ORGANISMO MUNDIAL DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD IDEAS FUNDAMENTALES DEL MCC Segunda Redacción (1990) 3a Edición Venezolana de la Edición Típica EDICIONES TRÍPODE Edf. Trípode, Calle Terepaima - Apartado 75.003 Teléfono: (0212) 238.6476 - FAX: (0212) 238.6168 CARACAS 1070-A, VENEZUELA 2001 A los cursillistas de todo el mundo. De una manera especial, a los dirigentes de Cursillos de África, América, Asia, Europa y Oceanía, Como punto de referencia para verificar su identidad cursillista Caracas, 5-12-90 EL OMCC INDICE PRESENTACIÓN DE LA PRIMERA REDACCIÓN PROLOGO A LA SEGUNDA REDACCIÓN SIGLAS MÁS USADAS 1 LA MENTALIDAD DEL MCC [1 - 71] 1 Introducción [1-11] 1 Una clave explicativa [1-3] 2 La Mentalidad, principio de unidad e identidad. [4-7] 3 Definición. [8-11] 2. Su Porque Histórico [12-34] 1. El punto de partida. [12-16] 2. Una realidad. [17-18] 3. Una nueva respuesta pastoral. [19-33] El Método [22-31] La estrategia [32-33] 4. Antecedentes ideológicos. [34] 3. Su Porque Actual [35-57] 1. El punto de partida. [35-38] 2. La realidad actual. [39-48] 3. Una respuesta pastoral. [49-57] 4. El Nervio Ideológico: un Concepto integral, Vivencial y Comprometido de las realidades Fundamentales [5866] 5. Conclusión [67-71] 2. LA ESENCIA Y LA FINALIDAD DEL MCC [72-153] 1. La Esencia. [72-104] 1. Conceptos preliminares. [72-76] 2. El MCC es un Movimiento. [77-85] 3. El MCC es un Movimiento de Iglesia [86-103] 4. Mediante un método propio. [104-105] 2. La Finalidad [106-150] 1. Dificultades para la vida cristiana. [106-113] 2. La vivencia y convivencia de lo Fundamental cristiano. [114-127] 3. Ayudar a descubrir y realizar la vocación personal, con respeto de la misma. [128 - 134] 4. Propiciar la creación de núcleos de cristianos. [135-138] 5. Fermentar de Evangelio los ambientes. [139150] 3. Los Postulados Esenciales Que Derivan de la Esencia y la Finalidad. [151 - 153] 1. En cuanto al Movimiento en general. [152] 2. En cuanto a los tres tiempos del Movimiento. [153] 3. EL MÉTODO DEL MCC [154-174] 1. 2. 3. 4. 5. Definición [154-156] El Método y la Mentalidad [157-159] La Importancia del Método [160-162] Las Características del Método [163-170] El Uso del Método [171-174] 4. LA ESTRATEGIA DEL MCC [175-199] 1. 2. 3. 4. 5. Introducción. [175-178] Los Elementos del Plan Pastoral del MCC. [179] Las Líneas Básicas de la Estrategia [180-196] Los Responsables de la Estrategia [197] Conclusión. [198-199] 5. EL PRECURSILLO [200-238] 1. Definición [200] 2. Importancia del Precursillo [201-205] 1. En relación a los otros tiempos [201-203] 2. Con miras a la eficacia evangelizadora [204205] 3. La Estrategia del Precursillo [206-235] 1. Estudio y selección de los ambientes [206-217] 2. Búsqueda de candidatos [218-227] 3. Selección de candidatos [228-229] 4 Preparación de los candidatos [230-234] 5 Preparación del Cursillo [235] 4. Conclusión [236] 1 La gracia como principio y fundamento [237] 2 La Comunidad que respalda y vitaliza [238] 6 EL CURSILLO [239-442] 1. Introducción [239-242] 2. El Cursillo Dentro de la Pastoral Kerigmática [243251] 3. Condiciones y Conductas Exigibles a los Agentes de la Proclamación [252-266] 4. El Equipo de Dirigentes [267-298] 1. El Coordinador del equipo [276-280] 2. E Director Espiritual [281-286] 3. Funciones de los demás dirigentes. [287-288] 4. Preparación del equipo [289-295] 5. El respeto a la libertad [296-298] 5. La Técnica Metodológica en el Cursillo [299-345] 1. Pedagogía y Cursillo [299-303] 2. La heterogeneidad [304-307] 3. El clima del Cursillo [308-312] 4. Contactos personales: convivencia y diálogo [313-318] 5. Los Grupos en el Cursillo [319 - 322] 6. Duración del Cursillo, orden de los Rollos y horarios [323-325] 7. La oración en el Cursillo [326-334). 8. La celebración del Sacramento de la Penitencia [335-336] 9. Las celebraciones de la Eucaristía [337-338] 10. La devoción a la Madre [339-341] 11. La "Guía del Peregrino" [342] 12. La "Hoja de Compromiso" [343] 13. La Clausura del Cursillo [344-345] 6. La Proclamación del Mensaje: Nervio Teológico del Cursillo [346-442] 1. Las características de la proclamación kerygmática en el Cursillo [346 -354] 2. Las fases del Cursillo [355-368] 3. El "Retiro" o pasos de preparación [360-368] 4. Los pasos de la proclamación [369-382] 5. La fase de desarrollo de la vida cristiana [383410] 6. La fase de proyección hacia el hombre y hacia el mundo [411-442] 7. EL POSCURSILLO [443-526] 1. Introducción [443-446] 2. Definición [447-451] 3. El Poscursillo, un Proceso Dinámico [452453] 4. La Finalidad del Poscursillo [454-462] 5. La Estrategia del Poscursillo [463] 6. La Estructura del Poscursillo [464-465] 7. La reunión de Grupo [466-472] 8. Los Elementos de la Reunión de Grupo [473475] 9. Como se Consigue el Objetivo [476-485] 10. Procedimiento [486 - 496] 11. Grupos Eclesiales [497] 12. La Ultreya [498-511] 13. Los Dirigentes en el Poscursillo [512-521] 14. Conclusión [522-526] 8. LAS ESTRUCTURAS OPERACIONALES DEL MCC: LA ESCUELA Y LOS SECRETARIADOS [527-620] 1. Introducción. [527-529] 2. La Escuela [530-533] 1. Escuela de Santidad ([534-539] 2. Escuela de Comunión [540-547] 3. Escuela de formación [548-556] 4. Organización de la Escuela [557-561] 5. La finalidad de la Escuela [562-563] 6. La Estrategia de la Escuela [564-565] 3. 4. 5. 6. 7. 8. 7. Criterios de integración [566-572] 8. Aptitudes y Actitudes de los Dirigentes [573] Los Secretariados [574-589] Los Secretariados Diocesanos [590-593] El Secretariado Nacional [594-597] Los Grupos Internacionales [598-607] El Organismo Mundial [608-615] Los Encuentros Mundiales [616-620] 9. EL MCC EN LA VIDA Y ACCIÓN PASTORAL DE LA IGLESIA [621-699] 1. Introducción [621] 1. El Misterio de la Iglesia [622-627] 2. La acción pastoral [628-630] 2. El MCC en la Vida de la Iglesia [631-647] 1. El MCC, patrimonio de la Iglesia [631632] 2. Los criterios de eclesialidad que deben inspirar la vida y la acción del MCC en la pastoral de la Iglesia [633-647] 3. La Función Propia del MCC en la Acción la Pastoral de la Iglesia [648-666] 1. El Ministerio de la Iglesia [648-649] 2. La función específica del MCC [650653] 3. La evangelización de los ambientes, opción fundamental del M.C.C [654-666] 4. Características de la Opción Fundamental del M.C.C [667-690] 1. La opción por la persona humana [668-670] 2. La opción por la Pastoral Kerygmática [671686] 3. La opción por la Pastoral Comunitaria [687690] 5. El MCC y la Pastoral Orgánica o Pastoral de Conjunto [691-696] 6. Conclusión [697-699] GLOSARIO www.cursilloscolombia.org/ -----------------------------------Subscríbete a nuestra página PRESENTACIÓN DE LA PRIMERA REDACCIÓN Los Cursillos de Cristiandad comenzaron en Mallorca (España), al finalizar la década del cuarenta. Se propagaron a otros países, a partir de 1953. En 1966, Pablo VI afirmó de ellos, con motivo de su 1 Ultreya Mundial, que, "acrisolados por la experiencia y acreditados por sus frutos, recorrían ya, con carta de ciudadanía, los caminos del mundo". En la actualidad se dan los Cursillos de Cristiandad en más de 50 naciones de los cinco continentes. Se calcula que los han practicado más de dos millones de hombres y mujeres de diversas lenguas y razas. Se han organizado, como responsables de los Cursillos, a escala diocesana, nacional y continental, más de 600 secretariados diocesanos, más de 30 secretariados nacionales y dos oficinas continentales: la latinoamericana, para toda América, y la europea, para toda Europa. Con el fin de ir actualizándose conforme a los signos de los tiempos, el Movimiento de Cursillos de Cristiandad, hasta la fecha, ha organizado tres encuentros mundiales; tres, latinoamericano; y muchos, regionales, nacionales y diocesanos. Y tiene ya una abundante literatura, tanto metodológica como vivencial, en varios idiomas. En noviembre de 1972, el Movimiento celebró su III Encuentro Mundial en Mallorca (España). Allí, por una parte, se pudo constatar la madurez de los Cursillos a nivel mundial; pero, por otra, se reconoció la necesidad de un libro que, a tiempo, "reflejara lo principal, lo que identifica y caracteriza al Movimiento en todo el mundo, lo que todos los países y todos los dirigentes deben sostener, si quieren conservar el Movimiento idéntico a sí mismo". Y se tomó como única conclusión la preparación de un libro así. Para que resultara obra de todos, el III Encuentro Mundial: Determinó que tuviera ocho capítulos concretos; Escogió cuatro personas y cuatro secretariados nacionales para que los redactaran; Eligió siete países que le diesen la aprobación definitiva; y Encargó a un Secretariado Nacional de que coordinara todo el proceso. En su iter se recorrieron los siguientes pasos: "Anteproyecto" (las redacciones primeras de los ocho capítulos en dos volúmenes con un total de 391 folios a máquina); "Juicios o Críticas al Anteproyecto" (un volumen con 138 folios); "Proyecto" (la segunda redacción de los ocho capítulos, en un volumen de 156 folios); y "Juicios y enmiendas al proyecto " (un volumen con 57 folios). El 15 de abril de 1974, los siete países elegidos se reunieron en Mallorca, hotel Ravenna II, para dar la redacción final a los ocho trabajos. El grupo lo compusieron catorce delegados y dos coordinadores de Austria, Brasil, España, Estados Unidos, México, Nicaragua y Venezuela; todos veteranos en el Movimiento; y todos, con una manifiesta buena voluntad de servicio a la Iglesia, mediante el Movimiento de Cursillos de Cristiandad. Desde la noche del 15, los catorce delegados se propusieron como meta reflejar en el libro lo que identifica al Movimiento y lo que unifica y caracteriza sus estructuras operacionales. Para ello, por unanimidad, decidieron tener en cuenta lo valido de los diferentes encuentros nacionales, continentales y mundiales; y dialogar y reflexionar hasta conseguir, en todo lo posible, la unanimidad del grupo. En ese clima y con esas intenciones trabajaron intensamente durante seis días. Lo primero estudiaron la conveniencia de dar al conjunto una redacción única, y optaron por conservar el carácter de mosaico de estilos de que adolecía el proyecto, porque consideraron que ello enriquecía el libro y, al mismo tiempo, garantizaba que habían intervenido todos en su composición. Después decidieron fundir en uno dos de los ocho temas -"Esencia y Finalidad"-, por haber descubierto que, además de afines, eran interdependientes. Luego retocaron y matizaron los demás temas, eliminando de ellos algunas de las repeticiones y ajustando, o uniformando, algunos de sus diferentes enfoques. Y aquí está, hecha realidad, la aspiración del III Encuentro de Mallorca. No es la obra perfecta- perfecto en este mundo no hay nada". Pero es lo que el Movimiento cree que puede ser en nuestros días y en nuestras circunstancias socio-religioso-culturales. No es la última palabra -la última palabra supondría un punto final para los Cursillos. Pero es la confesión humilde de que el Movimiento, como cualquier otra obra de hombres reconoce que necesita revisarse y actualizarse de vez en cuando. No es un rechazo o un cerrar las puertas al Espíritu Santo y a las iniciativas particulares -al contrario: todos los temas respiran optimismo, superación, apertura...-. Pero es un recordar que "lo mejor es enemigo de lo bueno ", y un certificar de la bondad de lo experimentado, de lo vivido, de lo "acreditado por sus frutos". Por eso, en plan de evitar las rigideces de lo definitivo, el último día, los catorce del grupo manifestaron públicamente que empezaba una era nueva, no la última, para los Cursillos. Y pidieron a los Secretariados Nacionales de lengua no española, los únicos autorizados para hacer traducciones de IDEAS FUNDAMENTALES DEL MOVIMIENTO DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD, que no se conformaran con traducir la letra de sus capítulos, sino que más bien se esforzaran por reflejar el espíritu que presidió y animó todo el proceso de su composición: espíritu de puesta al día y de sintonización con la Iglesia y con sus maestros, el Papa y los Obispos. Mallorca, cuna del Movimiento de Cursillos, 21 de abril de 1974. EL SECRETARIADO NACIONAL DE VENEZUELA Coordinador PROLOGO A LA SEGUNDA REDACCIÓN El MCC se renovó, a nivel mundial, por primera vez, en abril de 1974. Se renovó a la luz del Concilio, y de las Encíclicas Edesiam Suam y Humánete Vitae, y de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, y de los tres primeros Sínodos de Obispos. El libro guía para la renovación lo redactó un equipo creado por el III Encuentro Mundial de Dirigentes Nacionales, en 1972. El equipo, antes de la redacción definitiva (1974), hizo dos consultar a todos los Secretariados Nacionales. El libro tuvo una gran acogida, y fue el punto de referencia, y el foco iluminador, y el imán unificador de los dirigentes, durante tres lustros, en todos los países. Gracias a él, el MCC se conservó idéntico a sí mismo, sin rezagarse ante el rápido "aggiornamento" eclesial. Desde abril de 1974, se celebraron el Año Santo 1975, el Año ' Santo de la Redención (1983) y el Año Mariano (1988), que aceleraron el ritmo del aggiornamento de la Iglesia y enriquecieron a ésta en muchos aspectos. Desde entonces, -vieron la luz pública exhortaciones tan importantes como Evangelii Nuntiandi, Cathechesi Tradendae, Familiaris Consortio y Christifideles Laici, que atizaron el fuego sagrado en los agentes de pastoral de la Iglesia; -el Papa publicó encíclicas como Redemptor hominis, Laborem Exercens, Sollicitudo reí socialis y otras, que actualizaron la doctrina social pontificia; -algunos teólogos se radicalizaron y la Santa Sede los centró con los documentos Libertatis Nuntius y Libertatis conscientia; -en el post-concilio se produjo una crisis tan profunda de identidad religiosa, que hizo estragos en el clero y en las asociaciones y movimientos tradicionales de laicos, y dio pie para una fuerte desacralización, que cristalizó en una progresiva descristianización, hermana gemela del secularismo, del indiferentismo religioso y de la increencia, nacidos y desarrollados en el mundo civil... Esos y otros acontecimientos religiosos, unidos al vertiginoso progreso en el mundo de la tecnología y de la ciencia, precipitaron la urgencia de actualización a todos los niveles y desde todos los ángulos. En ese clima -el Papa Juan Pablo II convocó a una "Nueva Evangelización". Y fue promoviéndola por todo el mundo en sus viajes apostólicos; -paralelamente, entre los laicos nacieron varios movimientos de renovación. El MCC no escapó a esa urgencia de renovación y de actualización. Los delegados participantes en el IV Encuentro Mundial (1988) captaron y confesaron esa urgencia. Y determinaron actualizar lo mismo el MCC que el libro que lo identificó y lo unificó durante 16 años. Para eso crearon una Comisión que, haciendo las debidas consultas, reactivara el Movimiento, poniendo al día su libro básico IFMCC. La Comisión cumplió. Se reunió (julio de 1988). Decidió preparar un borrador de Anteproyecto con todos los materiales a la vista. El País coordinador envió a cada miembro un dossier con esos materiales (las sugerencias de los Secretariados Nacionales, las hechas por el IV Encuentro Mundial y otras). Ante los diversos enfoques de estos materiales, la Comisión creyó indispensable otra reunión. La celebró (marzo de 1989). Elaboró un Anteproyecto de actualización. El país coordinador lo envió a todos los Secretariados Nacionales, para que opinaran sobre él. Recibió y procesó las enmiendas y sugerencias de 28 secretariados contestantes. Y, con ellas a la vista, la Comisión redactó un Proyecto de Actualización. El País coordinador lo envió a todos los Secretariados Nacionales. Recibió juicios y propuestas de 32. Los procesó por temas. Los entregó a cada redactor. Convocó a la Reunión con los 6 delegados de los 6 países previamente designados por el IV Encuentro Mundial. Los doce asistentes, el 27 y el 28-11-90, leyeron y estudiaron los Juicios y propuestas. Y del 29-11 al 4-12 dieron los últimos retoques al Proyecto. Y aquí están las IDEAS FUNDAMENTALES DEL MOVIMIENTO DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD actualizadas. Son fruto de las oraciones y sacrificios -las intendencias o palancas de miles y miles de cursillistas de todo el mundo. Son eco de los aportes y recomendaciones de casi dos tercios de los Secretariados Nacionales. Son, por tanto, la obra de todos. La Comisión, al enviarlas a todos los países, espera, no sólo que las acojan como obra de todos, sino, y principalmente, que las estudien rápidamente y que reflexionen sobre ellas y que profundicen en su espíritu en todas las Escuelas y Cursillos de Cursillos, con el fin de que el MCC, renovado en su doctrina, en su espíritu y en su método, sea hoy lo que Cristo y la Iglesia desean de él. Por la Comisión, Secretariado Nacional de Venezuela, Coordinador Caracas, 4 de diciembre de 1990 SIGLAS MÁS USADAS AA AG CCAAF CCIRC CCSNE CCSCR CN CR CPSNE CT = Apostolicam Actuositatem = Ad Gentes = C. Sánchez, F. Suárez. Los Cursillos de Cristiandad abiertos al futuro. Madrid, 1971. = J. Hervás: Los Cursillos de Cristiandad, instrumento de renovación cristiana. Madrid, 1968. = Cursillos de Cristiandad, Boletín del Secretariado Nacional de España. = Cursillos de Cristiandad, Boletín del Secretariado Diocesano de Ciudad Real. = Corrientes Nuevas en los Cursillos de Cristiandad. Ponencias y conclusiones del III Encuentro Mundial de Mallorca. Trípode, Caracas, 1972. = Los Cursillos se renuevan. Ponencias y conclusiones del III Encuentro latinoamericano de Itaicí-Brasil. Trípode, Caracas, 1972. = E. Bonnin, M. Fernández: El cómo y el porqué. Madrid, 1971. = Cathechesi Tradendae ChL I Enc. Lat.Am II Enc. Lat.Am III Enc.Lat.Am IV Enc. Interam V Enc. Interam VI Enc. Interam VII Enc. Interam I Enc.Mund II Enc.Mund III Enc.Mund IV Enc.Mund EN ES GS HV LG LBMCC = Christifideles Laici = I Encuentro Latinoamericano Bogotá, 1968, = II Encuentro Latinoamericano Tlaxcala, 1970. = III Encuentro Latinoamericano - Itaicí, 1972. = IV Encuentro Interamericano Caracas, 1976. = V Encuentro Interamericano Santo Domingo, 1980. = VI Encuentro Interamericano Costa Rica, 1984. = VII Encuentro Interamericano Caracas, 1988. = I Encuentro Mundial - Roma, 1966. = II Encuentro Mundial - Tlaxcala, 1970. = III Encuentro Mundial Mallorca, 1972. = IV Encuentro Mundial Caracas, 1988. = Evangelii Nuntiandi = Ecclesiam Suam = Gaudium et Spes = Humanae Vitae = Lumen Gentium = J. Capó, F. Suárez: Líneas Básicas del MCC. Madrid, 1972. LE L'OsRom LN MD Medellín MFMC ¿NR? OA PP Puebla RH RP SC SR = Laborem Excercens = L'Osservatore Romano, edición semanal en español. = Libertatis Nuntius = J. Hervás: Manuel de Dirigentes, Madrid,1968. = Documentos de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Medellín - Colombia, 1968. = Mentalidad y Finalidad del MCC, México, 1972. = ¿Nuevos Rumbos? Ponencias y conclusiones del II Encuentro Latinoamericano y del II Encuentro Mundial de Tlaxcala México, España, 1971. = Octogésima Adveniens = Populorum Progressio = Documento de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Puebla de los Angeles-México, 1979. = Redemptor Hominis = Reconciliatio et Paenitentia = Sacrosanctum Concilium = C. Gil: Siete Rollos para Dirigentes de Cursillos de Cristiandad. Sígueme, Salamanca, 1971. SRS Vertebración = Sollicitudo Reí Socialis = E. Bonnin, B. Vadell, F. Forteza: Verte-bración de Ideas. México, 1962. 1. LA MENTALIDAD DEL M.C.C [1 - 71] 1. INTRODUCCIÓN 1. Una clave explicativa 1 La Mentalidad es la clave explicativa del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC). Responde al por qué somos los que somos y al por qué hacemos lo que hacemos y a cómo lo hacemos. La Mentalidad es, pues, la causa de nuestros orígenes. 2 Todo lo que es esencial en el MCC está invadido por su Mentalidad. Es ella la que da la base parajuzgar la realidad, y la que determina la finalidad y los cauces para conseguirla, que se hacen modos concretos en el método y la estrategia. 3 Precisamente por esto, debemos estar íntimamente unidos en la Mentalidad, ya que ella constituye lo fundamental del MCC. 2. La Mentalidad, principio de unidad e identidad 4 La Mentalidad es creativa y liberadora; y, por eso, engendra criterios y no normas; porque el criterio libera; mientras que la norma, si bien encauza, puede a veces restringir o anquilosar, si pierde la Mentalidad o se desvía de la finalidad. 5 Gracias a esa creatividad, la historia del porqué del MCC no es una historia hecha y terminada, sino una historia que se va haciendo todos los días con la vida y que también va teniendo su porqué. 6 No existe ninguna Mentalidad sin evolución, sin vida y sin historia. Esta evolución es, a la vez, consecuencia de la Mentalidad, que ya se posee; y, causa y origen de la Mentalidad que deviene. Por tanto, la Mentalidad comporta también un núcleo irreductible, originario y originantes, que, en último término, la identifica: es como el carisma inicial. 7 El método de Cursillos surgió de la aplicación ordenada de una Mentalidad, como solución a una problemática concreta, y con miras a la consecución de un fin específico. La unidad de la Mentalidad con la esencia, finalidad y método constituye lo esencial del Movimiento; y es, por eso, lo único que debe tenerse en cuenta cuando haya que aplicar el MCC a las diversas problemáticas pastorales, para que no pierda su identidad. 3. Definición 8 Mentalidad es el conjunto de criterios, convicciones, actitudes vitales y opciones pastorales que, ante las circunstancias que provocan unas necesidades históricas, impulsan el nacimiento de una obra y configuran su identidad. 9 El MCC la Mentalidad puede describirse por los siguientes elementos constitutivos: -el conjunto de criterios, -convicciones y actitudes vitales, -y opciones pastorales, -que inspiraron el nacimiento del MCC, -acompañan su natural y permanente crecimiento, -y configuran su identidad. 10 Los criterios para la proclamación de la verdad sobre Cristo, sobre la Iglesia, sobre el hombre y sobre el mundo son, en la Mentalidad del MCC, como el elemento intelectual; estos criterios, asumidos vitalmente, se convierten en las convicciones fundamentales del Movimiento. A su vez, las convicciones se convierten en actitudes vitales; y éstas se expresan por las opciones pastorales que se asumen. 11 Estos criterios, convicciones, actitudes y opciones concurrieron, en un determinado tiempo y lugar, en un núcleo de personas; y dieron origen al MCC; y acompañan, con su capacidad de identidad a sí mismo y con su exigencia de madurez, el crecimiento del mismo. 2. SU PORQUE HISTÓRICO 1. El punto de partida 12 Todo lo que es vida tiene historia; y toda historia tiene su porqué. Tratemos de descubrir en este apartado por qué ha sido el MCC lo que es, y por qué pretende lo que pretende y no otra cosa. Es decir, tratemos de conocer su porqué histórico, su historia entendida como exposición de aquellos criterios, convicciones, actitudes vitales y opciones pastorales, que en su tiempo dieron origen al MCC. 13 Vamos a señalar el núcleo irreductible que ha dado el MCC una fisonomía propia, teniendo en cuenta que, en el MCC, primero se vive y luego se teoriza sobre lo vivido. En el MCC, la teoría nace de una realidad, es una formulación de vida. A esto lo llamamos método inductivo. 14 La historia planteó unos problemas; y el intento de solución de esos problemas, unas opciones. Un núcleo de personas compartieron una misma Mentalidad que, convertida en vida, originó un movimiento, que, poco a poco, trató de encaminarse (método), de orientarse (finalidad) y de definirse (esencia), dando origen a una respuesta propia y original, para la solución de esos problemas. 15 Con otras palabras, así como el árbol está contenido en cierto modo en la semilla, así también los Cursillos estuvieron contenidos en su Mentalidad. En ella estaban contenidas todas las características genéticas que habrían de marcar el fruto para distinguirlo de todos los demás; y de ella brotó la raíz, que no sólo los originó, sino que los sostiene y alimenta. 16 Es preciso, por tanto, conocer cuál fue aquella realidad y cuáles fueron aquellos criterios, convicciones, actitudes vitales y opciones pastorales, que presidieron el período de gestación del MCC, y que vinieron a ser como la clave y explicación de todo lo hecho. El conocerlos nos ayudará a comprender por qué el MCC es lo que es, y a comprender todo lo que debe ser, y lo que no puede llegar a ser, para no perder su identidad. 2. Una realidad 17 De hecho, nos atreveríamos a firmar que todo el MCC tuvo su punto de partida en el conocimiento profundo de la realidad. Y la realidad, tal cual los iniciadores la vieron en aquel momento, era la siguiente: un mundo de espaldas a Dios, a Cristo y a su Iglesia... Tenían la persuasión íntima de que la vida había dejado de ser Cristiana, porque la influencia del cristianismo en la vida era prácticamente nula, incluso en sectores llamados Católicos. 18 En “EL cómo y el porqué" se afirma ya: "Toda solución apostólica, para ser eficaz, deberá, por tanto, dirigir su mirada hacia la vida humana, que exige ser de nuevo bautizada... Se necesita, por lo mismo, no una solución parcial e individualista, sino una transformación ambiental que alcance a todos y a todo. Es todo un mundo lo que hay que rehacer desde sus cimientos, al que es preciso transformar de selvático en humano y de humano en divino". La finalidad era clara: transformar en cristiano una sociedad, que había dejado de serlo. 3. Una nueva respuesta pastoral 19 Los iniciadores del Movimiento, ante ese mundo descristianizado, pensaron que se imponían unas líneas fundamentales de acción, que pueden resumirse así: a) Una pastoral de evangelización, en contraposición a una pastoral predominantemente de conservación. b) Un despertar el hambre de Dios. c) Una predicación de conversión y, en consecuencia, un método Kerygmático, en contraposición a un método meramente apologético y catequético. Lo que, a su vez, conllevaba la proclamación dinámica y jubilosa de lo fundamental cristiano en forma testimonial y vivencial. d) Una visión de la Iglesia como sacramento universal de salvación,' y no como institución de privilegio para salvarse. e) En consecuencia, una visión del cristiano como apóstol: en la que el compromiso apostólico no fuera una supererogación, sino una exigencia y una consecuencia natural de la vida cristiana. f) Una visión del mundo no como enemigo del alma, sino como conjunto de personas que Dios quiere redimir. 20 Ante un cristianismo, que no influía ya en la vida, pensaron que se imponía: a) Un cristianismo concebido como vida; y como clave que motiva y explica la vida, que debe vivirse; no sólo verdad, que debe conocerse o aceptarse. b) La vivencia (no sólo conocimiento y conciencia) de lo fundamental cristiano. c) La influencia de esta vivencia de lo fundamental cristiano en la sociedad. Es decir, un esfuerzo por impregnar de espíritu y criterios cristianos los ambientes y las estructuras, lo que se llamó "vertebrar cristiandad". d) Una acción intramundana, y no una acción puramente intraeclesial. Un cristianismo vivido en el mundo donde Dios nos plantó, en libre seguimiento de la propia vocación, dentro de la vía de la normalidad. e) No unos nuevos compromisos, sino una nueva actitud cristiana en la realización de nuestro propio compromiso temporal. f) Si el hombre y el mundo habían dejado de SER cristianos, a pesar de las manifestaciones externas cristianas: -El MCC no pretendería directamente un HACER CRISTIANO. -sino que pondría todo el énfasis en el SER CRISTIANO, porque cuando se ES, se HACE mejor todo lo que se puede hacer. Sólo vale la acción apostólica que es consecuencia del SER cristiano. La acción, que no es expresión del SER íntimo, no tiene fuerza de eficacia; porque no lleva sobre sí el sello inconfundible del compromiso vital; a lo más sirve para tranquilizar a los que creen que, con un determinado cupo de actividades, han cumplido con su obligación. 21 La esencia y la finalidad del MCC están contenidas en estos presupuestos sobre el método y sobre la estrategia. El Método 22 Los iniciadores del MCC se hicieron una pregunta: ¿Por qué había dejado el hombre de ser cristiano? Y pensaron que, entre otras, éstas eran las dos causas principales: Porque le pesaba la ley y porque desconocía la doctrina auténtica. Y optaron por buscar la recristianización del hombre, dando una respuesta a la segunda causa. 23 En consecuencia, en contraposición con una pastoral predominantemente de prácticas, el MCC encontró una forma de presentación novedosa en la proclamación kerygmática de lo fundamental cristiano. La solución consistiría en dar una síntesis del cristianismo auténtico; pero no se trataría de enseñar más conceptos, sino de presentar las mayores realidades de Dios, que colman las mejores aspiraciones de los hombres. 24 El mensaje resultó novedoso y apasionante, porque los hombres de entonces, sin que pudiese afirmarse que falseara totalmente la verdad, habían puesto tal énfasis en aspectos tan parciales del cristianismo y tenían una visión tan desfigurada de Dios, del hombre y del mundo, que habían logrado desvirtuar la Buena Nueva. 25 Si los hombres se inventan un dios a su medida, es porque no conocen o no aceptan la medida de Dios. Hay quienes ponen tanto entusiasmo en lo que los hombres han puesto en la religión, que se olvidan de lo que ha puesto Dios en ella. 26 Por eso, a una visión de Dios minimizada por el hombre, se contrapuso la visión de un Dios vivo y personal, ilusionado por el mismo hombre desde siempre, que lo ama personalmente y busca su bien. Sólo este concepto de Dios, que es el auténtico, puede colmar sus deseos. 27 Hoy todas las líneas de búsqueda convergen en torno a la persona humana, centro de la creación y de la historia. En aquel entonces, de ordinario, dentro de la pastoral, se valoraba solamente el alma. 28 Contra esta visión, el MCC afirmó que todo hombre, -por el hecho de serlo- es persona, es alguien, fuente individual y permanente de valores vivos. Es alguien singular, único, irrepetible, consciente, dinámico, concreto, abierto a su propio valor y al de los demás, con percepción crítica para darse cuenta de sus éxitos y de sus fracasos, así como de sus valores. Alguien único, capaz de posibilidades únicas, con una estructura y un horizonte mental propios, con perspectivas y posibilidades que sólo él puede realizar plenamente, a medida que va realizando su vocación humana en una vida libre y responsable, con conciencia de sí mismo, de su responsabilidad, de su misión, de su grandeza, de su fe. 29 La fe libera, porque supone una conversión siempre progresiva, y es una invitación constante a creer en la fuerza de lo verdadero. Por eso es la fe la que crea el clima de confianza, que favorece la realización de la persona humana; mientras la sola religiosidad puede predisponer al hombre a cumplir preceptos, sin pensar, sin reflexionar, sin optar, dándole la falsa sensación de progresar como cristiano, sin que en realidad progrese. 30 Sin duda, todavía bajo el influjo del "desprecio del mundo", se veía y se consideraba al mundo y a las realidades temporales demasiado negativamente, y hasta como algo intrínsecamente malo. 31 Era necesario convencer al cristiano de que se le da el mundo como tarea, de que el hombre cristiano ha de meterse con coraje en la vida; ha de encarnarse, influir, conformar -dar forma- y fermentar el mundo según el Evangelio. La Estrategia 32 Supuesta la finalidad última del MCC: transformar en cristiano una sociedad que había dejado de serlo, los iniciadores se plantearon cuatro opciones en cuanto a la ESTRATEGIA que seguir para conseguirlo: a) hacer más estructuras cristianas; b) transformar directamente las estructuras existentes; c) transformar a los hombres individualmente; d) transformar en cristiano a aquellos hombres, que hacen o manejan las estructuras ya existentes; vertebrar cristianos capaces de vertebrar en cristiano un mundo que ya está estructurado. 33 El MCC optó por esta cuarta forma, con las siguientes consecuencias: a) Estudio de los ambientes, concebidos como las personas y las circunstancias que coinciden en un determinado tiempo y lugar. b) Pastoral de ambientes, a través de las personas de mayor influencia humana en ellos (agentes de cambio) c) Selección de candidatos d) Conocimiento previo y profundo de las personas: sólo partiendo del hombre como es, puede llegarse a lo que Dios quiere que sea 4. Antecedentes ideológicos 34 Las líneas fundamentales del nervio ideológico del MCC se formularon, entonces, así: a) Un concepto triunfal del cristianismo, que es el único exacto y verdadero, como solución integral a todos los problemas humanos, en contraposición con una concepción aburguesada, estática, conformista e inoperante, que de cristiana no tiene sino el nombre que usurpa. b) Una visión dinámica del catolicismo militante, entendiendo el apostolado no como una superabundancia, sino como una exigencia de vida que, lejos de realizarse en una organización burocrática, constituya la vanguardia decidida del Reino de Dios, el fermento vivo y operante de la Iglesia. c) Un principio de insatisfacción sincero, recto e ilusionado, único punto de partida posible para toda acción eficaz, y fuente inagotable de múltiples y siempre mejores realizaciones. d) Un conocimiento profundo y exacto de los hombres de hoy, de sus problemas y de sus angustias; pero un conocimiento experimental, vivo, sacado no de fórmulas estáticas o tomado de "manuales sencillos y prácticos", sino aprendido en la misma vida, nacido de la convivencia íntima con la masa, que el fermento evangélico debe vivificar. e) Un convencimiento profundo de la ineficiencia o inadaptación de ciertos métodos para conseguir el objetivo esencial de toda acción apostólica, convencimiento que, lejos de esterilizarse en lamentaciones o resignarse a la fatalidad de los acontecimientos, impulse con creciente interés a la vitalización de todo lo aprovechable y a la búsqueda de nuevos y fecundos horizontes. f) La firme convicción de que sería realmente posible que cuantos vivían al margen de lo religioso sintieran la fuerte sacudida de la Gracia y que, por más alejados que estuvieran de Cristo, eran capaces de entregarse totalmente a Él, siempre que les presentaran las cosas de Cristo y de su Iglesia tales como son en sí. Prescindiendo, si era necesario, de cualesquiera preferencias o criterios personales, por más arraigados que estuvieran y que, en último término, no eran sino aspectos accidentales. g) La firme esperanza de que al llevarse a cabo esta experiencia sucedería lo mismo que en tiempo de Cristo: samaritanas y los zaqueos se convertirían en los más dinámicos apóstoles del Señor. h) Un esfuerzo tenso por encontrar una técnica de realización concreta que, calcada en los procedimientos apostólicos, tuviera en cuenta los problemas personales y las exigencias concretas de cada individuo para solucionarlos de raíz, con una solución que partiera de Cristo y de su Gracia, aceptados como fuerza y peso, que influenciaran toda su vida. i) La convicción de que la solución era simple, y, por ,simple, universal; por ello debía vivirse en el Cursillo la Catolicidad efectiva de la fe, al toparse en una misma solución y en un mismo ambiente, aunque lanzadas a distintos horizontes, las diferentes clases y las diversas alturas" 3. SU PORQUE ACTUAL 1. El punto de partida 35 El por qué histórico no pretende ser una historia sagrada para memorizar o repetir. Muy por el contrario, esa historia es maestra de vida que nos ayuda a comprender lo que hoy somos y el porqué de nuestro aquí y ahora; nos ayuda a precisar nuestra identidad colectiva y a eclesializar el MCC. 36 La historia inicial es también sólo un punto de partida de realizaciones más plenas, escritas para impulsar en nosotros un juicio crítico, y orientadas hacia la posibilidad de construir lúcidamente el MCC que queremos ser: un movimiento siempre respuesta eficaz al momento que se viva. 37 Fiel al método inductivo, el MCC debe reflexionar permanentemente sobre la realidad y, con ello, enriquecer su Mentalidad, sin perder su identidad. Para ello, la Mentalidad ofrece dos servicios al MCC: a) La Mentalidad es el principio de su identidad, aquello que le permite hacer cosas diferentes con idéntico porqué; y aquello que advierte cuándo se hace lo mismo con Mentalidad diferente. La Mentalidad es lo que permite el trasvase del MCC, sin que éste pierda su identidad. b) La Mentalidad es, al mismo tiempo, principio de su evolución. 38 Como consecuencia de ello: -El porqué actual no significa una ruptura con el pasado, sino su crecimiento y madurez. -La actualización del MCC viene impuesta por la propia riqueza de sus criterios fundamentales, por las exigencias de los tiempos nuevos y por los nuevos ámbitos humanos, a los que va llegando. -En el MCC, la unidad se constituye dentro de la pluralidad, lo que quiere decir que en el MCC se da más importancia a la Mentalidad y a las personas, que al método; a los criterios fundamentales, que a los modos concretos. 2. La realidad actual 39 -Fe y realidad social. La realidad religiosa de cada hombre concreto está condicionada y/o posibilitada por un marco socio-cultural, realidad circundante, que influye y orienta a las personas en su manera de pensar y de obrar. Esta realidad influye también sobre la Iglesia misma, en sus estructuras, en sus convicciones, en sus opciones vitales y en sus acciones pastorales; y aun sobre el mismo hecho religioso en su calidad de vivencia personal y comunitaria de la fe. Por tanto, sin conocer estas realidades, es difícil conocer al hombre; y, sin asumirlas, es difícil iluminarlo con la fe y acompañarlo en su camino hacia lo trascendental. 40 Se trata, pues, de que el MCC lea, con mirada evangélica, el "cada hoy" de la historia, realidad que será siempre diferente, y de que recuerde que Io que se busca es conocer y evangelizar al hombre concreto de "cada hoy", no al hombre del pasado, ni al hombre abstracto, que debiera ser cada hombre. 41 -Lectura evangélica de la realidad actual. Nuestro hoy está marcado por una característica definitiva: un cambio general, acelerado y profundo. En consecuencia, es tiempo esencialmente transitorio y provisional. Por tanto, su lectura no se puede convertir en punto de partida definitivo, ni admite generalizaciones indebidas (Cf. ChL, 3). 42 Está a punto de nacer un milenio; y, con él, un hombre y una sociedad en transición. Una sociedad tecnológica de amplio crecimiento demográfico y de gran movilidad social y geográfica, que origina una profunda transformación y crea una cultura nueva, universal, interdependiente; cultura, que es necesario evangelizar. Este hecho crea retos, es decir, circunstancias ricas en desafíos y en posibilidades nuevas. 43 Pasamos de una sociedad elitista a una sociedad de masas y democrática; de una sociedad cerrada y estática, a una sociedad dinámica y abierta; de una realidad monolítica, a una realidad pluralista. Estamos pasando de una concepción abstracta, a una concepción concreta y existencial; desde lo rígidamente institucional, a la libertad-comunión; de la norma, al criterio; de la imposición, a la opción; de la ideología, a los valores; de la seguridad, a la búsqueda; de la observancia, a la creatividad; de la sumisión, a la responsabilidad; de la integración, al Inconformismo social... 44 Esta cultura universal está marcada por "la poderosa: casi irresistible aspiración de los pueblos a la liberación, fenómeno amplio, pero vivido bajo formas y en grados diferentes, según los pueblos". Junto con ello hay una "profunda aspiración de los pueblos a la justicia “y una tendencia humanizadora, llena de signos de esperanza. 45 La sociedad actual está enmarcada por una ambivalencia dialéctica, donde coexisten el bien y el mal; la opulencia y la miseria, la sociedad postindustrial, que avanza a grandes pasos, y pedazos de humanidad en verdadero atraso tecnológico... La persona es exaltada y humillada a la vez; la paz es más anhelada que nunca; y el mundo está marcado por el más alto grado de conflictividad. 46 Hay un divorcio entre el Evangelio y la cultura de hoy; un divorcio entre la fe y la historia. Ese es el mayor drama de nuestro tiempo. Una expresión de este divorcio ético-cultural son la pobreza e injusticia de inmensos sectores de la humanidad, generadas por la interdependencia universal", en la que juega un papel definitivo la cultura dominante, ya que el mal del mundo está menos en el acaparamiento de los bienes "que en la falta de fraternidad entre los hombres y los pueblos". Es más: vivimos una cultura insolidaria, que, además, es una cultura materialista, secularista, agnóstica, economicista y consumista, la cultura del tener y del poder. Es éste el subconsciente cultural de pecado, que legítima y mantiene las estructuras y la cultura de pecado. 47 -Situación pastoral. En una Iglesia en proceso de renovación, más misionera y dinámica, donde los laicos, hombres y mujeres, asumen sus propias responsabilidades y derechos, y donde los obispos viven la colegialidad y se experimenta a todos los niveles la comunión y participación, se da, sin embargo, el divorcio fe-vida, fe-Iglesia, fe sacramentos, fe-compromiso liberador. Millones de bautizados no son cristianos efectivos, no "conocen" a Dios, como en el inicio del MCC. 48 Finalmente, se nota una insuficiencia de estructuras pastorales y una inadecuación de formas de evangelización para responder a la compleja realidad religiosa de hoy 3. Una respuesta pastoral 49 Ante el reto de una realidad tan compleja y dinámica se impone, como una exigencia fundamental, la urgencia del discernimiento de los signos de los tiempos, a la luz del Evangelio, para descifrar en ellos las expresiones, teorías y prácticas incluidas en esas aspiraciones de los pueblos. 50 La lectura pastoral de la realidad debe apoyarse en el análisis de la realidad, en el que ofrecen importantes servicio a la fe las técnicas modernas. Este discernimiento debe servir permanentemente al MCC para detectar y asumir las "Semillas del Verbo" encerradas en cada circunstancia histórica y en cada grupo cultural; para madurar unas convicciones fundamentales; y para producir una adaptación pedagógica, a fin de que se mantenga como una respuesta siempre actual, y pueda servir eficazmente al hombre y a la sociedad concreta. 