Introducción SemanadeOraciónporlaUnidaddelosCristianosSOUC2016 DestinadosaproclamarlasgrandezasdelSeñor (1Pedro2,9) Como todos los años, el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianosylaComisiónFeyConstitucióndelConsejoMundialdeIglesias encarganaun grupoecuméniconacionallapreparacióndelosmaterialesparaelOctavariooSemanade Oración por la Unidad de los Cristianos. Los de este año 2016, fueron encargados a un grupo ecuménico de Letonia, una de las repúblicas bálticas que fue parte de la Unión Soviética hasta 1991. En la presentación de estos materiales, se resume así la historia religiosadelanación: Elpasado,consusdiversosperíodosdeconflictoysufrimiento,hatenidoconsecuenciasnotables enlavidadelaIglesiahoyenLetonia.Esunhechotristequelautilizacióndelafuerzaporpartede algunos antiguos misioneros y de los cruzados tergiversó la esencia del Evangelio. A lo largo de los siglos la tierra de Letonia ha sido un campo de batalla para muchas potencias nacionales y confesionales. Los cambios en el poder político en distintas partes del país se veían frecuentemente reflejadosencambiosenlaafiliaciónconfesionaldesusgentes.Enlaactualidad,Letoniaesuncruce decaminosenelqueregionescatólicasromanas,protestantesyortodoxasseencuentran.Acausade esta peculiar ubicación, Letonia se ha vuelto la casa de muchos cristianos de diferentes tradiciones, ningunadelascualesdominasobrelasdemás. EstapresentaciónnospuedeayudarenChileparaqueoremospornuestroshermanos y hermanas letones, y también para que meditemos sobre nuestra propia historia, en muchos aspectos muy distinta, pero que también nos ha hecho “casa de muchos cristianosdediferentestradiciones”. ElEvangeliodeJesucristollegóanuestroterritorioenelsigloXVI,traídoporhombres ymujereseuropeos,quevivíanenunmundodivididoentre“morosycristianos”(nombre deciertascelebracionespopularesactualesendiversasciudadesespañolas).Paraellos,no se podía ser persona humana si no se compartía la religión católica. Por lo tanto, la impusieron en los territorios que conquistaron. Respecto de los pueblos originarios, no faltaron personalidades eclesiásticas y laicas que defendieron sus derechos, aunque fueronminoríayseimpusounapolíticadetabularasa,encasitodoelterritoriodominado porEspaña.EnChile,sólolafranjaentrelosríosBíoBíoyCautínsemantuvolibredela ocupacióncolonial. Traslaindependencia,elEstadochilenomantuvoalaIglesiacatólicacomosureligión oficial,conexclusióndecualquieraotra.AmediadosdelsigloXIX,unaleyinterpretóque loqueseexcluíaeraelcultopúblicodeotrasreligiones.Así,hasta1925,seconservóuna unidadquelaIglesiacatólicanocuestionaba,sibienelloimplicóseriasdificultadesparala labor pastoral. Las autoridades estatales intervenían en numerosas ocasiones limitando lasfacultadesdelospárrocose,incluso,lasdisposicionesdelosobispos.LaArquidiócesis deSantiago,porejemplo,estuvomásdeochoañosensedevacante,traslamuertede Mons. Rafael Valentín Valdivieso, porque el Gobierno chileno quería imponer como arzobispoauncanónigoliberal,muyopuestoalarzobispodifunto.Sóloen1925,selogró la separación de la Iglesia y el Estado, en una negociación directa del Presidente Arturo AlessandriPalmaylaSantaSede. El culto de otras confesiones cristianas, por lo tanto, estaba prohibido y era susceptible de ser considerado delito. Pero, en esas circunstancias llegaron al país los primeros misioneros protestantes, especialmente desde Inglaterra y los Estados Unidos, así como cristianos de esas confesiones que vinieron a trabajar y vivir en el territorio nacional.Asimismo,lacolonizacióndelterritoriocontinentalalsurdelríoCautínserealizó promoviendolainmigraciónalemana,loquetrajocomunidadesluteranasyreformadas, quedebieronenfrentaractitudeshostilesdepartedeloscatólicos. DurantelaprimeramitaddelsigloXX,nohuboposibilidadesdeacercamiento,porque