El aprendizaje de herramientas para la convivencia y el manejo de

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El aprendizaje de herramientas para la convivencia y el manejo de conflictos durante la
formación de estudiantes de LIE. Una propuesta de intervención en la UPN 17-A
Morelos, sede Ayala. Araceli Fuentes Figueroa, Ivet García Montero, Concepción Tonda
Mazón.
Introducción
El manejo de conflictos interpersonales y de grupos constituye una importante habilidad
social que debe aprenderse y desarrollarse como parte de la formación integral de las
personas. Los conflictos pueden aparecer cotidianamente sin que medie nuestra voluntad
y se requieren modos eficientes para su manejo adecuado en los diversos contextos en los
que nos insertamos. El contexto escolar suele ser un espacio que demanda continuamente
el manejo de conflictos.
La Ponencia que este texto describe muestra el avance de un Proyecto gestado en el
contexto de la Universidad Pedagógica Nacional en su Sede Ayala, Morelos, cuyo objetivo
se encamina al desarrollo de herramientas y conocimientos sociales para la convivencia
constructiva y el manejo de conflictos.
El Proyecto ha comenzado a elaborarse a partir de la inquietud de un equipo de docentes
de esta institución, y aunque está considerado como una propuesta en construcción, se
registran un conjunto de acciones interventivas en el seno de la propia Universidad que es
valioso compartir y difundir en aras de diseminar experiencias como estas.
La formación de habilidades y conocimientos sociales para la comunicación, la convivencia
pacífica y el manejo de conflictos se ha planteado como una necesidad creciente en los
procesos educativos tanto formales como informales. En el contexto de la Universidad
Pedagógica Nacional, y en particular, en la UPN 17-A Morelos sede Ayala, la propuesta de
contribuir al desarrollo de herramientas sociales para la convivencia y el manejo de
conflictos, como parte de la formación profesional escolarizada de los jóvenes de LIE ha
tenido diversas determinantes. Un importante y necesario ámbito de intervención al que
los futuros interventores podrían aportar es el de la reflexión permanente acerca de
problemáticas sociales en el entorno nacional. Sin embargo, además de las innegables
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demandas sociales, la necesidad de plantear una propuesta como la que esta ponencia
propone se ubican en las carencias formativas que tienen los estudiantes de LIE para
abordar este tipo de problemáticas y por ende, para crear proyectos de intervención en
esta dirección.
En ese sentido, el desarrollo de herramientas sociales para los fines antes mencionados
debiera conformarse entonces como uno de los objetivos de la formación profesional de
los estudiantes de LIE de manera que puedan prepararse como futuros mediadores en el
desarrollo de esas mismas herramientas en jóvenes y adultos en los diversos contextos
socioculturales en los que puedan intervenir.
Otro elemento importante, aparece relacionado con una serie de experiencias negativas y
situaciones conflictivas que los estudiantes de LIE atraviesan a lo largo de su tránsito por la
Licenciatura en la convivencia grupal. En ese sentido, se han registrado diversas
problemáticas vinculadas
a las carencias de los jóvenes para manejar conflictos,
comunicarse constructivamente en los grupos y trabajar en equipos, lo que como
consecuencia provoca desunión, falta de comunicación y finalmente incide en la calidad
de sus aprendizajes.
El análisis crítico de esta situación ha impulsado la puesta en marcha de acciones
educativas que al interior de la universidad contribuyan a fortalecer la formación no sólo
profesional, sino personal de nuestros jóvenes. Se retoma la experiencia previa de
docentes de la institución en la investigación (e intervención) en procesos de aprendizaje
en grupos y de entrenamiento y multiplicación de técnicas para el manejo de conflictos
interpersonales y de pequeños grupos (específicamente la mediación), en aras de
conformar un Proyecto formativo que haciendo uso de las competencias básicas para la
autorregulación del aprendizaje permita formar un conjunto de competencias
indispensables para el manejo exitoso de los conflictos, entendidos estos últimos como
experiencias de aprendizaje que pueden resultar muy significativas y enriquecedoras para
las personas que las vivencian.
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La presente ponencia tiene la intención de mostrar las principales bases teóricas y
metodológicas que sustentan dicho Proyecto y de presentar los primeros resultados
alcanzados con un grupo de de cuarto semestre de LIE.
