D ESARROLLO, TERRITORIO, ESPACIO, ENTORNO Y ORDENAMIENTO1 “El territorio ya no precede al mapa ni le sobrevive. En adelante ser á el mapa el que preceda al territorio y el que lo engendre, y si fuera preciso retomarla fábula (de Borges), hoy serían los girones del territorio los que se pudrirían lentamente sobre la superficie del mapa. Son los vestigios de lo real, no los del mapa, los que todavía subsisten esparcidos por unos desiertos que ya no son los del Imperio, sino nuestro desierto. El propio desierto de lo real" Baudrillard (1978) Las contribuciones de Von Thunen (1820) alrededor de la relación espacio y economía, son consideradas primigenias en la teoría clásica de la localización. Luego, Hearn (1864) consideró que la verdadera razón del auge de los distritos estuvo a cargo de la economía del coste de producción, por ende, la causa principal que determina la distritualización se explica por la reducción de los costes (Sforzi, 2008). Posteriormente, los distritos industriales de sello marshalliano (1890)2 y las reinterpretaciones y propuestas realizadas por Becattini (1962) se constituyeron en la primera etapa preparadigma de desarrollo local y modelo de industrialización europeo, habida cuenta que esta idea de concentración geográfica ha sido reconocida como antecedente histórico e intelectual de la teoría económica. Tanto la teoría del distrito industrial marshalliano, como las teorías de la innovación-difusión empresarial schumpeteriana y del contexto institucional van a estar en la base de fundamentación de las nuevas construcciones teóricas (Calderon, 2008); sin embargo. más allá de ese período de importantes aportes teóricos en los tópicos de la economía espacial, no se ha configurado un consenso alrededor de una Teoría unificadora de múltiples concepciones y enfoques de los epígonos de tales pioneros. Actualmente se conocen diversas visiones territoriales y endógenas del proceso de desarrollo económico que convergen en la necesidad de resignificar la dimensión local y regional con todas las dotaciones y potencialidades territoriales; ello hace posible referirse a la emergencia de un paradigma del desarrollo económico territorial endógeno. En esta línea teórica e investigativa descollan autores como Vázquez Barquero, 2 1 Armando Gil Ospina. Docente de Economía. UCP. 6. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ Marshall planteaba una vía de desarrollo alternativa en forma de distrito claramente vinculado a un ámbito territorial delimitado. 7. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ Alburquerque, Friedmann, Douglas, Stohr y Sachs, entre otros. Como aportes adicionales a la interpretación territorial y endógena del desarrollo económico sobresalen, igualmente, las contribuciones teóricas de los milieux innovateurs, el enfoque de clústeres -Markusen, Porter-, la nueva geografía económica de Krugman, la escuela californiana -Sabel, Storper, Scott, Saxenian- y la economía institucional -Williamson, North- (Rodríguez, 2006). Aydalot (1986) fue el impulsor de esta nueva visión, la cual fue desarrollada por el grupo de investigación europeo sobre entornos innovadores (GREMI). Los investigadores que continuaron trabajando en esta línea consideraron las innovaciones como el motor del desarrollo económico regional dentro de los modelos de desarrollo local endógeno; en otras palabras, reconocieron que la capacidad de innovación depende de variables internas a los propios territorios (Ratti, 1992; Brets, 1999; Ogawa, 2000; Cheshire y Malechi, 2003; citados por Peña, 2004). Una vez conocidas esas recomendaciones para alcanzar el desarrollo económico en una localidad y/o región, resulta obvia la pregunta por los territorios exitosos y no exitosos (Moncayo, 2003)3 o los ganadores o 3 Una vez que una región tiene una alta concentración productiva, este patrón tiende a ser acumulativo: la región dominante adquiere una ventaja de localización, esto es, ella deviene atractiva para las 8. