Poder Judicial de la Nación SENT. DEF. Nº: 18400 EXPTE. Nº: 33.054/07 (26.930) JUZGADO Nº 3 SALA X AUTOS: "CHAS, CARMEN C/ RECONQUISTA A.R.T. S.A. Y OTROS S/ INDEMN. POR FALLECIMIENTO" Buenos Aires,15/04/2011 El Dr. DANIEL E. STORTINI dijo: El Sr. Juez “a-quo”, luego de evaluar las probanzas arrimadas a la causa (conf. art. 386 C.P.C.C.N.), determinó que la actividad asignada, trasladar y custodiar a personal jerárquico de la empresa Maxiconsumo SA pudo haber desencadenado el edema agudo de pulmón que terminó con la vida de Eduardo López. Por otra parte, sostuvo que Maxiconsumo SA se sirvió de la actividad desplegada por el occiso, razón por la cual la condenó sobre la base de lo nomado en el art. 1.113 del C. Civil. A su vez, extendió la condena en forma solidaria a la aseguradora demandada conforme lo dispuesto en el art. 1074 del C.Civil. Contra tal decisión recurren Maxiconsumo SA, a tenor del memorial de fs. 683/692 vta., la aseguradora demandada Reconquista ART SA en los términos de la presentación de fs. 697/702 y la codemandada Seguridad Privada GR SA. conforme los agravios expresados a fs. 702/I/711 vta., sin merecer crítica. A su vez, los profesionales intervinientes apelan las regulaciones de honorarios (fs. 693/vta.; fs. 696; fs. 681 y fs. 695). Previo a entrar al análisis de los agravios intentados, estimo prudente efectuar una reseña del marco fáctico sobre el que versa el presente litigio. Sostuvo la actora que el causante Daniel López ingresó a trabajar el 1/02/05 para Seguridad Privada GR SA, realizando tareas de vigilancia habiéndosele asignado como objetivo la empresa codemandada Maxiconsumo SA. Que el 24 de diciembre de 2005 en oportunidad de trasladar y custodiar a un personal jerárquico de la empresa Maxiconsumo SA, en un automóvil Gol, dominio BF1-067, el Sr. López detiene el automóvil debido a presentar un acceso de tos, descendiendo del vehículo, momento en el cual sufre una descompensación que le provoca su fallecimiento a las 02.25 hs, por congestión y edema agudo de pulmón, cardiopatía. Analizadas que fueran la totalidad de las pruebas rendidas en la litis, adelanto que corresponde receptar las quejas deducidas por las codemandadas. En primer lugar cabe determinar si existió responsabilidad de la codemandada Maxiconsumo S.A. y, en su caso, de Reconquista ART S.A., en el marco de una acción civil (así fueron traídas a juicio) en las afecciones que derivaron en la muerte del SR. López, quien fuera esposo de la ahora reclamante. Ahora bien, antes de continuar, en este marco de exposición, me parece prudente señalar que, en el escrito de inicio, también se aludió como causa de la muerte al “stress” que sufre el personal de seguridad en su ambiente de trabajo (fs. 10). Es dable destacar, en este aspecto, tal como expuso el perito médico designado de oficio (fs. 263/267 y fs. 306/309) que si bien en primer lugar, la causa inmediata de la muerte fue un edema agudo de pulmón , las causas alejadas fueron: hipertrofia cardíaca, ateromatosis coronaria, espuma serohepática en laringe y tráquea, 600 cm3 de líquido citrino en pleura derecha y 650 cm3 en pleura izquierda, congestión y edema agudo de ambos pulmones, hígado congestivo y graso, bazo congestivo con 500 gr de peso –normal 180-200 gs-). Interpreta que los hallazgos de autopsia permiten inducir que Eduardo Daniel López, padecía una cardiopatía severa de antigua data, pues la hipertrofia cardíaca, a casi el doble del peso del corazón no se hace en horas sí en meses, y su origen más probable, dada la ausencia de valvulopatía es la hipertensión arterial, que el actor padecía desde hace más de dos años y por la cual recibía Diamicron (gliziaciada 80 mg) que es un antidiabético oral. Por otro lado, padecía una importante coronariopatía como lo demuestra la ateromatosis coronaria grado III-IV en coronaria izquierda, con reducción de la luz vascular en un 90% y una ateromatosis de la coronaria