276 El aprendizaje de herramientas para la convivencia y el manejo de conflictos durante la formación de estudiantes de LIE. Una propuesta de intervención en la UPN 17-A Morelos, sede Ayala. Araceli Fuentes Figueroa, Ivet García Montero, Concepción Tonda Mazón. Introducción El manejo de conflictos interpersonales y de grupos constituye una importante habilidad social que debe aprenderse y desarrollarse como parte de la formación integral de las personas. Los conflictos pueden aparecer cotidianamente sin que medie nuestra voluntad y se requieren modos eficientes para su manejo adecuado en los diversos contextos en los que nos insertamos. El contexto escolar suele ser un espacio que demanda continuamente el manejo de conflictos. La Ponencia que este texto describe muestra el avance de un Proyecto gestado en el contexto de la Universidad Pedagógica Nacional en su Sede Ayala, Morelos, cuyo objetivo se encamina al desarrollo de herramientas y conocimientos sociales para la convivencia constructiva y el manejo de conflictos. El Proyecto ha comenzado a elaborarse a partir de la inquietud de un equipo de docentes de esta institución, y aunque está considerado como una propuesta en construcción, se registran un conjunto de acciones interventivas en el seno de la propia Universidad que es valioso compartir y difundir en aras de diseminar experiencias como estas. La formación de habilidades y conocimientos sociales para la comunicación, la convivencia pacífica y el manejo de conflictos se ha planteado como una necesidad creciente en los procesos educativos tanto formales como informales. En el contexto de la Universidad Pedagógica Nacional, y en particular, en la UPN 17-A Morelos sede Ayala, la propuesta de contribuir al desarrollo de herramientas sociales para la convivencia y el manejo de conflictos, como parte de la formación profesional escolarizada de los jóvenes de LIE ha tenido diversas determinantes. Un importante y necesario ámbito de intervención al que los futuros interventores podrían aportar es el de la reflexión permanente acerca de problemáticas sociales en el entorno nacional. Sin embargo, además de las innegables 277 demandas sociales, la necesidad de plantear una propuesta como la que esta ponencia propone se ubican en las carencias formativas que tienen los estudiantes de LIE para abordar este tipo de problemáticas y por ende, para crear proyectos de intervención en esta dirección. En ese sentido, el desarrollo de herramientas sociales para los fines antes mencionados debiera conformarse entonces como uno de los objetivos de la formación profesional de los estudiantes de LIE de manera que puedan prepararse como futuros mediadores en el desarrollo de esas mismas herramientas en jóvenes y adultos en los diversos contextos socioculturales en los que puedan intervenir. Otro elemento importante, aparece relacionado con una serie de experiencias negativas y situaciones conflictivas que los estudiantes de LIE atraviesan a lo largo de su tránsito por la Licenciatura en la convivencia grupal. En ese sentido, se han registrado diversas problemáticas vinculadas a las carencias de los jóvenes para manejar conflictos, comunicarse constructivamente en los grupos y trabajar en equipos, lo que como consecuencia provoca desunión, falta de comunicación y finalmente incide en la calidad de sus aprendizajes. El análisis crítico de esta situación ha impulsado la puesta en marcha de acciones educativas que al interior de la universidad contribuyan a fortalecer la formación no sólo profesional, sino personal de nuestros jóvenes. Se retoma la experiencia previa de docentes de la institución en la investigación (e intervención) en procesos de aprendizaje en grupos y de entrenamiento y multiplicación de técnicas para el manejo de conflictos interpersonales y de pequeños grupos (específicamente la mediación), en aras de conformar un Proyecto formativo que haciendo uso de las competencias básicas para la autorregulación del aprendizaje permita formar un conjunto de competencias indispensables para el manejo exitoso de los conflictos, entendidos estos últimos como experiencias de aprendizaje que pueden resultar muy significativas y enriquecedoras para las personas que las vivencian. 