51 Ante un mundo descristianizado o por cristianizar, ¡se hace urgente una opción por la evangelización; por lo que se impone, prioritariamente, una Pastoral Kerygmática vivencial- de conversión, que cambie la mente y reforme la vida. 52 Ante una nueva realidad cultural se impone la tarea de evangelizar la cultura y las culturas del hombre, no a manera de barniz, sino en profundidad, en los puntos focales donde se encuentran el mundo y la fe, y donde se rompe o se reconstruye su comunión. A esto lo llamamos Pastoral Ambiental. 53 El agente evangelizador es siempre, en última instancia, el hombre. Sin embargo, no todos los hombres tienen igual capacidad de influir sobre la naciente cultura. De ahí que, de cara a una mayor eficacia, el agente evangelizador debe ser aquella persona que, madurando en su propia vocación personal, tenga mayor influencia en su propio ambiente. 54 La complejidad de la tarea la hace imposible para hombres aislados. De ahí que haya que vivificarlos y vincularlos en "núcleos de cristianos que vayan fermentando de Evangelio sus ambientes". 55 Ante el reto de evangelizar la cultura y las culturas del hombre, urge un esfuerzo por una planificación pastoral, que optimice los recursos y que sea la respuesta consciente y programada a la multiplicidad de exigencias pastorales. 56 Con igual urgencia se impone una mayor flexibilidad de formas y estructuras, con una gran capacidad de encarnación y de adaptación a las realidades cambiantes, en que se debe trabajar. 57 Surge así la convicción de que el MCC debe mantenerse como una respuesta original, actual, en el "cada hoy" de la historia, gracias a su fidelidad al Señor, al conocimiento profundo del hombre y de la sociedad a la que sirve, y a la inteligente planificación y adaptación pastoral. 4. EL NERVIO IDEOLÓGICO: UN CONCEPTO INTEGRAL, VIVENCIAL Y COMPROMETIDO DE LAS REALIDADES FUNDAMENTALES 58 Un nervio ideológico. Las convicciones fundamentales que constituyen el nervio ideológico del MCC deben ser fieles a cuatro criterios. -Dentro del Movimiento se posibilita la vivencia y convivencia de lo fundamental cristiano, que es lo permanente y lo universalmente válido. Nuestra adhesión a lo fundamental cristiano equivale a la adhesión al Reino de Dios y su Justicia. Todo lo demás son añadiduras. Esta actitud es la raíz de la "catolicidad" del MCC, lo que lo hace capaz de responder a todo hombre en cualquier momento y en cualquier lugar. -Es esencial a nuestra Mentalidad la integridad de la fe, la adhesión fiel a la totalidad de lo fundamental cristiano, que no puede ser fraccionado ni mutilado; es decir: al Reino de Dios, con toda su dimensión salvífica, que abarca la transformación de toda la vida y de toda la realidad humana, de todo el hombre y de todos los hombres. -Se trata de un concepto vivencial, y no puramente teórico; de unas convicciones, y no de unos conceptos. Sin dicotomías entre la fe formulada y la vida. La meta es: formular en verdades la VIDA, y hacer realidad en la vida esas VERDADES. -Eso exige un conocimiento comprometido y comprometedor; es decir, una presencia, una solidaridad y una participación liberadora en esas realidades. 59 Un concepto integral del hombre. Se trata de la persona humana en toda su dignidad; del hombre en todas sus dimensiones, en sus carismas personales, y en sus más profundas aspiraciones actuales, que se resumen en un ansia de liberación y en una sed profunda de participación, exprese su dignidad, y en una íntima necesidad de comunión, que supere la soledad de la masificación. Cristo resucitado preside la imagen del hombre nuevo reconstruir por la Gracia para su comunión y participación en Dios, para su fraternidad y para su señorío sobre las cosas, como herencia común y destino solidario. 60 Un concepto integral del mundo. Al mundo hay que "entenderlo como las personas y como la trama histórica de las personas; como escenario del crecimiento humano, impregnado del Reino de Dios, sometido a la dialéctica del ya y del todavía no; hay que salvarlo, salvando sus ambientes, sus estructuras, sus culturas; salvando al hombre para salvar al mundo; salvando al mundo para salvar al hombre. El mundo está marcado por una profunda exigencia de socialización (MM, 59). 61 Un concepto bíblico de Dios. Dios, Uno y Trino, Amor y Familia, Señor y Salvador del Hombre. Padre del hombre y de la historia, nos creó y nos ama a todos, sin excepción, como personas individuales, como familias, corno comunidades y como pueblos. 62 Un concepto integral de la Iglesia. Queremos construir una Iglesia servidora del Reino y del hombre; una Iglesia misterio, comunión y misión; una Iglesia, cuya más profunda identidad sea la evangelización, el anuncio del Reino como lo único absoluto; una Iglesia santa y penitente, evangelizada y evangelizadora, libre y liberadora. Queremos llegar a ser una Iglesia solidaria, que colabore en la redención integral del hombre, "una Iglesia auténticamente pobre, misionera y pascual, desligada de todo poder temporal y audazmente comprometida en la liberación de todo el hombre y de todos los hombres". 63 Todo ello supone un concepto integral de la evangelización, y de su proceso, contenido y destinatarios; supone que se haga una evangelización vivencial, comprometida y comprometedora: una evangelización profética, que anuncie lo fundamental y denuncie lo que se opone al Reino de Dios; una evangelización con un sentido integral de salvación, que anuncie "ese gran don de Dios que es la liberación de todo lo que oprime al hombre, pero sobre todo la liberación del pecado y del maligno", para llegar a la libertad en Dios; una evangelización con una teología de la Gracia más bíblica y más existencial, más viva y más encarnada; una evangelización con una teología de la esperanza más clara y más concreta, en la que la respuesta del hombre a Dios, en el diálogo de la salvación, sea más viva y más responsable. 64 Concepto integral del cristianismo. El MCC debe presentar un cristianismo como vida cristiana consciente, dinámica y comprometida; como comunión con Dios, formación permanente y compromiso apostólico, en y desde una comunidad con clima natural de fe viva y comprometida con un SER, antes que con un HACER. Un cristianismo vivido con la conciencia de que ser cristiano es ser discípulo y testigo, luz y sal, fermento de salvación; de que salvar es salvarse; y de que "el camino hacia Dios pasa por el hermano". 65 El cristianismo y la salvación son esencialmente comunitarios. La comunión y participación se hacen realidad en comunidades integrales, donde se comparte la vida personal, familiar y social; donde la fe se vive y se comparte íntegramente como comunión, como formación, como celebración y como compromiso. 66 La vida cristiana exige un cambio de mentalidad, una conversión, que sea: radical e integral, permanente y progresiva, de corazón y de vida, individual y comunitaria, personal y social, interior y operativa; conversión a la justicia y al amor, a la pobreza y a la opción por los pobres, con miras a su liberación integral 5. CONCLUSIÓN 67 Así comprendido, presentado y vivido lo fundamental cristiano, tenemos la firme convicción de que en el cristianismo, en el Padre y en Jesús, en el Evangelio vivo y personal, el hombre moderno encuentra una respuesta plena a sus interrogantes vitales. Es decir: el cristianismo es solución concreta y clave explicativa, capaz de dar sentido a la vida del hombre. 68 El MCC, con esta Mentalidad, tiene vigencia teológica y pastoral hoy, resulta un elemento eficaz para la nueva evangelización de la cultura y un instrumento de renovación Cristiana en el seno de la Iglesia, y, en consecuencia, continúa siendo una respuesta original. 69 Para que la Mentalidad se convierta permanente-mente en vida y acción, y se asegure, así, la permanencia del MCC, es necesario que dicha Mentalidad sea asimilada enriquecida por las Escuelas de Dirigentes, cuyos miembros deben mantener una actitud pensante dentro del MCC'. La verdad carece de sentido para ellos, si no se encarna en lo real y si no produce un bien. Por tanto, la búsqueda incesante de los cauces que permitan una más plena conformación de las personas al Evangelio debe constituir para ellos un quehacer ineludible. 70 Discípulos de la verdad, a la que se llega progresivamente, encontrarán en la oración, y en el estudio, y en el diálogo, y en el contraste, y en la experimentación de sus nuevas inquietudes, lo que pueda darse como válido y digno de incorporar al caudal común. Las convicciones colectivas solamente maduran por el diálogo. 71 El MCC únicamente crecerá en su Mentalidad y conservará dicha Mentalidad, si en el seno del mismo actúa un grupo de dirigentes que la posean, y la vivan, y la comuniquen por vía de un contacto coherentemente explicitado. Personas que, además de conocerla y explicitarla, la hayan incorporado tan vitalmente, que la conviertan en elemento fermentador. 2. LA ESENCIA Y LA FINALIDAD DEL MCC 1. LA ESENCIA 1. Conceptos preliminares 72 Todos los seres vivos están sujetos a cambios, conservando, sin embargo, la identidad de su núcleo interno. Siendo siempre ellos mismos, se muestran de un modo nuevo hacia afuera. Desde este punto de vista, esencia es lo que pertenece al ser y hace que el ser sea lo que es, y determina su modo de ser, tanto estática como dinámicamente. 73 El MCC, algo vivo y dinámico, está sujeto a cambios y perfeccionamientos. Pero el MCC, como ser con vida propia, tiene un núcleo interno que hace que sea lo que es y que se mantenga siendo lo que es, a través de todos los cambios. Más aún: ese núcleo interno de su ser es lo decisivo en su modo de ser y de evolucionar bajo la acción de las mil circunstancias que ocasionan sus cambios. El MCC ha ido evolucionando a lo largo de su existencia, adaptándose a las situaciones de la Iglesia y del mundo. A pesar de eso, los buenos conocedores del Movimiento lo reconocen como auténtico MCC. 74 Del MCC se han dado muchas descripciones. Hoy se define así: "Los Cursillos de Cristiandad (el MCC) son un Movimiento de Iglesia que, mediante un método propio, posibilitan la vivencia y la convivencia de lo ¡fundamental cristiano, ayudan a descubrir y a realizar la vocación personal, y propician la creación de núcleos de cristianos, que vayan fermentando de Evangelio los ambientes". 75 La Esencia del MCC, por consiguiente, está en que 1. es un movimiento; 2. es un movimiento de Iglesia; 3. tiene un método propio; 4. posibilita la vivencia y la convivencia de lo fundamental cristiano; 5. ayuda a descubrir y a realizar la vocación personal; 6. propicia la creación de núcleos de cristianos; 7. que fermenten de Evangelio los ambientes. 76 En esta definición o descripción del MCC quedan claramente señalados su QUE (esencia), su PARA QUE (finalidad) y su COMO (método), que explicamos a continuación. 2. El MCC es un Movimiento 77 Fue Juan Pablo II quien utilizó la palabra movimiento para explicar el misterio de la Iglesia: "Como bien sabéis, la Iglesia misma es un movimiento. Y, sobre todo, es un misterio: el misterio del eterno Amor del Padre, de su Corazón paterno, en el que comienza la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo. La Iglesia, que nace de esta misión, se encuentra instatu missionis. Ella es un movimiento que se inscribe en la historia del hombre-persona y de las comunidades humanas". 78 "La proclamación dinámica del Evangelio comenzó con la venida del Espíritu Santo en forma de viento y fuego. El mensaje de la muerte y resurrección de Cristo no es un acontecimiento estático. Exige movimiento. Trata de alcanzar a otros. Pide ser esparcido lejos y ampliamente" 79 Cuando este movimiento de Dios hacia los hombres encuentra eco amoroso en ellos, nace la respuesta de la fe en Dios: los hombres se mueven hacia Dios. Este movimiento de los hombres hacia Dios es fruto de la acción de Dios y de la decisión del hombre. Dios puede actuar directamente o a través de la acción de los evangelizadores, quienes han conocido al Señor Jesús de un modo tan vivo, tan cordial, tan experimental, que les ha llevado a descubrir, comprender y realizar su propia vida a la luz del encuentro con Jesús. Ellos se han dejado penetrar por el Espíritu de Jesús (Cf. Flp 3,12) , y, movidos e impulsados por El, van haciendo vida propia la Palabra y la Vida de Jesús; y tratan de que otros hombres y mujeres realicen el mismo encuentro, sirviéndose de un método adecuado para ello. 80 Cuando un grupo de personas se une para vivir su vida cristiana en coherencia con este encuentro, para profundizarlo en su existencia diaria y para tratar que otras personas se unan a su experiencia, es cuando surge un movimiento concreto que viene a ser y a expresar un aspecto del múltiple movimiento que es la Iglesia. 81 En el origen de los movimientos hay siempre una Gracia especial, concedida por Dios a la Iglesia de un modo directo o indirecto, sirviéndose Dios de ciertas situaciones históricas de la Iglesia o de la sociedad, o de ciertas necesidades de los hombres a las que es urgente responder. 82. Nada más lógico, por tanto, que la presencia simultánea de diversos movimientos en la Iglesia. Aunque todos son para vivir el Evangelio, cada uno pone de relieve uno de sus aspectos fundamentales. Por eso los movimientos que surgen en la Iglesia no son focos de división, sino manifestaciones fecundas y fecundantes de la todavía más fecunda y fecundante riqueza de la Iglesia y del evangelio. 83 Hay otro hecho: apoyándose en la gran libertad de vida según el Espíritu, los laicos han descubierto que el bautismo y la confirmación los capacitan y comprometen para realizar, en la Iglesia y en el mundo, la misión de todo el pueblo cristiano, en la parte que a ellos corresponde (Cf. LG, 31). Y ellos saben que pueden realizar acciones apostólicas a nivel personal, familiar y organizado, por el solo hecho de ser bautizados. Y saben también que, para facilitar y potenciar su acción apostólica, se pueden unir en agrupaciones, asociaciones o movimientos. El nuevo Código de Derecho Canónico ha reconocido la legitimidad de esta potestad de los laicos, apoyándose en la doctrina conciliar 84 En 1987, en el discurso dirigido a los participantes en el II Coloquio Internacional de Movimientos Eclesiales, Juan Pablo II dijo: "En la Iglesia, tanto el aspecto institucional, como el carismático, tanto la jerarquía como las asociaciones y movimientos de los fieles son coesenciales y contribuyen a la vida, a la renovación, a la santificación, aunque de modo diverso" 85 Hoy asistimos a un fuerte florecimiento de movimientos laicales dentro de la Iglesia. Son ellos la prueba clara de la presencia activa del Espíritu Santo -la huella de Dios-, que sigue enriqueciendo a la Iglesia con sus dones. De ahí que la eclesialidad sea una de sus características. 3. El MCC es un Movimiento de Iglesia 86 En la década de los 40 surgió un nuevo movimiento de Iglesia; el MCC. Unos cristianos sacerdotes y laicos-en íntima comunión con su obispo, llegaron a compartir una misma mentalidad y a convivir una misma inquietud apostólica; y empezaron a trabajar con una misma finalidad: hacer un mundo más cristiano, haciendo más cristianos a los hombres. Y, con un mínimo de organización, comenzaron su trabajo, ensayando un método para conseguir la finalidad intentada. 87 Aquel grupo inicial fue creciendo y hoy son ya muchos los grupos o núcleos de cristianos, que, mediante un método propio, encarnan en sus vidas esos principios y llevan el Evangelio a sus ambientes. 88 De aquí nace una consecuencia fundamental: el MCC no es algo, sino alguien; no es una cosa, sino una realidad organizada, viva y actuante; una realidad humana constituida por el conjunto de hombres y mujeres que, después de haber hecho el Cursillo de tres días, han adoptado la mentalidad y los principios fundamentales y, siguiendo un método propio, se unen para ayudarse a vivir de un modo más auténtico la vida cristiana, realizando de un modo nuevo su relación con Dios, consigo mismos, con los hombres y con el mundo, y para esforzarse en impregnar de Evangelio sus ambientes, con el fin de que otras personas también respondan al llamado de Dios. 89 De otro modo: el MCC son los hombres y mujeres que, después de haber vivido un Cursillo, se unen para intensificar su respuesta a Dios en estas cuatro direcciones: un acercamiento (encuentro) a Dios, que vive y ama; una profundización (encuentro) en la propia realidad personal, que se conoce mejor; una nueva relación (encuentro) con los hombres, a quienes descubren como hermanos; y una nueva visión (encuentro) del mundo, en el que viven y en el que trabajan. 90 La participación en el MCC es libre y abierta a todas las personas que han hecho el Cursillo: lo único que une a esas personas con el MCC es su deseo personal de permanecer tomando parte activa en él. 91 Fue Pablo VI quien definió la eclesialidad del MCC cuando dijo: "Sabemos que en vuestra palestra de espiritualidad y apostolado, en el Movimiento de Cursillos, el 'sensus ecclesiae' es norte que orienta, palanca que mueve, luz y manantial que inspira y vitaliza. Llevaos de esta visita a Roma, Iglesia reina que preside en la caridad, un amor hacia la Iglesia mayor aún, si pudiera ser, del que os devora, un propósito decidido de hacer Iglesia. 92 Siguiendo la línea de la eclesiología de comunión, el .Vaticano II había señalado cuatro notas que, juntas, manifestaban el carácter de eclesialidad de algunas formas .de acción apostólica organizada, que tenían y tienen el fin .apostólico de la Iglesia. A los veintitrés años de aprobado; el Decreto Conciliar Apostolicam Actuositatem (18-11-65), Juan Pablo II, siguiendo la misma línea de la comunión eclesial, abrió mayores horizontes y reformuló estas notas, fijando los cinco criterios de eclesialidad. Veamos, uno por uno, esos cinco criterios de la eclesialidad señalados en ChL y su realización en el MCC. 93 La primacía que se da a la vocación de cada cristiano a la santidad. El MCC siempre ha tenido, como una de sus metas fundamentales, el proclamar y el cultivar la vocación de los laicos a la santidad. Por eso ha fomentado la conversión constante y progresiva estructurando un método para que los cursillistas alcancen la santidad, viviendo la gracia de un modo consciente, creciente y compartido. Uno de los slogans que se ha venido repitiendo desde el primer Cursillo hasta hoy dice: "No queremos ser buenas personas, queremos ser santos, y que por nuestra ilusión, por nuestra entrega y por nuestro espíritu de caridad, lo sean también los demás". 94 La responsabilidad de confesar la fe católica. El MCC siempre ha tenido conciencia clara de que no debe proclamar una verdad humana, sino la verdad que viene de Dios y que ofrece al hombre la auténtica libertad (Cf. Jn 8, 32). La razón es la siguiente: Cristo Salvador instituye la Iglesia como sacramento de salvación y la envía a; predicar a todo el mundo el Evangelio. "El que creyere y fuere bautizado se salvará" (Mc 16, 16). "No ruego sólo por ellos, sino por cuantos crean en mí por su palabra" (Jn 17, 20). 95 El MCC no sólo se ha preocupado por ajustarse en; todo momento a proclamar el mensaje del Evangelio en coherencia con el Magisterio de la Iglesia, sino que también se ha esforzado por educar a los cursillistas para que no se contenten solamente con oírlo, sino que lo practiquen en la normalidad de su vida. 96 El testimonio de una comunión firme y convencida en filial relación con el Papa y con el Obispo respectivo. Hoy la Iglesia se comprende desde la comunión, es decir, desde esa realidad orgánica que surge por la acción de Dios y por la propia decisión de cada cristiano de unirse con Dios y con los otros cristianos, con una unión similar a la que se vive en el seno de la Trinidad Santa (Cf. Jn 21,22). 97 Así quiso Cristo la Iglesia: quiso a todos sus miembros unidos, no según la carne, sino según el Espíritu, unidos en y con la misma vida de Dios, aceptándose, amándose y entregándose, cada uno con sus propios dones, a los demás miembros de la Iglesia, hasta llegar a hacer de todos una sola alma y un solo corazón (Cf. Hech 4, 32)) . En esta comunión está comprometido todo el Pueblo de Dios: Jerarquía y Laicado. Esta comunión se anuda en la Iglesia, haciendo, afectivamente, del Papa y de los Obispos lo que ellos son efectivamente: principio, fundamento y centro perpetuo y visible de unidad (Cf. LG, 22). 98 De esta realidad brotan dos consecuencias lógicas para el MCC: Primera: la relación con la Jerarquía, Papa y Obispos, debe ser una relación filial, firme, convencida y testimoniada, fruto, no de una circunstancia más o menos propicia, sino expresión gozosa del propio ser movimiento eclesial, que integra en su ser y en su actuar a sacerdotes, religiosos y laicos. De ahí la apertura permanente y normal para acoger, asimilar y adherirse al Magisterio de la Iglesia y a sus orientaciones pastorales. "Mientras los Cursillos de Cristiandad se mantengan en línea con la Iglesia viva, al compás de sus mejores inquietudes y a las órdenes de quienes la rigen, nada tememos de ellos y mucho esperamos de sus frutos". 99 La relación con otros movimientos y formas asociadas de apostolado laical debe ser, también de comunión y participación; por ser cada uno reflejo de la espléndida; riqueza de la Iglesia y ser, entre sí, complementarios. Por eso, la apertura servicial y humilde a los otros movimientos; y la realización, en comunión con ellos, de la misión de la Iglesia. 100 La conformidad y la participación en el fin apostólico de la Iglesia. El Vaticano II definió el apostolado corno el "propagar el Reino de Cristo en toda la tierra, gloria de Dios Padre; y hacer, así a todos los hombres partícipes de la redención salvadora; y, por medio de ellos, ordenar realmente todo el universo hacia Cristo". Desde el principio, el MCC se ha esforzado en participar el fin apostólico de la Iglesia en estos cuatro aspectos: a) evangelizar o proclamar la Buena Nueva; b) santificar los hombres; c) formar cristianamente sus conciencias; d) impregnar de espíritu evangélico las diversas comunidades y los diversos ambientes. 101 Porque esto ha sido así, y sigue siendo así, es por lo que el espíritu misionero -de conquista se dijo al principio- es una de las características del MCC. Este se ha extendido, por la fuerza de contagio de hombres y mujeres, que han querido, y quieren, llevar el mensaje de salvación a todos los hombres, empezando por razones de eficacia, por los que más influyen en otras personas; por hombres y mujeres, que han comprendido, y lo quieren realizar, que es todo un mundo lo que hay que rehacer desde sus cimientos. 102 El compromiso de una presencia en una sociedad humana que se ponga al servicio de la dignidad integral del hombre. Los laicos son Iglesia. Y lo propio del laico es su carácter secular (Cf. LG, 31); (Cf.ChL, 15) . Su vida está como entretejida con el mundo, es decir, con "la entera familia humana y con el conjunto universal de las realidades en las que ésta vive". Dios los llama para que allí, desempeñando su profesión y guiados por el Evangelio, contribuyan desde dentro, a modo de fermento, a la santificación del mundo. 103 En el MCC siempre se ha insistido en la presencia cristiana del laico en su propio ambiente; allí es donde debe dar fruto permanente, creciendo él en Cristo y donde debe trabajar para que los hombres sean más cristianos.A fin de realizar esta presencia cristiana en el mundo, el MCC siempre ha dado un trato preferencial a cada persona, plasmando una técnica individual que aún tiene valor hoy 4. Mediante un método propio. 104 Método es la disposición adecuada y el empleo de ciertos medios, claramente conocidos, para alcanzar una meta propuesta, con la mayor probabilidad de éxito, con la mayor rapidez y con la mayor perfección. 105 El método en el MCC no es otra cosa que la aplicación práctica de su esencia; pero, no una aplicación cualquiera, dejada a merced del gusto personal y de la improvisación del momento, sino una aplicación dirigida hacia la mayor eficacia y que no sólo no desfigure o mutile su Esencia, sino que le ofrezca un campo de acción adecuado, eficaz y fecundo. 2. LA FINALIDAD 1. Dificultades para la vida cristiana. 106 Por ser movimiento de Iglesia, el MCC tiene el fin apostólico de la Iglesia. Y la Iglesia, nos decía Pablo VI, existe para evangelizar. Por tanto el MCC existe para evangelizar. 107 Podemos decir que la Iglesia evangeliza cuando lleva la Buena Nueva a los hombres y a los ambientes de la humanidad... y trata de convertir al mismo tiempo la conciencia personal y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos están comprometidos, su vida y ambiente concretos. 108 La finalidad inmediata de la evangelización es el cambio interior de cada hombre y de todos los hombres, la conversión. Por eso la Iglesia anuncia a todos la posibilidad de reiniciar su vida humana de un modo nuevo; poniendo a Cristo como piedra angular, como molde definitivo, como norma de vida; así el hombre queda capacitado para unirse a Dios por Cristo, con El y en El. 109 Apoyándonos en imágenes bíblicas, podemos decir que la conversión es la renovación de la mente, y la búsqueda constante de Cristo, y la entrega generosa y siempre despierta a Él, para asimilar su vida de un modo progresivo, hasta poder llegar a decir; vivo, pero no yo, es Cristo quien vive en mí (Cf. Gal 2, 20). 110 El hombre contemporáneo encuentra dificultades especiales para la aceptación del Evangelio. Por ejemplo: el secularismo, el bienestar económico y el consumismo, la mitificación de la técnica y de la ciencia, la exaltación del hombre hasta hacerlo dios de sí mismo y para sí mismo, el indiferentismo religioso y la poca significancia práctica de Dios para resolver los problemas de la vida, las espantosas situaciones de pobreza y miseria por las que pasa el mundo de hoy, el poder avasallador de las ideologías, el auge de las sectas, el descuido de los padres en la educación de sus hijos, la exposición inadecuada o ideológica de la fe cristiana, la manipulación política del mensaje evangélico, los defectos de la vida religiosa, moral y social de muchos cristianos... Todas estas razones y muchas otras más justifican una evangelización que sea nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión. 111 En la definición del MCC queda formulada su Finalidad con estas palabras: "Posibilitan la vivencia y la convivencia de lo Fundamental Cristiano, ayudan a descubrir y a realizar la vocación personal y propician la creación de núcleos de cristianos, que vayan fermentando de Evangelio los ambientes". 112 Estas palabras nos describen cuatro aspectos o vertientes de la Finalidad del MCC: a) posibilitar la vivencia y la convivencia de lo Fundamental Cristiano; b) ayudar a descubrir y realizar la vocación personal, con respeto de la misma; c) propiciar la creación de núcleos de cristianos; y d) Fermentar de Evangelio los ambientes. 113 Cada uno de estos cuatro aspectos implica a los otros tres. Y cada uno complementa a los otros, de tal modo, que sólo es posible su separación desde un punto de vista teórico. Podríamos, incluso, resumirlos con estas palabras de Pablo VI: "Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar, a la misma humanidad: He aquí que hago nuevas todas las cosas. Pero la verdad es que no hay humanidad nueva, si no hay, en primer lugar, hombres nuevos con la novedad del bautismo (Cf. Rom 6, 4) y de la vida según el Evangelio (Cf. Ef 4, 23-24); (Cf. Col 3, 9-10); (Cf. EN, 18) . Todo ello supone y exige la conversión del corazón del hombre -conciencia personal- y del corazón de los hombres o cultura -conciencia colectiva-, es decir: exige aceptar a Cristo con sus criterios de juicio, sus valores determinantes, sus puntos de interés, sus líneas de pensamiento y las fuentes inspiradoras y modelos de vida que ofrece en el Evangelio. Veamos cada una de estas cuatro vertientes o aspectos de la finalidad del MCC. 2. La vivencia y convivencia de lo Fundamental Cristiano. 114 Cuando el MCC proclama el mensaje de salvación, no intenta ni hacer teología, ni formar teólogos, ni establecer sistemas de moralidad, ni disertar sobre apostolado. Intenta algo totalmente distinto y, al mismo tiempo, algo tan sencillo y complejo, como es la vivencia de lo Fundamental Cristiano. 115 La vivencia religiosa. ¿Qué se entiende por vivencia religiosa? La vivencia religiosa es el proceso psíquico por el cual el hombre experimenta a Dios humanamente de un modo personal tan profundo, que incorpora esta experiencia a su propia personalidad. Este proceso psíquico, en el que intervienen casi simultáneamente la inteligencia, el corazón y la sensibilidad, es lo que hace que la vivencia sea inexplicable; y que, para poder "comprenderla" haya que vivirla personalmente. 116 Toda vivencia, también la religiosa, puede considerarse de dos maneras: a) como vivencia-acontecimiento: Un hecho concreto que I influye de un modo especial en la vida de una persona; b) como experiencia religioso-cristiana en la vida ordinaria del cristiano: La vivencia cristiana no es en el fondo sino la existencia cristiana. Por medio de la fe, de la esperanza y de la caridad -como dones infusos del Espíritu Santo- vive y experimenta el cristiano a Dios, como Principio y Fin. 117 Toda vivencia cristiana es siempre de algún modo convivencia. "Vivir cristianamente será siempre convivir comunitariamente, asumiendo, en común, dones, misión y responsabilidades de acción; será expresarse comunitariamente por formas que, solamente en esta expresión, tienen sentido y eficacia". Si la vivencia de lo Fundamental Cristiano es esencial al Cursillo, la convivencia es esencial a la vivencia cristiana; y, por eso, también a la vivencia del Cursillo. 118 Y, ¿qué es lo Fundamental Cristiano? Para poder valorar la visión que de lo Fundamental Cristiano se tuvo en el MCC, es necesario conocer primero la intención que se tenía al hablar de ello. Lo que se intentaba era buscar unas fórmulas aptas (tanto en el contenido como en el modo) para comunicar en tres días y enseñar a vivir aquello que, sin ser quizás todo lo esencial del cristianismo, lo contenía. Para ello se centraron voluntariamente los iniciadores en la proclamación global y testimonial de lo que es base, sustentación, condición y distintivo de todo lo cristiano, y que lleva a la conversión de los individuos y por la conversión de ellos, a la transformación de los ambientes y estructuras del mundo. 119 Esta búsqueda de fórmulas aptas llevó a enfocar la visión de lo Fundamental Cristiano de modos distintos. 120 Hoy se presenta lo Fundamental Cristiano diciendo que es el Reino de Dios, con cuyo anuncio comienza Cristo su ministerio apostólico (Cf. Mc 1, 5) : lo Fundamental Cristiano es Cristo, el Hijo de Dios. El MCC busca la vivencia de este Reino siguiendo el mandato de Cristo: "Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura" (Cf. Mt 6, 33). 121 Y por eso el MCC pone el énfasis, sobre todo en estas grandes verdades de lo Fundamental Cristiano: 122 a) En Cristo. En Él se revela Dios, Creador y Salvador. Y en El, el hombre tiene su encuentro con Dios Padre. "El cristianismo no es, en último término, ni una doctrina sobre la verdad, ni una interpretación de la vida. Es eso también, pero nada de ello constituye su esencia nuclear. Su esencia está constituida por Jesús de Nazaret, por su existencia, su obra y su destino concretos; es decir, por una personalidad histórica". 123 b) En la Gracia. "Aquí tocamos de hecho el núcleo del cristianismo tal como él se entiende a sí mismo en realidad" (K. Rahner). En la Gracia se realiza toda conversión, todo encuentro con Dios, toda comunidad cristiana. Ella es el don del Padre que Cristo y la Iglesia como prolongación de Cristo en la historia- ofrece a todos bs hombres. 124 c) En la fe. "Dios se ha revelado a los hombres en Cristo hecho hombre" (Cf.Heb 1, 1);(Cf. Jn 1, 14-18); (Cf. Mt 11, 25-27). La respuesta del hombre a Dios que se le revela en 'Cristo es la fe; por eso la fe es sobrenatural en la misma medida en que lo es la revelación; y las dos, juntamente, instituyen el misterio del encuentro de Dios con el hombre en Cristo. La fe es, por tanto, el sí pleno del hombre a Dios que se le revela como su Redentor en Cristo. El MCC pretende la realización de un encuentro personal con Dios vivo y personal, en el que la fe es respuesta del amor a un requerimiento personal que compromete. 125 d) En la Iglesia, La Iglesia es el único lugar en el que, según el plan de Cristo, se le encuentra a Él; y en El, al Padre. "El único Mediador y camino de salvación es Cristo, quien se hace presente a todos nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia. El mismo, al inculcar con palabras explícitas la necesidad de la fe y del bautismo (Cf. Mc 16, 16); (Cf. Jn 3, 5), confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como por una puerta. Por lo cual no podrían salvarse aquellos hombres que, conociendo que la Iglesia católica fue instituida por Dios a través de Jesucristo como necesaria, sin embargo, se negasen a entrar o a perseverar en ella" (Cf. LG, 14). 126 e) En los Sacramentos. En los Sacramentos Dios se encuentra con los hombres. Y en ellos se concretiza la sacramentalidad de la Iglesia. Cada sacramento descubre al hombre la doble dimensión constituyente de la existencia humana. La vertical, o comunión con Dios: Cristo quiere formar parte de la existencia del hombre; y la horizontal, o comunión con los hombres: el compromiso con Cristo conlleva un compromiso con los hombres y con el mundo. 127 Esta vivencia de lo Fundamental Cristiano, el MCC la concreta en estos cuatro aspectos: a) el encuentro con Dios (lo cual trae consigo también la confrontación consigo mismo); b) la amistad con Cristo; c) la comunidad con los hermanos; d) la responsabilidad apostólica. 3. Ayudar a descubrir y realizar la vocación personal, con respeto de la misma. 128 En la Iglesia todos los fíeles están llamados a la santidad (Cf. 1 Tes 4,3) ; (Cf. Ef,4); (Cf. LG, 39), o a la unión con Dios (Cf. GS, 19). "Al salir de las aguas de la sagrada fuente, cada cristiano vuelve a escuchar la voz, que un día fue oída a orillas del río Jordán: Tú eres mi Hijo amado, en Ti me complazco' (Cf. Lc 3, 22)" (Cf. ChL, 11). 129 Esta vocación a la santidad, común a todos los cristianos, se realiza por distintos caminos (Cf. GS, 19), según los carismas o dones que cada uno recibe del Espíritu, y según el ministerio que cada uno debe desempeñar en !a Iglesia. "Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad dé ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra todo en todos. A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común. Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad" (Cf. 1Cor 12, 4-14); 130 La llamada de Dios es una vocación a la comunión, y participación en el ser y misión de la Iglesia, como nos ha recordado Juan Pablo II en la ChL, y tiene tres aspectos fundamentales que el MCC trata, no sólo de respetar, sino de fomentar, ayudando a descubrirlos y realizarlos: a) la vocación humana: realizarse como hombre, creciendo en el ser humano; b) la vocación cristiana: vivir el bautismo como comunión y como cooperación con Dios y como comunión y como cooperación vital con los otros bautizados; c) la vocación cristiana específica: dar cada uno el aporte específico a la construcción del Reino, según la vocación concreta de Dios a cada uno. 131 En la mayoría de los casos la persona que participa, por primera vez, en un Cursillo, ya ha descubierto su vocación personal e, incluso, la ha ido realizando, con mayor o menor fortuna, en su propio ambiente. El Cursillo ayudará a unos a descubrirla, y a todos a fortalecerse en ella. Y los impulsará a una mejor realización en lo que debe ser, a partir de ahí, la normalidad cristianizada de su vida. 132 La vivencia de lo Fundamental Cristiano centra y unifica al hombre en el ejercicio de sus facultades espirituales y sentidos, sitúa a la persona frente a los valores espirituales y materiales y exige que cada uno tome una decisión a favor de ellos. 133 La vivencia de lo Fundamental Cristiano, por su apertura a Dios, por la respuesta a la llamada de Dios, por el seguimiento de la vocación personal, aunque se experimente ante algo que es común a todos, tiene un sello personal insoslayable. A pesar de que Dios se ofrece a todos y de que alguna vez llama comunitariamente, no se ofrece ni llama al hombre abstracto, sino al hombre concreto, a cada hombre. 134 Cada hombre es único e irrepetible; y cada llamada de Dios tiene un destino y un estilo personal. "De ahí que todo proceso de desarrollo y perfeccionamiento del hombre, dentro de la línea cristiana, debe llevar impreso este signo personal y personalizante. Es decir, debe seguir la línea de la propia vocación, para ayudar al llamado a ser cada vez más persona. Y toda moral que desvirtúe este aspecto fundamental pasa por alto, al menos en parte, el dogma cristiano y pone al hombre en una perspectiva cosifícante y alienadora" 4. Propiciar la creación de núcleos de cristianos 135 Cuando usamos esta expresión, queremos decir que el MCC hace posible la existencia de núcleos o pequeños grupos de cristianos, en los que no sólo se respeten la persona, las leyes sociológicas de la vida y el más elemental sentido común, sino que se acrecienten la comprensión y aceptación mutua, la comunión de vida y destino, la participación y solidaridad entre todos, y se conviva e irradie, de un modo espontáneo y sencillo la fe en Cristo. 136 Esta tarea de formar los grupos comprende un triple paso: -buscar y forjar las personas que se juzguen más idóneas, es decir, "aquellas personas cuyas actitudes conmueven; que quizás no 'mandan' porque hacen algo mucho más trascendental: 'influyen'. Ellas mismas se 'agruparán, formarán núcleos'" -ayudarles a descubrir y a ocupar, con responsabilidad, su lugar en el mundo como discípulos de Cristo y como miembros de la Iglesia; -y vincularlas orgánicamente entre sí, mediante el cultivo de la amistad humana, la vivencia de la fe cristiana y la acción apostólica. 137 Estos núcleos o pequeños grupos son objetivos del Movimiento, pues la cristiandad se define como "el grupo de cristianos que viviendo la Gracia de un modo consciente, creciente y compartido, hacen fermentar el Evangelio en sus ambientes". Y el MCC es un movimiento de cristiandad. 138 Este aspecto de la finalidad del MCC se expresó con la frase "vertebrar cristiandad". Hoy, más que esta expresión, se prefiere, para mayor claridad de lenguaje y por un sentido más bíblico y más conciliar y por una mayor profundidad de contenido, la fórmula "propiciar la creación de núcleos de cristianos que viven la Gracia, de un modo consciente, creciente y compartido y que van haciendo fermentar el Evangelio en sus ambientes". 5. Fermentar de Evangelio los ambientes. 139 Para aclarar la acción que debe realizar el Evangelio en el mundo, es decir en la entera familia humana, con el conjunto universal de las realidades en las que ésta vive (Cf. GS, 2), el Concilio emplea varias veces la imagen bíblica del fermento (Cf. GS, 26 ), (Cf. GS, 40 ); (Cf. LG, 31); (Cf. AA, 2); (Cf. AG, 8 ). 140 Hoy es una tesis admitida por todos que, estando toda la Iglesia afectada por su presencia en el mundo o secularidad, esta realidad afecta de un modo especial a los laicos. "La condición eclesial de los fíeles laicos se encuentra radicalmente definida por su novedad cristiana y caracterizada por su índole secular" (Cf, ChL, 15); (Cf. LG, 31, 36); (Cf.AA, 2). 141 Esta visión teológica de la secularidad hace que el mundo sea el ámbito y el medio de la vocación cristiana de los fíeles laicos (Cf. ChL, 15); pero, no el mundo en general, sino el medio social concreto, o el ambiente en que cada uno vive, o la cultura en la que cada uno se desarrolla. 142 El Concilio entiende por medio social "el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en que uno vive" (AA, 13). Con la palabra cultura se indica el modo particular como en un pueblo los hombres cultivan su relación con la naturaleza, entre sí mismos y con Dios, de modo que puedan llegar a un nivel verdadero y plenamente humano. Es "el estilo de vida en común" que caracteriza a los diversos pueblos (Cf. Puebla, 386; (Cf. GS, 53); (Cf.EN, 19). Y el MCC entiende por ambiente el conjunto de personas, ideas, valores y circunstancias que concurren en un determinado lugar y tiempo, y que influyen en el modo de ser, de pensar y de actuar de todos. 143 Aunque estos conceptos de medio social, cultura y ambiente no sean equivalentes en sentido pleno, son de tal manera coincidentes que, dada la mentalidad del MCC, no haría falta sino explicitar su significación para decir que fermentar de Evangelio los ambientes es lo mismo que llenar de espíritu cristiano el medio social o evangelizar la cultura 144 A la esencia del medio social, cultura o ambiente, pertenecen también las estructuras e instituciones, que son las que dan vigencia y estabilidad a las ideas, valores y comportamientos típicos de una sociedad. Por eso evangelizar los ambientes incluye también la evangelización de las estructuras e instituciones. Pero una cosa debe quedar claramente establecida: el MCC, como la Iglesia, sabe que el objeto primario de la evangelización es el hombre; y el secundario, las estructuras e instituciones, pues "las mejores instituciones, los sistemas más idealizados se convierten pronto en inhumanos, si las inclinaciones inhumanas del hombre no son saneadas, si no hay una conversión de corazón y de mente por parte de quienes viven en esas estructuras o las rigen" (CF. EN, 36). 145 A la hora de fermentar de Evangelio los ambientes, esta tarea puede hacerse mediante la acción personal de cada cristiano, trabajando de persona a persona, o trabajando sobre las estructuras en las que vive y actúa. Este apostolado es capilar, constante e incisivo; es la forma primordial y la condición de todo el apostolado de los laicos, a veces el único apto y posible. El Concilio, en AA, 3, señala los modos de realizarlo. 