Introducción adie con conocimiento del medio fílmico osaría po- N ner en duda actualmente que Ciudadano Kane es un hito supremo en la historia de la cinematografía. Su enorme potencial generador de significados, emociones estéticas y secuelas artísticas quedó de manifiesto desde la misma fecha de su estreno, en mayo de 1941. Aunque ya antes, durante los meses en que se fueron llevando a cabo las diferentes etapas de su producción, se había ido gestando una gran curiosidad en torno a la película en los ambientes próximos a la industria cinematográfica hollywoodiense. No era para menos, pues se trataba de una obra que venía avalada por la personalidad de su joven director, que, aunque neófito en las tareas de la realización fílmica, era reconocido en los medios artísticos como un hombre de talento por sus montajes teatrales y, sobre todo, por su asombrosa habilidad para manejar el poder que los medios de comunicación podían ejercer en el control de los resortes emocionales del inconsciente colectivo. Lo había demostrado al poner en pie el programa radiofónico La guerra de los mundos, basado en la novela homónima de Herbert George Wells. Con la emisión de ese programa había provocado la reacción histérica de un buen número de ciudadanos que percibieron como noticia real lo que no era sino un efecto maestro de puesta en escena radiofónica. El escándalo inicial que ocasionó la retransmisión y sus consecuencias inmediatas se transformaron pronto en asombro y admiración hacia la figura de aquel joven que había manifestado semejantes dosis de talento y osadía a partes iguales. Ambos elementos, constitutivos de su personalidad, quedaron de nuevo en evidencia con su primera película, que lo confirmó como un director con el que habría que contar a partir de entonces. Tras el estreno, el filme no dejó indiferente a nadie, aun- 13 ORSON WELLES que su difusión se vería zancadilleada desde aquel momento y tendrían que pasar décadas hasta que lograra obtener el mismo reconocimiento popular que le había otorgado la crítica desde su primera proyección. Sin embargo, el paso de los años ha redundado en beneficio de la película, hasta el punto de ser considerada hoy por muchos estudiosos como la iniciadora de la escritura fílmica moderna. Y es que tanto su factura formal como su contenido temático se perciben desde el espesor de sus imágenes como un reto lanzado al espectador por una mi14 rada poderosa y juguetona que persigue despertar su inteligencia y su imaginación y lo convierte en un cómplice necesario para dar sentido a un relato que, por la forma en que está articulado, por la perspectiva desde la que se narran los hechos y por los datos a veces contradictorios que se generan en su seno, precisa de un espectador activo, curioso y dispuesto a dejarse arrebatar por la propuesta seductora que se le plantea. Precisamente esa complejidad formal puede resultar un lastre a la hora de calibrar la importancia de Ciudadano Kane como obra fundacional de la modernidad fílmica. Y es que la espectacularidad de sus hallazgos formales, muchos de ellos no originales sino desarrollados a partir de usos anteriores, deslumbró desde el primer momento a técnicos, directores y críticos, que tuvieron buen cuidado en retomarlos una y otra vez a lo largo de aquella década de los años cuarenta y en lo sucesivo, hasta el punto de que se puede afirmar que la película de Welles, como sucede con las obras artísticas de carácter inaugural, fue y sigue siendo hoy una suerte de madre nutricia de la que se vienen alimentando las sucesivas generaciones de cineastas. Sus claves estilísticas se han imitado hasta la saciedad, sin lograr alcanzar en la mayoría de los casos la riqueza expresiva del original, pero ello ha supuesto también una suerte de desgaste para la película, en tanto en cuanto el público actual, si no conoce la historia del cine, no está en condiciones de valorarlas en su justa medida. Muchos espectadores interesados por el buen cine acceden a la película empujados por su aureola mítica, pero suelen ver algo frustradas sus expectativas después de ese primer acercamiento. Es un hecho que la brillantez de los hallazgos visuales y sonoros que tanto deslumbró en un primer momento se puede ver oscurecida actualmente, para un espectador no especialista, por la distancia que marcan las seis décadas que CIUDADANO KANE nos separan del estreno de la cinta. Lo que en su momento se pudo admirar y valorar con fundamento, hoy resulta difícilmente apreciable para el aficionado medio, en tanto en cuanto ya ha contemplado repetidamente esos recursos expresivos en numerosos filmes de diferentes categorías y no alcanza a calibrar el valor fundacional que les corresponde por derecho propio. Por otra parte, Ciudadano Kane es un artefacto fílmico extraordinariamente elaborado, no sólo en lo que respecta a su formato visual, sino en lo que concierne al propio mecanismo narrativo que sustenta el desarrollo del relato. Todo ello precisa de un