REVISIÓN Pregabalina. Aportaciones de los ligandos α2δ de canales de calcio en el tratamiento de la epilepsia y el dolor neuropático J.F. Horga de la Parte a,b, A. Horga c PREGABALIN: NEW THERAPEUTIC CONTRIBUTIONS OF CALCIUM CHANNEL α2δ PROTEIN LIGANDS ON EPILEPSY AND NEUROPATHIC PAIN Summary. Aim. To review and update the contributions of a new class of drugs, named calcium channel α2δ protein ligands, on the treatment of epilepsy and neuropathic pain. Development. A novel class of anticonvulsants are ligands for the auxiliaryassociated protein α2δ subunit of voltage-gated calcium channels in the central nervous system. Gabapentin and pregabalin are members of this group. Pregabalin is a higher-potency and higher-effective analogue of gabapentin that act as a potent ligand for this site. The anticonvulsant action of pregabalin is probably due to its ability to reduce neurotransmitter release from activated epileptogenic neurons, without demonstrated effects on GABAergic receptors or mechanisms. In well-done clinical trials, pregabalin 150-600 mg/day has been shown to be highly effective and well tolerated as adjunctive therapy in patients with partial seizures. In several randomized, double-blind, clinical trials, oral pregabalin 150-600 mg/day was superior to placebo in relieving neuropathic pain associated with diabetic neuropathy and postherpetic neuralgia. Pregabalin demonstrates in humans an extensive and rapid absorption and a highly predictable and linear pharmacokinetics, a profile that makes it easy to use in clinical practice. The pharmacological activity of pregabalin is similar but not identical to that of gabapentin, and pregabalin shows possible advantages. Conclusions. Pregabalin and calcium channel α2δ protein ligands showed relevant advances on epilepsy and neuropathic pain treatment. In peripheral neuropathic pain conditions, if the criteria for efficacy are based on both pain relief and quality of life measures, pregabalin/gabapentin are suggested as choice treatment. [REV NEUROL 2006; 42: 223-37] Key words. Calcium channel α2δ protein ligands. Epilepsy. Gabapentin. Neuropathic pain. Pregabalin. INTRODUCCIÓN La epilepsia es una enfermedad crónica e incapacitante que afecta al 1% de la población y que se caracteriza por la presencia de episodios recurrentes denominados ‘crisis epilépticas’ [1]. Durante 78 años, hasta 1993, la disponibilidad de fármacos antiepilépticos (FAE) se limitaba a carbamazepina, etosuximida, fenitoína, fenobarbital, primidona y valproato, además de algunas benzodiazepinas. Estos FAE clásicos presentan una eficacia demostrada en la reducción y control de las crisis, y su manejo es familiar para los neurólogos, a pesar de lo cual muchos pacientes son refractarios al tratamiento: el 30-40% de los pacientes con crisis generalizadas y el 50% de los pacientes con crisis parciales continúan presentando crisis a pesar del uso de FAE clásicos en monoterapia o politerapia. Otros muchos pacientes presentan problemas terapéuticos por sufrir efectos adversos que no toleran. En otros casos, existen dificultades en el manejo de la medicación debido a la necesidad de seguir procedimientos en ocasiones complicados para realizar un ajuste de dosis individualizado y debido a las frecuentes interacciones farmacológicas de carácter farmacocinético que presentan la mayor parte de FAE clásicos [1-3]. Desde 1993, las agencias reguladoras sanitarias han autorizado la comercialización de nuevos FAE desarrollados con la intención de aportar algunas ventajas, principalmente de los tipos siguientes [2,4]: – Mecanismos de acción distintos a los conocidos. Estos nuevos FAE presentarían un espectro antiepiléptico diferente, o podrían utilizarse en situaciones de resistencia a los FAE clásicos, o bien permitirían disponer de nuevas pautas de tratamiento con FAE en politerapia. – Menor probabilidad de producir interacciones farmacológicas. – Farmacocinética menos compleja que la de los FAE clásicos, que los haga más manejables desde el punto de vista de individualización de la pauta terapéutica, y con una relación entre el incremento de la dosis y el incremento de la concentración sérica más previsible. – Menor toxicidad. Uno de los FAE más recientemente aprobados por la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) es la pregabalina (Lyrica ®), fármaco perteneciente al nuevo grupo de medicamentos denominados ligandos de la subunidad α2δ de canales de calcio dependientes del voltaje. Las indicaciones autorizadas para este fármaco en los países de la Unión Europea son el tratamiento combinado de las crisis parciales con o sin generalización secundaria en adultos, y el tratamiento del dolor neuropático periférico en adultos [5]. El objetivo de esta revisión es poner de manifiesto las ventajas que aporta este nuevo medicamento en el tratamiento de la epilepsia y el dolor neuropático. © 2006, REVISTA DE NEUROLOGÍA APORTACIONES DE LA PREGABALINA Y LOS LIGANDOS α2δ DE CANALES DE CALCIO EN EL TRATAMIENTO DE LA EPILEPSIA Un nuevo mecanismo de acción antiepiléptico Principales mecanismos de acción de los FAE La etiología de la epilepsia se desconoce en el 70-80% de los casos, pero sabemos que se trata de un trastorno consistente en la aparición de crisis epilépticas recurrentes debidas a un proce- REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 223 Aceptado tras revisión externa: 17.01.06. a Unidad de Farmacología Clínica. Hospital General Universitario de Alicante. Alicante. b Instituto de Bioingeniería. Universidad Miguel Hernández. Elche, Alicante. c Servicio de Neurología. Hospital Vall d’Hebron. Barcelona, España. Correspondencia: Dr. José Francisco Horga de la Parte. Unidad de Farmacología Clínica. Hospital General Universitario de Alicante. Maestro Alonso, 109. E-03010 Alicante. Fax: +34 965 938 226. E-mail: horga_jos@gva.es J.F. HORGA DE LA PARTE, ET AL so crónico subyacente [6]. Desde el punto de vista fisiopatológico, una crisis epiléptica es un fenómeno paroxístico producido por descargas anómalas, excesivas e hipersincrónicas de un grupo de neuronas del sistema nervioso central (SNC). El 3 análisis electrofisiológico en modelos experimentaNeurona Neurona inhibidora excitadora les de lo que acontece en las neuronas durante una convulsión muestra que éstas se despolarizan y producen descargas de potenciales de acción propagados de alta frecuencia [1]. 2 En base a los conocimientos actuales, y dado el 4 desconocimiento etiológico de la enfermedad, el potencial antiepiléptico de una molécula se establece inicialmente mediante pruebas llevadas a cabo en 1 modelos animales bien establecidos. Las nuevas moPotencial léculas se someten a estas pruebas como parte de de acción un sistema de evaluación eliminatorio (screening) y se considera que muestran propiedades anticonvulsionantes aquellas que pueden controlar la pro- Figura. Esquema de los principales mecanismos de acción de los fármacos antiepiléptiducción o la propagación de las descargas epilépti- cos: 1. Bloqueo de canales de sodio dependientes del voltaje e inhibición de la producción y propagación de potenciales de acción; 2. Aumento de la actividad de las sinapsis inhibicas, como se esquematiza en la figura [7]. torias gabérgicas; 3. Bloqueo de canales de calcio dependientes del voltaje tipo T; 4. BloEl primer gran grupo lo forman aquellos FAE queo de canales de calcio dependientes del voltaje tipo P/Q presinápticos e inhibición de cuyo mecanismo de acción principal es el bloqueo la actividad de las sinapsis excitadoras (p. ej., glutamatérgicas). de los canales de sodio dependientes del voltaje (sitio 1 en la figura). Estos FAE se unen al canal cuando se encuentra en estado inactivo tras haber sido activado, Otros mecanismos de acción de los FAE impidiendo que pueda activarse de nuevo. En consecuencia, se El incremento de la actividad de los canales de potasio podría impide la producción y propagación de potenciales de acción. tener un efecto antiepiléptico al facilitar la hiperpolarización de la Lógicamente, estos medicamentos son más eficaces cuando se membrana neuronal y disminuir así su excitabilidad. Aunque la producen potenciales de acción en salvas de alta frecuencia. A modulación de los canales de potasio podría ser un interesante este grupo pertenecen FAE clásicos como la carbamazepina, la mecanismo de acción de los FAE, la mayor parte de éstos no prefenitoína o el valproato [1,7-9]. Aunque estos FAE tienen otros sentan actividad directa sobre los canales de potasio, o esa activimecanismos de acción además de éste, el hecho de que se unan dad está pobremente caracterizada. No obstante, ciertos datos sual mismo lugar –y que incluso se puedan desplazar unos a otros gieren que algunos FAE, como el topiramato, pueden producir del lugar de fijación al canal de sodio– plantea la duda de la efectos a ese nivel [10], y podría ser éste el principal mecanismo conveniencia de asociarlos cuando hay resistencia al efecto de de acción de un posible nuevo FAE, la retigabina [11,12]. Los canales de calcio dependientes del voltaje son proteínas uno de ellos, y en todo caso su asociación podría incrementar la toxicidad derivada del bloqueo de estos canales. Este mismo transmembrana que actúan como transductores de señales elécmecanismo de acción es también el principal o muy relevante tricas, activando numerosas funciones intracelulares. Los capara la acción antiepiléptica de varios FAE nuevos, como la nales de calcio activados por alto voltaje son proteínas heterolamotrigina, la oxcarbazepina, el topiramato y la zonisamida [8, oligoméricas que consisten en una subunidad formadora de un 9], y para el clonazepam, el fenobarbital y la primidona en dosis poro iónico, llamada subunidad α1, y en subunidades auxiliares, α2δ, β y, en tejido esquelético, γ [9,13]. Estas subunidades auxielevadas [7]. El segundo gran grupo de FAE actúa en las sinapsis inhibi- liares apoyan y modulan la cinética y la actividad de la subunidoras gabérgicas, cuyo neurotransmisor es el ácido γ-aminobu- dad α1, así como (la subunidad α2δ en particular) sus propiedatírico (GABA). Este neurotransmisor produce aumento de la des biofísicas y