278 La presente ponencia tiene la intención de mostrar las principales bases teóricas y metodológicas que sustentan dicho Proyecto y de presentar los primeros resultados alcanzados con un grupo de de cuarto semestre de LIE. Se presentan algunas reflexiones acerca del modo en que conceptuamos los conflictos, las representaciones más recurrentes que de este fenómeno subjetivo y social tienen la mayor parte de las personas y las consecuencias de este hecho para la existencia de algunos estilos de enfrentamiento y la necesidad de cambiar desde la formación y el aprendizaje de nuevas maneras de hacer esta realidad. Seguidamente plantearemos algunos supuestos básicos que guían nuestra comprensión acerca del papel mediador y regulador del diálogo reflexivo y productivo en el proceso de manejo de conflictos para finalmente, presentar nuestra concepción metodológica de la propuesta de programa de formación para aprender a manejar conflictos desde la óptica desarrolladora de competencias básicas que pueden ser aprendidas desde la interacción con otras personas en una comunidad de práctica. La comprensión de los conflictos y sus formas de enfrentamiento Los conflictos son expresiones inevitables de la vida social. Es un concepto relacional que involucra la interacción de individuos o grupos en la sociedad y se genera por las diferencias en las ideas, valores y creencias de las personas. (Picard, 2007). Los conflictos se expresan en todos los niveles de las relaciones humanas: intrapersonales, interpersonales, grupales, organizacionales, nacionales e internacionales; ejerciendo una gran influencia sobre nuestro comportamiento. En teoría del conflicto se asegura que el problema no es el conflicto mismo sino las maneras en que estos son manejados. Ello traslada el centro de atención a recursos que sí serían propios de las personas y no ajenos a su voluntad. En el manejo constructivo de conflictos, es necesario trascender sus expresiones inmediatas. Por lo general, la situación de interdependencia negativa antes mencionada provoca posiciones antagónicas entre las partes, muchas veces irreconciliables. Esto es lo observable, sin embargo la realidad del conflicto está enraizada más profundamente, en el 279 sistema de relaciones en el que las partes están insertas, donde se encuentran los valores, principios, concepciones que median su vínculo interpersonal. Trabajar a fondo los conflictos implica abordar este nivel y no mantenerse en las expresiones externas del mismo. Para ello es preciso estimular a las personas para que participen activamente de un proceso de análisis reflexivo de su conflicto y de exploración de múltiples alternativas para resolverlo a partir de la negociación de los intereses que subyacen a las posiciones de las partes involucradas.De igual manera se hace necesario cambiar la representación que se tiene del conflicto, de algo negativo, desagradable, improductivo a una visión positiva del mismo, en tanto puede ser considerado una experiencia de aprendizaje y crecimiento personal. Los conflictos bien manejados, en primer lugar obligan a la persona a abandonar la comodidad y a buscar nuevas alternativas, incitándola a la creación y al uso de su imaginación; en segundo lugar impulsan a la revisión del propio comportamiento, y finalmente nos compulsan a exigirnos más, lo que nos desarrolla personalmente pues permite descubrir nuestras competencias y desarrollar otras nuevas. Cualquier conflicto puede ser entonces visualizado, desde esta óptica, como una ocasión potencial para que las personas fortalezcan su capacidad humana para manejar dificultades de todo tipo a través de un proceso consciente de reflexión y acción. Herramientas de comunicación y diálogo para el manejo de conflictos A pesar de los avances de la comunicación en la sociedad actual y del uso creciente de recursos tecnológicos para hacerlo, las habilidades y herramientas de comunicación directa, cara a cara no han sido favorecidas. Paradójicamente, se constatan mayores dificultades en la convivencia y los procesos interactivos, especialmente, porque se usan medios indirectos como las redes sociales, para expresar sus ideas, opiniones sobre los demás e incluso aprovechar las condiciones de vínculo impersonal para ofender o dañar emocionalmente al otro. 280 Tenemos serias limitaciones para compartir lo que es en realidad importante: nuestros sentimientos personales, las creencias y los valores que expresan realmente quiénes somos, lo que queremos y necesitamos. Precisamente, la mediación de conflictos, se ha considerado como un proceso de comunicación asistida, en tanto su eje principal implica transformar formas de interrelación y comunicación deterioradas o equivocadas, tras la existencia de un conflicto mantenido. La apropiación de herramientas para el diálogo positivo se convierte en una meta de la mediación, que garantiza una adquisición duradera y un aprendizaje de aquellas vías más fructíferas en la resolución de los nuevos conflictos que pueden aparecer. Para lograr esta tarea, el papel del diálogo se torna central a lo largo de la mediación, y también un reto importante cuando corroboramos que muchas personas carecen de las