146 El segundo modo de fermentar de Evangelio los ambientes, y éste es el modo peculiar del MCC, es el que Se realiza mediante la acción de grupos o núcleos, cuya existencia propicia el MCC. 147 Se fermenta de Evangelio, en primer lugar, Ayudando a cada uno de los miembros de los grupos o núcleos a vivir la Gracia de un modo consciente, creciente y compartido. "La misma santidad vivida, que deriva de la participación en la vida de santidad de la Iglesia, presenta ya la aportación primera y fundamental y una condición insustituible para realizar la misión salvífica de la Iglesia..." (ChL, 17). Para ello hay que "poner los resortes de la vida humana al servicio de lo divino". 148 En segundo lugar, se hace fermentar de Evangelio los ambientes, mediante la acción que realizan esos grupos. En efecto: LOS EQUIPOS O NÚCLEOS -Viven y conviven lo Fundamental Cristiano y su compromiso apostólico. Pero el compromiso cada uno lo ejerce en su propio ambiente, donde cada uno tiene posibilidad y capacidad para transformarlo cristianamente. -Viven y conviven lo Fundamental Cristiano y su compromiso apostólico. Pero el compromiso lo ejercen todos en el mismo ambiente donde alimentan y vigorizan su "ser cristiano", a la vez que proyectan la dinámica de ese su "ser cristiano", aunque no tengan misión apostólica procedente de un plan de pastoral organizada. -Viven y conviven lo Fundamental Cristiano y su compromiso apostólico. Pero el compromiso lo ejercen, cada uno por separado, o en grupo, insertados en la pastoral de la Iglesia, a nivel parroquial, diocesano o nacional. 149 Las tres maneras de fermentar son legítimas y alabadas por el Concilio en Apostolicam Actuositatem. Pero el MCC adopta, como opción preferente, el segundo modo de fermentar de Evangelio los ambientes. 150 La fuerza fermentadora de estos grupos se fundamenta en que esa acción es "un signo de la comunión y de la unidad de la Iglesia en Cristo, quien dijo: Donde dos o tres estén congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos (Cf. Mt 18, 20)" (AA, 18). En estos grupos o núcleos, en efecto, se a unan libertad y solidaridad; se ejerce la autoridad con el espíritu del Buen Pastor o de servicio; se vive ante la riqueza con una actitud diferente a la de nuestra sociedad; hay formas nuevas de organización y participación; se manifiesta que, sin una radical comunión con Dios en Jesucristo, toda otra forma de comunión puramente humana resulta incapaz de sustentarse y termina fatalmente volviéndose contra el mismo hombre... Estos grupos saben muy bien que para renovar la sociedad hay que salvar al hombre. Y que para realizar esta labor deben actuar con "su libre iniciativa y sin esperar pasivamente consignas y directrices". Por eso, estos grupos abren caminos hacia un nuevo tipo de sociedad y son un ejemplo de convivencia para todos los hombres. 3. LOS POSTULADOS ESENCIALES QUE DERIVAN DE LA ESENCIA Y LA FINALIDAD 151 Vista la Esencia y la Finalidad del MCC, y entendiendo por postulado esencial aquella verdad que se admite sin pruebas y que afecta la naturaleza de un ser de tal modo, que no puede cambiarse sin correr el peligro de cambiar ese ser, se recogen aquí los postulados esenciales del MCC en cuanto al Movimiento en general y en cuanto a cada uno de sus tres tiempos. 1. En cuanto al Movimiento en general: 152 a) que sea un movimiento de Iglesia; b) que sea vivencial; c) que lleve al cursillista a un encuentro con Dios vivo y personal, consigo mismo, con los hermanos y con el mundo; d) que promueva la espiritualidad cristiana; e) que sea agente con función específica en la pastoral; f) que fermente de Evangelio los ambientes; g) que cree comunidad; h) que se comprometa y comprometa. 2. En cuanto a los tres tiempos de! Movimiento: 153 Precursillo: a) que los candidatos para los Cursillos de Cristiandad sean, al menos en potencia, capaces de ser fermento de “evangelio en sus ambientes; b) que tengan madurez cristiana para captar el mensaje‟ evangélico y comprometerse; c) que tengan aptitud y actitud para vivir en y para la Comunidad. Cursillo: a) que sea la proclamación kerygmática del mensaje de Cristo, con miras a la vivencia del Misterio Pascual; b) que ayude a los asistentes a descubrir su vocación personal, para realizarla en y para la comunidad (humana y eclesial); c) que los dirigentes, sacerdotes y seglares, sean signos auténticos de la IglesiaComunidad. Poscursillo: a) que sea una ayuda para mantener vivo en el cursillista el espíritu de conversión progresiva; b) que esté orientado a que los cursillistas hagan de su vida una convivencia con los hermanos en la comunidad eclesial propia y en el mundo donde deben realizar su misión específica como laicos; c) que acreciente en los cursillistas la conciencia de que deben ser fermento de Evangelio en los ambientes; d) que, aunque el MCC no es una asociación sino un movimiento, necesita una organización adecuada, que lo encauce y sirva a los cursillistas para insertarse en la comunidad eclesial y para realizar un cristianismo vivo y operante. 3. EL MÉTODO DEL MCC [154174] 1. DEFINICIÓN. 154 Método es la disposición y el empleo adecuado de ciertos medios, claramente conocidos, para alcanzar, con la mayor probabilidad de éxito, con la mayor rapidez y con la mayor perfección, una meta propuesta. 155 El Método del MCC es la aplicación de su mentalidad y de su esencia, para 'conseguir las metas exigidas por esa esencia y esa mentalidad. 156 El Método del MCC se aplica en sus tres tiempos, Precursillo, Cursillo y Poscursillo (de ellos se habla con más detalles en los capítulos 5, 6 y 7).Por tanto, el Método del MCC comprende: a) una manera organizada de seleccionar los ambientes necesitados de evangelización (Precursillo); b) una manera efectiva de motivar personas, para que se decidan a vivir lo fundamental cristiano (Cursillo); c) una manera natural de enfrentar valientemente las realidades de la vida de hoy y de fermentar de Evangelio los ambientes (Poscursillo). 2. EL MÉTODO Y LA MENTALIDAD 157 Dentro del MCC, el Método no es otra cosa que la mentalidad y la esencia hecha vida, hechas realidad. No trata de una aplicación espontánea, caprichosa y acrítica, dejada a merced del gusto personal o de la improvisación del momento; se trata de una aplicación pensada, planificada y realizada con vistas a una mayor eficacia. 158 El Método encuentra su razón de ser en procurar acrecentar la vida que engendra el Movimiento. Está en función de vida. Está para que no se desfigure la identidad del Movimiento y no se desvíen o mutilen su esencia, su finalidad y su mentalidad; está para ofrecer al Movimiento una acción adecuada, fructífera y eficaz. No está el Miramiento para el Método, sino éste para aquél. 159 Sólo la evolución de la mentalidad exigirá el planteamiento de cambio en el Método, a fin de que la mentalidad no pierda su identidad. Cuando la aplicación de la mentalidad no resulta eficaz, habrá que pensar en la necesidad de reajustar el Método que la aplica. Algo falla en éste, cuando la mentalidad se estanca. La mentalidad no es rígida, sino que deja en libertad a las personas para hacer cosas diferentes en los diversos espacios culturales, siempre que las opciones que se tienen respeten lo esencial del Movimiento. 3. LA IMPORTANCIA DEL MÉTODO 160 A pesar de la dependencia y subordinación del Método a la mentalidad, a la esencia y a la finalidad del Movimiento, es tanta la importancia del Método que éste viene como a imprimirle "carácter" al Movimiento. El Método del MCC responde, de un modo concreto, a la necesidad de buscar caminos que aseguren la autenticidad de nuestro propio ser cristiano, que resalte en cada persona la grandeza y dignidad de ese ser cristiano, de forma que, por la acción de los que han renovado su vida en un Cursillo, el Evangelio irrumpa, impregne y configure todo el hacer del hombre en las circunstancias concretas en que cada uno se halla inserto. 161 Y como las circunstancias son tan distintas y variantes, el Método, en lo que tiene de no sustancial, deberá adaptarse a las contingencias de lugar y tiempo, si no quiere esterilizar su función. Esta necesaria adaptación -renovarse o morir- habrá de hacerse en un clima de oración, de reflexión, de respeto, de discreción, de diálogo abierto y desapasionado; no sea que las ansias de originalidad, a veces inconscientes, vengan a desvirtuar el valor de aquello sobre cuya validez existen experiencias múltiples, largas y fecundas. 162 Dentro de la acción pastoral, el MCC se ofrece a la Iglesia, a través de su Método, como un servicio, en esta hora trascendental de la "nueva evangelización". 4. LAS CARACTERÍSTICAS DEL MÉTODO. 163 El Método del MCC tiene estas características: a) Es Kerygmático. Todo el Método debe ser fiel a la opción escogida por el Movimiento dentro del campo del kerygma. El Método agrupa a personas que como testigos, y no como maestros, proclaman a Cristo. "El hombre contemporáneo escucha más gustosamente a los testigos que a los maestros; y, si escucha a los maestros, es porque éstos son testigos" (EN, 41). 164 Lo Kerygmático es, con todas sus consecuencias, clave esencial en el Método del MCC. Bajo esa luz habremos de enfocar y enjuiciar no sólo los tres días del Cursillo, sino también los requisitos y condicionamientos del Precursillo y la realización comunitaria y las estructuras del Poscursillo. El Método del MCC no es, por lo mismo, ni apologético ni catequético. Dentro del campo del kerygma debemos discernir, esquemáticamente tres notas que afectan a su esencia: -la proclamación jubilosa del mensaje; -hecha por testigos; y -con vistas a la conversión. Si el Método del MCC no tuviera siempre presente estas connotaciones del kerigma, se deformaría la mentalidad y finalidad del Movimiento. 165 b) Es Cristocéntrico. Dado el frecuente desconocimiento de Dios y de Aquél a quien el Padre ha enviado ((Jn 1, 10), conviene poner el énfasis sobre un cristocentrismo en el que Cristo sea el núcleo de su mensaje, proclamado por unos hombres que han vivido el gozo de la experiencia de la fe. Si éstos han hecho de Cristo el centro de sus vidas, son capaces de anunciar la grandeza de la realidad de un Dios que "tanto amó al mundo, que le dio a su Unigénito Hijo, para que todo el que crea en El, no perezca, sino que tenga la vida eterna" ((Jn 3, 16). Nuestro mundo es un mundo rescatado "no con plata y oro corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo" ((1 Pe 1, 19). 166 c) Es testimonial. Como no son pocos los bautizados que niegan, con sus comportamientos diarios, la Gracia que un día les hizo partícipes de la misma naturaleza divina ((2 Pe 1, 4), el mensaje debe ser proclamado por cristianos -por grupos de cristianos- "que irradien de manera sencilla y espontánea, su fe en los valores que van más allá de los valores corrientes" (EN, 21), de forma que su sola presencia testimonial sea "un gesto inicial de evangelización" (EN, 21). 167 d) Es personal. El carácter Kerygmático exige que se profundice en un conocimiento más exacto del hombre de hoy, con su problemática concreta, con la fuerza de las presiones y las manipulaciones de las ideologías circundantes, con sus angustias vitales y sus miedos, con sus alegrías y sus esperanzas. En la proclamación hecha a una comunidad, cada uno percibe que el mensaje se ha dirigido personalmente a él, pues lo recibe mediante el trato personal y el testimonio personal (EN, 45). 168 e) Es camino para la conversión. Cuando el hombre se siente aceptado en su circunstancia, es cuando el hombre se puede abrir a Cristo que se proclama y es camino, verdad y vida. En la Gracia se realiza toda conversión, todo encuentro con Dios, toda comunidad cristiana. En el Cursillo no se proclama un sistema de vida o de valores, sino que se señala el camino por el cual Cristo puede llegar a ser centro, dueño y salvador de todo hombre, que permita que Dios tome posesión de él (Cf. (Ap 3, 20). El Método del MCC, ayudando al hombre a encontrarse con Cristo y consigo mismo, le facilita el inicio y progreso de su conversión, poniéndolo en contacto con Cristo y con los hermanos. 169 f) Es comunitario. Es decir, es un Método que no deja al hombre solo en la búsqueda de la verdad. El hombre puede y debe sentir a su lado, más aún, en su interior, la presencia de Cristo, que llega a hacerse comunión: "Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" ((AMt 18, 20), y la amistad con los hermanos. 170 g) Es inductivo. El MCC nace y aprende a caminar en la vida, sacando de la experiencia de cada día, iluminada por el Evangelio, los criterios y los medios para orientar la vida cristianamente y construir la comunión con Dios y con los hombres. 5. EL USO DEL METODO. 171 El Precursillo, el Cursillo y el Poscursillo constituyen un todo indivisible. Para que exista el Movimiento auténtico y para que pueda conseguirse su finalidad, debe aplicarse la totalidad del Método, en coherencia con la finalidad concreta de cada uno de sus tiempos. Alguna o algunas partes del Método no son el Método. Por eso, éste 172 a) en el Precursillo. -selecciona y estudia los grupos humanos que integran una comunidad o ambiente; -selecciona las personas-clave de esos ambientes; -prepara a estas personas para que acepten -o pidan-espontáneamente vivir la experiencia de un Cursillo; 173 b) en el Cursillo. -proclama kerygmáticamente lo fundamental cristiano, mediante el testimonio y el anuncio explícito del Señor Jesús; -emplea los recursos humanos y técnicos, poniéndolos al servicio de la Gracia, y respetando la libertad y el ritmo de crecimiento de cada destinatario del mensaje; 174 c) en el Poscursillo. -apoya a quienes han vivido la gozosa experiencia del Cursillo, en la realización de su vocación dentro de sus ambientes; -mediante la reunión de grupo y mediante la Ultreya, promueve la amistad humana, cristiana y apostólica que ayuda a cada cursillista a crecer, a madurar y a dar siempre más fruto (Cf. ChL, 57); -impulsa a cada cursillista hacia la fermentación cristiana de los ambientes 4. LA ESTRATEGIA DEL MCC 1. INTRODUCCIÓN 175 La acción humana, en general, para que sea eficaz, debe ser previamente planificada. Por su capital trascendencia, deberemos tomar más en serio la planificación de la acción de Cristo en la Iglesia, a través de cristianos comprometidos. 176 El MCC, agente de la pastoral de la Iglesia, para garantizar la eficacia de su acción, y siempre fiel a la mentalidad que le anima, busca el mejor uso de su propio método mediante la valoración y utilización de los elementos con que cuenta, con vistas a la obtención de su propia finalidad. Esto entendemos por ESTRATEGIA: La planificación integral de la acción del MCC. 177 Según ya se ha dicho, la finalidad última del MCC es la fermentación cristiana de los ambientes,-llevada a cabo por personas que influyen naturalmente en esos ambientes de manera decisiva (hombres-ejes preferentemente en grupos);-a quienes se les ha posibilitado (finalidad próxima) la vivencia y convivencia de lo fundamental cristiano (sincera conversión y constante renovación de su vida cristiana, personal y comunitaria);-mediante la presentación kerygmática (palabra y testimonio) del anuncio de la salvación en Cristo. 178 El hombre, por tanto, es el agente principal del MCC para el logro de su finalidad propia. Pero no nos referimos al hombre seleccionado individual o aisladamente, sino al hombre seleccionado como parte de un conjunto, concebido no como una organización mecánica, sino como un organismo vivo y operante: el hombre-clave de su ambiente. Porque el campo concreto de fermentación, elegido por el MCC es el ambiental; y la forma concreta, elegida para lograr esta cristianización ambiental con mayor rapidez y eficacia, es crear un clima de conversión y de constante vivificación cristiana de los hombres que tienen natural y decisiva influencia en esos grupos humanos. El MCC posibilita y acelera la fermentación de los ambientes, pero quien la realiza es, en última instancia, cada hombre concreto, renovado en el espíritu. 2. LOS ELEMENTOS DEL PLAN PASTORAL DEL MCC 179 Dentro de la pastoral de la diócesis o de la nación, el MCC formula su propio plan evangelizador, orientado hacia los ambientes, con la cooperación de aquellas personas, que tienen mayor influencia en ellos1. Los elementos de este plan pastoral son: a) el estudio y la selección de los ambientes y la selección de candidatos dentro de ellos; b) la elección del equipo de dirigentes, para preparar y dirigir un Cursillos de tres días; c) la creación de un clima adecuado en el Cursillo, con la mirada puesta en el "cuarto día"; d) la reinserción de las personas en sus ambientes, acompañándolas en su conversión progresiva a Cristo y entusiasmándolas y preparándolas para las tareas de evangelización; y e) la vinculación de las personas en pequeños grupos y de los pequeños grupos entre sí. 3. LAS LINEAS BÁSICAS DE LA ESTRATEGIA. 180 a) El misterio de la intendencia. Tratándose de una tarea de conversión y promoción cristiana de hombres: y de cristianización de grupos humanos, es indispensable -como primero y principal paso, sobre el que habrán de apoyarse todos los demás esfuerzos humanos- el contar con la ayuda de la Gracia de Dios, que se ha de pedir con la fuerza omnipotente de la oración confiada, constante y humilde. Hoy, quizás más que nunca, urge recordar que sin El nada somos, nada valemos, nada podemos, reafirmando antes que nada dentro de la Estrategia del MCC, la importancia que, desde siempre, se ha venido dando, como nota suya muy característica, a la "intendencia espiritual" o "palanca" (oración, sacrificios, obras de misericordia). La intendencia ha de ser real, sincera y permanente individual y comunitaria, que asegure la eficacia de los demás pasos, fundamentada en la promesa de Cristo: "Pedíd y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá" (Mt 7, 7.) 181 b) Selección de los ambientes. En este punto la Estrategia del MCC se apoya en la naturaleza social del hombre, que le conduce necesariamente a agruparse. Por eso se determinan y establecen prioridades entre los ambientes que más urge evangelizar. 182 c) Penetración en los ambientes. Es propio de la Estrategia del MCC que esos ambientes sean penetrados preferentemente por la acción de un grupo o comunidad cristiana. Es fundamental, en la planificación estratégica del MCC, esta actuación en grupo para el estudio y penetración de los ambientes seleccionados; las actividades personalistas e individualistas normalmente dificultan el logro de su propia finalidad. Estos equipos de trabajo. -serán fruto de estudios previos sobre cada ambiente; -se integrarán de acuerdo a las posibilidades reales de contacto de sus integrantes con el ambiente elegido; -ofrecerán esperanza de lograr la necesaria cohesión y unidad entre sus integrantes; y -recibirán la preparación general y específica para el mejor logro de la finalidad de su trabajo. 183 d) Descubrimiento y selección de las personas-clave. El segundo paso es detectar las personas-clave que, por su natural y positiva influencia en un ambiente, ofrecen fundada esperanza de ser los elementos más capaces de iniciar y madurar, con rapidez y eficacia, la cristianización de ese grupo humano. Habrán de ser -personas auténticamente insatisfechas, influyentes sobre los demás, -en actitud sincera de servicio y compromiso, y -con capacidad de trabajar en colaboración con otros hombres de buena voluntad. 184 e) Preparación de los candidatos. El tercer paso es dar una preparación previa adecuada (fomentar el deseo de encontrarse consigo mismo, con Dios, con los hermanos, y con el mundo, es decir, el deseo de conversión) a aquellas personas-clave, que se piensa que son los candidatos posibles para el Cursillo. Y esa preparación, como una preevangelización, será hecha a base de testimonios de vida y de palabra, durante el tiempo que sea necesario para despertar en ellos una disposición de cambio. Con casi total certeza, este proceso de tratamiento, que debe incluir una mayor toma de conciencia de la problemática comunitaria de su ambiente y un sincero deseo de resolverla, desembocará en una disposición de búsqueda adecuada para la vivencia del Cursillo. 185 f) La experiencia del Cursillo. El cuarto paso es invitar a los candidatos a vivir la experiencia de un Cursillo, y acompañarlos hasta el mismo momento de su entrada en él. Supuestos los pasos anteriormente señalados, los tres días del Cursillo tienen decisiva importancia en la Estrategia del MCC. Si son debidamente dirigidos y vividos, los candidatos seleccionados son tocados tan profundamente por la Gracia de Dios, que el paso por el Cursillo normalmente deja huellas profundas en toda su vida. 186 Siendo esto así, como constantemente lo demuestra la experiencia, el gran amor y respeto que deben merecernos los hombres, y el deber de que el MCC logre su verdadera finalidad, obligan, a los dirigentes, a esforzarse con toda su alma para que cada Cursillo, en cada candidato, consiga sus propios objetivos: -una conversión integral (interna, externa, individual y comunitaria), que oriente integralmente su ser y su actuar cristiano; -una opción totalizante, que exija que el hombre se esfuerce constantemente por evitar la dicotomía entre su vida normal y su fe; -conseguir que el eje existencial de la persona logre una motivación cristiana en toda su vida profesional, familiar, social; -orientarle a que se inserte en sus propios ambientes con espíritu evangelizador; -despertar en él la necesidad de una circunstancia comunitaria santificante (grupo o comunidad). 187 Para obtener su propio objetivo, el Cursillo cuenta fundamentalmente con dos medios: -la proclamación kerygmática de la Palabra de Dios; y -el testimonio de quienes la proclaman. Esos dos medios deberán ser objeto constante de búsqueda, de estudio, de adaptación y de vivencia, en quienes sean llamados y enviados por Dios y por la Iglesia, para ser heraldos y signos ante los hermanos que van a experimentar la aventura de un Cursillo. 188 Además de estos dos medios fundamentales, el método cuenta con una rica variedad de recursos espirituales, psicológicos y pedagógicos que, con igual profundidad, detalle y responsabilidad de actualización y adaptación, han de ser objeto de estudio dinamizador, por parte de los integrantes de los equipos dirigentes del Cursillo. 189 g) Seguimiento después del Cursillo. El quinto paso es acompañar después del Cursillo, a los grupos de personas que hayan pasado por la experiencia del mismo. Es de vital importancia este paso, para que esos hombres-clave perseveren y maduren en la conversión iniciada o renovada en el Cursillo, y logren integrarse como núcleo cristiano, comprometido y perseverante en la solución cristiana de los problemas de los ambientes, para cuya fermentación evangélica fueron seleccionados. 190 Este último paso de la Estrategia del MCC dentro de la planificación integral de sus acciones, intenta -que el mensaje recibido en el Cursillo arraigue cada día con más profundidad en el alma de los cursillistas; -que la conversión o renovación de vida cristiana, iniciada en el Precursillo y profundizada en el Cursillo, llegue a su maduración integral; -que se consolide la amistad humana, cristiana y apostólica, descubierta en el trato y convivencia con los hermanos; -que la acción apostólica, personal y comunitaria, sea impulsada y canalizada hacia la fermentación cristiana de los ambientes. 191 Para alcanzar estos objetivos del Poscursillo, y supuesta la necesaria capacidad de absorción y atención por parte de la comunidad, es sumamente importante contar con la actuación del mismo grupo de dirigentes que trabajó, desde el Precursillo y durante el Cursillo, en el estudio y penetración de cada ambiente. Ellos procurarán: -apoyar a quienes salieron del Cursillo en el desarrollo de las actividades apostólicas que van a iniciar en sus ambientes; -participar en la formación y maduración de los grupos de amistad, en los que cada uno encontrará la vivencia y convivencia de la comunión cristiana; -fomentar la comunicación entre los diversos grupos que pertenecen a un mismo ambiente, abriendo paso al florecimiento de verdaderas comunidades, que sean ante la sociedad testimonio auténtico de fe, de esperanza y de amor. 192 En esta última etapa, el método del MCC ofrece dos medios específicos que, a través de la vivencia comunitaria de lo fundamental cristiano, ayudan al individuo a ir alcanzando progresivamente su promoción continua personal, para que, a través del individuo, se perfeccione y santifique la comunidad: la REUNIÓN DE GRUPO y la ULTREYA. 193 En la REUNIÓN DE GRUPO, quienes lo integran tratan de hacer permanente a sus miembros la vivencia de lo fundamental cristiano, compartiéndola comunitariamente para que, con su testimonio, el grupo haga presente a la Iglesia en el mundo de hoy y sea fermento de Evangelio en sus ambientes. Este compartir en forma permanente la vivencia de lo fundamental cristiano, hace que el grupo madure en su fe, en su esperanza y en su caridad, y se transforme en una verdadera comunidad cristiana comprometida con sus realidades espirituales y temporales. 194 En la ULTREYA se realiza el contacto vivencial y el intercambio de experiencias apostólicas de los grupos de amistad, constituidos en reuniones de grupo. 195 En estrecha relación con la jerarquía. El Obispo es el último responsable de toda la acción pastoral que se desarrolla en su diócesis. Por eso, es parte de la Estrategia del MCC una estrecha e íntima relación de sus responsables con la jerarquía, -procurando su buena disposición hacia el Movimiento, con una adecuada y completa información de su esencia, finalidad y método; -consultando sus deseos pastorales, para que el Movimiento, desde sus funciones propias, contribuya a la cristianización de los ambientes, que hayan sido considerados como de prioridad pastoral por su influencia; -poniendo de manifiesto, con el respeto y la confianza que conviene a los hijos de Dios, lo que se puede y se debe pedir al Movimiento; -informando de los proyectos, logros y dificultades que se vayan encontrando en el caminar de cada día. Todo ello habrá de intentarse en un clima de sincero diálogo y con la mayor frecuencia posible. 196 Aparte de ser una exigencia teológica de nuestra realidad cristiana y eclesial tan insistentemente deseada y exigida por Cristo en todos sus seguidores -"Padre, ¡que todos sean una sola cosa!" ((Jn 17, 11)-, la comunicación fraterna y la integración con cuantos trabajan en la pastoral, darán al MCC una mayor eficacia operacional en una doble dimensión: -ellos, al conocer nuestra propia esencia, finalidad y método, aprovecharán mejor lo que el Movimiento puede brindar con su acción pastoral específica; y -el Movimiento conocerá y aprovechará, con mayor detalle y profundidad, las múltiples realizaciones apostólicas que se estén llevando a cabo en la diócesis, a la búsqueda de objetivos comunes y asequibles. 4. LOS RESPONSABLES DE LA ESTRATEGIA 197 Los miembros del Secretariado y de la Escuela de Dirigentes son, en la diócesis, conjuntamente, los responsables de la planificación y de la animación de las actividades del Movimiento. Con el objeto de coordinarlas es necesario que conozcan los acontecimientos nacionales y mundiales, así como también los planes pastorales de la diócesis y los planes de otros movimientos de apostolado, que trabajan en la misma área. 5. CONCLUSIÓN 198 El MCC está empeñado en encontrar y utilizar todos los medios, para que los cristianos lleguen a la raíz de la vida de hoy y la impregnen de las enseñanzas de Jesús, el Señor. La Estrategia de esta forma de apostolado ha prestado grandes servicios a la Iglesia desde sus comienzos, colaborando en discernir con ella los ambientes, en los que más se necesita la presencia fermentadora del Evangelio y facilitándole fermentadores para esos ambientes. 199 En definitiva, la Estrategia del MCC en sus tres tiempos se centra en: -la selección de ambientes y candidatos (Precursillo), -el fomento de una conversión auténtica y progresiva de los cursillistas (Cursillo), -la reinserción de los que vivieron el Cursillo, en el lugar de donde salieron, su acompañamiento en las tareas de fermentar y su vinculación vital con los demás cristianos comprometidos (Poscursillo). 5. EL PRECURSILLO 1. DEFINICIÓN. 200. El Precursillo es el primero de los tres tiempos del MCC, en el que se inicia el proceso evangelizador que el MCC pretende realizar, para lograr su finalidad. El Precursillo comprende: -el estudio y la selección de los ambientes por evangelizar; -la „búsqueda, selección y preparación de los candidatos, con miras a una mayor eficacia evangelizadora; -la preparación de los elementos espirituales, personales y materiales para el Cursillo; -la planificación del acompañamiento de los candidatos en el Poscursillo, para favorecer su maduración en la fe, su compromiso cristiano y su inserción apostólica en el mundo. 2. LA IMPORTANCIA DEL PRECURSILLO 1. En relación a los tres tiempos. 201. Los tres tiempos -Precursillo, Cursillo y Poscursillo-, aunque perfectamente definidos y delimitados, están de tal modo unidos, que forman un todo orgánico. Por eso es vital que cada uno de los tres tiempos cumpla sus objetivos específicos, para que el MCC pueda lograr su finalidad. El funcionamiento inadecuado de uno de los tres tiempos tiene sus consecuencias directas en los otros dos y, por ende, en el desarrollo de todo el MCC. 202. Se requiere, por lo tanto, que los dirigentes estén convencidos de que toda la estrategia del Precursillo debe ser orientada para el Cursillo y para el Poscursillo. 203. La necesidad de una gran unidad y coordinación entre Pre y Poscursillo resulta clara por la constatación de que, en la práctica, los dos se realizan simultáneamente. De hecho, desde el Poscursillo se hace el Precursillo. Y el Precursillo se realiza, sobre todo, por el testimonio y por la palabra de los que hicieron Cursillo y por los planteamientos suscitados por esos testigos encarnados en la realidad. 2. Con miras a la eficacia evangelizadora. 204. De hecho, entender la importancia del Precursillo es fundamental, para que se opere en el Poscursillo la cristianización de los ambientes. El Precursillo debe, pues, desarrollarse en función de la finalidad inmediata, mediata y última del MCC, que es: posibilitar la vivencia y la convivencia de lo fundamental cristiano; ayudar a descubrir y realizar la vocación personal; crear núcleos de cristianos; fermentar de Evangelio los ambientes. 205. El Precursillo, adecuadamente desarrollado, revelará la dimensión misionera del MCC, en la medida en que los que ya hicieron Cursillo, pasen con naturalidad, de una pastoral de conservación, a una pastoral de evangelización, o sea, de transformación. Por el contrario, cuando falta el estudio de las prioridades y urgencias de los ambientes, hay fallos en la selección de los candidatos y, consecuentemente, menoscabo de la eficacia del MCC. 3. LA ESTRATEGIA DEL PRECURSILLO. 1. Estudio y selección de los ambientes. 206. La situación contemporánea y sus desafíos. El primer paso, para un estudio serio y una selección adecuada de los ambientes por evangelizar, es mirar las realidades locales y los desafíos que ellas presentan a la Iglesia y al MCC Los documentos de los últimos papas nos enseñan claramente que la situación del mundo actual produce una impresión prevalentemente negativa, como consecuencia -de las graves desigualdades sociales entre los pueblos y las sociedades; -de los síntomas específicos del subdesarrollo; -de la interdependencia entre los países desarrollados y los menos desarrollados; -del armamentismo, etc.; -del secularismo, del ateísmo, del indiferentismo religioso, etc. 207. La respuesta de la Iglesia. Preocupada no sólo por alertar al hombre sobre la gravedad de la situación en el mundo, sino también por apuntar soluciones, la Iglesia nos dice que es preciso "alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio, los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad, que están en contraste con la Palabra de Dios y con el designio de salvación". 208. La conformación a los planes de pastoral. El MCC está insertado en las Iglesias particulares. En ellas y con ellas se desarrolla, para alcanzar plenamente su finalidad. 209. De hecho, la introducción del MCC en una diócesis deberá contar siempre con la aprobación de la jerarquía, debiendo el clero local ser informado de las finalidades del MCC, para que lo acoja y apoye. 210. El diálogo y la comunión eclesial son el camino para que el MCC se haga presente en la vida y en la acción de la Iglesia; y allí actúa como agente de la pastoral ambiental. 211. El primer paso, por lo tanto, en el estudio y la selección de los ambientes por evangelizar es el conocimiento de los Documentos Pontificios y de los de las Conferencias Episcopales y el analizar las prioridades apuntadas en los planes de pastoral de la Iglesia nacional y particular. De cara a estas prioridades, y teniendo en cuenta su carisma, el MCC deberá elaborar su propio plan, qué fije metas y prioridades en sus tres tiempos. 212. La inexistencia de un plan diocesano de pastoral, por lo tanto, no dispensa al Secretariado y a la Escuela de promover una adecuada selección y un conveniente estudio de los ambientes, así como la elección de los mejores caminos para hacer que Cristo esté presente en ellos. 213. Las respuestas concretas a los desafíos. El hombre es por naturaleza un ser social; por eso siente la necesidad imperiosa de agruparse, para poder realizarse, haciéndose sentir a través de la participación en distintos grupos humanos. 214. Para llegar al hombre que pretende cristianizar, el MCC debe determinar los grupos humanos, que, por sus características especiales, repercuten, con mayor influencia, en el condicionamiento del comportamiento de los integrantes de la comunidad, y jerarquizar dichos grupos. 215. En la planificación de este trabajo, convendrá formar equipos que puedan penetrar cada ambiente, de acuerdo a sus reales posibilidades de contacto con los integrantes de los ambientes. 216. Sólo desde un serio y profundo estudio de las circunstancias ambientales de los candidatos, podrá el MCC lograr la conversión integral de los mismos, ya que el ser humano integral por convertirse es el hombre o mujer insertos en su realidad. 217. Interesarán sobre todo aquellas estructuras" o ambientes que más directa y profundamente repercuten en la sociedad, pues la fermentación evangélica de los ambientes supone una penetración en las estructuras y no puede reducirse a una mera actividad intraeclesial. 2. Búsqueda de candidatos. 218. Después de la selección y del estudio de los ambientes, urge ubicar en ellos los candidatos que despertados en el Precursillo, concientizados en el Cursillo e impulsados en el Poscursillo, actúen como agentes de cambio. Porque el MCC busca al individuo, para que, al transformarse en cristiano, vaya a cristianizar la sociedad. La identificación de los agentes de cambio debe tener en cuenta a quienes desde su vida actúan positivamente, muestran preocupación por el prójimo y sienten ansia de servir a su comunidad, aun cuando no estén comprometidos con la Iglesia. 219. ¿Quiénes pueden ir al Cursillo? La experiencia ayuda a identificar las personas que pueden ir al Cursillo, aquellas en cuya vida el Cursillo tendría una repercusión más benéfica y, en consecuencia, produciría más y mejores frutos de evangelización. Es decir: las personas de cualquier clase social, equilibradas, maduras, libres y responsables, que puedan recibir los Sacramentos, que sean capaces de captar el mensaje evangélico y comprometerse, y de descubrir sus carismas y ponerlos al servicio de la comunidad. 220. Al hablar de personas queremos decir que, en el MCC, así como en la Iglesia, no hay lugar para discriminaciones, pues entre los bautizados en Cristo, "no hay judío o griego, no hay siervo o libre, no hay varón o mujer, porque todos somos uno en Cristo” 221. ¿Quiénes deben ir al Cursillo? La necesidad de tener en cuenta la eficacia en la futura fermentación evangélica de los ambientes seleccionados indicará cuáles son los candidatos ideales para el Cursillo: 222. -personas que tengan personalidad profunda, capacidad de decisión, capacidad de actuar con libertad, capacidad de amar; 223. -personas que sean realmente o potencialmente líderes, de suerte que, en los distintos estratos de la sociedad, impacten por sus decisiones, muevan por sus opiniones y empujen por sus acciones; 224. -personas auténticamente insatisfechas y con inquietud social; 225. -personas que tengan aptitud para vivir en y para la comunidad, capaces de actuar como sal, luz y fermento, a través de la creación de núcleos de cristianos que faciliten la penetración del Evangelio en los ambientes, ya que la transformación de la sociedad se logra, no tanto con la labor de un individuo, cuanto con la de un sujeto social; 226. -personas solidarias, generosas, preocupadas por los demás y por el mundo. 227. ¿Quiénes no conviene que vayan al Cursillo? La prudencia y la caridad piden que no se lleve al Cursillo a aquellos a quienes el Cursillo no les traería beneficios o soluciones. Son los que no están en condiciones psicológicas normales y los que viven en circunstancias irregulares de vida, que no puedan solucionarse en el Cursillo. 3. Selección de candidatos. 228. Siempre que sea posible, serán seleccionados varios candidatos del mismo ambiente, para facilitar la formación de núcleos en el Poscursillo. 229. El Secretariado estará en condiciones de programar la realización de los Cursillos, sólo cuando tengan número suficientes de personas y preferentemente grupos de personas que, por estar encuadradas en las descripciones hechas arriba, den fundadas esperanzas de que, trabajando con otros hombres de buena voluntad, puedan lograr la cristianización de los ambientes. 4. Preparación de los candidatos. 230. Es indispensable dar al candidato una preparación adecuada, que le facilite el aprovechamiento del Cursillo y la inserción o reinserción en un grupo, núcleo o comunidad, en el Poscursillo. Objetivos de la preparación 231. a) Esclarecer que el Cursillo no es algo teórico, sino vivencial, orientado para la Iglesia, para la comunidad, para la vida concreta; b) crear una disposición de escucha, propiciar una actitud de conversión, contagiar el deseo de Dios; c) despertar el deseo de realizarse como persona y como cristiano. Modos de hacer la preparación. 232. a) Respetando la identidad y la libertad de la persona, y promoviendo el diálogo acerca de la necesidad de la edificación de una nueva sociedad, más justa y fraterna, fundada en la dignidad inviolable de la persona humana; b) presentando el cristianismo como respuesta válida a los planteamientos concretos que las nuevas circunstancias hacen al hombre y a Cristo, como modelo de Gracia y servicio, de liberación y de solidaridad; c) a través de la palabra y del testimonio de una vida centrada en Cristo y comprometida con los hermanos; d) con la humildad de aquél que ve al otro no como objeto de apostolado, sino como sujeto de su propia conversión; e) sin precipitación (Cf. EN, 79) o coacción, que generan actitudes defensivas; y, por el tiempo que sea necesario, para que la pre- evangelización favorezca más tarde la opción totalizante; f) con oraciones y sacrificios por el candidato. Agentes de la preparación 233 La preparación del candidato será hecha por su presentante: preferentemente un grupo o comunidad; cuando eso no sea posible, por un individuo. El grupo o comunidad debe presentar y apoyar al candidato, porque su carácter testimonial dará más eficacia a la preparación. Lo ideal sería que el candidato ya actuara vivamente en una comunidad, lo que facilitaría su integración en el Poscursillo. 234. Del presentante, -grupo, comunidad o individuo que inscribe y prepara su candidato, se espera: a) que conozca la finalidad del MCC, los ambientes seleccionados como prioritarios para la evangelización y los criterios fundamentales sobre los que pueden, los que deben y los que no conviene que vayan al Cursillo; b) que conozca bien a su candidato, a través de un estrecho contacto personal; c) que, como "servidor de la verdad", procure, con su testimonio de palabra, y de vida, despertar en el candidato una disposición hacia la búsqueda, hacia la amistad y hacia el cambio; d) que sea el mismo (en el caso de que el presentante sea un individuo) elemento actuante en un grupo o núcleo; y que, con su ejemplo, ayude a su candidato a incorporarse a un núcleo de cristianos, acompañándolo en el Poscursillo, durante un tiempo prudencial. 5. Preparación del Cursillo. 235. Los organizadores del Cursillo se preocuparán de: -la preparación del equipo de dirigentes, y de -la preparación de los aspectos materiales, como se dirá en el Capítulo 6. 4. CONCLUSIÓN. 236. El MCC es obra de Dios; por eso la Gracia es su principio y fundamento. Y es también obra del hombre; por eso la comunidad lo respalda y vitaliza. 1. La Gracia como principio y fundamento. 237. Teniendo en cuenta que la Gracia es absolutamente necesaria en todo movimiento de cristianización, no se celebrará ningún Cursillo sin una adecuada intendencia espiritual. La comunión profunda con Dios, lograda a través de la oración, de los sacrificios, de los Sacramentos y de la reflexión sobre la Palabra, marcará todos los momentos del Precursillo: -el del estudio y selección de los ambientes, en los cuales el MCC pondrá énfasis especial; -en la búsqueda, selección y preparación de los líderes de aquellos ambientes: -el de la preparación del equipo de dirigentes, que, con humildad, testimoniará ante los futuros evangelizadores su lucha constante por la construcción del Reino de Dios en el mundo. Por eso en el Precursillo, como en los demás tiempos del M.C.C. La última palabra es la de la fe y de la esperanza en la presencia del Señor que está con nosotros. 2. La comunidad que respalda y vitaliza. 238. El Precursillo será siempre la actividad de una comunidad orante: -una comunidad de donde procedan los responsables con iniciativas, ideas y aliento para llevar adelante la tarea del Poscursillo; -una comunidad convencida de que evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial; -una comunidad que ore por el Precursillo, convencida de que la oración ha sido siempre la fuerza de toda actividad eclesial y específicamente en el MCC; -una comunidad que programe con responsabilidad pastoral la acogida de los candidatos en el Poscursillo y su inserción o reinserción en los grupos o núcleos, a través de los cuales el MCC cumple su misión evangelizadora. 