farmacológicas [13]. Este tipo de canales se subpermeabilidad al cloro al estimular receptores del tipo GABAA, divide, a su vez, en canales tipo L, P/Q, R y N. hiperpolarizando la membrana postsináptica y reduciendo así Varios de los nuevos FAE actúan sobre los canales de calcio su excitabilidad (sitio 2 de la figura). El incremento en la activi- dependientes del voltaje activados por alto voltaje. Como han dad gabérgica puede producirse bien por aumentar la síntesis de demostrado varios grupos, entre ellos el nuestro, el bloqueo de GABA, bien por inhibir su recaptación o metabolismo, bien por los canales tipo L con dihidropiridinas puede producir efectos potenciar la acción de GABA en los receptores postsinápticos. anticonvulsionantes [14], pero también efectos proconvulsionanA este nivel actúan FAE clásicos como benzodiazepinas, feno- tes [15]. Se ha sugerido que algunos FAE presentan capacidad barbital y valproato, y varios FAE nuevos como felbamato, tia- de bloquear canales tipo L, como la carbamazepina, la fenitoína gabina, topiramato y vigabatrina [7-9]. y el topiramato [16,17], lo que podría explicar el incremento de Un tercer grupo de FAE actúa inhibiendo los canales de cal- las crisis de ausencia inducido por carbamazepina o fenitoína. cio dependientes del voltaje tipo T, canales que se abren a bajos Los canales de calcio tipo N y P/Q son operados por voltaje, potenciales de membrana (sitio 3 en la figura). El bloqueo de pero están regulados por proteínas G asociadas a receptores de estos canales se relaciona con la capacidad de los FAE de con- neurotransmisores. La inhibición de estos canales localizados trolar las crisis de ausencias, como sucede con los clásicos eto- presinápticamente reduce la entrada de calcio en las terminacioxuximida y valproato, y con el nuevo FAE zonisamida [7-9]. nes nerviosas y, en consecuencia, la liberación de neurotransmi- 224 REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 PREGABALINA EN EPILEPSIA Y DOLOR NEUROPÁTICO sores [18]. Algunos FAE podrían actuar como bloqueadores de canales de calcio tipo N, uniéndose a la subunidad α1, lo que daría lugar a la disminución de la liberación de neurotransmisores excitadores (sitio 4 de la figura) o inhibidores (efecto inhibidor de la función gabérgica en el sitio 2 de la figura). Entre estos FAE se encuentran la lamotrigina y el levetiracetam [19,20]. La lamotrigina puede inhibir también canales tipo P/Q, aunque su mecanismo de acción principal es el bloqueo de los canales de sodio anteriormente señalado [9,21]. El metabolito activo de la oxcarbazepina, su monohidroxiderivado, inhibe canales de calcio, probablemente de tipo N o P/Q [22]. Un nuevo mecanismo de acción antiepiléptico: la activación de la subunidad moduladora α2δ de canales de calcio dependientes del voltaje Dos nuevos FAE –gabapentina y pregabalina– actúan bloqueando los canales de calcio dependientes del voltaje y activados por alto voltaje mediante un mecanismo de acción selectivo y original: se unen de modo específico y con elevada afinidad a la subunidad α2δ de estos canales de calcio. Esta unión produce una disminución de la capacidad funcional de los canales tipo P/Q presinápticos y, en consecuencia, se reduce la entrada de calcio y la liberación de neurotransmisores excitadores (sitio 4 de la figura) [23-25]. El resultado final es un efecto antiepiléptico diferente y eficaz. Este nuevo grupo de fármacos se ha denominado ‘ligandos α2δ’ [26]. La pregabalina (S-(+)-3-isobutilgaba) es un análogo estructural de GABA, con elevada facilidad de difusión a través de las membranas y barreras compartimentales [3]. Aunque presenta una estructura similar al GABA, no actúa sobre receptores gabérgicos ni benzodiazepínicos, no se metaboliza a GABA o a agonistas gabérgicos, no incrementa las concentraciones de GABA en tratamientos agudos, y no parece presentar comportamiento GABA-mimético [3,27]. Aunque se ha sugerido que la gabapentina podía actuar como agonista de receptores GABAB [28], estudios posteriores han descartado esta hipótesis [29]. Estos datos sustentan con más fuerza la idea de que el mecanismo de acción de la pregabalina es novedoso y principalmente relacionado con su actividad de ligando α2δ, lo que justifica su efectividad en pacientes resistentes a otros FAE con mecanismos de acción más clásicos. Además, algunos datos presentados en forma de comunicación en un congreso sugieren que la falta de actividad GABA-mimética de pregabalina –y por tanto de aumento de la concentración de GABA en el nervio óptico en pacientes tratados con este medicamento–, podría explicar que no se haya detectado toxicidad retiniana ni óptica asociada al tratamiento con pregabalina en dosis terapéuticas [3,30]. Estudios experimentales de desplazamiento de fijación de radioligandos concluyen que la pregabalina y la gabapentina se unen con elevada afinidad a la subunidad α2δ del canal de calcio en el SNC [31]. La fijación de los radioligandos se halla prácticamente restringida al SNC y la fijación en tejidos periféricos es comparativamente muy escasa o prácticamente indetectable; esta selectividad regional sugiere que los efectos de la pregabalina en tejidos periféricos serán muy limitados [32]. Como resultado de su unión a la subunidad α2δ en el cerebro, la pregabalina reduce la entrada de calcio en la terminación nerviosa en respuesta a la despolarización [25,33] y, consecuentemente, disminuye la liberación de neurotransmisores excitadores como la noradrenalina o el glutamato [34,35]. Como se ha comentado antes, éste es el mecanismo de acción de la pregaba- REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 lina que explica su actividad antiepiléptica. Un dato relevante de estos estudios es que la pregabalina, incluso en dosis elevadas, reduce la captación de calcio hasta un valor máximo del 30-40% del control, lo que se corresponde con una reducción de la liberación de noradrenalina o glutamato en un 20-30% [34, 35]. Para algunos autores, esta propiedad de la pregabalina de producir un bloqueo de la terminación nerviosa de carácter modulador y limitado podría tener importantes implicaciones de seguridad en casos de sobredosificación [3]. Aportaciones de la pregabalina en la práctica asistencial: eficacia en pacientes con crisis parciales resistentes al tratamiento con otros FAE Actividad antiepiléptica experimental El perfil anticonvulsionante de la pregabalina se ha evaluado en distintos modelos animales. La pregabalina es eficaz en varios de estos modelos experimentales: previene las convulsiones tónicas producidas por electrochoque, las convulsiones clónicas inducidas por pentilentetrazol, es eficaz en el control de las convulsiones en el modelo de ratón con convulsiones reflejas a los sonidos (ratón DBA/2) y en el modelo de kindling hipocampal, y retrasa la aparición de convulsiones espontáneas en el modelo de litio-pilocarpina, protegiendo de lesiones a la corteza piriforme y entorrinal [36-38]. La pregabalina es poco eficaz en el control de las crisis inducidas por bicuculina, picrotoxina o estricnina, y en el control de crisis de ausencia espontáneas. Estos resultados permitieron sugerir que la pregabalina podría ser eficaz en el tratamiento de crisis parciales con o sin generalización secundaria, y crisis generalizadas tonicoclónicas. El perfil antiepiléptico experimental de la pregabalina era, por tanto, similar al descrito previamente para la gabapentina, pero la pregabalina presentaba una potencia de 3 a 10 veces superior y una mayor duración de acción [3,36,37]. Ensayos clínicos controlados de pregabalina en pacientes epilépticos Las indicaciones de la pregabalina en el tratamiento de la epilepsia se basan en los datos de su eficacia clínica, obtenidos de ensayos clínicos diseñados y ejecutados siguiendo las normas y protocolos internacionalmente estandarizados para la aceptación de nuevos medicamentos en el tratamiento de la epilepsia [2,4, 39]. Estas normas indican que, inicialmente, los potenciales FAE deben demostrar su eficacia como tratamiento asociado en estudios doble ciego frente a placebo, de 8 a 12 semanas de duración, donde el nuevo FAE (pregabalina en este caso) o placebo se añaden a la medicación preexistente, en pacientes resistentes a ésta. Para que las agencias reguladoras acepten estos estudios como prueba de eficacia, el nuevo medicamento debe demostrar su superioridad frente a placebo en términos de número de pacientes en los cuales las crisis se reducen más del 50%, o de disminución de la frecuencia de crisis respecto a la situación basal [2,4,40]. El segundo grupo de datos requeridos es que el nuevo FAE en estudio muestre una eficacia que dependa de la dosis administrada [39,41]. Se recomienda que el estudio de los nuevos FAE comience con la evaluación de su eficacia en pacientes con epilepsias parciales, ya que son las más frecuentes y en las que el porcentaje de pacientes no controlados es mayor [39,41]. La eficacia de la pregabalina se ha evaluado en cuatro ensayos clínicos doble ciego, controlados frente a placebo [42-45]. Los cuatro ensayos publicados presentan un diseño muy similar: se trata de estudios con enmascaramiento doble ciego, con- 225 J.F. HORGA DE LA PARTE, ET AL Tabla I. Ensayos clínicos comparativos de pregabalina frente a placebo como adyuvante en politerapia en epilepsia parcial resistente a otros tratamientos. Primer autor (año) Número de pacientes (edad en años) Situación basal Diseño del estudio Tratamiento, en mg/día (duración) Variable primaria de eficacia Resultado: CR (frecuencia de crisis respecto a la basal) French (2003) 453 (12-70) Crisis parciales con o sin generalización secundaria, refractarias a otros FAE (al menos 6 crisis en 8 semanas previas) PGB frente a PB, añadidos al tratamiento previo con FAE Aleatorizado, doble ciego Paralelo PGB: 50 PGB: 150 PGB: 300 PGB: 600 PB (12 semanas) CR PGB 50: –6 a (↓ 12%) PGB 150: –21 a (↓ 34%) PGB 300: –28 a (↓ 44%) PGB 600: –37 a (↓ 54%) PB: –4 (↓ 4%) Arroyo (2004) 287 (17-73) Crisis parciales con o sin generalización secundaria, refractarias a otros FAE (al menos 3 crisis en 4 semanas previas) PGB frente a PB, añadidos al tratamiento previo