distanciamiento intelectual que, corno decíamos antes, plantea un tour de force al espectador si pretende captar todos y cada uno de sus resortes significativos. Si no está avisado, si no conoce las claves sobre las que se cimenta todo el artificio de la película, puede quedarse sin disfrutar la multiplicidad de sabores que este manjar servido en imágenes está ofreciendo a su inteligencia. La primera vez que vi Ciudadano Kane fue allá por la década de los setenta, en una multitudinaria sesión de cine-club de colegio mayor, cuando mis intereses académicos no se centraban aún en el cine. Los estudiantes acudíamos a la película con verdadero fervor, espoleados por el aura mítica que la rodeaba. Tras la proyección, como era usual, se discutió, se disertó y los más entendidos nos descubrieron algunos de sus secretos. Desde luego, en ese primer acercamiento no me dejó indiferente, pero sí tuve la sensación de que el texto fílmico me sobrepasaba, de que no había alcanzado a percibir todas sus esencias. Hoy, con muchas revisiones de la película a cuestas y con el bagaje adquirido a través de nuevos derroteros dirigidos a la especialización cinematográfica, dispongo de algunas llaves más con las que internarme en el laberinto fílmico -en palabras de Borges- de Ciudadano Kane. Voy a intentar mostrarlas en este texto, por si pudieran servir de guía para todos aquellos que quieren adentrarse en él en busca de sus múltiples sentidos, aun a sabiendas de que la materia que lo conforma compone una suerte de poliedro susceptible de contar con tantas caras como miradas se detengan sobre su superficie. Con esa convicción, la reflexión sobre Ciudadano Kane que desde aquí se propone parte del contexto en que surgió la película. Después 15 ORSON WELLES de una revisión de las circunstancias e intereses que movieron a la empresa productora a respaldar su realización, se pasa a un detallado análisis del talante y la personalidad del director, de los que la película está impregnada desde el primer al último plano, para continuar con la descripción de las habilidades técnicas específicas del equipo de colaboradores que lo acompañó en la tarea de llevarla a cabo, sin el cual unos resultados semejantes habrían sido impensables. Por otra parte, se han examinado los factores que propiciaron el clima de curiosidad y 16 escándalo generado durante la filmación y en los meses posteriores a su estreno, dado que ambas circunstancias están en la base de su leyenda. Por lo que respecta al texto fílmico en sí, considerando su complejidad orgánica y significativa, la estrategia de análisis se ha planteado a partir de una minuciosa descripción de sus elementos formales, vistos al hilo de las sucesivas secuencias. Sobre ella se irá tejiendo la interpretación, considerando las opiniones más autorizadas entre las numerosas a las que la película ha dado lugar. Fotografías: archivo de la autora Colección dirigida por: José Luis Fecé y Vicente Sánchez-Biosca Diseño: Mario Eskenazi y Diego Feijóo Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de Paidós Películas 1 La noche del cazador los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las 2 Los cuatrocientos golpes leyes, la reproducción total o par- 3 Terciopelo azul cial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución 4 Viridiana de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. 5 Vértigo 1 De entre los muertos 6 El acorazado Potemkin 7 Barton Fink 8 La mirada de Ulises 9 Metrópolis 10 Smoke 11 El crepúsculo de los dioses 12 Doctor Zhivago 13 Él © 2002 de todas las ediciones en castellano Ediciones Paidós Ibérica, S. A., Mariano Cubi, 92 08021 Barcelona 14 Muerte en Venecia 15 Todo sobre mi madre 16 La lista de Schindler 17 Blade Runner y Editorial Paidós, SAICF, Defensa, 599 - Buenos Aires http://www.paidos.com 18 Laura ISBN: 84-493-1283-3 20 Ciudadano Kane Depósito legal: B-30.987/2002 Impreso en Gráfiques 92, SA, Av. Can Sucarrats, 91 - 08191 Rubi (Barcelona) Impreso en España Printed in Spain 19 Fresa y chocolate Sumario 13 Introducción 21 La obra y su contexto 21 24 La marca productora: un estudio con problemas La tarea del héroe Orson Welles (1915-1985) 41 Dos proyectos inacabados 44 La gestación de la película 49 La autoría de la discordia 51 La oscura sombra de Hearst 54 Los modelos de Kane 61 Estudio crítico 62 Un encuentro de talentos 65 El potente juego de la fotografía 69 La complejidad del envoltorio sonoro 73 La avanzadilla del filme 75 Un laberinto especular en forma de caja china 78 El narrador llama a su público 78 El ámbito del enigma 84 Un noticiario con trazos de boceto 96 Fracaso al primer intento 100 La profunda huella de la infancia 107 Un altruista frívolo 115 La amistad traicionada 129 Crónica de una despedida 136 Los restos del naufragio 140 El secreto de «Rosebud» 143 Fin de la representación: señores, aplaudan 149 Documentación 151 Ficha técnica y artística 154 Sinopsis ORSON WELLES 155 12 Selección de textos 158 Filmografía 160 Bibliografía