derecha grado II-III. Destaca el experto que si bien son múltiples los factores de producción de ateromatosis, estima que el hecho que López presentara diabetes, contribuyó a la misma, pues en dicha afección metabólica son frecuentes las dislipidemias. Interpreta que dado los once meses transcurridos entre el ingreso del Sr. López para trabajar en vigilancia en la empresa Seguridad Privada GR SA, el occiso era un paciente cardíaco a la fecha de su ingreso y padecía de diabetes sacarina, dada la hipertrofia cardíaca importante detectada en la autopsia (520 gr) y la congestión del hígado y bazo (este último con más del doble de su peso normal). Dicho esto, y en punto a lo que es aquí objeto de debate, dentro del marco en el que se accionó, señalo que el acto ilícito no es “punible” civilmente si no hubiese daño causado u otro acto ulterior que lo pudiera causar, y sin que a sus agentes se les pueda imputar dolo, culpa o negligencia (art. 1.067 C. Civil) -factor de atribución-, de modo que son indemnizables los daños que se encuentran en una relación de causalidad con el hecho del responsable. A su vez, conforme el art. 1.109 C. Civil, “todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio”. En cambio, los factores objetivos de atribución prescinden de la calificación de la conducta del sujeto a quien se le imputa la causación del daño. Los supuestos principales, en nuestro Código Civil, son los de responsabilidad por “riesgo causado”, que pone en cabeza del dueño o guardián de una cosa riesgosa o viciosa la reparación de los daños a terceros resultante de la actualización del riesgo o de la virtualidad dañosa potencial del vicio (art. 1.113 C. Civil). Hice este enunciado, previo al tratamiento de los planteos de inconstitucionalidad que la accionante dirigió contra distintas disposiciones de la ley 24.557 (en especial, el art. 39), pues es menester establecer o determinar si cabe Poder Judicial de la Nación atribución de responsabilidad, dentro del ámbito de la normativa civil, de las demandadas, o alguna de ellas; y al respecto, luego de evaluar a la luz de las reglas de la sana crítica (conf. art. 386 C.P.C.C.N.), las probanzas arrimadas a la causa, me anticipo a señalar que en ninguno de estos esquemas resulta la responsabilidad patronal. Me explico. Cualquiera sea el esquema de desarrollo, es menester la determinación de una causa directa, inmediata, eficiente, o cualquier otra de las teorías existentes sobre el tema, entre el hecho que se sindica como generador del daño y éste; y esto es precisamente, lo que no se evidencia en esta causa, porque de las varias causas que la parte actora atribuyó como responsabilidad de las codemandadas (productoras de las afecciones antes mencionadas), ninguna resulta demostrada en el expediente, sino que, por el contrario, responden a una causa extralaboral. En efecto, respecto a la afección coronaria, cabe destacar que generalmente ha sido relacionado con una incapacitación inculpable en la medida que- como en el presente caso- no se acredite una concreta incidencia del trabajo -pues existen un sinnúmero de factores que pueden predisponer su resultado (congénitas, alimenticias, por hábitos nocivos como fumar, situaciones de estrés propias del trabajo o extralaborales, etc.). En el presente caso, cabe destacar que del informe pericial médico surge que la hija del occiso reconoce que López estaba recibiendo tratamiento médico por diabetes por lo que tomaba Diamicrón, Atenix 50, Alplax 1 mg y Rivotril 0.5 mg por la enfermedad mencionada. Agrega el médico designado en la causa que de acuerdo con los datos informados por el oficial de Prefectura que intervino en la asistencia de López en la vía pública, al realizarle el masaje cardíaco correspondiente el causante había vomitado abundante cerveza (ver fs. 263 vta.) y tampoco debe descartarse los hábitos de gran fumador, como resulta de la historia clínica obrante a fs. 435 e