con FAE Aleatorizado, doble ciego Paralelo PGB: 150 PGB: 600 PB (12 semanas) CR PGB 150: –11,5 a (↓ 20,6%) PGB 600: –31,4 a (↓ 47,8%) PB: +0,9 (↑ 1,8%) Crisis parciales con o sin generalización secundaria, refractarias a otros FAE (al menos 6 crisis en 8 semanas previas) PGB frente a PB, añadidos PGB: 600; al tratamiento previo con FAE 2 tomas Aleatorizado, doble ciego PGB: 600; Paralelo 3 tomas PB (12 semanas) CR PGB 600 (2): –28,4 a (↓ 44,3%) Crisis parciales con o sin generalización secundaria, refractarias a otros FAE (al menos 4 crisis en 6 semanas previas) PGB frente a PB, añadidos al tratamiento previo con FAE Aleatorizado, doble ciego Paralelo Beydoum 312(17-82) (2005) Elger (2005) 341 (18-78) PGB: 600; CR 2 tomas PGB: 150-600 (dosis flexible) PB (12 semanas) PGB 600 (3): –36,1 a (↓ 53%) PB: +0,6 (↑ 1,2%) PGB 600: –32,7 a (↓ 49,3%) PGB 150-600: –21,5 a (↓ 35,4%) PB: –5,6 (↓ 10,6%) PGB: pregabalina; PB: placebo; FAE: fármacos antiepilépticos. CR: cociente de respuesta (véase texto). a p < 0,001 (frente a PB). trolados frente a placebo, realizados a un total de 1.392 pacientes diagnosticados de crisis parciales con o sin generalización secundaria, que eran resistentes al tratamiento con al menos dos FAE utilizados a la máxima dosis tolerada, que en el momento de ser reclutados para el estudio se estaban tratando con uno a tres FAE, y que durante un período de estudio basal de 6-8 semanas presentaban de cuatro a seis crisis parciales [42-45]. El 74% de estos pacientes resistentes recibieron durante el período de realización del ensayo al menos otros dos FAE, además del tratamiento en estudio (pregabalina o placebo). La duración del tratamiento en los cuatro ensayos fue de 12 semanas [42-44]. Las características más relevantes de estos ensayos se exponen de modo esquemático en la tabla I. En los tres primeros estudios, la pregabalina se administró en dosis fijas de 150, 300 o 600 mg/día en dos o tres tomas; en el ensayo de French et al, se incluyó además otro grupo que recibió una dosis fija de 50 mg/día [42-45], y en el ensayo de Beydoum et al, otro grupo que recibió 600 mg/día en tres tomas [43]. En los estudios de Arroyo et al y de Beydoum et al, la pauta de tratamiento con pregabalina se inició con una dosis baja, que se incrementaba rápidamente (cada dos días): los pacientes aleatorizados a 150 mg/día de pregabalina recibieron la dosis completa al cuarto día del estudio, y los aleatorizados a 600 mg/ día recibieron la dosis total al octavo día [42,43]. Por el contrario, en el estudio de French et al, los pacientes comenzaron directamente con la dosis asignada de forma aleatoria, sin ajustes desde dosis inferiores [44]. En el cuarto estudio, la administración de pregabalina se realizó empleando, además de una dosis fija de 600 mg/ día, un protocolo de dosis flexible de 150-600 mg/día, y se compararon las respuestas a ambas pautas con la respuesta a placebo. Los pacientes aleatorizados a una dosis fija de 600 mg/día recibieron esta dosis desde el primer día del estudio, en dos tomas. Los pacientes con dosis flexible comenzaron 226 el tratamiento con 150 mg/día de pregabalina en dos tomas, y a las dos semanas se incrementaba la dosis a 300 mg/día en dos tomas. Si el paciente quedaba libre de crisis en estas primeras cuatro semanas, permanecía con esta pauta de 300 mg/día, y en caso contrario, la dosis se incrementaba hasta 450 mg/día durante cuatro semanas. De nuevo, si al cabo de este tiempo no quedaba libre de crisis, se incrementaba hasta 600 mg/día. En la pauta flexible, la dosis se reducía si aparecían acontecimientos adversos no tolerables [45]. En el análisis final de cada ensayo se incluyeron los datos de todos los pacientes aleatorizados (análisis por intención de tratar). La variable primaria de eficacia en estos tres ensayos fue la reducción de la frecuencia de crisis respecto al período basal, medida como cociente de respuesta (CR). El CR se definió como 100 × [(T–B) / (T+B)], donde B es la frecuencia de crisis durante el período basal, y T, la frecuencia durante el tratamiento. Un CR de –33 significará que ha habido una reducción del 50% en la frecuencia de crisis tras el tratamiento, y un CR de +33 indicará que la frecuencia de crisis se ha duplicado [42-44]. La pregabalina redujo significativamente, y con una intensidad dependiente de la dosis, la frecuencia de crisis en las dosis de 150-600 mg/día, comparada con placebo. Los valores medios de CR en los distintos estudios fueron: de –11,5 a –21 para la dosis de 150 mg/día, de –28 para la dosis de 300 mg/día, de –28,4 a –37 para la dosis de 600 mg/día en dos tomas, de –36,1 para la dosis de 600 mg/día en tres tomas, y de +9 a –5,6 para placebo. Estos valores indican una reducción de la frecuencia de crisis respecto a la situación basal del 20,6-34%, 44%, 35,654%, 48,1% y 0,8-10,6%, respectivamente [42-45]. Entre los pacientes tratados con pauta de dosis flexible, el CR fue de –21,5, significativamente superior a placebo (–5,6), e indica una reducción de la frecuencia de crisis del 35,4% [45]. El porcentaje medio de pacientes que mostró una reducción de las crisis de al REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 PREGABALINA EN EPILEPSIA Y DOLOR NEUROPÁTICO Tabla II. Acontecimientos adversos más frecuentes asociados al tratamiento con pregabalina en los ensayos clínicos de eficacia y seguridad controlados doble ciego en pacientes epilépticos, y según la ficha técnica del producto. Frecuencia de presentación en ensayos (% tratados) Abandono del ensayo por el acontecimiento adverso (%) Pregabalina Placebo Pregabalina Placebo 28,9 a 10,5 5,3 0,3 > 10 20,8 a 10,9 3,3 0,0 > 10 Ataxia 13,2 a 4,1 3,0 0,3 1-10 Astenia 11,2 Mareos Somnolencia Incidencia global según ficha técnica (%) 8,2 1,8 0,3 0,1-1 10,4 a 1,4 0,4 0,0 1-10 Lesiones accidentales (caídas) 9,9 a 5,4 0,9 0,0 Cefalea 9,1 11,6 1,2 0,0 Ambliopía (visión borrosa) 9,0 a 4,4 1,6 0,0 Diplopía 8,4 a 3,7 1,6 0,7 Temblor 7,5 a 3,7 1,5 0,0 Alteraciones del pensamiento (dificultad de concentración) 7,0 2,0 1,3 0,0 Aumento de peso a Diferencia estadísticamente significativa respecto a placebo. menos un 50% fue de alrededor del 40% para la dosis de 300 mg/día, del 50% para la dosis de 600 mg/día, y del 30% para la pauta de dosis flexible de 150-600 mg/día. En conjunto, cerca del 11% de los pacientes tratados con 600 mg/día se vieron libres de crisis [42-45]. Además se han realizado cuatro estudios abiertos, de larga duración, que han incluido en total 1.480 pacientes entre sujetos provenientes de los ensayos anteriores (estudios de extensión) y pacientes de características similares tratados al margen de los ensayos clínicos. El análisis de los datos agrupados de estos estudios indica que la pregabalina induce una reducción del 41,3% en la frecuencia de crisis respecto a la situación basal, y el 9% de los pacientes tratados con pregabalina quedaban libres de crisis en los últimos seis meses de seguimiento [41,45]. Así pues, el original mecanismo de acción de la pregabalina se traduce en una excelente eficacia en el control de las crisis en pacientes previamente resistentes al tratamiento con medicamentos tradicionales –que poseen mecanismos de acción diferentes a este nuevo FAE–, cuando la pregabalina se añade al tratamiento previo, quedando libres de crisis un elevado porcentaje de pacientes. Además, la asociación de pregabalina en estos casos presenta otro aspecto interesante: se han llevado a cabo análisis retrospectivos diferentes, utilizando las bases de datos de los ensayos clínicos doble ciego comentados anteriormente, con el fin de evaluar el momento de comienzo del efecto terapéutico de la pregabalina. Aunque los resultados de estos análisis no deben tomarse como pruebas definitivas –ya que se trata de análisis post hoc y los datos no están publicados en forma de artículo completo–, algunos revisores sugieren que existe una nueva ventaja clínica de la pregabalina que se relaciona con la REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 rapidez en el comienzo de la respuesta antiepiléptica: ya en la primera semana de tratamiento se detecta una diferencia estadísticamente significativa entre el efecto de la pregabalina y el del placebo, y este efecto se mantiene de modo sostenido durante las 12 semanas del estudio [46]. Cuando se tienen en cuenta los estudios a largo plazo, no se detecta tolerancia al efecto de la pregabalina, y la tasa de respondedores se mantiene entre el 41 y el 60% en tratamientos de hasta dos años de duración [41]. Frecuencia y tipo de acontecimientos adversos asociados a la pregabalina En el programa de desarrollo del me– dicamento, más de 9.000 pacientes se 1-10 han expuesto a la pregabalina, de los cuales más de 5.000 han participado en ensayos clínicos controlados con 1-10 placebo [5]. El perfil de los aconteci0,1-1 mientos adversos asociados a la utilización de pregabalina puede ser dife1-10 rente en pacientes en tratamiento de la epilepsia o del dolor neuropático, debido a las diferencias en la patología de base, a los diferentes medicamentos asociados o a las características de los sujetos. En la tabla II se resumen los resultados de los ensayos clínicos controlados en pacientes con crisis parciales y la información recogida en la ficha técnica del producto [5,42-44]. Como puede esperarse de un medicamento que modifica la función neuronal, los acontecimientos adversos observados con mayor frecuencia en pacientes epilépticos tratados con pregabalina en los ensayos clínicos controlados anteriormente comentados, y que se presentan claramente en un mayor porcentaje de pacientes tratados con pregabalina que en los tratados con placebo, se relacionan con el SNC. Mareos, somnolencia y ataxia son los acontecimientos adversos detectados con mayor frecuencia, y con mayor incidencia a medida que aumenta la dosis de pregabalina administrada. Estos acontecimientos aparecen sobre todo durante las dos primeras semanas de tratamiento, son habitualmente de una intensidad leve o moderada, y sólo en una parte de los pacientes en los que aparecen conllevan la supresión del tratamiento (Tabla II) [5,41,45,46]. Dado el riesgo de