6 EL CURSILLO 1. INTRODUCCIÓN 239 Puesto que el MCC intenta la evangelización de los ambientes a través de la conversión integral y progresiva del hombre, los tres días del Cursillo tienen mucha importancia; los que viven la experiencia de un Cursillos sienten, en general, una vivencia tan profunda, que el paso por un Cursillo marca, sin duda, toda su vida. 240 El Cursillo de Cristiandad es un maravilloso instrumento de evangelización, que toma a cada individuo tal como es, y le sitúa de ordinario en condiciones de colaborar con la acción de Dios, en comunión con los hermanos, con vistas a su constante promoción cristiana y evangelizadora. 241 Si un Cursillo influye tan profundamente sobre los que lo viven, el amor y respeto a los hermanos obliga a reflexionar constantemente sobre qué, cuánto y cómo debe decirse; sobre qué, cuánto, por qué y cómo debe hacerse, a fin de que el Cursillo produzca sus frutos y marque de por vida a los que pasan por él. 242 Esto se consigue, supuesta la Gracia de Dios y la libre opción del hombre, a través de la proclamación kerygmática del mensaje de la Verdad que salva. 2. EL CURSILLO DENTRO DE LA PASTORAL KERYGMÁTICA. 243 El Cursillo es una forma específica y concreta de la pastoral profética, en la línea del kerygma. En el MCC todo se desarrolla en clave kerygmática: el anuncio, el método, el estilo, el testimonio, el compromiso, todas y cada una de las fases del Movimiento. 244 Esto fue lo más novedoso del MCC, al irrumpir en la Pastoral de la Iglesia. Frente a un mundo donde el ser cristiano se concebía, en términos generales, como la simple aceptación intelectual de unos determinados contenidos, la proclamación kerygmática implicaba una respuesta libre, existencial, al anuncio de un Dios personal, encarnado, próximo, que mueve al cambio de la mente y del corazón: es una proclamación que compromete, que invita directamente a la conversión. 245 De ahí que, al tener que enmarcar el Cursillo, debamos hacerlo desde el ángulo del kerygma. Kerygma es una palabra griega que, trasvasada sin modificaciones evolutivas a las lenguas modernas, significa proclamación, declaración, bando, pregón. Se encuentra repetida más de setenta veces en el Nuevo Testamento, como proclamación jubilosa e interpelativa del acontecimiento de salvación, realizada por Jesús. En los orígenes del MCC no se utilizaba la palabra, pero se cumplía su contenido. En "El cómo y el porqué", de los tiempos primeros, ya se dice que no entra, dentro de la metodología del Cursillo, exponer sólo "una serie de lecciones teológicas sobre las verdades de la fe, ni una enseñanza moral, ni tampoco un programa de conferencias sobre temas apostólicos... Se trata de una predicación dinámica, en estado incandescente, que tiene en cuenta que la doctrina no adquiere su plena significación sino en función de vida. La explosión del contenido vivo del cristianismo... entraña, en sí misma, la invitación personal a participar en esta vida". 246 Dentro del concepto de kerygma podemos distinguir principalmente cuatro elementos: a) El anuncio, la proclamación de un mensaje, el nervio teológico del Cursillo, que se centra en el misterio de Jesús, el Salvador, e incluye el don del Espíritu, que nos dispensa su vida divina en y por la Iglesia, sacramento universal de salvación. 247 b) Una proclamación interpelativa, que dice relación directa y constante a la conversión. Todo anuncio Kerygmático tiende, directa e inmediatamente a provocar el deseo de un cambio, que impregne todo el campo de los criterios, de los comportamientos, de la vida. Si no palpitara en la proclamación ese objetivo de conversión, no se entraría en el terreno de lo Kerygmático. 248 c) Un estilo jubiloso, es decir, una manera de decir, con una convicción profunda, sentida, vivida; la seguridad y el gozo que da el sentirnos "como enviados de Dios, como si Dios mismo exhortara por medio nuestro" (2 Cor 5, 20). Ello conlleva: 1) una cierta solemnidad interior, derivada de la trascendencia del anuncio; 2) un tono sereno, comprometido, ajustado a las más profundas indigencias y aspiraciones de la persona humana; y 3) un estilo esperanzado, que nace del gozo del corazón -fruto del Espíritu Santo-, ante la convicción de que Dios nos ama. 249 d) Un anuncio que debe ser proclamado por testigos: la convicción con que se hace la proclamación debe transmitirse hecha vida. La proclamación se realiza desde el "testimonio de vida", que es "irradiación de la fe, la esperanza y la caridad" (LG, 31); no es sólo una afirmación ética, sino la exposición del acontecimiento salvador, que va transformando el corazón del creyente, con lo cual el anuncio adquiere un sello de autenticidad que ayuda a dar "clamor" de interpelación al kerygma. 250 Desde estas afirmaciones adquiere profundidad aquella definición tan reiterada: "Un Cursillo es la comunicación jubilosa del ser cristiano "; la proclamación del Mensaje de Salvación, hecha por testigos, con tono interpelativo, en orden a la conversión. 251 Y, desde esta perspectiva kerygmática, el Cursillo tiende a llenar los siguientes objetivos: -un inicio de conversión, derivada de la presentación de un mensaje, que oriente y promueva todo el vivir cristiano; -una opción totalizante, que evite la contradicción entre la vida ordinaria de la persona y su vida de fe; -un eje existencial, que irradie su influencia sobre la vida ambiental - familiar, profesional, social del cursillista, según éste la ve plasmada en el testimonio de vida de los responsables; y -un deseo de hallar una circunstancia comunitaria santificante que vaya promoviendo la conversión, y de la que se ha tenido un anticipo en la conjunción de todos los miembros del equipo responsabilizado de la realización del Cursillo. 3. CONDICIONES Y CONDUCTAS EXIGIBLES A LOS AGENTES DE LA PROCLAMACIÓN. 252 Al descubrir los requisitos y posturas propios de los dirigentes del Cursillo, citaremos principalmente EN y CPSNE. El dirigente del Cursillo, instrumento en manos del Espíritu Santo, es el agente principal de la evangelización... "No habrá nunca evangelización posible sin la acción del Espíritu Santo". La principal actitud del evangelizador es caer interiormente de rodillas, profundizar en un sentido de humildad y, sabiéndose mero instrumento bajo la acción discreta del Espíritu, "invocar constantemente, con fe y fervor, al Espíritu Santo, y dejarse guiar prudentemente por El, como inspirador decisivo de sus programas, de sus iniciativas, de su actividad evangelizadora". 253 Él es el alma de la Iglesia. Él es quien a) "actúa en cada evangelizador que se deja poseer y conducir por El"; b) "pone en sus labios las palabras que por sí solo no podrá hallar"; c) "explica a los fieles el sentido profundo de las enseñanzas de Jesús y su misterio"; y d) "predispone el alma del que escucha, para hacerla abierta y acogedora de la Buena Nueva”. Los que de alguna manera actúan en un Cursillo no pueden aspirar más que a ser instrumentos dóciles en sus manos. 254 Los dirigentes del Cursillo, testigos con la palabra y con la vida a) Por voluntad de Dios, la proclamación del mensaje ha quedado vinculada a la acción libre, voluntaria, instrumental de los hombres. El elemento humano, puesto al servicio de la Gracia, es el camino ordinario para la comunicación del mensaje cristiano; en el evangelizador debe vivir Cristo y deben encarnarse los valores cristianos, de forma que éstos no resulten ser sólo ideas bien trabadas. 255 Testigos: ésta es la palabra. Testigos por la palabra y por la vida. El Cursillo intenta iluminar toda la vida a la luz de todo el Evangelio. Tienen que ir en perfecta consonancia la palabra y la vida. La palabra es la pauta sobre la que se vacía la vida; la vida es la realización de la palabra, hecha transparencia. Cristo es, en definitiva, la Palabra Encarnada y Proclamada. 256 El carácter comprometido y comprometedor del Cursillo, agente de evangelización en la línea del kerygma, exige que la proclamación sea testifical. El Evangelio, anunciado sólo intelectualmente, de una manera académica, no estaría en el campo del kerygma. Para proclamar una fe viva, se necesita mucho más que ser profesionales de una ciencia teológica. Esta tarea debe ser encomendada a quienes sean "argumento plástico de la doctrina que proclaman, constructores eficaces de la verdad que salva, testigos experimentales de la trascendencia, hecha presencia y amistad y salvación". 257 b) Con respecto a la palabra del evangelizador, no podemos menos de recordar la forma de predicar del que fue modelo de todo evangelizador. "Mi palabra y predicación, decía san Pablo, no consistió en persuasivos discursos de sabiduría humana, sino en la manifestación del Espíritu y del poder, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios"(1 Cor 2, 4 y 5). 258 Es la Iglesia quien "envía a los evangelizadores. Ella pone en su boca la Palabra que salva; les explica el mensaje del que Ella misma es depositaría; les da el mandato que Ella misma ha recibido, y les envía a predicar". Pero, "a predicar no a sí mismos o sus ideas personales, sino un Evangelio del que ni ellos son dueños y propietarios absolutos para disponer de él a su gusto, sino ministros para trasmitirlo con suma fidelidad". 259 c) La palabra del testigo no es suya; será bastante con que él sea trasmisor de la palabra de quien le envió. El evangelizador no es amo, sino servidor de la palabra que hace libres. El predicador del Evangelio será aquél, que, aun a costa de renuncias y sacrificios, busca siempre la verdad que debe transmitir a los demás. No vende ni disimula jamás la verdad por el deseo de agradar a los hombres, de causar asombro, ni por originalidad o deseo de aparentar. No rechaza nunca la verdad; no oscurece la verdad revelada, por pereza de buscarla, por comodidad, por miedo. No deja de estudiarla. La sirve generosamente, sin avasallarla". 260 De todo ello deducimos la necesidad de una constante formación en todos los dirigentes de un Cursillo. 261 d) ¿Qué decir y cómo decirlo? Los dirigentes del Cursillo habrán de adaptarse al hombre histórico, real: la evangelización pierde mucho de su fuerza y de su eficacia, si no toma en consideración al hombre concreto al que se dirige; si no utiliza su "lenguaje, sus símbolos; si no responde a las cuestiones que plantea; si no llega a la problemática específica de su vida", que puede ser de rechazo a la moral, de inconsciencia ante el pecado social, de anticlericalismo por la formación recibida. 262 La palabra del evangelizador, en un Cursillo, debe estar hecha de vida, de sinceridad, de seguridad, de valor, de audacia, de brillo, de júbilo. 263 Finalmente, creemos que su palabra debe ir ungida de esperanza. Y volvemos a Pablo VI: "Conservemos -dice- la dulce y confortable alegría de evangelizar... Y ojalá que el mundo actual... pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizador es tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo". 264 e) Hasta aquí nos hemos referido, directa o indirectamente, al testimonio de palabra. ¿Será éste suficiente? No. El testimonio de palabra que no se apoya en un testimonio de vida nutrida en la caridad -diría san Pablo- es "como bronce que suena o címbalo que retiñe" (1 Cor 13, 1). 265 Por eso los dirigentes conviene que consideren como dirigidas a ellos aquellas palabras de Pablo VI: "¿Creéis verdaderamente lo que anunciáis? ¿Vivís lo que creéis? ¿Predicáis verdaderamente lo que vivís? Hoy más que nunca el testimonio de vida se ha convertido en una condición esencial, con vista a una eficacia real de la predicación". Porque "el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si escucha a los que enseñan, es porque dan testimonio". 266 f) En la Exhortación sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo, Juan Pablo II, dentro del capítulo dedicado a "la dignidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misterio", destaca, con palabras luminosas, la vocación universal a la santidad, que no es llamada a unos privilegiados, sino invitación a todo hombre que llega a este mundo. Con este testimonio de vida será fácil que el dirigente, abra a Cristo las puertas del corazón del cursillista. 4. EL EQUIPO DE DIRIGENTES 267 Los dirigentes del Cursillo no son un conjunto de individualidades; para que su testimonio sea auténtico, deben tener sentido comunitario. Desde antes del Cursillo, habrán de sentirse Iglesia, edificar Iglesia, vivir la Iglesia en un testimonio comunitario: deben formar un equipo. Todos son uno: una pequeña comunidad, signo de fe, de esperanza y de caridad. Dentro del Cursillo el equipo es la Iglesia en tamaño visible, que va realizando la misión de la Iglesia universal. 268 No es suficiente que cada uno de los miembros del equipo dé buen ejemplo; es imprescindible que den testimonio de ser comunidad, a fin de despertar en los demás capacidad de asombro, cercanía de Dios, ansias de sentido comunitario, de acuerdo con la vocación personal de cada uno. 269 En el equipo de dirigentes se ensamblan laicos y sacerdotes, en perfecta armonía y complementariedad. El binomio sacerdocio-laicado halla en el Cursillo su cordial conjunción: hay entre ellos unidad de misión y diversidad de servicios. La coordinación y recíproca colaboración debe ser reflejo de la diferente función del sacerdote y del laico en la única misión de la Iglesia. Todos sacerdotes y laicos- deben ser encarnación viva de la doctrina; todos deben exponerla de forma que penetre y enardezca las conciencias; todos deben conocer los resortes y piezas del método; todos cada uno desde su ángulo- deben compartir conjuntamente la responsabilidad de la buena marcha del Cursillo. 270 Una unidad de criterios, de voluntades y de corazones; una común visión de la panorámica total del Cursillo, por el ensamblamiento de las visiones parciales; una programación eficaz de los objetivos concretos, compartida por todos; una corresponsabilidad solidaria -afectiva y efectiva- en la ejecución de los pasos del Cursillo, y una misma visión sobrenatural del testimonio de vida y de palabra, hacen que hombres y mujeres, sacerdotes y laicos, del equipo, se ensamblen para constituir eso: un equipo de dirigentes. 271 La unión hace la fuerza. "La fuerza de la evangelización quedará muy debilitada si los que anuncian el Evangelio están divididos entre sí... Si el Evangelio que proclamamos aparece desgarrado por querellas doctrinales, por polarizaciones ideológicas o por condenas recíprocas entre cristianos..., no se puede pretender que aquellos a los que se dirige nuestra predicación, no se muestren perturbados, desorientados, si no escandalizados". "Que todos sean uno, decía Jesús, para que el mundo crea" (Jn 17, 21). 272 No hay categorías, sino funciones distintas dentro del equipo. Al hablar de él, nos referimos a todos los que intervienen directamente en un Cursillo: "rollistas", auxiliares, personas de servicio, si las hay. Sobre todos recae la responsabilidad de la eficacia del Cursillo, y todos deben exigirse un testimonio de fe, de esperanza y de caridad. Cada uno cumplirá el servicio que le corresponda. El ser Coordinador no puede constituir una meta para un dirigente, sino la carga de una responsabilidad mayor. Algunos proclaman el mensaje en sus Rollos; todos deben proclamarlo con sus vidas. 273 Aunque no sea lo más importante del Cursillo, los Rollos son el cauce normal de que se vale el Espíritu, para trasmitir el mensaje y despertar el ansia de la vivencia y la convivencia cristiana. Lo esencial, para hacer una proclamación, es vivir y asimilar su contenido, aunque no por ello pueda nadie dispensarse del esfuerzo del estudio, y dejar a la improvisación lo que exige un correcto y detenido conocimiento: el mensaje merece ser tratado con dignidad y precisión, para ser proclamado con sinceridad, convicción y naturalidad. 274 Aunque todo dirigente habrá de guardar, dentro y fuera del Cursillo, la debida discreción sobre lo que en él ocurra, no es conveniente fomentar el "secretismo" ni la falta de naturalidad. 275 El sentido de responsabilidad obliga a que todo dirigente -laico o sacerdote-, a no ser por motivo grave, no llegue tarde al Cursillo, ni salga de él, ni se dispense de participar en todos los actos. 1. El Coordinador del Equipo. 276 Incumbe al Coordinador o Rector del Cursillo ser, juntamente con el Director Espiritual, el principal responsable del equipo, sin que ello suponga merma del sentido comunitario con los demás miembros del mismo. 277 Entre sus funciones hay que destacar el cuidar que el Cursillo se desarrolle en conformidad con las normas generales y los objetivos concretos, señalados en los esquemas de los Rollos, previamente aprobados. No puede olvidarse que el Coordinador viene a ser el eje de la estructura del Cursillo: cuando se refiere a la técnica y a la materialidad de su desarrollo, depende, en gran parte, de las dotes de prudencia y del espíritu sobrenatural del Coordinador. 278 Deberá evitar toda manipulación, todo afán de mando y toda decisión impensada y arbitraria, asumir la responsabilidad última en cada momento, y distribuir los servicios que pueda delegar en otros. 279 El Coordinador debe conocer toda la técnica del Cursillo, el objetivo que se debe perseguir en cada momento, los medios de que se dispone para lograrlo, y la realidad peculiar o fisonomía propia de aquel Cursillo concreto. Toda su labor podría quedar condensada en aquella norma escueta que se impuso san Pablo: "hacerse todo para todos, afín de ganarlos a todos para Cristo" (1 Cor 9, 22). 280 En la elección del Coordinador no debe influir ni su edad, ni su cultura, ni su facilidad de expresión, ni la antigüedad dentro del Movimiento (aunque todo ello debe tenerse en cuenta); sino su personalidad, que no es fuerza de argumentación dialéctica, sino disposición de comprender y facultad de convencer, más que con razones, por razón del modelo de vivirla y comunicarlas. 2. El Director Espiritual 281 Por el carácter con que fue ungido en su ordenación, el sacerdote tiene en el Cursillo un doble papel que realizar: una misión de magisterio, y otra, de dispensación de la Gracia. 282 En su función magisterial, deberá velar por los cimientos dogmáticos del mensaje que se proclama. La proclamación del mensaje habrá de hacerse teniendo presentes las notas derivadas de la línea kerygmática en que se desenvuelve el Cursillo. 283 En su función privativamente ministerial ha de ser instrumento para la dispensación de la Gracia a las conciencias y para la apertura de las conciencias a la Gracia. 284 En el Director Espiritual debe resplandecer el equilibrio pastoral, la fe en su ministerio, el espíritu de servicio permanente y el diálogo en la caridad, el respeto a la libertad del otro, la fidelidad al Magisterio, el testimonio de unidad con la jerarquía, y la actitud de vivir en profundidad el Cursillo, como ocasión del encuentro y amistad progresiva con el Señor. 285 Lo que afecta a "lo técnico" del Cursillo, no es incumbencia del Director Espiritual, sino del Coordinador, aunque éste deberá procurar el acoplamiento más perfecto y cordial con aquél. 286 Es lógico que, dentro y fuera del Cursillo, el sacerdote venga a encarnar lo que, sobre él, se dice en el Decreto sobre el Apostolado de los laicos: -convicción jubilosa de que el derecho y el deber de la evangelización es algo común a todos los bautizados, sacerdotes y laicos, para edificación de la Iglesia; -especial atención y participación fraternal con los seglares en los trabajos que se hacen en la Iglesia y por la Iglesia; -representación de la misión recibida de la jerarquía en la acción pastoral; -fomento de las relaciones de los seglares con los Pastores; -adhesión fiel al espíritu y a la doctrina de la Iglesia; -plena consagración a nutrir la vida espiritual y el sentido apostólico de los laicos; -diálogo continuado, para la búsqueda de formas concretas, que puedan dar mayor eficacia a sus empresas apostólicas, dentro de la fidelidad a la finalidad y método del Movimiento; -promoción del espíritu de caridad entre los miembros del Movimiento y en las relaciones con los demás movimientos y asociaciones. 3. Funciones de los demás dirigentes. 287 Independientemente de los Rollos que den, la función de todos los dirigentes del Cursillo es hacerse amigos de los cursillistas para hacerlos amigos de Cristo. Esta función se cumple fundamentalmente a base de: -estar constantemente a su servicio, -interesarse discretamente por su problemática, -orientarlos en sus dudas o inquietudes, -acompañarles en su caminar, -ser testigos vivos de la presencia del Señor, -hacerlos presentes ante el Señor en una oración confiada. 288 Por eso, -aceptan con sencillez la confianza que la Iglesia ha depositado en ellos, y el compromiso de ser signos transparentes de la verdad que proclaman; -saben que sobre ellos recae la búsqueda afanosa y esforzada de los mejores caminos, de la palabra más oportuna, de las raíces de los problemas que puedan angustiar a cada cursillista; -tienen conciencia de haber sido elegidos para ser agentes de cambio, a fin de procurar adelantar la hora de Dios en cada uno, con el oportuno respeto a su libertad; -se empeñan en dejarse poseer y actuar por la Palabra, que de alguna manera han de proclamar; -se confían en la fuerza de las visitas al Sagrario, donde la oración se hace debilidad de Dios; -viven fiados en la asistencia del Espíritu; comprenden que todo su papel queda reducido a una palabra: servicio. 4. Preparación del equipo. 289 Insistimos en que "es de particular importancia la conciencia de que la labor formativa, al tiempo que recurre inteligentemente a los medios y métodos de las ciencias humanas, es tanto más eficaz cuanto más se deja llevar por la acción de Dios; sólo el sarmiento que no teme dejarse podar por el Viñador, da más fruto para sí y para los demás". Pablo VI, dirigiéndose a los agentes de evangelización, escribía que "se hace necesaria una seria preparación., animados por la convicción, cada vez mayor, de la grandeza y riqueza de la Palabra de Dios. Quienes tienen la misión de trasmitirla, deben prestar gran atención a la dignidad, a la precisión y a la adaptación del lenguaje... Esta preparación, llevada a cabo con seriedad, aumentará en ellos la seguridad indispensable y el entusiasmo, para anunciar hoy día a Cristo". 290 Es necesaria una preparación próxima y una preparación remota. La remota, no sólo para ir conociendo y asimilando el contenido y los objetivos de los Rollos, sino también para incrementar la unión vital del evangelizador con Cristo, y para profundizar la adecuación de su vida a las exigencias de la Palabra. Sólo así, quienes deben cargar con las distintas proclamaciones, sabrán qué decir, cómo decirlo y con qué finalidad decirlo. Dentro de esta preparación hay que destacar las reunionés de todo el equipo, las veces que se estimen necesarias; hay que ir haciéndose conjuntadamente a una técnica, a un clima, a un espíritu, que deben vivirse comunitariamente, con anticipación a la realización de la empresa común: así se alimentará "la confianza de que el que comenzó en vosotros la buena obra, la llevará a cabo hasta el día de Cristo Jesús" (Flp 1, 6). 291 Estas reuniones previas conseguirán: -profundizar en el compromiso de su espiritualidad y testimonio de vida; -planificar e incrementar la vida de oración y de sacrificios de cada uno de los miembros del equipo como tal; -solicitar oraciones y sacrificios -las llamadas "intendencias" o "palancas"-,de personas y comunidades que respalden y obtengan de Dios la eficacia del Cursillo; -aunar criterios y voluntades; -habituarse a los Rollos, por el sistema que se estime más oportuno, y tener una visión panorámica de todo el Cursillo, por la concatenación y ensamblamiento de las visiones parciales; -distribuir, dentro de la corresponsabilidad en la ejecución práctica de todo el plan apostólico, los servicios que debe prestar cada uno de los miembros del equipo; y, mediante todo ello, -crear un clima de auténtico equipo, con estilo de Reunión de Grupo, que haga que los cursillistas puedan repetir, como en la Iglesia de los primeros tiempos: "¡Mirad cómo se aman!". 292 La preparación próxima no debe cesar ni dentro del mismo Cursillo, cuando el rollista, antes de iniciar su exposición, se dirige al Sagrario, para pedir al Señor palabras de eficacia, y ofrecerle los desvelos de su esfuerzo: "Pedid y se os dará" (Mt 7, 7). 293 Dentro de esta preparación próxima, hay que colocar las reuniones de equipo, por la noche, una vez terminadas las tareas de cada uno de los días del Cursillo, para -detectar la actitud de los participantes; -revisar la marcha del Cursillo, corrigiendo posibles descuidos y desviaciones; y -programar y responsabilizarse de los distintos trabajos del día siguiente. 294 Hay que evitar que, en la reunión, pueda desvelarse cualquier confidencia, recibida de la sinceridad de un cursillista. Los dirigentes nunca pueden convertirse en jueces o directores cualificados de conciencia; son sólo instrumentos y testigos de las maravillas que va obrando la fuerza del Espíritu. 295 Todo dirigente, ya antes de ser designado miembro de un equipo, debe procurarse una adecuada, formación remota, a través de las Escuelas de Dirigentes; en teoría, y admitidas las excepciones ante casos razonables, sólo los miembros de la Escuela debieran ser llamados a participar en un Cursillo. 5. El respeto a la libertad. 296 El respeto a la libertad se entiende en la dimensión en que Pablo VI escribe su Exhortación sobre la evangelización del mundo contemporáneo: "Se oye decir que imponer una verdad. No es sino una violencia cometida contra la libertad religiosa. Sería ciertamente un error imponer cualquier cosa a la conciencia de nuestros hermanos. Pero proponer a esa conciencia la verdad evangélica y la salvación ofrecida por Jesucristo, con plena claridad y con absoluto respeto hacia las opciones libres que luego pueda haber -sin coacciones, solicitaciones menos rectas o estímulos indebidos-, lejos de ser un atentado contra la libertad religiosa, es un homenaje a esta libertad, a la cual se ofrece la elección de un camino que incluso los no creyentes juzgan noble y exaltante". 297 "¿O puede ser un crimen contra la libertad ajena proclamar con alegría la Buena Nueva, conocida gracias a la misericordia del Señor? ¿O por qué únicamente la mentira y el error, la degradación y la pornografía han de tener derecho a ser propuestas y, por desgracia, incluso impuestas con frecuencia, por una propaganda destructiva, difundida mediante los medios de comunicación social, por la tolerancia legal, por el miedo de los buenos y la audacia de los malos? Este modo respetuoso de proponer la verdad de Cristo y de su Reino, más que un derecho es un deber del evangelizador. Y es, a la vez, un derecho de sus hermanos recibir, a través de él, el anuncio de la Buena Nueva de la salvación.". 298 Hay que respetar, sin reservas ni cortapisas, la libertad del individuo; pero ello no llega a anular la libertad del que participa como responsable en un Cursillo. Nadie puede tomar como presión psicológica o como recorte de libertad la proclamación del mensaje, hecha con ardor y entusiasmo por quien, afanándose en vivir cotidiana y plenamente el Evangelio, se siente instrumento en manos del Señor, para que los demás lo conozcan, trasmitiéndoles así el júbilo que ha dado sentido a toda su vida. 5. LA TÉCNICA METODOLÓGICA EN EL CURSILLO 1. Pedagogía y Cursillo. 299 "Las técnicas de evangelización son buenas; pero ni las más perfeccionadas podrían reemplazar la acción discreta del Espíritu. La preparación más refinada del evangelizador no consigue nada absolutamente si El. Si El, los esquemas más elaborados sobre bases sociológicas o psicológicas se revelan pronto desprovistos de todo valor”. Pero Él quiere utilizar las técnicas de los hombres en el plan de la Redención universal, para hacer que los hombres seamos corresponsables, a nuestra medida, en los planes salvíficos de Dios. 300 "Un Cursillo se escribió ya en los primeros tiempos no es una sugestión individual o colectiva, efecto de toda una serie de reacciones o resortes psicológicos. Ni es tampoco un sentimiento, una emoción o un entusiasmo religioso, carente de base doctrinal. Un Cursillo supone y exige, ante todo, una perfecta estructuración doctrinal, una sólida base dogmática, fundamento de toda convicción íntima y profunda, de la que brotará luego un criterio cristiano, empapado de verdades teológicas". 301 Existen evidentemente en el Cursillo unas técnicas metodológicas, que ayudan a crear un clima que facilita el encuentro con el Señor, orillando los escollos que pudieran impedir o retardar la llegada y aceptación del mensaje. 302 El riesgo de la técnica está en su desorbitación, en su inflación -el tecnicismo-; su valor estriba en la subordinación de los recursos de la pedagogía a la acción de la Gracia. La "técnica apostólica" sólo merece tal nombre, cuando se ajusta a su papel de instrumento de algo superior, sin lo cual nunca se lograría el objetivo pretendido. No podemos menospreciar o arrinconar los recursos de la pedagogía, ni pretender acotar o dirigir los caminos de la acción divina, ni caer en un activismo que hiciera caso omiso de lo sobrenatural. 303 Los Cursillos de Cristiandad quedarían desvirtuados si se prescindiera de su método propio. Sin su estrategia específica un Cursillo podría dar quizás resultados óptimos; pero no sería un Cursillo de Cristiandad. Hay que conjugar el valor instrumental de lo humano con el valor causal, decisivo, de lo divino. 2. La heterogeneidad 304 El Cursillo procurará siempre la heterogeneidad, tanto en el equipo de dirigentes como en los asistentes al Cursillo. Esta heterogeneidad es consecuencia lógica de la finalidad próxima del Movimiento, que intenta la vivencia de lo fundamental cristiano, común a todos. Todos son llamados a incorporarse a la comunidad de la única Iglesia. 305 La heterogeneidad es conjunción de la diversidad con la pluriformidad, dentro de la evangélica coincidencia de nuestro ser cristiano. Se trata de que, al tiempo que se proclama la solidaridad humana y la fraternidad cristiana, se haga la experiencia entrañable de aquello que se afirma. 306 "El Pueblo de Dios, por El elegido, es uno: un Señor, una fe, un bautismo. Es común la dignidad de los miembros, que deriva de su regeneración en Cristo; común la gracia de la filiación; común la llamada a la perfección; una sola salvación; única la esperanza, e indivisa la caridad. No hay, de consiguiente, en Cristo y en la Iglesia ninguna desigualdad por razón de la raza o de la nacionalidad, de la condición social o del sexo, porque 'no hay judío ni griego; ni hay siervo o libre; no hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús'". 307 No debemos mantener Cursillos etiquetados: para jóvenes o para adultos, para catedráticos, para soldados o para obreros. La heterogeneidad del Cursillo es evidente aplicación de la unidad en la pluriformidad de la Iglesia. 3. El clima del Cursillo. 308 A la eficacia del Cursillo contribuye extraordinariamente la creación de un ambiente y un clima apropiados, cuya creación atañe ante todo al equipo de responsables. 309 El clima, en principio, se nos presenta como algo circunstancial y adjetivo. Es aquello que puede hacer agradable o estridente, atractivo o hiriente el hecho de participar en una reunión. En el caso del Cursillo, se adivina, al hablar del clima, que manejamos realidades que, aun siendo secundarias, expresan el grado de interioridad de la circunstancia, en quienes la viven. 310 No nos referimos al clima de oración o al clima de reflexión, tan propios del Cursillo, sino al clima de alegría y espontaneidad, que desemboca en la apertura, en la naturalidad, en la sinceridad, en la amistad. 311 En el Cursillo se gradúan los medios oportunos para que aflore este clima, procurando que brote espontáneamente, y se adapte a la fisonomía de cada entorno. Es indudable la importancia del valor de una distensión psicológica, que abra válvulas de escape, dentro de la vía de la normalidad. 312 Sentirse amigos y estar alegres son buenos aperitivos para la comprensión de la amistad con Dios y de la Buena Nueva de la Gracia. Desde el donaire al diálogo, desde el canto a la corresponsabilidad, desde un ambiente de sinceridad a una amistad comunitaria. 4. Contactos personales: convivencia y diálogo. 313 Entre las principales funciones de cada uno de los miembros del equipo de un Cursillo, está su apertura a la convivencia y al diálogo con cada uno de los cursillistas. 314 En el Cursillo se da una convivencia, en la que el dirigente "se abre como amigo, sin querer averiguar diplomáticamente, taimadamente, la situación espiritual del cursillista. Sólo la vía la amistad sincera ofrecerá válvulas para la apertura y el diálogo eficaz. Aquí la técnica está hecha de oportunidad, de delicadeza, de tacto, de sentido apostólico". 315 En el diálogo personal no se intenta solucionar los problemas en un terreno moralizante, sino comunicar criterios eficaces y válidos, sobre la base de la sinceridad humana y de la amistad cristiana, para la estructuración de toda una vida -la de cada uno-que ha de proyectarse para mucho más lejos que la limitada duración de un Cursillo. 316 En el dialogo personal la "labor de pasillo" tiene características peculiares en cada uno de los tres días del Cursillo: -en el primero, se intenta conocer mejor al cursillista; -en el segundo, desbloquearle de sus prejuicios, adecuando a sus circunstancias individuales la verdad proclamada; -en el tercero, programar su inserción en los ambientes propios. 317 Esta evangelización, de persona a persona queda canonizada en la Evangelii Nuntiandi, sin que ello merme validez e importancia a la proclamación colectiva. "El Señor, dice Pablo VI, la practicó frecuentemente, como lo prueban las conversaciones con Nicodemo, Zaqueo, la Samaritana, Simón el fariseo. ¿Hay otra forma de comunicar el Evangelio, que no sea la de trasmitir a otro la propia experiencia de fe? La urgencia de comunicar la Buena Nueva a las masas de los hombres no debería hacer olvidar esta forma de anuncio, mediante la cual se llega a la conciencia personal del hombre, y se deja en ella el influjo de una palabra, verdaderamente extraordinaria, que recibe de otro hombre". 318 Y no cabe que uno invoque, para evadirse de esta tarea, su ineptitud, su inhabilidad, su inutilidad. La Exhortación Christifideles Laici le contestaría que "Dios llama a cada uno en Cristo por su nombre, propio e inconfundible". A cada fiel laico. “se le ha confiado una tarea original, insustituible e indelegable". Se trata de "un apostolado siempre y en todas partes provechoso, y, en ciertas circunstancias, el único apto y posible"; una forma de apostolado a través de la cual "la irradiación del Evangelio puede hacerse extremadamente capilar, constante, incisiva". 5. Los grupos en el Cursillo. 319 Para favorecer este espíritu de convivencia y de diálogo, fundado en la amistad, los cursillistas son distribuidos en pequeños grupos (o decurias); en cada uno de ellos se inserta alguno de los miembros del equipo. 320 Dichos grupos son a manera de pequeñas comunidades. Entre sus finalidades podrían destacarse el -facilitar una convivencia más cordial y afectiva; -fijar la doctrina proclamada en cada Rollo; -abrir ventanas a la apertura y a la amistad; -iniciar la vivencia del espíritu comunitario. El dirigente o los dirigentes son, en esos grupos, lo que la levadura a la masa: toda ella puede quedar transformada por sólo el contacto con el fermento. 321 Puede que los grupos, el primer día, sean sólo elementales núcleos de trabajo; pero es probable que, al finalizar el Cursillo, se hayan convertido en células de otras tantas comunidades de fe y de amor. 322 Al final de cada día, se tiene una reunión conjunta de los distintos grupos. En ella, -se exponen los resúmenes o comentarios vivenciales sobre los Rollos del día; -se convive la actitud con que cada grupo ha vivido la jornada; -se clarifican los puntos que, en cualquiera de los Rollos del día, hayan podido quedar incompletos o confusos; -se facilita la apertura y la integración de los grupos, lográndose que, en el último día reine en el Cursillo un auténtico espíritu comunitario. No es momento para las discrepancias, sino para la comunión. 6. Duración del Cursillo, orden de los Rollos y horarios. 323 Se estableció, desde los orígenes, que el Cursillo tenía la duración de una noche y tres días completos. La experiencia de muchos años avala que éste es el tiempo necesario y suficiente para alcanzar los objetivos generales del Cursillo. 324 Los horarios tienen su importancia para el recto desarrollo del Cursillo. Los hombres tenemos nuestras limitaciones físicas, psíquicas y emocionales. No se puede imponer una uniformidad en los horarios, si bien, al confeccionarlos, se habrá de dejar lugar para los tiempos libres, los diálogos personales y las horas necesarias para el descanso. 325 Ofrecemos el siguiente orden en las Meditaciones, Rollos y celebraciones: Primera noche: -ROLLO PRELIMINAR -RETIRO, que consta de -Meditación: CONÓCETE A TI MISMO Primer día: PROCLAMACIÓN -Meditación: LAS TRES MIRADAS -Rollo: IDEAL -Rollo: GRACIA -Rollo: LOS LAICOS EN LA IGLESIA -Rollo: FE -Rollo: PIEDAD -Intervención del Coordinador, centrando el día -Celebración de la EUCARISTÍA -Reunión conjunta de los grupos -Oraciones de la noche. Segundo día: DESARROLLO DE LA VIDA CRISTIANA -Meditación: LA FIGURA DE CRISTO -Rollo: FORMACIÓN -Rollo: SACRAMENTOS -Rollo: ACCIÓN -Rollo: OBSTÁCULOS A LA VIDA DE GRACIA -Rollo: DIRIGENTES -Intervención del Coordinador, centrando el día -Celebración de la EUCARISTÍA -Reunión conjunta de los grupos -Oraciones de la noche, Tercer día: PROYECCIÓN HACIA EL HOMBRE Y EL MUNDO -Meditación: EL MENSAJE DE CRISTO -Rollo: ESTUDIO Y ANIMACIÓN CRISTIANA DE LOS AMBIENTES -Rollo: VIDA CRISTIANA -Rollo: COMUNIDAD CRISTIANA -Rollo: GRUPO Y ULTREYA -Reuniones de Grupos -Celebración de la EUCARISTÍA -CLAUSURA 7. La oración en el Cursillo. 326 Al Cursillo podría aplicársele una frase de Pablo VI: La Iglesia es una sociedad de oración. Le es esencial a la Iglesia una actitud de oración. ¿Qué sería de la Iglesia sin ella? En la órbita de Cursillos ha tenido fortuna aquella frase: "Hablar a Dios de los hombres, antes de hablar a éstos de Dios". La oración es el medio principal, de orden sobrenatural, sobre el que descansa el éxito del Cursillo. Ora intensamente la comunidad cristiana o parte de ella, antes y durante el Cursillo; oran, desde el momento de su designación, los dirigentes del equipo, acudiendo en todo momento a la oración, para resolver sobre la marcha, los problemas y dificultades que vayan surgiendo. 327 Frente a tendencias horizontalistas y desacralizadoras, las gentes del Cursillo -tienen -deben tener- fe en la oración; -creen -deben creer- en el poder insustituible de la oración; -saben -deben saber- que de ella depende la eficacia para la conversión, que Dios da a los que la piden. El equipo de dirigentes enseña a rezar, rezando. 328 Y lo que es más importante, cada responsable y todo el equipo oran porque sienten necesidad de la oración antes, durante y después del Cursillo. Desde antes del Cursillo, el equipo es una comunidad de oración y, poco a poco y a medida que se va desarrollando el Cursillo, también éste se transforma en una comunidad de oración. Normalmente, al comienzo, ese pequeño grupo de oración está formado sólo por el equipo de responsables; pero el testimonio del equipo y la doctrina proclamada harán que aquella comunidad crezca hasta integrar a todos los cursillistas. 329 A pesar de que la oración en común tiene la eficacia especial prometida por Cristo, debe quedar claro -ha dicho Pablo VI- que el sentimiento religioso puede flaquear por falta de dos características indispensables en la oración: la interioridad y la individualidad. Hay que intensificar la oración personal, interiorizada. La oración individual evitará la práctica puramente formal y el posible ritualismo exterior de la oración colectiva. "Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta, y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre que ve en lo escondido, te lo pagará" (Mt 6, 6). 330 Cada día del Cursillo se inicia con las oraciones comunitarias de la mañana, ofreciendo al Señor el día que se estrena. 331 A partir del Rollo de Sacramentos, el centro del Cursillo se traslada al Sagrario. Se procurará que se hagan frecuentes Visitas al Señor, espontáneas y vivenciales, individualmente y por grupos. Se intentará, sin ningún género de coacciones, que los cursillistas, siguiendo el ejemplo de los dirigentes, "se atrevan" a hablar confidencialmente con Cristo. En torno al Sagrario, el Cursillo llega a adquirir su dimensión específica. Desde allí el cursillista se sentirá impulsado a hacer, particular y colectivamente, "otro tanto", dialogando y confiando sus cosas al Señor. Y, poco a poco, el Cursillo se irá transformando en auténtica comunidad de oración. Estas visitas -ayudan a la integración de unos con otros; -unen los corazones en un mismo afán; -fomentan la verdadera amistad cristiana; -fraguan comunidad al hacer propio el problema del hermano; -hacen tomar conciencia de nuestra cercanía a Cristo, y del espíritu que va aflorando a la superficie del Cursillo. 332 Las oraciones de la noche, a los pies del Señor, pondrán fin a cada jornada. En ellas conviene insertar un breve examen de conciencia, que puede versar, por vía de ejemplo, sobre las actitudes de los participantes en el Cursillo ante la exposición de la Meditación y de los distintos Rollos del día. 333 Además, el Cursillo se apuntala sobre una comunidad o unas comunidades orantes que, fuera del Cursillo y a distancia, sienten la responsabilidad de las palabras de Pío XII en la Encíclica sobre el Cuerpo Místico: "Misterio verdaderamente tremendo y que jamás se meditará bastante: que la salvación de muchos depende de las oraciones y voluntarias mortificaciones de los miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo”. Las oraciones y sacrificios a favor del Cursillo que, en el estilo cursillista, se conocen con la denominación gráfica de "intendencias" (o "palancas"), son decisivas para su éxito espiritual. 