informe pericial de fs. 514 vta.. En dicho contexto, y más allá de la ausencia de examen preocupacional respecto del Sr. Eduardo López, el que estimo no hubiera resultado hábil para acreditar que el causante hubiera ingresado sano a prestar servicios, los cuales, reitero, lo fueron por el escaso margen de once meses, estimo que - en este caso- las condiciones laborales denunciadas en el inicio no se manifiestan como predisponentes del infortunio padecido por López. En tal sentido observo que el infortunio padecido ocurrió en horas de la madrugada al conducir el automovil asignado, egresando del polo gastronómico de Puerto Madero (habiendo indicios que el fallecido había ingerido abundante cerveza), razón por la cual el occiso es atendido en un primer momento por personal de Prefectura, pero sin referir ningún episodio capaz o apto para provocar una situación de “stress” o que hiciere suponer el más mínimo inconveniente que pudiere desencadenar algún tipo de situación de esa índole para López que le hubiere provocado el acceso de tos y mucho menos aún el edema pulmonar que desencadenó su muerte, como para responsabilizar a la empleadora en los términos del art. 1.109 C.Civil. Por lo expuesto, conforme lo explicara precedentemente, habiéndose acreditado que el Sr. López sufría por lo menos de uno de los factores de riesgo (hipertensión arterial- diabetes y tabaquismo), sumado al escaso lapso en que se desarrolló la relación laboral entre las partes y la falta de acreditación de situaciones stresantes tal como se invocaran en el inicio, impide tener por demostrado que esas situaciones aludidas en forma por demás genérica en la demanda a las que habría sido sometido el difunto hubieran desencadenado el infortunio referido. Concluyo pues, que no se verifican en el caso el nexo causal necesario o el más mínimo estrés psicofísico, como aludió el perito médico como desencadenante del edema agudo de pulmón, para acceder a la reparación pretendida por lo que propicio revocar el decisorio de la anterior instancia y, en consecuencia, rechazar la demanda entablada. En tales condiciones deviene abstracto el tratamiento de los planteos en torno a la inconstitucionalidad declarada en grado contra la ley 24.557, como así también el análisis de las restantes defensas opuestas por las codemandadas. Consecuentemente, se impone el rechazo de la acción. En atención a lo propuesto precedentemente, corresponde dejar sin efecto lo resuelto en materia de costas y honorarios, y adecuarlos al resultado del pleito, de conformidad con lo establecido por el art. 279 del CPCCN, por lo que el tratamiento de los recursos interpuestos en este sentido deviene abstracto. En torno a las costas propongo imponerlas en ambas instancias en el orden causado, y las comunes por mitades, dado que razonablemente la accionante pudo considerarse asistida de un mejor derecho para reclamar (conf. art. 68, 2da. parte C.P.C.C.N.). A fin de fijar los honorarios por los trabajos profesionales llevados a cabo en la anterior instancia, señalo que en casos como el presente, en que se propicia el rechazo de la demanda en la cual medió una elevada suma de reclamación, la regulación no depende exclusivamente del monto del pleito y de las escalas dispuestas en la ley de aranceles por cuanto cabe considerar asimismo –para de ese modo regular en función del específico proceso- ciertos elementos concretos de cada contienda como la índole y complejidad del asunto así como el mérito, importancia y extensión de cada labor profesional realizada (art. 38 L.O. y cctes. ley arancelaria). Lo dicho precedentemente se encuentra en armonía con el art. 13 de la ley arancelaria (ley 21.839 con la modificatoria introducida por su similar 24.432) ya que allí se establece el deber del juez de apartarse de los montos o porcentuales mínimos para privilegiar las pautas del art. 6° de la ley 21.839 en tanto que la estricta aplicación de las escalas