mareos, somnolencia, ambliopía (visión borrosa) o diplopía, puede alterarse la capacidad del individuo para conducir o manejar maquinaria peligrosa, y aumenta la probabilidad de sufrir lesiones accidentales, como caídas, sobre todo en ancianos [5]. De los datos expuestos respecto a los acontecimientos adversos asociados a la administración de pregabalina podemos destacar la escasa toxicidad cardiovascular, hepática, cutánea, hematológica y oftalmológica detectada hasta la fecha. Los resultados de un estudio sobre seguridad oftalmológica de la pregabalina se han presentado en forma de comunicación a un congreso: tras la evaluación de más de 3.600 pacientes tratados con pregabalina (1.390 de los cuales se han seguido durante más de un año), no se ha detectado toxicidad retiniana o en el nervio 0,1-1 227 J.F. HORGA DE LA PARTE, ET AL óptico [30]. Es relevante el hecho de que la frecuencia de abandono del tratamiento por acontecimientos adversos resulta muy escasa, y es más escasa aún cuando la pregabalina se utiliza en dosis flexibles [45]. Un dato que indica la buena tolerancia general de la pregabalina es que el 86,6% de los pacientes que participaron en los ensayos clínicos aceptaron participar en los estudios de extensión [46]. En los estudios abiertos de larga duración, con exposiciones a pregabalina de hasta 1.764 días, no se han identificado nuevos acontecimientos adversos diferentes a los detectados en los ensayos clínicos [46]. Finalmente, es importante considerar el escaso número de pacientes que participaron en los ensayos clínicos de eficacia comentados anteriormente en los que se detectaron acontecimientos adversos graves: no hubo casos de muerte y el porcentaje de pacientes con acontecimientos adversos graves fue del 6,4% entre los tratados con pregabalina y del 4,4% en el grupo placebo [42-45]. Los acontecimientos adversos graves acaecidos en el grupo tratado con pregabalina –y especificados en las publicaciones de estos estudios– fueron lesiones accidentales (nueve casos), confusión (dos casos), cálculos renales (dos casos), y un caso de cada uno de los siguientes eventos: dolor abdominal, ambioplía (visión borrosa), angina de pecho, neumonía por aspiración, ataxia, celulitis y accidente cerebrovascular [42-44]. Aportaciones de la pregabalina en la práctica asistencial: fácil manejo clínico Farmacocinética poco compleja, de fácil y rápida disposición en el SNC La pregabalina se absorbe rápidamente casi en su totalidad tras su administración oral en ayunas, alcanzando concentraciones máximas en la primera hora después de la toma [5,47]. La cantidad de pregabalina ingerida que pasa a la circulación sistémica (biodisponibilidad) es muy elevada, de más del 90% de la dosis administrada por vía oral, para el rango de dosis terapéuticas del FAE [3]. La velocidad de absorción disminuye tras la comida, pero sin repercusión clínicamente relevante [5]. La pregabalina es un buen sustrato del sistema transportador L para aminoácidos, responsable del transporte de aminoácidos grandes en las barreras intestinal y hematoencefálica [3,5]. En consecuencia, la pregabalina no sólo se absorbe muy rápidamente, sino que penetra de forma rápida y extensa en el SNC, su lugar de acción. La pregabalina no se une a proteínas plamáticas, lo que contribuye a su fácil y rápida entrada en el SNC [3]. Un segundo factor que determina la elevada biodisponibilidad de la pregabalina es que su metabolismo en humanos resulta insignificante, inferior al 2% [3,5]. Tras su absorción, pasa a la circulación sistémica casi en su totalidad y la pregabalina circulante se elimina por vía renal como fármaco inalterado [3,5]. Esta cinética de eliminación renal, que no varía si el aclaramiento estimado de creatinina (CLCr) es superior a 60 mL/min, determina unos valores medios de vida media de eliminación de 6,3 a 9,1 h, independientemente de la raza, la edad, el sexo y otras medicaciones administradas conjuntamente [3,47,48]. Excelente relación concentración sérica-dosis administrada Las propiedades de la pregabalina le confieren unas características farmacocinéticas de elevado interés. La variabilidad farmacocinética interindividual de la pregabalina es muy baja y la concentración plasmática pico y la cantidad total de pregabalina que pasa a la circulación sistémica presentan una relación lineal y directamente proporcional a la dosis administrada. Por tanto, 228 tras una dosis de pregabalina, los niveles plasmáticos que se alcanzarán permanecerán dentro de un rango previsible y, en un paciente dado, podemos estar razonablemente seguros de que cada nuevo incremento de dosis supondrá un incremento sérico del fármaco directamente proporcional a dicha dosis [3]. Resulta muy poco habitual encontrar esta excelente característica farmacocinética entre los FAE, que tampoco se presenta con la gabapentina. En consecuencia, por un lado, se pueden establecer de modo razonable unas pautas estandarizadas de dosificación de pregabalina, incluyendo las pautas de ajuste de dosis del medicamento, y por otro, no es necesario monitorizar sistemáticamente las concentraciones séricas de pregabalina en la práctica médica habitual [3,5]. Facilidad de dosificación Para algunos autores, las características farmacocinéticas de rápida absorción y penetración en el SNC contribuyen al rápido comienzo de acción de la pregabalina, y a que pueda instaurarse el tratamiento con una dosis inicial eficaz de 150 mg/día [3,41-43,45,46]. Si un medicamento se utiliza en pautas de administración fijas, se alcanzan niveles séricos con oscilaciones regulares mantenidas en valores estables (en equilibrio estacionario) cuando el tiempo transcurrido desde el comienzo del tratamiento o desde el último cambio de dosis es equivalente a cinco vidas medias de eliminación de dicho medicamento. Este tiempo será, en el caso de la pregabalina, de unas 24-48 h para un paciente con CLCr > 60 mL/min. Si se considerase procedente –en función del grado de respuesta observada y de la aparición o no de acontecimientos adversos atribuibles a la medicación–, éste podría ser el momento de ajustar la dosis. No obstante, por razones prácticas de seguridad y porque en algunos casos el efecto terapéutico de la pregabalina puede tardar en presentarse algunos días a lo largo de la primera semana de tratamiento [46], la ficha técnica de la pregabalina en España recomienda esperar una semana para realizar ajustes de dosis [5]. También es fácil, como se ha comentado, ajustar la dosis en pacientes con insuficiencia renal. Para comprobar la efectividad de estas recomendaciones, en un ensayo clínico doble ciego en pacientes con neuralgia postherpética se administró pregabalina siguiendo el protocolo comentado en la ficha técnica en función de que su CLCr fuese mayor de 60 mL/min o de 30 a 60 mL/ min. Con el ajuste de la dosis basado en el CLCr se consiguieron niveles séricos valle y medios comparables de pregabalina en ambos grupos [49]. Así pues, la consistente farmacocinética y relación dosisconcentración sérica de pregabalina –que justifica la confianza en la predicción de la relación dosis-respuesta en la práctica clínica–, permite manejar el medicamento con una pauta de dosis muy estrecha, de 150 a 600 mg/día, en ajustes rápidos de individualización de dosis y sin monitorizar los niveles plasmáticos [3,5,41-46]. Utilizando los datos de los ensayos de eficacia doble ciego, se han llevado a cabo análisis poblacionales exposición-respuesta con el fin de establecer criterios que permitan prever la dosis más adecuada de pregabalina en politerapia en el tratamiento de las crisis parciales resistentes a otros FAE [50]. Las conclusiones principales de este estudio han sido que la dosis inicial de 150 mg/día es una dosis eficaz, que el 75% de los pacientes muestra una reducción adicional de la frecuencia de crisis cuando se incrementa la dosis de pregabalina, y que REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 PREGABALINA EN EPILEPSIA Y DOLOR NEUROPÁTICO Tabla III. Ajuste de dosis de pregabalina de acuerdo con la función renal. Aclaramiento de creatinina (mL/min) Dosis diaria total de pregabalina a Dosis inicial (mg/día) Posología Dosis máxima (mg/día) ≥ 60 150 600 DVD o TVD ≥ 30 a < 60 75 300 DVD o TVD ≥ 15 a < 30 25-50 150 UVD o DVD 25 75 UVD < 15 Dosis complementarias tras la hemodiálisis (mg) 25 100 Dosis única b TVD: tres veces al día; DVD: dos veces al día; UVD: una vez al día. a La dosis diaria total (mg/día) debe dividirse en las tomas indicadas en la posología para obtener los miligramos/dosis adecuados. b La dosis complementaria es una única dosis adicional. 186 mg/día es la dosis media con la que un paciente alcanza el 50% de la eficacia máxima que puede obtenerse de la administración de pregabalina en dosis superiores [50]. Todos estos datos indican la previsible respuesta a la pregabalina en función de las dosis administradas, lo que hace de este FAE un medicamento de fácil utilización práctica. Ausencia de interacciones farmacológicas farmacocinéticas La escasa unión a proteínas plasmáticas evita la probabilidad de que existan interacciones farmacocinéticas por desplazamiento competitivo de dicha unión entre distintos fármacos o en condiciones de hipoalbuminemia, a diferencia de lo que sucede con otros FAE [3,5]. La ausencia de metabolismo hepático de la pregabalina conlleva varias ventajas prácticas de interés. Por un lado, no es previsible que una alteración de la función hepática modifique de forma significativa las concentraciones séricas totales del fármaco. Por otro, al no ser sujeto de la actividad enzimática hepática, no inhibe ni estimula el metabolismo de otros medicamentos, ni la administración de otros medicamentos modifica su eliminación. Este aspecto es de gran relevancia clínica cuando se administra a pacientes que se encuentran en tratamiento con otros FAE, cuyas concentraciones séricas suelen modificarse fácilmente al asociarse un nuevo FAE. También es clínicamente relevante cuando se instaura un tratamiento en pacientes polimedicados, o que reciban tratamientos muy sensibles a los cambios metabólicos, como los anticonceptivos orales. La administración conjunta de