334 Es positivo que se comunique a los cursillistas la presencia espiritual de estas comunidades orantes, dando como normal que los hermanos oren y se sacrifiquen por los hermanos, aunque no los ¿conozcan, al saber, por experiencia propia, la trascendencia de esta actitud en orden a la conversión. Tales comunidades, dentro del misterio de la Comunión de los Santos, vienen a ser un testimonio de la posibilidad y de la trascendencia de nuestro cristianismo en cualquier rincón de la tierra y de que Dios sigue haciéndose presente en la historia a través de núcleos de personas que viven el Evangelio y se desviven por un mundo mejor. 8. La celebración del Sacramento de la Penitencia. 335 Es natural que, principalmente después del Rollo de "Sacramentos", se prevean tiempos para la reflexión, a fin de que los cursillistas que lo deseen puedan acercarse responsable-mente al Sacramento de la Penitencia. "Sería insensato, además de presuntuoso, querer prescindir arbitrariamente de los instrumentos de Gracia y de salvación que el Señor ha dispuesto, y, en su caso específico, pretender recibir el perdón prescindiendo del sacramento instituido por Cristo, precisamente para el perdón". 336 Nosotros podemos y debemos planificar la proclamación del mensaje, sin excluir de él el Sacramento de la alegría y la alianza; pero la hora de la conversión viene señalada por la Gracia de Dios y la libre voluntad del hombre, que habremos de respetar cuidadosamente. Es este respeto a la libertad del otro, rectamente entendida, lo que nos mueve a reconocer que cada cursillista ha de acercarse al Sacramento de la Penitencia cuando así lo desee. A nosotros incumbirá rezar con fe, esperar con confianza y alentar con discreción, invitando, animando, presentando la propia experiencia... 9. Las celebraciones de la Eucaristía. 337 La Eucaristía es "Sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual", "fuente de vida de la Iglesia, a la cual hace vivir y crecer", "fuente y cima de toda la vida cristiana". 338 La Eucaristía es el centro de la vida durante los tres días del Cursillo; todo en él tiende a crear en los cursillistas conciencia de que luego, en el "cuarto día", la Eucaristía deberá seguir siendo el centro de su vida, su encuentro con el Señor, el encuentro en la comunidad de los hermanos. Las celebraciones eucarísticas deben ser diaria y diligentemente preparadas, a fin de que sean intensamente vividas 10. La devoción a la Madre. 339 La Virgen fue quien apuntaló, desde sus mismos orígenes, el MCC. No es extraño que sintamos por Ella -Madre del Redentor, Madre de la Iglesia, "signo de esperanza cierta y de consuelo para el peregrinante Pueblo de Dios"- singularísima devoción. 340 Es verdad que en el Cursillo no se le dedica ningún Rollo; pero también es cierto que durante todo el Cursillo ella va emergiendo en no pocos de los Rollos, en muchos actos de oración -entre ellos el Rosario- y en todos los momentos decisivos del Cursillo. 341 Siguiendo la exhortación del Vaticano II, el Cursillo se abstiene "tanto de toda falsa exageración cuanto de una excesiva mezquindad de alma al tratar de la singular dignidad de la Madre de Dios". Sabe que "los oficios y los privilegios de la Santísima Virgen siempre tienen por fin a Cristo, origen de toda verdad, santidad y piedad". Y recuerda "que la verdadera devoción no consiste ni en un sentimentalismo estéril y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica, que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, y nos impulsa a un amor filial hacia nuestra Madre. 11. "La Guía del Peregrino" 342 En un ambiente de oración, no sólo individual sino también comunitaria, no sería pedagógico vernos privados de una publicación que contenga algunas fórmulas de plegarias, que puedan ser recitadas conjuntamente en el Cursillo, y para que, después del Cursillo, tanto para la oración particular como para los actos colectivos, puedan encauzar momentos de oración. 12. La "Hoja de Compromiso" 343 Nuestra actitud ante el Señor en el constante encuentro con los hermanos, se concreta en un compromiso de honor con El, según las posibilidades, la vocación y los carismas de cada uno, a base de utilizar los medios concretos para hacer realidad, día tras día, el ideal jubiloso de nuestro hacer cristiano. Dentro de esta finalidad se inserta la "Hoja de compromiso". 13. La Clausura del Cursillo. 344 La Clausura es un acto de gozo íntimo y de servicio a la Iglesia, en la que la comunidad orante del Cursillo se reúne con los nuevos hermanos, para compartir una experiencia común -el misterio de comunión en Cristo-y el particular compromiso ante el mundo. Los "nuevos" detectan los pasos del caminar de quienes apuntalaron su "aventura"; los veteranos se asombran otra vez al ver "las cosas mayores" que ha ido obrando el Señor. 345 Son cometidos propios de la Clausura: -ofrecer a los nuevos cursillistas la oportunidad de dar su primer testimonio de disposición al cambio; -presentarles el testimonio vivo y esperanzado de una comunidad cristiana; -facilitar el primer contacto con el mañana, aumentando la ilusión, la entrega, el amor, ante el futuro que se abre en sus vidas; -servir de estímulo renovador para todos los participantes; -dar un sentido eclesial a todo el Cursillo, en el encuentro jubiloso con los hermanos. 6. LA PROCLAMACIÓN DEL MENSAJE: NERVIO TEOLÓGICO DEL CURSILLO 1. Las características de la proclamación kerygmática en el Cursillo. 346 Un Cursillo es, principalmente, la proclamación de una doctrina. Supone y exige, por tanto, una estructuración, una sólida base dogmática, de la que luego brotarán criterios que descenderán a la realidad de la vida. 347 Las distintas proclamaciones que se hacen en el Cursillo, ha recibido, desde los comienzos del Movimiento, el nombre popular y coloquial de "Rollos", palabra intencionadamente escogida para evitar el regusto académico de una conferencia o de una lección. Aunque los Rollos no lo son todo en el Cursillo, constituyen una de sus piezas esenciales: en ellos está contenido el cuerpo doctrinal del Cursillo, que fundamenta el fondo y el estilo de nuestra espiritualidad cristiana, son el cauce para el logro recto, consciente y convencido de lo esencial: la vivencia. 348 Las varias proclamaciones del Cursillo deben reunir determinadas connotaciones, que pueden hallarse desparramadas en el capítulo, y que resumimos conjuntamente aquí: -Los Rollos deben ser la proclamación no de una verdad académica y especulativa, sino de una verdad operante, dinámica, que se vive o se intenta vivir esforzadamente. Es el llamamiento a "un nuevo sistema de vida "; 349 -los Rollos deberán presentar la verdad de forma encarnada en las personas y circunstancias concretas en que se realiza el Cursillo, a fin de facilitar una respuesta de cambio; de ahí que toda proclamación deba hacerse no por "profesionales ", sino por aquellos que, de una u otra forma, han respondido a la llamada del Señor Jesús; 350 -la proclamación del mensaje debe hacerse en tono jubiloso, impregnado de fe viva, de optimismo, de esperanza, como corresponde a quienes sienten la presencia interpelativa del señorío de Jesús; 351 -habrá de despertar una opción totalizante: el espíritu del Evangelio debe impregnar todas las dimensiones de la vida; sin embargo, no se trata de vaciar en cada Rollo toda la doctrina cristiana, sino de exponer lo esencial para provocar el encuentro personal con Cristo; 352 -desdicen de cuanto llevamos afirmado, tanto las falsas humildades como las petulancias que desvían la intencionalidad del Cursillo; en todo Rollo habrá dé resplandecer la sencillez, la naturalidad, la autenticidad de una vida que, teniendo la audacia de ser vivida siente el santo rubor de ser expuesta ante los demás; 353 -al exponer el testimonio de las vivencias, se tendrá en cuenta que se incluyan preferentemente las comunitarias, eligiendo entre éstas las marcadamente temporales, que se dan en la vida ordinaria de un laico comprometido; 354 -los Rollos pueden y deben mantenerse en una postura vigilante de revisión, aunque respetando cuidadosa-mente la fidelidad al carisma fundacional y al cuerpo de doctrina que en cada momento se revela. Esta posible revisión no debe efectuarse arbitraria e independientemente, sino de forma reflexiva, responsable y coordinada, "con temor y temblor" (1 Cor 2, 3). 2. Las fases del Cursillo 355 El proceso metodológico del Cursillo supone unas fases concretas, que se habrán de mantener, a fin de conformar nuestros esfuerzos a los postulados que una larga experiencia estima recomendables, derivados de la teología, de la psicología y de la pedagogía. 356 Cada uno de los Rollos y momentos del Cursillo tiene su objetivo específico, cuya trascendencia no se notará hasta que, concluido el Cursillo, se alcance la finalidad propia del mismo. 357 Los diferentes temas que se exponen en el Cursillo están engarzados dentro de unas fases prácticas, de forma que el Cursillo constituye una verdadera creación pedagógica, una obra de arte, como una pieza musical que, con una armonía de fondo, va sorprendiendo y desarrollando la canción que da al hombre el sentido y la alegría de Jesús. Por eso, interesa conocer la concatenación, las fases del Cursillo. 358 A pesar de ello, en el Cursillo no se dan esas fases de forma inalterable y rígida. Entre otras razones, porque no se pueden señalar horas a la Gracia de Dios y a las libres opciones de los hombres. 359 Con esta salvedad, podemos distinguir, en el Cursillo, cuatro pasos distintos; en cada uno de ellos se puede adivinar aquel objetivo último, con que Jesús inicia la predicación de su mensaje: "Convertíos y creed en el Evangelio" (Mc 1, 15): a) el "Retiro" introductorio, en la primera noche y principio del primer día; b) la proclamación básica de la fe cristiana, que se ofrece a lo largo del primer día; c) el desarrollo de la vida cristiana, objetivo del segundo día; y d) la proyección de esta vivencia cristiana hacia el hombre y el mundo, en torno al cual se centra el tercer día. La conversión es el objetivo de todos y cada uno de los momentos y fases del Cursillo; la conversión no puede ser programada, pues es Gracia y libertad entrelazadas: no podemos fijar tiempos a la acción de Dios, si bien repetimos que todo el Cursillo -no sólo alguna de sus fases- se ordena a la conversión. 3. El "Retiro" o pasos de preparación 360 Antes de hablar del "Retiro", debemos hacer referencia al ROLLO INICIAL, que, es una charla de recibimiento cordial y sincero a los cursillistas; a un tiempo es el saludo de bienvenida del Coordinador y la apertura del Cursillo, especificando qué es, para qué es, para quiénes es, y cómo se dará el Cursillo. Los objetivos del Rollo son: 1) despertar el interés por el Cursillo; 2) aminorar, en cuanto se pueda, las tensiones psicológicas propias de aquellos momentos; 3) colmar la curiosidad ante lo desconocido que se va a vivir; y 4) procurar una colaboración amigable a algo que puede ser definitivo en las vidas de los participantes. 361 EL RETIRO, que se debe desarrollar dentro de un clima de silencio, que ayude a una concentración interior, está compuesto esencialmente por tres elementos, en forma de Meditaciones. Las dos primeras se exponen en la primera noche del Cursillo; la tercera, en la mañana siguiente. 362 CONÓCETE A TI MISMO. Con la primera Meditación se inicia el itinerario pedagógico del Cursillo. Su objetivo es despertar la conciencia del cursillista, a base de una parada, en la que pueda analizar su ayer. Es una llamada a la autenticidad reflexiva y sincera. Tiene que evitar un sentido moralizante. Se trata de que el cursillista se enfrente a su propia realidad, tan distinta y distante de lo que pretende aparentar ante los demás, para iniciar una apertura hacia una posibilidad de cambio. Habrán de evitarse los tonos dramáticos que quemarían etapas, al pretender lograr más de lo que, en aquellos instantes, es lógico esperar. 363 EL PADRE MISERICORDIOSO. La segunda Meditación quiere iluminar de esperanza las inquietudes que haya podido suscitar la Meditación anterior. Después de la presentación cruda de uno mismo, es interesante hacer la presentación de Dios 364 Se habrán de desmontar las posibles falsas imágenes, que cada uno se haya formado de un Dios a su manera, para mostrarle, a base de la parábola evangélica, como Padre ansioso que está a la espera de introducirnos en su casa, de hacer fiesta por nuestro retorno; olvidándose de todo, nos trata como a hijos. Es el retrato del corazón de Dios, "rico en misericordia". 365 Se habrán de evitar desenfoques, ante las posibles disgresiones sobre la vida irregular del hijo pródigo o las mezquindades del hijo mayor; estas disgresiones en sí interesantes- podrían distraer, en aquel momento, de la concentración sobre el objetivo principal de la Meditación: Dios es Padre que ama, que espera, que acoge., que festeja la llegada del hijo que vuelve. 366 LAS TRES MIRADAS. La mañana del primer día del Cursillo se abre con la tercera Meditación: LAS TRES MIRADAS. Dios Padre se ha acercado a nosotros; este encuentro deberá transparentarse en todas las proclamaciones de este día: "Quien me ve a Mí, dice Jesús, ve al Padre". De esta afirmación cabe deducir que, como mira Jesús, mira el Padre. Mirar es fijar deliberadamente la vista. En el mirar hay una intención que, en el caso de la mirada de Jesús, es un designio de amor. 367 "Las tres miradas" añaden a la proclamación del amor de Dios la constatación de que el hombre puede libremente rechazarlo: es el riesgo que dimana del misterio de la Gracia y la libertad. Por eso se descubren tres distintas posturas, adoptadas en otras tantas escenas evangélicas, a través de tres distintas miradas de Jesús: al joven rico, encadenado a sus conveniencias; a Judas, víctima de sus ideologías; a Pedro, confiado en sus suficiencias. El cursillista se ve invitado a definir su actitud ante el Cristo que le mira, al tener que preguntarse cómo le ve ahora. 368 Es una meditación que completa las dos anteriores, y enfoca la respuesta a las proclamaciones que se harán a lo largo de la jornada. Su objetivo es iluminar todo el día con la persona de Jesús, que está mirando, desde tres posibles vertientes, según la disponibilidad respecto a Él: su mirada responde a la de cada uno. Lo importante es destacar las infinitas distancias de cada uno entre la actitud de Cristo y la de cualquiera de los hombres, incluso la de los cualificados como "buenos", aquí representados por el hijo mayor. 4. Los pasos de la proclamación. 369 IDEAL. El primer Rollo, sobre el IDEAL, contiene la proclamación de la grandeza del hombre. Su objetivo es concienciar al cursillista sobre su realidad de persona humana, y despertar el deseo de un ideal "de altura", con el que dará sentido digno a su vida. Un ideal de altura centra, libera, realiza, dignifica, ilumina, alienta al hombre. Sin un ideal el hombre se siente insatisfecho, frustrado, vacío, todo a su alrededor cruje y se tambalea". El hombre busca su felicidad en falsos valores que, lejos de saciar sus ansias, abren en él nuevos deseos insaciables, que le provocan un sentido de frustración y una realidad de esclavitud. Necesita un ideal que le realice en plenitud. 370 El Rollo no ofrece una estricta antropología cristiana; trata sólo del hombre en su condición natural, aunque abierto a lo trascendente. Sin embargo, la experiencia constata que no sólo se abre camino a la proclamación de la Gracia, sino que, además, se evita una desnaturalización de la persona humana. El Rollo es una llamada a ser hombre, modo supremo de nuestro encuentro con El. 371 LA GRACIA. La siguiente proclamación se centra en la dignidad del hombre cristiano. En el Rollo sobre LA GRACIA, que caracteriza todo el cursillo, se subraya la autodonación de Dios al hombre, medio supremo de nuestro encuentro con El. Es la proclamación del amor de Dios y su deseo de comunicarse al hombre. 372 Son objetivos del Rollo sentar los cimientos de la vivencia de lo fundamental cristiano; señalar que la Gracia nos abre al encuentro con Dios y los hermanos, en un mundo nuevo, de realidades insospechadas, en el que sólo Dios puede llenar el vacío del alma. Dios es Alguien cercano, que irrumpe en la vida del hombre, hecho hijo del Padre, hermano de Jesucristo, templo del Espíritu Santo, en vida comunitaria con todos los hombres hermanos. Sólo Dios puede llenar el vacío del alma del hombre. Podemos caminar orgullosos, confiados, porque Dios -su Gracia- vive en nosotros, dinamizándolo todo. 373 La imagen del agua -bíblica cien por cienayuda a explicar analógicamente muchos aspectos de esta "invasión" de Dios en nosotros. La imagen como toda imagen-tiene el riesgo de entender la Gracia como "una cosa", que se da y se quita; pero el riesgo se evita insistiendo en que, siendo una realidad espiritual, la Gracia es encuentro vital con Dios, es presencia de Dios, que colma nuestros más profundos anhelos de superación. El Rollo es una llamada a ser hombre cristiano. 374 LOS LAICOS EN LA IGLESIA. La tercera proclamación se hace en el Rollo de LOS LAICOS EN LA IGLESIA. En él se confirma la llamada a ser hombre cristiano, ahora dentro de esta comunidad, que es la iglesia. 375 Los objetivos que se intentan son: 1) Acercarnos al "misterio de la Iglesia" para tomar conciencia, amorosa y comprometida, de ser Iglesia, miembros vivos y operantes de la misma; ello conlleva un sentido de corresponsabilidad comunitaria; 2) mostrar nuevamente el amor de Dios, al no dejarnos aislados y solitarios, sino integrados en la; asamblea de sus hijos; 3) anticipar los fundamentos teológicos de la función del laico dentro de la misión de la Iglesia. 376 El campo propio de laico, colocado en el corazón del mundo y a la guía de las tareas temporales, es el mundo vasto y complejo de la familia, del trabajo, del sufrimiento, de la política, de lo social, de la economía, de cultura en general (Cf. EN, 70). 377 La doctrina del Concilio recoge diversas imágenes de la Iglesia; entre ellas se desarrollan dos: 1) la de 'Pueblo de Dios, al que Dios convoca, asiste y marca un destino: una imagen que ayuda principalmente a comprender el sentido peregrinante de la vida cristiana y el dinamismo de la Iglesia en la historia; 2) la de Cuerpo Místico de Cristo, que expresa la participación del cristiano en la vida del "Cristo total", y la solidaridad en la fraternidad de todos los miembros, vitalizados por Cristo, Cabeza de este Cuerpo. Esta imagen del Cuerpo Místico ha sido fundamental en el origen e historia de Cursillos, y no ha perdido su fuerza de revelación. 378 Se trata de un aspecto de la "radical novedad cristiana", de que habla Juan Pablo II en su Exhortación sobre el laicado: "En virtud de la Gracia, los cristianos viven la Comunión de los Santos: son sarmientos radicados en Cristo, la verdadera vid, convertidos por El en una realidad viva y vivificante" que los transforma, por la Gracia del Espíritu, en "hombres nuevos". La imagen de la vid y los sarmientos "da luz no sólo para comprender la profunda intimidad de los discípulos con Jesús, sino también la comunión vital de los discípulos entre sí: todos son sarmientos de la única VID". 379 FE. ¿Qué le exige al cursillista esta maravilla del Plan de Dios, expuesto en las tres proclamaciones del día? La respuesta se da en un monosílabo: FE: la aceptación del plan de Dios. Al Dios que ofrece su autodonación al hombre en virtud de la Gracia, merecida por Jesucristo, en el seno de la Iglesia, el hombre responde como una aceptación total, confiada, gozosa, en la que no sólo se incluye el asentimiento de la inteligencia a la revelación de Dios, sino también la adhesión vital, el seguimiento de Cristo, el compartir su causa y su suerte. 380 Hay que sintonizar la Gracia de Dios con la libertad del hombre. Aunque Dios sale al encuentro del hombre, no se llega al abrazo, si el hombre no sale al encuentro de Dios. Se hace precisa la humildad. Se hace precisa la oración, fundamentada en el encuentro y trato y amistad con Dios, con el Cristo amigo. En virtud de la Comunión de los Santos, la oración de los hermanos -lo que coloquialmente llamamos "intendencia" o "palanca” puede despertar y avivar nuestra vida de fe. La aventura cristiana es lo más fascinante que se puede vivir: todos con todos; todos para todos. 381 Objetivo de este Rollo es la convicción jubilosa de la posibilidad dé la vida de Gracia, que impregna toda la vida del creyente. "Ya comáis, ya bebáis, o hagáis cualquier cosa, hacedlo todo para gloria de Dios" (1 Cor 10,31). 382 Con este Rollo se concluyen las tres grandes proclamaciones del día: la llamada a ser hombre ("Ideal"), la llamada a ser hombre cristiano ("Gracia"), y la llamada a ser hombre cristiano en una comunidad ("Iglesia"). 5. La fase de desarrollo de la vida cristiana. 383 PIEDAD. El mensaje del primer día del Cursillo se concluye con el Rollo de PIEDAD. Con él se pueden desvanecer posibles bloqueos y abrir caminos, que sólo serán nuevos porque se verán como posibles. 384 Objetivos propios de este Rollo son: 1) Deshacer erróneas concepciones sobre la vida cristiana; 2) proclamar que la Gracia debe vivirse de un modo consciente, creciente y compartido, dentro de la vía de la normalidad; 3) fundamentar el "nuevo" sistema de vida, sobre el mandamiento del amor; 4) procurar que el cursillista perciba que la santidad es asequible a todos. 385 El cursillista se ve en el trance de ir tomando una opción, y seguramente no llega a adivinar la forma de lograr el cambio que debe operarse en su vida: la descripción de las falsas posturas de la piedad ayudará a clarificar ideas y a apuntalar posturas. La piedad no puede ser -ni un individualismo egoísta, para "salvarse de algo"; -ni un formulismo rutinario para cubrir las apariencias de una vida interior que no existe; -ni un fariseísmo hipócrita de quien se sirve de la religión para fines bastardos. 386 La auténtica vida de Piedad es la fe llevada coherentemente a sus últimas consecuencias, impulsada por el Amor que Jesús proclamó en su mandamiento nuevo. "La fe sin obras es de suyo muerta" (Sant 2, 17). El asentimiento de la mente que acepta a Dios, debe desparramarse sobre todos los comportamientos del creyente: "Todo cuanto hagáis, de palabra o de obra, hacedlo en el nombre de Jesús" (Col 3, 17). 387 "Ante la mirada iluminada por la fe, dice Juan Pablo II, se descubre un grandioso panorama: hombres y mujeres que, precisamente en la vida y actividades de cada jornada, son los obreros incansables que trabajan en la Viña del Señor; son los humildes y grandes artífices... del crecimiento del Reino de Dios en la Historia^. 388 Este Rollo supone, de forma especial, el testimonio personal de quien puede mostrar, con su vida, que la proclamación que se ha hecho a lo largo del día no es pura fantasía, sino algo asequible a todos: "todo lo puedo en Aquél que me conforta" (Flp 4, 13). 389 LA FIGURA DE CRISTO. La Meditación de la mañana del segundo día nos presenta LA FIGURA DE CRISTO. A estas alturas, el cursillista está vislumbrando que aquel "ideal de altura", de que se le habló en el primer Rollo, habrá de centrarlo en el Dios que nos salva por Jesucristo, aquél que vino a darnos la Vida en abundancia (Jn 10, 10), el Agua que sacia nuestra sed hasta la Vida eterna (Jn 4, 13-14). 390 Es lógico que dejemos que se nos pregunte: ¿Quién dicen los hombres que soy Yo? ¿Quién dices que es El para ti? Cristo es -perfecto hombre, con todas las propiedades y limitaciones de un hombre, menos en el pecado; -perfecto Dios, con todos los atributos y prerrogativas de un Dios que se coloca al servicio del hombre; -el gran liberador, pues ha venido a comprometerse con cada uno de nosotros. Por ser hombre, sabe comprenderme; por ser Dios, tiene poder para remediar mis males; por ser liberador, El acompaña todos mis pasos. 391 "El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo Encarnado". La única orientación del espíritu, la única dirección del entendimiento, de la voluntad, del corazón es para nosotros ésta: Hacia Cristo, Redentor del hombre; hacia Cristo, Redentor del mundo. Hacia El queremos mirar nosotros, porque sólo en El, Hijo de Dios, hay salvación, renovando la afirmación de Pedro: -"Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna (Jn 6, 68) 392 Objetivos de esta Meditación son: 1) que el cursillista perciba que Jesús es el Dios a nuestro alcance de hombres; 2) que se despierte en él -o se profundice- el deseo de conocer a Cristo y su mensaje; 3) que valore lo que nos ha aportado Cristo con su vida, su muerte y su resurrección; 4) que quiera seguirlo como Maestro, como Amigo: El sigue presente dinámicamente entre nosotros. 393 FORMACIÓN. Es un Rollo que intenta impulsar al cursillista a conocerse más ampliamente, a conocer a Dios y al mundo cambiante en que se mueve, pero no con un mero conocimiento cerebral, sino con un conocimiento dinámico, que abarque toda su vida: es un Rollo que se encamina a la conversión. 394 Para esos logros, se utiliza una frase feliz de Pablo VI en la I Ultreya Mundial en Roma: al formarse, el cristiano reforma los criterios que sustente, conforma su vida según el modelo de Cristo, y transforma, actuando con plena responsabilidad, las estructuras temporales en que está inmerso. 395 Es todo el hombre el que debe formarse: "hasta que Cristo se forme en él" (Gal 4,19). Por la formación se logra el cambio -la conversión- de todo el hombre. El Rollo expone las distintas fuentes de formación, desde la contemplación de la naturaleza a la escucha de la Palabra de Dios, interpretada por el Magisterio de la Iglesia. La formación nos hará "firmes en lo esencial y humildemente felices en la fe". 396 SACRAMENTOS. Sigue luego el Rollo de Sacramentos. Sus objetivos son: 1) despertar al cursillista a la riqueza de la vida sacramental; 2) descubrir los sacramentos como signos del amor de Dios, como encuentros personales con Cristo; 3) apreciar el valor específico de cada Sacramento; 4) disponer al cristiano para una vivencia completa de fe, hacia Dios y hacia los hombres, que subyace en cada Sacramento 397 El Rollo describe los Sacramentos como signos eficaces, que Jesús brinda a su Iglesia, y como nutrición de la fe y de la vida, de forma que la persona que recibe el Sacramento se vaya transformando en sacramento, es decir, en signo e instrumento de Dios para la edificación de la Iglesia, el gran Sacramento de salvación. Así se evita que el tema derive hacia un posible aislamiento pietista, o caiga en el peligro de la cosificación y del ritualismo. 398 El Rollo perdería gran parte de su eficacia, si no se ofreciera una descripción de cada uno de los Sacramentos. Por eso el Rollo no puede ser breve; sin embargo, hay que prever la tentación de detenernos en una catequesis más o menos dilatada, en la que se diluya su carácter vivencial. Para atender a esta necesidad catequética, el cursillista contará durante el Cursillo con los contactos personales con los dirigentes del mismo y, después de él, con los distintos medios de formación, de que se habrá hablado en el Rollo correspondiente. 399 ACCIÓN. El Rollo de ACCIÓN completa el esquema básico del desarrollo de la fe. Un desarrollo que se hiciera en círculo cerrado sería un cierto género de egoísmo, arropado bajo la pantalla de piedad. Si la acción es connatural al hombre, la acción cristiana debe ser connatural al hombre cristiano: es cuestión, por tanto, de ser o no ser; de ser o no ser cristiano. Se quiere que éste no se conforme con "hacer de cristiano", sino que su ser cristiano lleve necesariamente a un "hacer cristiano". 400 El objetivo de este Rollo es evitar que el cursillista viva pasivamente su vida de fe; la fe le cierra a todo pasivismo; es preciso que se abra a los hombres, para hablarles, con el testimonio de la palabra y el testimonio de toda su vida, de su experiencia de Dios. Todo en él debe ser, en cualquier momento y situación, transparencia de Cristo. Todo su ser y su obrar tiene influencias sobre su entorno. 401 El actuar cristiano es una dimensión constitutiva del creyente, realizada en clave de amor, dentro de las estructuras en que Dios lo ha colocado: con sensatez, con audacia y con esperanza; con valor, con tenacidad, con espíritu de sacrificio. La acción cristiana derivada de la misma naturaleza del ser cristiano; es la realización de las exigencias del bautismo y de la confirmación. Sin nuestra acción apostólica, en los designios de Dios, Cristo no sería solución para el hombre; Él ha querido contar con nosotros. De nosotros, conjuntados a Cristo, puede depender la salvación de muchos. 402 EL PECADO, OBSTÁCULO A LA VIDA DE GRACIA. Contrastando con los tres primeros Rollos del día, llega el de EL PECADO, OBSTÁCULO A LA VIDA DE GRACIA: el hombre puede bloquear los designios de Dios. Dios le ha hecho libre, y el hombre puede estropear todo su plan... 403 Se intenta -éstos son los objetivos del Rollo-: 1) concienciar al cursillista sobre la existencia y trascendencia del pecado; 2) abrirle el alma a la luz del perdón; 3) profundizar en él la actitud necesaria para una auténtica reconciliación, expresión de su voluntad de conversión. Estamos asistiendo a la pérdida del sentido de pecado, provocada por la pérdida de los valores religiosos y éticos; sin embargo, el pecado -trunca el equilibrio interior del hombre; -es actitud de oposición al Reino que Cristo ha venido a implantar para la felicidad del hombre; -es frustración de la voluntad de un Dios que quiere que todos los hombres se salven; -es una herida producida en el Cuerpo Místico de Cristo, predestinado a la santidad; -es la destrucción de la fraternidad de los hombres, que está en el mismo núcleo del plan de Dios; -por él "vivimos en un mundo roto, en pedazos"; -por él se llega a crear una mentalidad, que cristaliza en estructuras que se vuelven opresoras, y se convierte en instrumentos de nuevas desviaciones, gravemente lesivas para muchos. En este sentido se puede hablar de pecado social y pecado estructural. 404 Pero Dios es providente y previsor. Frente a esta situación, El despierta en el hombre un "inconfundible deseo" de "recomponer las fracturas, de cicatrizar las heridas"; el hombre siente "verdadera nostalgia de reconciliación" que, si para unos es pura "utopía", para otros es "objeto de una conquista". El hombre, aun sin saberlo, tiende al retorno a un Dios que, "de tal manera ha amado al mundo, que le dio a su Hijo, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga la vida eterna" (Jn 3, 16). 405 Para superar los obstáculos a la vida de Gracia, una sana ascética cristiana propone, entre otros medios, la oración, la abnegación, la dirección espiritual, el amor a la cruz... 406 DIRIGENTES. Es el último Rollo del segundo día del Cursillo. Viene a ser un puente que se tiende entre el Rollo de "Acción" y el de "Animación cristiana de los ambientes". Se titula DIRIGENTES, entendiendo por dirigentes no el directivo que está en la cúpula del saber o del poder, sino todo cristiano capaz de ejercer su "acción cristiana", fermentando evangélicamente los ambientes en que se mueve. Con ello queda desvirtuada la objeción, natural en muchos cursillistas, de que ellos no han nacido para dirigentes. 407 Dirigente es todo cristiano que, responsabilizado de los compromisos de su bautismo, por sentirse incorporado a la Iglesia, se corresponsabiliza de la misión de la misma, dentro de su carácter secular. "En razón de la común dignidad bautismal, el fiel laico es corresponsable... de la misión de la Iglesia... La participación de los fíeles tiene una modalidad propia de actuación y de función que, según el Concilio, es propia y peculiar de ellos. Tal modalidad se designa con la expresión 'índole secular... Los fieles laicos viven implicados en todas y cada una de las ocupaciones y trabajos del mundo y en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social, de la que su existencia se encuentra como entretejida... El mundo se convierte en el ámbito y el medio de la vocación cristiana de los fieles laicos". 408 El dirigente es, por tanto, todo creyente que intenta una coherencia entre su fe y su vida, poniendo a contribución sus talentos, sus carismas y sus circunstancias. Todo cursillista es un dirigente en potencia, un cristiano responsable, consecuente, comprometido. 409 Serán objetivos del Rollo: 1) Destacar que cada uno, haciendo uso de sus cualidades, tiene un papel en el mundo; 2) proclamar que todos somos piezas comprometidas en la progresiva transformación de nuestro mundo; 3) exponer que, para esa tarea, se habrá de cultivar una serie de valores naturales y sobrenaturales, puestos a disposición de la difusión del Reino. 410 Entre estos valores o virtudes, se procurará desarrollar: el espíritu de iniciativa, la capacidad de riesgo, la simpatía, la fidelidad a las exigencias del ideal, la confianza en el hombre... Pablo VI, al hablar del espíritu de la evangelización, enumera, como valores propios del evangelizador, el sentirse humildemente bajo el aliento del Espíritu, el ser testigos auténticos, el ir a la búsqueda de la verdad y la unidad, y el caminar animados por el amor, con el fervor de los santos. 6. La fase de proyección hacia el hombre y hacia el mundo 411 El último día del Cursillo está íntegramente dedicado a proyectar al cursillista hacia su mañana. La vivencia de lo fundamental cristiano, en el contacto personal con el Señor y la amistad con los hermanos, debe desbordarse sobre el mundo, campo específico del laico, el hombre del siglo. Desde la Meditación de la mañana hasta el último momento de la Clausura, todo tiende a impulsar al cursillista hacia lo que, después de los tres días del Cursillo, va a ser llamado "cuarto día", su tarea cotidiana, permanente: la inserción del cristianismo en la vida. Todo el tercer día del Cursillo se ordena a la realización de la finalidad última del Movimiento: la evangélica fermentación de las estructuras en las que cada uno se halla inserto. 412 La complejidad de la vida moderna plantea al cristiano problemas, muchas veces arduos y conflictivos, si quiere vivir en el mundo como persona de fe. En un solo día, no se pueden hacer desfilar todas las posibles panorámicas que se van abriendo a cualquiera en lo concreto de cada día, ni se puede presentar un elenco de fórmulas mágicas, que siempre resultarían vagas y abstractas, y que el cursillista irá hallando en su caminar, apuntalado por una comunidad viva. Pero es posible orientarle, para que viva su cristianismo ofreciéndole motivaciones, descubriéndole horizontes, potenciando su debilidad y abriéndole a la grandeza de una vida apostólica. 413 MENSAJE DE CRISTO AL CURSILLISTA. La Meditación con que se inicia el día, apunta a iluminar y vincular los distintos Rollos de la jornada. Se basa en algunos versículos del Sermón de Jesús en la Cena pascual, tomados del Evangelio de san Juan: "No me habéis elegido vosotros a Mí, sino que Yo os elegí a vosotros, y os he destinado a que vayáis, y deis fruto, y vuestro fruto permanezca" (Jn 15, 16). "Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en Mí y Yo en él, ése da mucho fruto, porque sin Mí, nada podéis hacer" (Jn 15,5). 414 La Meditación se enfoca aparentemente sobre el aspecto espiritual de quien va a lanzarse a la gran aventura; pero en realidad, no sólo intenta dar al cursillista el clima y la clave en que deben desenvolverse, sino que, además, le impulsa a lanzarse al mundo de las realidades que configuran su vida, para fortalecer -y fructificar-donde el Señor, según el viejo adagio del MCC, ha "plantado a cada uno". Todos los Rollos del día son consecuencia de esta Meditación: en el mundo es la tarea del cursillista. Y es con Cristo con quien se dedicará a las realidades temporales ("Fermentación cristiana de los ambientes"); con los medios que le propone una sana ascética ("Vida Cristiana"); en el seno de una comunidad que lo vitaliza, lo impulsa y lo acompaña ("Comunidad cristiana" y "Grupo y Ultreya"). 415 Objetivos de esta Meditación son: 1) concienciar al cursillista sobre la necesidad de ir al mundo para dar fruto; 2) urgirle a que se pregunte dónde y cómo tiene que darlo; 3) proporcionarle los medios para una vida cristiana y evangelizadora; y 4) animarle a que se deje apuntalar y acompañar por una comunidad eclesial viva. 416 ESTUDIO Y ANIMACIÓN CRISTIANA DE LOS AMBIENTES. Hay que concretar el dónde y el cómo de la presencia del cristiano en el mundo. A ello tiende el primer Rollo de este día: FERMENTACIÓN CRISTIANA DE LOS AMBIENTES. Es el desarrollo práctico, concretizado, del Rollo de Dirigentes, ¿Cuáles van a ser los campos de la actuación cristiana del cursillista en el mundo? ¿De qué formas va a valerse para un proyecto de mañana? No se pretende ofrecer un manual de acción cristiana ni abrir el abanico de múltiples posibles metodologías o recetas. La proyección sobre el mundo será siempre labor de artesanía, que exigirá creatividad, iniciativa personal, imaginación. Hay que ayudar al cursillista para que encuentre caminos y se esfuerce por fermentar, una vez convertido, como en la parábola evangélica (Cf. Mt 13, 33). 417 Dijo el Concilio: "Los fíeles laicos son llamados por Dios para contribuir desde dentro a modo de fermento a la santificación del mundo, mediante el ejercicio de sus propias tareas, guiados por el espíritu evangélico: "Dios les manifiesta su designio en su situación intramundana, y les comunica la particular vocación de buscar el Reino de Dios, tratando las realidades temporales y ordenándolas según Dios". 418 La presencia del cristiano se concretará en sus propios ambientes, entendiendo por tales el conjunto de personas, ideas, valores y circunstancias que concurren en un determinado lugar y tiempo, y que influyen en el modo de ser, de pensar y de actuar de todos. Todo ambiente influye en los comportamientos de uno, y cada uno puede influir sobre el de los demás. De ahí la necesidad de discernir los ambientes en que estamos insertos, a sabiendas de que sólo se influye sobre ellos a través de cada persona incrustada en ellos. El Rollo habrá de descender a los ambientes concretos de la familia, del trabajo y de la amistad; habrá de contemplar los problemas concretos de la droga, el alcoholismo, la marginación o el desempleo; habrá de hacer referencia al menos a los fenómenos sociológicos que nos circundan: procesos económico-sociales, corrientes ideológicas, programas políticos, sociedad de consumo, secularismo, pluralismo a todos los niveles, erotismo, divorcios, intolerables desigualdades sociales y económicas, el dilatado cerco del hambre y la miseria... 419 Entre los logros que persigue, la Exhortación sobre los fieles laicos consagra largos epígrafes a -vivir el Evangelio sirviendo a la persona y a la sociedad; -promover la dignidad de la persona; -venerar el inviolable derecho a la vida; -sentirnos libres para invocar el nombre del Señor; -hacer que la caridad sea alma y apoyo de la solidaridad; -sabernos agentes en el centro de la vida económico-social y política; -evangelizar la cultura y las culturas del hombre. 420 Pero no podemos perder altura, limitándonos a descripciones sociológicas; hay que seguir manteniendo un estilo interpelativo, comprometedor, Kerygmático, valiéndonos de la parábola evangélica del "fermento" (Mt 13,33), que, aun siendo pequeño -y porque es pequeño-, se hace poderoso por la virtud de Jesús, siempre que se haga presente en la masa, para fermentarlo todo... 421 Objetivos de este Rollo, que es trascendental en la finalidad del Movimiento, son: 1) orientar al cursillista a definir sus ambientes -la familia, el trabajo, las amistades, el ocio-, distinguiendo sus diversos rasgos e interrelaciones; 2) ayudarle a estar encarnado en cada uno de ellos; y 3) impulsarle a actuar directamente, entusiásticamente sobre las personas, para la cristiana transformación de los ambientes de cada uno, siguiendo esta táctica: conquistar el corazón, luego la inteligencia y, después la voluntad. Y todo ello acompañado de su oración y sacrificio, infundiendo confianza en que todo lo podemos en Aquél que nos conforta (Cf. Flp 4, 13). 422 VIDA CRISTIANA. Sin ella queda invalidada la evangélica fermentación de los ambientes. No hay evangelización si los evangelizadores no han sido previamente evangelizados. Cristo es la verdadera vid, que comunica vida y fecundidad a los sarmientos. "Los santos y las santas han sido siempre fuente y origen de renovación en las circunstancias más difíciles de toda la historia de la Iglesia. Hoy tenemos una gran necesidad de santos, que hemos de implorar asiduamente a Dios‟. 423 Objetivos de este Rollo son: 1) incidir en la necesidad de una conversión consciente, creciente y compartida, enfocada hacia la animación cristiana de los ambientes; 2) presentar algunos medios que apuntalen lo que, de otra forma, pudiera ser una aventura efímera: la Eucaristía será el viático del cursillista. 3) proclamar la grandeza y la fecundidad de una vida vivida para la construcción de la "civilización del amor". 424 La vida cristiana "suscita y exige”. -el seguimiento y la imitación de Jesucristo, -la recepción de sus Bienaventuranzas, -la escucha de la Palabra de Dios, -la participación en la vida litúrgica y sacramental de la Iglesia, -la oración individual, familiar y comunitaria, -el hambre y sed de justicia, -el llevar a la práctica el Mandamiento del amor, en todas las circunstancias de la vida y al servicio de los hermanos, especialmente de los más pequeños, de los pobres y de los que sufren". 425 Este es, en definitiva, "el nuevo sistema de vida" del que frecuentemente habla Juan Pablo II: la civilización de "los hombres nuevos". El Rollo puede concluir con una vibrante reflexión sobre las Bienaventuranzas, en las que se sintetiza toda vida cristiana. 426 COMUNIDAD CRISTIANA. Con este Rollo se intenta que el Cursillista tome conciencia de: 1) que la fe y la vida cristiana son realidades que se celebran, se profundizan y se testimonian en una comunidad; 2) que es necesario incorporarse a una comunidad, con lo que ésta le ofrece y lo que él debe aportar a ella; 3) que en la comunidad hallará el campo propicio para promocionar su vida cristiana y proyectarse para ser fermento evangélico en el mundo; 4) que la parroquia es como la "fuente de la aldea" propia de cada uno, la Iglesia que "vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas", llamadas a educar... en la recepción de la Palabra, en el diálogo personal con Dios, en la vida de caridad fraterna, haciendo palpar, de modo más directo y concreto, el sentido de la comunión eclesial y de la responsabilidad misionera. 