TEMA III

PRIMERAS JORNADAS de ALQUIMIA
Montevideo - 2005
TEMA III
TRANSMUTANDO PLATA EN ORO
Veremos en forma práctica cómo se realizan las bodas alquímicas de
los metales y para ello expondremos tres aspectos fundamentales de este
tema.
1) Los equipos y los materiales de laboratorio requeridos, que son pocos y
de costo reducido, ya que sólo se requieren ocho elementos y cinco
materiales para realizar la Obra.
2) Las etapas del proceso de transmutación. Detallaremos los quince
pasos que nos permiten partiendo de plata pura, llegar al oro naciente
de 24 quilates.
3) El proceso alquímico hermético que se debe realizar sobre el mercurio,
el azufre y la sal de vida del oro naciente recién creado u oro joven.
Veamos
continuación.
pues,
el
detalle
de
este
proceso
que
exponemos
a
1. Elementos requeridos por el proceso
para transmutar Plata en Oro
1
2
3
4
5
6
7
EQUIPO REQUERIDO
Ocho elementos
Una retorta de doble boca, una
para escape de gases y la otra
boca para carga, con tapón ciego.
Un difusor de calor (de arena de
cuarzo).
Una fuente de calor.
Dos retortas para decantar.
Un embudo de vidrio.
Una taza de porcelana.
Una lámina (plancha de zinc).
Consejo: Si está decidido a
realizar
esta
experiencia,
compártala con un químico que
tenga
experiencia
en
tareas
prácticas.
1
2
3
4
5
MATERIALES
Cinco Materiales
Ácido Nítrico (NO3H)
Plata pura (ya sea plata virgen de
copela).
Agua Regia.
Agua Destilada.
Trozos de zinc y/o de cobre.
ADVERTENCIA!!!
El ácido nítrico es sumamente
corrosivo y en contacto con la piel
genera GRAVÍSIMAS QUEMADURAS.
Cuidado con las salpicaduras y use
probetas de la mejor calidad por el
riesgo de rotura. Cuídese igualmente
del Agua Regia.
2. Etapas del proceso de transmutación,
paso por paso.
1. Ingrese en la retorta de doble boca, Ácido Nítrico (NO3H), hasta un
tercio de su capacidad.
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Montevideo - 2005
2. Calentar lentamente sin llegar a la temperatura de ebullición,
procurando que esté próximo a ella. Luego apague el fuego y quite el
tapón ciego.
3. Introducir un pequeño trozo de plata virgen o plata de copela y volver
a tapar. Comenzará una fuerte reacción con efervescencia y emisión de
peróxido de nitrógeno. Es este uno de los óxidos llamados singulares
pues los peróxidos son manantiales de oxígeno.
4. Cuando cese la efervescencia vuelva una y otra vez a introducir otros
pequeños trozos de plata, aguardando entre uno y otro, que cese la
efervescencia.
5. Suspenda la repetición de este proceso cuando sea visible la poca
energía de la ebullición o sea, cuando los vapores rojos salgan más
lentamente por la saturación del ácido nítrico por la plata incorporada.
Deje en reposo por 30 minutos.
6. Pasado ese tiempo, incline lenta y suavemente la probeta trasvasando
la solución a una de las Retortas para Decantar. Deberá estar aún
caliente y su coloración será clara. Tenga cuidado de no arrastrar el
poso de sedimento.
7. En el fondo de la retorta habrá quedado un pequeño poso de
apariencia de arena negra, que debe lavarse con agua destilada y
volcarse en la taza de porcelana.
8. Enjuague la retorta de doble boca con agua destilada y ponga en ella
agua regia hasta cubrir un centímetro desde el fondo del recipiente y
vuelque sobre ella el poso que recién lavara.
9. Gire la retorta lenta y suavemente hasta que se disuelva totalmente el
poso. Se obtendrá una solución de un bello color amarillo: es el
tricloruro de oro. Se conocen dos cloruros de oro: el Cloruro Auroso
(AuCl) o protocloruro de oro y el Cloruro Áurico (AuCl3) que es nuestro
tricloruro de oro que es la Sal de Oro por excelencia.