pregabalina y otros medicamentos puede realizarse de modo seguro sin modificar las pautas de tratamiento de ninguno de ellos. Las expectativas de ausencia de interacciones farmacológicas con la pregabalina se han comprobado experimentalmente. Se han llevado a cabo varios estudios para investigar la influencia de varios FAE de uso habitual sobre la farmacocinética de la pregabalina y viceversa: en pacientes con crisis parciales que recibieron 600 mg/día de pregabalina durante siete días, que estaban siendo tratados en monoterapia con dosis de mantenimiento individualizadas y estables de valproato, fenitoína, lamotrigina o carbamazepina, no se modificó la farmacocinética del FAE previo ni la de la pregabalina, ni cambiaron los niveles séricos REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 valle de los FAE [48]. Esto se ha confirmado mediante análisis de farmacocinética poblacional llevados a cabo con los datos de los ensayos clínicos con pregabalina en fases I, II y III: no se han detectado cambios significativos en la farmacocinética de la lamotrigina, el fenobarbital, la fenitoína, el topiramato o el valproato cuando se asociaba pregabalina, y estos FAE no han modificado la farmacocinética prevista de la pregabalina [3,5]. La ausencia de interacciones farmacocinéticas con otros FAE es una característica peculiar de la pregabalina, ya que no sólo los FAE clásicos, sino también los nuevos – excepto el levetiracetam–, presentan un riesgo de interacciones farmacocinéticas que debe considerarse y complica la práctica asistencial [51,52]. Estudios de farmacocinética poblacional han demostrado que la pregabalina no influye en la farmacocinética de los anticonceptivos orales, y que éstos, los hipoglucemiantes orales, los diuréticos y la insulina no alteran la farmacocinética de la pregabalina [3,5]. La pregabalina tampoco parece producir interacciones farmacocinéticas con otros medicamentos no antiepilépticos que actúan en el SNC, pero puede presentar un efecto aditivo en la alteración de la función cognitiva y motora causada por oxicodona, y puede potenciar los efectos del etanol y del lorazepam [3,5]. Ajuste de dosis estandarizado en insuficiencia renal Como se ha indicado, la pregabalina se elimina por excreción renal como fármaco inalterado. Los estudios farmacocinéticos de pregabalina en pacientes con diversos grados de insuficiencia renal indican que el aclaramiento total y renal de pregabalina en estos pacientes es directamente proporcional a CLCr [47]. En consecuencia, es necesario reducir la dosis diaria de pregabalina en estos pacientes, pero la buena relación entre ambos aclaramientos y la simplicidad y reproducibilidad en la farmacocinética de la pregabalina, permite establecer unas pautas fáciles de cumplir en la práctica asistencial: debe ajustarse la dosis de pregabalina en pacientes con CLCr < 60 mL/min. Se recomienda un 50% de reducción de la dosis diaria, inicial y de mantenimiento, en pacientes con CLCr entre 30 y 60 mL/min, en relación con las dosis de los pacientes con CLCr > 60 mL/ min. Estas dosis deben reducirse aún un 50% más para cada adicional reducción del 50% en el CLCr [47]. La tabla III recoge con más detalle las recomendaciones de la ficha técnica de la pregabalina (Lyrica) en España [5]. La pregabalina se elimina fácilmente por hemodiálisis, por lo que después de cada sesión de 4 h de hemodiálisis se debe administrar de forma inmediata una dosis complementaria de pregabalina (Tabla III) [5,47]. APORTACIONES DE LA PREGABALINA Y LOS LIGANDOS α2δ DE CANALES DE CALCIO EN EL TRATAMIENTO DEL DOLOR NEUROPÁTICO El dolor neuropático se define como el dolor iniciado o producido por una lesión primaria o disfunción del sistema nervioso [53]. El dolor neuropático crónico es una patología frecuente en la práctica asistencial. Los pacientes que presentan neuropatía diabética, neuralgia postherpética, neuropatías sensitivas por el virus de inmunodeficiencia humana o esclerosis múltiple experimentan un grado de dolor diario que les impide vivir con un nivel mínimo de calidad [54]. Los síndromes dolorosos neuropáticos se clasifican en periféricos y centrales, dependiendo de la localización central o periférica de la lesión neurológica que causa 229 J.F. HORGA DE LA PARTE, ET AL el dolor, aunque es probable que en la mayor parte de los casos existan mecanismos –tanto periféricos como centrales– implicados en la persistencia del proceso doloroso [54]. La neuropatía diabética y la neuralgia postherpética son los dos tipos más frecuentes de dolor neuropático crónico, motivo por el cual la mayor parte de ensayos clínicos con nuevos medicamentos en el tratamiento del dolor neuropático se efectúan en estos pacientes. El tratamiento del dolor neuropático se fundamenta en el control farmacológico de los síntomas dolorosos, junto con medidas generales no farmacológicas. Los tratamientos de primera línea del dolor neuropático periférico incluían, hasta hace poco, lidocaína tópica, algunos antidepresivos tricíclicos (en neuropatía diabética) y opioides de liberación prolongada [54, 55]. La carbamazepina está autorizada exclusivamente para el tratamiento de dos procesos concretos: neuralgia esencial del trigémino y neuralgia esencial del glosofaríngeo [56]. La lidocaína es poco adecuada para tratamientos prolongados, y los antidepresivos muestran un lento comienzo de acción y un perfil de toxicidad inadecuado –sobre todo en ancianos–, lo mismo que los opioides [54,55,57]. La reciente inclusión de la pregabalina y los ligandos α2δ de canales de calcio como tratamientos de primera línea autorizados en el tratamiento del dolor neuropático ha abierto nuevas perspectivas en el control del dolor en estos pacientes [57-60]. A continuación se exponen las principales aportaciones de la pregabalina que justifican dicha inclusión. Un nuevo mecanismo de acción antinociceptivo Principales mecanismos de acción de los analgésicos en el tratamiento del dolor neuropático No se conocen con precisión los mecanismos implicados en el dolor neuropático, por lo que los medicamentos autorizados para el tratamiento de este proceso deben someterse a evaluaciones experimentales y después mostrar su eficacia en ensayos clínicos controlados. No obstante, se acepta que uno de los principales mecanismos implicados en el dolor neuropático crónico radica en que la activación sostenida de las fibras C y Aδ dolorosas induce un cambio en el procesamiento de la información dolorosa en el asta posterior de la médula espinal, denominado ‘sensibilización espinal’. Básicamente, este trastorno se debería a que la liberación continua de neurotransmisores de las fibras C y Aδ, como sustancia P o glutamato, facilita la activación postsináptica de receptores N-metil-D-aspartato para glutamato, con aumento de la producción y de la sensibilidad de estos receptores, además del aumento de la liberación de sustancia P y de glutamato, lo que magnificaría la señal dolorosa en la segunda neurona [53,54,61,62]. La relevancia de este mecanismo se apoya en el hecho de que los principales fármacos analgésicos aprobados para el tratamiento del dolor neuropático en primera línea actúan disminuyendo la producción y generación de potenciales de acción en las fibras C y Aδ –al bloquear los canales de sodio dependientes del voltaje (lidocaína)– o facilitando los mecanismos inhibidores de la transmisión espinal de la información dolorosa (antidepresivos y opioides) [53,54,61-63]. Un nuevo mecanismo de acción analgésico: activación de la subunidad moduladora α2δ de canales de calcio dependientes del voltaje La acción de la pregabalina sobre la subunidad α2δ de canales de calcio dependientes del voltaje –comentada anteriormente para 230 explicar su efecto antiepiléptico– explica también su actividad analgésica en el dolor neuropático. De modo novedoso y original, distinto del modo en que actúa el resto de medicación autorizada con esta indicación, los ligandos α2δ, al reducir la captación presináptica de calcio, disminuyen la liberación de neurotransmisores de la señal dolorosa en el asta posterior de la médula, como el glutamato y la sustancia P [64-66]. Por tanto, los fármacos de este nuevo grupo actúan sobre el mecanismo clave de la sensibilización central en el dolor neuropático y no presentan un mecanismo antinociceptivo similar a los anestésicos locales o a otros analgésicos centrales o periféricos, como los analgésicos-antiinflamatorios o los opiáceos [67]. Una prueba más de esta diferencia es que los ligandos α2δ no resultan eficaces en el control de estímulos agudos no neuropáticos, pero su efecto es rápido en la atenuación del dolor neuropático [64]. Aportaciones de la pregabalina en la práctica asistencial: eficacia en el tratamiento del dolor neuropático Actividad analgésica experimental La pregabalina ha demostrado actividad antialodínica y antihiperalgésica en diferentes modelos de dolor neuropático, con un perfil antinociceptivo similar al de la gabapentina, pero con dosis de dos a cuatro veces menores. La pregabalina es eficaz en modelos de alodinia mecánica producida por fármacos (estreptozocina, vincristina), lesión nerviosa o cirugía, modelos de alodinia dinámica inducida por estreptozocina, o modelos de hiperalgesia térmica inducida por calor o por la sustancia P [58]. Estudios recientes que evalúan la relación estructura-actividad de distintos compuestos similares, así como el resultado de los estudios realizados en un modelo de dolor neuropático en ratones mutantes, concluyen que la fijación a la subunidad α2δ es un requisito indispensable para la acción analgésica de la pregabalina [68]. Ensayos clínicos controlados de pregabalina en pacientes con dolor neuropático La eficacia de la pregabalina en el tratamiento del dolor neuropático se ha evaluado en 10 ensayos clínicos doble ciego, controlados con placebo –de 8 a 13 semanas de duración–, y en varios estudios de seguimiento abiertos –de varios meses de duración– llevados a cabo en pacientes diagnosticados de neuralgia postherpética o neuropatía diabética [57,58,69]. Eficacia de la pregabalina en pacientes con neuralgia postherpética. Se han publicado en formato de artículo