Graves consecuencias de una crisis sin sentido

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Crisis hortofrutícola
30 • LA TIERRA Nº 227 JULIO-AGOSTO 2011
Noticias falsas y cierres de mercados en frutas y hortalizas
Graves consecuencias
de una crisis sin sentido
El sector hortofrutícola español se ha visto inmerso en una nueva situación de crisis sin que exista ningún
motivo estructural que pueda justificarla. Los hechos son de sobra conocidos. Una falsa alarma que identificó a
una partida de pepinos españoles como portadores de una cepa de la bacteria E. coli especialmente virulenta
que ha provocado la aparición de un brote infeccioso en Alemania, tuvo como consecuencia el cierre de
mercados para la práctica totalidad de los productos hortofrutícolas de nuestro país.
Posteriormente se confirmó que los pepinos españoles estaban libres de la citada bacteria, pero el daño ya
estaba hecho. Las exportaciones españolas de frutas y hortalizas se han resentido gravemente y todavía hoy,
dos meses después del inicio de la crisis, no han recuperado sus niveles habituales. Una noticia falsa,
irresponsablemente comunicada, una reacción en cadena y un muy deficiente funcionamiento de los
mecanismos europeos de gestión de las crisis alimentarias han ocasionado pérdidas millonarias a muchos
agricultores españoles que nada tenían que ver con esa situación.
Las ayudas y compensaciones establecidas hasta el momento sólo palían mínimamente el daño generado.
Desde UPA se han movilizado todos los recursos para contribuir a que, al menos, esas ayudas se encuentren a
la altura de los perjuicios causados y para que se recupere cuanto antes la confianza de los consumidores en
unos productos que presentan unos elevados niveles de calidad.
Crisis hortofrutícola
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LA TIERRA Nº 227 JULIO-AGOSTO 2011 • 31
Daños colaterales para todo el comercio exterior de frutas y hortalizas
URANTE 2010, nuestro
país exportó casi 500.000
toneladas de pepino, por
un valor ligeramente por debajo
de 372,5 millones de euros.
Alemania aparece como el principal mercado de destino, con
el 32% del total, seguida a bastante distancia por Holanda
(14,4%) y Reino Unido (12%).
Alrededor del 71% de toda la
producción española de pepinos se destina a la exportación,
por lo que cualquier factor que
tienda a distorsionar el comercio exterior tiene unos efectos
muy graves sobre nuestros
agricultores.
De todas maneras, sería un error
considerar que los efectos de
esta crisis se han limitado al pepino, ya que el conjunto de las
hortalizas y frutas españolas se
ha visto afectado en mayor o
menor medida por esta situación. Incluso puede pensarse
que esta práctica paralización
D
de las exportaciones ha podido
tener unas consecuencias todavía más dramáticas en otros productos, como las frutas frescas,
cuyo periodo de máximas ventas comenzaba cuando se desató la tormenta.
Es el caso de las sandías, cuyas
exportaciones durante el pasado año llegaron hasta las
492.000 toneladas, por un valor
por encima de los 214,1 millones de euros. De nuevo Alemania aparece como la principal
compradora de las sandías españolas, con el 37% del total.
Hay que tener en cuenta que el
61% de las exportaciones a ese
país se registran entre los meses de junio y julio.
En el caso de los melones, las
ventas en el exterior llegaron
hasta cerca de 376.600 toneladas, por un valor de más de
247,2 millones de euros. Un
25% de esa cantidad se dirige
hacia Alemania, concentrándo-
se el 72% de ese comercio exterior durante los meses de junio, julio y agosto.
También estos meses resultan
claves para melocotones y nectarinas. Durante el pasado año
se exportaron 234.000 toneladas (218,3 millones de euros) de
los primeros y 351.130 toneladas (410,8 millones de euros) de
las segundas. Un 66% de las
ventas en el exterior se concentran en los meses de junio, julio
y agosto.
Tendencias similares se repiten
en prácticamente todas las principales frutas y hortalizas de
nuestro país. Elevadas cifras de
exportación dirigidas de manera
preferente a los mercados europeos (particularmente a Alemania) y, además, alta concentración de ese comercio exterior durante los meses de junio, julio y
agosto. El cuadro 1 refleja la importancia del comercio exterior
para otros productos clave del
sector hortofrutícola español.
CUADRO 1
Tomates
TOTAL
EXPORTACIÓN
2010 (t)
739.900
TOTAL
EXPORTACIÓN
2010 (M. €)
819,0
Pimientos
434.700
574,4
Calabacines
243.160
247,1
Lechugas
568.560
550,1
PRODUCTO
PRINCIPALES
MERCADOS
DESTINO
Alemania (21%)
Reino Unido (19%)
Alemania (28%)
Francia (11%)
Francia (43%)
Alemania (17%)
Alemania (29%)
Reino Unido (17%)
Los efectos de la crisis
ESULTA difícil proporcionar unas cifras ajustadas
sobre los efectos de la
crisis provocada por la falsa
imputación de los pepinos
españoles como causantes de
la epidemia de E. coli, aunque
en todas las estimaciones se
señala su enorme magnitud.
