carbono: el nuevo “oro” de las bolsas internacionales

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CARBONO: EL NUEVO “ORO” DE LAS BOLSAS INTERNACIONALES
03 de Mayo de 2010. ONG VÃ-nculos. A partir de la firma del Protocolo de Kyoto, cuyo acuerdo entró en vigor el 16 de
Febrero de 2002, y en el que los paÃ-ses industrializados firmantes se comprometieron a reducir en al menos un 5% las
reducciones de emisiones contaminantes, los resultados no han sido nada alentadores, ya que, hasta la fecha, se
estima que los paÃ-ses por sÃ- solos no podrán disminuir más de 2.500 millones de toneladas de dióxido de carbono y
el Protocolo de Kyoto establece que la reducción entre 2006 y 2008 deberá alcanzar los 5.000 millones de toneladas.
Es por esto que se comienza a realizar una actividad de compra venta de “permisos― entre paÃ-ses que conceden la
capacidad de seguir contaminado el planeta a fin de que las cifras no se vean acrecentadas desvalorizando asÃ- el
propio Protocolo y convirtiendo la responsabilidad para con el medio ambiente en una nueva oportunidad de invertir en
“progreso― e industria.
MERCADO DE CARBONO, UNA NUEVA BOLSA DE VALORES.
Asignar valores monetarios a la atmósfera terrestre que todos compartimos es, una vez más, valorar a lo que nos rodea
según su rentabilidad; es decir, la misma fórmula que nos ha llevado a la crisis ambiental que nos encontramos
viviendo hoy.
Existe un nuevo sistema de comercio en el que quien contamina, paga. Se trata de lo siguiente: si los paÃ-ses
industrializados comprometidos por el Protocolo de Kyoto a reducir sus emisiones, particularmente las de CO2, no
logran disminuir la contaminación que generan, pueden optar a adquirir Reducciones Certificadas de Emisiones (RCE)
o bonos de carbono.
¿Y quién los vende? Por un lado, los paÃ-ses que puedan ahorrar algunas unidades de emisión, a las que tendrÃ-an
derecho pero que no han “utilizado―, pueden vender este exceso a los paÃ-ses que superan sus objetivos, la Unión
Europea y Japón encabezan la lista de paÃ-ses compradores. En tanto, India y China son los mayores vendedores en el
mercado del carbono. En 2003, la compra y venta mundial de bonos de carbono sumó 78 millones de toneladas de
CO2; para 2005, aumentó a 799 millones de toneladas, con un valor de 9.401 millones de euros, y en 2006 se
comercializaron 1.600 millones de toneladas por 22.500 millones de euros. Durante ese año, los paÃ-ses europeos
dominaron el mercado de carbono con 86 por ciento del total de compras.
Por otra parte, los bonos pueden obtenerse al invertir en proyectos industriales o forestales que disminuyan o absorban
las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en paÃ-ses en vÃ-as de desarrollo. A través de estas inversiones,
los paÃ-ses industrializados compran el derecho a contaminar. En otras palabras, compran un mecanismo de
compensación que les permite, de manera legal, seguir contaminando.
De esta forma, la contaminación se ha convertido en un bien que se compra y se vende en un sistema de comercio
semejante al usado en la bolsa de valores. En este sistema se reúne a quienes quieren comprar bonos para compensar
sus emisiones y a aquellos que pueden venderlos por estar absorbiendo o reduciendo CO2.
PELIGROS DEL MERCADO DE CARBONO.
En el marco de la “Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra―, las
conclusiones finales del grupo de trabajo Nº 15, denominado “Peligros del Mercado de Carbón― realizado el pasado dÃ28 de Abril del presente año, fueron las siguientes:
1.   El rotundo fracaso del mercado de carbono es innegable sabiendo que las emisiones de GEI se han incrementado
en 11.2 % dentro de los paÃ-ses desarrollados en el periodo 1990 – 2007(1), fallando en el cumplimiento de su objetivo
central.