herramientas y experiencias que denotan su dominio Sin embargo esta tarea es sumamente compleja, cuando criticamos al otro, lo insultamos, diagnosticamos emociones ocultas, alabamos con el propósito de manipular, ordenamos, amenazamos, moralizamos, hacemos preguntas inadecuadas, tranquilizamos ignorando los sentimientos del otro, aconsejamos desconfiando de su capacidad, desviamos el centro de atención hacia nosotros, o empleamos argumentos lógicos que pueden irritar porque se apoyan solo en hechos y evitan los sentimientos; estamos contribuyendo enormemente a bloquear o aniquilar la posibilidad de comunicarnos. Por otro lado, se hace indispensable leer cada mensaje no verbal que es transmitido. Este es relevante no solo para el mediador, sino para las personas que asisten a la mediación que deben aprender también a valorar, interpretar y manejar los disímiles mensajes no verbales que se expresan durante la comunicación. Nuestra sonrisa, postura y gestos revelan cómo nos sentimos. Cuando un mensaje verbal y uno no verbal entran en conflicto, por lo general, se acepta al mensaje no verbal como el portador de la verdad. Existe una gran variedad de herramientas que facilitan la comunicación interpersonal. La práctica de una escucha activa (reflexiva), el dominio de las emociones para dialogar de un modo razonado, y la búsqueda de alternativas de solución consensuadas como expresión 281 de un diálogo de calidad, permite que las partes asuman una actitud responsable en el proceso de mediación. Se dice que el proceso de mediación ha tenido efecto cuando las partes dejan de comunicarse por separado con el mediador para dialogar entre sí, tanto verbal como extraverbalmente. El Proyecto para la formación de herramientas comunicativas y el manejo de conflictos en la UPN de Ayala. A partir de las propuestas teórico-metodológicas que de forma resumida han sido presentadas con anterioridad se iniciaron las acciones de este proyecto con el grupo de cuarto semestre de LIE, durante el período de enero-julio de 2012. Algunos principios fundamentales que orientaron el trabajo inicial son los siguientes: En primer lugar, tomar como referente el enfoque alternativo en el manejo de conflictos que considera la resolución constructiva de los mismos y la participación cooperativa y activa de los involucrados. En segundo término, considerar los principios de la participación en la acción y partir de un diagnóstico dinámico de las necesidades de los estudiantes, tomar como punto de partida su propia problematización de la realidad sociointeractiva del grupo y de la toma de conciencia de sus necesidades formativas. En tercer lugar, tomar como bases los procesos de autorregulación del aprendizaje, pues un modelo de aprendizaje basado en su autorregulación desde la propia persona que aprende; pero no de un modo individual o aislado sino en el contexto de una comunidad de práctica puede constituir un punto favorable para desarrollar plenamente las potencialidades de los implicados. El cuarto principio se deriva de lo anterior, el trabajo debe considerase en el contexto de la comunidad de práctica, del grupo real y no de manera aislada o separada de sus acciones cotidianas en la escuela. La idea es convertir ese tipo de comunidad en una que aprende, y que lo hace para mejorar sus formas de interacción y de convivencia. 282 Por último, trabajar como contenidos de aprendizaje el conjunto de conocimientos y habilidades sociales que permiten la convivencia, el manejo de conflictos y la comunicación dialógica, convertir estos aspectos en metas de aprendizaje y de desarrollo personal y profesional y desarrollar en paralelo los valores y actitudes necesarios para poner en práctica tales aprendizajes. El trabajo se realizó como parte de la materia optativa “Estrategias metacognitivas”, ampliando el alcance del curso al dominio de estrategias, procedimientos y habilidades que le permitieran resolver problemáticas reales en el trabajo grupal y cuyo dominio garantiza la trasferencia la vida cotidiana y a su práctica profesional. Luego de la identificación de la problemática, se trabajó durante seis sesiones en una secuencia de acciones que avanzó desde la construcción de metas personales y grupales de aprendizaje respecto al manejo de conflictos hasta el diseño de sesiones de trabajo de corte vivencial, donde fueron aplicadas las herramientas de comunicación aprendidas y las propuestas elaboradas de transformación de las relaciones sociointeractivas del grupo. Se desarrollaron las competencias para la autorregulación del aprendizaje y aquellas disposiciones y recursos personales que son indispensables, se enfatizó en cada uno de ellos el valor de ser estratégicos y de aprovechar