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ perdedores. En este sentido, Peña (2004) se pregunta por la desigual distribución espacial de dicha capacidad; ¿por qué unos territorios innovan y otros no? ¿Cuáles son los factores y variables endógenas que hacen que unos territorios sean más capaces de desarrollar procesos de innovación y de mantenerlos a lo largo del tiempo? Algunos autores (Vásquez, Arocena, Alburquerque, Boisier, entre otros) desde sus respectivos enfoques dan respuestas tentativas a estos interrogantes. Para avanzar en este propósito, se requiere conceptualizar y definir, si es posible, los términos de desarrollo, territorio, espacio y entorno. Para Boisier (2003) desarrollo es una propiedad emergente de un sistema territorial dinámico, complejo, adaptativo y altamente sinergizado. Definió al desarrollo como “el logro del contexto, medio, momentum, situación, entorno…que facilite la potenciación del ser humano… es un cambio en la doble dimensión humana: es biológico y espiritual, es también un proceso social y cultural, es secundariamente económico, en el sentido monetario, pero en el sentido estricto, es netamente económico, ya que debe cubrir y satisfacer todo tipo de necesidades”. En el mismo sentido, Furtado (1982; citado por Boisier, 2003) se refirió al desarrollo como “un proceso de activación y canalización de fuerzas sociales, firmas, debido al gran número de ellas que ya producen allí -y no, por ejemplo, una mejor dotación de factores-. En otras palabras, el éxito explica el éxito. 9. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ de avance en la capacidad asociativa, de ejercicio de la iniciativa y de la inventiva”. En sintonía con este pensamiento, Rodríguez (2006) precisa el desarrollo económico de un territorio -regiones, localidades o ciudades- como un proceso endógeno de acumulación de capital que depende del desarrollo del potencial competitivo del sistema productivo local que, a su vez, depende de: i) la capacidad empresarial local, ii) la forma en que los empresarios se organizan para producir, iii) la introducción y difusión de innovaciones, iv) el rol de las economías de aglomeración (asociado al papel de las ciudades del territorio y sus zonas de influencia) y v) el marco institucional donde todo esto ocurre. Desde ese enfoque, el territorio deviene en la piedra angular de endogeneidad sobre la cual se construye, procesa, transforma y alcanzan desarrollos y realizaciones por y para la comunidad que los hace posibles. “El hecho territorial del desarrollo significa que no podemos hacer abstracción de las características físicas, humanas, geoeconomicas y político institucionales de la unidad territorial en cuestión, sino que debemos partir siempre de las mismas, del stock de recursos humanos y físicos de la zona en cuestión, de sus características culturales y sociales, teniendo muy en cuenta su historia y sus potencialidades” (Calderón, 2008). 10. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ De manera complementaria, Rodríguez (2006) considera que el territorio es un ámbito geográfico delimitado por un conjunto de relaciones sociales y económicas entre actores e instituciones, que poseen capacidades y conocimientos específicos, compartidos, propios y adquiridos, e interactúan a partir de una tradición, normas y valores comunes, sobre los cuales se codifican y decodifican todos los intercambios. Figura 1. Territorio como término polisémico. Fuente: Pinto y Ortiz (2007). Elaboración propia. Vázquez (2005) denota el aporte de Friedmann y Weaver (1979) al enfoque territorial; se trata de una nueva visión del territorio, no como el espacio físico 11. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ donde se localiza la inversión, sino como una red de actores con un papel muy importante en el proceso de desarrollo a través de las iniciativas locales de inversión y capacidad de reacción ante los retos impuestos desde el exterior. En el mismo sentido, Stohr (1981) y Arocena (1995) enfatizan la participación de los actores locales, planteando estrategias de abajo hacia arriba, dando oportunidad a los individuos, grupos sociales, organizaciones e instituciones locales, de aprovechar y realizar sus potencialidades (2005). En América Latina, el desarrollo de las regiones y localidades ha ido tomando más relevancia, la cual se refleja en el rumbo de las políticas económicas y en la literatura de los años 90. Al respecto, se conocen diversas experiencias exitosas en el continente que ha difundido y promovido la CEPAL (Aghón y otros; 2001; citado por Rodríguez, 2006). El cuadro 1 permite observar la evolución del término desarrollo en el período de posguerra. La perspectiva tradicional que no diferencia crecimiento del desarrollo, pues se conciben de manera indistinta, pasando por los años ochenta en que aflora el concepto de desarrollo sostenible y sustentable, hasta las teorías relacionadas con el enfoque endógeno del desarrollo económico local (territorial y regional). Finalmente, se referencia las más recientes vertientes del desarrollo humano que enfatiza las múltiples dimensiones humanas. 12. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ Cuadro 1. Principales paradigmas y enfoques teóricos sobre Desarrollo económico. Fuente: Calderón (2008). 13. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ EL ESPACIO COMO RECEPTÁCULO: LA TEORÍA DE LA LOCALIZACIÓN concepto de territorio como lugar de convergencia de la complejidad social e histórica Al respecto, Krugman se pregunta: “¿Cómo suelen abordar los economistas el espacio? Por decirlo en pocas palabras, la mayoría no lo trata en absoluto. En efecto, hay algo extraño en la manera en que buena parte de nuestra profesión ignora cualquier cosa que guarde relación con el lugar en el que se producen las actividades económicas” (citado por Coq, 2004). Figura 2. Criterios epistemológicos de clasificación de las teorías económico-espaciales. Fuente: Coq (2003). Más allá de esa postura pendular de Krugman, el análisis económico ya había producido ideas, conceptos y teorías relacionadas con la economía espacial. Por ejemplo, a comienzos del siglo XX, época de dominio académico y político de la Teoría Neoclásica, se estudiaron los fenómenos europeos derivados de los procesos de distribución espacial de las manufacturas como consecuencia del fuerte proceso industrializador. Desde este enfoque de análisis, se propuso conceptualizar los efectos generados por la inclusión del espacio en el modelo ex profeso. Ello condujo a dos líneas de trabajo (2004). La figura 2 muestra las concepciones sobre espacio y territorio contenidas en las diferentes teorías económicas; en efecto, desde un enfoque epistemológico, el pensamiento neoclásico como la doctrina utilitarista conciben el espacio a través de la teoría de la localización; en tanto que desde algunas posturas heterodoxas, ya no es el espacio como si el 1) la existencia del espacio altera las funciones de producción y de coste de las empresas, hecho que explicita un nuevo tipo de coste, el transporte, el cual se internaliza en la función; 14. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ 15. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ 2) la igualdad de precio (y de los demás factores que explican el precio de un bien), hace que los consumidores compren sus bienes en aquellos establecimientos que les resulten más cercanos. De este modo, la distancia afecta a los dos agentes económicos. Este fenómeno impulsó el desarrollo teórico de la Localización por parte de Hotelling, Christaller y Lösh, entre otros. Este conjunto de razonamientos y consideraciones conceptuales condujeron al desarrollo de la Teoría del Lugar Central, la cual ha sido aplicada en el tema del Ordenamiento Territorial, que se tratará más adelante. Tal como acontece con los términos desarrollo, bienestar, calidad de vida, entre otros, sucede igual con territorio y espacio; éstos también presentan una condición polisémica, de acuerdo al enfoque y postura ideológica o política que se asuma. A pesar de las diferencias entre Teorías de la Localización y de la Territorialización que se indican en la figura 2, no quedan dilucidadas las distinciones entre los términos de espacio y de territorio. En unas ocasiones se enfatizan como conceptos distintos, pero no precisan sus diferencias (Daniels, 1993). Otras veces, se define el territorio de forma genérica pero sin llegar tampoco a profundizar en el verdadero contenido del concepto. Para Mella (1998), el territorio se refiere a una red de relaciones interpersonales, interlocales e interterritoriales sustentadas en intereses implícitos y explícitos dentro de las comunidades alrededor de la construcción de cultura compartida y ethos identitario. “El territorio ya no es en lo fundamental, un soporte de las actividades económicas o 16. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ de los factores de localización...ni tampoco una fuente de costes para los agentes productivos, ni mucho menos una simple distancia entre dos puntos. Por el contrario, el territorio se presenta como una configuración de agentes y elementos económicos, socioculturales, políticos, institucionales que posee modos de organización y de regulación específicos” (1998). Para Cabeza (1997) y Briceño (1989) el territorio es el sustrato material sobre el que se asienta una comunidad, regido por un conjunto de normas que establecen, en principio, el derecho soberano de aprovechamiento de los recursos que contenga, constituyéndose de esta manera en su patrimonio; es decir, territorio como la base material de una sociedad que hace posible su localización geográfica; mientras que el espacio geográfico, es el que expresa los objetivos de una sociedad específica, en su realización histórica, en correspondencia con su Territorio y sus Recursos, esto es, en concordancia con la dimensión valorativa que le asigna a su patrimonio. Para Cabeza territorio y espacio geográfico no indican una sinonimia terminológica, ni tampoco una equivalencia, sino una interrelación necesaria, donde ambos convergen para explicarse mutuamente. De forma análoga, Briceño parte de la hipótesis que espacio y territorio no son sinónimos ni equivalentes sino componentes que se corresponden tanto cultural como económica y políticamente en cualquier sociedad. 17. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ El espacio geográfico es el Territorio y su dimensión socio-histórica y política, es decir, la expresión de las identidades socioculturales que, localizadas en un sitio específico, no son más que identidades geográficas (Cabeza, 1997). Desde otro enfoque, Iñiguez (1999) concibe el territorio con el siguiente significado: es esencialmente una delimitación areal de poder, la demarcación del ámbito del estado-nación y de sus divisiones internas. El origen y los límites territoriales son tanto histórico-políticos como político-administrativos más o menos recientes. Santos (1996) entiende como espacio geográfico el conjunto indisociable de sistemas de objetos (fijos) y sistema de acciones (flujos), en permanente interacción. Relaciones realizadas a partir de las funciones y las formas, que se presentan como testimonios de una historia escrita por los procesos del pasado y del presente. Es esencialmente naturaleza modificada y transformada por la acción humana y por tanto una creación social (1990). El punto de partida para una reflexión sobre el territorio es el espacio. El espacio es la materialización de la existencia humana (Lefebvre, 1991). El espacio no se debe considerar como un fragmento, es una totalidad, un conjunto de sistemas de objetos y sistemas de acciones que forman el espacio de modo inseparable, solidario y contradictorio; en esta definición están contempladas la naturaleza y la sociedad (Santos, 1996). 18. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ En todo territorio son concomitantes dos procesos sociales dinámicos y sinergéticos que lo impulsan a su articulación en los diferentes dimensiones y escalas de configuración; ellos son: i) Crecimiento económico que se constituye en la base material y sustento de sus posibilidad de mejoramiento de los niveles de vida de la población, representada en el producto y el ingreso regionalnacional. ii) desarrollo societal como expresión de las mejores condiciones para la transformación de los seres humanos que habitan tal territorio en personas humanas, con proyectos de convivencia, ciudadanía e identidad (Boisier, 2005). EL ENTORNO INNOVADOR Y LAS ECONOMÍAS EXTERNAS Peña (2004) concibe el entorno en términos de capacidades que circulan en un determinado ámbito territorial al socaire de relaciones proximales de los agentes, ya sean manifiestas en aptitudes, actitudes, aprendizajes y habilidades productivas. , El término entorno ha sido tratado desde tres enfoques: i) organizativo, para aprovechar ventajas en intercambios de inputs y afines; ii) territorial, de carácter micro, dinámico y potenciador de información, certidumbres, decisiones optimales y fluidez de relaciones 19. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ interempresariales; iii) cognitivo, referido a know-how, learing by doing y acumulación de cultura técnica. Cuadrado (1992; citado por Peña, 2004) indica que el entorno innovador se refiere a un ámbito territorial en el cual las interacciones entre los agentes económicos generan externalidades específicas a la innovación y convergencias eficientes en el uso de los recursos: economías externas; economías de proximidad y redes sinérgicas. ORDENAMIENTO TERRITORIAL (OT) El OT suele interpretarse en múltiples escalas espaciales y con una polisemia conceptual y de enfoques, que van desde divisiones político-administrativas, económicas y ambientales de todo un país hasta la mínima unidad productiva o de vivienda, como polos entre los cuales se encuentran entidades subnacionales y, dentro de éstas, fincas y urbanizaciones residenciales; desde un parque nacional natural hasta un cabildo indígena, por ejemplo. Boisier (2005) recomienda una política regional eficiente expresada en cuatro políticas específicas, tales como: i) la descentralización política y territorial; ii) el fomento a la producción; iii) la coherencia interregional y iv) el ordenamiento territorial. En relación con el OT, Boisier indica cinco requisitos a saber: a) una división político-administrativa; b) una asignación de funciones a cada unidad de esa división, en el proyecto nacional; c) una especificación de prioridades de desarrollo en el tiempo; d) una prlopuesta de asentamientos humanos; e) una propuesta de grandes usos del suelo. Una de las primeras condiciones para realizar con efectividad el ordenmemiento del territorio se refiere a la participación de la población que lo habita, debido a que son los moradores los primeros y directos actores de los procesos de organización, priorización y decisión de los recursos endógenos y de la gestión de aquellos exógenos que se requieren para alcanzar las metas propuestas. Así, el thelos del ordenamiento territorial debe consistir en la búsqueda de mejores condiciones para el desarrollo armónico e integral de la gente implicada. Ello significa que la población debe tener un acervo de capital social, manifiesto en actuaciones de asociatividad y convivencia. Importa, entonces, destacar los rasgos cualitativos de esa población, su dinámica de cambios, las modificaciones que se producen en su composición, derivadas tanto de su propia evolución como del impacto provocado por la presencia de otros grupos o agentes sociales, con otras raíces, otros comportamientos y sobre todo, otros intereses y objetivos. Paradójicamente, las nuevas opciones para el manejo de los recursos naturales se plantean por la vía de la revalorización ecológica, social y económica de sistemas tradicionales de uso y explotación de los recursos, de probada eficiencia en la conservación de los mismos y cuyo fundamento ha sido el uso múltiple de los 20. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ 21. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ recursos. Este nuevo paradigma establece entonces una opción de grandes perspectivas por la vía de las complementariedades ecológicas, sociales y económicas, y plantea un reto socio-político de gran trascendencia: el camino del Desarrollo Sustentable. Massiris (1993; citado por Santana, 2004) retoma el concepto de OT tanto europeo como latinoamericano, en los siguientes términos: “...es un proceso y una estrategia de planificación, de carácter técnico-político, con el cultural; por tanto, esta perspectiva de ordenamiento propende por un desarrollo sustentable; el tercero, es más de carácter humanista y se focaliza en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población a través del OT; en tanto que el integral propende por armonizar los anteriores y asume el OT como una estrategia de desarrollo integrado del territorio en el que se complementa de forma articulada el desarrollo económico y competitivo; social, cultural y justo; ecológico y sustentable; regional, armónico y equilibrado (Santana, 2004) que se pretende configurar en el largo plazo una organización del uso y ocupación del territorio, acorde con las potencialidades y limitaciones del mismo, las expectativas y aspiraciones de la población y los objetivos sectoriales de desarrollo. Se concreta en planes que expresan el modelo territorial de largo plazo que la sociedad percibe como deseable y las estrategias mediante las cuales se actuará sobre la realidad para evolucionar hacia dicho modelo”. Los enfoques de la figura 3, son algunos de los más usados por quienes elaboran los planes de desarrollo y participan en los procesos de OT: 1) económico; 2) ecológico; 3) social y 4) integral. El primero se conoce como economicista o desarrollista, debido a que enfatiza en los procesos de productividad y competitividad de las actividades productivas que se realizan en el teritorio; el segundo, se refiere a una propuesta ambientalista que procura alcanzar condiciones equilibradas entre el uso de los recursos naturales y los del patrimonio histórico- 22. