La Magia y la Iglesia APROXIMACIONES TEOLÓGICAS Y LEGALES Dr Carolina Escobar mcarolina.escobar@udea.edu.co ¿Quién más se preocupaba por questiones de definición? Actitudes de la élite patrística En un contexto específico Manipulación de los demonios Percepción negativa Relaciones entre hombres y demonios Los humanos creían estar en control Ejemplo: Los magos del faraón Prueba del poder de Dios Ilusiones y engaños Poder limitado→ truco Regateando poder Otro ejemplo: Simón el Mago Compra poderes de San Pedro Probar que tenía poderes divinos Dioses paganos como demonios Parecen efectivos Decepción Tiene sentido! ¿Relevancia? Peligro → alma humana Un truco o una ilusión no pueden causar daño físico, a no ser que sea permitido por Dios San Agustín de Hipona, (354-430) Padres de la Iglesia Uno de los teólogos cristianos más importantes e influyentes Edad Media Varias obras → más influyente → La Ciudad de Dios ¿De qué se trata? Establecer la superioridad del cristianismo frente a creencias alternas → paganismo romano… La Ciudad de Dios Entre tanto, Roma fue destruida por la irrupción de los godos, que actuaban a las órdenes del rey Alarico, y fue arrasada por la violencia de una gran derrota. Los adoradores de una multitud de dioses falsos, que llamamos originariamente paganos, esforzándose en atribuir su destrucción a la religión cristiana, comenzaron a blasfemar contra el Dios verdadero más despiadada y amargamente de lo acostumbrado. Por eso yo, ardiendo del celo de la casa de Dios, me decidí a escribir contra sus blasfemias y errores los libros de La Ciudad de Dios. Obra que me ocupó durante algunos años, porque me llegaban otros muchos asuntos que no podía aplazar, y reclamaban antes mi atención para resolverlos. En cuanto a esa obra de La Ciudad de Dios, por fin, la terminé con veintidós libros. (Agustín, Retract. 2.43) La Ciudad de Dios Los cinco primeros refutan a aquellos que desean que las cosas humanas prosperen, de tal modo que creen que para eso es necesario volver al culto de los muchos dioses que acostumbraron a adorar los paganos, y, porque está prohibido, sostienen que por eso se han originado y abundan tamaños males. En cuanto a los cinco siguientes, hablan contra esos que vociferan que esos males ni han faltado ni faltarán jamás a los mortales, y que, ya sean grandes, ya pequeños, van cambiado según los lugares, tiempos y personas, pero sostienen que el culto de muchos dioses con sus sacrificios es útil a causa de la vida futura después de la muerte. Por tanto, en esos diez libros refuto estas dos vanas opiniones contrarias a la religión cristiana. (Agustín, Retract. 2.43) La Ciudad de Dios Pero, para que nadie pueda reprenderme de que he combatido solamente la doctrina ajena, y que no he afirmado la nuestra, la segunda parte de esa obra, que comprende doce libros, trata todo esto. Aunque, cuando es necesario, expongo también en los diez primeros libros la doctrina nuestra, y en los doce libros últimos refuto igualmente la contraria. Así pues, los cuatro primeros de los doce libros siguientes contienen el origen de las dos ciudades: la primera de las cuales es la ciudad de Dios, la segunda es la de este mundo; los cuatro siguientes, su progreso y desarrollo; y los otros cuatro, que son también los últimos, los fines que les son debidos. De este modo, todos los veintidós libros, a pesar de estar escritos sobre las dos ciudades, sin embargo toman el título de la ciudad mejor, para llamarse preferentemente La Ciudad de Dios. (Agustín, Retract. 2.43) Libro IX Libro anterior → la adoración de los demonios debe ser abjurada Este libro desafío a aquellos quienes argumentan que existe una distinción entre los demonios Se manifiestan como espíritus malvados en mil formas distintas Buenos y malos Prueba → sólo a Cristo le corresponde proveer a los hombres con bienaventuranza eterna, no a ningún demonio Contexto interno – Libro IX Cap. 2.--¿Existen entre los demonios, que son inferiores a los dioses, algunos buenos, bajo cuya protección pueda el alma humana llegar a la verdadera felicidad? Cap. 3.--Atribuciones de los dioses según Apuleyo; sin sustraerles la razón, no les asigna virtud alguna. Cap. 18.--La falacia de los demonios, al prometerse con su intercesión el camino hacia Dios, no tiene otra pretensión que apartar a los hombres de la verdad. Cap. 19.--El nombre de demonio no se toma ya en buen sentido ni entre sus mismos adoradores. Cap. 20.--Cualidad del conocimiento que hace soberbios a los demonios. Cap. 21.--Hasta qué punto quiso el Señor descubrirse a los demonios. Cap. 22.--Diferencia entre la ciencia de los santos ángeles y la de los demonios. Isidoro de Sevilla, (c. 560–4 Abril 636) Obispo de Sevilla Trabajo enciclopédico – Las Etimologías Compendio de conocimiento clásico Libro VIII – De la Iglesia y las sectas i. La Iglesia y la Sinagoga ii. Religión y fé iii. Herejía y cisma iv. Herejías de los judíos v. Herejías cristianas vi. Filósofos paganos vii.Poetas viii.Sibilas ix. Magos x. Paganos xi. Dioses de los paganos Adivina de Endor (1 Samuel 28) ¿Dónde la ubicamos? ¿Qué puede hacer? ¿Por qué es necesaria como intermediaria?