completo los resultados de dos ensayos clínicos aleatorizados, doble ciego, controlados con placebo. Las características de estos estudios se exponen de modo esquemático en la tabla IV [49,70]. Los pacientes incluidos en estos estudios, con una edad media superior a 70 años, presentaban dolor tras la curación de un rash cutáneo por herpes zóster desde hacía más de tres [49] o seis meses [70]. Además, la medida del dolor mediante una escala analógica visual (EAV) de 100 mm debía ser al menos de 40 mm, y la puntuación del dolor recogida en los diarios cumplimentados por los pacientes debía presentar un valor medio diario, durante la semana previa al ensayo, de al menos 4 en una escala de 11 puntos; la puntuación media basal de los pacientes fue mayor de 6,5 [49,70]. La duración media de la neuralgia postherpértica fue de 33-41 meses, y se excluyeron los pacientes que no habían respondido previamente a la gabapentina. Se aceptaba el tratamiento concomitante con otros analgésicos o antidepresivos, REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 PREGABALINA EN EPILEPSIA Y DOLOR NEUROPÁTICO Tabla IV. Ensayos clínicos comparativos de pregabalina frente a placebo en el tratamiento del dolor en pacientes con neuralgia postherpética. Primer autor (año) Número de pacientes (edad en años) Situación basal Diseño del estudio Tratamiento, en mg/día (duración) Variable primaria de eficacia Resultado: media ± DE (pacientes con reducción de al menos un 50%) Dworkin (2003) 173 (media ± DE = 71,5 ± 10,9) Dolor persistente (> 3 meses) tras cicatrizar rash cutáneo por herpes zóster. Puntuación de dolor: al menos 4 en escala de 11 PGB frente a PB Aleatorizado, doble ciego Paralelo PGB: 600; 3 tomas PGB: 300 b; 3 tomas PB (8 semanas) Puntuación media en la última semana (escala de 11 puntos) PGB: 3,6 ± 2,2 a (50%) PB: 5,9 ± 2,2 (20%) Dolor persistente (> 6 meses) tras cicatrizar rash cutáneo por herpes zóster. Puntuación de dolor: al menos 4 en escala de 11 PGB frente a PB Aleatorizado, doble ciego Paralelo PGB: 150; 3 tomas PGB: 300; 3 tomas PB (8 semanas) Puntuación media en la última semana (escala de 11 puntos) PGB 150: 5,1 ± 2,0 a (26%) PGB 300: 4,8 ± 2,0 a (28%) PB: 6,3 ± 2,0 (10%) Sabatowski 238 (32-96) (2004) PGB: pregabalina; PB: placebo; DE: desviación estándar. a p < 0,001 (frente a PB); b Si CLCr = 30-60 mL/min. pero no con gabapentina. En estos ensayos, la pregabalina se administró con pautas de dosificación diferentes: en el estudio de Dworkin et al, se comenzaba administrando 150 mg/día de pregabalina en tres tomas, durante tres días, y después, 300 mg/ día en tres tomas durante cuatro días más; si el CLCr del sujeto era superior a 60 mL/min, la dosis se incrementaba hasta 600 mg/día en tres tomas [49]. En el estudio de Sabatowski et al, los pacientes recibieron 150 o 300 mg/día de pregabalina en tres tomas [70]. La variable de medida primaria fue la reducción de la puntuación del dolor según la escala de 11 puntos, al final del estudio. En ambos ensayos, la eficacia de la pregabalina en el control del dolor neuropático fue clínicamente relevante, dependiente de la dosis, y significativamente superior a la del placebo para todas las dosis estudiadas, siendo las puntuaciones finales medias para 150, 300 y 600 mg/día de pregabalina de 5,1, 4,8 y 3,6, respectivamente, frente a 5,9-6,33 para el placebo [49,70]. Se ha publicado recientemente en forma de artículo completo un tercer estudio, con diseño similar a los anteriores pero con una duración de 12 semanas, que incluye conjuntamente pacientes con neuralgia postherpética o neuropatía diabética [71]. Los pacientes se aleatorizaron en tres grupos de tratamiento: placebo, 600 mg/día de pregabalina en dosis fijas, o 150-600 mg/ día de pregabalina en dosis flexibles dependiendo de la respuesta y la tolerabilidad mostradas por los pacientes. Todas las pautas se administraron repartidas en dos tomas diarias. Para el conjunto de pacientes, la eficacia de la pregabalina fue estadísticamente superior a la del placebo, de un valor semejante al de los estudios antes comentados, y similar para las pautas fija y flexible [71]. Aunque en este estudio no se realizó una aleatorización estratificada –y por tanto la validez de un análisis por grupos no sería científicamente procedente–, en términos informativos la respuesta de los pacientes con neuralgia postherpética y neuropatía diabética fue similar [71]. Según otros estudios realizados, pero aún no publicados en formato de artículo completo, se confirma que la pregabalina, administrada en pautas de dos tomas diarias, presenta una eficacia superior al placebo y dependiente de la dosis, con puntuaciones finales medias para las dosis de 150, 300 y 600 mg/día de 4,8, 4,7 y 4,1, respectivamente, en la citada escala sobre 11 puntos, frente a 5,7 para el placebo [58,72]. En estos estudios, la respuesta a la pregabalina aparece rápidamente, en la primera semana de tratamiento, y se mantiene durante el estudio. El porcentaje de pacientes en los que la pun- REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 tuación del dolor disminuye respecto a la situación basal en al menos un 50% –dato que presenta una elevada relevancia clínica– es del 26, 28 y 50-53% para los pacientes tratados con dosis de pregabalina de 150, 300 y 600 mg/día, respectivamente, frente a un valor medio del 18% en los grupos tratados con placebo. Para dosis flexibles de pregabalina, de 150-600 mg/ día, este porcentaje es del 48%. La administración de esas dosis en dos tomas diarias produce beneficios porcentuales similares [49,70-72]. Finalmente, estudios de seguimiento a largo plazo, publicados aún sólo en forma de comunicaciones a congresos, indican que este efecto parece persistir durante más de 420 días [58,73]. Eficacia de la pregabalina en el tratamiento del dolor de pacientes con neuropatía diabética. La eficacia antinociceptiva de la pregabalina en pacientes con dolor por neuropatía diabética se ha evaluado en seis ensayos clínicos aleatorizados, doble ciego, controlados con placebo, que han incluido en total más de 1.600 pacientes [57,69]. En cinco de estos estudios se utilizaron pautas de dosis fijas de pregabalina, y en otro, una pauta de dosis flexible, y se valoró la respuesta a la pregabalina administrada en dosis de 75-600 mg/día, en dos o tres tomas. Se han publicado en forma de artículo completo los resultados de tres de estos estudios, cuyas características se exponen de modo esquemático en la tabla V [74-76]. Se incluyeron en estos estudios pacientes con una edad media de alrededor de 60 años, diagnosticados de neuropatía diabética dolorosa de uno a cinco años de evolución, asociada a diabetes tipo 1 o tipo 2, predominantemente este último (71-91%). Se excluyeron los pacientes con un valor analítico de hemoglobina glicosilada HbA1c > 11%, y los que no habían respondido previamente a la gabapentina [74-76]. Para incluirse en el estudio, la medida del dolor mediante una EAV de 100 mm debía ser al menos de 40 mm, y la puntuación del dolor recogida en los diarios cumplimentados por los pacientes debía presentar un valor medio diario, durante la semana previa al ensayo, de al menos 4 en una escala de 11 puntos; la puntuación media basal de los pacientes en esta escala fue mayor de 6 [74-76]. En estos ensayos, la pregabalina se administró en pautas de dosificación diferentes: en el estudio de Lesser et al, a los pacientes aleatorizados a la dosis de 600 mg/día se les ajustó la dosis en pautas crecientes durante seis días, mientras que los pacientes aleatorizados en recibir 75 y 300 mg/día comenzaron con esa dosis directamente, sin ajustes. A todos ellos se les administró pregaba- 231 J.F. HORGA DE LA PARTE, ET AL Tabla V. Ensayos clínicos comparativos de pregabalina frente a placebo en el tratamiento del dolor en pacientes con neuropatía diabética. Primer autor (año) Número de pacientes (edad en años) Situación basal Diseño del estudio Tratamiento, en mg/día (duración) Lesser (2004) 337 (26-85) 1-5 años de dolor por neuropatía diabética. Puntuación del dolor: al menos 4 en escala de 11 PGB frente a PB Aleatorizado, doble ciego Paralelo PGB: 600; 3 tomas Puntuación media PGB: 300; 3 tomas en la última semana PGB: 75; 3 tomas (escala de 11 puntos) PB (5 semanas) Rosenstock 146 (2004) (media: 60) 1-5 años de dolor por neuropatía diabética. Puntuación del dolor: al menos 4 en escala de 11 PGB frente a PB PGB: 300; 3 tomas Puntuación media PGB 300: 3,9 ± 2,2 a (40%) Aleatorizado, PB en la última semana PB: 5,5 ± 2,3 (14%) doble ciego (8 semanas) (escala de 11 puntos) Paralelo Richter (2004) 1-5 años de dolor por neuropatía diabética. Puntuación del dolor: al menos 4 en escala de 11 PGB frente a PB Aleatorizado, doble ciego Paralelo 246 (media: 57) Variable primaria de eficacia Resultado: media ± DE (pacientes con reducción de al menos un 50%) PGB 600: 3,6 ± 2,1 a (48%) PGB 300: 3,8 ± 2,1 a (46%) PGB 75: 4,9 ± 2,1 a (23%) PB: 5,1 ± 2,1 (18%) PGB: 600; 3 tomas Puntuación media PGB 600: 4,3 a (39%) PGB: 150; 3 tomas en la última semana PGB 150: 5,4 (19%) PB (escala de 11 puntos) PB: 5,6 (15%) (6 semanas) PGB: pregabalina; PB: placebo; DE: desviación estándar. a p < 0,001 (frente a PB). lina o placebo en tres tomas diarias [74]. En el estudio de Rosenstock et al, se administró 300 mg/día de pregabalina en tres tomas desde la primera dosis, sin realizar ajustes [75]. Finalmente, en el estudio de Richter et al, se ajustó la dosis de pregabalina durante dos semanas desde 25 a 150 mg/día, o desde 100 a 600 mg/día, según el grupo, en tres tomas diarias [76]. La variable de medida primaria fue la reducción de la puntuación del dolor, según la escala de 11 puntos, al final del estudio. En los tres ensayos, la eficacia de la pregabalina en el control del dolor neuropático fue clínicamente relevante, dependiente de la dosis, y significativamente superior a la del placebo para las dosis de 300 y 600 mg/día, con una puntuación media de 3,8-3,9 y 3,6-4,3, respectivamente, frente a 5,1-5,6 en el grupo del placebo [74-76]. Como se ha comentado en el apartado anterior, Freynhagen et al han publicado un cuarto estudio, con diseño similar pero con una duración de 12 semanas, incluyendo conjuntamente pacientes con neuralgia postherpética o neuropatía diabética, en el que la eficacia de la pregabalina fue estadísticamente superior a la del placebo, de un valor semejante al de los estudios antes comentados, y similar para las pautas fija y flexible, siendo al parecer comparable la respuesta de los pacientes con neuralgia postherpética y neuropatía diabética [71]. De modo similar al control del dolor en los pacientes con neuralgia postherpética, en los pacientes con neuropatía diabética la respuesta a la pregabalina aparece rápidamente, en la primera semana de tratamiento, y se mantiene durante el estudio. El porcentaje de pacientes en los que la puntuación del dolor disminuye respecto a la situación basal en al menos un 50% –dato que presenta una elevada relevancia clínica– es, en los distintos estudios, del 40-46% para la dosis de 300 mg/día y de 39-52% para la dosis de 600 mg/día, más del doble que en los grupos tratados con placebo (15-24%) [71,74-76]. La administración de esas dosis en dos tomas diarias parece producir beneficios porcentuales similares [57]. Como también se ha indicado, estudios abiertos de seguimiento a largo plazo, publicados aún sólo en forma de comunicaciones a congresos, indican que este efecto se mantiene en tratamientos prolongados, sin que aparezca tolerancia en pacientes que reciben tratamiento con pregabalina durante más de 420 días [57,73]. 