10. a) Aquí se pueden tomar dos opciones. Una de ellas es agregar al
Tricloruro de oro una parte igual de Eter. Al disolverlo así, se obtiene lo
que en los antiguos libros de alquimia se denomina ORO POTABLE (y
no vaya a ocurrírsele beberlo! Ni siquiera se le ocurra tocarlo!). Pero
esta interesante opción no es la que buscamos en este momento. Claro
que ya debería ser evidente que la transmutación ya fue realizada, sólo
falta convertirlo en sólido.
10. b) El camino hacia el oro sólido es el siguiente: A nuestra bella
solución amarilla o licor dorado, le agregamos otro tanto de agua
destilada, lo mezclamos bien y lo vertemos suave y lentamente por
una lámina de zinc acanalada, levemente inclinada, en la segunda
retorta para decantar.
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PRIMERAS JORNADAS de ALQUIMIA
Montevideo - 2005
11. Esto genera una precipitación sobre la chapa, donde quedará un polvo
amorfo, muy fino, color marrón rojizo de tono mate (sin brillo). Esto es
simplemente, polvo de oro.
12. Lavándolo con agua destilada y secándolo, este precipitado
pulverulento; si lo comprimimos contra un vidrio u otra superficie lisa
no porosa, se transformará en una lámina brillante de color amarillo
por sus reflejo y de color verde por transparencia. Hemos llegado al
ORO MÁS PURO, de 24 quilates. Pero es muy pequeña la cantidad
obtenida.
13. Entonces aumentémosla. Tomemos la solución que logramos en el
numeral seis y que dejamos en la primer Retorta para Decantar. Como
se recordará, era de color claro y aún estaba tibia. Esta solución es el
Nitro Lunar alquímico, o sea, el Nitrato de Plata, la Sal de Plata por
excelencia. Agreguemos a esta solución el licor dorado resultante de la
operación 10 b) que teníamos en la segunda retorta para decantar.
14. Ahora hagamos la reducción. Esto se logra quitándole oxígeno a la
mezcla, agregando un metal ávido de él, tales como son el zinc y el
cobre que incorporaremos en pequeños trozos.
15. Luego lo decantamos en la lámina de zinc que ya hemos utilizado (en
la operación 10 b) y en ella recuperaremos como polvo de Plata pura,
aquella parte que no se transmutó en oro. Lavamos este polvo
abundantemente con agua destilada, lo secamos bien y con él (en vez
de plata pura o de copela) reiniciamos el proceso desde la primer
operación.
3. Proceso Alquímico Trascendente.
A)
Consideraciones previas.
Hemos visto hasta aquí:
1)
Los elementos requeridos en el laboratorio para realizar la
transmutación de Plata en Oro.
2)
Y hemos visto luego, las quince etapas en las que, paso a paso,
se efectúa el proceso mecánico de la transmutación.
Con ello hemos logrado, partiendo de plata virgen o de copela, obtener
oro joven de 24 quilates.
El espíritu que durante milenios durmió en el seno de los trozos de
plata utilizados, se transformó en un azufre diferente, ahora del más puro
oro; pero que sigue durmiendo como en todos los metales su sueño sin
ensueños, por los siglos de los siglos.
Y de la misma manera que el azufre (o espíritu sutil) de la plata se
transformó en Azufre de Oro, también el mercurio (o espíritu de la materia)
se transmutó en el Mercurio del Oro.
Hemos hecho un proceso mecánico de orden físico-químico y
transformado un metal en otro como resultado de la acción de ciertos ácidos
sobre las bases de los metales.
Podemos detenernos aquí y culminar el proceso, o ya que hemos
creado un espíritu y una materia nuevos, o sea un azufre y un mercurio
diferentes, podemos incorporarles también el soplo de vida o Sal de Vida o la
energía celeste que vivifica y despierta a los dormidos espíritus.
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PRIMERAS JORNADAS de ALQUIMIA
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Tenemos pues un oro naciente y lo hemos traído nosotros a la
existencia; despertemos ahora la chispa vital que yace en él.
Para ello, para vincularnos a él démosle un nombre que lo identifique y
diferencie (véase a Adán nombrando seres en Génesis I.) y démosle además
el soplo de vida o soplo de San Blás.