427 En la reunión del CELAM en Medellín (Colombia) se definió la Comunidad como un "núcleo de personas comprometidas y reunidas en Cristo, que actúan, como fermento, en la masa del mundo con el cual se está en contacto. Para fermentar evangélicamente los ambientes, necesitamos un núcleo de personas que, viviendo una vida cristiana, estén comprometidas y conjuntadas. 428 Somos comunidad por el hecho de ser cristianos, de ser Iglesia. En su vida interna, la comunidad eclesial se caracteriza por la realización de aquellas cuatro "perseverancias" de la primitiva Iglesia, descritas en los "Hechos de los Apóstoles" (2, 44-47); en su vida externa, se distingue por su doble compromiso: de evangelización intraeclesial, y de fermentación cristiana del mundo. Son precisos pequeños núcleos de comunicación, de impulso, de potenciación, de acompañamiento -es decir, la comunidad-, si no queremos desfallecer en el camino. La comunidad viene a ser el punto de enlace entre los tres días del Cursillo y el "cuarto día" del Poscursillo, para abrirnos a una gozosa y progresiva conversión. Existe un riesgo: sentirse solo. Y un seguro: huir de la soledad, para incorporarnos a una comunidad, donde todos nos conocemos, nos queremos y nos apuntalamos. Todo se puede esperar de quien viva y construya el sentido de comunidad. Allí -se comparte la vida de piedad y el amor fraterno; -se va creciendo y madurando en la fe, la esperanza y el'' amor; -se vive con mayor ilusión y alegría nuestra vida cristiana; -se superan las dificultades en nuestra acción fermentadora, al detectar que los otros también las saltan y nos apuntalan. 429 La Iglesia, ha escrito Juan Pablo II, tiene que dar hoy un gran paso adelante en su evangelización: debe entrar en una nueva etapa histórica de su dinamismo misionero. En un mundo que, con la desaparición de las distancias, se hace cada vez más pequeño, las comunidades eclesiales deben relacionarse entre sí, intercambiarse energías y medios, comprometerse a una en la única y común misión de anunciar y vivir el Evangelio". 430 GRUPO Y ULTREYA. El Movimiento de Cursillos ofrece dos medios para vivir y acrecentar el sentido comunitario del cursillista: EL GRUPO Y LA ULTREYA. Este es el título del último rollo del Cursillo. Entre otras posibles comunidades, el Grupo y la Ultreya tienen la virtud de proseguir la transmisión del mensaje dentro de un mismo estilo y hasta con las mismas expresiones que vivió el cursillista en el momento de su encuentro con el Señor. 431 El objetivo del Rollo es dar a conocer estas dos fórmulas comunitarias, de modo que, aquellos que no dispongan, al terminar él Cursillo, de otra comunidad que les comprometa cristianamente, sepan que Cursillos no les deja solos; al contrario, les abre de par en par el espacio de sus Grupos y de sus Ultreyas. 432 EL GRUPO se funda sobre la fuerza asociativa de la amistad. Y la amistad, dijo Pablo VI cuando dio a nuestros Grupos "carta de ciudadanía", se funda en afinidades espirituales que -proporcionan gusto y fervor, -excitan la imaginación, y -facilitan los esfuerzos del apostolado que, tal vez por sí mismo, ninguno se atrevería a realizar. 433 El Concilio ya había afirmado que los laicos, "ayudándose unos a otros espiritualmente por la amistad y la comunicación de experiencias, se preparan para superar los inconvenientes de una vida y un trabajo demasiado aislados, y para producir frutos mayores en el apostolado". 434 El Grupo exige la reunión de núcleos reducidos, voluntarios, periódicos y estables. 435 Estas reuniones deben hacerse. -con regularidad semanal, pues la amistad que no se cultiva, se evapora; -con sigilo, pues la intimidad de la amistad exige discreción; -con seriedad, ya que en el grupo se comparte vida y proyectos de vida; -con sinceridad, sin la cual no se concibe la amistad. 436 No hay fórmulas rígidas para el desarrollo de las reuniones de Grupo, siempre que en ellas se comparta -la unión vital de sus miembros con Cristo, -el propósito de una progresiva formación, y el compromiso concreto de ir impregnando de Evangelio los ambientes concretos de cada uno de los integrantes del Grupo. 437 Dado el reducido número de sus miembros, exigido por la amistad, no puede afirmarse que el Grupo constituya una comunidad eclesial en el más estricto sentido de la palabra; pero puede y debe ser semilla y fermento de comunidad. 438 LA ULTREYA es una comunidad eclesial, que se reúne para compartir la vivencia y la convivencia de lo fundamental cristiano, y potenciar el compromiso de ir fermentando cristianamente los ambientes. 439 Cuando se deja de intentar cualquiera de estas dos finalidades, o se pretenden otras distintas, lo natural es que la Ultreya desfallezca, por vaciarse de contenido. 440 La Ultreya es el medio de universalizar la visión de los Grupos, abriéndose a los afanes de la Iglesia. 441 No hay ningún método esencial a la Ultreya, aunque ésta siempre ha de tener carácter formativo y vivencial a la vez. Conviene que sea semanal. 442 La eficacia de la Ultreya se logra plenamente cuando, cumpliendo los requisitos de toda comunidad eclesial, -ofrece pistas de lanzamiento para que, a la vista de otras experiencias vitales, nunca se estanque la propia vida cristiana, e -impelidos todos por las inquietudes evangelizadoras de los demás, se sientan comprometidos a dar un paso adelante en la animación cristiana de los ambientes en que cada uno se mueve. 7. EL POSCURSILLO [443-526] 1. INTRODUCCIÓN 443. Todos en la Iglesia, por ser sus miembros, reciben y comparten la vocación común a la santidad. La dignidad en cuanto cristianos, fuente de igualdad para todos los miembros de la Iglesia, garantiza y promueve el espíritu de comunión y fraternidad y, al mismo tiempo, se convierte en la fuerza dinámica escondida en la misión de los fieles laicos. 444. "La comunión y la misión están profundamente unidas entre sí, se compenetran y se implican mutuamente, hasta tal punto que la comunión representa a la vez la fuente y el fruto de la misión: la comunión es misionera y la misión es para la comunión". De ahí que la misión de la Iglesia se concrete y se manifieste en la evangelización. 445. El MCC ofrece a los laicos, a través de las formas y el proceso dinámico del Poscursillo, los medios para que cumplan lo que se les exige como miembros de la Iglesia: La vocación a la santidad, La participación en comunidad, La evangelización. 446. El método del MCC para el Poscursillo está destinado a ayudar a los laicos a cumplir esas exigencias, en la medida en que ellos se esfuercen en alcanzar la finalidad última del Movimiento: "crear núcleos de cristianos que vayan fermentando de Evangelio los ambientes". 2. DEFINICIÓN 447. El Poscursillo es el medio comunitario destinado a incrementar e impulsar la conversión y vivencia cristiana iniciada en el Cursillo, para hacer que las inquietudes individuales y de los grupos que de él se originan, lleguen a fermentar de Evangelio la comunidad eclesial y humana, y las estructuras temporales. Lo que se espera del Poscursillo es lo que se espera de cualquier laico en la Iglesia: que construya la Iglesia en el mundo. 448. Después del Cursillo es importante que el cursillista se incorpore a una comunidad eclesial donde se desarrolle como fermento. Puesto que esas comunidades no pueden estar limitadas a las del Movimiento, ya que el Poscursillo es para la Iglesia, es de esperar que el Poscursillo ofrezca al cursillista los mejores medios para tal desarrollo. El fruto de tal incorporación está en conseguir un laico cristiano, que, a la vez, sea miembro vivo dentro de la Iglesia y dentro del mundo. 449 El hecho de que en el desarrollo del MCC, los elementos que hoy conocemos como Poscursillo fueron anteriores al Precursillo y al Cursillo, nos da la razón para fijarnos en la experiencia de los iniciadores, en este punto. Su experiencia, y la de aquellos que han ensayado el método, ha demostrado que, cuando los tres tiempos trabajan unidos, son efectivos y válidos para alcanzar la finalidad del Movimiento. 450. Los elementos del Poscursillo tienen dos aspectos: el individual y el comunitario. En el caso del individuo, la meta básica no es sólo tratar de saber más o hacer más, sino de ser más, de manera que toda la persona sea renovada interior y progresivamente cada día en la línea de sus propios carismas y de las oportunidades apostólicas que la rodean diariamente. 451. Los medios comunitarios del Poscursillo garantizan que nadie viva o crezca aisladamente, sino en un clima de amistad. La comunidad cristiana se realiza a través de compromisos concretos hechos y de amor generosamente compartido entre todos y con el mundo. 3. EL POSCURSILLO, UN PROCESO DINÁMICO 452. Todo lo que se hace en función de la finalidad del MCC, dentro de su método, tiene como objetivo final el Poscursillo. La finalidad del Cursillo es llevar a las personas del Precursillo al Poscursillo. Como muchas otras cosas en la vida, esto involucra un proceso. Al tratar de esta fase, procuraremos descubrir el espíritu, lo que se pretende, sin querer presentar panaceas, porque el Espíritu sopla donde quiere (Jn 3, 8) y no podemos esclavizarlo a unas fórmulas concretas. Siendo el Poscursillo, por su naturaleza y necesariamente, un proceso, debe estar lleno de dinamismo y fluidez. El Poscursillo está destinado a continuar la conversión y la vivencia de lo fundamental cristiano, cuyo proceso se inició en el Cursillo. Dentro de las estructuras del Poscursillo, la inquietud de los individuos y de los grupos, iniciada en el Cursillo, es constantemente estimulada, a fin de que, tanto la Iglesia como la comunidad en la que los individuos y sus grupos están inmersos, sean continuamente fermentadas con el espíritu evangélico. 453. Si la finalidad del MCC es: buscar evangelizadores potenciales, en los tres aspectos de la finalidad, conducirlos a la conversión y animarlos en su tarea de evangelizar el mundo, la tarea más difícil será siempre esta última. El MCC, desde sus inicios, ha asumido la responsabilidad de proveer a los que hacen un Cursillo, de una comunidad, en la cual sean comprendidos, ayudados y estimulados a crecer y compartir juntos su vida cristiana. Los medios que el MCC ofrece, la Reunión de Grupo y la Ultreya, no son fines en sí mismos, sino un servicio a los individuos y a los grupos para ayudarles a perseverar en sus esfuerzos y en sus actitudes apostólicas. Estas estructuras no fueron creadas para reemplazar estructuras eclesiales, ni tampoco pretenden agotar los medios de perseverancia comunitaria. Más bien deben verse como supletorias y complementarias de la comunidad eclesial. 4. LA FINALIDAD DEL POSCURSILLO. 454. La misión de la Iglesia incumbe a todos los que formamos la Iglesia, "La vocación de los fíeles laicos a la santidad implica que la vida según el Espíritu se exprese particularmente en su inserción en las realidades temporales y en su participación en las actividades terrenas... La santidad es un presupuesto fundamental y una condición insustituible para realizar la misión salvífica de la Iglesia, la santidad de la Iglesia es el secreto manantial y la medida infalible de su laboriosidad apostólica y de su ímpetu misionero". 455. Por necesidad, el Poscursillo no debe representar algo extra para los cursillistas, que les imponga algo más de lo que la Iglesia pide. Más bien es una herramienta o un medio eficaz para que cada uno realice lo que le exige su condición de bautizado y de miembro de la Iglesia, un medio para conseguir lo que se espera de él. 456. El Poscursillo ofrece a cada uno la oportunidad de profundizar en las relaciones descubiertas, iniciadas o profundizadas en el Cursillo, que se conocen como "los cuatro encuentros": consigo mismo, con Dios, con los hermanos y con el mundo. Los compromisos que cada uno hace en el MCC tienden a intensificar los cuatro encuentros. La Iglesia llama en nombre del Señor a cada uno de sus miembros a la santidad y a su misión de evangelizar el mundo. "Todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad". 457. En el momento en que todos vivan como uno, todos compartirán la misión común de la Iglesia. Aun cuando hay muchas y variadas formas de trabajos apostólicos y diferentes aspectos de la misión hacia adentro y hacia afuera, la tarea fundamental de esa misión es la evangelización. Es necesario que nuestro celo evangelizador brote de una verdadera santidad de vida. 458. Estar en actitud de conversión constante, vivir en comunidad, evangelizar, cambiar nuestra manera de ser para mejorar, son compromisos exigidos por el bautismo. Si estos compromisos son vividos gozosamente por toda la Iglesia, nos conducirán a esa nueva evangelización que la Iglesia está pidiendo: combatir en los individuos la indiferencia hacia Dios, la separación entre religión y vida, y la falta de participación de muchos en la vida vitalizadora de la Iglesia; y evangelizar a todos los pueblos, en cuyas culturas hacen falta comunidades eclesiales, 459. El MCC ofrece en el Poscursillo los medios más apropiados para cumplir esta finalidad. La meta del Movimiento es evangelizar, impregnando los ambientes con el Evangelio. 460. Esta comprensión de la naturaleza ambiental del Poscursillo se basa en el hecho de que la conversión es un proceso progresivo que no termina, y que la transformación de ambientes se consigue sólo en el mismo grado en que se transforman los hombres que los forman. Un buen programa de Poscursillo ayuda a todos a descubrir, a aceptar y a ocupar responsablemente su puesto en la Iglesia (la comunidad eclesial) y en el mundo (sus ambientes). 461. La finalidad básica del Poscursillo es renovar, acelerar y perfeccionar la conversión de cada individuo que ha vivido la experiencia de un Cursillo. Esto se intenta a través de un proceso continuo y progresivo. Su finalidad es la progresiva transformación de los ambientes de los cuales estas personas son responsables, especialmente sus familias, vecinos, lugares de trabajo, asociaciones y otras situaciones seculares. Como quiera que éstas se transforman desde dentro, no se trata de buscar nuevos ambientes o apostolados a las personas que salen del Cursillo, sino de orientarlas hacia una actitud y una mentalidad apostólicas, proporcionándoles los medios para evangelizar el lugar donde viven la mayor parte de sus vidas -sus propios ambientes-, a través de grupos ambientales. 462. La finalidad del Poscursillo no es convertir el MCC en una asociación de los que han vivido un Cursillo. Tampoco es su función la de proveer trabajadores para toda clase de proyectos eclesiales humanos, independientemente de lo buenos que sean esos proyectos. El objetivo es que cada persona encuentre su propio y único puesto en la Iglesia y en el mundo, y que el Poscursillo le proporcione los medios para vivir allí su vida cristiana. 5. LA ESTRATEGIA DEL POSCURSILLO. 463. "El compartir lo fundamental cristiano y la vida en comunidad no convierten al MCC en una asociación. El cristiano comprometido no necesita ataduras legales para cumplir su vocación a la santidad, para compartir en amistad cristiana y para evangelizar en el Poscursillo. Lo importante del Poscursillo es facilitar un clima y una forma, de manera que cada uno pueda llenar su capacidad de ser santo y apóstol, de acuerdo con sus propios carismas. Por esta razón debe dedicarse a llevar a cabo sus propios compromisos temporales, como una respuesta a estar donde Dios quiere que esté". 6. LA ESTRUCTURA DEL POSCURSILLO. 464 Los medios o la estructura del Poscursillo están pensados para lograr la finalidad expresada arriba. Esto está de acuerdo con la definición dada previamente sobre la finalidad del Poscursillo. Así como existe la necesidad de conocer el porqué del Poscursillo, existe también la necesidad correspondiente de estudiar el cómo conseguirlo, a través de sus estructuras. 465. Hay dos medios básicos para crecer y perseverar en la vida cristiana dentro del Poscursillo: la Reunión de grupo para los individuos, y la Ultreya para la comunidad. Aunque ambas son estructuras comunitarias, una se encamina principalmente al bien del individuo, y la otra, al bien de la comunidad. Ambas son básicas en términos del método. Ambas son importantes para la realización del enfoque de toda nuestra vida a la luz del Evangelio y para la oportunidad de compartir esa vida con otros apóstoles. Un cristiano aislado es un cristiano paralizado. Así bien lo será un Grupo, si no está unido a otros grupos. 7. LA REUNIÓN DE GRUPO Definición: 466. De cara a los dos elementos que constituyen la realidad total de una Reunión de Grupo, la definimos como: Un grupo de personas que son amigas y son cristianas, o quieren serlo, y se reúnen (reunión) para ser más amigas y más cristianas. De cara a la finalidad del Movimiento, la Reunión de Grupo es la amistad llevada al terreno de lo sobrenatural y convertida en ocasión y canal permanente de gracias : actuales, que crea una circunstancia (santificante) que va posibilitando la vivencia auténtica, continua y progresiva de lo fundamental cristiano, lo cual tiene como consecuencia la fermentación dinámica y creciente de los ambientes. Esencia y Finalidad 467. Los grupos son una necesidad humana. Las personas, como entes sociales, han formado siempre grupos para lograr su perfección mutua: familia, sociedades, etc. Los grupos son también una necesidad cristiana. La Iglesia es comunitaria en su esencia y en ella nadie puede vivir desvinculado de los demás. Su origen no está en una obra humana, sino en la misma concepción cristiana de Dios como Trinidad y de la Comunión de los Santos. 468 El Grupo de cristiandad quiere ser un reflejo de la Iglesia (sacramento, signo e instrumento de Cristo), realizándose en una escala visible y audible. En el fondo no es más que un procedimiento práctico para unirnos (no sólo reunimos) con los hermanos en la caridad de Cristo, aprovechando la circunstancia de una amistad humana, para que la caridad universal se convierta en visible, palpable y dinámica. Es el modo de ser de la Iglesia; no es más que la esencia del cristianismo, realizándose a la escala de nuestras posibilidades. 469. En el Cursillo descubrimos que es posible vivir cristianamente en el mundo hasta el más alto grado, por medio de los pequeños grupos de amigos con quienes podemos compartir la vida que individualmente vivimos como cristianos. El deber básico, después del Cursillo, debe ser el de encontrar ese grupo de amigos. Por supuesto podemos definir lo que queremos decir con el término Reunión de Grupo. 470. Es posible que la reunión cree la amistad. Indudablemente, el proceso de la reunión en el Poscursillo es el factor a través del cual la amistad se descubre, se alcanza, se realiza, se profundiza y se sostiene en el Grupo. Como lo apunta "Vertebración de Ideas", toda la vida es un vivir juntos, y, si no se vive juntos, no es. Vida. La forma más profunda de vivir juntos es la amistad; cuando esa amistad se eleva a un plano santificador por medio de la Gracia, tenemos el mejor camino posible para lograr la comunidad cristiana. 471. Todo el que vive el Cursillo, normalmente experimenta una conversión dentro de la comunidad de fe que es un Cursillo. Esta experiencia comunitaria de la fe es o debería ser un modelo para realizar en el Poscursillo, tanto individual como comunitariamente. El MCC debe promover sus medios propios como los adecuados para los cursillistas. 472. "La Reunión de Grupo promueve la vivencia ck-la vida cristiana en amistad con los demás. Esto supone la planificación y la realización de los compromisos apostólicos”. Esto incluye los planes para la realización de sus obligaciones apostólicas. La Reunión de Grupo es vital'" para este proceso de crecimiento. Es un grupo de personas comprometidas unas con otras para su transformación en Cristo. La reunión en sí es algo que pasa, es un suceso temporal. El MCC está interesado en crear o formar grupos de amistad a través del proceso de la reunión, a fin de perpetuar (hacer perenne) el Cursillo, esto es, la vivencia y convivencia de lo fundamental cristiano. 8. LOS ELEMENTOS DE LA REUNIÓN DE GRUPO. 473. Hay dos elementos distintos en la llamada Reunión de Grupo: por una parte, el Grupo, que es la comunidad de personas que lo constituyen por mutuo acuerdo; es algo concreto, que trasciende el acto formal de reunirse. Por otra parte, 474. La reunión, que es el momento o acto por medio cual el Grupo se reúne, para profundizar su amistad; es un acto transitorio, temporal. estos elementos están entrelazados, ya que uno no puede existir sin el otro. No se puede formar y mantener un grupo, a menos que se reúna periódicamente; y no puede haber reunión, a menos que se realice por un Grupo con propósito de alcanzar la finalidad dada en la definición Poscursillo. 475. La reunión es lo que hace posible que el Grupo: 1) se forme como Grupo; 2) continúe siendo Grupo; 3) se forme y persevere como germen o semilla de comunidades cristianas, llenas de celo apostólico. La combinación de los dos elementos en la realidad de la Reunión de Grupo, hace que, cuando se vive, el grupo se convierta en germen o semilla de una comunidad cristiana 9 COMO SE CONSIGUE EL OBJETIVO 476. La reunión hace posible la vivencia auténtica, continúa y progresiva de lo fundamental cristiano en los miembros del Grupo: -Compartiendo; -revisando; -fomentando la vivencia de lo fundamental cristiano en sus vidas; -con la ayuda mutua para vivirlo. 477. La Reunión de Grupo ayuda a que la vivencia de lo fundamental cristiano sea: 1) AUTENTICA: el amor y la ayuda mutua hacen nuestro cristianismo más auténtico: "Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas, y así daréis pleno cumplimiento a la ley de Dios"(Gal 6, 2), nos dice san Pablo. "En la Reunión de Grupo debe encontrar el cursillista la vivencia de lo fundamental cristiano, a la que ha sido llamado". 478. 2) CONTINUA: la ayuda mutua y la revisión de vida de cara a lo fundamental cristiano la hacen CONTINUA. La revisión de vida, no como una técnica que lleva ese nombre, sino como un descubrir y compartir actitudes, más que hechos, procurándonos altos en el camino para su reorientación, la ayuda mutua, alentándonos y tendiéndonos la mano mutuamente. "¡Ay de aquél que, si cae, no tiene quien lo levante!" (Ecl 4, 10). Pero "un amigo ayudado por otro amigo es invencible, como ciudad amurallada" (Prov 18, 19). 479. 3) PROGRESIVA: la planificación de la vida y el enriquecimiento que da el compartir la hacen PROGRESIVA. Esto es válido en todos los aspectos de la vida; y en la vida cristiana no es excepción. La revisión, la planificación y el compartir nos hacen mejores hombres, mejores comerciantes, mejores operarios, mejores industriales, y mejores cristianos. Mejores en todo. 480. 4) COMPARTIDA: compartir no significa simplemente contarse las cosas. Compartir es participar, tomar parte con, hacer partícipe de, departir y hasta repartir. Compartir lo que se es, lo que se hace y lo que se hará; y podemos agregar "lo que se tiene", porque, donde se da una auténtica comunidad humana y cristiana, suele darse también una progresiva comunión y participación en lo espiritual y en lo material. Notas características de la Reunión de Grupo: 481. 1) SERIEDAD. La seriedad no significa severidad ni rigidez. Significa sencillamente que asumimos una actitud seria hacia el valor y la utilidad de lo que se realiza en la Reunión de Grupo, con el gozo espontáneo que debe caracterizar siempre nuestra personalidad cristiana. 482. 2) SINCERIDAD. Sin sinceridad no hay confianza. Su defecto impide la cordialidad y el desarrollo de la amistad. Esto conduce a la artificialidad y a la hipocresía y, eventualmente, a la disolución del Grupo. Los frutos de la sinceridad que deben prevalecer son: la confianza, la honestidad y el respeto mutuo. 483. 3) DISCRECIÓN. El clima de la Reunión de Grupo debe ser siempre un clima de intimidad y confianza y, por tanto, de reserva. La reunión debe realizarse en las circunstancias propias de la cordialidad, del espíritu de caridad y del entusiasmo apostólico. 484. 4) REGULARIDAD. La constancia y la perseverancia en la asistencia a la reunión periódica -normalmente semanal- siempre han demostrado que son un factor de permanencia; la regularidad es una condición irreemplazable para mantener el Grupo y su ambiente de amistad y de espiritualidad. 485. La Reunión de Grupo no es una acto más, sino una forma de vida; no es otra obligación que se asume, sino una ayuda para la perseverancia; no es simplemente un método, sino una realización tangible del dogma de la Comunión de los Santos. Sería muy difícil encontrar razones que justificasen su omisión, sobre todo, cuando se entiende que la función más importante de la Reunión de Grupo es dar forma espiritual a todo en la vida; y que, por tanto, deberá ser la mayor ocupación y gozo. 10. PROCEDIMIENTO. 486. Podemos afirmar, pues, que la Reunión de Grupo es el instrumento que el MCC ofrece para iniciar y reafirmar la vida comunitaria cristiana, y, así, asegurar la Conversión progresiva y la fermentación evangélica de los ambientes. El procedimiento para lograrlo es: -por la reunión, al trato; -por el grato, a la amistad; -por la amistad, al Grupo; -por la santidad del Grupo y de cada uno de sus miembros, a la fermentación cristiana de los ambientes. 487 En el Grupo de cristiandad las relaciones son de persona a persona como tales, en razón de sí mismas, no en razón de una función que desempeñen. El Grupo comparte unos valores, y los comparte de idéntica manera desde la perspectiva de una conversión. Estos valores hacen que los miembros del Grupo se sientan identificados y unidos por la fe, formando un todo; eso sí: respetuosos y conscientes de la individualidad de cada uno. 488 Si la amistad nos une a unos pocos, los valores cristianos nos abren a todos los demás. El Grupo es así íntimo y abierto, personal y eclesial, receptor y trasmisor de vida cristiana. Solamente en el compartir por la vía de la amistad se da plenamente la relación interpersonal primaria, en razón de las personas como tales. Por la vía de la amistad se puede compartir todo: lo que se es, lo que se hace y lo que se tiene. 499 En este compartir no somos subordinados ni compañeros, sino protagonistas todos en la misma aventura de vivir lo fundamental cristiano. Sólo en el compartir por la amistad se logra un compartir: libre, porque yo lo deseo, no se me impone; profundo, porque no se queda en lo superfluo, sino que va a lo fundamental, dinámico, vital, estable, frecuente y duradero; por eso es que el compartir entre amigos la vida cristiana es, a la vez, cauce, estímulo y garantía para vivirla. Al estudiar la amistad como fundamento del Grupo, tampoco se puede dogmatizar sobre el número o naturaleza de sus componentes. Nadie tiene derecho a escogernos nuestros amigos ni a prohibirnos o imponernos una amistad. El Grupo de cristiandad será siempre con quien uno quiera y nunca será con quien no se quiera. Esto abre a la posibilidad de Grupos mixtos (hombres y mujeres) o de matrimonios, y a la incorporación de personas que no han hecho el Cursillo, y a Grupos geográficos, ambientales o gremiales: innumerables posibilidades condicionadas únicamente por la capacidad de amistad y convivencia cristiana entre sus miembros. 490. El uso indiscriminado del término Reunión de Grupo puede crear confusiones y malentendidos. Lo Importante no es tener reuniones, sino que haya un grupo cristiano basado en la amistad. La reunión es sólo el medio para conseguirlo. La Reunión de Grupo tendrá un montaje. Vacio, si en ella no hay búsqueda y espíritu de exigencia cristiana y mentalidad comunitaria o conciencia de la necesidad existencial de convivencia. Lo eficaz no es la reunión, sino el Grupo, las ansias de llevar el bautismo hasta las últimas consecuencias, el afán de superación, la necesidad de compartir, la relación interpersonal, que lleva a reunirse con espíritu comunitario, para alcanzar a toda la persona en toda su dimensión humana y cristiana, consiguiendo que el Grupo sea un signo de piedad, de caridad de unidad. 491. Algunos han descubierto que, siendo el Cursillo lugar mejor para forjar amistad, la formación de los Grupos debería comenzar allí mismo. Las Reuniones de Grupo deben comenzarse lo antes posible, después del Cursillo. Al principio, se debe poner el énfasis en hacer reunión con diferentes personas en la Ultreya, con la finalidad básica de descubrir amigos. Como quiera que no ha descubierto una varita mágica para crear amistad entre las personas, debemos crear las circunstancias y situaciones en las cuales pueda entablarse la amistad. Por tanto, debemos reconocer que la amistad puede descubrirse y nacer en el Precursillo, durante los tres días del Cursillo o en el Poscursillo. Lo ideal sería que, una persona que haya sido apadrinada por un Grupo, tenga ese Grupo de amistad, esperándola cuando salga del Cursillo. En cualquier caso, si no existe previamente un grupo de amigos, deben fomentarse y crearse las circunstancias para que pueda realizarse el Grupo. Por lo tanto, los cursillistas nuevos que no tienen un Grupo al que regresar, deben ser canalizados hacia las reuniones a través de la Ultreya. . 492. En la reunión debe haber un crecimiento, como lo hay en los diversos aspectos de la vida. Este crecimiento viene de la Gracia y de la revisión, de la planificación y del compartir los compromisos. El proceso de la reunión ayuda a todos a ser mejores amigos, mejores cristianos, mejores padres, esposos, trabajadores y ciudadanos. Aunque el MCC ofrezca una manera concreta de Reunión de Grupo, lo hace no para vivir al estilo cursillista, sino como uno de los instrumentos de perseverancia en el ser cristiano y como un medio eficaz para iniciar y proyectar la vida comunitaria de la Iglesia. Esta manera concreta de realizar una Reunión de Grupo se puede hacer por medio de la "Hoja de Compromiso" y el "Orden de la Reunión"; pero ese modo no se ofrece para que los cursillistas puedan vivir está determinada expresión de vida cristiana, sino más bien como germen de comunidad y como un instrumento de perseverancia. Los Grupos son una expresión válida de comunidad cristiana, en la medida en que son complementarios de la comunidad eucarística u otras comunidades establecidas en la Iglesia. 493. La meta del MCC se alcanzará como consecuencia de la vida de las personas que forman el Grupo, compartiendo por la vía de la amistad. Sólo en esta forma de compartir, cada uno puede tener la libertad de ser lo que desea ser. Ese compartir de una manera íntima debe ser frecuente, dinámico, vital, estable, duradero. A cada uno le proporcionan los demás una guía y una motivación para su vida cristiana. Y la participación de cada uno en la comunidad cristiana ofrece a los demás la certeza de que ellos pueden vivir en Cristo. 494 Los Grupos deben ser pequeños, para poder estar fundamentados en la amistad que tiende a la intimidad. A través del desarrollo de la reunión, esta intimidad irá progresando si todos se enriquecen mutuamente, 495. Muchos fallos de la Reunión de Grupo se deben a que se da más importancia a la mecánica de la reunión que a la exposición del compromiso entre unos y otros, y con los ambientes. Por eso, desde el principio, el Grupo debe tender a centrarse en lo esencial, compartiendo las líneas generales de la piedad, el estudio y la acción entre los miembros del Grupo y entre los del ambiente en que vive o trabaja cada uno. 496. En la reunión, más que una búsqueda de nuevas formas, debe interesarnos una comprensión e interpretación más clara de su espíritu y de su intención. "Se consideran válidas como Reuniones de Grupo aquellas que contengan los tres pasos fundamentales del compartir la vida de piedad, un progresivo conocimiento de Cristo y una inserción del cristianismo en las estructuras" (I Enc. lat. Am.). 11. GRUPOS ECLESIALES. 497. Dentro del espíritu del MCC las Reuniones de Grupo serán válidas en tanto en cuanto construyan Iglesia concreticen en una comunidad cristiana. Los Grupos un ser algo eclesial, signos visibles de la Iglesia por la unión con los pastores, por la Palabra, por la Eucaristía cada Cursillo logra que varios Grupos sean semillas de comunidades cristianas, el Movimiento cumplirá su finalidad: hacer Iglesia. Los grupos de cristiandad, pues, deben ser, no sólo un núcleo de comunidad, sino una verdadera comunidad cristiana. 12. LA ULTREYA Definición: 498. La Ultreya es una comunidad que se hace visible una reunión. Es la comunidad de quienes, en actitud de conversión progresiva, se sienten unidos en una sola fe, un solo Señor y un solo bautismo; y, por esto, sienten la necesidad de reunirse para compartir y potenciar mutuamente en sus vidas la vivencia de lo fundamental cristiano el compromiso consciente de descubrir y concretar el lugar y el modo de vivirlo, según su vocación personal. 499 La Ultreya será comunidad en la medida en que los grupos estables de amistad formen comunidad, y quieran y sean capaces de acaer nuevos miembros a esa comunidad viva. Es una Reunión de los Grupos. 500. La Ultreya impulsa a los Grupos hacia los ambientes; los Grupos impulsan a los individuos; ambos impulsan sus tareas de evangelización en el mundo. El Grupo satisface las necesidades básicas del individuo en un sentido de crecimiento y comunidad; y la Ultreya satisfacer la necesidad de crecimiento comunitario, siendo Iglesia en el mundo. Así, para el individuo, la Reunión de Grupo es el aspecto más importante del método, pero para la comunidad lo es la Ultreya. Ambos son necesarios para lograr progresivamente la evangelización de los ambientes en el mundo. 501 La Ultreya actúa como estructura de ayuda a los cristianos en su perseverancia y promoción cristiana. Ella crea conciencia de Iglesia en los Grupos, ensanchando la visión de las necesidades del apostolado ambiental y de los medios para cambiar los ambientes. Ella ayuda a la formación continua de los cristianos. Sin embargo, es necesario que fomente un impulso fundamental hacia la Iglesia y hacia el mundo más que hacia el propio MCC. Finalidad 502. La finalidad de la Ultreya se entiende a partir de la finalidad del MCC, y está en crear grupos evangelizadores con personas que sean capaces de vivir lo fundamental cristiano con los demás. 503. Teniendo esto presente, la Ultreya a) facilita la vivencia y convivencia de lo fundamental cristiano, al proporcionar una situación de intercambio (compartir); para los individuos, a través de las reuniones; y, para la comunidad, por el testimonio dado por los que intervienen; b) Crea un clima de entusiasmo, al testimoniar todos la experiencia vivida del amor a Dios, del amor al prójimo y del amor al mundo; c) fomenta la conversión progresiva de los participantes, brindándoles la oportunidad de la dirección espiritual, la ayuda personal de los dirigentes, el reto de iniciar en su propia vida lo que ha sido testimoniado por otros y el discernimiento de la propia vocación; d) hace posible la fermentación evangélica de los ambientes, -por el hecho de ser una comunidad testimonial; -formando y promoviendo Grupos que facilitan la amistad, el contacto personal y que animan a evangelizar en forma general y comunitaria; -centrando en la santidad, en la "metanoia", en la reconciliación, en la comunidad cristiana y en la misión. Misión 504. La Ultreya es a la fermentación de los ambientes lo que el corazón es al organismo, al que vivifica concentrando, purificando y oxigenando la sangre: mas no para guardarla, sino para lanzarla inmediatamente a todos los ámbitos del cuerpo. La misión verdadera de la Ultreya no se agota, pues, en el acto mismo de la Ultreya, sino en el ir logrando hacer de cada familia, de cada ambiente, de cada estructura, una pequeña Ultreya: una comunidad de fe, de esperanza y de amor. 505. Vale la pena recordar que lo único que consigue alimentar la vitalidad tanto de los Grupos como de las Ultreyas es su real inserción en un clima apostólico, en un clima de Iglesia. Cuando esto no se logra, siempre se corre el riesgo de que los Grupos y las Ultreyas se conviertan en ghettos y comunidades centradas en sí misma, sin fines apostólicos. Ultreya y Eucaristía 506. Consecuentes con la afirmación de que la Eucaristía es la fuente y la cima de toda evangelización y de toda comunidad, igual que en el Cursillo, es de la esencia de la Ultreya impulsar al cristiano a una participación cada vez más plena en el misterio eucarístico. Esto no significa que la Eucaristía deba celebrarse como parte integral de la Ultreya. Ultreya y Palabra de Dios 507. Puesto que el Señor ha querido manifestarse a través de las Escrituras, la Ultreya tiene que dar a los cristianos el gusto y la ocasión de profundizar en la Palabra de Dios, confrontándola con su propia vida. Método 508 No hay ningún método concreto que sea esencial en la Ultreya. El mejor método será aquél que permita vivir, compartir y aumentar el espíritu despertado en el Cursillo. 509. Aun cuando no existe una fórmula universal para las Ultreyas, en algunos sitios ha sido provechoso llevar el siguiente esquema: -reunión, -testimonios, -comentarios sobre los testimonios, -aclarar y centrar el contenido espiritual de los mismos, -oración. 510. Aunque el ideal sería que las Ultreyas se celebrasen semanalmente, los Secretariados señalarán la periodicidad, según las circunstancias de cada lugar. 511 Los que intervienen en las Ultreyas dan testimonio del crecimiento de su vida de unión con Cristo y con los hermanos, a fin de que los demás se animen. Presentan a los cursillistas una gran variedad de testimonios, para que en ellos puedan encontrar un amplio abanico de posibilidades de crecimiento cristiano y de acción. El que da su testimonio ofrece ejemplos concretos de cómo vivir lo fundamental cristiano en la familia, en el vecindario, en el lugar de trabajo y con los amigos. 13. LOS DIRIGENTES EN EL POSCURSILLO 512. Si la animación de los evangelizadores es la tarea del MCC, es lógico que los dirigentes del mismo realicen en el Poscursillo un mayor esfuerzo que en cualquiera de sus otros tiempos. 513 Así como el equipo posibilita el desarrollo del Cursillo, también el Poscursillo se hace posible por un equipo. El objetivo inmediato de los dirigentes en el Poscursillo es motivar y ayudar a los cursillistas nuevos a encontrar un grupo de amigos con que puedan comprometerse para formar parte de una comunidad cristiana. A través de esta comunidad se capacitarán para asumir su compromiso apostólico en el sitio donde viven. 514 El papel del dirigente en el Poscursillo se realiza en dos direcciones: a) individualmente, a través del contacto personal con cada cursillista; y b) como miembro de un equipo, en la Escuela y en la Ultreya. 515. Animado por la inquietud del Evangelio, urgido por el amor de Cristo, y abierto al Espíritu, el dirigente está profundamente sintonizado con la misión de la Iglesia; se esfuerza para reconocer y responder a las posibilidades evangélicas en las situaciones de vida en las que está inmerso, y trabaja por irse formando en Cristo para que Cristo también se forme en los demás. Vivir el Poscursillo consiste en vivir una vida de amistad con Dios y con nuestros hermanos y hermanas. No se busca la experiencia vital del Cursillo como un fin en sí mismo; pero alcanzarla es un modo de expresar cómo ser Iglesia, cómo ser una comunidad espiritual personalizada. La Iglesia en el MCC es presentada como una realidad siempre nueva y dinámica. 516. Puesto que la experiencia religiosa es un acontecimiento personal, todos necesitamos ayuda individual. Por eso, una de las principales funciones, común a los dirigentes, es su apertura al diálogo personal y al compartir con los cursillistas, para que todos puedan actuar como fermento renovador. 517. Este diálogo personal y este compartir del dirigente con los cursillistas, debe hacerse a través de un contacto personal, sobre la base de la amistad y de la sinceridad. El dirigente se abre como amigo, sin tratar taimada y diplomáticamente de poner a prueba la condición espiritual del cursillista. Sólo una sincera amistad ofrecerá cauces al diálogo y la efectiva apertura. La técnica está hecha de oportunidad, gentileza y tacto y se lleva a cabo con espíritu apostólico. El dirigente se hace amigo de todos, de manera que cada uno se haga amigo de los demás y todos se hagan amigos del Señor. Es un hecho que quien dice algo y cómo lo dice, es más importante para la persona que lo que se dice. 518 Cuando el método del Poscursillo se entiende y se Utiliza adecuadamente por dirigentes que se han comprometido mutuamente en una misión cristiana común, con espíritu de servicio, el Movimiento se convierte en un poderoso instrumento de evangelizarían. La comprensión del MCC hace nacer en las personas un espíritu de dedicación y determinación de hacer del Señor el centro de sus vidas, lo mismo que las vidas de aquellos con quienes viven y trabajan. Las estructuras y las formas por sí mismas son algo muerto. El papel del dirigente del MCC en el programa del Poscursillo es hacer vivas las Reuniones de Grupo y las Ultreyas y promover la amistad que las posibilita. 519. El éxito de la Ultreya dependerá no sólo del compartir y del testimonio de los que participan en ella, sino también de los dirigentes que facilitan su desarrollo. Los dirigentes en una Ultreya servirán a los demás de una manera sencilla y humilde, como en el Cursillo, mediante la atención personal y el esfuerzo concertado para crear y sostener una comunidad evangelizadora de amor. 520. El papel de los dirigentes es muy importante en la Ultreya; ellos, promoviendo la solidaridad y el dinamismo apostólico, -promueven el espíritu y el clima del compartir, haciendo que todos compartan con todos; -establecen contactos personales entre aquellos que han hecho un mismo Cursillo; procuran la acogida cordial de los recién llegados, para que ninguno se sienta extraño; -estimulan a quienes aun no tienen un Grupo permanente, de manera que, sin presiones, acepten las posibilidades que se les ofrecen de encontrarlo; -animan a aquellos que ya han iniciado un Grupo, a perseverar en la amistad; -se comprometen a continuar sus contactos personales fuera de la Ultreya, especialmente con aquellos que se sienten desanimados, aislados, inestables o insatisfechos; -aceptan la responsabilidad de tomar la iniciativa que ofrece la Gracia en cada situación; -son los comunicadores gozosos de la Gracia de Dios, al actuar como servidores de todos. 