Se presentan algunas reflexiones acerca del modo en que conceptuamos los conflictos, las
representaciones más recurrentes que de este fenómeno subjetivo y social tienen la
mayor parte de las personas y las consecuencias de este hecho para la existencia de
algunos estilos de enfrentamiento y la necesidad de cambiar desde la formación y el
aprendizaje de nuevas maneras de hacer esta realidad. Seguidamente plantearemos
algunos supuestos básicos que guían nuestra comprensión acerca del papel mediador y
regulador del diálogo reflexivo y productivo en el proceso de manejo de conflictos para
finalmente, presentar nuestra concepción metodológica de la propuesta de programa de
formación para aprender a manejar conflictos desde la óptica desarrolladora de
competencias básicas que pueden ser aprendidas desde la interacción con otras personas
en una comunidad de práctica.
La comprensión de los conflictos y sus formas de enfrentamiento
Los conflictos son expresiones inevitables de la vida social. Es un concepto relacional que
involucra la interacción de individuos o grupos en la sociedad y se genera por las
diferencias en las ideas, valores y creencias de las personas. (Picard, 2007).
Los conflictos se expresan en todos los niveles de las relaciones humanas: intrapersonales,
interpersonales, grupales, organizacionales, nacionales e internacionales; ejerciendo una
gran influencia sobre nuestro comportamiento.
En teoría del conflicto se asegura que el problema no es el conflicto mismo sino las
maneras en que estos son manejados. Ello traslada el centro de atención a recursos que sí
serían propios de las personas y no ajenos a su voluntad.
En el manejo constructivo de conflictos, es necesario trascender sus expresiones
inmediatas. Por lo general, la situación de interdependencia negativa antes mencionada
provoca posiciones antagónicas entre las partes, muchas veces irreconciliables. Esto es lo
observable, sin embargo la realidad del conflicto está enraizada más profundamente, en el
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sistema de relaciones en el que las partes están insertas, donde se encuentran los valores,
principios, concepciones que median su vínculo interpersonal.
Trabajar a fondo los conflictos implica abordar este nivel y no mantenerse en las
expresiones externas del mismo. Para ello es preciso estimular a las personas para que
participen activamente de un proceso de análisis reflexivo de su conflicto y de exploración
de múltiples alternativas para resolverlo a partir de la negociación de los intereses que
subyacen a las posiciones de las partes involucradas.De igual manera se hace necesario
cambiar la representación que se tiene del conflicto, de algo negativo, desagradable,
improductivo a una visión positiva del mismo, en tanto puede ser considerado una
experiencia de aprendizaje y crecimiento personal.
Los conflictos bien manejados, en primer lugar obligan a la persona a abandonar la
comodidad y a buscar nuevas alternativas, incitándola a la creación y al uso de su
imaginación; en segundo lugar impulsan a la revisión del propio comportamiento, y
finalmente nos compulsan a exigirnos más, lo que nos desarrolla personalmente pues
permite descubrir nuestras competencias y desarrollar otras nuevas. Cualquier conflicto
puede ser entonces visualizado, desde esta óptica, como una ocasión potencial para que
las personas fortalezcan su capacidad humana para manejar dificultades de todo tipo a
través de un proceso consciente de reflexión y acción.
Herramientas de comunicación y diálogo para el manejo de conflictos
A pesar de los avances de la comunicación en la sociedad actual y del uso creciente de
recursos tecnológicos para hacerlo, las habilidades y herramientas de comunicación
directa, cara a cara no han sido favorecidas. Paradójicamente, se constatan mayores
dificultades en la convivencia y los procesos interactivos, especialmente, porque se usan
medios indirectos como las redes sociales, para expresar sus ideas, opiniones sobre los
demás e incluso aprovechar las condiciones de vínculo impersonal para ofender o dañar
emocionalmente al otro.
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Tenemos serias limitaciones para compartir lo que es en realidad importante: nuestros
sentimientos personales, las creencias y los valores que expresan realmente quiénes
somos, lo que queremos y necesitamos.
Precisamente, la mediación de conflictos, se ha considerado como un proceso de
comunicación asistida, en tanto su eje principal implica transformar formas de
interrelación y comunicación deterioradas o equivocadas, tras la existencia de un conflicto
mantenido.
La apropiación de herramientas para el diálogo positivo se convierte en una meta de la
mediación, que garantiza una adquisición duradera y un aprendizaje de aquellas vías más
fructíferas en la resolución de los nuevos conflictos que pueden aparecer. Para lograr esta
tarea, el papel del diálogo se torna central a lo largo de la mediación, y también un reto
importante cuando corroboramos que muchas personas carecen de las herramientas y
experiencias que denotan su dominio
Sin embargo esta tarea es sumamente compleja, cuando criticamos al otro, lo insultamos,
diagnosticamos emociones ocultas, alabamos con el propósito de manipular, ordenamos,
amenazamos, moralizamos, hacemos preguntas inadecuadas, tranquilizamos ignorando
los sentimientos del otro, aconsejamos desconfiando de su capacidad, desviamos el
centro de atención hacia nosotros, o empleamos argumentos lógicos que pueden irritar
porque se apoyan solo en hechos y evitan los sentimientos; estamos contribuyendo
enormemente a bloquear o aniquilar la posibilidad de comunicarnos.