B)
La Sal de la Vida.
Para esta tarea, busquemos un lugar indicado y hagámosla antes que
se cumplan siete días de la transmutación y el oro naciente vaya
evolucionando hacia oro maduro.
Realicémosla pues con el Oro Naciente, mientras es aún oro joven; una
semana después ya no tendrá estas características y cualidades y será tarea
muy difícil despertarlo de su profundo sueño.
Primero debemos encontrar un lugar donde realizar esta tarea. El más
adecuado es en la cima de un cerro que es la cúspide de miles de toneladas
de rocas, minerales y metales.
Si esto no es posible, se puede hacer también la tarea en un cruce
importante de fuerzas telúricas, tales como las principales líneas Hartman o
líneas Curry.
Si tampoco se dispone de esta información, entonces realice la tarea
en un templo. Si eligió una iglesia, haga su tarea en la cruz que se establece
entre la nave principal (el camino del medio) y el crucero (el sendero
perpendicular a aquél). Haga su labor de cara hacia el altar mayor.
En un templo rosacruz o un templo masónico hágalo delante del ara y
de cara hacia el Oriente eterno; y esto será todo en cuanto al lugar se
refiere.
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En cuanto a la tarea en sí, párese en el lugar indicado con los talones
firmemente juntos y las puntas de los pies separadas a noventa grados.
Tenga en cada mano aproximadamente la mitad del oro que ha creado;
cierre los ojos y entre en alfa o en estado de quietud y paz, similar al estado
alfa.
Ubique las manos a lo largo del cuerpo (hacia abajo) y ábralas en
forma de cuchara, manteniendo los trozos de oro en los cuencos de ambas
manos.
Déjelas así hasta que sienta peso en ellas, como si alguien hubiera
agregado algo, entonces ciérrelas suavemente y llévelas simultáneamente al
corazón, déjelas en esa posición un instante y luego bájelas nuevamente a la
posición en cuchara.
Repita por segunda vez esta operación. Luego hágalo una tercera y
última vez pero no baje las manos; junte ambas partes de oro y enciérrelas
entre ambas manos, dejándolas en su pecho.
A continuación debe hacer esta visualización (si no sabe visualizar
imagíneselo) siempre con las manos unidas en el pecho y con el oro entre
ellas.
Visualice que del suelo sube plata líquida alrededor y adentro suyo
hasta llegar a su corazón y al oro que hay en sus manos. Entonces, levante
sus manos hasta su boca, haga una profunda inspiración y de sobre ellas un
suave aliento, visualizando que su soplo es portador de la vida del mercurio
del nuevo metal.
Vuelva las manos al corazón y visualice ahora que desde el cielo cae
dentro y alrededor suyo, oro en polvo, hasta llegar a su corazón y al oro que
hay en sus manos.
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Entonces, vuelva a levantar sus manos, haga una profunda inspiración
y dé un segundo soplo visualizando que es portador de la vida del azufre del
nuevo metal.
Regrese luego una vez más las manos al corazón.
Finalmente, visualice que la vida Una que se expresa en todas las
cosas se va concentrando ante usted a la altura de su entrecejo.
Atraiga esa Esencia de Vida dentro de usted con una inspiración
profunda, visualizándola como minúsculos cristales o diamantes de brillo
diáfano e iridiscente que entran por sus fosas nasales hasta los pulmones.
Sienta como una parte de esa Energía Vital pasa a su propia sangre
que va allí a oxigenarse y entregue el resto de Esencia de Vida con su
aliento, al oro que está guardado entre sus manos.
Visualice los blancos cristales saliendo de su boca, llevando nueva vida
plena al oro naciente.
Cierre este proceso manteniendo sus manos próximas a su cara y diga
en voz imperceptible: “Yo te otorgo la Sal, el Aliento y el Soplo de Vida y te
bautizo como Oro del más puro metal.”
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Así se logra una transmutación plena tanto en el reino mineral como en
el reino humano. Así ha ocurrido el proceso alquímico completo.
El oro transmutado ha despertado a la Vida y el hombre transmutador
ha tenido una transformación interior.
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