Es interesante ver como van surgiendo historias y leyendas si entablas una conversación con la gente mayor del pueblo. Leyendas que intentan explicar de una manera más o menos fantástica, hechos que ocurrieron, historias, en las cuales se mezcla la realidad y una excesiva imaginación, dando lugar a una mezcla un tanto inverosímil, sin perder por ello su atractivo. EL MONJE DULANZ Esta leyenda gira en torno a la calzada romana que internándose por el barranco de Iranzu, subiendo a lo más alto de la sierra, caía a la Barranca; camino de Guipúzcoa y Francia. Cuenta la leyenda que los monjes que, por aquel entonces, vivían en Iranzu, procedían de muy diversas regiones. Uno de estos monjes era Dulanz, el protagonista de esta historia. La leyenda no dice cuál fue su misión, pero seguramente fue algo muy importante, al salir sólo del monasterio, andando en la peor estación del año. Cuando las primeras nieves asomaban en las montañas y el frío bajaba hasta los valles. El monje Dulanz comenzó su viaje orientado hacia el norte; atravesó los Zampeaus, el valle de Donipetri, ... Durante varios meses, los monjes desconocieron el paradero de Dulanz y eran varias las explicaciones que se daban a su destino. Cuando la primavera comenzó a despertar de su largo letargo y se adueñó de montes, valles, ... Un arriero de la zona descubrió al monje que aun estando congelado, mantenía un gesto de serenidad. Esta historia sirvió para dar nombre al término Dulanz...