Por otro lado, se hace indispensable leer cada mensaje no verbal que es transmitido. Este
es relevante no solo para el mediador, sino para las personas que asisten a la mediación
que deben aprender también a valorar, interpretar y manejar los disímiles mensajes no
verbales que se expresan durante la comunicación. Nuestra sonrisa, postura y gestos
revelan cómo nos sentimos. Cuando un mensaje verbal y uno no verbal entran en
conflicto, por lo general, se acepta al mensaje no verbal como el portador de la verdad.
Existe una gran variedad de herramientas que facilitan la comunicación interpersonal. La
práctica de una escucha activa (reflexiva), el dominio de las emociones para dialogar de un
modo razonado, y la búsqueda de alternativas de solución consensuadas como expresión
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de un diálogo de calidad, permite que las partes asuman una actitud responsable en el
proceso de mediación.
Se dice que el proceso de mediación ha tenido efecto cuando las partes dejan de
comunicarse por separado con el mediador para dialogar entre sí, tanto verbal como
extraverbalmente.
El Proyecto para la formación de herramientas comunicativas y el manejo de conflictos
en la UPN de Ayala.
A partir de las propuestas teórico-metodológicas que de forma resumida han sido
presentadas con anterioridad se iniciaron las acciones de este proyecto con el grupo de
cuarto semestre de LIE, durante el período de enero-julio de 2012. Algunos principios
fundamentales que orientaron el trabajo inicial son los siguientes:
En primer lugar, tomar como referente el enfoque alternativo en el manejo de conflictos
que considera la resolución constructiva de los mismos y la participación cooperativa y
activa de los involucrados.
En segundo término, considerar los principios de la participación en la acción y partir de
un diagnóstico dinámico de las necesidades de los estudiantes, tomar como punto de
partida su propia problematización de la realidad sociointeractiva del grupo y de la toma
de conciencia de sus necesidades formativas.
En tercer lugar, tomar como bases los procesos de autorregulación del aprendizaje, pues
un modelo de aprendizaje basado en su autorregulación desde la propia persona que
aprende; pero no de un modo individual o aislado sino en el contexto de una comunidad
de práctica puede constituir un punto favorable para desarrollar plenamente las
potencialidades de los implicados.
El cuarto principio se deriva de lo anterior, el trabajo debe considerase en el contexto de
la comunidad de práctica, del grupo real y no de manera aislada o separada de sus
acciones cotidianas en la escuela. La idea es convertir ese tipo de comunidad en una que
aprende, y que lo hace para mejorar sus formas de interacción y de convivencia.
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Por último, trabajar como contenidos de aprendizaje el conjunto de conocimientos y
habilidades sociales que permiten la convivencia, el manejo de conflictos y la
comunicación dialógica, convertir estos aspectos en metas de aprendizaje y de desarrollo
personal y profesional y desarrollar en paralelo los valores y actitudes necesarios para
poner en práctica tales aprendizajes.
El trabajo se realizó como parte de la materia optativa “Estrategias metacognitivas”,
ampliando el alcance del curso al dominio de estrategias, procedimientos y habilidades
que le permitieran resolver problemáticas reales en el trabajo grupal y cuyo dominio
garantiza la trasferencia la vida cotidiana y a su práctica profesional.
Luego de la identificación de la problemática, se trabajó durante seis sesiones en una
secuencia de acciones que avanzó desde la construcción de metas personales y grupales
de aprendizaje respecto al manejo de conflictos hasta el diseño de sesiones de trabajo de
corte vivencial, donde fueron aplicadas las herramientas de comunicación aprendidas y las
propuestas elaboradas de transformación de las relaciones sociointeractivas del grupo.
Se desarrollaron las competencias para la autorregulación del aprendizaje y aquellas
disposiciones y recursos personales que son indispensables, se enfatizó en cada uno de
ellos el valor de ser estratégicos y de aprovechar la interacción con los demás para
potenciar el desarrollo personal.
