El enigmático retrato de una dama con unicornio De las numerosas obras que realizó Rafael Sanzio a lo largo de su corta pero intensa carrera, una de ellas destaca por la atmósfera seductora y enigmática que transmite la hermosa mujer que aparece retratada en el lienzo. Paradójicamente, esta pintura no fue atribuida con certeza al maestro de Urbino hasta fechas relativamente recientes (1936), y en aquel entonces su aspecto era muy distinto al que hoy podemos contemplar. (Fuente BBC-Londres) 'Retrato de dama con unicornio' (hacia 1505-06), de Rafael La obra en cuestión, un óleo sobre lienzo –aunque originalmente pintado en tabla– de apenas 68 por 53 centímetros, lleva por título ‘Retrato de dama con unicornio’ (hacia 1505-06), y pertenece a la valiosa colección de la Galleria Borghese de Roma. La pintura es importante por varias razones, pero en especial por servir de perfecto resumen estilístico de los retratos femeninos de la época florentina de Rafael, un momento de su carrera en el que el artista se vio claramente impregnado por las innovaciones introducidas por Leonardo da Vinci en el género del retrato a través de su célebre Mona Lisa. La pintura pasó a formar parte de la Galleria Borghese en 1682, y décadas más tarde, en 1760, se mencionaba el lienzo como una obra de Perugino que representaba a Santa Catalina de Alejandría. Y es que, en efecto, durante siglos la pintura mostró un aspecto muy distinto al que posee actualmente. Hasta 1936 –fecha de la primera restauración a la que fue sometida la obra–, la pintura mostraba a una dama con una rueda junto a ella, en la parte inferior. Este objeto fue durante siglos un símbolo del martirio de la santa de Alejandría, así que parecía no haber dudas sobre la identidad de la retratada. Radiografía del unicornio, en la que se aprecia el perro pintado originalmente …Sin embargo, algunos años antes, en 1927, el historiador del arte italiano Ridolfo Longhi señaló que la obra había sido repintada siglos atrás, y apuntó a que seguramente el lienzo era en realidad una obra de Rafael. Cuando unos años después se produjo a la restauración de la pintura se descubrió que Longhi estaba en lo cierto, pues al retirar el abundante repinte que presentaba la obra, bajo la figura de la rueda apareció un hermoso unicornio. En 1959 la obra fue sometida a una nueva restauración y análisis, y en ese momento se averiguó que Rafael había realizado una versión previa con un perro en lugar de un unicornio, aunque finalmente se decantó por esta última criatura. Resuelto el “misterio” de la autoría de la obra, quedaba por averiguar la identidad de la retratada y el significado exacto de la pintura, cuestiones estas que aún hoy siguen sin estar del todo resueltas. Boceto del Retrato de dama con unicornio. Se aprecia la influencia de Leonardo. Teniendo en cuenta la representación original del perro –un símbolo de castidad y fidelidad conyugal– y la posterior inclusión del unicornio, criatura mítica que durante la Edad Media y el Renacimiento se empleó también para representar la pureza y la fidelidad, los historiadores del arte tienen claro que el lienzo fue seguramente un regalo de bodas ante el inminente casamiento de una pareja. En lo que respecta a la identidad de la hermosa mujer de cabellos rubios y ojos azules, los expertos han propuesto varias posibilidades, entre otras que se tratase de la hermosa Giulia Farnese, quien fuera amante del papa Borgia y se casó en segundas nupcias con el noble napolitano Giovanni Capece of Bozzuto. De hecho, en varios retratos posteriores de Farnese, ésta aparece retratada igualmente acompañada de un unicornio. Otra opción es que se tratase de la hija de ésta, Laura, que precisamente en 1505 se casó con Niccolò della Rovere, sobrino del papa Julio II, aunque la dama retratada en la pintura parece mayor de lo que debía ser la muchacha en aquellas fechas. Todas estas incógnitas serán abordadas en la exposición ‘Belleza sublime: ‘Retrato de una dama con unicornio’ de Rafael’, que tendrá lugar en el Cincinnati Art Museum a partir del próximo 3 de octubre y hasta el 6 de enero de 2016, y más tarde en el Fine Arts Museum de San Francisco hasta el mes de abril del año próximo.