La música es importante para la ambientación de la escena. La Maldición Capítulo 15 El gemelo maldito (Parte II) ___________Gustav’s POV___________ Apenas dejé a Bill y Tom en el auto, regresé a la capilla. Entré al baño, necesitaba limpiarme, había sangrado mucho y tenía el mal sabor en la boca. Tras salir de ahí, fui a la habitación del ritual y vi a los dos Sacerdotes con sendos libros antiquísimos. Me acerqué con cautela, hasta que el más moreno me vio. —Pensé que te habías ido con Tom —dijo tranquilamente, aunque su rostro demostraba lo profundo de su preocupación. —Necesito consultarles algo —Ven, siéntate —dije acercándome a ellos. —me pidió el Padre Jost—. ¿Qué necesitas? —Oí algo que el demonio dijo y me dejó pensativo —respondí bajando la mirada. —¿Qué cosa te dejó así? —preguntó Jost extendiéndome una taza de café. —Él dijo que para regresarlo al infierno, o de dónde quiera que venga, hay que hacer un sacrificio —dije tomando un sorbo del café, apenas podía sentir el sabor de él, pues la sangre parecía haberse quedado grabada en mi boca—. ¿Es eso cierto? Me refiero a qué él es un demonio, pudo haberlo inventado o algo así. —Eres un gran observador Gustav —me dijo Biagioni, con una sonrisa—. En efecto todo lo que hicimos hay habría sido en vano si no hubiésemos sacado esa información. —Entonces ¿es verdad? —No estamos seguros —respondió Jost—. Estamos investigando a los demonios que pedían sacrificios humanos. Pero como dijiste, el demonio pudo haberlo inventado. Son mentirosos por naturaleza. —Si esa información llega a ser cierta, podríamos matar al demonio, o desterrarlo de este mundo, pero alguien debe ser sacrificado —comentó Biagioni, su tono esperanzador, me hacía pensar que él quería creer que era cierto y no sólo un truco del gemelo maldito. —¿Y han hallado alguna información importante, algo que nos diga si es verdad o no? —Eres muy hábil Gustav, estoy seguro de que llegarás a ser un gran abogado —dijo Jost, lo que me hizo sonrojar levemente, quien siempre me halagaba en ese sentido era Tom y siempre hacía que me sonrojara. Mi amigo, mi gran amigo… —¿Quieres ayudarnos con esto Gus? —preguntó Biagioni al ver que estaba decidido a quedarme. —Claro, haré lo necesario para ayudar a Tom. —Pero… ¿estás bien? El demonio te atacó bien feo —dijo paternalmente el Padre Jost. —El Padre Biagioni también fue atacado y está aquí —dije y ambos asintieron, después de todo, mientras más manos buscaran, más información útil podríamos encontrar. —Está bien, es tu decisión. Tras leer por horas, parecía que la mayoría de los demonios pedían sacrificios de sangre, pero en su mayoría era de animales. Hasta la misma tradición Cristiana tuvo derramamiento de sangre, antes de que Jesús viniera a la tierra, se ofrecían holocaustos de corderos sin mancha en conmemoración del Cristo que habría de venir. Menos mal que todas esas patrañas se acabaron. Aunque hace sólo unos días hicimos un ritual gitano, donde tratamos de eliminar a “Lamia”, siendo éste un completo fracaso. No podía creer que en cosa de días nuestras vidas se hayan vuelto de cabeza por causa de las maldiciones. Si me hubiesen preguntado hace un mes si creía en maldiciones, me habría puesto a reír, pero ahora, nuestras vidas corrían peligro por causa de una de ellas, la temida “Maldición de los Gemelos”. —Padre, aquí habla de “Astaroth”, el gran duque del infierno. Dice que él pedía sacrificios humanos y sus más fieles sirvientes eran: “Aamon”, “Pruslas” y “Barbatos” —les señalé la imagen del libro que estaba