Las situaciones de aprendizaje fueron lo suficientemente abiertas y flexibles para permitir
la participación de los implicados en su propio diseño, ejecución y evaluación; por tanto, a
través de dinámicas grupales se estimularon variadas actividades para fomentar la
cooperación, la creación de equipos diversos, la reintegración grupal y la constatación de
que podía volver a trabajar favorablemente con sus compañeros de clases.
Temas generales abordados:
1. Disposiciones, motivaciones e intereses para aprender a manejar conflictos: Las
metas y objetivos de aprendizaje. Los estilos de enfrentamiento a los conflictos.
Las estrategias para aprender a manejar conflicto. Conceptualización y
comprensión de los conflictos. Aprendiendo a razonar en torno a los conflictos.
Aprendiendo a generar ideas en torno a los conflictos. La elaboración de
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estrategias para la búsqueda de soluciones a los conflictos. Evaluación del proceso
de solución.
2. Habilidades para el trabajo en equipo y la comunicación interpersonal: La
comunicación interpersonal. Habilidades para la escucha activa. Los estilos de
comunicación. Identificación de los estilos de comunicación empleados con mayor
frecuencia en la comunicación cotidiana. El diálogo reflexivo
3. Habilidades para dialogar de manera crítica y reflexiva: El trabajo en equipo.
Elaboración de compromisos para el trabajo conjunto y de reglas para la
interacción productiva en grupo. La evaluación del aprendizaje. La construcción de
criterios para evaluar las competencias de aprendizaje. Elaboración colectiva de los
instrumentos evaluativos.
Reflexiones finales
Esta propuesta de Programa de formación responde a necesidades urgentes de la
sociedad cubana, preocupada por el mejoramiento continuo de todos y cada uno de sus
miembros. La ausencia de una cultura de diálogo firmemente sustentada en nuestras
relaciones de vida cotidiana en la familia, la escuela, el trabajo, la comunidad y todos los
espacios de interacción social en los que diariamente nos vemos implicados como
participantes activos y plenos, indica a todas luces que formar competencias para manejar
los inevitables conflictos que el mundo de la interacción social hace emerger no es un
propósito vano sino todo lo contrario crucial. Aprender a comunicarnos con los demás,
cambiar nuestras representaciones sobre los conflictos, elaborar estrategias adecuadas
para su enfrentamiento, constituyen hoy, entre otras, acciones de formación que no
pueden seguir esperando porque son decisivas en la constitución de una sociedad plena,
enfocada al crecimiento humano sostenido y próspero.
Bibliografía consultada:
1. Freire, Paulo. (1970) La pedagogía del oprimido. Ed siglo XXI, Chile pp 180
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2. Fuentes, M: Mediación en la solución de conflictos. Publicaciones Acuario, Centro
Félix Varela, La Habana, 2000.
3. Negrón, M: Negociado de métodos alternos para la solución de conflictos. Caso
Puerto Rico. En III Convención Latinoamericana de Derecho, Universidad de
Antioquia “De la teoría del conflicto y de las soluciones alternativas”. 2001.
4. Núñez,
M:
Algunas
consideraciones
acerca
de
los
conflictos
y
sus
posibles soluciones (curso-taller), La Habana, 2002.
5. Picard, Ch. A: Mediación en conflictos interpersonales y de pequeños grupos.
Publicaciones Acuario, Centro Félix Varela, La Habana, 2007.
6. Programa LIE de la EPJA (2002) Área de formación específica de las Personas
Jóvenes y Adultas. UPN. Mèxico pp 160.
7. Thévoz, L: Temas de docencia. Cendes UCV, Caracas, 1999.
8. Torres Rosa María (2001) Comunidad de aprendizaje. La educación en función del
desarrollo local y del aprendizaje. En http://www.fronesis.org/rmt_textos.htm.
Propuestas de intervención co-curricular para la formación de interventores educativos.
Martha Ofelia González Centurión, Ana María Rodríguez Velasco.
Introduccion
La Licenciatura en Intervención Educativa (LIE), es un proyecto educativo de la Universidad
Pedagógica Nacional dirigido a los egresados del nivel medio superior que desean
formarse como profesionales de la educación.
El objetivo de la LIE es “formar un profesional de la educación capaz de desempeñarse en
diversos campos del ámbito educativo, a través de la adquisición de las competencias
generales (propias de cualquier profesional del campo de la educación) y especificas (las
adquiridas a través de las diferentes líneas que se cursan) que le permiten transformar la
realidad educativa por medio de procesos de intervención” (UPN: 2002:29).
La adquisición de competencias es el eje de la Licenciatura en Intervención Educativa,
por ello la participación de los estudiantes en la planeación organización y evaluación de
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