Turismo de Bajo Impacto

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Turi s m o d e B a j o Imp a c t o
Se trata de una nueva forma de turismo,
respetuosa del ambiente y las costumbres de un lugar.
Compartamos la responsabilidad de respetar el patrimonio natural y cultural,
y las condiciones que lo han hecho posible.
Disfrutar de estos lugares en el futuro es un derecho nuestro,
de nuestros hijos y nuestros nietos
Te invitamos a transformarte en un turista responsable y practicar este consejo:
“No dejes huellas de tu presencia”
Los buenos sitios de campamento no se hacen, se encuentran. Si acampa o se detiene a merendar, hágalo solo en lugares autorizados. No hay necesidad de “inaugurar” sitios nuevos.
Denunciar a quienes dañan los recursos naturales es asumir la responsabilidad de cuidar el ambiente.
Si observa que alguien captura aves, recolecta plantas o realiza acciones de vandalismo, avise a un Guardaparque o denúncielo en la policía más cercana.
En Mendoza los lugares con sombra son escasos, por lo tanto cuide los árboles, le ayudarán a protegerse
del sol calcinante.
Nunca alimente a la fauna. Esto perjudica la salud de los animales y se expone Ud., su familia y sus amigos a posibles ataques y contagio de enfermedades. Los animales silvestres consiguen su alimento de la
naturaleza que los rodea, ellos saben perfectamente que cosas comer y dónde hallarlas. El alimentarlos
altera sus comportamientos naturales, crea dependencia y los expone a predadores u otros peligros.
No cace, no trampee, no persiga ni moleste a los animales silvestres, ni sus huevos, pichones o crías.
Ellos también son una familia y están en su casa, Ud. es el invitado. Adáptese y compórtese racionalmente.
No destruya sus huevos, refugios, cuevas, guaridas ni nidos.
Los cactus no son un souvenir. Además, cuando los extraiga les dañará la raíz, y quizás no se adapten
a vivir en la ciudad; ellos pertenecen al medio natural. Disfrute mirándolos, y si le gustan mucho, llévese
una hermosa fotografía de ellos.
El suelo no es un cenicero. No arroje colillas de
cigarrillo al suelo, podría generar un incendio
forestal. Apague el cigarrillo correctamente y
guárdese la colilla en el bolsillo o en bolsa de
residuos. El fuego, aunque sea mínimo como el
de un cigarrillo, es peligroso para la naturaleza.
El daño que causa un incendio forestal es irreversible, ya que afecta a las diferentes etapas del desarrollo
de un ecosistema. Este proceso ecológico conocido como “sucesión” es un proceso ordenado y predecible
del desarrollo de las comunidades naturales que comprende cambios en las especies y en las relaciones
entre las mismas y con su medio, por eso si alteramos este delicado proceso, el daño es irreversible.
No deje en la naturaleza lo que ella no necesita. Si genera residuos, regrese con ellos y deposítelos en
lugares apropiados. Evite que el viento desparrame los residuos. Procure llevar siempre una bolsa de
nylon en el bolsillo para guardar en ella la basura que vaya generando en una caminata. Y recuerde que
los animales silvestres no usan pañales descartables.
No lleve a sus mascotas a la montaña. Las mascotas urbanas, principalmente los perros y los animales
silvestres no la pasan bien juntos porque nuestras mascotas “invaden” físicamente y con sus olores, el
territorio que le pertenece a la fauna silvestre. Tampoco abandone a sus mascotas en el campo.
El patrimonio cultural es de todos. Los sitios paleontológicos (fósiles) y arqueológicos no pueden ser reemplazados. Las pinturas rupestres, los petroglifos (grabados en la roca), las puntas de flechas, los restos
de cerámicas y otras manifestaciones del pasado humano se hallan protegidos por ley. Pero su preservación depende de todos nosotros. Preserve el pasado: observe, ¡pero no toque!, y de aviso a la Policía, Guardaparques, Gendarmería u otra autoridad en caso de observar conductas inapropiadas de otras personas.
Sea cortés y respetuoso de la gente de campo. Si se encuentran en una senda con gente a caballo y/o
caminantes, es Ud. y su vehículo todo terreno los que deberán esperar el paso de los caballos y/o caminantes, saliéndose del sendero ladera abajo, y sin
hablar fuerte, hasta que pasen los caballos (para
no asustarlos). Recuerde nuevamente que Ud. es
la visita, asuma las reglas del lugar.
Antes de irse del lugar, revíselo y asegúrese que
no quedan rastros de su visita. Recuerde que
detrás suyo, algún otro día, vendrán más personas
a visitar el lugar. Sería bueno que ellos no
encontraran huellas de su paso.
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