U R G E N C I A S E N AT E N C I Ó N P R I M A R I A Hipoacusia brusca M.T. Recio García, L. Palomo Alameda, O. Fernández Díez y A. Rosado López Especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria. C.S. San Andrés II. Área 11. Madrid. C on el término de hipoacusia brusca definimos el cuadro de pérdida de audición de origen neurosensorial, de gran intensidad y que tiene lugar en el transcurso de un corto período de tiempo, horas o días, y que puede ser de muy variada etiología. Aparece en individuos sanos, sin antecedentes de enfermedad otológica y sin una causa clara que lo justifique. CLÍNICA El síntoma principal que domina el cuadro es la hipoacusia, de carácter neurosensorial, habitualmente unilateral, de intensidad variable pero incapacitante y de instauración rápida. Su aparición es en minutos o en horas, definiéndose en menos de 3 días. Por definición, la pérdida auditiva debe ser mayor de 30 dB. Es habitual que el cuadro de sordera súbita se acompañe de otros síntomas: acufenos, vértigo, sensación de plenitud ótica, cefaleas, otalgias erráticas, etcétera. ETIOLOGÍA Se han propuesto varias teorías para explicar la etiología de la hipoacusia brusca: 1. Teoría viral/infecciosa: se conoce la asociación de los virus del sarampión, mononucleosis infecciosa, parotiditis, gripe y rhinovirus, adenovirus I, II y herpes zoster. En el 30-40% de los casos existe un catarro tubárico previo. También se ha relacionado con otras infecciones, como otitis media aguda y ototubaritis. 2. Teoría vascular: oclusión de la arteria auditiva interna por trombo, vasospasmo, embolias, hemorragias, arteriosclerosis o hiperviscosidad sanguínea que provocan isquemia laberíntica. Si hay vértigos asociados puede estar afectada la rama vestibular y tendría peor pronóstico. 3. Teoría mecánica: existencia de fístulas perilinfáticas que pueden ser causadas por rotura de la ventana oval o redonda secundaria a un aumento de la presión intracraneal por maniobras de Valsalva o por rotura intracoclear. 4. Teoría traumática: traumas de distintos orígenes: acústico por exposición crónica al ruido, traumatismo craneoencefálico, barotrauma (por aumento de presión a través de la trompa de eustaquio o del conducto auditivo externo) y rotura espontánea de membranas. 5. Miscelánea: fármacos ototóxicos, malformaciones de columna cervical, iatrogenia quirúrgica, psicógenos e idiopático. DIAGNÓSTICO – Exploración clínica: a) otoscopia, que determinará si la causa de hipoacusia está localizada en oído externo y/o medio, y b) acumetría: si el tímpano es normal, es necesario realizar un estudio de la función auditiva mediante el uso de diapasones. Normalmente se objetiva una hipoacusia neurosensorial: rinne positivo en el oído patológico y Weber lateralizado al oído sano. – Exploración local y general: a) valorar la existencia de adenopatías o signo del trago positivo; b) exploración vestibular: nistagmo, Romberg, Utemberger, Babinsky; c) exploración neurológica; d) fondo de ojo, y e) presión arterial y pulso periférico. – Audiometría: a) audiometría tonal; que se realizará tan pronto como sea posible y se repetirá cada 2-3 días hasta la estabilización clínica. Se enmascarará el oído sano para evitar la aparición de patrones fantasmas (falso rinne); b) audiometría verbal, que valora el grado de discriminación verbal y está alterada en 2/3 de los casos (hipoacusia coclear); c) audiometría tonal supraliminal, en la que se usan tonos por encima del umbral. Se evidencia hipoacusia neural en 2/3 de los enfermos y es coclear en el resto, y d) audiometría de adaptación patológica, normal en las hipoacusias cocleares. Diagnóstico diferencial 1. Neoplasias: tumores del ángulo pontocerebeloso (neurinoma del acústico), metástasis de tumores primarios de cabeza y cuello o zona infraclavicular y síndromes paraneoplásicos (meningiosis, Oat-cell). 