En este e-­‐book quiero compartir contigo los siete principios que enseño G. Clason en “El hombre más rico de Babilonia”. Son siete principios para crear, conservar y hacer fructificar la riqueza. Es interesante estudiar la forma de pensar que tienen o tuvieron personas que pudieron crear riqueza por ellos mismos, esta en la estructura de sus pensamientos, los cuales vienen de su estado de conciencia lo que los llevo a alcanzar niveles altos de riqueza y abundancia. Recuerda, un solo pensamiento eliminado y otro incorporado puede cambiar radicalmente tu vida. Vayamos repasando los principios en los que se baso G. Clason para entender cómo pensaba, o cuál fue su nivel de conciencia que lo llevo a crear muchísima riqueza: El primer principio sugiere reservar una décima parte de las ganancias. Un diez por ciento de los ingresos no desnivela el presupuesto de pagos, pero a largo plazo da la posibilidad de acumular una suma destacada. Si uno gasta todos sus ingresos termina trabajando para otras personas, no para uno mismo. El segundo principio propone controlar determinados gastos, para lo que es necesario diferenciar entre aquellos gastos que cubren necesidades y otros gastos que no lo hacen. El aumento de gastos crece en proporción al crecimiento de los ingresos y no por un incremento de las necesidades. Pero so eres capaz de aumentar tus ingresos, sin aumentar en la misma proporción tus gastos, incrementarás tu riqueza. El tercer principio asegura que el dinero es productivo en sí mismo, y, por tanto, el capital monetario atrae más capital monetario, a menos que se encierre en una caja fuerte y no se lo haga trabajar. La enseñanza aquí es que el dinero debe trabajar por ti, no tú por el dinero. El cuarto principio establece la importancia de protegerse de las pérdidas y de vaciar la bolsa más rápido de lo que se tardo en llenarla. Este principio nos enseña a actuar con extrema prudencia. Las personas que asumen proyectos desproporcionados con sus ingresos se dirigen directo a la ruina. El quinto principio consiste en utilizar ese 10% que se reservó para invertirlas en propuestas seguras y diversificadas que den dividendo a mediano o largo plazo. El sexto principio señala la conveniencia de asegurar el flujo de riqueza cuando la fuente de ingresos se seque. Es preciso guardar una parte de los ingresos para entonces y prever necesidades futuras. El séptimo afirma que es conveniente prepararse para mejorar el trabajo que proporciona los ingresos más importantes, esto significa mejorarse continuamente buscando la excelencia, redefinir constantemente la calidad de los servicios. Personalmente, de los siete principios considero que el séptimo es el más importante, puesto que revela que el secreto de la riqueza no está en el valor de lo que se recibe, si no en el valor de lo que se da. Esto se apoya en dos leyes espirituales, el Karma y el Dharma. Desear ganar una suma de dinero, es muy distinto a vales esa cantidad. Una cosa es lo que necesitamos y otra muy diferente es lo que valemos. Cuando uno va entendiendo la forma de pensar a cerca del dinero de quienes construyeron su riqueza, capta el corazón del pensamiento subyacente del estado de conciencia, y si verdaderamente lo entiende, va elevando su conciencia en la misma dirección. Si quieres seguir estos pasos con una guía, lo puedes hacer a través de los talleres de transformación online y presenciales disponibles en www.AlejandraPlaza.com