El agujero en la pared La primera vez que tuve acceso a una computadora fue a los nueve años. Era una PC cargada con Windows 3.1, propiedad de mi tía, una contadora que la usaba para correr un programa de cálculo. Cuando no estaba en casa, yo me colaba a su estudio, encendía el ordenador y me ponía a picar por todos lados. En poco tiempo, aprendí la ubicación de los juegos (Solitario y Buscaminas, bien recuerdo); y en unos meses, logré cargarle en un diskette (¡qué tiempos!) unos programas más. Cualquiera que tenga una computadora y un niño en casa, se asombrará con la facilidad con que el chico puede manipular el ecosistema virtual. Curiosamente, casi todo este aprendizaje se da a escondidas. Por ejemplo, mi sobrino solía tomar el celular de su abuela para abrir los juegos. Otro abría Internet en la PC y, en cuestión de horas, ya sabía cómo encontrar los capítulos de su serie favorita. ¿Ellos aprenden más rápido? ¿Es que estas generaciones vienen con otro chip? No necesariamente. Este comportamiento puede explicarse gracias al trabajo de Sugata Mitra, un científico indio. En 1999, este profesor de la Universidad de Newcastle creó un experimento llamado “el agujero en la pared”. Mitra viajó a la población de Kalkaji, en Delhi, para crear un kiosko con computadoras dentro de una zona marginal, al cual se podía acceder al atravesar un muro. Los niños se colaban y empezaban a experimentar con las máquinas, sin supervisión alguna. ¿Qué fue lo que ocurrió? El experimento demostró que los niños aprendían a usar las computadoras sin necesidad de ayuda, sin haber tenido una experiencia previa o conocimientos informáticos. Mitra halló que los niños podrían aprender a desempeñar tareas en Internet de manera casi intuitiva; además, en pocos meses, los chicos aprendieron nociones básicas de inglés, matemáticas y computación para usar funciones como buscadores, correo electrónico y chat. En consecuencia, lograron mejorar sus habilidad de comunicación, de socialización, y en algunos casos, incluso formarse una opinión propia sobre temas de actualidad. Mitra recibió un reconocimiento de la UNESCO por su experimento. Hoy en día, el ‘agujero en la pared’ es considerado como una de las demostraciones del paradigma de la educación mínimamente invasiva. A través de ésta, se alienta a que los niños utilicen la tecnología sin intervención, en entornos atractivos que les permitan generar conocimiento por sí mismos. Así que la próxima vez que descubra a su hijo, sobrino u otro chico en sus primeros acercamientos con la computadora, el celular o la tableta, no lo regañe. Déjelo aprender. Por cierto, si quiere saber más sobre los trabajos de Mitra, un vídeo de su conferencia reciente en TED (2010) http://mx.noticias.yahoo.com/blogs/version-beta/el-agujero-en-la-pared-de-sugata-mitra.html consultado el 2 de septiembre de 2013