arancelarias ocasionaría una irrazonable desproporción, aunque con la obligación de dar fundamento a la resolución respectiva. Poder Judicial de la Nación Desde dicha perspectiva de análisis, en el caso, dada la importancia y extensión de las tareas de los profesionales intervinientes al tomar en consideración la cuestión sustancial en debate en función de las posturas asumidas por las partes en el escrito de demanda y sus contestaciones, las posteriores etapas procesales efectivizadas, con más el cumplimiento de la etapa de alegar por todos desarrollada, propongo fijar los honorarios correspondientes a la representación y patrocinio letrada de la actora en la suma de $4.000, de la codemandada Maxiconsumo SA en la suma de $ 6.000 (Pesos seis mil), de la codemandada Seguridad Privada GR SA en la suma de $ 6.000 (Pesos seis mil), de la aseguradora Reconquista ART SA en la suma de $ 6.000 (Pesos seis mil), así como la del perito médico en la de $ 2.000 (Pesos dos mil) y la de la perito contadora en la de $1.500 (Pesos mil quinientos), todas a valores actuales (conf. arts. 38 L.O. y conc. ley arancelaria). Sugiero asimismo regular los honorarios de los profesionales intervinientes por la actora y codemandada Maxiconsumo SA, de la codemandada Seguridad Privada GR SA y de la aseguradora Reconquista ART SA, en el 25 % para cada uno de ellos, respectivamente, de los que les correspondiera por la actuación profesional en la anterior instancia (art. 14, ley arancelaria). Por todo lo expuesto, de prosperar mi voto correspondería: 1) Revocar el fallo de la anterior instancia y, en consecuencia, rechazar la demanda interpuesta por CARMEN CHAS; 2) Dejar sin efecto lo dispuesto en materia de costas y honorarios e imponerlas en ambas instancias en el orden causado y las comunes por mitades (conf. art. 68, 2da. parte C.P.C.C.N.); 3) Regular los honorarios por la representación y patrocinio letrado de la parte actora en la suma de $4.000, de la codemandada Maxiconsumo SA en la suma de $ 6.000, de la codemandada Seguridad Privada GR SA en la suma de $ 6.000, de la aseguradora Reconquista ART SA en la suma de $ 6.000, así como la del perito médico en la de $ 2.000 y la de la perito contadora en la de $1.500, todas a valores actuales (conf. arts. 38 L.O. y conc. ley arancelaria); 4) Fijar los emolumentos de la representación y patrocinio letrado de la actora y para cada una de las demandadas por su actuación en esta instancia en el 25 % de lo que les corresponda percibir por su actuación en origen (art. 38 LO). El DR. GREGORIO CORACH, dijo: Por compartir los fundamentos del voto que antecede, adhiero al mismo. El Dr. ENRIQUE R. BRANDOLINO, no vota (art. 125 L.O.). Por lo que resulta del acuerdo que antecede, el Tribunal RESUELVE: 1) Revocar el fallo de la anterior instancia y, en consecuencia, rechazar la demanda interpuesta por CARMEN CHAS; 2) Dejar sin efecto lo dispuesto en materia de costas y honorarios e imponerlas en ambas instancias en el orden causado y las comunes por mitades (conf. art. 68, 2da. parte C.P.C.C.N.); 3) Regular los honorarios por la representación y patrocinio letrado de la parte actora en la suma de $4.000 (Pesos cuatro mil), de la codemandada Maxiconsumo SA en la suma de $ 6.000 (Pesos seis mil), de la codemandada Seguridad Privada GR SA en la suma de $ 6.000 (Pesos seis mil), de la aseguradora Reconquista ART SA en la suma de $ 6.000 (Pesos seis mil), así como la del perito médico en la de $ 2.000 (Pesos dos mil) y la de la perito contadora en la de $1.500 (Pesos mil quinientos), todas a valores actuales (conf. arts. 38 L.O. y conc. ley arancelaria); 4) Fijar los emolumentos de la representación y patrocinio letrado de la actora y para cada una de las demandadas por su actuación en esta instancia en el 25 % de lo que les corresponda percibir por su actuación en origen (art. 38 LO). Cópiese, regístrese, notifíquese y, oportunamente, devuélvase. ANTE MI: G.G.