521. Los dirigentes deben emplear sus talentos para mantener al más alto nivel el espíritu y el clima de cada Ultreya. Su papel es el de ser fermentos de la masa. Cada reunión debe beneficiarse del interés de los dirigentes. Cada participante debe sentir el beneficio del contacto personal con los dirigentes. El equipo dirigente, continuando el trabajo del Cursillo, debe actuar conjuntado para ayudar a cada participante y, a través de él, a su ambiente y a su Reunión de Grupo. 14. CONCLUSIÓN 522. No se olvide que lo importante no es perseverar en el MCC, sino en la vivencia de una auténtica vida cristiana, para la edificación de la Iglesia y para la construcción de un mundo mejor. Muchos que un día hicieron un Cursillo de Cristiandad, aunque hoy no utilicen los medios específicos del Poscursillo, llevan una vida auténticamente cristiana. Sin embargo, puesto que el propósito del Poscursillo es la transformación del mundo por medio de quienes viven lo fundamental cristiano de un modo progresivo, el MCC promueve el método específico de perseverancia y maduración en la fe que llama Poscursillo, como un medio excelente y oportuno de conseguir lo que intenta. 523 La definición, que presenta al MCC como la vivencia y la convivencia de lo fundamental cristiano, no se aplica sólo a los tres días del Cursillo, sino también, y sobre todo, al Poscursillo; y, así, la vida, después del Cursillo, consistirá en vivir lo fundamental cristiano; y la estructura del Poscursillo lo hace posible. 524. No se busca esa vivencia y esa convivencia cristiana como una finalidad cerrada en sí misma, que se agota en la santidad personal, sino con miras a una dinámica y creciente fermentación evangélica de la sociedad. El Poscursillo, por tanto, será también la vivencia y la convivencia de lo fundamental cristiano, en orden a impregnar de Evangelio los ambientes. 525. El Poscursillo llena las esperanzas de la Iglesia en los líeles laicos. Al descubrir y realizar su propia vocación y misión, el fiel laico debe formarse de acuerdo con la sintonía que debe existir entre ser miembro de la Iglesia y ser ciudadano del mundo. 526. En la existencia del cristiano no puede haber dos vidas paralelas: por una parte, la denominada "vida espiritual", con sus valores y exigencias; y por otra, la denominada "vida secular", es decir, la vida de familia, del trabajo, de las relaciones sociales, del compromiso político y cultural. Ambas deben unirse, como la fe en la vida y la vida de fe. 8. LAS ESTRUCTURAS OPERACIONALES DEL MCC: LA ESCUELA Y LOS SECRETARIADOS 1. INTRODUCCIÓN 527 El MCC tiene una estrategia propia que le posibilita la eficacia de su acción por el recto uso de su método y por la valoración, adaptación, ordenación y aprovechamiento de los medios, recursos y elementos con que cuenta para alcanzar la finalidad que le es propia. 528. Tanto la aplicación del método, como el desarrollo de la estrategia, supone unos objetivos; y el logro de estos engendra una responsabilidad. Esta, por su parte, exige autoridad suficiente y una organización adecuada para la ordenación de esos medios, recursos y elementos. 529 Para atender a ello, en cada realidad diocesana, el MCC cuenta con dos estructuras operacionales: la Escuela el Secretariado, instrumentos de su organización, mediante los cuales se da la distribución de funciones y, paralelamente, la delegación de autoridad para "conservar método, garantizar su recto empleo y nutrir y perfeccionan- un modo de pensar, un modo de obrar y un modo de vivir, que constituyen la esencia de este Movimiento renovador". 2. LA ESCUELA 530. El MCC nació en el seno de una Escuela; y del fuerzo continuado y coordinado de sus dirigentes, recibió forma y el impulso para su crecimiento y perfeccionamiento. 531. La Escuela es, pues, anterior a los Cursillos, que en sus entrañas se gestaron, en ella se nutrieron y desde ella perseveran y se difunden como movimiento de la iglesia; Y, en todo tiempo, la Escuela ha resultado -y sigue resultando hoy-pieza esencial para la continuidad y el desarrollo de la Obra. 532. La Escuela es el instrumento de promoción apostólica que ayuda a descubrir, encauzar y promover la locación de las personas que, habiendo experimentado la "vivencia de un Cursillo, se integran a ella para asumir la responsabilidad de ser dirigentes en la iglesia, en el Movimiento y en sus respectivos ambientes temporales. 533. En la naturaleza de la Escuela convergen tres vertientes: -escuela de santidad, -escuela de comunión del Movimiento, y -escuela de formación. 1. La Escuela, escuela de santidad 534 En el MCC la Escuela es entendida, en primer lugar, en su acepción evangélica: el conjunto de cristianos que buscan caminos de santidad en el seguimiento y la imitación de un solo Maestro: Cristo. 535. En ella, hombres y mujeres a quienes une la común experiencia de un Cursillo, encuentran las raíces y las exigencias de su apostolado -en y desde el Movimiento-y ponen en ejercicio "la primera y fundamental vocación", como llama Juan Pablo II a la vocación a la santidad, convirtiéndose en testimonios vivos de la dignidad conferida por Cristo. 536. El MCC, instrumento de renovación evangélica de la vida, hace de su Escuela una escuela formadora de cristianos en camino de santificación, de cara a una realidad permanente: "Los santos y las santas han sido siempre fuente y origen de renovación en las circunstancias más difíciles en toda la historia de la Iglesia". 537 La vida según el Espíritu -que es el modelo de vida que la Escuela propone y cuyo fruto es la santificación-, suscita y exige de quienes forman parte de ella, en su condición de bautizados, el seguimiento y la imitación de Cristo en: -la recepción de las Bienaventuranzas; -el escuchar y meditar la Palabra de Dios; -la participación consciente y activa en la vida litúrgica y sacramental de la Iglesia; -la oración individual y comunitaria; -el hambre y la sed de justicia; -llevar a la práctica el mandamiento del amor, en todas circunstancias de la vida; y -el servicio a los hermanos, especialmente si se trata de los más pequeños, de los pobres y de los que sufren. 538. Al ayudar a descubrir y realizar la vocación personal a la santidad -a la que todos los bautizados están llamados- y que es el presupuesto fundamental y la condición insustituible para realizar la misión salvífica de Ia Iglesia, la Escuela capacita a quienes forman parte de ella para vivir "su inserción en las realidades temporales y su participación en las actividades terrenas", desde lo específico del método, la estrategia y la finalidad del MCC. 539. El MCC, caracterizado por un método inductivo esencialmente vivencial, busca que, entre los miembros de su escuela, se reconozca como dirigentes a aquellos que ofrecen, en las condiciones normales y ordinarias de la vida en el mundo, el testimonio de una vida santa que siendo, ejemplo para los demás, los mueva a la conversión. 2 La Escuela, escuela de comunión. 540. La Escuela, como estructura operacional del Movimiento es la comunidad de cristianos que, unidos por clima de Reunión de Grupo, buscan estar, cada día, más centrados, más comprometidos y más integrados, para acelerar la vivencia de lo fundamental cristiano en sí mismos en el Movimiento y en los ambientes en donde se mueven. Vamos a desarrollar el contenido de esta definición: 541. Como comunidad cristiana en acción, la Escuela; es algo que es y que existe antes, durante y después de las reuniones. Algo que actúa dentro y fuera de las mismas, que persisten siempre, como realidad actuante y eficaz, independientemente de las actividades que tenga o programe. 542 En ella, la comunicación y comunión de personas, criterios, objetivos y esfuerzos, constituyen la norma primera de vida. 543. La Escuela sitúa a sus integrantes en la vida de comunión eclesial, para que sean signo para el mundo y fuerza atractiva, que conduce a creer en Cristo, haciendo que la comunión se abra a la misión. 544. Por vivir unidos en y por un clima de Reunión de Grupo, los integrantes de la Escuela encuentran en tal unidad y en tal comunión, un ámbito de diálogo, donde todos pueden y tienen algo que enseñar y que aprender, que preguntar y que opinar. Un clima, por otra parte, de sinceridad y confianza, de autenticidad y libertad, de igualdad (de derechos y deberes) de pluriformidad (de vocaciones y actitudes), de unidad en la diversidad y de humildad, tanto personal como comunitaria. 545. Estar centrados exige algo más que estar informados. Por ello, la Escuela busca que sus integrantes tomen como centro o eje de todo el ser cristiano y de todo el quehacer apostólico, lo que se ha descubierto como esencial: en nuestro caso, hacer de Cristo el centro de toda la vida personal; y de la mentalidad del MCC, el eje de la actuación como dirigentes del mismo. 546. En la Escuela se busca un mayor compromiso del Movimiento, con el fin supremo de la Iglesia: el Reino de Dios, del que ella "constituye en la tierra el germen e inicio" y "es fuente de plena liberación y salvación total para los hombres", con los que la Iglesia "camina y vive, realmente y enteramente solidaria con su historia". Comprometidos con Cristo y con el mensaje evangélico, los integrantes de la Escuela se comprometen con el hombre, "primer camino que debe seguir la Iglesia en el cumplimiento de su misión", vía trazada por el mismo Cristo, la que inalterablemente pasa por la Encarnación y la Redención. 547. La Escuela, además, propone a quienes forman parte de ella, que cada día estén más integrados, a partir del conocerse, del compenetrarse y del coordinarse, de modo que, como comunidad vital, no resulta la yuxtaposición de las individualidades de sus integrantes, sino la unidad de todos en un mismo Maestro y Señor, en una misma mentalidad y en una misma finalidad. 3. La Escuela, escuela de formación. 548 Los integrantes de la Escuela necesitan, para realizar la propia vocación y misión de fieles laicos, el ser formados "para vivir aquella unidad, con la que está marcado su mismo ser de miembros de la Iglesia y de ciudadanos de la sociedad humana. La formación se constituye así en respuesta a la "llamada a crecer, a madurar continuamente, a dar siempre más fruto" (ChL, 57) 549 Esta tarea de formación que asume la Escuela es exigencia fundamental para el progreso espiritual, en cuanto dirigente en la Iglesia y en el Movimiento, como también exigencia de las varias circunstancias de cosas, personas y deberes a que tiene que acomodar su actividad. 550. En el Decreto sobre el Apostolado de los laicos, deI Concilio Vaticano II, y en la Exhortación Christifideles Laici, de Juan Pablo II, la Escuela encuentra señalados los aspectos principales de la formación múltiple y completa que tiene que procurar para los dirigentes del Movimiento. La escuela, sin alterar el carácter Kerygmático del método, podrá asumir la formación catequética de sus dirigentes. 551. 1.La formación espiritual, llamada a crecer en la intimidad con Jesús, en la conformidad con la voluntad del padre y en la entrega a los hermanos por la caridad y por la justicia. 552 2.la formación doctrinal, revelada como urgente necesidad, no sólo por el natural dinamismo de profundización de su fe, sino también por la exigencia de "dar razón de la esperanza" 553 3.La formación humana, por la significación que para la acción misionera tiene el crecimiento de los valores humanos y porque el dirigente requiere estar adaptado a la propia sociedad y a la cultura de ésta; 554. 4. La formación social, que lleva aparejada, por una parte, una tarea de mentalización sobre la imprescindible promoción del hombre, sobre su compromiso político y social; y por otra, una más decidida evangelización de la cultura, como respuesta a los eternos interrogantes que agitan al hombre y a la sociedad de hoy. Por tanto el estudio de la Doctrina Social es imprescindible para la formación de los cursillistas del MCC; 555. 5. La formación para el apostolado. El Concilio Vaticano II exhorta a los movimientos y asociaciones de laicos a fomentarla cuidadosa y asiduamente. Por eso, según su propia finalidad, la técnica propia del MCC pondrá especial énfasis en ello, para que cada integrante de la Escuela logre un profundo conocimiento de lo que caracteriza al MCC. 556 La Escuela, para que los dirigentes hagan apostolado según sus propios métodos, como recomienda ChL, 62, los formará en su temática, en su método, en su estrategia y en sus estructuras operacionales. 4. Organización de la Escuela. 557. La Escuela, siendo pieza esencial del MCC, no tiene formas concretas para su organización y funcionamiento, ni esquema para el desarrollo de sus sesiones, ni para su temario. 558. El que se afirme su carácter de pieza esencial del MCC, sin especificar formas de organización de la misma, responde al carácter inductivo del método. 559 La estructura de la Escuela (la forma en que está constituida) y su desarrollo (la forma en que se desenvuelven sus actividades), están determinados por las necesidades, posibilidades y el nivel alcanzado por el Movimiento en cada lugar. 560 No pueden las Escuelas, por tanto, ser iguales en todas partes, ni seguir siendo iguales todo el tiempo. En cada caso, y en cada momento, la atención de las necesidades y la solución de los problemas estará determinada por las posibilidades del Movimiento; es decir, por el número, capacidad y entrega del elemento humano comprometido con los objetivos que se quieren alcanzar, en cada tiempo en cada realidad pastoral. 561. En la Escuela no caben los transplantes de otras escuelas y de otros movimientos, ni el estancamiento. Lo que es necesario y posible aquí, puede ser necesario pero posible allá; y lo necesario y posible hoy, puede no ser suficiente mañana. Por lo que se impone la evolución y el desarrollo. 5. La finalidad de la Escuela. 562. La Escuela no puede pretender algo distinto de lo que pretende el Movimiento. Podrá pretender más y ampliara, con ello, el campo de sus funciones y posibilidades pero no podrá parcializar o recortar la finalidad del MCC: la fermentación evangélica de los ambientes, llevada por medio de grupos o núcleos de cristianos que vivan y convivan lo fundamental cristiano, a partir de un proceso de conversión integral y progresiva, iniciado, renovado y/o revitalizado, a partir de un Cursillo de Cristiandad. 563. Por ello, la Escuela asume como finalidad propia la de intensificar la vivencia de lo fundamental cristiano en cada uno de sus miembros, en el Movimiento y en los ambientes donde se mueven y son protagonistas. La Escuela alcanza su finalidad, cuando: 1. a cada uno de sus miembros le da: -criterios, llenándoles la cabeza de ideas; -y espíritu (fuego en el corazón) para realizarlas; 2. en el Movimiento consigue: -sondear inquietudes, convirtiéndose en cauce de ellas; -impulsar y vitalizar los grupos, núcleos o comunidades que generan los Cursillos; -profundizar la conversión de quienes la integran; y -promover a los futuros dirigentes del Movimiento, formándolos en santidad, doctrina, técnica y espíritu de de servicio. 3. en los ambientes consigue, por medio de la evangelización de las personas-vértebras y de su mentalización, que se conviertan en promotoras y animadoras de -grupos o núcleos de fermentación ambiental; -comunidades eclesiales; -comunidades civiles. 6. La estrategia de la Escuela. 564. El punto de partida de la estrategia de la Escuela es el conformar una comunidad en la que todos sus integrantes se comprometan a ser inspiradores de grupos, núcleos o comunidades fermentadoras de Evangelio en los ambientes temporales. 565 El ser y el quehacer comunitario, el compartir las experiencias de vida generadas en la tarea de vertebrar el Movimiento, la planificación y organización de las actividades y la evaluación crítica y profunda del actuar de la Escuela, completan los perfiles de una estrategia en la que el compartir y el convivir alcanzan la fuerza de un testimonio que hace posible -en la Ultreya y en los ambientes- el convertir, por la conversión de las vértebras. 7. Criterios de integración. 566. Son integrantes de la Escuela los hombres y mujeres que, habiendo vivido la experiencia de un Cursillo de Cristiandad, aceptan libremente -y como vocación específica- asumir la misión evangelizadora de la Iglesia, desde lo específico de la identidad del MCC. 567. El MCC necesita formar dirigentes que sepan, quieran y puedan animarlo, impulsarlo y vivificarlo en sus tres tiempos: Precursillo, Cursillo y Poscursillo. Para esta tarea llama a quienes ya son dirigentes en las circunstancias ordinarias de sus existencias, para que también lo sean en sus estructuras operacionales (la Escuela y el mismo Secretariado). 568 La búsqueda de quienes se integrarán a la Escuela deberá tender a descubrir en ellos estos perfiles: 1. cualidades humanas: todo miembro de la Escuela habrá de estimar y cultivar aquellas aptitudes humanas, sin las cuales "no puede haber una verdadera vida cristiana", como la pericia profesional, el sentimiento familiar y cívico, las virtudes que pertenecen a las costumbres .sociales, como la honradez, el espíritu de justicia, la delicadeza, la fortaleza del alma. 569 2. Virtudes sobrenaturales: porque la fecundidad del apostolado depende de la unión vital con Cristo, es preciso que los dirigentes avancen en la santidad decididos alegres, mediante el ejercicio continuo de la fe, de la esperanza y de la caridad. 570 3. Estilo propio del MCC: si quienes están insertos en un movimiento o asociación han de esforzarse en asimilar fielmente la característica peculiar- de la vida espiritual que le es propia, en el caso del MCC el integrarse a la Escuela supone ilusión, entrega y espíritu comunitario, para que, con ellos y desde ellos, puedan ir desarrollando la propia personalidad, humana y cristiana, utilizando fielmente el método y la estrategia del Movimiento; 571. 4.Vocación específica: no todos los que vivieron la experiencia de un Cursillo están llamados a ser dirigente del MCC. Hay muchos caminos para llegar a Dios, en el servicio a la Iglesia y a los hombres, nuestros hermanos. Ser dirigente de Cursillos es una vocación concreta y específica como puede serlo el constituirse en dirigente de un determinado ambiente o empresa humana. De lo que ningún cristiano puede eximirse es de ser dirigente cristiano en la vida y en los ambientes en los que la Providencia lo coloque. 572. La Ultreya y las Reuniones de Grupo son los ámbitos adecuados para descubrir a los futuros integrantes de la Escuela. Por su madurez, por la integridad de sus vidas, por su capacidad de apertura y de diálogo, por su humildad, por su espíritu comunitario y su posibilidad de dedicación, se va perfilando en algunos la imagen del dirigente. Ellos son, en definitiva, los hombres y mujeres que debieran integrar una Escuela del MCC. 8. Aptitudes y actitudes de los dirigentes. 573 Puesto que la Escuela es una estructura de servicio, es natural que quienes sean llamados se comprometan no sólo a asistir a sus reuniones, ya que son mucho más altas las exigencias de la Escuela para con sus miembros. A ellos se les pide: -la ilusión de ser fermento cristiano en una Iglesia y en un mundo en cambio; -una progresiva entrega para llevar la Buena Nueva del Evangelio a los hombres de buena voluntad; -una disposición dinámica para la animación cristiana del orden‟ temporal, en una línea de creciente compromiso con las realidades históricas a las que hay que impregnar de criterios evangélicos; -una sensibilidad despierta y equilibrada y una capacidad de asombro permanentemente renovada, para interpretar los signos de los tiempos; -un "santo real miedo" ante las maravillas de la Gracia, esforzándose por superar todo posible "profesionalismo", al margen de la normalidad de la vida cristiana; -la posibilidad de vibrar al compás de un mismo criterio y de un mismo espíritu, para que lo apostólico resulte espontáneo y toda verdad sea oportuna, porque todos en la Escuela la deseen, la vivan o la quieran vivir; -que estén insertos en un Grupo, comprometido y basado en la amistad, en cuanto constituye la pieza básica del Poscursillo y ofrece garantías de una entrega continuada y progresiva; -que participen con una total disponibilidad en las diferentes áreas del MCC, en particular en la Ultreya, ya que -de lo contrario- les sería muy difícil el impulsarlo. De ello depende, también que en la Escuela haya simples "expertos" en recitar rollos o verdaderos ejes de MCC, que no limitan su acción al Cursillo (tres días), sino que se comprometen con el MCC en sus tres tiempos; -que tengan la "santa audacia", si son requeridos por ello, a participar como dirigentes de un Cursillo y la humildad necesaria, para no resentirse, si no reciben tal invitación. El ser dirigente de un Cursillo es algo ocasional; lo permanente es ser cristiano auténtico. Para ello se exige esto; para esto no se exige aquello. 3. LOS SECRETARIADOS 574. El MCC nació en el seno de la Iglesia; y fue aprobado, y bendecido, y reconocido por ella misma como Instrumento válido para participar en la misión de implantar el Reino de Dios en el mundo. 575. A los Secretariados, por su parte, les compete ser custodios de la identidad del MCC y atender a la promoción, desarrollo y orientación del MCC, en las realidades diocesanas o nacionales. Y en sus respectivos niveles -de diócesis o de país- poseen la autoridad y la responsabilidad delegadas por la jerarquía, para cumplir sus misiones específicas y prestar al Movimiento los servicios que les son propios. 576. Los Secretariados son los organismos específicos, cuyos integrantes -sacerdotes y laicospresentados por la comunidad cursillista, son encogidos por la jerarquía para orientar, coordinar, impulsar y servir al Movimiento, en una diócesis o país -según sean diocesanos o nacionales-procurar una eficaz inserción en la vida y en la acción pastoral de la Iglesia, desde lo específico de la identidad del Movimiento. 577. En la naturaleza de los Secretariados están contenidos dos aspectos que hacen su identidad: -el de la autoridad delegada por la jerarquía para cumplir con la responsabilidad encomendada, y -el de la estructura de servicio. 578 La existencia y funcionamiento de los Secretariados responden a las exigencias de: 1. guardar la unidad dentro del método determinado, que contiene las normas, los criterios, los objetivos y las actividades, que lo definen y caracterizan; 2. conservar la unidad dinámica del MCC que, como elementó e instrumento de la Pastoral, tiene que ser encauzado e impulsado; 3. salvaguardar su contenido doctrinal, y 4. mantener una organización adecuada que, junto con la distribución de funciones y tareas, le permita la ordenación y coordinación de los recursos humanos con los que cuenta, para que el crecimiento del Movimiento sea un crecimiento orgánico. 579. El servicio del MCC a la Iglesia, mediante una real inserción en la Pastoral, tiene que estar potenciado por: 1. un profundo sentido de Iglesia, caracterizado por: -la conciencia de que el MCC no puede ser considerado ni entendido como un fin en sí mismo, ni funcionar -bajo ninguna circunstancia- como obra aislada de la Pastoral Orgánica (o de Conjunto); -una obligada, filial y constante relación con la jerarquía, responsable última de todos los movimientos; -una permanente relación con los responsables de la planificación pastoral; -un contacto fraternal y generoso con los demás movimientos, asociaciones, grupos y organizaciones de la Iglesia para atender a "la obligación de favorecer y alimentar continuamente vínculos y relaciones fraternas de estima, cordialidad y colaboración entre las diversas formas asociativas de los laicos" y contribuir, así, "fecunda y armoniosamente a la edificación de la casa común"; 580 2. La renovada vivencia del espíritu comunitario, en cuanto que: -si "el cristianismo no puede ser vivido, si no es conviviéndolo", difícilmente, más aún, "prácticamente, será imposible que los Secretariados se conviertan en una realidad dinámica dentro de la gran comunidad, de no existir en ellos verdadero espíritu comunitario"; -si a todas las estructuras del MCC debe exigírseles ser "testimonios vivos de espíritu comunitario", resulta obvio que la exigencia mayor es para quienes, estando a la cabeza del mismo, se convierten en testigos primeros de este espíritu y vida de "comunidad de fe, de esperanza y de caridad, a través del cual, como un todo visible, llega la Verdad y la Gracia a todos los hombres"; 581 3. Una constante acción de equipo, -que permita que decir la verdad con caridad y expresar libremente las opiniones no sólo sea posible, sino imprescindible, a la vez que agradecido; -que, logre que, al detectarse divergencias, no sufra la amistad, ni la disposición de llegar a un acuerdo; -que, exija que lo decidido por el conjunto cuente con el leal compromiso de todos de cumplir lo conjuntamente decidido; -que, haga que, al surgir cualquier tensión, el arreglo no venga por vía de anulación de uno de los polos del disenso, sino por obra del diálogo animador y fraterno, sentido evangélico. 582. Los Secretariados tienen como objetivo primero e ineludible el conservar, desarrollar, actualizar y vigorizar la mentalidad, finalidad y núcleo básico metodológico, que definen y caracterizan al MCC como un movimiento eclesial. 583 El dar prioridad al logro de estos objetivos llevará los miembros del Secretariado a: 1. Promover la presencia y posibilitar la acción de 'fermentos de reflexión; personas o grupos de personas que, más de haber encarnado en ellas la mentalidad del MCC, mantengan una actitud pensante dentro del mismo MCC y que sientan la verdad con sus interrogantes continuos; 584 2.No pretender hacerlo ellos todo. Lo eficaz es que se aplique el principio de la subsidiaridad es decir que lo que pueda hacer la escuela no lo haga el secretariado diocesano y lo que pueda hacer este, no lo haga el Secretariado Nacional; 585. 3 realizar un permanente estudio de la realidad para verificar si el estilo, la temática y el funcionamiento del MCC están de acuerdo con las actitudes fundamentales de la iglesia y constituyen respuestas adecuadas al mundo ,en sus realidades concretas de lugar y tiempo. Integración y estructura 586. Si los Secretariados -tanto los diocesanos como el nacional han sido definidos como una Reunión de Grupo -de sacerdotes y laicos- a la que la jerarquía encomienda como plan apostólico el servicio, la orientación y el desarrollo del MCC (en la diócesis o en el país), este grupo debe estar integrado por aquellos dirigentes que: 1. tengan un suficiente conocimiento, entrañable estima y prudencial experiencia en el MCC; y 2. claro conocimiento y fidelidad a la mentalidad que originó el MCC, a la finalidad que pretende el MCC y al método que propicia el logro de sus objetivos específicos. 587. Las necesidades, posibilidades y circunstancias concretas de tiempo y lugar son las que condicionan la organización o estructura de los Secretariados, por lo que el número de sus componentes estará determinado por las funciones que el cumplimiento de su misión le exija. 588. Los Secretariados están integrados por sacerdotes y laicos. Corresponde a los sacerdotes la dirección y asesoramiento espiritual, la orientación en punto a doctrina y a problemas de conciencia; la competencia de los laicos abarca las cuestiones de organización y método y la dirección ejecutiva. 589. La renovación parcial y periódica de los miembros de los Secretariados, además de la revitalización que por sí misma implica, permite seguir contando en el seno de ellos, con el aporte de dirigentes ya experimentados. 4. LOS SECRETARIADOS DIOCESANOS. 590. Desde siempre el Secretariado Diocesano ha sido considerado pieza esencial del MCC. Está constituido por un grupo de sacerdotes y laicos a quienes el obispo confía la responsabilidad de la promoción, el desarrollo y la adecuada dirección del MCC en la diócesis. 591. No hay una estructura común para todos los Secretariados Diocesanos, ya que la constitución y organización de éstos debe responder a la eficacia de la misión, que se quiere realizar; al grado de desarrollo alcanzado por el MCC en la diócesis y a las posibilidades y recursos humanos con lo que cuenta. 592. El Secretariado Diocesano tiene autoridad delegada por el obispo- sobre el MCC, pero no sobre los cursillistas, para quienes se constituye en instrumento de servicio y orientación. Funciones y servicios 593. Las siguientes son algunas de las funciones que corresponden al Secretariado Diocesano, para promover y servir al Movimiento, a fin de que éste cumpla con su finalidad: 1. ser custodio de la identidad del MCC, recibiendo, por vinculación con el Secretariado Nacional, garantía de su orientación se conforma a la autenticidad de su mentalidad, finalidad y método; 2. velar por el recto funcionamiento de la Escuela, en diversas vertientes, procurando y posibilitando los medíos necesarios para que ésta cumpla con su cometido; 3. delegar en ella (la Escuela) un máximo de tareas, de cara una adecuada y completa utilización de los medios y recursos, pero, a la vez, como camino para la capacitación promoción y formación de dirigentes; 4. realizar un permanente y adecuado estudio de los ambientes de la diócesis, los criterios y juicios que en ellos prevalecen y los hombres-vértebras de los mismos, para que el Precursillo responda a las necesidades pastorales; 5. programar y realizar, solamente, aquellos Cursillos participantes puedan ser atendidos en el Poscursillo; 6.seleccionar como candidatos para participar en los Cursillos a los que poseen condiciones (aptitudes y actitudes) que caracterizan a los agentes de cambio en los ambientes y estructuras y son -o pueden ser- protagonistas en la promoción y desarrollo de la persona humana; 7. designar el equipo dirigente de cada Cursillo, seleccionando a aquellos que se encuentren preparados espiritual, técnica y metodológicamente y estén activos en la escuela y en la Ultreya; 8. velar para que los integrantes de los equipos de Cursillos sean testimonios vivos de que su proceso de conversión, su inserción en la Pastoral de la Iglesia y su compromiso apostólico en el mundo, viene posibilitado por su vivencia comunitaria en un grupo o núcleo cristiano; 9. procurar que el equipo de dirigentes de cada Cursillo asuma la responsabilidad de continuar en contacto con los participantes del mismo, promoviendo en ellos la ilusión por la Ultreya y por la integración en un grupo, núcleo o comunidad eclesial; 10. mantener contacto permanente con el Secretariado Nacional, contribuyendo a la unidad del MCC en el país, aceptando las orientaciones que el mismo MCC imparta, utilizando sus servicios y ayudando, en la medida de sus posibilidades, a su sostenimiento material; 11. hacer realidad el espíritu de comunión y participación, con una presencia activa, en los encuentros, asambleas, convivencias y otras reuniones que organice y promueva el Secretariado Nacional, aportando en ellos las experiencias de vida de sus estructuras operacionales y los criterios de sus dirigentes más experimentados; y 12. colaborar -en el marco de la Pastoral de Conjunto-con los demás movimientos y asociaciones de la Iglesia, haciendo que ellos conozcan la finalidad y la estrategia del MCC y lo que éste puede aportar para el enriquecimiento de la acción eclesial diocesana y para que, a la vez, la Escuela y la Ultreya conozcan los múltiples campos de posibles realizaciones apostólicas que pueden presentar a quienes vivan la experiencia de un Cursillo, de cara a ayudar a descubrir y realizar sus vocaciones personales.. 5. EL SECRETARIADO NACIONAL. 594. El Secretariado Nacional es la estructura de servicio que, en cada país, nombra o reconoce la Conferencia Episcopal, para que sea vía de comunión, de participación y de orientación de los Secretariados Diocesanos, a la vez que instrumento de relación del MCC con la jerarquía y de comunicación de las normas, criterios y orientaciones de la misma jerarquía a los Cursillos de cristiandad. 595. Como tal, es también el organismo permanente para la promoción, coordinación y servicio del MCC y para su representación en las relaciones nacionales e Internacionales. 596. La organización y estructura del Secretariado Nacional está determinada por el grado de desarrollo que el Movimiento ha alcanzado en cada país, así como por sus necesidades, posibilidades y realidades humanas, geográficas y pastorales. 597. Son funciones del Secretariado Nacional, para alcanzar el cumplimiento de la misión y servicios que le son propios, entre otras: 1. iluminar, coordinar, relacionar y darle unidad, siempre en línea de servicio, al que hacer del Movimiento en el país; 2. ayudar -con carácter subsidiario y complementario a los Secretariados Diocesanos, en todo aquello que ellos mismos no pueden realizar por sí solos, o en las actividades para que fuera solicitada su colaboración; 3. promover la iniciación, la reactivación y/o el desarrollo del Movimiento en el país, procurando que se mantenga criterios de eficacia y fidelidad a lo que es esencial a su mentalidad y finalidad y a su necesaria inserción en la Pastoral de Conjunto; 4. programar, organizar y realizar Cursillos de Cursillos o de Dirigentes, encuentros o jornadas, convivencias interdiocesanas y nacionales que sirvan a la formación y actualización de los cuadros dirigentes del país, teniendo propósito último la unidad en la mentalidad, la finalidad y el método, frente a las nuevas circunstancias que es van generando en la Iglesia, en el mundo y en el mismo Movimiento; 5. suscitar una constante y progresiva renovación de los contenidos de los esquemas de los Rollos, a la luz del magisterio de la Iglesia y del proceso de actualización que eI MCC promueve a nivel de grupos internacionales o en ámbito del OMCC; 6. impulsar entre los Secretariados Diocesanos el conocimiento y permanente aplicación de estas IFMCC; y 7. mantener una activa y constante comunicación con los demás Secretariados Nacionales, de manera especial en los ámbitos de comunión y participación que crean los grupos internacionales y el OMCC, haciéndose protagonista en la tarea de compartir experiencias de vida y líneas de pensamiento expuestas en los encuentros que celebren esos niveles. 6. LOS GRUPOS INTERNACIONALES 598. El MCC -como la Iglesia- se fue haciendo piramidal: nació en el seno de una asociación, se extendió a una diócesis, se propagó a un país, para luego alcanzar todas las latitudes y todas las longitudes, "recorriendo con carta de ciudadanía" los caminos del mundo, al decir de Pablo VI, en la Ultreya Mundial de Roma. 599. Ante esa expansión, fruto de su vida interna, el MCC, por conveniencia operacional, creó Secretariados Diocesanos y Secretariados Nacionales, que, a su vez, encontraron caminos de comunión y comunicación, de coordinación y de servicio, en los Grupos Internacionales, y más recientemente, en el Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad. 600. Los Grupos Internacionales, en sus respectivos ámbitos, son organismos de servicio y coordinación de los Secretariados miembros, por lo que carecen de autoridad alguna sobre los Secretariados Nacionales o Diocesanos. 601. Dichos Grupos ejercen la representación de los Secretariados Nacionales que los conforman, ante el OMCC y antes las demás estructuras eclesiales. 602. Los Grupos Internacionales tienen como objetivo promover y mantener la unidad de los Secretariados Nacionales de los países que componen cada Grupo, así como impulsar la reflexión permanente y dinámica sobre la identidad del MCC y los esfuerzos y caminos que debe recorrer para lograr que, fiel a su esencia, logre ser respuesta pastoral a los interrogantes del mundo de hoy. 603. También es objetivo de los Grupos Internacionales -con carácter subsidiario y complementario- ayudar a la promoción del MCC en los países donde no está constituido o tienen dificultades para su desarrollo, con el previo consentimiento de la jerarquía local. 604. Como responsables de los objetivos y orientaciones de sus respectivos encuentros internacionales, los Grupos se constituyen en el instrumento con que cuenta el MCC -a ese nivelpara ordenar y coordinar los recursos, elementos y esfuerzos que le permitan alcanzar tales objetivos. Los Encuentros Internacionales 605. Los Grupos Internacionales orientan a los Secretariados Nacionales miembros, mediante reuniones periódicas, en las que revisan su identidad y la renuevan o reajustan, a la luz del Magisterio de la Iglesia, de los libros de los iniciadores, de las conclusiones o resoluciones de los otros encuentros y de estas IDEAS FUNDAMENTALES. 606 Los Encuentros, de ese modo, se constituyen en una autorizada referencia doctrinal y metodológica y, a la vez, en una adecuada estructura operacional de servicio de los respectivos Grupos Internacionales. 607. Además de fijar los lineamientos básicos del MCC para los países miembros, adecuando su quehacer a las realidades históricas, a los Grupos Internacionales les corresponde, también, elegir en sus Escuelas las sedes de los respectivos Grupos y/o de sus dirigentes, así como propiciar que los Secretariados Nacionales, que los componen, compartan experiencias apostólicas entre sí. 7. EL ORGANISMO MUNDIAL 608. El Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad es ámbito de comunión y participación de los Grupos Internacionales que lo integran e instrumento para servir a la coordinación, la intercomunicación y el impulso a la reflexión permanente, con miras a mantener y desarrollar la unidad del Movimiento a escala universal. 609. Como estructura operacional de servicio no tiene autoridad sobre los Secretariados Diocesanos o Nacionales, ni sobre los Grupos Internacionales. Pero como responsable de los objetivos que le fijan los encuentros mundiales, constituye la organización con la que el Movimiento cuenta -a ese nivel- para ordenar y coordinar los elementos y esfuerzos que le posibiliten el cumplimiento de su responsabilidad, de modo preferencial en todo lo que se refiera a: 610. 1. La fidelidad del Movimiento a la Iglesia Universal y a su Magisterio, como testimonio permanente y renovado de "una comunión firme y convencida de filial relación con el Papa, centro perpetuo y visible de unidad", en el marco de las notas fijadas por el Concilio Vaticano II y los criterios de eclesialidad señalados por Juan Pablo II, para las asociaciones laicales; 611. 2. el cuidado de la identidad del MCC, a la luz de los libros de sus iniciadores y en la dinámica de las experiencias vitales, realizadas en la Iglesia y en el mundo y expresadas en las conclusiones, acuerdos o resoluciones de los Encuentros Internacionales y Mundiales y en estas IDEAS FUNDAMENTALES. 612. El OMCC está constituido por los Grupos Internacionales debidamente reconocidos. 613. El OMCC estima conveniente la rotación de su sede entre los distintos Grupos que lo conforman. Por eso designa periódicamente el Grupo, y éste el país, donde estará la sede por el siguiente período y cuyo Secretariado Nacional se responsabilizará de sus objetivos y de sus servicios. 614. El OMCC consigue sus objetivos y presta sus servicios por medio de un Comité Ejecutivo, designado por el Secretariado Nacional del país elegido como sede. 615 Los servicios que debe prestar el OMCC mediante su Comité Ejecutivo son, entre otros: 1. la representación del Movimiento ante la Santa Sede; 2. la comunicación y coordinación, en el marco de la acción pastoral universal de la Iglesia, con otros movimientos, asociaciones o grupos eclesiales; 3. la comunicación y coordinación de los Grupos internacionales y de los Secretariados Nacionales; 4. la publicación de los libros, revistas y boletines que constituyan en cauce de diálogo intraeclesial y con las realidades temporales, y sean medios de información y formación de sus dirigentes, a la vez que fuente de información y de intercambio de experiencias de los Grupos Internacionales y Secretariados que los integran; 5. la organización periódica de Encuentros Mundiales en los que se abran caminos a la unidad, cada vez más creciente, en lo fundamental y a la actualización y revitalización del MCC en el marco de una reflexión seria y profunda que, partiendo de los Secretariados Diocesanos y sus Escuelas, pase por los Secretariados Nacionales y por los Grupos Internacionales, para expresarse en los encuentros Mundiales. 8. LOS ENCUENTROS MUNDIALES. 616. Los Encuentros Mundiales son convocados periódicamente, cuando los Secretariados Nacionales consideren que las circunstancias históricas reclaman una reflexión mundial. 617. Estos Encuentros constituyen el lugar para la reflexión sobre la unidad teológica del MCC a escala universal y son, a la vez, oportunidad para la lectura comunitaria de los signos de los tiempos. 618 Los Encuentros Mundiales son la máxima estructura -y la más apropiada- que tiene el Movimiento para el descernimiento colegiado de esos signos, como presencia activa del Señor en la historia y como realidad que sustenta proceso de actualización de la mentalidad de Cursillos, colocándola en la dinámica de la vida de la Iglesia, del mundo y del propio MCC. 619 Los objetivos generales de los Encuentros Mundiales son: 1. propiciar una reflexión que ayude a la unidad en lo fundamental y a la actualización y revitalización del cimiento; y 2. compartir experiencias vitales del Movimiento. 620 Participan de los Encuentros mundiales todos los que tienen Secretariados Nacionales y los que, sin tenerlos aun, acreditados ante el Organismo Mundial, cuentan con el aval de su respectiva Conferencia Episcopal. 9. EL MCC EN LA VIDA Y ACCIÓN PASTORAL DE LA IGLESIA 1. INTRODUCCIÓN 621. Para comprender al MCC en la vida y acción pastoral de la Iglesia, es necesario recordar dos realidades fundamentales e íntimamente unidas entre sí: Iglesia y pastoral. Y ello, por la fundamental razón de que el MCC es un movimiento de Iglesia; y, como tal, tiene una clara; función dentro de su acción pastoral. 1. Misterio de la Iglesia 622. La Iglesia es un misterio grande, que no puede ser abarcado en definiciones excluyentes. La realidad de su convocación, comunión y misión sólo pueden tratarse desde una eclesiología comparada. Ninguna imagen de la iglesia es exhaustiva; pero todas contienen parte de verdad. 