revisando. —Sí, “Astaroth” es realmente temible, pero él es demasiado poderoso para estar detrás de esto —dijo el Padre Jost, lo cual me llamó la atención, “demasiado poderoso”, ¿es decir que había seres aun más terribles que el gemelo maldito? Me estremecí de sólo pensarlo. —¿Por qué te llamó la atención Gustav? en la imagen del libro. —me preguntó el Padre Biagioni, fijándose —Porque Tom me mencionó que cuando Bill fue poseído, ese “ente” liberó demonios y aquí dice que “Aamon” tiene a cargo cuarenta legiones de demonios, por lo tanto podría ser él. El llamado “Príncipe de los demonios”. —Buen punto Gustav —dijo Jost pensando en mi comentario—. Tienes razón, este demonio también pedía sacrificios humanos, siguiendo la costumbre de Astaroth. Ahora sólo debemos lograr que efectivamente nos diga su nombre y será pan comido sacarlo. —¿Y el sacrificio? —pregunté preocupado. —Podríamos encerrarlo de vuelta en el espejo —dijo Jost meditando en esa idea. —Pero quedaría por siempre rondando a Bill y a Tom considerándolo también. —agregó Biagioni —Es muy peligroso dejarlo con vida —dije pensando en la felicidad de mi amigo—. Si vuelve a salir, va a volver a poseer a Bill y eso destrozaría a Tom y ustedes mismos lo vieron, Tom no soporta que el demonio dañe a Bill, será capaza de sacrificarse él mismo. —Tienes razón, si Tom llega a entregarse como lo hizo hoy, estaremos acabados, imaginen a 40 demonios en la tierra ¡No!, eso está fuera de discusión. —Podríamos intentar sacrificar un animal —sugirió Jost, pero su ceño apretado nos mostraba que ni siquiera él estaba seguro de que eso fuese a funcionar. —Padre, nosotros intentamos salvar a Fany sacrificando una cabra y ¿qué conseguimos? A Fany muerta y a Georg destrozado. ¡Animales No! —¿Qué sugieres Gustav? Te ves demasiado seguro —preguntó Biagioni mirándome seriamente. —Yo seré el sacrificio —dije absolutamente seguro de mis palabras. —Estás loco muchacho —dijo Jost agitando las manos—. ¿Cómo se te ocurre una locura así? —Se me ocurre, porque Bill lo haría, pero él es demasiado débil para luchar con el demonio, vieron como lo llevó Tom, estaba completamente inconsciente. —Tom no te dejará —rebatió el Padre Jost. —Él no tiene por qué saberlo —agregué, mucho más seguro de mi decisión. —Pero… —Dígame Padre, ¿sabe cómo realizar un buen exorcismo para mandar a ese demonio al infierno y que se quedé ahí para siempre? —Sabiendo el canal por el que se transporta a este mundo, sí, es posible realizar ese ritual. Podemos usarte de sacrificio sin necesidad de que pierdas la vida —dijo Biagioni, pensando… o recordando algo importante. —¿Cómo dices Biagioni?, tendríamos que mezclar la fe con métodos poco ortodoxos —Dijo angustiado Jost. —Creo que ahora no tenemos más opción Padre —le dije, y palmeé su hombro, para darle resignación—. Cuéntenos Padre Biagioni ¿cómo sería ese hechizo? —Una vez que el demonio nos confiese su nombre, lo mandaríamos a salir del cuerpo de Bill y entrar en el tuyo y a ti te confinaríamos al espejo. Una vez dentro romperíamos para siempre el portal, sacándote de ahí en el proceso —explicó el cura, pero una leve capa de sudor cubrió su frente. —No parece tan terrible Padre Jost, así que cambie esa cara —le dije sonriendo, tratando de calmarle. —Pero existe la posibilidad de que no funcione y tu alma sea llevaba al inframundo — así que ese era su gran temor. —Bueno Padre, es un riesgo que hay que correr —dije sin darle verdadera importancia, ya que en el momento en que decidí ser el sacrificio, ya no me importó