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ Figura 3. Enfoques del Ordenamiento Territorial. 23. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ Fuente: Santana (2004). Elaboración propia. BASE CONCEPTUAL DEL ORDENAMIENTO TERRITORIAL Bervejillo (2005) considera al Territorio como componente inseparablemente de lo socio-espacial. Desde esta perspectiva, el OT se concibe como un ámbito donde se producen y reproducen relaciones sociales y políticas, así como de prácticas técnicas e instrumentales orientadas teleológicamente a la planificación y gestión del desarrollo integral, en un ambiente de permanente transformación del territorio, con una visión articuladora de lo local, regional, nacional y orientada al mediano y largo plazo. El proceso de OT es constante, asintótico y susceptible de mejoramiento continuo a partir de sus propias experiencias y logros, y de manera comparativa, con otros que convergen en tales propósitos. En la literatura especializada del desarrollo, el OT corresponde a la planificación para alcanzar la optimización en la inversión de los factores productivos; es decir, la eficiencia de los procesos de ocupación y uso del territorio, la distribución territorial del Estado y el manejo geopolítico del país. Tal planificación está orientada por los valores de la racionalidad, la funcionalidad y la coherencia en la localización territorial de las actividades sociales, económicas y políticas del desarrollo. Desde este enfoque, el OT propende por alcanzar los mayores impactos y transformaciones en los ámbitos ecológicos, geográficos, económicos, sociales, políticoadministrativos y geopolíticos, así como extrapolar los mejores resultados con sentido estratégico en la búsqueda de los futuros probables y deseables (Ramírez, 2004). Cuando se menciona el tópico de la eficiencia, se considera al territorio en su potencialidad como matriz espacial dotada de la diversidad de recursos, relaciones sociales y articulación de las dotaciones endógenas con los insumos y transferencias exógenas (conocimientos, cambio técnico, inversiones, economías externas, spillovers, entre otros). “El OT entraña la búsqueda de la eficiencia de las estructuras territoriales mediante la introducción deliberada y planificada de racionalidad, coherencia y eficiencia en los citados procesos de ocupación y uso del territorio” (2004). En general, desde un enfoque ecológico, el OT relaciona de forma estratégica y sistémica los procesos que se desarrollan en el territorio, comenzando por el nivel nacional a través del Plan de Desarrollo, hasta el ámbito municipal/local, pasando por las escalas subnacionales de la región, la provincia, el departamento o el distrito y, de manera trasversal, desde lo rural hasta lo urbano. 25. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ 24. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ COMPLEJIDAD DEL ORDENAMIENTO TERRITORIAL EN COLOMBIA La Constitución colombiana (1991) definió el pensamiento jurídico para justificar la implementación de un proyecto estratégico de ordenamiento territorial para el país, en aras de cimentar las bases del desarrollo integral propias de una nación que se aproximaba al siglo XXI; sin embargo, este pensamiento reformador de los constituyentes permaneció eclipsado por intereses particulares, regionales y hasta nacionales durante los veinte años de vigencia de la Carta Magna. El artículo 288 de la CN establecería la distribución de competencias entre la nación y las entidades territoriales, en el marco de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT). A pesar del mandato constitucional, resulta claro el vacío conceptual en torno al ordenamiento territorial colombiano, debido, entre otras razones, a la precaria definición de políticas marco claras que establecieran directrices y lineamientos al país como nación. Por ejemplo, la Ley 388 de 19974 aunque se denominó como Ley de OT, estuvo enfocada más al desarrollo urbano. . 4 De esta Ley se derivaron conceptos impoetantes como: plusvalía, espacio público, vivienda de interés social; así mismo se integraron a la Planificación los temas deÁreas Metropolitanas y Servidios Públicos 26. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ En el mismo año, el Congreso colombiano definió OT en los siguientes términos: “Conjunto de acciones políticoadministrativas y de planificación física concertadas, emprendidas por los municipios o distritos y áreas metropolitanas…,para orientar el desarrollo del territorio bajo su jurisdicción y regular la utilización, transformación y ocupación del espacio, de acuerdo con las estrategias de desarrollo socioeconómico y en armonía con el medio ambiente y las tradiciones históricas y culturales”. Para parificar las dificultades de avanzar en la LOOT, basta reflexionar alrededor de la definición que hace Montañéz (2001; citado por Rueda, 2009): “El OT se refiere a un conjunto de relaciones y vínculos de dominio, de poder, de pertenencia o de apropiación entre una porción o la totalidad del espacio geográfico y un determinado sujeto individual o colectivo”. Según dicha definición, el territorio es un sistema complejo, que no ha alcanzado consenso conceptual en el país, dificultando el avance de una política clara de OT, debido a las diferentes dinámicas de los poderes, principalmente. Este hecho se agrava con la tradicional división de su espacio geográfico en territorios sobre los cuales existen varios poderes, con necesidades diferentes e intereses contradictorios. En este sentido, el gobierno central no ha logrado sobreponerse a los poderes subnacionales de fuerte arraigo en los distintos territorios de la geografía nacional. El proyecto de país, con identidad de nación, planificación del desarrollo de corto y largo plazo y 27. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ unificado alrededor de valores democráticos, consolidan las bases de la integración nacional; por esa idea de proyecto, se hace necesaria un epistemología y una ontología de territorio como elemento integrador donde lo económico, social, cultural y ambiental alcancen a converger en el espacio-territorio determinado. En este sentido, Andrade (2005; citado por Rueda, 2009) señala que el ordenamiento territorial, tanto en el caso colombiano como en otros países del mundo, depende de forma directa de la visión de desarrollo que se tenga. Esto conlleva necesariamente a la definición concertada de una visión de país, región, departamento, municipios u otro, la cual se constituye en el punto de partida de cualquier ejercicio ordenador. La LOOT debe emerger como producto de una visión de país que logre articular, de manera consensuada, participativa y consciente, los diversos intereses de las escalas espaciales del territorio; vale decir, que los planes de ordenamiento municipal sean coherentes y fiel reflejo con los departamentales y éstos, a su vez, con el nacional; a su vez, que el POT municipal represente en escala al POT nacional. Sólo esta visión compleja del OT puede conducir al país por la senda del desarrollo integral. Sin embargo, el territorio se plantea desde una visión político-administrativa y no como una representación compleja de la realidad del país. Massiris (1999, citado por Rueda, 2009) afirma que para el gobierno, el ordenamiento territorial se circunscribe al problema de la 28. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ organización territorial del Estado, y deja de lado lo sustancial de esta política que tiene que ver con los procesos que ocurren en las entidades territoriales. El ordenamiento territorial es una política integral, lo que exige una estructura institucional jerarquizada por donde fluyan las directrices y se coordinen las acciones ordenadoras. Por lo tanto, mientras no exista una visión clara del país y sus componentes, cualquier esfuerzo de establecer normas que orienten el ordenamiento territorial puede resultar infructuoso debido a los tropiezos políticos que puedan afrontar, o al hecho de que no sean pertinentes para la realidad nacional (Massiris (1999). CONCLUSIONES En general, se puede afirmar que en Colombia no existe un cuerpo teórico consensuado y articulado alrededor del OT; no obstante se conocen distintos enfoques e interpretaciones del proceso de desarrollo económico desde el territorio y sus actores e instituciones. Respectos a los diferentes enfoques, éstos son coherentes con las teorías de desarrollo endógeno y, en alguna medida, complementarios con los de crecimiento endógeno, en esto consiste la novedad de estas visiones territoriales. 29. GENTE, GENTE DE BIEN Y PROFESIONALMENTE CAPAZ