623. La Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento eficaz de la unión íntima con Dios, y la unión íntima con todo el género humano. Por eso decirnos que la Iglesia es un misterio y un sacramento de Comunión. 624. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, cuya cabeza es Cristo mismo, y cuyo cuerpo, vivificado por el Espíritu Santo, lo formamos todos los fieles, en íntima unidad de fe y esperanza, en íntima corresponsabilidad en el amor y en íntima vida de familia en la que los miembros más pequeños son objeto de particular predilección. 625. La Iglesia es Pueblo de Dios, pueblo sacerdotal, profético y real, nación santa, pueblo histórico que libera, congrega y lleva al Padre a todos los hombres en su realidad concreta de tiempo y lugar, repitiendo en cierto modo la Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Es pueblo construido en la unidad de la diversidad y en la igualdad de la dignidad, del origen y destino de todos los hombres. 626. La Iglesia es Sacramento universal de salvación. Jesús, autor de la salvación, constituyó la Iglesia a fin de que fuera para todos y cada uno, el sacramento visible de la unidad salutífera. Ella es servidora universal de la vida divina en todos los hombres, a la manera de su "Maestro y Señor"; y, en consecuencia, nada de lo que es auténticamente humano le es extraño, pues ella debe impregnar de la vida de Dios a todo el hombre y a todos los hombres. 627. Dios puso en marcha la Iglesia para edificar el Reino, del cual ella es al mismo tiempo parte e instrumento, germen y principio. Por ello, la Iglesia se comprende desde su misión. Ella, enviada como el Hijo y por el Hijo, está constituida por la comunidad de los que creen en Jesús y tienen como misión propia continuar la tarea misma del Señor: anunciar e instaurar el Reino de Dios, Reino de Justicia, de amor y de paz. 2. La acción pastoral 628. Es la acción total, global, de la Iglesia Pueblo de Dios y sacramento universal de salvación, mediante la cual, en cumplimiento de su misión, bajo la guía de sus Pastores, y en unión de todos los hombres de buena voluntad, se esfuerza por construir entre los hombres el Reino del Padre. 629. Esta acción total de la Iglesia se realiza fundamentalmente: -en la edificación de la Iglesia misma, de su propio ser, como lugar privilegiado de redención y liberación; como anticipo y germen del Reino, como comunidad en proceso de salvación: hija y madre, discípula y maestra de verdad, penitente y reconciliadora, se rehace continuamente en humildad por la fuerza del Espíritu; -en su presencia dinámica en el mundo, al cual fue enviada por su Fundador y Cabeza como sal, fermento y luz, para que, así, fuese agente de salvación en la trama misma de toda la historia humana; historia de salvación. 630. Ante la actual situación de los hombres en el mundo, la acción de la Iglesia, en respuesta a la Palabra de Dios, se orienta hoy con especial énfasis en estas grandes líneas: -un mayor compromiso con Cristo y con el mundo que tiene que salvar; -un concepto más integral y más comunitario del Plan salvífico de Dios; -un respeto mayor a los individuos, como consecuencia de un mayor reconocimiento de la dignidad de la persona humana; -una constante atención a los signos de los tiempos; -una mayor toma de conciencia de la necesaria presencia en el mundo, como fermento (encarnación) y corno respuesta (servicio); -una renovada flexibilidad de forma y de estructuras. 2. EL MCC EN LA VIDA DE LA IGLESIA 1 EL MCC, patrimonio de la Iglesia 631. El MCC es un movimiento de Iglesia. Nació de un plan pastoral, al calor de una comunidad cristiana presidida por el obispo; en ella sus dirigentes y sus estructuras convocan y ayudan a la conversión; en ella despiertan el hambre de Dios y enseñan a vivir de su savia; desde ella y en su nombre fermentan los ambientes y abren espacio al Reino de Dios. 632. EL MCC, fiel a su mentalidad, finalidad y lodo, es un instrumento de renovación cristiana dentro la Iglesia. En ella ha creado multitud de núcleos de fieles que viven y conviven lo fundamental cristiano y se esfuerzan, así, por fermentar de Evangelio los ambientes. Miles de cristianos renovados en un Cursillo de Cristiandad han revitalizado instituciones y movimientos, han dado origen a nuevos movimientos, ocupan puestos de responsabilidad en la acción pastoral de la Iglesia. El MCC aporta a la Iglesia un método apostólico, acrisolado en la experiencia en el campo de la evangelización. Trabaja y vive en equipos eclesiales en íntima comunión con el obispo. Es por ello, una parte de la vida y acción pastoral de la Iglesia; es, ya, un patrimonio de la Iglesia universal. 2. Los criterios de eclesialidad que deben inspirar la vida y acción del MCC en la pastoral de la Iglesia. 633. El MCC, como parte de la Iglesia, tiene en ella una función específica, acorde con su esencia, finalidad y método propio. Esa presencia y acción del MCC en la Iglesia se vive dentro del marco de unos criterios eclesiológicos pastorales, válidos para cualquier acción pastoral, que se derivan del ser mismo de la Iglesia, y del Movimiento, como agente de pastoral. Sentido de Iglesia 634. Saberse y sentirse Iglesia, servir a la Iglesia, hacer Iglesia, aparte de ser los mejores títulos que deben ostentar quienes trabajan en la Iglesia para implantar el Reino de Dios en el mundo, son la única razón profunda y válida que puede justificar la existencia misma y la permanencia en ella de todos sus movimientos y organizaciones apostólicas. 635. Precisamente por eso el MCC, para que la Iglesia se realice en el mundo como Cristo lo quiso, debe interesarse en su pastoral, trabajar en ella con ahínco, hasta lograr que la historia y los hombres todos se integren al Plan salvífico de Dios. Todo otro horizonte es reducido. Eso supone que, por sobre todo, el MCC se sienta hijo de la Iglesia. Así se lo pide el Papa: "Junto con vuestros Pastores estudiad los caminos aptos para la difusión del Evangelio. Pero, sobre todo, sed hijos fieles de la Iglesia. Sentido comunitario y corresponsabilidad 636. Dios es solo, pero no solitario. Es la más perfecta comunidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lo esencial en la comunidad de Dios es la pluralidad de personas en la unidad de la esencia. Tres personas distintas un solo Dios verdadero; Cristo, Dios y Hombre, es el gran revelador de Dios-Amor y de cómo Dios es amor: en comunidad, en unidad. 637. Creado a imagen y semejanza de Dios, el nombre se hace semejante a Dios por el amor, cuando se relaciona sinceramente con sus semejantes, en un intercambio de verdad y de vida. Desde el misterio de la iglesia, es cristiano quien, injertado en Cristo por medio del bautismo, ame, conviva y comparta con los hermanos. Ser cristiano será siempre hacer comunidad de fe, de esperanza y de amor. 638. El MCC es un agente en la construcción de la iglesia como sacramento de comunión y participación; en consecuencia, pone al servicio de la Iglesia todos sus recursos para colaborar con ella en su acción pastoral y en la creación y promoción de comunidades cristianas, en plena corresponsabilidad con la misma Iglesia. Revisión y renovación 639. Hablando de la Iglesia en general, Pablo VI no tuvo inconveniente en afirmar que la palabra "aggiornamento" habrá de estar siempre presente en ella como meta programática, como un estímulo a su siempre renaciente vitalidad, a su siempre vigilante capacidad de estudiar los signos de los tiempos, es decir, a su siempre joven agilidad para probar todo y quedarse con lo que es bueno, siempre y en todas partes. 640. El MCC siente con la Iglesia la necesidad de revisarse y renovarse cada día y casi cada momento. Este renovarse constantemente supone estar atento a la vida de los hombres y al dinamismo de su historia personal y colectiva, tratando de descubrir a la luz de la palabra, a través de los signos de los tiempos, la forma con que aquí y ahora puede servir a la Iglesia y al mundo. 641. El MCC nació experimentando el doloroso problema de buscar caminos nuevos, que aseguraran la autenticidad cristiana del ser y la eficacia del estar y del actuar en el mundo de todos los bautizados. Este generoso anhelo motivó su nuevo estilo, su temática y su metodología propios. La renovación es esencial a su origen y a su desarrollo. 642. Pablo VI, muchos años después, nos anima a seguir en ese clima constante de revisión y renovación: "Perseverad en el empeño de acomodar vuestro mensaje a las realidades consoladoras que se nos anuncian, conciliando la actividad y apostolado con una nueva situación que exige soluciones precisas y justas, verdaderas y cabales. Junto con vuestros Pastores, estudiad los caminos aptos para la difusión del Evangelio". Encarnación 643. Para que la Iglesia pueda ofrecer a todos el misterio de salvación y la vida traída por Dios, debe insertarse en los diferentes grupos humanos, con el mismo afecto con que Cristo se unió por su encarnación, a ciertas condiciones sociales y culturales de los hombres con quienes convivió. Esta renovada encarnación exige asumir la realidad humana y adaptarse cada día. 644. Igualmente, para que el MCC cumpla su objetivo, debe tener una permanente y necesaria encarnación de su mentalidad y de su método a las condiciones sociales y culturales de cada lugar y tiempo. Este esfuerzo de inculturación supone y exige a todos los responsables del Movimiento constante reflexión, análisis sereno y profundo de la realidad siempre cambiante, permanente actitud de búsqueda y frecuente evaluación de fracasos y logros obtenidos. 645. El MCC asumió las 5 notas de eclesialidad formuladas por Juan Pablo II en su Christifideles Laici (N0 30), y recogidas y comentadas en el Cap. 2, Esencia; Finalidad (N0. 93 a 103) y que son: -la primacía que se da a la vocación a la santidad; -la responsabilidad de confesar la fe católica; -el testimonio de una comunión firme y convencida de filial relación con el Papa y el Obispo respectivo; -la conformidad y la participación en el fin apostólico de la Iglesia; y -el servicio de la dignidad del hombre. 646 Ser y actuar como Iglesia exige, pues, al MCC, una comunión orgánica con la jerarquía, expresada en obediencia, diálogo, iniciativa y corresponsabilidad a la recíproca colaboración. 647. Los iniciadores del MCC tuvieron conciencia clara de esta verdad y de sus exigencias: "Mientras los Cursillos de Cristiandad se mantengan en línea con la Iglesia viva, al compás de sus mejores inquietudes y a las órdenes de quienes la rigen, nada tememos de ellos, mucho esperamos de sus frutos. Por eso pudo exclamar el Papa: "Cursillistas de Cristiandad, Cristo, la Iglesia, el Papa, cuentan con vosotros. 3. LA FUNCIÓN PROPIA DEL MCC EN LA ACCIÓN PASTORAL DE LA IGLESIA 1. El Ministerio de la Iglesia 648. La Iglesia, depositaría de una única misión, la misma de su Señor, la cumple con una acción variadísima y multiforme, como variadas y multiformes son las realidades de los hombres, que exigen respuestas dinámicas siempre nuevas a la luz de la perenne Palabra de Dios. 649. Para llevar a cabo su única y específica misión de evangelización, el Señor la dota de variedad de carismas al servicio de la construcción del Pueblo de Dios y tensión del Reino. Partícipe de la misión total de Jesucristo, la Iglesia cumple variedad de servicios o ministerios que los pastoralistas suelen agrupar en categorías: El Ministerio Profetice o servicio de la Palabra; el Ministerio Litúrgico o servicio cultual; el Ministerio Hodegético o conducción de la comunidad cristiana, que incluye el servicio de la caridad y la justicia. Todo ello son formulaciones sólo aproximadas del infinito Ministerio salvífico de Jesús, perpetuado en la Iglesia. 2. La función específica del MCC 650 El MCC se identifica dentro de la acción de la Iglesia por sus opciones pastorales, opciones que ha ido madurando a través de su experiencia pastoral y que ha formulado en los diversos Encuentros Internacionales. 651. Como agente de pastoral, el MCC tiene una función específica que, en la realización de la unica misión de la Iglesia, está determinada por su propia mentalidad y método y expresada por su finalidad. 652. En consecuencia, el MCC se sitúa en la pastoral de la Iglesia: -como un elemento y un instrumento de la Pastoral Profética, -con función propia en la fermentación evangélica de los ambientes -y con una forma específica determinada por su mentalidad y método. 653. El MCC se ha comprometido a colaborar con la Iglesia total en la tarea de fermentar de Evangelio los ambientes, mediante la sincera conversión o renovación cristiana de los hombres que tienen mayor influencia natural en ellos. Y para que su colaboración sea eficaz, pone al servicio de la Iglesia su propio método. 3. La evangelización de los ambientes, opción fundamental del MCC El MCC, agente de evangelización 654 "Es en la evangelización donde se concreta y se despliega la entera misión de la Iglesia... Por la evangelización, la Iglesia es construida y plasmada como comunidad de fe; más precisamente, como comunidad de una fe confesada en la adhesión a la Palabra de Dios, celebrada en los sacramentos, vivida en la caridad como alma de la existencia moral cristiana... Cada discípulo es llamado en primera persona; ningún discípulo puede escamotear su propia respuesta; '¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!' (1 Cor 9, 16)" Por la misma razón, una característica fundamental de la eclesialidad de cualquier movimiento, consiste en "la conformidad y la participación en el fin apostólico de la Iglesia, en su misión. 655 El MCC es plenamente consciente de la importancia y trascendencia del Ministerio Profetice o evangelización, primera realidad de la economía de la salvación y principio de toda la vida para la Iglesia, y se hace no sólo solidario con todos los otros agentes de la pastoral Profética, sino también ejecutor, con función propia, según su esencia, finalidad y método, de este ministerio eclesial. El MCC vive, pues, en comunión misionera con la Iglesia, porque entiende que "dar fruto es una exigencia esencial de la vida cristiana y eclesial. El que no da fruto no permanece en la comunión: Todo sarmiento que en mí no dé fruto, mi padre lo corta. El MCC optó por ser agente de evangelización como un elemento y un instrumento de la Pastoral Profética. 656. Esa tarea evangelizadora la asume el MCC sobre las huellas de la Iglesia, como un ministerio liberador de todo el hombre y de todos los hombres, como una tarea histórica, porque ha llegado la hora de la liberación: el Reino de Dios está cerca. El MCC es consciente de que la liberación integral es parte integrante de la evangelización y que ésta se expresa en la vivencia del Evangelio corno servicio a la persona (en la promoción de su dignidad y en la defensa del inviolable derecho a la vida) y a la sociedad. El MCC sabe que la evangelización hace del evangelizador y del evangelizado, destinatario y protagonista de la vida familiar, política y económico-social, en Ia perspectiva del Reino. En este sentido, la evangelización es el mejor servicio que se puede prestar al hombre. 657. La evangelización que asume el MCC, como parte de la Iglesia, tiene como finalidad evangelizar la cultura y las culturas del hombre. La cultura es la matriz, consciente o sub-consciente cultural que legítima los sistemas políticos, sociales y económicos y las estructuras de injusticia. Por ello, sólo en la inculturación del Evangelio "desde dentro y a través de la cultura, la fe cristiana llega a hacerse histórica y creadora de historia", renovadora de sistemas y estructuras. De ahí "la urgencia pastoral de reservar a la cultura una especialísima atención" y el llamamiento a "los fieles laicos para que estén presente, con la insignia de la valentía y la creatividad intelectual, en los puestos privilegiados de la cultura. 658. El MCC comprende y acepta que la nueva evangelización propuesta por el Papa como tarea a la Iglesia Universal, debe evangelizar el actual proceso de unificación cultural plantetaría, teniendo en cuenta la diversidad de características, situaciones y problemas, con una acción plural, diversificada e inculturada; y al mismo tiempo con una acción integrante y complementaria en la unidad de la Iglesia salvíficamente universal. Ello impone el diálogo entre todas las Iglesias, el reconocimiento de los valores y desvalores regionales y la promoción de la corresponsabilidad eclesial. 659. En un mundo donde las dos terceras partes de los hombres son pobres, éstos han irrumpido en la historia como un colectivo cultural e histórico, "víctima de una historia de injusticia y protagonista de otra historia de salvación". Para ello, en el corazón de la nueva evangelización está la opción preferencial y solidaria por los pobres. Ellos hacen a la Iglesia un profundo llamamiento: la Iglesia, en virtud de su compromiso evangélico, debe considerarlos tarea prioritaria. 660. Estas convicciones fundamentales sobre la evangelización constituyen criterio fundamental y prioridad en el MCC y hacen de la tarea evangelizadora la matriz de la actividad e identidad pastoral del Movimiento. El MCC, agente de la Pastoral Ambiental 661. Desde sus inicios, el MCC comprendió que era necesario cambiar radicalmente el mundo y optó por hacerlo a través de lo que su finalidad define a veces como Vertebración de Cristiandad, a veces como Fermentación de los Ambientes. El MCC optó por una Pastoral Ambiental. 662. Esta opción pastoral incluye dos exigencias esenciales: -Encarnarse en las culturas, y -Asumir la dimensión misionera de la Iglesia misma. La evangelización es un servicio no primariamente al interior de la Iglesia, sino un servicio de la Iglesia y, como Iglesia, al mundo. 663 El MCC, para cumplir su misión evangelizadora, optó por evangelizar los ambientes decisivos, porque es en ellos donde preferentemente se crea, se transmite y se transforma la cultura. Pero además, es allí donde se produce la ruptura entre el Evangelio y la cultura, entre la cultura y los valores, y allí también donde se recrea esa comunión. En ello coincide con la pastoral actual que contempla, como una prioridad, la creación de equipos apostólicos o movimientos de laicos en los ambientes o estructuras funcionales, donde se elabora y decide en gran parte el proceso de liberación y humanización de la sociedad. 664. El MCC realiza esta Pastoral Ambiental a través de las personas de mayor influencia natural en los ambientes, de los mejores agentes de cambio, organizados y conjuntados en núcleos de cristianos. 665. La Pastoral Ambiental constituye la opción específica del MCC, concreta su mentalidad, persigue su finalidad, identifica al MCC como agente de pastoral en la Iglesia. La estrategia y método, en sus tres tiempos, facilitan dicha opción. Más concretamente, el MCC se compromete a: -planificar su acción pastoral en función de su finalidad última y, en esta perspectiva, preparar y realizar siempre los Cursillos en función directa de la transformación de los ambientes; -estudiar, descubrir y jerarquizar los ambientes y en ellos localizar a los hombreseje u hombres-vértebra; -posibilitarles la vivencia de lo fundamental cristiano, ayudándoles a descubrir y a realizar su vocación personal, con respeto de la misma; -promover su conversión constante y progresiva, integrándolos en núcleos de cristianos para que, desde esa comunidad, con el ejercicio de su natural influencia, contribuya cada uno a impregnar de Evangelio sus propios ambientes, dentro de la vía de la normalidad. 666. He ahí el compromiso específico del Movimiento. El que se debe pedir. Del que no se debe separar. 4. CARACTERÍSTICAS DE LA OPCIÓN FUNDAMENTAL DEL MCC 667. La evangelización o fermentación de los ambientes, la Pastoral Ambiental, viene precisada y completada por tres características fundamentales u opciones pastorales integrantes. 1. La opción por la persona humana 668 El hombre, el antropocentrismo, constituyen un valor fundamental en el MCC. Es finalidad intermedia ayudar a descubrir y realizar la vocación personal con respeto de la misma. Esa es la opción radical por el hombre, ya que "toda vida humana es una vocación. La plena realización humana es parte esencial del servicio a la persona y a la sociedad. Eso es colocar al hombre, a la persona humana, en el centro de la cultura, de la sociedad y de la historia, del Reino de Dios como tarea. 669. La plena realización humana es, igualmente, parte esencial de la vocación a la santidad personal y a su misión, vocación que el hombre debe descubrir y vivir. El MCC está comprometido en la creación del hombre nuevo, según Dios, en justicia y santidad. 670. La opción del MCC por el hombre expresa su fe en que el hombre es el constructor de la sociedad y el núcleo fundamental de su cambio. El hombre nuevo es el agente renovador de los ambientes y culturas, y, mediante ello, el agente de cambio de las estructuras. No habrá nuevas y renovadas estructuras si no hay hombres nuevos. De ahí que el secreto está en el hombre y no en los métodos. De ahí que el MCC coloca lo fundamental en el SER, no en el HACER, en el hombre-cristiano y no en las "obras cristianas", en la realización interdependiente personas-comunidad. 2. La opción por la Pastoral Kerygmática 671. El MCC se definió como un agente con función específica dentro de la Pastoral Profética y dentro de ésta, en la Pastoral Kerygmática. Es preciso comprender cabalmente el alcance de esta afirmación. 672. La dimensión Kerygmática constituye como el carácter definitorio del estilo evangelizador del MCC en os ambientes prioritarios. Más que de kerygma, hablamos de una Pastoral Kerygmática que siempre hemos comprendido de esta manera: 673. Es una pastoral de renovación en contraposición a una pastoral de conservación: se centra en la evangelización y no en la catequesis ni en la apologética, en el renovar el ser-cristiano, en despertar el hambre de Dios, en buscar la experiencia de Dios, que lleva a la conversión integral, progresiva y operante. 674. Es una pastoral predominantemente de anuncio, pero no de cualquier anuncio, sino del primero, del anuncio de la Buena Nueva, de lo fundamental cristiano a quienes no lo conocen, o conociéndolo no lo viven. Es una pastoral esencialmente misionera, va en busca de la oveja perdida. 675. Es un anuncio-denuncia-llamamiento "con una palabra que convierte y salva, que se convierte en acontecimiento, que abre espacio a Dios, porque crea hambre de Dios, por una palabra destinada a la conversión"; palabra que denuncia y anuncia, palabra encarnada que hace presente y experimentable aquello mismo que proclama, palabra cargada de esperanza. 676 El mensaje lo constituye el anuncio de lo fundamental, Jesucristo, su vida y su doctrina, siempre base nuclear del mensaje perpetuo a través de la historia, en su prolongación viva que es la Iglesia. Siendo la Palabra de Dios radicalmente distinta de las palabras humanas, "aunque sean éstas, palabras que discurren sobre cosas de Dios", el MCC está atento a todos los caminos por donde nos llegan las voces de Dios: la creación, la historia, los profetas, los signos de los tiempos, los acontecimientos históricos... 677 Es, finalmente, un método Kerygmático. Lo que conlleva, como signo, la palabra y el testimonio. La palabra debe ser una proclamación dinámica, que engendra crecimiento y plenitud por los frutos; una proclamación jubilosa, que asume el dolor humano para transformarlo en vida, porque arranca de y lleva a un concepto pascual del hombre y de la historia. Ese anuncio pretende no la información sino la vivencia y convivencia en quien lo recibe. Debe convertirse en acontecimiento cumbre para quienes lo escuchan. 678. Este anuncio sólo puede ser hecho por testigos acreditados por Dios: anuncio testimonial, transparencia de Dios en la vida de hombres que se han encontrado con el Señor y se esfuerzan por ser oyentes fieles, conocedores entusiastas y profundos, personas poseídas por la Palabra que han de proclamar. Además, el anuncio debe ir acompañado por signos inteligibles al hombre de cada época: el compromiso por la justicia, la paz, la inserción apostólica en las realidades temporales, la vivencia comunitaria de la fe... El anuncio lleva, pues, inseparable, el testimonio de una vida integral y el testimonio de un compromiso con el Señor y con los hermanos. 679. Esto es lo que con mayor o menor precisión hemos entendido y pretendido en el MCC, cuando hablamos de Pastoral Kerygmática. 680. El carácter Kerygmático, sin ser excluyente, invade la estrategia y el método del MCC en sus tres tiempos, aunque con acentos diferentes. 681. En el Precursillo, porque para ser respuesta, el MCC debe conocer la realidad; y en ella descubrir lo que se opone al Reino, lo mismo que descubrir en la entraña de las culturas "las semillas del Verbo": cuáles son las aspiraciones humanas, los valores culturales coincidentes germinalmente con el Reino de Dios... Precursillo Kerygmático es abrir a los hombres a la transcendencia, despertar en ellos su capacidad de Dios. Es abrir el Movimiento a la presencia de Dios en las diferentes culturas. 682 En el Precursillo, la dimensión Kerygmática tiene su acento prioritario en el testimonio de una vida centrada en Cristo y comprometida con los hermanos. Es un pre-anuncio, anuncio existencial. Se trata del lenguaje y de la revelación del amor: en eso conocerán que somos discípulos del Señor. 683. Es en el Cursillo donde la Pastoral Kerygmática adquiere su máxima expresión dentro del Movimiento. Desde el punto de vista del "contenido" Kerygmático, en el MCC se hizo opción por presentar lo fundamental desde el kerygma de la Gracia, que resulta así, un kerygma vivencial y germinal. La gracia se hace kerygma trinitario: comunión y participación de la vida de Dios trino; kerygma eclesiológico-sacramental. El acento prioritario está en el anuncio-denunciallamada, avalado por el testimonio integral del equipo dirigente. 684. El método, la vivencia jubilosa, la conversión, la experiencia comunitaria de Dios, todo es prioritariamente Kerygmático en el segundo tiempo del MCC. 685. También el Poscursillo, que busca la conversión progresiva y permanente, la comunión y la participación, la misión y la corresponsabilidad, exige el talante Kerygmático-vivencial-testimonial. El acento varía en dos etapas: a) los recién salidos de Cursillo requieren un catecumenado Kerygmático para afianzar la conversión apenas: iniciada; b) luego es necesaria una profunda catequesis que explicite y complemente el anuncio fundamental; catequesis que, sin embargo, no debe olvidar la dimensión vivencialtestimonial indispensable para una conversión Integral, progresiva y operante. 686 En la comprensión y vivencia del misterio de Jesús, los fieles cristianos deben ahondar incluso en el conocimiento teológico, saber no privativo de selectos. Es más: mediante la permanente reflexión palabra-vida, sus comunidades se constituyen en auténticos lugares de elaboración teológica. 3. La opción por la Pastoral Comunitaria 687. Desde sus inicios, el MCC optó por la vivencia comunitaria de la fe y así lo acuñó en su definición. Decidió que el Precursillo fuera una acción preferentemente comunitaria en sus agentes y destinatarios; comprendió que el Cursillo es una acción de la Iglesia y como Iglesia, vivida en la comunión del equipo. En el Poscursillo los núcleos cristianos son clima de vivencia de lo fundamental cristiano y plataforma de lanzamiento apostólico. 688 En el Poscursillo, el MCC, como agente de la Pastoral Ambiental, aporta a la Iglesia núcleos o pequeños grupos -fermento de comunidad eclesialque, en íntima amistad conviven su cristianismo, crecen cada día más en la fe e irradian a Cristo en sus ambientes. 689. Esta aportación está en la esencia misma de la Iglesia y responde a una exigencia constante de su acción salvífica, que se hace signo comprensible en la pequeña comunidad, la relación vivida en comunión concreta es, además, una profunda exigencia antropológica. El hombre, en efecto, es esencialmente trascendente, es comunión, es donación mutua. La comunidad es, también, una respuesta a las grandes carencias del hombre de hoy, que vive en un mundo que le ha llevado al anonimato, la deshumanización y el aislamiento espiritual, no sólo en las grandes ciudades, sino en todos los sitios en que, en alguna forma, sufren las consecuencias de la tecnificación, la urbanización y la masificación. 690. El MCC tiene la llave de su eficacia precisamente en la promoción de la siempre renovadora conversión de cristianos que, por su influencia natural en los ambientes, en núcleos de comunidades, en íntima unión con Cristo y con los hermanos, viven el misterio de la Iglesia en comunión con el Padre, y, movidos por el Espíritu, hacen Iglesia y realizan la misión de Cristo en su servicio al mundo, plenamente comprometidos en su acción liberadora. 5. EL MCC Y LA PASTORAL ORGÁNICA O PASTORAL DE CONJUNTO 691. Siendo la Iglesia una comunidad, no cabe en ella ni el aislamiento ni los individualismos; siendo un cuerpo orgánico no cabe en ella la separación sino la integración. Por eso, atenta siempre a los signos de los tiempos, y consciente de que en los actuales momentos el hombre siente la necesidad, cada vez más imperiosa, de agrupar y conjugar esfuerzos en todas las dimensiones de su vivir y actuar, la Iglesia insiste en la urgencia de lograr la llamada Pastoral Orgánica o Pastoral de Conjunto, es decir, la ;coordinación e íntima conexión de todas las obras de apostolado, en torno a criterios compartidos y objetivos :comunes, bajo la dirección de los obispos, de suerte que todas las empresas o instituciones apostólicas consigan la mayor eficacia, construyan y resplandezca al mismo tiempo la unidad. 692. El MCC nació en un plan pastoral, al calor de una comunidad cristiana, bajo la guía de un Obispo diocesano. Por eso jamás olvida que su misión no puede ser Improvisada ni dispersa. Para conseguir la mayor eficacia, supuesta la Gracia del Señor, el MCC hace, en cada Secretariado su propio plan pastoral a la luz de las necesidades ambientales y de la pastoral de la Iglesia diocesana. 693. El MCC es un movimiento esencialmente diocesano. Por eso ha renovado en todos sus Encuentros conciencia de que no puede ser considerado como un agente aparte, disperso, de la comunidad eclesial. El MCC es un elemento y un instrumento de esa pastoral. 694 En consecuencia, el MCC fiel a su opción fundamental por la Pastoral Ambiental, y dentro de su mentalidad, finalidad y método, debe estar al servicio de Pastoral Orgánica de la diócesis y, en consecuencia, debe colaborar en la planificación y ejecución de sus planes pastorales. 695. El MCC por ser un movimiento ambiental, impulsará a quienes hacen Cursillo a vivir su compromiso fundamental en sus ambientes; y a buscar con libertad su comunidad definitiva. Sin embargo, motivará también a los cursillistas a que colaboren con la parroquia, "comunión de comunidades", y sean en ellas instrumento de renovación cristiana, en plena comunión con sus párrocos. 696. Siempre dentro de su opción fundamental, su mentalidad, finalidad y método propios, estará en comunión dinámica y real con la Iglesia nacional y universal, a través de sus Secretariados Nacionales y Grupos Internacionales y a través del OMCC, instrumento de comunión e información mundial. 6. CONCLUSIÓN 697. Es claro que el MCC es, dentro de la Iglesia, un agente de pastoral específica y, en consecuencia, no es agente de toda la pastoral de la Iglesia, ni tampoco agente de cualquier pastoral dentro de ella. 698. El MCC está comprometido a colaborar en la tarea evangelizadora de la Iglesia (Pastoral Profética), dentro del campo específico de la fermentación de los ambientes (Pastoral Ambiental). 699. Para lograrlo, pone al servicio de la Iglesia su método, mentalidad y finalidad: posibilita la vivencia de lo fundamental cristiano (Pastoral Kerygmática) a aquellos hombres que tienen mayor influencia natural en sus ambientes, con respeto y promoción de la vocación personal (opción por la persona humana), para que, conjuntadas en núcleos de cristianos (Pastoral Comunitaria), fermenten de Evangelio sus propios ambientes y, mediante ello, renueven la cultura y las estructuras para aproximarlas al diseño del Reino de Dios. GLOSARIO Ambiente: Conjunto de personas, ideas, valores y circunstancias que concurren en un determinado lugar y tiempo, y que influyen en el modo de ser, de pensar y de actuar de todos (Cf. N° 418) Apologética: Parte de la teología que tiene como finalidad la búsqueda de las razones para creer y la defensa de la religión; y más específicamente, del cristianismo y su doctrina (Cf. N° 19). Carisma: Es una gracia especial, dada por Dios, que capacita y motiva a los fíeles que la reciben, para los servicios útiles en la renovación y la mayor edificación de la Iglesia. Puede ser extraordinario y ordinario. El juicio sobre su autenticidad y ejercicio razonable pertenece a quienes tienen la autoridad en la Iglesia (Cf. LG, 12) (Cf. N° 129). Coordinador: (Ver Rector). Cristiandad: Es el grupo de cristianos que, viviendo la Gracia de un modo consciente, creciente y compartido, hace fermentar el Evangelio en sus ambientes (N° 137). Cuarto día: Es el espacio en el que se desarrolla la vida -nueva del cristiano después de los tres días del cursillo (Cf. N° 411). Cultura: Es el modo particular con que, en un pueblo, los hombres cultivan su relación con la naturaleza, entre sí mismos y con Dios, de modo que puedan llegar a un nivel verdadera y plenamente humano. Es el estilo de vida común que caracteriza a los diversos pueblos; por ello se habla de pluralidad de culturas (Cf. GS, 53). Lo esencial de la cultura está constituido por la actitud con que un pueblo afirma o niega su vinculación con Dios (Cf. Puebla, 386, 389) (N° 142). Cursillismo: Es la visión distorsionada del MCC. Entre otras, la del que pone el acento más en la técnica que en el espíritu; la del que valora más el estilo que el contenido; la del que cree ser el único destinatario o el único agente de evangelización; la del que cree que el MCC es obra exclusivamente de seglares o sólo de sacerdotes (Cf. Nos. 302, 269, 576). Cursillista: La persona que ha vivido la experiencia de un Cursillo de Cristiandad (Cf. Nos. 185-188, 239). Decuria: Palabra con la que, en algunos lugares, se designa a los pequeños grupos que se forman los tres días del Cursillo (Cf. N° 359). Dirigente del MCC: Es toda persona que, sintiéndose llamada, centra su vida en lo esencial del cristianismo y del MCC, se compromete en favor de las cosas del Reino y busca conjuntarse con otros para profundizar la vivencia de lo fundamental cristiano en sí mismo, en el MCC y en los ambientes en que se mueve. Hay sitios en que, en lugar de la palabra dirigente, se utiliza la de responsable, militante, vértebra, líder, servidor, testigo, colaborador, cristiano comprometido, etc. (Cf. N° 539). Escuela de Dirigentes: Es la comunidad de cristianos que, unidos por un clima de Reunión de Grupo, buscan estar cada día más centrados, más comprometidos y más integrados, para acelerar la vivencia de lo fundamental cristiano en sí mismos, en el MCC y en los ambientes en que se mueven (N° 540). Estrategia: Es la planificación integral de la acción del MCC (N° 176). Estructuras: Es el conjunto de instituciones y de realizaciones prácticas que orientan u organizan la vida económica, social, política, cultural y religiosa (Cf. LC, 74) (Cf. N° 144). Evangelización: Es la acción de llevar la Buena Nueva, con el testimonio de vida y de palabra, a todos los ambientes de la humanidad, y, con su influjo, transformar desde dentro la conciencia personal y colectiva de los hombres (Cf. EN, 18, 21, 22) (Cf. Nos. 107-108). Fase: Cada uno de los pasos que se dan en el Cursillo de tres días (Cf. Nos. 355-359). Fermentación evangélica de los ambientes: Es la acción que realiza el cristiano que ha tomado conciencia de su bautismo y lo vive en la normalidad de su vida. Es la finalidad última del MCC. Se puede realizar individual o comunitariamente. El modo específico de realizarla el MCC es mediante la acción de grupos o núcleos, en los que sus miembros conviven lo fundamental cristiano y proyectan la dinámica de su ser cristiano hacia su ambiente (Cf. N° 145). Grupo: Conjunto de cristianos que se vinculan entre sí por la amistad para crecer, madurar y dar fruto apostólico (Cf. ChL, 57) (Cf. Nos. 467-473, 487), Inculturación: Es la íntima transformación de los auténticos valores culturales, mediante su integración en el cristianismo y la radicación del cristianismo en las diversas culturas humanas (Cf. Sínodo de los Obispos, 1985, Documento Final, II, D, 4). Inductivo (Método): En el MCC entendemos por método inductivo el modo de establecer los principios de acción: en primer lugar se vive y se actúa cristianamente; y, después, a la luz de la experiencia y del Evangelio, se formulan los principios teóricos del método y de la estrategia del MCC (Cf. Nos. 13, 170). Intendencia: Las oraciones y sacrificios voluntarios de unos cristianos, realizados individual o comunitariamente, con la finalidad de ayudar a la conversión de los hombres (N* 180). Líder: (Ver Vértebra). Mentalidad: Es el conjunto de criterios, convicciones, actitudes vitales y opciones pastorales que, ante circunstancias que provocan unas necesidades históricas, impulsan el nacimiento de una obra y configuran su identidad (N° 8). Método: Es la disposición y el empleo adecuados de ciertos medios, claramente conocidos, para alcanzar, con la mayor probabilidad de éxito, con la mayor rapidez y con la mayor perfección, una meta propuesta (N° 154). Militante: Es el hombre o mujer que vive su compromiso bautismal al servicio de la Iglesia y de sus hermanos (Cf. Nos. 406-410). Opción por los pobres: Es una actitud dinámica de conversión que tiene como objeto primario el sentirse pobre, situarse junto al pobre y, desde él, analizar el hecho, las estructuras y sistemas que lo origina. Se trata de asumir la causa de los pobres (Cf. N° 659). Padrino: (Ver Presentante). Palanca: (Ver Intendencia). Pastoral: Es la acción total, global, de la Iglesia Pueblo de Dios y Sacramento universal de salvación, mediante la cual, en cumplimiento de su misión, bajo la guía de sus Pastores, y en unión de todos los hombres de buena voluntad, se esfuerza por construir entre los hombres el Reino del Padre (N° 628). Engloba tres ministerios: el profético, que se realiza en el anuncio de la Buena Nueva (kerygma, catequesis, homilía); el litúrgico, que es la celebración del culto de la nueva alianza y de la alabanza divina; el hodegético o servicio de la caridad, que es la acción que se realiza para promover la unidad, armonía y dinamismo del pueblo de Dios. Poscursillo: Es el medio comunitario destinado a incrementar e impulsar la conversión y vivencia cristiana iniciada en el Cursillo, para hacer que las inquietudes individuales y de los grupos, que de él se originan, lleguen a fermentar de Evangelio la comunidad eclesial y humana y las estructuras temporales (N° 435). Precursillo: Es el medio comunitario de selección de ambientes y de búsqueda, selección tratamiento y preparación de los candidatos a realizar la experiencia de un Cursillo (Cf. CR, 32; N° 200). Presentante: Es la persona o grupo que busca, selecciona, prepara e inscribe al candidato para un Cursillo. Su misión se prolonga hasta que el cursillista se integre en una comunidad cristiana (Cf. N° 234). Rector: Es el principal responsable laico para que el Cursillo se desarrolle perfectamente (Cf. Nos. 276-280). Responsable: (Ver Dirigente). Reunión de Grupo: Es el medio del que se vale el Poscursillo para hacer posible, en un clima de amistad y gracia compartida, la vivencia auténtica, continua y progresiva de lo fundamental cristiano en los miembros del grupo (Cf. Nos. 466-496). Rollista: Término familiar que designa a los dirigentes que proclaman el mensaje en el Cursillo (Cf. Nos. 252-267). Rollo: Nombre con que se designa las proclamaciones que se hacen en el Cursillo. Son el cauce normal de que se vale el Espíritu, para transmitir el mensaje y despertar el ansia de la vivencia y la convivencia cristiana (N° 273). Secretariado: Grupo de sacerdotes y laicos a quienes la jerarquía encomienda como plan apostólico el servicio, la orientación y el desarrollo del MCC en la diócesis o país (N°. 586; Cf. N° 576). Testigo: El que proclama con su vida y con su palabra la experiencia personal de la salvación operada en él por Cristo (Cf. Nos. 163, 164, 254266). Testimonio: Es la testificación de la realidad de un hecho, dándole a la afirmación toda la fuerza y seguridad de quien ha vivido el hecho. Tiempos: Cada una de las tres partes del método del MCC: Precursillo, Cursillo y Poscursillo (Cf. n° 156). Ultreya: Es la reunión de reuniones de grupo que, en actitud de conversión progresiva, lleva a los integrantes a compartir la vivencia de lo fundamental cristiano y la fermentación evangélica de los ambientes (Cf. Nos. 486-499). Vértebra: En el MCC entendemos por vértebra la persona cuyas decisiones influyen, cuyas opiniones mueven y cuyas actitudes conmueven. También llamamos vértebra a aquellas personas que, por sus características, en los diversos documentos de los encuentros internacionales, así como en los de la Iglesia, fueron llamados personas influyentes, vértebras, agentes de cambio social, elementos clave, locomotoras, agentes de concientización, constructores de la sociedad pluralista, élites y agentes de cambio, hombresclave. Vertebrar cristiandad: Es crear grupos de cristianos que viven la Gracia de un modo consciente, creciente y compartido y que van haciendo fermentar el Evangelio en sus ambientes (N° 138). Vivencia: Es el proceso psíquico por el cual el hombre penetra en el interior de una realidad, de tal modo que llega a poseerla de una manera tan inmediata que puede decir que esa realidad y él son la misma cosa. Vivencia religiosa: Es el proceso psíquico por el cual el hombre experimenta a Dios humanamente de un modo personal tan profundo, que incorpora esta experiencia a su propia personalidad. www.cursilloscolom bia.org/ ----------------------------------Subscríbete a nuestra página