232 Frecuencia y tipo de acontecimientos adversos asociados a la pregabalina en pacientes con neuropatía El perfil de seguridad de la pregabalina en el tratamiento del dolor neuropático presenta unas características que difieren poco del perfil expuesto previamente cuando se utiliza como antiepiléptico. Se ha evaluado la seguridad de la pregabalina, administrada en dosis de 150-600 mg/día en dos o tres tomas diarias, durante 5-8 semanas, en base a los datos de pacientes participantes en seis ensayos clínicos aleatorizados, doble ciego, controlados con placebo: 728 pacientes con neuropatía diabética y 779 pacientes con neuralgia postherpética [49,57,58,70,71, 74-76], además de algunos comentarios sobre otros cuatro estudios aún no publicados [69] y los datos de la ficha técnica de Lyrica [5]. Como puede observarse en la tabla VI, los mareos y la somnolencia siguen siendo los acontecimientos adversos más frecuentes, y su incidencia depende de la dosis empleada. También en estos pacientes los mareos y la somnolencia aparecen durante la primera semana de tratamiento, son habitualmente de una intensidad leve o moderada, y raramente conllevan la supresión del tratamiento [49,70,71,74-76]. En general, la pregabalina se toleró bien en estos estudios y los abandonos del tratamiento –por acontecimientos adversos o por otras causas– fueron escasos. Abandonó el 6-35% de los pacientes tratados con dosis de 300-600 mg/día de pregabalina, frente al 3-25% de los tratados con placebo [49,57,58,70,71,74-76], siendo mayor el porcentaje de abandonos con placebo que con pregabalina en un estudio [70]. No obstante, existen algunas diferencias en el perfil de seguridad recogido en estos estudios de control del dolor neuropático frente a los estudios en pacientes epilépticos. En primer lugar, la incidencia de ambliopía (visión borrosa) es menor; en los ensayos clínicos en pacientes con dolor neuropático apenas se recogen casos de diplopía y, quizá por ello, sólo se comunican casos de lesiones accidentales en un estudio [76]. En segundo lugar, en todos estos estudios se incluye, dentro de los acontecimientos adversos frecuentes, el edema periférico, no recogido como tal en los estudios de epilepsia (Tabla VI). Este edema periférico se presenta con una frecuencia dependiente de la dosis, con un período de latencia de 20-30 días, no parece asociarse con patologías cardiovasculares, es de carácter leve o mode- REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 PREGABALINA EN EPILEPSIA Y DOLOR NEUROPÁTICO Tabla VI. Acontecimientos adversos y abandonos más frecuentes en los 10 estudios de dolor neuropático. Los datos indican el porcentaje de pacientes que presentó el acontecimiento adverso o que discontinuó el tratamiento por su causa. Dosis de pregabalina (n.º de pacientes) Placebo (n = 764) Mareo Discontinuaron Somnolencia Discontinuaron Edema periférico Discontinuaron Dolor de cabeza Discontinuaron Total con AA Discontinuaron 150 mg/día (n = 427) 300 mg/día (n = 509) 600 mg/día (n = 459) 6,4 13,3 25,5 29,6 0,3 2,3 2,6 5,7 3,8 9,8 15,9 17,6 0,1 1,2 2,8 4,6 1,8 5,2 12,0 13,5 0,1 0,5 1,2 1,1 7,5 7,7 6,3 7,8 0,8 0,5 0,0 1,5 55,8 60,2 73,5 79,1 5,1 7,3 12,2 15,5 AA: acontecimientos adversos. rado, es bien tolerado por los pacientes y raramente constituye motivo de abandono del estudio [49,57,58,70,71,74-76]. También en estos estudios de control del dolor neuropático se ha constatado la escasa toxicidad cardiovascular, cutánea, hematológica, renal, hepática y oftalmológica de la pregabalina. Además, se ha comprobado que no modifica los niveles de HbA1c ni el control de la glucemia en los pacientes diabéticos [75,76]. No obstante, una reciente revisión indica –sin citar la fuente de los datos– que los pacientes diabéticos que toman pregabalina y una tiazolidindiona (rosiglitazona, pioglitazona) presentan una mayor incidencia de ganancia de peso y de edema periférico [77]. Aportaciones de la pregabalina en la práctica asistencial Fácil manejo clínico Los aspectos comentados en el apartado anterior sobre las importantes aportaciones de la pregabalina derivadas de su farmacocinética poco compleja, su fácil y rápida penetración en el SNC, la excelente relación concentración sérica-dosis administrada, la facilidad de dosificación, la ausencia de interacciones farmacológicas farmacocinéticas y el ajuste de dosis estandarizado en insuficiencia renal, son aplicables sin restricción alguna a esta otra indicación. Medicamento de primera línea en el tratamiento del dolor neuropático Una reciente revisión de las pruebas científicas que sustentan el empleo de FAE en el tratamiento de la neuralgia postherpética establece que sólo los ligandos α2δ de canales de calcio –pregabalina y gabapentina– han demostrado su eficacia en el control del dolor en estos pacientes [78]. En consonancia con esta publicación, la Agencia Española del Medicamento sólo ha admitido para la pregabalina y la gabapentina la indicación autorizada de tratamiento de pacientes con dolor neuropático; ningún otro FAE presenta esta indicación, si bien la carbamazepina pre- REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 senta autorización expresa y limitada para el tratamiento de la neuralgia esencial del trigémino y la neuralgia esencial del glosofaríngeo. Un reciente algoritmo de tratamiento del dolor neuropático basado en la evidencia científica –elaborado por la prestigiosa e independiente Unidad de Alivio del Dolor de Oxford– coincide con la anterior conclusión, estableciendo que sólo la gabapentina y la pregabalina aportan pruebas de eficacia para su inclusión como medicamentos de primera línea en el tratamiento del dolor neuropático, y da un paso más: concluye que si los criterios de eficacia utilizados para establecer el algoritmo de tratamiento del dolor neuropático se basan no sólo en los datos de alivio del dolor, sino también en datos de mejoría en la calidad de vida, el tratamiento de primera elección en pacientes con dolor neuropático debería ser pregabalina o gabapentina, seguido de tramadol, después los opiodes distintos de tramadol, y finalmente, los antidepresivos tricíclicos [60]. APORTACIONES DE LA PREGABALINA AL GRUPO DE LOS LIGANDOS α2δ DE CANALES DE CALCIO Hasta aquí se han señalado las aportaciones del grupo de los ligandos α2δ de canales de calcio al tratamiento de la epilepsia y del dolor neuropático. Pero la gabapentina y la pregabalina, aunque son química y farmacológicamente similares, presentan diferencias que deberían tenerse en cuenta a la hora de elegir una u otra. Estas diferencias no se han estudiado en ensayos directos comparativos de ambos medicamentos y, por tanto, no hay evidencias directas de su magnitud, sino que se infieren de los estudios realizados por separado con ambos fármacos. En ocasiones existen elementos de referencia para la valoración comparativa, ya que ambos medicamentos se han evaluado frente a placebo, en estudios de diseño similar o en voluntarios sanos, pero algunas de estas valoraciones comparativas no se han publicado en forma de artículo completo, con descripción detallada de la metodología empleada. No obstante, a pesar de estas limitaciones, puede ser de interés ponerlas de manifiesto, aunque sea de modo esquemático, con el fin de que sirvan de elementos de reflexión para la selección de uno u otro medicamento en un paciente concreto o en una situación determinada. Diferencias farmacocinéticas Ambos fármacos se absorben bien tras su administración oral, aunque la absorción de pregabalina es mayor –del 90% de la dosis– y dos o tres veces más rápida que la de gabapentina. La importancia de este dato podría ser menor en un tratamiento crónico, pero además la gabapentina presenta una absorción que va siendo menor a medida que se incrementa la dosis porque con dosis elevadas se saturan los mecanismos implicados en su absorción. Administrada la gabapentina en tres dosis al día, la absorción tras 300 mg/dosis es del 60%, tras 600 mg/ dosis es del 40%, y tras 1.600 mg/dosis, del 35%. Es decir, frente a la absorción lineal de la pregabalina, la de la gabapentina es saturable y no lineal [3,51,79-82]. Como estos fármacos no se metabolizan en el hígado y lo que se absorbe pasa a la circulación sistémica, las concentraciones séricas de pregabalina son linealmente proporcionales a la dosis administrada, no así las de gabapentina; por tanto, sólo es razonablemente previsible la relación entre la dosis administrada, o los incrementos de dosis, y la concentración sérica del fármaco para la pregabalina, pero no para la gabapentina [3,79-81]. 