guapo y en forma FOTOGRAFÍA: © Marmot Design - Fotolia.com Cuidados en invierno Las bajas temperaturas, la lluvia y otros fenómenos meteorológicos típicos del invierno amenazan, año tras año, a nuestras mascotas. Debemos estar prevenidos para no correr riesgos innecesarios. 12 guapo y en forma A los felinos que no salen de casa los cambios de temperatura no suelen afectarles tanto, pero aquellos gatos con acceso al exterior, a los que no amedrenta la lluvia, el granizo o la nieve y que, sea cual sea la situación climática, encuentran una razón para salir al exterior, sí sufren estos cambios climáticos y, por lo tanto, hay que poner remedio. Sea cual sea el estilo de vida del animal, su salud dependerá principalmente de un óptimo estado sanitario (vacunaciones y desparasitaciones), una correcta higiene, una adecuada alimentación y, lo más importante, de los cuidados de su dueño. Si estas pautas se cumplen, podremos evitar las situaciones de riesgo que, con puntualidad anual, llegan acompañando al frío. La parte superior del aparato respiratorio (nariz y boca) y el inicio del tubo digestivo (boca), son estructuras del organismo animal que separan el mundo exterior del resto de los órganos. Esta frontera tiene como función evitar la entrada de algún “viajero”, cuyas intenciones no son, ni mucho menos, hacer turismo; su principal objetivo será realizar acciones vandálicas contra los “edificios” y contra las estructuras de las maravillosas “ciudades” del cuerpo de nuestro animal. Las fronteras orgánicas tienen unos avanzados sistemas de defensa, como los ganglios linfáticos, que actúan como verdaderos filtros ante la avalancha de microorganismos que entran en cada inspiración o tras el inoportuno lametazo a cualquier producto de dudosa procedencia. La entrada de suciedad, polvo, bacterias, virus y demás “tribus urbanas", es más peligro- sa cuando nuestro gato no tiene sus vacunaciones anuales en regla. La alimentación también cumplirá un papel fundamental en la obtención de un correcto estado sanitario. Si la materia prima responsable de la energía, la construcción y el funcionamiento de estas “ciudades” no es del todo correcta, será más probable la aparición de deterioros y problemas en cualquier parte de la estructura. Por ello, es fundamental adecuar la alimentación al estilo de vida del animal, por eso disponemos de alimentos específicamente diseñados para gatos de vida en interior y para felinos que también disfrutan del mundo exterior. ¿Y el propietario? El amigo humano será el responsable de coordinar todas estas acciones, llevando a su compañero felino al veterinario, que pondrá en orden sus vacunaciones y “ debemos estar muy atentos a su alimentación: el animal puede necesitar un aporte alimenticio de hasta un 40% superior al que recibe diariamente durante el resto del año. En el caso de los animales mayores o seniors, sería conveniente, antes de las épocas de temperaturas extremas, realizarles un chequeo; los gatos geriátricos y los gatitos son los más susceptibles a las inclemencias del tiempo y requieren mayor atención. Y finalmente, la higiene, que debe ser un punto fundamental para el mantenimiento de la salud durante todo el año, pero extremado en las épocas frías, ya que si descuidamos las rutinas higiénicas del animal también estaremos predisponiendo a la aparición de problemas. La higiene de los oídos o los cepillados habituales no deben descuidarse; si La piel y el pelo son las primeras barreras de protección del animal frente a los agentes externos desparasitaciones anuales y nos asesorará para la elección de la mejor alimentación. Pero además, y en fechas invernales, pondremos todos los recursos para que nuestro gato no sufra riesgos innecesarios: evitaremos las corrientes en el hogar, el acceso del animal a zonas frías y, en el caso de los gatos con acceso al exterior, intentaremos estar más pendientes por si debemos intervenir (un concienzudo secado tras un paseo bajo la lluvia, reforzando sus almohadillas con productos específicos, por ejemplo), y ” nos relajamos en estos cuidados durante esta época del año, podemos sufrir las consecuencias a corto plazo. La piel y el pelo son las primeras barreras de protección del animal frente a los agentes externos; además, permiten mantener la temperatura corporal estable a pesar de los cambios climáticos. Si conseguimos mantener "a punto" la cubierta protectora de nuestra mascota, conseguiremos que nuestro buen amigo soporte mejor las temperaturas invernales y evite las enfermedades. 13