Concurso de relatos Ponte en mi lugar. Relato ganador de la categoría de Educación Primaria -Alumno de 4º de primaria. Colegio Ciudadescuela Muchachos (CEMU) de Leganés (Madrid). MI INTEGRACIÓN EN ESPAÑA Yo tenía nueve años y no había salido nunca de mi pueblo, una pequeña aldea en los alrededores de Lima (Perú). Mi padre trabajaba de sol a sol y cuando volvía a casa me contaba fantásticas historias hasta que yo me las aprendía de memoria. Un día se le terminó el trabajo y decidió que nos iríamos de nuestro pueblo y de nuestro país para buscar mejor suerte en otros lugares. Así fue como llegamos a España. Al principio me sentía raro, y triste, soñaba que navegaba por océanos y descubría tierras repletas de tesoros, pero tenía que afrontar la realidad y enfrentarme para ir a un nuevo colegio. Ello conllevaba conocer nueva gente, hacer nuevos amigos, lidiar con los profesores, y dudaba si me aceptarían tal y como yo era (un niño tímido, poco hablador, bajito…) La primera semana fue la peor, todos me miraban, hablaban entre ellos y cuchicheaban. Lo pasé bastante mal. Había planeado no ir más a clase, quería volver a mi país, a mi antigua vida, así que después del primer día incluso vacié mi cajonera para no volver jamás. Pero las cosas no funcionan así cuando eres pequeño, mis padres dijeron que tendría que hacer un esfuerzo, abrirme e intentar darles a conocer a mis nuevos compañeros, aunque fuera un poquito de mi personalidad, que así verían, que podría convertirme en un gran amigo. Al día siguiente conocí a la mejor amiga que tengo ahora, se llama Clara, ella me acercó a los demás, me enseño como adaptarme a la escuela aquí en España, donde para los niños lo más importante es parecerse a Cristiano Ronaldo, y como a mí se me daban muy bien todos los deportes en general, y una de mis pasiones es el futbol (aunque me guste más Messi…por eso de ser bajito como él), pude ir poco a poco integrándome en el grupo; los chicos al ver mis habilidades rápidamente me dijeron que si quería unirme a su equipo de fútbol, y empecé a entrenar, a quedar los sábados y domingos a jugar en las pistas del barrio, y a tomar después un helado como recompensa al esfuerzo. Así comprendí la importancia que tiene un verdadero amigo, jamás olvidaré el día en que Clara me dijo si quería jugar con ella en el patio. Hoy estoy completamente integrado y adaptado a este país, España, ha sido maravilloso conocerlo y deseo que todos los niños que como yo, vengan de otros lugares, sean acogidos, respetados y aceptados. Por último quiero agradecer a todos los que me han ayudado, a mis padres y profesores, pero sobre todo, a los amigos. El que tiene un amigo, tiene un tesoro.