nada… mucho menos el método. Estaba dispuesto a morir de todas formas. —¿Por qué Gus? ¿Por qué estás dispuesto a entregar no sólo tu cuerpo, sino también tu alma? —inquirió el Padre Biagioni, cambiando su mirada a una de resignación, tal como la mía. —Tom es cómo mi hermano —dije simplemente aunque en verdad, hace años mi cariño por Tom cambió de rumbo, sabía que nunca tendría una oportunidad con él, pero me conformaba con ser su “amigo o casi hermano”, pero cuando llegó Bill todo cambió, entonces supe que jamás tendría a Tom como quería, Bill amaba a Tom y Tom lo amaba a él con todo el corazón, a tal grado que no le importó quedar maldito por él. En un amor así yo no puedo inmiscuirme. —¿Y por qué no vives para seguir cuidándolo como hermano? —Porque ahora tiene a Bill —basta, ya estaba dicho. Por la mirada de ambos curas, supe que habían leído en mi alma. —Entiendo. —No Padre, nadie entiende —dije francamente—. Me retiro. —Te llamaremos para lo del ritual. —Esperaré su llamado. Adiós. _____________Tom’s POV____________ Dar play durante la escena de Bill y Tom http://www.youtube.com/watch?v=9gEzj6OvXbs Al llegar, ayudé a Bill a entrar a la casa, que ya había recuperado la consciencia. Me sentía tan inútil, de nuevo. Lo habían lastimado y no pude hacer nada al respecto. Lo llevé al baño para que tomara una tina de agua caliente. —Parece un déjà vu —me dijo tratando de sonreír, pero su rostro ensangrentado me atormentaba. Con toda la suavidad que pude, le abracé. —Tranquilo, el baño te relajará —preparé el agua mientras le quitaba lentamente la ropa a Bill, tenía cortes profundos en varias partes de su cuerpo y muchos moretones—. ¿No te gustaría que te llevara al hospital? —No, recuerda que mi cuerpo sana rápido, sólo necesito relajarme —le ayudé a entrar en el agua, mientras apretaba los diente, ojala me pudiera enfrentar a ese maldito demonio, le daría una soberana paliza. —Una vez más no pude protegerte —susurré con lágrimas en los ojos, mientras pasaba la esponja por sus delgados brazos. —Cielo, es la primera vez para ti y para mí de ver algo como esto, de enfrentarnos al mal. No puedo culparte. —Pero, ¿por qué no me poseyó a mí y te dejó a ti tranquilo? —gemí entre sollozos, yo hubiera aceptado los golpes en lugar de él. —Ya oíste a los Sacerdotes, si él toma tu cuerpo, se desatará el caos, imagina que los espíritus malignos posean a gente inocente, sería horrible —sus ojos mostraban todo el terror de imaginar a gente buena sufrir lo que é vivía en carne propia. —Pero para mí es horrible verte sufrir a ti, a la persona que más amo en la vida, ¿no lo ves?, si algo malo te pasa a ti, yo siento que mi vida no tiene sentido. —Y a mí me pasa lo mismo contigo, siento que toda mi vida he existido sólo para ti y si te pasa algo, entonces ya no habrá razón para estar vivo. —Cielo, entonces mantengámonos vivos —supliqué cogiendo su mano. —Sí Tomi, vivamos para estar juntos. Después de lavar y limpiar las heridas de su cuerpo lastimado, llevé a Bill a la cama, se veía exhausto y a decir verdad, yo también lo estaba. Pasamos horas en la iglesia, y aunque todo parecía tan irreal, el tiempo no estaba de nuestra parte, corriendo sin parar, mientras nuestras vidas transcurrían presas de esa pesadilla. Puse la alarma temprano y nos abrazamos. Quería amarlo esa noche, pero no era el momento. Bill gimió de dolor cuando lo apreté contra mí, lo que me indicó que mejor cambiara mis pensamientos. Aspiré su aroma y nos dormimos. No sé cuanto estuvimos así hasta que sonó mi celular. Me moví