EL RUIDO Y EL DESCANSO Parece imposible la conciliación. Los vecinos no cejan en presentar denuncias. Las administraciones no encuentran otra solución que la de limitar derechos adquiridos a los empresarios. Sin embargo la convivencia del ocio y el descanso es posible sin acciones coercitivas. Los vecinos afectados por el “botellón” encuentran la solución con la actuación de la administración municipal. La Policía local actúa, disuade y restablece, en la mayoría de los casos, la tranquilidad. Otra situación es la creada por los ciudadanos en el deambular por la vía pública. Se olvida que quien altera el descaso son ciudadanos. No son los locales. Es el conjunto de personas que acceden o salen de los mismos los que con su comportamiento alteran, en muchas ocasiones más allá de lo normal, la convivencia. Es el momento de que todos los implicados asuman su rol y actúen responsablemente. Serán los empresarios los que deben, desde su posición, asegurar que su local no molesta. Fomentar con acciones el comportamiento tanto en la entrada como en la salida de sus establecimientos. Es la administración local la que debe disuadir a quienes se comporten de forma inadecuada en el tránsito por la vía pública. Son los vecinos los que deben colaborar en la responsabilidad de los ciudadanos, que también son vecinos, en su comportamiento cuando busquen y disfruten del ocio nocturno.