la interacción con los demás para potenciar el desarrollo personal. Las situaciones de aprendizaje fueron lo suficientemente abiertas y flexibles para permitir la participación de los implicados en su propio diseño, ejecución y evaluación; por tanto, a través de dinámicas grupales se estimularon variadas actividades para fomentar la cooperación, la creación de equipos diversos, la reintegración grupal y la constatación de que podía volver a trabajar favorablemente con sus compañeros de clases. Temas generales abordados: 1. Disposiciones, motivaciones e intereses para aprender a manejar conflictos: Las metas y objetivos de aprendizaje. Los estilos de enfrentamiento a los conflictos. Las estrategias para aprender a manejar conflicto. Conceptualización y comprensión de los conflictos. Aprendiendo a razonar en torno a los conflictos. Aprendiendo a generar ideas en torno a los conflictos. La elaboración de 283 estrategias para la búsqueda de soluciones a los conflictos. Evaluación del proceso de solución. 2. Habilidades para el trabajo en equipo y la comunicación interpersonal: La comunicación interpersonal. Habilidades para la escucha activa. Los estilos de comunicación. Identificación de los estilos de comunicación empleados con mayor frecuencia en la comunicación cotidiana. El diálogo reflexivo 3. Habilidades para dialogar de manera crítica y reflexiva: El trabajo en equipo. Elaboración de compromisos para el trabajo conjunto y de reglas para la interacción productiva en grupo. La evaluación del aprendizaje. La construcción de criterios para evaluar las competencias de aprendizaje. Elaboración colectiva de los instrumentos evaluativos. Reflexiones finales Esta propuesta de Programa de formación responde a necesidades urgentes de la sociedad cubana, preocupada por el mejoramiento continuo de todos y cada uno de sus miembros. La ausencia de una cultura de diálogo firmemente sustentada en nuestras relaciones de vida cotidiana en la familia, la escuela, el trabajo, la comunidad y todos los espacios de interacción social en los que diariamente nos vemos implicados como participantes activos y plenos, indica a todas luces que formar competencias para manejar los inevitables conflictos que el mundo de la interacción social hace emerger no es un propósito vano sino todo lo contrario crucial. Aprender a comunicarnos con los demás, cambiar nuestras representaciones sobre los conflictos, elaborar estrategias adecuadas para su enfrentamiento, constituyen hoy, entre otras, acciones de formación que no pueden seguir esperando porque son decisivas en la constitución de una sociedad plena, enfocada al crecimiento humano sostenido y próspero. Bibliografía consultada: 1. Freire, Paulo. (1970) La pedagogía del oprimido. Ed siglo XXI, Chile pp 180 284 2. Fuentes, M: Mediación en la solución de conflictos. Publicaciones Acuario, Centro Félix Varela, La Habana, 2000. 3. Negrón, M: Negociado de métodos alternos para la solución de conflictos. Caso Puerto Rico. En III Convención Latinoamericana de Derecho, Universidad de Antioquia “De la teoría del conflicto y de las soluciones alternativas”. 2001. 4. Núñez, M: Algunas consideraciones acerca de los conflictos y sus posibles soluciones (curso-taller), La Habana, 2002. 5. Picard, Ch. A: Mediación en conflictos interpersonales y de pequeños grupos. Publicaciones Acuario, Centro Félix Varela, La Habana, 2007. 6. Programa LIE de la EPJA (2002) Área de formación específica de las Personas Jóvenes y Adultas. UPN. Mèxico pp 160. 7. Thévoz, L: Temas de docencia. Cendes UCV, Caracas, 1999. 8. Torres Rosa María (2001) Comunidad de aprendizaje. La educación en función del desarrollo local y del aprendizaje. En http://www.fronesis.org/rmt_textos.htm. Propuestas de intervención co-curricular para la formación de interventores educativos. Martha Ofelia González Centurión, Ana María Rodríguez Velasco. Introduccion La Licenciatura en Intervención Educativa (LIE), es un proyecto educativo de la Universidad Pedagógica Nacional dirigido a los egresados del nivel medio superior que desean formarse como profesionales de la educación. El objetivo de la LIE es “formar un profesional de la educación capaz de desempeñarse en diversos campos del ámbito educativo, a través de la adquisición de las competencias generales (propias de cualquier profesional del campo de la educación) y especificas (las adquiridas a través de las diferentes líneas que se cursan) que le permiten transformar la realidad educativa por medio de procesos de intervención” (UPN: 2002:29). La adquisición de competencias es el eje de la Licenciatura en Intervención Educativa, por ello la participación de los estudiantes en la planeación organización y evaluación de