233 J.F. HORGA DE LA PARTE, ET AL Una primera consecuencia de lo anterior es que, cuando un medicamento presenta saturación en un proceso farmacocinético, resulta más fácil que exista variabilidad importante intra e interindividual en la concentración sérica de un fármaco. De hecho, la variabilidad de la gabapentina (22,5-27,6%) es muy superior a la de la pregabalina (9,3-16,8%) y, por tanto, es más fácil establecer y ajustar las dosis de pregabalina que las de gabapentina [79,83]. Una segunda consecuencia es que resultan más probables las interacciones farmacológicas con un medicamento que presenta un mecanismo farmacocinético de saturación. Aunque ambos fármacos presentan un bajo riesgo de interacciones, éstas no se han descrito para la pregabalina, pero sí para la gabapentina: la absorción de gabapentina disminuye un 20-24% si se administra junto con antiácidos de aluminio-magnesio [51,84]. Si se añade gabapentina como único fármaco a la fenitoína, no se modifican los niveles séricos de fenitoína, pero sí puede suceder que se incrementen los niveles de fenitoína cuando la gabapentina se añade a tratamientos más complejos, como tratamientos preexistentes de fenitoína, carbamazepina y clobazam [85,86]. También se ha descrito que la asociación de gabapentina y felbamato prolonga la vida media de eliminación de felbamato en un 50% y aumenta sus concentraciones séricas [87]. Respuesta clínica y eficacia El perfil anticonvulsionante experimental de la pregabalina es similar al descrito previamente para la gabapentina, pero la pregabalina presenta una potencia de 3 a 10 veces superior a la gabapentina, y una mayor duración de acción [3,36,37]. Incluso para las mismas concentraciones séricas, la potencia de la pregabalina es 2,5 veces superior a la de la gabapentina [82]. Con el fin de disminuir el riesgo de reacciones adversas y aumentar la adherencia al tratamiento del paciente, el tratamiento con gabapentina debe comenzar con dosis bajas (100-300 mg en dosis única nocturna, seguido de 100-300 mg tres veces al día, en función de la indicación), y luego ajustar la dosis con incrementos de 100-300 mg/día cada 5-7 días, hasta alcanzar la respuesta deseada [54,58]. En el tratamiento del dolor neuropático, la gabapentina debe administrarse en dosis de 1.800-3.600 mg/ día para obtener una eficacia superior al placebo [54,88]. Para la gabapentina no existe una relación definida entre la dosis y la eficacia clínica, o entre las concentraciones plasmáticas y la respuesta [51,88,89]; así pues, en muchos pacientes, el tiempo necesario para alcanzar el tratamiento individualizado óptimo con gabapentina puede ser muy prolongado. Como se ha comentado, el rango de dosis terapéutico para la pregabalina es más estrecho, de 150 a 600 mg/día, y no es necesario planificar un período de ajuste de dosis hasta la dosis final prevista. En consecuencia, y si a esto sumamos la no linealidad de la relación dosis-concentración plasmática para gabapentina ya comentada, parece claro que la facilidad que presenta la pregabalina para alcanzar la dosis óptima individualizada es muy superior a la de la gabapentina, y el tiempo de ajuste de dosis es mucho más corto. Uno de los modos de valorar la eficacia clínica de un medicamento es cuantificar el número de pacientes que es necesario tratar (NNT) para que se alcance el objetivo terapéutico en uno de ellos. El NNT para la gabapentina en el tratamiento del dolor neuropático es de 5,1, frente al NNT de 4,8 de la pregabalina, lo que señala una efectividad superior de ésta [60]. Se han realizado cálculos más precisos de NNT en el tratamiento de la neuralgia postherpética: teniendo como objetivo reducir al menos en un 50% la puntuación del dolor del paciente, el NNT para la gabapentina es de 5,3, mientras que para la pregabalina es de 3,3, por lo que ésta muestra una efectividad terapéutica muy superior [69,78]. En un reciente congreso se ha comunicado que en un estudio a largo plazo de pregabalina en pacientes refractarios a gabapentina, antidepresivos tricíclicos y analgésicos de tercera línea, que presentaban dolor neurópatico asociado a neuropatía diabética y neuralgia postherpética, los pacientes experimentaron alivio sostenido del dolor tras el tratamiento con pregabalina a lo largo de los 15 meses del tratamiento [90]. Otro modo de comparar la efectividad terapéutica de la pregabalina y de la gabapentina en el dolor neuropático consiste en cuantificar el número medio de días logrados con uno u otro tratamiento sin que el paciente refiera dolor, o con un dolor inferior a 4 sobre una escala de 11 puntos, o bien cuantificar el número de días con una reducción del dolor del 50%: en el primer caso serían 37 ± 0,3 días para dosis de 375 mg de pregabalina y 26 ± 0,3 días para dosis de 1.800 mg de gabapentina; en el segundo caso, 37 ± 0,4 días para pregabalina y 26 ± 0,4 días para gabapentina en las mismas dosis [91,92]. El interés de este tipo de análisis, como el de los datos de NNT, es que permiten realizar fácilmente estudios farmacoeconómicos, que en este caso muestran una relación favorable para la pregabalina frente a la gabapentina en el tratamiento del dolor neuropático [93]. Estudios recientes aportan un nuevo aspecto beneficioso de la pregabalina. Se han publicado pruebas sólidas, basadas en ensayos clínicos aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo, que demuestran la eficacia a corto plazo de la pregabalina en el tratamiento de la fobia social (600 mg/día) [94] y del trastorno de ansiedad generalizado (150-600 mg/día, en dos o tres tomas) [95-98]. BIBLIOGRAFÍA 1. Lowenstein DH. Convulsiones y epilepsia. In Kasper DL, Braunwald E, Fauci AS, Hauser SL, Longo DL, Jameson JL, eds. Harrison. Principios de Medicina Interna. México DF: McGraw-Hill Interamericana; 2005. p. 2592-609. 2. Duncan JS. The promise of new antiepileptic drugs. Br J Clin Pharmacol 2002; 53: 123-31. 3. Ben-Menachem E. Pregabalin pharmacology and its relevance to clinical practice. Epilepsia 2004; 45 (Suppl 6): S13-8. 4. LaRoche SM, Helmers SL. The new antiepileptic drugs. Scientific review. JAMA 2004; 291: 605-14. 5. Ficha técnica de pregabalina (Lyrica ®) para España. Información de producto: 17.09.2004. 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La gabapentina y la pregabalina pertenecen a este grupo de medicamentos. La pregabalina es un análogo de la gabapentina más potente y efectivo, que actúa como un potente ligando para dicha subunidad. Su efecto antiepiléptico se debe probablemente a su capacidad para disminuir la liberación de neurotransmisores en las neuronas epileptogénicas activadas, sin que se hayan demostrado efectos sobre PREGABALINA. NOVOS CONTRIBUTOS DOS LIGANDOS α2δ DE CANAIS DE CÁLCIO NO TRATAMENTO DA EPILEPSIA E DA DOR NEUROPÁTICA Resumo. Objectivo. Proceder à revisão e actualização dos contributos de uma nova classe de fármacos, denominados ligandos α2δ de canais de cálcio, no tratamento da epilepsia e da dor neuropática. Desenvolvimento. Os fármacos que se unem no sistema nervoso central à subunidade auxiliar α2δ dos canais de cálcio dependentes da voltagem constituem um novo tipo de anti epilépticos. A gabapentina e a pregabalina pertencem a este grupo de medicamentos. A pregabalina é o análogo mais potente e eficaz da gabapentina, que actua como um potente ligando para esta subunidade. O seu efeito antiepiléptico deve-se provavelmente à sua capacidade para diminuir a libertação de neurotransmissores nos neurónios epileptogénicos activados, sem que se tenham demons- 236 REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 PREGABALINA EN EPILEPSIA Y DOLOR NEUROPÁTICO los receptores o los sistemas de neurotransducción asociados de tipo gabérgico. En varios ensayos clínicos doble ciego, controlados con placebo, la pregabalina (150-600 mg/día) ha demostrado ser eficaz y bien tolerada en el tratamiento combinado de las crisis epilépticas parciales. En distintos ensayos clínicos doble ciego, la pregabalina (150-600 mg/día) fue superior al placebo en el control del dolor neuropático asociado a la neuropatía diabética y la neuralgia postherpética. La pregabalina presenta en humanos una absorción rápida y completa, y una farmacocinética lineal y muy predecible, características que permiten un fácil manejo en la práctica asistencial. La actividad farmacológica de la pregabalina y la gabapentina son similares, pero no idénticas, y la pregabalina muestra posibles ventajas. Conclusiones. La pregabalina y los ligandos α2δ de canales de calcio muestran aportaciones relevantes en el tratamiento de la epilepsia y el dolor neuropático. En el tratamiento del dolor neuropático periférico, si los criterios de eficacia utilizados son tanto el alivio del dolor como la calidad de vida, se ha sugerido que gabapentina/pregabalina sean los medicamentos de elección. [REV NEUROL 2006; 42: 223-37] Palabras clave. Dolor neuropático. Epilepsia. Gabapentina. Ligandos α2δ de canales de calcio. Pregabalina. REV NEUROL 2006; 42 (4): 223-237 trado efeitos sobre os receptores ou os sistemas de neurotransdução associados de tipo gabaérgico. Em vários ensaios clínicos em dupla ocultação, controlados com placebo, a pregabalina (150600 mg/dia) revelou ser eficaz e bem tolerada no tratamento combinado das crises epilépticas parciais. Em diferentes ensaios clínicos em dupla ocultação, a pregabalina (150-600 mg/dia) foi superior ao placebo no controlo da dor neuropática associado à neuropatia diabética e a neuralgia pós herpética. A pregabalina revela uma rápida e completa absorção em humanos, e uma farmacocinética linear e muito previsível, características que permitem uma utilização fácil na prática clínica. A actividade farmacológica da pregabalina é semelhante às da gabapentina, mas não idêntica, e a pregabalina revela vantagens possíveis. Conclusões. A pregabalina e os ligandos α2δ de canais de cálcio constituem relevantes contributos para o tratamento da epilepsia e dor neuropática. No tratamento da dor neuropática periférica, se os critérios de eficácia utilizados forem tanto o alívio da dor, como a qualidade de vida, sugere-se que a gabapentina/pregabalina sejam os medicamentos de eleição. [REV NEUROL 2006; 42: 223-37] Palavras chave. Dor neuropática. Epilepsia. Gabapentina. Ligandos α2δ de canais de cálcio. Pregabalina. 237