ACADEMIA OLIMPICA DEL ECUADOR Cuando el 18 de noviembre de 1985 se clausuraron los X Juegos Deportivos Bolivarianos, dos millares de atletas se habían desplazado con sus hazañas deportivas a segundo término, los acontecimientos sociales, políticos y religiosos de toda una región de nuestro continente. Es que el deporte constituye por segunda ocasión en la historia de la humanidad el acontecer más trascendental en la vida de nuestros pueblos; hoy, millares de seres en todo el planeta, pueden ser partícipes en fracciones de segundo, de las hazañas de sus atletas en cualquier campo deportivo. Por lo que seis jóvenes deportistas, tenéis en la virtuosidad de vuestra actividad, el inmenso poder de paralizar el quehacer de todo el pueblo y transmitir a través de vuestra hazaña deportiva el mensaje de paz y hermandad que la humanidad necesita. Esto en esencia, es el ideal del Movimiento Olímpico, la juventud a través del deporte, buscando un mundo mejor y pacífico. Sin embargo, esta concepción tan sencilla conlleva una profunda actividad. Miles de entrenadores y dirigentes, se precisan para cubrir las múltiples facetas del entorno deportivo, millares de periodistas cubren y narran vuestros éxitos y fracasos; finalmente, miles de millones de hombres y mujeres en todas las latitudes del planeta vibran con vuestra acción. La juventud hace de vuestras hazañas las suyas propias, al igual que antes lo hacían con personajes de la ficción; hoy, sois vosotros los grandes héroes que todos los jóvenes quisieran ser. La humanidad necesita triunfadores, el deporte es el camino, os ruego que no la defraudáis. Vislumbremos por un instante el mundo ideal de la paz y este será, a no dudarlo, cuando los niños cambien sus juguetes de guerra por un implemento deportivo; cuando hombres y mujeres cambien el fusil, las bombas y las metralletas por paletas, bolas y zapatillas de competencia. Cuando las ingentes cantidades de dinero que se destinan al fortalecimiento militar y al descubrimiento de armas cada vez más mortíferas, sean invertidas en la preparación de jóvenes atletas y en el descubrimiento de nuevas técnicas que permitan superar marcas y hazañas deportivas que hasta hoy parecían imbatibles. Este marco teórico puede ser algún día realidad cuando un mundo lleno de vibrante juventud, cuente más tarde con estadistas, sabios y ciudadanos que antes fueron deportistas y que luego en la función pública o privada vuelquen su acción en la conducción del Estado, en el descubrimiento de elementos que contribuyen aún más al bienestar de la humanidad y, finalmente, cuando hombres y mujeres formados en las escuelas del deporte, impongan a los actos cotidianos, el esfuerzo y la disciplina que los elevaron en su juventud, a ser las grandes estrellas del deporte. No olvidéis que ha sido el hombre el único ser viviente que, a través de los millones de años de su existencia sobre el planeta, es el único capaz de haber podido modificar el medio ambiente, en que le ha tocado vivir y desarrollarse, a diferencia de las otras criaturas que tan solo llegaron a la adaptación maravillosa del medio que las rodea, pero que jamás pudieron modificarlo. Si el hombre ha sido capaz de crear las guerras y la secuela de dolor, destrucción y hambre, será capaz también de edificar un mundo en cuyo cielo se describa y en cuyo suelo se practique y viva con aquel concepto inmortal: Men sane in corpore sane. Será necesario así mismo, que os defina: ¿qué es la Academia Olímpica?. Este es un organismo de los Comités Olímpicos Nacionales que promueve el desarrollo del deporte a través de la difusión del ideal del movimiento Olímpico, promover la educación y capacitación de atletas, de entrenadores y dirigentes, finalmente de popularizar la práctica del deporte a través del mundo. Por lo que veis, su campo de acción es inmenso. Nuestra primordial acción estará volcada a ustedes jóvenes atletas que en este día sois nuestros invitados de excepción. Dentro de la educación y capacitación de los atletas, hemos valorizado con énfasis, el campo de la preparación mental, a nuestro criterio, el más importante en el desarrollo de un atleta de alta competencia, pero así mismo, el más desconocido, pero del cual se puede esperar los logros más espectaculares, cuyos parámetros son los límites inconmensurables de la mente humana. Podéis ser dueño de la técnica más depurada, de estar dotado de inmejorables condiciones físicas, pero si el poder de vuestra mente no llega a materializar en acción vuestros atributos anteriores, ninguno de ellos tendrá valor significativo, pues sólo en la medida en que vuestra mente haya fijado una meta y creado un ideal, llegareis a ser el líder indiscutible, que es el sinónimo de los grandes atletas Olímpicos. Finalmente, a vosotros dirigentes y periodistas que hoy nos acompañan, os pedimos que también volquéis vuestros esfuerzos y vuestras mejores intenciones en el engrandecimiento integral de nuestros deportistas. Que juntos trabajemos en el diseño del nuevo deporte agonístico, pues en la medida que lo logremos, estará también nuestra supervivencia. Demostremos que también somos capaces de modificar el ambiente deportivo en el cual nos ha tocado vivir, en la más clara concepción de lo que nosotros definimos como el verdadero ascenso de la mente del hombre.