición monoclinal, las suaves ondu2 '5