ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL Y GESTIÓN DE UN SIEH

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ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL Y
GESTIÓN DE UN SIEH
LUIS BECCARIA
SIEMPRO - ARGENTINA
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Organización institucional y gestión de un SIEH
Puede resultar quizás una obviedad enfatizar que la tarea estadística no se restringe exclusivamente
a abordar, y tomar decisiones acerca de, temas técnicos (por ejemplo, tamaño de muestras, cuestionarios,
indicadores, capacitación de encuestadores, programas de cómputo). Ella también implica la gestión de la
institución, y/o del conjunto de instituciones, involucrada(s) que permita el logro de los objetivos que se
le plantea de la manera más eficaz y eficiente posible, teniendo en cuenta las características de estas
agencias proveedoras de un bien público tan particular.
Por lo tanto, resulta relevante analizar diversas cuestiones que hacen a la organización y gestión de
los sistemas estadísticos y de las Oficinas Centrales de Estadísticas (OCE). Algunas de ellas están
relacionadas exclusivamente con ésta última, mientras que otras conciernen al conjunto del sistema, esto
es, a la red conformada por los diversos organismos responsables de la producción de estadísticas.
Un cuestión relevante es el ordenamiento legal. Idealmente, debería contarse con disposiciones que,
en primer lugar, normen la estructuración del sistema estadístico, fijando las atribuciones de los diferentes
organismos y, especialmente, el papel de la OCE como rector y coordinador del mismo. Resultaría
conveniente que las normas especifiquen las formas y mecanismos a través de los cuales podría cumplirse
efectivamente esta atribución. En lo que hace a este aspecto, existen varias alternativas; en un extremo se
encontraría un esquema de coordinación “débil”, donde la OCE tendría como facultad el establecimiento
de normas de uso obligatorio por el sistema y procuraría coordinar las tareas. En el otro extremo podría
ubicarse un modelo más “estricto”, que posibilitaría que la OCE pueda incluso intervenir en la asignación
de los fondos presupuestarios en el sistema. En todos los casos, aparece como conveniente que la norma
haga referencia a la necesidad de contar con un programa estadístico nacional, plurianual.
Entre otros aspectos que la legislación podría abordar, cabe señalar a los siguientes:
•
mecanismos que permitan que el sistema y sus miembros identifiquen los requerimientos de los
diversos usuarios, tanto del sector privado como de los distintos niveles de gobierno;
•
resguardo de la confidencialidad de la información de los individuos, las empresas y otras
unidades que proveen los datos básicos;
•
mecanismos que promuevan, y hagan evidente, la autonomía e independencia del sistema
estadístico. Entre ellos, pueden considerarse temas como:
–
la participación de representantes de la sociedad en organismos de consulta y/o de otro tipo;
–
la forma de designación de autoridades de la OCE;
–
la difusión de los datos;
–
la coordinación de al menos los subsistemas más importantes, alguna de las cuales podría
ser asignada a un organismo que no sea la OCE.
Un punto a considerar, ya que suele complicar la estructuración del sistema estadístico, es la doble
dependencia que el mismo generaría a las agencias estadísticas sectoriales (esto es, las oficinas de
estadísticas de educación, o de salud, por ejemplo).
En lo que hace al programa estadístico, y más allá de lo que puede llegar a establecer la legislación,
resulta de primordial importancia encarar su diseño de manera tal que el mismo contemple
progresivamente la actividad de las diversas instituciones estadísticas. Este es un ejercicio que permitiría
comprobar en la práctica hasta qué punto se está logrando una efectiva coordinación del sistema. Su
diseño es una tarea que requiere tener claridad acerca de los objetivos, requisito que a su vez
depende de la efectiva posibilidad de identificar las diversas demandas dirigidas al sistema. Pero aún
cuando ésta pueda ser revelada de manera razonablemente adecuada, debe reconocerse que las
necesidades de información resultan cambiantes por naturaleza. El programa no debe consistir, por tanto,
en un plan detallado de todas las tareas, y de los resultados esperados en términos de determinados datos.
En cambio, tendría que plantear el conjunto de actividades o subsistemas, estadísticos, con indicación del
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tipo de información a proveer. Estos subsistemas, así como las actividades mismas, deben ser lo
suficientemente flexibles como para acomodar muchas de las demandas no programadas que se dirigen al
sistema.
El programa implica asignar las responsabilidades de cada organismo en los diferentes subsistemas
o actividades. Uno de esos subsistemas sería el de las Encuestas de Hogares.
Si bien la formulación del programa es clave en el marco de las tareas de coordinación, el mismo
no se reduce a un documento sino que debe ser efectivamente el criterio que guía la acción de los
diferentes organismos. Por lo tanto, es necesario que esta coordinación se exprese durante la ejecución,
por lo cual el papel de supervisión de la OCE resulta determinante.
Un punto crucial que mostrará el efectivo funcionamiento del sistema estadístico es la forma de
resolver la satisfacción de nuevas demandas que se le formulen. Sería recomendable que la decisión al
respecto surja de un análisis de las posibilidades de las diferentes agencias estadísticas y programas de
relevamiento existentes en todos ellos. Este constituye uno de los objetivos del Programa Estadístico
Nacional. Pero también es relevante que se tome una decisión unificada cuando se reciben requerimientos
que no fueron originalmente programados. Expresado de otra manera, el Programa es un instrumento que
experimentará frecuentes modificaciones.
Se señalaba anteriormente que la legislación debía contemplar normas que contribuyan a asegurar,
o hacer evidente, la independencia del sistema estadístico nacional. Las acciones mismas de las agencias
deben también estar encaminadas en este sentido. El establecimiento –y cumplimiento de cronogramas
preestablecidos sobre difusión de los datos, la amplia y efectiva difusión de los mismos, incluidos los
microdatos (de forma tal que se cumpla con las normas de secreto estadístico), de manera que resulte
amigable para diferentes tipos de usuarios y la difusión de los métodos empleados para la producción de
la información, son algunas de las acciones que no sólo constituyen obligaciones de un sistema estadístico
sino que fortalecerán al mismo frente a la sociedad.
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