2. Infecciones: sífilis, encefalitis virales, bacterianas o fúngicas en inmunodeprimidos. 3. Enfermedades neurológicas: policondritis recidivantes, esclerosis múltiple. 4. Fármacos: ototóxicos por uso local (aminoglucósidos) o sistémico (aminoglucósidos, diuréticos y antineoplásicos). 5. Enfermedades autoinmunes: vasculitis (PAN), enteritis regional, lupus eritematoso sistémico. Conducta Ante una pérdida brusca de audición, la actitud ha de ser inmediata. En primer lugar se realizará una otoscopia; se puede encontrar: a) tapón de cerumen o cuerpo extraño, que se extraerá en el caso de ser un tapón y derivación al hospital para la extracción de cuerpo extraño; b) otitis media aguda, tratamiento antibiótico; c) tímpano normal, se realizará acumetría para determinar hipoacusia transmisiva, ante la cual se derivará al especialista, o hipoacusia neurosensorial, ante la que se derivará a urgencias para pauta de tratamiento i.v. y reposo; d) fractura de peñasco, hemotímpano, y e) glomus, acufeno pulsátil síncrono con el pulso. PRONÓSTICO Es muy importante instaurar el tratamiento en las primeras 2448 h de evolución, aunque se han descrito casos de recuperación parcial o total con abstención terapeútica. Pasados 15 días del inicio del tratamiento no hay recuperación posible; si en 7 días no se aprecia mejoría estaría indicada la colocación de una prótesis auditiva y rehabilitación. URGENCIAS EN ATENCIÓN PRIMARIA Hipoacusia brusca M.T. Recio García, L. Palomo Alameda, O. Fernández Díez y A. Rosado López TRATAMIENTO Una vez se ha derivado el caso a urgencias se realizará la hospitalización del paciente para tratamiento i.v., reposo, medicación ansiolítica, vasodilatadores a dosis altas y sedantes y habrá que evitar situaciones que aumenten la presión en el oído así como el consumo de sustancias tóxicas (alcohol, tabaco). Existen varias posibilidades terapeúticas, según se sospeche la etiología: a) vascular, con vasodilatadores sistémicos y cerebrales; b) infecciosa, con corticoides asociados al complejo B, y c) autoinmune, con corticoides. Pauta de tratamiento: a) metilprednisolona 40-80 mg/día i.v. durante 5 días; b) complejo B1 B6 B12, 1 vial/día durante 5 días; c) nimodipino mediante bomba de perfusión a un ritmo de 15 mg/kg/h i.v., y d) sueros hipertónicos, dextrano de bajo peso molecular 500 ml/12 h i.v. durante 4-5 días. Posteriormente se pasa a la vía oral durante 15 días: a) metilprednisolona 40 mg/día en pauta descendente; b) complejo B,1 comprimido cada 8 h; c) piracetam 800 mg/8 h, y d) nimodipino 30 mg/8 h. Si el cuadro lleva más de 72 horas de evolución se iniciará tratamiento con pauta oral durante 21 días. Material y medicación requerida En el centro de salud se debe disponer de otoscopio, jeringas de 50 ml o bien metálicas, suero salino al 0,9%, batea arriñonada, diapasones de distintas frecuencias agudas y graves y ganchos acodados. Bibliografía general Becker W. Hipoacusia súbita. En: Becker W, Heinz H, Rudolf C, editores. Otorrinolaringología. 2.a ed. española. Barcelona: ediciones Doyma S.A. 1992; p. 85. Bertrán JM. Sordera brusca idiopática. En: Martínez, Cabezudo L, Cobeta I, editores. Otorrinolaringología básica. Madrid: Ed. Ergón, S.A. 1988; p. 109-17. Bertrán JM, Turiel MP, Cabal A. Sordera. En: Guía de actuación en atención primaria semFyC.19; p. 134-8. Garrido M, De la Fuente JC. 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