La primera constatación que es
preciso efectuar es que la paralización de los mercados exteriores no ha afectado únicamente
al pepino, sino que se ha extendido al conjunto de la oferta de
frutas y hortalizas españolas, en
un momento clave ya que se trataba del inicio de la campaña de
verano, cuando tienden a incrementarse las exportaciones.
El sector hortofrutícola representa el 37% de la producción final
agraria de nuestro país y tiene
una vocación claramente exportadora. Durante el pasado año se
R
exportaron 9,5 millones de toneladas de frutas y hortalizas, por
un valor que ronda los 8.600 millones de euros. Andalucía, Murcia y la Comunidad Valenciana
concentran el 85% del valor de
toda esa producción. Un 95% de
las exportaciones españolas de
frutas y hortalizas se dirige hacia
otros países de la UE, principalmente Alemania, Reino Unido y
Francia. Este sector genera en
nuestro país unos 50.000 puestos de trabajo directos.
Los efectos de la crisis pueden
analizarse en varias direcciones:
1. Las pérdidas generadas por
los productos que no han podido ser vendidos y que han
debido destruirse o derivarse hacia otros canales (alimentación animal preferentemente).
2. Las pérdidas debidas a que
buena parte de los productos
se ha vendido a muy bajo precio al encontrarse con un exceso de oferta, motivada por
el cierre de los mercados exteriores.
3. El efecto de arrastre hacia
otros productos hortofrutícolas, en particular con las frutas de verano que comenzaban en esas semanas su temporada clave. La situación en
estos casos ha sido similar a
la descrita en los puntos anteriores (menores ventas y éstas a precios más bajos).
4. El deterioro de la imagen de
las frutas y hortalizas de nuestro país que parece estar provocando una cierta desconfianza de los consumidores de
la Unión Europea y de terceros países.
En términos todavía generales,
se estima que las exportaciones
de pepinos fueron inapreciables
durante las semanas clave de la
crisis, mientras que las de lechuga o tomate se redujeron en un
50%. En el mercado interior también se registró una cierta contracción del consumo en los primeros días de la alarma, entre un
20% y un 30%, aunque la demanda se recuperó rápidamente, aunque con precios por debajo de los habituales. En las lonjas, el precio del pepino se
desplomó en un 73%. También
experimentaron caídas muy importantes los precios del melón
(-56%), de la sandía (-40%), del
brócoli (-65%), de los pimientos
(-45%) y de los melocotones y
nectarinas (-40%). Está claro que
todas estas cifras indican una situación de ruina para el sector y
comprometen gravemente las
posibilidades de realizar las inversiones necesarias para acometer la próxima campaña.
ENESA INFORMA
Inicio del período de contratación del seguro con coberturas
crecientes para explotaciones hortícolas al aire libre,
de ciclo otoño-invierno, en la Península y Baleares
A partir del 1 de junio de 2011 se pone en marcha el nuevo seguro para hortalizas de otoño-invierno cultivadas al aire libre, en todo el territorio nacional menos en Canarias, bajo el
nombre de “Seguro con coberturas crecientes para explotaciones hortícolas al aire libre, de ciclo otoño-invierno, en
Península y Baleares”. El seguro creciente sustituye a las líneas tradicionales, por lo que es necesario informarse con
detenimiento ya que aporta un nuevo sistema de gestión y
aplicación de coberturas.
Son asegurables las distintas variedades de ajo, alcachofa,
arándano, batata, boniato, cardo, espárrago, frambuesa, fresa, fresón, grosella, guisante verde, haba verde, mora y patata, cultivadas al aire libre, considerándose clases diferentes, cada cultivo y cada ciclo de cultivo.
Dentro de la garantía a la producción, los riesgos cubiertos
son: pedrisco, helada, riesgos excepcionales como fauna silvestre, incendio, inundación-lluvia torrencial, lluvia persistente, viento y no nascencia, este último únicamente en la
patata, y por último resto de adversidades climáticas. Únicamente las plantaciones de alcachofa y espárrago cuentan
con una garantía a la plantación que compensará la muerte
de las plantas a causa de los riesgos cubiertos. Y por último
existe una garantía a las instalaciones, es decir para los cortavientos artificiales y/o mallas antigranizo, siempre que
cumplan los requisitos fijados en el seguro.
El asegurado, en el momento de contratar la póliza, debe seleccionar el módulo de aseguramiento que será de aplicación
al conjunto de parcelas de la explotación correspondientes a
una misma clase de cultivo, de tal manera que todas ellas estarán garantizadas ante los mismos riesgos y dispondrían de
las mismas condiciones de cobertura. Los módulos disponibles son los siguientes:
• Módulo 1: Todos los riesgos se valorarán por explotación.
• Módulo 2: Los riesgos de pedrisco, helada y riesgos excepcionales se valorarán por parcela y el resto de adversidades climáticas se valorará por explotación.