2.   En el año 2008 se otorgaron Derechos de Emisión de GEI por una cantidad cuatro veces mayor a las emisiones
de 1990, en el mismo perÃ-odo las transacciones totales de bonos de carbono ascendieron a 126.346 millones de
dólares, de los cuales el 73% correspondió a Permisos de Emisión(2), monto que benefició a agentes intermediarios.
3.   El mercado de carbono propicia la evasión de responsabilidades de los paÃ-ses desarrollados. AsÃ- impide la
reducción de sus emisiones domésticas, trasladando sus responsabilidades a los paÃ-ses en desarrollo.
4.   La reducción de GEI se transformó en un negocio lucrativo, mercantilizando nuestra Madre Tierra. Éticamente no
representa una alternativa para afrontar el cambio climático, puesto que saquea y devasta la tierra, el agua e incluso la
vida misma. Â
5.   La reciente crisis financiera ha demostrado que el mercado es incapaz de regular el sistema financiero, que es
frágil e inseguro ante la especulación y la aparición de agentes intermediarios, por lo tanto, serÃ-a una total
irresponsabilidad dejar en sus manos el cuidado y protección de la propia existencia humana y de nuestra Madre Tierra.
6.   Rechazamos el cambio del uso del suelo que implica exclusión de ecosistemas existentes para transformarlos en
enormes extensiones de plantaciones de árboles de especies exóticas (no nativas) de rápido crecimiento como el
eucalipto. Por lo tanto los suelos no cumplirán la función de sumidero de carbono y corren el riesgo de transformarse
en fuente de carbono, contribuyendo aún más al efecto invernadero.
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7.   Condenamos terminantemente la utilización de lÃ-mites de emisión desmesurados, “hot - air―, concedidos a l
paÃ-ses de EconomÃ-as en Transición (ex Unión Soviética) para el cumplimiento de compromisos de reducción de
emisiones en paÃ-ses desarrollados.
8.   Demandamos que la preservación de centros ecológicos que coadyuvan al control y captura de GEI, merezca una
indemnización por parte de los paÃ-ses desarrollados fuera del mercado de carbono. Estos recursos deben estar
sometidos a la soberanÃ-a de los pueblos y de los Estados Nacionales.
9.   Rechazamos las falsas soluciones que promueve el mercado de carbono como ser: MDL, plantaciones forestales,
monocultivos,  cultivos transgénicos, mega minerÃ-a a cielo abierto, geoingenierÃ-a(3), mega - proyectos de
infraestructura (IIRSA) o planes de captura y almacenamiento de CO2 y energÃ-a nuclear.
10. Consideramos inadmisible que las negociaciones en curso pretendan la creación de nuevos mecanismos que
amplÃ-en y promuevan el mercado de carbono, toda vez que los mecanismos existentes nunca resolvieron el problema
del Cambio Climático ni se transformaron en acciones reales y directas en la reducción de GEI.
11. Condenamos rotundamente el mercado de carbono oponiéndonos a cualquier intento de ampliación y creación de
nuevos mecanismos como los establecidos en el entendimiento de Copenhague.
Instamos y convocamos a todos los seres humanos, a unirse y tomar acciones en defensa de la vida y la subsistencia
de la Madre Tierra.
 “La vida de la humanidad y de la Madre Tierra no se compra ni se vende, se recupera y se defiende―.
NOTAS
(1) Informe “Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático― (CMCC) del 21 de Octubre de 2009
http://unfccc.int/portal_espanol/items/3093.php
(2) Informe “State and Trenes of the Carbon Markets 2009― del Banco Mundial.
http://wbcarbonfinance.org/docs/State___Trends_of_the_Carbon_Market_2009-FINAL_26_May09.pdf
(3) La geoingenierÃ-a, la manipulación deliberada, a gran escala, de los sistemas planetarios, como los relacionados a
la estratosfera o el océano para demorar o reducir el cambio climático, es el intento más peligroso de utilización de
tecnologÃ-as no probadas para obtener ganancias a partir del comercio de carbono. Incluso más alarmante es que
algunos paÃ-ses industrializados y corporaciones quieran imponer la geoingenierÃ-a como un remedio técnico planetario
que permitirá a los más ricos seguir devastando la Madre Tierra sin restricción.
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