lajerarquíacatólicaconsiderabapeligrosaparaloscatólicoslapropagandaevangélica,y seconsiderabaquelosprotestantesestabanenelerrory,porlotanto,noteníanderecho a difundir sus ideas. Por su parte, no faltaban en el campo protestante y evangélico, predicadoresquehabíanvividounprocesofuertedeconversiónquelosllevabatambiéna atacar a la Iglesia católica y sus instituciones. A fines del siglo XIX, el antiguo hermano jesuita catalán, Juan Canut de Bon, transformado en ferviente y exitoso predicador metodista,preparóelcaminoalavivamientopentecostalde1909. Tras ese avivamiento, fueron surgiendo en las primeras décadas del siglo XX, numerosas comunidades pentecostales, metodistas y de otras denominaciones. Sobre todo el pentecostalismo se insertó en los ambientes más populares, a lo que contribuyeronsusfuertesexperienciasespiritualesqueliberaronanumerososenfermos alcohólicos, así como sus himnos de melodías atrayentes y letras expresivas de las experiencias de conversión. Al mismo tiempo, la fuerza de las experiencias espirituales individuales, contribuyó y sigue contribuyendo a que nazcan numerosas iglesias y comunidades sin una teología ni organización comunes. Los intentos de coordinación se producen,entonces,pormotivospragmáticos,nosiemprepuramentereligiosos. EnlasegundamitaddelsigloXX,cambiólaactituddelajerarquíaeclesiásticacatólica, especialmente por obra del Concilio Vaticano II, que abrió a la Iglesia, no sólo al ecumenismo, sino a reconocer como propios “los gozos y esperanzas, los dolores y las angustiasdelhombredehoy”(cf.GS1).Justamentelasaccionesdestinadasacurarlos dolores de las personas necesitadas o en conflicto, han hecho posible que los cristianos trabajemos juntos, sin distinción de la identificación religiosa. En diversos voluntariados participan jóvenes de distintas denominaciones. Y en situaciones de catástrofes, como también durante los años en que la dictadura persiguió a muchas personas por motivos políticos, las propias iglesias incluyeron entre el personal de sus instituciones de ayuda solidaria a profesionales y trabajadores, sin fijarse en nada más que en su voluntad, disposición y capacidad de ayuda en favor de los perseguidos. Sin embargo, hubo comunidadesenqueeljuiciorespectodelasituaciónnacionalllegóaprovocardivisiones quehastahoyresultandifícilesdesuperar. Una mirada al conjunto de nuestra historia nos hace reconocer que las relaciones entre las iglesias y la sociedad secular constituyen un tema delicado que se debe tener presente. Hay, al menos teóricamente, un consenso en sostener que el Estado debe ser laico,peronolaicista.Estoes,elEstadonodebetenerunareligiónoficial,nifavorecera ninguna de las confesiones religiosas existentes en el territorio nacional. Pero tampoco debereprimirlaaccióndelasconfesionesreligiosasnilasmanifestacionespúblicasdelas mismas, aunque debe garantizar el respeto mutuo entre ellas y también respecto de quienes se declaran no creyentes o agnósticos. Al mismo tiempo, las confesiones religiosas, especialmente las cristianas, se sienten llamadas por su fundador a ser sal y levadura(cf.Mt.5,13y13,33)delasociedad,loquesuponequebusquenincidirenella, conforme al ideal de ser humano que los cristianos reconocemos en Jesucristo. Eso es precisamente lo que se expresa en el lema de la Semana de oración en este año: DESTINADOS A PROCLAMAR LAS GRANDEZAS DEL SEÑOR. Porlomismo,ellemanoscomprometea trabajar con mayor conciencia y coherencia por la unidad. Rencillas y divisiones entre nosotros son causa de escándalo, esto es, alejan de Dios a quienes lo buscan, muchas veces sin saber. Si tomamos en serio la tarea de proclamar las grandezas del Señor, lo primero que deberíamos hacer es recordar lo que dice san Pablo: que hemos sido bautizados(esdecir,sumergidos)enelEspíritu,paraformarelúnicoCuerpodeCristo(1 Cor.13,13).