• Módulo 3: Todos los riesgos se valorarán por parcela.
• Módulo P: Los riesgos de pedrisco, helada y riesgos excepcionales se valoran por parcela. No son asegurables el resto de adversidades climáticas.
Si opta por la garantía a las instalaciones, debe señalar, para cada parcela individualmente, las instalaciones presentes
en la misma. Para asegurar las instalaciones, es obligatorio
asegurar el conjunto de la producción.
El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, a
través de ENESA, subvenciona al agricultor parte del coste
de su seguro, con unos porcentajes de subvención que se
obtienen mediante la suma de los distintos porcentajes y
que dependen, entre otros aspectos, del módulo elegido y de
las características del asegurado, siendo los siguientes:
TIPO DE SUBVENCIÓN
Base a todos los asegurados
Por contratación colectiva
Adicional por condiciones del asegurado
Renovación de contrato de uno o dos
años anteriores
Agricultores con producción ecológica
Mód. 1
(%)
Mód. 2
y 3 (%)
Mód. P
(%)
22
17
7
5
5
5
14-16*
14-16*
14-16*
6o9
6o9
6o9
5
5
5
* En el caso de una joven agricultora, la subvención adicional según las condiciones del
asegurado se eleva al 16%.
Las comunidades autónomas también pueden subvencionar estos seguros, acumulándose a la subvención que aporta el Ministerio.
El agricultor interesado en este seguro puede solicitar más información a la ENTIDAD ESTATAL DE SEGUROS AGRARIOS
C/ Miguel Ángel 23-5ª planta 28010 MADRID con teléfono: 913 475 001, fax: 913 085 446 y correo electrónico: seguro.agrario@marm.es, y a través
de la página web www.marm.es. Y sobre todo a su Tomador del Seguro o a su Mediador, ya que éstos se encuentran más próximos y le pueden aclarar
cuantas dudas se le planteen antes de realizar la póliza y posteriormente asesorarle en caso de siniestro.
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PUNTOS DE INFORMACIÓN:
Delegaciones Provinciales de su comunidad autónoma • Áreas de Agricultura y Pesca de las Delegaciones y Subdelegaciones del
Gobierno • Organizaciones Profesionales Agrarias • Cooperativas • Entidades Aseguradoras • Agroseguro.
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LA TIERRA Nº 227 JULIO-AGOSTO 2011 • 33
Medidas insuficientes para compensar las pérdidas
A principal medida articulada por las autoridades europeas
para paliar los efectos de esta crisis ha sido el establecimiento de un fondo de carácter excepcional de 210 millones
de euros que pretende compensar los daños provocados y promover la recuperación del sector. Está previsto que se otorgarán
indemnizaciones del 50% del valor de ciertos productos (pepino,
tomate, lechuga, calabacín y pimiento) retirados del mercado
durante el periodo comprendido entre el 26 de mayo y el 30 de
junio, siempre que pueda presentarse la documentación que así
lo acredite.
Desde UPA se ha considerado esta medida como absolutamente
insuficiente para resolver la situación de los productores de frutas y
hortalizas que se han visto inmersos en una crisis de la que no son
en absoluto responsables. Sin ánimo de exhaustividad pueden avanzarse las siguientes líneas fundamentales de trabajo:
■ Es imprescindible ampliar la cobertura del sistema de indemnizaciones, que en la actualidad se queda en un raquítico 50%. Es
cierto que las organizaciones de productores podrán incrementar las ayudas a sus socios mediante sus programas operativos
destinados a las medidas de gestión de crisis, pero no parece lógico que el sector tenga que pagar por una situación sobre la
que no tiene la más mínima responsabilidad.
■ Tampoco puede aceptarse que sólo se establezcan compensaciones por las pérdidas de los productos, cuando en muchas
L
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ocasiones lo que ha ocurrido es que los agricultores han debido
vender por debajo de sus costes de producción. Es preciso, por
tanto, contemplar compensaciones para esas ventas forzadas
por una situación anormal de mercado.
Las ayudas no deben limitarse a los cinco productos considerados (pepino, tomate, lechuga, calabacín y pimiento), ya que otros
muchos se han visto afectados por el cierre y/o la contracción
de los mercados.
Además de ayudar a compensar las pérdidas registradas, resulta fundamental poner en marcha campañas dirigidas a recuperar
la imagen de los productos hortofrutícolas españoles afectados
por informaciones falsas y calumniosas. Esas campañas deben
tener como público prioritario preferente a los consumidores europeos hacia donde se dirige la mayoría de las exportaciones de
nuestro país.
Con carácter más estructural, parece importante revisar los principios que ordenan los sistemas de trazabilidad de los productos agroalimentarios, ya que en esta crisis se ha demostrado que
esos sistemas funcionan perfectamente en el nivel de la producción, pero no resultan nada claros cuando los productos llegan a
la gran distribución. Hay que recordar que la trazabilidad supone
un importante coste para los agricultores y que en esta ocasión
no ha servido para evitar una situación de alarma completamente injustificada.
la cita
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