y contesté. —Aló —dije con la voz ronca de sueño, sin ver quien me hablaban. —Tom, soy el Padre Jost, hemos encontrado algunas pistas y creemos poder erradicar al demonio, necesitamos que traigas a Bill mañana a las 10 a la Iglesia. — dijo todo muy rápido y al ver sus nuevas intensiones, yo apreté el teléfono en mi mano. —Pero Bill está muy lastimado —dije mostrando la molestia de que dispusieran de él como y cuando quisieran. —Es mejor así. Si todo sale bien, el demonio no tendrá poder para negarse a obedecer nuestras órdenes y todo acabará de una vez. —¿Está seguro? —pregunté escéptico, como el estudiante de leyes que era—. Ni siquiera pudieron sacarle el nombre la vez pasada. —Pero entregó información valiosa y tenemos una pista de quién puede ser. —Veré como amanece Bill y le llamo para confirmar —dije serio, no pensaba exponerlo más de la cuenta. —Está bien, adiós. —Adiós —colgué. Bill me miraba con el ceño fruncido. —No debes cargarla con ellos —me dijo serio y mordiéndose el labio me confirmó—. Iremos mañana sin problemas. —Sólo si te sientes mejor. —Estaré mejor si sacan esa cosa de mi cuerpo. —Bill —lo abracé—, sólo quiero que estés bien. —Ya lo hablamos Tom, viviremos para estar juntos, pero si esa cosa está dentro de mí y te hace daño, entonces no quiero vivir, ¿no entiendes? —lo besé, no quería que tuviera esos pensamientos negativos. —Te entiendo, calma —lo volví a besar—. Iremos y resolveremos este problema de una vez por todas, además el Padre Jost dice que tienen pistas de quien es el demonio. ___________Normal POV____________ En la Iglesia, los Sacerdotes terminaban de instalar las trampas anti demonios y las cubrían de modo que el “gemelo maligno” no se diera cuenta hasta que fuera demasiado tarde. El Padre Biagioni se retiró a un rincón y su compañero vio por el rabillo del ojo lo que parecía ser un arma. Se acercó y vio como la guardaba rápidamente. — Padre ¿qué es eso? —preguntó Jost, señalando el bulto en su chaqueta. —Nada —respondió evitando el tema. —Padre Biagioni, ¿tiene un arma? —más que una pregunta era una afirmación, pues estaba seguro de lo que vio. —Está bien, sí, es un arma —agregó alzando las manos en señal de rendición. —¿Qué pretende Padre? —David estaba angustiado por los jóvenes. No quería darles falsas expectativas, pero mucho menos quería verles muertos a manos de otro sacerdote. —¿Acaso olvidó las palabras del Cardenal Falacci? Si hay algún problema, si las cosas se descontrolan, hay que eliminar al gemelo vivo. —¿Pero qué pasará con Bill? Si matamos a Tom, él quedará solo, destruido y desprotegido. —Ya vio lo que pasó ayer Padre, el joven Kaulitz prácticamente se entregó al gemelo maldito, él no puso ninguna resistencia, quería morir. Y no podemos permitirlo, de ninguna manera. De hecho nuestra misión ya ha fracasado, porque si lo que dijo Bill es cierto, entonces el gemelo maldito ya ha soltado los demonios. —Aun no estamos seguro de eso Padre, no pierda la fe. —La fe se debilita cuando se trata de los brazos del demonio —dijo triste, recordando los fatídicos encuentros con otras víctimas de exorcismos. —Lo sé Biagioni. No quiero que esos chiquillos sufran. ¿Viste el rostro inocente de Bill? Él es sólo una víctima en este proceso doloroso —agregó Jost, haciendo la señal de la cruz en el aire. —Padre, ellos están cometiendo incesto. Además el cuerpo de Bill tal vez ni siquiera exista. El no pertenece a este mundo. No sabemos de qué dimensión lo sacó. & Lejos de ahí, un joven de cabellos rubios meditaba en la decisión que acababa de tomar con respecto a la relación que llevaba con su mejor amigo Tom. Recordaba y repasaba en su mente cada momento vivido con él, cuando le acompañaba a las fiestas, como él se relacionaba con las mujeres, y le extrañaba que ahora estuviera con Bill. Claro que cada vez que Tom le contaba cosas sobre su amigo Bill, sus ojos se veían diferentes, su tono de voz era diferente, y este cambio aumentó con el paso del tiempo, ni qué hablar de esos últimos días, cuando le mencionó que el pelinegro pronto viajaría para reunirse con él, fue exactamente ahí que supo que estaba enamorado. Sin duda eso lo había golpeado, pero no podía juzgarlo por amar a un hombre, a él le pasaba lo mismo con Tom, lo amaba más allá de las fronteras y haría todo lo posible por ayudarlo, por protegerlo, incluso por darle un “final feliz” a su relación con Bill, aun a costa del sacrificio de su propia vida. Para Gus no quedaba nada valioso en la vida, sus padres habían muerto en un accidente de tráfico por ingesta de alcohol, hacía unos años, su amigo Geo estaba muerto como también su novia Isabella y el bebé que esperaba. Todo estaba claro en su mente, lo haría, sería el instrumento para regresar al demonio al espejo. Sólo esperaba que el plan de los Sacerdotes diera resultado y el mal quedara dentro de los cristales, de donde nunca debió salir. Y si algo iba mal, entonces se inmolaría el mismo en las sombras con tal de llevarse al mal lejos de la vida de su amigo. Una vez resuelto, se levantó del sofá y se puso en marcha a la Iglesia. ___________Dar play hasta el fin___________ http://www.youtube.com/watch?v=FBxkFbbmI4k&NR=1 El rubio saludó a los Sacerdotes al llegar. Tras esperar cinco minutos, la pareja de gemelos llegó a la Iglesia. Estaban de nuevo todos en la habitación fía y obscura. —Bill ¿puedes acercarte quiero mostrarte algo? —pidió el Padre Biagioni desde un extremo de la sala. —Claro Padre —respondió el moreno y caminó, sin embargo de pronto se quedó quieto, congelado. —¿Qué pasa? —preguntó Tom que iba caminando a su lado, se extrañó de que ya no lo siguiera. —No puedo… —respondió el pelinegro, totalmente extrañado—, no puedo moverme —de pronto su rostro se puso muy blanco y la venas comenzaron a tomar un color azul muy marcado, podías verlas en todo su rostro— ¡Malditos cabrones! —gritó con una voz gutural, que no era para nada la voz cantarina que empleó el día anterior. —Bill, ¿qué te pasa? —preguntó el trenzado, sosteniéndolo por los hombros. —¡Déjame maldito estúpido! —gruñó el moreno y con una fuerza sobrehumana tomó a Tom por los hombros y lo arrojó lejos. —¡Aléjate Tom!, está encerrado en una trampa anti demonios —gritó Jost—. Esta es su verdadera personalidad. —Son todos unos malditos ¡Me engañaron! —su voz era horrorosa, rasposa y profunda, como un animal herido—. ¡Tomen esto! —abrió la boca y salió una nube de moscas negras, pero éstas estaban sólo dentro del círculo, no podían salir de la trampa. Así como él era retenido, todo lo que invocara, lo sería también. —Ahora no podrás hacer nada contra nosotros, porque sabemos quién eres —dijo Biagioni con una biblia en sus manos, completamente serio. —No lo saben —dijo mirando al cura con odio, pero su voz sonó temblorosa—. ¡No saben ni una mierda! —gritó de nuevo y esta vez, las moscas murieron y cayeron todas al piso. El joven de trenzas estaba completamente shockeado, no podía creer que su Bill fuera ese ser. —Ahora empezaremos… el verdadero exorcismo —susurró el Padre Jost. & Continuará… & Sólo un capítulo más y…. fin.